Jakobsweg o.wiederkehr - Compact Verlag
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Inhalt<br />
Desaparición en el Camino de Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . 5<br />
Verano porteño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38<br />
Crimen en el Teatro Romano de Mérida . . . . . . . . . . . . . . . . 72<br />
37 treinta y sietes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102<br />
Abschlusstest . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134<br />
Lösungen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139<br />
Glossar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143<br />
Réquiem por un torero<br />
Der beste Torero Spaniens bekommt Konkurrenz: Der junge<br />
Fermín ist der neue Star der Stierkampfarena. Als die beiden zum<br />
Duell antreten, nimmt es für einen der Matadoren ein böses Ende.<br />
El misterio de la estudiante de Salamanca<br />
Die Studentin Sofía wird tot aufgefunden. War es ein Verbrechen?<br />
Kommissar Márquez und die junge Lucía entdecken Sofías<br />
Geheimnis und kommen so dem Mörder auf die Spur.<br />
El caso de la marquesa<br />
Marianne und Sybille machen Urlaub in Sevilla. Die frappierende<br />
Ähnlichkeit mit einer bekannten Adligen bringt Sybille in höchste<br />
Gefahr – kann Marianne sie retten?<br />
El crimen del Prado<br />
Ein ehemaliger Polizist wird unter einem Gemälde Goyas ermordet<br />
aufgefunden. Márquez und Lucía ermitteln hier in einem Fall, in<br />
dem die jüngste Geschichte Spaniens eine tragende Rolle spielt.<br />
DESAPARICIÓN EN EL CAMINO<br />
DE SANTIAGO<br />
Mario Martín Gijón<br />
Capítulo 1: La excursión de fin de curso<br />
Son las siete de la tarde de un día de julio en Galicia. Un grupo de<br />
jóvenes amigos camina por un sendero, donde un letrero señaliza<br />
que es un tramo del Camino de Santiago. Son Emilio, Virginia,<br />
Clara, Elsa, Gregorio y Roberto, un grupo de estudiantes de Historia.<br />
Para celebrar el final de sus estudios, hacen el Camino de<br />
Santiago.<br />
–¡Qué suerte hemos tenido hasta ahora! –dice Virginia–. Llevamos<br />
cuatro días de camino y todavía no ha llovido. Esto en Galicia es<br />
casi increíble…<br />
–¡Qué puede saber una madrileña sobre el clima de esta tierra! No<br />
llueve todo el año como creéis algunos. Simplemente no tenemos<br />
el calor insoportable que hace en el sur –responde Elsa.<br />
–Todo tiene su lado bueno y su lado malo –dice Gregorio–. Sin<br />
tanta lluvia, no tendríamos este paisaje tan verde y tampoco estos<br />
bosques…<br />
–Oye, Clara, ¿qué te pareció la iglesia de Santa María en Caldas de<br />
Reis? Yo no conocía esta iglesia. Una iglesia románica tan bien<br />
conservada en ese pueblo… –comenta Roberto, a quien no le gustan<br />
las discusiones entre Elsa y Virginia sobre temas tan aburridos<br />
como el tiempo.<br />
–Pues sí, tienes razón, a mí me ha sorprendido también. No sé, hay<br />
una paz especial en esas iglesias, tan frescas, tan solitarias…<br />
–Sí, una paz como la de una tumba –comenta Virginia.<br />
–¿Qué pasa? ¿Ya echas de menos el estrés de Madrid? –pregunta<br />
Clara, un poco enfadada.<br />
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!<br />
Ü B U N G 1<br />
6<br />
–Parece que Virginia hoy tiene ganas de discutir, nada le parece<br />
bien –comenta Elsa de mal humor.<br />
–Tengamos paz, amigos –dice Emilio–, lo que tenemos que hacer<br />
es andar un poco más deprisa para llegar a Pontecesures, descansar<br />
bien y, mañana, ¡a Santiago!<br />
–Oye, Emilio, yo también quiero llegar mañana a Santiago, pero ya<br />
vamos bastante rápido, yo no puedo ir más deprisa –protesta Elsa.<br />
–¡A ver, la gallega, pensaba que estabas en mejor forma! –exclama<br />
Gregorio, en tono de broma.<br />
Roberto, que ha estado callado un rato, de repente dice:<br />
–Oídme, ¡tengo una idea! He escuchado de otros peregrinos que<br />
cerca de aquí hay una ermita, la Ermita das Ánimas. Es una pequeña<br />
ermita románica que está algo apartada del camino. Es poco<br />
conocida pero me han dicho que vale la pena visitarla. La ermita<br />
está abandonada, pero tiene unas pinturas románicas muy interesantes.<br />
¿Os parece bien ir a verla y luego seguimos el camino? No<br />
importa si llegamos tarde a Pontecesures, allá no tendremos problemas<br />
para pasar la noche.<br />
Sus compañeros se quedan al principio un poco sorprendidos por<br />
la idea y no saben qué decir. En algunas horas comenzará a atardecer<br />
y aún les quedan veinte kilómetros hasta Pontecesures, por lo<br />
que podría hacerse de noche antes de llegar.<br />
Übung 1: Bilden Sie den Plural der folgenden Wörter! Achten Sie<br />
auf die Akzentsetzung.<br />
1. el mejor _____________ 2. el final _____________<br />
3. la idea _____________ 4. el atardecer _____________<br />
5. el kilómetro _____________ 6. el humor _____________<br />
7. la joven _____________ 8. la paz _____________<br />
9. el tiempo _____________ 10. el día _____________<br />
–Oye, Roberto, no sé si es una buena idea lo que propones –dice<br />
Emilio–. Se nos va a hacer muy tarde, incluso quizás de noche…<br />
–¿Y qué pasa? ¿Te da miedo andar de noche? –pregunta Roberto<br />
con malicia.<br />
Emilio pone cara de ofendido y no contesta.<br />
–Emilio tiene razón, además yo estoy bastante cansada –dice<br />
Elsa–. Ya habrá otra ocasión para ver esa ermita.<br />
–¡Pues no sé cuándo! –responde Roberto–. Mañana llegaremos a<br />
Santiago, nos quedaremos dos días por las fiestas y luego nos volveremos<br />
todos, a Madrid o a donde sea… Es ahora o nunca.<br />
–Oye, Roberto, ¿qué hay en esa ermita exactamente? –pregunta<br />
Gregorio con interés.<br />
–Pues exactamente no lo sé. Son pinturas románicas, como dicen<br />
bien conservadas, pero que no son conocidas porque la ermita está<br />
dentro de una finca privada.<br />
–¡Pues entonces no hay nada que hacer! –interviene Emilio–. Si es<br />
una finca privada no podemos entrar sin permiso. Incluso puede<br />
haber perros guardianes.<br />
–Sí, que te van a morder, Emilio –dice Roberto.<br />
–Y que te van romper los pantalones vaqueros de marca…<br />
–comenta Gregorio, a quien no le cae bien Emilio.<br />
–¿Pero qué os pasa? –pregunta Virginia–. Emilio tiene razón. ¿Para<br />
qué nos vamos a meter en problemas? Además, Roberto, ¿por qué<br />
no nos hablaste antes de esa ermita?<br />
–Es que… –comienza Roberto, sin saber muy bien qué decir–. ¡Me<br />
gustan las sorpresas!<br />
–Hay sorpresas y sorpresas –dice Elisa–. Por una vez estoy de<br />
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!<br />
Ü B U N G 2<br />
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acuerdo con Virginia. Eso sería una locura. Pueden soltarnos los<br />
perros o incluso pueden pegarnos un tiro si piensan que somos<br />
ladrones y nos encontramos con algún loco.<br />
–¡Una locura, una locura! ¡Menudos aventureros estáis hechos!<br />
Me extraña que no hayáis hecho el Camino de Santiago en coche o<br />
con guía turístico… –comenta Roberto, de mal humor.<br />
–Yo creo que no perdemos nada por acercarnos con cuidado –dice<br />
Clara–. Está claro que somos turistas y no ladrones y, si se nos hace<br />
de noche, no hay problema, todos tenemos linternas. Si vemos<br />
que hay perros o alguien nos dice algo, nos volvemos y ya está. Y<br />
si no, pues vemos esa ermita, a ver si es tan interesante como dice<br />
Roberto.<br />
–Creo que Clara tiene razón –apoya Gregorio–. No perdemos nada<br />
por acercarnos.<br />
Übung 2: Ergänzen Sie die folgenden Sätze mit der richtigen Form<br />
von ser, estar oder haber!<br />
1. Roberto ________ de mal humor.<br />
2. Elsa ________ muy cansada.<br />
3. Cerca del sendero ________ una ermita abandonada.<br />
4. Emilio cree que puede ________ perros en la finca.<br />
5. ¿Qué hora ________? ________ las siete y media.<br />
6. La ermita ________ en una finca privada.<br />
–Muy bien, entonces iremos Clara, Gregorio y yo –decide Roberto<br />
con una sonrisa de triunfo.<br />
–Está bien… –comienza a decir Emilio.<br />
–¡No, no! –le interrumpe Elsa–. Aquí hacemos todas las cosas en<br />
grupo. Nosotros vamos también. A ver si nos vais a tomar por<br />
cobardes.<br />
–De acuerdo, perfecto –dice Gregorio–. A ver, Roberto, guíanos<br />
hacia esa ermita.<br />
–Muy bien. Creo que hay que seguir por este camino –dice Roberto,<br />
echándose a andar.<br />
Los amigos comienzan a andar por un sendero algo pedregoso,<br />
hasta llegar a una valla con un letrero que pone “Propiedad privada”.<br />
Roberto, sin dudarlo, salta la valla, y Clara y Gregorio lo<br />
siguen. Virginia, Elsa y Emilio, tras pensarlo un poco, hacen lo<br />
mismo.<br />
–¡Vaya por qué caminos nos llevas! Está todo lleno de barro…<br />
–protesta Elsa.<br />
–Y comienza a hacerse de noche –comenta Emilio.<br />
–Estamos cerca ya –dice Roberto.<br />
En efecto, pocos minutos después ven una pequeña ermita gris, con<br />
las paredes ennegrecidas y el pórtico cubierto de hierbas.<br />
–Aquí es –afirma Roberto.<br />
–Desde luego, no sólo no es turístico, sino que me parece un poco<br />
siniestro –dice Elsa.<br />
–No sé si me apetece entrar –dice Virginia.<br />
–A mí, desde luego, no –afirma Emilio.<br />
–Pues yo, ya que hemos llegado aquí, creo que hay que entrar –dice<br />
Clara.<br />
Roberto, con precaución, se acerca a la puerta y la abre con cuidado.<br />
Entra, seguido de Gregorio y Clara. La ermita está muy oscura.<br />
Los tres encienden sus linternas.<br />
–Ey, qué bien se te ve a la luz de la linterna –comenta Roberto dirigiéndose<br />
a Clara, que le sonríe.<br />
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10<br />
Mientras, Gregorio dirige la linterna a las paredes.<br />
–¡Mirad! ¡Es impresionante! –exclama y señala a la cúpula,<br />
cubierta de pinturas románicas que representan el Nacimiento de<br />
Jesús.<br />
Clara saca su cámara y toma unas fotos con flash. De repente, escucha<br />
un ruido extraño.<br />
–¿Qué ha sido eso? –pregunta, un poco asustada.<br />
–¿El qué? –preguntan Gregorio y Roberto.<br />
–¿No habéis oído un ruido?<br />
–No, pero quizás es alguna rata –dice Gregorio–. En un sitio así no<br />
me sorprendería.<br />
Clara pasea con la linterna y se dirige hacia el fondo de la ermita.<br />
–¡Venid! –llama de repente–. Hay una escalera que baja hacia<br />
algún sótano.<br />
–Podría ser una cripta –dice Gregorio.<br />
–¿Bajamos? –pregunta Roberto.<br />
–No sé si es buena idea, sólo podemos encontrar esqueletos, no es<br />
algo muy interesante –dice Gregorio.<br />
–Quién sabe, quizás hay algún tesoro escondido –dice Clara.<br />
Y, tras decir esto, Clara comienza a bajar la escalera. Roberto la<br />
sigue.<br />
–Déjame a mí primero.<br />
–No, ¿por qué? ¿Te crees más valiente que yo? No necesito que me<br />
protejan.<br />
Clara agarra el tirador de la puerta e intenta abrirla, pero no puede.<br />
Gregorio y Roberto tiran de ella, sin resultado.<br />
–Vaya, no se puede abrir, es imposible –dice Gregorio, desalentado.<br />
Roberto y Gregorio vuelven a subir la escalera. Clara se queda pensativa.<br />
De repente, tira de la puerta y ésta se abre.<br />
–Venid, entrad –dice Clara al tiempo que entra.<br />
En ese momento la puerta se cierra y Clara desaparece de la vista<br />
de Gregorio y Roberto.<br />
–¡Clara! –grita Roberto, que se lanza a la puerta, intentando abrirla–<br />
¡No se puede abrir!<br />
–Tenemos que buscar ayuda –dice Gregorio.<br />
Gregorio y Roberto salen corriendo de la ermita. Emilio, Virginia<br />
y Elsa esperan, algo aburridos.<br />
–¿Qué pasa? ¿Y dónde está Clara?<br />
–Quedó encerrada en una cripta, hay que pedir ayuda.<br />
–¡En una cripta! ¡Pobre, qué miedo! –exclama Emilio.<br />
–Ya decía yo que no era buena idea… –comenta Virginia.<br />
Übung 3: Lesen Sie weiter und unterstreichen Sie die richtige<br />
Variante!<br />
–Bueno, ahora no hay (1.) a/que discutir, sino buscar ayuda. Y<br />
mejor si nos damos prisa, ya es (2.) casi/aún de noche.<br />
En ese momento, oyen el galope (3.) de/donde unos caballos. A lo<br />
lejos ven unos jinetes (4.) sin/con la cabeza cubierta y con antorchas<br />
(5.) en/sobre las manos.<br />
–¿Qué es eso? –pregunta Roberto.<br />
–¡Vámonos (6.) para/de aquí! –grita Emilio, y echa a correr, seguido<br />
(7.) por/para Virginia y Elsa.<br />
–No podemos dejar a Clara allí –dice Roberto.<br />
–Creo que esos jinetes no traen buenas intenciones –dice Gregorio,<br />
un poco asustado.<br />
En ese momento, uno de los jinetes dispara con una ballesta una<br />
flecha que se clava en un pino a unos metros de Roberto. Él y<br />
Gregorio echan a correr.<br />
!<br />
Ü B U N G 3<br />
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12<br />
Capítulo 2: La Santa Compaña<br />
Afortunadamente para los estudiantes, los jinetes no los persiguieron,<br />
solamente querían asustarlos.<br />
–¿Qué hacemos ahora?<br />
–¡Tenemos que pedir ayuda! –grita Virginia–. ¡Qué miedo! ¿Quiénes<br />
serían esos jinetes?<br />
–Yo voy a volver ahora mismo –dice Roberto–. No podemos dejar<br />
allí sola a Clara.<br />
–No tiene sentido irse solo para allá, Roberto –dice Gregorio–.<br />
Vamos a buscar a la policía. Tiene que haber un pueblo por aquí<br />
cerca.<br />
–Podríamos llamar por teléfono –dice Virginia–. Esperad un<br />
momento. Vaya… No me queda batería… ¿Quién más tiene móvil?<br />
–Yo no lo tengo –dice Gregorio.<br />
–Yo tampoco –dice Roberto–. Habíamos dicho que, si queríamos<br />
vivir como en la Edad Media, no era lógico traer los móviles.<br />
–Sí, eso habíamos dicho –dice Elsa–. Ni móviles, ni ordenadores,<br />
ni nada que no pudieran llevar unos peregrinos antiguos. A mí no<br />
me pareció del todo bien, pero lo acepté.<br />
–Claro, es que llevar móvil sería como hacer el camino en coche,<br />
¿verdad? –pregunta Virginia con ironía.<br />
–Yo pensé que esto nos iba a traer problemas, por eso yo también<br />
he traído mi móvil –dice Emilio, sacando su móvil con una sonrisa<br />
de triunfo–. Voy a llamar ahora mismo a la policía.<br />
–¡Emilio sí que es un chico inteligente, y no vosotros con vuestras<br />
fantasías medievales! –dice Virginia, dirigiéndose a Gregorio y<br />
Roberto.<br />
–Está bien, espero que sea útil –dice Gregorio.<br />
–No sé yo, de todos modos estábamos en un terreno privado. Espero<br />
que no haya problemas por eso –dice Elsa con desconfianza.<br />
–Bueno, una cosa es visitar una finca privada y otra que nos disparen<br />
con una ballesta –dice Virginia–. A ver, Emilio, ¿llamaste ya?<br />
–Sí, pero no sé qué pasa –dice Emilio, poniéndose nervioso–. Parece<br />
que no hay cobertura.<br />
–No me extraña, estamos en pleno monte y en una zona sin ningún<br />
pueblo cerca –dice Gregorio.<br />
–Ay, no digas eso… –protesta Emilio.<br />
–Es la verdad –confirma Gregorio.<br />
–El pueblo más cercano es Cordeiro –dice Elsa–. Si andamos a<br />
buen paso podemos estar allí en una hora.<br />
Los estudiantes se ponen en camino. Van en silencio, preocupados<br />
por lo que ha pasado con Clara.<br />
Übung 4: Ordnen Sie die Wörter zu sinnvollen Sätzen!<br />
1. persiguieron estudiantes a jinetes los no los<br />
_____________________________________________________<br />
2. una está finca ermita en la privada<br />
_____________________________________________________<br />
3. estaba Virginia acuerdo de no<br />
_____________________________________________________<br />
4. quedó Clara en cripta encerrada se la<br />
_____________________________________________________<br />
Al cabo de un rato de dura caminata, los estudiantes llegan a Cordeiro.<br />
Más que un pueblo, es una aldea formada por dos calles de<br />
casas de pizarra. Los estudiantes están algo sorprendidos.<br />
!<br />
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!<br />
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–¿Estáis seguros que aquí vive alguien? –pregunta Virginia con<br />
escepticismo.<br />
–Parece un pueblo abandonado… –comenta Emilio.<br />
–Sí, mirad, allí hay una mujer –señala Gregorio hacia una anciana,<br />
mientras se dirige hacia ella.<br />
–Disculpe, señora –comienza Gregorio–. Necesitamos ayuda.<br />
–Sí, ¿qué le ocurre, joven? –pregunta la anciana, acercándose para<br />
oír mejor.<br />
–Una compañera nuestra ha desaparecido. Hay que llamar a la<br />
policía urgentemente.<br />
–¡Qué desgracia! –exclama la anciana asustada–. ¿Y cómo ha<br />
ocurrido?<br />
Gregorio duda antes de contestar, pues sabe que ellos estaban en un<br />
terreno prohibido cuando ocurrió esto. Entonces interviene Roberto:<br />
–Fuimos a la Ermita das Ánimas…<br />
–¡La Ermita das Ánimas! –exclama la anciana–. ¡Por Cristo bendito!<br />
¿Por qué fuisteis allí?<br />
Übung 5: Lesen Sie weiter und setzen Sie die Wörter in Klammern<br />
in die passenden Lücken ein!<br />
(finca, amiga, anciana, antorchas, puerta, pinturas, jinetes)<br />
–Queríamos ver las (1.) __________ románicas de la ermita…<br />
–¡Pero está en una (2.) __________ privada! Además…<br />
–Además, ¿qué? –pregunta Roberto preocupado.<br />
–Nada, nada. Pero ¿qué le pasó a vuestra (3.) __________?<br />
–Había una (4.) _____________ en la ermita, ella entró y quedó<br />
encerrada. Luego salimos y, cuando íbamos a pedir ayuda, de<br />
repente vinieron unos (5.) __________ con (6.) __________…<br />
–¡Dios mío! ¡La Santa Compaña! –grita la (7.) __________ ate-<br />
rrorizada, a la vez que se santigua rápidamente.<br />
–¿Cómo? –preguntan Gregorio y Roberto sorprendidos.<br />
–La Santa Compaña son las almas en pena que vagan con sus<br />
sudarios y que van encapuchadas. ¡Ay, qué horror! Eso pasa por<br />
entrar en esa ermita maldita… ¡Qué desgracia la de vuestra amiga!<br />
Seguro que era una chica muy joven también…<br />
–Tranquilícese, señora –dice Roberto–. ¿Qué está diciendo? ¿Por<br />
qué dice eso? ¿Y por qué está maldita la ermita?<br />
–Vuestra amiga seguro que ya está con la Santa Compaña. La<br />
ermita está maldita por el ermitaño que vivía en ella, estaba enamorado<br />
de una joven campesina, pero alguien lo denunció ante el<br />
obispo. El pobre ermitaño enloqueció y mató a su amada. Después,<br />
él fundó la Santa Compaña…<br />
–Esta vieja está loca, creo yo –susurra Virginia a Elsa–. No sé por<br />
qué la escuchamos en vez de seguir buscando a la policía.<br />
–Yo en tu lugar tendría más respeto por esa mujer. No podemos<br />
saberlo todo, hay cosas que no se pueden explicar… –dice Elsa.<br />
–Vaya, parece que es verdad que los gallegos son supersticiosos.<br />
Eso de que no creen en las brujas, “pero de haberlas, las hay”<br />
–comenta Virginia.<br />
–Puedes reírte, si quieres, pero, ¿cómo explicas tú la desaparición<br />
de Clara y a esos jinetes encapuchados? –pregunta Elsa.<br />
Virginia se queda en silencio. Mientras, Gregorio y Roberto siguen<br />
discutiendo con la mujer.<br />
Emilio, de repente, habla con una autoridad poco habitual en él:<br />
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–Creo que debemos dejarnos de tonterías y avisar a la policía.<br />
–Emilio tiene razón –dice Virginia–. A ver, señora, ¿dónde podemos<br />
hablar con la policía?<br />
–La policía no puede hacer nada contra ciertas cosas…<br />
–Vamos a ver… Ah, ahora parece que mi móvil sí tiene cobertura<br />
–dice Emilio–. Sí, hola, buenas tardes. Es algo urgente. Somos un<br />
grupo de peregrinos. Una amiga ha desaparecido en la Ermita…<br />
¿Cómo se llamaba? –pregunta Emilio a Elsa–. Ah, sí, la Ermita das<br />
Ánimas. Muy bien, muchas gracias.<br />
Cuando termina de hablar, Emilio sonríe:<br />
–Dice que estarán aquí en veinte minutos, nos llevarán a Santiago<br />
y comenzarán inmediatamente a buscar a Clara.<br />
Poco después, llega una furgoneta de la policía municipal. Un<br />
agente, con cara de mal humor, les pregunta qué ocurre. Elsa se lo<br />
explica todo. El policía, entonces, decide:<br />
–De acuerdo, nosotros nos hacemos cargo del asunto. ¿Dónde<br />
estáis alojados?<br />
–En ningún sitio. Estábamos haciendo el Camino de Santiago<br />
–explica Elsa.<br />
–De acuerdo. Creo que entonces lo vais a terminar en coche. Os<br />
llevaremos a un albergue en Santiago. Posiblemente tendremos que<br />
llamaros a declarar.<br />
A la mañana siguiente, y después de pasar la noche en un albergue,<br />
los amigos se reúnen. Todos están abatidos. La policía aún no ha<br />
logrado encontrar a Clara. Entonces, Elsa tiene una idea.<br />
–Tengo una idea sobre alguien que quizás puede ayudarnos.<br />
–¿Quién? ¿Algún hada buena? –pregunta Virginia burlona.<br />
–No, un profesor.<br />
–¿Un profesor? –preguntan Virginia y Emilio sorprendidos.<br />
–Sí, se llama Miguel Ángel Lemus y es un gran especialista en Historia<br />
del Arte. Quizás puede explicarnos algo de esa ermita.<br />
–Ah, sí, el profesor Lemus, he leído cosas de él –dice Gregorio.<br />
–No sé cómo podría ayudarnos él a encontrar a Clara –dice Roberto,<br />
hablando entre dientes.<br />
–Roberto, no perdemos nada por ir allí… –intenta convencerlo<br />
Gregorio.<br />
–Está bien –dice Roberto–. Pero yo habría preferido quedarme<br />
junto a la ermita hasta que encontrasen a Clara. Nunca me perdonaré<br />
haberme ido como un cobarde.<br />
–¿Estás diciendo que somos todos unos cobardes? –pregunta Virginia,<br />
pero Roberto no contesta.<br />
Los cinco amigos caminan hacia la Universidad de Santiago, una<br />
de las más prestigiosas y antiguas de España, pues fue fundada en<br />
1495. Elsa le pide el móvil a Emilio para llamar al profesor.<br />
–Hola, Miguel Ángel, ¿qué tal? ¿Estás en tu despacho? ¿No? ¿Y<br />
dónde? Ah, sí, la Rectoría, ¿qué haces allí?<br />
Después de terminar la llamada, Elsa explica a sus amigos:<br />
–Está en la Rectoría de la Universidad, en la Plaza del Obradoiro…<br />
–¿Allí? Vaya, yo pensaba llegar allí después de recorrer el camino<br />
a pie… –dice Roberto decepcionado.<br />
–Podemos hacer un trato. No entrar en la catedral hasta después de<br />
encontrar a Clara y de andar el tramo del camino que nos falta<br />
–propone Elsa.<br />
–De acuerdo –aceptan todos.<br />
En la Plaza do Obradoiro los amigos contemplan sorprendidos la<br />
Catedral de Santiago de Compostela. En la Plaza del Obradoiro se<br />
halla el kilómetro cero de los diferentes caminos a Santiago. Al<br />
oeste está el Palacio de Rajoy, edificio de estilo neoclásico, construido<br />
en el siglo XVIII y que, actualmente, es la sede de la Xunta,<br />
el gobierno regional de Galicia.<br />
Frente a éste puede verse el Colegio de San Jerónimo, también llamado<br />
Colegio de Artistas, y que originalmente era un colegio<br />
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mayor destinado a los estudiantes sin recursos. Actualmente alberga<br />
el Rectorado de la Universidad de Santiago.<br />
Übung 6: Bilden Sie die Partizipien nach dem Muster!<br />
1. sorprender – sorprendido<br />
2. construir – __________________<br />
3. llamar – __________________<br />
4. terminar – __________________<br />
5. contemplar – __________________<br />
6. decepcionar – __________________<br />
Los estudiantes llegan al despacho del profesor Miguel Ángel<br />
Lemus. Es un hombre de unos cuarenta años, calvo y con gafas,<br />
vestido elegantemente y que recibe a Elsa con una alegre sonrisa.<br />
Ambos se conocen bien y se tutean.<br />
–¡Qué sorpresa, Elsa! No esperaba verte. Desde que te fuiste a terminar<br />
tus estudios a Madrid no hemos sabido nada de ti.<br />
–Sí, es que en Madrid se pasa el tiempo volando, no hay tiempo ni<br />
para escribir a los amigos.<br />
–Bueno, ¿y qué te ha traído por aquí?<br />
Elsa le cuenta con detalle lo del Camino de Santiago y la extraña<br />
desaparición de Clara.<br />
–Mmm… La Ermita das Ánimas…<br />
–¿Habías oído hablar de ella? –pregunta Roberto.<br />
–¡Claro que sí! ¿Por quién me tomas?<br />
–Lo siento, perdona. ¿Cómo no iba a conocer esa ermita el mayor<br />
especialista de arte románico de España?<br />
Ahora Miguel Ángel se ríe, halagado.<br />
–No exageres, no soy el mayor especialista de España, ni siquiera<br />
de Galicia, pero esa ermita sí es conocida por los amantes del arte<br />
medieval. Tiene unas pinturas románicas magníficas. Lamentablemente,<br />
está dentro de una finca privada, y su dueño pone todos los<br />
obstáculos posibles para evitar la entrada en ella.<br />
–¿Obstáculos como jinetes encapuchados y que disparan flechas?<br />
–¿Cómo dices? ¿Estás de broma?<br />
Elsa parece querer decir algo, pero no se atreve:<br />
–¿Qué piensas de la leyenda de la Santa Compaña?<br />
Miguel Ángel ríe:<br />
–Esa leyenda…, cuentos de viejas. Aunque el refrán dice “no creo<br />
en las brujas, pero de haberlas, las hay”, yo no creo en esas cosas.<br />
–¿Cree que la policía encontrará a Clara? –pregunta Roberto.<br />
–No estoy tan seguro. Pero, ¡se me ocurre una idea! No sé cómo no<br />
lo pensé antes. Tengo un amigo que quizás puede ayudaros. Se<br />
llama Raimundo Vaqueira, un detective retirado que vive en el pueblo<br />
de Tuy. Él conoce a todo el mundo en esa comarca, mucho<br />
mejor que ningún otro policía.<br />
–Eso parece interesante –dice Elsa–. ¿Puedes darme su dirección<br />
en Tuy?<br />
Miguel Ángel escribe la dirección en un papel. Luego parece recordar<br />
algo y busca entre unos libros:<br />
–¡Ah! Quería darte esto, iba a enviártelo a Madrid, pero no sabía tu<br />
dirección –le dice, a la vez que le da un libro.<br />
–‘Guía mágica de Galicia’ –lee Elsa sobre la cubierta del libro.<br />
–Para que no te olvides de tu tierra –dice el profesor.<br />
–¡No me olvido! –exclama Elsa–. Mi amiga Virginia puede confirmártelo.<br />
A la salida de la Rectoría, los amigos están algo más optimistas.<br />
–Te debo una disculpa, Elsa –dice Roberto–. No sé si ese detective<br />
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nos ayudará en algo, pero será mejor que estar sin hacer nada.<br />
–No tienes que disculparte por tu reacción, Roberto. Es normal,<br />
estamos todos muy preocupados por Clara.<br />
Capítulo 3:<br />
Un detective pescador y un millonario jugador<br />
Tras un viaje de una hora y media en autobús, los estudiantes llegan<br />
a Tuy, bella población en la frontera con Portugal. Tuy es una<br />
de las ciudades más antiguas de Galicia, anterior a la conquista<br />
romana. Está situada en la comarca de las Rías Baixas, famosa en<br />
toda España por sus mariscos.<br />
Los amigos bajan en la estación junto a la Plaza Nueva del Mercado.<br />
–Según Miguel Ángel, Raimundo vive en la Rúa dos Peixes, que<br />
está en el centro de Tuy –dice Elsa.<br />
–Qué bien. Así, de paso vemos algunos monumentos –comenta<br />
Gregorio, que nunca olvida su amor por la Historia.<br />
–Oiga, señora, ¿la Rúa dos Peixes? –pregunta Virginia a una anciana,<br />
que se queda extrañada, y luego le indica:<br />
–Ah, sí, todo recto, calle arriba –dice señalando con la mano.<br />
–Vaya, parece que esa mujer se sorprendió por tu pregunta<br />
–comenta Virginia.<br />
–Es que por aquí la gente habla más en gallego que en castellano<br />
–explica Elsa–. Aunque de todos modos Tuy es una pequeña ciudad.<br />
Hay pueblos donde prácticamente sólo se habla gallego.<br />
–Bueno, vamos calle arriba. Parece que esa calle está en lo alto de<br />
una colina –dice Roberto–. Hay que seguir caminando.<br />
En efecto, la parte más antigua de Tuy está sobre una pequeña colina.<br />
Los estudiantes llegan junto a la catedral de Santa María de<br />
Tuy, una imponente construcción de estilo románico, con torres<br />
almenadas y pasadizos.<br />
–Vaya, parece más un castillo que una iglesia –comenta Virginia.<br />
–Es que antiguamente la catedral servía también como fortaleza.<br />
No olvidéis que estamos en la frontera. Desde esa torre que se<br />
llama Torreón de los Soutomaior, puede verse todo el valle del<br />
Miño y Portugal.<br />
–Parece que Tuy antes era una ciudad más importante que ahora.<br />
–Sí, era una de las siete capitales del Reino de Galicia y tenía un<br />
importante puerto. Pero desde el siglo XIX mucha gente humilde<br />
tuvo que emigrar a América, como en toda Galicia.<br />
–¿Y por aquí vive Vaqueira? –pregunta Virginia, algo impaciente.<br />
–Sí, es por aquí cerca –dice Roberto, que tiene un mapa.<br />
Por fin llegan a la Rúa dos Peixes, número diecisiete y llaman a la<br />
puerta. Nadie contesta. Una mujer que está limpiando el suelo<br />
delante de la puerta de su casa, les pregunta:<br />
Übung 7: Lesen Sie weiter und setzen Sie das passende Fragewort<br />
ein!<br />
(dónde, quién, qué, cómo)<br />
–¿A (1.) __________ buscáis? –pregunta la mujer, tuteando a los<br />
chicos.<br />
–¿Vive aquí Raimundo Vaqueira? –pregunta Gregorio.<br />
–Sí, pero no está.<br />
–¿Y (2.) __________ podemos encontrarlo? –pregunta Virginia.<br />
–¿Y (3.) __________ quieres que lo sepa?<br />
Virginia se ríe en voz baja y comenta a Gregorio:<br />
!<br />
Ü B U N G 7<br />
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