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(...) Parece que las cosas van a rodar bien para el sector ... - Icalnews

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arbos, bermejas, gallegos y cabezotas.<br />

“Tencas, pocas y truchas, contadas”.<br />

La faena comenzaba a primera hora de la<br />

tarde y se prolongaba hasta <strong>que</strong> desaparecían<br />

<strong>las</strong> últimas luces. Fue su trabajo, <strong>el</strong> de<br />

sus padres y <strong>el</strong> de sus abu<strong>el</strong>os. El ap<strong>el</strong>ativo<br />

con <strong>el</strong> <strong>que</strong> se conoce a su familia no ofrece<br />

dudas, ‘los angui<strong>las</strong>’; tampoco la calle en<br />

donde tiene su domicilio, la de los Pescadores.<br />

Una barca pintada de verde y apoyada<br />

en la pared de su vivienda certifica su oficio.<br />

“Yo me inicié con siete años. Ahora tengo<br />

74 y aún me gusta bajar al río a echar unas<br />

tandas con la red, tirar <strong>el</strong> es<strong>para</strong>v<strong>el</strong> a la redonda<br />

y ver como se llena. Aun<strong>que</strong> los viejos<br />

lo decían de otra forma, algo así como, vamos<br />

a tirar una tanda de tiros”.<br />

Abundio Hernández es menudo, muy activo,<br />

casi <strong>el</strong>éctrico, y de ojos saltones. Da<br />

la mano con fuerza y mira a su interlocutor<br />

con total atención, intentando trasmitir<br />

su agradecimiento por la escucha <strong>que</strong> le<br />

prestan. Es <strong>el</strong> sino de <strong>las</strong> gentes sencil<strong>las</strong>,<br />

irradian f<strong>el</strong>icidad al comprobar <strong>que</strong> otros<br />

se interesan por sus conocimientos, por<strong>que</strong><br />

<strong>para</strong> él, lo de pescar con <strong>el</strong> es<strong>para</strong>v<strong>el</strong><br />

no ofrece ningún misterio. Mantenerse erguido<br />

y de pie sobre la barca, guardando <strong>el</strong><br />

equilibro en mitad d<strong>el</strong> Duero, desafiando a<br />

la corriente, mientras lanza la red como un<br />

<strong>para</strong>guas <strong>que</strong> se abre, en <strong>el</strong> lugar preciso<br />

donde se encuentran los bandos de peces,<br />

no es más <strong>que</strong> una acción mecánica, <strong>que</strong> ha<br />

ejecutado durante años.<br />

“El mejor era mi padre, también mi abu<strong>el</strong>o,<br />

aun<strong>que</strong> a mí no me ha ganado nadie. Hemos<br />

llegado a atrapar de una redada hasta 50<br />

kilos de peces. Pero lo habitual era acabar<br />

Q Abundio Hernández pre<strong>para</strong> la barca <strong>para</strong> pescar en <strong>el</strong> Duero a su paso por la localidad vallisoletana de Castronuño.<br />

<strong>el</strong> día con unas seis arrobas”. Cada arroba<br />

son unos 11 kilos y medio, aclara, mientras<br />

recuerda con nostalgia los tiempos en los<br />

<strong>que</strong> “venían a buscar <strong>las</strong> bogas desde <strong>el</strong><br />

mismísimo Balneario de Ledesma, en Salamanca.<br />

Se llegaron a llevar hasta 40 kilos<br />

de una vez. Las <strong>que</strong>rían cuantas más pe<strong>que</strong>ñas,<br />

mejor”. Pero no siempre la venta era<br />

tan rápida: “Comerciábamos <strong>el</strong> producto en<br />

los mercados de Alaejos, Tordesil<strong>las</strong>, Bóveda<br />

de Toro, y otros muchos de <strong>las</strong> provincias<br />

de Valladolid y Zamora. Hasta estos pueblos<br />

me acompañaba Catalina, mi mujer, <strong>que</strong><br />

tenía mejor mano <strong>que</strong> yo con <strong>las</strong> clientas”.<br />

Abundio mantiene los recuerdos frescos en<br />

la memoria, como si hasta ayer mismo hubiera<br />

cargado su vieja furgoneta, un Citroën<br />

dos caballos, con <strong>las</strong> cajas repletas de pescado.<br />

Así rememora como se inició en este<br />

Q Una bandada de aves sobrevu<strong>el</strong>a <strong>el</strong> río Duero a su paso por la localidad vallisoletana de Castronuño.<br />

oficio, vendiendo <strong>el</strong> kilo a “medio duro” y en<br />

los años finales, lo más <strong>que</strong> le llegaron a pagar<br />

fueron 300 pesetas por unas tencas.<br />

La reserva<br />

El último heredero de la saga de los ‘angui<strong>las</strong>,<br />

protagoniza una parte d<strong>el</strong> documental<br />

<strong>que</strong> se proyecta en la Casa d<strong>el</strong> Par<strong>que</strong> de<br />

Castronuño, un centro de interpretación al<br />

<strong>que</strong> ya han acudido más de 7.000 visitantes<br />

a conocer la ri<strong>que</strong>za natural d<strong>el</strong> único Espacio<br />

Protegido de la provincia de Valladolid, desde<br />

<strong>que</strong> se inauguró hace menos de un año.<br />

Por<strong>que</strong> lo <strong>que</strong> hoy es una gran reserva de<br />

aves en torno al pantano de San José, antaño<br />

era un lucrativo negocio <strong>para</strong> algunos<br />

vecinos <strong>que</strong> vivían de la pesca. “Aquí, en Castronuño,<br />

una docena de familias nos dedicá-<br />

bamos a la pesca”. También había <strong>que</strong> cazar<br />

patos y recoger cangrejos <strong>para</strong> completar<br />

los ingresos, “a mí, en lugar de colocar ret<strong>el</strong>es<br />

me gustaba atrapar los cangrejos con<br />

un garlito”. Una especie de nasa, a modo de<br />

buitrón, dispuesta de tal forma, <strong>que</strong>, entrando<br />

<strong>el</strong> cangrejo por la maya, no puede salir.<br />

Desde <strong>el</strong> alto de la Mu<strong>el</strong>a de Castronuño,<br />

frente a la Casa d<strong>el</strong> Par<strong>que</strong> y junto a la ermita<br />

románica de El Cristo, se contempla una<br />

de <strong>las</strong> más espectaculares curvas <strong>que</strong> ha<br />

horadado <strong>el</strong> Duero en la campiña cast<strong>el</strong>lana.<br />

Por su perfección, <strong>el</strong> trazo se asemeja<br />

más a una obra de ingeniería <strong>que</strong> a un capricho<br />

de la naturaleza. El río gira casi 90<br />

grados y orienta su cauce hacia la localidad<br />

zamorana de Toro, en lugar de encaminarse<br />

hacia Salamanca.<br />

El agua permanece remansada en este<br />

tramo gracias a la acción de la presa de<br />

(...) Lo <strong>que</strong> hoy es una<br />

gran reserva de aves<br />

en torno al pantano de<br />

San José, antaño era un<br />

lucrativo negocio <strong>para</strong><br />

algunos vecinos <strong>que</strong><br />

vivían de la pesca (...)<br />

San José, lo <strong>que</strong> ha ayudado a <strong>que</strong> se asiente<br />

una buena población de aves invernantes<br />

buscando la tranquilidad en <strong>el</strong> entorno de<br />

los carrizos <strong>que</strong> protegen la vega d<strong>el</strong> Duero.<br />

En estos meses invernales, entre <strong>el</strong> cañaveral,<br />

es fácil distinguir la garza imperial,<br />

los cormoranes con <strong>las</strong> a<strong>las</strong> extendidas tomando<br />

<strong>el</strong> sol <strong>para</strong> secarse después de una<br />

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