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[Texto: María Jesús Pozo, y J.A. Fotografías: José Alonso y José Luis Leal]
Zangarrón:
mascaradas en Tierra del Vino
Zangarrón, zamarrón, mazarrón, tazarrón,
zarragón y hasta zarramón. Con todos
estos nombres se han celebrado en
numerosas localidades de Burgos, Salamanca,
León, Palencia y Zamora las que se
conocen como botargas o mascaradas de
invierno. Etnógrafos y antropólogos coinciden
en destacar que el aspecto entre bufonesco
y demoníaco, le hace ser una interesantísima
figura de nuestro folklore festivo
que puede llegar a desaparecer. Razón no
les falta porque apenas si se mantienen en
una docena de sitios.
Según la tradición, los mozos del pueblo en
las fechas cercanas a la Navidad eligen entre
ellos a uno que será, durante este periodo,
“el rey de la autoridad burlesca”. Un rito
antiquísimo que puede tener su origen en
los “saturnales” romanos y donde los protagonistas
se visten con prendas grotescas
y estrafalarias, corriendo por las calles al
vecindario. Menéndez Pidal los definió de
manera poética cuando los llamó “juglares
que en comparsa divertían al público disfrazados
fea y grotescamente”.
Uno de estos ritos más vivos es el que se
representa en Sanzoles del Vino (Zamora)
cada 26 de diciembre, en una fiesta que
Q El 26 de diciembre en Sanzoles del Vino (Zamora)
se celebra la fiesta del Zangarrón.
estrena la calificación de ‘Interés turístico
regional’ y que se pone bajo el manto de San
Esteban para volver a salir a la calle. Cuenta
la tradición en esta localidad zamorana que
la intercesión del primer mártir de la era
cristina no fue suficiente para sanar a muchos
enfermos de una peste. Los vecinos,
defraudados y airados, decidieron emprenderla
a pedradas contra la procesión que
acompañaba a la imagen del santo y, para
evitarlo, un labrador devoto se vistió con
unos andrajos y una máscara para asustar
a los agresores y evitar el ataque: surge así,
el zangarrón.
A medio camino entre la leyenda, la vieja
tradición rural y la catequesis más primaria,
lo cierto es que, desde tiempos que se pierden
en el recuerdo, los mozos de Sanzoles
han rememorado una ceremonia cargada
de señas de identidad y de emoción para
quienes, como Samuel Sánchez, el ‘zangarrón’
de este año, toman años después el
traje y la máscara que llevara su padre. Este
joven de 19 años se presentó voluntario junto
a otros quintos de la población y, aunque
tradicionalmente se echa a suertes, él fue
elegido para vestir el traje y la máscara del
zangarrón en memoria de su padre, “que
era amante de esta tradición de toda la
vida”, según comenta.
Ni siquiera ha amanecido y Samuel ya lleva
doce horas sin parar, después de haber celebrado
las vísperas junto a un nutrido grupo
de familiares y amigos en las bodegas
del pueblo. La fiesta comenzó a las seis de
la tarde de la jornada de Navidad y continúa
sin cesar hasta la misma hora del día de
San Esteban.
Pero la fiesta se convierte en rito a las
seis de la madrugada. A esa hora intempestiva,
el joven se encierra en un cuarto de su
casa junto a sus familiares más allegados
para vestirse de zangarrón. Bajo la atenta
mirada de su madre y de sus tías, como si
(...) Según la tradición,
los mozos del pueblo
en las fechas cercanas
a la Navidad eligen
entre ellos a uno que
será, durante este
periodo, “el rey de la
autoridad burlesca” (...)
fuera un extraño matador de toros, Samuel
se pone las medias, el pantalón, la cazadora
y el mandil, se cuelga los cencerros y la tradicional
bolsa para las manzanas y peras,
que era lo que los vecinos regalaban al zangarrón
antiguamente, sin olvidar otra para
el dinero. El momento mas emocionante de
esta ceremonia íntima, es cuando uno de
los dos vestidores coloca sobre la cabeza
del quinto la negra careta de cuero cambiando
así su nuevo ser.
“Lo que hace el zangarrón es ir por el pueblo
y por todas las casas a pedir. Primero,
me voy por ahí corriendo y tocando, hasta
las cuatro calles, en la parte baja del pueblo,
allí bailamos y luego voy a pedir por las casas
las pascuas”, explica el mozo.
“Para mí significa mucho porque lo llevo
dentro”, subraya Samuel, quien asegura
haberse preparado durante los tres meses
previos al día de San Esteban “corriendo
por las calles para entrenar”. Asegura que
“lo más duro son las vísperas, por la noche,
porque agobia mucho la gente”.
Q El Zangarrón de Sanzoles ha sido declarado Fiesta
de Interés Turístico Regional.