Principales Corrientes del Pensamiento Contemporneo - Catedras
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<strong>Principales</strong> <strong>Corrientes</strong> <strong>del</strong> <strong>Pensamiento</strong> Contemporáneo- Cátedra Reigadas<br />
Guía de Trabajos Prácticos nº 2<br />
<strong>Principales</strong> <strong>Corrientes</strong> Del <strong>Pensamiento</strong> Contemporáneo<br />
Profesora Titular: María Cristina Reigadas<br />
Profesora Adjunta: Stella Maris De Filpo<br />
Jefe de Trabajos Prácticos: Javier Pelacoff<br />
Ayudantes de Trabajos Prácticos: Betina Guindi, María Belforte, Esteban Vergalito.<br />
GUÍA DE TRABAJOS PRÁCTICOS Nº 2<br />
Tema: Modernidad<br />
Bibliografía:<br />
BOVERO, M., “Modernidad”, en CRUZ, Manuel (ed.), Individuo, Modernidad, Historia,<br />
Barcelona, Tecnos, 1993, págs. 97-112.<br />
1.Trabajo en conjunto<br />
a) Torbellino de ideas sobre nociones previas acerca de la modernidad.<br />
b) Identificación de ejemplos (en la historia o en la actualidad) de las dos facetas que, según<br />
Bovero, constituyen la naturaleza de la modernidad:<br />
1) Lo moderno coincide con una progresiva e incesante atenuación de vínculos, lazos,<br />
reglas, al límite de su desaparición; o bien 2) lo moderno coincide con la liberación<br />
progresiva <strong>del</strong> sujeto agente de los cánones u órdenes presupuestos.<br />
Bovero, M., “Modernidad”, en Cruz, Manuel (ed.),<br />
Individuo, Modernidad, Historia, Barcelona, Tecnos, 1993, pág. 97.<br />
2.Trabajo en grupos<br />
2. Según un uso hoy consolidado, comúnmente se contrapone el mundo moderno o la sociedad moderna al<br />
mundo y a la sociedad tradicional. Para el mundo tradicional no parece difícil dar con semejante principio,<br />
mediante el cual reconducir la multiplicidad de los fenómenos a una sustancial unidad de sentido: el principio<br />
es precisamente la tradición o costumbre. En su puro concepto la tradición –<strong>del</strong> verbo latino tradere, que<br />
significa “transmitir”, “llegar”– es la repetición indefinida en el tiempo, de generación en generación, de<br />
esquemas o mo<strong>del</strong>os de comportamiento, que se transforman en costumbre. La costumbre –en griego ethos, de<br />
ahí nuestro “ética”; en latín mores, de ahí nuestro “moral”– y un sistema normativo, un complejo más o<br />
menos compacto y orgánico de reglas (por lo pronto no escritas: agraphoi nomoi) que no tienen necesidad de<br />
una particular justificación racional, aunque pudiera encontrarla, precisamente porque están fundadas<br />
simplemente en la tradición, o bien, según una célebre e incisiva fórmula de Max Weber, están fundadas en la<br />
“autoridad <strong>del</strong> eterno ayer”, en la creencia de la validez de lo que ha sido pensado como válido, desde tiempo<br />
inmemorable. Cuanto más antigua, cuanto más inmemorial es una tradición, tanto por más válida e<br />
indiscutible se la tiene. En la iconografía medieval, la traditio o consuetudo era a veces representada como una<br />
vieja, encorvada por el peso de los años y sin embargo extraordinariamente vigorosa, y la discalia bajo la<br />
figura decía: “vires acquirit eundo”, adquiere fuerza yendo hacia <strong>del</strong>ante. La tradición, en suma, es un<br />
producto colectivo anónimo, no imputable a la voluntad particular de alguien, si no es de forma mítica, y no<br />
modificable, si no es de un modo imperceptible e igualmente objetivo y anónimo: los actos <strong>del</strong>iberados de<br />
modificación de la tradición son considerados heréticos y además condenados. Naturalmente, en innumerables<br />
circunstancias pueden surgir controversias en la interpretación de la tradición: para dirimirlas, en las<br />
sociedades premodernas existen instituciones, ocupadas por elites sacerdotales o políticas, cuya función<br />
prevalente es justo la de custodiar la tradición. (págs. 98-99).<br />
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<strong>Principales</strong> <strong>Corrientes</strong> <strong>del</strong> <strong>Pensamiento</strong> Contemporáneo- Cátedra Reigadas<br />
Guía de Trabajos Prácticos nº 2<br />
a) Encabezar con palabras ordenadoras.<br />
b) Caracterizar las nociones de tradición y de mundo y sociedad tradicional.<br />
c) Extraer, por oposición, rasgos <strong>del</strong> mundo y de la sociedad modernos.<br />
3. Frente a este cuadro, inevitablemente simplificado, pero no por ello (espero) deformante, <strong>del</strong> mundo y<br />
de la sociedad tradicional, la modernidad sólo puede ser representada como ruptura con la tradición: como<br />
destierro de lo estacional y de la circularidad <strong>del</strong> tiempo, como emancipación de los esquemas de<br />
comportamiento preestablecidos y <strong>del</strong> sistema de las jerarquías de rango, legitimadas ab aeterno por la<br />
autoridad <strong>del</strong> eterno ayer, como innovación y creencia en la legitimidad de la innovación.<br />
La idea de lo moderno está íntimamente conectada con la idea de lo nuevo, con la idea de un presente que<br />
puede realmente definir una identidad propia contra el pasado, porque ya no es repetición. Aquella que se<br />
consideró la edad auroral de la modernidad, la edad <strong>del</strong> humanismo italiano, entre los siglos XIV y XV, fue<br />
llamada originariamente “nueva época”; y, por lo demás, aún hoy, en la lengua alemana, para indicar la edad<br />
moderna se usa la expresión contracta Neuzeit, tiempo nuevo. El advenimiento de lo nuevo, contrariamente a<br />
la rigidez y a la heteronomía de los esquemas tradicionales, no puede sino coincidir con el nacimiento <strong>del</strong><br />
sujeto, la reivindicación <strong>del</strong> derecho subjetivo individual, la pretensión <strong>del</strong> reconocimiento de la libertad<br />
subjetiva, entendida como el derecho individual de desarrollar las propias convicciones y de perseguir los<br />
propios intereses, autónomamente definidos. (...)<br />
En esta interpretación –por así decirlo, filohegeliana– el paso a la modernidad consiste pues en la<br />
emancipación <strong>del</strong> individuo de las formas estrechas de la vida comunitaria premoderna, con su cultura<br />
circunscrita. El principio de la modernidad –su fundamento esencial, al que pueden reconducirse los múltiples<br />
procesos y fenómenos contradictorios que llamamos modernos– es concebible así como el primado de la<br />
identidad individual sobre la identidad colectiva: el hombre ya no encuentra su identidad fundamental por<br />
encima de todo en los grupos a los que pertenece y en sus reglas, sino en lo que elige ser, y por ello reivindica<br />
libertad de juicio crítico (y también de acción) en las confrontaciones de los colectivos a los que reconoce<br />
pertenecer (en los que ha nacido) o a los que se adhiere. En otras palabras, el hombre antiguo se define antes<br />
que nada por una identidad colectiva, cada cual se representa a sí mismo; es decir, encuentra la propia<br />
identidad, sobre todo como perteneciente a una cierta estirpe o descendencia y a un cierto pueblo o comunidad<br />
política: se trata de una identidad adscriptiva, no elegida, no determinada o controlada por el sujeto; el<br />
hombre moderno se define ante todo por una identidad individual, por actividades, creencias y valores que él<br />
reivindica como propios y válidos para él incluso en las confrontaciones con los colectivos a los que pertenece,<br />
adhiriéndose a éstos sólo hasta que es compatible con la propia identidad: se trata de una identidad electiva,<br />
que comporta –usando la incisiva fórmula de Hirschman– exit o voice, posibilidades de salida y de protesta<br />
respecto de las formas de vida colectiva tenidas por intolerables o dañosas para la propia identidad. (págs. 100<br />
y 102.)<br />
d) Encabezar con palabras ordenadoras.<br />
e) Explicar las siguientes expresiones y dar ejemplos en la sociedad tradicional:<br />
-“lo estacional y la circularidad <strong>del</strong> tiempo”<br />
-“esquemas de comportamiento preestablecidos”<br />
-“sistemas de jerarquías de rango”<br />
f) Explicar las nociones de “heteronomía” y de “cultura circunscrita”, a la luz <strong>del</strong> fragmento 2 de<br />
Bovero. Dar ejemplos (imágenes, tipos antropológicos, personajes, situaciones, casos, etc.) que<br />
ilustren ambos conceptos.<br />
g) ¿En que consiste la “identidad adscriptiva”?<br />
3. Puesta en común<br />
a) Contrastación y corrección de respuestas.<br />
b) Construcción de un cuadro comparativo en el que se visualicen claramente los contrastes entre<br />
el mundo y la sociedad tradicionales, y el mundo y la sociedad modernos.<br />
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<strong>Principales</strong> <strong>Corrientes</strong> <strong>del</strong> <strong>Pensamiento</strong> Contemporáneo- Cátedra Reigadas<br />
Guía de Trabajos Prácticos nº 2<br />
4. Trabajo en grupos<br />
4. Otro y aún más complicado aspecto problemático emerge si se considera que el hombre moderno idealtípico<br />
de la interpretación filohegeliana, o sea, el individuo dotado de libertad subjetiva, no sólo es lo nuevo,<br />
esta realidad inédita que tiende y pretende su emancipación de los vínculos tradicionales, sino que es también<br />
en sí mismo principio de lo nuevo, o sea, fuente de innumerables y potencialmente infinitas innovaciones en<br />
todos los ámbitos de la experiencia humana. Por lo demás, lo nuevo, para ser realmente nuevo, ha de ser<br />
renovado continuamente; y en nuestro lenguaje corriente, nosotros llamamos moderna solamente a la última<br />
forma de renovación de lo nuevo, sea en el campo que sea. Por ejemplo, en los museos de arte modernos nos<br />
encontramos a Picasso, Matisse o Chagall, pero no encontramos a Giotto o Leonardo, que, sin embargo,<br />
inauguraron el arte de la época moderna; en el mismo sentido, llamamos moderna a una fábrica robotizada,<br />
pero ya no a la cadena de montaje celebrada por Charles Chaplin en Tiempos modernos. (...)<br />
(...) lo nuevo es una idea extraña: para ser realmente nuevo y continuar siéndolo, lo nuevo ha de ser<br />
renovado siempre, rompiendo las cristalizaciones y las institucionalizaciones en las que toda novedad se pierde<br />
a sí misma transformándose simplemente en una tradición distinta. Lo cual sugiere, además, que lo moderno,<br />
mediante su ligazón con la idea extraña de lo nuevo, tiende también a coincidir con la idea misma de mutación<br />
o de cambio en general –una idea aún más extraña, como nos enseñó Kant–, e incluso también con la<br />
atribución de valor positivo <strong>del</strong> cambio: los antiguos tenían horror a la mutación, la revolución sólo podría ser<br />
un concepto moderno. He aquí por qué el lenguaje común llama moderna sólo a las formas últimas, a los<br />
últimos fenómenos de cada dimensión de la vida y de la experiencia, sólo a las últimas innovaciones o<br />
creaciones de la así llamada libertad subjetiva. (págs. 102 y 104)<br />
a) Encabezar con palabras ordenadoras.<br />
b) Explicar las relaciones que la modernidad mantiene con la idea de lo nuevo.<br />
c) ¿Qué ejemplos <strong>del</strong> funcionamiento <strong>del</strong> principio de lo nuevo puede encontrar en la vida y el<br />
mundo actuales?<br />
d) ¿Por qué sostiene Bovero que “lo nuevo es una idea extraña”? Explicar y fundamentar.<br />
Probemos ahora a reformular el problema de una definición sustantiva de lo moderno, de la<br />
determinación de sus fronteras y de su consistencia interna. Se debe ante todo subrayar, por un lado, que las<br />
formas de modernidad que han ido resultando poco a poco obsoletas y superadas en cada una de las<br />
dimensiones de la experiencia por los desarrollos mismos de lo moderno, no por ello se pueden considerar<br />
arrumbadas en lo premoderno: la cesura entre mundo moderno y mundo tradicional no puede ser<br />
arbitrariamente desplazada. Por el lado opuesto, sin embargo, no toda innovación en cuanto tal es<br />
necesariamente fiel al principio que hemos llamado filohegeliano de la modernidad, o sea, al valor de la<br />
libertad subjetiva, de la autonomía individual, en suma, al principio de la dignidad <strong>del</strong> hombre. En este<br />
sentido, ha habido, y aún hay, formas de innovación antimoderna. Quizá la innovación más turbadora de<br />
nuestro siglo, un verdadero fenómeno inédito en la historia <strong>del</strong> género humano, ha sido el totalitarismo, que<br />
ha manifestado su monstruosa ambigüedad con la eliminación metódica, científicamente moderna, de millones<br />
de seres humanos. (pág. 109)<br />
e) ¿Qué relación establece el autor entre innovación y modernidad en este fragmento?<br />
f) ¿Qué diferencia encuentra con lo dicho por el autor en el párrafo 4?<br />
g) ¿Son contradictorias ambas ideas? ¿Por qué?<br />
Parece que los procesos materiales de modernización, aquellos que han sido el vehículo de alejamiento<br />
para los hombres de las identidades opresivas de las formas de vida premoderna, y luego de la renovación<br />
incesante de lo nuevo, más allá de un cierto umbral, se divorcien de los valores de la modernidad. Si el<br />
principio de la modernidad coincide con la liberación <strong>del</strong> sujeto de los vínculos presupuestos y heterónimos, la<br />
modernización, entendida rectamente, habría de consistir en el conjunto de los procesos materiales (y<br />
culturales) dirigidos en cada campo a realizar un cada vez más extensa liberalización, hasta la emancipación<br />
universal, y una creación de condiciones siempre mejores para la expresión y el perfeccionamiento de las<br />
facultades humanas. Era el signo ilustrado de Kant. En cambio, parece que aquellos mismos procesos, que a<br />
pesar de haber conducido, no sin costes dolorosos, a cierta realización de valores de la modernidad,<br />
sobrepasado un cierto umbral, invierten por así decir la ruta. Por dar sólo dos ejemplos: la urbanización, que<br />
llevó, si bien con altísimos costos humanos, a la liberación de la mezquindad de las mentalidades y de los<br />
estilos de vida de las pequeñas comunidades locales, en su proceder incontenible no sólo no alcanza<br />
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Guía de Trabajos Prácticos nº 2<br />
incrementar sus logros positivos, sino que parece profundizar y empeorar sus efectos perversos, neurosis y<br />
marginalidad, violencia y droga, corrupción física y moral, paradójicamente comunes (como ya había<br />
entrevisto Hegel) a la enorme riqueza y a la extrema pobreza; la industrialización, que permite, con otros<br />
tantos elevados costos humanos, el alejamiento de la escasez ilimitada y de la precariedad perenne de los<br />
recursos, en su proceder y transformarse incesante produce desocupación tecnológica y al mismo tiempo<br />
destruye el medio ambiente a ritmos vertiginosos y quizá irreversibles. Son procesos y fenómenos de dimensión<br />
epocal y planetaria, muy difícilmente gobernables. (págs. 109-110).<br />
h) Encabezar con palabras ordenadoras y subrayar las ideas principales.<br />
i) Caracterizar el fenómeno de la modernización y diferenciar de la noción de modernidad.<br />
j) Dar otros ejemplos de fenómenos propios de la modernización que traigan aparejados efectos<br />
antimodernos.<br />
5. Puesta en común<br />
a) Contrastación y corrección de respuestas.<br />
b) Recapitulación: armado de cuadro sinóptico o mapa conceptual con los conceptos clave de los<br />
textos leídos.<br />
c) Imaginemos: dada una situación problemática (de tipo personal, familiar, social) ¿qué<br />
actitudes serían “típicas” de una conciencia tradicional y de una conciencia moderna? Explique<br />
los criterios que ha utilizado.<br />
6. Consigna de escritura<br />
1.a) Caracterizar a la modernidad, a partir <strong>del</strong> texto de Bovero. b) ¿Qué lógica subyacente puede<br />
encontrarse entre los rasgos modernos recién señalados? Fundamentar la respuesta.<br />
2) Sintetizar en un párrafo los fragmentos leídos.<br />
3) Consignar las dudas, dificultades e interrogantes que le hayan surgido en esta clase.<br />
7. Actividad complementaria sugerida<br />
• Película “Tiempos modernos” (Charles Chaplin)<br />
1) ¿Qué visión de la modernidad presenta el film? Fundamentar la respuesta.<br />
2) ¿Qué fenómenos de la modernización refleja? Siguiendo a Bovero: ¿son éstos modernos<br />
o antimodernos? Justificar.<br />
3) ¿Cómo muestra la película la situación <strong>del</strong> individuo en la modernidad? ¿Podría<br />
asimilarse al modo en el que trata este tema Bovero? ¿Por qué?<br />
• Ensaye una posible “Presentación <strong>del</strong> tema <strong>del</strong> día” siguiendo estas indicaciones:<br />
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Guía de Trabajos Prácticos nº 2<br />
-Introducción general al tema (de qué se hablará, y cuál es el lugar y la relevancia <strong>del</strong> tema<br />
dentro <strong>del</strong> programa de la materia)<br />
-Presentación de un recorrido que permita visualizar rápidamente y relacionar entre sí los<br />
aspectos centrales de los textos <strong>del</strong> día (puede usarse esquema, cuadro sinóptico, mapa<br />
conceptual, etc.)<br />
-Ilustración de lo expuesto (a través de imágenes, situaciones, casos, personajes, hechos o<br />
procesos históricos, etc.)<br />
-Actualización <strong>del</strong> tema (vinculación con la vida cotidiana, con el mundo y la sociedad<br />
actuales, etc.)<br />
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GUÍA DE TRABAJOS PRÁCTICOS Nº 2<br />
RECURSOS COMPLEMENTARIOS<br />
La frase “los antiguos y los modernos” nos remite a la historia. Empecemos por definir estos conceptos. El<br />
término “moderno” tiene una larga historia, que ha sido investigada por Hans Robert Jauss. La palabra<br />
“moderno” en su forma latina “modernus” se utilizó por primera vez en el siglo V a fin de distinguir el presente,<br />
que se había vuelto oficialmente cristiano, <strong>del</strong> pasado romano y pagano. El término “moderno”, con un<br />
contenido diverso, expresa una y otra vez la conciencia de una época que se relaciona con el pasado, la<br />
antigüedad, a fin de considerarse a sí misma como el resultado de una transición de lo antiguo a lo nuevo.<br />
Habermas, J., “La modernidad, un proyecto incompleto”,<br />
en Foster, H. y otros: La posmodernidad, Barcelona, Kairós, 1985, pág. 19.<br />
a) Definir el término “moderno”.<br />
b) A partir de lo visto en Bovero, responder: ¿por qué este término pasa de adjetivo (“moderno”)<br />
a sustantivo (“modernidad”)? ¿qué procesos histórico-sociales y qué cambios culturales permiten<br />
explicar dicho pasaje terminológico, y qué implicancias tiene?<br />
El hechizo que los clásicos <strong>del</strong> mundo antiguo proyectaron sobre el espíritu de tiempos posteriores se disolvió<br />
primero con los ideales de la Ilustración francesa. Específicamente, la idea de ser “moderno” dirigiendo la<br />
mirada hacia los antiguos cambió con la creencia, inspirada por la ciencia moderna, en el progreso infinito <strong>del</strong><br />
conocimiento y el avance infinito hacia la mejoría social y moral.<br />
Habermas, J., “La modernidad, un proyecto incompleto”,<br />
en Foster, H. y otros: La posmodernidad, Barcelona, Kairós, 1985, pág. 19.<br />
c) A partir de lo visto en Bovero, explicar por qué la ciencia moderna modificó la visión que<br />
hasta entonces se tenía de los antiguos.<br />
Está entendido que no basta con decir que “la modernidad es un proyecto inacabado” (Habermas). No<br />
obstante haber encarnado la significación imaginaria capitalista de la expansión ilimitada <strong>del</strong> (pseudo–) dominio<br />
(pseudo–) racional, la modernidad está más viva que nunca, comprometida en la carrera frenética que conduce a<br />
la humanidad hacia los peligros más extremos. Pero aunque ese desarrollo <strong>del</strong> capitalismo estuvo condicionado,<br />
decididamente, por el despliegue simultáneo <strong>del</strong> proyecto de la autonomía social e individual, la modernidad<br />
está acabada. Un capitalismo que se desarrolla, con el esfuerzo de afrontar una lucha continua contra el statu<br />
quo de las cadenas de fabricación, así como contra las esferas de las ideas o <strong>del</strong> arte, y un capitalismo cuya<br />
expansión no encuentra ninguna oposición interna efectiva son dos animales socio-históricos totalmente<br />
diferentes. Ciertamente, el proyecto de autonomía en sí mismo no se ha acabado ni está terminado. Pero su<br />
trayectoria durante los dos últimos siglos ha demostrado la inadecuación radical, para hablar con moderación,<br />
de los programas en que se había encarnado –ya sea la república liberal, o el “socialismo” marxista-leninista.<br />
No hace falta subrayar que la demostración de esa inadecuación en la experiencia histórica efectiva es una de<br />
las raíces de la apatía política y de la privatización contemporáneas. Para el resurgimiento <strong>del</strong> proyecto de<br />
autonomía, se requieren nuevos objetivos políticos y nuevas actitudes humanas, de los que por ahora los signos<br />
son escasos. Pero sería absurdo tratar de decidir si estamos viviendo un largo paréntesis, o si asistimos al<br />
comienzo <strong>del</strong> fin de la historia occidental en tanto que historia esencialmente ligada al proyecto de autonomía y<br />
codeterminado por éste.<br />
Castoriadis, C., “La época <strong>del</strong> conformismo generalizado”,<br />
en El mundo fragmentado, Buenos Aires, Caronte, 1995.<br />
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<strong>Principales</strong> <strong>Corrientes</strong> <strong>del</strong> <strong>Pensamiento</strong> Contemporáneo- Cátedra Reigadas<br />
Guía de Trabajos Prácticos nº 2<br />
d) ¿Cuáles son los rasgos que este autor atribuye a la modernidad? Vincular con el texto de<br />
Bovero.<br />
e) Comparar la posición de Castoriadis con la de Habermas acerca <strong>del</strong> proyecto moderno.<br />
f) ¿Cuál es el diagnóstico que efectúa Castoriadis respecto de la época contemporánea y de sus<br />
posibilidades de concretar el proyecto moderno? Exponer sintéticamente.<br />
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