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LOS CUARTETOS DE CUERDA DE BEETHOVEN - Lvbeethoven.It

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28818<br />

CECILIO BE MOBA<br />

<strong>LOS</strong> <strong>CUARTETOS</strong> <strong>DE</strong> <strong>CUERDA</strong><br />

<strong>DE</strong> <strong>BEETHOVEN</strong><br />

NOTAS PARA SU AUDICIÓN<br />

EN LA<br />

SOCIEDAD FILARMÓNICA MADRILEÑA<br />

MADRID<br />

A. Al. Crespo, Fuencarral, 17<br />

1909


ADVERTENCIA<br />

Único objeto de este libro es satisfacer el deseo manifestado<br />

por algunos socios de la SOCIEDAD FII.AHMÓNICA MADKIMÑA de<br />

tener coleccionadas las notas que lian figurado en los programas<br />

de la serie de Cuartetos de cuerda de Beetboven, (ejecutados en<br />

nuestra Sociedad por el Cuarteto Checo los dias 26 y '27 de Febrero,<br />

1,8, 10 y 12 de Marzo del presente año) en forma análoga<br />

á la colección que se hizo en 1907 de las notas que figuraron en<br />

los programas de la serie de Sonatas de piano del mismo compositor,<br />

ejecutadas por M. Edouard Bisler.<br />

No tiene, pues, este trabajo, ni la pretensión de ser un análisis<br />

técnico, ni la de constituir un estudio acabado y completo de<br />

las obras que en él se reseñan. Más que á maestros y profesores,<br />

va dirigido á los aficionados que quieran orientarse en la forma,<br />

conocer los antecedentes de las obras, los juicios que han merecido,<br />

el espíritu que las anima, la evolución gigantesca que se<br />

opera en el espíritu de Beethoven á través de esta serie, sin rival<br />

en la historia de la rnúsica. Los análisis (más bien descripciones)<br />

están hechos exclusivamente para que sirvan de punto de apoyo<br />

en la audición, para que el oyente, teniendo á la vista un croquis<br />

del plano de la obra, pueda seguirla en su traza, y estar siempre<br />

orientado en ella.<br />

La escasísima literatura sobre los cuartetos de cuerda de<br />

Beethoven, da forzosamente á este trabajo un carácter más personal,<br />

tanto en la parte crítica como en la de análisis y en la de<br />

busca de antecedentes y datos relativos á cada uno de los cuartetos.<br />

El orden en que fueron ejecutados por el Cuarteto Checo de


VI<br />

Praga, compuesto por los señores Cari Iíoffman, Josef Suk,<br />

Georg Herold y Profesor Hans Wihan, fué el siguiente:<br />

2(> de Febrero: Cuartetos I. VII y XII.<br />

27 de Febrero: Cuartetos: II, VIII y XIII.<br />

1 de Marzo: Cuartetos III, IX y XIV.<br />

8 de Marzo: Cuartetos IV, X y XV.<br />

10 de Marzo: Cuartetos V, XI y XVI.<br />

12 de Marzo: Cuartetos VI, XVII. y IX.<br />

Inútiles fueron las gestiones practicadas para encontrar un<br />

ejemplar de alguno de los arreglos hechos por Beethoven para<br />

cuarteto, y completar con él el último programa. En vista de<br />

ello, se repitió el Cuarteto mim. IX, uno de los que maj'or entusiasmo<br />

habían despertado por su interpretación vibrante y<br />

arrebatadora.<br />

C. R.


Núm. TONALIDAD OBRA<br />

Catálogo de los Cuartetos de cuerda<br />

Año de la<br />

composición<br />

Año de la<br />

publicación<br />

<strong>DE</strong>DICATORIA OBSERVACIONES<br />

1 f'a mayor.. . 18, n.° 1 1799<br />

•¿<br />

3<br />

sol mayor.. 18, n.° 2<br />

re mayor... 18, n.° 3<br />

1799<br />

1799<br />

| Llamado «Cuarteto de las reverencias»'<br />

Fué el primero que Beethoven compuso<br />

4 do menor... . 18, n." 4 1800 ' 1801 Príncipe de Lobkowitz<br />

5 la mayor.. . 18, .n." 5 1800<br />

(i si bemol... 18, n." 6, 1800 /<br />

7 ta mayor.. . 59, n. 1 1806- )<br />

8 mi menor. 59, n.° 2 1807 180H Conde de liasumoffsky<br />

9<br />

10<br />

do mayor.. 59, n." 3<br />

mi bemol .. 74<br />

1807<br />

1809<br />

,<br />

1810<br />

Llamado «Cuarteto del héroe».<br />

Príncipe de'LobkowitzíLlamado «Cuarteto de las arpas».<br />

11 f'a menor... 95 1810 1816 Nicolás Zmeskall.....<br />

12 mi bemol.. 127 1824 1826 Príncipe N. Galitzin..<br />

13 si bemol. .. "' 130. 1825 1827 Id. id El último tiempo escrito en Novbre. de<br />

1826: fué lo último que B. escribió.]<br />

14 do sostenido<br />

131 1826 1827 Barón de Stutterheim.<br />

IB la menor... 132 1825 1827 Príncipe N. Galitzin..<br />

16 si bemol ... 133 1825 Archiduque Rodolfo... Gran fuga: primitivamente fué el final<br />

del cuarteto en si bemol (obra 130).<br />

17 fa mayor. .. 135 1826 1827


Ludwig van Beethoven<br />

Bonn 16 Diciembre 1770 — f Viena 26 Marzo 1827.<br />

Los cuartetos de cuerda<br />

Si en las sonatas de piano de Beethoven puede seguirse paso<br />

á paso toda la evolución de su genio, desde las obras primeras,<br />

escritas antes de estudiar con Haydn, hasta las célebres cinco<br />

últimas; si estas sonatas van marcando en sus dedicatorias y en<br />

su contenido, las amistades de Beethoven, sus amores, las facetas<br />

de su inspiración; los cuartetos, en cambio, constituyen el<br />

punto culminante de sus tres orientaciones artísticas, son por<br />

decirlo asi, como el compendio y resumen de los tres periodos<br />

de su vida, lo definitivo en cada uno de ellos.<br />

La primera vez que Beethoven se muestra descontento de sí<br />

mismo es hacia el año 1802, cuando el violinista Krumpholz refiere<br />

á Czerny haber oido de labios del maestro: «Estoy muy<br />

poco satisfecho de mí mismo: desde ahora voy á emprender<br />

un nuevo camino». Y antes de que se inicie esa tendencia nueva,<br />

dos años antes de pronunciar esas palabras, escribe los seis cuartetos,<br />

que le dejan tan satisfecho de sí mismo, que según escribe<br />

á uno de sus amigos, está convencido de que sólo cuartetos sabe<br />

hacer.<br />

El cambio de orientación se inicia en sus sonatas de piano:<br />

Cada vez va definiéndose más vigorosamente, produciendo la<br />

Aurora, la Appasionata, la sinfonía heroica, la quinta, la. pastoral,<br />

y cuando ha llegado al punto máximo de su fuerza, cuando<br />

está en el apogeo de su vigor, en dos años, de 1808 á 1810, escribe<br />

los cinco cuartetos que forman la segunda serie de esta colección,<br />

los tres dedicados al Conde de Rasumoffsky, y las obras 74<br />

y 95.<br />

De 1811 á 1815 se produce otra crisis en su vida; cesa de<br />

producir, poco satisfecho de nuevo de su arte pasado. La orientación<br />

nueva va dibujándose, ó intensificándose en las cinco sonatas<br />

últimas, en la misa en re, en las sinfonías séptima, octava y<br />

novena, en las grandes oberturas, y cuando envía á Schott la<br />

carta famosa, en la que no quiere morir, sin antes haber escrito<br />

las inspiraciones que el Espíritu le dicta, cuando, sobre su firma,<br />

asegura «me parece que hasta ahora sólo he escrito algunas notas»<br />

, es cuando emprende la composición de los seis cuartetos


2<br />

finales, última emanación de su alma, últimas notas que confió<br />

al papel.<br />

Los cuartetos representan en la vida de Beethoven las cumbres<br />

de sus tres artes, lo más perfecto é intenso de cada una de<br />

ellas. Pero á esta perfección se agrega un nuevo interés: el de la<br />

diversidad. Es característico de este compositor el infundir á<br />

cada obra un alma distinta, el llevar á cada una un ambiente<br />

propio. Un cuarteto, una sonata ó una sinfonía creados en un momento<br />

de inspiración, muestran un estado de alma del genio:<br />

cinco ó seis cuartetos en cada uno de los momentos culminantes,<br />

enseñan su alma entera, con todas sus facetas, con todos sus color-es.<br />

De aquí la excepcional importancia que para el conocimiento<br />

del arte beethoveniano tiene esta serie de cuartetos.<br />

Las composiciones originales son diez y seis, diez y siete con<br />

la gran fuga; pero á este número pueden agregarse aún dos más.<br />

Beethoven, siguiendo una costumbre muy general en su época,<br />

arregló muchas de sus obras para instrumentos distintos de los<br />

empleados originariamente. Más bien que de arreglos, pueden<br />

calificarse estas transformaciones de versiones nuevas. Así el<br />

trío de piano obra 1, número 3, es luego el quinteto de cuerda,<br />

obra 104; el quinteto de cuerda, obra 4, es luego el trío para piano<br />

y cuerda, obra 63, y más tarde el octeto para instrumentos de<br />

viento, obra 103; la gran fuga para cuarteto, obra 138, lleva el<br />

número 134 arreglada para piano á cuatro manos.<br />

Para cuarteto hizo Beethoven dos adaptaciones. Fué la primera<br />

la de la sonata de piano en mi mayor (obra 14, número 1),<br />

cambiada su tonalidad por la de fa, y publicada en Mayo de 1802,<br />

sin número de obra, con el título de: Quatuor pour deux Violons,<br />

alto et Violoncelle, d'aprés une. Sonata compasee etdediée á Madame<br />

la Baronne de Braun par IJOUÍS van. Beethoven, arrangé par<br />

lid meme. A Vienne, au Burean d'Arts et d'Industrie. El gran<br />

quinteto en mi bemol, obra 1(>, para piano, oboe, clarinete, trompa<br />

y fagot, fué editado luego en otras dos formas más; como<br />

cuarteto para piano, violín, viola y violonchelo, con el mismo<br />

número de obra 1G, y como cuarteto para instrumentos de arco,<br />

publicado en 1810, como obra 75, por la casa Artaria de Viena.<br />

Si hoy no figura con este número en el catálogo de las obras de<br />

Beethoven, se debe á que con ese mismo número 75 fueron editados<br />

también seis Heder, dedicados á la princesa de Kinsky.<br />

Las.características de cada grupo de obras ó de cada cuarteto<br />

en particular, figuran en el lugar oportuno. Como curiosidad sólo<br />

merece citarse aquí la de que Beethoven no emplea nunca la sordina<br />

en sus cuartetos.<br />

La mayor parte de ellos fueron dados á conocer por el que<br />

llevó el nombre de «Cuarteto Beethoven», compuesto al principio<br />

por Schuppanzigh, Sina (violines primero y segundo), Weiss<br />

(viola) y Kraf't ó Linke (violonchelo). Cuando Sina y Weiss se<br />

marcharon de Viena, fueron sustituidos por Holz y .Kauffmann.<br />

Más que á la perfección exterior, atendía este cuarteto á poner<br />

de relieve el espíritu de las composiciones: su interpretación,<br />

preparada por Beethoven mismo, era la misma autenticidad.<br />

Más tarde se fundó en Viena una Asociación formada por profe-


sionales y aficionados para la ejecución de la música de cámara<br />

de Beethoven. Czerny dio gran impulso á esta Sociedad, en la<br />

que frecuentemente actuaban la baronesa Dorotea Ertmann (á<br />

quien está dedicada la sonata, obra 101), Czerny, Steiner, y el<br />

mismo Beethoven.<br />

La bibliografía de los cuartetos no es tan numerosa como la<br />

de las Sonatas de piano. Sólo existe la monografía de J-Ielm<br />

(Jieethoven's Streíchquartette, 188o) y los estudios á ellos dedicados<br />

en las grandes biografías de Marx, Lenz, Nohl, Thayer y<br />

otros.


Obra 18<br />

Six Quatuors pour deux Violons, Alto et Violoncelle<br />

composés et dediés A Son Altesse Monseigneur le<br />

Prince Regnant de Lobkowitz, &. &. par Louis van<br />

Beethoven. Oeuvre 18. le" Livraison.—2«ie Livralson<br />

á Vienne chez T. Molió et Comp.<br />

Cuenta Bies que en una ocasión preguntó áHaydn por qué no<br />

escribía algún quinteto para instrumentos de arco. La respuesta<br />

del maestro fué que siempre le habían bastado las cuatro voces<br />

del cuarteto y que de las dos veces que había intentado hacer un<br />

quinteto, una de ellas le salió un cuarteto, y otra vez una<br />

sonata.<br />

Forma contraste con esta anécdota, la que Wegeler refiere de<br />

Beethoven. En 1795, dice, el Conde Appony le encargó la composición<br />

de un cuarteto, mediante el pago de una cantidad. Por<br />

dos veces puso Beethoven mano á la obra: del primer ensayo salió<br />

el trío para instrumentos de arco, obra 3; del segundo, el<br />

quinteto, obra 4.<br />

Beethoven abandonó por de pronto su intento de hacer cuartetos,<br />

dedicándose á la composición de sonatas para piano á dos<br />

y á cuatro manos y para piano y violonchelo, á la de tríos y<br />

quintetos, obras todas que, con el primer Concierto para piano y<br />

orquesta fué publicando sucesivamente hasta el año 1799, en que<br />

de nuevo volvió la vista al cuarteto para instrumentos de arco.<br />

Los seis que forman esta obra fueron hechos sin interrupción<br />

en los años 1799 y 1800, al mismo tiempo que la sonata para<br />

piano en si bemol, obra 22, con la que algunos tratadistas cierran<br />

las producciones del primer estilo de Beethoven. Nottebohm<br />

ha encontrado diversos apuntes de eílos en los cuadernos de<br />

composición de los años 1798 y 1799, pero el trabajo no parece<br />

haberse formalizado, ni acometido seriamente hasta el último de<br />

ellos.<br />

Siguiendo la costumbre de Haydn y de Mozart, de incluir en<br />

un solo número de obra seis cuartetos, Beethoven publicó como<br />

obra 18 y con el título antes citado, los seis que acababa de componer.<br />

Vieron la luz en dos entregas, publicada la primera (cuartetos<br />

1, 2 y 3) en el verano de 1801, y la segunda, con los tres<br />

restantes, en Octubre del mismo año.<br />

Están dedicados al Príncipe de Lobkowitz, á quien después<br />

dedicó también el cuarteto en mi bemol (obra 74), las sinfonías<br />

tercera, quinta y sexta, el triple concierto, y el Liederkreis<br />

(obra 98). Este Príncipe, dos años más joven que Beethoven, fué


ien pronto uno de sus más íntimos amigos, y de sus más decidios<br />

protectores. Apasionado por la música, excelente instrumentista<br />

de violín, y violonchelo, dotado de una excelente voz de<br />

bajo, llegó á arruinarse completamente por los excesos con que<br />

se entregó á su pasión musical, sosteniendo á sus expensas durante<br />

muchos años una orquesta numerosa con cantores (solistas<br />

y coros), para la ejecución privada de sinfonías, oratorios y óperas,<br />

dirigiendo después el teatro de ópera de la Corte de Viena,<br />

con generosidad no igualada, y protegiendo dadivosamente á<br />

cuantos acudían á él.<br />

Si el primer intento para la composición de cuartetos dio el<br />

resultado indicado antes, en esta segunda prueba triunfó Beethoven<br />

completamente. Así lo reconocía él mismo al enviar á<br />

Amenda el número 1 de esta colección, y decirle: «ya sólo sé escribir<br />

cuartetos, como verás al recibirlo». Lenz los llama «la flor<br />

más fina del estilo de su primera manera»; Marx indica que son<br />

«cuartetos y nada más que cuartetos»; todos convienen en que<br />

Beethoven toma aquí como punto de partida el arte de Haydn y<br />

de Mozart, la diversión de salón, más bien superficial y agradable<br />

que íntima.<br />

El elemento exterior, el juego de sonidos es lo principal, casi<br />

lo único: la intención espiritual, el propósito psicológico ó no<br />

existe, ó está tan en evidencia que lo descubre el oyente, sin esfuerzo<br />

de ninguna clase. Para el Beethoven de estas obras, como<br />

para Haydn y para Mozart, el cuarteto es una forma en la que<br />

va á encerrarse media hora de solaz y de entretenimiento, con<br />

verbosidad ingeniosa, de risueño humorismo, ó de no muy profunda<br />

seriedad; haciendo un primer alegro para exhibir la ciencia;<br />

un andante con vistas á lo sentimental ó cuando menos á<br />

una seriedad definida; un minué basado en aires de danza, y un<br />

alegre final que regocije al oyente con su espíritu franca y fácil.<br />

Dentro de esta dirección, el arte de Beethoven en estos cuartetos<br />

es muy análogo al arte de Mozart y de Haydn: la forma es<br />

la misma, el modelo igual, idénticos los procedimientos. En el<br />

contenido, Beethoven recaba su personalidad propia: su humorismo<br />

es tan sujo, como es de Haydn el de Haydn: su gracia,<br />

aunque en ocasiones mire á la de Mozart, la mira desde un punto<br />

de vista propio; su sentimentalismo y sus dolores, son aún<br />

más característicos. Si al hablar de estas obras se habla en ellas<br />

del influjo de sus antecesores, no es para robarles personalidad,<br />

es simplemente por un efecto de visión; porque si Beethoven se<br />

aleja aquí de Mozart y de Haydn, se separa después tanto de sí<br />

mismo, que al medir las distancias casi resultan las primeras<br />

obras que escribió en el mismo plano, en el mismo grupo que las<br />

de sus dos predecesores. Aun dentro de estos cuartetos se destacan<br />

con personalidad vigorosa los tiempos lentos del primero y<br />

del tercero, el primer tiempo del cuarto y los demás que se<br />

irán haciendo notar en el lugar respectivo.<br />

Y si todavía no bastaran estas observaciones para hacer ver la<br />

diferencia que separa á estos cuartetos de los anteriores, bastaría<br />

recordar que al aparecer, el estilo que privaba en Viena, las<br />

obras que constituían el tipo de la perfección, eran las de Haydn<br />

y las de Mozart, y que los cuartetos de Beethoven fueron juzga-<br />

5


dos por el Allgemeine musikalische Zeitung, el periódico musical<br />

de mayor autoridad, en la siguiente forma:<br />

«Entre las obras nuevas figuran algunas excelentes composiciones<br />

de Beethoven: tres cuartetos demuestran la legitimidad<br />

de su talento, pero deben tocarse con frecuencia porque son de<br />

comprensión difícil y nada populares". (1801, al aparecer el primer<br />

cuaderno de esta obra). «Conviene indicar que estas sonatas<br />

son los célebres cuartetos que estamos hartos de oir, á pesar de<br />

su estilo duro y rocoso. Los pianistas que quieran brillar por sí<br />

mismos harán bien en no ejecutar estas composiciones.» (1800, al<br />

dar cuenta de la publicación de estos cuartetos arreglados para<br />

piano y violín obligado, y violonchelo ad libitum.)<br />

Análogo á estos juicios es el que Spohr consigna en su Autobiografía,<br />

cuando refiere que al tocarlos con Romberg, éste le<br />

preguntó que cómo podían gustarle semejantes absurdos.<br />

Como indican las anteriores noticias, si la crítica no los acogió<br />

bien, el público los favoreció con su aplauso, tanto, que al<br />

año de publicados, se hacia una segunda edición de ellos. Así se<br />

deduce de este párrafo de una carta de Beethoven á Hofmeister<br />

(4 Abril 1802): «Monsieur X (Molió y 0. a<br />

?) ha publicado nuevamente<br />

mis cuartetos, pero llenos de faltas y de errata, grandes<br />

y pequeñas que pululan como los peces en el mar, es decir hasta<br />

el infinito. Questo é un piacere per un autore. Yo lo llamo jugar<br />

con el punzón, porque en verdad, mi piel está llena de los pinchazos<br />

y arañazos que me hacen estas bellas ediciones de mis<br />

cuartetos.»


I Cuarteto en fa mayor<br />

Según la indicación de Tiies, Beethoven compuso esta obra<br />

después de los cuartetos en sol y en re, números 2 y 3 de la. obra<br />

18. Nottebohm, rectifica el dicho anterior agregando que si bien<br />

es cierto que el cuarteto en re (número 3) fué el p'ririiero que<br />

Beethoven compuso, este en fa fué el segundo, y debe llevar el<br />

número 2 en el orden cronológico. Después de terminada una<br />

primera versión de él, lo rehizo su autor casi por completo, enviándolo<br />

á su amigo Amenda, en 1800, con una carta en que le<br />

decía: «No dejes de tocar mi cuarteto: lo he modificado mucho:<br />

Ya sólo sé escribir cuartetos, como verás al recibirlo». Nólil encontró<br />

este ejemplar manuscrito enviado á Amenda, con la inscripción:<br />

«Quartetto n.° II. 25 ten Juni 1799» que no sólo revela<br />

la fecha en que fué terminado, sino que también parece apoyar<br />

la opinión de Nottebohm.<br />

Salvo el adagio, donde la inspiración de Beethoven se sumerje<br />

en un ambiente de dolor y tristezas, todo el resto del cuarteto<br />

es directo sucesor de ios cuartetos de Haydn y de Mozart. Spohr<br />

lo considera como un ideal en el género, y no hay comentarista<br />

que no elogie la soltura y equilibrio con que los instrumentos<br />

están tratados, la manera como está distribuida su intervención<br />

melódica en el trascurso de los cuatro tiempos, la finura y carácter<br />

de la invención, y más que nada el asombroso dominio de la<br />

técnica del cuarteto en este primer ensayo de Beethoven, quien<br />

no sólo trata los cuatro instrumentos con personalidad propia,<br />

haciéndoles cantar por igual, y encomendando al violonchelo la<br />

expresiva melodia en dos momentos del adagio, sino que ya en<br />

él explana y significa su personalidad expresiva, lo mismo en los<br />

dolores de ese tiempo, que en los finos humorismos del scherzo<br />

y del final.<br />

Allegro con brío.—Aún siendo el menos personal de los cuatro<br />

tiempos, es quizá el que ha recibido mayores alabanzas, por la<br />

naturaleza del motivo encerrado en el primer compás, y por el<br />

partido que Beethoven ha sacado de él. Según la indicación de<br />

Marx se encuentra repetido 121 veces en los 427 compases de<br />

que consta este tiempo, sin que su constante intervención pese<br />

ni canse, gracias á su línea característica y á su tipo de motivo<br />

para cuarteto, tal como lo concebían Haydn y Mozart. Sin ninguna<br />

alta significación expresiva, se presta maravillosamente al<br />

trabajo temático, y á la variedad de colores con que se desarrolla:<br />

á veces serio, á veces humorístico, discutidor, sencillo, altanero,<br />

en fluido diálogo espiritual, que ha hecho que Marx llame<br />

á este alegro «inagotable causerie» en la que todos usan de la<br />

palabra bajo la indiscutida dirección del primer víolín. El segundo<br />

tema y los otros motivos que en él intervienen ni tienen<br />

la importancia y carácter del primero, ni acusan tampoco Ja personalidad<br />

del autor, razón por la que Helm, considerando su ca-<br />

7


8<br />

rácter mozartiano, y la naturaleza del motivo principal dice de<br />

este alegro que «es más bien cuarteto que Beethoven».<br />

Adagio affettuoso ed appasionato —Su melodía, francamente<br />

acompañada, se eleva en el primer violin como un canto de dolor<br />

y de desconsuelo. Amenda indica que Beethoven se había inspirado<br />

para escribirla, en la escena de las tumbas del Borneo y<br />

Julieta de Shakespeare, indicación á la que parece prestar un<br />

cierto apoyo, la nota «tes derniers soupirs» puesta por Beethoven<br />

en el borrador de este cuarteto sobre los últimos compases<br />

del adagio; pero de todos modos, este tiempo tan sentido, y no<br />

sin un cierto parentesco con el adagio de la sonata de piano en<br />

si bemol (obra 2'2), compuesta al mismo tiempo que él, es, como<br />

dice Helm de lo más sublime que Beethoven y sus antecesores<br />

hicieron hasta el año 1800, y en su profundidad, deja salir á torrentes,<br />

un doloroso y luctuoso lamento.<br />

Scherzo.—Beethoven ha querido evitar un contraste demasiado<br />

duro, entre las amarguras del adagio y el humorismo del<br />

scherzo. Al principio de él, su gracia y su ligereza parecen impregnadas<br />

por un resto de seriedad, pero á medida que avanza<br />

en su desarrollo, gana terreno la vena humorística con los trinos<br />

de todos los instrumentos, para imperar por completo en el trío,<br />

legítimamente beethoveniano, lleno de fuerza juvenil y de impetuosa<br />

espontaneidad.<br />

Allegro.—En forma de rondó algo libre, ñuye todo el tiempo<br />

con deliciosa facilidad, lleno de alegría, de gracia y de frescura.<br />

El humorismo sigue dominando en la invención de sus temas,<br />

en la manera de tratarlos, en detalles sueltos, sembrados por<br />

todo el alegro. La fuga con que se inicia el desarrollo, aparece<br />

cortada por un episodio en re bemol, cuya melodía sentimental,<br />

análoga á una de las variaciones del final de la sinfonía heroica,<br />

y derivada de un fragmento del segundo tema, dá la nota más<br />

intensa de este tiempo, renovando en cierto modo el ambiente<br />

del adagio.<br />

Allegro con brío.<br />

Los cuatro instrumentos, piano, á la octava atacan el tema<br />

principal en fa mayor.<br />

Todo él se desarrolla sobre su motivo inicial, sencillamente.<br />

Al terminar en fuerte, canta el violín sobre un acompañamiento<br />

rítmico del violín segundo y la viola, con un constante dibujo<br />

en el violonchelo<br />

l|fii línii 7.111'i?"H'frUi ÍM r<br />

ríí|i7íl^|i|


prolongándose después, primero en imitaciones sobre el motí<br />

inicial del primer tema, y después en una terminación en esca<br />

las.<br />

El segundo tema en do mayor lo inicia también el violin primero,<br />

y lo continúa la viola, derivando después en una melodía análoga<br />

á la que se unió con el primer tema. Elementos del primero y<br />

del segundo tema se funden en el período final de la exposición,<br />

terminada con un pasaje en rápidas escalas.<br />

El desarrollo comienza como continuación del anterior periodo,<br />

formalizándose el trabajo temático sobre el primer compás<br />

del primer tema que al poco tiempo adquiere una forma más<br />

melódica. Un episodio, con la intervención constante de escalas<br />

prepara la vuelta del tema principal.<br />

Este se presenta algo modificado; la melodía que le siguió se<br />

produce ahora en sol bemol, sin su anterior acompañamiento y<br />

el segundo tema en fa, continuado como en la parte expositiva,<br />

terminando con una coda en la que interviene como factor principal<br />

el dibujo del primer compás del primer tema.<br />

Adagio affettuoso ed appassionato.<br />

Acompañado por los tres instrumentos inferiores, canta el<br />

primer violin la melodía del primer tema en re menor, pianísimo<br />

iniciada de nuevo por el violonchelo y continuada en forma distinta<br />

por los demás instrumentos.<br />

Tras un breve episodio de enlace aparece el segundo tema en<br />

fa mayor, distribuido entre los do« violines<br />

cuya segunda parte se desarrolla con alguna extensión.<br />

Qn breve desarrollo sobre el principio del tema principal precede<br />

á la nueva aparición de éste en su tonalidad primitiva, 111113'<br />

abreviado y sobre un acompañamiento de mayor interés. El segundo<br />

tema se produce ahora en re mayor, dividido entre la viola<br />

y el primer violin.<br />

Como principio de la coda vuelve á presentarse la melodía<br />

principal cantada por el violonchelo.


10<br />

SCHERZO—Allegro molto.<br />

En fa mayor, piano, comienza á cantarlo el primer violín,<br />

acompañado por los demás instrumentos<br />

La segunda repetición se desarrolla más extensamente, basándose<br />

su parte central en los dos últimos compases del tema expuesto<br />

en la primera.<br />

El trio en la misma tonalidad comienza con un unísono de<br />

los cuatro instrumentos (tortísimo) seguido de una fantasía del<br />

primer violín (piano)<br />

Ambos elementos (el ritmo del principio y la fantasía) siguen<br />

interviniendo en la segunda repetición.<br />

Termina con el acostumbrado da capo á la primera parte.<br />

Allegro.<br />

El primer violín expone el tema principal en fa mayor, ligeramente<br />

acompañado por los demás instrumentos<br />

Completado con la intervención de la viola, va seguido de un<br />

nuevo motivo<br />

como tránsito para el segundo tema, dividido entre los dos violines,<br />

que, comenzando en sol mayor, continúa en la tonalidad<br />

de do.<br />

Al terminar el segundo tema, un breve apunte melódico (do<br />

menor-do mayor) hace aparecer de nuevo el tema principal,<br />

cuyo desarrollo, algo alterado, se enlaza con la parte central.


Comienza esta con la exposición de una doble fuga, cuyo motivo<br />

y eontramotivo presentan el primer violin y la viola<br />

Como episodio de ella se presenta el motivo en re bemol precedido<br />

de un acompañamiento en pianisimo<br />

reproducido de nuevo en do mayor, continuando después en estiló<br />

fugado, con nuevas apariciones del motivo inserto. Un episodio<br />

sobre el tema principal, lo hace aparecer nuevamente, iniciado<br />

por la viola.<br />

El episodio de enlace vuelve á seguirlo como preparación<br />

para el segundo tema, que ahora comienza en do mayor y continúa<br />

en fa. Vuelve el tema principal á presentarse por última<br />

vez, constituyendo también la base de la coda.<br />

11


12<br />

II Cuarteto en sol mayor<br />

El cuarteto en sol, suele ser conocido con el sobrenombre de<br />

«cuarteto de las reverencias* (C)mpUmvitir-QucirMlc) por el<br />

tono en que se desarrolla el piimer tiempo, evocador de uua ceremoniosa<br />

escena en el siglo x\ r<br />

nr, donde damas y galanes de<br />

empolvadas pelucas sa entregan á una de esas danzas de la época,<br />

de severo corte y de coquetonss y cn-besanos s viudos.<br />

Coincida ó no este comentario explicativo con las impresiones<br />

del oyente, es lo cierto que la personalidad de Beethoven no se<br />

muestra tan fuertemente marcada en esto cuarteto, como en el<br />

que ocupa el primer número de esta colección. Aquí no aparecen<br />

ni su dolor trágico, ni la personalidad de su fuerza juvenil.<br />

Su humorismo, más bien deriva en un sentido de sana alegría,<br />

quizá un tanto maliciosa, en una dirección de fresca serenidad,<br />

que en más de un momento trae el recuerdo de las concepciones<br />

de Haydn. Si algo acusa la intención de su autor, es esa maliciosa<br />

sonrisa que parece dibujarse tras las formas melódicas y que<br />

parece acompañar como mudo comentario á la obra entera. De<br />

todos modos es digna de notarse la homogeneidad de toda ella,<br />

lo mismo en el ambiente que en el estilo.<br />

Allegro.—El primer tiempo ha sido el que ha motivado el<br />

nombre de este cuarteto. Sus motivos fragmentarios, cortados en<br />

pequeñas porciones, justifican esa evocación de una danza del<br />

siglo XVIII, con su abundancia de cortesías, saludos y reverencias.<br />

En algún momento la plácida sonrisa, la amable cortesanía,<br />

parece revestirse de una mayor seriedad, pero como indica Helm,<br />

al hablar del final del segundo tema (si menor), no puede conservar<br />

Beethoven por mucho tiempo esa seria disposición, y en sus<br />

labios se dibuja una sonrisa. Este sentimiento entre malicioso y<br />

amable es el motor de todo el alegro, del desarrollo, de la encantadora<br />

coda, donde el caballero parece hacer la última reverencia<br />

á su pareja al dejarla instalada en su asiento.<br />

Adagio cantabile.—Deforma original—un tiempo lento, con<br />

un allegro enmedío—parece sugerido, principalmente en el adagio,<br />

por un pensamiento de Haydn. No hay en él, nada interno,<br />

nada íntimo: toda la intensidad viene á traducirse en adornos,<br />

en arabescos, en floreos que dan un tinte presumido y coquetón<br />

á la melodía. Sobre el comentario que pone fin al primer adagio<br />

se desarrolla el allegro, ligero como una charla, como una<br />

disputa, como si los personajes que intervinieron en la escena<br />

anterior, se vieran á solas por un momento, libres de las miradas<br />

de los demás. Al disiparse ese momento de sincera expansión,<br />

desapareciendo en el fondo de la sonoridad, vuelve la ceremoniosa<br />

y etiquetera melodía, recargada con mayores adornos,<br />

más rococó que antes, para terminar graciosamente sobre una<br />

alusión á la parte central.<br />

En época mucho más avanzada vuelve Beethoven á trazar<br />

otro cuadro en este mismo ambiente de amable cortesanía del


siglo xvín, en el tempo di Meniwtto de la sinfonía octava. Trompetas<br />

y trompas lanzan allí, en el final de la primera parte, el<br />

compás inicial de este adagio. Ya obedezca esta repetición á propósito<br />

deliberado, ya no traspase los límites de curiosa coincidencia,<br />

vale pena de señalarla.<br />

Scherzo.—La etiqueta ceremoniosa, la amable cortesanía que<br />

parece ser la inspiradora de los tiempos anteriores, continúa todavía<br />

animando este scherzo, que Helm califica más bien de minué<br />

sereno, en el estilo de los de Haydn. El trio, más humorístico,<br />

se basa al principio en la sucesión de notas en la escala, interviniendo<br />

luego en él un nuevo dibujo, de exquisita delicadeza,<br />

en tresillos, que ya sigue como cortejo inseparable del tema.<br />

Allegro molto.—Los invitados han bebido ya champagne, dice<br />

Helm, y comienzan á moverse con libertad cada vez más alegre:<br />

se han quedado, para usar la expresión de Beethoven en mangas<br />

de camisa (aufueknopfter). Todo el tiempo revela extraordinaria<br />

alegría, un poco cómica, reproduciéndose en él las cortadas frases<br />

del primer tiempo, libres de todo ceremonioso continente, en<br />

un humorismo cada vez mayor. La frase inicial del allet/ro molto<br />

es la que sirve de base principal á todo él, conservando toda su<br />

maliciosa frescura hasta el momento final.<br />

Allegro.<br />

El tema principal, en SJ! mayor, con los característicos motivos<br />

que en él se suceden, lo expone el violin primero<br />

Un apunte melódico en la misma tonalidad, iniciado por el<br />

primer violin<br />

y continuado por el segundo, precede á la presentación del segundo<br />

tema en re mayor, piano<br />

que reproduce el violin segundo entre adornos y arabescos del<br />

primero. Va seguido de un complemento melódico, en si menor,<br />

tras el cual predomina el breve motivo característico del período<br />

final, período que termina apoyándose en uno de los motivos<br />

que integraron el primer tema.<br />

Sobre ese mismo motivo, en re menor, se inicia la parte cen-<br />

13


14<br />

tral, utilizando en seguida el de la transición para el segundo<br />

tema. Una indicación del primero en mi bemol, da lugar á un<br />

extenso episodio sobre el ritmo tipico de su motivo segundo,<br />

episodio que al íin se resuelve en el tema principal, anunciado<br />

por el violonchelo y expuesto por el primer violin.<br />

Su nueva exposición se amplifica ahora en un importante desarrollo,<br />

enlazado (sin el motivo de tránsito) con el segundo tema<br />

que inicia el violin segundo y prosigue el primero. Los elementos<br />

que completaron la parte expositiva se reproducen con el<br />

mismo orden é importancia, basándose la breve coda en el fragmento<br />

del tema que cerró la exposición. Una nueva indicación<br />

del principio, termina el tiempo.<br />

Adagio cantabile.—Allegro.<br />

La melodía principal en do mayor, cantada por el violín primero,<br />

piano<br />

érese.<br />

se desarrolla en el mismo sentimiento, á veces con gran profusión<br />

de adornos, terminada en un breve comentario.<br />

El primer violín inicia también la parte central—-allegro—<br />

con el motivo en fa mayor (comentario final del adagio)<br />

que prosigue engendrándola toda ella, dividida en dos repeticiones.<br />

El mismo motivo sirve asimismo de enlace para la nueva<br />

presentación del tema principal,,<br />

Comienza á cantarlo el violonchelo con acompañamientos y<br />

contrapuntos de los demás, cada vez más adornado, tanto en la<br />

melodía como en las partes restantes, terminando á modo de coda<br />

con una indicación del motivo central en adagio.<br />

SCHERZO. Allegro.<br />

El tema en sol mayor, piano, se presenta expuesto por el<br />

primer violín, con los comentarios del segundo.<br />

En la segunda repetición alterna con su motivo típico, otro


menos importante, aunque predominando siempre el dibujo rítmico<br />

del tema inicial.<br />

La melodía del trio sigue al principio la sucesión de las notas<br />

de la escala<br />

Con un nuevo apunte se inicia la segunda repetición, predominando<br />

luego la idea dominante en la primera parte del trío.<br />

Un enlace sobre el motivo inicial de este tiempo, prepara el tradicional<br />

da capo.<br />

Allegro molió, quasi Presto.<br />

La melodía del tema principal, en sol mayor, aparece dividida<br />

entre el violonchelo y el violín primero.<br />

Continuada por el violín y seguida de un breve complemento,<br />

sirve también de base al período de transición, cantada por el<br />

violonchelo en tortísimo.<br />

Un decrescendo precede al segundo tema, en re mayor, iniciado<br />

por los dos violines y proseguido por la viola y el violonchelo<br />

En su desarrollo se destaca un pasaje en imitaciones entre el<br />

primer violín y los tres instrumentos inferiores, que, con un recuerdo<br />

del primer tema, sirve de base al final de la exposición.<br />

Todo el desarrollo utiliza el motivo del tema principal, iniciado<br />

en tonalidades diversas, únicamente interrumpido por el<br />

fragmento en imitaciones del tema segundo.<br />

El tema principal, reaparece después de un episodio en pianísimo,<br />

agregándosele un sencillo contrapunto en el primer violín.<br />

Tras el episodio de transición, ahora en sol menor, aparece<br />

el segundo tema en la tonalidad fundamental, y el final de la exposición<br />

va seguido de una breve coda sobre el primer tema.<br />

+<br />

15


III Cuarteto en re mayor<br />

Ries y Nofctebohm están de acuerdo al afirmar que éste fué el<br />

primer cuarteto para instrumentos de arco que Beethoven compuso.<br />

Y con efecto, cuando se le mira de cerca, aparece, no sólo<br />

como el menos característico (salvo el andante) de todos los de<br />

esta primera serie, y como uno de los más influidos por el modelo<br />

y estilo de Mozart, sino tabién como el más encogido en la<br />

manera de tratar los instrumentos, dominando poderosamente el<br />

primer violín, y atendiendo los demás, más bien al relleno armónico<br />

que á destacarse con personalidad propia. No faltan momentos<br />

en que los instrumentos inferiores, el violonchelo principalmente,<br />

abandonan su papel decorativo en busca de un relieve<br />

mayor, pero en general, más bien actúan de cortejo ó de acompañantes<br />

del primer violín.<br />

El ambiente de toda la obra es muy análogo al de otros cuartetos<br />

de Mozart, y principalmente al en re, número 1 de los dedicados<br />

al Rey de Prusia. La melodia mozartiana, parece fluir<br />

dulce y tiernamente en este cuarteto, donde sólo el andante vibra<br />

á impulsos de un dolor más varonilmente sentido.<br />

Allegro.—El modelo mozartiano del antes citado cuarteto en<br />

re, sirve aqui de punto de apoj'o á Beethoven. Si otras circunstancias<br />

no denunciaran el parentesco de éste con el autor de Don<br />

Juan, bastarían á establecerlo ciertas condiciones de factura: la<br />

manera de formar y desarrollar los temas, el plan, la abundancia<br />

de material temático, reducido (salvo los elementos del tema principal)<br />

á aparecer cuando lo determinan exigencias de forma, etc.<br />

Todo el alegro es fino y original, dentro de su molde. En el primer<br />

tema fluye un alma más tierna que apasionada; el segundo,<br />

como hace notar Helm, tiene un carácter de admiración, asombro<br />

é inquietud, dentro siempre del marco plácido y de la suave tinta.<br />

Andante con moto.—Sus proporciones exceden de las mayores<br />

que dieron Haydn y Mozart á los tiempos lentos desús cuartetos,<br />

su intención expresiva también. La melodía principal,<br />

noble é íntima, no desprovista de cierta profundidad, comienza<br />

á cantarla el violín segundo en la cuarta cuerda, antes<br />

de apoderarse de ella el violín primero, y de diluirse en figuraciones<br />

más complicadas y menos internas. El segundo tema es<br />

menos personal y expresivo, pero en el andante domina casi despóticamente<br />

el primero con su noble sentimiento, siempre acompañado<br />

de prolijas indicaciones expresivas, tan minuciosamente<br />

notadas como las que aparecen en los cuartetos Anales.<br />

Allegro.—El tercer tempo no lleva título de Minuetto ni de<br />

Scherzo, ni propiamente podría aplicársele ninguno de los dos,<br />

principalmente por la naturaleza de la parte central. En la primera<br />

parte se apunta un cierto tono sombrío, menos acentuado<br />

aún en la segunda repetición. La parte central—minore—es muy<br />

breve y en ella parece rodar el apunte en corcheas que lanza el<br />

violín segundo. En vez de volver directamente á la primera par-


te, la escribe Beethoven de nuevo, transportando una parte de si<br />

melodía á la región aguda del violin.<br />

Presto —Helm lo llama la corona del cuarteto, por su desarrollo<br />

libre y genial. Festivo, humorístico, juguetón, sin salir<br />

por lo general de los matices piano y pianísimo, se desenvuelve<br />

con exquisita gracia y viveza de humor. Todo él persiste en ese<br />

jugueteo franco y sencillo, con gran riqueza de material, en<br />

apuntes breves, á lo Haydn. Si por acaso algún pensamiento más<br />

serio se apunta por un instante, bien pronto lo interrumpe una<br />

carcajada, devolviéndole su primera alegría. Al final el motivo<br />

característico se despide, con una de esas incomparables sonrisas<br />

juveniles de Beethoven.<br />

Allegro.<br />

El primer violin inicia el primer tema en re mayor, piano,<br />

acompañado por notas tenidas de los demás instrumentos<br />

Prosigue con lá intervención melódica de los tres instrumentos<br />

superiores, aunque predominando siempre en importancia el<br />

primer violin.<br />

Como característica del período de transición aparece la melodía<br />

cantada por el violin primero<br />

y'continuada por los instrumentos centrales. Con su final se enlaza<br />

el segundofltema, compuesto de dos partes. La primera en<br />

mi mayor la cantan los violines<br />

reproduciéndola el segundo violin y la viola. La segunda parte<br />

la inicia el violin primero en"do mayor<br />

y se enlaza con el período final, donde aparece un nuevo motivo<br />

iniciado por la viola y el violin segundo, terminando con una<br />

codetta.<br />

El principio del desarrollo se basa en el primer tema en re


18<br />

menor, enlazado en seguida con el motivo de la transición y proseguido<br />

libremente.<br />

Tras un tortísimo se apaga la sonoridad y vuelve á aparecer<br />

el primer tema muy abreviado, enlazándose con el segundo tema<br />

sin el intermedio de la melodía de transición. El tema segundo<br />

se reproduce con sus dos partes, ahora en la y fa mayor, respectivamente,<br />

y va seguido del período que terminó la parte expositiva.<br />

La coda comienza y termina utilizando los elementos del<br />

tema principal y volviendo á exponer, entre ellos, la segunda parte<br />

del segundo tema.<br />

Andante con moto.<br />

El segundo violín en la región grave, acompañado por los demás<br />

instrumentos, inicia el primer tema en si bemol, piano<br />

proseguido por el primer violin, tema al que se añade un nuevo<br />

período, con profusión de adornos, dialogado entre los instrumentos<br />

superiores. Por un decrescendo se presenta el segundo<br />

tema en fa mayor, pianísimo, comenzado por los dos violines á<br />

solo,<br />

3' agregándoseles después los otros dos instrumentos. Con un recuerdo<br />

del primer tema en fa mayor (primero en el violín segundo<br />

y luego en el primero) termina la parte expositiva.<br />

El desarrollo ofrece al principio una reproducción del tema<br />

principal, proseguido como antes por el período complementario,<br />

que ahora se prolonga más extensamente. El mismo tema principal<br />

continúa, apareciendo en el violonchelo, la viola ó en otros<br />

instrumentos como base de un largo desarrollo en el que abundan<br />

los floreos y adornos, casi siempre en pianísimo, hasta presentar<br />

el segundo tema en su forma primitiva, y en la tonalidad<br />

de si bemol.<br />

Tras él, vuelve á oirse el tema principal, comenzado por el<br />

violin y proseguido por el violonchelo, basándose también en el<br />

mismo la extensa coda con que termina el tiempo.<br />

Allegro.<br />

La primera repetición cantada en re mayor por el violín primero,<br />

piano, es muy breve


Como continuación de ella prosigue la repetición segunda, de<br />

mayores dimensiones.<br />

La parte central—minore,—se caracteriza por el constante<br />

empleo del dibujo en corcheas con que la inicia el violín segundo<br />

y continúa después el primero. Su segunda parte no tiene marcado<br />

el signo de repetición, y se enlaza, por un breve pasaje, con<br />

el maggiore, nuevamente escrito, repitiéndose la primera parte á<br />

la octava superior y transportándose á la región aguda todo el<br />

principio de la segunda repetición.<br />

Presto.<br />

Lo inicia en re mayor el primer violín á solo, agregándosele<br />

en seguida el segundo en terceras, y después los dos instrumentos<br />

inferiores<br />

El primer tema prosigue en una codetta dentro de su mismo<br />

carácter melódico, enlazada con el período de transición, de breves<br />

proporciones.<br />

El segundo tema se compone de dos partes: la primera, en la<br />

mayor, la canta el violín primero<br />

continuando dialogándola después con el violonchelo. La segunda<br />

en fa mayor, iniciada también por el primer violín, dolce. y<br />

piano, se une en seguida con el característico período de cadencia.<br />

La parte central de algunas proporciones, es un jugueteo<br />

constante sobre los elementos característicos del tema principal,<br />

dialogados primero entre algunos instrumentos, adoptando des-<br />

19


20<br />

pues otras formas, hasta adquirir mayor consistencia melódica<br />

después, en el episodio que precede al enlace (pianísimo) para<br />

volver al tema principal.<br />

Su reproducción sigue el mismo plan de la parte expositiva,<br />

apareciendo el segundo tema con sus dos partes características,<br />

la primera en re, y la segunda en si bemol. Una larga coda en la<br />

que sigue dominando el tema principal, termina graciosamente<br />

el tiempo.


IV Cuarteto en do menor<br />

Para el gran público ocupa este cuarteto un puesto análogo<br />

al de la patética entre las sonatas. En ambas obras se respira ese<br />

dolor angustioso de Beethoven, la impetuosidad de la pasión dolorosa,<br />

del sufrimiento.íntimo elocuentemente expresado; en ambas<br />

aparece encarnado el sentimiento en formas melódicas de fácil<br />

asimilación, agradables al oído. El contacto entre la sonata<br />

patética en do menor, y este cuarteto en la misma tonalidad, está<br />

limitado, al de los respectivos primeros tiempos. En el resto, la<br />

sonata deriva hacia regiones, más bien nobles ó melancólicas que<br />

patéticas, y el cuarteto hacia un ambiente de mayor gracia y<br />

desenfado.<br />

La forma general de este cuarteto responde á un modelo utilizado<br />

frecuentemente por Beethoven, en la primera y octava<br />

sinfonías, en la sonata en mi bemol, y en algunas otras obras.<br />

En ellas toma el andante el carácter de scherzo inocente y juguetón,<br />

y va seguido de un minué que si por su título parece ser el<br />

tiempo alegre de la obra, por su ambiente responde á un carácter<br />

de mayor formalidad, y arroja una nota seria más ó menos profunda.<br />

Este mismo modelo vuelve á ser utilizado en los últimos<br />

años de su vida con una variación: la de escribir dos andantes<br />

dentro de la misma obra, humorístico el uno, íntimamente doloroso<br />

el otro (cuarteto en si bemol, obra 130).<br />

Los dos tiempos más salientes del cuarteto en do menor son<br />

los dos alegros: el primero con la elocuencia de su pasión dolorosa,<br />

el último con su humorismo lleno de esprit. Los dos tiempos<br />

centrales-son inferiores á los del primer cuarteto en fa, y no<br />

acusan la personalidad de los alegros extremos, considerados por<br />

Helm como dignos de figurar entre las más salientes creaciones<br />

del primer periodo de la vida de Beethoven.<br />

De todos modos, si se atiende á la expresión, es este el cuarteto<br />

menos homogéneo de los que constituyen la obra 18. De un<br />

lado hay que colocar el primer tiempo: de otro los tres restantes.<br />

Allegro ma non tanto.—Completamente extraño por su sentido<br />

á toda influencia de Haydn y de Mozart, comienza con la apasionada<br />

frase que va ascendiendo por dolorosos intervalos, cortada<br />

á veces por bruscas explosiones de rabia. Lleno de esa energía y<br />

grandeza apasionada cuyo secreto desveló Beethoven, ofrece este<br />

tiempo, según el comentario de Helm un cuadro espiritual de<br />

patética desesperación, de tristeza y desconsuelo, presentando en<br />

su contenido una verdadera imagen de la vida de su creador. El<br />

principal interés está en la emoción de su alma. En cuanto á la<br />

forma apenas si ofrece otras particularidades que la de aparecer<br />

en el desarrollo central los dos temas principales, y la iniciación<br />

de la tendencia de pedir al cuarteto sonoridades más grandes y<br />

robustas, tendencia que en otro sentido aparece igualmente marcada<br />

en el cuarteto siguiente, y enteramente adoptada en los tres<br />

que forman la obra 59.<br />

21


22<br />

SCHERZO: Andante scherzoso quasi Allegretto.—No es difícil<br />

reconocer el próximo parentesco de este andante con el de la<br />

primera sinfonía, compuesta al mismo tiempo que estos cuartetos,<br />

no sólo en el estilo fugado que le sirve de base, sino en la<br />

estructura y significación del tema y en el ambiente en que se<br />

mueve. Aunque Marx indica que se esconde tras él un carácter<br />

sevei-o, la doble indicación de scherzo y anclante scherzoso no parece<br />

dejar duda respecto de la intención de Beethoven. El contraste<br />

de su espíritu con el del primer tiempo os tan patente,<br />

que no hay para qué insistir sobre él. Todo el tiempo se desarrolla<br />

humorísticamente, con desenfado: tan sólo en un momento,<br />

en el último episodio del desarrollo que precede á la vuelta del<br />

tema, parece hablar un alma poética, seria y romántica, con el<br />

encantador misterio de su meditación.<br />

MENUETTO: Allegretto.—Aunque algunos comentaristas apuntan<br />

la disposición y analogía de este tiempo con el primero, el<br />

contacto no pasa de sor superficial, 3' más bien exterior que íntimo.<br />

El tema de la primera parte lo califica Helm de caballeresco<br />

á lo Mozart, de un patético suavizado por el humorismo, de<br />

tormenta espiritual en la que el íntimo espíritu del poeta nada<br />

sabe. Más impor.ante y más personal que la primera parte, es el<br />

trío, con el armonioso encanto de su melodía, dialogada entre<br />

los tres instrumentos inferiores sobre la arpegiada figura en tresillos<br />

del primer violín, trío que si por su naturaleza melódica<br />

recuerda los de los minués de Haydn, por su disposición y por su<br />

juguetón humorismo es completamente personal de Beethoven.<br />

Allegro.—Lleno de gracia espiritual, de fina y jugosa alegría<br />

puede presentarse como ejemplo típico dentro de este género<br />

entre las creaciones de la primera época de Beethoven. Está en<br />

torma de rondó, en una de las formas más preferidas de Mozart,<br />

con la parte central construida en el modelo de trio de minué. Su<br />

tema principal tiene algo de musette y de popular, de juego caballeresco,<br />

según Helm. Pero donde el humorismo de Beethoven se<br />

muestra más claramente es en el trio, con los originales apuntes<br />

de los cuatro instrumentos ascendiendo del grave al agudo, y<br />

con el gracioso complemento que los sigue. Las indecisiones entre<br />

los modos mayor y menor en el prestissimo final, parecen<br />

anunciar el procedimiento tan preferido por Schubert.<br />

Allegro ma non tanto.<br />

Acompañado por la pedal rítmica del violonchelo, con la intervención<br />

de los instrumentos centrales, canta el violín primero<br />

el tema principal en do menor<br />

que se desenvuelve melódicamente, interrumpido por acordes<br />

secos en fortísimo.


Un breve episodio cantado en diálogo por los dos violines<br />

hace aparecer el segundo tema en mi bemol, en el violin segundo,<br />

acompañado por la viola y por breves comentarios del violin<br />

primero.<br />

Reproducido por este instrumento y prolongado en una segunda<br />

parte, va seguido del breve período final de la parte expositiva.<br />

Comienza la de desarrollo con el primer tema en sol menor,<br />

iniciado por el primer violin, y proseguido en diálogo entre este<br />

instrumento y el violonchelo. Al iniciarse de nuevo en do menor,<br />

continúa más libremente. Canta el violonchelo el segundo<br />

tema en fa y lo prosigue libremente el violin para terminar en<br />

un breve episodio, pianísimo, sobre un trémolo medido de los<br />

instrumentos centrales que por un crescendo prepara la vuelta<br />

del tema principal.<br />

Este aparece ahora más conciso. Los acordes secos en tortísimo,<br />

que en la exposición interrumpieron la presentación del<br />

tema, se prolongan ahora, sustituyendo al período de transición.<br />

El violin primero canta el segundo tema en do mayor, que reproduce<br />

el violin segundo y que se prolonga como antes en una<br />

segunda parte.<br />

A la terminación de la parte expositiva sigue la coda, basada<br />

en el tema principal, y en el motivo que sirvió de transición<br />

para el segundo tema.<br />

SCHERZO.—Andante scherzoso quasi Allegretto.<br />

El primer tema, en forma fugada, lo inicia el violin segundo<br />

con el motivo en do mayor, pianísimo<br />

Sucesivamente van cantándolo la viola, el violin primero y el<br />

violonchelo, prosiguiendo después en forma menos contrapuntistica.<br />

El mismo motivo en estrechos precede á la exposición del<br />

segundo tema, dialogado al principio entre los dos violines<br />

23


. '324<br />

''i/^^kUMÍ 11 W J J \fií\ i J ILHP<br />

y proseguido por todos los demás. Un nuevo apunte<br />

sirve de final á la parte expositiva.<br />

Después de iniciar el tema principal como principio del desarrollo,<br />

prosigue éste utilizando el último motivo que apareció<br />

en la exposición, derivando después á un episodio de algunas dimensiones<br />

en pianísimo, que prepara la entrada del tema principal.<br />

Este aparece ahora adornado de mayor riqueza contrapuntística,<br />

siguiendo el plan de la exposición, seguido del segundo<br />

tema, del motivo final y de una larga coda, que recuerda por última<br />

vez la idea dominante en este tiempo.<br />

MENUETTO.—Allegro.<br />

Cantado por el violín primero, se presenta el tema principal<br />

en do menor<br />

prolongándose las dos repeticiones como desarrollo del mismo.<br />

En el trío, el violín segundo de un lado, y la viola y el violonchelo<br />

de otro, sobre un acompañamiento en tresillos del violín<br />

primero, dialogan la melodía<br />

en la que sólo al final interviene melódicamente el primer violín.<br />

Las dos repeticiones se desarrollan en el mismo sentido, poniendo<br />

fin al tiempo el acostumbrado da capo.<br />

Allegro.<br />

El tema pi-incipal lo canta el violin primero, en do menor,<br />

sencillamente acompañado por los instrumentos inferiores


y consta de dos partes, ambas marcadas con el signo de repetición.<br />

El segundo tema, de igual formación, lo inicia el violin segundo<br />

en la bemol, continuándolo el primero<br />

Al terminar la repetición de su segunda parte, vuelve á aparecer<br />

el primer tema, cada vez revestido de mayor interés.<br />

La parte central, en do mayor, consta también de dos partes,<br />

ambas repetidas, iniciadas por la ascendente intervención de los<br />

cuatro instrumentos. La primera empieza asi<br />

El tema principal vuelve á cantarlo el violin segundo, con<br />

mayor complicación en les demás instrumentos; el segundo tema<br />

aparece en do mayor, considerablemente alterado y abreviado,<br />

como asimismo el primer tema que le sigue y que tranformado<br />

en prcstissimo, forma líCcoda del tiempo.


26<br />

V Cuarteto en la mayor<br />

Es quizá el que más directamente procede del arte anterior,<br />

del de Mozart, sobre todo. La mayor parte de los comentaristas,<br />

principalmente Ulibicheff, cuya admiración por Mozart y por su<br />

arte es bien conocida, hasta señalan el íntimo é inmediato parentesco<br />

de este cuarteto de Beethoven, con el de Mozart en la<br />

misma tonalidad, agregando que procede de él, como el quinteto<br />

con piano en mi bemol procede de su homónimo mozartiano.<br />

Helm, sin negar la analogía, añade que sólo puede aplicarse al<br />

ambiente y á las disposiciones de forma, no al contenido, al espíritu,<br />

ni á la invención que son personales, con la personalidad<br />

de la primera época de Beethoven, en un sentimiento tierno,<br />

amable, feliz, inspirado por dulces y sencillas emociones.<br />

Las notas más personales de este cuarteto hay que buscarlas<br />

en fragmentos: en el trío del minué con su característico acompañamiento<br />

y con su melodía, anunciadora del tipo del tema con<br />

variaciones (primer tiempo de la sonata de piano en la bemol,<br />

obra 26) y del tema del tercer tiempo del trío obra 70 núm. 2; en<br />

la quinta variación del andante, de carácter sinfónico, con la<br />

disposición del tema en los instrumentos centrales, acompañado<br />

por los trinos del primer violin y los staccati del violonchelo, en<br />

sonoridad tan original y nueva que sale por completo de cuanto<br />

en este género habían concebido Haydn y Mozart.<br />

Allegro.—Es quizá el que más se aproxima al tipo mozartiano<br />

del cuarteto en la mayor: hasta el plan característico de éste,<br />

con la breve exposición del primer tema y la mayor amplitud<br />

concedida al segundo, con la concisión en el desarrollo y la poca<br />

importancia de la coda resulta aquí fielmente seguido. Fresco,<br />

juvenil, se desarrolla todo con gracioso humorismo, sin otros<br />

momentos de seriedad que los del principio de la exposición del<br />

segundo tema.<br />

Menuetto.—La misma influencia mozartiana sigue apareciendo<br />

muy visible en la primera parte de este tiempo: un minué<br />

cortesano y ceremonioso que muy bien podría encajar en el ambiente<br />

del segundo cuarteto en sol. En vez de repetir la exposición<br />

del tema, Beethoven lo escribe nuevamente, encomendándolo<br />

á la viola, como respuesta de un interlocutor. En el trío,<br />

más original, son dignos de notarse, el especial color que adquiere<br />

su melodía cantada en octavas por el violin segundo y la<br />

viola, con sus característicos acentos, transportada al final, á los<br />

dos violines y terminada por los mismos instrumentos que al<br />

principio la expusieron.<br />

Andante cantabile.—El andante con variaciones parece tomar<br />

como modelo el tipo de Haydn en el «cuarteto imperial» y más<br />

directamente aún el de Mozart. El tema de Beethoven está reducido<br />

en su primera parte á seguir la sucesión de notas de la escala<br />

diatónica descendente y ascendente. Sobre el apunte de este<br />

tema en un cuaderno de composición de Beethoven ha encontró-


do Nottebohm una palabra en la que parece leerse Pastorale. La<br />

naturaleza apacible y tranquila del tema, y la quinta variación<br />

antes citada con su fuerza de vida y sus trinos, como explosión<br />

de embriaguez primaveral, quizá puedan inducir á confirmar esa<br />

indicación. Salvo la variación quinta, todas las demás se ajustan<br />

al punto de vista de Mozart y de Haydn; á vestir la melodía con<br />

diversos adornos, envolviéndola en arabescos, floreos ó imitaciones.<br />

Allegro.—En el final nótase alguna mayor independencia. La<br />

melodía fluye ligera y fácil con espontaneidad admirable, con<br />

tintas más personales, en alegre corriente, para detenerse de<br />

pronto en el segundo tema, que procede, como indica Helm, de<br />

esferas más altas, como si esa alegría la interrumpiera una meditación<br />

seria, y volviera de nuevo á su felicidad primitiva. La<br />

deliciosa fluidez del alegro termina dignamente en la humorística<br />

y encantadora coda.<br />

Allegro.<br />

El primer tema se inicia en la mayor, cantado por el primer<br />

violín, acompañado por los demás instrumentos<br />

Completado con la intervención de un nuevo motivo en figuración<br />

más movida, y tras el breve período de transición aparece<br />

el segundo tema en mi menor, piano, iniciado por los cuatro instrumentos,<br />

que unidos en los dos primeros compases, se separan<br />

contrapuntísticamente en el tercero.<br />

La primera parte de este segundo tema se desarrolla como<br />

continuación de su motivo inicial: á la segunda, dialogada entre<br />

los cuatro instrumentos, en mi mayor, se une el período final de<br />

cadencia, terminado en movida figuración de semicorcheas.<br />

Comienza el desarrollo, como continuación del período anterior,<br />

utilizándose en él breves fragmentos de los temas segundo<br />

y primero, tratados á veces melódicamente. De cortas dimensiones,<br />

enlázase con la reproducción de la primera parte.<br />

El primer tema se prolonga brevemente, y el período de transición<br />

preséntase en la misma forma y tonalidad de la exposi-<br />

27


28<br />

ción. Ni el segundo tema oon sus dos partes en la menor y la<br />

mayor, ni el período de cadencia, sufren alteración alguna, prolongándose<br />

el último en unos pocos compases, que actúan de<br />

ñnal.<br />

Menuetto.<br />

El primer tema en la mayor, piano, lo canta el violin primero<br />

acompañado por el segundo<br />

y en vez de repetirse en la misma forma, le reproduce la viola,<br />

acompañada por los tres instrumentos.<br />

Inicia la repetición segunda un nuevo motivo más floreado,<br />

terminado con un apunte melódico en do sostenido menor, fortísimo.<br />

Tras un silencio vuelve á aparecer el tema de la primera<br />

parte.<br />

Cantan la primera parte del trío los dos instrumentos centrales,<br />

á la octava, acompañados por el violonchelo y el primer<br />

violin.<br />

En la repetición segunda, dentro del mismo carácter, la melodía<br />

sigue cantándose siempre por dos instrumentos á la octava:<br />

los dos inferiores primero, los superiores después, y los centrales<br />

al final.<br />

Con el da capo tradicional termina el tiempo.<br />

Andante cantabile.<br />

En forma de andante con variaciones. El tema en re mayor,<br />

consta de las dos partes acostumbradas, cantada la primera pollos<br />

dos violines en sextas,<br />

iniciando la melodía de la segunda la viola y el violonchelo, y<br />

prosiguiéndola los dos violines.<br />

Las variaciones se suceden en el orden siguiente:<br />

Primera.—En forma fugada sobre una variante del tema que<br />

propone el violonchelo.<br />

Segunda.—Cantada por el violin primero, siempre pianísimo,<br />

diluido el tema en tresillos de semicorcheas, y sencillamente<br />

acompañada por los demás instrumentos. En la segunda repetición<br />

adquieren pasajera importancia los instrumentos inferiores.


Tercera.—El tema, simplificado, lo van exponiendo fragmentariamente<br />

algunos instrumentos, sobre el movido dibujo de<br />

acompañamiento que sostiene al principio el violín segundo, 3'<br />

más tarde los dos violines.<br />

Cuarta.—Sempre pianíssimo, presenta el tema, algo modificado<br />

en su línea melódica, muy cantable.<br />

Quinta.—En fuerte, varían el tema á la octava el violin segundo<br />

y la viola acompañados por el violonchelo y por un trino<br />

del primer violín. La disposición de los instrumentos se altera<br />

pasajeramente en la repetición segunda.<br />

Coda.—Al descender la sonoridad al pianísimo, iniciase el<br />

tema en si bemol como para una nueva variación, desenvolviéndose<br />

después libremente. Aparece el tema por última vez, pianísimo,<br />

poco adagio, como base del final.<br />

Allegro.<br />

El apunte rítmico indicado por la viola, y repetido sucesivamente<br />

por los cuatro instrumentos, hace nacer en el violín primero<br />

el tema principal en la mayor, piano<br />

que sigue desarrollándose, siempre comentado por el apunte rítmico<br />

inicial.<br />

Una breve transición, precede al segundo tema en mi mayor,<br />

pianisimo<br />

acompañado después por unas escalas descendentes y continuado<br />

más tarde con un nuevo motivo.<br />

El período de cadencia se caracteriza por la repetida intervención<br />

de un diseño arpegiado que engendra su motivo característico.<br />

Comienza la parte central utilizando el primer tema en un<br />

largo episodio. Una breve aparición de la melodía principal del<br />

segundo, vuelve á dejar el puesto al primer tema en los dos instrumentos<br />

superiores, mientras el violonchelo ejecuta las escalas<br />

descendentes que acompañaron al segundo tema en la exposición.<br />

Proseguido después con libertad y tras una breve alusión<br />

al segundo tema, se inicia la reproducción de la primera parte.<br />

Está algo alterada: el tema segundo aparece en la mayor, y<br />

la coda, de algunas proporciones, se desarrolla principalmente<br />

sobre el primer tema y su apunte característico, que sigue ínter<br />

viniendo hasta el acorde final.<br />

+<br />

29


30<br />

VI Cuarteto en si bemol<br />

Una obra plácida, de jovial espíritu, de serena alegría y de<br />

las más populares de Beethoven.<br />

Todo el cuarteto es de una homogeneidad encantadora. Si el<br />

primer tiempo parece proceder de Haydn, su humorismo, su gracia,<br />

son legítimamente beethovenianos; el sentimentalismo del<br />

adagio está envuelto asimismo en una tinta graciosa y elegante,<br />

que"le da un aspecto especial; el scherzo no disuena de este ambiente<br />

de dulzura; hasta la misma Maünconia, la parte más seriamente<br />

triste de este encantador cuarteto, apenas si roza la<br />

piel, no profundiza y bien pronto se disuelve en un vals alemán<br />

que termina en carcajada jocosa. Todo el cuarteto es obra de serenidad<br />

espiritual, engendrada por un espíritu dichoso y feliz.<br />

Beethoven deja en ella el arte del cuarteto, lijando este jalón tan<br />

característico, para que asi pueda apreciarse mejor, todo el abismo<br />

que separa el arte de sus cuartetos primeros con el arte de<br />

los cuartetos siguientes, dedicados al conde de Rasumoff'sky.<br />

Allegro con brio —La observación que muchos comentaristas<br />

han hecho respecto del primer motivo del cuarteto en fa (número<br />

1 de esta serie) como especialmente apto para esta clase de composiciones,<br />

podría ser repetida aquí aplicándola al motivo inicial<br />

de este tiempo. Gracioso, fácil, alegre, engendra todo el primer<br />

tema en humorístico diálogo del violin con el violonchelo, y donde<br />

quiera que interviene acusa su presencia acompañada de una<br />

inocente y candorosa sonrisa. Del segundo tema dice Helm que<br />

denuncia un dulce encanto amoroso. Su paso por el alegro deja<br />

una huella de más noble severidad: quizá por razón de su carácter<br />

expresivo, no aparece sino cuando lo solicitan imperiosas exigencias<br />

de forma; moviéndose todo el resto del tiempo entre el<br />

motivo principal y uno de los temas secundarios, más apto por<br />

su contextura para acercarse y fundirse con el humorismo del<br />

primero.<br />

Adagio ma non troppo.—De este adagio dice Helm, que ha sido<br />

siempre uno de los favoritos del público, y más especialmente de<br />

las señoras. Más gracioso que sentimental, sin despertar nunca<br />

pensamientos sombríos, adornado con la coquetería de sus arabescos,<br />

fluye con elegante distinción. Aún la mayor intimidad de<br />

la melodía que actúa de segundo tema, aparece velada por la profusión<br />

de adornos con que la cortejan los demás instrumentos,<br />

dando así al adagio una gran unidad de ambiente. La terminación<br />

del tiempo es de una gracia encantadora.<br />

SCHERZO: Allegro.—Es, sin duda, el más original de los<br />

scíierzi que figuran en esta primera serie de cuartetos: por la manera<br />

de tratar el ritmo parece presentirse el scherzo de la cuarta<br />

sinfonía y de otras obras posteriores. Desbórdase aquí la sonriente<br />

alegría del alegro inicial en bacanal caprichosa, más avalorada<br />

aún por el juguetón humorismo del trío, con las «cabriolas» del<br />

primer violin, como ingeniosamente las llama un comentarista.


LA MALINCONiA: adagio.—Es la perla del cuarteto; un pensamiento<br />

solitario que se introduce en la escena de esta obra.<br />

Con los medios más sencillos, apunta Helm, muéstrase aquí<br />

Beethoven insuperable pintor de almas: las lágrimas, los suspiros,<br />

los sollozos, esa inmersión en un espíritu sentimental no son<br />

él mismo: no proceden de su alma: son más bien el alma de una<br />

muchacha que llora la primera contrariedad de su vida.<br />

Allegretto quasi allegro.—Libre de forma, en el estilo de un<br />

landler ó de un vals alemán, s¡ al principio parece empañado por<br />

las tristezas del adagio precedente, luego va revistiéndose de alegría<br />

mayor. Con sencillez deliciosa Huye todo él, hasta detenerse<br />

en un intenso recuerdo de la maliiiconia. El motivo del vals, más<br />

triste, lucha un momento con el recuerdo del dolor, pero al fin<br />

acaba por dominar y por convertirse tras una breve indecisión,<br />

en la alegría loca que pone fin al cuarteto.<br />

Allegro con brio.<br />

Mientras el violin segundo y la viola acompañan con acompañamiento<br />

rítmico, dialogan el violín primero y el violonchelo<br />

el tema principal en si bemol<br />

que al reproducirse se traslada á los dos violines. No vuelve á<br />

exponerse sino en parte, enlazándose con un breve motivo en escalas<br />

ascendentes y descendentes entre los tres instrumentos superiores<br />

característico del período de transición, brevemente indicado.<br />

El segundo tema, en fa, lo canta el violín primero, apoyando<br />

su ritmo todos los instrumentos.<br />

Prolongado brevemente su final, déjase oir un fragmento del<br />

tema principal como terminación de la parte expositiva.<br />

El desarrollo comienza utilizando ese mismo tema. Después,<br />

tras un silencio, aparece el motivo de la transición en forma fugada,<br />

para volver de nuevo al tema principal que se diluye en<br />

un largo episodio (pianísimo) dialogado en terceras entre los instrumentos<br />

superiores é inferiores, episodio terminado en un calderón.<br />

31


32<br />

El primer tema aparece como en la parte expositiva, transformada<br />

su reproducción segunda en un nuevo episodio seguido<br />

del motivo de transición ahora en do mayor.<br />

El tema segundo se hace oir en si bemol, terminando como en<br />

la exposición, sin coda.<br />

Adagio ma non troppo.<br />

El violin, sencillamente acompañado por los demás, inicia el<br />

tema en mi bemol, piano.<br />

Al continuar la melodía el violin segundo, va acompañada de<br />

un contrapunto melódico en el primero, continuando después en<br />

una segunda parte que termina en una variación sobre el tema<br />

ya expuesto.<br />

El segundo lo inician en mi bemol menor el violin y el violonchelo<br />

ála octava<br />

interviniendo en su exposición todos los instrumentos en un desarrollo<br />

de algunas proporciones. Un episodio sobre fragmentos<br />

del tema principal precede á una nueva exposición del mismo en<br />

forma más adornada que la que revistió al principio, prolongándose<br />

su final y enlazándose con el segundo tema, ahora en do<br />

menor. Este se reduce ahora á una breve indicación de su motivo<br />

característico, seguido de algunos elementos del tema principal<br />

engendradores de la coda.<br />

SCHERZO. Allegro.<br />

El tema principal, en si bemol, lo expone el violin primero,<br />

con su ritmo y acentos característicos<br />

desenvolviéndose las dos repeticiones con el mismo interés en el<br />

ritmo.<br />

La melodía del trío, la expone íntegramente'el violin primero


sencillamente acompañado por los instrumentos inferiores. Co<br />

ta de las dos repeticiones acostumbradas, y un breve enlace sobre<br />

el motivo de la primera parte prepara el da capo.<br />

La MALINCONIA: adagio.—Allegretto quasi allegro.<br />

Adagio.—Lo acompaña la indicación: Questopezzo sideve trattare<br />

colla piú gran delicatezza. Todo el principio se desarrolla en<br />

pianísimo, sobre el motivo en si bemol, que canta el violín<br />

primero<br />

y reproduce el segundo. Un nuevo motivo más contrapuntístico<br />

sigue luego al anterior, basándose toda el final sobre el grupet'o<br />

con que termina la primera frase. Por un calderón se enlaza<br />

con el<br />

Allegro quasi allegro. —El tema principal, expuesto por el primer<br />

violín en si bemol, piano<br />

va seguido de un complemento dialogado entre el violonchelo, el<br />

violín primero y la viola. Un largo enlace presenta un nuevo motivo<br />

en fa mayor<br />

entre los tres instrumentos superiores, que, al terminar su desarrollo,<br />

vuelve á exponer el tema principal en fa, como preparación<br />

para reproducir el mismo tema en si bemol.<br />

Va seguido de su complemento, y del motivo que antes lo<br />

siguió, ahora en si bemol, y termina volviendo á indicar de nuevo<br />

el tema principal.<br />

Este prosigue ahora en forma distinta, deteniéndose en un<br />

calderón. El adagio se reproduce en parte, seguido de una indicación<br />

del tema del allegro. Vuelve á indicarse brevemente el<br />

adagio (dos compases) y de nuevo el tema principal en sol mayor,<br />

precede á otra exposición del mismo en si bemol. Va seguido<br />

de su complemento, más desarrollado ahora, como iniciación de<br />

la coda. Una indicación del tema del allegretto en adagio, hace<br />

que este tema se resuelva en el prestissimo final.<br />

—í h-<br />

3


34<br />

Obra 59.<br />

Trois Quatuors pour deux Violons, Alto et Violoncello.<br />

r a e<br />

Composés par Louis van Beethoven. Oeuvre 59 . A<br />

Vienne au Bureau des arts et d'industrie. A Pesth<br />

chez Schreyvogel & Comp. En la tercera página figura<br />

la dedicatoria, que comienza: Trois Quatuors tres humblement<br />

dediés á son Excellence Monsieur le Comte<br />

de Rasoumoffsky, Conseiller privé actuel de Majesté<br />

l'Empereur de toutes les Russies, etc.<br />

Han transcurrido seis años desde que publicó Beethoven los<br />

seis primeros cuartetos dedicados al príncipe Lobkowitz. Su música<br />

de piano se ha enriquecido con las 11 sonatas comprendidas<br />

en re la en si bemol, obra 22, y la appasionata, obra 57, y con<br />

las seis de piano y violin (de la cuarta ala novena, dedicada á<br />

Kreutzer). La orquesta ha visto nacer las tres primeras sinfonías;<br />

su alma ha sufrido con los desventurados amores de Julieta<br />

Guicciardí y de Teresa de Brunswick; ha desahogado sus dolores<br />

en el célebre testamento de Heiligenstadt; su creciente sordera<br />

le hace aislarse del mundo; ha renegado de su arte antiguo<br />

en aquellas palabras que refiere Czerny: «estoy muy poco satisfecho<br />

de mis obras anteriores; desde ahora voy á emprender un<br />

nuevo camino», y, como consecuencia de este propósito marca su<br />

arte ese paso de avance, audaz, gigantesco, pasando de la estética<br />

de Haydn y de Mozart al grandioso pensamiento engendrador<br />

de la sinfonía heroica y de las-sonatas conocidas con los sobrenombres<br />

de Claro de luna, Pastoral, Aurora y Appasionata.<br />

En este momento, completamente definido el campo de su<br />

visión artística, templado su espíritu y seguro de sí mismo con<br />

la producción de tanta obra maestra, vuelve de nuevo la vista al<br />

cuarteto, y escribe los tres que forman la obra 59 y que han inmortalizado<br />

el nombre del Conde de Rasumoffsky, á quien están<br />

dedicados.<br />

Era el conde de Rasumoffsky un noble señor ruso, que se había<br />

educado con el gran duque Pablo, heredero de la Corona del<br />

Czar, y que ya había sido Embajador de su país en Venecia, Ñapóles,<br />

Copenhague y Stokolmo, cuando fué nombrado en 1798<br />

para desempeñar el mismo cargo en Viena. Casado con una de<br />

las hermanas del príncipe Lichnowsky (uno de los grandes protectores<br />

de Beethoven), gran aficionado á la música, violinista ex-


célente, quizá discípulo de Haydn, bien pronto trabó amistad con<br />

el insigne compositor.<br />

La composición de estos cuartetos fué un homenaje del autor<br />

al conde de Basumoffsky. El primero fué comenzado en 26 de<br />

Mayo de 1806; los tres eran ya conocidos en Viena en Febrero de<br />

1807, y poco después de ser publicados en Enero de 1808, el Conde<br />

de Rasuinofísky, formaba en su palacio el famoso Cuarteto<br />

con Schuppanzigh, Weiss y Linke, actuando él mismo de segundo<br />

violín, Cuarteto dedicado principalmente á ejecutar las obras<br />

de Beethoven, muchas de las cuales lo fueron «recién salidas del<br />

horno».<br />

El avance que representan estas obras en el arte del cuarteto<br />

es enorme. Lenz los llama los «cuartetos milagrosos», bajados<br />

del cielo; un guante arrojado al pasado, al presente, y al porvenir<br />

de la música: la instalación de un estilo nuevo en el cuarteto,<br />

más rebelde á las innovaciones que la sonata y la sinfonía».<br />

Helm, el que con más detenimiento ha estudiado los cuartetos<br />

de Beethoven, indica con acierto, que estos tres están caracterizados<br />

por una «grande y poderosa objetividad», reflejándose en<br />

ellos los dolores y las alegrías del mundo entero.<br />

Ese sentimiento de la tragedia, del dolor angustioso, que de<br />

vez en cuando aparece en los primeros cuartetos, más bien sentido<br />

que intensificado, explota aquí encontrando la forma adecuada<br />

de expresión. La gama de sentimientos se ensancha ampliando<br />

sus limites, lo mismo en el dolor, que en el humorismo:<br />

la melodía se robustece en su linea y en su interioridad; el ritmo<br />

descubi-e horizontes hasta entonces ocultos; la harmonía se<br />

hace más dúctil; el contrapunto más dócil, la fuga deja de constituir<br />

una habilidad técnica para arrastrar con la fuerza de su<br />

sentimiento; los instrumentos adquieren mayor personalidad,<br />

aventajando en fuerza expresiva el violonchelo al violín, y hasta<br />

el cuarteto entero busca sonoridades más amplias. Por ello, no<br />

sin razón, se ha llamado á estos cuartetos «cuartetos sinfónicos»,<br />

no sólo por su factura y por sus ideas, sino por la tendencia del<br />

oído á buscar en ellos los timbres del oboe, del clarinete, de la<br />

trompa, como suplemento de la instrumentación.<br />

El molde «sonata» se amjjlia y se enriquece en este período<br />

del arte de Beethoven. Ya cada uno de los tiempos comienza á<br />

perder aquellas características que había adoptado en manos de<br />

Haydn y de Mozart: el primer alegro se robustece y se amplía;<br />

el andante deja con frecuencia de ocupar el segundo puesto, cediendo<br />

su plaza al scherzo, y al concentrarse en si mismo descubre<br />

nuevas formas y nuevas profundidades; el minué desaparece<br />

por completo, cuando su intervención no obedece á una razón<br />

expresiva, y aun el scherzo pierde su título para ensanchar el<br />

marco de sus formas, y volar más libremente en su expresión; el<br />

final deja de ser el regocijado sucesor de la giga que había cultivado<br />

Haydn, y del gracioso rondó creado por Mozart, para ir<br />

buscando una significación más alta, significación que aunque<br />

no aparezca completamente definida hasta los cuartetos últimos,<br />

se apunta ya aquí con claridad suficiente; los períodos intermedios<br />

en cada uno de los tiempos dejan de ser puentes para pasar<br />

de un tema á otro, adquiriendo importancia melódica y mayor<br />

35


36<br />

personalidad; el trabajo temático busca constantemente una razón<br />

expresiva; las peroraciones ganan en fuerza y en extensión,<br />

y desde el tercer cuarteto de esta obra 59 comienza á aparecer la<br />

introducción al primer tiempo, no usada por Beethoven antes de<br />

ahora, introducción breve, de unos pocos compases que unas veces<br />

sigue actuando con personalidad propia, y otras se reduce á<br />

preparar el alza del telón.<br />

En estos de la segunda época, la intención es mayor y más<br />

honda que en los de la primera, pero todavía se reviste la forma<br />

de una apariencia atractiva, ó brillante ó bella en sí misma: los<br />

dos elementos, el interno y el externo, están en ponderación de<br />

equilibrio, con importancia y personalidad independiente.<br />

Cuando aparecieron fueron acogidos con desdén. La Allgemeiiie<br />

musicalische Zeitung daba cuenta de su audición en 1807, en<br />

esta forma:<br />

«Tres nuevos cuartetos de Beethoven muy largos y difíciles<br />

llaman la atención de los inteligentes. Están profundamente<br />

pensados y escritos de un modo excelente, pero no están al alcance<br />

de todos, á excepción quizá del en mi menor, que debe<br />

gustar por su originalidad, su melodía y su energía armoniosa.»<br />

Beethoven limita aquí el número de cuartetos que solían publicarse<br />

como una sola obra, de seis á tres. En adelante ya cada<br />

cuarteto es considerado como obra separada é independiente.<br />

+


VII Cuarteto en fa<br />

El manuscrito original va encabezado con la inscripción:<br />

«Quartetto lmo. La prima parte, solo una volta. Quartetto angefangen<br />

an 26 ten Mai 1806" (comenzado el 26 de Mayo de 1806).<br />

La indicación de la prima parte solo una volta es interesante, y<br />

se refiere á que en el primer alegro no se repite la exposición,<br />

contra la tradicional costumbre en todas las obras de esta especie.<br />

De vastas proporciones, de gran riqueza temática espléndidamente<br />

desarrollada, de una gravedad de pensamiento completamente<br />

extraña á la creación de los primeros seis cuartetos,<br />

Beethoven, sin introducir aún grandes alteraciones en la contex-tura<br />

del molde clásico, lo ensancha de una manera prodigiosa,<br />

utilizando todos los recursos técnicos de los instrumentos de<br />

arco, excepto la sordina que, como antes se indicó, jamás la emplea<br />

en su música de cámara. Tanto por el contenido, como por<br />

la tendencia ó importancia de este primer cuarteto de la nueva<br />

serie, resulta exacto el dicho de un comentarista, de que, comparándolo<br />

con los seis de la obra 18, debe ser considerado, no<br />

como un cuarteto, sino como cuatro cuartetos distintos, como si<br />

cada uno de sus tiempos constituyera una unidad independiente.<br />

Mendelssohn lo llamaba «la más beethoveniana de todas las<br />

obras de Beethoven».<br />

Separadamente, cada uno de sus tiempos es un monumento:<br />

en la obra, resultan con admirable cohesión y homogeneidad,<br />

como cuatro magníficos cuadros, que lógicamente se suceden.<br />

Aún el humorismo del allegretto está aquí tratado con una gravedad<br />

de pensamiento, muy distante, casi extraña al humorismo<br />

de los cuartetos primeros.<br />

Y, sin embargo, como antes se ha indicado, fué esta obra objeto<br />

de las burlas y desdén de sus contemporáneos. Lenz refiere<br />

que cuando se tocó en San Petersburgo, el solo de cuatro compases<br />

del violonchelo, sobre un si bemol, al principio del allegretto<br />

excitó la hilaridad de todos. Nadie quería dar crédito á esa<br />

innovación; nadie concebía que se pudiera hacer dialogar á los<br />

instrumentos en esa forma: fué preciso ver la particella, para<br />

convencerse de que no se trataba de una mixtificación. En San<br />

Petersburgo también, cuando se ejecutó en la casa del mariscal,<br />

Conde de Sollykoff, en 1812, Bernard Romberg «el violonchelo<br />

hecho hombre» como le llamaban sus contemporáneos, pisoteó la<br />

parte de violonchelo de este cuarteto, tomándola por una burla y<br />

declarándola intolerable.<br />

Dos particularidades curiosas indica Nottebohm al dar cuenta<br />

de los cuadernos en que Beethoven lo compuso.<br />

La primera se refiere á la nota «Un sauce ó una acacia sobre<br />

la tumba de mi hermano» que aparece entre los borradores del<br />

adagio y que podría tomarse por un pensamiento extraño á la<br />

obra, si no fuera por el hecho de que el único hermano de<br />

Beethoven, que había fallecido murió en 1783 (treinta y tres<br />

37


38<br />

años antes de la composición de esta obra). El único acontecimiento<br />

familiar próximo á la nota en cuestión fué el casamiento<br />

de Carlos, hermano del compositor, en 25 do Mayo de 1806, un<br />

día antes del en que Beethoven indica haber comenzado la composición<br />

de este cuarteto. De aqui que algún comentarista se pregunte<br />

con razón, si esa nota, en el supuesto -de que aluda al matrimonio<br />

de Carlos, es un humorismo, ó si encierra un sentido<br />

simbólico, relacionado con el profundo dolor que inspiró este<br />

adagio.<br />

La otra indicación se refiere al tema ruso, base del alegro<br />

final. Ambos temas, el de este cuarteto y el del siguiente, los<br />

tomó Beethoven de una colección de Liecler populares rusos publicada<br />

por Ivan Pratsch, y ambos los copió en su cuaderno de<br />

composición. El utilizado en este cuarteto figura en el cuaderno<br />

de Beethoven en el tono de si bemol. Es digno de notarse que<br />

las primei-as notas del tema ruso son también las del primer tema<br />

del primer tiempo, coincidencia que parece acusar un deliberado<br />

propósito.<br />

Allegro.—Sólo comparable al primer tiempo de la sinfonía<br />

heroica, sorprende por la majestad de su traza y la grandeza de<br />

su concepción. El primer tema, noble, sereno, majestuoso se<br />

eleva desde las profundidades del violonchelo á las más elevadas<br />

regiones del primer violin, sin perder nunca su sereno y grave<br />

contorno. «Surgido de la disposición de alma más característica<br />

y personal de Beethoven, va ascendiendo en el proceso lógico de<br />

los sonidos», dice Helm. Nuevas disposiciones de alma, unas heroicas,<br />

otras briosas, dulces más tarde, van sucedióndose como<br />

rasgos de un sólo carácter fundamental. En una sucesión tan típica<br />

de sentimientos, la repetición de la exposición hubiera robado<br />

interés y verdad al proceso expresivo. Por ello Beethoven<br />

suprime aquí este canon de forma y continúa con el libre desarrollo<br />

de su pensamiento presentando su creación animada de<br />

sentimientos distintos, como si viviera la vida y en cada momento,<br />

sin dejar de ser él, mostrara un lado especial de su carácter<br />

siempre épico y heroico. Imposible es seguir paso á paso todas<br />

las evoluciones, todas las facetas que el pensamiento reviste<br />

y que parece afirmarse en su carácter heroico en la peroración<br />

con el formidable fortisimo que la encabeza.<br />

Allegretto vivace e sempre scherzando.—Es el scJierzo (aunque<br />

no lleva ese título) más gigantesco de Beethoven, sólo comparable<br />

al de la Novena sinfonía. Con él se penetra en un mundo<br />

nuevo de grandiosa gracia y de no menos grandioso humor. A su<br />

lado todos los demás parecen ob;-a de pigmeos. Es una orgía de<br />

ritmos caprichosos, de apuntes breves, una bacanal fantástica y<br />

grave, como sólo pudo concebirla el gigantesco pensamiento de<br />

Beethoven. «No es fácil señalar el sentido de esta danza de figuras<br />

parecidas, eternamente cambiantes, dice Helm. Sólo puede<br />

explicarse por el juego libre del capricho, de la fantasía abandonada<br />

á sí misma: es la vida de un alma libre ó interesante, por Ja<br />

que pasan los goces y la secreta melancolía iluminándola, y oscureciéndola<br />

como esas nubes que ocultan ó descubren los rayos del<br />

sol, dibujando en las praderas manchas de sombra 3' de luz.»<br />

Adagio molto e mesto.— «Inmensa lamentación sobre el dolor


y la ruina», lo llama un comentarista. La nota trágica aparece<br />

aquí en una tragedia del alma, de un alma grande y extraordinaria<br />

que parece resumir en si los dolores del mundo. Nada hay<br />

en él que no sea lúgubre y luctuoso. Si por un momento, una<br />

sensación más dulce, como una promesa de consuelo, parece mitigar<br />

el dolor, bien pronto la acompañan los sollozos, y se sumerje<br />

de nuevo en el fúnebre ambiente del desconsuelo mayor.<br />

En una sola obra vuelve Beethoven á abordar este cuadro de<br />

desolación y de ruina, en el adagio de la sonata en si bemol,<br />

obra 109, que con el de este cuarteto y con el del primero de la<br />

obra 18, en fa, constituyen tres ejemplos típicos de la distinta<br />

manera de tratar un mismo pensamiento en las tres épocas características<br />

de su arte.<br />

En vez de terminar el cuadro, la melodía se disuelve en una<br />

divagación del primer violín, que sobre un trino conduce al<br />

tiempo final.<br />

Allegro.—Un humorismo gravemente gracioso acompaña al<br />

tema ruso, base de este tiempo, engendrador, por la inversión<br />

libre de uno de sus fragmentos, del segundo tema. El propósito<br />

psicológico, la intensa emoción de los tiempos anteriores conviértense<br />

aquí en fácil desenvoltura, en el encantador desenfado<br />

con que Beethoven juega con el tema ruso, hasta presentarlo al<br />

final, como mística plegaria que busca el cielo.<br />

Allegro<br />

El violonchelo, rítmicamente acompañado por los instrumentos<br />

centrales, comienza, sin preparación, la exposición del<br />

primer tema en fa, medio fuerte y dolce<br />

que prosigue en piano el violin primero, llegando luego por un<br />

crescendo al tortísimo. Un motivo episódico, hace aparecer en<br />

seguida, sobre una doble pedal del violonchelo y la viola una<br />

segunda parte del tema, en la misma tonalidad de fií, cantada<br />

por los dos violines, dolce<br />

reproducida en seguida por los instrumentos inferiores á solo, y<br />

prolongada en una derivación temática de la melodía inicial.<br />

El violonchelo á solo, inicia un declamado en fortísimo<br />

39


40<br />

sobre el que se desenvuelve brevemente el episodio que precede<br />

al segundo tema. Este lo canta el primer violin, dolce, en do<br />

mayor, sobre contrapuntos de los demás instrumentos, comenzando<br />

así<br />

El tema se desarrolla primero melódicamente, y luego en<br />

una especie de fantasía, que, después de intervenir en ella todo<br />

el cuarteto, y de llegar al fortísimo, termina en piano, con respuestas<br />

en notas tenidas entre las regiones extremas del cuarteto.<br />

En el período final de la parte expositiva suministra el material<br />

temático la melodía inicial del primer tema, cantada,<br />

dolce, por el violin primero.<br />

La misma melodía cantada por el violonchelo, inicia la parte<br />

central. Sucesivamente van apoderándose de ella los otros instrumentos<br />

hasta resolverse en un episodio donde alternan simétricamente<br />

los á solo del violin primero con las intervenciones<br />

de todo el cuarteto, y que termina con el diálogo que antes apareció<br />

para terminar el segundo tema, en notas tenidas entre las<br />

regiones extremas del cuarteto.<br />

La melodía del tema inicial, sobre notas tenidas de los demás<br />

instrumentos, da origen á una larga fantasía del primer<br />

violin, en la que luego intervienen melódicamente los instrumentos<br />

inferiores con fragmentos del tema principal. La continuación<br />

de esa fantasía actúa como contramotivo de un fugado,<br />

cuyo motivo propone el violin segundo<br />

Al final del fugado se funden en un nuevo episodio el fragmento<br />

inicial del primer tema y otro fragmento del segundo.<br />

Preparado por otro fragmento del tema inicial, aparece ineapera<br />

damente él primer tema cantado por el violonchelo, acompañado<br />

en la misma forma de la exposición.<br />

El plan de ésta, se reproduce, ampliado y modificado: la segunda<br />

parte del primer tema aparece ahora en la bemol; el declamado,<br />

en do mayor, cantado por los dos instrumentos inferiores;<br />

el segundo en fa, lo inicia la viola, prosiguiendo en forma<br />

análoga á la primitiva, y el período final aparece como antes,<br />

dolce, cantado por el violin primero.<br />

La coda se inicia con un formidable tutti en fortísimo, sobre<br />

el tema principal, que sigue presentándose en nuevas utilizaciones<br />

temáticas, brevemente interrumpido por un nuevo motivo.


Allegretto vivace e sempre scherzando.<br />

Entre la gran riqueza de motivos que aparecen en este tiempo<br />

descuellan por su importancia el ritmo que sobre el si bemolapunta<br />

el violonchelo á solo, y el apunte melódico con que continúale!<br />

violín segundo'<br />

Sería demasiado largo seguir en su desenvolvimiento todo el<br />

proceso de este tiempo. Predominando el motivo rítmico, van<br />

apareciendo diversos apuntes melódicos, siempre breves, > que se<br />

mezclan y se reproducen en toraías distintas.<br />

Una segunda parte en fa menor, iniciada con la frase<br />

se desenvuelve más melódicamente, cantada primero por el violín<br />

y luego por el violonchelo.<br />

El ritmo y los motivos de la parte primera, vuelven á imperar,<br />

revestidos de mayor interés, en nuevas y más interesantes<br />

disposiciones, con extenso desarrollo, apareciendo de nuevo la<br />

melodía de la segunda parte, en si bemol menor, encomendada,<br />

como antes, al violín primero, y al violonchelo después.<br />

La larga coda es más bien un nuevo trabajo, ampliamente<br />

desarrollado, sobre los motivos que intervinieron en la primera<br />

parte.<br />

Adagio molto e mesto.<br />

La melodía principal en fa menor la canta el violín primero,<br />

sotto vocee, acompañado contrapuntísticamente por los demás<br />

instrumentos. • - -<br />

Reproducida por el violonchelo, y seguida de un breve complemento,<br />

continúa el violonchelo cantando el principio del se-'<br />

gundo tema en do menor<br />

que recogido por el violín se desarrolla largamente.


42<br />

El mismo segundo tema, en la bemol iniciado también por el<br />

violonchelo, prepara un nuevo y breve episodio, que dá entrada,<br />

en el mismo instrumento á la melodia principal, libremente desarrollada.<br />

Una nueva melodia en re bemol, que canta el violin primero<br />

pianísimo, molto cantabile<br />

y que se desenvuelve con alguna extensión, da entrada en el<br />

mismo violin á la melodía inicial en fa menor, más variada y<br />

adornada.<br />

No se reproduce nuevamente, como en la primera parto sino<br />

que va seguida del segundo tema en fa menor, envuelto en un<br />

mayor interés y desarrollado en la misma forma de origen.<br />

El segundo violin, doblado á poco por el primero, inicia por<br />

última vez la melodia principal, cuyo final se diluye en una fantasía<br />

del violin, que, al descansar en un trino, da entrada al<br />

TEMA RUSO.-Allegro.<br />

Sobre el trino del violin primero, expone el violonchelo el<br />

tema ruso, sernpre piano, en ta.<br />

Reproducido por el violin primero é iniciado nuevamente por<br />

la viola, se disuelve en un episodio de alguna extensión, que<br />

conduce al segundo tema en do mayor, cantado por el violin segundo,<br />

dolce, sobre una pedal superior del primero ó intervenciones<br />

rítmicas de los otros instrumentos<br />

Lo reproduce el violin primero en do menor, y tras una indicación<br />

del principio del tema ruso, aparece un nuevo motivo rítmico,<br />

bastante desarrollado, que va seguido de unas escalas en<br />

fortísimo por todo el cuarteto, disminuyendo luego la sonoridad<br />

y quedando solo el primer violin sosteniendo el trino con que<br />

comenzó el tiempo.<br />

Al principio del desarrollo impera el tema ruso, unido á otros<br />

elementos menos importantes, y tratado en trabajo temático.<br />

Después domina el motivo rítmico que antes apareció al final de<br />

la exposición y que más desarrollado ahora, vuelve á hacer aparecer,<br />

después de un nuevo episodio, el tema inicial.


En pianisimo lo expone el violin primero, siguiendo el plan<br />

de la exposición, algo alterado. El segundo tema lo canta el violonchelo<br />

en fa mayor, y a la terminación del motivo rítmico,<br />

iniciase la coda.<br />

Se basa principalmente en el tema ruso, que después de presentarse<br />

como fundamento de un nuevo desarrollo, recobra su<br />

forma primitiva en un Adagio ina non troppo, cantado, como<br />

una plegaria, en la región más aguda del violin, para terminar<br />

con los pocos compases en presto, que ponen lin al tiempo.<br />

43


44<br />

VIII Cuarteto en mi menor<br />

De naturaleza distinta, casi opuesta á la del anterior en fa,<br />

es este en mi menor. En el primer cuarteto de la obra 59 todo es<br />

grandioso, heroico, lleno de majestad solemne: hasta sus proporciones<br />

y su arquitectura acusan el propósito de elevarse á regiones<br />

altas; aquí predominan setimientos más Íntimos, más recatados,<br />

envueltos por lo general en un tono de misterio y de apacible<br />

tranquilidad.<br />

El tema ruso que figura en la parte alternativa del allegretto,<br />

pertenece á la colección de Ivan Pratsch, ya citada en el cuarteto<br />

anterior, y, como el utilizado allí, está anotado por Beethoven<br />

en su cuaderno de composición, en el tono de la mayor. Sin tener<br />

todo el contacto que el motivo ruso tiene en el cuarteto en<br />

fa con el principio del tema del primer tiempo, no deja de ofrecer<br />

alguna semejanza el tema ruso aquí utilizado, con el motivo<br />

inicial del primer allegro.<br />

Allegro.—A la amplitud melódica del primer tiempo del cuarteto<br />

en fa, se opone una melodía fragmentaria, indecisa. Todo en<br />

este tiempo es tranquilo y misterioso, íntimamente humano,<br />

fuera de la idealidad épica que caracterizaba al allegro anterior.<br />

En su forma hay una simetría y una severidad encantadoras que<br />

constituyen el adecuado marco de las plácidas y tranquilas ideas<br />

que en él se desarrollan.<br />

Molto adagio.—Para Helm es una inmersión en las más sublimes<br />

é idealistas representaciones, un himno profundamente religioso<br />

y ardientemente humano con la gran riqueza de sus ideas<br />

que en vez de terminar cuadradamente, se van soldando y uniendo<br />

en la melodía infinita tan característica del segundo período<br />

beethoveniano como transición de la antigua forma al arte de<br />

Wagner. Holz y Czerny refieren que este adagio lo inspiró á<br />

Beethoven la contemplación de una noche estrellada en los solitarios<br />

campos del Saat (cerca de Badén) y aunque Nottebohm<br />

duda si esa inspiración podria ser aplicada con igual fundamento<br />

al adagio del anterior cuarteto, es lo cierto que no parece del<br />

todo inverosímil, ante el mágico mundo á que nos transporta<br />

con sus «jugosas melodías, cálidos acordes y disposición peculiar<br />

de su instrumentación». En la melodía y en la manera de disponer<br />

sus dos primeros períodos, parece verse aquí una anticipación<br />

de la canzona del cuarteto en la menor, con todo el abismo<br />

que media entre el arte de esta época y el de las obras finales.<br />

Luego, la melodía infinita recobra sus fueros, prosiguiendo unas<br />

veces entre armoniosos y románticos acentos, y otras entre más<br />

apasionados y fogosos apuntes.<br />

Allegretto.—Campea en él, según Helm, noble sentimentalidad,<br />

un espíritu «coquetamente caballeresco». Su melodía y su<br />

ritmo son más bien un presentimiento de las mazurkas de Chopin,<br />

que una derivación del alegre espíritu de Haj'dn ó del humor<br />

chispeante de la primera época de Beethoven. En la parte


alternativa—mayor—aparece el tema ruso, tratado en forma<br />

fugada, como eco de una melodía de caza. La fuga no se desarrolla:<br />

se expone, completa, por tres veces, cada vez con humorismo<br />

y alegría mayor, atrepellándose jovialmente, en la última los<br />

cuatro instrumentos en canon, y adquiriendo en seguida una<br />

tinta más severa, para enlazar con la romántica melodía de la<br />

primera parte. Como en los sclierzi de la cuarta y séptima sinfonía<br />

y de los cuartetos 10 y 11, Beethoven hace aquí reproducir<br />

el trío nuevamente, seguido por tercera vez de la primera parte.<br />

FINALE.—Allegro.—Según apunta Helm, el humorismo que ha<br />

aparecido veladamente en el primero y tercer tiempo, se presenta<br />

aquí con franqueza mayor, festejando su propio triunfo. En<br />

forma de rondó, en carácter de marcha, con su tema característico<br />

en do mayor que solo modula á mí menor (tonalidad del<br />

tiempo) en las cadencias, fluye siempre juvenil y lleno de vida,<br />

con las abundantes repeticiones de su tema principal, con el hu<br />

moristico diseño que vaga de un instrumento á otro como preparación<br />

de las nuevas exposiciones del tema, con los graciosos<br />

y felices desarrollos del mismo, con la larga y amplia peroración,<br />

en la que por vez primera se exhibe el tema en fortísimo,<br />

seguido del piú • presto, donde, por fin, impera la tonalidad de mi<br />

menor.<br />

Allegro.<br />

Dos acordes estableciendo la tonalidad de mi menor, y un<br />

breve silencio, preceden á la presentación del primer tema, expuesto<br />

por el violin primero, pianísimo, con la intervención de<br />

los demás instrumentos<br />

En su formación intervienen distintos motivos tratados contrapuntísticamente,<br />

el último de los cuales, se reproduce después<br />

de un silencio, en el violin segundo, enlazándose con el<br />

episodio de transición. Este episodio, de muy breves proporciones,<br />

siempre fuerte, disminuye la sonoridad para presentar sobre<br />

un trino medido de la viola, el segundo tema en sol mayor, dialogado<br />

al principio entre el violonchelo y el primer violin<br />

P<br />

y proseguido después melódicamente, con la intervención del<br />

violin segundo, agregándosele al final un característico complemento<br />

rítmico.<br />

Al último período de la exposición lo caracterizan dos breves<br />

períodos, el primero en crescendo sobre notas sincopadas, de to-<br />

45


46<br />

dos los instrumentos, y el segundo, fuerte, en arpegios descendentes<br />

del primer violín y la viola sobre un trémolo de los otros.<br />

La parte central utiliza al principio los acordes de preparación<br />

y el motivo inicial, algo desarrollado. Varios episodios se suceden<br />

en esta parte, que utiliza principalmente algunos de los motivos<br />

que se sucedieron en la formación del primer tema, unidos<br />

á otros menos importantes.<br />

Tras un unísono de los cuatro instrumentos en fortísimo, reaparece<br />

el tema principal, algo modificado al principio, muy alterado<br />

después, seguido del episodio de transición, del segundo<br />

tema en mi mayor y de los dos pasajes en síncopas y arpegios<br />

que terminaron la parte expositiva.<br />

El final se prolonga en una larga coda, sucediéndose en ella<br />

como material temático los acordes de preparación, el primer<br />

compás del primer tema, un episodio análogo á otro que figuró<br />

en la parte central, y terminando sobre una derivación de un<br />

fragmento del tema principal en piano.<br />

Nlolto adagio.<br />

Va acompañado de la indicación Si tratta questo pezzo con<br />

violto di xentimento.<br />

El cuarteto, en realización severa á cuatro partes, en la tonalidad<br />

de mi mayor, expone el tema principal, cantando el primer<br />

violín la melodía<br />

que prosigue el violin segundo sobre un dibujo rítmico del violín<br />

primero. La segunda parte la inicia el violín segundo, sobro<br />

un nuevo ritmo del primero, pasando después á éste la melodía,<br />

y prolongándose en un breve enlace para el segundo tema.<br />

Lo cantan en terceras el violonchelo y la viola, en si mayor,<br />

sobre una fantasía del primer violín, piano,<br />

prosiguiéndolo los instrumentos superiores, prolongándose largamente<br />

sobre una fantasía en tresillos (sempre piano e dolce)<br />

en la que intervienen todos los instrumentos, aunque preponderando<br />

el primer violín, y terminando en una codetta sobre el<br />

motivo dialogado por los dos violines<br />

que continúa apareciendo tras una breve interrupción.


El corto desarrollo lo inicia el violonchelo sobre el principio<br />

de la melodia principal en una progresión acompañada por tresillos<br />

de los instrumentos superiores, que al llegar del piano al fortísimo,<br />

prosigue con libertad mayor, apareciendo al final un<br />

breve fragmento del segundo tema.<br />

La melodía principal la reproduce el primer violin algo abreviada,<br />

realzándola el mayor interés con que están tratados los<br />

instrumentos centrales y sucediéndose en su acompañamiento<br />

los dos motivos rítmicos que aparecieron en la parte expositiva,<br />

y que ahora indica el violonchelo; el segundo tema, en mi mayor,<br />

sigue todo su anterior proceso, terminando en la codetta que<br />

antes lo siguió; y al iniciarse la coda, todo el cuarteto, fortisimo,<br />

ataca la melodía principal, derivada después en la codetta del<br />

segundo tema, que á su vez se diluye en una escala, que al llegar<br />

á la región grave, determina el final.<br />

Allegretto.<br />

El violin primero, rítmicamente acompañado por los demás<br />

instrumentos, inicia el tema principal en mi menor, pianísimo<br />

Las dos repeticiones do la primera parte, se desarrollan sobre<br />

el mismo motivo rítmico, que en formas distintas va pasando<br />

por los cuatro instrumentos.<br />

La parte central—maqcjiore—presenta el tema ruso en la<br />

viola, sobre un contraniotivo del violin segundo,<br />

en un fugado á cuatro partes. Al terminar la exposición de la<br />

fuga, vuelve á iniciarse de nuevo, sobre un contramotivo distinto,<br />

y al terminar esta segunda presentación, una tercera en canon<br />

y estrechos, fortisimo, conduce al final de esta parte en la<br />

que el tema ruso se produce más melódicamente, para enlazar<br />

con el da eapo.<br />

El final del mayor lleva la indicación da capo ü minore ma<br />

senza replica ed allora ancora una volta il trio, e dopo di nuovo<br />

da capo il minore senza replica.<br />

FIN ALE—Presto.<br />

Sobre el ritmo de marcha que sostienen los instrumentos inferiores,<br />

canta el primer violin, piano, el tema principal, que comenzando<br />

en do, termina en mi menor<br />

47


•48<br />

fp<br />

Cuatro exposiciones de esta melodia se suceden, precedidas<br />

las dos últimas de un breve intermedio de cuatro compases, y<br />

prolongándose la final en un largo episodio, siempre fuerte, que<br />

por un diminuendo presenta el segundo tema en si menor, cantado<br />

por el primer violin, sobre un acompañamiento rítmico de<br />

los demás instrumentos.<br />

Proseguido por la viola y el violonchelo, y luego por el primer<br />

violin, va seguido de un episodio de enlace donde un breve<br />

apunte pasa de un instrumento á otro, hasta determinar por un<br />

crescendo la entrada del tema principal, que se reproduce como<br />

én su anterior exposición.<br />

En la parte central se suceden diversos motivos: primero el<br />

que sobre escalas del violin, siempre fortísimo, presentan la<br />

viola y el violonchelo<br />

continuándolo en formas distintas; después, una breve fantasía<br />

del primer violin, pianísimo, sobre el tema principal; luego un<br />

episodio que inicia el violonchelo con el motivo<br />

y que después de desarrollarse, se transforma en un nuevo episodio<br />

cuyo final conduce á la reproducción.<br />

Esta se inicia con el segundo tema en mi menor cantado por<br />

el primer violin. considerablemente ampliado, que enlaza con el<br />

tema principal por el mismo episodio que entre ambos se produjo<br />

en la exposición.<br />

El tema principal está reducido ahora á dos exposiciones de<br />

su melodía, prolongada la segunda en un largo desarrollo temático,<br />

en el que siguen sucedíéndose los episodios, hasta llegar<br />

por un largo crescendo á una última presentación del primer<br />

tema, fortísimo.<br />

Su final se prolonga todavía en el piu presto, siempre fortísimo,<br />

que pone fin á la obra.<br />

—í t«


IX cuarteto: en do<br />

En Alemania y en Austria suelen designar este cuarteto con<br />

el sobrenombre de Helden-Quartett, «cuarteto del héroe», asignándole<br />

en la obra de cámara un puesto análogo al que la heroica<br />

ocupa entre las sinfonías. Otros comparan su elocuencia con la<br />

del final de la quinta sinfonía, y Marx lo tiene por una de las más<br />

fieles representaciones del espíritu de su creador, cuando en la<br />

noche de su soledad escrutaba los abismos de la existencia, irguiéndose<br />

después con toda la virilidad de su alma gigantesca.<br />

Estas observaciones y comentarios sólo pueden tener una cierta<br />

justificación aplicados al primer tiempo y aplicarse completamente<br />

á la fuga final, nunca á los tiempos centrales influidos por<br />

otra clase de sentimientos.<br />

De cualquier manera este cuarteto no tiene menos personalidad<br />

que los dos anteriores. Si el primero en fa, descuella por la<br />

majestad de su traza, por las regiones de elevación espiritual en<br />

que se mueve; si el segundo se presenta envuelto en su tinta misteriosa<br />

é íntima, este tercero, con el heroico presentimiento de<br />

su comienzo, con las fogosidades que arrastran, con la grandiosidad,<br />

con el ímpetu arrebatador de su final, es digno compañero<br />

de los otros dos, aun reconociendo en él una menor homogeneidad<br />

de estructura, que en nada empaña la individual belleza de<br />

cada una de sus partes.<br />

INTRODUZI0NE: Andante con monto.—Allegro vivace.—Las palabras<br />

de Marx antes copiadas, parecen tener aplicación especial á<br />

la introducción de este primer tiempo. En ella parece verse á<br />

Beethoven sumido en una de sus hondas meditaciones, aislado<br />

del mundo, concentrado en la intimidad de su espíritu, por el que<br />

sólo vaga el germen de una idea. Un momento de resolución, más<br />

bien de acción, sin objetivo determinado, comienza á animarle,<br />

hasta explotar al fin en la rítmica y valiente melodía que domina<br />

é infunde su alma al alegro. Tras ella todo es animación y verbosidad.<br />

Todo el tiempo está tratado sinfónicamente, con humorismo<br />

legítimamente beethoveniano, sin utilizar en el amplio desarrollo<br />

más que esa especie de fantasía que precedió á la presentación<br />

y algún otro motivo secundario; sin peroración de grandes<br />

vuelos, sin más que una caprichosa sonrisa que actúa á modo de<br />

final.<br />

Andante con moto, quasi al légrete—«Suena en su lentitud, dice<br />

Marx, no como un dolor presente, sino como el lamento de un<br />

recuerdo, que no se sabe de dónde viene para conmover y estremecer<br />

nuestros corazones.» Toda la primera parte con su deliciosa<br />

coda, parece por su dulzura, por su encanto halagador, un presentimiento<br />

de las romanzas sin palabras de Mendelssohn, quien<br />

no había nacido aún cuando esta obra fué estrenada. Después,<br />

Beethoven se sumerje en tristezas más hondas, pasajeramente<br />

iluminadas por algún rayo de luz de mendelssohniano carácter.<br />

Sus recuerdos parecen divagar en un mundo de tristezas, hasta


50<br />

que la melodía primitiva con los característicos pizzicali del violonchelo<br />

viene á intervenir con su encantadora dulzura, extinguiéndose<br />

al final sobre los vaporosos pizzicati de los cuatro instrumentos.<br />

MENUETO: Grazioso.—Un comentarista apunta la indicación de<br />

que no aparecen en él la alegría ni el heroísmo «para no profanar<br />

la dolorosa impresión del andante»; otro cree ver aproximarse y<br />

retirarse dos parejas, parodiando los minués de antaño. Es un<br />

tiempo tranquilo, gracioso, amable, cuyo trío forma vivo contraste<br />

con la parte principal, que al terminar la segunda repetición<br />

se diluye en la encantadora coda sobre la que ataca la viola<br />

el tema de la fuga. La razón de su- carácter, y de su colocación en<br />

este puesto, más bien que en razones psicológicas, debe encontraise<br />

en el contraste brusco, en la sacudida que produce la fuga<br />

final tras un tiempo de ambiente tan delicado y plácido, no del<br />

todo extraño al dulce sentimiento del andante.<br />

Allegro molto.—Es titánico, formidable, lleno, según la acertada<br />

frase de Helm, de entusiasmo tempestuoso, electrizado! 1<br />

, genial,<br />

donde la grandeza de la concepción apenas si puede encerrarse<br />

en la sonoridad del cuarteto, escrito, al parecer, de un<br />

aliento solo, que únicamente puede apreciarse en toda su grandeza<br />

ejecutado por cuatro virtuosos que sepan comunicarle todo<br />

el ardoroso fuego y toda la intensa vida sonora que palpita en el<br />

pensamiento de Beethoven. Es imposible dar una idea de la ardorosa<br />

pasión, de la impetuosidad maravillosa con que se desploma<br />

esta catarata de sonidos. Ante la elocuencia arrebatadora de<br />

esta fuga no es posible pensar en las curiosidades de su forma<br />

(primer tiempo de sonata con una fuga como primer tema), en la<br />

disposición de sus episodios, en nada que no sea dejarse subyugar<br />

por el vibrante arrebato de esta creación, digna de figurar al lado<br />

de las más geniales de Beethoven.<br />

INTRODUZIONE: Anclante con moto.—Allegro vivace<br />

La lenta introducción, en notas tenidas, siempre pianísimo,<br />

en la que sólo se destaca un breve apunte, precede á ia entrada<br />

del allegro vivace, donde el primer violín á solo, comienza ejecutando<br />

una fantasía en do mayor,<br />

que proseguida, conduce por un crescendo al primer tema en la<br />

misma tonalidad, cantado en fuerte por los tres instrumentos superiores,<br />

sobre una pedal rítmica del violonchelo.


Su exposición va seguida de una segunda parte, á manera de<br />

complemento, que iniciada por el violin segundo y proseguida<br />

por el primero, conduce al episodio de transición iniciado por el<br />

primer violin, con el motivo,<br />

Este episodio continúa su proceso hasta hacer aparecer el segundo<br />

tema dialogado entre los cuatro instrumentos, en sol<br />

mayor, fuerte, tema que comienza<br />

y que prosigue su desarrollo casi siempre en una animada figuración.<br />

Un nuevo motivo muy breve, que expuesto por el violonchelo<br />

reproducen sucesivamente la viola y el primer violin,<br />

inaugura el período final de esta primera parte.<br />

El desarrollo utiliza al principio la fantasía con que inició el<br />

allegro el primer violin, diluida ahora en un episodio, que termina<br />

utilizando el complemento del primer tema en fa mayor, y<br />

luego el principio del periodo de transición. Libremente continuado<br />

éste, lo sigue un episodio (fortísimo primero, piano después)<br />

en .contestaciones entre los dos instrumentos inferiores de<br />

una parte y los dos superiores de otra, terminado en una nueva<br />

fantasía del primer violin que prepara el advenimiento del tema<br />

principal.<br />

Expuesto como en su forma primera, más adornado á veces, y<br />

sin el complemento que antes lo siguió, va seguido del episodio<br />

de tránsito, modificado y alargado, y del segundo tema en do mayor.<br />

El período final de la parte expositiva se prolonga en la coda,<br />

que termina apresurando el tiempo y que concluye en fortísimo.<br />

Andante con moto quasi allegreto.<br />

El tema principal consta de dos partes, marcadas ambas con<br />

el signo de repetición. La primera, en la menor, se inicia cantando<br />

el primer violin, al que luego se agregan los instrumentos<br />

centrales, sobre un pizzicato del violonchelo, la melodia<br />

A la terminación de la segunda parte, y sobre el pizzicato del<br />

violonchelo, canta el primer violin, apoyando su ritmo los instrumentos<br />

centrales, un breve complemento del tema<br />

51


52<br />

continuando en un episodio no muy extenso, que da entrada al<br />

segundo tema.<br />

Lo expone el violin, en do mayor, dolce<br />

iolc<br />

prosiguiéndolo la viola y terminándolo el violin primero.<br />

El desarrollo se prolonga extensamente, en el carácter del<br />

tema principal, siempre en sentido melódico y en forma de diálogo<br />

entre diversos instrumentos. La aparición del segundo tema<br />

en la mayor, da origen á nuevos episodios sobre el mismo, resueltos<br />

al fin en un pizzicato del violonchelo, que sobre notas tenidas<br />

de los otros instrumentos desciende hasta la región más<br />

grave de su diapasón, preparando la reproducción del tema principal.<br />

Este se presenta ahora revestido de mayor interés contrapuntistico<br />

con sus dos partes, que en vez do repetirse aparecen nuevamente<br />

escritas en forma diferente. Va, como antes, seguido de<br />

su complemento y de un episodio, pero en vez de conducir al segundo<br />

tema, presenta de nuevo el complemento melódico del<br />

tema principal, terminando con un final del violonchelo, pizzicato,<br />

sobre notas tenidas de los demás instrumentos.<br />

Menuetto.-Grazioso.<br />

El primer violin canta en do mayor, piano, acompañado pollos<br />

demás instrumentos, la melodía<br />

que en vez de repetirse, es cantada nuevamente por el mismo<br />

instrumento una octava más grave.<br />

La segunda repetición se desenvuelve como desarrollo libre<br />

de la idea primera.<br />

El trío, eii fa mayor, lo comienza cantando el violin primero,<br />

fuerte, completando la viola la melodia<br />

Sus dos repeticiones se basan en la melodía anterior, á la que<br />

se agregan algunos nuevos elementos.<br />

Repetida la parte primera en la forma acostumbrada, en vez<br />

-—


de terminar con la segunda repetición, la sigue una coda en la<br />

que el tema principal va diluyéndose hasta espirar en un calderón,<br />

sobre el que ataca la viola el tema de la fuga.<br />

Allegro molto.<br />

La viola expone el largo motivo de la fuga, piano, en do mayor,<br />

que comienza así<br />

• Sucesivamente van entrando el violín segundo, el violonchelo<br />

y el primer violín, reforzando cada vez más la sonoridad, hasta<br />

que ésta disminuye en un solo del violín primero, para presentar,<br />

piano, un nuevo motivo en sol mayor, repartido entre los cuatro<br />

instrumentos<br />

que continúa desarrollándose para hacer aparecer de nuevo el motivo<br />

principal, como base de un extenso episodio.<br />

A partir de este punto los episodios sobre el tema principal<br />

se suceden constantemente, destacando por su importancia el que<br />

inicia el violín primero en una progresión ascendente y descendente<br />

sobre las tres primeras notas del tema, progresión que van<br />

reproduciendo sucesivamente los otros tres instrumentos, y que<br />

todavía va seguida de episodios nuevos.<br />

Llegada la sonoridad al fortísimo, la viola ataca de nuevo el<br />

tema de la fuga sobre el contramotivo que indica el primer violin<br />

continuando unidos ambos elementos y prosiguiendo en forma<br />

análoga á la del principio.<br />

El nuevo motivo que apareció antes en sol mayor, se presenta<br />

ahora en do, y al terminar, prosigue el desarrollo de la fuga,<br />

primero sobre trinos, después, al iniciarse la peroración, sobre<br />

nuevas variantes del episodio construido con las tres primeras<br />

notas del tema, secundadas á veces por sencillas intervenciones<br />

melódicas del violín segundo, hasta llegar, en el final, á la sonoridad<br />

máxima del cuarteto.<br />

53


54<br />

Obra 74.<br />

X Cuarteto en mi bemol<br />

Quatuor pour deux Violons, Viola et Violoucelle,<br />

composé et dedié á Son Altesse le Prince regnant<br />

de Lobkowitz, Duc de Raudnitz, par L. van<br />

Beethoven. Proprieté des Editeurs. Oeuvre 74,<br />

á Leipsig chez Breitkopf & Hártel.<br />

En los dos años que transcurren desde 1807, año de la terminación<br />

de los tres cuartetos dedicados al conde de Rasumoffsky,<br />

hasta 1809, en que aparece la composición del en mi bemol, publicado<br />

en Diciembre de 1810, la literatura beethoveniana se enriquece<br />

con la sinfonía pastoral, tres conciertos, dos para piano<br />

y uno para violin y orquesta, la obertura de Coriolan, dos tríos<br />

(obra 70) y otras obras de menor importancia.<br />

Algún comentarista señala la preferencia que acusan las composiciones<br />

de esta época de Beethoven por el tono de mi bemol: el<br />

quinto concierto de piano, este cuarteto, uno de los tríos de la obra<br />

70, la sonata Les Ádieux, están escritos en la misma tonalidad.<br />

Pertenece este cuarteto al período menos activo de la vida de<br />

Beethoven, al año en que las tropas francesas entraron en Viena.<br />

El ruido de los cañones afectaba á Beethoven de tal modo, que<br />

en más de una ocasión, buscó refugio en el sótano de la casa de<br />

su hermano, para no oirlos. Los acontecimientos políticos, la<br />

intranquilidad reinante se tradujeron en una menor producción,<br />

en una crisis de su dirección artística, que ha hecho que muchos<br />

de sus biógrafos, miran este cuarteto como curiosidad del más<br />

alto interés, desde el punto de vista bibliográfico.<br />

La razón de la dedicatoria al príncipe Lobkowitz, á quien<br />

están dedicados los seis primeros cuartetos, debe encontrarse en<br />

la protección especial de que fué objeto Beethoven en esta época,<br />

por parte de algunos nobles austríacos. Se hallaba muy escaso de<br />

recursos, cuando Jerónimo Bonaparte, entonces rey de VVestf'alia<br />

le ofreció el puesto de maestro de capilla en Cassel con un sueldo<br />

de 600 ducados (7.500 pesetas), y 150 más para gastos de viaje é<br />

instalación. Esta oferta aunque parece haber sido hecha á fines<br />

de 1808, no influyó en el ánimo del compositor hasta algunos<br />

meses después. La alarma que cundió en Viena entre los aficionados<br />

á la música fué extraordinaria: su resultado inmediato, el<br />

comprometerse los Príncipes de Lobkowitz y de Kinsky y el<br />

Archiduque Rodolfo á pasarle una pensión de 4.000 florines anua-


les, hasta tanto que se le pudiera conseguir un puesto oficial de<br />

maestro de capilla en la corte vienesa. El agradecimiento de<br />

Beethoven á sus protectores se tradujo en la dedicatoria de tres<br />

obras sucesivas, la 73 (concierto de piano en mi bemol) al Archiduque<br />

Rodolfo, la 74 (este cuarteto) al Príncipe Lobkowitz, y la 75<br />

(seis Heder) á la Princesa Kinsky.<br />

Señalan los comentaristas en este cuarteto |un dualismo altamente<br />

significativo: el contraste entre una ternura idealista, delicada<br />

y sentimental, y el sentimiento de fresco realismo que tan<br />

poderosamente se eleva y desarrolla. Hasta la disposición general<br />

de la obra, con sus múltiples sentidos y contrastes, acusa una<br />

interesante novedad. Cada tiempo parece influido por un sentimiento<br />

distinto: á la enigmática interrogante de la introducción,<br />

responde el fresco ambiente del primer tiempo, con el humorístico<br />

empleo de los pizzicati que han dado á este cuarteto el nombre<br />

de cuarteto de las arpas; al noble sentimentalismo del adagio,<br />

el formidable y pavoroso espíritu del presto siguiente; coronando<br />

la obra un alegreto con variaciones, cuyo tema tan dulce<br />

y apacible, arroja una nota de delicada poesía.<br />

Es curioso el juicio de este cuarteto, formulado al tiempo de<br />

su aparición por el Allgemeine musicalische Zeitung de Leipzig.<br />

«Más grave que alegre, más profundo y lleno de arte que agradable<br />

y gustoso. No es de desear que la música instrumental continúe<br />

por estos caminos. El cuarteto no tiene por misión celebrar<br />

la muerte, pintar sentimientos de desesperación, sino elevar<br />

el alma por un juego imaginativo, dulce y bienhechor. El<br />

adagio... ¡sombrío nocturno!»<br />

Poco adagio.—Allegro.—Una figura melódica, como interrogación<br />

enigmática salida del alma, íntimamente expresiva, inicia<br />

la introducción. En ella, con más amplitud, con más importancia<br />

melódica, parece reproducirse el pensamiento que informó la<br />

introducción del anterior cuarteto en do (obra 59, núm. 3). La<br />

duda se resuelve al fin en las tres notas del acorde de mi bemol,<br />

expuestas en arpegio ascendente, que después de una frase melódica<br />

tierna y dulce, van mariposeando graciosamente de unos<br />

instrumentos á otros en el característico pizzicato, siempre sostenido<br />

por el constante ritmo de otros instrumentos. La energía<br />

tranquila del segundo tema, la harmoniosa suavidad de su segunda<br />

parte, son notas nuevas que aumentan el interés de la exposición.<br />

La fuerza y energía que á poco se introducen en el espíritu<br />

del desarrollo, van apagándose lentamente hasta expirar en el<br />

idealismo de las arpas. Una larga coda termina el tiempo, como<br />

parte nueva que se introduce en el plan, más bien como un nuevo<br />

desarrollo, en el que el motivo de las arpas domina por completo.<br />

Adagio ma non troppo —La melodia infinita de libre vuelo, de<br />

noble y doloroso sentimentalismo, se desarrolla en este tiempo,<br />

como una romanza sin palabras, casi siempre encomendado su<br />

canto al primer violin. Por tres veces interviene la melodía, descendiendo<br />

de región en cada una de ellas, y enriqueciéndose en<br />

cada nueva entrada con mayor complicación de adornos: sus dos<br />

intermedios son dos cantos nuevos, íntimamente doloroso el primero<br />

como un lamento, como un quejido; más noble y sereno el<br />

segundo, acompañado por sorda agitación. Al reaparecer el pri-<br />

55


56<br />

mero de estos intermedios como ñnal, parece presentarse la tristeza<br />

misma, según la frase de un comentarista.<br />

Presto.—El impétu del presto, su fatídico fatalismo, parecen<br />

una continuación ó una renovación del primer tiempo de la quinta<br />

sinfonía. No es sólo la semejanza del tema: su espíritu, su elocuencia,<br />

el tempestuoso torbellino que lo impulsa, hablan el<br />

mismo lenguaje que allí, siempre amenazador y pesimista. Como<br />

parte alternativa introduce aquí Beethoven una forma y un carácter<br />

muy significativos, completamente nuevos en su música,<br />

según el dicho de Marx. Al torbellino de su tema se une pronto<br />

un inesperado cantus fírmus, formando, no un contraste, sino un<br />

aspecto nuevo, del sentimiento inspirador de la parte principal,<br />

que, como allí, arrastra con la fuerza poderosa de su interés.<br />

Nada más lejos del minué clásico ó de los scherzi anteriores. El<br />

Beethoven de la novena sinfonía y de los últimos cuartetos, aparece<br />

aquí, ensanchando prodigiosamente el molde clásico.<br />

Después de repetir el trío y de hacer oir por tercera vez la<br />

primera parte, todavía prosigue ésta en una prolongación misteriosa,<br />

sobre cuyo final, sin interrupción, comienza el Allegretto.<br />

Allegretto con Variazioni.—El tema, de dulzura y sencillez encantadoras,<br />

aparece notado en otra forma, entre los apuntes para<br />

la obra 50, con letra de un lied de Matthisson, titulado « Wunsch*.<br />

Su carácter plácido, suavemente melancólico, aparece desarrollado<br />

en las seis primeras variaciones en la manera clásica, pero<br />

con un espíritu significativamente beethoveniano. Alternando<br />

la fuerza y el vigor de las variaciones impares con el recato y<br />

sensibilidad de las pai-es, como si sucesivamente las inspiraran<br />

un espíritu varonil y un espíritu femenino de exquisita delicadeza,<br />

termina, después de indicar otros sentimientos de variación,<br />

en la loca carrera de una alegría desenfrenada.<br />

Poco adagio.—Allegro.<br />

En la introducción—poco adagio—de algunas proporciones,<br />

comienza cantando el primer violín, sotto voce, sobre la harmonía<br />

de los demás, destacando el motivo interrogación<br />

Una nueva frase, exprexsivo, iniciada por el violín primero, interviene<br />

con importancia melódica en el curso de esta introducción,<br />

que se enlaza con el Allegro por una lenta escala cromática<br />

en valores rítmicos, sobre el motivo interrogación repetido por<br />

el violonchelo.<br />

El Allegro comienza en fuerte, dividido el tema principal, en<br />

mi bemol, entre los dos violines


Al terminar de reproducir la viola la última frase inserta, los<br />

dos instrumentos inferiores sobre el ritmo mantenido por los dos<br />

violines, ejecutan el pizzicato que ha dado su nombre á este<br />

cuarteto<br />

i ,,i • i.- 11,<br />

invirtiéndose luego la disposición de los instrumentos.<br />

Un breve período de enlace, presenta el segundo tema en si<br />

bemol iniciado por la viola, á la que siguen en imitaciones los<br />

demás instrumentos,<br />

prosiguiendo después melódicamente el violin primero, acompañado<br />

por fragmentos de ¡as escalas con que se inició este segundo<br />

tema. El último período de la parte expositiva se forma por la<br />

sucesión de varios motivos breves, muy melódico el último.<br />

La parte central comienza utilizando el primer tema como<br />

base del desarrollo, conti mando luego con un motivo rítmico,<br />

sobre un trémolo de los instrumentos centrales,.que se resuelve<br />

en un importante episodio, piano, repitiendo el violin y el violonchelo<br />

la misma nota en cuatro octavas, en el mismo ritmo, y<br />

sobre el trémolo del segundo violin y la viola. El pizzicato de las<br />

arpas, considerablemente ampliado y modificado vuelve á introducir<br />

el tema principal como principio de la reproducción.<br />

Algo modificada la disposición de los instrumentos en la ex<br />

posición de la primera parte del primer tema, y ampliado el pizzicato<br />

que lo terminó, sigue el período de transición y el segundo<br />

tema, ahora en mi bemol. Al final de la parte expositiva se<br />

agrega una larga coda, que utiliza primero un fragmento del<br />

tema principal, luego el pizzicato, con el que van mezclándose<br />

apuntes melódicos, después el motivo final de la parte expositiva,<br />

terminando con una nueva intervención del pizzicato, en<br />

acordes ascendentes y descendentes.<br />

Adagio ma non troppo.<br />

Un compás de preparación precede al tema principal cantado<br />

por el primer violin en la bemol, en la región aguda, mientras<br />

los demás instrumentos acompañan contrapuntísticamente á<br />

mezza voce.<br />

57


58<br />

•Expuesta la melodía, siempre cantabile, va seguida de una<br />

nueva idea en la bemol menor, igualmente cantada por el violin,<br />

sobre un acompañamiento de mayor sencillez<br />

Su final, seguido de un breve comentario, y de una corta cadencia<br />

en el violin primero, se une al tema principal, cantado<br />

por este mismo instrumento, en la región media, revestido de<br />

mayores adornos en la línea melódica y cambiando su primer<br />

acompañamiento por uno arpegiado.<br />

Integramente expuesta, sígnela ahora el tema de la parte central,<br />

en re bemol, muy melódico y cantable, acompañando al violin<br />

primero los dos instrumentos inferiores<br />

y cantando después la melodía el violonchelo, acompañado pollos<br />

instrumentos centrales y por un expresivo contrapunto del<br />

primer violin.<br />

Un breve enlace hace aparecer por tercera vez la melodía<br />

principal con un acompañamiento distinto, más pintoresco, en la<br />

región grave del violin primero, elevándose luego á la región<br />

central y apareciendo allí envuelta en arabescos y adornos.<br />

La melodía que formó la segunda parte del tema principal<br />

vuelve á iniciarse en la misma tonalidad de la bemol menor,<br />

prosiguiendo libremente en la coda que termina en pianísimo,<br />

morando.<br />

Presto.<br />

Sobre el agitado movimiento de los instrumentos centrales, y<br />

el ritmo que en el bajo marca el violonchelo, expone el violin el<br />

tema de la primera parte, leggiermente<br />

La primera repetición es muy breve.<br />

La segunda se desarrolla extensamente sobre el ritmo y los<br />

elementos expuestos, á los que se agregan algunos apuntes melódicos,<br />

brevemente desarrollados, terminando en pianísimo con<br />

el ritmo inicial, sobre una pedal del violonchelo.<br />

La parte alternativa lleva las indicaciones de piu presto, quasi<br />

prestísimo y Si ha d' immaginar la batuda da %• La comienza<br />

el violonchelo á solo, fortísimo, en do ma3 r<br />

or


ff<br />

uniéndosele en seguida una especie de cantus firmus en la viola<br />

^yj.lj.lj.lj.lj.lj.ljJ^<br />

y prosiguiendo siempre, sin repeticiones, mostrando la unión de<br />

ambos elementos.<br />

A la primera parte, nuevamente escrita, sigue una nueva reproducción<br />

de la parte alternativa, volviendo á hacer oir de nuevo<br />

la parte inicial seguida de una coda, que al terminar en pianísimo,<br />

sirve de enlace para el tiempo siguiente.<br />

Allegretto con Variazioni.<br />

El tema, en mi bemol, lo expone el violín primero sobre un<br />

sencillo acompañamiento de los demás, y consta de las dos partes<br />

acostumbradas<br />

Las variaciones se suceden en el orden siguiente:<br />

Primera.— Sempre forte e staccato.— Interviniendo los cuatro<br />

instrumentos en arpegios ascendentes y descendentes.<br />

Segunda.—Sempre dolce e piano. - Cantada por la viola en<br />

una figuración de tresillos de corchea, sobre notas tenidas de los<br />

otros instrumentos.<br />

Tercera.—Forte. —Sobre un dibujo en semicorcheas del violin<br />

segundo y del violonchelo, Ja viola y el primer violín, varían el<br />

tema á contratiempo.<br />

Cuarta.—Sempre piano e dolce.—El primer violín simplifica<br />

la forma original del tema, sobre el sencillo acompañamiento de<br />

los demás.<br />

Quinta.—Sempre forte.—Los tres instrumentos inferiores varían<br />

el tema en un ritmo característico, mientras el violín acompaña<br />

en arpegios.<br />

Sexta.— Un poco piu vivace.—En pianísimo, sobre una pedal<br />

del violonchelo en tresillos de corchea, varían los demás el tema<br />

en figuración de corcheas sencillas.<br />

Coda.— La prolongación de la variante anterior engendra el<br />

final, donde todavía se indican nuevas formas de variación, terminando<br />

más animadamente en un corto alegro.<br />

.» *•<br />

59


ÓO<br />

Obra 95<br />

XI Cuarteto en fa menor<br />

Eilftes Quartett für zwey Violinen, Bratsche und Violoncell.<br />

Seinem Freunde dera Herrn Hofsekretar Nik.<br />

Zmeskall von Domanovetz gewidmet von Ludwig<br />

t e s<br />

van Beethoven. 95. Werk. Eigenthum der Verleger.<br />

Wien, im Verlag, bey S. A. Steiner und Comp.<br />

Un año después de escrito el cuarteto anterior en mi bemol<br />

(obra 74) y antes de que fuera publicado, terminó Beethoven la<br />

composición de éste, según lo revela la nota con que se encabeza<br />

su manuscrito: Quartett serioso —1810 im Monatte Oktober— Dein<br />

Herrn von Zmeskall gewidmet von seinem Freunde L. Bthen und<br />

geschrieben im Monat Oktober. La primera edición no apareció<br />

hasta seis años más tarde (Diciembre de 181(5) editada por la casa<br />

Steiner y C." de Viena, y su publicación coincide con la época en<br />

que Beethoven decide dar á sus obras título alemán, como afirmación<br />

de germanismo, y protesta contra los invasores franceses.<br />

Este período de títulos en alemán duró pocos años: la última<br />

sonata (obra 111) publicada en 1822, apareció, según la tradición<br />

antigua, con el título en francés; los últimos cuartetos también<br />

lo adoptaron en ese mismo idioma.<br />

Era Zmeskall, Secretario áulico, buen músico, violonchelista,<br />

compositor, 3' sobre todo, uno de los más cariñosos y fieles amigos<br />

de Beethoven, quien invariablemente acudía á él en consulta<br />

de sus dudas domésticas y sociales, y en petición de mil pequeños<br />

servicios. Beethoven siempre le trataba en broma: solía<br />

llamarle «conde musical», «barón quebranta-notas» y otros nombres<br />

por el estilo. Como prueba del tono de sus relaciones con él,<br />

véase una carta de 1811, próxima á la época de la composición de<br />

este cuarteto: «Más que Excelencia: Üs rogamos que nos enviéis<br />

algunas plumas y os enviaremos en seguida un paquete de ellas,<br />

para que no tenga que arrancarse las suyas. Podría ocurrir que<br />

todavía recibierais la gran condecoración de la orden del violonchelo».<br />

Más curiosa es aún la carta en la que le dedica este cuarteto<br />

(16 de Diciembre de 1816): «He aquí, mi querido Zmeskall, mi<br />

amistosa dedicatoria, deseando que sea para usted un recuerdo<br />

de nuestra larga amistad.—Acéptela como prueba de mi estima-


ción y no como final de un hilo tejido desde hace largo tiempo,<br />

porque usted figura en el número de mis primeros amigos en<br />

Viena.—Adiós: absténgase de las fortalezas podridas: su asalto<br />

es más peligroso que el de las que están mejor conservadas.—<br />

Como siempre, su amigo Beethoven».<br />

Quizá el tono de estas relaciones sea suficiente para explicar<br />

el titulo de Quartett serioso con que está encabezado el manuscrito,<br />

limitando su alcance al de una indicación humorística y<br />

viendo en el sentido de la obra un reflejo del tono en que se desarrollaba<br />

esta cariñosa amistad. La mayor parte de los comentaristas<br />

prescinden de la dedicatoria y explican el titulo de serioso<br />

diciendo que no se trata ya en él de un mero juego de sonidos<br />

como en los que componen la obra 18 ni aún de la unión de sentimientos<br />

diversos, como en los cuartetos posteriores, sino que<br />

aparece revestido de una gran unidad, sin lagunas ni saltos de<br />

un tiempo á otro, como si se tratara de más serias explicaciones<br />

de ideas. Por eso lo consideran como un puente, como transición<br />

entre el segundo y el tercer período de Beethoven, como obra<br />

que, sin estar todavía influida por la gran interioridad de los<br />

cinco últimos cuartetos, aparece como vislumbre de la tendencia<br />

final.<br />

Lenz lo llama maravilloso puente tendido por Beethoven en<br />

el tránsito de su estilo, citando los versos de Schiller «un puente<br />

de perlas se construye sobre el lago azul; se eleva y desaparece<br />

en alturas vertiginosas». Nohl lo considera como la primera obra<br />

independiente de Beethoven, colocándolo muy por encima de<br />

todo lo antiguo. Los instrumentos no están tratados ya en la manera<br />

de la obra 59, sino reducidos á su propia fuerza de concentración<br />

interior: la composición es temática, sencilla y penetrante.<br />

Como indica Helm, es un cuarteto y nada más que un<br />

cuarteto.<br />

Allegro con brio.—Apenas sí hay comentarista que no compare<br />

el unísono con que comienza este tiempo, con el unísono con que<br />

comienza el primer cuarteto de la obra 18, en fa mayor, para<br />

mostrar toda la distancia que media en fuerza expresiva entre<br />

el primer motivo de la obra antigua, sencillo, dúctil, poco expresivo<br />

de por sí, y éste, tan agitado é impetuoso. Las analogías<br />

de su constitución j de su tonalidad se extienden también al<br />

modo de utilizarlos constantemente; allí en un sentido humorístico,<br />

aquí con mayor seriedad. Ta la melodía, en este tiempo,<br />

comienza á alejarse del tipo antiguo de melodía cantable: apuntes<br />

breves, siempre significativos por su expresión enérgica,<br />

tranquila, dulce, suplicante, van fundiéndose en diálogos que<br />

constitiryen una escena animada, un cuadro de gran libertad de<br />

forma, en el que empiezan á diluirse los antiguos y tradicionales<br />

cánones.<br />

Allegro ma non troppo.—Las notas con que el violonchelo prepara<br />

el comienzo de este tiempo, dice un comentarista, introducen<br />

al oyente en un medio de recogimiento y de intimidad espiritual,<br />

análogo á la impresión que se experimenta al entrar en<br />

un templo. La melodía se eleva mística y suave en la profunda<br />

tristeza de su dolor, para dejar el puesto á la fuga que ocupa la<br />

parte central, fuga penetrada del mismo doloroso sentimiento,<br />

61


62<br />

íntimo quejido del alma, cuya acendrada expresión, reviste los<br />

caracteres de un ensueño. Al volver la melodía, la sobriedad de<br />

sus adornos, la mayor fuerza de su intimidad, denuncian lo intenso<br />

del sentimiento expresivo, que aún se prolonga en el enlace<br />

para el tiempo siguiente.<br />

Allegro assai vivace ma serioso —Lejos de toda frivolidad, reaparecen<br />

aquí la energía y la agitación del primer tiempo, más<br />

exaltadas, en un calor impetuoso. Surge el tema batallador y<br />

provocativo, como protesta de rebelión, con su ritmo entrecortado,<br />

con su luctuosa melodía, como la desesperación misma, rabiosa<br />

y rebelde. La parte alternativa no es menos triste. Con su<br />

tranquila y dócil expresión, brota misteriosa «cubierta por un<br />

velo». Como en los anteriores cuartetos, se hace oír por dos veces<br />

siempre seguida de la parte principal. Por la manera de estar<br />

tratado el ritmo en la parte primera, han calificado algunos este<br />

tiempo de adivinación de los posteriores procedimientos de Wagner<br />

y Schumann.<br />

Larghetto espressivo.—Allegretto agitato.—Si el primer tiempo<br />

carece de introducción, la tiene, en cambio, el final, con la intensidad<br />

de su anhelante dolor, que trae á la memoria las angustias<br />

que Wagner dejó en su Tristón. En el allegretto sigue predominando<br />

un sentimiento triste, elocuente, tierno y resignado<br />

al principio, transformado después en poderosa escena dramática<br />

de lucha y de catástrofe que ha dado motivo á que sea llamado<br />

esta obra por algunos una pequeña sinfonía heroica suavizada<br />

por el dolor.<br />

Pocos finales de Beethoven, tienen como éste sorpresas tan<br />

poderosas, tal arte de contrastes, ni un sentimiento tan personal.<br />

Como apéndice, siguiendo el modelo de la obertura de Egmont,<br />

agrega Beethoven un movimiento más animado, lleno de alma,<br />

que termina como un canto de victoria.<br />

Las curiosidades y libertades de forma en este cuarteto son<br />

tan grandes que apenas si hay tiempo en el que no se puedan<br />

señalar.<br />

Allegro con brío.<br />

Los cuatro instrumentos, en tres octavas, indican el motivo<br />

fundamental del primer tema, en f'a menor, fuerte, prosiguiendo<br />

después rítmicamente<br />

El primer motivo, repetido en sol bemol por el violonchelo,<br />

continúa en desarrollo melódico, subrayado á veces en la viola<br />

por un fragmento del motivo inicial, hasta que una nueva aparición<br />

de él, fuerte, á la octava, más ampliado, termina el primer<br />

tema.<br />

Tres compases de enlace preceden á una nueva melodía en re


emol, característica de la transición para el segundo tema, que<br />

cantada por el violin va cortejada por un diseño de acompañamiento<br />

que ejecutan sucesivamente la viola, el violonchelo y el<br />

violin segundo<br />

Reproducida con mayor adorno y continuada libremente termina<br />

en fortisimo con una escala ascendente en re mayor, ejecutado<br />

por todos los instrumentos.<br />

El segundo tema con sus dos ideas características, en re bemol,<br />

piano<br />

se expone por dos veces desarrollándose el final de la exposición<br />

sobre el motivo inicial del tiempo con un contrapunto melódico<br />

en el violin primero.<br />

Sobre fragmentos de ese mismo motivo se basa el pequeño<br />

desarrollo, que en parte sustituye á la nueva presentación del<br />

tema principal en la reproducción, toda vez que en vez de exponerlo<br />

nuevamente, iniciase aquí la parte final con el unísono que<br />

terminó el tema al principio.<br />

La melodía de la transición aparece en la forma y tonalidad<br />

de la primera parte (re bemol), modulando luego á fa mayor y<br />

continuando su desarrollo en esta tonalidad. El segundo tema se<br />

hace oir en el mismo tono de fa, y el período de cadencia está<br />

completamente alterado y substituido por una coda sobre el motivo<br />

inicial, que después de desarrollarse en fuerte, termina en<br />

pianísimo.<br />

Allegretto ma non troppo.<br />

El violonchelo á mezza voce prepara en cuatro compases, á<br />

solo, la aparición del primer tema. Su melodía en re mayor cantada<br />

también á mezza vocee por el violin primero en la región<br />

grave, comienza así<br />

y se desarrolla con la agregación de un breve comentario, varias<br />

veces repetido.<br />

La viola inicia el motivo<br />

63


.61<br />

sobre el que se desarrolla un fugado á cuatro partes, interrumpido<br />

por un episodio en pianísimo, sobre la preparación con que el<br />

violonchelo inició el allegretto. Prosigue el fugado su desarrollo,<br />

con mayor animación é interés, hasta extinguirse nuevamente<br />

en la preparación del violonchelo (sotto roce).<br />

La melodía inicial vuelve á cantarla el primer violin, transportada<br />

á la región central, revestida de mayores adornos, y seguido<br />

su comentario iinal de un breve apunte sobre el motivo de<br />

la fuga. Un fragmento del tema principal vuelve á iniciarse en<br />

el violonchelo, y sobre él continúa la coda que se enlaza por un<br />

acorde de séptima disminuida, pianísimo, con el tiempo siguiente.<br />

Allegro assai vivace ma serioso.<br />

Comienza fuerte, apoyando el ritmo todos los instrumentos<br />

Toda la primera parte se desarrolla sobre el mismo motivo<br />

rítmico, abarcando una sola repetición de toda ella, en vez de las<br />

dos acostumbradas.<br />

La parte alternativa, en sol bemol, la comienza á cantar el<br />

violin segundo, piano, espress/vo, sobre la harmonía de los instrumentos<br />

inferiores y un dibujo de acompañamiento en el violín<br />

primero.<br />

Esta melodía reproducida á modo de cantns fi.rm.us por el violonchelo<br />

ó por el segundo violín, en varias tonalidades, desvanécese<br />

al final para volver á presentar la primera parte, nuevamente<br />

escrita, seguida de la parte alternativa muy abreviada, y<br />

de una nueva indicación de la primera parte, pit'i allegro, á manera<br />

de coda.<br />

Larghetto espressivo.—Allegretto agitato.<br />

La introducción— larghetto espressivo—comienza á cantarla el<br />

violín primero, piano, en fa menor


Es muy breve y todavía se prolonga, como preparación del<br />

tema principal, en los dos primeros compases del allegretío agitato,<br />

hasta aparecer el tema cantado por los dos violines, á la octava,<br />

piano<br />

La exposición del tema vuelve á reproducirse á la octava<br />

grave, cantado por el primer violin y la viola. Continuado libremente,<br />

se enlaza con un episodio dramático, caracterizado por<br />

sus contrastes de fuerte y piano y por el trémolo medido que<br />

ejecutan los instrumentos centrales, como fondo de las notas<br />

sueltas en los instrumentos extremos.<br />

Al terminar este episodio sigue un período donde van apareciendo<br />

breves apuntes melódicos entre los que se destaca el que<br />

canta el violin segundo en do menor<br />

El tema principal vuelve á iniciarse, derivando á poco en<br />

desarrollo temático, continuando después su melodía en si bemol<br />

menor, y prosiguiendo libremente. El episodio dramático preséntase<br />

de nuevo algo alterado, seguido del período que antes lo continuó,<br />

y se enlaza con una nueva presentación del tema principal,<br />

con mayor interés en el acompañamiento, que continúa libremente<br />

con la agregación de nuevos elementos, hasta enlazarse<br />

por un ritardando con el allegro final.<br />

Este se inicia en fa mayor, seinprepiano, ejecutando el primer<br />

violin ei motivo<br />

y apoyando todos los instrumentos el ritmo de corcheas.<br />

Es de algunas proporciones, y casi todo se basa en el motivo<br />

inserto.


66<br />

<strong>LOS</strong> ÚLTIMOS <strong>CUARTETOS</strong><br />

Tenía Beethoven el propósito de dedicarse á la composición<br />

de un oratorio, titulado La Victoria de la Cruz, sobre un libro de<br />

C. Bernard, y á la décima sinfonía, ya planeada, cuando recibió<br />

una carta del príncipe ruso Nicolás Galitzin, fechada en 9 de<br />

Noviembre de 1822, llena de entusiasmo y de devoción, en la<br />

que le pedía que, por el precio que Beethoven designara, compusiera<br />

tres cuartetos, dedicados á él, cuartetos de los que el Príncipe<br />

tendría la exclusiva durante un año, al cabo del cual podrían<br />

ser publicados. Beethoven aceptó la oferta, fijando un precio<br />

de 50 ducados (unas 575 pesetas) por cada uno, y el Príncipe<br />

se apresuró á enviarle el importe del primero, modificando más<br />

tarde su proposición primitiva al escribir á Beethoven (5 de<br />

Mayo de 1823): «Ya debe usted haber recibido los 50 ducados correspondientes<br />

al primer cuarteto. Cuando esté terminado puede<br />

venderlo al editor que le parezca: todo lo que yo deseo es la dedicatoria,<br />

y una copia manuscrita. Cuando comience el segundo<br />

y me lo diga, le enviaré otros 50 ducados».<br />

La correspondencia entre Beethoven y el Príncipe, continúa<br />

hasta la muerte del compositor y no ha sido publicada hasta el<br />

año último en el tomo v de la gran biografía de Thayer. Al precio<br />

de los cuartetos (150 ducados) se agregan los de otras obras<br />

que el compositor envió al Príncipe: una copia manuscrita de la<br />

«Misa en re», y ejemplares impresos de la Novena Sinfonía y de<br />

las dos oberturas en do (obras 115 y 124 la última de ellas dedicada<br />

al Príncipe), alcanzando todo la suma de 229 ducados (unas<br />

5.250 pesetas). La guerra de Rusia, largas "ausencias de la Corte<br />

que se vio obligado á hacer el Príncipe, hicieron que á la muerte<br />

de Beethoven sólo hubiera enviado al compositor 104 ducados, y<br />

que se siguiera después una larga correspondencia entre los<br />

herederos del compositor y él, en la que éste se sincera de<br />

los cargos que aquellos le hacían. Los cuartetos en cuestión<br />

(obras 127, 132 y 130) no los envió Beethoven á la persona por<br />

cuyo encargo los había escrito, hasta algún tiempo después de<br />

haber sido ejecutados públicamente en Viena: alguno de ellos,<br />

hasta un año más tarde.<br />

De cualquier modo, el deseo del Príncipe Galitzin, de poseer<br />

tres cuartetos á él dedicados, que compitieran con los tres famosos<br />

dedicados al Conde ruso de Rasumoffsky, es el origen de las<br />

obras finales de Beethoven. La composición de ellas llena los<br />

años 1824 á 182(¡: en 1824 compuso el en mi bemol; en la primavera,<br />

lo más tarde en el verano de 1825, terminó el en la menor;<br />

el en si bemol fué concluido en el otoño del mismo año; y ya entrenado<br />

y encariñado con el cuarteto, compuso, además de esos


tres dedicados al Príncipe Galitzín, otros dos más, durante el<br />

año 1826: el en do sostenido menor, y el en fa, segregando, en<br />

Noviembre de 1826, la fuga final del cuarteto en si bemol, publicándola<br />

como obra independiente, y escribiendo en ese mismo<br />

mes el actual final de dicho cuarteto, última producción que salió<br />

de su pluma.<br />

Los cuartetos no fueron publicados por orden cronológico de<br />

composición, y aun entre los números que actualmente llevan,<br />

fueron editadas composiciones de más antiguo origen. El orden<br />

verdadero es el siguiente: obras 127, 132, 130, 133, 131 y 135.<br />

Entre el último de los cuartetos anteriores y el primero de<br />

esta serie, median catorce años; catorce años en los que la sordera<br />

ha llegado á aislar á Beethoven completamente del mundo,<br />

agigantando su espíritu, catorce años en los que la música se ha<br />

enriquecido con las cinco últimas sonatas de piano, con las sinfonías<br />

séptima, octava y novena, con todas las obras grandiosas<br />

del último período beethoveniano. Y así como en la plena perfección<br />

de su orientación primera escribió los seis primeros cuartetos,<br />

y en pleno auge de su segundo ideal produjo los cinco siguientes,<br />

ahora, cuando su arte último se ha asentado ya en las<br />

encumbradas regiones de la sinfonía novena, de la gran misa, de<br />

las últimas sonatas, la petición del Príncipe ruso le hace volver<br />

la vista al cuarteto y confiar en él las últimas vibraciones de su<br />

alma.<br />

A la primera evolución en un sentido más trágico y heroico,<br />

con mayor y más honda intención emotiva, sigue la segunda. La<br />

música parece que, como si de propósito despreciara toda apariencia<br />

bella, para reconcentrarse en la profundidad, en la esencia<br />

del sentimiento. La melodía abandona todo sentido cantable,<br />

para encarnar en breves motivos fuera de todo sentido melódico<br />

tradicional: los temas, los períodos intermedios, el trabajo temático<br />

se funden en una igualdad de tinta, en polvo de melodía que<br />

desecha toda convencional división y separación de unos términos<br />

á otros; desaparece el relleno harmónico para acercarse á<br />

Bach, más bien por razones internas de dirección artística que<br />

por deliberado propósito de imitación; cada instrumento canta<br />

su propio canto, más que cantar, declaman, recitan, hablan, objetivándose<br />

la intención creadora en la profusión de títulos é indicaciones<br />

expresivas de toda especie que tienden á hacer inconfundible<br />

el propósito de la emoción. Como dice Lenz son estos<br />

cuartetos «el cuadro de la vida del justo, revelaciones místicas<br />

de su paso por la tierra».<br />

Todos los progresos técnicos indicados en la introducción á<br />

los cuartetos centrales continúan evolucionando aquí en un sentido<br />

de perfección mayor; únicamente el carácter sinfónico desaparece,<br />

en general, para dejar reducido al cuarteto á su propia<br />

fuerza de expresión.<br />

El molde sonata se diluye para someterse dócilmente al propósito<br />

expresivo. Los tiempos se ordenan en un sentido de interés<br />

creciente y en vez de aquellos rasgos que los distinguian en<br />

el tipo estético de Haydn y de Mozart, toman rumbos nuevos: el<br />

primer alegro trueca su anterior sabiduría y robustez por un<br />

marcado carácter de preparación, como una improvisación ó un<br />

67


68<br />

preludio; el minué, antes convertido en scherzo pierde el título<br />

y vuela hacia una independencia mayor; el andante con su melodía<br />

intensa, profunda, ó adopta el tipo de variación libre, ó se<br />

convierte en una página breve (cavatina del cuarteto en si<br />

bemol, adagio del último cuarteto) de expresión inenarrable; el<br />

final conviértese en el tiempo culminante del cuarteto, en el<br />

más característico, en el más lleno de fuerza, en el mas genial.<br />

Las dimensiones de los tiempos se agrandan ó se encogen según<br />

lo que su contenido reclama, y así como en las sonatas finales,<br />

tres tiempos, á veces dos, bastaban para constituirlas, aquí se<br />

amplía el molde, escribiendo seis tiempos para el cuarteto en si<br />

bemol, siete números para el en do sostenido menor.<br />

Para penetrar en la interioridad de estas obras, tiene que colocarse<br />

el oyente en un estado de recogimiento y de abstracción.<br />

«Millares de personas se quedarán sin comprenderlas», decía<br />

Beethoven, mismo, y como respondiendo á su profecía se<br />

han destacado dos corrientes de opinión: los que no penetrándolas,<br />

sin pasar de su apariencia, las juzgaban delirios de un cerebro<br />

enfermo, incomprensibles y no bellas, explicando sus harmonías<br />

extrañas 3 r<br />

sus combinaciones rítmicas como consecuencia<br />

de su sordera, y los que habiendo llegado á asimilarse ese arte lo<br />

declaraban el más elevado de cuanto la música ha producido.<br />

Para estos últimos, hoy casi la totalidad, sólo por el amortiguamiento<br />

de sus sentidos externos podía Beethoven encarnar en<br />

un arte separado de lo humano, sus amargos dolores y sus celestiales<br />

alegrías.<br />

Wagner, al estudiar el último arte de Beethoven, habla así:<br />

«Pronto el mundo exterior se borra para él completamente... El<br />

oído era el sólo órgano por el que el mundo podía turbaide, porque<br />

el mundo había muerto tiempo ha para sus ojos. ¿Qué vela el<br />

soñador extático cuando caminaba por el hormiguero de las calles<br />

de Viena, mirando fijamente ante sí, con los grandes ojos<br />

abiertos, viviendo únicamente en la contemplación de su mundo<br />

interior de armonías?... ¡Un músico que no oyel ¿Puede nadie<br />

imaginar un pintor ciego?».<br />

«El, sin estar turbado por el ruido de la vida, escucha ahora<br />

solo las harmonías de su alma, y continúa desde el fondo de su<br />

ser hablando á un mundo que nada puede ya decirle... ¡un mundo<br />

que vive en un hombre! ¡La esencia del mundo, convertida en un<br />

hombre que alienta! Ahora la vista del músico se esclarece en su<br />

interior. Ahora proyecta su mirada sobre las formas que, iluminadas<br />

por su luz interna, comunícanse de nuevo á su ser íntimo.<br />

Ahora es la misma esencia de las cosas la que le habla, la que se<br />

las muestra á la tranquila luz de la Belleza. Ahora comprende la<br />

selva, el arroyo, la pradera, el éter azul, las masas alegres, la<br />

pareja enamorada, el canto de los pájaros, el correr de las nubes,<br />

el rugido de la tempestad, la voluptuosidad de un reposo idealmente<br />

agitado. Y en ese momento, esta serenidad maravillosa,<br />

convertida para él en la esencia misma de la música, penetra en<br />

todo lo que vé, en todo lo que imagina. Aún la queja, elemento<br />

natural de todo sonido, se suaviza en una sonrisa: el mundo<br />

vuelve á encontrar su inocencia de niño... Crece y crece esta<br />

fuerza generatriz de lo inconcebible, de lo jamás visto, de lo


jamás realizado, que por su misma fuerza se concibe, se vé y se<br />

realiza. La alegría de ejercitarla se convierte en humor. Todo<br />

dolor de la existencia viene á estrellarse contra la enorme tranquilidad<br />

de su juego con la existencia misma: Brahma, el creador<br />

del mundo ríe en su interior, porque conoce la ilusión.»<br />

El punto de vista wagneriano lo apoya y aún lo exagera una<br />

carta de Beethoven al editor Schott. Está escrita en Septiembre<br />

de 1824, cuando terminaba la composición del cuarteto en mi bemol<br />

(obra 127) y comenzaba la del en la menor (obra 132). Hasta<br />

ella no parece tenor entera conciencia de su nuevo arte, hasta<br />

entonces no parece ser completo dueño de su inspiración. Dice<br />

así:<br />

«Apolo y las Musas no querrán aún entregarme á la muerte,<br />

porque aún les debo mucho, y es necesario que antes de mi tránsito<br />

á los Campos Elíseos, deje tras de mí lo que el Espíritu me<br />

dicta y me ordena que termine. Me parece que hasta ahora no he<br />

escrito más que algunas notas. Sólo el Arte y la Ciencia, pueden<br />

hacernos entrever y esperar una vida más alta.»<br />

El juicio que estas obras merecieron fué, en general, muy<br />

adverso. Como muestra de lo que de ellas se dijo, pueden verse<br />

estos párrafos de un estudio de Petis sobre los últimos cuartetos<br />

de Beethoven, publicado en la lievue musicale de París (Abril y<br />

Mayo de 1830):<br />

«El arte, cuyo objeto era la emoción ¿deberá componerse de<br />

enigmas que sólo puedan adivinarse á fuerza de perspicacia?-Yo<br />

he oído confesar á músicos como Onslow, Catel, Boieldieu,<br />

Auber, Meyerbeer y Paer, que no entendían nada de esta música,<br />

y yo mismo que, por deber, he hecho de ella un estudio más<br />

serio, confieso que me fatiga, más que me satisface.»<br />

«El gran pensamiento de Beethoven de libertar la música de<br />

formas demasiado restringidas, fructificará; pero sólo cuando un<br />

gusto más puro, unido á un genio tan poderoso como el suyo,<br />

pueda operar esta reforma. Si Beethoven hubiera concebido ese<br />

pensamiento á los cuarenta años, hubiera obtenido, sin duda,<br />

hermosos resultados. Entonces gozaba de todas sus facultades<br />

físicas, y su oído, único juez de los sonidos, le hubiese hecho rechazar<br />

mil cosas, que su larga sordera le hizo admitir.»<br />

69


70<br />

Obra 127<br />

XIJ Cuarteto en mi bemol.<br />

Quatuor pour deux Violons, Alto et Violoncelle<br />

composé et dedié á Son Altesse Monseigneur le<br />

Prince Nicolás de Galitzin, Lieutenant Colon el<br />

de la Garde de Sa Majesté Imperiale de toutes<br />

les Russies, par Louis v: Beethoven. Oeuvre 127.<br />

Propriété des Editeurs. Mayence chez les flls<br />

de B. Schott.<br />

Es el primero de los escritos por encargo del principe Nicolás<br />

Galitzin. terminado en el otoño de 1824, según se deduce de<br />

una carta de Beethoven al editor Schott (17 de Septiembre):<br />

«Recibirá usted también el cuarteto de aquí á mediados de Octubre.<br />

Mis demasiadas ocupaciones y mi mala salud me hacen pedirle<br />

que tenga un poco de paciencia. Estoy aquí (en Badén) por<br />

motivos de salud, ó más bien por mi estado enfermizo. Ta estoy<br />

un poco mejor». El manuscrito original lleva, con efecto, el título<br />

de Quartetto per due Violini, Viola et Violoncéllo. 1824.<br />

L. v. Beethoven.<br />

Fué ejecutado por primera vez el 0 de Marzo de 1825, en un<br />

concierto público, por el Cuarteto Beethoven (Schuppanzigh,<br />

Weiss, Linke y Holz), habiendo antes pedido el autor á los ejecutantes,<br />

por escrito, que cada uno de ellos «se comprometiera<br />

por su honor á hacerlo lo mejor posible, y á rivalizar con sus<br />

compañeros en celo por la obra».<br />

No gustó. En uno de los cuadernos de conversación que<br />

Beethoven usaba aparecen estas lineas escritas por una mano<br />

desconocida:<br />

— «El público no ha encontrado de su gusto el cuarteto ejecutado<br />

en los conciertos de Schuppanzigh.»<br />

Y debajo, con letra de Beethoven:<br />

— «Ya le gustará tarde ó temprano. Yo sé lo que valgo. Sé<br />

que soy un artista.»<br />

La obra no fué publicada hasta Marzo de 1826.<br />

Todas las características del último arte de Beethoven, antes


señaladas, se revelan en esta primera obra de la serie final de<br />

cuartetos. Aquí parece como si se sucedieran dos impresiones ó<br />

estados de alma distintos: de un lado los dos tiempos primeros,<br />

sumergidos en su ambiente espiritual místico y profundo: de<br />

otro, los dos finales en los que campea ese humorismo extraño de<br />

la líltima época, grave é intenso.<br />

Maestoso.—Allegro. —La introducción no es aquí la meditación<br />

previa, engendradora de la obra sino un apunte rítmico, que<br />

como en la sonata patética forma parte integrante del material del<br />

tiempo. La energía y la rudeza de su ritmo, como decidido á una<br />

acción varonil, contrasta con el alegro, infiltrado por un sentimiento<br />

tierno y blando, como una caricia, «en un cierto recato<br />

femenino» según la frase de Helm. Ambos elementos aparecen<br />

como tejidos en el curso del tiempo, desenvolviéndose el segundo<br />

como trama de melodia infinita en el sentido wagneriano,<br />

mirando como de lejos á los cánones de forma, en un plan libre,<br />

firme y seguro. Es como si la naturaleza, el sentimiento, el espíritu<br />

de las ideas impusiera aquí este proceso especial.<br />

Adagio ma non troppo e molto cantabile.—Es un modelo de ternura,<br />

de nobleza, de beatitud. Todo en él habla al espíritu, todo<br />

está animado por el propósito psíquico, por el imperativo interior,<br />

como interpretación de celestiales visiones que conducen la<br />

melodía infinita á regiones de arrobador encanto. Nada obedece<br />

aquí á exigencias de ténica, ni á seguimiento de la tradición. El<br />

tema (primeramente concebido para una sonata de piano á cuatro<br />

manos) se eleva, según la frase de un comentarista, lentamente,<br />

como un astro, dibujando su admirable curva. A cada variación<br />

se transfigura, elevando su vuelo á regiones cada vez más altas,<br />

en una de esos tipos de variación libre tan característicos de la<br />

pluma de Beethoven. La idea melódica es el principio de una<br />

meditación, de un éxtasis contemplativo, que, siempre íntimo,<br />

vuela libremente, sin volverse á mirar el punto de donde partió.<br />

Scherzando vivace.—Aunque sin el título de scherzo, podría<br />

ser llamado con este nombre. Es el más largo de todos los que<br />

figuran en sus cuartetos, casi de las dimensiones del de la novena<br />

sinfonía y sólo comparable, por su importancia y su extensión<br />

con el del cuarteto en fa (obra 59, número 1). En el scherzo<br />

del cuarteto en fa, la longitud está determinada por la multiplicidad<br />

de motivos rítmicos y melódicos que se encadenan y libremente<br />

se combinan en variedad inagotable de cambiantes. En el<br />

de esta obra todo surge de un sólo motivo, insignificante en apariencia,<br />

que, sin perder su fisonomía propia, suministra materia<br />

feliz para un largo desenvolvimiento. Con él forma contraste la<br />

naturaleza del trío, oponiendo á la polifonía anterior un canto<br />

homófono, siempre encomendado al primer violin y acompañado<br />

por los demás instrumentos.<br />

FINALE.—En él se desvanecen las excitaciones pasionales del<br />

primer tiempo, las supraterrestres revelaciones del adagio, la<br />

fantástica é inquieta agitación del scherzo: sólo queda un juego<br />

de sonidos, de beatífico bienestar á pesar de la mobilidad alegre<br />

que recuerda á Haydn: la tranquilidad que sucede á un combate<br />

del espíritu. Como dice Wagner «brota por la misma alegría de<br />

la fuerza de creación, que vence todo dolor de la existencia, re-<br />

7'1


-72<br />

iúgiándose en la dicha y en el encanto del juego.» Sus claros motivos,<br />

su fácil desarrollo, su íntima originalidad, hacen de este<br />

tiempo digno remate de la obra.<br />

Maestoso.—Allegro.<br />

Seis compases de introducción— maestoso -en los que el cuarteto<br />

afirma la tonalidad de mi bemol, siempre en fuerte, en un<br />

ritmo característico, preceden á la entrada del allegro preparada<br />

por el violín primero, el cual, sempre piano e dolce, acompañado<br />

por los demás instrumentos, y con la indicación de teneramente<br />

expone el comienzo del primer tema, en mi bemol<br />

continuado por la viola y el violín segundo, y seguido de una<br />

segunda parte en figuración más animada.<br />

Un breve episodio de transición hace aparecer en el primer<br />

violín el segundo tema, en sol menor<br />

que repite á la octava inferior el violín segundo, siempre acompañado<br />

por contrapuntos de los demás instrumentos. Con una<br />

nueva indicación del motivo característico del primer tema da<br />

principio el período de cadencia, mny breve, que termina fluctuando<br />

entre las tonalidades de sol menor y sol mayor.<br />

La aparición del maestoso de la introducción, ahora en sol mayor,<br />

comienza la parte central de desarrollo, desenvuelta al<br />

principio sobre el primer tema, introduciendo á poco un episodio<br />

dramático, en tuerte, resuelto en una nueva presentación del<br />

maestoso en do mayor. Continúa el allegro utilizando como base<br />

de su desarrollo elementos distintos del primer tema, hasta que<br />

al fin aparece éste en la región aguda del violin primero, como<br />

principio de la reproducción.<br />

En toda ella está bastante alterada la forma de la exposición,<br />

con el segundo tema en mi bemol, y seguido el período de cadencia<br />

de una coda, construida sobre el primer tema, un fragmento<br />

del cual termina el tiempo en pianísimo.<br />

Adagio ma non troppo e molto cantabile.<br />

En forma de variaciones libres.<br />

Dos compases de preparación en pianísimo, sobre el acorde<br />

de séptima de dominante, hacen aparecer el tema en la bemol<br />

cantado por el violín primero, piano,


jP cresc.<br />

y continuado por el violonchelo. Los mismos instrumentos, en el<br />

mismo orden, exponen la segunda parte del tema.<br />

La pimera variación, en la misma tonalidad, la inician los<br />

instrumentos, inferiores en una figuración característica, apoderándose,<br />

á poco del tema el violín primero, acompañando siempre<br />

á los instrumentos cantantes los contrapuntos de los demás.<br />

La segunda—Andante con moto—la comienzan dialogando los<br />

dos violines sobre un acompañamiento de los instrumentos inferiores.<br />

La tercera—Adagio molto espressivo—en mi mayor, se desarrolla<br />

en un sentido más tranquilo que las anteriores.<br />

La cuarta—Tempo primo—en la bemol, la cantan, como en la<br />

exposición, el violín primero y el violonchelo sobre un ritmo de<br />

tresillos de los demás instrumentos, al principio libremente, des<br />

pues muy cerca de la forma primitiva del tema.<br />

Un nuevo dibujo melódico apoyado en la introducción con<br />

que se inició el tiempo, se desarrolla por algún espacio, hasta<br />

disolverse en trinos del violín primero, seguidos de una nueva<br />

variación cantada por este instrumento, piano y dolce, en figuración<br />

de semicorcheas.<br />

La breve coda, siempre piano y pianísimo, termina melódicamente<br />

el tiempo.<br />

Scherzando vivace<br />

Cuatro acordes en pizzicato, estableciendo la tonalidad de mi<br />

bemol, preceden á la exposición del tema, iniciado á solo por el<br />

violonchelo,<br />

PP<br />

continuado por la viola, y proseguido por los violines, casi siempre<br />

sobre los dos motivos rítmicos indicados en el primero y penúltimo<br />

compás de la inserción musical.<br />

La segunda repetición de esta primera parte se desenvuelve<br />

extensamente con cierta libertad: al principio con un pasaje á la<br />

octava en tortísimo de los cuatro instrumentos, después sobre el<br />

ritmo característico del comienzo del scherzando, apareciendo<br />

cortado dos veces el ritmo ternario, por unos compases en dos<br />

por cuatro—allegro—y continuando después el extenso desarrollo<br />

de esta repetición.<br />

Una corta preparación iniciada en pianísimo sobre el acorde<br />

de mi bemol menor, introduce la parte central en esa tonalidad,<br />

cantando el violín primero en presto


74<br />

No tiene repeticiones y en ella persiste casi constantemente<br />

el ritmo indicado, cantando siempre el violin primero.<br />

Un calderón interrumpe su desarrollo y da entrada á la primera<br />

parte, nuevamente escrita, seguida de una corta coda en la<br />

cual el jireato interrumpe brevemente la persistencia rítmica del<br />

motivo principal.<br />

Finale.<br />

Cuatro compases de introducción por los cuatro instrumentos<br />

á la octava dan entrada al tema principal encomendado al<br />

violin primero, acompañado harmónicamente por los demás<br />

El mismo instrumento inicia una breve transición en mi<br />

bemol, con la melodía<br />

que completan la viola y los demás instrumentos, y al final de<br />

la cual vuelve á aparecer el tema principal algo acortado, en el<br />

violonchelo y después en la viola, siempre pianísimo, acompañado<br />

por contrapuntos de los demás, que realzan su interés.<br />

Un breve desarrollo sobre el mismo tema hace aparecer en<br />

seguida el segundo en si bemol, cantado por el violin primero<br />

fl 1, -f~f f f f^pf f- $•<br />

f f<br />

y desarrollado con la adjunción de nuevos elementos melódicos y<br />

rítmicos que forman el final de esta parte expositiva.<br />

Con el dibujo característico de la introducción, algo más prolongado,<br />

se inicia la parte central de desarrollo. El segundo tema<br />

aparece, á poco, como base del trabajo temático; fundiéndose en<br />

seguida con el diseño característico del tema principal, hasta<br />

predominar este último, seguido de la transición, algo desarrollada.


El primer tema vuelve á aparecer en la región aguda, con un<br />

interés mayor; la transición se hace oir en su tonalidad primitiva<br />

de mi bemol, aumentada también en interés, y la nueva aparición<br />

del tema primero está ahora sustituida por la del segundo<br />

en mi bemol, seguido de los mismos elementos que en la exposición.<br />

Un ritardando prepara lá entrada de la coda,—allegro cómodo:<br />

%—que comienza en do mayor con un trino de los dos violines.<br />

El motivo característico del tema principal, muy alterado en<br />

su ritmo, va apareciendo sucesivamente en los dos violines, el<br />

violonchelo y la viola, y engendrando todo el resto del íinal.<br />

75


76<br />

Obra 130<br />

XIII Cuarteto en si bemol<br />

Troisiéme Quatuor pour 2 Violons, Alto et Violoncelle,<br />

des Quatuors composés et dediés A Son<br />

Altesse Monseigneur le Prince Nicolás de Galitzin,<br />

Lieutenant Colonel de la Garde de Sa Majesté<br />

<strong>It</strong>nper. le<br />

de toutes les Russies par Louis<br />

van Beethoven. Proprieté de l'Editeur. Vienne,<br />

chez Math s<br />

. Artaria.<br />

Postei-ior al cuarteto en la menor (obra 132), anterior al en<br />

do sostenido menor (obra 131) es el tercero y último de los compuestos<br />

por encargo del Príncipe Nicolás de Galitzin.<br />

Fué comenzado en Febrero ó Marzo de 1825, cuando Beethoven,<br />

repuesto de su enfermedad se consagraba á la composición<br />

del cuarteto en la menor, y terminado en Septiembre de ese mismo<br />

año. Holz asegura que la Cavatina fué escrita en el verano<br />

de 1835. Una carta de Beethoven á su sobrino Carlos (2Í) de<br />

Agosto del mismo año) dice: «el tercer cuarteto (éste en si bemol)<br />

constará de seis tiempos, 3' estará completamente terminado,<br />

dentro de diez ó doce días.» Su primera ejecución tuvo lugar<br />

en Viena el 21 de Marzo de 1826.<br />

Primitivamente, el tiempo final de este cuarteto era la fuga,<br />

publicada después como obra 133. En esta forma fué ejecutado<br />

por el Cuarteto Schuppanzigh, enviado al Príncipe Galitzin, y<br />

remitido al editor Artaria para su publicación. Pero este editor<br />

indicó á Beethoven que una fuga de 745 compases era demasiado<br />

larga para un cuarteto que ya constaba de seis tiempos; y que<br />

como el carácter un tanto árido de la fuga desentonaba en el humorístico<br />

ambiente del cuarteto en cuestión, sería preferible que<br />

hiciera un nuevo final, dentro del tono general de la obra.<br />

Beethoven se dejó persuadir, y repitiendo lo que ya había hecho<br />

con el primitivo andante de la sonata Waldstein (la Aurora), publicó<br />

la fuga como obra separada, y compuso ei final que actualmente<br />

tiene este cuarteto. Este tiempo final, fué lo último que su<br />

pluma escribió, en Noviembre de 1S26. Pocos días después se agrá-


vaba en su enfermedad, y á los cuatro meses dejaba de existir.<br />

El cuarteto fué publicado en 7 de Mayo de 1827, dos meses<br />

después de fallecer el compositor.<br />

Este cuarteto representa dentro de la serie de estas obras, lo<br />

que la octava sinfonía entre las sinfónicas. En ambas composiciones<br />

dominan la alegría, el humorismo fino, el sentimiento de<br />

juventud. Como en la sinfonía citada, todo respira aquí un regocijo<br />

inconfundiblemente beethoveniano. Helm llama á este cuarteto<br />

el «específicamente humorístico», y añade: «Contento de<br />

crear, como en sus días más felices, el sordo maestro se abandona<br />

á su genio musical que le inspira las más admirables melodías»,<br />

Lenz dice que los cuatro tiempos centrales parecen encerrar<br />

el porvenir de la música de cámara. «Ese presto ó scherzo,<br />

continúa, esa Cavatina sin nombre en el lenguaje musical, ese<br />

adagio sin precedentes son polvo de estrellas».<br />

Pero después de componer los cuatro tiempos primeros en la<br />

alegría más franca, en el risueño humorismo inspirador de la<br />

octava sinfonía, parece sentir Beethoven las quejas de su alma y<br />

escribe la luctuosa cavatina, expresión la más alta del humano<br />

dolor, y como en su concepción estética del cuarteto en esta<br />

época última, el final debía superar en importancia y expresión<br />

á todo lo que le precede, y la cavatina era ya de por sí insuperable,<br />

termina con los rugidos de la fuga, con el amoldamiento al<br />

arte nuevo del arte antiguo, fuga altamente original y significativa,<br />

no sólo desde el punto de vista técnico, sino por el propósito<br />

expresivo, por la novedad de acomodar una misma idea (el<br />

motivo) á estados de alma distintos y aún opuestos, con los diferentes<br />

contramotivos que en ella emplea. Por esto, mirando á la<br />

estética de Beethoven, no hay que perder de vista que el último<br />

tiempo actual es una condescendencia al editor y al público: un<br />

sacrificio de su obra, y que el verdadero final es la gran fuga, con<br />

toda su importancia y dimensiones.<br />

Algunas observaciones y anécdotas curiosas pueden referirse<br />

sobre algunos tiempos. El titulado alia danza tedesca, estuvo<br />

primitivamente destinado para el cuarteto en la menor, obra 132.<br />

Holz refiere estas palabras de Beethoven sobre la cavatina:<br />

«Jamás mi propia música me ha producido el efecto que ella me<br />

produce. No puedo oiría sin que me cueste una lágrima».<br />

Cuando se ejecutó este cuarteto por vez primera, refirieron á<br />

Beethoven que el público había hecho repetir el segundo tiempo<br />

y el cuarto (presto y alia danza tedesca). La respuesta de Beethoven<br />

fué: «Bueno: no han gustado más que las golosinas».<br />

Al decir el mismo Holz á Beethoven que este era el mejor<br />

cuarteto de todos, respondió el maestro: «Cada uno tiene su valor<br />

en su género».<br />

Adagio ma non troppo. — Allegro. — En el cuaderno donde<br />

Beethoven compuso esta obra, cuaderno que tengo el orgullo de<br />

poseer, aparece la siguiente nota entre los primeros apuntes para<br />

la Canzona del anterior cuarteto (hoy obra 132): «El último<br />

cuarteto, con una introducción grave y roposada». Pocas páginas<br />

después aparece ya el boceto de esta introducción. ¿A que puede<br />

obedecer la indicación transcrita? Probablemente, á continuar<br />

con este cuarteto el proceso de sentimientos que aparece en los<br />

77


78<br />

tiempos finales del cuarteto últimamente hecho, á no penetrar<br />

en el humorismo de esta obra, sin hacer ver sus vacilaciones,<br />

sus dudas, el triunfo, en fin, de la alegría sobre el dolor. Ambos<br />

luchan á través de todo el tiempo: la introducción con la<br />

triste gravedad de su sentimiento, el alegro, risueño y ligero,<br />

con su complegidad de motivos, entre los que dominan las regocijadas<br />

escalas de todos los instrumentos, acompañadas por el<br />

breve diseño, como el toque de una trompeta infantil. Las vacilaciones,<br />

las dudas entre si inclinarse del lado del dolor, ó del<br />

lado de la risa franca, fluctúan en todo el tiempo, hasta terminarlo<br />

cuando parece que todavía va á proseguir largamente,<br />

con un rasgo de humorismo, que trae inesperadamente la terminación.<br />

Presto.—Se anuncia el segundo tiempo al principio, misterioso,<br />

fantástico, agitado. Su tinta sombría se desvanece en seguida<br />

en el ritmo tan juguetón del trío, preparando la vuelta de<br />

la primera parte, con un fragmento doloroso, resto quizá del espíritu<br />

que luchaba por dominar en el tiempo anterior. Las<br />

tintas de misterio y de agitación que caracterizaban la primera<br />

parte, se transforman luego en una nueva presentación de la misma<br />

más .scherzoso, y juguetona, como si el compositor se riera de<br />

su seriedad primitiva.<br />

Andante con moto ma non troppo.—La invención del tema principa]<br />

de este tiempo, va acompañada en el cuaderno de composición<br />

de Beethoven con la nota de «humorístico»: en el cuarteto<br />

con la de -poco scherzoso. Es un intermedio gracioso y fácil, risueño<br />

y sutil, donde los prolííicos motivos juguetean en ingeniosísimas<br />

y no menos afortunadas combinaciones que las empleadas<br />

antes en el allegretto de la octava sinfonía. Hasta en su<br />

inesperado final con la movida figuración de fusas hace recordar<br />

la sinfonía, á pesar de la desemejanza melódica.<br />

Alia danza tedesca.—Allegro assai.—En la sonata de piano en<br />

sol mayor (obra 7!)) hay otra danza alemana que comienza con la<br />

inversión del motivo que la encabeza aquí. La excesiva abundancia<br />

de color con que Beethoven la adorna toda ella y muy especialmente<br />

la parte primera con sus característicos silencios, induce<br />

á pensar, si Beethoven, en un rasgo más de su inagotable<br />

humorismo, querría dar á este tiempo la expresión del estilo característico<br />

de algún violinista callejero cuya monótona pesadez<br />

le hubiera divertido en alguna ocasión. Esta idea parece ser la<br />

inspiradora del tiempo, con sus variaciones burlescas y su risueño<br />

final.<br />

Cavatina: adagio molto espressivo.—Los comentarios, las ponderaciones<br />

que de este tiempo han hecho los comentaristas ocuparían<br />

mucho espacio. Quién indica que el breve preludio del<br />

segundo violín parece imitar con su figuración el movimiento de<br />

un pecho que suspira; quién apunta la analogía de él con el arioso<br />

dótente de la penúltima sonata de piano. De cualquier modo esta<br />

página, una de las más sublimes de Beethoven, á pesar de su<br />

aparente espontaneidad, fué conquistada en una labor premiosa<br />

y difícil, imposible de creer ante el maravilloso y emocional<br />

efecto que produce su audición.<br />

Finale.—Allegro.—Por la frescura y facilidad de este tiempo,


última producción de Beethoven, creeríase que pertenece á su<br />

primera época. Todo en él es rítmico y transparente: todo humorístico.<br />

La abundancia de material, siempre dividido en cadenciosas<br />

frases de cuatro compases, no la utiliza en posteriores<br />

combinaciones y desarrollos; se limita á jugar con él, en franco<br />

y risueño juego, dando la impresión del que improvisa. Al final,<br />

cuando aún parece que ha de proseguir largo espacio, una inesperada<br />

terminación, acaba la obra.<br />

Adagio ma non troppo.— Allegro.<br />

La introducción—adagio ma non troppo—la inician los cuatro<br />

instrumentos, en si bemol, comenzando á la octava, y separándose<br />

después<br />

i<br />

Su frase inicial se prolonga en otra que del violonchelo pasa<br />

á los otros instrumentos. Un breve reposo en un calderón, da entrada<br />

al allegro.<br />

Como elementos integrantes del primer tema aparecen unas<br />

escalas en el violin primero y un apunte rítmico en el segundo<br />

(fuerte, si bemol)<br />

Apenas presentado el motivo que engendra el tema principal,<br />

reaparece la introducción en fa mayor. En seguida comienza<br />

la verdadera exposición del tema en la misma tonalidad, ejecutando<br />

las escalas los instrumentos centrales y el apunte rítmico<br />

el primer violin y el violonchelo. Su terminación se enlaza con<br />

un nuevo motivo rítmico en el primer violin, como principio del<br />

episodio de transición que termina después de unos arpegios<br />

(fuerte), en el diminuendo que conduce al segundo tema.<br />

Este se presenta en sol bemol, repartido entre el violonchelo<br />

y el violin, sotto voce<br />

y su primera frase, muy melódica, está seguida de un complemento<br />

rítmico, pianísimo, ben marcato.<br />

Las escalas características del primer tema vuelven á producirse<br />

en sol bemol, sustituido el apunte rítmico que integraba el<br />

primer tema por una frase más melódica, y después de llegar al<br />

79


80<br />

fortísimo, se apaga de nuevo la sonoridad para terminar la parte<br />

expositiva.<br />

La de dessarrollo comienza apuntando por dos veces los motivos<br />

del adagio y el alegro. Una tercera indicación del adagio<br />

pi-ecede al único episodio. En él, sobre un acompañamiento sempre<br />

piano, se oyen frecuentemente el apunte rítmico del primer<br />

tema y el principio de la escala que intervino en el mismo, mezclados<br />

con un nuevo apunte melódico cantado por el violonchelo<br />

El primer tema se formaliza ahora en si bemol revestido de<br />

mayor interés, muy alterado en su continuación: el segundo<br />

tema lo presenta en re bemol, con algunas modicaciones, y el<br />

iinal de la parte expositiva se enlaza con la coda.<br />

En ella después de varias apariciones del adagio y el allegro,<br />

vuelve á reaparecer el primer tema, pianísimo, como base del<br />

final.<br />

Presto.<br />

Las dos primeras repeticiones están basadas en la idea principal<br />

que canta el violin primero en re bemol, acompañado por<br />

los demás instrumentos<br />

*\<br />

Las dos repeticiones del trio descansan igualmente en su idea<br />

inicial en si bemol, característica por su ritmo y sus acentos<br />

Un enlace que termina en un declamado del violín primero<br />

vuelve á introducir la primera parte, en re bemol, reproducida<br />

en las repeticiones con adorno mayor, y terminada en una breve<br />

coda.<br />

Andante con moto ma non troppo<br />

El tema principal comienza á dibujarse en el violin segundo<br />

y después en la viola, adquiriendo toda su importancia melódica<br />

cuando lo canta el violín primero, piano, poco scherzoso.


81<br />

La segunda parte del primer tema la constituyen diferentes<br />

motivos melódicos que van enlazándose, el primero de los cuales<br />

establece la tonalidad de la bemol<br />

Vuelve á aparecer el motivo principal en do mayor como base<br />

de un corto episodio que prepara la entrada del segundo tema en<br />

la bemol, cantado por el violin primero, dolce, cantabile<br />

P dolce.<br />

Al terminar su exposición entre escalas y adornos, prepárase<br />

de nuevo la vuelta del primer tema, en forma análoga á la de su<br />

principio.<br />

Todo el plan del tema principal se reproduce ahora, revestido<br />

de mayor interés. Apenas iniciado el segundo tema se resuelve<br />

en un desarrollo sobre elementos del primero, para reaparecer<br />

de nuevo en re bemol como base del final, terminando graciosamente.<br />

ALLÁ DANZA TE<strong>DE</strong>SCA.—Allegro assai.<br />

El tema principal lo canta el violin primero en sol mayor,<br />

acompañado por los demás<br />

Consta de dos partes, ambas ¡marcadas con el signo de repetición.<br />

La parte central, se desarrolla toda sobre el motivo<br />

~tJ cresc. p creta f<br />

primero cantado por el violin, sobre un dibujo en semicorcheas


82<br />

de los instrumentos inferiores, después cantado por el violonchelo<br />

en do mayor, y desarrollado, por último en una especie de<br />

trabajo temático de cortas proporciones.<br />

Vuelve á reaparecer el tema principal continuado ahora en<br />

forma de variación por el violín primero, y al aparecer por última<br />

vez en los cuatro instrumentos ejecutando cada uno un fragmento<br />

de él, prodúcese el final del tiempo.<br />

CAVATINA.—Adagio molto espressivo.<br />

Sobre el acompañamiento de la viola y el violonchelo, con<br />

breves apuntes melódicos del violín segundo, canta el primero en<br />

mi bemol, sotto voce.<br />

La melodía se desarrolla extensamente siempre en el mismo<br />

carácter, hasta llegar á la parte central, en la cual sobre el sencillo<br />

acompañamiento de los tres instrumentos inferiores, canta<br />

el violín primero en do bemol, pianísimo, dolorosamente<br />

El declamado es de brevísimas proporciones. Tras él vuelve á<br />

aparecer la melodía principal, más concisa, terminando con una<br />

breve coda melódica.<br />

FINALE Allegro.<br />

El primer tema se compone de dos partes, ambas marcadas<br />

con el signo de repetición. La primera comienza en do menor,<br />

modulando después á si bemol. La inicia el violín primero pianísimo<br />

ten.<br />

y la.continúa el violín segundo.]La segunda la canta completamente<br />

el violín primero.<br />

Como segundo tema se suceden dos melodías enlazadas por<br />

apuntes diversos. La primera aparece en el violín segundo, dolce


continuada por el violín primero. Tras un nuevo apunte aparece<br />

una segunda en el violín primero con el siguiente esquema melódico<br />

Terminada la exposición, un breve episodio sobre el segundo<br />

tema, presenta el de la parte central, iniciado por la viola, en la<br />

bemol<br />

unido después á un largo desarrollo sobre el tema principal, resuelto<br />

al fin en la reproducción del mismo primer tema, algo alterado.<br />

El segundo tema se presenta con todos sus elementos, en<br />

si bemol, y tras él, precedido del mismo episodio que lo precedió<br />

al principio, el tema de la parte central, ahora iniciado por<br />

el violonchelo en mi bemol.<br />

Un nuevo episodio sobre el primer compás del primer tema<br />

va seguido de una nueva exposición de éste, que se prolonga en<br />

la coda con que termina el tiempo.<br />

83


84<br />

Obra 131<br />

XIV Cuarteto en do sostenido menor<br />

Grand Quatuor en partition pour deux Violons, Alto<br />

et Violoncelle, composé et dedié a Son Excellence<br />

Monsieur Le Barón de Stutterheim Lieutenant Maréchal<br />

de Camp Imperial et Royal d'Autriche &. par<br />

L. v. Beethoven. Oeuvre 131. Proprieté des Editeurs.<br />

Mayence chez les fils de B. Schott.<br />

La composición de los tres cuartetos pedidos por el Príncipe<br />

Nicolás Galitzin publicados como obras 127, 132 y 130, había<br />

encariñado á Beethoven de tal manera con el ambiente de estas<br />

composiciones, que á pesar de su propósito de dedicarse á no escribir<br />

más que Oratorios y Conciertos, á pesar de sus deseos de<br />

terminar la décima sinfonía, y el Réquiem, apenas esbozados en<br />

su imaginación, continuó durante el año 182(3, produciendo dos<br />

composiciones más para instrumentos de arco: los cuartetos obras<br />

131 y 135.<br />

Holz, el más íntimo amigo de Beethoven en esta época lo refiere<br />

así, y agrega que en la inagotable imaginación del compositor,<br />

excitada con la producción de las obras anteriores, fluían<br />

con tal abundancia nuevas ideas características del cuarteto, que<br />

le fué preciso escribir, casi involuntariamente los en do sostenido<br />

menor y fa mayor.<br />

Los apuntes para la composición del primero, aparecen dispersos,<br />

como ideas notadas al azar, en los seis últimos pequeños<br />

cuadernos que usó Beethoven en 1826, y como si este carácter de<br />

unión casual, quisiera consignarlo en la misma obra, en vez de<br />

dividirla en tiempos independientes, los escribe todos ellos sin<br />

interrupción ni separaciones, encabezando cada uno con un número<br />

distinto, y en el manuscrito original que posee la casa<br />

Schott de Maguncia, le agrega la siguiente nota: 4'es) (corregido:<br />

5(es) Quartett (von den Neusten) für 2 Violinen, Br atache, n. Violonschel<br />

von L. v. Beethoven. Éb Zummmxmgestholen aun Ver.ichiedenem<br />

diesem und jenem. (4.° Cuarteto (de los nuevos)... Hecho<br />

reuniendo números diversos, robados aquí y allá.)


Fué publicado en Abril de 1827, dedicado al barón de Stutterkeim.<br />

El motivo de la dedicatoria es curioso. En esta época tenia<br />

Beethoven reconcentrado todo su cariño en su sobrino Carlos.<br />

Era su preocupación única; absorbía todos los amores de su alma.<br />

Carlos intentó suicidarse disparándose un tiro, y aunque sólo sufrió<br />

una leve herida, como las leyes austríacas penaban severamente<br />

la tentativa de suicidio, Beethoven tuvo que acudir á todas<br />

sus influencias para dulcificar la pena que su sobrino había de<br />

sufrir. Al ser dado de alta, optó Carlos por ingresar en el servicio<br />

militar y gracias á las gestiones de Breuning, pudo conseguirse<br />

que entrara en el regimiento que mandabael barón de Stutterkeim,<br />

quien ofreció á Beethoven atenderlo cuidadosamente. Del agradecimiento<br />

de Beethoven da testimonio la dedicatoria de este cuarteto.<br />

Holz dice que el autor sentía por esta obra una predilección<br />

especial. Fetis indica que la melodía del penúltimo número (adagio,<br />

quasi un poco andante) es una antigua canción francesa.<br />

De las interpretaciones y comentarios sobre esta obra, ninguno<br />

ofrece tanto interés como el hecho por Wagner en su estudio<br />

sobre Beethoven. El mismo indica que ante la audición de la<br />

obra «abandonaríamos toda comparación determinada para no<br />

percibir más que la manifestación inmediata de otro mundo»,<br />

pero que al representarse en el recuerdo este poema sonoro, podría<br />

seguirse con él un día puro de la vida de Beethoven, dejando<br />

á la fantasía del lector el cuidado de animar esas imágenes<br />

que Wagner presenta como mera generalidad.<br />

«El adagio de introducción es lo más melancólico que la música<br />

ha expresado: quisiera caracterizarlo como el despertar en<br />

la mañana de ese dia hermoso, que en su largo curso no debe satisfacer<br />

ninguna aspiración. Y sin embargo, al mismo tiempo<br />

hay allí una oración de arrepentimiento, una consulta con Dios,<br />

sobre la fe en el Bien Eterno.<br />

»Una mirada hacia el interior, advierte la aparición consoladora,<br />

sólo para él visible (alegro %), en la cual el deseo se convierte<br />

en un juego melancólicamente dulce: el sueño interior<br />

despierta en un recuerdo de absoluta suavidad.<br />

» Es como si el maestro (con el corto alegro de transición),<br />

consciente de su arte, se entregara á su trabajo mágico.<br />

«Emplea ahora la fuerza reanimadora de ese encanto que le es<br />

peculiar (andante para fascinar una figura graciosa, para, deleitarse,<br />

sin fin, en ella. Esta ideal figura, prueba por sí misma<br />

de la inocencia más interior, está sometida á transformaciones<br />

perpetuas, increíbles, por la refracción de los rayos de la luz<br />

eterna que el músico proyecta sobre ella.<br />

»Nos parece ver al hombre profundamente dichoso en sí mismo<br />

echar una mirada de indecible alegría sobre el mundo exterior<br />

(presto 2<br />

/ 2): de nuevo surge como en la sinfonía pastoral;<br />

todo se ilumina para él, con su dicha interior; es como si escuchara<br />

las harmonías propias de esas apariciones, aéreas primero,<br />

materiales después, moviéndose ante su vista en dulce ritmo.<br />

«Medita sobre la vida y parece preguntarse (corto adagio 3<br />

/ 4)<br />

si debe considerarla como un aire de danza: una corta y obscura<br />

85


86<br />

meditación, como si se sumergiera en el profundo sueño de su<br />

alma.<br />

»Un relámpago le ha mostrado, de nuevo, el interior del<br />

mundo: se despierta y ejecuta en su violín un aire de danza, como<br />

jamás el mundo lo sintió (alegro final). Es la danza del mundo en<br />

sí mismo; placer salvaje, llanto doloroso, éxtasis de amor, suprema<br />

alegría, gemidos, furia, voluptuosidad, sufrimiento: los relámpagos<br />

desgarran el aire, la tempestad crece; y por encima de<br />

todo, el formidable ejecutante, que todo lo fuerza y todo lo doma,<br />

valiente y firme entre el torbellino, nos conduce al abismo, sonriendo,<br />

porque para él, todo este encanto, no era más que un juego,<br />

una diversión.»<br />

Aunque la obra está escrita sin interrupciones, suele hacerse<br />

una corta pausa entre los números 4.° y 5."<br />

N.° I.—Adagio ma non tropo e molto espressivo.<br />

En do sostenido menor, casi siempre piano, comienza á exponer<br />

el violín primero el motivo de la fuga á cuatro partes<br />

entrando sucesivamente el violín segundo, la viola y el violonchelo.<br />

Los episodios van sucediéndose, abandonando rara vez el<br />

matiz piano. Una indicación del motivo en estrechos entre la<br />

viola y el violín segundo, continuada á poco entre el violín y el<br />

violonchelo, hace aparecer en éste el motivo aumentado en sus<br />

valores, primero crescendo, luego fuerte, apagándose la sonoridad<br />

al comenzar la coda, donde continúa oyéndose el motivo de<br />

la fuga.<br />

N.° 2.—Allegro molto vivace.<br />

El violín primero, pianísimo, sobre una harmonía tenida de<br />

los instrumentos inferiores, canta en re mayor el tema principal<br />

que completan la viola y el violín primero sobre una figuración<br />

más movida de acompañamiento.<br />

Un nuevo motivo expuesto por el violín primero<br />

J> cresc.


se desarrolla brevemente entre algunos instrumentos, dando entrada,<br />

tras un calderón, el tema principal en mi mayor, libremente<br />

continuado.<br />

Un nuevo intermedio hace aparecer el mismo tema en su tonalidad<br />

original, iniciado por la viola, y completado por el violin<br />

primero, seguido de un episodio de algunas proporciones, casi<br />

siempre sobre el ritmo característico del tema inicial.<br />

La nueva aparición de éste en la región aguda del violin primero,<br />

da entrada al motivo que le siguió en su exposición, encomendado<br />

ahora á todos los instrumentos en su región grave, y<br />

seguido de algunos compases más, á manera de final.<br />

N.° 3.—Allegro moderato.—Adagio.<br />

Se enlaza con el número anterior y está reducido á un breve<br />

recitado instrumental (allegro moderato), seguido de una corta<br />

fantasía del violin primero que, comenzando en adagio, se transforma<br />

en seguida en piú vivace, dando entrada al número 4.<br />

N.° 4.—Andante ma non troppo e molto cantabile.<br />

En forma de tema con variaciones. La melodía del tema, en<br />

la mayor, aparece dividida entre los dos violines, cantando cada<br />

uno un compás de él, piano y dolce,<br />

acompañados por los instrumentos graves, con las repeticiones<br />

nuevamente escritas, en instrumentación diferente.<br />

Las variaciones se desarrollan en este orden:<br />

Primera. En el mismo tiempo y tonalidad. El tema, algo alterado,<br />

comienza á presentarse dividido entre los instrumentos<br />

inferiores y adornos del violin primero, aumentando siempre en<br />

interés y en figuraciones más complicadas.<br />

Segunda. En compasillo, piú mostso. Sobre un ritmó constante<br />

de los instrumentos centrales, pianísimo, se reparte el tema<br />

al principio, entre el violin primero y el violonchelo, siempre en<br />

corcheas. A medida que avanza la variación, se altera, complicándose,<br />

la distribución anterior.<br />

Tercera. Andante moderato e lusinghiero.—En compasillo. Al<br />

principio sólo intervienen el violonchelo y la viola á solo exponiendo<br />

la variación del tema, en forma de recitado, dolce y piano,<br />

continuándola después en un fugado á cuatro partes.<br />

Cuarta. Adagio.—En seis por ocho. Caracterizada por la figuración<br />

de semicorcheas, por la distribución de sus frases terminadas<br />

al principio en jyizzicato, y por la intervención constante de<br />

dibujos en escalas.<br />

87


88<br />

Quinta. Allegreto.—En dos por cuatro. Siempre se desarrolla<br />

piano y dolce, tranquilamente, sin complicaciones figurativas.<br />

Sexta. Adagio ma non troppo e semplice.—En nueve por cuatro.<br />

El dibujo iniciado en el primer compás, tocando todos los instrumentos<br />

sotto voce persiste durante todo el principio. Al repetir la<br />

primera parte del tema introduce el violonchelo un sobrio adorno<br />

que sigue interviniendo como elemento característico del resto<br />

de la variación.<br />

El final de ella va seguido de una fantasía en la que se suceden<br />

un fragmento del tema en do mayor, casi en su forma original;<br />

el comienzo de una nueva variación cantando el tema en<br />

su forma primitiva los instrumentos centrales sobre arpegios<br />

del violonchelo y trinos del violín primero; un nuevo fragmento<br />

del tema—allegretto—en fa mayor, y el final de la coda sobre elementos<br />

del tema del Andante.<br />

N.° 5 Presto.<br />

Tras la breve indicación del violonchelo, expone el primer<br />

violín, acompañado por los demás instrumentos, el tema principal,<br />

piano, en mi mayor<br />

terminándolo en la región aguda, seguido de su segunda parte y<br />

con sus característicos ritardandos, parte que tiene marcado el<br />

signo de repetición.<br />

El segundo tema apatece en seguida cantado á la octava pollos<br />

dos violines, en mi mayor, piano, y con la indicación de piacevole.<br />

Reproducido por los instrumentos graves, se prolonga en un<br />

desarrollo pasando por distintas tonalidades, en ritmo de cuatro<br />

compases, hasta resolverse en el pizzicato que da entrada al primer<br />

tema en su forma original, seguido del segundo y del desarrollo<br />

que lo continuó.<br />

El pizzicato vuelve á introducir de nuevo el tema principal,<br />

y al aparecer una indicación del segundo, comienza la coda terminada<br />

con el primer tema alterado, tocando los cuatro instrumentos<br />

sid ponticello, pianísimo, y alcanzando por un crescendo<br />

el acorde final.


N.° 6.—Adagio, quasi un poco andante.<br />

Sucede al anterior, sin interrupción, y es de breves proporciones.<br />

En sol sostenido menor, acompañada por los demás instrumentos,<br />

comienza cantando la viola<br />

I Vmi j u ti —i—i<br />

U4<br />

alternando la melodía entre ella y el violin primero, y desarrollándose<br />

hasta dar entrada al número final.<br />

N.° 7.—Allegro.<br />

En do sostenido menor, á la octava, fortísimo, comienzan los<br />

cuatro instrumentos<br />

continuando la melodía, á partir del cuarto compás, encomendada<br />

al violin primero sobre un ritmo sostenido por los instrumentos<br />

restantes.<br />

Al terminar su exposición, continúa el violin primero con una<br />

nueva idea, sobre el ritmo anterior, sostenido por la viola,<br />

idea que reproducen la viola y el violonchelo y que da entrada á<br />

un fragmento del primer tema,<br />

El segundo aparece en seguida, después de un ritenuto, distribuido<br />

entre los instrumentos superiores, é iniciado por el violin<br />

primero, en mi mayor.<br />

Es de cortas proporciones y da entrada á un largo desarrollo,<br />

basado casi exclusivamente en los dos motivos característicos<br />

del tema principal.<br />

89


90<br />

Por un crescendo aparece el primer tema muy abreviado y<br />

alterado; la idea que le siguió se produce ahora en fa sostenido<br />

menor; el segundo tema en re mayor y un nuevo desarrollo,<br />

iniciado con un pasaje tranquilo, proseguido después con los elementos<br />

que formaron el primer tema, el segundo de los cuales<br />

aparece en inversiones que recuerdan el motivo de la fuga (primer<br />

número del cuarteto), continúa hasta preparar con el poco<br />

adagio, el final.


Obra 132<br />

XV Cuarteto en la menor<br />

Quatuor pour 2 Violóos, Alto & Violoncelle, composé<br />

& dedié á Son Altesse Monseigneur le Prince<br />

Nicolás de Galitzin, Lieutenant Colonel de<br />

la Garde de Sa Majesté Imperiale de toutes les<br />

Russies, par Loáis van Beethoven. Partition.<br />

Oeuvre posthume. Propriété des éditéurs. Oeuvre<br />

132, N.° 12 des Quatuors. Berlín chez Ad.<br />

Mt. Schlesinger.<br />

Es el segundo de los encargados á Beethoven por el Príncipe<br />

Nicolás Galitzin, compuesto inmediatamente después del en mi<br />

bemol, obra 127. En la serie de cuartetos deberla ocupar el número<br />

13, y no el 12 como equivocadamente se consigna en el titulo<br />

de su primera edición.<br />

Refiere Schindler que á fines del otoño de 1824 sufrió Beethoven<br />

una enfermedad grave, producida por desarreglos del aparato<br />

digestivo. El invierno lo pasó en un estado de sufrimiento constante,<br />

y cuando comenzó á mejorar, al iniciarse la primavera, se<br />

trasladó á Badén, su residencia favorita. La primera obra en que<br />

trabajó, añade Schindler, después de la grave enfermedad de 1825,<br />

fué el cuarteto número 12, con el admirable adagio Canzona di<br />

ringraziamento offerta alia divinitá da un guarito. Una carta de<br />

Beethoven á Neate (19 de Marzo de 1825) confirma los datos de<br />

Schindler, al dar por terminado en esa fecha el primero de los<br />

cuartetos (obra 127) y agregar «estoy componiendo el segundo,<br />

que como el tercero, estará terminado dentro de poco».<br />

Parece muy probable la hipótesis de que los dos primeros<br />

tiempos de este cuarteto fueran compuestos antes de la enfermedad,<br />

y los dos últimos después de ella. En el cuaderno de apuntes<br />

de que Beethoven se sirvió para la composición de los primeros,<br />

no aparecen vestigios ni aun gérmenes de los motivos y temas<br />

utilizados en los dos tiempos finales; en el cuaderno donde compuso<br />

éstos, cuaderno que tengo el orgullo de poseer, tampoco<br />

91


92<br />

aparece trabajo alguno de depuración que se refiera á los tiempos<br />

anteriores. Curioso es observar, como complemento de esta información,<br />

que en el primitivo proyecto de Beethoven, habían de<br />

formar parte de este cuarteto el tiempo Alia danza tedesca, utilizado<br />

después en el cuarteto en si bemol, tiempo escrito primeramente<br />

en la tonalidad de la mayor, según indica Scbindler, y la<br />

fuga publicada más tarde como obra 183; proyecto que abandonó<br />

después, probablemente porque el ambiente expresivo que en<br />

el ambiente de la obra introducía la cansona, llevaba ya su pensamiento<br />

hacia regiones distintas de las en un principio imaginadas.<br />

De todos modos el cuarteto debió estar terminado antes del<br />

otoño de 1825. En una carta de Beethoven á un copista (Octubre<br />

de ese año) indica numerosas correcciones que han de hacerse en<br />

los ligados y signos de expresión.<br />

Fué ejecutado por vez primera el 6 de Noviembre de 1825.<br />

Beethoven quiso venderlo al editor Peters y al efecto, encargó<br />

de esta comisión á su sobrino Carlos, sin que estas gestiones de<br />

venta dieran resultado alguno. El compositor escribía á Peters<br />

al enviarle la obra: «El cuarteto que le envío le probará que no<br />

quiero vengarme de sus procedimientos y que, al contrario, le<br />

doy lo mejor que pudiera ofrecer á mi mejor amigo. Puedo asegurarle<br />

bajo mi honor de artista que es una de las obras más dignas<br />

de mi nombre. Si no le digo la verdad extricta téngame por<br />

el último de los hombres»; y en una carta de Beethoven á Carlos,<br />

le dice: «Recuerda á Peters que le ofrezco lo mejor que he hecho<br />

hasta ahora». A pesar de los deseos del autor, Peters no quiso<br />

aceptarlo, y meses más tarde fué vendido á Schlesihger, quien<br />

pagó por él 80 ducados, publicándolo en Septiembre de 1827.<br />

La importancia que Beethoven daba á esta obra no era exagerada.<br />

Este cuarteto y el en do sostenido menor son los tipos más<br />

altos, las más elevadas creaciones de su arte final.<br />

Los títulos que encabezan las dos partes del movimiento lento<br />

han llevado á más de un comentarista, Marx por ejemplo, á trazar<br />

un programa detallado de toda la obra. El escenario de toda<br />

ella, dice, es el lecho del enfermo. La nerviosidad, la excitación,<br />

el sentimiento enfermizo, son su base. Hasta el empleo de estos<br />

instrumentos, royendo el arco sobre la cuerda, es el más apropiado<br />

á su expresión; y así titula el primer tiempo «la enfermedad»,<br />

el segundo, «principio de curación», el tercero, «acción de gracias»,<br />

etc. Esta opinión, muy combatida por otros, no deja de tener<br />

una cierta-apariencia de verdad, sobre todo en los dos tiempos<br />

finales. De todos modos, el cuarteto puede dividirse en dos<br />

partes, comprendiendo en la primera los dos tiempos que lo inician,<br />

compuestos antes de la enfermedad, é incluyendo en la segunda,<br />

la Canzona y el final.<br />

Assai sostenuto —Allegro.—De él dice Marx que comienza describiendo<br />

en la introducción los dolores y sufrimientos del enfermo.<br />

Helm agrega que, en todo caso, el dolor sólo tiene aquí una<br />

expresión anímica, no externa, y que todo el tiempo es un nocturno<br />

impresionador, dominando en él la nota de oscuridad, á<br />

pesar de los relámpagos de luz que brevemente lo iluminan. Todo<br />

aquí es nebuloso, rara vez adquiere esa precisión de tintas que


tanto caracteriza otras obras beethovenianas: la vague'dad, la<br />

indeterminación, aparecen como sus características más principales.<br />

En la breve introducción vuelve al pensamiento inspirador<br />

de las escritas en los cuartetos obra 59 número 3, y obra 74; la<br />

melodía pierde todo sentido de contextura tradicional, si algún<br />

pensamiento se asemeja en su línea formal á pensamientos antiguos<br />

(obsérvese la analogía del apunte en la menor de la transición,<br />

con otro del primer tiempo del cuarteto en sol, no sólo en<br />

su figura, sino en la manera de tratarlo) ia expresión cambia tan<br />

completamente que se hace imposible establecer parangón alguno<br />

entre ellos; hasta la forma de la coda acusa un desligamiento completo<br />

de todo lo anterior. *<br />

Allegro ma non tanto.—Marx lo llama «el principio de la curación»,<br />

Helm «un intermezzo libre de forma, con el grave humorismo<br />

de su trío».<br />

En toda la primera parte, con las constantes repeticiones de<br />

sus dos motivos característicos, parece como si persistieran las<br />

vaguedades ó indeterminaciones del tiempo anterior, como si una<br />

idea fija rodara constantemente por el cerebro, imprecisa y oscura,<br />

sin adquirir líneas definidas de voluntad, ni de resolución.<br />

La mtissette del trio parece venir de fuera, como un elemento extraño<br />

que interrumpe las vaguedades y permanencia de otra<br />

nueva idea fija, como el recuerdo de una danza, que sigue permaneciendo<br />

en esta parte central con la misma persistencia y vaguedad<br />

de la parte anterior.<br />

Molto adagio.—Andante.—El título de la Canzona está escrito<br />

en alemán, por Beethoven, en la partitura original: Heiliger<br />

Danlcgesang eines Genesenen an die Gottheit, in der Igdischen Tonart,<br />

en la primera parte: jVis?/e Kraft füJdend (sentendo nuova<br />

forza), en la segunda. Las palabras italianas, aunque escritas en<br />

la partitura original, lo están con letra distinta de la del compositor.<br />

La forma de este tiempo es original: sólo tiene un precedente<br />

en la obra beethoveniana: el andante de la novena sinfonía.<br />

Se compone, como allí, de variaciones sobre dos temas distintos,<br />

en movimiento y carácter diferente (molto adagio-andante), sin<br />

que el sentido de esas variaciones tenga nada que ver con el tradicional<br />

en esta clase de ejercicios. Todavía el molto adagio lo<br />

componen dos elementos separados: unos interludios en estilo fugado<br />

de órgano y un coral, todo escrito en el modo hipolidio jolaglal<br />

de los griegos, quinto tono de la Iglesia (la escala de fa mayor<br />

con el si natural). La segunda parte (andante) adopta la tonalidad<br />

moderna de re mayor.<br />

Pero todas estas observaciones de forma apenas si resultan<br />

interesantes ó curiosas, ante el profundo misticismo, la serenidad<br />

maravillosa, la espiritualidad íntima que rebosa en la canzona,<br />

y ante el artístico contraste que le opone el andante con su<br />

puro y jugoso sentimiento.<br />

Como punto de comparación para observar el sentido on que<br />

ha evolucionado el arte de Beethoven, puede ponerse frente á<br />

este tiempo el adagio del cuarteto en ini menor (obra 59 núm. 2).<br />

La melodía está iniciada en ambos en estilo de coral, pero su expresión<br />

es tan distinta, tan romántica allí, tan íntimamente mis-<br />

93


94<br />

tica aquí, que más bien parecen producciones de almas diferentes<br />

que creaciones de un mismo espíritu.<br />

Final.—El tema del allegro appasionato lo concibió Beethoven<br />

para final de la sinfonía novena. Luego lo abandonó al decidir el<br />

empleo de las voces y hacerles antonar el himno á la Alegría,<br />

himno precedido de un recitado instrumental. Como si ese tema<br />

ejerciera sobre su espíritu una sugestión especial, la sugestión<br />

de la voz humana, al adoptarlo aquí lo precede también de otro<br />

recitado, y al recitado antepone una breve marcha. Esta sucesión<br />

de elementos distintos sin estar determinados por exigencias de<br />

forma, no pueden responder á un capricho frivolo. Por ello, no<br />

falta razón á los que creen que están inspirados en el pensamiento<br />

expresivo alma del poema sinfónico moderno: la cansona, ferviente<br />

oración salida de lo más profundo del alma; sintiendo nueva<br />

fuerza, el despertar á la vida; la marcha, afirmación del espíritu<br />

varonil dispuesto á proseguir la lucha; el recitado, la entrada<br />

en la vida; el final, la vida misma con sus desbordantes pasiones,<br />

su calor comunicativo, su corriente de amor y de ternura,<br />

donde Beethoven parece volver la vista hacia el espíritu inspirador<br />

de los cuartetos obra 59, y de la sonata appasionata.<br />

Assai sostenuto.—Allegro.<br />

La lenta introducción en notas tenidas—assai sostenuto—en<br />

la que se dibuja el motivo<br />

precede á la entrada del allegro, iniciado con una breve fantasía<br />

á solo del violín primero, á la terminación de la cual indica el<br />

violonchelo el motivo culminante de este tiempo, en la menor<br />

m<br />

m<br />

Ese motivo se formaliza más melódicamente en el violin primero,<br />

y con alguna intervención de la fantasía inicial continúa<br />

engendrando el primer tema, fragmentariamente cantado por los<br />

cuatro instrumentos. Dos breves motivos<br />

indican el periodo de transición, prolongándose el último en un<br />

enlace (crescendo) para el segundo tema. Lo comienza á cantar


el violin segundo, piano y dolce, acompañado por los demás instrumentos<br />

continuándolo el primero, con la indicación de teneramente. Nuevos<br />

apuntes melódicos y rítmicos siguen interviniendo en su desenvolvimiento,<br />

hasta aparecer, tras un ritardando, el motivo de<br />

la introducción (assai sostenido) en el violonchelo, y en seguida<br />

el motivo inicial del allegro, declamado por el violin primero,<br />

cerrando con su desarrollada intervención la parte expositiva.<br />

Un episodio en do mayor, piano, iniciado en octavas por los<br />

instrumentos graves, precede á otro donde se funden y entrelazan<br />

los motivos de la introducción y del principio del allegro.<br />

El primer tema se presenta en mi menor, con la fantasía y el<br />

declamado, aumentado en interés. El episodio de tránsito, precede<br />

en la misma forma anterior al segundo tema en fa, cantado<br />

por el violonchelo, proseguido por el primer violin, y seguido<br />

de todos sus elementos, algo ampliados á veces, hasta indicar de<br />

nuevo el motivo del assai sostenuto de la introducción.<br />

Por tercera vez vuelven á presentarse los elementos que engendraron<br />

la exposición: el primer tema, en la menor, muy alterado,<br />

fundido con el motivo del assai sostenuto, ó en su forma<br />

original, ó invertido; el segundo de los motivos que aparecieron<br />

en la transición; el segundo tema en la mayor, cantado por la<br />

viola, dolce, y proseguido por el violin, resuelto luego en una<br />

nueva utilización del motivo principal, base de la coda. Ese motivo<br />

se presenta en formas distintas, hasta diluirse en pianísimo.<br />

Un crescendo, cantando el segundo violin una nueva alusión al<br />

motivo principal, conduce al final del tiempo.<br />

Allegro ira non tanto.<br />

Los cuatro instrumentos, á la octava inician el allegro<br />

Sobre la figuración notada en los dos últimos compases, actuando<br />

como acompañamiento ó contrapunto de ellajladelos<br />

dos primeros, se desenvuelven las dos repeticiones en combinaciones<br />

y utilizaciones muy desarrolladas.<br />

La parte alternativa la inicia una especie de imitación de<br />

zampona en el violin primero, acompañado por el segundo.<br />

95


96<br />

j ~ -h 4 j Á JÁ S24<br />

i. i - * i - > i - — - —<br />

Al ir interviniendo los demás instrumentos, hacen'aparecer á<br />

poco un nuevo motivo dialogado al principio por la viola y el<br />

violín<br />

y desarrollado extensamente después.<br />

Un nuevo motivo que surge de la región más grave del cuarteto<br />

da entrada de nuevo á la exposición de la melodía inicial de<br />

la parte alternativa, y tras ella, al da capo á la primera parte.<br />

Canzona di ringraziamento ofíerta alia<br />

divinitá da un guarito, in modo lídico.—Molto adagio<br />

Sentendo nuova forza.—Andante.<br />

Molto adagio.—Alternan en él dos elementos: unas estrofas á<br />

modo de coral, y unos interludios en estilo fugado, que las separan<br />

y dividen. He aquí el primer interludio (figuración en negras)<br />

y el primer período del coral (figuración en blancas).<br />

creso p<br />

El quinto período del coral se enlaza con el<br />

Andante.—La melodía, en re mayor, la canta el violín segundo,<br />

acompañado por los instrumentos graves y por un trino del<br />

violín primero.<br />

— ¡f 4. rf> m -—ym- -»<br />

JL p<br />

*« yjjU-fe—<br />

Este continúa la línea cantable, disuelta después, en una figura<br />

rítmica muy característica, y reapareciendo más tarde el carácter<br />

melódico en el violín primero con las indicaciones de cantabile<br />

cspressivo.<br />

Molto adagio.—Como variación de su exposición primera reaparece<br />

ahora íntegramente; los interludios en ritmo distinto; no


conservando del coral más que la melodía, cantada por el vio<br />

primero en una octava más alta, sobre dibujos y contrapuntos dé<br />

los demás instrumentos. Como antes, su quinto período se enlaza<br />

con el andante, reproducido igualmente como variación, más<br />

adornado que en su exposición primera, aunque sin apartarse<br />

mucho del primitivo plan.<br />

Molto adagio.—La notación en todos los instrumentos va<br />

acompañada ahora de las indicaciones en alemán é italiano Mit<br />

innigster Empfindung (con intimis&imo sentimento). El ritmo de<br />

los interludios, modificado y complicado, se hace oir constantemente,<br />

apareciendo sobre él, cortada y fragmentada la melodía<br />

del coral, reducida ahora á su primer período que se reproduce<br />

en las tonalidades de fa y do, como si actuase de motivo de una<br />

fuga.<br />

Casi siempre en pianísimo, termina también en este matiz,<br />

con todos los instrumentos en la región aguda.<br />

Alia marcia, assai vivace.—Piú allegro.<br />

Allegro appasionato.<br />

Alia marcia assai vivace.—En la mayor, la canta el violín primero,<br />

acompañado por los demás, comenzando así.<br />

J- • r \ i Hj 1 ^ 7 P Y" 1 r'j£=<br />

Consta de dos partes breves, ambas con repeticiones marcadas,<br />

desarrollándose la segunda sobre ei mismo motivo rítmico<br />

de la primera.<br />

Piú allegro —Muy breve, sirve de enlace entre la marcha y el<br />

alegró final. Sobre un trémolo de los tres instrumentos inferiores<br />

produce el violín primero un recitado, resuelto en una cadencia<br />

(presto).<br />

Allegro apassionato.—En los dos primeros compases indican<br />

los instrumentos inferiores la fórmula de acompañamiento, cantando<br />

luego el violín el tema principal, en la menor, expresivo.<br />

Repetido á la octava superior por el mismo instrumento y<br />

tras un corto episodio, aparece el tema segundo, en mi menor,<br />

repartido, al principio, entre el violonchelo y el violín.


98<br />

Unos breves compases de enlace vuelven á presentar el tema<br />

principal, seguido de un desarrollo sobre uno de sus fragmentos.<br />

Al indicarlo de nuevo el violin segundo en re menor, se apodera<br />

de él en su tonalidad primitiva el violin primero, espressivo,<br />

comenzando la reproducción.<br />

El tema aparece reducido á una exposición sola; el episodio<br />

de enlace precede al segundo tema en la menor, cantado como al<br />

principio, y seguido de un nuevo desarrollo queprepara la coda,<br />

en jiresto.<br />

Esta la inicia el violonchelo cantando en la región aguda el<br />

tema principal. La tonalidad cambia á la mayor, y en ella continúa<br />

largamente hasta el final, coii el empleo de nuevos motivos<br />

episódicos, terminando en fortisimo.


Obra 133<br />

XVI Cuarteto: Gran Fuga en si bemol<br />

Grande Fugue tantót libre, tantót recherchée pour<br />

2 Violons, Alte & Violoncelle. Dedié avec la plus<br />

profonde veneration A Son Altesse Imperiale et<br />

Royale Eminentissime Monseigneur le Cardinal<br />

Rodolphe Archiduc d'Autriche, Prince d'Hongrie<br />

et de Bohéme, Prince-Archevéque d'Ollmütz,<br />

etc. Grand Croix de l'Ordre Hongrois de<br />

St. Etienne, etc., etc., par L. van Beethoven.<br />

Oeuvre 133. Propieté l'Editeur. Vienne chez Math.<br />

Artaria.<br />

Esta composición sufrió grandes transformaciones en el pensamiento<br />

de Beethoven. Fué concebida y bosquejada primeramente<br />

para final del cuarteto en la menor, obra 132: la semejanza<br />

de su motivo con el de la introducción del referido cuarteto,<br />

y más aún, el hecho de encontrarse sus primeros apuntes entre<br />

los de la composición del final del cuarteto en mi bemol, obra<br />

127. y de los del primer tiempo del en la menor, no dejan duda<br />

sobre este punto.<br />

Después ahandonó la idea, ante la nueva orientación que señalaba<br />

la canzona y compuso la fuga para final del cuarteto en<br />

si bemol (hoy obra 130): entre los diversos contramotivos que<br />

Beethoven apuntó para ella, se encuentran en sus cuadernos algunos<br />

muy análogos al tema del Andante con moto de ese cuarteto.<br />

En esta forma—como su tiempo final—fué enviada la composición<br />

al Príncipe Nicolás G*alitzin y ejecutada en público por<br />

el Cuarteto Schuppanzigh el 21 de Marzo de 1826; pero al publicarla,<br />

el editor Artaria suplicó á Beethoven, y logró persuadirle,<br />

de que hiciera un nuevo final para el cuarteto en si bemol, porque<br />

en la obra, ya muy larga de por sí, pesaban demasiado los<br />

745 compases de que consta. Beethoven compuso entonces el final<br />

con que actualmente figura ese cuarteto, tituló la fuga en el ma-<br />

yy


100<br />

nuscrito «-Ouverture*, y autorizó su publicación separada, dedicándola<br />

al Archiduque Rodolfo á quien antes había dedicado la<br />

mayor parte de sus más geniales obras: el cuarto y quinto Concierto<br />

de piano; varias sonatas de piano, entre ellas la grande en<br />

si bemol, obra 106, y la última, obra 111; el gran trío; la misa en<br />

re, etc., etc.<br />

Esta dedicatoria da idea de la importancia que Beethoven<br />

concedía á la fuga en cuestión. Coincidencia curiosa-es la de que<br />

las dos grandes fugas que escribe en los últimos años de su vida<br />

constituyen en su propósito el tiempo final de dos obras en si bemol:<br />

una para la gran sonata, obra 106; otra para el cuarteto de<br />

que primitivamente formó parte.<br />

Esta del cuarteto, más aún que la de la gran sonata, obra 106,<br />

parece responder á aquel propósito manifestado por Beethoven á<br />

Holz: «Hacer una fuga no tiene nada de artístico: yo hice muchas<br />

cuando estudiaba, pero la fantasía tiene también sus fueros, y<br />

hoy es preciso introducir en el modelo antiguo una materia<br />

nueva, verdaderamente poética». Sus largas proporciones, sus<br />

disonancias, la manera especial de tratar el tema de la fuga, no<br />

sólo por la variedad de sus contramotivos, sino más especialmente<br />

aún por las transformaciones rítmicas que alteran su fisonomía<br />

característica, son sumamente originales.<br />

Lenz dice de ella que, siendo como es, la obra menos comprendida<br />

de todas las del último período, encierra un divertissement.<br />

del más alto interés, episodio encantador, rayo de luz que<br />

penetra en este intrincado laberinto.<br />

Ya en la Introducción á la fuga se anuncia un Beethoven nuevo,dominando<br />

con la novedad de su lenguaje, dejando entrever<br />

fugazmente, un alma de ternura y delicadeza.<br />

La Fuga se inicia sobre un primer contramotivo orgulloso y<br />

exaltado, como si un espíritu diabólico fuera su animador. El<br />

motivo de la fuga, como un rugido, va recorriendo sucesivamente<br />

los cuatro instrumentos, complicándose cada vez más, sin<br />

abandonar el matiz constante de gran fuerza, siempre sinfónico,<br />

pidiendo al cuarteto grandes sonoridades. Entre grandes disonancias,<br />

en diabólica y extraña orgía, sigue siempre su camino<br />

hasta hacer un alto, y reaparecer tras él, tierno y melódico, dulce<br />

y acariciador en el meno mosso e moderato. contrastando su<br />

pianísimo constante con ei desenfreno de sonoridad que reinó en<br />

la parte anterior. Un breve alarde de fuerza, vuelve á presentarlo<br />

sobre un contramotivo nuevo (casi reproducción del motivocoda<br />

que empleó en la fuga final del cuarteto en do, obra 59 número<br />

3) amoroso y dulcísimo, revestido de un encanto especial.<br />

Nuevas fisonomías expresivas siguen sucediéndose, aunque predominando<br />

entre ellas, los tres tipos de contramotivos notados<br />

con su expresión característica, para terminar con un formidable<br />

crescendo sobre el contramotivo inicial, cuyo ritmo acaba por<br />

servir de base al final.<br />

Por lo expuesto puede verse que esta inga,—tantót libre, tantót<br />

recherchée según el título que la encabeza—nada tiene que ver<br />

con el modelo clásico, ni aun con la forma ordinaria de tratarla.<br />

Audaz, extraña, nueva desde cualquier aspecto que se la mire,<br />

llama la atención por lo original de sus combinaciones, por las


101<br />

variantes expresivas que el motivo adopta, si un tanto áridas en<br />

la primera parte, jugosas y dúctiles en la segunda mitad.<br />

Beethoven mismo la arregló para piano á cuatro manos, publicándose<br />

en esta forma, después de su muerte, con el número<br />

de obra 134. Su efecto se amplía ejecutada por una masa de instrumentos<br />

de arco, forma en la cual ha sido ejecutada frecuentemente<br />

en Alemania, durante los años últimos.<br />

Introducción.<br />

Allegro.—El cuarteto en fortísimo, expone á la octava en sol<br />

mayor, el motivo de la fuga, aislado, en dos formas rítmicas<br />

repitiendo la forma segunda en otra tonalidad.<br />

Meno mosso e moderato.—Una nueva forma rítmica del motivo<br />

se expone, por dos veces, en este movimiento; la segunda acompañada<br />

de uno de los contramotivos que después han de aparecer.<br />

Allegro.—El primer violin, á solo, pianísimo, en si bemol, expone<br />

una cuarta forma rítmica del motivo, que es la que ha de<br />

predominar en la primera parte de la luga.<br />

Fuga.<br />

Allegro.—El motivo y el contramotivo se producen simultáneamente,<br />

en si bemol, el primero cantado por la viola, y el segundo<br />

por el violin primero, ambos en fortísimo.<br />

El violonchelo y los violines segundo y primero van apoderándose<br />

sucesivamente del motivo de la fuga, sobre el contramotivo<br />

iniciado, cuyo ritmo persiste constantemente.<br />

Esta primera parte se desan olla con mucha extensión. El motivo<br />

desaparece ó se transforma, mientras se desenvuelven algunos<br />

episodios, á veces entre grandes disonancias, volviendo á presentarse<br />

al final, invertido y desfigurado. En la última parte el<br />

ritmo del contramotivo es susf ituido por uno nuevo en tresillos,<br />

durante algún espacio, reapareciendo el primitivo en los compases<br />

finales del alegro.<br />

Meno mosso e moderato.—Después de apuntar tres veces los dos<br />

violines las cuatro primeras notas del motivo de la fuga, canta<br />

el primer violin, melódicamente, sobre un acompañamiento del<br />

segundo y del violonchelo, el dibujo en sol bemol.


102<br />

que en seguida sirve de nuevo contramotivo al tema de la fuga.<br />

Este aparece, sucesivamente en la viola y en el violin segundo,<br />

y tras un episodio breve, en el violonchelo y en el violin primero,<br />

continuando sus apariciones en alguno de los instrumentos,<br />

casi siempre fragmentado, hasta predominar el contramotivo, y<br />

llegar por un diminuendo al '<br />

Allegro molto e con brío.—El motivo adopta la segunda forma<br />

rítmica de la introducción. Después, fragmentariamente, sigue<br />

desarrollándose sobre un nuevo contramotivo melódico<br />

en un intermedio de breves proporciones.<br />

El motivo, en blancas (primera forma de la introducción), en<br />

la bemol, vuelve á exponerse con sus cuatro entradas (violonchelo,<br />

viola, violines segundo y primero) sobre el contramotivo.<br />

En su extenso desarrollo se le agregan nuevos dibujos, entre<br />

ellos uno en trinos, que va adquiriendo cada vez importancia<br />

mayor.<br />

Una alusión al contramotivo que apareció en la primera exposición<br />

de la fuga, va seguida del predominio de este elemento<br />

rítmico, acompañando á apuntes del motivo, durante algún espacio,<br />

hasta resolverse en un movimiento más lento.<br />

Meno mosso e moderato.—Es episódico y muy breve. El motivo,<br />

y los contramotivos primero y segundo se hacen oir simultáneamente.<br />

Después, un pasaje de transición—poco a poco sempre<br />

piú allegro ed accelerando il tempo—siempre piano, conduce de<br />

nuevo al Allegro molto e con brio, reproducción de la anterior exposición<br />

de este movimiento, pero con mayor desarrollo y fantasía.<br />

Dos breves alusiones á los contramotivos primero y segundo<br />

(Allegro.—Meno mosso e moderato), preparan la coda: allegro molto<br />

e con brio.<br />

El motivo continúa apareciendo en ella, tratado en fantasía,<br />

terminando con él y con el contramotivo primero, en fortísimo.


Obra 135<br />

XVIi Cuarteto en fa<br />

103<br />

Quatuor pour 2 Violons, Alto & Violoncelle, composé<br />

& dedié á son ami Jean Wolfmeier par<br />

Louis van Beethoven. Partition. Oeuvre posthume.<br />

Propriété des éditéurs. Oeuvre 135, N.° 17<br />

des Quatuors. Berlín chez Ad. Mt. Schlesinger.<br />

Después de la tentativa de suicidio del sobrino de Beethoven,<br />

indicada en las notas al cuarteto en do sostenido menor, obra 131,<br />

y después de las perturbaciones que trajo al compositor el arreglo<br />

de este asunto, se marchó con su sobrino Carlos á pasar una<br />

temporada en la casa de su hermano Juan, situada en el puerto<br />

de Gneixendof, á unos 90 kilómetros de Viena. Allí residió Beethoven<br />

desde Octubre hasta principios de Diciembre de 1826. El<br />

2 de este último mes salió para Viena, y su mal estado de salud<br />

se exacerbó de tal modo con las molestias que sufrió en casa de su<br />

hermano y con las penalidades del viaje, que al llegar a la capital<br />

de Austria tuvo que meterse en cama, falleciendo á consecuencia<br />

de sus males el 26 de Marzo de 1827, pocos meses después<br />

de haber cumplido los 56 años.<br />

El último de sus cuartetos fué terminado durante su estancia<br />

en casa de su hermano, según indica la nota existente en el manuscrito<br />

original, Gneixendorf'am, SO Oktober 1826, aunque Holz<br />

afirma que estaba ya concluido á fines de Septiembre. A los pocos<br />

días de llegar Beethoven á Gneixendorf escribía á BTaslinger<br />

anunciándole el próximo envío del manuscrito, manuscrito que<br />

el 30 de Octubre, el mismo día en que aparece fechada la nota<br />

del original, fué llevado á Viena por el hermano del compositor.<br />

Ya muy enfermo, el 18 de Marzo, seis días antes de morir, dictó<br />

la dedicatoria de esta obra á Juan Wolfmeier, un comerciante de<br />

Viena, á quien Beethoven profesaba gran amistad, y en Septiembre<br />

del mismo año apareció la pi'imera edición, publicada por la<br />

casa Schlesinger.<br />

Es uno de los cuartetos que han suscitado más diversas opiniones.<br />

Mientras algunos lo declaran el más incomprensible de


104<br />

todos, otros, como Lenz, adjudican á los tres primeros tiempos<br />

«un tono tan delicado, que se temería borrar sus colores soplando<br />

sobre ellos», no faltando quien, como Helm, lo llame el más corto<br />

y fácil de entender de todos los de la última época, colocado á la<br />

misma altura que los demás, en un cierto ambiente más anterior,<br />

aunque sin negligencia alguna en fuerza, ni en maestría. De<br />

cualquier modo, no hay en este cuarteto la homogeneidad que<br />

caracteriza á los anteriores, ni el ascendente progreso de un sentimiento<br />

único.<br />

Entre las particularidades de cada uno de los tiempos, llama<br />

la atención la relativa al final. A la cabeza de él aparecen notadas<br />

la interrogación Muss es sein? (¿Es preciso?) y la respuesta<br />

Es muss sein (Es pi-eciso), esta última repetida, en la siguiente<br />

forma:<br />

Las explicaciones é interpretaciones que se han dado á ese<br />

rótulo, son tan diferentes y contradictorias, que apenas si puede<br />

hacerse caso de ellas.<br />

He aquí la de Schindler: «Entre Beethoven y las personas en<br />

cuyas casas vivía, desarrollábanse á veces escenas cómicas al llegar<br />

el dia del pago de la renta. El encargado de cobrarla tenía<br />

que acudir á Beethoven, calendario en mano, para demostrarle<br />

que había transcurrido la semana y que era forzoso pagar. En su<br />

última enfermedad, al ver aparecer á la portera con el recibo,<br />

cantó Beethoven con la seriedad más cómica el motivo interrogación<br />

del final de este cuarteto. Ella, comprendiendo la intención<br />

y continuando la broma, respondió enfáticamente golpeando el<br />

suelo con el pie: Es muss sein, es muss sein. Existe otra versión<br />

de la historia de este motivo, relativa á un editor, y no difiere<br />

gran cosa de la antes relatada. Ambas se refieren al pago de dinero,<br />

y ambas giran alrededor de una broma; ¡pero qué palacio<br />

tan poético edificó Beethoven sobre tan prosaicos cimientos!»<br />

Marx cita una carta publicada en la Gazette Musicále de París<br />

por Moritz Schlesinger, hijo y compañero de negocios del editor<br />

de este cuarteto. Dice así: «En lo que concierne al Es muss sein<br />

del cuarteto obra 135, nadie podrá explicarlo mejor que yo. Poseo<br />

la obra escrita en partes sueltas por Beethoven mismo, y al enviárnosla<br />

nos escribió diciendo: «Vean ustedes si soy desgraciado,<br />

Quería hacer un final más grandioso, pero no lo encontraba,<br />

y como había prometido á ustedes enviárselo, y además necesitaba<br />

dinero, me decidí á escribirlo así, seguro de que ustedes comprenderían<br />

la intención del Es muss sein. Ademas quería enviarles<br />

una copia bien hecha, pero en todo Módligen, donde entonces<br />

vivía, no encontró un solo copista, y tuve que copiármelo yo.<br />

Les aseguro que fué una hombrada. Ya está hecho. Amén». A la<br />

inserción de esta carta de Beethoven, seguían nuevos párrafos de<br />

Schlesinger, refiriendo que ese documento se quemó en el incendio<br />

de su casa en 182G. Mas como ni ese cuarteto fué escrito en


105<br />

Módligen, ni parecen exactas algunas otras de las afirmaciones<br />

contenidas en la carta del compositor, los biógrafos y comentaristas<br />

la suponen apócrifa, no concediéndole más autoridad que al<br />

relato de Scbindler.<br />

Otra versión de Holz publicada en 1842 en el Zeitschrift fiir<br />

Deutschland Musikvcreine und Dilettanten, se refiere á un amateur<br />

vienes que fué á pedir á Beethoven las partes del cuarteto en<br />

si bemol (obra 130) cuando éstas estaban en poder de Schuppanzigh<br />

para preparar su primera audición. Beethoven se las negó,<br />

añadiendo que se las daría cuando Schuppanzigh las devolviera;<br />

el amateur dijo Wenn es sein muss, y Beethoven replicó Es muss<br />

sein, es muss sein. Al artículo de Holz acompañaba un apunte de<br />

Beethoven, con la notación musical del Es muss sein á cuatro<br />

voces.<br />

Aunque no tengan valor alguno las anteriores versiones, es lo<br />

cierto que la notación musical de las palabras tantas veces repetidas<br />

no deja lugar á duda de que ese motivo había servido á<br />

á Beethoven con anterioridad para alguna de sus cariñosas bromas,<br />

y que, como el del allegretto scherzando de la octava sinfonía,<br />

fué un pensamiento anterior, que después concretó y desarrolló<br />

en el cuarteto. El tema del segundo tiempo de la octava sinfonía<br />

fué una broma dada á Maelzel, el inventor del metrónomo;<br />

en la que las voces repetían ta-ta-ta (el ritmo del acompañamiento)<br />

imitando los golpes del aparato.<br />

Helm explica el final de este cuarteto por el involuntario malhumor<br />

que dominaba á Beethoven á fines de 1826, por su falta de<br />

gana, después del maravilloso lento assai, de escribir el inevitable<br />

final y agrega, que después de desahogar su malhumor, con<br />

la inscripción que rotula este tiempo, encendieron las fatales palabras<br />

el fuego del humorista de tal modo, que lo que comenzó<br />

siendo un esfuerzo que repugnaba á su inspiración, llegó á desbordarse<br />

en el raudal de una fluidez incomparable.<br />

Allegretto.—Llama la atención en este tiempo, como observa<br />

Helm, la riqueza de pequeños motivos, igualmente típicos, y la<br />

manera genial de combinarlos y mezclarlos después. Al primero,<br />

expuesto por la viola como una seria interrogación, responde el<br />

eco inesperado del primer violín; preséntase el segundo como<br />

respuesta... y así continúa algún comentarista una completa explanación<br />

de todo el allegretto, ensalzando su magistral polifonía,<br />

su carácter aereo, la asombrosa facilidad, que produce la impresión<br />

de estar escrito de una sola plumada. Grave y graciosamente<br />

humorístico, tejido en la mágica red de sus significativos y múltiples<br />

motivos, resulta acertada la expresión de Lenz al indicar<br />

que «para traducir todo su gracia y sus halagos deben mirarse<br />

los ejecutantes á los ojos, más bien que al papel».<br />

Vivace.—Más que sobre la primera parte de este tiempo (en<br />

forma de minué ó de scherzo libremente tratada), parte, que como<br />

apunta Helm parece estar cubierta por un velo, han discurrido<br />

los comentaristas sobre la parte central y principalmente sobre<br />

el fortísimo, donde los tres instrumentos graves repiten el obstinado<br />

diseño que acompaña á la extraña fantasía del primer violín.<br />

Ulibicheff califica de locura esos 47 compases, Marx se pregunta<br />

si este cuadro de sonidos tendrá su origen en la enferme-


106<br />

dad de los nervios acústicos de Beethoven, y si sonará siempre<br />

con la dureza con que él lo ha oido en todas las ejecuciones. Si la<br />

primera parte aparece un tanto misteriosa, con la casación de sus<br />

dos motivos y la vaguedad rítmica que sigue á la exposición, si<br />

en ella apunta un humorismo reflexivo y grave, en la parte central<br />

con su fantasía extraña, casi diabólica, cada vez más intensamente<br />

exacerbada, va Beethoven aún más allá del final del<br />

cuarteto en do sostenido menor, de la fuga y de todas sus composiciones<br />

precedentes. Hasta la manera de disminuir la sonoridad<br />

después del pasaje comentado por Marx y Ulibicheff para enlazar<br />

con el misterio de la primera parte, apagando la exaltación anterior,'<br />

es aquí profundamente genial.<br />

Lento assai.—Nohl pretende que este tiempo fué lo último<br />

que Beethoven escribió. Si su opinión no la comparte ningún<br />

otro de los biógrafos, en cambio todos están de acuerdo con él al<br />

considerar esta melodía como dictada por el inconsciente presentimiento<br />

do su próximo fin. La intimidad y nobleza de su primera<br />

parte, calificada por Helm como de los más profundos aciertos<br />

de Beethoven en sus exploraciones del alma humana, truécanse<br />

luego en estremecimientos de muerte, en la patética emoción de<br />

la desventura que anonada y despoja el pensamiento de toda reflexión.<br />

Aunque sumamente breve (54 compases), no cede en fuerza,<br />

ni intensidad, á ninguna otra creación de las más sublimes<br />

del maestro; sólo la Cavatina del cuarteto en si bemol, puede<br />

figurar á su lado.<br />

Grave.—Allegro.—Precedo al final el título Der schwer gefasste<br />

Entschluss (la resolución difícilmente tomada) y la notación de<br />

las palabras Muss es sein? Es muss sein. En la primera edición<br />

francesa va adicionado el título con las palabras Un effort d'inspiration.<br />

Sobre el origen de ese título ya se han indicado antes<br />

algunas opiniones. Lenz lo califica de «erial poco acertado, iluminado<br />

á trechos por relámpagos de genio»; otros le aplican la<br />

lucha entre la resistencia y la sumisión (más bien la conformidad<br />

forzosa) que, según Schindler, tantas veces llevó Beethoven ásus<br />

obras. Helm apunta la juiciosa observación de que la impresión<br />

que produce este tiempo no sería tan intensa sin las palabras del<br />

titulo. De cualquier manera el humorismo final del maestro campea<br />

en esta página, mezclado con la sencillez del segundo tema<br />

(un motivo popular militar, lo llama Helm), con los titánicos rugidos<br />

de la interrogación al reaparecer en el centro del tiempo;<br />

imponiéndose por completo en los últimos compases, donde la<br />

franca risa parece burlarse de sus momentos anteriores de seriedad<br />

y desesperación.<br />

Allegretto.<br />

En la formación del primer tema se suceden varios apuntes de<br />

naturaleza distinta, generalmente repartidos entre los distintos<br />

instrumentos. Los dos primeros apuntes, en fa mayor, aparecen<br />

distribuidos entre los tres superiores.


107<br />

Sucesivamente siguen apareciendo los demás, casi siempre<br />

dentro del matiz piano, brevemente, hasta iniciar el primer violin<br />

el motivo característico de la transición<br />

que brevemente desarrollado da entrada al nuevo apunte que,<br />

por estar escrito en la tonalidad de do mayor, puede ser conside<br />

rado como segundo tema. Aparece dividido entre el violin segundo,<br />

el primero y los otros instrumentos,<br />

siempre acompañado por un contrapunto en dibujo de tx -<br />

esillos<br />

de semicorcheas. Prosigue con la intervención de otros apuntes<br />

en la misma tonalidad, hasta que la aparición de algunos elementos<br />

del primer tema, determinan el final de la parte expositiva.<br />

La central utiliza al principio algunos de los elementos del<br />

primer tema, singularmente los dos primeros; después, por un<br />

poco ritardando introduce una melodía en la menor<br />

siempre piano, acompañada de alusiones al motivo principal, melodía<br />

que va pasando de unos instrumentos á otros.<br />

Por un crescendo, sobre una pedal del violonchelo, reaparece<br />

el principio del primer tema cantado por la viola, tema que prosigue<br />

muy alterado y ampliado, enriquecido con mayor material<br />

contrapuntístico. El episodio de tránsito precede también al segundo<br />

tema, ahora en fa, desarrollado más extensamente, y seguido,<br />

como en la exposición, de nuevos elementos y de una alusión<br />

á una parte del primer tema.<br />

El principio del mismo prolóngase de nuevo en la coda, de<br />

algunas dimensiones, terminada en piano sobre un fragmento del<br />

tema principal.<br />

Vivace.<br />

La primera repetición se desarrolla sobre el doble contrapunto,<br />

en fa mayor, piano, encomendado al primer violin y al violonchelo.


108<br />

En la repetición segunda, nuevos elementos van agregándose<br />

al mismo, presentado en distintas formas.<br />

La melodía de la parte central, la inician la viola y el violonchelo,<br />

prosiguiéndola el primer violin, sobre el ritmo de los demás<br />

instrumentos<br />

Esta parte central se desenvuelve con mucha extensión, utilizando<br />

siempre el motivo inserto, primero en piano y pianísimo,<br />

después, tras un crescendo, en fortísimo, en una fantasía del primer<br />

violin, sobre las cinco primeras notas del tema, que, como<br />

osstinato, repiten los instrumentos inferiores.<br />

Por un decrescendo y un pasaje de enlace, vuelve á presentarse<br />

de nuevo la primera parte, nuevamente escrita, prolongada<br />

por breves compases de coda.<br />

Lento assai, cantante e tranquillo.<br />

Dos compases de preparación fijando la tonalidad de re bemol,<br />

hacen aparecer la melodía del tema principal en el violin primero,<br />

sotto voce<br />

melodia que, acompañada por sencillos contrapuntos, se desarrolla<br />

con alguna extensión, siempre en sentido cantable, interviniendo<br />

melódica y brevemente algunos de los otros instrumentos.<br />

Sin transición, se une su final con el piú lento de cortas dimensiones,<br />

en el que, unidos todos los instrumentos en el mismo<br />

ritmo, canta el primer violin pianísimo, en do sostenido menor<br />

La melodía inicial, en re bemol, más abreviada, reaparece<br />

tratada en canon entre el violonchelo y el primer violin, sobre<br />

un interesante contrapunto de los instrumentos centrales, prosi-


109<br />

guiendo después en el primer violin, libremente, en forma de<br />

variación acompañada por los demás instrumentos, y terminando<br />

pianisimo, en un ritardando.<br />

Der schwer gefasste Entschluss.<br />

(La resolución difícilmente tomada.)<br />

Grave, ma non troppo tratto.—Allegro.<br />

Las notas con que aparece notado el muss es sein? actúan en<br />

esta introducción cantadas por la viola y el violonchelo, contestadas<br />

por un dibujo que sucesivamente repiten los tres instrumentos<br />

superiores<br />

Bruscamente interrumpido ese motivo la segunda vez que se<br />

hace oir, prosigue nuevamente, contestado en diversa forma pollos<br />

dos violines, hasta detenerse, pianísimo, en un calderón.<br />

Allegro.—El tema principal (Es muss sein) lo cantan los dos<br />

violines á la octava sobre el contrapunto de la viola y el violonchelo,<br />

prosiguiendo la melodía el primer violin, en fa mayor<br />

y reproduciéndola después en canon los dos violines.<br />

Tras un silencio prosigue la misma melodía en la mayor, brevemente,<br />

sobre una pedal del violonchelo, quien presenta el segundo<br />

tema en la mayor sobre el sencillo acompañamiento de los<br />

otros instrumentos,<br />

tema que reproduce en la misma forma el primer violín, unióndolo<br />

al período final de la exposición en el que aparece de nuevo<br />

la notación de Es muss sein.<br />

El desarrollo se basa al principio en los elementos característicos<br />

del primer tema, fundidos en contrapuntos diversos, siempre<br />

piano; después en el segundo tema en re mayor, y luego nuevamente<br />

en el primero (pianísimo) que después de engendrar un<br />

episodio más libre, llega por un crescendo á la reproducción del


110<br />

Grave ma non troppo tratto.—En fa menor, fortísimo, sobre un<br />

trémolo de los violines reaparece la notación de la pregunta Muss<br />

es sein? acompañada del comentario de la introducción, prosiguiendo<br />

en forma diferente.<br />

Allegro.—El primer tema se reproduce en fa mayor, piano y<br />

dolce, algo ampliado y revestido de mayor interés contrapuntístico;<br />

el segundo tema, en la misma tonalidad, pasa del violonchelo<br />

al violin, y termina como en la exposición.<br />

La coda utiliza al principio por tres veces la notación de Es<br />

muss sein cortada por calderones, luego el segundo tema en pizzicatto,<br />

terminando con una nueva indicación del primero.


ERRATAS MAS IMPORTANTES<br />

PÁG. LÍNEA DICE <strong>DE</strong>BE <strong>DE</strong>CIR<br />

5 1 qien bien<br />

28 9 le lo<br />

38 14 Allegro Allegretto<br />

39 33 dolce dolce, derivada de los<br />

compasessegundoy tercero<br />

del tema<br />

44 6 setimientos sentimientos<br />

57 31 acordes arpegios<br />

01 47 Allegro Allegretto<br />

05 3 allegrelio ollegretto<br />

70 17 1835 1825<br />

85 1,2 y 12 Stutterkeim Stutterheim<br />

94 5 antonar entonar<br />

103 12 puerto pueblo.


ÍNDICE<br />

PAUINAS.<br />

Advertencia<br />

v<br />

Catálogo de los cuartetos de cuerda<br />

Ludwig van Beethoven.<br />

vn<br />

Los cuartetos de cuerda 1<br />

Obra 18 4<br />

I Cuarteto en fa mayor 7<br />

II Cuarteto en sol mayor 1-<br />

III Cuarteto en re mayor 1<br />

IV Cuarteto en do menor 21<br />

V Cuarteto en la mayor 2(i<br />

VI Cuarteto en si bemol 30<br />

Obra 5!) 34<br />

VII Cuarteto en fa<br />

3 7<br />

VIII Cuarteto en mi menor 44<br />

IX Cuarteto en do 4!)<br />

Obra 74: X Cuarteto en mi bemol<br />

r<br />

'4<br />

Obra 05: XI Cuarteto en fa menor<br />

(<br />

Los últimos cuartetos<br />

>0<br />

Obra 127: XII Cuarteto en mi bemol 70<br />

Obra 130: XIII Cuarteto en si bemol 7

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