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(...) Parece que las cosas van a rodar bien para el sector ... - Icalnews

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0<br />

(...) <strong>Parece</strong> <strong>que</strong> <strong>las</strong><br />

<strong>cosas</strong> <strong>van</strong> a <strong>rodar</strong><br />

<strong>bien</strong> <strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>sector</strong> al<br />

menos hasta <strong>el</strong> 2013<br />

si se confirman los<br />

acuerdos <strong>que</strong> se han<br />

alcanzado (...)<br />

de año y medio de trabajo. Sus 29 metros<br />

cuadrados útiles, 6 de ancho por 5,30 de<br />

alto, confieren a la bocamina una dimensión<br />

inusual en <strong>el</strong> <strong>sector</strong> carbonífero. En algunas<br />

zonas se agranda la sección d<strong>el</strong> tún<strong>el</strong> hasta<br />

los 12 metros de ancho por 7 de alto <strong>para</strong><br />

crear amplios espacios de cruce destinado<br />

a vehículos o la carga de camiones.<br />

“La perforación de 1,2 kilómetros permite<br />

acceder hasta los talleres <strong>para</strong> picar carbón<br />

en vehículo todo terreno en poco más<br />

de cinco minutos, frente a los 30 <strong>que</strong> duraba<br />

<strong>el</strong> trayecto en vagoneta”, explica <strong>el</strong> jefe<br />

de la explotación, quien augura un futuro<br />

halagüeño con la firma d<strong>el</strong> nuevo Plan d<strong>el</strong><br />

Carbón 2006-2013 <strong>para</strong> los 220 trabajadores<br />

de Uminsa en V<strong>el</strong>illa, incluyendo al<br />

personal de mantenimiento exterior y al de<br />

<strong>las</strong> oficinas de Guardo.<br />

Un paseo en <strong>el</strong> vehículo todo terreno<br />

hasta los tres talleres de extracción de<br />

carbón aleja por momentos la idea de<br />

<strong>que</strong> <strong>el</strong> trabajo en la moderna explotación<br />

se vislumbra más llevadero <strong>que</strong> en otras<br />

minas. Craso error. La llegada a los tajos<br />

Q El último turno de mineros abandona <strong>el</strong> pozo<br />

Peragido.<br />

Q M<strong>el</strong>o, en la boca de entrada al pozo Peragido donde<br />

lleva trabajando más de 20 años.<br />

se realiza —como siempre— ascendiendo<br />

o descendiendo, según <strong>las</strong> capas de carbón,<br />

con serpenteos corporales continuos<br />

a través de los denominados ‘contraata<strong>que</strong>s’.<br />

El trayecto -nada recomendable si<br />

no es <strong>para</strong> ganarse <strong>el</strong> pan diario- incluye<br />

continuos golpes en <strong>el</strong> caso protector y la<br />

idea de <strong>que</strong> a una mina hay <strong>que</strong> bajar con<br />

una condición física acorde con los espacios<br />

reducidos y la escasa altura existente,<br />

<strong>que</strong> apenas permite ponerse en pie.<br />

Los huesos -con la temida artrosis- y <strong>el</strong><br />

a<strong>para</strong>to respiratorio, pese al uso de mascaril<strong>las</strong>,<br />

se resienten con <strong>el</strong> inexorable paso<br />

d<strong>el</strong> tiempo trabajando en una mina en condiciones<br />

de extrema dureza laboral. Carlos<br />

Narganes, director facultativo e hijo de un<br />

vigilante minero fallecido en un accidente<br />

cuando él tenía 8 años, se mueve como pez<br />

en <strong>el</strong> agua en cada uno de los recovecos de<br />

la explotación ‘El Abu<strong>el</strong>o’. Su juventud, 34<br />

años, y una marcada vocación minera forjada<br />

en <strong>el</strong> entorno familiar le lle<strong>van</strong> a apoyar<br />

con vehemencia <strong>las</strong> posibilidades extractivas<br />

d<strong>el</strong> pozo plano ‘Las Cuevas’.<br />

“Aquí se encuentra un yacimiento en<br />

distintas capas <strong>que</strong> posee una de <strong>las</strong> reservas<br />

estratégicas más importantes de<br />

España, con una producción <strong>que</strong> supera<br />

un cupo de carbón anual de 400.000 ton<strong>el</strong>adas,<br />

sobre un total de 2 millones <strong>que</strong><br />

posee Uminsa en León y Palencia. Existe<br />

antracita suficiente y de gran calidad <strong>para</strong><br />

poder extraerla en los próximos 25 años a<br />

pleno rendimiento”, asegura.<br />

Junto a la rozadora de carbón, se produce<br />

<strong>el</strong> reencuentro de dos de los mineros trasladados<br />

desde Barru<strong>el</strong>o con los periodistas<br />

<strong>que</strong> vivieron su último día de trabajo en <strong>el</strong><br />

pozo ‘Peragido’. Juan Carlos Abad, ‘Vitines’,<br />

un veterano picador con 20 de sus 39 años<br />

en la mina, muestra un gesto risueño. “<strong>Parece</strong><br />

<strong>que</strong> <strong>el</strong> acuerdo sobre <strong>el</strong> Plan d<strong>el</strong> Carbón<br />

me permitirá prejubilarme en menos<br />

de tres años y ya era hora”, enfatiza.<br />

Con fama de duro fisicamente y jovial fuera<br />

y dentro de la mina, ‘Vitines’ frunce <strong>el</strong><br />

ceño y ap<strong>el</strong>a a su arraigado sentido d<strong>el</strong> humor<br />

<strong>para</strong> significar “<strong>que</strong> <strong>el</strong> tabaco me hace<br />

más daño <strong>que</strong> <strong>el</strong> polvo d<strong>el</strong> carbón, aun<strong>que</strong> la<br />

bebida me sigue sentando <strong>bien</strong>”, sostiene,<br />

mientras ríe con ganas cuando aclara <strong>que</strong><br />

quien más manejará <strong>el</strong> dinero de la pensión<br />

“va a ser mi mujer”.<br />

Su compañero Migu<strong>el</strong> Áng<strong>el</strong> Llorente, vigilante<br />

de plantilla y encargado de supervisar<br />

<strong>el</strong> trabajo de la rozadora de carbón, irradia<br />

f<strong>el</strong>icidad por los cuatro costados. No en<br />

<strong>van</strong>o, sus 20 años en la mina le permitirán<br />

alcanzar la edad física de prejubilación marcada<br />

por <strong>el</strong> nuevo Plan d<strong>el</strong> Carbón en menos<br />

de un año. “<strong>Parece</strong> <strong>que</strong> <strong>las</strong> <strong>cosas</strong> <strong>van</strong> a<br />

<strong>rodar</strong> <strong>bien</strong> <strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>sector</strong> al menos hasta <strong>el</strong><br />

2013 si se confirman los acuerdos <strong>que</strong> se<br />

han alcanzado”, señala Llorente, sin olvidar<br />

<strong>que</strong> su padre jubilado hace varios años acabó<br />

con silicosis y hoy vive gracias al oxígeno.<br />

Afortunadamente él no padecerá esa situación<br />

tras duros años de oficio en <strong>el</strong> interior<br />

de un pozo.<br />

La salida al exterior, atisbando <strong>el</strong> final d<strong>el</strong><br />

tún<strong>el</strong> de acceso al pozo plano ‘Las Cuevas’,<br />

termina con varias horas de oscuridad. Una<br />

fina capa de nieve aparece en los montes<br />

colindantes al único yacimiento de carbón<br />

palentino. Ha salido <strong>el</strong> sol y <strong>el</strong> día se despeja,<br />

como <strong>que</strong>riendo aclarar un futuro hasta<br />

hace pocos meses incierto <strong>para</strong> <strong>el</strong> último<br />

reducto de familias <strong>que</strong> aún vivirán unos<br />

años más d<strong>el</strong> ‘oro negro’ en la Montaña<br />

Palentina.


[Texto: Patricia García Robledo. Fotografías: M. Martín] “Las mujeres somos<br />

como <strong>las</strong> pi<strong>las</strong> ‘durac<strong>el</strong>l’,<br />

duramos y duramos como<br />

madres y empresarias”<br />

Pilar Silv<strong>el</strong>a:<br />

Directora d<strong>el</strong> Grupo Barsil S.L.<br />

Q Pilar Silv<strong>el</strong>a, empresaria abulense responsable d<strong>el</strong><br />

Grupo Barsil S.L.<br />

Pilar Silv<strong>el</strong>a Jiménez-Arenas es la empresaria<br />

abulense d<strong>el</strong> año. Desde 1982, capitanea<br />

la dirección de <strong>las</strong> empresas d<strong>el</strong> Grupo<br />

Barsil S.L., un ‘holding’ familiar <strong>que</strong> cuenta<br />

con negocios inmobiliarios, de construcción,<br />

comercialización de materiales de construcción<br />

y saneamientos, host<strong>el</strong>ería, agricultura<br />

y ganadería, actividades <strong>que</strong> emplean de<br />

forma directa a más de 120 personas. Su<br />

labor, la capacidad de diversificación de negocio,<br />

la consolidación de <strong>las</strong> empresas y su<br />

contribución al desarrollo local y provincial<br />

le han valido diversos premios d<strong>el</strong> mundo de<br />

la empresa y de la propia sociedad, <strong>que</strong> la<br />

convierten en una de <strong>las</strong> mujeres más reconocidas<br />

de la Comunidad.<br />

Vivimos un momento en <strong>el</strong> <strong>que</strong> la lucha<br />

por la igualdad real entre hombres y mujeres<br />

sigue en pleno vigor, pero usted ya se<br />

implicó en esta batalla en épocas mucho<br />

más difíciles, ¿qué tiene <strong>que</strong> hacer una<br />

mujer <strong>para</strong>, recién acabada la Guerra Civil<br />

lanzarse a estudiar una carrera universitaria,<br />

pese a la oposición familiar...?<br />

Nací en Madrid en 1926, pero me siento<br />

muy ligada a Ávila. Con 17 años terminé<br />

séptimo de Bachiller y aprobé la ‘reválida’<br />

con muy buena nota, me dieron <strong>el</strong> Premio<br />

Extraordinario. Luego me matriculé en la ca-<br />

Esta empresaria abulense de 78 años es<br />

la ‘capitana’ d<strong>el</strong> Grupo Barsil S.L., con intereses<br />

en <strong>sector</strong>es como la construcción, la<br />

agricultura o la host<strong>el</strong>ería, y 120 trabajadores<br />

en nómina.<br />

Q Pilar Silv<strong>el</strong>a, responsable d<strong>el</strong> grupo Barsil S.L., recibe de manos de José María Cuevas, presidente de la CEOE,<br />

<strong>el</strong> premio al empresario abulense d<strong>el</strong> año.<br />

rrera de Comercio e Intendente Mercantil,<br />

y durante esos años compaginé los estudios<br />

con la Acción Católica y los cursillos de<br />

Cristiandad, y ayudaba como enfermera en<br />

algunos hospitales. Ahí comencé a trabajar<br />

con mi abu<strong>el</strong>o, César Jiménez-Arenas.<br />

Pero su familia no lo acababa de entender...<br />

Encontré la oposición de mi familia por<strong>que</strong><br />

entonces no se comprendía <strong>bien</strong> <strong>que</strong> una<br />

mujer estudiara, <strong>que</strong> accediera a un bachiller<br />

y <strong>que</strong> luego cursara la carrera de Comercio<br />

e Intendente Mercantil. Pero con<br />

decisión y valor se alcanza todo. En a<strong>que</strong>lla<br />

época no había muchas mujeres <strong>que</strong> se<br />

decidieran a estudiar, y éramos muy pocas,<br />

nos llamábamos <strong>el</strong> ‘corrito’. Eso <strong>que</strong> pasa<br />

ahora de <strong>que</strong> <strong>las</strong> mujeres sean <strong>el</strong> 80 por<br />

ciento d<strong>el</strong> alumnado de algunas carreras<br />

universitarias era inimaginable.<br />

¿Y como ha sido <strong>el</strong> desarrollo de su trayectoria<br />

empresarial en un mundo mayoritariamente<br />

de hombres?<br />

Fue duro, ha sido durísimo, pero también<br />

<strong>para</strong> los hombres <strong>el</strong> mundo empresarial<br />

es duro, si <strong>bien</strong> en aquélla época no había<br />

la misma concienciación <strong>que</strong> hay ahora sobre<br />

la igualdad de oportunidades. Tenía <strong>que</strong><br />

abrirme camino y hacerme un hueco, por<br />

supuesto. Pero no he visto oposición por<br />

parte de los hombres. Además, Ávila era<br />

una ciudad <strong>que</strong> no tenía tantas posibilidades<br />

entonces.<br />

El grupo Barsil S.L. comenzó a forjarse en<br />

los años 60 con un primer edificio de viviendas.<br />

¿Cómo fueron los inicios?<br />

Fueron duros. A mi marido, Santiago Barba,<br />

le empezó a rondar por la cabeza la idea de<br />

hacer un primer edificio. Pero antes ya había<br />

trabajado codo con codo con mi abu<strong>el</strong>o, César<br />

Jiménez-Arenas, mientras yo estudiaba<br />

la carrera de Comercio e Intendente Mercantil.<br />

Luego me casé, y todo lo <strong>que</strong> estudié<br />

me valió de mucho, por<strong>que</strong> me ocupaba de<br />

todos los pap<strong>el</strong>es de los negocios de San-<br />

tiago. Así, se fue extendiendo <strong>el</strong> negocio de<br />

la construcción hasta nueve promociones<br />

de 300 viviendas y locales más en Ávila. En<br />

1982, murió mi marido, y tuve <strong>que</strong> ponerme<br />

al frente d<strong>el</strong> negocio, con seis hijos de entre<br />

19 y 10 años; estuvo duro, duro.<br />

Compaginaba su labor de madre de seis<br />

hijos y de empresaria al frente de varios<br />

negocios...<br />

Las mujeres somos como <strong>las</strong> pi<strong>las</strong> ‘durac<strong>el</strong>l’,<br />

duramos y duramos como madres<br />

y trabajadoras. Aun<strong>que</strong> era un mundo de<br />

hombres, a imagen y semejanza y de y <strong>para</strong><br />

<strong>el</strong> hombre, me sentí a gusto; la empresa no<br />

es <strong>para</strong> nadie un campo de rosas. Cuando<br />

murió mi marido, algunos hijos <strong>que</strong> estaban<br />

estudiando fuera <strong>que</strong>rían dejar sus carreras<br />

<strong>para</strong> venirse a Ávila, y no lo permití. Eso<br />

sí, todo aprobado en junio por<strong>que</strong> no podía<br />

haber septiembres. A los pe<strong>que</strong>ños me los<br />

llevaba conmigo siempre; incluso al notario.<br />

Tenía una hija muy revoltosa, y <strong>el</strong> notario<br />

mandaba a un empleado de la oficina <strong>que</strong><br />

vigi<strong>las</strong>e a los niños mientras arreglábamos<br />

los pap<strong>el</strong>es. Entonces no había medidas<br />

<strong>para</strong> la conciliación de la vida laboral y familiar.<br />

Pero yo nunca he dejado de ser madre,<br />

nunca. Mi lema ha sido ser mujer, <strong>que</strong> es lo<br />

<strong>que</strong> soy, y convertirme en todo lo <strong>que</strong> soy<br />

capaz por mi misma. Se saca <strong>el</strong> tiempo de<br />

donde no lo hay.<br />

Y, en una trayectoria así ¿cuál es su proyecto<br />

más valorado?<br />

Cada proyecto tiene algo especial. Tal vez,<br />

la construcción, por<strong>que</strong> los inicios fueron<br />

duros. A los dos días de haber muerto mi<br />

marido, ya estaba subida en los andamios.<br />

Sólo pensaba en los obreros <strong>que</strong>, cuando<br />

me veían, me decían: “Pilar, danos tajo”. Y yo<br />

sólo pensaba en eso, en <strong>el</strong> tajo. También me<br />

interesaban mucho la ganadería, por<strong>que</strong> a<br />

mí siempre me ha gustado <strong>el</strong> campo, y luego<br />

los saneamientos y la host<strong>el</strong>ería.


[Texto: Florentino Descalzo. Fotografías: Fernando Peñalosa]<br />

Alcaldes <strong>para</strong> todo<br />

Q Antonio Sánchez, alcalde de Cabezu<strong>el</strong>a (Segovia), ha tenido <strong>que</strong> emplear en numerosas ocasiones su tractor<br />

<strong>para</strong> realizar trabajos <strong>para</strong> <strong>el</strong> pueblo.<br />

“Es más difícil ser alcalde de un pueblo <strong>que</strong><br />

de una ciudad”, asegura Migu<strong>el</strong> Áng<strong>el</strong> Palacios,<br />

regidor de Valseca (Segovia), d<strong>el</strong> PSOE<br />

y con 300 habitantes a su cargo; “aun<strong>que</strong><br />

llegar al poder resulte más complicado en<br />

una gran urbe”, matiza. “En un pueblo estamos<br />

pendientes de todo <strong>las</strong> 24 horas d<strong>el</strong><br />

día y sin contar con operarios, <strong>que</strong>, o no<br />

disponemos, o si los hay no tienen libre dis-<br />

posición. Si ocurre algo no puedes ignorarlo<br />

por<strong>que</strong> los vecinos te <strong>van</strong> a buscar a casa;<br />

pero es algo con lo <strong>que</strong> ya contamos”, añade<br />

con resignación.<br />

La vida de alcalde es una dedicación constante.<br />

También lo tiene asumido <strong>el</strong> alcalde<br />

de la localidad segoviana de Cabezu<strong>el</strong>a, Antonio<br />

Sánchez (PP). Aun<strong>que</strong> este pueblo de<br />

700 habitantes cuenta con alguacil y opera-<br />

Empuñan mejor una azada <strong>que</strong> <strong>el</strong> bastón<br />

de mando... y atienden a sus convecinos<br />

más veces en <strong>el</strong> comedor de<br />

su casa <strong>que</strong> en <strong>el</strong> Ayuntamiento. Son<br />

los alcaldes de los pe<strong>que</strong>ños pueblos,<br />

<strong>que</strong> suplen con su vida privada y medios<br />

personales <strong>las</strong> carencias de sus<br />

consistorios.<br />

rio de servicios múltiples, <strong>el</strong> regidor -de profesión<br />

agricultor- ha tenido <strong>que</strong> emplear en<br />

numerosas ocasiones su tractor <strong>para</strong> realizar<br />

trabajos <strong>para</strong> <strong>el</strong> pueblo. Acondicionar<br />

<strong>el</strong> entorno d<strong>el</strong> campo de fútbol, ir a por leña<br />

<strong>para</strong> la calefacción d<strong>el</strong> centro de mayores...<br />

son algunas de <strong>las</strong> ‘funciones municipales’<br />

<strong>que</strong> realiza de manera altruista. “Tener <strong>que</strong><br />

trabajar con los operarios municipales resulta<br />

habitual cuando surge cualquier avería”,<br />

recuerda en referencia al deterioro<br />

<strong>que</strong> sufren <strong>las</strong> redes de agua de <strong>las</strong> zonas<br />

rurales. “En los pueblos pe<strong>que</strong>ños hay <strong>que</strong><br />

hacer de todo: de fontanero, de <strong>el</strong>ectricista,<br />

de herrero… por<strong>que</strong> a los empleados tampoco<br />

les puedes hacer trabajar a todas horas”,<br />

asegura con sensibilidad sindical.<br />

Más complicada es la situación en los pueblos<br />

donde no pueden permitirse <strong>el</strong> lujo de<br />

tener ni un solo empleado municipal, como<br />

es <strong>el</strong> caso de El Cubillo (60 habitantes censados).<br />

Su alcalde, C<strong>el</strong>edonio Esteban, de<br />

78 años y d<strong>el</strong> PP, se reclina cada vez con<br />

más dificultad <strong>para</strong> anotar la lectura de los<br />

contadores d<strong>el</strong> agua de <strong>las</strong> escondidas acometidas,<br />

protegidas de <strong>las</strong> fuertes h<strong>el</strong>adas<br />

invernales de estos pagos. “Cuando acabe<br />

la legislatura tendré 80 años”, repite a menudo<br />

este histórico regidor <strong>que</strong> en varias<br />

ocasiones ha pensado en no volver a presentarse<br />

a alcalde. “Pero no hay gente joven<br />

<strong>que</strong> quiera seguir”, se justifica.<br />

Además de tener <strong>que</strong> arreglar <strong>las</strong> averías<br />

<strong>que</strong> quiebran la monotonía de <strong>las</strong> tranqui<strong>las</strong><br />

calles de El Cubillo, también ha de limpiar<br />

<strong>las</strong> acequias <strong>que</strong> se anegan; y guarda, junto<br />

a Moisés, Eduardo y <strong>el</strong> juez de paz, Román,<br />

todos <strong>el</strong>lo jubilados, <strong>el</strong> pueblo. Les encomiendan<br />

incluso la custodia de <strong>las</strong> llaves de algunas<br />

casas <strong>que</strong> sólo se habitan los fines de semana.<br />

Como no tiene operarios, no necesita<br />

t<strong>el</strong>éfono móvil. Pero tampoco lo anh<strong>el</strong>a por<strong>que</strong><br />

no hay cobertura, algo <strong>que</strong> sí le gustaría<br />

<strong>que</strong> existiera en <strong>el</strong> pueblo, “<strong>para</strong> <strong>que</strong> la gente<br />

pueda tener un servicio más”, reclama en un<br />

lugar donde <strong>las</strong> peticiones parecen <strong>que</strong>darse<br />

en la hondonada en <strong>que</strong> se asienta <strong>el</strong> diminuto<br />

casco urbano y mientras en <strong>las</strong> ciudades<br />

próximas se empeñan en <strong>que</strong> se desmant<strong>el</strong>en<br />

antenas de comunicaciones.<br />

En cambio, otros regidores no entienden<br />

cómo se puede gestionar hoy un Ayunta-<br />

miento sin móvil. Migu<strong>el</strong> Áng<strong>el</strong> Palacios, de<br />

Valseca, es tajante: “No me acuerdo cómo<br />

podía ser alcalde antes sin <strong>el</strong> t<strong>el</strong>éfono”. Y <strong>las</strong><br />

comunicaciones son básicas, según este<br />

regidor, <strong>que</strong> asegura haber “fundido” tres<br />

coches en los 14 años <strong>que</strong> llevo de alcalde.<br />

en continuos viajes <strong>para</strong> hacer gestiones<br />

municipales ante <strong>las</strong> instancias superiores.<br />

El último lo desbarató cuando alguien chocó<br />

contra él al volver de un pregón de fiestas<br />

con concejales de otras localidades.<br />

Sin vida propia<br />

Pero <strong>para</strong> sentirse sólo, la máxima autoridad<br />

de Puebla de Pedraza. Su alcalde es Félix<br />

Matesanz (IU). La soledad institucional no<br />

sólo la padece como alcalde en este pueblo<br />

<strong>que</strong> funciona como concejo abierto y don-<br />

Q C<strong>el</strong>edonio Esteban, alcalde d<strong>el</strong> Cubillo (Segovia), toma nota d<strong>el</strong> consumo de agua en una calle d<strong>el</strong> pueblo.<br />

(...) El trabajo más<br />

desagradable <strong>que</strong> ha<br />

tenido <strong>que</strong> hacer<br />

como responsable<br />

municipal ha sido<br />

<strong>el</strong> de cavar zanjas<br />

en <strong>el</strong> cementerio (...)<br />

de no hay concejales; sino además como<br />

miembro de un partido <strong>que</strong> no dispone de<br />

compañía política en <strong>las</strong> instituciones superiores.<br />

“Allí tienen muy en cuenta <strong>el</strong> color<br />

político, y eso <strong>que</strong> no estoy afiliado”. “La falta<br />

de medios se nos acrecienta a los alcaldes<br />

<strong>que</strong> no tenemos respaldo político y nos vemos<br />

obligados a dar más la tabarra en la<br />

Diputación o en la Junta”, asegura.<br />

Arreglar averías o <strong>las</strong> incidencias <strong>que</strong> se<br />

producen en ‘su puebla’, de 90 habitantes,<br />

no es lo <strong>que</strong> peor le sienta. Tampoco <strong>el</strong> tener<br />

<strong>que</strong> clorar <strong>el</strong> agua de abastecimiento según<br />

<strong>las</strong> instrucciones <strong>que</strong> recibe d<strong>el</strong> Servicio de<br />

Sanidad. Al menos, <strong>para</strong> leer los contadores<br />

de los domicilios cuenta con la ayuda de dos<br />

tenientes de alcalde “<strong>que</strong> son jubilados”. El<br />

trabajo más desagradable <strong>que</strong> ha tenido<br />

<strong>que</strong> hacer como responsable municipal ha<br />

sido <strong>el</strong> de cavar zanjas en <strong>el</strong> cementerio. “Lo<br />

llevo muy mal”, confiesa.<br />

Y la vida de un alcalde se hace más complicada<br />

cuando en <strong>las</strong> <strong>el</strong>ecciones municipales<br />

compiten dos candidatos. “El enfrentamiento<br />

su<strong>el</strong>e mantenerse y <strong>el</strong> <strong>que</strong> sale<br />

<strong>el</strong>egido cuenta con poca colaboración por<br />

parte d<strong>el</strong> otro grupo”, se <strong>que</strong>ja además Félix<br />

Matesanz.


Mujeres<br />

a la faena<br />

En Arcones, la alcaldesa Pilar Sanz acaba<br />

de poner en marcha un polígono industrial<br />

“<strong>para</strong> <strong>que</strong> <strong>el</strong> pueblo pueda disponer de servicios<br />

y al menos poder contratarlos, por<strong>que</strong><br />

en verano la población se nos multiplica y no<br />

disponemos ni de un carpintero en toda la<br />

zona”. En la misma comarca de Pedraza, Elena<br />

Núñez también es la primera mujer <strong>que</strong><br />

accede a la Alcaldía en este pueblo de 130<br />

habitantes, con grandes necesidades <strong>para</strong><br />

realizar obras de construcción en par<strong>que</strong>s o<br />

calles d<strong>el</strong> municipio. Y <strong>para</strong> resolver asuntos<br />

municipales acuden al único bar d<strong>el</strong> pueblo,<br />

en <strong>el</strong> <strong>que</strong> hace tan sólo dos generaciones no<br />

entraban mujeres por<strong>que</strong> “la taberna era un<br />

lugar exclusivo <strong>para</strong> hombres”.<br />

Mientras en grandes municipios <strong>el</strong> exceso<br />

de ruido obliga a iniciar expedientes de<br />

cierre de establecimientos hot<strong>el</strong>eros, en<br />

núcleos como El Cubillo o Puebla, los ayuntamientos<br />

bregan <strong>para</strong> <strong>que</strong> alguien mantenga<br />

abierto <strong>el</strong> bar <strong>que</strong> será <strong>el</strong> único lugar<br />

de reunión vecinal. Y <strong>el</strong> alcalde acudirá a él,<br />

no <strong>para</strong> tomarse un respiro en su <strong>que</strong>hacer<br />

diario, sino <strong>para</strong> agasajar a la pareja de la<br />

Guardia Civil <strong>para</strong> <strong>que</strong> trate de no olvidar<br />

<strong>que</strong> este pueblo también existe. O, como<br />

reconoce C<strong>el</strong>edonio Esteban, <strong>para</strong> quitar<br />

tensión a conflictos y con un chato de vino<br />

Q Félix Matesanz, alaclde de La Puebla de<br />

Pedraza (Segovia), en labores de limpieza.<br />

(...) En núcleos como<br />

El Cubillo o Puebla, los<br />

ayuntamientos bregan<br />

<strong>para</strong> <strong>que</strong> alguien<br />

mantenga abierto <strong>el</strong><br />

bar <strong>que</strong> será <strong>el</strong> único<br />

lugar de reunión<br />

vecinal (...)<br />

se pueda suavizar la mala r<strong>el</strong>ación entre<br />

dos vecinos.<br />

Todos estos alcaldes rurales, <strong>que</strong> se manejan<br />

mejor con una llave inglesa <strong>que</strong> con<br />

bandos y decretos, saben <strong>que</strong> muchos de<br />

sus administrados, a menudo familiares<br />

o amigos, a veces incumplen normativas<br />

municipales; pero, con guantes y botas de<br />

goma siempre disponibles, desean <strong>que</strong> la<br />

convivencia en sus pueblos continúe siendo<br />

la tónica general, aun<strong>que</strong> no rechazarían<br />

<strong>que</strong> algún día pudiera mejorar.


[Texto: M.Martín. Fotografía: Eduardo Margareto]<br />

Aresa<br />

Tecnología de altos vu<strong>el</strong>os en Boecillo<br />

La planta de Aresa<br />

instalada en <strong>el</strong><br />

Par<strong>que</strong> Tecnológico<br />

vallisoletano<br />

fabricará en los<br />

próximos 20 años un<br />

millón de piezas <strong>para</strong><br />

<strong>el</strong> Airbus A380, a un<br />

ritmo de 50<br />

aviones anuales<br />

Que algo a priori tan insignificante y tan<br />

minúsculo como la fibra de carbono pueda<br />

ser <strong>el</strong> embrión de los gigantes aéreos <strong>que</strong><br />

cruzan cada día los ci<strong>el</strong>os resulta, cuanto<br />

menos, sorprendente. Pero lo cierto es <strong>que</strong>,<br />

en la actualidad, alrededor d<strong>el</strong> 50 por ciento<br />

de la estructura de un avión comercial tipo<br />

corresponde a este material. Las fibras de<br />

carbono se manejan en forma de cintas de<br />

0,18 milímetros de espesor, previamente<br />

impregnadas de resina epoxi, un compuesto<br />

químico <strong>que</strong> permanece estable con altas<br />

temperaturas, lo <strong>que</strong>, en conjunción con<br />

<strong>las</strong> fibras, produce piezas tan resistentes<br />

como ligeras.<br />

Es tal la d<strong>el</strong>gadez de la cinta de fibras de<br />

carbono <strong>que</strong> exige la superposición de múltiples<br />

capas hasta formar una lámina resistente<br />

y pre<strong>para</strong>da <strong>para</strong> la formación de<br />

la pieza, <strong>que</strong> será posteriormente tratada<br />

Q Vista general de la factoría Aresa en <strong>el</strong> Par<strong>que</strong><br />

Tecnológico de Boecillo (Valladolid).<br />

hasta concluir siendo parte de la estructura<br />

de un avión. “Hay piezas <strong>que</strong> lle<strong>van</strong> hasta<br />

100 capas de cinta y tienen 18 milímetros<br />

de espesor”, explica Pedro Vila, consejero<br />

tecnológico de Aresa, una planta perteneciente<br />

al Grupo Aries <strong>que</strong> ha situado a Castilla<br />

y León en la <strong>van</strong>guardia tecnológica con<br />

su implantación en <strong>el</strong> Par<strong>que</strong> Tecnológico de<br />

Boecillo (Valladolid).<br />

Esta fábrica, <strong>que</strong> ha supuesto una inversión<br />

cercana a los 80 millones de euros y<br />

cuya previsión es facturar alrededor de 30<br />

millones al año, se inauguró en Boecillo hace<br />

poco más de dos meses. En su cartera de<br />

clientes cuentan con siete destacados contratos<br />

<strong>que</strong> incluyen la fabricación de componentes<br />

<strong>para</strong> cuatro aviones: <strong>el</strong> gigante<br />

europeo Airbus A380, <strong>el</strong> comercial A320,<br />

<strong>el</strong> avión de transporte militar A400M y <strong>el</strong> de<br />

ejecutivos Dassault Falcon F7X.<br />

Contratos<br />

Según repasa <strong>el</strong> consejero tecnológico<br />

de Aresa, los tres primeros contratos <strong>que</strong><br />

obtuvieron –y hasta la fecha los más importantes-<br />

fueron con Airbus España, <strong>para</strong> la<br />

fabricación de componentes de timones,<br />

costil<strong>las</strong> d<strong>el</strong> plano horizontal de la cola (HTP)<br />

y costil<strong>las</strong> de <strong>las</strong> a<strong>las</strong> <strong>para</strong> <strong>el</strong> A380. De hecho,<br />

<strong>el</strong> motivo de la creación de Aresa por<br />

parte d<strong>el</strong> Grupo Aries fue la demanda de un<br />

socio <strong>que</strong> se hiciera cargo d<strong>el</strong> diseño, desarrollo<br />

y fabricación de estas piezas <strong>para</strong><br />

este proyecto, en <strong>el</strong> <strong>que</strong> están implicados<br />

cuatro países europeos: Francia, Alemania,<br />

Reino Unido y España.<br />

Sobre este proyecto, Pedro Vila señala<br />

<strong>que</strong> “hay contratados 160 aviones, <strong>que</strong><br />

forman parte de la cartera de pedidos fija,<br />

aun<strong>que</strong> <strong>el</strong> contrato principal cubre la fabricación<br />

de 600 aviones, con una extensión<br />

opcional hasta 750. Finalmente, esperamos<br />

<strong>que</strong> <strong>el</strong> total d<strong>el</strong> programa exceda de<br />

los 1.000, en alrededor de 20 años”. Esto<br />

supone un ritmo de producción <strong>que</strong> supera<br />

los 50 aviones al año, con la fabricación de<br />

un millar de piezas distintas por aeronave.<br />

La suma total de la carga de trabajo de esta<br />

empresa, únicamente <strong>para</strong> <strong>el</strong> A380, arroja<br />

cifras de un millón de piezas en los próximos<br />

20 años, lo <strong>que</strong> convierte a este contrato<br />

en “<strong>el</strong> más importante” de los adquiridos<br />

por la planta vallisoletana hasta la fecha.<br />

Pero existen otros tres aviones <strong>para</strong> los<br />

<strong>que</strong> trabaja la factoría. También <strong>para</strong> Airbus<br />

España, se fabrican largueros d<strong>el</strong> HTP d<strong>el</strong><br />

mod<strong>el</strong>o A320 y la familia de éste (A318,<br />

A319, A321), aviones comerciales de pasajeros.<br />

En este caso <strong>el</strong> encargo es menor<br />

en número de piezas (cuatro por aeronave),<br />

por lo <strong>que</strong> se espera suministrar componentes<br />

<strong>para</strong> 2.000 aviones en 5 años, a un<br />

ritmo de 400 aviones al año.<br />

Por otro lado, la multinacional EADS-CASA<br />

es cliente de Aresa <strong>para</strong> la fabricación de<br />

piezas d<strong>el</strong> plano horizontal de la cola y timones<br />

de profundidad d<strong>el</strong> avión de ejecutivos<br />

Dassault Falcon F7X, cuyo contrato básico<br />

cubre 200 aviones, pero “es muy probable<br />

<strong>que</strong> <strong>el</strong> número total exceda de 400 aviones<br />

en un periodo largo, a un ritmo de 25 unidades<br />

al año”.<br />

Finalmente, la cuarta aeronave <strong>para</strong> la<br />

<strong>que</strong> trabaja Aresa es <strong>el</strong> Airbus A400M,<br />

un avión de transporte militar, aspecto en<br />

<strong>el</strong> <strong>que</strong> Pedro Vila hace especial hincapié al<br />

decir <strong>que</strong>, aun<strong>que</strong> está gestionado por <strong>el</strong><br />

Ejército d<strong>el</strong> Aire, hace tareas “<strong>que</strong> no tienen<br />

nada <strong>que</strong> ver con la guerra, sino <strong>que</strong> son<br />

funciones de transporte, muchas de <strong>el</strong><strong>las</strong><br />

humanitarias. Este avión, en tiempo de paz,<br />

hace tareas <strong>que</strong> no tienen nada <strong>que</strong> ver con<br />

<strong>las</strong> actividades militares”.<br />

Para este avión, la planta vallisoletana fabrica<br />

piezas <strong>para</strong> los ‘flaps’ en un contrato


Q Caja donde embalan <strong>las</strong> piezas <strong>para</strong> transportar<strong>las</strong><br />

en la Factoría Aresa en <strong>el</strong> Par<strong>que</strong> Tecnológico de Boecillo (Valladolid).<br />

con Airbus Alemania, cuya sede está en<br />

Bremen. Además, <strong>para</strong> Airbus Francia realizan<br />

<strong>el</strong> larguero de la cola vertical, d<strong>el</strong> plano<br />

de deriva. Ambos contratos cubren d<strong>el</strong><br />

orden de 200 aviones, aun<strong>que</strong> se espera<br />

alcanzar los 400, con una media de unos<br />

24 aviones al año.<br />

El proceso<br />

Con estos siete contratos, Aresa tiene<br />

su carga de trabajo asegurada <strong>para</strong> los<br />

próximos 20 años, con la fabricación de<br />

miles de piezas distintas <strong>para</strong> estos cuatro<br />

aviones y un promedio de tiempo <strong>para</strong> cada<br />

una de <strong>el</strong><strong>las</strong> de seis semanas. Según Vila,<br />

este periodo “no tiene mucho <strong>que</strong> ver con<br />

<strong>el</strong> tamaño”, <strong>que</strong> va desde 10 centímetros a<br />

los 12 metros d<strong>el</strong> componente más grande<br />

d<strong>el</strong> A380, “sino con <strong>el</strong> proceso <strong>que</strong> hay <strong>que</strong><br />

seguir y también con <strong>las</strong> extraordinarias<br />

medidas de calidad <strong>que</strong> se toman <strong>para</strong> <strong>que</strong><br />

<strong>las</strong> piezas sean buenas. El control de calidad<br />

alarga los plazos”.<br />

Este complejo proceso, en <strong>el</strong> <strong>que</strong> juegan<br />

un destacado pap<strong>el</strong> la tecnología, la ingeniería,<br />

la física y la química, empieza en la<br />

(...) En su cartera de<br />

clientes cuentan con<br />

siete destacados<br />

contratos <strong>que</strong> incluyen<br />

la fabricación de<br />

componentes <strong>para</strong><br />

cuatro aviones:<br />

<strong>el</strong> gigante europeo Airbus<br />

A380, <strong>el</strong> comercial<br />

A320, <strong>el</strong> avión de<br />

transporte militar<br />

A400M y <strong>el</strong> de ejecutivos<br />

Dassault Falcon F7X (...)


Q Un operario da forma a una pieza en la factoría Aresa d<strong>el</strong> Par<strong>que</strong> Tecnológico de Boecillo (Valladolid).<br />

recepción de la materia prima, la cinta de<br />

fibras de carbono, <strong>que</strong> llega a Aresa en inmensos<br />

rollos <strong>que</strong> se conser<strong>van</strong> en una cámara<br />

frigorífica a 20 grados bajo cero <strong>para</strong><br />

mantenerla en perfecto estado.<br />

De ahí pasa a la denominada Sala Limpia,<br />

en la <strong>que</strong> la atmósfera está controlada en<br />

contenido de polvo, entre otras <strong>cosas</strong>, <strong>para</strong><br />

asegurar <strong>que</strong> <strong>el</strong> proceso no se contamina.<br />

Es la primera fase, en la <strong>que</strong> una línea<br />

continua de encintado automático, llamada<br />

de<strong>van</strong>adora, trabaja constantemente superponiendo<br />

tantas capas de cinta como<br />

requiera la pieza en cuestión, capas <strong>que</strong> se<br />

<strong>van</strong> conformando en distintas posiciones<br />

<strong>para</strong> asegurar una mayor resistencia.<br />

Una vez terminado <strong>el</strong> conjunto, la lámina<br />

en bruto se traslada a otros mecanismos<br />

donde se corta y se le da la forma deseada,<br />

con calor y presión atmosférica. Entonces<br />

se somete a la pieza al vacío, protegiéndola<br />

con unos plásticos y se introduce en <strong>el</strong><br />

autoclave, una inmensa máquina de forma<br />

circular en la <strong>que</strong> se realiza <strong>el</strong> ‘curado’ de<br />

la estructura durante unas 6 horas, “aplicando<br />

presión de 10 bar por centímetro<br />

cuadrado a temperaturas de hasta 200<br />

grados centígrados”, explica <strong>el</strong> consejero<br />

tecnológico de Aresa.<br />

Con la salida de <strong>las</strong> estructuras d<strong>el</strong> autoclave,<br />

<strong>el</strong> proceso continúa llegando ya a <strong>las</strong><br />

fases finales, <strong>para</strong> lo <strong>que</strong> los trabajadores<br />

(...) Una a una, <strong>las</strong><br />

estructuras cortadas,<br />

curadas y recanteadas<br />

pasan una primera<br />

inspección por<br />

ultrasonidos, en la <strong>que</strong><br />

se comprueba<br />

cualquier tipo de<br />

anomalía interna. (...)<br />

Q Pedro Vila, consejero tecnológico de la factoría Aresa d<strong>el</strong> Par<strong>que</strong> Tecnológico de Boecillo<br />

(Valladolid), muestra los rollos de cinta de fibra de carbono con resina epóxida, materia<br />

prima <strong>para</strong> la construcción de <strong>las</strong> piezas <strong>para</strong> aviones.<br />

extraen manualmente <strong>las</strong> piezas de los moldes<br />

con los <strong>que</strong> se introdujeron <strong>para</strong> <strong>el</strong> curado.<br />

Llega entonces <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong> recanteado<br />

y taladrado. Sorprendentemente, en<br />

este punto se utilizan fresadoras <strong>para</strong> <strong>las</strong><br />

piezas más pe<strong>que</strong>ñas y una a<strong>van</strong>zada tecnología<br />

<strong>que</strong> propulsa un chorro de agua de<br />

alta presión, <strong>para</strong> <strong>las</strong> estructuras de mayor<br />

tamaño.<br />

Según admite Pedro Vila, se prefiere <strong>el</strong><br />

uso d<strong>el</strong> agua en lugar de otras técnicas,<br />

como <strong>el</strong> láser, puesto <strong>que</strong> <strong>el</strong> corte con láser<br />

podría <strong>que</strong>mar los bordes de <strong>las</strong> piezas<br />

y, por tanto, dañar<strong>las</strong>. Cosa <strong>que</strong> no ocurre<br />

con <strong>el</strong> agua, <strong>que</strong> produce cortes limpios y<br />

perfectos. “Yo he visto cómo un chorro de<br />

agua cortaba un blo<strong>que</strong> de hierro de unos<br />

20 centímetros”, afirma.<br />

Control de calidad<br />

Al final de esta cadena, <strong>las</strong> piezas ya tienen<br />

la forma y la consistencia re<strong>que</strong>rida<br />

en cada pieza, con <strong>las</strong> curvas, hendiduras<br />

y agujeros necesarios. Pero aún <strong>que</strong>da la<br />

fase final y esencial d<strong>el</strong> proceso, <strong>el</strong> control<br />

de calidad. Una a una, <strong>las</strong> estructuras cortadas,<br />

curadas y recanteadas pasan una<br />

primera inspección por ultrasonidos, en la<br />

<strong>que</strong> se comprueba cualquier tipo de ano-<br />

Q Piezas <strong>para</strong> <strong>el</strong> Airbus A-380 pasan por la piscina de control de calidad en la<br />

factoría Aresa en <strong>el</strong> Par<strong>que</strong> Tecnológico de Boecillo (Valladolid).<br />

malía interna. Las piezas más grandes se<br />

exploran en una piscina y <strong>las</strong> pe<strong>que</strong>ñas, con<br />

un escáner manual.<br />

Tras esto, aún falta la inspección detallada<br />

d<strong>el</strong> exterior. En conjunto, <strong>el</strong> control de calidad<br />

<strong>que</strong>ma <strong>el</strong> 25 por ciento d<strong>el</strong> tiempo total<br />

de <strong>el</strong>aboración de cada pieza, pero es algo<br />

“esencial”, según explica <strong>el</strong> consejero tecnológico<br />

de Aresa, ya <strong>que</strong> cualquier pe<strong>que</strong>ño<br />

fallo en un componente implica su rechazo.<br />

Actualmente, con apenas dos meses de<br />

funcionamiento en la planta en Valladolid, <strong>el</strong><br />

porcentaje de piezas rechazadas es menor<br />

d<strong>el</strong> uno por ciento de lo fabricado, pero <strong>el</strong><br />

objetivo es mucho más ambicioso: llegar al<br />

0,1 por ciento.


Por último, en una nave anexa, se encuentra<br />

<strong>el</strong> taller de pintura, con dos instalaciones,<br />

automática y manual. “Se trata de una<br />

pintura más de protección <strong>que</strong> decorativa”,<br />

explica Vila. Allí, con <strong>las</strong> piezas ya pre<strong>para</strong>das<br />

<strong>para</strong> su embalaje y traslado, se puede<br />

comprobar la ligereza de <strong>las</strong> fibras de carbono,<br />

ya convertidas en parte de un avión.<br />

“Es <strong>el</strong> material <strong>que</strong> más resiste en proporción<br />

a su peso, muchas veces por encima<br />

d<strong>el</strong> acero y <strong>el</strong> titanio”, sentencia.<br />

El primer avión <strong>que</strong> empleó en su estructura<br />

<strong>las</strong> fibras de carbono fue <strong>el</strong> Airbus A320,<br />

en sustitución d<strong>el</strong> metal. Ahora, este material<br />

ya está completamente extendido en la<br />

industria aeronáutica, aun<strong>que</strong> en España<br />

son todavía muy pocas <strong>las</strong> empresas <strong>que</strong><br />

lo utilizan. De <strong>el</strong><strong>las</strong>, Aresa se sitúa en <strong>el</strong> primer<br />

lugar en cuanto al volumen de fibras de<br />

carbono <strong>que</strong> manejan, “aparte de la propia<br />

Airbus”, matiza Pedro Vila.<br />

El viaje hacia<br />

<strong>el</strong> montaje final<br />

Completado <strong>el</strong> proceso, <strong>que</strong> implica a un<br />

centenar de trabajadores, <strong>las</strong> piezas se embalan<br />

y se envían en camiones, dos o tres<br />

veces por semana, con destino a Getafe<br />

(Madrid), Sevilla, Illescas (Toledo) y Puerto<br />

Real (Cádiz), fábricas de ensamblaje donde<br />

<strong>las</strong> piezas <strong>el</strong>ementales se acoplan forman-<br />

Q Reactor donde se endurecen <strong>las</strong> piezas a altas<br />

temperaturas en la Factoría Aresa en <strong>el</strong> Par<strong>que</strong><br />

Tecnológico de Boecillo (Valladolid).<br />

(...) Aresa se sitúa en<br />

<strong>el</strong> primer lugar en<br />

cuanto al volumen de<br />

fibras de carbono <strong>que</strong><br />

manejan, aparte de la<br />

propia Airbus (...)<br />

do estructuras más grandes, <strong>para</strong> enviar<strong>las</strong><br />

a la línea final de montaje (FAL), <strong>que</strong> <strong>para</strong><br />

Airbus está en Toulose y en Hamburgo y<br />

<strong>para</strong> EADS-CASA, en Sevilla. En un futuro<br />

próximo, Aresa enviará también a Toulose<br />

y a Bremen.<br />

Para <strong>el</strong> único avión <strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>que</strong> esta planta<br />

envía <strong>las</strong> piezas montadas es <strong>para</strong> <strong>el</strong> F7X,<br />

cuyo timón de profundidad se envía ya pre<strong>para</strong>do<br />

<strong>para</strong> la línea final de montaje. De<br />

este modo, se ensamblan dos ‘cáscaras’<br />

con <strong>el</strong>ementos de refuerzo entre <strong>el</strong><strong>las</strong>. En<br />

este aspecto, “todavía hace falta mecanizar<br />

esta fase”, dice Pedro Vila, ya <strong>que</strong> hasta<br />

ahora los remaches se realizan de forma<br />

manual.<br />

No obstante, en <strong>el</strong> resto de la cadena, lo<br />

artesanal no tiene cabida y <strong>las</strong> manos de<br />

los operarios actúan como subordinadas<br />

de la tecnología más a<strong>van</strong>zada de la industria<br />

aeronáutica, <strong>que</strong> logra convertir a <strong>las</strong><br />

revolucionarias fibras de carbono en parte<br />

de un avión. Que sea capaz de volar, ése ya<br />

es otro milagro.


0<br />

[Texto: María Martín. Fotografías: Leticia Pérez]<br />

José María Eirós<br />

Aun<strong>que</strong> nació en Mondoñedo<br />

(Lugo), José María Eirós Bouza lleva<br />

30 años vinculado a Valladolid y<br />

a Castilla y León, donde ha trabajado<br />

en <strong>el</strong> ámbito d<strong>el</strong> diagnóstico<br />

microbiológico de <strong>las</strong> enfermedades<br />

infecciosas y de estudios<br />

epidemiológicos en la Comunidad.<br />

En esta entrevista, explica <strong>el</strong> origen<br />

y alcance de algunas de <strong>las</strong><br />

enfermedades <strong>que</strong> más páginas<br />

han ocupado últimamente en los<br />

periódicos, como <strong>el</strong> ébola o <strong>el</strong> Síndrome<br />

Respiratorio Agudo; sostiene<br />

<strong>que</strong> <strong>el</strong> Primer Mundo debe<br />

tomarse en serio la situación<br />

sociosanitaria de amplias zonas<br />

d<strong>el</strong> Planeta como primera medida<br />

preventiva y alerta sobre la amenaza,<br />

real, de un ata<strong>que</strong> bioterrorista,<br />

en cuyo tratamiento asegura<br />

llevar trabajando años.<br />

La microbiología es una ciencia de presente,<br />

pero sobre todo de futuro. ¿Qué puede<br />

aportar al <strong>bien</strong>estar de la población?<br />

Dado <strong>que</strong> desarrolla fundamentalmente<br />

su labor en <strong>el</strong> diagnóstico de <strong>las</strong> enfermedades<br />

infecciosas, trabaja cuando desde la<br />

clínica se sospecha sobre la aparición de<br />

infecciones en los seres humanos y es importante<br />

conocer cuál es <strong>el</strong> agente <strong>que</strong> lo<br />

sustenta. En ese sentido, es una ciencia <strong>que</strong><br />

contribuye sin duda al <strong>bien</strong>estar d<strong>el</strong> género<br />

humano.<br />

Las nuevas enfermedades, la posibilidad<br />

de ata<strong>que</strong>s terroristas biológicos... Al final,<br />

los científicos son una especie de ‘servicio<br />

de int<strong>el</strong>igencia mundial’.<br />

Nuestra posición está siempre al servicio<br />

d<strong>el</strong> ser humano en <strong>el</strong> sentido positivo.<br />

Aun<strong>que</strong> sea una ciencia de moda y a veces<br />

se desta<strong>que</strong>n aspectos negativos por<strong>que</strong><br />

pueden ser más noticiables, hay mucho de<br />

bueno en <strong>el</strong> ejercicio competente y absolutamente<br />

dedicado <strong>que</strong> hacen miles de microbiólogos<br />

en <strong>el</strong> mundo y, por supuesto, en<br />

<strong>el</strong> marco de exc<strong>el</strong>encia, también en nuestro<br />

país y en Castilla y León.<br />

Enfermedades como <strong>el</strong> ébola o <strong>el</strong> Síndrome<br />

Respiratorio Agudo llevaron la alarma<br />

a algunos <strong>sector</strong>es. Científicamente, ¿qué<br />

produce estas enfermedades y por qué<br />

han surgido?<br />

(...) O somos realmente<br />

solidarios con <strong>el</strong><br />

Tercer Mundo, o<br />

podemos tener una<br />

amenaza en forma de<br />

nuevas enfermedades (...)<br />

Son enfermedades víricas en ambos casos,<br />

tanto <strong>el</strong> ébola como <strong>el</strong> Síndrome Respiratorio<br />

Agudo Severo (SRAS). En este último<br />

caso, se identificó en un tiempo récord <strong>el</strong><br />

agente causa, <strong>que</strong> es un coronavirus <strong>que</strong><br />

empezó a mostrar actividad clínica en China<br />

y causó una tremenda alarma en <strong>el</strong> mundo<br />

por<strong>que</strong> suponía una enfermedad infecciosa<br />

nueva hasta entonces desconocida. El ébola<br />

es también una enfermedad vírica, <strong>que</strong> ha<br />

saltado a la prensa por<strong>que</strong> está producida<br />

por un arbovirus transmitido por artrópodos..<br />

El problema es <strong>que</strong> tienen una <strong>el</strong>evadísima<br />

letalidad, por<strong>que</strong> estos virus son<br />

capaces de matar en una proporción importante<br />

y causan, a veces, brotes <strong>que</strong> afectan<br />

a ciertas zonas d<strong>el</strong> continente africano. De<br />

(...) Es difícil <strong>que</strong> <strong>el</strong> ébola y<br />

<strong>el</strong> SARS causen pandemia,<br />

por<strong>que</strong> no son los virus<br />

típicos de pandemia y su<br />

actividad se circunscribe a<br />

zonas concretas (...)<br />

(...) Europa tiene una<br />

posición inmejorable,<br />

ya <strong>que</strong> son países con<br />

buenos sistemas de<br />

diagnóstico y también<br />

de vigilancia epidemiológica,<br />

con conexiones<br />

en redes ‘on line’ (...)<br />

Q José María Eirós Bouza posa en la biblioteca de Chancillería de Valladolid.<br />

alguna manera, la alarma surge cuando <strong>las</strong><br />

muertes son conocidas a niv<strong>el</strong> mundial y en<br />

la medida en la <strong>que</strong> uno pueda viajar a estas<br />

zonas <strong>para</strong> desarrollar allí algún tipo de actividad<br />

laboral o de ocio, entonces constituye<br />

un riesgo importante.<br />

¿Hasta <strong>el</strong> punto de <strong>que</strong> haya un riesgo de<br />

pandemia? ¿Puede producirse una situación<br />

alarmante?<br />

Es difícil <strong>que</strong> <strong>el</strong> ébola y <strong>el</strong> SARS causen pandemia,<br />

por<strong>que</strong> no son los virus típicos de<br />

pandemia y su actividad se circunscribe a<br />

zonas concretas, pero como ocurrió en <strong>el</strong><br />

caso d<strong>el</strong> SARS, <strong>el</strong> número de casos se contó<br />

en centenares, algo menos d<strong>el</strong> millar de<br />

casos en todo <strong>el</strong> mundo, y la transmisión<br />

era por vía respiratoria. Estos son virus <strong>que</strong><br />

causan más alarma por<strong>que</strong> <strong>el</strong> mecanismo<br />

de transmisión puede ser más eficiente.<br />

La situación d<strong>el</strong> ébola es otra. En cualquier<br />

caso, no son virus candidatos a causar ninguna<br />

pandemia.


¿Europa y <strong>el</strong> mundo se toman suficientemente<br />

en serio esta cuestión?<br />

Europa tiene una posición inmejorable, ya<br />

<strong>que</strong> son países con buenos sistemas de<br />

diagnóstico y también de vigilancia epidemiológica,<br />

con conexiones en redes ‘on line’<br />

donde la información se vierte de manera<br />

inmediata y donde hay exc<strong>el</strong>entes centros<br />

<strong>que</strong> pueden dar respuesta a <strong>las</strong> enfermedades<br />

infecciosas. Sí, se lo toman en serio en<br />

Europa. Otra cosa es <strong>que</strong> en otras zonas d<strong>el</strong><br />

globo, por desgracia más deprimidas, la situación<br />

sea muy precaria y, en ese sentido, o<br />

somos realmente consecuentes y solidarios<br />

con <strong>el</strong>los o podemos tener amenazas por<strong>que</strong><br />

podemos desconocer situaciones <strong>que</strong><br />

estén ocurriendo y debiéramos controlar.<br />

Se dice <strong>que</strong> África es un continente olvidado.<br />

¿Qué piensa un médico d<strong>el</strong> Primer Mundo<br />

cuando ve estas situaciones, analiza <strong>las</strong><br />

causas y comprueba <strong>las</strong> consecuencias?<br />

Uno tiene la sensibilidad suficiente como<br />

<strong>para</strong> entender <strong>que</strong>, evidentemente, cuando<br />

uno es pobre, en la vida le va peor, en <strong>el</strong> sentido<br />

de <strong>que</strong> la pobreza llama a otra pobreza y<br />

la mayor pobreza probablemente sea la falta<br />

de conocimiento, por lo <strong>que</strong> habría <strong>que</strong> invertir<br />

en todo; desde educación sanitaria, <strong>que</strong><br />

es un arma fundamental <strong>para</strong> atajar los problemas,<br />

hasta inversiones reales en la asistencia<br />

clínica y en la dotación de infraestructuras<br />

con programas realistas. Todo esto<br />

requiere gran esfuerzo en recursos, tanto<br />

de los sistemas públicos como privados.<br />

La modificación de los hábitos de vida de<br />

la población, la mayor facilidad <strong>para</strong> viajar<br />

a lugares donde antes no se viajaba y<br />

también la inmigración han ampliado o al<br />

menos variado <strong>el</strong> espectro de <strong>las</strong> enferme-<br />

Q El catedrático de Microbiología José María Eirós<br />

Bouza es profesor de la Facultad de Medicina de la<br />

Universidad de Valladolid.<br />

dades infecciosas en los países desarrollados.<br />

Desde <strong>el</strong> punto de vista de la investigación,<br />

¿cómo se lucha contra enfermedades<br />

desconocidas o nuevos virus?<br />

En <strong>el</strong> Centro Nacional de Microbiología tenemos<br />

varios grupos <strong>que</strong> trabajan sobre<br />

enfermedades víricas emergentes y uno de<br />

<strong>el</strong>los es <strong>el</strong> Laboratorio de Bioseguridad. La<br />

manera de luchar es como siempre hemos<br />

combatido en medicina, tratando de acotar<br />

<strong>las</strong> variables <strong>que</strong> son controlables por nosotros<br />

y de dotarnos de herramientas tecnológicas<br />

a nuestros grupos <strong>para</strong> ser capaces<br />

de identificar agentes implicados en cuadros<br />

clínicos concretos. Ésta es la manera<br />

<strong>que</strong> tenemos <strong>para</strong> luchar frente a <strong>las</strong> enfermedades<br />

infecciosas; es decir, nosotros<br />

(...) Yo no soy un<br />

científico en <strong>el</strong> sentido<br />

más estricto de la<br />

palabra, soy un<br />

microbiólogo <strong>que</strong> hace<br />

labor asistencial y<br />

procura reflejar con<br />

dignidad aplicaciones<br />

útiles <strong>para</strong> la salud de<br />

<strong>las</strong> personas (...)<br />

aportamos especificidad al diagnóstico, esa<br />

es nuestra gran contribución, desarrollar<br />

herramientas <strong>que</strong> nos permitan llegar a<br />

donde no se podría llegar sin nuestra labor.<br />

¿Conoce lo <strong>que</strong> se está haciendo en Castilla<br />

y León, especialmente con la llegada de<br />

inmigrantes, en este campo?<br />

En <strong>el</strong> campo de la investigación sé d<strong>el</strong> buen<br />

hacer de muchísimos profesionales <strong>que</strong><br />

trabajan en grupos muy punteros en Casti-


lla y León. En <strong>el</strong> ámbito de la microbiología,<br />

conozco lo <strong>que</strong> se desarrolla dentro de la<br />

Asociación Cast<strong>el</strong>lano y Leonesa de Microbiología,<br />

de la <strong>que</strong> soy miembro y a la <strong>que</strong><br />

pertenecen muchísimos profesionales de<br />

esta Comunidad y de otras limítrofes, <strong>que</strong><br />

de alguna manera ponen de manifiesto la<br />

honda profesionalidad en <strong>el</strong> campo de la Microbiología<br />

Aplicada. Yo no soy un científico<br />

en <strong>el</strong> sentido más estricto de la palabra, soy<br />

un microbiólogo <strong>que</strong> hace labor asistencial<br />

y procura reflejar con dignidad aplicaciones<br />

útiles <strong>para</strong> la salud de <strong>las</strong> personas, pero<br />

creo <strong>que</strong> Castilla y León tiene una posición<br />

digna en <strong>el</strong> conjunto d<strong>el</strong> país y con exc<strong>el</strong>entes<br />

profesionales.<br />

¿El hombre está jugando con fuego con la<br />

manipulación genética? Lo digo por episodios<br />

como <strong>el</strong> mal de <strong>las</strong> ‘vacas locas’.<br />

Nuestra competencia en manipulación genética<br />

es clonar muchas veces proteínas<br />

<strong>para</strong> expresar<strong>las</strong> y aplicar<strong>las</strong> a test diagnósticos,<br />

no somos genetistas. Trabajamos<br />

con microorganismos <strong>que</strong> nos permiten<br />

evaluar tecnología diagnóstica fundamental<br />

y aprender d<strong>el</strong> reconocimiento d<strong>el</strong> sistema<br />

inmunitario frente a algunas proteínas,<br />

pero no entramos en la genética. En cuanto<br />

a la Encefalopatía Espongiforme Bovina<br />

(EEB), ha sido una zoonosis <strong>que</strong> ha tenido<br />

trascendencia como otras. La mayor parte<br />

(...) Nuestra competencia<br />

en manipulación genética<br />

es clonar muchas veces<br />

proteínas <strong>para</strong><br />

expresar<strong>las</strong> y aplicar<strong>las</strong><br />

a test diagnósticos, no<br />

somos genetistas (...)<br />

de <strong>las</strong> enfermedades infecciosas también<br />

prevalentes en nuestra tierra son zoonosis,<br />

es decir, <strong>que</strong> se pueden transmitir desde reservorios<br />

animales en nuestro país al ser<br />

humano y ocasionar graves riesgos <strong>para</strong> la<br />

salud.<br />

El otro gran asunto <strong>que</strong> ha llegado a <strong>las</strong><br />

portadas de la prensa es la posibilidad<br />

de un ata<strong>que</strong> biológico ¿Cómo asume un<br />

experto en Microbiología <strong>que</strong> esta ciencia<br />

sirva como instrumento <strong>para</strong> la creación<br />

de armas?<br />

Realmente nuestra posición es, como microbiólogos<br />

y médicos, servir al ser humano<br />

y tratar de curarlo o aliviarlo o hacerle<br />

mas fácil la enfermedad. Todo lo <strong>que</strong> sea<br />

utilizar armas, desde <strong>el</strong> punto de vista ético,<br />

no es asumible y supone una agresión a la<br />

vida y al ser humano en definitiva. Nuestra<br />

posición es justo la contraria, esto es, <strong>el</strong> poder<br />

disponer o arbitrar sistemas eficientes<br />

de respuesta en <strong>el</strong> caso de <strong>que</strong> se puedan<br />

producir ata<strong>que</strong>s con microorganismos o<br />

con toxinas producidos por <strong>el</strong>los y, en ese<br />

sentido mi posición es justo lo contrario: no<br />

asumo <strong>que</strong> haya ata<strong>que</strong>s biológicos.<br />

Pero, ¿existe un riesgo efectivo de ata<strong>que</strong>s<br />

con armas biológicas?¿Podemos hablar<br />

actualmente de bioterrorismo?<br />

Más <strong>que</strong> poder hablar, es un hecho constatable.<br />

Cuando uno revisa la literatura científica,<br />

en cualquier base de datos internacional,<br />

se da cuenta cómo la producción de los<br />

grupos en bioterrorismo va creciendo. Esto<br />

significa <strong>que</strong> cada vez hay mas grupos interesados<br />

en conocer aspectos <strong>que</strong> ayuden a<br />

afrontar un potencial ata<strong>que</strong> bioterrorista.<br />

El riesgo evidentemente existe, no es <strong>que</strong><br />

sea constante a lo largo d<strong>el</strong> tiempo ni en<br />

los distintos países d<strong>el</strong> mundo, pero en un<br />

mundo global como <strong>el</strong> nuestro nada de lo<br />

<strong>que</strong> ocurre a un ser humano puede ser ajeno<br />

a otro. En ese sentido, nuestra misión y<br />

razón de ser es articular una red de res-<br />

(...) Todo lo <strong>que</strong> sea<br />

utilizar armas, desde <strong>el</strong><br />

punto de vista ético, no<br />

es asumible y supone<br />

una agresión a la vida y<br />

al ser humano (...)<br />

puesta a un potencial ata<strong>que</strong> y, en <strong>el</strong> ámbito<br />

de nuestra competencia, dar soporte a esa<br />

red desde <strong>el</strong> diagnóstico microbiológico.<br />

¿Es equi<strong>para</strong>ble <strong>el</strong> daño <strong>que</strong> puede provocar<br />

una bomba atómica y un arma bacteriológica?<br />

Nadie conoce cuál puede ser la dimensión<br />

de un ata<strong>que</strong>, de modo <strong>que</strong> hacer previsiones<br />

no es bueno, aun<strong>que</strong> sí sabemos <strong>que</strong><br />

retrospectivamente se producen alarmas,<br />

brotes y son muy conocidos. Por ejemplo,<br />

podemos recordar los ata<strong>que</strong>s de ántrax<br />

mediante sobres postales en <strong>el</strong> correo<br />

americano, pero nosotros también vivimos<br />

en Europa, situaciones donde se pueden<br />

producir alarmas. Afortunadamente y hasta<br />

la fecha, de muy escaso impacto, pero<br />

<strong>que</strong> duda cabe <strong>que</strong> es necesario educarse,<br />

en <strong>el</strong> sentido de formarse, dotarse de tecnología<br />

y, por supuesto, estar pre<strong>para</strong>dos.<br />

Además de lo <strong>que</strong> afecta al Centro Nacional<br />

de Microbiología, hay otros <strong>sector</strong>es implicados<br />

en este sentido, desde los Cuerpos<br />

y Fuerzas de Seguridad d<strong>el</strong> Estado a los<br />

civiles, <strong>que</strong> tendrán <strong>que</strong> tomar decisiones<br />

llegado <strong>el</strong> momento.


[Texto: María Jesús Pozo, y J.A. Fotografías: José Alonso y José Luis Leal]<br />

Zangarrón:<br />

mascaradas en Tierra d<strong>el</strong> Vino<br />

Zangarrón, zamarrón, mazarrón, tazarrón,<br />

zarragón y hasta zarramón. Con todos<br />

estos nombres se han c<strong>el</strong>ebrado en<br />

numerosas localidades de Burgos, Salamanca,<br />

León, Palencia y Zamora <strong>las</strong> <strong>que</strong> se<br />

conocen como botargas o mascaradas de<br />

invierno. Etnógrafos y antropólogos coinciden<br />

en destacar <strong>que</strong> <strong>el</strong> aspecto entre bufonesco<br />

y demoníaco, le hace ser una interesantísima<br />

figura de nuestro folklore festivo<br />

<strong>que</strong> puede llegar a desaparecer. Razón no<br />

les falta por<strong>que</strong> apenas si se mantienen en<br />

una docena de sitios.<br />

Según la tradición, los mozos d<strong>el</strong> pueblo en<br />

<strong>las</strong> fechas cercanas a la Navidad <strong>el</strong>igen entre<br />

<strong>el</strong>los a uno <strong>que</strong> será, durante este periodo,<br />

“<strong>el</strong> rey de la autoridad burlesca”. Un rito<br />

antiquísimo <strong>que</strong> puede tener su origen en<br />

los “saturnales” romanos y donde los protagonistas<br />

se visten con prendas grotescas<br />

y estrafalarias, corriendo por <strong>las</strong> calles al<br />

vecindario. Menéndez Pidal los definió de<br />

manera poética cuando los llamó “juglares<br />

<strong>que</strong> en comparsa divertían al público disfrazados<br />

fea y grotescamente”.<br />

Uno de estos ritos más vivos es <strong>el</strong> <strong>que</strong> se<br />

representa en Sanzoles d<strong>el</strong> Vino (Zamora)<br />

cada 26 de diciembre, en una fiesta <strong>que</strong><br />

Q El 26 de diciembre en Sanzoles d<strong>el</strong> Vino (Zamora)<br />

se c<strong>el</strong>ebra la fiesta d<strong>el</strong> Zangarrón.<br />

estrena la calificación de ‘Interés turístico<br />

regional’ y <strong>que</strong> se pone bajo <strong>el</strong> manto de San<br />

Esteban <strong>para</strong> volver a salir a la calle. Cuenta<br />

la tradición en esta localidad zamorana <strong>que</strong><br />

la intercesión d<strong>el</strong> primer mártir de la era<br />

cristina no fue suficiente <strong>para</strong> sanar a muchos<br />

enfermos de una peste. Los vecinos,<br />

defraudados y airados, decidieron emprenderla<br />

a pedradas contra la procesión <strong>que</strong><br />

acompañaba a la imagen d<strong>el</strong> santo y, <strong>para</strong><br />

evitarlo, un labrador devoto se vistió con<br />

unos andrajos y una máscara <strong>para</strong> asustar<br />

a los agresores y evitar <strong>el</strong> ata<strong>que</strong>: surge así,<br />

<strong>el</strong> zangarrón.<br />

A medio camino entre la leyenda, la vieja<br />

tradición rural y la cate<strong>que</strong>sis más primaria,<br />

lo cierto es <strong>que</strong>, desde tiempos <strong>que</strong> se pierden<br />

en <strong>el</strong> recuerdo, los mozos de Sanzoles<br />

han rememorado una ceremonia cargada<br />

de señas de identidad y de emoción <strong>para</strong><br />

quienes, como Samu<strong>el</strong> Sánchez, <strong>el</strong> ‘zangarrón’<br />

de este año, toman años después <strong>el</strong><br />

traje y la máscara <strong>que</strong> llevara su padre. Este<br />

joven de 19 años se presentó voluntario junto<br />

a otros quintos de la población y, aun<strong>que</strong><br />

tradicionalmente se echa a suertes, él fue<br />

<strong>el</strong>egido <strong>para</strong> vestir <strong>el</strong> traje y la máscara d<strong>el</strong><br />

zangarrón en memoria de su padre, “<strong>que</strong><br />

era amante de esta tradición de toda la<br />

vida”, según comenta.<br />

Ni siquiera ha amanecido y Samu<strong>el</strong> ya lleva<br />

doce horas sin <strong>para</strong>r, después de haber c<strong>el</strong>ebrado<br />

<strong>las</strong> vísperas junto a un nutrido grupo<br />

de familiares y amigos en <strong>las</strong> bodegas<br />

d<strong>el</strong> pueblo. La fiesta comenzó a <strong>las</strong> seis de<br />

la tarde de la jornada de Navidad y continúa<br />

sin cesar hasta la misma hora d<strong>el</strong> día de<br />

San Esteban.<br />

Pero la fiesta se convierte en rito a <strong>las</strong><br />

seis de la madrugada. A esa hora intempestiva,<br />

<strong>el</strong> joven se encierra en un cuarto de su<br />

casa junto a sus familiares más allegados<br />

<strong>para</strong> vestirse de zangarrón. Bajo la atenta<br />

mirada de su madre y de sus tías, como si<br />

(...) Según la tradición,<br />

los mozos d<strong>el</strong> pueblo<br />

en <strong>las</strong> fechas cercanas<br />

a la Navidad <strong>el</strong>igen<br />

entre <strong>el</strong>los a uno <strong>que</strong><br />

será, durante este<br />

periodo, “<strong>el</strong> rey de la<br />

autoridad burlesca” (...)<br />

fuera un extraño matador de toros, Samu<strong>el</strong><br />

se pone <strong>las</strong> medias, <strong>el</strong> pantalón, la cazadora<br />

y <strong>el</strong> mandil, se cu<strong>el</strong>ga los cencerros y la tradicional<br />

bolsa <strong>para</strong> <strong>las</strong> manzanas y peras,<br />

<strong>que</strong> era lo <strong>que</strong> los vecinos regalaban al zangarrón<br />

antiguamente, sin olvidar otra <strong>para</strong><br />

<strong>el</strong> dinero. El momento mas emocionante de<br />

esta ceremonia íntima, es cuando uno de<br />

los dos vestidores coloca sobre la cabeza<br />

d<strong>el</strong> quinto la negra careta de cuero cambiando<br />

así su nuevo ser.<br />

“Lo <strong>que</strong> hace <strong>el</strong> zangarrón es ir por <strong>el</strong> pueblo<br />

y por todas <strong>las</strong> casas a pedir. Primero,<br />

me voy por ahí corriendo y tocando, hasta<br />

<strong>las</strong> cuatro calles, en la parte baja d<strong>el</strong> pueblo,<br />

allí bailamos y luego voy a pedir por <strong>las</strong> casas<br />

<strong>las</strong> pascuas”, explica <strong>el</strong> mozo.<br />

“Para mí significa mucho por<strong>que</strong> lo llevo<br />

dentro”, subraya Samu<strong>el</strong>, quien asegura<br />

haberse pre<strong>para</strong>do durante los tres meses<br />

previos al día de San Esteban “corriendo<br />

por <strong>las</strong> calles <strong>para</strong> entrenar”. Asegura <strong>que</strong><br />

“lo más duro son <strong>las</strong> vísperas, por la noche,<br />

por<strong>que</strong> agobia mucho la gente”.<br />

Q El Zangarrón de Sanzoles ha sido declarado Fiesta<br />

de Interés Turístico Regional.


Mientras los allegados dan buena cuenta<br />

de <strong>las</strong> sopas de ajo y <strong>el</strong> chocolate pre<strong>para</strong>do<br />

<strong>para</strong> la ocasión, así como de algunas<br />

bebidas alcohólicas <strong>para</strong> burlar la gélida y<br />

brumosa noche, <strong>el</strong> joven cuenta los minutos<br />

<strong>que</strong> le <strong>que</strong>dan <strong>para</strong> <strong>el</strong> momento definitivo:<br />

colocarse la máscara d<strong>el</strong> zangarrón. Entre<br />

<strong>el</strong> agobio, <strong>el</strong> cansancio y los nervios, Samu<strong>el</strong><br />

le<strong>van</strong>ta la voz entre <strong>el</strong> barullo <strong>para</strong> negarse<br />

a quitarse <strong>el</strong> piercing <strong>que</strong> lleva en la ceja derecha<br />

a pesar de la recomendación de sus<br />

familiares, ante la posibilidad de <strong>que</strong> <strong>el</strong> roce<br />

de la careta le dañe.<br />

José Javier Sánchez es un “entusiasta”<br />

de la fiesta y es una de <strong>las</strong> pocas personas<br />

especializadas en vestir adecuadamente<br />

al zangarrón. No en <strong>van</strong>o, confeccionó la<br />

máscara y <strong>el</strong> traje <strong>que</strong> este personaje viste<br />

cada San Esteban desde 1987 a imagen<br />

y semejanza de <strong>las</strong> antiguas. “Mi misión es<br />

simplemente vestirlo, colocar cada <strong>el</strong>emento<br />

de la indumentaria en su sitio de forma<br />

adecuada e intentar <strong>que</strong> la ropa le <strong>que</strong>de<br />

lo mejor acoplada posible al cuerpo, sin <strong>que</strong><br />

tenga pliegues <strong>para</strong> <strong>que</strong> no le roce”, explica<br />

<strong>el</strong> experto, <strong>el</strong>egido por <strong>el</strong> joven protagonista<br />

<strong>para</strong> llevar a cabo esta tarea.<br />

“El traje es similar al antiguo, lo <strong>que</strong> pasa<br />

es <strong>que</strong> hay <strong>que</strong> ir renovándolo por<strong>que</strong> con <strong>el</strong><br />

tiempo se estropea, lo mismo <strong>que</strong> le pasa<br />

a la máscara”, aclara Carmen Sáez, una<br />

amiga de la familia. “La máscara se renovó<br />

por<strong>que</strong> estaba vieja; al ser de cuero, estaba<br />

doblada y hacía bastante daño en los lados<br />

de la cara”, matiza Arturo Ponce, esposo de<br />

Carmen y otro de los responsables de mantener<br />

<strong>el</strong> interés por <strong>el</strong> festejo.<br />

No obstante, <strong>el</strong> municipio guarda como<br />

oro en paño varios trajes y tres de <strong>las</strong> cuatro<br />

máscaras <strong>que</strong> han sobrevivido al desgaste y<br />

al paso d<strong>el</strong> tiempo, una de <strong>el</strong><strong>las</strong> confeccionada<br />

hacia <strong>el</strong> año 1900. “La otra la tiene un vecino<br />

al <strong>que</strong> <strong>el</strong> Ayuntamiento le ha dado orden<br />

de <strong>que</strong> la devu<strong>el</strong>va”, apunta Ponce.<br />

Q Ni siquiera ha amanecido y Samu<strong>el</strong> ya lleva doce horas<br />

sin <strong>para</strong>r, después de haber c<strong>el</strong>ebrado <strong>las</strong> vísperas<br />

junto a un nutrido grupo de familiares y amigos en <strong>las</strong><br />

bodegas d<strong>el</strong> pueblo.<br />

Q Samu<strong>el</strong> Sánchez, <strong>el</strong> ‘zangarrón’ d<strong>el</strong> 2005 fué <strong>el</strong>egido<br />

<strong>para</strong> vestir <strong>el</strong> traje y la máscara d<strong>el</strong> zangarrón en memoria<br />

de su padre, “<strong>que</strong> era amante de esta tradición<br />

de toda la vida”.<br />

(...) El municipio guarda<br />

como oro en paño varios<br />

trajes y tres de <strong>las</strong><br />

cuatro máscaras <strong>que</strong><br />

han sobrevivido al paso<br />

d<strong>el</strong> tiempo, una de <strong>el</strong><strong>las</strong><br />

confeccionada hacia <strong>el</strong><br />

año 1900 (...)


0<br />

Q El Zangarrón recorre <strong>las</strong> calles de Sanzoles d<strong>el</strong> Vino entre bailes y juegos.<br />

La anterior careta se hizo de un p<strong>el</strong>lejo de<br />

vino y la nueva se ha hecho a semejanza de<br />

<strong>el</strong>la, con cuero. El bigote y la perilla son de<br />

crines de una mula y <strong>el</strong> penacho se compone<br />

de cintas de raso, “aun<strong>que</strong> antiguamente<br />

eran de pap<strong>el</strong> pero había <strong>que</strong> cambiarlo todos<br />

los años por<strong>que</strong> se mojaba y se estropeaba”,<br />

señala José Javier Sánchez. “Es un<br />

poco ergonómica, más <strong>que</strong> nada <strong>para</strong> <strong>que</strong><br />

no se le mueva por<strong>que</strong> si no, <strong>para</strong> él sería<br />

la perdición por<strong>que</strong> le rozaría toda la cara.<br />

Además, se ajusta mediante unos alambres”,<br />

añade.<br />

Mientras los curiosos intentan asomarse<br />

<strong>para</strong> ser los primeros en ver a Samu<strong>el</strong> con<br />

la totalidad d<strong>el</strong> atuendo, su madre, Áng<strong>el</strong>a<br />

Sánchez, subraya emocionada lo mucho<br />

<strong>que</strong> esta fiesta significa <strong>para</strong> <strong>el</strong>la por lo mu-<br />

cho <strong>que</strong> entusiasmaba a su marido, mientras<br />

observa a su hijo. “Es una fiesta mundial<br />

<strong>que</strong> gusta muchísimo aun<strong>que</strong> ahora hay<br />

pocos jóvenes y en ocasiones es necesario<br />

juntar dos quintas”, señala. “No hay quintos<br />

suficientes <strong>para</strong> hacerlo, pero se cogen refuerzos<br />

de <strong>las</strong> quintas <strong>que</strong> vienen detrás y<br />

a estos les sirve como formación”, agrega<br />

<strong>el</strong> vestidor.<br />

A pesar d<strong>el</strong> frío y de la oscuridad, <strong>el</strong> gentío<br />

se coloca a ambos lados de la calle <strong>para</strong><br />

contemplar en primera fila la salida d<strong>el</strong> zangarrón.<br />

“Es lo mejor <strong>que</strong> puede haber. Lo <strong>que</strong><br />

más me emociona es la salida. El día <strong>que</strong> yo<br />

encarné su pap<strong>el</strong> fue <strong>para</strong> mí lo máximo”,<br />

dice Agustín Garrido, uno de los numerosos<br />

vecinos <strong>que</strong> lleva puesto un chaleco rojo con<br />

la imagen d<strong>el</strong> personaje a la espalda. “Se le<br />

(...) No sabemos<br />

explicar qué es <strong>el</strong><br />

zangarrón por<strong>que</strong><br />

dudamos de su<br />

procedencia. Es una<br />

cosa <strong>que</strong> conocemos<br />

desde <strong>que</strong> somos<br />

niños, tenemos vagas<br />

ideas, pero no<br />

sabemos de<br />

dónde viene (...)<br />

ocurrió al primo d<strong>el</strong> zangarrón de hace dos<br />

años <strong>para</strong> promocionar la fiesta y se hicieron<br />

130”, explica.<br />

El sentir popular por esta mascarada de<br />

invierno parece ser común entre los vecinos<br />

de Sanzoles, pero nadie sabe explicar<br />

exactamente qué es <strong>el</strong> zangarrón. “Sólo se<br />

puede explicar metiéndose en <strong>las</strong> fi<strong>las</strong> cuando<br />

salga”, dice Garrido. “No sabemos explicar<br />

qué es <strong>el</strong> zangarrón por<strong>que</strong> dudamos<br />

de su procedencia. Es una cosa <strong>que</strong> conoce-<br />

Q El zangarrón va por todas <strong>las</strong> casas d<strong>el</strong> pueblo a pedir.<br />

mos desde <strong>que</strong> somos niños, tenemos vagas<br />

ideas, pero no sabemos de su de dónde<br />

viene: Que si de tiempos de peste, <strong>que</strong> si es<br />

una prueba <strong>para</strong> <strong>el</strong> paso de la pubertad a la<br />

mayoría de edad… Pero nadie sabe <strong>el</strong> origen<br />

cierto por<strong>que</strong> <strong>el</strong> documento más antiguo<br />

sobre esta fiesta data de finales d<strong>el</strong> siglo<br />

XIX”, apostilla Arturo Ponce.<br />

Sin embargo, son conscientes de cómo<br />

<strong>el</strong> festejo ha evolucionado conforme a los<br />

tiempos. Si bajo la máscara d<strong>el</strong> zangarrón<br />

de siempre cabe un piercing, ¿por qué no<br />

iban a implicarse más <strong>las</strong> muchachas?.<br />

“Aun<strong>que</strong> <strong>el</strong> zangarrón nunca puede ser una<br />

mujer, ahora participan más <strong>las</strong> chicas,<br />

algo <strong>que</strong> antes era tabú”, comenta Carmen<br />

Sáez. “El personaje apenas ha variado, aun<strong>que</strong><br />

lo <strong>que</strong> más ha evolucionado es <strong>el</strong> traje.<br />

Ahora, en vez de vestirse con <strong>las</strong> mantas de<br />

<strong>las</strong> mu<strong>las</strong>, hemos hecho un traje de manta<br />

<strong>que</strong> ya <strong>que</strong>da <strong>para</strong> todos los años”, explica<br />

José Javier Sánchez.


El sonido de los cencerros anuncia la salida<br />

d<strong>el</strong> zangarrón y su séquito, integrado<br />

por los quintos y un tamborilero <strong>que</strong> marca<br />

<strong>el</strong> ritmo <strong>para</strong> la caminata hasta <strong>las</strong> cuatro<br />

calles, <strong>que</strong> confluyen en la carretera. El grupo,<br />

encabezado por <strong>el</strong> propio zangarrón, se<br />

compone de una decena de personas, entre<br />

bailonas, <strong>que</strong> bailan al son d<strong>el</strong> tamboril y<br />

castañue<strong>las</strong>, y asadores. En este punto estratégico,<br />

<strong>las</strong> bailonas desarrollan en fila su<br />

danza mientras un buen número de mozos<br />

ya entrados en años -por razones demográficas<br />

y de envejecimiento de la población-<br />

provocan al zangarrón acercándose a <strong>el</strong><strong>las</strong><br />

y haciendo sonar los cencerros <strong>que</strong> lle<strong>van</strong><br />

colgados de la cintura.<br />

En una carrera sin tregua, <strong>el</strong> protagonista<br />

de la fiesta responde al desafío golpeando<br />

con una fusta a los osados con <strong>el</strong> fin de<br />

mantener despejada la fila de <strong>las</strong> bailonas.<br />

Y tras <strong>el</strong> baile, cogen un sable con sendos<br />

trozos de tocino y chorizo y <strong>van</strong> por todas<br />

<strong>las</strong> casas d<strong>el</strong> pueblo a pedir <strong>las</strong> pascuas antes<br />

de ir a misa, a mediodía, y continuar corriendo<br />

por <strong>las</strong> calles prácticamente hasta<br />

<strong>las</strong> seis de la tarde.<br />

“Cuando te pones la máscara te desconectas<br />

d<strong>el</strong> mundo exterior. Vas viendo por los<br />

agujeros y no quieres saber nada de nadie,<br />

simplemente cumplir tu misión: Ir abriendo<br />

paso por la calle y nada más. No escuchas<br />

ni hab<strong>las</strong> con nadie”, así resume José Javier<br />

Sánchez la sensación <strong>que</strong> embarga al <strong>el</strong>egido,<br />

no sin añadir <strong>que</strong> “es más devoción <strong>que</strong><br />

afición. Se nace con <strong>el</strong>lo en la sangre”.<br />

Q La careta d<strong>el</strong> Zangarrón es de cuero imitando a <strong>las</strong><br />

antiguas, <strong>el</strong> bigote y la perilla son de crines de una<br />

mula y <strong>el</strong> penacho se compone de cintas de raso.<br />

[Texto: P. Alcántara y María Martín. Fotos: UNED de Zamora<br />

Emigrantes:<br />

Cuando <strong>el</strong> corazón se <strong>que</strong>da a este lado d<strong>el</strong> Atlántico<br />

Q Fotografía: Rainero Fernández. Col. Explorafoto.


“Quiero a Chile, tengo un hijo y nietos<br />

chilenos, pero, como gran parte de la colonia<br />

española residente, la nacionalidad<br />

no se transa, vives con <strong>el</strong>la hasta <strong>el</strong> fin de<br />

tus días”. Con esta seguridad habla Nicolás<br />

Álvarez Ramos, nacido en Zamora en 1926<br />

y emigrante a Chile en 1963. Es uno de los<br />

miles de ciudadanos cast<strong>el</strong>lanos y leoneses<br />

<strong>que</strong> hace décadas abandonaron su tierra<br />

natal en busca de un lugar con mejores<br />

oportunidades de futuro <strong>que</strong> <strong>las</strong> <strong>que</strong> por<br />

aquél entonces ofrecía una España empobrecida<br />

y convulsa políticamente.<br />

Quedan ya lejos a<strong>que</strong>llos momentos traumáticos<br />

en los <strong>que</strong> miles de jóvenes se embarcaban<br />

en eternos viajes en barcos a través<br />

d<strong>el</strong> Atlántico, dejando en tierra la mitad<br />

de su corazón y llevándose, en una maleta<br />

destartalada, sus escasas pertenencias y<br />

algunos recuerdos familiares. Por d<strong>el</strong>ante<br />

tenían <strong>el</strong> reto de empezar desde cero una<br />

vida nueva en un país extraño, en una época<br />

en la <strong>que</strong> la dificultad de comunicaciones hacía<br />

sentir <strong>que</strong> la patria y los seres <strong>que</strong>ridos<br />

estaban todavía más lejos <strong>que</strong> lo <strong>que</strong> marcaban<br />

los mapas.<br />

El Censo de Españoles Residentes en <strong>el</strong><br />

Extranjero (CERA) <strong>que</strong> <strong>el</strong>abora <strong>el</strong> Instituto<br />

Nacional de Estadística (INE), cifra en<br />

94.197 los cast<strong>el</strong>lanos y leoneses <strong>que</strong> actualmente<br />

residen fuera d<strong>el</strong> territorio nacional.<br />

Argentina es, después de Francia, <strong>el</strong><br />

principal país receptor y alberga a uno de<br />

cada cuatro emigrantes de la Comunidad<br />

(25.827 personas). De esta nutrida colonia,<br />

más de 5.000 forman parte de alguna<br />

de <strong>las</strong> 14 asociaciones o centros regionales<br />

<strong>que</strong> están repartidos por este extenso país<br />

y <strong>que</strong> en su mayoría han fundado segundas<br />

o terceras generaciones, junto a los propios<br />

nativos.<br />

Así sucedió, por ejemplo, en La Plata, cuyo<br />

Centro Cast<strong>el</strong>lano Leonés cumplió siete<br />

años <strong>el</strong> pasado 23 de abril. Su secretaria,<br />

Alicia Vega Valcarce, admite <strong>que</strong> trabajan<br />

con “escasos recursos” <strong>para</strong> “reafirmar<br />

y divulgar la cultura cast<strong>el</strong>lana y leonesa,<br />

como la gastronomía o la danza”. “Dicen<br />

<strong>que</strong> en realidad nosotros aquí en Argentina<br />

mantenemos más <strong>las</strong> tradiciones <strong>que</strong> en la<br />

propia España”, señala.<br />

Según r<strong>el</strong>ata Alicia, sus padres, nacidos<br />

en León, llegaron a Argentina en 1930,<br />

cuando “aquí había una fuerte crisis, como<br />

siempre”. Poco a poco, no sin dificultades,<br />

“se abrieron camino” y consiguieron labrarse<br />

un futuro en su país de acogida. Sin embargo,<br />

en su caso, nunca ha hecho <strong>el</strong> viaje<br />

de retorno <strong>para</strong> conocer la tierra de sus<br />

padres: “El día <strong>que</strong> vaya será como si lo conociera<br />

de toda la vida, de tanto como he<br />

leído y visto sobre a<strong>que</strong>llo”.<br />

Q Salida de tropas hacia Cuba, Palencia 1898. Q Salida desde Vigo de un barco a Montevideo y Buenos Aires.<br />

Recuerdos<br />

inconscientes<br />

A sus 59 años, Juan Ramón lleva 54 en<br />

Argentina, lo suficiente <strong>para</strong> afirmar <strong>que</strong><br />

en estos momentos no puede <strong>el</strong>egir volver<br />

a España por<strong>que</strong> ya no forma parte de su<br />

vida. “Yo no me marché de España, a mí me<br />

trajeron”, matiza. Y es <strong>que</strong> tan solo tenía<br />

cinco años cuando llegó a Buenos Aires por<br />

lo <strong>que</strong> los recuerdos de su tierra natal son<br />

nulos, “aun<strong>que</strong> uno lleva algo en los genes,<br />

en la sangre, en <strong>el</strong> corazón”.<br />

Así explica lo <strong>que</strong> sintió la primera vez <strong>que</strong><br />

fue a <strong>las</strong> montañas: “Casi me pongo a llo-<br />

rar y no sabía por qué, era algo inexplicable,<br />

como cuando uno se enamora”. Hace cuatro<br />

años, descubrió <strong>el</strong> por qué cuando visitó,<br />

con su segunda esposa, también española,<br />

su “terruño”. “Cuando llegué a Cistierna y vi<br />

<strong>que</strong> allí nacen <strong>las</strong> cumbres, supe por qué<br />

me tuve esa sensación, por lo parecido<br />

d<strong>el</strong> paisaje de <strong>las</strong> montañas, mientras <strong>que</strong><br />

cuando iba al mar, no me producía nada”.<br />

Desde entonces, todos los años tiene <strong>que</strong><br />

viajar a <strong>las</strong> montañas.<br />

También Antonio Fernández Gago (Rabanales,<br />

Zamora, 1928) regresó “<strong>bien</strong> tarde”<br />

a su tierra natal. Emigró a Argentina a los<br />

26 años, pero mucho antes dejó la localidad<br />

zamorana donde nació <strong>para</strong> trasladarse a<br />

Bilbao, donde creció y conoció a su esposa.<br />

Con <strong>el</strong>la emprendió en febrero de 1954 un<br />

viaje de casi un mes por aguas atlánticas<br />

hasta llegar a Argentina, donde acudió por<br />

motivos laborales.<br />

Contratado como ingeniero, Antonio ya<br />

tenía al otro lado d<strong>el</strong> océano a parte de su<br />

familia –un hermano mayor y tres tíos-, lo<br />

<strong>que</strong> facilitó <strong>el</strong> asentamiento en <strong>el</strong> nuevo país<br />

y finalmente le hizo <strong>que</strong>darse permanentemente,<br />

a pesar de dejar en España a otros<br />

cuatro hermanos y a su madre. “Entonces<br />

hablábamos por t<strong>el</strong>éfono y escribíamos cartas;<br />

ahora con internet la comunicación es<br />

más fácil, más rápida”.<br />

Fue tan temprana su salida de Rabanales,<br />

situado en la comarca de Alcañices, <strong>que</strong> Antonio<br />

ya no recordaba cómo era <strong>el</strong> pueblo<br />

donde nació ya <strong>que</strong>, durante su época en<br />

Bilbao, sus padres regresaron periódica-<br />

mente, pero él no pudo, al estar estudiando.<br />

“Conocí mi pueblo y la casa donde nací a los<br />

62 años”. Fue en uno de los viajes <strong>que</strong> ha<br />

realizado a España desde su marcha y asegura<br />

<strong>que</strong>, cuando llegó, pensó “<strong>que</strong> <strong>el</strong> pueblo<br />

se había <strong>que</strong>dado anclado en la historia. La<br />

única calle pavimentada era la de la casa de<br />

mi abu<strong>el</strong>a, <strong>que</strong> es ahora <strong>el</strong> Ayuntamiento,<br />

contigua a la casa donde yo nací”.<br />

La prosperidad<br />

de Chile<br />

Si <strong>bien</strong> en Argentina <strong>las</strong> continuas crisis<br />

económicas han dado una inestabilidad al<br />

país <strong>que</strong> ha provocado <strong>que</strong> <strong>el</strong> fenómeno migratorio<br />

cambie a la inversa, Chile siempre<br />

ha sido más receptor <strong>que</strong> emisor, dado <strong>que</strong><br />

es <strong>el</strong> país más rico de Latinoamérica. Así lo<br />

asegura Manu<strong>el</strong> Gil, natural de un pe<strong>que</strong>ño<br />

pueblo d<strong>el</strong> noreste de Soria, Fuentestrún, y<br />

asentado en Santiago de Chile desde los 19<br />

años. “Chile es un país mod<strong>el</strong>o en lo económico,<br />

globalizado, abierto a todo <strong>el</strong> mundo.<br />

Hay tratados de libre comercio con la Unión<br />

Europea, con Estados Unidos, con China y<br />

México y <strong>el</strong> aranc<strong>el</strong> es muy bajo”. A pesar<br />

de eso, en com<strong>para</strong>ción con su tierra natal,<br />

Manu<strong>el</strong> admite <strong>que</strong> <strong>el</strong> desarrollo de Chile<br />

podría tener analogía con la España de mediados<br />

de los sesenta.<br />

Manu<strong>el</strong> dejó <strong>las</strong> tierras de Soria en 1957,<br />

un momento en <strong>el</strong> <strong>que</strong> “en España no estaba<br />

muy <strong>bien</strong> la cosa”. Sin embargo, asegura<br />

<strong>que</strong> su marcha “no fue un drama” ni siquiera<br />

en los primeros años, ya <strong>que</strong> llegó de la<br />

mano de unos tíos <strong>que</strong> ya tenían negocios<br />

allí. Además, la vida le sonrió y pronto abrió<br />

su propia tienda de zapatos, en cuanto reunió<br />

un poco de “plata”. Más tarde, amplió la<br />

pe<strong>que</strong>ña empresa con una fábrica de calzado<br />

de lujo, bajo la marca Cardinale, y hoy tie-


ne a su cargo a 260 personas trabajando<br />

en nueve tiendas en Chile, exporta a países<br />

sudamericanos y acaban de abrir mercado<br />

con una franquicia en Quito (Ecuador). “No<br />

me puedo <strong>que</strong>jar, me ha ido <strong>bien</strong>, tengo una<br />

empresa <strong>que</strong> está <strong>bien</strong> posicionada y además<br />

de eso tengo una familia, cinco hijos<br />

y doce nietos”, señala. Manu<strong>el</strong> su<strong>el</strong>e viajar<br />

habitualmente a España, donde permanece<br />

su hermana con su familia. “Por supuesto,<br />

siempre voy a Soria”, reconoce.<br />

Castilla y León<br />

desde lejos<br />

También desde Chile, <strong>el</strong> zamorano Nicolás<br />

Álvarez Ramos, de 80 años, admite <strong>que</strong> ha<br />

pensado regresar a España aun<strong>que</strong> hay<br />

algo en su “fuero interno” <strong>que</strong> se lo impide.<br />

“Tengo la impresión, visto desde aquí, de<br />

<strong>que</strong> nuestra región no tiene la proyección y<br />

fuerza <strong>que</strong> debiera en <strong>el</strong> contexto de la nación<br />

española”.<br />

En 1994, Nicolás participó en la fundación<br />

de la Colectividad Cast<strong>el</strong>lano Leonesa<br />

en Chile, la única agrupación de este tipo en<br />

<strong>el</strong> país, formada por 200 familias y cuyo fin<br />

es “preservar y difundir la historia y costumbres<br />

de la tierra”. Distribuidas por todo <strong>el</strong><br />

mundo, con especial incidencia en los países<br />

de habla cast<strong>el</strong>lana, estas sociedades<br />

contribuyen a mantener vivo <strong>el</strong> espíritu y<br />

<strong>el</strong> recuerdo de Castilla y León entre todos<br />

a<strong>que</strong>llos <strong>que</strong> siempre la considerarán como<br />

su “patria chica”.<br />

America, tierra<br />

de provisión<br />

Q Emigrantes Cast<strong>el</strong>lanos y Leoneses durante la travesía en barco hacia Argentina.<br />

América sigue siendo un trozo de Castilla<br />

y León al otro lado d<strong>el</strong> Atlántico. Lo es en la<br />

actualidad y lo fue, prácticamente desde la<br />

llegada de Colón, en cuyo primer viaje, por<br />

cierto, ya se enrolaron dos segovianos, un<br />

palentino y otro vallisoletano. A continuación,<br />

en la conquista de estas tierras destacaron<br />

<strong>el</strong> vallisoletano Ponce de León, en<br />

Puerto Rico y Florida; <strong>el</strong> segoviano Diego<br />

V<strong>el</strong>ás<strong>que</strong>z, de Cu<strong>el</strong>lar, como colonizador de<br />

Cuba o su paisano Juan de Grijalva, descubridor<br />

de México. A pesar de la distancia,<br />

estos primeros emigrantes siempre tuvieron<br />

presentes a su “patria chica”, y dan fe<br />

los topónimos <strong>que</strong> en América recuerdan la<br />

geografía regional recogidos por <strong>el</strong> historiador<br />

Eufemio Lorenzo. “Son más de 600, a<br />

veces no sólo fundan su ciudad de origen,<br />

Zamora, sino también trasladan <strong>el</strong> nombre<br />

de su río Duero y hasta <strong>el</strong> de su patrono”.<br />

Los Montejos salmantinos fundaron Salamanca<br />

en Yucatán y <strong>el</strong> vallisoletano Juan de<br />

Salinas y Loyola dio nombre en <strong>el</strong> Perú a <strong>las</strong><br />

nuevas poblaciones de Valladolid, Loyola y<br />

Santa María de Nieva.<br />

Según Lorenzo, “una característica esencial<br />

de la primera emigración cast<strong>el</strong>lana es<br />

<strong>el</strong> gran peso <strong>que</strong> tenían los cargos de la Administración,<br />

<strong>que</strong> de esta región pasaban a<br />

dirigir los asuntos de Indias”. Entre 1493 y<br />

1700, unos 12.500 cast<strong>el</strong>lanos y leoneses<br />

viajaron a América, “no fue igual la emigración<br />

en <strong>las</strong> nueve provincias. Valladolid seguida<br />

de Salamanca se sitúan en la cabeza”,<br />

subraya este estudioso, quien aporta un<br />

nuevo dato, y es <strong>que</strong> <strong>el</strong> grupo más numerosos<br />

de emigrantes eran jóvenes de entre<br />

20 y 29 años, con la consiguiente lectura<br />

positiva y también negativa. “Estos emigrantes<br />

llevaban consigo juventud, mayor capacidad<br />

de trabajo y de posible descendencia.<br />

Por <strong>el</strong> contrario, en <strong>las</strong> localidades de partida<br />

se producían los efectos opuestos”.<br />

América también fue tierra <strong>para</strong> realizar<br />

buenos negocios donde destacaron los<br />

comerciantes burgaleses, con compañías<br />

familiares como <strong>las</strong> <strong>que</strong> regentaban <strong>las</strong> de<br />

Ruiz Embito, Astudillo o Maluenda.


La gran<br />

desbandada<br />

Si durante los 200 primeros años de la<br />

colonización americana partieron de Castilla<br />

y León no más de 13.000 personas; en<br />

los últimos diez años d<strong>el</strong> siglo XIX lo hicieron<br />

unos 20.000, de los <strong>que</strong> cerca de 8.000<br />

eran leoneses. Una cifra <strong>que</strong> se <strong>el</strong>eva hasta<br />

<strong>las</strong> 186.000 <strong>que</strong> se contabilizaron en <strong>el</strong> periodo<br />

comprendido entre 1929 y 1991. Este<br />

nuevo y masivo éxodo carecía de precedentes.<br />

No sólo los puertos d<strong>el</strong> Cantábrico y los<br />

gallegos se colapsaron con viajeros de estas<br />

tierras, también se embarcaron desde<br />

Barc<strong>el</strong>ona, Almería, Cádiz y Gibraltar. Más<br />

de 54.000 leoneses dejaron su casa, seguidos<br />

de 42.000 salmantinos y unos 40.000<br />

zamoranos. Ayudó sin duda la caída d<strong>el</strong> precio<br />

d<strong>el</strong> billete. Si a mediados d<strong>el</strong> siglo XIX un<br />

pasaje a Buenos Aires costaba entre 300 y<br />

400 pesetas, en 1913 se redujo hasta <strong>las</strong><br />

80 pesetas.<br />

La “desbandada” a la <strong>que</strong> hizo referencia<br />

en sus escritos Julio Senador, se vivió en<br />

numerosos pueblos. Hasta <strong>el</strong> Heraldo de<br />

Zamora, en un artículo publicado en 1910<br />

se hacía eco de <strong>que</strong> sólo en un pueblo como<br />

Benegiles, se marcharon en un mes, 90 de<br />

sus 140 familias en dirección al puerto de<br />

Vigo. Otro ejemplo fue <strong>el</strong> de Boada, en Palencia,<br />

la pérdida de unos terrenos comunales<br />

a favor de unos hacendados forasteros sirvió<br />

de detonante <strong>para</strong> <strong>que</strong> muchos vecinos<br />

planteasen una salida masiva hacia Argentina,<br />

al <strong>que</strong>darse estos campesinos sin parce<strong>las</strong><br />

de cultivo.<br />

Argentina fue <strong>el</strong> primer y principal receptor,<br />

absor<strong>bien</strong>do cerca d<strong>el</strong> 70 por ciento de<br />

estos nuevos pobladores; seguido de Cuba,<br />

<strong>que</strong> recibió a un 22 por ciento. Ya entonces<br />

existía <strong>el</strong> “efecto llamada”. En <strong>las</strong> provincias<br />

Q Toma de Posesión de la Junta directiva d<strong>el</strong> Centro Cast<strong>el</strong>lano de La Habana.<br />

de gran tradición migratoria se habían consolidado<br />

distintas redes de paisanaje o de<br />

“sobrinismo” <strong>que</strong> daban cierta seguridad al<br />

emigrante y le ayudaban en su posible promoción<br />

social.<br />

El asociacionismo<br />

La Sociedad Benéfica Burgalesa es la entidad<br />

cast<strong>el</strong>lana más antigua <strong>que</strong> se constituye<br />

en América. Se fundó en 1893 con un<br />

objetivo muy preciso, “socorrer a los burgaleses,<br />

sus esposas e hijos <strong>que</strong>, necesitándolo,<br />

imploren fundamentalmente su auxilio en<br />

caso de indigencia, enfermedades y otras<br />

causas <strong>que</strong> ameriten <strong>el</strong> socorro”. Estos<br />

centros o sociedades, muchos de <strong>el</strong>los han<br />

sobrevivido en <strong>el</strong> tiempo y mantienen actual-<br />

mente una gran actividad, nacieron como<br />

una alternativa asistencial <strong>para</strong> a<strong>que</strong>llos<br />

inmigrantes <strong>que</strong> podían contar con empleo.<br />

El éxito se explica en la ausencia en América<br />

de un sistema sanitario estable.<br />

Juan Andrés Blanco asegura <strong>que</strong> estas<br />

entidades han cumplido una importante<br />

labor puesto <strong>que</strong> acogían al emigrante,<br />

“facilitando su entrada al país, ayudándole<br />

ante posibles contingencias y favoreciendo<br />

su integración”.<br />

Como señala José Ignacio Monteagudo,<br />

en un trabajo <strong>que</strong> gira sobre la memoria de<br />

la emigración, “<strong>el</strong> emigrante no se avergüenza<br />

de su origen; al contrario, tiene a gala su<br />

procedencia y su gesta personal de haber<br />

rehecho su vida lejos de sus raíces”.<br />

[Texto: Paco Alcántara. Fotografías: Eduardo Margareto]<br />

El último pescador d<strong>el</strong> Duero<br />

(...) Conoce <strong>el</strong> río como<br />

nadie, por<strong>que</strong> desde <strong>que</strong><br />

tiene uso de razón ha<br />

recorrido esta corriente<br />

fluvial montado en su<br />

pe<strong>que</strong>ño bote (...)<br />

Hasta hace apenas 40 años, los vecinos<br />

de Castronuño (Valladolid) bajaban a diario<br />

a la fuente de la Salud, <strong>que</strong> se abastecía<br />

directamente d<strong>el</strong> Duero, a recoger <strong>el</strong> agua<br />

<strong>para</strong> beber. “Con la contaminación <strong>que</strong><br />

arrastra hoy en día <strong>el</strong> río, lo cuentas y nadie<br />

se lo cree”, comenta Abundio, <strong>el</strong> último pescador<br />

de la comarca.<br />

Un personaje único. Una especie de endemismo<br />

humano <strong>que</strong> conoce <strong>el</strong> río como nadie,<br />

por<strong>que</strong> desde <strong>que</strong> tiene uso de razón ha<br />

recorrido esta corriente fluvial montado en<br />

su pe<strong>que</strong>ño bote, lanzando al agua <strong>el</strong> es<strong>para</strong>v<strong>el</strong>,<br />

una red circular de unos tres metros<br />

de diámetro, con <strong>las</strong> <strong>que</strong> capturaba en <strong>las</strong><br />

aguas d<strong>el</strong> gran río de Castilla y León bogas,


arbos, bermejas, gallegos y cabezotas.<br />

“Tencas, pocas y truchas, contadas”.<br />

La faena comenzaba a primera hora de la<br />

tarde y se prolongaba hasta <strong>que</strong> desaparecían<br />

<strong>las</strong> últimas luces. Fue su trabajo, <strong>el</strong> de<br />

sus padres y <strong>el</strong> de sus abu<strong>el</strong>os. El ap<strong>el</strong>ativo<br />

con <strong>el</strong> <strong>que</strong> se conoce a su familia no ofrece<br />

dudas, ‘los angui<strong>las</strong>’; tampoco la calle en<br />

donde tiene su domicilio, la de los Pescadores.<br />

Una barca pintada de verde y apoyada<br />

en la pared de su vivienda certifica su oficio.<br />

“Yo me inicié con siete años. Ahora tengo<br />

74 y aún me gusta bajar al río a echar unas<br />

tandas con la red, tirar <strong>el</strong> es<strong>para</strong>v<strong>el</strong> a la redonda<br />

y ver como se llena. Aun<strong>que</strong> los viejos<br />

lo decían de otra forma, algo así como, vamos<br />

a tirar una tanda de tiros”.<br />

Abundio Hernández es menudo, muy activo,<br />

casi <strong>el</strong>éctrico, y de ojos saltones. Da<br />

la mano con fuerza y mira a su interlocutor<br />

con total atención, intentando trasmitir<br />

su agradecimiento por la escucha <strong>que</strong> le<br />

prestan. Es <strong>el</strong> sino de <strong>las</strong> gentes sencil<strong>las</strong>,<br />

irradian f<strong>el</strong>icidad al comprobar <strong>que</strong> otros<br />

se interesan por sus conocimientos, por<strong>que</strong><br />

<strong>para</strong> él, lo de pescar con <strong>el</strong> es<strong>para</strong>v<strong>el</strong><br />

no ofrece ningún misterio. Mantenerse erguido<br />

y de pie sobre la barca, guardando <strong>el</strong><br />

equilibro en mitad d<strong>el</strong> Duero, desafiando a<br />

la corriente, mientras lanza la red como un<br />

<strong>para</strong>guas <strong>que</strong> se abre, en <strong>el</strong> lugar preciso<br />

donde se encuentran los bandos de peces,<br />

no es más <strong>que</strong> una acción mecánica, <strong>que</strong> ha<br />

ejecutado durante años.<br />

“El mejor era mi padre, también mi abu<strong>el</strong>o,<br />

aun<strong>que</strong> a mí no me ha ganado nadie. Hemos<br />

llegado a atrapar de una redada hasta 50<br />

kilos de peces. Pero lo habitual era acabar<br />

Q Abundio Hernández pre<strong>para</strong> la barca <strong>para</strong> pescar en <strong>el</strong> Duero a su paso por la localidad vallisoletana de Castronuño.<br />

<strong>el</strong> día con unas seis arrobas”. Cada arroba<br />

son unos 11 kilos y medio, aclara, mientras<br />

recuerda con nostalgia los tiempos en los<br />

<strong>que</strong> “venían a buscar <strong>las</strong> bogas desde <strong>el</strong><br />

mismísimo Balneario de Ledesma, en Salamanca.<br />

Se llegaron a llevar hasta 40 kilos<br />

de una vez. Las <strong>que</strong>rían cuantas más pe<strong>que</strong>ñas,<br />

mejor”. Pero no siempre la venta era<br />

tan rápida: “Comerciábamos <strong>el</strong> producto en<br />

los mercados de Alaejos, Tordesil<strong>las</strong>, Bóveda<br />

de Toro, y otros muchos de <strong>las</strong> provincias<br />

de Valladolid y Zamora. Hasta estos pueblos<br />

me acompañaba Catalina, mi mujer, <strong>que</strong><br />

tenía mejor mano <strong>que</strong> yo con <strong>las</strong> clientas”.<br />

Abundio mantiene los recuerdos frescos en<br />

la memoria, como si hasta ayer mismo hubiera<br />

cargado su vieja furgoneta, un Citroën<br />

dos caballos, con <strong>las</strong> cajas repletas de pescado.<br />

Así rememora como se inició en este<br />

Q Una bandada de aves sobrevu<strong>el</strong>a <strong>el</strong> río Duero a su paso por la localidad vallisoletana de Castronuño.<br />

oficio, vendiendo <strong>el</strong> kilo a “medio duro” y en<br />

los años finales, lo más <strong>que</strong> le llegaron a pagar<br />

fueron 300 pesetas por unas tencas.<br />

La reserva<br />

El último heredero de la saga de los ‘angui<strong>las</strong>,<br />

protagoniza una parte d<strong>el</strong> documental<br />

<strong>que</strong> se proyecta en la Casa d<strong>el</strong> Par<strong>que</strong> de<br />

Castronuño, un centro de interpretación al<br />

<strong>que</strong> ya han acudido más de 7.000 visitantes<br />

a conocer la ri<strong>que</strong>za natural d<strong>el</strong> único Espacio<br />

Protegido de la provincia de Valladolid, desde<br />

<strong>que</strong> se inauguró hace menos de un año.<br />

Por<strong>que</strong> lo <strong>que</strong> hoy es una gran reserva de<br />

aves en torno al pantano de San José, antaño<br />

era un lucrativo negocio <strong>para</strong> algunos<br />

vecinos <strong>que</strong> vivían de la pesca. “Aquí, en Castronuño,<br />

una docena de familias nos dedicá-<br />

bamos a la pesca”. También había <strong>que</strong> cazar<br />

patos y recoger cangrejos <strong>para</strong> completar<br />

los ingresos, “a mí, en lugar de colocar ret<strong>el</strong>es<br />

me gustaba atrapar los cangrejos con<br />

un garlito”. Una especie de nasa, a modo de<br />

buitrón, dispuesta de tal forma, <strong>que</strong>, entrando<br />

<strong>el</strong> cangrejo por la maya, no puede salir.<br />

Desde <strong>el</strong> alto de la Mu<strong>el</strong>a de Castronuño,<br />

frente a la Casa d<strong>el</strong> Par<strong>que</strong> y junto a la ermita<br />

románica de El Cristo, se contempla una<br />

de <strong>las</strong> más espectaculares curvas <strong>que</strong> ha<br />

horadado <strong>el</strong> Duero en la campiña cast<strong>el</strong>lana.<br />

Por su perfección, <strong>el</strong> trazo se asemeja<br />

más a una obra de ingeniería <strong>que</strong> a un capricho<br />

de la naturaleza. El río gira casi 90<br />

grados y orienta su cauce hacia la localidad<br />

zamorana de Toro, en lugar de encaminarse<br />

hacia Salamanca.<br />

El agua permanece remansada en este<br />

tramo gracias a la acción de la presa de<br />

(...) Lo <strong>que</strong> hoy es una<br />

gran reserva de aves<br />

en torno al pantano de<br />

San José, antaño era un<br />

lucrativo negocio <strong>para</strong><br />

algunos vecinos <strong>que</strong><br />

vivían de la pesca (...)<br />

San José, lo <strong>que</strong> ha ayudado a <strong>que</strong> se asiente<br />

una buena población de aves invernantes<br />

buscando la tranquilidad en <strong>el</strong> entorno de<br />

los carrizos <strong>que</strong> protegen la vega d<strong>el</strong> Duero.<br />

En estos meses invernales, entre <strong>el</strong> cañaveral,<br />

es fácil distinguir la garza imperial,<br />

los cormoranes con <strong>las</strong> a<strong>las</strong> extendidas tomando<br />

<strong>el</strong> sol <strong>para</strong> secarse después de una<br />

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inmersión <strong>para</strong> pescar y, por supuesto, una<br />

buena s<strong>el</strong>ección de ánades.<br />

Si <strong>el</strong> viajero le<strong>van</strong>ta la mirada, desde este<br />

balcón natural <strong>que</strong> es la Mu<strong>el</strong>a, contemplará<br />

una mancha verde insinuando <strong>el</strong> más importante<br />

encinar de la provincia extendiéndose<br />

Q El río Duero a su paso por la localidad vallisoletana de Castronuño.<br />

por todo <strong>el</strong> horizonte. El monte de Cubil<strong>las</strong> y<br />

la dehesa de Cartago esconden un conjunto<br />

de dunas sobre <strong>las</strong> <strong>que</strong> emergen imponentes<br />

encinas añosas y monumentales <strong>que</strong>,<br />

por efecto de <strong>las</strong> montañas de arena sobre<br />

<strong>las</strong> <strong>que</strong> se asientan, dejan al aire parte de<br />

sus raíces. Quienes han podido pasear entre<br />

estos soberbios ejemplares no olvidan<br />

<strong>las</strong> formas caprichosas <strong>que</strong> han adquirido<br />

los árboles y si han leído a Machado les vendrá<br />

a la cabeza su célebre verso, “<strong>el</strong> campo<br />

mismo se hizo árbol en ti, parda encina”. “Es<br />

un bos<strong>que</strong> mágico, pero también es una finca<br />

privada, por lo <strong>que</strong> no existe posibilidad<br />

de visita pública”, alerta Cristina, una de<br />

<strong>las</strong> monitorias de la Casa d<strong>el</strong> Par<strong>que</strong>, quien<br />

aconseja al visitante a realizar <strong>el</strong> paseo <strong>que</strong><br />

discurre junto a la ribera por una senda <strong>que</strong><br />

se acaba de abrir al público y <strong>que</strong> une <strong>el</strong> pueblo<br />

con <strong>el</strong> pantano.<br />

Junto al agua<br />

También desde la misma presa, “es un placer<br />

contemplar a media tarde <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o en<br />

círculo de los aguiluchos laguneros, hasta<br />

<strong>que</strong> deciden entrar en los dormideros <strong>que</strong><br />

han pre<strong>para</strong>do en <strong>el</strong> carrizal”. Manu<strong>el</strong> Montes<br />

es <strong>el</strong> encargado d<strong>el</strong> pantano y lleva años<br />

obser<strong>van</strong>do este rito vespertino. No es difícil<br />

distinguirlo, alto, rubio y siempre en camisa,<br />

ya pueda estar <strong>el</strong> río h<strong>el</strong>ado y <strong>el</strong> termómetro<br />

a cinco grados bajo cero. “Nunca tengo<br />

frío, los médicos dicen <strong>que</strong> es cosa de la genética<br />

heredada de mi madre, <strong>que</strong> era alemana”,<br />

afirma Lolo, como le conocen todos<br />

por estos pagos. “Hace 41 años <strong>que</strong> trabajo<br />

aquí, comencé con 14 años de aprendiz.<br />

Cuando me hicieron mecánico <strong>el</strong>ectricista<br />

heredé <strong>el</strong> puesto de mi padre, <strong>que</strong> recaló en<br />

este pueblo pocos años después de cons-<br />

truirse la presa, <strong>que</strong> se acabó de le<strong>van</strong>tar<br />

en 1946. Uno de mis hijos también trabaja<br />

ya en <strong>el</strong> pantano”.<br />

La historia de los padres de Lolo daría<br />

<strong>para</strong> un guión de cine. La suya, como ejemplo<br />

de una vida junto al Duero. “El agua es<br />

mi pasión. A mi gusta coger una piragua y<br />

marchar río abajo”. Pero en Castronuño no<br />

hay mucha afición a los deportes acuáticos,<br />

“con 17 años intenté crear un Club Náutico<br />

y fracasó, la gente tenía miedo al embalse,<br />

como excusa, siempre se han sacado de la<br />

manga <strong>que</strong> hay pozos y corrientes raras”.<br />

“Nada de nada”, niega con la cabeza y con<br />

convicción Lolo, los rec<strong>el</strong>os obedecen a<br />

cuestiones más sencil<strong>las</strong>, “si no sabes nadar<br />

estás expuesto a ahogarte”.<br />

Abundio asiente, en estos años “he sacado<br />

d<strong>el</strong> río a más de una docena de ahogados”. El<br />

río, es fuente y medio de vida <strong>para</strong> muchos,<br />

pero también “hay <strong>que</strong> tenerle respeto, <strong>que</strong><br />

la corriente es muy traicionera”.


[Texto: Paco Alcántara. Fotografías: Eduardo Margareto]<br />

Pasiegos burgaleses,<br />

nómadas invisibles<br />

(...) Las Machorras hoy<br />

es un museo etnográfico<br />

vivo. Una especie de<br />

gran par<strong>que</strong> temático<br />

donde contemplar una<br />

cultura a punto de des<strong>van</strong>ecerse<br />

(...)<br />

Q Silvia, su hijo Eduardo y <strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o Arcadio a la<br />

puerta de su cabaña en <strong>el</strong> Valle de la Sía en Burgos.<br />

Q Un ganadero en <strong>el</strong> Valle de Lunada (Burgos).<br />

En <strong>las</strong> Machorras, al límite con Cantabria,<br />

sobreviven los últimos pasiegos<br />

burgaleses. Poblaron estos valles en la<br />

Edad Media en busca de nuevos pastos<br />

<strong>para</strong> sus rebaños. Han vivido aislados,<br />

manteniendo tradiciones y costumbres<br />

ancestrales con un gran respeto por <strong>el</strong><br />

entorno natural en <strong>el</strong> <strong>que</strong> se desenvu<strong>el</strong>ven.<br />

En los albores d<strong>el</strong> siglo XXI la última<br />

generación continúa viviendo en cabañas<br />

con <strong>el</strong> ganado y realizando la muda.<br />

Si es verdad <strong>que</strong> hay más de un tiempo<br />

en <strong>el</strong> mundo, los habitantes de <strong>las</strong> Machorras<br />

viven en otro diferente al nuestro,<br />

uno por donde transitan los últimos ganaderos<br />

trashumantes de Castilla y León.<br />

Detenidos por ensalmo, esta sensación<br />

se impregna en la mente d<strong>el</strong> viajero cuando<br />

se acerca a la comarca de Cuatro Ríos<br />

Pasiegos y ve a los pasiegos burgaleses<br />

acompañando a sus vacas en impresionantes<br />

praderías tapizadas de verde, viviendo<br />

en <strong>las</strong> cabañas <strong>que</strong> habitaron sus<br />

padres y abu<strong>el</strong>os, realizando la muda o segando<br />

la yerba. Presencia la vida de una<br />

estirpe a punto de desaparecer, por<strong>que</strong><br />

apenas si permanecen censados unas<br />

350 personas y solo 80 familias se dedican<br />

a la ganadería.<br />

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Las Machorras hoy es un museo etnográfico<br />

vivo. Una especie de gran par<strong>que</strong><br />

temático donde contemplar una cultura a<br />

punto de des<strong>van</strong>ecerse. Un micro mundo<br />

reglado aún por <strong>las</strong> estaciones y <strong>las</strong> necesidades<br />

d<strong>el</strong> ganado, donde se mantienen tradiciones<br />

y modos de hacer <strong>que</strong> ya solo se<br />

encuentran en los libros de antropología.<br />

La pasiegería desaparece entre la indiferencia<br />

y <strong>el</strong> desconocimiento. “Si <strong>las</strong> vacas<br />

dieran dinero <strong>las</strong> tendrías los ricos”, comenta<br />

más de uno.<br />

Las familias ganaderas se jubilan y dejan<br />

<strong>las</strong> Machorras, por<strong>que</strong>, como señala<br />

con voz <strong>que</strong>da Oliva, vecina de La Sía,<br />

“aquí no se puede envejecer”. Ella y su<br />

marido pasan <strong>el</strong> invierno en Espinosa, es<br />

su hijo quien se ocupa ahora d<strong>el</strong> ganado.<br />

Marcharon con pena, resignados y sin tener<br />

<strong>que</strong> agradecer nada a nadie, por<strong>que</strong><br />

poca ayuda recibieron <strong>para</strong> mantener<br />

sus explotaciones. La última fechoría fue<br />

la autorización de varios Par<strong>que</strong>s eólicos<br />

en los puertos. “Enoja incluso al ganado.<br />

Cuando pastan cerca de los molinos solo<br />

hacen <strong>que</strong> desberrar (mugir en lengua<br />

pasiega), como si se volviesen locos con <strong>el</strong><br />

ruido de <strong>las</strong> aspas”, comenta la nuera de<br />

Oliva, quien asegura <strong>que</strong> han optado por<br />

no usar <strong>las</strong> cabañas más altas por temor<br />

a <strong>que</strong> <strong>las</strong> vacas dejen de dar leche.<br />

La muda<br />

El viajero despeja todas <strong>las</strong> dudas sobre<br />

<strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> topónimo Machorras nada<br />

más entrar en <strong>el</strong> núcleo de población,<br />

cuando avista a cada lado de la carretera<br />

sendas peñas de caliza p<strong>el</strong>adas <strong>que</strong><br />

sobresalen entre la maleza. “Ahí esta la<br />

razón d<strong>el</strong> nombre”, explica Moisés Fernández,<br />

tras una r<strong>el</strong>ajada conversación.<br />

Es hombre afable y dispuesto a explicar al<br />

Q Un niño conduce <strong>el</strong> ganado en Las Machorras (Burgos).<br />

(...) Cada pasiego<br />

puede llegar a<br />

tener de 5 a 7<br />

casas a diferentes<br />

alturas y en distintos<br />

valles. “Es un trabajo<br />

muy fatigoso” (...)<br />

visitante qué es eso de la trashumancia<br />

estacional. “El pasiego tiene <strong>que</strong> buscar<br />

los mejores pastos <strong>para</strong> <strong>el</strong> ganado, por<br />

eso ha de llevar a cabo varias mudas a lo<br />

largo de los meses estivales”. Es la palabra<br />

clave de este modo de vida: La muda.<br />

Él la realizó durante años, “desde la primavera,<br />

hasta <strong>que</strong> caen <strong>las</strong> primeras<br />

nieves, cuando se acaba la yerba en una<br />

finca, la familia deja la cabaña <strong>que</strong> ocupa<br />

y cambia a otra distinta.”. Es todo un ri-<br />

tual, añade este septuagenario de cab<strong>el</strong>lera<br />

totalmente blanca y mirada pícara.<br />

“Entonces, se colocan todos los enseres<br />

domésticos imprescindibles en un carro,<br />

al burro se le carga con <strong>las</strong> cacharras de<br />

leche y toda la familia se dirige con <strong>el</strong> ganado<br />

a otra braniza”. Cada pasiego puede<br />

llegar a tener de 5 a 7 casas a diferentes<br />

alturas y en distintos valles. “Es un trabajo<br />

muy fatigoso”, sentencia mientras espera<br />

nuevas preguntas. “Vivir aquí es muy<br />

duro. Imagina en invierno, con nevadas<br />

de más de un metro de altura. Aislados”.<br />

Y sin luz <strong>el</strong>éctrica, por<strong>que</strong> no llegó hasta<br />

1986, apostilla <strong>el</strong> viajero.<br />

Una jornada<br />

Antes de <strong>que</strong> amanezca, Gabri<strong>el</strong>o, como<br />

<strong>el</strong> resto de sus vecinos, baja a la cuadra a<br />

ordeñar a <strong>las</strong> vacas, repetirá la misma operación<br />

cuando anochezca. A primera hora<br />

traslada <strong>las</strong> lecheras llenas junto al camino<br />

principal <strong>para</strong> <strong>que</strong> <strong>el</strong> camión de la Central le<br />

recoja la leche. “Ahí coincidimos unos cuantos<br />

ganaderos y echamos una parrafada”,<br />

pocas palabras, por<strong>que</strong> nuestro interlocutor<br />

es hombre parco. Luego no faltarán<br />

labores durante <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> día.<br />

Grabri<strong>el</strong>o tiene 64 años, permanece<br />

soltero y su única compañía es la radio.<br />

¡A pi<strong>las</strong>, qué en esta braniza no hay <strong>el</strong>ectricidad,<br />

ni agua corriente! No se <strong>que</strong>ja y<br />

solo aprovecha la presencia de Moisés<br />

<strong>para</strong> <strong>que</strong> le eche un vistazo a una vaca<br />

<strong>que</strong> acaba de parir. “Ésta se pone buena<br />

enseguida, no te preocupes. Sólo tiene<br />

inflamada la ubre”. “Aquí hay <strong>que</strong> saber<br />

de todo un poco, <strong>que</strong> los veterinarios no<br />

están a mano”, comenta Moisés ante la<br />

incredulidad d<strong>el</strong> visitante. Y explica una<br />

receta de medicina tradicional muy usada<br />

Q Gabri<strong>el</strong>, uno de los ganaderos d<strong>el</strong> Valle de Lunada<br />

(Burgos).<br />

en estos pagos y con buenos resultados,<br />

“cuando una vaca cojea y se le hincha la<br />

pezuña, la pata dañada se fija en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o<br />

y con un cuchillo se recorta la parte d<strong>el</strong><br />

terreno <strong>que</strong> ocupa. Se coge este trozo de<br />

tierra, <strong>el</strong> cavón, y se pone en la chimenea<br />

al fuego, <strong>para</strong> <strong>que</strong> se se<strong>que</strong>”. Hace una<br />

pausa y sentencia, “a los pocos días con <strong>el</strong><br />

cavón seco la vaca deja de cojear. No me<br />

preguntes por qué, pero funciona”.<br />

La visita finaliza con un “<strong>el</strong> martes nos<br />

vemos en <strong>el</strong> mercado”. Es <strong>el</strong> lugar de encuentro<br />

de los pasiegos burgaleses, la<br />

Plaza de Espinosa de los Monteros. Ese<br />

día bajan todos <strong>para</strong> hacer acopio de comestibles,<br />

realizar <strong>las</strong> gestiones administrativas<br />

y recoger la correspondencia.<br />

Repoblación<br />

En <strong>las</strong> Machorras se reparten hasta<br />

950 cabañas por los distintos valles, muchas<br />

se encuentran ya deshabitadas y sin<br />

uso. Desde hace algo más de una década<br />

se incorporan nuevos pobladores atraídos<br />

por un paisaje idílico y la tranquilidad.<br />

Algunos remozan <strong>las</strong> casas <strong>para</strong> refugio<br />

(...) Yo me admiro de<br />

<strong>que</strong> aún habiten casas,<br />

algunas sin luz<br />

<strong>el</strong>éctrica y muchas<br />

sin canalización de<br />

agua (...)<br />

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0<br />

Q Valle de Lunada (Burgos).<br />

estival. Otros han decidido residir junto a<br />

los puertos, huyendo de <strong>las</strong> grandes ciudades.<br />

“Aquí se te quita <strong>el</strong> estrés en dos<br />

días”, asegura José, quien con su mujer,<br />

Marib<strong>el</strong>, y <strong>el</strong> hijo de ambos, de once años,<br />

dejaron Bilbao hace un año, compraron<br />

una antigua escu<strong>el</strong>a en Salcedillo en <strong>el</strong><br />

río Trueba, y la están arreglando. “Estos<br />

pasiegos son tíos duros, le han echado<br />

un par de narices <strong>para</strong> vivir aquí. Hasta<br />

<strong>que</strong> no lo ves, no te crees <strong>que</strong> puedan salir<br />

ad<strong>el</strong>ante”. “Yo me admiro de <strong>que</strong> aún<br />

habiten casas, algunas sin luz <strong>el</strong>éctrica<br />

y muchas sin canalización de agua. Me<br />

parece imposible”. José se lamenta, “si<br />

desaparece <strong>el</strong> ganado y se <strong>van</strong> los pasiegos<br />

<strong>las</strong> fincas se <strong>las</strong> va a comer <strong>el</strong> monte.<br />

Perderán toda su b<strong>el</strong>leza”.<br />

Praderías<br />

Los pasiegos durante siglos configuraron<br />

este espacio ondulado y siempre<br />

verde por <strong>las</strong> lluvias, a sus necesidades.<br />

Talaron árboles y crearon imponentes<br />

majadas <strong>para</strong> <strong>que</strong> <strong>el</strong> ganado siempre tuviera<br />

yerba <strong>que</strong> comer. “Aquí <strong>el</strong> terreno<br />

está pindio”, apuntan los lugareños, cuando<br />

se refiere a la inclinación d<strong>el</strong> terreno.<br />

El viajero no puede despedirse de estos<br />

valles sin subir a lo alto d<strong>el</strong> de Lunada, la<br />

Sia, Trueba o Rioseco, <strong>para</strong> contemplar<br />

un paisaje espectacular con una sucesión<br />

de fincas se<strong>para</strong>das por cercas de piedra,<br />

donde pastan los rebaños y se reparten<br />

armónicamente <strong>las</strong> cabañas.<br />

Futuro<br />

Moisés se muestra pesimista. “Esto se<br />

acaba. Los jóvenes prefieren un jornal y<br />

trabajar de lunes a viernes, en lugar de<br />

cuidar <strong>el</strong> ganado toda la semana”. Este<br />

año apenas 10 niños bajarán a estudiar<br />

al colegio comarcal. Los par<strong>que</strong>s eólicos<br />

sólo han generado problemas a los habitantes<br />

de estos valles. Se han instalado<br />

en terrenos propiedad de Espinosa y los<br />

alquileres revierten en <strong>las</strong> arcas de este<br />

consistorio, además, <strong>las</strong> cabañas situadas<br />

junto a los puertos donde están instalados<br />

estos molinos no se venden.<br />

Es <strong>el</strong> sino de esta ganaderos. Nunca<br />

han recibido nada, apenas si han le<strong>van</strong>tado<br />

la voz <strong>para</strong> protestar y desaparecerán<br />

sumidos en <strong>el</strong> silencio. Acostumbrados a<br />

realizar constantes mudanzas con <strong>el</strong> ganado,<br />

ahora pre<strong>para</strong>n la última muda, la<br />

<strong>que</strong> les llevara fuera de los valles pasiegos<br />

burgaleses, pero este último tránsito<br />

lo realizarán sin sus vacas.


[Texto: César Combarros. Fotografías: archivo Áng<strong>el</strong> Nieto, Leticia Pérez y José Luis Leal]<br />

Áng<strong>el</strong> Nieto:<br />

Los campeones de verdad siempre<br />

tienen claro lo <strong>que</strong> quieren<br />

<strong>Parece</strong> llegada la hora de los reconocimientos<br />

de la <strong>que</strong> fue y, suponemos <strong>que</strong><br />

sigue siendo, su patria chica.<br />

Castilla y León siempre ha estado pendiente<br />

de Áng<strong>el</strong> Nieto, desde <strong>que</strong> empecé<br />

a hacer un poco de ruido con <strong>las</strong> motos.<br />

Ni la Comunidad ni Zamora tienen ninguna<br />

deuda conmigo.<br />

¿Cómo es su r<strong>el</strong>ación con Zamora?<br />

Cuando tenía un año mis padres se fueron<br />

a Madrid. Emigraron <strong>para</strong> buscarse<br />

la vida allí. Él era camionero y estuvimos<br />

en un par de casas antes de asentarnos<br />

definitivamente en Vallecas. Pero mi infancia<br />

tiene <strong>que</strong> ver con esta ciudad y mis<br />

hermanos y toda mi familia son de allí. Es<br />

una ciudad llena de gente sana y buena,<br />

un lugar fantástico, una capital digna de<br />

visitar, <strong>que</strong> sigue su<strong>bien</strong>do escalones.<br />

¿Guarda algún recuerdo de su infancia<br />

y de a<strong>que</strong>llos años?<br />

Solíamos ir a trillar en <strong>el</strong> campo, con mi<br />

familia, y luego a un bar <strong>que</strong> tenía una tía<br />

mía, <strong>el</strong> Bar P<strong>el</strong>ayo. En esos años otra tía<br />

mía era la propietaria de una marca de<br />

gaseosas: Gaseosas ‘La Campeona’.<br />

Q El campeón d<strong>el</strong> mundo zamorano de motocilismo,<br />

Áng<strong>el</strong> Nieto, protagoniza una p<strong>el</strong>ícula <strong>que</strong> narra su<br />

trayectoria profesional. En la imagen, junto al director<br />

de la p<strong>el</strong>ícula, Álvaro Fernández Armero.<br />

Áng<strong>el</strong> Nieto sonríe al evocar esa premonitoria<br />

imagen en su memoria. El corredor,<br />

todo un pionero d<strong>el</strong> motociclismo<br />

en España, se convirtió sin <strong>el</strong> apoyo de<br />

patrocinadores, ni la repercusión mediática<br />

existente en la actualidad, en<br />

toda una leyenda cuyo destino parecía<br />

escrito desde niño. ¿De dónde surgió su<br />

afición por <strong>las</strong> motos?<br />

No tengo ni idea, por<strong>que</strong> en mi familia<br />

nadie había practicado ese deporte anteriormente.<br />

¿Quizá todo comenzó con <strong>las</strong> bicicletas?<br />

Yo solía montar en bici de pe<strong>que</strong>ño, pero


El nombre de Áng<strong>el</strong> Nieto (Zamora, 1947)<br />

evoca gestas y hazañas propias de héroes.<br />

A lomos de su moto, <strong>el</strong> piloto zamorano se<br />

convirtió en un icono d<strong>el</strong> país entero. Comenzó<br />

a participar en <strong>el</strong> Campeonato d<strong>el</strong><br />

Mundo de motociclismo en 1964 y se coronó<br />

como campeón de distintas cilindradas<br />

en trece ocasiones (seis veces en <strong>el</strong> de 50<br />

centímetros cúbicos y otras siete en <strong>el</strong> de<br />

125). Su leyenda le ha servido <strong>para</strong> ser reconocido<br />

este año con <strong>el</strong> Premio Castilla y<br />

León d<strong>el</strong> Deporte, con <strong>el</strong> Pingüino de Oro y<br />

ha <strong>que</strong>dado recogida en ‘12+1’, una p<strong>el</strong>ícula<br />

documental dirigida por Álvaro Fernández<br />

Armero <strong>que</strong> ha recorrido –y lo sigue haciendo–<br />

<strong>las</strong> pantal<strong>las</strong> de cine de toda España.<br />

Zamorano de nacimiento, sus mejores momentos<br />

de la infancia pasan por esta ciudad,<br />

a la <strong>que</strong> aún se siente vinculado –un<br />

polideportivo y una calle lleva su nombre– y<br />

en la <strong>que</strong> conserva grandes amigos y mejores<br />

recuerdos.<br />

Q Áng<strong>el</strong> Nieto de niño con uno de sus primeros trofeos.<br />

Q El motociclista tras conseguir una de sus victorias.<br />

(...) No sabía si<br />

podría conseguirlo,<br />

ni cómo hacerlo,<br />

pero sí sabía qué<br />

<strong>que</strong>ría: correr en<br />

moto (...)<br />

Q El motociclista zamorano concrentándose<br />

antes de comenzar una de sus numerosas<br />

carreras.<br />

es <strong>que</strong> realmente me encantaba todo lo<br />

<strong>que</strong> tuviera ruedas.<br />

Y a los catorce años, se lió la manta a la<br />

cabeza y se fue solo a Barc<strong>el</strong>ona...<br />

Siendo todavía un niño ya tenía claro lo<br />

<strong>que</strong> <strong>que</strong>ría. No sabía si podría conseguirlo,<br />

ni cómo hacerlo, pero sí sabía qué <strong>que</strong>ría:<br />

correr en moto. Y todas <strong>las</strong> grandes<br />

fábricas estaban allí.<br />

Los primeros años serían duros <strong>para</strong> un<br />

chico tan joven.<br />

Mucho, nunca había salido de casa más<br />

<strong>que</strong> <strong>para</strong> visitar a mis abu<strong>el</strong>os y a mis tías<br />

en Zamora y, de repente, me encontré solo<br />

en una ciudad desconocida. Los dos o tres<br />

Q Áng<strong>el</strong> Nieto recibe <strong>el</strong> ‘Pingüino de Oro’ de la 25 edición de la concentración motorista ‘Pingüinos’.<br />

primeros años fueron muy difíciles, pero<br />

por encima de todo estaba mi deseo.<br />

¿Cómo comenzó su trayectoria?<br />

Comencé a trabajar en Bultaco, luego en<br />

Ducati y después en Derby. Al principio<br />

estaba en <strong>el</strong> departamento de mecánica,<br />

barriendo, limpiando y de chico <strong>para</strong> todo.<br />

Siempre pedía trabajar con la gente d<strong>el</strong><br />

área de carreras, por<strong>que</strong> yo no <strong>que</strong>ría<br />

ser mecánico, sino subirme en la moto y<br />

competir.<br />

¿Tenía algún héroe deportivo en <strong>el</strong> <strong>que</strong><br />

mirarse en esos años?<br />

Por supuesto. Federico Martín Bahamontes,<br />

<strong>que</strong> era muy conocido entonces; <strong>el</strong><br />

boxeador ‘Fred’ Galiana, y después gente<br />

como Manolo Santana, <strong>que</strong> actualmente<br />

es un gran amigo mío.<br />

¿Cuándo puede afirmarse <strong>que</strong> se lanzó<br />

definitivamente su carrera profesional?<br />

A partir de 1969, con mi primer título de<br />

campeón d<strong>el</strong> mundo en 50 centímetros<br />

cúbicos (cc), comencé a ser conocido, aun<strong>que</strong><br />

<strong>el</strong> despegue popular no se produjo hasta<br />

1971, al conquistar <strong>el</strong> título en 125 cc.<br />

En los años sesenta se convirtió en todo<br />

un referente de España, <strong>que</strong> triunfaba<br />

fuera de nuestras fronteras.<br />

He tenido la fortuna de <strong>que</strong>, en mi carrera,<br />

he ido su<strong>bien</strong>do escalones poco a poco.


Q Áng<strong>el</strong> Nieto en Zamora bromea con una scooter.<br />

Aun<strong>que</strong> en 1969 y 1970 gané <strong>el</strong> de 50cc<br />

dos veces consecutivas, sólo me conocían<br />

mi familia, mis amigos y en mi barrio.<br />

Todo tuvo una evolución natural. Ahora un<br />

chaval pasa de la noche a la mañana de<br />

ser un desconocido a estar en boca de todos,<br />

y eso le puede pasar factura, aun<strong>que</strong><br />

los campeones de verdad siempre tienen<br />

claro lo <strong>que</strong> quieren.<br />

¿De dónde surge la superstición d<strong>el</strong><br />

12+1?<br />

Es algo <strong>que</strong> se ha repetido a lo largo de<br />

varios momentos, como en una carrera<br />

en la <strong>que</strong> participé hace varios años en<br />

Benidorm. Se c<strong>el</strong>ebraba en un domingo,<br />

(...) Ahora un chaval<br />

pasa de la noche a<br />

la mañana de ser un<br />

desconocido a estar<br />

en boca de todos, y<br />

eso le puede pasar<br />

factura (...)<br />

día 12+1; yo no <strong>que</strong>ría participar y al final<br />

lo hice. Acabé cayéndome y le hice daño a<br />

alguna gente <strong>que</strong> estaba viéndola.<br />

¿Cómo valora la situación actual d<strong>el</strong> motociclismo<br />

español?<br />

Atraviesa un momento fenomenal. Entre<br />

todos sumamos 29 campeonatos d<strong>el</strong> mundo<br />

y tenemos <strong>que</strong> estar muy contentos.<br />

¿Qué ha cambiado en este deporte desde<br />

<strong>que</strong> comenzó su trayectoria?<br />

Todo. Ahora está donde a mí me hubiera<br />

gustado <strong>que</strong> estuviese hace muchos<br />

años: hay mayor cobertura de <strong>las</strong> carreras,<br />

más información, más y mejores circuitos<br />

y en España tenemos la mejor afi-<br />

Q Áng<strong>el</strong> Nieto antes de tomar la salida en una carrera.


Q Áng<strong>el</strong> Nieto recibe emocionado <strong>el</strong> Premio Castilla y<br />

León d<strong>el</strong> Deporte 2005.<br />

Q Áng<strong>el</strong> Nieto en Zamora bromea con la scooter d<strong>el</strong><br />

autor de la foto, José Luis Leal.<br />

ción d<strong>el</strong> mundo. Además, contamos con<br />

tres grandes premios: Valencia, Jerez y<br />

Barc<strong>el</strong>ona.<br />

¿Por qué decidió poner punto y final a<br />

su carrera?<br />

Noté <strong>que</strong> apenas tenía ya ganas, ilusión<br />

y la energía necesaria <strong>para</strong> seguir compitiendo<br />

y supe <strong>que</strong> era <strong>el</strong> momento de<br />

dejarlo.<br />

’12+1’ es <strong>el</strong> título de la p<strong>el</strong>ícula sobre su<br />

vida y <strong>el</strong> subtítulo ‘El hombre <strong>que</strong> corrió<br />

tras su sueño”. ¿Cuál era <strong>el</strong> sueño <strong>que</strong><br />

tenía Áng<strong>el</strong> Nieto cuando comenzó a correr<br />

en moto?<br />

(...) Noté <strong>que</strong> apenas<br />

tenía ya ganas,<br />

ilusión y la energía<br />

necesaria <strong>para</strong><br />

seguir compitiendo,<br />

y supe <strong>que</strong> era <strong>el</strong><br />

momento de<br />

dejarlo (...)<br />

Ver <strong>el</strong> motociclismo como está hoy. Todos<br />

los reconocimientos tienen <strong>que</strong> ser<br />

compartidos con quienes han amado <strong>el</strong><br />

motociclismo cuando no estaba en este<br />

momento tan fantástico. Hemos puesto<br />

todos nuestro granito de arena y los cimientos<br />

<strong>para</strong> <strong>que</strong> hoy esté donde está.<br />

Era lo <strong>que</strong> <strong>que</strong>ríamos todos.<br />

Y ahora mismo ¿cuál es su sueño?<br />

Que mi hijo Pablo sea campeón d<strong>el</strong> mundo<br />

<strong>el</strong> próximo año en 125cc. y <strong>que</strong> mi sobrino<br />

Fonsi sea campeón en superbikes.

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