El Salón de Cazadores del Palacio del Infantado de Guadalajara.

UNIVERSIDAD DE ORIENTE
Facultad de Construcciones
EL SALÓN DE CAZADORES DEL PALACIO DEL INFANTADO DE GUADALAJARA
RESUMEN
Antonio Miguel Trallero Sanz * , Ana Marín Palma,
Antonio López Tercero y Eduardo García
El Palacio de los Duques del Infantado fue considerado como uno de los mejores
palacios góticos de España. En 1480, don Iñigo López de Mendoza, segundo duque del
Infantado, mandó construir en Guadalajara (España) su residencia. El proyecto y
dirección de la construcción le es encargada al arquitecto Juan Guas
Se trata de un edificio cúbico, de planta cuadrada, con tres plantas en el cuerpo de
fachada y dos plantas en el resto del edificio, que se ordena alrededor de un gran patio
central, llamado de los Leones.
Sus propietarios, se dedicaron durante siglos a enriquecerlo, adaptándole a las diversas
necesidades y gustos del momento, incluyendo artesonados en todas las salas, pinturas
murales, cerámicas, tapices, etc. A principios del siglo XX comienza su decadencia
hasta que un incendio producido por la caída de una bomba durante la Guerra Civil lo
destruyó casi completamente
Esta ponencia recoge como fue el magnifico artesonado que cubrió el Salón de
Cazadores del Palacio, recurriendo para ello a las fuentes históricas documentales y a
los restos de las piezas sueltas aun existentes en los sótanos del edificio. Estas piezas
fueron clasificadas y catalogadas y con la documentación gráfica recogida y las
dimensiones de la propia sala, nos permitieron desarrollar exactamente sus trazas y
poder realizar un proyecto de reconstrucción del mismo con la definición formal y
numérica de todos sus componentes y, auxiliándonos de las actuales herramientas
graficas, poder dar un paso más y recrear, también, como fue la imagen original con la
que fue concebido aquel espacio, reconstruyendo virtualmente dicho salón.
Palabras clave: Reconstrucción virtual.
* Escuela de Arquitectura Técnica de Guadalajara. Universidad de Alcalá. Edificio Multidepartamental,
C/Cifuentes, 28.19003 Guadalajara. Telf. 949 20 96 88, Fax 949 20 96 82
E-mail: antonio.trallero@uah.es
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INTRODUCCIÓN
EL ARTESONADO DEL SALÓN DE CAZADORES DEL
PALACIO DEL INFANTADO DE GUADALAJARA
El Palacio de los Duques del Infantado fue considerado como uno de los mejores
palacios góticos de España. Sus propietarios, los diversos duques del Infantado, se
dedicaron durante siglos a enriquecerlo, adaptándole a las diversas necesidades y
gustos del momento, incluyendo artesonados en todas las salas, pinturas murales,
cerámicas, colecciones de tapices, de reposteros y de armas, alfombras, etc. A
principios del siglo XX comienza la larga decadencia del edificio hasta desembocar en
su cierre al dejar de ser la residencia privada de los duques, pero manteniendo intacto
todos sus bienes inmuebles; hasta que en el siglo XX, un incendio producido por la
caída de una bomba lo destruyó casi completamente.
Esta comunicación recoge como fue el magnifico artesonado que cubrió el Salón de
Cazadores del Palacio, recurriendo para ello a las fuentes históricas documentales y a
los restos de las piezas sueltas aun existentes en los sótanos del edificio, que se
clasificaron y catalogaron y que con las dimensiones de la propia sala, nos permitieron
desarrollar exactamente sus trazas y, auxiliándonos de las actuales herramientas
graficas, poder dar un paso más y recrear, también, como fue la imagen original con la
que fue concebido aquel espacio.
Este trabajo que aquí presentamos forma parte de un proyecto que recoge como fue
concebido el edificio desde su creación hasta su destrucción en el año 1936, según su
ficha -número 12- del Catálogo de la Edificación de Interés Histórico Artístico, Cultural,
Arquitectónico o Ambiental. Además, debido a que en el Palacio del Infantado se puede
realizar cualquier tipo de obra porque no hay una especial protección en ninguno de sus
elementos o en el conjunto de la edificación, esta propuesta de recuperación del
artesonado del Salón de Cazadores que se propone sería totalmente viable de ejecutar.
Antes de empezar a describir el artesonado es necesario encuadrarlo históricamente y
físicamente en el edificio que nos ocupa.
EL PALACIO DEL INFANTADO
En 1480, don Iñigo López de Mendoza, segundo duque del Infantado, manda construir
en la parte norte de Guadalajara, España, su residencia palacio. El proyecto y dirección
de la construcción le es encargada al arquitecto Juan Guas, el cual participó en obras
como el monasterio toledano de San Juan de los Reyes, el castillo del Real de
Manzanares o la Hospedería Real en Guadalupe. Su intervención se centra entre 1480
y 1483, año en que se terminó el grueso de la obra arquitectónica, la fachada y el patio.
En esa época colaboró en la construcción de estas dos últimas, el decorador y tallista
Egas Cueman, nacido en los Países Bajos.
Se trata de un edificio cúbico, de planta cuadrada, con dos plantas, que se ordena
alrededor de un gran patio central, llamado de los Leones, y en el que todos los
salones, las galerías y la escalera principal los cubre con grandes y ricos artesonados.
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La fachada es plana, alargada horizontalmente, tal como el modo gótico del momento
concibe los edificios civiles, pero la cerrazón de los muros, incluso el más principal de
ellos, nos lleva a pensar en las construcciones de tipo militar.
Al terminar Juan Guas su periodo de trabajo en el palacio, se hace cargo de las obras
que aún restan el alcarreño Lorenzo de Trillo, maestro de obras de la fábrica del Palacio
entre 1484 y 1497; haciendo también de contratista y ejecutor de las obras de
albañilería, de diseñador y de tallista de los frisos, así como de diversas construcciones
anexas al edificio principal, como las caballerizas, siendo el ensamblador de
artesonados.
Los descendientes del duque se dedican a aumentar la riqueza ornamental interior
hasta llegar al quinto duque, don Iñigo López de Mendoza, en el que el aumento de su
sequito que ha de residir en el Palacio, le hace replantearse una reforma espacial en el
edificio con el fin de poder dar cabida a todos, encargándosele las obras a Acacio de
Orejón.
Estas se inician a partir de 1570, consistiendo en aumentar el número de habitaciones,
pero sin ampliar la superficie del edificio, reduciendo para ello el tamaño de las salas
existentes y dividiendo horizontalmente la planta baja en dos, haciéndose necesario
desmontar artesonados, reformar otros, abrir nuevas ventanas en las fachadas
exteriores para permitir su iluminación y reducir la altura del patio, en definitiva, teniendo
que alterar la imagen gótico-mudéjar que tenía, al mezclarla con una al estilo herreriano
del gusto de la época.
Una vez solucionado el programa funcional del edificio se dedicó a enriquecer
notablemente todo el palacio, llamando a Pedro de Ribera, Juan Salba, Pedro de
Medinilla, Juan Sánchez y Juan de Ballesteros para los trabajos de cantería, a Cristóbal
de la Plaza para la realización de las rejas o a Gaspar de Yebes, Alonso de Bustares,
Sebastián Díaz y Juan del Arco para los trabajos en madera. Las nuevas chimeneas de
las salas bajas se deben a los artistas italianos Juan Bautista de Génova y Domingo
Milanés, maestros marmoleros y para la decoración de las nuevas salas de planta baja,
se contó con la intervención pictórica de Rómulo Cincinato.
A finales del siglo XVII, cuando los duques del infantado deciden trasladar su residencia
a la Corte en Madrid, el Palacio se queda deshabitado.
En 1878, el duque de Osuna e Infantado, don Mariano Téllez-Girón y Beaufort, tasa el
edificio para vendérselo al Ministerio de la Guerra, pero pagando él una parte para así
poder seguir teniendo derecho sobre el Palacio para el supuesto de que el Ministerio
dejaba algún día de emplear el edificio para el fin que había sido propuesto. Las otras
partes fueron pagadas por el Ayuntamiento de la ciudad de Guadalajara y el Consejo de
la Caja de Huérfanos de la Guerra.
En el siglo XX, se le reforma para adaptarlo a las nuevos usos que el colegio de
Huérfanos de la Guerra requiere, siendo el director de estas obras de remodelación el
arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, que no modifica los artesonados existentes ni el
resto de bienes inmuebles.
Durante la Guerra Civil Española, se bombardeó la ciudad de Guadalajara el día 6 de
diciembre de 1936, cayendo sobre el Palacio varias bombas que incendiaron los techos
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y cubiertas. El fuego no pudo ser apagado y durante los tres días siguientes al
bombardeo estuvo ardiendo, quedando únicamente los muros y las partes de piedra,
perdiéndose todos artesonados que poseía el Palacio.
Al ser destruido el edificio, pasó la propiedad del palacio al duque del Infantado y al
Ayuntamiento de Guadalajara, pues el Ministerio del Ejército desestimó emplear el
palacio en Colegio de Huérfanos. Dichos poseedores donaron finalmente los restos del
palacio al Ministerio de Educación Nacional para que, a cambio de unos derechos que,
para el duque, son la utilización de unas salas de la planta baja, y para el Ayuntamiento,
la celebración de actos municipales de tipo cultural.
A partir de 1961, el Estado Español, por cuenta de su Ministerio de Educación y
Ciencia, y de las Direcciones Generales de Archivos y Bibliotecas y de Bellas Artes,
restauró el palacio del Infantado y se destinó a Casa de la Cultura, con Archivo,
Biblioteca, Salón de actos, salas de Exposiciones y Museo, debiéndose la
reconstrucción y restauración al arquitecto José Manuel González Varcárcel, siendo el
encargado de las obras Félix del Rey y los maestros canteros, José del Sol, Francisco
Antoral y Pedro Ruiz. Actualmente su uso es el de Museo Provincial de Bellas Artes.
LOS ARTESONADOS DEL PALACIO
Hasta 1936 se conservan los artesonados que describimos a continuación:
- El del Salón de Salvajes, situado en la esquina suroeste del palacio en el piso primero.
De planta cuadrada, estaba provisto de un artesonado octogonal a base de lacería
mudéjar, dorado y coloreado.
- La llamada antiguamente Sala de Mocárabes o de Escudos y luego Salón de
Consejos. Era también de planta cuadrada, y ornamentada con mocárabes colgantes
dorados en forma de piñas. El artesonado colocado en esta sala, según la hipótesis de
muchos historiadores, fue realizado para la capilla mayor de la Iglesia Conventual de
Lupiana, siendo adquirido por el segundo duque y traído al palacio para ser montado en
1502, al que posteriormente el duque mandó añadirle un friso.
- El del Salón de Linajes. Era el más exuberante de todo el edificio, ubicado en el ala
oeste de la planta primera. Formado por una red de agrupamientos de mocárabes
colgantes y dorados.
- El de la Antesala del Salón de Linajes. Era un artesonado plano, también llamado
alfarje, formado por verdugos o retorcidas molduras que delimitaban casetones rellenos
con anchas flores cardáceas doradas. Fue realizado en tiempos del segundo duque y
apuntaba ya al estilo renacentista, sin perder aún las características de la decoración
gótica.
- El del Salón de Cazadores, también llamado de las Visitas, que se encuentra en la
primera planta, en el ala sur. El más grande después del de Linajes
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ARTESANOS QUE REALIZARON LOS ARTESONADOS
Tenemos noticias de los intervenientes de los artesonados de la época del segundo
duque aunque no con referencias claras, debido a la gran obra de remodelación que
tuvo el edificio con el quinto duque. Sabemos que la mayoría eran moriscos, siendo de
destacar: Mohamad Sillero, que acopla en algunas salas bajas determinados
artesonados traídos de otros lugares y coloca otros nuevos, todos ellos de estilo
mudéjar; Bartolomé Cherino, que colocó y amplió la cubierta de madera de las galerías
de poniente y reformó los artesonados de otros salones, a igual que Lorenzo de Trillo,
que ayudado por los alcarreños Jorge de Córdoba, Alfonso Díaz de Berlanga y los
toledanos Miguel Sánchez y Bartolomé García realizaron los frisos de algunos
artesonados ya desaparecidos y diseñaron y ejecutaron otros. Sabemos que los
trabajos realizados por estos últimos estuvieron ricamente pintados y dorados por los
pintores Luis de Ribera, Diego de Ribera, Pedro de Zamora, Sancho de Zamora y Juan
de Segovia, todos ellos residentes en Guadalajara.
Uno de los carpinteros que trabajaron en el palacio fue Mohamad Sillero, artesano
residente en Guadalajara. El aparejo, el artesonado de mocárabes de la escalera en
1493 y el de la Sala de la Linterna en 1494, fueron traídos del Convento de San Agustín
en Toledo por el segundo duque.
Otro artesano alcarreño que trabajó en el palacio fue Alfonso Díaz de Berlanga, al cual
se le encargó realizar el friso o alicer de la Sala de la Linterna en 1495, pero al ser
demasiado complicado, se le encargó a otro maestro alcarreño, Lorenzo de Trillo.
Alfonso Díaz de Berlanga realizó el alfarje de la antesala del Salón de Linajes, que fue
decorado por el ya nombrado Lorenzo de Trillo.
En 1495 Miguel Sánchez y Bartolomé García, su suegro, los dos entalladores de
Toledo, fueron los encargados de realizar el magnífico friso del Salón de Linajes, según
el proyecto y dibujos de Lorenzo de Trillo. También en 1945, el segundo duque encargó
a Bartolomé Cherino de Trijueque la realización del artesonado de la galería del jardín,
antes de la construcción de la galería. Además, Bartolomé Cherino es el autor del
artesonado de la Cámara de Santiago.
Al alcarreño Jorge de Córdoba se le debe el friso del dormitorio del duque en 1946,
realizando en ese mismo año, bajo la supervisión y proyecto de Lorenzo de Trillo, el
alicer de la Sala de Salvajes.
Referente al Salón de Cazadores, es posible que los 417 florones realizados según una
muestra que proporcionó el segundo duque y las 140 chillas según dibujo de Lorenzo
de Trillo, todo ello realizado por Alfonso Díaz de Berlanga en 1496, se emplearan en la
decoración de dicho Salón.
Independientemente de los carpinteros y tallistas que intervinieron en el palacio,
también destacan los pintores que decoraron de ricas policromías y dorados los
artesonados. Estos pintores son Juan Rodríguez de Segovia, que decoró el alfarje de
las galerías del patio; Luis de Ribera, al cual se le debe la decoración de la Cámara de
Santiago; Antonio García, Diego de Ribera, Pedro de Zamora y el batidor de oro Luis de
Acevedo.
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Esta información ha sido extraída de legajos del Archivo Histórico Nacional, Casa de
Osuna, donde se reflejan las escrituras de obligación entre el artesano y el duque que
realiza el encargo, describiendo los trabajos que se van a realizar. Estos legajos están
publicados en el libro que Layna escribió sobre el Palacio del Infantado.
EL ARTESONADO DEL SALÓN DE CAZADORES
El artesonado del salón de Cazadores, en forma de artesón invertido, representa la
estructura de una cubierta a cuatro aguas, formada por las gualderas, en la mayor
dimensión de la sala y por los testeros, en la menor. Hay que señalar que la estructura
de cubierta era independiente, siendo de par y nudillo atirantada, situada en un nivel
superior.
El artesonado, obra de lacería, independientemente de su espectacularidad, era
primitivo. La estructura resistente del artesonado no se construyó pensando en,
posteriormente, adosarle una tablazón donde se compondría el lazó, recibiendo el
nombre de armadura ataujerada, forma de construir más moderna. En contraposición a
este concepto, el artesonado objeto del trabajo, era una armadura apeinazada, que
además de expresar que los nudillos y los pares iban trabados mediante peinazos
(piezas perpendiculares a nudillos y pares, que con ellos forman retícula), nos dice que
la ornamentación se forma con la misma estructura.
La estructura de par y nudillo, permitía la formación del almizate o harnerulo, parte
horizontal del artesonado, el cual se terminaba de cujarar con los peinazos. También
hay que reseñar la tipología de las limas, que se manifiesta en la decoración interior del
artesonado y en la configuración de sus faldones, enmarcándose dentro de la tipología
de limas moamares, es decir, que el encuentro entre paños se resuelve mediante dos
piezas, cada una perteneciente a uno de los planos, permitiendo, con este sistema
constructivo, prefabricar en el suelo los faldones de la armadura. Además es una
estructura de limas pares, ninguna mangueta o péndola coincide con el partoral del
testero (línea que une el centro de la base del triángulo que forma el testero con la
cumbrera).
Otra importante característica del artesonado, es su traza a calle y cuerda; esto significa
que los pares o alfardas (calles) de la estructura están separados una distancia igual al
doble de su grosor (cuerda). Los entramados de madera que no se rigen por esta regla
(2 cuerdas = 1 calle) se denominan fuera de calle y cuerda. Este tipo de estructuras de
lacería admiten un mayor abanico de trazados a la hora de acoplarlos a las
dimensiones de una sala, pudiendo modificar la dimensión de la cuerda.
En nuestro caso, la dimensión de la cuerda es 8,5 cm., por lo que la calle mide 17cm. y
el grosor de las piezas es de 12 cm. Estos datos se han podido obtener midiendo una
pieza estructural conservada, clasificada con el nombre de EI-01/02 en las fichas de
piezas conservadas.
Como ya se ha dicho anteriormente, el artesonado es una obra de lacería, pero
diferente a cualquier otra en su tipología. En su apariencia exterior está cargado de
decoración, tanto en los huecos dejados por alfardas y peinazos, como la superpuesta
en la madera, que no deja ver al espectador la obra de lacería. El trabajo de lacería en
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madera es la labor de entrecruzamiento de líneas talladas en la superficie de los
maderos, en nuestro caso cuatro líneas, alternativamente por arriba y por abajo
formando determinados trazados geométricos. A la hora de observar las piezas
conservadas del artesonado original, nos dimos cuenta de la abundante decoración de
pinjantes, florones y molduras, todos ellos dorados, que ocultaban completamente el
trazado de lacería, compuesto por las líneas talladas. Además, debajo de la decoración,
sobre los pares y los peinazos, aparecen policromías en tonos rojos y ocres, ocultas
también por la decoración, permitiendo su conservación en buen estado. Esto nos lleva
a pensar que en un primer momento el artesonado se proyectó y se construyó con la
intención de que la obra de lacería fuera vista y que la decoración de molduras y
pinjantes dorados colocados encima se deben a un cambio de gusto.
La obra de lacería en el almizate se forma a base de crucetas cuadradas, en donde se
dejan huecos en forma de estrellas regulares de ocho puntas, para colocar una tabla,
en la que se clava un pinjante, formado éste por un racimo de hojas. Las crucetas de
lacería se ocultan con unas piezas de decoración en forma de aspa, en la que se coloca
una pequeña piña en la intersección. Todo el conjunto se remata en su borde con una
talla en forma de moldura retorcida con aspecto de soga.
En los faldones, se alternan los conjuntos anteriormente descritos con huecos
rectangulares, resultantes del entrelazado de los maderos. Estos huecos son de dos
tipos, unos con los lados estrechos del rectángulo en forma de punta de flecha hacia
fuera y otros con las puntas de flecha hacia adentro, alternándose entre ellos. Estos
huecos están decorados con pinjantes formados por una piña central rodeada por
hojas.
Decorando el centro del almizate y situado en el hueco que ocuparían nueve crucetas
de lazo, descritas anteriormente, había una pieza de traza octogonal inscrita en un
cuadrado, compuesta por mocárabes formando una concavidad.
Separando todas las piezas de decoración y para terminar de cubrir los maderos que
forman la estructura resistente, que no estaban cubiertas de decoración, había clavadas
molduras retorcidas que lo ocultaban todo, haciendo que el artesonado en su conjunto
formara un gran artesón, con todo el policromado en tonos ocres y rojos combinando
con dorados.
Por último, hay que describir el friso o arrocabe, que remata el apoyo de los pares en el
muro, compuesto en su parte superior, de una tablazón decorada con mocárabes
clavados, que se asemeja a una viga tallada y debajo, una rica cenefa o imposta
decorada con cardinas serpenteantes entre las que se advierten piñas y otros motivos
vegetales, rematada con una moldura retorcida con una inscripción gótica, que nos
recuerda a las que hay decorando el artesonado, que se vuelve a rematar, a su vez, por
otra moldura retorcida. Además, interrumpiendo el friso, cada cierta distancia, había
escudos nobiliarios salientes pertenecientes a las familias de los Luna y de los
Mendoza, coronados por yelmos con un grifo o un león por cimera, y todo ello,
policromado en tonos ocres y rojos alternando con el dorado.
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EL SALÓN DE CAZADORES, ACTUALMENTE
Actualmente, el Salón, ha aumentado su superficie respecto al espacio original, al
incorporar en un único espacio una estancia anexa, siendo su uso de Sala de
Investigadores. La distribución de ventanas, tanto las que dan a fachadas como su
acceso a el, responden a la rehabilitación acometida en 1950, estando cubierto por un
techo plano de madera instalado en la rehabilitación de 1973.
METODOLOGÍA DE TRABAJO
La metodología de trabajo consistió en obtener los datos históricos del edificio que nos
indicase su evolución, las remodelaciones e intervenciones que había tenido, así como
su inserción dentro de la trama urbana de la ciudad.
Una vez peinados todos los Archivos y recopilada toda la información, se puso especial
énfasis en la documentación referida a los artesonados, objeto de nuestro trabajo,
estudiándose todos los del edificio así como su relación con otros realizados en las
mismas épocas, creándose paralelismos hipológicos formales y constructivos.
Se realizó una revisión crítica de toda la información, tanto gráfica como escrita, del
artesonado del salón de cazadores. Se estudiaron las fotografías, como documento
grafico real, tratándolas de manera que pudiéramos analizar visualmente el artesonado
antes del incendio así como lo que quedo posterior. Del mismo modo, se levantaron
planos del edificio y, con más detalle, del salón de cazadores.
Las piezas que quedaron del incendio y que se encontraban almacenadas en los
sótanos del edificio, fueron trasladadas a una sala en la planta alta, revisadas,
analizadas y catalogadas, descubriéndose que había piezas de dos artesonados
diferentes, uno el del salón de cazadores y otras de un artesonado que fue trasladado
al palacio en el siglo XX (actualmente aun sin clarificar la razón de su llegada al
edificio).
A través de las piezas existentes y de la documentación obtenida, comenzamos nuestro
trabajo de reconstrucción, definiendo cada una de las piezas que forman parte del
artesonado, mostrando su proceso de montaje. Para culminar este trabajo, decidimos
llevarlo todo a las tres dimensiones, a fin de conseguir un recorrido visual, obteniendo
así una imagen de cómo fue el artesonado y el espacio que se consiguió con él.
LA RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL
Para ello, con las piezas sueltas dibujadas en tres dimensiones en Auto Cad, se
exportaron a 3d Studio donde ya se hizo el proceso de acoplarlas, uniéndolas para
formar imágenes, en las cuales se asignaron los materiales, con sus especificidades
técnicas de color, texturas (sentido de la beta de la madera), luces, cámaras, etc., a fin
de realizar un video que nos trasportase, permitiéndonos caminar a través de sus
espacios (sala y artesonado) como lo hicieron sus antiguos moradores.
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BIBLIOGRAFÍA
- Archivo General de la administración. Alcalá de Henares, Madrid.
- Archivo Histórico Provincial de Guadalajara.
- Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica (CEFIHGU) and Biblioteca de
Investigadores de Guadalajara
- Aznar editores, 1902. España, detalles arquitectónicos de sus principales documentos.
Madrid: Aznar editores.
- Baldellou, M. A, 1989. Tradición y cambio en la arquitectura de Guadalajara (1850-
1936), Guadalajara: Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla la Mancha.
- Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, 1941. Arte-arqueología-historia,
Madrid: Hauser and Menet.
- Herrera, A, 1990. Palacio del Infantado en Guadalajara, Guadalajara: Aache.
- Layna, F, 1941. El palacio del infantado en Guadalajara, obras hechas a fines del siglo
XV y artistas a quienes se deben. Madrid: Hauser and Menet.
- Layna, F, 1997. Palacio del Infantado en Guadalajara, Guadalajara: Aache.
- Nuere, E, 1985. Carpintería de lo blanco, lectura dibujada del primer manuscrito de
diego López de arenas. Madrid: Instituto de la Juventud y Promoción comunitaria
Ministerio de Cultura Madrid
- Nuere, E, 2000. La carpintería de armar española, Madrid: Instituto Español de
Arquitectura, MRRP, Universidad de Alcalá and Munilla-leria.
- Nuere, E, 1990. La carpintería de lazo lectura dibujada del manuscrito de fray Andrés
de san miguel. Málaga: Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Oriental.
- Ruiz, J. A, and Aguilar, P, 2001. Tomas Camarillo. Los ojos de Guadalajara.
Guadalajara: Guadalajara Dos mil, S.A.
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Planos generales del edificio en el siglo XIX, dibujados por alumnos de la Escuela
Superior de Arquitectura. Grabados por E, Stiller y publicados en láminas por el Ministerio
de Fomento en 1879
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Planos generales del edificio en el siglo XIX, dibujados por alumnos de la Escuela Superior de
Arquitectura. Grabados por E, Stiller y publicados en láminas por el Ministerio de Fomento en
1879
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Fotografía de Canosa, del lateral oeste del Salón de Cazadores
Estado del Salón de Cazadores y de su artesonado después del incendio de 1936
Plantas del Palacio. Estado actual
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Sección del Palacio. Estado actual
Propuesta de artesonado del Salón de Cazadores. Planta
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Propuesta de artesonado del Salón de Cazadores. Secciones transversales
Propuesta de artesonado del Salón de Cazadores. Sección longitudinal
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Ejemplos de fichas para la catalogación y clasificación de piezas originales
Artesonado. Trazado de lacería
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Artesonado del Salón de Cazadores. Proceso de montaje
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Artesonado. Reconstrucción virtual
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