19.05.2013 Views

Algunas intrigantes paradojas en Lógica y Probabilidad

Algunas intrigantes paradojas en Lógica y Probabilidad

Algunas intrigantes paradojas en Lógica y Probabilidad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Algunas</strong> <strong>intrigantes</strong> <strong>paradojas</strong> <strong>en</strong> <strong>Lógica</strong> y <strong>Probabilidad</strong><br />

Actualm<strong>en</strong>te hay varios problemas <strong>en</strong> probabilidad y lógica relacionados con los pres<strong>en</strong>tados hace<br />

más de 120 años por J.L. Bertrand 1<br />

que han originado confusión y discusión incluso <strong>en</strong>tre los<br />

expertos. Estos problemas son fáciles de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der, pero no fáciles de resolver. De hecho, como se<br />

observará, no se requier<strong>en</strong> profundos conocimi<strong>en</strong>tos de probabilidad o lógica para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der los<br />

problemas planteados. La característica que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> común todos estos problemas es que<br />

parec<strong>en</strong> admitir al m<strong>en</strong>os dos soluciones distintas apoyadas por argum<strong>en</strong>tos apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

impecables, esto es lo que ha llevado a llamarles Paradojas. La idea que pret<strong>en</strong>do def<strong>en</strong>der aquí<br />

es que, <strong>en</strong> los casos discutidos aquí, también hay una única solución correcta, o al m<strong>en</strong>os, hay<br />

una más plausible que las alternativas, aunque con frecu<strong>en</strong>cia las falacias involucradas <strong>en</strong> las<br />

seudo soluciones son mucho más sutiles y más difíciles de detectar que <strong>en</strong> los ejemplos más<br />

simples. Antes de pres<strong>en</strong>tar un polémico problema abierto, voy a exponer algunos problemas<br />

conocidos más simples cuya solución sí es aceptada <strong>en</strong> forma unánime por los expertos.<br />

El primer problema se atribuye a Francis Galton:<br />

Si se lanzan tres monedas iguales al aire, ¿cuál es la probabilidad de obt<strong>en</strong>er tres caras o tres<br />

cruces?<br />

Respuesta 1: es claro que dos de las tres monedas van a mostrar el mismo resultado, así que de<br />

seguro habrá dos caras o dos cruces. La tercera moneda ti<strong>en</strong>e la misma probabilidad de salir cara<br />

o cruz, así que la mitad de las veces saldrá el mismo resultado que las otras dos y la otra mitad<br />

saldrá distinto resultado. Por lo tanto, la probabilidad de que las tres sean iguales es ½.<br />

Respuesta 2: los ocho resultados posibles son [ccc, cc+, c+c, +cc, c++, +c+, ++c,+++]. De los ocho,<br />

sólo dos son favorables, así que la probabilidad es 2/8=1/4.<br />

Si se admite que la respuesta correcta es la 2 (como es el caso), se ti<strong>en</strong>e que señalar el error <strong>en</strong> la<br />

primera. John Haigh (2003, p.20) señala que el error ti<strong>en</strong>e que ver con “la tercera moneda”. ¿Cuál es<br />

la tercera moneda? Si <strong>en</strong> dos de las tres monedas salió cara, la tercera moneda será la otra, de la<br />

cual se sabe con seguridad que ha salido cruz, por lo cual, <strong>en</strong> este caso, no es cierto que la tercera<br />

moneda t<strong>en</strong>ga la misma probabilidad de salir cara o cruz. Ahora bi<strong>en</strong>, si las tres monedas salieron<br />

cara cualquiera que sea la tercera cayó cara, así que otra vez, la probabilidad de salir cara o cruz<br />

no es la misma.<br />

Mi respuesta es la sigui<strong>en</strong>te: pongamos un nombre a cada moneda, digamos que son la moneda<br />

1, 2 y 3. La probabilidad de que la moneda 1 caiga cara es ½, lo mismo es cierto para la moneda<br />

2 y la 3, así que la probabilidad de que las 3 monedas caigan cara es (½)(½)(½)=1/8.<br />

Análogam<strong>en</strong>te, la probabilidad de que las tres monedas caigan cruz es 1/8. Por lo tanto, la<br />

probabilidad de que todas caigan cara o todas caigan cruz es 1/8 + 1/8=2/8=1/4. Así, la<br />

respuesta dos es la correcta.<br />

Una grafica puede ilustrar mejor los casos considerados.<br />

Si se toman dos monedas cualesquiera de <strong>en</strong>tre las 3, los resultados pued<strong>en</strong> ser los mismos que<br />

<strong>en</strong> el lanzami<strong>en</strong>to de dos monedas:<br />

1 De hecho, parece que la gran mayoría de los problemas modernos se inspiran <strong>en</strong> los problemas que pres<strong>en</strong>tó Bertrand o incluso<br />

son versiones modificadas de ellos. Con la difer<strong>en</strong>cia de que <strong>en</strong> el caso de los problemas modernos, como veremos, no hay una<br />

solución que t<strong>en</strong>ga la aceptación g<strong>en</strong>eral de los expertos.<br />

1


1) cc<br />

2) c+<br />

3) ++<br />

4) +c<br />

Ahora bi<strong>en</strong>, la otra moneda puede combinarse con estos 4 resultados de dos formas distintas:<br />

agregando una c o una +.<br />

En el caso (1) la probabilidad de que el resultado de la otra moneda haga las tres iguales es ½, es<br />

la probabilidad de que la tercera moneda caiga c.<br />

Análogam<strong>en</strong>te, la probabilidad de que la otra moneda haga iguales los 3 resultados <strong>en</strong> el caso (3)<br />

es ½. Pero <strong>en</strong> los casos 2 y 4 tal probabilidad es cero, ya que se ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de antemano dos<br />

resultados distintos y es ya imposible que los tres sean iguales.<br />

cc<br />

c+<br />

++<br />

+c<br />

C<br />

+<br />

¿Cuál es el error <strong>en</strong> la respuesta 1? Puesto que la probabilidad de que las tres d<strong>en</strong> el mismo<br />

resultado es ¼, la probabilidad de que no d<strong>en</strong> el mismo resultado es 1-¼=¾. Cuando se lanzan<br />

las tres monedas sólo hay dos opciones que las tres d<strong>en</strong> el mismo resultado o que sólo dos d<strong>en</strong><br />

el mismo resultado, como la probabilidad de la primera opción es ¼ y la de la segunda opción es<br />

¾, no es igualm<strong>en</strong>te probable que las tres d<strong>en</strong> el mismo resultado a que sólo dos d<strong>en</strong> el mismo<br />

resultado. 2<br />

Por consigui<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> este problema otra vez observamos el error de suponer igualm<strong>en</strong>te<br />

probables ev<strong>en</strong>tos que no lo son.<br />

El segundo problema se llama comúnm<strong>en</strong>te el “problema de Monty Hall”. Monty Hall es el nombre<br />

del pres<strong>en</strong>tador de un programa de televisión estadounid<strong>en</strong>se llamado Let's Make a Deal<br />

(Hagamos un trato). Se ti<strong>en</strong><strong>en</strong> 3 puertas cerradas y el concursante debe elegir una de ellas. Detrás<br />

de una de las puertas hay un automóvil nuevo y detrás de cada una de las otras dos puertas hay<br />

una cabra. El concursante gana el premio que está detrás de la puerta que escoja. Después que el<br />

concursante hace pública su elección, el pres<strong>en</strong>tador abre una de las otras dos puertas donde él<br />

sabe que hay una cabra. En ese mom<strong>en</strong>to, al concursante se le da la opción de cambiar de puerta<br />

o quedarse con la puerta que eligió. ¿Qué es más conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te para el concursante: cambiar de<br />

puerta o mant<strong>en</strong>er su elección original? 3<br />

¿Es más probable ganar el auto si cambia de puerta?<br />

Es muy común p<strong>en</strong>sar que la probabilidad de ganar el auto es la misma si el concursante cambia<br />

de puerta que si se queda con la ya elegida. Se pi<strong>en</strong>sa que la probabilidad de ganar si cambia de<br />

puerta es de cualquier forma 1\2 porque después de que el pres<strong>en</strong>tador abre una puerta donde<br />

2<br />

Esto es razonable porque hay 3 formas de agrupar dos de las tres monedas (la 1 con la 2, la 2 con 3 y la 1 con la 3) mi<strong>en</strong>tras que<br />

hay sólo una forma de agrupar las tres monedas. Así que la probabilidad de que sólo dos monedas muestr<strong>en</strong> cara es el triple de la<br />

probabilidad de que las tres muestr<strong>en</strong> cara. Lo mismo sucede con la opción de mostrar cruz, de lo cual se concluye que, <strong>en</strong><br />

términos g<strong>en</strong>erales, de cada 4 ocasiones que se lanc<strong>en</strong> las monedas, <strong>en</strong> una saldrán todas iguales y <strong>en</strong> tres no.<br />

3 Cabe aclarar que, aunque el problema ésta inspirado <strong>en</strong> el concurso televisivo señalado, <strong>en</strong> ese concurso no se le permitía al<br />

participante cambiar de puerta.<br />

2


hay una cabra, ya sólo quedan dos posibilidades (la puerta elegida inicialm<strong>en</strong>te y la otra que<br />

todavía está cerrada) y detrás de una de esas dos puertas está el auto. Así que da lo mismo<br />

cambiar de puerta que mant<strong>en</strong>er la puerta elegida originalm<strong>en</strong>te.<br />

Sin embargo, este razonami<strong>en</strong>to es erróneo. Resulta que la probabilidad de ganar el auto si se<br />

cambia de puerta es el doble que la probabilidad de ganarlo quedándose con la opción original.<br />

Al cambiar de puerta la probabilidad de ganar el auto es 2\3, mi<strong>en</strong>tras que mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do la<br />

elección inicial es sólo de 1\3.<br />

El sigui<strong>en</strong>te razonami<strong>en</strong>to permite ver que esa es la respuesta correcta. Llamemos puerta E a la<br />

puerta elegida inicialm<strong>en</strong>te y puerta C a la que permanece cerrada después que el pres<strong>en</strong>tador<br />

abre la otra. Entonces son verdaderas las sigui<strong>en</strong>tes proposiciones:<br />

i) Si la puerta E ti<strong>en</strong>e el auto, la puerta C ti<strong>en</strong>e una cabra; y viceversa.<br />

ii) La probabilidad de que el auto esté detrás de la puerta E es 1\3.<br />

La proposición (i) es obvia. En cuanto a la proposición (ii), sólo hay que notar que cuando se eligió<br />

originalm<strong>en</strong>te la puerta el auto estaba <strong>en</strong> una de las tres posibilidades y al no cambiar de puerta<br />

la probabilidad de 1\3 se manti<strong>en</strong>e. 4<br />

Por lo tanto, de (i) y (ii) se sigue que si la probabilidad de ganar el auto con la puerta E es 1\3,<br />

<strong>en</strong>tonces la probabilidad de ganarlo con la puerta C es 2\3 (la probabilidad del suceso<br />

complem<strong>en</strong>tario de A es: 1-P(A)).<br />

Sin embargo, a juzgar por las reacciones que <strong>en</strong>contrado al pres<strong>en</strong>tar esta solución, no es tan<br />

intuitivam<strong>en</strong>te claro y convinc<strong>en</strong>te que ésta sea la respuesta correcta. Se puede obt<strong>en</strong>er evid<strong>en</strong>cia<br />

adicional <strong>en</strong> apoyo de esta solución mediante establecer el espacio muestral de resultados<br />

posibles y examinar los casos.<br />

Puerta 1 Puerta 2 Puerta 3<br />

Caso 1 Auto Cabra Cabra<br />

Caso 2 Cabra Auto Cabra<br />

Caso 3 Cabra Cabra Auto<br />

Supongamos que el concursante elige la Puerta 1, <strong>en</strong>tonces si no cambia de puerta, gana <strong>en</strong> el<br />

caso 1 y pierde <strong>en</strong> los otros dos casos. Análogam<strong>en</strong>te, si elige la Puerta 2, gana <strong>en</strong> el caso 2 y<br />

pierde <strong>en</strong> los otros dos casos, y si elige la Puerta 3, sólo gana <strong>en</strong> el caso 3, pero pierde <strong>en</strong> los otros<br />

dos casos. Por consigui<strong>en</strong>te, sin importar qué puerta elija, si el concursante no cambia de puerta, la<br />

probabilidad de que gane el auto es 1/3. Por lo tanto, la probabilidad de que gane el auto si<br />

cambia de puerta es 2/3.<br />

El otro problema es el quinto de los Pillow Problems de Lewis Carroll: En una bolsa hay una bola<br />

que puede ser blanca o negra con la misma probabilidad. Se añade a la bolsa una bola blanca,<br />

4 Con el afán de conv<strong>en</strong>cer a los escépticos, a veces se modifica el problema considerando 100 puertas <strong>en</strong> vez de 3. Ahora, la<br />

probabilidad de atinarle al auto es de 1\100. Si el pres<strong>en</strong>tador abre 98 y deja una como posibilidad de cambio, queda claro que si<br />

el concursante se queda con la puerta original sólo t<strong>en</strong>drá el auto si desde el principio acertó (cuya probabilidad es 1\100) y si<br />

cambia lo t<strong>en</strong>drá con una probabilidad de 99\100. Por consigui<strong>en</strong>te, le convi<strong>en</strong>e cambiar.<br />

3


se agita la bolsa, y se extrae al azar una bola que resulta ser blanca. ¿Cuál es la probabilidad de<br />

que la bola que queda <strong>en</strong> la bolsa también sea blanca?<br />

Nuevam<strong>en</strong>te la intuición que sugiere que la respuesta es 1/2 está equivocada. Carroll demuestra<br />

mediante una prueba algo complicada que la respuesta correcta es 2\3. A continuación se<br />

muestra una versión de una solución más simple pres<strong>en</strong>tada por Martin Gardner (1983, pp. 220-<br />

221). Llamemos B 2 a la bola blanca añadida y B 1 a la bola original si es blanca o N si es negra,<br />

<strong>en</strong>tonces después de extraer la bola blanca hay tres estados igualm<strong>en</strong>te probables:<br />

Casos D<strong>en</strong>tro de la Fuera de la<br />

bolsa bolsa<br />

1<br />

2<br />

3<br />

N<br />

B1 B2 B2 B2 B1 Puesto que <strong>en</strong> dos de los tres casos queda d<strong>en</strong>tro de la bolsa una bola blanca, la probabilidad<br />

buscada es 2/3.<br />

Los 3 problemas pres<strong>en</strong>tados antes, al igual que la paradoja de las cajas de Bertrand, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una<br />

respuesta correcta única aunque a primera vista exista una solución alternativa que conduce a una<br />

probabilidad distinta. Después de un exam<strong>en</strong> más profundo se concluye que las soluciones <strong>en</strong><br />

compet<strong>en</strong>cia no eran igualm<strong>en</strong>te plausibles y sólo una de ellas puede ser admitida como la<br />

solución legítima al problema planteado. Sin embargo, actualm<strong>en</strong>te hay algunos problemas que<br />

también parec<strong>en</strong> admitir varias soluciones y que, a difer<strong>en</strong>cia de los anteriores, no hay acuerdo ni<br />

siquiera <strong>en</strong>tre los expertos acerca de cuál es la solución correcta si acaso hay alguna. La idea que<br />

pret<strong>en</strong>do def<strong>en</strong>der a continuación es que al igual que los problemas expuestos antes, <strong>en</strong> estos<br />

otros casos también hay una única solución correcta, o al m<strong>en</strong>os, hay una más plausible que las<br />

alternativas, aunque con frecu<strong>en</strong>cia las falacias involucradas <strong>en</strong> las seudo soluciones son mucho<br />

más sutiles y más difíciles de detectar que <strong>en</strong> los ejemplos anteriores.<br />

La paradoja de los dos sobres<br />

Se ti<strong>en</strong><strong>en</strong> dos sobres cerrados tales que uno de ellos conti<strong>en</strong>e el doble de dinero que el otro, pero<br />

no se sabe cuál de los dos es el que ti<strong>en</strong>e más dinero. Supongamos que estás con un amigo y a<br />

cada qui<strong>en</strong> se le da uno de estos sobres. Cada qui<strong>en</strong> se quedará con el cont<strong>en</strong>ido del sobre que<br />

decida aceptar. Como no se sabe cuál ti<strong>en</strong>e el mayor monto, a tu amigo le da igual cuál sobre<br />

reciba, así que te permite que tú elijas el sobre que quieras y él se quedará con el otro. Sin<br />

embargo, una vez que eliges un sobre, se te da la oportunidad de cambiar de sobre, si quieres,<br />

antes de darle el otro sobre a tu amigo. Tú razonas de la sigui<strong>en</strong>te forma: Si <strong>en</strong> un sobre hay la<br />

cantidad x, <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> el otro hay x/2 o 2x con la misma probabilidad. Por ejemplo, si <strong>en</strong> el sobre<br />

elegido hay $1000, <strong>en</strong> el otro sobre es igualm<strong>en</strong>te probable que haya $500 o $2000. Por lo tanto, si<br />

cambio el sobre elegido por el otro, o bi<strong>en</strong> pierdo $500 o gano $1000. Puesto que lo que puedo<br />

ganar es mayor (el doble) de lo que puedo perder, me convi<strong>en</strong>e cambiar este sobre por el otro. Sin<br />

embargo, la paradoja estriba <strong>en</strong> que el mismo argum<strong>en</strong>to se puede aplicar al otro sobre. O visto<br />

de otra forma, después de haber cambiado el sobre puedes usar otra vez el mismo argum<strong>en</strong>to<br />

4


para volverlo a cambiar y obt<strong>en</strong>er el sobre original. ¿Cómo es posible que los dos, tú y tu amigo,<br />

puedan ganar más de lo que pierd<strong>en</strong> si intercambian el sobre?<br />

Respecto a este problema, Smullyan (1993, p.190-191) indica que pued<strong>en</strong> def<strong>en</strong>derse dos<br />

proposiciones contradictorias.<br />

Proposición 1. El monto que ganarás, si ganas, es mayor que el monto que perderás, si pierdes.<br />

Proposición 2. Los montos son los mismos.<br />

El razonami<strong>en</strong>to que pres<strong>en</strong>ta Smullyan para probar la Proposición 1 es como sigue:<br />

Sea n el número de dólares <strong>en</strong> el sobre que estás sost<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do ahora. Entonces el otro sobre ti<strong>en</strong>e<br />

o 2n o n/2 dólares con igual probabilidad. Si ganas <strong>en</strong> el intercambio ganarás n dólares, pero si<br />

pierdes perderás n/2 dólares. Puesto que n es mayor que n/2, el monto a ganar, si ganas, es<br />

mayor que el monto a perder, si pierdes.<br />

Ahora veamos la prueba de la Proposición 2.<br />

Sea d la difer<strong>en</strong>cia de los montos <strong>en</strong> los dos sobres, es decir, d es el m<strong>en</strong>or de los dos montos. Si<br />

ganas <strong>en</strong> el intercambio, ganarás d dólares y si pierdes <strong>en</strong> el intercambio perderás d dólares. Por<br />

lo tanto, el monto que puedes ganar o perder es el mismo y no hay alguna v<strong>en</strong>taja <strong>en</strong> cambiar el<br />

sobre.<br />

A difer<strong>en</strong>cia de otros problemas <strong>en</strong> los que Smullyan pres<strong>en</strong>ta la solución o la respuesta correcta<br />

que él mismo acepta, <strong>en</strong> este problema, él no se pronuncia a favor de ninguna de las dos<br />

respuestas. 5<br />

De hecho, pres<strong>en</strong>ta este problema como una “muy desconcertante paradoja” y titula el<br />

capítulo “¡Algo <strong>en</strong> qué p<strong>en</strong>sar!”(Something to Think About!). Smullyan m<strong>en</strong>ciona que ha pres<strong>en</strong>tado<br />

este problema a varios expertos <strong>en</strong> probabilidad y quedan igualm<strong>en</strong>te desconcertados que él, de<br />

modo que no se compromete con ninguna de las dos alternativas.<br />

Muchos se han confundido por la apar<strong>en</strong>te plausibilidad de los dos razonami<strong>en</strong>tos expuestos<br />

antes. De hecho, hasta ahora sólo se ha pres<strong>en</strong>tado una propuesta de solución para este<br />

6<br />

problema, aunque la versión probabilística se ha discutido ampliam<strong>en</strong>te.<br />

Al igual que <strong>en</strong> el caso de la paradoja de Bertrand, yo def<strong>en</strong>deré que hay una única respuesta<br />

correcta. En es<strong>en</strong>cia mi solución muestra que la Proposición 2 es la correcta y la Proposición 1 es<br />

falaz.<br />

A continuación pres<strong>en</strong>to mi solución del problema.<br />

Primero mostraré que la Proposición 1 es falaz. Supongamos que <strong>en</strong> un sobre hay una cantidad<br />

fija x y <strong>en</strong> el otro 2x. Entonces si gano <strong>en</strong> el intercambio es porque t<strong>en</strong>ía originalm<strong>en</strong>te el sobre con<br />

la cantidad m<strong>en</strong>or, es decir, la cantidad x (y no 2x), por lo que gano la cantidad x al hacer el<br />

cambio, pues paso de t<strong>en</strong>er x a t<strong>en</strong>er 2x. Ahora bi<strong>en</strong>, si pierdo <strong>en</strong> el intercambio es porque t<strong>en</strong>ía<br />

originalm<strong>en</strong>te el sobre con 2x, de modo que al pasar de 2x a x pierdo x. Así que el l<strong>en</strong>guaje<br />

utilizado <strong>en</strong> el problema es <strong>en</strong>gañoso cuando dice: “Si ganas <strong>en</strong> el intercambio ganarás n dólares,<br />

5 De hecho, Smullyan pres<strong>en</strong>tó el problema de Monty Hall justo antes de exponer éste y <strong>en</strong> él sí señala cuál es la respuesta<br />

correcta, aunque reconoce que algunas personas nunca serán conv<strong>en</strong>cidas de la solución a pesar de que existe evid<strong>en</strong>cia clara de<br />

su corrección.<br />

6 La única solución propuesta hasta ahora para esta versión no probabilista de la paradoja se debe a James Chase (2002). Chase<br />

ha dado una solución muy persuasiva <strong>en</strong> términos de mundos posibles, desafortunadam<strong>en</strong>te, su propuesta no está ex<strong>en</strong>ta de<br />

problemas. El problema más serio parece ser que conduce a otra paradoja, por lo que no resuelve realm<strong>en</strong>te el problema. El lector<br />

interesado puede hallar <strong>en</strong> Hernández (2009) una crítica a la propuesta de Chase y una solución alternativa.<br />

5


pero si pierdes perderás n/2 dólares”. Lo <strong>en</strong>gañoso está <strong>en</strong> que se da el mismo nombre, a saber<br />

n, a dos cantidades distintas. En la situación <strong>en</strong> la que gano n dólares, n repres<strong>en</strong>ta el monto<br />

mínimo (x) y <strong>en</strong> la situación <strong>en</strong> la que pierdo n dólares, n repres<strong>en</strong>ta el monto máximo (2x). Si gano<br />

es porque t<strong>en</strong>go el sobre con el monto m<strong>en</strong>or, es decir, el de x dólares. De modo que ganar n<br />

dólares es ganar x dólares, pues aquí el valor de n es el del monto mínimo x. Pero si pierdo,<br />

<strong>en</strong>tonces t<strong>en</strong>go el sobre con 2x dólares, y <strong>en</strong>tonces efectivam<strong>en</strong>te pierdo n/2, pero <strong>en</strong> este caso, el<br />

valor de n es 2x, y al perder n/2 lo que pierdo es (2x)/2, es decir, pierdo x dólares. Por consigui<strong>en</strong>te,<br />

la cantidad que puedo ganar o perder es la misma, es x, pero cuando me refiero a ella <strong>en</strong> función<br />

del monto máximo n, la llamo n/2. Mi<strong>en</strong>tras que cuando me refiero a esa misma cantidad <strong>en</strong><br />

función del monto mínimo n, la llamo n. En el primer uso le llamo n al monto mínimo y <strong>en</strong> el<br />

segundo le llamo n al monto máximo. Así que <strong>en</strong> el argum<strong>en</strong>to se comete una falacia de<br />

ambigüedad llamada equívoco.<br />

Ahora bi<strong>en</strong>, la paradoja misma sirve como un argum<strong>en</strong>to por reducción al absurdo para rechazar<br />

la idea de que gano más de lo que pierdo <strong>en</strong> el intercambio, pues si así fuera, <strong>en</strong>tonces concluyo<br />

que me convi<strong>en</strong>e cambiar el sobre y al mismo tiempo no me convi<strong>en</strong>e cambiarlo. En conclusión, la<br />

Proposición 1 es falsa, la prueba de su falsedad es un argum<strong>en</strong>to por reducción al absurdo 7<br />

. El<br />

error <strong>en</strong> la prueba de la Proposición 1 es que se comete una falacia de equívoco, se da el mismo<br />

nombre, a saber, n, a dos cantidades distintas.<br />

Por otra parte, la Proposición 2 es verdadera, la prueba es la pres<strong>en</strong>tada arriba, la cual no es falaz.<br />

Por lo tanto, la probabilidad de hallar el monto mayor es la misma si cambio o no el sobre, por lo<br />

que la paradoja desaparece.<br />

Nuevam<strong>en</strong>te nos hemos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tado a dos argum<strong>en</strong>tos apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te plausibles que conduc<strong>en</strong> a<br />

distintas conclusiones, sólo que uno de ellos comete una sutil falacia, la cual no resulta fácil de<br />

id<strong>en</strong>tificar a primera vista.<br />

Refer<strong>en</strong>cias<br />

Albers, C. (2005) “Trying to resolve the two <strong>en</strong>velope problem”, Synthese, 145 (1): 89-109.<br />

Chase, J. (2002) “The non-probabilistic two <strong>en</strong>velope paradox”, Analysis, 62 (2): 157-160.<br />

Clark, Michael. (2002) Paradoxes from A to Z, Londres y Nueva York, Routledge.<br />

Hernández, H. (2009). Una solución a la paradoja lógica de los dos sobres, Actas del Sexto<br />

Congreso de la Sociedad de <strong>Lógica</strong>, Metodología y Filosofía de la ci<strong>en</strong>cia de España, Val<strong>en</strong>cia.<br />

Katz, B. y Olin, D. (2007) “A Tale of Two Envelopes”, Mind, 116 (464): 903-926.<br />

Smullyan, R. (1993) Satan, Cantor and Infinity: and other mind boggling puzzles, Oxford, Oxford<br />

University Press.<br />

7 El absurdo se obti<strong>en</strong>e porque el razonami<strong>en</strong>to me lleva a concluir que si cambio este sobre, gano más de lo que pierdo, pero al<br />

aplicar el mismo razonami<strong>en</strong>to al otro sobre concluyo lo contrario: que si cambio este sobre, pierdo más de lo que gano.<br />

6

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!