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NUTRICION Y PSIQUE CON REFERENCIA ... - PAHO/WHO

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<strong>NUTRICION</strong> Y <strong>PSIQUE</strong> <strong>CON</strong> <strong>REFERENCIA</strong> ESPECIAL A LA<br />

PSICODIETETICA EXPERIMENTAL*<br />

DR. J. BROZEK<br />

Del Laboratorio de Higiene Fisiológica, Universidad de Minnesota, Escuela de Sanidad,<br />

Minneapolis, Minnesota, E. U. A.<br />

INTRODUCCION<br />

La influencia de la dieta sobre la capacidad<br />

funcional y la “mente humanas-su intelecto<br />

y personalidad, su capacidad creadora y su<br />

sensibilidad religiosa-son cuestiones que<br />

han intrigado al hombre desde tiempo in-<br />

memorial. Sin embargo, solo en época muy<br />

reciente han comenzado a aplicarase los<br />

métodos científicos al estudio de la nutrición<br />

y sus efectos sobre la psique.<br />

En los estudios experimentales de la<br />

alimentación del hombre y de los animales<br />

se ha aplicado una diversidad de técnicas<br />

cuantitativas y semicuantitativas de las<br />

utilizadas en la caracterización de los dife-<br />

rentes aspectos de la conducta. Un examen<br />

crítico de estos métodos indica que no son<br />

completamente satisfactorios. Puede decirse<br />

(y la tesis no es ciertamente jocosa) que la<br />

precisión de nuestros métodos es inversa-<br />

mente proporcional a la verdadera impor-<br />

tancia de las funciones que se evalúan, y<br />

también a su sensibilidad bajo los efectos del<br />

apremio de alimentarse. Hemos podido ver<br />

que, en condiciones de prolongada privación<br />

de calorías, la actividad mental espontánea<br />

disminuye de manera sorprendente, mien-<br />

tras que la medida del nivel de inteligencia<br />

muestra poca 0 ninguna alteración (44, p.<br />

863). Hay muchas otras limitaciones de los<br />

métodos (15). Sin embargo, el conocimiento<br />

de estas limitaciones no debe servir en modo<br />

alguno para ocultar los adelantos logrados<br />

en este nuevo campo de la ciencia de la<br />

nutrición ni la necesidad de reemplazar con<br />

hechos el folklore y las ideas de moda en lo<br />

que se refiere a los efectos psicológicos de los<br />

alimentos.<br />

* Basado en la comunicación presentada al<br />

Tercer Congreso Internacional de Nutrición,<br />

Amsterdam, Holanda, septiembre 13-17, 1954, y<br />

publicada en Voeding, marzo, 1955.<br />

414<br />

Al estudiar la nutrición y la conducta,<br />

manejamos variables muy complejas. La<br />

conducta, como equivalente funcional de la<br />

“psique”, abarca, no ~610 las funciones<br />

motrices (tales como coordinación o veloci-<br />

dad de los movimientos), sino también<br />

las funciones sensoriales (especialmente el<br />

gusto y el olfato), la inteligencia y la per-<br />

sonalidad en sentido restringido (sensacio-<br />

nes corporales y sentimiento de bienestar,<br />

emociones y voliciones).<br />

Estos dos complejos sistemas, nutrici6n<br />

y conducta, pueden estudiarse considerando<br />

uno u otro como variable “independiente”.<br />

Así, por una parte, están los efectos de la<br />

nutrición (exceso de nutrición, desnutrición<br />

y malnutrición) sobre la conducta; y este<br />

problema, planteado en el ambiente expe-<br />

rimental del laboratorio, es el que nos<br />

ha preocupado en Minnesota desde 1941.<br />

Por otra parte, cabe considerar los factores<br />

psicológicos, tanto individuales como socia-<br />

les, en sus relaciones con la selecci6n y con<br />

la aceptación de alimentos, con los gustos y<br />

aversiones, con las preferencias y las re-<br />

pulsiones que dichos alimentos suscitan.<br />

A veces, como sucede con la obesidad o con<br />

la anorexia nerviosa, el simple esquema<br />

variable “independiente-dependiente” fra-<br />

casa por completo. Así como los factores<br />

psicológicos (emotivos) pueden desempeñar<br />

un papel “independiente” al principio y<br />

originar una ingestión deficiente de ali-<br />

mentos, el defecto nutritivo consiguiente<br />

repercute a su vez en la personalidad. El<br />

aislamiento de la sociedad, unido a un pro-<br />

fundo pesar o al sentimiento de encon-<br />

trarse fuera de ambiente, puede llevar a la<br />

adquisición de hábitos dietéticos extraños y<br />

nocivos, que, a su vez, pueden causar,<br />

por ejemplo, pelagra seguida de graves<br />

trastornos mentales.


Abril 19551 <strong>NUTRICION</strong> -- nn-,.--<br />

x IDILJlJJ!¡ Alrz<br />

etlit<br />

LA ALIMENTACION, EL HOMBRE Y<br />

LA SOCIEDAD<br />

Para estudiar de un modo completo las<br />

relaciones existentes entre los alimentos, la<br />

nutrición y la conducta, es preciso tomar en<br />

consideración las disciplinas relativas a la<br />

composición de los alimentos y las actitudes<br />

del hombre hacia éstos, conjuntamente con<br />

la cultura y la biología humanas.<br />

El antropólogo Richards (66) emprendió<br />

un estudio completo, sobre el terreno, de la<br />

nutrición en una sociedad primitiva desde<br />

el punto de vista de las funciones sociales y<br />

culturales de los alimentos y la forma de<br />

comerlos. Su tesis es que la nutrición, como<br />

proceso biológico, es más fundamental que el<br />

sexo. “En la vida del organismo individual<br />

la nutrición es la necesidad física primordial<br />

y más recurrente, en tanto que en la amplia<br />

esfera de la sociedad humana determina, en<br />

mayor grado que cualquiera otra función<br />

fisiológica, la naturaleza de las agrupaciones<br />

sociales y la forma que sus actividades<br />

adoptan (ib&% p. 1).<br />

Si bien el “hambre”, expresión de la<br />

necesidad de alimentos del organismo, es<br />

uno de los impulsos biológicos fundamen-<br />

tales, en las sociedades humanas los ali-<br />

mentos, la alimentación y la forma de in-<br />

gerirlos adquieren valores que guardan poca<br />

relación con la supervivencia física. B.<br />

Malinowski, en su preámbulo a la obra de<br />

Richards, recalca la necesidad de que se<br />

investigue el simbolismo de los alimentos y<br />

las actitudes hacia los mismos determinadas<br />

por la tradición. Cita casos instructivos, a<br />

la vez que divertidos, de diferencias de<br />

“ideología de los alimentos” observadas<br />

durante sus estudios tanto en Melanesia como<br />

en Europa. Se dice que los nativos de las<br />

islas Trobriand son muy parcos en sus pre-<br />

ferencias alimenticias. Detestan a sus vecinos<br />

por cambales, comedores de perros y de<br />

serpientes. Sus vecinos, a la vez, los<br />

desprecian por su falta de buen gusto y de<br />

aprecio de viandas tan excelentes como son<br />

el hombre, las serpientes y los perros.<br />

El simbolismo de los alimentos interesa<br />

no sólo al antropólogo cultural sino también<br />

al médico que trata enfermos de anorexia<br />

nervosa (por temor de impregnación por vía<br />

oral como una de las causas subyacentes)<br />

y casos más leves de aversión a los ali-<br />

mentos, o bien el problema contrario de<br />

exceso en el comer.<br />

Los factores psicológicos relacionados con<br />

la ingestión de alimentos fueron sistemáti-<br />

camente examinados y descritos por Selling<br />

y Ferraro (70). Después de haber analizado<br />

la psicología básica de la nutrición los<br />

autores estudian problemas tales como la<br />

alimentación de los niños; las dificultades de<br />

alimentación del adulto debidos a perturba-<br />

ciones de origen psíquico; los aspectos<br />

dietéticos de la deficiencia mental, de los<br />

trastornos mentales (pacientes maníaco-<br />

depresivos y pacientes que sufren de para-<br />

noia y que a veces tienen la obsesión de que<br />

sus alimentos han sido envenenados), y de<br />

la senilidad; la psicología del enfermo some-<br />

tido a dieta; las consideraciones psicológicas<br />

relacionadas con la alimentación de grandes<br />

grupos, como en las escuelas o en la industria,<br />

y el mejoramiento de los conocimientos de<br />

las gentes con respecto a la nutrición. El<br />

estudio contiene un breve capítulo sobre el<br />

efecto de la dieta inadecuada en la conducta<br />

y la personalidad. Desde la aparición de la<br />

obra hace diez años, se han publicado nue-<br />

vos datos, más importantes en esta rama<br />

que en cualquiera otra tal vez de las materias<br />

que abarca el libro de Selling-Ferraro. Es una<br />

lástima que esta obra clásica de “psico-<br />

diet&ica”-término creado por Fritz (28)-<br />

no contenga las referencias bibliogrãficas de<br />

las publicaciones que cita. Fritz (29)<br />

preparó una bibliografía clasificada de los<br />

estudios anteriores en esta mat’eria, de<br />

carácter más bien clínico que experimental.<br />

sELmmoN Y APRECIACION DE<br />

LOS ALIMENTOS<br />

En el aspecto psicofisiológico, los sentidos<br />

químicos, el gusto y, el olfato han sido<br />

estudiados intensamente tanto en sus<br />

aspectos fundamentales (31, pp. 270-323;<br />

32 b, 60, 61) como respecto al sabor de los<br />

alimentos (20, 51, 54). La selección de los


416 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA<br />

alimentos como problema psico-fisiológico<br />

ha sido tratada detenidamente en lengua<br />

castellana por Grande (32 a). Los problemas<br />

cientificos e industriales relativos al olor<br />

(incluso el de controlar los olores en la<br />

preparación de alimentos proteínicos, (22))<br />

se discutieron en una reciente conferencia<br />

presidida por A. R. Behnke. Dove (23)<br />

describió los procedimientos aplicados en el<br />

Quartermaster Food and Container Institute,<br />

de Chicago, para evaluar la aceptabilidad<br />

de los alimentos; véase también Peryam y<br />

col. (60 a). Los problemas que plantea la<br />

creación de mercados para los nuevos<br />

productos alimenticios, el debilitamiento de<br />

la adhesión a las antiguas marcas y el<br />

acreditar las nuevas, tienen consecuencias<br />

económicas de gran trascendencia y cons-<br />

tituyen importantes aspectos del art,e y la<br />

ciencia de la publicidad.<br />

Se ha escrito mucho sobre la sed y el<br />

hambre en cuanto necesidades corporales<br />

de agua y alimento o alimentos (56, pp.<br />

382-401). Recientemente Mayer (50) estudió<br />

los mecanismos que regulan la ingestión<br />

de alimentos en su relación con la etiología<br />

de la obesidad, destacando la teoría glucostática<br />

del autor. Young (78) hizo un<br />

análisis crftico de trabajos publicados sobre<br />

el apetito, sobre el sabor de los alimentos y<br />

los hábitos dietéticos desde el punto de<br />

vista de la psicología experimental. Los<br />

hábitos dietéticos fueron objeto de intenso<br />

estudio en los Estados Unidos durante la<br />

Segunda Guerra Mundial, y el Comité sobre<br />

Hábitos Dietéticos, del Consejo Nacional de<br />

Investigaciones, preparó un informe que<br />

hace época sobre el problema de la modificación<br />

de los hábitos dietéticos (18), y más<br />

tarde, un manual con una extensa hibliografía<br />

(682 fichas) sobre los m&odos de<br />

investigación de los hábitos dietéticos (19).<br />

Los autores tuvieron presente un público<br />

muy amplio, como el que se dedica al<br />

estudio de los hábitos dietéticos desde el<br />

punto de vista de la estructura antropológica<br />

cultural; el que tiene a su cargo las encuestas<br />

sociales en gran escala, que abarcan los<br />

fin, aquel cuyos deberes profesionales com-<br />

prenden la aplicación del conocimiento de<br />

los hábitos dietéticos y al mismo tiempo<br />

facilitan nuevas investigaciones en este<br />

campo, como son los especialistas en el<br />

cuidado y educación de párvulos, en la vida<br />

de familia, en bienestar social, en higiene<br />

mental y medicina psicosomática.<br />

EXPERIMENTOS SOBRE DIETA Y <strong>CON</strong>DUCTA<br />

Calorias-En la parte restante de este<br />

trabajo nos limit’aremos a tratar de los<br />

efectos de la nutrición en la conducta,<br />

con referencia especial a las calorías, vita-<br />

minas y aminoácidos. Cabe suponer que la<br />

falta de cualquier nutriente esencial cau-<br />

sará, con el tiempo, profundo deterioro en<br />

uno o más aspectos del rendimiento y la per-<br />

sonalidad (por ejemplo, la asociaci6n de la<br />

deficiencia mental y la sordera congénita<br />

con el bocio endémico y el cretinismo causa-<br />

dos por deficiencia de yodo).<br />

Los fenómenos nutritivos más estudiados<br />

son la inanición y la privación parcial de<br />

calorías. Desde el punto de vista dietético,<br />

la cant,idad de alimentos podía regularse<br />

fácilmente mucho antes de que se llegara a<br />

conocer el contenido de vitaminas y amino-<br />

ácidos de los alimentos y antes de que fuera<br />

prácticamente posible preparar raciones<br />

adecuadas en todos los nutrientes menos<br />

uno, y complementar la dieta con compo-<br />

nentes purificados o sintéticos (2).<br />

Hay que señalar que, ya en 1914, Langfeld<br />

(48) present6 un extenso estudio sobre la<br />

psicofisiología del ayuno prolongado. El<br />

estudio se hizo con un abogado de Malta,<br />

Agostino Levanzin, que vino a Boston para<br />

someterse a un prolongado ayuno en el<br />

Laboratorio de Nutrición de la Institución<br />

Carnegie, de Washington. La tarea de<br />

Langfeld consistió en complementar las<br />

mediciones fisiológicas con pruebas psico-<br />

lógicas. Se examinaron las funciones sen-<br />

soriales (umbral tactil, acuidad visual),<br />

psicomotoras (percusión, fuerza) y las<br />

intelectivas (memoria de palabras y cifras,<br />

asociaci6n de palabras, supresión de letras).<br />

hábitos dietéticos de la población; y, en Se observó una sorprendent’e falta de de-<br />

c


Abril 19551 <strong>NUTRICION</strong> Y <strong>PSIQUE</strong> 417<br />

terioro definido y en algunas pruebas se<br />

observó una mejoría, debida (por lo menos<br />

en parte) al aprendizaje. Las medidas de<br />

control se hicieron solamente durante dos<br />

días antes de comenzar el ayuno, lo que no<br />

basta para alcanzar un nivel estable de<br />

aprendizaje en muchas de las pruebas em-<br />

pleadas en el estudio.<br />

El Laboratorio de Boston, de la Institu-<br />

ción Carnegie de Washington, con Walter<br />

Miles encargado de las mediciones psicoló-<br />

gicas, emprendió en 1917-18 un estudio<br />

bastante completo de las reacciones cor-<br />

porales a la reducción prolongada de las<br />

calorías de la dieta (8). Estimuló este<br />

estudio la grave escasez de alimentos en<br />

Europa durante la última parte de la<br />

Primera Guerra Mundial, pero no se estu-<br />

dió sistemáticamente la rehabilitación die-<br />

tética. La pérdida de peso fué pequeña<br />

(aproximadamente 10 por ciento del valor<br />

inicial).<br />

Una prueba mucho más concienzuda de<br />

los efectos de la privación de calorías en el<br />

desenvolvimiento y la personalidad se<br />

efectuó en los experimentos de inanición-<br />

rehabilitación llevados a cabo en Minnesota<br />

de 1944 a 1946. En el detallado informe sobre<br />

este estudio (44), los datos de Minnesota<br />

contrastan con las investigaciones experi-<br />

mentales descritas en las publicaciones sobre<br />

la materia y las abundantes observaciones<br />

clínicas y sobre el terreno acerca de la mala<br />

nutrición y el hambre, incluso las hechas en<br />

España (32 c). Se dedicaron algunos trabajos<br />

a problemas especiales (13, 14, 26, 27, 45,<br />

69).<br />

Los estudios sistemáticos y cuantitativos<br />

de los efectos físicos de la privación de<br />

alimentos y especialmente de la fase de re-<br />

cuperación son escasos. Ningún estudio de<br />

esta clase ha sido publicado acerca de los<br />

efectos psicológicos. Los informes clííicos<br />

y de campo sobre la conducta se basan, en<br />

gran parte, en observaciones cualitativas.<br />

Es evidente que los métodos psicométricos<br />

o sociométricos estándar no son de fácil<br />

aplicación en los estados de semiprivación y<br />

de hambre. En el estudio de Minnesota se<br />

empleó una amplia variedad de técnicas para<br />

la evaluación de los efectos de limitación<br />

prolongada de alimentos (con un promedio<br />

de ingestión de menos de 1600 calorías por<br />

hombre por día, durante seis meses, con la<br />

consiguiente pérdida del 25 % de peso).<br />

Las características más destacadas fueron<br />

una considerable pérdida de fuerza, un<br />

acentuado descenso de resistencia para el<br />

trabajo físico, con pequeñas alteraciones de<br />

velocidad y coordinación, escaso o ningún<br />

deterioro de las funciones sensoriales y de la<br />

eficiencia intelectiva y notables cambios del<br />

sentimiento de bienestar y de la personali-<br />

dad, con tendencia firme a la “psico-<br />

neurosis”. En general, el grado de recupera-<br />

ción tendía al paralelismo con el valor<br />

calórico de las dietas a que estuvieron so-<br />

metidos los subgrupos durante las primeras<br />

8 semanas de la rehabilitación dietética.<br />

El estudio de 20 hombres mantenidos bajo<br />

observación mostró que, 33 semanas des-<br />

pués de terminada la dieta deficient,e, se<br />

habían recuperado totalmente a juzgar por<br />

las puntuaciones del Minnesota Multiphasic<br />

Personality Inventory y por la fuerza de las<br />

manos.<br />

Vitaminas.-En la biología de la higiene<br />

mental las vitaminas del complejo B, es-<br />

pecialmente la tiamina, desempeñan una<br />

importante función. En la reunión de la<br />

Asociación para la Investigación de En-<br />

fermedades Nerviosas y Mentales (7)<br />

dedicada al estudio de los efectos de la<br />

deficiencia alimenticia en la personalidad,<br />

se prestó gran atención al complejo vita-<br />

mínico B. Sin embargo, se puso claramente<br />

de manifiesto que el estudio experimental de<br />

las alteraciones de la conducta estaba mucho<br />

menos adelantado que la investigación<br />

médica (clínica) y bioquímica sobre los<br />

efectos de la deficiencia de vitaminas B.<br />

En aquella época, los estudios en que se<br />

aplicaban técnicas estándar cuantitativas,<br />

a la investigación de diferentes aspectos de<br />

la capacidad funcional y de la personalidad,<br />

eran muy limitados en número y alcance.<br />

El estudio de O’Shea y Elsom (59) sobre las<br />

alteraciones mentales por deficiencia del


418 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA<br />

complejo B puede citarse entre los primeros<br />

esfuerzos hechos en este sentido. Hardwick<br />

(35) analizó ampliamente la literatura<br />

relativa al papel de la deficiencia de vita-<br />

minas en los trastornos nerviosos y mentales.<br />

Wilder (77) resumió los primeros estudios<br />

experimentales llevados a efecto en Roches-<br />

ter, Minn., entre 1939 y 1942, y examinó las<br />

publicaciones más recientes sobre la in-<br />

ducción experimental de las psiconeurosis por<br />

medio de la limitación de la tiamina de la<br />

dieta. En Rochester, los estudios se realiza-<br />

ron en mujeres jóvenes y de edad madura,<br />

recluídas en el Hospital estatal de Enfer-<br />

medades Mentales de dicha ciudad, y con-<br />

sideradas por el personal psiquíatra como<br />

“repuestas” de la fase aguda de su enferme-<br />

dad mental. Las complicaciones de la in-<br />

terpretación de los resultados, motivadas por<br />

la anormalidad psiquiátrica inicial de las<br />

enfermas, se remediaron parcialmente me-<br />

diante un prolongado período de pre-<br />

restricción, lo que permitió llevar a cabo<br />

apropiadas observaciones de “control” y un<br />

riguroso control de la dieta y del medio.<br />

Los perfodos de deficiencia de tiamina<br />

fueron seguidos de otro período suficiente-<br />

mente prolongado para permitir una com-<br />

pleta recuperación de las anormalidades<br />

resultantes de la escasez de tiamina.<br />

En una serie de observaciones, el con-<br />

tenido de tiamina de la dieta se redujo a<br />

450 microgramos al día. En el período de<br />

control, los diez sujetos se mostraron bas-<br />

tante bien adaptados, activos y eficientes<br />

en sus labores diarias. “Algunas semanas<br />

después de haberse restringido el contenido<br />

de tiamina, comenzaron a mostrarse negli-<br />

gentes en el trabajo y con mala disposición<br />

para seguir las instrucciones. Se volvieron<br />

olvidadizos, irritables, pendencieros, apáti-<br />

cos, confusos, deprimidos, agitados e im-<br />

pacientes. Al final, pero no antes de que<br />

transcurrieran muchas semanas, se pre-<br />

sentaron sfntomas y signos mínimos de<br />

neuropatía periférica en algunos, pero no en<br />

todos los sujetos. Esos sfntomas desaparecie-<br />

ron gradualmente a medida que se incre-<br />

mentó la ración de tiamina” (ibzX, p. 531).<br />

En estos estudios no se trató de medir el<br />

grado de anormalidad psíquica.<br />

En el Laboratorio de Higiene Fisiológica<br />

se examinaron los efectos de la disminución<br />

y de la carencia total de tiamina en 8<br />

hombres jóvenes que, al comienzo del ex-<br />

perimento, se encontraban en condiciones<br />

normales (para un cuadro general, incluso de<br />

los datos bioquímicos y fisiológicos, véase<br />

el trabajo No. 43 de las referencias; para la<br />

personalidad, el 12; para las funciones in-<br />

telectivas, el 33; para el funcionamiento<br />

motor, el ll). El experimento constó de<br />

cuatro períodos: estandarización (41 días),<br />

restricción parcial (161 días), con ingestión<br />

de 0.18 mg de tiamina, 0.29 mg de ribo-<br />

flavina y 3.7 mg de niacina por 1.000<br />

calorías; período de deficiencia aguda de<br />

esas vitaminas (23 días) con sólo indicios de<br />

las mismas en la dieta; y un período de 10<br />

días de complemento tiamfnico.<br />

Las evaluaciones individuales y las<br />

evaluaciones comparadas (individuo por<br />

individuo) no mostraron signos de modi-<br />

ficación en la adaptación emocional y del<br />

bienestar durant’e el prolongado período de<br />

restricción parcial, pero indicaron un de-<br />

terioro constante y sorprendente de este<br />

aspecto de “aptitud” general durante el<br />

período de deficiencia aguda. Durante este<br />

período se alimentó a los sujetos con una<br />

dieta sintética compuesta principalmente<br />

de almidón de maíz, azúcar, grasa vegetal, y<br />

caseína purificada, a lo cual se agregaron<br />

minerales y vitaminas para producir una<br />

dieta equilibrada, excepto en vitaminas del<br />

complejo B. La anorexia y más tarde las<br />

náuseas y los vómitos, se iniciaron entre los<br />

8 y 14 días y continuaron en aumento hasta<br />

llegar al punto de una casi completa in-<br />

capacidad para comer al cabo de otros 10<br />

días. La complementación de la dieta con<br />

tiamina sola devolvió el apetito, produjo una<br />

rápida recuperación de la sensación de<br />

bienestar y la regresión de los síntomas<br />

subjetivos, según los resultados de las evalua-<br />

ciones.<br />

El IMinnesota 2llultiphasic Personality In-<br />

ventory tampoco reveló muestras de deterioro


Abril 19551 <strong>NUTRICION</strong> Y <strong>PSIQUE</strong> 419<br />

en el período de restricción parcial. Durante<br />

el período de deficiencia aguda se lograron<br />

notables modificaciones en la puntuación<br />

media de los sujetos de experimentación en<br />

las tres escalas psiconeuróticas - Hipo-<br />

condríasis (de 46 a SO), Depresión (58 a 87)<br />

e Histeria (de 55 a 83) ; media “normal” =<br />

50, 1 DS = 10. Al parecer la deficiencia, no<br />

produjo en los hombres un deterioro de la<br />

personalidad específico de la deficiencia del<br />

complejo B, sino que fué indistinguible de<br />

la que presentan muchos enfermos grave-<br />

mente neuróticos.<br />

En el período de privación parcial no se<br />

observó deterioro intelectual en dos pruebas<br />

de inteligencia general y de laberintos de<br />

Porteu. Durante la privación aguda de<br />

vitaminas del complejo B se notó cierto<br />

deterioro en una serie de 6 pruebas cortas de<br />

funciones intelectuales (cf. 34), especialmente<br />

en las pruebas en que la velocidad constituía<br />

un factor esencial. Sin embargo, ~610 en las<br />

pruebas de capacidad de visualización de<br />

objetos en el espacio, la diferencia entre los<br />

sujetos deficientes y los que habían recibido<br />

el complemento alcanzó un nivel de signi-<br />

ficación estadística del 5%.<br />

Durante el período de restricción parcial<br />

no se observó deterioro efectivo en ninguna<br />

de las mediciones psicomotoras. En dos<br />

pruebas (velocidad de percusiún y velocidad<br />

de los movimientos coordinados de mano y<br />

brazo) de las siete realizadas, las puntua-<br />

ciones medias mostraron aumentos algo<br />

mayores, en cuanto a la práctica, en los<br />

sujetos que recibieron el complemento (1<br />

mg de tiamina, 1 mg de riboflavina, 10<br />

mg de niacina diarios, con un gasto calórico<br />

de unas 3.300 Cal.) que en el grupo de con-<br />

sumo restringido. La diferencia alcanzó un<br />

grado de significación estadística del 5%.<br />

En el período de deficiencia aguda se mani-<br />

festó un acentuado deterioro de la capacidad<br />

psicomotora. Este deterioro se observó ya<br />

al undécimo día de haber mantenido al su-<br />

jeto a una dieta carente de vitaminas de<br />

complejo-B, y fu6 uno de los síntomas<br />

tempranos de deficiencia. Fué escasa la<br />

pérdida de fuerza y velocidad de la per-<br />

cusión, sin que alcanzara el nivel de signi-<br />

ficación estadística. Se registr6 un deterioro<br />

significativo (nivel de 5%) en las dos prue-<br />

bas de tiempo de reacción, que comprendían<br />

el movimiento del dedo del pie y de todo el<br />

cuerpo, y en la velocidad de los movimientos<br />

coordinados de mano y brazo. Se observó<br />

un deterioro de elevada significación (nivel<br />

de 1%) en la prueba de coordinación de ojo<br />

y mano. La capacidad psicomotora tendió a<br />

recobrar el nivel normal al cabo de diez<br />

días de amplia complementación de la dieta<br />

con tiamina (10 mg, después, 5 mg diarios).<br />

Por razones humanitarias, no se pueden<br />

imponer, con carácter experimental, res-<br />

tricciones dietéticas a los niños y a algunos<br />

otros grupos. Sin embargo, cabe utilizarlos,<br />

y en algunos casos resultan sumamente<br />

adecuados, en los experimentos dietéticos<br />

relativos a la complementación de la dieta<br />

con un determinado nutriente, si se puede<br />

demostrar teóricamente que ese tratamiento<br />

dietético es beneficioso para los sujetos.<br />

Harrel (36, 37; cf. Nutrition. .Review 4,<br />

343-345, 1946; 7, 220-222, 1949) realizó<br />

dos estudios sobre los efectos de agregar 2<br />

mg de tiamina a una dieta “media”, que<br />

proporciona unos 0.9 mg de tiamina por<br />

niño al día. El autor llega a la conclusión de<br />

que quizás no se observen los resultados del<br />

complemento con tiamina en un corto<br />

período, pero que los efectos acumulativos<br />

de un régimen dietético superior durante<br />

toda la vida pueden representar la diferencia<br />

entre una vida feliz y activa y una adapta-<br />

ción puramente marginal (1947, p. 100).<br />

Si bien no puede negarse la validez de esta<br />

tesis, al repetir el estudio con gemelos<br />

idénticos como sujetos (9, SS), durante un<br />

período de nueve meses, no se observaron<br />

diferencias estadísticamente significativas,<br />

aun cuando hubo cierta tendencia a una<br />

mejoría ligeramente superior en el grupo que<br />

habfa recibido el complemento.<br />

La inmensa mayoría de las manifesta-<br />

ciones funcionales de deficiencias de ali-<br />

mentación, son de carácter no específico.<br />

El síndrome neurastkrico, resultante de la<br />

deficiencia de vitaminas del complejo B


420 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA<br />

(tiamina) puede resultar de una multipli-<br />

cidad de causas que nada tienen que ver con<br />

la alimentación. La fatiga excesiva, la<br />

inquietud y la irritabilidad, los dolores vagos,<br />

el temor, la tendencia al olvido, la sensi-<br />

bilidad al ruido y la falta de apetito, no<br />

deben atribuirse, a la ligera, a nutrición<br />

defectuosa, ni tratarse, sin tener en cuenta<br />

la historia dietética, con píldoras de vita-<br />

minas.<br />

La deficiencia de vitamina A suele ir<br />

asociada con una incapacidad sensorial<br />

específica. Si bien la variación de las mani-<br />

festaciones y gravedad de los síntomas des-<br />

critos ha sido considerable (cf. Nutrilion<br />

Rev. 7, 234-238, 1949), se ha observado<br />

repetidamente un aumento del umbral<br />

luminoso del ojo adaptado a la obscuridad<br />

del hombre (y de las ratas; veáse 55)<br />

alimentado con dietas deficientes en vita-<br />

mina A. Bajo los auspicios del Consejo<br />

Británico de Investigaciones Médicas (38)<br />

se llev6 a cabo un meticuloso estudio en<br />

gran escala sobre los efectos de la deficiencia<br />

de vitamina A. El estudio se realizó en<br />

veinte jóvenes varones y tres mujeres que,<br />

como opuestos a la movilización en tiempo<br />

de guerra por ‘kazones de conciencia” se<br />

ofrecieron para el experimento. Dieciséis de<br />

ellos vivieron durante períodos que variaron<br />

de 6 a 25 meses sometidos a una dieta<br />

carente de vitamina A y muy pobre en<br />

caroteno. Se hicieron frecuentes mediciones<br />

de adaptación a la obscuridad. Solamente en<br />

tres individuos de los 16 sometidos a los<br />

experimentos se observó un notable de-<br />

terioro de adaptaciiin a la obscuridad<br />

(aumento del umbral luminoso final),<br />

después de 10, 12 y 20 meses de estar a dieta<br />

deficiente. También aumentó el tiempo de<br />

transición cono-bastoncillo (es decir, el<br />

tiempo que transcurre desde el comienzo del<br />

período de adaptación a la obscuridad, en<br />

que los bastoncillos reemplazan a los oonos<br />

como elemento visual) y el tiempo total<br />

necesario para alcanzar la máxima sensihili-<br />

dad a la luz. Estos resultados, a los que no<br />

debe atribuirse un valor absoluto y sin<br />

reservas. indican aue. en los adultos oue al<br />

principio se encuentran en un estado de<br />

nutrición media (LLnormal”), la deficiencia<br />

de vitamina A puede inducirse con menos<br />

rapidez y menos facilidad de lo que se<br />

habfa creído ant’es de disponer de estos<br />

datos.<br />

Aminoácidos.-Uno de los problemas que<br />

han despertado considerable interés y han<br />

dado lugar a una serie de investigaciones<br />

experimentales se refiere a los efectos<br />

mentales del ácido glutámico (cf. Nutrition<br />

Reviews 9, 113-117, 1951; ll, 201-204,<br />

1953). La investigación clínica de los efectos<br />

potenciales del ácido glutámico sobre la<br />

inteligencia fué estimulada por la observa-<br />

ción incident’al de un aumento de viveza<br />

durante el tratamiento de la epilepsia (62).<br />

Los resultados de los primeros estudios<br />

sobre el uso de complementos de ácido<br />

glutámico en los niños mentalmente de-<br />

ficientes parecieron alentadores (80). In-<br />

vestigaciones ulteriores y mejor controladas<br />

(p.e. 24,49, 52,53,79) indicaron, en general,<br />

que los efectos beneficiosos de la alimenta-<br />

ción complementaria con ácido glutámico,<br />

al medir la inteligencia de individuos mental-<br />

mente retardados, carecían de significación<br />

estadística. Albert, Hoch y Waelsch (1)<br />

notificaron resultados positivos en niños de<br />

muy baja capacidad mental (coeficientes de<br />

inteligencia de 22 a 60) y Foale (25) notó<br />

alguna mejoría de niños que recibieron 9 g<br />

de ácido glutámico durante los primeros<br />

cuatro meses y 12 g durante los seis meses<br />

siguientes. Se administró el complemento en<br />

forma de tabletas. Al parecer no se ad-<br />

ministraron placebos al grupo testigo. Los<br />

valores medios inicial y final del coeficiente<br />

de int,eligencia, logrados mediante fórmulas<br />

equivalentes de la prueba de inteligencia de<br />

Cattell, fueron 62,l y 65,3 en los sujetos<br />

que recibieron complemento y 64,l y 64,2,<br />

en el grupo testigo. En las pruebas de “capa-<br />

cidad práctica”, los progresos fueron casi<br />

idénticos en los dos grupos. Se notificó una<br />

mejoría de la adaptación general de algunos<br />

de los sujetos de experimentación, en<br />

contraste con la ausencia de esas modi-<br />

ficaciones en el Bruno testieo. Desde el tmnto<br />

k


i<br />

Abril 19551 <strong>NUTRICION</strong> Y <strong>PSIQUE</strong> 421<br />

de vista de los métodos la ausencia de<br />

placebos representa un punto débil del<br />

estudio y puede haber afectado diferente-<br />

mente el comportamiento manifiesto de los<br />

dos grupos.<br />

<strong>NUTRICION</strong> INDUSTRIAL<br />

Además de las investigaciones de labora-<br />

torio sobre la capacidad funcional, se<br />

hicieron unas pocas investigaciones controla-<br />

das en la industria. En los Estados Unidos<br />

los dos problemas principales eran la<br />

eficacia del complemento de vitaminas<br />

(cf. Nutritim Rev. 8, 312-317, 1950) y la<br />

alimentación entre comidas (cf. Nutrition<br />

Rev. 8, 167-170, 1950). Simonson (71), y<br />

Hutchinson y Krehl (40) hicieron un re-<br />

sumen de las recientes publicaciones sobre<br />

la influencia de la nutrición en la capacidad<br />

de trabajo. Kraut (47) analizó algunos<br />

aspectos escogidos de los experimentos<br />

alemanes hechos durante la Segunda Guerra<br />

Mundial y después de ella, relacionados con<br />

la dieta y la capacidad de trabajo; algunos<br />

de estos estudios fueron objeto de evaluación<br />

crítica en Nutrition Reviews (9, 340-342,<br />

1951).<br />

El amplio campo de la nutrición industrial<br />

ha sido estudiado sistemáticamente por<br />

Pyke (63). Examina todos los datos de que<br />

se dispone acerca de la forma en que los<br />

distintos tipos de trabajo afectan los re-<br />

querimientos de la nutrición y cómo pueden<br />

combinarse mejor los alimentos, dentro de<br />

las variadas condiciones de la vida in-<br />

dustrial, incluso el trabajo en diferentes<br />

turnos, a fin de proporcionar a los distintos<br />

grupos de trabajadores una dieta adecuada.<br />

El autor señala (64) que, a pesar de lo<br />

mucho que se ha escrito sobre los requeri-<br />

mientos de energía, una gran parte no<br />

tiene aplicación al trabajo en la industria<br />

moderna y tiene poco valor para las personas<br />

encargadas de planear las comidas de los<br />

trabajadores industriales.<br />

Hutchinson (39) hizo un estudio sobre los<br />

hábitos dietéticos y sus efectos en la capa-<br />

cidad de trabajo. Se interesó especialmente<br />

en la alimentación entre comidas, señalando<br />

ciertas ventajas de tomar refrigerios a cortos<br />

intervalos (más bien que pocas comidas y<br />

abundantes a grandes intervalos). Ese<br />

régimen dietético estimula la viveza y el<br />

bienestar general, mientras que las comidas<br />

abundantes producen generalmente somno-<br />

lencia y poca inclinación al esfuerzo mental<br />

y a la actividad física. El nuevo material<br />

presentado por el autor está expresado por<br />

una curva “típica” de producción diaria;<br />

ésta es mayor durante la primera parte de<br />

la mañana y de la tarde, y presenta una<br />

disminución por “fatiga” en la última parte<br />

de ambos períodos. Tienen especial interés<br />

las diferencias de producción de la tarde,<br />

después de una comida pesada o de una<br />

comida ligera al mediodía. Mientras que,<br />

tras un ligero refrigerio, la curva acusa una<br />

elevación bastante acentuada, una comida<br />

fuerte se traduce en un “achatamiento” de<br />

la curva correspondiente a la producción<br />

temprana (una elevación más lenta). Si<br />

pudieran expresarse esas observaciones con<br />

cifras los resultados no carecerían de interés.<br />

Desgraciadamente, no se dispone de detalles<br />

sobre el tipo de actividades industriales a<br />

que se refiere la gráfica, el número de<br />

trabajadores de que se trat’a ni la cantidad<br />

de las comidas. La gráfica se trazó partiendo<br />

de informes descriptivos recibidos por el<br />

autor de fuentes no identificadas. Por lo<br />

tanto, poco se ha progresado científicamente,<br />

aparte de la observación de sentido común<br />

de que una comida abundante va con fre-<br />

cuencia asociada a una sensación de somno-<br />

lencia, cierto deterioro de la coordinación y<br />

poca inclinación al esfuerzo físico o mentaI.<br />

La alimentación entre comidas se consi-<br />

dera generalmente como factor de eficiencia<br />

productiva. Jung (42) considera el refri-<br />

gerio a media mañana especialmente im-<br />

portante cuando el trabajo comienza muy<br />

temprano y el período entre el desayuno y<br />

la comida de mediodía se hace más largo<br />

como consecuencia del tiempo necesario<br />

para trasladarse al punto de trabajo. Sin<br />

embargo, en algunas ocasiones la interrup-<br />

ción del trabajo requiere “entrar en calor”<br />

de nuevo, lo que se traduce en la natural


422 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA<br />

lentitud del aumento de la producción, y la<br />

práctica de los refrigerios a media mañana<br />

es discutible si se evalúa sólo desde el punto<br />

de vista productivo. Este importante punto<br />

tampoco está respaldado con datos efec-<br />

tivos.<br />

Jung (Zoc. cit.) recalcó que en el trabajo<br />

intelectual el estado de ánimo desempeña un<br />

importante papel y que puede ser afectado,<br />

en cierta medida, por la dieta. Cree, con-<br />

cretamente, que la carne tiene un efecto<br />

estimulante en muchas personas. Es in-<br />

discutible que todos estos puntos son de<br />

importancia práctica. Desgraciadamente,<br />

las investigaciones científicas en esta materia<br />

son muy escasas en comparación con la<br />

riqueza de conocimientos médico-culinarios.<br />

Incluso en lo que se refiere al trabajo manual<br />

pesado, los trabajos publicados sobre el<br />

efecto de las variaciones de la composición<br />

de la dieta abundan en afirmaciones no<br />

concluyentes y contradictorias.<br />

POSIBLES APLICACIONES EN LOS ESTUDIOS<br />

CLINICOS Y SOBRE EL TERRENO<br />

Los problemas discutidos hasta ahora han<br />

sido estudiados principalmente en con-<br />

diciones de laboratorio cuidadosamente<br />

controladas. En la industria se llevó a cabo<br />

un limitado número de investigaciones con-<br />

troladas. La aplicacicin de las técnicas psi-<br />

cométricas en la clínica y sobre el terreno<br />

plantea una nueva situación a la que es<br />

preciso hacer frente. Así, por ejemplo, aun<br />

cuando la “demencia” (junto con dermatitis<br />

y diarrea) ha sido reconocida desde hace<br />

tiempo como síntoma clásico de la pelagra,<br />

son escasas las investigaciones de los aspec-<br />

tos psicológicos de la enfermedad en que se<br />

emplearon métodos modernos de estudio de<br />

la personalidad.<br />

Es posible que las regiones del mundo en<br />

que abundan más las graves deficiencias<br />

alimenticias, sean las más fructfferas e<br />

importantes para un estudio sistemático de<br />

la influencia de la nutrición en la psique.<br />

En los casos de kwashiorkor-enfermedad<br />

asociada a la deficiencia de proteínas en la<br />

dieta de los niños de corta edad y que es<br />

común en algunas partes de Africa, de Asia<br />

y de las Américas-la presencia de la<br />

apatía mental, combinada con mal humor<br />

cuando se perturba al niño, se citó como uno<br />

de los sfntomas principales (41). Clark (17)<br />

considera las alteraciones mentales como<br />

una característica importante y constante<br />

del kwashiorkor. Davies (21, esp. p. llO),<br />

observó que las alteraciones mentales son<br />

indiscutiblemente una manifestación de la<br />

enfermedad, no responden a una terapéutica<br />

determinada y desaparecen con el mejora-<br />

miento clínico general. Sugiere que se<br />

relacionan directamente con la deficiencia<br />

proteínica y con el consiguiente trastorno<br />

encímico general. Carothers (16) considera<br />

poco probable que el deterioro mental<br />

producido a la edad de dos a cuatro años<br />

y asociado a intensa deficiencia proteínica<br />

pueda remediarse completamente en edad<br />

más avanzada. Tal como está la investiga-<br />

ción de esta materia, carecemos de los datos<br />

necesarios para confirmar o rechazar esta<br />

hipótesis.<br />

La exploración del desarrollo intelectual<br />

en diferentes poblaciones requiere pruebas<br />

no verbales. Esta clase de prueba, cuyo<br />

contenido no es aún suficientemente uni-<br />

versal y que está “ligada a la cultura” más<br />

de lo deseable, ha sido elaborado y descrita<br />

en fecha reciente por Gille (32). La prueba,<br />

proyectada para su empleo en grupo y<br />

aplicada a unos 100,000 niños franceses, se<br />

utilizó también con los nativos del Africa<br />

Occidental Francesa. Las variaciones en el<br />

modo de vida, consideradas como uno de los<br />

temas que han de estudiarse con esta<br />

prueba, incluyen como punto importante<br />

los factores de la nutrición.<br />

La Sección de Salud Mental, de la OMS,<br />

subvencionó el primer estudio de las al-<br />

teraciones psicológicas asociadas al kwashior-<br />

kor. Para la evaluación de la capacidad<br />

mental (30) se emplea la serie de pruebas,<br />

hechas individualmente y en gran parte de<br />

tipo manual, establecidas por A. Gesell para<br />

el estudio del desarrollo mental del niño


Abril 19551 <strong>NUTRICION</strong><br />

preescolar. Además de los estudios psico-<br />

métricos, se presta atención al medio<br />

sociopsicológico en que se desarrolla la en-<br />

fermedad y especialmente a la conducta de<br />

la madre.<br />

Si bien abundan las teorías acerca del<br />

papel de los alimentos en las diferencias<br />

nacionales de temperamento, los conoci-<br />

mientos de base empírica de esta materia<br />

son insignificantes. Las sociedades primi-<br />

tivas, de idénticos antecedentes genéticos y<br />

que viven en el mismo clima, pero cuyas<br />

dietas son diferentes, proporcionan “labora-<br />

torios naturales” donde poner a prueba la<br />

hipótesis relativa al influjo de la dieta sobre<br />

la estructura psicológica. En Rhodesia del<br />

Norte, Richards y Widdowson (66a) ob-<br />

servaron que los indígenas de la tribu Bisa<br />

(que se alimentan de pescado) mostraban<br />

mayor vitalidad, resistencia y capacidad de<br />

concentración que los de la tribu Bemba, en<br />

cuya dieta predominaban los cereales<br />

(mijo).<br />

Xcol (58), en su estudio sobre la nu-<br />

trición y el estado sanitario de las tribus en<br />

Nigeria, notificó que, en el examen clmico,<br />

se observó que las condiciones físicas y la<br />

viveza mental eran satisfactorias en un 70<br />

por ciento del grupo traficante y de los<br />

pescadores de la tribu Ijaw, mientras que<br />

entre los campesinos de la tribu Isoko solo<br />

la mitad de este porcentaje aparecían en<br />

buenas condiciones físicas y la mayoría de<br />

ellos se mostraron apáticos durante los<br />

exámenes. El estudio de su apariencia<br />

general, de su comportamiento e ingesta<br />

llevó al autor a considerar que la apatfa<br />

mental y la irritabilidad de los campesinos<br />

de la tribu Isoko guardaba relación con la<br />

prolongada deficiencia del complejo de<br />

vitaminas B. La aplicación de Gcnicas más<br />

esmeradas a la descripción del funciona-<br />

miento mental y de la personalidad con-<br />

tribuirá a facilitar un estudio diagnóstico<br />

más detallado y la evaluación de los efectos<br />

de los tratamientos dietéticos. El estudio de<br />

Nicol se limitó principalmente a la evalua-<br />

ción clínica cualitativa, pero también tuvo<br />

-* -“-^11-<br />

x lTYlLJ”~<br />

“0.3<br />

LfL3<br />

en cuenta los registros de la policía local y<br />

de los tribunales en los que había abun-<br />

dantes pruebas de los accesos de ira y de los<br />

berrinches que, de vez en cuando, sufren<br />

los miembros de la tribu Isoko.<br />

ESTUDIOS EN ANIMALES<br />

Hasta ahora nos hemos ocupado del<br />

hombre. Sentimos sinceramente que la<br />

Dra. Paule Aschkenasy-Lelu no hubiera<br />

podido tomar parte en estas discusiones y<br />

tratar el tema de la nutrición y el comporta-<br />

miento con referencia a los estudios en<br />

animales, como al comienzo se habia proyec-<br />

tado. Ha revisado las publicaciones que<br />

tratan de los efectos de las deficiencias de<br />

la alimentación sobre la conducta (4), del<br />

complemento de la dieta con ciertos nu-<br />

trientes, especialmente la tiamina y el ácido<br />

glutámico (3), y de la nutrición de pacientes<br />

mentales (6). Sus estudios experimentales<br />

(5) tratan de la ingestión espontánea de<br />

alimentos por la rata. Si bien acepta la<br />

tesis general de que los factores metabólicos<br />

desempeñan un papel esencial en la regu-<br />

lación de la alimentación, no ha podido<br />

poner de manifiesto la existencia de un<br />

“hambre” éspec%ca de proteínas.<br />

El estudio de la relación entre la nutrición<br />

y la conducta animales depende de la<br />

combinación de conocimientos bioquímicos<br />

y de la familiaridad con los métodos de<br />

estudio del comportamiento de los animales.<br />

A juzgar por mis informaciones, no existe<br />

un solo laboratorio dedicado al estudio<br />

sistemático de esta materia, y las obras<br />

clásicas de nutrición han descuidado con-<br />

siderablemente los estudios sobre comporta-<br />

miento animal, que se hallan diseminados<br />

en una amplia variedad de publicaciones, la<br />

mayoría de las cuales no son, ordinaria-<br />

mente, de fácil acceso. El Cumulative Index<br />

to the Journal of Nutrition, correspondiente<br />

a los volúmenes del 16 al 36, 1938 a 1948, no<br />

contiene los términos “behavior” (con-<br />

ducta”, “performance” (funcionamiento),<br />

“activity” (actividad) o “intelligence” (in-<br />

t eligencia) , estudiados en animales en


424 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PAKAMERICANA<br />

funcicin de la nutrición. En el período comprendido<br />

en el indice, se publicaron en el<br />

Journal ocho estudios sobre la autoselección<br />

de las dietas por los animales y la apetencia<br />

de diferentes principios nutritivos.<br />

La mejor referencia es el Handboolc of<br />

Psychological Research on Rut, de Munn<br />

(57), que analiza una cantidad bastante<br />

amplia de publicaciones sobre el ciclo del<br />

hambre y el comportamiento en el comer,<br />

sobre la nutrición y la actividad general<br />

(medida mediante tambores giratorios y<br />

jaulas montadas en tambores), sobre la<br />

dieta y el comportamiento sexual, sobre la<br />

adaptación de la rata a la obscuridad y la<br />

avitaminosis A, sobre la nutrición y el<br />

aprendizaje y sobre los factores dietéticos<br />

en relación con la susceptibilidad a los<br />

ataques otogénicos. Reed (65, esp. p. 397)<br />

consideró los factores de la nutrición en<br />

su análisis de la literatura sobre la actividad<br />

espontánea de los animales.<br />

La importancia de ciertos sentidos (visión,<br />

olfato) para las ovejas fué investigada recientemente<br />

en el Rowett Research Institute<br />

(72, 75). Tribe (73) publicó un<br />

estudio detallado sobre el comportamiento<br />

de los animales que pastan teniendo en<br />

cuenta el gusto, el olfato y la vista. Llega a<br />

la conclusión de que nuestros conocimientos<br />

no bastan para llegar a una satisfactoria<br />

interpretación teórica de la conducta en<br />

relación con el apetito. Además de los<br />

factores individuales, se estudió (74) la<br />

facilitación social de la conducta durante el<br />

apacentamiento inducida por la presencia<br />

de un grupo de ovejas que no habían recibido<br />

complemento alimenticio (una libra de torta<br />

de harina de linaza y avena machacada).<br />

Cuando los dos grupos pastaron separadamente,<br />

los animales que habían recibido el<br />

complemento pasaban más tiempo descansando<br />

que el otro grupo. Cuando los dos<br />

grupos pastaban juntos, la proporción de<br />

apacentamiento y descanso era parecida y<br />

se aproximaba al comportamiento del grupo<br />

que no habla recibido el complement’o,<br />

cuando pastaba solo.<br />

tiamina, Kniazuk y Molitor (46) emplearon<br />

una ingeniosa técnica para la medición de<br />

la resistencia. Sujetando diferentes pesos a<br />

ratas, forzadas a nadar en el agua por el<br />

temor a ahogarse, los autores pudieron<br />

variar de una manera sencilla el peso utili-<br />

zado en el experimento. Este método es pre-<br />

ferible a someterlas al agotamiento en un<br />

molino movido a motor, puesto que así<br />

se elimina por completo la posibilidad de<br />

lesionar las patas del animal.<br />

Las recientes publicaciones sobre la<br />

conduct,a del animal alimentado con raciones<br />

deficientes en vitaminas del complejo B,<br />

fueron resumidas en lo que se refiere al<br />

aprendizaje por el método de las pruebas de<br />

laberinto (Nutrition Reviews 10, 1952, 235-<br />

238) y al establecimiento de reflejos con-<br />

dicionados (Nutrition Rev. 10, 1952, 273-<br />

276). Las observaciones cualitativas de<br />

cambios de comportamiento constituyen<br />

datos primarios útiles sobre la importancia<br />

de los factores de nutrición. Así Rinehart,<br />

Greenberg, y Ginzton (67) comunicaron que<br />

la eliminación de la tiamina de la dieta<br />

causaba, en el término aproximado de dos<br />

semanas, una disminución del consumo de<br />

alimentos y pérdida de peso. Con el tiempo,<br />

los animales se debilitaban y aparecian<br />

apáticos e inactivos, mostraban falta de<br />

coordinación muscular, párpados cbafdos y<br />

temblores.<br />

Si bien esas observaciones no dejan lugar<br />

a dudas en cuanto a los efectos de la de-<br />

ficiencia de tiamina en la dieta, es preciso<br />

aplicar procedimientos cuantitativos (ela-<br />

borados para la investigación del comporta-<br />

miento de los animales) a fin de poder<br />

estudiar la relación entre los parámetros<br />

cuantitativos de la privación (su duración<br />

y grado) y las funciones sensoriales y<br />

motoras.<br />

En las primeras investigaciones sobre los<br />

efectos de las vitaminas del complejo B en<br />

el aprendizaje los animales se adiestraban<br />

a correr en laberintos del t,ipo de callejuelas.<br />

El alimento que actuaba de incentivo, se<br />

colocaba al final del laberinto. Puesto que la<br />

En su estudio sobre la deficiencia de pérdida del apetito es uno de los primeros


Abril 19551 <strong>NUTRICION</strong> Y <strong>PSIQUE</strong> 425<br />

síntomas de deficiencia del complejo de<br />

vitaminas B, en especial de la tiamina, el<br />

pobre resultado de las pruebas en los ani-<br />

males deficientes podía obedecer sencilla-<br />

mente a un cambio de motivación, sin<br />

menoscabo de la capacidad de aprender.<br />

Por esta razón, es preferible que el motivo de<br />

su actividad sea escapar del agua más bien<br />

que encontrar el alimento. Lo han usado,<br />

por ejemplo, Whitley, O’Dell y Hogan (76)<br />

en su estudio sobre la deficiencia de folacina.<br />

Los animales de alimentación deficiente<br />

mostraron una inferioridad significativa<br />

desde el punto de vista estadístico para<br />

orientarse en el laberinto.<br />

La capacidad de aprender a salir de un<br />

laberinto puede clasificarse, según G. Allport,<br />

como aprendizaje eferente, que supone<br />

alterar la respuesta a una serie de estímulos<br />

determinados. La adquisición de los re-<br />

flejos condicionados, por otra parte, re-<br />

presentan aprendizaje aferente, consistente<br />

en el aumento de la variedad de estimulos<br />

efectivos. Partiendo de la cantidad limitada<br />

de datos de experimentación disponibles,<br />

parece que los reflejos condicionados pueden<br />

servir de indicadores muy sensibles de inca-<br />

pacidad, inducida por medios dietéticos, del<br />

sistema nervioso central.<br />

Se ha señalado antes que los laberintos<br />

hechos en el agua son preferibles a los hechos<br />

en el suelo. Sin embargo la natación requiere<br />

un gran esfuerzo muscular y la fatiga de los<br />

músculos puede tomarse por deterioro de la<br />

capacidad de aprendizaje. El uso de re-<br />

flejos condicionados, como el cierre del<br />

párpado al soplor en la córnea en coinciden-<br />

cia con la presentación de un estímulo<br />

luminoso (lo), sirve para eliminar la inter-<br />

ferencia de los factores variables de moti-<br />

vación y para reducir la importancia de la<br />

fatiga muscular. La fijación de los reflejos<br />

condicionados (por ej., cierre del párpado a<br />

la sola aparición de la luz) es un procedi-<br />

mento útil para la evaluación de la capacidad<br />

del animal para establecer nuevas asocia-<br />

ciones de estímulo-reflejo. Aunque parezca<br />

extraño, esta técnica fué abandonada en<br />

gran medida en las investigaciones sobre<br />

nutrición y aprendizaje, en favor, casi<br />

exclusivamente, del aprendizaje por el<br />

método del laberinto.<br />

Si bien no pueden descartarse las limita-<br />

ciones de los estudios de animales en general<br />

(y de las investigaciones sobre la conducta en<br />

particular), al parecer las técnicas de<br />

estudio de la conducta de los animales no<br />

se han utilizado en toda su amplitud, en<br />

beneficio de la ciencia de la nutrición.<br />

RESUMEN Y <strong>CON</strong>CLUSIONES<br />

Hemos concentrado nuestra atención en<br />

las investigaciones experimentales sobre la<br />

influencia de los alimentos en la conducta<br />

humana, con una breve referencia a los<br />

estudios en animales. Se han analizado<br />

estudios ilustrativos escogidos, con especial<br />

referencia a los efectos de las variaciones de<br />

ingestión de calorías y a dos clases de<br />

nutrientes especiales, las vitaminas y los<br />

aminoácidos, específicamente el ácido glu-<br />

támico.<br />

Todavía quedan por demostrar de manera<br />

concluyente los efectos psicológicos bene-<br />

ficiosos de complementar una buena dieta<br />

“promedio” de individuos “normales” con<br />

algún nutriente. Al mismo tiempo, no cabe<br />

duda que las deficiencias dietéticas afectan<br />

profundamente la disposición y la capacidad<br />

del hombre para el trabajo, y alteran<br />

su personalidad. Por regla general, esas<br />

alteraciones de actitud y comportamiento<br />

simulan psiconeurosis, aunque en algunos<br />

casos la dieta deficiente puede producir<br />

cambios psicóticos, asociados a profundos<br />

trastornos del sistema nervioso central<br />

(algunos enfermos de pelagra, encéfalo-<br />

patía en caso de deficiencia aguda de ácido<br />

nicotínico, el síndrome de Wernicke en los<br />

alcohólicos). En los Estados Unidos el<br />

enriquecimiento de la harina y del pan con<br />

vitaminas, iniciado en 1941, parece haber<br />

reducido notablemente la incidencia de esos<br />

síntomas de avitaminosis (77, p. 536).<br />

Wilder (ibid.) observó también la disminu-<br />

ción de graves trastornos mentales al<br />

agregar tiamina a la glucosa administrada en<br />

casos de vómitos perniciosos a las embara-


426 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA<br />

zadas, o después de importantes operaciones<br />

quirúrgicas.<br />

Se observará que en los estudios experi-<br />

mentales en seres humanos, por regla<br />

general, los sujetos han sido hombres<br />

jdvenes, escogidos por hallarse libres de en-<br />

fermedades y por vivir en un medio cómodo<br />

e higiénico. Aceptaron la responsabilidad de<br />

realizar el experimento en la mejor forma<br />

posible por motivos elevados (variables<br />

según se tratara de estudiantes de medicina,<br />

de soldados y opuestos a la guerra por<br />

escrúpulos de conciencia) y en su inmensa<br />

mayoría cumplieron lo que se esperaba de<br />

ellos. El deterioro de los aspectos medidos de<br />

capacidad de desenvolvimiento y per-<br />

sonalidad fué realmente mfnimo, y es<br />

necesario un juicio cuidadoso al extrapolar<br />

los resultados obtenidos.<br />

En la industria, en la agricultura y en la<br />

mayoría de las operaciones militares la<br />

fuerza bruta viene siendo reemplazada<br />

constantemente por la de la máquina. Por<br />

lo tanto, al probar la “aptitud” del hombre<br />

en relación con la dieta ha ido aumentando<br />

constantemente la importancia de los<br />

componentes psicológicos de la idoneidad.<br />

La motivación, factor primordial en toda<br />

realización, resulta fácilmente afectada por<br />

una nutrición impropia. La apatia y la<br />

psiconeurosis, inducidas experimentalmente<br />

en el laboratorio, tienen su equivalente en<br />

el comportamiento y actitudes de las pobla-<br />

ciones desnutridas. La ampliación de los<br />

conocimientos de la “psicodietética” es una<br />

de las tareas esenciales que ha de afrontar<br />

la ciencia de la nutrición. Al mismo tiempo,<br />

una en&gica e inteligente aplicación de los<br />

datos disponibles elevaría de manera con-<br />

siderable el nivel de salud fi’sica y mental, y<br />

la productividad, de los habitantes de las<br />

áreas poco desarrolladas y mal alimentadas<br />

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Our attention has been focussed on experi-<br />

mental investigations of the impact of food on<br />

behavior in man with a brief referente to animal<br />

studies. Selected illustrative studies were re-<br />

viewed, with particular referente to the effects of<br />

the variations in the intake of calories and two<br />

classes of special nutrients, the vitamins and the<br />

amino acids, specifically the glutamic acid.<br />

Beneficial psychological effects of the supple-<br />

mentation of a good “average” diet of “normal”<br />

individuals with any nutrient still remains to be<br />

demonstrated satisfactorily. At the same time,<br />

there is no doubt that dietary deficiencies affect<br />

profoundly man% willingness and capacity for<br />

work, and alter bis personality. As a rule, these<br />

alterations in attitude and behavior simulate<br />

psychoneurosis although in some instances faulty<br />

diet may bring about psychotic changes, associ-<br />

ated with profound disorders of the central ner-<br />

vous system (some patients with pellagra,<br />

encephalopathy in acute nicotinic acid deficiency,<br />

the Wernicke syndrome in the alcoholics). In the<br />

U. S. the vitamin enrichment of flour and bread,<br />

begun in 1941, seems to have markedly reduced<br />

the incidence of these symptoms of avitaminosis.<br />

Wilder noted also the decline of severe mental dis-<br />

turbances, on adding thiamine to the glucose ad-<br />

ministered in cases of pernicious vomiting in preg-<br />

nancy or after some major surgical operations.<br />

It should be noted that in human experimental<br />

studies, as a rule, the subjects have been young<br />

(Summary and Conclusions)<br />

men, selected for freedom from disease and living<br />

in comfortable and hygienic surroundings. They<br />

were charged with the responsibility of perform-<br />

ing as well as they could and, with their high<br />

motivation (varying in the guiding values in the<br />

case of medical students, soldiers, and conscienti-<br />

ous objectors) in overwhelmmg majority they<br />

have lived up to the high expectations. The de-<br />

terioration in the measured aspects of perform-<br />

ante capacity and personality has been certainly<br />

minimal and careful judgment must be exercised<br />

in extrapolating the results.<br />

In industry, agriculture and the majority of<br />

military operations, brute forte is being steadily<br />

replaced by that of machine. Consequently, in<br />

testing man% “fitness” in referente to the dietary<br />

intake the importance of psychological com-<br />

ponents of fitness has been steadily increasing.<br />

Motivation, a crucial factor in al1 achievement,<br />

is particularly readily affected by improper nutri-<br />

tion. Apathy and psychoneurosis, experimentally<br />

induced in the laboratory, have their counterpart<br />

in the behavior and attitudes of malnourished<br />

populations. Further extension of the knowledge<br />

of “psychodietetics” is one of the challenging<br />

tasks for the science of nutrition. At the same<br />

time, a vigorous and intelligent application of<br />

available information would raise significantly<br />

the physical and mental health and productivity<br />

of the inhabitants of the underdeveloped and<br />

underfed areas of the world.

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