LOS CUARTETOS DE CUERDA DE BEETHOVEN - Lvbeethoven.It
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28818<br />
CECILIO BE MOBA<br />
<strong>LOS</strong> <strong>CUARTETOS</strong> <strong>DE</strong> <strong>CUERDA</strong><br />
<strong>DE</strong> <strong>BEETHOVEN</strong><br />
NOTAS PARA SU AUDICIÓN<br />
EN LA<br />
SOCIEDAD FILARMÓNICA MADRILEÑA<br />
MADRID<br />
A. Al. Crespo, Fuencarral, 17<br />
1909
ADVERTENCIA<br />
Único objeto de este libro es satisfacer el deseo manifestado<br />
por algunos socios de la SOCIEDAD FII.AHMÓNICA MADKIMÑA de<br />
tener coleccionadas las notas que lian figurado en los programas<br />
de la serie de Cuartetos de cuerda de Beetboven, (ejecutados en<br />
nuestra Sociedad por el Cuarteto Checo los dias 26 y '27 de Febrero,<br />
1,8, 10 y 12 de Marzo del presente año) en forma análoga<br />
á la colección que se hizo en 1907 de las notas que figuraron en<br />
los programas de la serie de Sonatas de piano del mismo compositor,<br />
ejecutadas por M. Edouard Bisler.<br />
No tiene, pues, este trabajo, ni la pretensión de ser un análisis<br />
técnico, ni la de constituir un estudio acabado y completo de<br />
las obras que en él se reseñan. Más que á maestros y profesores,<br />
va dirigido á los aficionados que quieran orientarse en la forma,<br />
conocer los antecedentes de las obras, los juicios que han merecido,<br />
el espíritu que las anima, la evolución gigantesca que se<br />
opera en el espíritu de Beethoven á través de esta serie, sin rival<br />
en la historia de la rnúsica. Los análisis (más bien descripciones)<br />
están hechos exclusivamente para que sirvan de punto de apoyo<br />
en la audición, para que el oyente, teniendo á la vista un croquis<br />
del plano de la obra, pueda seguirla en su traza, y estar siempre<br />
orientado en ella.<br />
La escasísima literatura sobre los cuartetos de cuerda de<br />
Beethoven, da forzosamente á este trabajo un carácter más personal,<br />
tanto en la parte crítica como en la de análisis y en la de<br />
busca de antecedentes y datos relativos á cada uno de los cuartetos.<br />
El orden en que fueron ejecutados por el Cuarteto Checo de
VI<br />
Praga, compuesto por los señores Cari Iíoffman, Josef Suk,<br />
Georg Herold y Profesor Hans Wihan, fué el siguiente:<br />
2(> de Febrero: Cuartetos I. VII y XII.<br />
27 de Febrero: Cuartetos: II, VIII y XIII.<br />
1 de Marzo: Cuartetos III, IX y XIV.<br />
8 de Marzo: Cuartetos IV, X y XV.<br />
10 de Marzo: Cuartetos V, XI y XVI.<br />
12 de Marzo: Cuartetos VI, XVII. y IX.<br />
Inútiles fueron las gestiones practicadas para encontrar un<br />
ejemplar de alguno de los arreglos hechos por Beethoven para<br />
cuarteto, y completar con él el último programa. En vista de<br />
ello, se repitió el Cuarteto mim. IX, uno de los que maj'or entusiasmo<br />
habían despertado por su interpretación vibrante y<br />
arrebatadora.<br />
C. R.
Núm. TONALIDAD OBRA<br />
Catálogo de los Cuartetos de cuerda<br />
Año de la<br />
composición<br />
Año de la<br />
publicación<br />
<strong>DE</strong>DICATORIA OBSERVACIONES<br />
1 f'a mayor.. . 18, n.° 1 1799<br />
•¿<br />
3<br />
sol mayor.. 18, n.° 2<br />
re mayor... 18, n.° 3<br />
1799<br />
1799<br />
| Llamado «Cuarteto de las reverencias»'<br />
Fué el primero que Beethoven compuso<br />
4 do menor... . 18, n." 4 1800 ' 1801 Príncipe de Lobkowitz<br />
5 la mayor.. . 18, .n." 5 1800<br />
(i si bemol... 18, n." 6, 1800 /<br />
7 ta mayor.. . 59, n. 1 1806- )<br />
8 mi menor. 59, n.° 2 1807 180H Conde de liasumoffsky<br />
9<br />
10<br />
do mayor.. 59, n." 3<br />
mi bemol .. 74<br />
1807<br />
1809<br />
,<br />
1810<br />
Llamado «Cuarteto del héroe».<br />
Príncipe de'LobkowitzíLlamado «Cuarteto de las arpas».<br />
11 f'a menor... 95 1810 1816 Nicolás Zmeskall.....<br />
12 mi bemol.. 127 1824 1826 Príncipe N. Galitzin..<br />
13 si bemol. .. "' 130. 1825 1827 Id. id El último tiempo escrito en Novbre. de<br />
1826: fué lo último que B. escribió.]<br />
14 do sostenido<br />
131 1826 1827 Barón de Stutterheim.<br />
IB la menor... 132 1825 1827 Príncipe N. Galitzin..<br />
16 si bemol ... 133 1825 Archiduque Rodolfo... Gran fuga: primitivamente fué el final<br />
del cuarteto en si bemol (obra 130).<br />
17 fa mayor. .. 135 1826 1827
Ludwig van Beethoven<br />
Bonn 16 Diciembre 1770 — f Viena 26 Marzo 1827.<br />
Los cuartetos de cuerda<br />
Si en las sonatas de piano de Beethoven puede seguirse paso<br />
á paso toda la evolución de su genio, desde las obras primeras,<br />
escritas antes de estudiar con Haydn, hasta las célebres cinco<br />
últimas; si estas sonatas van marcando en sus dedicatorias y en<br />
su contenido, las amistades de Beethoven, sus amores, las facetas<br />
de su inspiración; los cuartetos, en cambio, constituyen el<br />
punto culminante de sus tres orientaciones artísticas, son por<br />
decirlo asi, como el compendio y resumen de los tres periodos<br />
de su vida, lo definitivo en cada uno de ellos.<br />
La primera vez que Beethoven se muestra descontento de sí<br />
mismo es hacia el año 1802, cuando el violinista Krumpholz refiere<br />
á Czerny haber oido de labios del maestro: «Estoy muy<br />
poco satisfecho de mí mismo: desde ahora voy á emprender<br />
un nuevo camino». Y antes de que se inicie esa tendencia nueva,<br />
dos años antes de pronunciar esas palabras, escribe los seis cuartetos,<br />
que le dejan tan satisfecho de sí mismo, que según escribe<br />
á uno de sus amigos, está convencido de que sólo cuartetos sabe<br />
hacer.<br />
El cambio de orientación se inicia en sus sonatas de piano:<br />
Cada vez va definiéndose más vigorosamente, produciendo la<br />
Aurora, la Appasionata, la sinfonía heroica, la quinta, la. pastoral,<br />
y cuando ha llegado al punto máximo de su fuerza, cuando<br />
está en el apogeo de su vigor, en dos años, de 1808 á 1810, escribe<br />
los cinco cuartetos que forman la segunda serie de esta colección,<br />
los tres dedicados al Conde de Rasumoffsky, y las obras 74<br />
y 95.<br />
De 1811 á 1815 se produce otra crisis en su vida; cesa de<br />
producir, poco satisfecho de nuevo de su arte pasado. La orientación<br />
nueva va dibujándose, ó intensificándose en las cinco sonatas<br />
últimas, en la misa en re, en las sinfonías séptima, octava y<br />
novena, en las grandes oberturas, y cuando envía á Schott la<br />
carta famosa, en la que no quiere morir, sin antes haber escrito<br />
las inspiraciones que el Espíritu le dicta, cuando, sobre su firma,<br />
asegura «me parece que hasta ahora sólo he escrito algunas notas»<br />
, es cuando emprende la composición de los seis cuartetos
2<br />
finales, última emanación de su alma, últimas notas que confió<br />
al papel.<br />
Los cuartetos representan en la vida de Beethoven las cumbres<br />
de sus tres artes, lo más perfecto é intenso de cada una de<br />
ellas. Pero á esta perfección se agrega un nuevo interés: el de la<br />
diversidad. Es característico de este compositor el infundir á<br />
cada obra un alma distinta, el llevar á cada una un ambiente<br />
propio. Un cuarteto, una sonata ó una sinfonía creados en un momento<br />
de inspiración, muestran un estado de alma del genio:<br />
cinco ó seis cuartetos en cada uno de los momentos culminantes,<br />
enseñan su alma entera, con todas sus facetas, con todos sus color-es.<br />
De aquí la excepcional importancia que para el conocimiento<br />
del arte beethoveniano tiene esta serie de cuartetos.<br />
Las composiciones originales son diez y seis, diez y siete con<br />
la gran fuga; pero á este número pueden agregarse aún dos más.<br />
Beethoven, siguiendo una costumbre muy general en su época,<br />
arregló muchas de sus obras para instrumentos distintos de los<br />
empleados originariamente. Más bien que de arreglos, pueden<br />
calificarse estas transformaciones de versiones nuevas. Así el<br />
trío de piano obra 1, número 3, es luego el quinteto de cuerda,<br />
obra 104; el quinteto de cuerda, obra 4, es luego el trío para piano<br />
y cuerda, obra 63, y más tarde el octeto para instrumentos de<br />
viento, obra 103; la gran fuga para cuarteto, obra 138, lleva el<br />
número 134 arreglada para piano á cuatro manos.<br />
Para cuarteto hizo Beethoven dos adaptaciones. Fué la primera<br />
la de la sonata de piano en mi mayor (obra 14, número 1),<br />
cambiada su tonalidad por la de fa, y publicada en Mayo de 1802,<br />
sin número de obra, con el título de: Quatuor pour deux Violons,<br />
alto et Violoncelle, d'aprés une. Sonata compasee etdediée á Madame<br />
la Baronne de Braun par IJOUÍS van. Beethoven, arrangé par<br />
lid meme. A Vienne, au Burean d'Arts et d'Industrie. El gran<br />
quinteto en mi bemol, obra 1(>, para piano, oboe, clarinete, trompa<br />
y fagot, fué editado luego en otras dos formas más; como<br />
cuarteto para piano, violín, viola y violonchelo, con el mismo<br />
número de obra 1G, y como cuarteto para instrumentos de arco,<br />
publicado en 1810, como obra 75, por la casa Artaria de Viena.<br />
Si hoy no figura con este número en el catálogo de las obras de<br />
Beethoven, se debe á que con ese mismo número 75 fueron editados<br />
también seis Heder, dedicados á la princesa de Kinsky.<br />
Las.características de cada grupo de obras ó de cada cuarteto<br />
en particular, figuran en el lugar oportuno. Como curiosidad sólo<br />
merece citarse aquí la de que Beethoven no emplea nunca la sordina<br />
en sus cuartetos.<br />
La mayor parte de ellos fueron dados á conocer por el que<br />
llevó el nombre de «Cuarteto Beethoven», compuesto al principio<br />
por Schuppanzigh, Sina (violines primero y segundo), Weiss<br />
(viola) y Kraf't ó Linke (violonchelo). Cuando Sina y Weiss se<br />
marcharon de Viena, fueron sustituidos por Holz y .Kauffmann.<br />
Más que á la perfección exterior, atendía este cuarteto á poner<br />
de relieve el espíritu de las composiciones: su interpretación,<br />
preparada por Beethoven mismo, era la misma autenticidad.<br />
Más tarde se fundó en Viena una Asociación formada por profe-
sionales y aficionados para la ejecución de la música de cámara<br />
de Beethoven. Czerny dio gran impulso á esta Sociedad, en la<br />
que frecuentemente actuaban la baronesa Dorotea Ertmann (á<br />
quien está dedicada la sonata, obra 101), Czerny, Steiner, y el<br />
mismo Beethoven.<br />
La bibliografía de los cuartetos no es tan numerosa como la<br />
de las Sonatas de piano. Sólo existe la monografía de J-Ielm<br />
(Jieethoven's Streíchquartette, 188o) y los estudios á ellos dedicados<br />
en las grandes biografías de Marx, Lenz, Nohl, Thayer y<br />
otros.
Obra 18<br />
Six Quatuors pour deux Violons, Alto et Violoncelle<br />
composés et dediés A Son Altesse Monseigneur le<br />
Prince Regnant de Lobkowitz, &. &. par Louis van<br />
Beethoven. Oeuvre 18. le" Livraison.—2«ie Livralson<br />
á Vienne chez T. Molió et Comp.<br />
Cuenta Bies que en una ocasión preguntó áHaydn por qué no<br />
escribía algún quinteto para instrumentos de arco. La respuesta<br />
del maestro fué que siempre le habían bastado las cuatro voces<br />
del cuarteto y que de las dos veces que había intentado hacer un<br />
quinteto, una de ellas le salió un cuarteto, y otra vez una<br />
sonata.<br />
Forma contraste con esta anécdota, la que Wegeler refiere de<br />
Beethoven. En 1795, dice, el Conde Appony le encargó la composición<br />
de un cuarteto, mediante el pago de una cantidad. Por<br />
dos veces puso Beethoven mano á la obra: del primer ensayo salió<br />
el trío para instrumentos de arco, obra 3; del segundo, el<br />
quinteto, obra 4.<br />
Beethoven abandonó por de pronto su intento de hacer cuartetos,<br />
dedicándose á la composición de sonatas para piano á dos<br />
y á cuatro manos y para piano y violonchelo, á la de tríos y<br />
quintetos, obras todas que, con el primer Concierto para piano y<br />
orquesta fué publicando sucesivamente hasta el año 1799, en que<br />
de nuevo volvió la vista al cuarteto para instrumentos de arco.<br />
Los seis que forman esta obra fueron hechos sin interrupción<br />
en los años 1799 y 1800, al mismo tiempo que la sonata para<br />
piano en si bemol, obra 22, con la que algunos tratadistas cierran<br />
las producciones del primer estilo de Beethoven. Nottebohm<br />
ha encontrado diversos apuntes de eílos en los cuadernos de<br />
composición de los años 1798 y 1799, pero el trabajo no parece<br />
haberse formalizado, ni acometido seriamente hasta el último de<br />
ellos.<br />
Siguiendo la costumbre de Haydn y de Mozart, de incluir en<br />
un solo número de obra seis cuartetos, Beethoven publicó como<br />
obra 18 y con el título antes citado, los seis que acababa de componer.<br />
Vieron la luz en dos entregas, publicada la primera (cuartetos<br />
1, 2 y 3) en el verano de 1801, y la segunda, con los tres<br />
restantes, en Octubre del mismo año.<br />
Están dedicados al Príncipe de Lobkowitz, á quien después<br />
dedicó también el cuarteto en mi bemol (obra 74), las sinfonías<br />
tercera, quinta y sexta, el triple concierto, y el Liederkreis<br />
(obra 98). Este Príncipe, dos años más joven que Beethoven, fué
ien pronto uno de sus más íntimos amigos, y de sus más decidios<br />
protectores. Apasionado por la música, excelente instrumentista<br />
de violín, y violonchelo, dotado de una excelente voz de<br />
bajo, llegó á arruinarse completamente por los excesos con que<br />
se entregó á su pasión musical, sosteniendo á sus expensas durante<br />
muchos años una orquesta numerosa con cantores (solistas<br />
y coros), para la ejecución privada de sinfonías, oratorios y óperas,<br />
dirigiendo después el teatro de ópera de la Corte de Viena,<br />
con generosidad no igualada, y protegiendo dadivosamente á<br />
cuantos acudían á él.<br />
Si el primer intento para la composición de cuartetos dio el<br />
resultado indicado antes, en esta segunda prueba triunfó Beethoven<br />
completamente. Así lo reconocía él mismo al enviar á<br />
Amenda el número 1 de esta colección, y decirle: «ya sólo sé escribir<br />
cuartetos, como verás al recibirlo». Lenz los llama «la flor<br />
más fina del estilo de su primera manera»; Marx indica que son<br />
«cuartetos y nada más que cuartetos»; todos convienen en que<br />
Beethoven toma aquí como punto de partida el arte de Haydn y<br />
de Mozart, la diversión de salón, más bien superficial y agradable<br />
que íntima.<br />
El elemento exterior, el juego de sonidos es lo principal, casi<br />
lo único: la intención espiritual, el propósito psicológico ó no<br />
existe, ó está tan en evidencia que lo descubre el oyente, sin esfuerzo<br />
de ninguna clase. Para el Beethoven de estas obras, como<br />
para Haydn y para Mozart, el cuarteto es una forma en la que<br />
va á encerrarse media hora de solaz y de entretenimiento, con<br />
verbosidad ingeniosa, de risueño humorismo, ó de no muy profunda<br />
seriedad; haciendo un primer alegro para exhibir la ciencia;<br />
un andante con vistas á lo sentimental ó cuando menos á<br />
una seriedad definida; un minué basado en aires de danza, y un<br />
alegre final que regocije al oyente con su espíritu franca y fácil.<br />
Dentro de esta dirección, el arte de Beethoven en estos cuartetos<br />
es muy análogo al arte de Mozart y de Haydn: la forma es<br />
la misma, el modelo igual, idénticos los procedimientos. En el<br />
contenido, Beethoven recaba su personalidad propia: su humorismo<br />
es tan sujo, como es de Haydn el de Haydn: su gracia,<br />
aunque en ocasiones mire á la de Mozart, la mira desde un punto<br />
de vista propio; su sentimentalismo y sus dolores, son aún<br />
más característicos. Si al hablar de estas obras se habla en ellas<br />
del influjo de sus antecesores, no es para robarles personalidad,<br />
es simplemente por un efecto de visión; porque si Beethoven se<br />
aleja aquí de Mozart y de Haydn, se separa después tanto de sí<br />
mismo, que al medir las distancias casi resultan las primeras<br />
obras que escribió en el mismo plano, en el mismo grupo que las<br />
de sus dos predecesores. Aun dentro de estos cuartetos se destacan<br />
con personalidad vigorosa los tiempos lentos del primero y<br />
del tercero, el primer tiempo del cuarto y los demás que se<br />
irán haciendo notar en el lugar respectivo.<br />
Y si todavía no bastaran estas observaciones para hacer ver la<br />
diferencia que separa á estos cuartetos de los anteriores, bastaría<br />
recordar que al aparecer, el estilo que privaba en Viena, las<br />
obras que constituían el tipo de la perfección, eran las de Haydn<br />
y las de Mozart, y que los cuartetos de Beethoven fueron juzga-<br />
5
dos por el Allgemeine musikalische Zeitung, el periódico musical<br />
de mayor autoridad, en la siguiente forma:<br />
«Entre las obras nuevas figuran algunas excelentes composiciones<br />
de Beethoven: tres cuartetos demuestran la legitimidad<br />
de su talento, pero deben tocarse con frecuencia porque son de<br />
comprensión difícil y nada populares". (1801, al aparecer el primer<br />
cuaderno de esta obra). «Conviene indicar que estas sonatas<br />
son los célebres cuartetos que estamos hartos de oir, á pesar de<br />
su estilo duro y rocoso. Los pianistas que quieran brillar por sí<br />
mismos harán bien en no ejecutar estas composiciones.» (1800, al<br />
dar cuenta de la publicación de estos cuartetos arreglados para<br />
piano y violín obligado, y violonchelo ad libitum.)<br />
Análogo á estos juicios es el que Spohr consigna en su Autobiografía,<br />
cuando refiere que al tocarlos con Romberg, éste le<br />
preguntó que cómo podían gustarle semejantes absurdos.<br />
Como indican las anteriores noticias, si la crítica no los acogió<br />
bien, el público los favoreció con su aplauso, tanto, que al<br />
año de publicados, se hacia una segunda edición de ellos. Así se<br />
deduce de este párrafo de una carta de Beethoven á Hofmeister<br />
(4 Abril 1802): «Monsieur X (Molió y 0. a<br />
?) ha publicado nuevamente<br />
mis cuartetos, pero llenos de faltas y de errata, grandes<br />
y pequeñas que pululan como los peces en el mar, es decir hasta<br />
el infinito. Questo é un piacere per un autore. Yo lo llamo jugar<br />
con el punzón, porque en verdad, mi piel está llena de los pinchazos<br />
y arañazos que me hacen estas bellas ediciones de mis<br />
cuartetos.»
I Cuarteto en fa mayor<br />
Según la indicación de Tiies, Beethoven compuso esta obra<br />
después de los cuartetos en sol y en re, números 2 y 3 de la. obra<br />
18. Nottebohm, rectifica el dicho anterior agregando que si bien<br />
es cierto que el cuarteto en re (número 3) fué el p'ririiero que<br />
Beethoven compuso, este en fa fué el segundo, y debe llevar el<br />
número 2 en el orden cronológico. Después de terminada una<br />
primera versión de él, lo rehizo su autor casi por completo, enviándolo<br />
á su amigo Amenda, en 1800, con una carta en que le<br />
decía: «No dejes de tocar mi cuarteto: lo he modificado mucho:<br />
Ya sólo sé escribir cuartetos, como verás al recibirlo». Nólil encontró<br />
este ejemplar manuscrito enviado á Amenda, con la inscripción:<br />
«Quartetto n.° II. 25 ten Juni 1799» que no sólo revela<br />
la fecha en que fué terminado, sino que también parece apoyar<br />
la opinión de Nottebohm.<br />
Salvo el adagio, donde la inspiración de Beethoven se sumerje<br />
en un ambiente de dolor y tristezas, todo el resto del cuarteto<br />
es directo sucesor de ios cuartetos de Haydn y de Mozart. Spohr<br />
lo considera como un ideal en el género, y no hay comentarista<br />
que no elogie la soltura y equilibrio con que los instrumentos<br />
están tratados, la manera como está distribuida su intervención<br />
melódica en el trascurso de los cuatro tiempos, la finura y carácter<br />
de la invención, y más que nada el asombroso dominio de la<br />
técnica del cuarteto en este primer ensayo de Beethoven, quien<br />
no sólo trata los cuatro instrumentos con personalidad propia,<br />
haciéndoles cantar por igual, y encomendando al violonchelo la<br />
expresiva melodia en dos momentos del adagio, sino que ya en<br />
él explana y significa su personalidad expresiva, lo mismo en los<br />
dolores de ese tiempo, que en los finos humorismos del scherzo<br />
y del final.<br />
Allegro con brío.—Aún siendo el menos personal de los cuatro<br />
tiempos, es quizá el que ha recibido mayores alabanzas, por la<br />
naturaleza del motivo encerrado en el primer compás, y por el<br />
partido que Beethoven ha sacado de él. Según la indicación de<br />
Marx se encuentra repetido 121 veces en los 427 compases de<br />
que consta este tiempo, sin que su constante intervención pese<br />
ni canse, gracias á su línea característica y á su tipo de motivo<br />
para cuarteto, tal como lo concebían Haydn y Mozart. Sin ninguna<br />
alta significación expresiva, se presta maravillosamente al<br />
trabajo temático, y á la variedad de colores con que se desarrolla:<br />
á veces serio, á veces humorístico, discutidor, sencillo, altanero,<br />
en fluido diálogo espiritual, que ha hecho que Marx llame<br />
á este alegro «inagotable causerie» en la que todos usan de la<br />
palabra bajo la indiscutida dirección del primer víolín. El segundo<br />
tema y los otros motivos que en él intervienen ni tienen<br />
la importancia y carácter del primero, ni acusan tampoco Ja personalidad<br />
del autor, razón por la que Helm, considerando su ca-<br />
7
8<br />
rácter mozartiano, y la naturaleza del motivo principal dice de<br />
este alegro que «es más bien cuarteto que Beethoven».<br />
Adagio affettuoso ed appasionato —Su melodía, francamente<br />
acompañada, se eleva en el primer violin como un canto de dolor<br />
y de desconsuelo. Amenda indica que Beethoven se había inspirado<br />
para escribirla, en la escena de las tumbas del Borneo y<br />
Julieta de Shakespeare, indicación á la que parece prestar un<br />
cierto apoyo, la nota «tes derniers soupirs» puesta por Beethoven<br />
en el borrador de este cuarteto sobre los últimos compases<br />
del adagio; pero de todos modos, este tiempo tan sentido, y no<br />
sin un cierto parentesco con el adagio de la sonata de piano en<br />
si bemol (obra 2'2), compuesta al mismo tiempo que él, es, como<br />
dice Helm de lo más sublime que Beethoven y sus antecesores<br />
hicieron hasta el año 1800, y en su profundidad, deja salir á torrentes,<br />
un doloroso y luctuoso lamento.<br />
Scherzo.—Beethoven ha querido evitar un contraste demasiado<br />
duro, entre las amarguras del adagio y el humorismo del<br />
scherzo. Al principio de él, su gracia y su ligereza parecen impregnadas<br />
por un resto de seriedad, pero á medida que avanza<br />
en su desarrollo, gana terreno la vena humorística con los trinos<br />
de todos los instrumentos, para imperar por completo en el trío,<br />
legítimamente beethoveniano, lleno de fuerza juvenil y de impetuosa<br />
espontaneidad.<br />
Allegro.—En forma de rondó algo libre, ñuye todo el tiempo<br />
con deliciosa facilidad, lleno de alegría, de gracia y de frescura.<br />
El humorismo sigue dominando en la invención de sus temas,<br />
en la manera de tratarlos, en detalles sueltos, sembrados por<br />
todo el alegro. La fuga con que se inicia el desarrollo, aparece<br />
cortada por un episodio en re bemol, cuya melodía sentimental,<br />
análoga á una de las variaciones del final de la sinfonía heroica,<br />
y derivada de un fragmento del segundo tema, dá la nota más<br />
intensa de este tiempo, renovando en cierto modo el ambiente<br />
del adagio.<br />
Allegro con brío.<br />
Los cuatro instrumentos, piano, á la octava atacan el tema<br />
principal en fa mayor.<br />
Todo él se desarrolla sobre su motivo inicial, sencillamente.<br />
Al terminar en fuerte, canta el violín sobre un acompañamiento<br />
rítmico del violín segundo y la viola, con un constante dibujo<br />
en el violonchelo<br />
l|fii línii 7.111'i?"H'frUi ÍM r<br />
ríí|i7íl^|i|
prolongándose después, primero en imitaciones sobre el motí<br />
inicial del primer tema, y después en una terminación en esca<br />
las.<br />
El segundo tema en do mayor lo inicia también el violin primero,<br />
y lo continúa la viola, derivando después en una melodía análoga<br />
á la que se unió con el primer tema. Elementos del primero y<br />
del segundo tema se funden en el período final de la exposición,<br />
terminada con un pasaje en rápidas escalas.<br />
El desarrollo comienza como continuación del anterior periodo,<br />
formalizándose el trabajo temático sobre el primer compás<br />
del primer tema que al poco tiempo adquiere una forma más<br />
melódica. Un episodio, con la intervención constante de escalas<br />
prepara la vuelta del tema principal.<br />
Este se presenta algo modificado; la melodía que le siguió se<br />
produce ahora en sol bemol, sin su anterior acompañamiento y<br />
el segundo tema en fa, continuado como en la parte expositiva,<br />
terminando con una coda en la que interviene como factor principal<br />
el dibujo del primer compás del primer tema.<br />
Adagio affettuoso ed appassionato.<br />
Acompañado por los tres instrumentos inferiores, canta el<br />
primer violin la melodía del primer tema en re menor, pianísimo<br />
iniciada de nuevo por el violonchelo y continuada en forma distinta<br />
por los demás instrumentos.<br />
Tras un breve episodio de enlace aparece el segundo tema en<br />
fa mayor, distribuido entre los do« violines<br />
cuya segunda parte se desarrolla con alguna extensión.<br />
Qn breve desarrollo sobre el principio del tema principal precede<br />
á la nueva aparición de éste en su tonalidad primitiva, 111113'<br />
abreviado y sobre un acompañamiento de mayor interés. El segundo<br />
tema se produce ahora en re mayor, dividido entre la viola<br />
y el primer violin.<br />
Como principio de la coda vuelve á presentarse la melodía<br />
principal cantada por el violonchelo.
10<br />
SCHERZO—Allegro molto.<br />
En fa mayor, piano, comienza á cantarlo el primer violín,<br />
acompañado por los demás instrumentos<br />
La segunda repetición se desarrolla más extensamente, basándose<br />
su parte central en los dos últimos compases del tema expuesto<br />
en la primera.<br />
El trio en la misma tonalidad comienza con un unísono de<br />
los cuatro instrumentos (tortísimo) seguido de una fantasía del<br />
primer violín (piano)<br />
Ambos elementos (el ritmo del principio y la fantasía) siguen<br />
interviniendo en la segunda repetición.<br />
Termina con el acostumbrado da capo á la primera parte.<br />
Allegro.<br />
El primer violín expone el tema principal en fa mayor, ligeramente<br />
acompañado por los demás instrumentos<br />
Completado con la intervención de la viola, va seguido de un<br />
nuevo motivo<br />
como tránsito para el segundo tema, dividido entre los dos violines,<br />
que, comenzando en sol mayor, continúa en la tonalidad<br />
de do.<br />
Al terminar el segundo tema, un breve apunte melódico (do<br />
menor-do mayor) hace aparecer de nuevo el tema principal,<br />
cuyo desarrollo, algo alterado, se enlaza con la parte central.
Comienza esta con la exposición de una doble fuga, cuyo motivo<br />
y eontramotivo presentan el primer violin y la viola<br />
Como episodio de ella se presenta el motivo en re bemol precedido<br />
de un acompañamiento en pianisimo<br />
reproducido de nuevo en do mayor, continuando después en estiló<br />
fugado, con nuevas apariciones del motivo inserto. Un episodio<br />
sobre el tema principal, lo hace aparecer nuevamente, iniciado<br />
por la viola.<br />
El episodio de enlace vuelve á seguirlo como preparación<br />
para el segundo tema, que ahora comienza en do mayor y continúa<br />
en fa. Vuelve el tema principal á presentarse por última<br />
vez, constituyendo también la base de la coda.<br />
11
12<br />
II Cuarteto en sol mayor<br />
El cuarteto en sol, suele ser conocido con el sobrenombre de<br />
«cuarteto de las reverencias* (C)mpUmvitir-QucirMlc) por el<br />
tono en que se desarrolla el piimer tiempo, evocador de uua ceremoniosa<br />
escena en el siglo x\ r<br />
nr, donde damas y galanes de<br />
empolvadas pelucas sa entregan á una de esas danzas de la época,<br />
de severo corte y de coquetonss y cn-besanos s viudos.<br />
Coincida ó no este comentario explicativo con las impresiones<br />
del oyente, es lo cierto que la personalidad de Beethoven no se<br />
muestra tan fuertemente marcada en esto cuarteto, como en el<br />
que ocupa el primer número de esta colección. Aquí no aparecen<br />
ni su dolor trágico, ni la personalidad de su fuerza juvenil.<br />
Su humorismo, más bien deriva en un sentido de sana alegría,<br />
quizá un tanto maliciosa, en una dirección de fresca serenidad,<br />
que en más de un momento trae el recuerdo de las concepciones<br />
de Haydn. Si algo acusa la intención de su autor, es esa maliciosa<br />
sonrisa que parece dibujarse tras las formas melódicas y que<br />
parece acompañar como mudo comentario á la obra entera. De<br />
todos modos es digna de notarse la homogeneidad de toda ella,<br />
lo mismo en el ambiente que en el estilo.<br />
Allegro.—El primer tiempo ha sido el que ha motivado el<br />
nombre de este cuarteto. Sus motivos fragmentarios, cortados en<br />
pequeñas porciones, justifican esa evocación de una danza del<br />
siglo XVIII, con su abundancia de cortesías, saludos y reverencias.<br />
En algún momento la plácida sonrisa, la amable cortesanía,<br />
parece revestirse de una mayor seriedad, pero como indica Helm,<br />
al hablar del final del segundo tema (si menor), no puede conservar<br />
Beethoven por mucho tiempo esa seria disposición, y en sus<br />
labios se dibuja una sonrisa. Este sentimiento entre malicioso y<br />
amable es el motor de todo el alegro, del desarrollo, de la encantadora<br />
coda, donde el caballero parece hacer la última reverencia<br />
á su pareja al dejarla instalada en su asiento.<br />
Adagio cantabile.—Deforma original—un tiempo lento, con<br />
un allegro enmedío—parece sugerido, principalmente en el adagio,<br />
por un pensamiento de Haydn. No hay en él, nada interno,<br />
nada íntimo: toda la intensidad viene á traducirse en adornos,<br />
en arabescos, en floreos que dan un tinte presumido y coquetón<br />
á la melodía. Sobre el comentario que pone fin al primer adagio<br />
se desarrolla el allegro, ligero como una charla, como una<br />
disputa, como si los personajes que intervinieron en la escena<br />
anterior, se vieran á solas por un momento, libres de las miradas<br />
de los demás. Al disiparse ese momento de sincera expansión,<br />
desapareciendo en el fondo de la sonoridad, vuelve la ceremoniosa<br />
y etiquetera melodía, recargada con mayores adornos,<br />
más rococó que antes, para terminar graciosamente sobre una<br />
alusión á la parte central.<br />
En época mucho más avanzada vuelve Beethoven á trazar<br />
otro cuadro en este mismo ambiente de amable cortesanía del
siglo xvín, en el tempo di Meniwtto de la sinfonía octava. Trompetas<br />
y trompas lanzan allí, en el final de la primera parte, el<br />
compás inicial de este adagio. Ya obedezca esta repetición á propósito<br />
deliberado, ya no traspase los límites de curiosa coincidencia,<br />
vale pena de señalarla.<br />
Scherzo.—La etiqueta ceremoniosa, la amable cortesanía que<br />
parece ser la inspiradora de los tiempos anteriores, continúa todavía<br />
animando este scherzo, que Helm califica más bien de minué<br />
sereno, en el estilo de los de Haydn. El trio, más humorístico,<br />
se basa al principio en la sucesión de notas en la escala, interviniendo<br />
luego en él un nuevo dibujo, de exquisita delicadeza,<br />
en tresillos, que ya sigue como cortejo inseparable del tema.<br />
Allegro molto.—Los invitados han bebido ya champagne, dice<br />
Helm, y comienzan á moverse con libertad cada vez más alegre:<br />
se han quedado, para usar la expresión de Beethoven en mangas<br />
de camisa (aufueknopfter). Todo el tiempo revela extraordinaria<br />
alegría, un poco cómica, reproduciéndose en él las cortadas frases<br />
del primer tiempo, libres de todo ceremonioso continente, en<br />
un humorismo cada vez mayor. La frase inicial del allet/ro molto<br />
es la que sirve de base principal á todo él, conservando toda su<br />
maliciosa frescura hasta el momento final.<br />
Allegro.<br />
El tema principal, en SJ! mayor, con los característicos motivos<br />
que en él se suceden, lo expone el violin primero<br />
Un apunte melódico en la misma tonalidad, iniciado por el<br />
primer violin<br />
y continuado por el segundo, precede á la presentación del segundo<br />
tema en re mayor, piano<br />
que reproduce el violin segundo entre adornos y arabescos del<br />
primero. Va seguido de un complemento melódico, en si menor,<br />
tras el cual predomina el breve motivo característico del período<br />
final, período que termina apoyándose en uno de los motivos<br />
que integraron el primer tema.<br />
Sobre ese mismo motivo, en re menor, se inicia la parte cen-<br />
13
14<br />
tral, utilizando en seguida el de la transición para el segundo<br />
tema. Una indicación del primero en mi bemol, da lugar á un<br />
extenso episodio sobre el ritmo tipico de su motivo segundo,<br />
episodio que al íin se resuelve en el tema principal, anunciado<br />
por el violonchelo y expuesto por el primer violin.<br />
Su nueva exposición se amplifica ahora en un importante desarrollo,<br />
enlazado (sin el motivo de tránsito) con el segundo tema<br />
que inicia el violin segundo y prosigue el primero. Los elementos<br />
que completaron la parte expositiva se reproducen con el<br />
mismo orden é importancia, basándose la breve coda en el fragmento<br />
del tema que cerró la exposición. Una nueva indicación<br />
del principio, termina el tiempo.<br />
Adagio cantabile.—Allegro.<br />
La melodía principal en do mayor, cantada por el violín primero,<br />
piano<br />
érese.<br />
se desarrolla en el mismo sentimiento, á veces con gran profusión<br />
de adornos, terminada en un breve comentario.<br />
El primer violín inicia también la parte central—-allegro—<br />
con el motivo en fa mayor (comentario final del adagio)<br />
que prosigue engendrándola toda ella, dividida en dos repeticiones.<br />
El mismo motivo sirve asimismo de enlace para la nueva<br />
presentación del tema principal,,<br />
Comienza á cantarlo el violonchelo con acompañamientos y<br />
contrapuntos de los demás, cada vez más adornado, tanto en la<br />
melodía como en las partes restantes, terminando á modo de coda<br />
con una indicación del motivo central en adagio.<br />
SCHERZO. Allegro.<br />
El tema en sol mayor, piano, se presenta expuesto por el<br />
primer violín, con los comentarios del segundo.<br />
En la segunda repetición alterna con su motivo típico, otro
menos importante, aunque predominando siempre el dibujo rítmico<br />
del tema inicial.<br />
La melodía del trio sigue al principio la sucesión de las notas<br />
de la escala<br />
Con un nuevo apunte se inicia la segunda repetición, predominando<br />
luego la idea dominante en la primera parte del trío.<br />
Un enlace sobre el motivo inicial de este tiempo, prepara el tradicional<br />
da capo.<br />
Allegro molió, quasi Presto.<br />
La melodía del tema principal, en sol mayor, aparece dividida<br />
entre el violonchelo y el violín primero.<br />
Continuada por el violín y seguida de un breve complemento,<br />
sirve también de base al período de transición, cantada por el<br />
violonchelo en tortísimo.<br />
Un decrescendo precede al segundo tema, en re mayor, iniciado<br />
por los dos violines y proseguido por la viola y el violonchelo<br />
En su desarrollo se destaca un pasaje en imitaciones entre el<br />
primer violín y los tres instrumentos inferiores, que, con un recuerdo<br />
del primer tema, sirve de base al final de la exposición.<br />
Todo el desarrollo utiliza el motivo del tema principal, iniciado<br />
en tonalidades diversas, únicamente interrumpido por el<br />
fragmento en imitaciones del tema segundo.<br />
El tema principal, reaparece después de un episodio en pianísimo,<br />
agregándosele un sencillo contrapunto en el primer violín.<br />
Tras el episodio de transición, ahora en sol menor, aparece<br />
el segundo tema en la tonalidad fundamental, y el final de la exposición<br />
va seguido de una breve coda sobre el primer tema.<br />
+<br />
15
III Cuarteto en re mayor<br />
Ries y Nofctebohm están de acuerdo al afirmar que éste fué el<br />
primer cuarteto para instrumentos de arco que Beethoven compuso.<br />
Y con efecto, cuando se le mira de cerca, aparece, no sólo<br />
como el menos característico (salvo el andante) de todos los de<br />
esta primera serie, y como uno de los más influidos por el modelo<br />
y estilo de Mozart, sino tabién como el más encogido en la<br />
manera de tratar los instrumentos, dominando poderosamente el<br />
primer violín, y atendiendo los demás, más bien al relleno armónico<br />
que á destacarse con personalidad propia. No faltan momentos<br />
en que los instrumentos inferiores, el violonchelo principalmente,<br />
abandonan su papel decorativo en busca de un relieve<br />
mayor, pero en general, más bien actúan de cortejo ó de acompañantes<br />
del primer violín.<br />
El ambiente de toda la obra es muy análogo al de otros cuartetos<br />
de Mozart, y principalmente al en re, número 1 de los dedicados<br />
al Rey de Prusia. La melodia mozartiana, parece fluir<br />
dulce y tiernamente en este cuarteto, donde sólo el andante vibra<br />
á impulsos de un dolor más varonilmente sentido.<br />
Allegro.—El modelo mozartiano del antes citado cuarteto en<br />
re, sirve aqui de punto de apoj'o á Beethoven. Si otras circunstancias<br />
no denunciaran el parentesco de éste con el autor de Don<br />
Juan, bastarían á establecerlo ciertas condiciones de factura: la<br />
manera de formar y desarrollar los temas, el plan, la abundancia<br />
de material temático, reducido (salvo los elementos del tema principal)<br />
á aparecer cuando lo determinan exigencias de forma, etc.<br />
Todo el alegro es fino y original, dentro de su molde. En el primer<br />
tema fluye un alma más tierna que apasionada; el segundo,<br />
como hace notar Helm, tiene un carácter de admiración, asombro<br />
é inquietud, dentro siempre del marco plácido y de la suave tinta.<br />
Andante con moto.—Sus proporciones exceden de las mayores<br />
que dieron Haydn y Mozart á los tiempos lentos desús cuartetos,<br />
su intención expresiva también. La melodía principal,<br />
noble é íntima, no desprovista de cierta profundidad, comienza<br />
á cantarla el violín segundo en la cuarta cuerda, antes<br />
de apoderarse de ella el violín primero, y de diluirse en figuraciones<br />
más complicadas y menos internas. El segundo tema es<br />
menos personal y expresivo, pero en el andante domina casi despóticamente<br />
el primero con su noble sentimiento, siempre acompañado<br />
de prolijas indicaciones expresivas, tan minuciosamente<br />
notadas como las que aparecen en los cuartetos Anales.<br />
Allegro.—El tercer tempo no lleva título de Minuetto ni de<br />
Scherzo, ni propiamente podría aplicársele ninguno de los dos,<br />
principalmente por la naturaleza de la parte central. En la primera<br />
parte se apunta un cierto tono sombrío, menos acentuado<br />
aún en la segunda repetición. La parte central—minore—es muy<br />
breve y en ella parece rodar el apunte en corcheas que lanza el<br />
violín segundo. En vez de volver directamente á la primera par-
te, la escribe Beethoven de nuevo, transportando una parte de si<br />
melodía á la región aguda del violin.<br />
Presto —Helm lo llama la corona del cuarteto, por su desarrollo<br />
libre y genial. Festivo, humorístico, juguetón, sin salir<br />
por lo general de los matices piano y pianísimo, se desenvuelve<br />
con exquisita gracia y viveza de humor. Todo él persiste en ese<br />
jugueteo franco y sencillo, con gran riqueza de material, en<br />
apuntes breves, á lo Haydn. Si por acaso algún pensamiento más<br />
serio se apunta por un instante, bien pronto lo interrumpe una<br />
carcajada, devolviéndole su primera alegría. Al final el motivo<br />
característico se despide, con una de esas incomparables sonrisas<br />
juveniles de Beethoven.<br />
Allegro.<br />
El primer violin inicia el primer tema en re mayor, piano,<br />
acompañado por notas tenidas de los demás instrumentos<br />
Prosigue con lá intervención melódica de los tres instrumentos<br />
superiores, aunque predominando siempre en importancia el<br />
primer violin.<br />
Como característica del período de transición aparece la melodía<br />
cantada por el violin primero<br />
y'continuada por los instrumentos centrales. Con su final se enlaza<br />
el segundofltema, compuesto de dos partes. La primera en<br />
mi mayor la cantan los violines<br />
reproduciéndola el segundo violin y la viola. La segunda parte<br />
la inicia el violin primero en"do mayor<br />
y se enlaza con el período final, donde aparece un nuevo motivo<br />
iniciado por la viola y el violin segundo, terminando con una<br />
codetta.<br />
El principio del desarrollo se basa en el primer tema en re
18<br />
menor, enlazado en seguida con el motivo de la transición y proseguido<br />
libremente.<br />
Tras un tortísimo se apaga la sonoridad y vuelve á aparecer<br />
el primer tema muy abreviado, enlazándose con el segundo tema<br />
sin el intermedio de la melodía de transición. El tema segundo<br />
se reproduce con sus dos partes, ahora en la y fa mayor, respectivamente,<br />
y va seguido del período que terminó la parte expositiva.<br />
La coda comienza y termina utilizando los elementos del<br />
tema principal y volviendo á exponer, entre ellos, la segunda parte<br />
del segundo tema.<br />
Andante con moto.<br />
El segundo violín en la región grave, acompañado por los demás<br />
instrumentos, inicia el primer tema en si bemol, piano<br />
proseguido por el primer violin, tema al que se añade un nuevo<br />
período, con profusión de adornos, dialogado entre los instrumentos<br />
superiores. Por un decrescendo se presenta el segundo<br />
tema en fa mayor, pianísimo, comenzado por los dos violines á<br />
solo,<br />
3' agregándoseles después los otros dos instrumentos. Con un recuerdo<br />
del primer tema en fa mayor (primero en el violín segundo<br />
y luego en el primero) termina la parte expositiva.<br />
El desarrollo ofrece al principio una reproducción del tema<br />
principal, proseguido como antes por el período complementario,<br />
que ahora se prolonga más extensamente. El mismo tema principal<br />
continúa, apareciendo en el violonchelo, la viola ó en otros<br />
instrumentos como base de un largo desarrollo en el que abundan<br />
los floreos y adornos, casi siempre en pianísimo, hasta presentar<br />
el segundo tema en su forma primitiva, y en la tonalidad<br />
de si bemol.<br />
Tras él, vuelve á oirse el tema principal, comenzado por el<br />
violin y proseguido por el violonchelo, basándose también en el<br />
mismo la extensa coda con que termina el tiempo.<br />
Allegro.<br />
La primera repetición cantada en re mayor por el violín primero,<br />
piano, es muy breve
Como continuación de ella prosigue la repetición segunda, de<br />
mayores dimensiones.<br />
La parte central—minore,—se caracteriza por el constante<br />
empleo del dibujo en corcheas con que la inicia el violín segundo<br />
y continúa después el primero. Su segunda parte no tiene marcado<br />
el signo de repetición, y se enlaza, por un breve pasaje, con<br />
el maggiore, nuevamente escrito, repitiéndose la primera parte á<br />
la octava superior y transportándose á la región aguda todo el<br />
principio de la segunda repetición.<br />
Presto.<br />
Lo inicia en re mayor el primer violín á solo, agregándosele<br />
en seguida el segundo en terceras, y después los dos instrumentos<br />
inferiores<br />
El primer tema prosigue en una codetta dentro de su mismo<br />
carácter melódico, enlazada con el período de transición, de breves<br />
proporciones.<br />
El segundo tema se compone de dos partes: la primera, en la<br />
mayor, la canta el violín primero<br />
continuando dialogándola después con el violonchelo. La segunda<br />
en fa mayor, iniciada también por el primer violín, dolce. y<br />
piano, se une en seguida con el característico período de cadencia.<br />
La parte central de algunas proporciones, es un jugueteo<br />
constante sobre los elementos característicos del tema principal,<br />
dialogados primero entre algunos instrumentos, adoptando des-<br />
19
20<br />
pues otras formas, hasta adquirir mayor consistencia melódica<br />
después, en el episodio que precede al enlace (pianísimo) para<br />
volver al tema principal.<br />
Su reproducción sigue el mismo plan de la parte expositiva,<br />
apareciendo el segundo tema con sus dos partes características,<br />
la primera en re, y la segunda en si bemol. Una larga coda en la<br />
que sigue dominando el tema principal, termina graciosamente<br />
el tiempo.
IV Cuarteto en do menor<br />
Para el gran público ocupa este cuarteto un puesto análogo<br />
al de la patética entre las sonatas. En ambas obras se respira ese<br />
dolor angustioso de Beethoven, la impetuosidad de la pasión dolorosa,<br />
del sufrimiento.íntimo elocuentemente expresado; en ambas<br />
aparece encarnado el sentimiento en formas melódicas de fácil<br />
asimilación, agradables al oído. El contacto entre la sonata<br />
patética en do menor, y este cuarteto en la misma tonalidad, está<br />
limitado, al de los respectivos primeros tiempos. En el resto, la<br />
sonata deriva hacia regiones, más bien nobles ó melancólicas que<br />
patéticas, y el cuarteto hacia un ambiente de mayor gracia y<br />
desenfado.<br />
La forma general de este cuarteto responde á un modelo utilizado<br />
frecuentemente por Beethoven, en la primera y octava<br />
sinfonías, en la sonata en mi bemol, y en algunas otras obras.<br />
En ellas toma el andante el carácter de scherzo inocente y juguetón,<br />
y va seguido de un minué que si por su título parece ser el<br />
tiempo alegre de la obra, por su ambiente responde á un carácter<br />
de mayor formalidad, y arroja una nota seria más ó menos profunda.<br />
Este mismo modelo vuelve á ser utilizado en los últimos<br />
años de su vida con una variación: la de escribir dos andantes<br />
dentro de la misma obra, humorístico el uno, íntimamente doloroso<br />
el otro (cuarteto en si bemol, obra 130).<br />
Los dos tiempos más salientes del cuarteto en do menor son<br />
los dos alegros: el primero con la elocuencia de su pasión dolorosa,<br />
el último con su humorismo lleno de esprit. Los dos tiempos<br />
centrales-son inferiores á los del primer cuarteto en fa, y no<br />
acusan la personalidad de los alegros extremos, considerados por<br />
Helm como dignos de figurar entre las más salientes creaciones<br />
del primer periodo de la vida de Beethoven.<br />
De todos modos, si se atiende á la expresión, es este el cuarteto<br />
menos homogéneo de los que constituyen la obra 18. De un<br />
lado hay que colocar el primer tiempo: de otro los tres restantes.<br />
Allegro ma non tanto.—Completamente extraño por su sentido<br />
á toda influencia de Haydn y de Mozart, comienza con la apasionada<br />
frase que va ascendiendo por dolorosos intervalos, cortada<br />
á veces por bruscas explosiones de rabia. Lleno de esa energía y<br />
grandeza apasionada cuyo secreto desveló Beethoven, ofrece este<br />
tiempo, según el comentario de Helm un cuadro espiritual de<br />
patética desesperación, de tristeza y desconsuelo, presentando en<br />
su contenido una verdadera imagen de la vida de su creador. El<br />
principal interés está en la emoción de su alma. En cuanto á la<br />
forma apenas si ofrece otras particularidades que la de aparecer<br />
en el desarrollo central los dos temas principales, y la iniciación<br />
de la tendencia de pedir al cuarteto sonoridades más grandes y<br />
robustas, tendencia que en otro sentido aparece igualmente marcada<br />
en el cuarteto siguiente, y enteramente adoptada en los tres<br />
que forman la obra 59.<br />
21
22<br />
SCHERZO: Andante scherzoso quasi Allegretto.—No es difícil<br />
reconocer el próximo parentesco de este andante con el de la<br />
primera sinfonía, compuesta al mismo tiempo que estos cuartetos,<br />
no sólo en el estilo fugado que le sirve de base, sino en la<br />
estructura y significación del tema y en el ambiente en que se<br />
mueve. Aunque Marx indica que se esconde tras él un carácter<br />
sevei-o, la doble indicación de scherzo y anclante scherzoso no parece<br />
dejar duda respecto de la intención de Beethoven. El contraste<br />
de su espíritu con el del primer tiempo os tan patente,<br />
que no hay para qué insistir sobre él. Todo el tiempo se desarrolla<br />
humorísticamente, con desenfado: tan sólo en un momento,<br />
en el último episodio del desarrollo que precede á la vuelta del<br />
tema, parece hablar un alma poética, seria y romántica, con el<br />
encantador misterio de su meditación.<br />
MENUETTO: Allegretto.—Aunque algunos comentaristas apuntan<br />
la disposición y analogía de este tiempo con el primero, el<br />
contacto no pasa de sor superficial, 3' más bien exterior que íntimo.<br />
El tema de la primera parte lo califica Helm de caballeresco<br />
á lo Mozart, de un patético suavizado por el humorismo, de<br />
tormenta espiritual en la que el íntimo espíritu del poeta nada<br />
sabe. Más impor.ante y más personal que la primera parte, es el<br />
trío, con el armonioso encanto de su melodía, dialogada entre<br />
los tres instrumentos inferiores sobre la arpegiada figura en tresillos<br />
del primer violín, trío que si por su naturaleza melódica<br />
recuerda los de los minués de Haydn, por su disposición y por su<br />
juguetón humorismo es completamente personal de Beethoven.<br />
Allegro.—Lleno de gracia espiritual, de fina y jugosa alegría<br />
puede presentarse como ejemplo típico dentro de este género<br />
entre las creaciones de la primera época de Beethoven. Está en<br />
torma de rondó, en una de las formas más preferidas de Mozart,<br />
con la parte central construida en el modelo de trio de minué. Su<br />
tema principal tiene algo de musette y de popular, de juego caballeresco,<br />
según Helm. Pero donde el humorismo de Beethoven se<br />
muestra más claramente es en el trio, con los originales apuntes<br />
de los cuatro instrumentos ascendiendo del grave al agudo, y<br />
con el gracioso complemento que los sigue. Las indecisiones entre<br />
los modos mayor y menor en el prestissimo final, parecen<br />
anunciar el procedimiento tan preferido por Schubert.<br />
Allegro ma non tanto.<br />
Acompañado por la pedal rítmica del violonchelo, con la intervención<br />
de los instrumentos centrales, canta el violín primero<br />
el tema principal en do menor<br />
que se desenvuelve melódicamente, interrumpido por acordes<br />
secos en fortísimo.
Un breve episodio cantado en diálogo por los dos violines<br />
hace aparecer el segundo tema en mi bemol, en el violin segundo,<br />
acompañado por la viola y por breves comentarios del violin<br />
primero.<br />
Reproducido por este instrumento y prolongado en una segunda<br />
parte, va seguido del breve período final de la parte expositiva.<br />
Comienza la de desarrollo con el primer tema en sol menor,<br />
iniciado por el primer violin, y proseguido en diálogo entre este<br />
instrumento y el violonchelo. Al iniciarse de nuevo en do menor,<br />
continúa más libremente. Canta el violonchelo el segundo<br />
tema en fa y lo prosigue libremente el violin para terminar en<br />
un breve episodio, pianísimo, sobre un trémolo medido de los<br />
instrumentos centrales que por un crescendo prepara la vuelta<br />
del tema principal.<br />
Este aparece ahora más conciso. Los acordes secos en tortísimo,<br />
que en la exposición interrumpieron la presentación del<br />
tema, se prolongan ahora, sustituyendo al período de transición.<br />
El violin primero canta el segundo tema en do mayor, que reproduce<br />
el violin segundo y que se prolonga como antes en una<br />
segunda parte.<br />
A la terminación de la parte expositiva sigue la coda, basada<br />
en el tema principal, y en el motivo que sirvió de transición<br />
para el segundo tema.<br />
SCHERZO.—Andante scherzoso quasi Allegretto.<br />
El primer tema, en forma fugada, lo inicia el violin segundo<br />
con el motivo en do mayor, pianísimo<br />
Sucesivamente van cantándolo la viola, el violin primero y el<br />
violonchelo, prosiguiendo después en forma menos contrapuntistica.<br />
El mismo motivo en estrechos precede á la exposición del<br />
segundo tema, dialogado al principio entre los dos violines<br />
23
. '324<br />
''i/^^kUMÍ 11 W J J \fií\ i J ILHP<br />
y proseguido por todos los demás. Un nuevo apunte<br />
sirve de final á la parte expositiva.<br />
Después de iniciar el tema principal como principio del desarrollo,<br />
prosigue éste utilizando el último motivo que apareció<br />
en la exposición, derivando después á un episodio de algunas dimensiones<br />
en pianísimo, que prepara la entrada del tema principal.<br />
Este aparece ahora adornado de mayor riqueza contrapuntística,<br />
siguiendo el plan de la exposición, seguido del segundo<br />
tema, del motivo final y de una larga coda, que recuerda por última<br />
vez la idea dominante en este tiempo.<br />
MENUETTO.—Allegro.<br />
Cantado por el violín primero, se presenta el tema principal<br />
en do menor<br />
prolongándose las dos repeticiones como desarrollo del mismo.<br />
En el trío, el violín segundo de un lado, y la viola y el violonchelo<br />
de otro, sobre un acompañamiento en tresillos del violín<br />
primero, dialogan la melodía<br />
en la que sólo al final interviene melódicamente el primer violín.<br />
Las dos repeticiones se desarrollan en el mismo sentido, poniendo<br />
fin al tiempo el acostumbrado da capo.<br />
Allegro.<br />
El tema pi-incipal lo canta el violin primero, en do menor,<br />
sencillamente acompañado por los instrumentos inferiores
y consta de dos partes, ambas marcadas con el signo de repetición.<br />
El segundo tema, de igual formación, lo inicia el violin segundo<br />
en la bemol, continuándolo el primero<br />
Al terminar la repetición de su segunda parte, vuelve á aparecer<br />
el primer tema, cada vez revestido de mayor interés.<br />
La parte central, en do mayor, consta también de dos partes,<br />
ambas repetidas, iniciadas por la ascendente intervención de los<br />
cuatro instrumentos. La primera empieza asi<br />
El tema principal vuelve á cantarlo el violin segundo, con<br />
mayor complicación en les demás instrumentos; el segundo tema<br />
aparece en do mayor, considerablemente alterado y abreviado,<br />
como asimismo el primer tema que le sigue y que tranformado<br />
en prcstissimo, forma líCcoda del tiempo.
26<br />
V Cuarteto en la mayor<br />
Es quizá el que más directamente procede del arte anterior,<br />
del de Mozart, sobre todo. La mayor parte de los comentaristas,<br />
principalmente Ulibicheff, cuya admiración por Mozart y por su<br />
arte es bien conocida, hasta señalan el íntimo é inmediato parentesco<br />
de este cuarteto de Beethoven, con el de Mozart en la<br />
misma tonalidad, agregando que procede de él, como el quinteto<br />
con piano en mi bemol procede de su homónimo mozartiano.<br />
Helm, sin negar la analogía, añade que sólo puede aplicarse al<br />
ambiente y á las disposiciones de forma, no al contenido, al espíritu,<br />
ni á la invención que son personales, con la personalidad<br />
de la primera época de Beethoven, en un sentimiento tierno,<br />
amable, feliz, inspirado por dulces y sencillas emociones.<br />
Las notas más personales de este cuarteto hay que buscarlas<br />
en fragmentos: en el trío del minué con su característico acompañamiento<br />
y con su melodía, anunciadora del tipo del tema con<br />
variaciones (primer tiempo de la sonata de piano en la bemol,<br />
obra 26) y del tema del tercer tiempo del trío obra 70 núm. 2; en<br />
la quinta variación del andante, de carácter sinfónico, con la<br />
disposición del tema en los instrumentos centrales, acompañado<br />
por los trinos del primer violin y los staccati del violonchelo, en<br />
sonoridad tan original y nueva que sale por completo de cuanto<br />
en este género habían concebido Haydn y Mozart.<br />
Allegro.—Es quizá el que más se aproxima al tipo mozartiano<br />
del cuarteto en la mayor: hasta el plan característico de éste,<br />
con la breve exposición del primer tema y la mayor amplitud<br />
concedida al segundo, con la concisión en el desarrollo y la poca<br />
importancia de la coda resulta aquí fielmente seguido. Fresco,<br />
juvenil, se desarrolla todo con gracioso humorismo, sin otros<br />
momentos de seriedad que los del principio de la exposición del<br />
segundo tema.<br />
Menuetto.—La misma influencia mozartiana sigue apareciendo<br />
muy visible en la primera parte de este tiempo: un minué<br />
cortesano y ceremonioso que muy bien podría encajar en el ambiente<br />
del segundo cuarteto en sol. En vez de repetir la exposición<br />
del tema, Beethoven lo escribe nuevamente, encomendándolo<br />
á la viola, como respuesta de un interlocutor. En el trío,<br />
más original, son dignos de notarse, el especial color que adquiere<br />
su melodía cantada en octavas por el violin segundo y la<br />
viola, con sus característicos acentos, transportada al final, á los<br />
dos violines y terminada por los mismos instrumentos que al<br />
principio la expusieron.<br />
Andante cantabile.—El andante con variaciones parece tomar<br />
como modelo el tipo de Haydn en el «cuarteto imperial» y más<br />
directamente aún el de Mozart. El tema de Beethoven está reducido<br />
en su primera parte á seguir la sucesión de notas de la escala<br />
diatónica descendente y ascendente. Sobre el apunte de este<br />
tema en un cuaderno de composición de Beethoven ha encontró-
do Nottebohm una palabra en la que parece leerse Pastorale. La<br />
naturaleza apacible y tranquila del tema, y la quinta variación<br />
antes citada con su fuerza de vida y sus trinos, como explosión<br />
de embriaguez primaveral, quizá puedan inducir á confirmar esa<br />
indicación. Salvo la variación quinta, todas las demás se ajustan<br />
al punto de vista de Mozart y de Haydn; á vestir la melodía con<br />
diversos adornos, envolviéndola en arabescos, floreos ó imitaciones.<br />
Allegro.—En el final nótase alguna mayor independencia. La<br />
melodía fluye ligera y fácil con espontaneidad admirable, con<br />
tintas más personales, en alegre corriente, para detenerse de<br />
pronto en el segundo tema, que procede, como indica Helm, de<br />
esferas más altas, como si esa alegría la interrumpiera una meditación<br />
seria, y volviera de nuevo á su felicidad primitiva. La<br />
deliciosa fluidez del alegro termina dignamente en la humorística<br />
y encantadora coda.<br />
Allegro.<br />
El primer tema se inicia en la mayor, cantado por el primer<br />
violín, acompañado por los demás instrumentos<br />
Completado con la intervención de un nuevo motivo en figuración<br />
más movida, y tras el breve período de transición aparece<br />
el segundo tema en mi menor, piano, iniciado por los cuatro instrumentos,<br />
que unidos en los dos primeros compases, se separan<br />
contrapuntísticamente en el tercero.<br />
La primera parte de este segundo tema se desarrolla como<br />
continuación de su motivo inicial: á la segunda, dialogada entre<br />
los cuatro instrumentos, en mi mayor, se une el período final de<br />
cadencia, terminado en movida figuración de semicorcheas.<br />
Comienza el desarrollo, como continuación del período anterior,<br />
utilizándose en él breves fragmentos de los temas segundo<br />
y primero, tratados á veces melódicamente. De cortas dimensiones,<br />
enlázase con la reproducción de la primera parte.<br />
El primer tema se prolonga brevemente, y el período de transición<br />
preséntase en la misma forma y tonalidad de la exposi-<br />
27
28<br />
ción. Ni el segundo tema oon sus dos partes en la menor y la<br />
mayor, ni el período de cadencia, sufren alteración alguna, prolongándose<br />
el último en unos pocos compases, que actúan de<br />
ñnal.<br />
Menuetto.<br />
El primer tema en la mayor, piano, lo canta el violin primero<br />
acompañado por el segundo<br />
y en vez de repetirse en la misma forma, le reproduce la viola,<br />
acompañada por los tres instrumentos.<br />
Inicia la repetición segunda un nuevo motivo más floreado,<br />
terminado con un apunte melódico en do sostenido menor, fortísimo.<br />
Tras un silencio vuelve á aparecer el tema de la primera<br />
parte.<br />
Cantan la primera parte del trío los dos instrumentos centrales,<br />
á la octava, acompañados por el violonchelo y el primer<br />
violin.<br />
En la repetición segunda, dentro del mismo carácter, la melodía<br />
sigue cantándose siempre por dos instrumentos á la octava:<br />
los dos inferiores primero, los superiores después, y los centrales<br />
al final.<br />
Con el da capo tradicional termina el tiempo.<br />
Andante cantabile.<br />
En forma de andante con variaciones. El tema en re mayor,<br />
consta de las dos partes acostumbradas, cantada la primera pollos<br />
dos violines en sextas,<br />
iniciando la melodía de la segunda la viola y el violonchelo, y<br />
prosiguiéndola los dos violines.<br />
Las variaciones se suceden en el orden siguiente:<br />
Primera.—En forma fugada sobre una variante del tema que<br />
propone el violonchelo.<br />
Segunda.—Cantada por el violin primero, siempre pianísimo,<br />
diluido el tema en tresillos de semicorcheas, y sencillamente<br />
acompañada por los demás instrumentos. En la segunda repetición<br />
adquieren pasajera importancia los instrumentos inferiores.
Tercera.—El tema, simplificado, lo van exponiendo fragmentariamente<br />
algunos instrumentos, sobre el movido dibujo de<br />
acompañamiento que sostiene al principio el violín segundo, 3'<br />
más tarde los dos violines.<br />
Cuarta.—Sempre pianíssimo, presenta el tema, algo modificado<br />
en su línea melódica, muy cantable.<br />
Quinta.—En fuerte, varían el tema á la octava el violin segundo<br />
y la viola acompañados por el violonchelo y por un trino<br />
del primer violín. La disposición de los instrumentos se altera<br />
pasajeramente en la repetición segunda.<br />
Coda.—Al descender la sonoridad al pianísimo, iniciase el<br />
tema en si bemol como para una nueva variación, desenvolviéndose<br />
después libremente. Aparece el tema por última vez, pianísimo,<br />
poco adagio, como base del final.<br />
Allegro.<br />
El apunte rítmico indicado por la viola, y repetido sucesivamente<br />
por los cuatro instrumentos, hace nacer en el violín primero<br />
el tema principal en la mayor, piano<br />
que sigue desarrollándose, siempre comentado por el apunte rítmico<br />
inicial.<br />
Una breve transición, precede al segundo tema en mi mayor,<br />
pianisimo<br />
acompañado después por unas escalas descendentes y continuado<br />
más tarde con un nuevo motivo.<br />
El período de cadencia se caracteriza por la repetida intervención<br />
de un diseño arpegiado que engendra su motivo característico.<br />
Comienza la parte central utilizando el primer tema en un<br />
largo episodio. Una breve aparición de la melodía principal del<br />
segundo, vuelve á dejar el puesto al primer tema en los dos instrumentos<br />
superiores, mientras el violonchelo ejecuta las escalas<br />
descendentes que acompañaron al segundo tema en la exposición.<br />
Proseguido después con libertad y tras una breve alusión<br />
al segundo tema, se inicia la reproducción de la primera parte.<br />
Está algo alterada: el tema segundo aparece en la mayor, y<br />
la coda, de algunas proporciones, se desarrolla principalmente<br />
sobre el primer tema y su apunte característico, que sigue ínter<br />
viniendo hasta el acorde final.<br />
+<br />
29
30<br />
VI Cuarteto en si bemol<br />
Una obra plácida, de jovial espíritu, de serena alegría y de<br />
las más populares de Beethoven.<br />
Todo el cuarteto es de una homogeneidad encantadora. Si el<br />
primer tiempo parece proceder de Haydn, su humorismo, su gracia,<br />
son legítimamente beethovenianos; el sentimentalismo del<br />
adagio está envuelto asimismo en una tinta graciosa y elegante,<br />
que"le da un aspecto especial; el scherzo no disuena de este ambiente<br />
de dulzura; hasta la misma Maünconia, la parte más seriamente<br />
triste de este encantador cuarteto, apenas si roza la<br />
piel, no profundiza y bien pronto se disuelve en un vals alemán<br />
que termina en carcajada jocosa. Todo el cuarteto es obra de serenidad<br />
espiritual, engendrada por un espíritu dichoso y feliz.<br />
Beethoven deja en ella el arte del cuarteto, lijando este jalón tan<br />
característico, para que asi pueda apreciarse mejor, todo el abismo<br />
que separa el arte de sus cuartetos primeros con el arte de<br />
los cuartetos siguientes, dedicados al conde de Rasumoff'sky.<br />
Allegro con brio —La observación que muchos comentaristas<br />
han hecho respecto del primer motivo del cuarteto en fa (número<br />
1 de esta serie) como especialmente apto para esta clase de composiciones,<br />
podría ser repetida aquí aplicándola al motivo inicial<br />
de este tiempo. Gracioso, fácil, alegre, engendra todo el primer<br />
tema en humorístico diálogo del violin con el violonchelo, y donde<br />
quiera que interviene acusa su presencia acompañada de una<br />
inocente y candorosa sonrisa. Del segundo tema dice Helm que<br />
denuncia un dulce encanto amoroso. Su paso por el alegro deja<br />
una huella de más noble severidad: quizá por razón de su carácter<br />
expresivo, no aparece sino cuando lo solicitan imperiosas exigencias<br />
de forma; moviéndose todo el resto del tiempo entre el<br />
motivo principal y uno de los temas secundarios, más apto por<br />
su contextura para acercarse y fundirse con el humorismo del<br />
primero.<br />
Adagio ma non troppo.—De este adagio dice Helm, que ha sido<br />
siempre uno de los favoritos del público, y más especialmente de<br />
las señoras. Más gracioso que sentimental, sin despertar nunca<br />
pensamientos sombríos, adornado con la coquetería de sus arabescos,<br />
fluye con elegante distinción. Aún la mayor intimidad de<br />
la melodía que actúa de segundo tema, aparece velada por la profusión<br />
de adornos con que la cortejan los demás instrumentos,<br />
dando así al adagio una gran unidad de ambiente. La terminación<br />
del tiempo es de una gracia encantadora.<br />
SCHERZO: Allegro.—Es, sin duda, el más original de los<br />
scíierzi que figuran en esta primera serie de cuartetos: por la manera<br />
de tratar el ritmo parece presentirse el scherzo de la cuarta<br />
sinfonía y de otras obras posteriores. Desbórdase aquí la sonriente<br />
alegría del alegro inicial en bacanal caprichosa, más avalorada<br />
aún por el juguetón humorismo del trío, con las «cabriolas» del<br />
primer violin, como ingeniosamente las llama un comentarista.
LA MALINCONiA: adagio.—Es la perla del cuarteto; un pensamiento<br />
solitario que se introduce en la escena de esta obra.<br />
Con los medios más sencillos, apunta Helm, muéstrase aquí<br />
Beethoven insuperable pintor de almas: las lágrimas, los suspiros,<br />
los sollozos, esa inmersión en un espíritu sentimental no son<br />
él mismo: no proceden de su alma: son más bien el alma de una<br />
muchacha que llora la primera contrariedad de su vida.<br />
Allegretto quasi allegro.—Libre de forma, en el estilo de un<br />
landler ó de un vals alemán, s¡ al principio parece empañado por<br />
las tristezas del adagio precedente, luego va revistiéndose de alegría<br />
mayor. Con sencillez deliciosa Huye todo él, hasta detenerse<br />
en un intenso recuerdo de la maliiiconia. El motivo del vals, más<br />
triste, lucha un momento con el recuerdo del dolor, pero al fin<br />
acaba por dominar y por convertirse tras una breve indecisión,<br />
en la alegría loca que pone fin al cuarteto.<br />
Allegro con brio.<br />
Mientras el violin segundo y la viola acompañan con acompañamiento<br />
rítmico, dialogan el violín primero y el violonchelo<br />
el tema principal en si bemol<br />
que al reproducirse se traslada á los dos violines. No vuelve á<br />
exponerse sino en parte, enlazándose con un breve motivo en escalas<br />
ascendentes y descendentes entre los tres instrumentos superiores<br />
característico del período de transición, brevemente indicado.<br />
El segundo tema, en fa, lo canta el violín primero, apoyando<br />
su ritmo todos los instrumentos.<br />
Prolongado brevemente su final, déjase oir un fragmento del<br />
tema principal como terminación de la parte expositiva.<br />
El desarrollo comienza utilizando ese mismo tema. Después,<br />
tras un silencio, aparece el motivo de la transición en forma fugada,<br />
para volver de nuevo al tema principal que se diluye en<br />
un largo episodio (pianísimo) dialogado en terceras entre los instrumentos<br />
superiores é inferiores, episodio terminado en un calderón.<br />
31
32<br />
El primer tema aparece como en la parte expositiva, transformada<br />
su reproducción segunda en un nuevo episodio seguido<br />
del motivo de transición ahora en do mayor.<br />
El tema segundo se hace oir en si bemol, terminando como en<br />
la exposición, sin coda.<br />
Adagio ma non troppo.<br />
El violin, sencillamente acompañado por los demás, inicia el<br />
tema en mi bemol, piano.<br />
Al continuar la melodía el violin segundo, va acompañada de<br />
un contrapunto melódico en el primero, continuando después en<br />
una segunda parte que termina en una variación sobre el tema<br />
ya expuesto.<br />
El segundo lo inician en mi bemol menor el violin y el violonchelo<br />
ála octava<br />
interviniendo en su exposición todos los instrumentos en un desarrollo<br />
de algunas proporciones. Un episodio sobre fragmentos<br />
del tema principal precede á una nueva exposición del mismo en<br />
forma más adornada que la que revistió al principio, prolongándose<br />
su final y enlazándose con el segundo tema, ahora en do<br />
menor. Este se reduce ahora á una breve indicación de su motivo<br />
característico, seguido de algunos elementos del tema principal<br />
engendradores de la coda.<br />
SCHERZO. Allegro.<br />
El tema principal, en si bemol, lo expone el violin primero,<br />
con su ritmo y acentos característicos<br />
desenvolviéndose las dos repeticiones con el mismo interés en el<br />
ritmo.<br />
La melodía del trío, la expone íntegramente'el violin primero
sencillamente acompañado por los instrumentos inferiores. Co<br />
ta de las dos repeticiones acostumbradas, y un breve enlace sobre<br />
el motivo de la primera parte prepara el da capo.<br />
La MALINCONIA: adagio.—Allegretto quasi allegro.<br />
Adagio.—Lo acompaña la indicación: Questopezzo sideve trattare<br />
colla piú gran delicatezza. Todo el principio se desarrolla en<br />
pianísimo, sobre el motivo en si bemol, que canta el violín<br />
primero<br />
y reproduce el segundo. Un nuevo motivo más contrapuntístico<br />
sigue luego al anterior, basándose toda el final sobre el grupet'o<br />
con que termina la primera frase. Por un calderón se enlaza<br />
con el<br />
Allegro quasi allegro. —El tema principal, expuesto por el primer<br />
violín en si bemol, piano<br />
va seguido de un complemento dialogado entre el violonchelo, el<br />
violín primero y la viola. Un largo enlace presenta un nuevo motivo<br />
en fa mayor<br />
entre los tres instrumentos superiores, que, al terminar su desarrollo,<br />
vuelve á exponer el tema principal en fa, como preparación<br />
para reproducir el mismo tema en si bemol.<br />
Va seguido de su complemento, y del motivo que antes lo<br />
siguió, ahora en si bemol, y termina volviendo á indicar de nuevo<br />
el tema principal.<br />
Este prosigue ahora en forma distinta, deteniéndose en un<br />
calderón. El adagio se reproduce en parte, seguido de una indicación<br />
del tema del allegro. Vuelve á indicarse brevemente el<br />
adagio (dos compases) y de nuevo el tema principal en sol mayor,<br />
precede á otra exposición del mismo en si bemol. Va seguido<br />
de su complemento, más desarrollado ahora, como iniciación de<br />
la coda. Una indicación del tema del allegretto en adagio, hace<br />
que este tema se resuelva en el prestissimo final.<br />
—í h-<br />
3
34<br />
Obra 59.<br />
Trois Quatuors pour deux Violons, Alto et Violoncello.<br />
r a e<br />
Composés par Louis van Beethoven. Oeuvre 59 . A<br />
Vienne au Bureau des arts et d'industrie. A Pesth<br />
chez Schreyvogel & Comp. En la tercera página figura<br />
la dedicatoria, que comienza: Trois Quatuors tres humblement<br />
dediés á son Excellence Monsieur le Comte<br />
de Rasoumoffsky, Conseiller privé actuel de Majesté<br />
l'Empereur de toutes les Russies, etc.<br />
Han transcurrido seis años desde que publicó Beethoven los<br />
seis primeros cuartetos dedicados al príncipe Lobkowitz. Su música<br />
de piano se ha enriquecido con las 11 sonatas comprendidas<br />
en re la en si bemol, obra 22, y la appasionata, obra 57, y con<br />
las seis de piano y violin (de la cuarta ala novena, dedicada á<br />
Kreutzer). La orquesta ha visto nacer las tres primeras sinfonías;<br />
su alma ha sufrido con los desventurados amores de Julieta<br />
Guicciardí y de Teresa de Brunswick; ha desahogado sus dolores<br />
en el célebre testamento de Heiligenstadt; su creciente sordera<br />
le hace aislarse del mundo; ha renegado de su arte antiguo<br />
en aquellas palabras que refiere Czerny: «estoy muy poco satisfecho<br />
de mis obras anteriores; desde ahora voy á emprender un<br />
nuevo camino», y, como consecuencia de este propósito marca su<br />
arte ese paso de avance, audaz, gigantesco, pasando de la estética<br />
de Haydn y de Mozart al grandioso pensamiento engendrador<br />
de la sinfonía heroica y de las-sonatas conocidas con los sobrenombres<br />
de Claro de luna, Pastoral, Aurora y Appasionata.<br />
En este momento, completamente definido el campo de su<br />
visión artística, templado su espíritu y seguro de sí mismo con<br />
la producción de tanta obra maestra, vuelve de nuevo la vista al<br />
cuarteto, y escribe los tres que forman la obra 59 y que han inmortalizado<br />
el nombre del Conde de Rasumoffsky, á quien están<br />
dedicados.<br />
Era el conde de Rasumoffsky un noble señor ruso, que se había<br />
educado con el gran duque Pablo, heredero de la Corona del<br />
Czar, y que ya había sido Embajador de su país en Venecia, Ñapóles,<br />
Copenhague y Stokolmo, cuando fué nombrado en 1798<br />
para desempeñar el mismo cargo en Viena. Casado con una de<br />
las hermanas del príncipe Lichnowsky (uno de los grandes protectores<br />
de Beethoven), gran aficionado á la música, violinista ex-
célente, quizá discípulo de Haydn, bien pronto trabó amistad con<br />
el insigne compositor.<br />
La composición de estos cuartetos fué un homenaje del autor<br />
al conde de Basumoffsky. El primero fué comenzado en 26 de<br />
Mayo de 1806; los tres eran ya conocidos en Viena en Febrero de<br />
1807, y poco después de ser publicados en Enero de 1808, el Conde<br />
de Rasuinofísky, formaba en su palacio el famoso Cuarteto<br />
con Schuppanzigh, Weiss y Linke, actuando él mismo de segundo<br />
violín, Cuarteto dedicado principalmente á ejecutar las obras<br />
de Beethoven, muchas de las cuales lo fueron «recién salidas del<br />
horno».<br />
El avance que representan estas obras en el arte del cuarteto<br />
es enorme. Lenz los llama los «cuartetos milagrosos», bajados<br />
del cielo; un guante arrojado al pasado, al presente, y al porvenir<br />
de la música: la instalación de un estilo nuevo en el cuarteto,<br />
más rebelde á las innovaciones que la sonata y la sinfonía».<br />
Helm, el que con más detenimiento ha estudiado los cuartetos<br />
de Beethoven, indica con acierto, que estos tres están caracterizados<br />
por una «grande y poderosa objetividad», reflejándose en<br />
ellos los dolores y las alegrías del mundo entero.<br />
Ese sentimiento de la tragedia, del dolor angustioso, que de<br />
vez en cuando aparece en los primeros cuartetos, más bien sentido<br />
que intensificado, explota aquí encontrando la forma adecuada<br />
de expresión. La gama de sentimientos se ensancha ampliando<br />
sus limites, lo mismo en el dolor, que en el humorismo:<br />
la melodía se robustece en su linea y en su interioridad; el ritmo<br />
descubi-e horizontes hasta entonces ocultos; la harmonía se<br />
hace más dúctil; el contrapunto más dócil, la fuga deja de constituir<br />
una habilidad técnica para arrastrar con la fuerza de su<br />
sentimiento; los instrumentos adquieren mayor personalidad,<br />
aventajando en fuerza expresiva el violonchelo al violín, y hasta<br />
el cuarteto entero busca sonoridades más amplias. Por ello, no<br />
sin razón, se ha llamado á estos cuartetos «cuartetos sinfónicos»,<br />
no sólo por su factura y por sus ideas, sino por la tendencia del<br />
oído á buscar en ellos los timbres del oboe, del clarinete, de la<br />
trompa, como suplemento de la instrumentación.<br />
El molde «sonata» se amjjlia y se enriquece en este período<br />
del arte de Beethoven. Ya cada uno de los tiempos comienza á<br />
perder aquellas características que había adoptado en manos de<br />
Haydn y de Mozart: el primer alegro se robustece y se amplía;<br />
el andante deja con frecuencia de ocupar el segundo puesto, cediendo<br />
su plaza al scherzo, y al concentrarse en si mismo descubre<br />
nuevas formas y nuevas profundidades; el minué desaparece<br />
por completo, cuando su intervención no obedece á una razón<br />
expresiva, y aun el scherzo pierde su título para ensanchar el<br />
marco de sus formas, y volar más libremente en su expresión; el<br />
final deja de ser el regocijado sucesor de la giga que había cultivado<br />
Haydn, y del gracioso rondó creado por Mozart, para ir<br />
buscando una significación más alta, significación que aunque<br />
no aparezca completamente definida hasta los cuartetos últimos,<br />
se apunta ya aquí con claridad suficiente; los períodos intermedios<br />
en cada uno de los tiempos dejan de ser puentes para pasar<br />
de un tema á otro, adquiriendo importancia melódica y mayor<br />
35
36<br />
personalidad; el trabajo temático busca constantemente una razón<br />
expresiva; las peroraciones ganan en fuerza y en extensión,<br />
y desde el tercer cuarteto de esta obra 59 comienza á aparecer la<br />
introducción al primer tiempo, no usada por Beethoven antes de<br />
ahora, introducción breve, de unos pocos compases que unas veces<br />
sigue actuando con personalidad propia, y otras se reduce á<br />
preparar el alza del telón.<br />
En estos de la segunda época, la intención es mayor y más<br />
honda que en los de la primera, pero todavía se reviste la forma<br />
de una apariencia atractiva, ó brillante ó bella en sí misma: los<br />
dos elementos, el interno y el externo, están en ponderación de<br />
equilibrio, con importancia y personalidad independiente.<br />
Cuando aparecieron fueron acogidos con desdén. La Allgemeiiie<br />
musicalische Zeitung daba cuenta de su audición en 1807, en<br />
esta forma:<br />
«Tres nuevos cuartetos de Beethoven muy largos y difíciles<br />
llaman la atención de los inteligentes. Están profundamente<br />
pensados y escritos de un modo excelente, pero no están al alcance<br />
de todos, á excepción quizá del en mi menor, que debe<br />
gustar por su originalidad, su melodía y su energía armoniosa.»<br />
Beethoven limita aquí el número de cuartetos que solían publicarse<br />
como una sola obra, de seis á tres. En adelante ya cada<br />
cuarteto es considerado como obra separada é independiente.<br />
+
VII Cuarteto en fa<br />
El manuscrito original va encabezado con la inscripción:<br />
«Quartetto lmo. La prima parte, solo una volta. Quartetto angefangen<br />
an 26 ten Mai 1806" (comenzado el 26 de Mayo de 1806).<br />
La indicación de la prima parte solo una volta es interesante, y<br />
se refiere á que en el primer alegro no se repite la exposición,<br />
contra la tradicional costumbre en todas las obras de esta especie.<br />
De vastas proporciones, de gran riqueza temática espléndidamente<br />
desarrollada, de una gravedad de pensamiento completamente<br />
extraña á la creación de los primeros seis cuartetos,<br />
Beethoven, sin introducir aún grandes alteraciones en la contex-tura<br />
del molde clásico, lo ensancha de una manera prodigiosa,<br />
utilizando todos los recursos técnicos de los instrumentos de<br />
arco, excepto la sordina que, como antes se indicó, jamás la emplea<br />
en su música de cámara. Tanto por el contenido, como por<br />
la tendencia ó importancia de este primer cuarteto de la nueva<br />
serie, resulta exacto el dicho de un comentarista, de que, comparándolo<br />
con los seis de la obra 18, debe ser considerado, no<br />
como un cuarteto, sino como cuatro cuartetos distintos, como si<br />
cada uno de sus tiempos constituyera una unidad independiente.<br />
Mendelssohn lo llamaba «la más beethoveniana de todas las<br />
obras de Beethoven».<br />
Separadamente, cada uno de sus tiempos es un monumento:<br />
en la obra, resultan con admirable cohesión y homogeneidad,<br />
como cuatro magníficos cuadros, que lógicamente se suceden.<br />
Aún el humorismo del allegretto está aquí tratado con una gravedad<br />
de pensamiento, muy distante, casi extraña al humorismo<br />
de los cuartetos primeros.<br />
Y, sin embargo, como antes se ha indicado, fué esta obra objeto<br />
de las burlas y desdén de sus contemporáneos. Lenz refiere<br />
que cuando se tocó en San Petersburgo, el solo de cuatro compases<br />
del violonchelo, sobre un si bemol, al principio del allegretto<br />
excitó la hilaridad de todos. Nadie quería dar crédito á esa<br />
innovación; nadie concebía que se pudiera hacer dialogar á los<br />
instrumentos en esa forma: fué preciso ver la particella, para<br />
convencerse de que no se trataba de una mixtificación. En San<br />
Petersburgo también, cuando se ejecutó en la casa del mariscal,<br />
Conde de Sollykoff, en 1812, Bernard Romberg «el violonchelo<br />
hecho hombre» como le llamaban sus contemporáneos, pisoteó la<br />
parte de violonchelo de este cuarteto, tomándola por una burla y<br />
declarándola intolerable.<br />
Dos particularidades curiosas indica Nottebohm al dar cuenta<br />
de los cuadernos en que Beethoven lo compuso.<br />
La primera se refiere á la nota «Un sauce ó una acacia sobre<br />
la tumba de mi hermano» que aparece entre los borradores del<br />
adagio y que podría tomarse por un pensamiento extraño á la<br />
obra, si no fuera por el hecho de que el único hermano de<br />
Beethoven, que había fallecido murió en 1783 (treinta y tres<br />
37
38<br />
años antes de la composición de esta obra). El único acontecimiento<br />
familiar próximo á la nota en cuestión fué el casamiento<br />
de Carlos, hermano del compositor, en 25 do Mayo de 1806, un<br />
día antes del en que Beethoven indica haber comenzado la composición<br />
de este cuarteto. De aqui que algún comentarista se pregunte<br />
con razón, si esa nota, en el supuesto -de que aluda al matrimonio<br />
de Carlos, es un humorismo, ó si encierra un sentido<br />
simbólico, relacionado con el profundo dolor que inspiró este<br />
adagio.<br />
La otra indicación se refiere al tema ruso, base del alegro<br />
final. Ambos temas, el de este cuarteto y el del siguiente, los<br />
tomó Beethoven de una colección de Liecler populares rusos publicada<br />
por Ivan Pratsch, y ambos los copió en su cuaderno de<br />
composición. El utilizado en este cuarteto figura en el cuaderno<br />
de Beethoven en el tono de si bemol. Es digno de notarse que<br />
las primei-as notas del tema ruso son también las del primer tema<br />
del primer tiempo, coincidencia que parece acusar un deliberado<br />
propósito.<br />
Allegro.—Sólo comparable al primer tiempo de la sinfonía<br />
heroica, sorprende por la majestad de su traza y la grandeza de<br />
su concepción. El primer tema, noble, sereno, majestuoso se<br />
eleva desde las profundidades del violonchelo á las más elevadas<br />
regiones del primer violin, sin perder nunca su sereno y grave<br />
contorno. «Surgido de la disposición de alma más característica<br />
y personal de Beethoven, va ascendiendo en el proceso lógico de<br />
los sonidos», dice Helm. Nuevas disposiciones de alma, unas heroicas,<br />
otras briosas, dulces más tarde, van sucedióndose como<br />
rasgos de un sólo carácter fundamental. En una sucesión tan típica<br />
de sentimientos, la repetición de la exposición hubiera robado<br />
interés y verdad al proceso expresivo. Por ello Beethoven<br />
suprime aquí este canon de forma y continúa con el libre desarrollo<br />
de su pensamiento presentando su creación animada de<br />
sentimientos distintos, como si viviera la vida y en cada momento,<br />
sin dejar de ser él, mostrara un lado especial de su carácter<br />
siempre épico y heroico. Imposible es seguir paso á paso todas<br />
las evoluciones, todas las facetas que el pensamiento reviste<br />
y que parece afirmarse en su carácter heroico en la peroración<br />
con el formidable fortisimo que la encabeza.<br />
Allegretto vivace e sempre scherzando.—Es el scJierzo (aunque<br />
no lleva ese título) más gigantesco de Beethoven, sólo comparable<br />
al de la Novena sinfonía. Con él se penetra en un mundo<br />
nuevo de grandiosa gracia y de no menos grandioso humor. A su<br />
lado todos los demás parecen ob;-a de pigmeos. Es una orgía de<br />
ritmos caprichosos, de apuntes breves, una bacanal fantástica y<br />
grave, como sólo pudo concebirla el gigantesco pensamiento de<br />
Beethoven. «No es fácil señalar el sentido de esta danza de figuras<br />
parecidas, eternamente cambiantes, dice Helm. Sólo puede<br />
explicarse por el juego libre del capricho, de la fantasía abandonada<br />
á sí misma: es la vida de un alma libre ó interesante, por Ja<br />
que pasan los goces y la secreta melancolía iluminándola, y oscureciéndola<br />
como esas nubes que ocultan ó descubren los rayos del<br />
sol, dibujando en las praderas manchas de sombra 3' de luz.»<br />
Adagio molto e mesto.— «Inmensa lamentación sobre el dolor
y la ruina», lo llama un comentarista. La nota trágica aparece<br />
aquí en una tragedia del alma, de un alma grande y extraordinaria<br />
que parece resumir en si los dolores del mundo. Nada hay<br />
en él que no sea lúgubre y luctuoso. Si por un momento, una<br />
sensación más dulce, como una promesa de consuelo, parece mitigar<br />
el dolor, bien pronto la acompañan los sollozos, y se sumerje<br />
de nuevo en el fúnebre ambiente del desconsuelo mayor.<br />
En una sola obra vuelve Beethoven á abordar este cuadro de<br />
desolación y de ruina, en el adagio de la sonata en si bemol,<br />
obra 109, que con el de este cuarteto y con el del primero de la<br />
obra 18, en fa, constituyen tres ejemplos típicos de la distinta<br />
manera de tratar un mismo pensamiento en las tres épocas características<br />
de su arte.<br />
En vez de terminar el cuadro, la melodía se disuelve en una<br />
divagación del primer violín, que sobre un trino conduce al<br />
tiempo final.<br />
Allegro.—Un humorismo gravemente gracioso acompaña al<br />
tema ruso, base de este tiempo, engendrador, por la inversión<br />
libre de uno de sus fragmentos, del segundo tema. El propósito<br />
psicológico, la intensa emoción de los tiempos anteriores conviértense<br />
aquí en fácil desenvoltura, en el encantador desenfado<br />
con que Beethoven juega con el tema ruso, hasta presentarlo al<br />
final, como mística plegaria que busca el cielo.<br />
Allegro<br />
El violonchelo, rítmicamente acompañado por los instrumentos<br />
centrales, comienza, sin preparación, la exposición del<br />
primer tema en fa, medio fuerte y dolce<br />
que prosigue en piano el violin primero, llegando luego por un<br />
crescendo al tortísimo. Un motivo episódico, hace aparecer en<br />
seguida, sobre una doble pedal del violonchelo y la viola una<br />
segunda parte del tema, en la misma tonalidad de fií, cantada<br />
por los dos violines, dolce<br />
reproducida en seguida por los instrumentos inferiores á solo, y<br />
prolongada en una derivación temática de la melodía inicial.<br />
El violonchelo á solo, inicia un declamado en fortísimo<br />
39
40<br />
sobre el que se desenvuelve brevemente el episodio que precede<br />
al segundo tema. Este lo canta el primer violin, dolce, en do<br />
mayor, sobre contrapuntos de los demás instrumentos, comenzando<br />
así<br />
El tema se desarrolla primero melódicamente, y luego en<br />
una especie de fantasía, que, después de intervenir en ella todo<br />
el cuarteto, y de llegar al fortísimo, termina en piano, con respuestas<br />
en notas tenidas entre las regiones extremas del cuarteto.<br />
En el período final de la parte expositiva suministra el material<br />
temático la melodía inicial del primer tema, cantada,<br />
dolce, por el violin primero.<br />
La misma melodía cantada por el violonchelo, inicia la parte<br />
central. Sucesivamente van apoderándose de ella los otros instrumentos<br />
hasta resolverse en un episodio donde alternan simétricamente<br />
los á solo del violin primero con las intervenciones<br />
de todo el cuarteto, y que termina con el diálogo que antes apareció<br />
para terminar el segundo tema, en notas tenidas entre las<br />
regiones extremas del cuarteto.<br />
La melodía del tema inicial, sobre notas tenidas de los demás<br />
instrumentos, da origen á una larga fantasía del primer<br />
violin, en la que luego intervienen melódicamente los instrumentos<br />
inferiores con fragmentos del tema principal. La continuación<br />
de esa fantasía actúa como contramotivo de un fugado,<br />
cuyo motivo propone el violin segundo<br />
Al final del fugado se funden en un nuevo episodio el fragmento<br />
inicial del primer tema y otro fragmento del segundo.<br />
Preparado por otro fragmento del tema inicial, aparece ineapera<br />
damente él primer tema cantado por el violonchelo, acompañado<br />
en la misma forma de la exposición.<br />
El plan de ésta, se reproduce, ampliado y modificado: la segunda<br />
parte del primer tema aparece ahora en la bemol; el declamado,<br />
en do mayor, cantado por los dos instrumentos inferiores;<br />
el segundo en fa, lo inicia la viola, prosiguiendo en forma<br />
análoga á la primitiva, y el período final aparece como antes,<br />
dolce, cantado por el violin primero.<br />
La coda se inicia con un formidable tutti en fortísimo, sobre<br />
el tema principal, que sigue presentándose en nuevas utilizaciones<br />
temáticas, brevemente interrumpido por un nuevo motivo.
Allegretto vivace e sempre scherzando.<br />
Entre la gran riqueza de motivos que aparecen en este tiempo<br />
descuellan por su importancia el ritmo que sobre el si bemolapunta<br />
el violonchelo á solo, y el apunte melódico con que continúale!<br />
violín segundo'<br />
Sería demasiado largo seguir en su desenvolvimiento todo el<br />
proceso de este tiempo. Predominando el motivo rítmico, van<br />
apareciendo diversos apuntes melódicos, siempre breves, > que se<br />
mezclan y se reproducen en toraías distintas.<br />
Una segunda parte en fa menor, iniciada con la frase<br />
se desenvuelve más melódicamente, cantada primero por el violín<br />
y luego por el violonchelo.<br />
El ritmo y los motivos de la parte primera, vuelven á imperar,<br />
revestidos de mayor interés, en nuevas y más interesantes<br />
disposiciones, con extenso desarrollo, apareciendo de nuevo la<br />
melodía de la segunda parte, en si bemol menor, encomendada,<br />
como antes, al violín primero, y al violonchelo después.<br />
La larga coda es más bien un nuevo trabajo, ampliamente<br />
desarrollado, sobre los motivos que intervinieron en la primera<br />
parte.<br />
Adagio molto e mesto.<br />
La melodía principal en fa menor la canta el violín primero,<br />
sotto vocee, acompañado contrapuntísticamente por los demás<br />
instrumentos. • - -<br />
Reproducida por el violonchelo, y seguida de un breve complemento,<br />
continúa el violonchelo cantando el principio del se-'<br />
gundo tema en do menor<br />
que recogido por el violín se desarrolla largamente.
42<br />
El mismo segundo tema, en la bemol iniciado también por el<br />
violonchelo, prepara un nuevo y breve episodio, que dá entrada,<br />
en el mismo instrumento á la melodia principal, libremente desarrollada.<br />
Una nueva melodia en re bemol, que canta el violin primero<br />
pianísimo, molto cantabile<br />
y que se desenvuelve con alguna extensión, da entrada en el<br />
mismo violin á la melodía inicial en fa menor, más variada y<br />
adornada.<br />
No se reproduce nuevamente, como en la primera parto sino<br />
que va seguida del segundo tema en fa menor, envuelto en un<br />
mayor interés y desarrollado en la misma forma de origen.<br />
El segundo violin, doblado á poco por el primero, inicia por<br />
última vez la melodia principal, cuyo final se diluye en una fantasía<br />
del violin, que, al descansar en un trino, da entrada al<br />
TEMA RUSO.-Allegro.<br />
Sobre el trino del violin primero, expone el violonchelo el<br />
tema ruso, sernpre piano, en ta.<br />
Reproducido por el violin primero é iniciado nuevamente por<br />
la viola, se disuelve en un episodio de alguna extensión, que<br />
conduce al segundo tema en do mayor, cantado por el violin segundo,<br />
dolce, sobre una pedal superior del primero ó intervenciones<br />
rítmicas de los otros instrumentos<br />
Lo reproduce el violin primero en do menor, y tras una indicación<br />
del principio del tema ruso, aparece un nuevo motivo rítmico,<br />
bastante desarrollado, que va seguido de unas escalas en<br />
fortísimo por todo el cuarteto, disminuyendo luego la sonoridad<br />
y quedando solo el primer violin sosteniendo el trino con que<br />
comenzó el tiempo.<br />
Al principio del desarrollo impera el tema ruso, unido á otros<br />
elementos menos importantes, y tratado en trabajo temático.<br />
Después domina el motivo rítmico que antes apareció al final de<br />
la exposición y que más desarrollado ahora, vuelve á hacer aparecer,<br />
después de un nuevo episodio, el tema inicial.
En pianisimo lo expone el violin primero, siguiendo el plan<br />
de la exposición, algo alterado. El segundo tema lo canta el violonchelo<br />
en fa mayor, y a la terminación del motivo rítmico,<br />
iniciase la coda.<br />
Se basa principalmente en el tema ruso, que después de presentarse<br />
como fundamento de un nuevo desarrollo, recobra su<br />
forma primitiva en un Adagio ina non troppo, cantado, como<br />
una plegaria, en la región más aguda del violin, para terminar<br />
con los pocos compases en presto, que ponen lin al tiempo.<br />
43
44<br />
VIII Cuarteto en mi menor<br />
De naturaleza distinta, casi opuesta á la del anterior en fa,<br />
es este en mi menor. En el primer cuarteto de la obra 59 todo es<br />
grandioso, heroico, lleno de majestad solemne: hasta sus proporciones<br />
y su arquitectura acusan el propósito de elevarse á regiones<br />
altas; aquí predominan setimientos más Íntimos, más recatados,<br />
envueltos por lo general en un tono de misterio y de apacible<br />
tranquilidad.<br />
El tema ruso que figura en la parte alternativa del allegretto,<br />
pertenece á la colección de Ivan Pratsch, ya citada en el cuarteto<br />
anterior, y, como el utilizado allí, está anotado por Beethoven<br />
en su cuaderno de composición, en el tono de la mayor. Sin tener<br />
todo el contacto que el motivo ruso tiene en el cuarteto en<br />
fa con el principio del tema del primer tiempo, no deja de ofrecer<br />
alguna semejanza el tema ruso aquí utilizado, con el motivo<br />
inicial del primer allegro.<br />
Allegro.—A la amplitud melódica del primer tiempo del cuarteto<br />
en fa, se opone una melodía fragmentaria, indecisa. Todo en<br />
este tiempo es tranquilo y misterioso, íntimamente humano,<br />
fuera de la idealidad épica que caracterizaba al allegro anterior.<br />
En su forma hay una simetría y una severidad encantadoras que<br />
constituyen el adecuado marco de las plácidas y tranquilas ideas<br />
que en él se desarrollan.<br />
Molto adagio.—Para Helm es una inmersión en las más sublimes<br />
é idealistas representaciones, un himno profundamente religioso<br />
y ardientemente humano con la gran riqueza de sus ideas<br />
que en vez de terminar cuadradamente, se van soldando y uniendo<br />
en la melodía infinita tan característica del segundo período<br />
beethoveniano como transición de la antigua forma al arte de<br />
Wagner. Holz y Czerny refieren que este adagio lo inspiró á<br />
Beethoven la contemplación de una noche estrellada en los solitarios<br />
campos del Saat (cerca de Badén) y aunque Nottebohm<br />
duda si esa inspiración podria ser aplicada con igual fundamento<br />
al adagio del anterior cuarteto, es lo cierto que no parece del<br />
todo inverosímil, ante el mágico mundo á que nos transporta<br />
con sus «jugosas melodías, cálidos acordes y disposición peculiar<br />
de su instrumentación». En la melodía y en la manera de disponer<br />
sus dos primeros períodos, parece verse aquí una anticipación<br />
de la canzona del cuarteto en la menor, con todo el abismo<br />
que media entre el arte de esta época y el de las obras finales.<br />
Luego, la melodía infinita recobra sus fueros, prosiguiendo unas<br />
veces entre armoniosos y románticos acentos, y otras entre más<br />
apasionados y fogosos apuntes.<br />
Allegretto.—Campea en él, según Helm, noble sentimentalidad,<br />
un espíritu «coquetamente caballeresco». Su melodía y su<br />
ritmo son más bien un presentimiento de las mazurkas de Chopin,<br />
que una derivación del alegre espíritu de Haj'dn ó del humor<br />
chispeante de la primera época de Beethoven. En la parte
alternativa—mayor—aparece el tema ruso, tratado en forma<br />
fugada, como eco de una melodía de caza. La fuga no se desarrolla:<br />
se expone, completa, por tres veces, cada vez con humorismo<br />
y alegría mayor, atrepellándose jovialmente, en la última los<br />
cuatro instrumentos en canon, y adquiriendo en seguida una<br />
tinta más severa, para enlazar con la romántica melodía de la<br />
primera parte. Como en los sclierzi de la cuarta y séptima sinfonía<br />
y de los cuartetos 10 y 11, Beethoven hace aquí reproducir<br />
el trío nuevamente, seguido por tercera vez de la primera parte.<br />
FINALE.—Allegro.—Según apunta Helm, el humorismo que ha<br />
aparecido veladamente en el primero y tercer tiempo, se presenta<br />
aquí con franqueza mayor, festejando su propio triunfo. En<br />
forma de rondó, en carácter de marcha, con su tema característico<br />
en do mayor que solo modula á mí menor (tonalidad del<br />
tiempo) en las cadencias, fluye siempre juvenil y lleno de vida,<br />
con las abundantes repeticiones de su tema principal, con el hu<br />
moristico diseño que vaga de un instrumento á otro como preparación<br />
de las nuevas exposiciones del tema, con los graciosos<br />
y felices desarrollos del mismo, con la larga y amplia peroración,<br />
en la que por vez primera se exhibe el tema en fortísimo,<br />
seguido del piú • presto, donde, por fin, impera la tonalidad de mi<br />
menor.<br />
Allegro.<br />
Dos acordes estableciendo la tonalidad de mi menor, y un<br />
breve silencio, preceden á la presentación del primer tema, expuesto<br />
por el violin primero, pianísimo, con la intervención de<br />
los demás instrumentos<br />
En su formación intervienen distintos motivos tratados contrapuntísticamente,<br />
el último de los cuales, se reproduce después<br />
de un silencio, en el violin segundo, enlazándose con el<br />
episodio de transición. Este episodio, de muy breves proporciones,<br />
siempre fuerte, disminuye la sonoridad para presentar sobre<br />
un trino medido de la viola, el segundo tema en sol mayor, dialogado<br />
al principio entre el violonchelo y el primer violin<br />
P<br />
y proseguido después melódicamente, con la intervención del<br />
violin segundo, agregándosele al final un característico complemento<br />
rítmico.<br />
Al último período de la exposición lo caracterizan dos breves<br />
períodos, el primero en crescendo sobre notas sincopadas, de to-<br />
45
46<br />
dos los instrumentos, y el segundo, fuerte, en arpegios descendentes<br />
del primer violín y la viola sobre un trémolo de los otros.<br />
La parte central utiliza al principio los acordes de preparación<br />
y el motivo inicial, algo desarrollado. Varios episodios se suceden<br />
en esta parte, que utiliza principalmente algunos de los motivos<br />
que se sucedieron en la formación del primer tema, unidos<br />
á otros menos importantes.<br />
Tras un unísono de los cuatro instrumentos en fortísimo, reaparece<br />
el tema principal, algo modificado al principio, muy alterado<br />
después, seguido del episodio de transición, del segundo<br />
tema en mi mayor y de los dos pasajes en síncopas y arpegios<br />
que terminaron la parte expositiva.<br />
El final se prolonga en una larga coda, sucediéndose en ella<br />
como material temático los acordes de preparación, el primer<br />
compás del primer tema, un episodio análogo á otro que figuró<br />
en la parte central, y terminando sobre una derivación de un<br />
fragmento del tema principal en piano.<br />
Nlolto adagio.<br />
Va acompañado de la indicación Si tratta questo pezzo con<br />
violto di xentimento.<br />
El cuarteto, en realización severa á cuatro partes, en la tonalidad<br />
de mi mayor, expone el tema principal, cantando el primer<br />
violín la melodía<br />
que prosigue el violin segundo sobre un dibujo rítmico del violín<br />
primero. La segunda parte la inicia el violín segundo, sobro<br />
un nuevo ritmo del primero, pasando después á éste la melodía,<br />
y prolongándose en un breve enlace para el segundo tema.<br />
Lo cantan en terceras el violonchelo y la viola, en si mayor,<br />
sobre una fantasía del primer violín, piano,<br />
prosiguiéndolo los instrumentos superiores, prolongándose largamente<br />
sobre una fantasía en tresillos (sempre piano e dolce)<br />
en la que intervienen todos los instrumentos, aunque preponderando<br />
el primer violín, y terminando en una codetta sobre el<br />
motivo dialogado por los dos violines<br />
que continúa apareciendo tras una breve interrupción.
El corto desarrollo lo inicia el violonchelo sobre el principio<br />
de la melodia principal en una progresión acompañada por tresillos<br />
de los instrumentos superiores, que al llegar del piano al fortísimo,<br />
prosigue con libertad mayor, apareciendo al final un<br />
breve fragmento del segundo tema.<br />
La melodía principal la reproduce el primer violin algo abreviada,<br />
realzándola el mayor interés con que están tratados los<br />
instrumentos centrales y sucediéndose en su acompañamiento<br />
los dos motivos rítmicos que aparecieron en la parte expositiva,<br />
y que ahora indica el violonchelo; el segundo tema, en mi mayor,<br />
sigue todo su anterior proceso, terminando en la codetta que<br />
antes lo siguió; y al iniciarse la coda, todo el cuarteto, fortisimo,<br />
ataca la melodía principal, derivada después en la codetta del<br />
segundo tema, que á su vez se diluye en una escala, que al llegar<br />
á la región grave, determina el final.<br />
Allegretto.<br />
El violin primero, rítmicamente acompañado por los demás<br />
instrumentos, inicia el tema principal en mi menor, pianísimo<br />
Las dos repeticiones do la primera parte, se desarrollan sobre<br />
el mismo motivo rítmico, que en formas distintas va pasando<br />
por los cuatro instrumentos.<br />
La parte central—maqcjiore—presenta el tema ruso en la<br />
viola, sobre un contraniotivo del violin segundo,<br />
en un fugado á cuatro partes. Al terminar la exposición de la<br />
fuga, vuelve á iniciarse de nuevo, sobre un contramotivo distinto,<br />
y al terminar esta segunda presentación, una tercera en canon<br />
y estrechos, fortisimo, conduce al final de esta parte en la<br />
que el tema ruso se produce más melódicamente, para enlazar<br />
con el da eapo.<br />
El final del mayor lleva la indicación da capo ü minore ma<br />
senza replica ed allora ancora una volta il trio, e dopo di nuovo<br />
da capo il minore senza replica.<br />
FIN ALE—Presto.<br />
Sobre el ritmo de marcha que sostienen los instrumentos inferiores,<br />
canta el primer violin, piano, el tema principal, que comenzando<br />
en do, termina en mi menor<br />
47
•48<br />
fp<br />
Cuatro exposiciones de esta melodia se suceden, precedidas<br />
las dos últimas de un breve intermedio de cuatro compases, y<br />
prolongándose la final en un largo episodio, siempre fuerte, que<br />
por un diminuendo presenta el segundo tema en si menor, cantado<br />
por el primer violin, sobre un acompañamiento rítmico de<br />
los demás instrumentos.<br />
Proseguido por la viola y el violonchelo, y luego por el primer<br />
violin, va seguido de un episodio de enlace donde un breve<br />
apunte pasa de un instrumento á otro, hasta determinar por un<br />
crescendo la entrada del tema principal, que se reproduce como<br />
én su anterior exposición.<br />
En la parte central se suceden diversos motivos: primero el<br />
que sobre escalas del violin, siempre fortísimo, presentan la<br />
viola y el violonchelo<br />
continuándolo en formas distintas; después, una breve fantasía<br />
del primer violin, pianísimo, sobre el tema principal; luego un<br />
episodio que inicia el violonchelo con el motivo<br />
y que después de desarrollarse, se transforma en un nuevo episodio<br />
cuyo final conduce á la reproducción.<br />
Esta se inicia con el segundo tema en mi menor cantado por<br />
el primer violin. considerablemente ampliado, que enlaza con el<br />
tema principal por el mismo episodio que entre ambos se produjo<br />
en la exposición.<br />
El tema principal está reducido ahora á dos exposiciones de<br />
su melodía, prolongada la segunda en un largo desarrollo temático,<br />
en el que siguen sucedíéndose los episodios, hasta llegar<br />
por un largo crescendo á una última presentación del primer<br />
tema, fortísimo.<br />
Su final se prolonga todavía en el piu presto, siempre fortísimo,<br />
que pone fin á la obra.<br />
—í t«
IX cuarteto: en do<br />
En Alemania y en Austria suelen designar este cuarteto con<br />
el sobrenombre de Helden-Quartett, «cuarteto del héroe», asignándole<br />
en la obra de cámara un puesto análogo al que la heroica<br />
ocupa entre las sinfonías. Otros comparan su elocuencia con la<br />
del final de la quinta sinfonía, y Marx lo tiene por una de las más<br />
fieles representaciones del espíritu de su creador, cuando en la<br />
noche de su soledad escrutaba los abismos de la existencia, irguiéndose<br />
después con toda la virilidad de su alma gigantesca.<br />
Estas observaciones y comentarios sólo pueden tener una cierta<br />
justificación aplicados al primer tiempo y aplicarse completamente<br />
á la fuga final, nunca á los tiempos centrales influidos por<br />
otra clase de sentimientos.<br />
De cualquier manera este cuarteto no tiene menos personalidad<br />
que los dos anteriores. Si el primero en fa, descuella por la<br />
majestad de su traza, por las regiones de elevación espiritual en<br />
que se mueve; si el segundo se presenta envuelto en su tinta misteriosa<br />
é íntima, este tercero, con el heroico presentimiento de<br />
su comienzo, con las fogosidades que arrastran, con la grandiosidad,<br />
con el ímpetu arrebatador de su final, es digno compañero<br />
de los otros dos, aun reconociendo en él una menor homogeneidad<br />
de estructura, que en nada empaña la individual belleza de<br />
cada una de sus partes.<br />
INTRODUZI0NE: Andante con monto.—Allegro vivace.—Las palabras<br />
de Marx antes copiadas, parecen tener aplicación especial á<br />
la introducción de este primer tiempo. En ella parece verse á<br />
Beethoven sumido en una de sus hondas meditaciones, aislado<br />
del mundo, concentrado en la intimidad de su espíritu, por el que<br />
sólo vaga el germen de una idea. Un momento de resolución, más<br />
bien de acción, sin objetivo determinado, comienza á animarle,<br />
hasta explotar al fin en la rítmica y valiente melodía que domina<br />
é infunde su alma al alegro. Tras ella todo es animación y verbosidad.<br />
Todo el tiempo está tratado sinfónicamente, con humorismo<br />
legítimamente beethoveniano, sin utilizar en el amplio desarrollo<br />
más que esa especie de fantasía que precedió á la presentación<br />
y algún otro motivo secundario; sin peroración de grandes<br />
vuelos, sin más que una caprichosa sonrisa que actúa á modo de<br />
final.<br />
Andante con moto, quasi al légrete—«Suena en su lentitud, dice<br />
Marx, no como un dolor presente, sino como el lamento de un<br />
recuerdo, que no se sabe de dónde viene para conmover y estremecer<br />
nuestros corazones.» Toda la primera parte con su deliciosa<br />
coda, parece por su dulzura, por su encanto halagador, un presentimiento<br />
de las romanzas sin palabras de Mendelssohn, quien<br />
no había nacido aún cuando esta obra fué estrenada. Después,<br />
Beethoven se sumerje en tristezas más hondas, pasajeramente<br />
iluminadas por algún rayo de luz de mendelssohniano carácter.<br />
Sus recuerdos parecen divagar en un mundo de tristezas, hasta
50<br />
que la melodía primitiva con los característicos pizzicali del violonchelo<br />
viene á intervenir con su encantadora dulzura, extinguiéndose<br />
al final sobre los vaporosos pizzicati de los cuatro instrumentos.<br />
MENUETO: Grazioso.—Un comentarista apunta la indicación de<br />
que no aparecen en él la alegría ni el heroísmo «para no profanar<br />
la dolorosa impresión del andante»; otro cree ver aproximarse y<br />
retirarse dos parejas, parodiando los minués de antaño. Es un<br />
tiempo tranquilo, gracioso, amable, cuyo trío forma vivo contraste<br />
con la parte principal, que al terminar la segunda repetición<br />
se diluye en la encantadora coda sobre la que ataca la viola<br />
el tema de la fuga. La razón de su- carácter, y de su colocación en<br />
este puesto, más bien que en razones psicológicas, debe encontraise<br />
en el contraste brusco, en la sacudida que produce la fuga<br />
final tras un tiempo de ambiente tan delicado y plácido, no del<br />
todo extraño al dulce sentimiento del andante.<br />
Allegro molto.—Es titánico, formidable, lleno, según la acertada<br />
frase de Helm, de entusiasmo tempestuoso, electrizado! 1<br />
, genial,<br />
donde la grandeza de la concepción apenas si puede encerrarse<br />
en la sonoridad del cuarteto, escrito, al parecer, de un<br />
aliento solo, que únicamente puede apreciarse en toda su grandeza<br />
ejecutado por cuatro virtuosos que sepan comunicarle todo<br />
el ardoroso fuego y toda la intensa vida sonora que palpita en el<br />
pensamiento de Beethoven. Es imposible dar una idea de la ardorosa<br />
pasión, de la impetuosidad maravillosa con que se desploma<br />
esta catarata de sonidos. Ante la elocuencia arrebatadora de<br />
esta fuga no es posible pensar en las curiosidades de su forma<br />
(primer tiempo de sonata con una fuga como primer tema), en la<br />
disposición de sus episodios, en nada que no sea dejarse subyugar<br />
por el vibrante arrebato de esta creación, digna de figurar al lado<br />
de las más geniales de Beethoven.<br />
INTRODUZIONE: Anclante con moto.—Allegro vivace<br />
La lenta introducción, en notas tenidas, siempre pianísimo,<br />
en la que sólo se destaca un breve apunte, precede á ia entrada<br />
del allegro vivace, donde el primer violín á solo, comienza ejecutando<br />
una fantasía en do mayor,<br />
que proseguida, conduce por un crescendo al primer tema en la<br />
misma tonalidad, cantado en fuerte por los tres instrumentos superiores,<br />
sobre una pedal rítmica del violonchelo.
Su exposición va seguida de una segunda parte, á manera de<br />
complemento, que iniciada por el violin segundo y proseguida<br />
por el primero, conduce al episodio de transición iniciado por el<br />
primer violin, con el motivo,<br />
Este episodio continúa su proceso hasta hacer aparecer el segundo<br />
tema dialogado entre los cuatro instrumentos, en sol<br />
mayor, fuerte, tema que comienza<br />
y que prosigue su desarrollo casi siempre en una animada figuración.<br />
Un nuevo motivo muy breve, que expuesto por el violonchelo<br />
reproducen sucesivamente la viola y el primer violin,<br />
inaugura el período final de esta primera parte.<br />
El desarrollo utiliza al principio la fantasía con que inició el<br />
allegro el primer violin, diluida ahora en un episodio, que termina<br />
utilizando el complemento del primer tema en fa mayor, y<br />
luego el principio del periodo de transición. Libremente continuado<br />
éste, lo sigue un episodio (fortísimo primero, piano después)<br />
en .contestaciones entre los dos instrumentos inferiores de<br />
una parte y los dos superiores de otra, terminado en una nueva<br />
fantasía del primer violin que prepara el advenimiento del tema<br />
principal.<br />
Expuesto como en su forma primera, más adornado á veces, y<br />
sin el complemento que antes lo siguió, va seguido del episodio<br />
de tránsito, modificado y alargado, y del segundo tema en do mayor.<br />
El período final de la parte expositiva se prolonga en la coda,<br />
que termina apresurando el tiempo y que concluye en fortísimo.<br />
Andante con moto quasi allegreto.<br />
El tema principal consta de dos partes, marcadas ambas con<br />
el signo de repetición. La primera, en la menor, se inicia cantando<br />
el primer violin, al que luego se agregan los instrumentos<br />
centrales, sobre un pizzicato del violonchelo, la melodia<br />
A la terminación de la segunda parte, y sobre el pizzicato del<br />
violonchelo, canta el primer violin, apoyando su ritmo los instrumentos<br />
centrales, un breve complemento del tema<br />
51
52<br />
continuando en un episodio no muy extenso, que da entrada al<br />
segundo tema.<br />
Lo expone el violin, en do mayor, dolce<br />
iolc<br />
prosiguiéndolo la viola y terminándolo el violin primero.<br />
El desarrollo se prolonga extensamente, en el carácter del<br />
tema principal, siempre en sentido melódico y en forma de diálogo<br />
entre diversos instrumentos. La aparición del segundo tema<br />
en la mayor, da origen á nuevos episodios sobre el mismo, resueltos<br />
al fin en un pizzicato del violonchelo, que sobre notas tenidas<br />
de los otros instrumentos desciende hasta la región más<br />
grave de su diapasón, preparando la reproducción del tema principal.<br />
Este se presenta ahora revestido de mayor interés contrapuntistico<br />
con sus dos partes, que en vez do repetirse aparecen nuevamente<br />
escritas en forma diferente. Va, como antes, seguido de<br />
su complemento y de un episodio, pero en vez de conducir al segundo<br />
tema, presenta de nuevo el complemento melódico del<br />
tema principal, terminando con un final del violonchelo, pizzicato,<br />
sobre notas tenidas de los demás instrumentos.<br />
Menuetto.-Grazioso.<br />
El primer violin canta en do mayor, piano, acompañado pollos<br />
demás instrumentos, la melodía<br />
que en vez de repetirse, es cantada nuevamente por el mismo<br />
instrumento una octava más grave.<br />
La segunda repetición se desenvuelve como desarrollo libre<br />
de la idea primera.<br />
El trío, eii fa mayor, lo comienza cantando el violin primero,<br />
fuerte, completando la viola la melodia<br />
Sus dos repeticiones se basan en la melodía anterior, á la que<br />
se agregan algunos nuevos elementos.<br />
Repetida la parte primera en la forma acostumbrada, en vez<br />
-—
de terminar con la segunda repetición, la sigue una coda en la<br />
que el tema principal va diluyéndose hasta espirar en un calderón,<br />
sobre el que ataca la viola el tema de la fuga.<br />
Allegro molto.<br />
La viola expone el largo motivo de la fuga, piano, en do mayor,<br />
que comienza así<br />
• Sucesivamente van entrando el violín segundo, el violonchelo<br />
y el primer violín, reforzando cada vez más la sonoridad, hasta<br />
que ésta disminuye en un solo del violín primero, para presentar,<br />
piano, un nuevo motivo en sol mayor, repartido entre los cuatro<br />
instrumentos<br />
que continúa desarrollándose para hacer aparecer de nuevo el motivo<br />
principal, como base de un extenso episodio.<br />
A partir de este punto los episodios sobre el tema principal<br />
se suceden constantemente, destacando por su importancia el que<br />
inicia el violín primero en una progresión ascendente y descendente<br />
sobre las tres primeras notas del tema, progresión que van<br />
reproduciendo sucesivamente los otros tres instrumentos, y que<br />
todavía va seguida de episodios nuevos.<br />
Llegada la sonoridad al fortísimo, la viola ataca de nuevo el<br />
tema de la fuga sobre el contramotivo que indica el primer violin<br />
continuando unidos ambos elementos y prosiguiendo en forma<br />
análoga á la del principio.<br />
El nuevo motivo que apareció antes en sol mayor, se presenta<br />
ahora en do, y al terminar, prosigue el desarrollo de la fuga,<br />
primero sobre trinos, después, al iniciarse la peroración, sobre<br />
nuevas variantes del episodio construido con las tres primeras<br />
notas del tema, secundadas á veces por sencillas intervenciones<br />
melódicas del violín segundo, hasta llegar, en el final, á la sonoridad<br />
máxima del cuarteto.<br />
53
54<br />
Obra 74.<br />
X Cuarteto en mi bemol<br />
Quatuor pour deux Violons, Viola et Violoucelle,<br />
composé et dedié á Son Altesse le Prince regnant<br />
de Lobkowitz, Duc de Raudnitz, par L. van<br />
Beethoven. Proprieté des Editeurs. Oeuvre 74,<br />
á Leipsig chez Breitkopf & Hártel.<br />
En los dos años que transcurren desde 1807, año de la terminación<br />
de los tres cuartetos dedicados al conde de Rasumoffsky,<br />
hasta 1809, en que aparece la composición del en mi bemol, publicado<br />
en Diciembre de 1810, la literatura beethoveniana se enriquece<br />
con la sinfonía pastoral, tres conciertos, dos para piano<br />
y uno para violin y orquesta, la obertura de Coriolan, dos tríos<br />
(obra 70) y otras obras de menor importancia.<br />
Algún comentarista señala la preferencia que acusan las composiciones<br />
de esta época de Beethoven por el tono de mi bemol: el<br />
quinto concierto de piano, este cuarteto, uno de los tríos de la obra<br />
70, la sonata Les Ádieux, están escritos en la misma tonalidad.<br />
Pertenece este cuarteto al período menos activo de la vida de<br />
Beethoven, al año en que las tropas francesas entraron en Viena.<br />
El ruido de los cañones afectaba á Beethoven de tal modo, que<br />
en más de una ocasión, buscó refugio en el sótano de la casa de<br />
su hermano, para no oirlos. Los acontecimientos políticos, la<br />
intranquilidad reinante se tradujeron en una menor producción,<br />
en una crisis de su dirección artística, que ha hecho que muchos<br />
de sus biógrafos, miran este cuarteto como curiosidad del más<br />
alto interés, desde el punto de vista bibliográfico.<br />
La razón de la dedicatoria al príncipe Lobkowitz, á quien<br />
están dedicados los seis primeros cuartetos, debe encontrarse en<br />
la protección especial de que fué objeto Beethoven en esta época,<br />
por parte de algunos nobles austríacos. Se hallaba muy escaso de<br />
recursos, cuando Jerónimo Bonaparte, entonces rey de VVestf'alia<br />
le ofreció el puesto de maestro de capilla en Cassel con un sueldo<br />
de 600 ducados (7.500 pesetas), y 150 más para gastos de viaje é<br />
instalación. Esta oferta aunque parece haber sido hecha á fines<br />
de 1808, no influyó en el ánimo del compositor hasta algunos<br />
meses después. La alarma que cundió en Viena entre los aficionados<br />
á la música fué extraordinaria: su resultado inmediato, el<br />
comprometerse los Príncipes de Lobkowitz y de Kinsky y el<br />
Archiduque Rodolfo á pasarle una pensión de 4.000 florines anua-
les, hasta tanto que se le pudiera conseguir un puesto oficial de<br />
maestro de capilla en la corte vienesa. El agradecimiento de<br />
Beethoven á sus protectores se tradujo en la dedicatoria de tres<br />
obras sucesivas, la 73 (concierto de piano en mi bemol) al Archiduque<br />
Rodolfo, la 74 (este cuarteto) al Príncipe Lobkowitz, y la 75<br />
(seis Heder) á la Princesa Kinsky.<br />
Señalan los comentaristas en este cuarteto |un dualismo altamente<br />
significativo: el contraste entre una ternura idealista, delicada<br />
y sentimental, y el sentimiento de fresco realismo que tan<br />
poderosamente se eleva y desarrolla. Hasta la disposición general<br />
de la obra, con sus múltiples sentidos y contrastes, acusa una<br />
interesante novedad. Cada tiempo parece influido por un sentimiento<br />
distinto: á la enigmática interrogante de la introducción,<br />
responde el fresco ambiente del primer tiempo, con el humorístico<br />
empleo de los pizzicati que han dado á este cuarteto el nombre<br />
de cuarteto de las arpas; al noble sentimentalismo del adagio,<br />
el formidable y pavoroso espíritu del presto siguiente; coronando<br />
la obra un alegreto con variaciones, cuyo tema tan dulce<br />
y apacible, arroja una nota de delicada poesía.<br />
Es curioso el juicio de este cuarteto, formulado al tiempo de<br />
su aparición por el Allgemeine musicalische Zeitung de Leipzig.<br />
«Más grave que alegre, más profundo y lleno de arte que agradable<br />
y gustoso. No es de desear que la música instrumental continúe<br />
por estos caminos. El cuarteto no tiene por misión celebrar<br />
la muerte, pintar sentimientos de desesperación, sino elevar<br />
el alma por un juego imaginativo, dulce y bienhechor. El<br />
adagio... ¡sombrío nocturno!»<br />
Poco adagio.—Allegro.—Una figura melódica, como interrogación<br />
enigmática salida del alma, íntimamente expresiva, inicia<br />
la introducción. En ella, con más amplitud, con más importancia<br />
melódica, parece reproducirse el pensamiento que informó la<br />
introducción del anterior cuarteto en do (obra 59, núm. 3). La<br />
duda se resuelve al fin en las tres notas del acorde de mi bemol,<br />
expuestas en arpegio ascendente, que después de una frase melódica<br />
tierna y dulce, van mariposeando graciosamente de unos<br />
instrumentos á otros en el característico pizzicato, siempre sostenido<br />
por el constante ritmo de otros instrumentos. La energía<br />
tranquila del segundo tema, la harmoniosa suavidad de su segunda<br />
parte, son notas nuevas que aumentan el interés de la exposición.<br />
La fuerza y energía que á poco se introducen en el espíritu<br />
del desarrollo, van apagándose lentamente hasta expirar en el<br />
idealismo de las arpas. Una larga coda termina el tiempo, como<br />
parte nueva que se introduce en el plan, más bien como un nuevo<br />
desarrollo, en el que el motivo de las arpas domina por completo.<br />
Adagio ma non troppo —La melodia infinita de libre vuelo, de<br />
noble y doloroso sentimentalismo, se desarrolla en este tiempo,<br />
como una romanza sin palabras, casi siempre encomendado su<br />
canto al primer violin. Por tres veces interviene la melodía, descendiendo<br />
de región en cada una de ellas, y enriqueciéndose en<br />
cada nueva entrada con mayor complicación de adornos: sus dos<br />
intermedios son dos cantos nuevos, íntimamente doloroso el primero<br />
como un lamento, como un quejido; más noble y sereno el<br />
segundo, acompañado por sorda agitación. Al reaparecer el pri-<br />
55
56<br />
mero de estos intermedios como ñnal, parece presentarse la tristeza<br />
misma, según la frase de un comentarista.<br />
Presto.—El impétu del presto, su fatídico fatalismo, parecen<br />
una continuación ó una renovación del primer tiempo de la quinta<br />
sinfonía. No es sólo la semejanza del tema: su espíritu, su elocuencia,<br />
el tempestuoso torbellino que lo impulsa, hablan el<br />
mismo lenguaje que allí, siempre amenazador y pesimista. Como<br />
parte alternativa introduce aquí Beethoven una forma y un carácter<br />
muy significativos, completamente nuevos en su música,<br />
según el dicho de Marx. Al torbellino de su tema se une pronto<br />
un inesperado cantus fírmus, formando, no un contraste, sino un<br />
aspecto nuevo, del sentimiento inspirador de la parte principal,<br />
que, como allí, arrastra con la fuerza poderosa de su interés.<br />
Nada más lejos del minué clásico ó de los scherzi anteriores. El<br />
Beethoven de la novena sinfonía y de los últimos cuartetos, aparece<br />
aquí, ensanchando prodigiosamente el molde clásico.<br />
Después de repetir el trío y de hacer oir por tercera vez la<br />
primera parte, todavía prosigue ésta en una prolongación misteriosa,<br />
sobre cuyo final, sin interrupción, comienza el Allegretto.<br />
Allegretto con Variazioni.—El tema, de dulzura y sencillez encantadoras,<br />
aparece notado en otra forma, entre los apuntes para<br />
la obra 50, con letra de un lied de Matthisson, titulado « Wunsch*.<br />
Su carácter plácido, suavemente melancólico, aparece desarrollado<br />
en las seis primeras variaciones en la manera clásica, pero<br />
con un espíritu significativamente beethoveniano. Alternando<br />
la fuerza y el vigor de las variaciones impares con el recato y<br />
sensibilidad de las pai-es, como si sucesivamente las inspiraran<br />
un espíritu varonil y un espíritu femenino de exquisita delicadeza,<br />
termina, después de indicar otros sentimientos de variación,<br />
en la loca carrera de una alegría desenfrenada.<br />
Poco adagio.—Allegro.<br />
En la introducción—poco adagio—de algunas proporciones,<br />
comienza cantando el primer violín, sotto voce, sobre la harmonía<br />
de los demás, destacando el motivo interrogación<br />
Una nueva frase, exprexsivo, iniciada por el violín primero, interviene<br />
con importancia melódica en el curso de esta introducción,<br />
que se enlaza con el Allegro por una lenta escala cromática<br />
en valores rítmicos, sobre el motivo interrogación repetido por<br />
el violonchelo.<br />
El Allegro comienza en fuerte, dividido el tema principal, en<br />
mi bemol, entre los dos violines
Al terminar de reproducir la viola la última frase inserta, los<br />
dos instrumentos inferiores sobre el ritmo mantenido por los dos<br />
violines, ejecutan el pizzicato que ha dado su nombre á este<br />
cuarteto<br />
i ,,i • i.- 11,<br />
invirtiéndose luego la disposición de los instrumentos.<br />
Un breve período de enlace, presenta el segundo tema en si<br />
bemol iniciado por la viola, á la que siguen en imitaciones los<br />
demás instrumentos,<br />
prosiguiendo después melódicamente el violin primero, acompañado<br />
por fragmentos de ¡as escalas con que se inició este segundo<br />
tema. El último período de la parte expositiva se forma por la<br />
sucesión de varios motivos breves, muy melódico el último.<br />
La parte central comienza utilizando el primer tema como<br />
base del desarrollo, conti mando luego con un motivo rítmico,<br />
sobre un trémolo de los instrumentos centrales,.que se resuelve<br />
en un importante episodio, piano, repitiendo el violin y el violonchelo<br />
la misma nota en cuatro octavas, en el mismo ritmo, y<br />
sobre el trémolo del segundo violin y la viola. El pizzicato de las<br />
arpas, considerablemente ampliado y modificado vuelve á introducir<br />
el tema principal como principio de la reproducción.<br />
Algo modificada la disposición de los instrumentos en la ex<br />
posición de la primera parte del primer tema, y ampliado el pizzicato<br />
que lo terminó, sigue el período de transición y el segundo<br />
tema, ahora en mi bemol. Al final de la parte expositiva se<br />
agrega una larga coda, que utiliza primero un fragmento del<br />
tema principal, luego el pizzicato, con el que van mezclándose<br />
apuntes melódicos, después el motivo final de la parte expositiva,<br />
terminando con una nueva intervención del pizzicato, en<br />
acordes ascendentes y descendentes.<br />
Adagio ma non troppo.<br />
Un compás de preparación precede al tema principal cantado<br />
por el primer violin en la bemol, en la región aguda, mientras<br />
los demás instrumentos acompañan contrapuntísticamente á<br />
mezza voce.<br />
57
58<br />
•Expuesta la melodía, siempre cantabile, va seguida de una<br />
nueva idea en la bemol menor, igualmente cantada por el violin,<br />
sobre un acompañamiento de mayor sencillez<br />
Su final, seguido de un breve comentario, y de una corta cadencia<br />
en el violin primero, se une al tema principal, cantado<br />
por este mismo instrumento, en la región media, revestido de<br />
mayores adornos en la línea melódica y cambiando su primer<br />
acompañamiento por uno arpegiado.<br />
Integramente expuesta, sígnela ahora el tema de la parte central,<br />
en re bemol, muy melódico y cantable, acompañando al violin<br />
primero los dos instrumentos inferiores<br />
y cantando después la melodía el violonchelo, acompañado pollos<br />
instrumentos centrales y por un expresivo contrapunto del<br />
primer violin.<br />
Un breve enlace hace aparecer por tercera vez la melodía<br />
principal con un acompañamiento distinto, más pintoresco, en la<br />
región grave del violin primero, elevándose luego á la región<br />
central y apareciendo allí envuelta en arabescos y adornos.<br />
La melodía que formó la segunda parte del tema principal<br />
vuelve á iniciarse en la misma tonalidad de la bemol menor,<br />
prosiguiendo libremente en la coda que termina en pianísimo,<br />
morando.<br />
Presto.<br />
Sobre el agitado movimiento de los instrumentos centrales, y<br />
el ritmo que en el bajo marca el violonchelo, expone el violin el<br />
tema de la primera parte, leggiermente<br />
La primera repetición es muy breve.<br />
La segunda se desarrolla extensamente sobre el ritmo y los<br />
elementos expuestos, á los que se agregan algunos apuntes melódicos,<br />
brevemente desarrollados, terminando en pianísimo con<br />
el ritmo inicial, sobre una pedal del violonchelo.<br />
La parte alternativa lleva las indicaciones de piu presto, quasi<br />
prestísimo y Si ha d' immaginar la batuda da %• La comienza<br />
el violonchelo á solo, fortísimo, en do ma3 r<br />
or
ff<br />
uniéndosele en seguida una especie de cantus firmus en la viola<br />
^yj.lj.lj.lj.lj.lj.ljJ^<br />
y prosiguiendo siempre, sin repeticiones, mostrando la unión de<br />
ambos elementos.<br />
A la primera parte, nuevamente escrita, sigue una nueva reproducción<br />
de la parte alternativa, volviendo á hacer oir de nuevo<br />
la parte inicial seguida de una coda, que al terminar en pianísimo,<br />
sirve de enlace para el tiempo siguiente.<br />
Allegretto con Variazioni.<br />
El tema, en mi bemol, lo expone el violín primero sobre un<br />
sencillo acompañamiento de los demás, y consta de las dos partes<br />
acostumbradas<br />
Las variaciones se suceden en el orden siguiente:<br />
Primera.— Sempre forte e staccato.— Interviniendo los cuatro<br />
instrumentos en arpegios ascendentes y descendentes.<br />
Segunda.—Sempre dolce e piano. - Cantada por la viola en<br />
una figuración de tresillos de corchea, sobre notas tenidas de los<br />
otros instrumentos.<br />
Tercera.—Forte. —Sobre un dibujo en semicorcheas del violin<br />
segundo y del violonchelo, Ja viola y el primer violín, varían el<br />
tema á contratiempo.<br />
Cuarta.—Sempre piano e dolce.—El primer violín simplifica<br />
la forma original del tema, sobre el sencillo acompañamiento de<br />
los demás.<br />
Quinta.—Sempre forte.—Los tres instrumentos inferiores varían<br />
el tema en un ritmo característico, mientras el violín acompaña<br />
en arpegios.<br />
Sexta.— Un poco piu vivace.—En pianísimo, sobre una pedal<br />
del violonchelo en tresillos de corchea, varían los demás el tema<br />
en figuración de corcheas sencillas.<br />
Coda.— La prolongación de la variante anterior engendra el<br />
final, donde todavía se indican nuevas formas de variación, terminando<br />
más animadamente en un corto alegro.<br />
.» *•<br />
59
ÓO<br />
Obra 95<br />
XI Cuarteto en fa menor<br />
Eilftes Quartett für zwey Violinen, Bratsche und Violoncell.<br />
Seinem Freunde dera Herrn Hofsekretar Nik.<br />
Zmeskall von Domanovetz gewidmet von Ludwig<br />
t e s<br />
van Beethoven. 95. Werk. Eigenthum der Verleger.<br />
Wien, im Verlag, bey S. A. Steiner und Comp.<br />
Un año después de escrito el cuarteto anterior en mi bemol<br />
(obra 74) y antes de que fuera publicado, terminó Beethoven la<br />
composición de éste, según lo revela la nota con que se encabeza<br />
su manuscrito: Quartett serioso —1810 im Monatte Oktober— Dein<br />
Herrn von Zmeskall gewidmet von seinem Freunde L. Bthen und<br />
geschrieben im Monat Oktober. La primera edición no apareció<br />
hasta seis años más tarde (Diciembre de 181(5) editada por la casa<br />
Steiner y C." de Viena, y su publicación coincide con la época en<br />
que Beethoven decide dar á sus obras título alemán, como afirmación<br />
de germanismo, y protesta contra los invasores franceses.<br />
Este período de títulos en alemán duró pocos años: la última<br />
sonata (obra 111) publicada en 1822, apareció, según la tradición<br />
antigua, con el título en francés; los últimos cuartetos también<br />
lo adoptaron en ese mismo idioma.<br />
Era Zmeskall, Secretario áulico, buen músico, violonchelista,<br />
compositor, 3' sobre todo, uno de los más cariñosos y fieles amigos<br />
de Beethoven, quien invariablemente acudía á él en consulta<br />
de sus dudas domésticas y sociales, y en petición de mil pequeños<br />
servicios. Beethoven siempre le trataba en broma: solía<br />
llamarle «conde musical», «barón quebranta-notas» y otros nombres<br />
por el estilo. Como prueba del tono de sus relaciones con él,<br />
véase una carta de 1811, próxima á la época de la composición de<br />
este cuarteto: «Más que Excelencia: Üs rogamos que nos enviéis<br />
algunas plumas y os enviaremos en seguida un paquete de ellas,<br />
para que no tenga que arrancarse las suyas. Podría ocurrir que<br />
todavía recibierais la gran condecoración de la orden del violonchelo».<br />
Más curiosa es aún la carta en la que le dedica este cuarteto<br />
(16 de Diciembre de 1816): «He aquí, mi querido Zmeskall, mi<br />
amistosa dedicatoria, deseando que sea para usted un recuerdo<br />
de nuestra larga amistad.—Acéptela como prueba de mi estima-
ción y no como final de un hilo tejido desde hace largo tiempo,<br />
porque usted figura en el número de mis primeros amigos en<br />
Viena.—Adiós: absténgase de las fortalezas podridas: su asalto<br />
es más peligroso que el de las que están mejor conservadas.—<br />
Como siempre, su amigo Beethoven».<br />
Quizá el tono de estas relaciones sea suficiente para explicar<br />
el titulo de Quartett serioso con que está encabezado el manuscrito,<br />
limitando su alcance al de una indicación humorística y<br />
viendo en el sentido de la obra un reflejo del tono en que se desarrollaba<br />
esta cariñosa amistad. La mayor parte de los comentaristas<br />
prescinden de la dedicatoria y explican el titulo de serioso<br />
diciendo que no se trata ya en él de un mero juego de sonidos<br />
como en los que componen la obra 18 ni aún de la unión de sentimientos<br />
diversos, como en los cuartetos posteriores, sino que<br />
aparece revestido de una gran unidad, sin lagunas ni saltos de<br />
un tiempo á otro, como si se tratara de más serias explicaciones<br />
de ideas. Por eso lo consideran como un puente, como transición<br />
entre el segundo y el tercer período de Beethoven, como obra<br />
que, sin estar todavía influida por la gran interioridad de los<br />
cinco últimos cuartetos, aparece como vislumbre de la tendencia<br />
final.<br />
Lenz lo llama maravilloso puente tendido por Beethoven en<br />
el tránsito de su estilo, citando los versos de Schiller «un puente<br />
de perlas se construye sobre el lago azul; se eleva y desaparece<br />
en alturas vertiginosas». Nohl lo considera como la primera obra<br />
independiente de Beethoven, colocándolo muy por encima de<br />
todo lo antiguo. Los instrumentos no están tratados ya en la manera<br />
de la obra 59, sino reducidos á su propia fuerza de concentración<br />
interior: la composición es temática, sencilla y penetrante.<br />
Como indica Helm, es un cuarteto y nada más que un<br />
cuarteto.<br />
Allegro con brio.—Apenas sí hay comentarista que no compare<br />
el unísono con que comienza este tiempo, con el unísono con que<br />
comienza el primer cuarteto de la obra 18, en fa mayor, para<br />
mostrar toda la distancia que media en fuerza expresiva entre<br />
el primer motivo de la obra antigua, sencillo, dúctil, poco expresivo<br />
de por sí, y éste, tan agitado é impetuoso. Las analogías<br />
de su constitución j de su tonalidad se extienden también al<br />
modo de utilizarlos constantemente; allí en un sentido humorístico,<br />
aquí con mayor seriedad. Ta la melodía, en este tiempo,<br />
comienza á alejarse del tipo antiguo de melodía cantable: apuntes<br />
breves, siempre significativos por su expresión enérgica,<br />
tranquila, dulce, suplicante, van fundiéndose en diálogos que<br />
constitiryen una escena animada, un cuadro de gran libertad de<br />
forma, en el que empiezan á diluirse los antiguos y tradicionales<br />
cánones.<br />
Allegro ma non troppo.—Las notas con que el violonchelo prepara<br />
el comienzo de este tiempo, dice un comentarista, introducen<br />
al oyente en un medio de recogimiento y de intimidad espiritual,<br />
análogo á la impresión que se experimenta al entrar en<br />
un templo. La melodía se eleva mística y suave en la profunda<br />
tristeza de su dolor, para dejar el puesto á la fuga que ocupa la<br />
parte central, fuga penetrada del mismo doloroso sentimiento,<br />
61
62<br />
íntimo quejido del alma, cuya acendrada expresión, reviste los<br />
caracteres de un ensueño. Al volver la melodía, la sobriedad de<br />
sus adornos, la mayor fuerza de su intimidad, denuncian lo intenso<br />
del sentimiento expresivo, que aún se prolonga en el enlace<br />
para el tiempo siguiente.<br />
Allegro assai vivace ma serioso —Lejos de toda frivolidad, reaparecen<br />
aquí la energía y la agitación del primer tiempo, más<br />
exaltadas, en un calor impetuoso. Surge el tema batallador y<br />
provocativo, como protesta de rebelión, con su ritmo entrecortado,<br />
con su luctuosa melodía, como la desesperación misma, rabiosa<br />
y rebelde. La parte alternativa no es menos triste. Con su<br />
tranquila y dócil expresión, brota misteriosa «cubierta por un<br />
velo». Como en los anteriores cuartetos, se hace oír por dos veces<br />
siempre seguida de la parte principal. Por la manera de estar<br />
tratado el ritmo en la parte primera, han calificado algunos este<br />
tiempo de adivinación de los posteriores procedimientos de Wagner<br />
y Schumann.<br />
Larghetto espressivo.—Allegretto agitato.—Si el primer tiempo<br />
carece de introducción, la tiene, en cambio, el final, con la intensidad<br />
de su anhelante dolor, que trae á la memoria las angustias<br />
que Wagner dejó en su Tristón. En el allegretto sigue predominando<br />
un sentimiento triste, elocuente, tierno y resignado<br />
al principio, transformado después en poderosa escena dramática<br />
de lucha y de catástrofe que ha dado motivo á que sea llamado<br />
esta obra por algunos una pequeña sinfonía heroica suavizada<br />
por el dolor.<br />
Pocos finales de Beethoven, tienen como éste sorpresas tan<br />
poderosas, tal arte de contrastes, ni un sentimiento tan personal.<br />
Como apéndice, siguiendo el modelo de la obertura de Egmont,<br />
agrega Beethoven un movimiento más animado, lleno de alma,<br />
que termina como un canto de victoria.<br />
Las curiosidades y libertades de forma en este cuarteto son<br />
tan grandes que apenas si hay tiempo en el que no se puedan<br />
señalar.<br />
Allegro con brío.<br />
Los cuatro instrumentos, en tres octavas, indican el motivo<br />
fundamental del primer tema, en f'a menor, fuerte, prosiguiendo<br />
después rítmicamente<br />
El primer motivo, repetido en sol bemol por el violonchelo,<br />
continúa en desarrollo melódico, subrayado á veces en la viola<br />
por un fragmento del motivo inicial, hasta que una nueva aparición<br />
de él, fuerte, á la octava, más ampliado, termina el primer<br />
tema.<br />
Tres compases de enlace preceden á una nueva melodía en re
emol, característica de la transición para el segundo tema, que<br />
cantada por el violin va cortejada por un diseño de acompañamiento<br />
que ejecutan sucesivamente la viola, el violonchelo y el<br />
violin segundo<br />
Reproducida con mayor adorno y continuada libremente termina<br />
en fortisimo con una escala ascendente en re mayor, ejecutado<br />
por todos los instrumentos.<br />
El segundo tema con sus dos ideas características, en re bemol,<br />
piano<br />
se expone por dos veces desarrollándose el final de la exposición<br />
sobre el motivo inicial del tiempo con un contrapunto melódico<br />
en el violin primero.<br />
Sobre fragmentos de ese mismo motivo se basa el pequeño<br />
desarrollo, que en parte sustituye á la nueva presentación del<br />
tema principal en la reproducción, toda vez que en vez de exponerlo<br />
nuevamente, iniciase aquí la parte final con el unísono que<br />
terminó el tema al principio.<br />
La melodía de la transición aparece en la forma y tonalidad<br />
de la primera parte (re bemol), modulando luego á fa mayor y<br />
continuando su desarrollo en esta tonalidad. El segundo tema se<br />
hace oir en el mismo tono de fa, y el período de cadencia está<br />
completamente alterado y substituido por una coda sobre el motivo<br />
inicial, que después de desarrollarse en fuerte, termina en<br />
pianísimo.<br />
Allegretto ma non troppo.<br />
El violonchelo á mezza voce prepara en cuatro compases, á<br />
solo, la aparición del primer tema. Su melodía en re mayor cantada<br />
también á mezza vocee por el violin primero en la región<br />
grave, comienza así<br />
y se desarrolla con la agregación de un breve comentario, varias<br />
veces repetido.<br />
La viola inicia el motivo<br />
63
.61<br />
sobre el que se desarrolla un fugado á cuatro partes, interrumpido<br />
por un episodio en pianísimo, sobre la preparación con que el<br />
violonchelo inició el allegretto. Prosigue el fugado su desarrollo,<br />
con mayor animación é interés, hasta extinguirse nuevamente<br />
en la preparación del violonchelo (sotto roce).<br />
La melodía inicial vuelve á cantarla el primer violin, transportada<br />
á la región central, revestida de mayores adornos, y seguido<br />
su comentario iinal de un breve apunte sobre el motivo de<br />
la fuga. Un fragmento del tema principal vuelve á iniciarse en<br />
el violonchelo, y sobre él continúa la coda que se enlaza por un<br />
acorde de séptima disminuida, pianísimo, con el tiempo siguiente.<br />
Allegro assai vivace ma serioso.<br />
Comienza fuerte, apoyando el ritmo todos los instrumentos<br />
Toda la primera parte se desarrolla sobre el mismo motivo<br />
rítmico, abarcando una sola repetición de toda ella, en vez de las<br />
dos acostumbradas.<br />
La parte alternativa, en sol bemol, la comienza á cantar el<br />
violin segundo, piano, espress/vo, sobre la harmonía de los instrumentos<br />
inferiores y un dibujo de acompañamiento en el violín<br />
primero.<br />
Esta melodía reproducida á modo de cantns fi.rm.us por el violonchelo<br />
ó por el segundo violín, en varias tonalidades, desvanécese<br />
al final para volver á presentar la primera parte, nuevamente<br />
escrita, seguida de la parte alternativa muy abreviada, y<br />
de una nueva indicación de la primera parte, pit'i allegro, á manera<br />
de coda.<br />
Larghetto espressivo.—Allegretto agitato.<br />
La introducción— larghetto espressivo—comienza á cantarla el<br />
violín primero, piano, en fa menor
Es muy breve y todavía se prolonga, como preparación del<br />
tema principal, en los dos primeros compases del allegretío agitato,<br />
hasta aparecer el tema cantado por los dos violines, á la octava,<br />
piano<br />
La exposición del tema vuelve á reproducirse á la octava<br />
grave, cantado por el primer violin y la viola. Continuado libremente,<br />
se enlaza con un episodio dramático, caracterizado por<br />
sus contrastes de fuerte y piano y por el trémolo medido que<br />
ejecutan los instrumentos centrales, como fondo de las notas<br />
sueltas en los instrumentos extremos.<br />
Al terminar este episodio sigue un período donde van apareciendo<br />
breves apuntes melódicos entre los que se destaca el que<br />
canta el violin segundo en do menor<br />
El tema principal vuelve á iniciarse, derivando á poco en<br />
desarrollo temático, continuando después su melodía en si bemol<br />
menor, y prosiguiendo libremente. El episodio dramático preséntase<br />
de nuevo algo alterado, seguido del período que antes lo continuó,<br />
y se enlaza con una nueva presentación del tema principal,<br />
con mayor interés en el acompañamiento, que continúa libremente<br />
con la agregación de nuevos elementos, hasta enlazarse<br />
por un ritardando con el allegro final.<br />
Este se inicia en fa mayor, seinprepiano, ejecutando el primer<br />
violin ei motivo<br />
y apoyando todos los instrumentos el ritmo de corcheas.<br />
Es de algunas proporciones, y casi todo se basa en el motivo<br />
inserto.
66<br />
<strong>LOS</strong> ÚLTIMOS <strong>CUARTETOS</strong><br />
Tenía Beethoven el propósito de dedicarse á la composición<br />
de un oratorio, titulado La Victoria de la Cruz, sobre un libro de<br />
C. Bernard, y á la décima sinfonía, ya planeada, cuando recibió<br />
una carta del príncipe ruso Nicolás Galitzin, fechada en 9 de<br />
Noviembre de 1822, llena de entusiasmo y de devoción, en la<br />
que le pedía que, por el precio que Beethoven designara, compusiera<br />
tres cuartetos, dedicados á él, cuartetos de los que el Príncipe<br />
tendría la exclusiva durante un año, al cabo del cual podrían<br />
ser publicados. Beethoven aceptó la oferta, fijando un precio<br />
de 50 ducados (unas 575 pesetas) por cada uno, y el Príncipe<br />
se apresuró á enviarle el importe del primero, modificando más<br />
tarde su proposición primitiva al escribir á Beethoven (5 de<br />
Mayo de 1823): «Ya debe usted haber recibido los 50 ducados correspondientes<br />
al primer cuarteto. Cuando esté terminado puede<br />
venderlo al editor que le parezca: todo lo que yo deseo es la dedicatoria,<br />
y una copia manuscrita. Cuando comience el segundo<br />
y me lo diga, le enviaré otros 50 ducados».<br />
La correspondencia entre Beethoven y el Príncipe, continúa<br />
hasta la muerte del compositor y no ha sido publicada hasta el<br />
año último en el tomo v de la gran biografía de Thayer. Al precio<br />
de los cuartetos (150 ducados) se agregan los de otras obras<br />
que el compositor envió al Príncipe: una copia manuscrita de la<br />
«Misa en re», y ejemplares impresos de la Novena Sinfonía y de<br />
las dos oberturas en do (obras 115 y 124 la última de ellas dedicada<br />
al Príncipe), alcanzando todo la suma de 229 ducados (unas<br />
5.250 pesetas). La guerra de Rusia, largas "ausencias de la Corte<br />
que se vio obligado á hacer el Príncipe, hicieron que á la muerte<br />
de Beethoven sólo hubiera enviado al compositor 104 ducados, y<br />
que se siguiera después una larga correspondencia entre los<br />
herederos del compositor y él, en la que éste se sincera de<br />
los cargos que aquellos le hacían. Los cuartetos en cuestión<br />
(obras 127, 132 y 130) no los envió Beethoven á la persona por<br />
cuyo encargo los había escrito, hasta algún tiempo después de<br />
haber sido ejecutados públicamente en Viena: alguno de ellos,<br />
hasta un año más tarde.<br />
De cualquier modo, el deseo del Príncipe Galitzin, de poseer<br />
tres cuartetos á él dedicados, que compitieran con los tres famosos<br />
dedicados al Conde ruso de Rasumoffsky, es el origen de las<br />
obras finales de Beethoven. La composición de ellas llena los<br />
años 1824 á 182(¡: en 1824 compuso el en mi bemol; en la primavera,<br />
lo más tarde en el verano de 1825, terminó el en la menor;<br />
el en si bemol fué concluido en el otoño del mismo año; y ya entrenado<br />
y encariñado con el cuarteto, compuso, además de esos
tres dedicados al Príncipe Galitzín, otros dos más, durante el<br />
año 1826: el en do sostenido menor, y el en fa, segregando, en<br />
Noviembre de 1826, la fuga final del cuarteto en si bemol, publicándola<br />
como obra independiente, y escribiendo en ese mismo<br />
mes el actual final de dicho cuarteto, última producción que salió<br />
de su pluma.<br />
Los cuartetos no fueron publicados por orden cronológico de<br />
composición, y aun entre los números que actualmente llevan,<br />
fueron editadas composiciones de más antiguo origen. El orden<br />
verdadero es el siguiente: obras 127, 132, 130, 133, 131 y 135.<br />
Entre el último de los cuartetos anteriores y el primero de<br />
esta serie, median catorce años; catorce años en los que la sordera<br />
ha llegado á aislar á Beethoven completamente del mundo,<br />
agigantando su espíritu, catorce años en los que la música se ha<br />
enriquecido con las cinco últimas sonatas de piano, con las sinfonías<br />
séptima, octava y novena, con todas las obras grandiosas<br />
del último período beethoveniano. Y así como en la plena perfección<br />
de su orientación primera escribió los seis primeros cuartetos,<br />
y en pleno auge de su segundo ideal produjo los cinco siguientes,<br />
ahora, cuando su arte último se ha asentado ya en las<br />
encumbradas regiones de la sinfonía novena, de la gran misa, de<br />
las últimas sonatas, la petición del Príncipe ruso le hace volver<br />
la vista al cuarteto y confiar en él las últimas vibraciones de su<br />
alma.<br />
A la primera evolución en un sentido más trágico y heroico,<br />
con mayor y más honda intención emotiva, sigue la segunda. La<br />
música parece que, como si de propósito despreciara toda apariencia<br />
bella, para reconcentrarse en la profundidad, en la esencia<br />
del sentimiento. La melodía abandona todo sentido cantable,<br />
para encarnar en breves motivos fuera de todo sentido melódico<br />
tradicional: los temas, los períodos intermedios, el trabajo temático<br />
se funden en una igualdad de tinta, en polvo de melodía que<br />
desecha toda convencional división y separación de unos términos<br />
á otros; desaparece el relleno harmónico para acercarse á<br />
Bach, más bien por razones internas de dirección artística que<br />
por deliberado propósito de imitación; cada instrumento canta<br />
su propio canto, más que cantar, declaman, recitan, hablan, objetivándose<br />
la intención creadora en la profusión de títulos é indicaciones<br />
expresivas de toda especie que tienden á hacer inconfundible<br />
el propósito de la emoción. Como dice Lenz son estos<br />
cuartetos «el cuadro de la vida del justo, revelaciones místicas<br />
de su paso por la tierra».<br />
Todos los progresos técnicos indicados en la introducción á<br />
los cuartetos centrales continúan evolucionando aquí en un sentido<br />
de perfección mayor; únicamente el carácter sinfónico desaparece,<br />
en general, para dejar reducido al cuarteto á su propia<br />
fuerza de expresión.<br />
El molde sonata se diluye para someterse dócilmente al propósito<br />
expresivo. Los tiempos se ordenan en un sentido de interés<br />
creciente y en vez de aquellos rasgos que los distinguian en<br />
el tipo estético de Haydn y de Mozart, toman rumbos nuevos: el<br />
primer alegro trueca su anterior sabiduría y robustez por un<br />
marcado carácter de preparación, como una improvisación ó un<br />
67
68<br />
preludio; el minué, antes convertido en scherzo pierde el título<br />
y vuela hacia una independencia mayor; el andante con su melodía<br />
intensa, profunda, ó adopta el tipo de variación libre, ó se<br />
convierte en una página breve (cavatina del cuarteto en si<br />
bemol, adagio del último cuarteto) de expresión inenarrable; el<br />
final conviértese en el tiempo culminante del cuarteto, en el<br />
más característico, en el más lleno de fuerza, en el mas genial.<br />
Las dimensiones de los tiempos se agrandan ó se encogen según<br />
lo que su contenido reclama, y así como en las sonatas finales,<br />
tres tiempos, á veces dos, bastaban para constituirlas, aquí se<br />
amplía el molde, escribiendo seis tiempos para el cuarteto en si<br />
bemol, siete números para el en do sostenido menor.<br />
Para penetrar en la interioridad de estas obras, tiene que colocarse<br />
el oyente en un estado de recogimiento y de abstracción.<br />
«Millares de personas se quedarán sin comprenderlas», decía<br />
Beethoven, mismo, y como respondiendo á su profecía se<br />
han destacado dos corrientes de opinión: los que no penetrándolas,<br />
sin pasar de su apariencia, las juzgaban delirios de un cerebro<br />
enfermo, incomprensibles y no bellas, explicando sus harmonías<br />
extrañas 3 r<br />
sus combinaciones rítmicas como consecuencia<br />
de su sordera, y los que habiendo llegado á asimilarse ese arte lo<br />
declaraban el más elevado de cuanto la música ha producido.<br />
Para estos últimos, hoy casi la totalidad, sólo por el amortiguamiento<br />
de sus sentidos externos podía Beethoven encarnar en<br />
un arte separado de lo humano, sus amargos dolores y sus celestiales<br />
alegrías.<br />
Wagner, al estudiar el último arte de Beethoven, habla así:<br />
«Pronto el mundo exterior se borra para él completamente... El<br />
oído era el sólo órgano por el que el mundo podía turbaide, porque<br />
el mundo había muerto tiempo ha para sus ojos. ¿Qué vela el<br />
soñador extático cuando caminaba por el hormiguero de las calles<br />
de Viena, mirando fijamente ante sí, con los grandes ojos<br />
abiertos, viviendo únicamente en la contemplación de su mundo<br />
interior de armonías?... ¡Un músico que no oyel ¿Puede nadie<br />
imaginar un pintor ciego?».<br />
«El, sin estar turbado por el ruido de la vida, escucha ahora<br />
solo las harmonías de su alma, y continúa desde el fondo de su<br />
ser hablando á un mundo que nada puede ya decirle... ¡un mundo<br />
que vive en un hombre! ¡La esencia del mundo, convertida en un<br />
hombre que alienta! Ahora la vista del músico se esclarece en su<br />
interior. Ahora proyecta su mirada sobre las formas que, iluminadas<br />
por su luz interna, comunícanse de nuevo á su ser íntimo.<br />
Ahora es la misma esencia de las cosas la que le habla, la que se<br />
las muestra á la tranquila luz de la Belleza. Ahora comprende la<br />
selva, el arroyo, la pradera, el éter azul, las masas alegres, la<br />
pareja enamorada, el canto de los pájaros, el correr de las nubes,<br />
el rugido de la tempestad, la voluptuosidad de un reposo idealmente<br />
agitado. Y en ese momento, esta serenidad maravillosa,<br />
convertida para él en la esencia misma de la música, penetra en<br />
todo lo que vé, en todo lo que imagina. Aún la queja, elemento<br />
natural de todo sonido, se suaviza en una sonrisa: el mundo<br />
vuelve á encontrar su inocencia de niño... Crece y crece esta<br />
fuerza generatriz de lo inconcebible, de lo jamás visto, de lo
jamás realizado, que por su misma fuerza se concibe, se vé y se<br />
realiza. La alegría de ejercitarla se convierte en humor. Todo<br />
dolor de la existencia viene á estrellarse contra la enorme tranquilidad<br />
de su juego con la existencia misma: Brahma, el creador<br />
del mundo ríe en su interior, porque conoce la ilusión.»<br />
El punto de vista wagneriano lo apoya y aún lo exagera una<br />
carta de Beethoven al editor Schott. Está escrita en Septiembre<br />
de 1824, cuando terminaba la composición del cuarteto en mi bemol<br />
(obra 127) y comenzaba la del en la menor (obra 132). Hasta<br />
ella no parece tenor entera conciencia de su nuevo arte, hasta<br />
entonces no parece ser completo dueño de su inspiración. Dice<br />
así:<br />
«Apolo y las Musas no querrán aún entregarme á la muerte,<br />
porque aún les debo mucho, y es necesario que antes de mi tránsito<br />
á los Campos Elíseos, deje tras de mí lo que el Espíritu me<br />
dicta y me ordena que termine. Me parece que hasta ahora no he<br />
escrito más que algunas notas. Sólo el Arte y la Ciencia, pueden<br />
hacernos entrever y esperar una vida más alta.»<br />
El juicio que estas obras merecieron fué, en general, muy<br />
adverso. Como muestra de lo que de ellas se dijo, pueden verse<br />
estos párrafos de un estudio de Petis sobre los últimos cuartetos<br />
de Beethoven, publicado en la lievue musicale de París (Abril y<br />
Mayo de 1830):<br />
«El arte, cuyo objeto era la emoción ¿deberá componerse de<br />
enigmas que sólo puedan adivinarse á fuerza de perspicacia?-Yo<br />
he oído confesar á músicos como Onslow, Catel, Boieldieu,<br />
Auber, Meyerbeer y Paer, que no entendían nada de esta música,<br />
y yo mismo que, por deber, he hecho de ella un estudio más<br />
serio, confieso que me fatiga, más que me satisface.»<br />
«El gran pensamiento de Beethoven de libertar la música de<br />
formas demasiado restringidas, fructificará; pero sólo cuando un<br />
gusto más puro, unido á un genio tan poderoso como el suyo,<br />
pueda operar esta reforma. Si Beethoven hubiera concebido ese<br />
pensamiento á los cuarenta años, hubiera obtenido, sin duda,<br />
hermosos resultados. Entonces gozaba de todas sus facultades<br />
físicas, y su oído, único juez de los sonidos, le hubiese hecho rechazar<br />
mil cosas, que su larga sordera le hizo admitir.»<br />
69
70<br />
Obra 127<br />
XIJ Cuarteto en mi bemol.<br />
Quatuor pour deux Violons, Alto et Violoncelle<br />
composé et dedié á Son Altesse Monseigneur le<br />
Prince Nicolás de Galitzin, Lieutenant Colon el<br />
de la Garde de Sa Majesté Imperiale de toutes<br />
les Russies, par Louis v: Beethoven. Oeuvre 127.<br />
Propriété des Editeurs. Mayence chez les flls<br />
de B. Schott.<br />
Es el primero de los escritos por encargo del principe Nicolás<br />
Galitzin. terminado en el otoño de 1824, según se deduce de<br />
una carta de Beethoven al editor Schott (17 de Septiembre):<br />
«Recibirá usted también el cuarteto de aquí á mediados de Octubre.<br />
Mis demasiadas ocupaciones y mi mala salud me hacen pedirle<br />
que tenga un poco de paciencia. Estoy aquí (en Badén) por<br />
motivos de salud, ó más bien por mi estado enfermizo. Ta estoy<br />
un poco mejor». El manuscrito original lleva, con efecto, el título<br />
de Quartetto per due Violini, Viola et Violoncéllo. 1824.<br />
L. v. Beethoven.<br />
Fué ejecutado por primera vez el 0 de Marzo de 1825, en un<br />
concierto público, por el Cuarteto Beethoven (Schuppanzigh,<br />
Weiss, Linke y Holz), habiendo antes pedido el autor á los ejecutantes,<br />
por escrito, que cada uno de ellos «se comprometiera<br />
por su honor á hacerlo lo mejor posible, y á rivalizar con sus<br />
compañeros en celo por la obra».<br />
No gustó. En uno de los cuadernos de conversación que<br />
Beethoven usaba aparecen estas lineas escritas por una mano<br />
desconocida:<br />
— «El público no ha encontrado de su gusto el cuarteto ejecutado<br />
en los conciertos de Schuppanzigh.»<br />
Y debajo, con letra de Beethoven:<br />
— «Ya le gustará tarde ó temprano. Yo sé lo que valgo. Sé<br />
que soy un artista.»<br />
La obra no fué publicada hasta Marzo de 1826.<br />
Todas las características del último arte de Beethoven, antes
señaladas, se revelan en esta primera obra de la serie final de<br />
cuartetos. Aquí parece como si se sucedieran dos impresiones ó<br />
estados de alma distintos: de un lado los dos tiempos primeros,<br />
sumergidos en su ambiente espiritual místico y profundo: de<br />
otro, los dos finales en los que campea ese humorismo extraño de<br />
la líltima época, grave é intenso.<br />
Maestoso.—Allegro. —La introducción no es aquí la meditación<br />
previa, engendradora de la obra sino un apunte rítmico, que<br />
como en la sonata patética forma parte integrante del material del<br />
tiempo. La energía y la rudeza de su ritmo, como decidido á una<br />
acción varonil, contrasta con el alegro, infiltrado por un sentimiento<br />
tierno y blando, como una caricia, «en un cierto recato<br />
femenino» según la frase de Helm. Ambos elementos aparecen<br />
como tejidos en el curso del tiempo, desenvolviéndose el segundo<br />
como trama de melodia infinita en el sentido wagneriano,<br />
mirando como de lejos á los cánones de forma, en un plan libre,<br />
firme y seguro. Es como si la naturaleza, el sentimiento, el espíritu<br />
de las ideas impusiera aquí este proceso especial.<br />
Adagio ma non troppo e molto cantabile.—Es un modelo de ternura,<br />
de nobleza, de beatitud. Todo en él habla al espíritu, todo<br />
está animado por el propósito psíquico, por el imperativo interior,<br />
como interpretación de celestiales visiones que conducen la<br />
melodía infinita á regiones de arrobador encanto. Nada obedece<br />
aquí á exigencias de ténica, ni á seguimiento de la tradición. El<br />
tema (primeramente concebido para una sonata de piano á cuatro<br />
manos) se eleva, según la frase de un comentarista, lentamente,<br />
como un astro, dibujando su admirable curva. A cada variación<br />
se transfigura, elevando su vuelo á regiones cada vez más altas,<br />
en una de esos tipos de variación libre tan característicos de la<br />
pluma de Beethoven. La idea melódica es el principio de una<br />
meditación, de un éxtasis contemplativo, que, siempre íntimo,<br />
vuela libremente, sin volverse á mirar el punto de donde partió.<br />
Scherzando vivace.—Aunque sin el título de scherzo, podría<br />
ser llamado con este nombre. Es el más largo de todos los que<br />
figuran en sus cuartetos, casi de las dimensiones del de la novena<br />
sinfonía y sólo comparable, por su importancia y su extensión<br />
con el del cuarteto en fa (obra 59, número 1). En el scherzo<br />
del cuarteto en fa, la longitud está determinada por la multiplicidad<br />
de motivos rítmicos y melódicos que se encadenan y libremente<br />
se combinan en variedad inagotable de cambiantes. En el<br />
de esta obra todo surge de un sólo motivo, insignificante en apariencia,<br />
que, sin perder su fisonomía propia, suministra materia<br />
feliz para un largo desenvolvimiento. Con él forma contraste la<br />
naturaleza del trío, oponiendo á la polifonía anterior un canto<br />
homófono, siempre encomendado al primer violin y acompañado<br />
por los demás instrumentos.<br />
FINALE.—En él se desvanecen las excitaciones pasionales del<br />
primer tiempo, las supraterrestres revelaciones del adagio, la<br />
fantástica é inquieta agitación del scherzo: sólo queda un juego<br />
de sonidos, de beatífico bienestar á pesar de la mobilidad alegre<br />
que recuerda á Haydn: la tranquilidad que sucede á un combate<br />
del espíritu. Como dice Wagner «brota por la misma alegría de<br />
la fuerza de creación, que vence todo dolor de la existencia, re-<br />
7'1
-72<br />
iúgiándose en la dicha y en el encanto del juego.» Sus claros motivos,<br />
su fácil desarrollo, su íntima originalidad, hacen de este<br />
tiempo digno remate de la obra.<br />
Maestoso.—Allegro.<br />
Seis compases de introducción— maestoso -en los que el cuarteto<br />
afirma la tonalidad de mi bemol, siempre en fuerte, en un<br />
ritmo característico, preceden á la entrada del allegro preparada<br />
por el violín primero, el cual, sempre piano e dolce, acompañado<br />
por los demás instrumentos, y con la indicación de teneramente<br />
expone el comienzo del primer tema, en mi bemol<br />
continuado por la viola y el violín segundo, y seguido de una<br />
segunda parte en figuración más animada.<br />
Un breve episodio de transición hace aparecer en el primer<br />
violín el segundo tema, en sol menor<br />
que repite á la octava inferior el violín segundo, siempre acompañado<br />
por contrapuntos de los demás instrumentos. Con una<br />
nueva indicación del motivo característico del primer tema da<br />
principio el período de cadencia, mny breve, que termina fluctuando<br />
entre las tonalidades de sol menor y sol mayor.<br />
La aparición del maestoso de la introducción, ahora en sol mayor,<br />
comienza la parte central de desarrollo, desenvuelta al<br />
principio sobre el primer tema, introduciendo á poco un episodio<br />
dramático, en tuerte, resuelto en una nueva presentación del<br />
maestoso en do mayor. Continúa el allegro utilizando como base<br />
de su desarrollo elementos distintos del primer tema, hasta que<br />
al fin aparece éste en la región aguda del violin primero, como<br />
principio de la reproducción.<br />
En toda ella está bastante alterada la forma de la exposición,<br />
con el segundo tema en mi bemol, y seguido el período de cadencia<br />
de una coda, construida sobre el primer tema, un fragmento<br />
del cual termina el tiempo en pianísimo.<br />
Adagio ma non troppo e molto cantabile.<br />
En forma de variaciones libres.<br />
Dos compases de preparación en pianísimo, sobre el acorde<br />
de séptima de dominante, hacen aparecer el tema en la bemol<br />
cantado por el violín primero, piano,
jP cresc.<br />
y continuado por el violonchelo. Los mismos instrumentos, en el<br />
mismo orden, exponen la segunda parte del tema.<br />
La pimera variación, en la misma tonalidad, la inician los<br />
instrumentos, inferiores en una figuración característica, apoderándose,<br />
á poco del tema el violín primero, acompañando siempre<br />
á los instrumentos cantantes los contrapuntos de los demás.<br />
La segunda—Andante con moto—la comienzan dialogando los<br />
dos violines sobre un acompañamiento de los instrumentos inferiores.<br />
La tercera—Adagio molto espressivo—en mi mayor, se desarrolla<br />
en un sentido más tranquilo que las anteriores.<br />
La cuarta—Tempo primo—en la bemol, la cantan, como en la<br />
exposición, el violín primero y el violonchelo sobre un ritmo de<br />
tresillos de los demás instrumentos, al principio libremente, des<br />
pues muy cerca de la forma primitiva del tema.<br />
Un nuevo dibujo melódico apoyado en la introducción con<br />
que se inició el tiempo, se desarrolla por algún espacio, hasta<br />
disolverse en trinos del violín primero, seguidos de una nueva<br />
variación cantada por este instrumento, piano y dolce, en figuración<br />
de semicorcheas.<br />
La breve coda, siempre piano y pianísimo, termina melódicamente<br />
el tiempo.<br />
Scherzando vivace<br />
Cuatro acordes en pizzicato, estableciendo la tonalidad de mi<br />
bemol, preceden á la exposición del tema, iniciado á solo por el<br />
violonchelo,<br />
PP<br />
continuado por la viola, y proseguido por los violines, casi siempre<br />
sobre los dos motivos rítmicos indicados en el primero y penúltimo<br />
compás de la inserción musical.<br />
La segunda repetición de esta primera parte se desenvuelve<br />
extensamente con cierta libertad: al principio con un pasaje á la<br />
octava en tortísimo de los cuatro instrumentos, después sobre el<br />
ritmo característico del comienzo del scherzando, apareciendo<br />
cortado dos veces el ritmo ternario, por unos compases en dos<br />
por cuatro—allegro—y continuando después el extenso desarrollo<br />
de esta repetición.<br />
Una corta preparación iniciada en pianísimo sobre el acorde<br />
de mi bemol menor, introduce la parte central en esa tonalidad,<br />
cantando el violín primero en presto
74<br />
No tiene repeticiones y en ella persiste casi constantemente<br />
el ritmo indicado, cantando siempre el violin primero.<br />
Un calderón interrumpe su desarrollo y da entrada á la primera<br />
parte, nuevamente escrita, seguida de una corta coda en la<br />
cual el jireato interrumpe brevemente la persistencia rítmica del<br />
motivo principal.<br />
Finale.<br />
Cuatro compases de introducción por los cuatro instrumentos<br />
á la octava dan entrada al tema principal encomendado al<br />
violin primero, acompañado harmónicamente por los demás<br />
El mismo instrumento inicia una breve transición en mi<br />
bemol, con la melodía<br />
que completan la viola y los demás instrumentos, y al final de<br />
la cual vuelve á aparecer el tema principal algo acortado, en el<br />
violonchelo y después en la viola, siempre pianísimo, acompañado<br />
por contrapuntos de los demás, que realzan su interés.<br />
Un breve desarrollo sobre el mismo tema hace aparecer en<br />
seguida el segundo en si bemol, cantado por el violin primero<br />
fl 1, -f~f f f f^pf f- $•<br />
f f<br />
y desarrollado con la adjunción de nuevos elementos melódicos y<br />
rítmicos que forman el final de esta parte expositiva.<br />
Con el dibujo característico de la introducción, algo más prolongado,<br />
se inicia la parte central de desarrollo. El segundo tema<br />
aparece, á poco, como base del trabajo temático; fundiéndose en<br />
seguida con el diseño característico del tema principal, hasta<br />
predominar este último, seguido de la transición, algo desarrollada.
El primer tema vuelve á aparecer en la región aguda, con un<br />
interés mayor; la transición se hace oir en su tonalidad primitiva<br />
de mi bemol, aumentada también en interés, y la nueva aparición<br />
del tema primero está ahora sustituida por la del segundo<br />
en mi bemol, seguido de los mismos elementos que en la exposición.<br />
Un ritardando prepara lá entrada de la coda,—allegro cómodo:<br />
%—que comienza en do mayor con un trino de los dos violines.<br />
El motivo característico del tema principal, muy alterado en<br />
su ritmo, va apareciendo sucesivamente en los dos violines, el<br />
violonchelo y la viola, y engendrando todo el resto del íinal.<br />
75
76<br />
Obra 130<br />
XIII Cuarteto en si bemol<br />
Troisiéme Quatuor pour 2 Violons, Alto et Violoncelle,<br />
des Quatuors composés et dediés A Son<br />
Altesse Monseigneur le Prince Nicolás de Galitzin,<br />
Lieutenant Colonel de la Garde de Sa Majesté<br />
<strong>It</strong>nper. le<br />
de toutes les Russies par Louis<br />
van Beethoven. Proprieté de l'Editeur. Vienne,<br />
chez Math s<br />
. Artaria.<br />
Postei-ior al cuarteto en la menor (obra 132), anterior al en<br />
do sostenido menor (obra 131) es el tercero y último de los compuestos<br />
por encargo del Príncipe Nicolás de Galitzin.<br />
Fué comenzado en Febrero ó Marzo de 1825, cuando Beethoven,<br />
repuesto de su enfermedad se consagraba á la composición<br />
del cuarteto en la menor, y terminado en Septiembre de ese mismo<br />
año. Holz asegura que la Cavatina fué escrita en el verano<br />
de 1835. Una carta de Beethoven á su sobrino Carlos (2Í) de<br />
Agosto del mismo año) dice: «el tercer cuarteto (éste en si bemol)<br />
constará de seis tiempos, 3' estará completamente terminado,<br />
dentro de diez ó doce días.» Su primera ejecución tuvo lugar<br />
en Viena el 21 de Marzo de 1826.<br />
Primitivamente, el tiempo final de este cuarteto era la fuga,<br />
publicada después como obra 133. En esta forma fué ejecutado<br />
por el Cuarteto Schuppanzigh, enviado al Príncipe Galitzin, y<br />
remitido al editor Artaria para su publicación. Pero este editor<br />
indicó á Beethoven que una fuga de 745 compases era demasiado<br />
larga para un cuarteto que ya constaba de seis tiempos; y que<br />
como el carácter un tanto árido de la fuga desentonaba en el humorístico<br />
ambiente del cuarteto en cuestión, sería preferible que<br />
hiciera un nuevo final, dentro del tono general de la obra.<br />
Beethoven se dejó persuadir, y repitiendo lo que ya había hecho<br />
con el primitivo andante de la sonata Waldstein (la Aurora), publicó<br />
la fuga como obra separada, y compuso ei final que actualmente<br />
tiene este cuarteto. Este tiempo final, fué lo último que su<br />
pluma escribió, en Noviembre de 1S26. Pocos días después se agrá-
vaba en su enfermedad, y á los cuatro meses dejaba de existir.<br />
El cuarteto fué publicado en 7 de Mayo de 1827, dos meses<br />
después de fallecer el compositor.<br />
Este cuarteto representa dentro de la serie de estas obras, lo<br />
que la octava sinfonía entre las sinfónicas. En ambas composiciones<br />
dominan la alegría, el humorismo fino, el sentimiento de<br />
juventud. Como en la sinfonía citada, todo respira aquí un regocijo<br />
inconfundiblemente beethoveniano. Helm llama á este cuarteto<br />
el «específicamente humorístico», y añade: «Contento de<br />
crear, como en sus días más felices, el sordo maestro se abandona<br />
á su genio musical que le inspira las más admirables melodías»,<br />
Lenz dice que los cuatro tiempos centrales parecen encerrar<br />
el porvenir de la música de cámara. «Ese presto ó scherzo,<br />
continúa, esa Cavatina sin nombre en el lenguaje musical, ese<br />
adagio sin precedentes son polvo de estrellas».<br />
Pero después de componer los cuatro tiempos primeros en la<br />
alegría más franca, en el risueño humorismo inspirador de la<br />
octava sinfonía, parece sentir Beethoven las quejas de su alma y<br />
escribe la luctuosa cavatina, expresión la más alta del humano<br />
dolor, y como en su concepción estética del cuarteto en esta<br />
época última, el final debía superar en importancia y expresión<br />
á todo lo que le precede, y la cavatina era ya de por sí insuperable,<br />
termina con los rugidos de la fuga, con el amoldamiento al<br />
arte nuevo del arte antiguo, fuga altamente original y significativa,<br />
no sólo desde el punto de vista técnico, sino por el propósito<br />
expresivo, por la novedad de acomodar una misma idea (el<br />
motivo) á estados de alma distintos y aún opuestos, con los diferentes<br />
contramotivos que en ella emplea. Por esto, mirando á la<br />
estética de Beethoven, no hay que perder de vista que el último<br />
tiempo actual es una condescendencia al editor y al público: un<br />
sacrificio de su obra, y que el verdadero final es la gran fuga, con<br />
toda su importancia y dimensiones.<br />
Algunas observaciones y anécdotas curiosas pueden referirse<br />
sobre algunos tiempos. El titulado alia danza tedesca, estuvo<br />
primitivamente destinado para el cuarteto en la menor, obra 132.<br />
Holz refiere estas palabras de Beethoven sobre la cavatina:<br />
«Jamás mi propia música me ha producido el efecto que ella me<br />
produce. No puedo oiría sin que me cueste una lágrima».<br />
Cuando se ejecutó este cuarteto por vez primera, refirieron á<br />
Beethoven que el público había hecho repetir el segundo tiempo<br />
y el cuarto (presto y alia danza tedesca). La respuesta de Beethoven<br />
fué: «Bueno: no han gustado más que las golosinas».<br />
Al decir el mismo Holz á Beethoven que este era el mejor<br />
cuarteto de todos, respondió el maestro: «Cada uno tiene su valor<br />
en su género».<br />
Adagio ma non troppo. — Allegro. — En el cuaderno donde<br />
Beethoven compuso esta obra, cuaderno que tengo el orgullo de<br />
poseer, aparece la siguiente nota entre los primeros apuntes para<br />
la Canzona del anterior cuarteto (hoy obra 132): «El último<br />
cuarteto, con una introducción grave y roposada». Pocas páginas<br />
después aparece ya el boceto de esta introducción. ¿A que puede<br />
obedecer la indicación transcrita? Probablemente, á continuar<br />
con este cuarteto el proceso de sentimientos que aparece en los<br />
77
78<br />
tiempos finales del cuarteto últimamente hecho, á no penetrar<br />
en el humorismo de esta obra, sin hacer ver sus vacilaciones,<br />
sus dudas, el triunfo, en fin, de la alegría sobre el dolor. Ambos<br />
luchan á través de todo el tiempo: la introducción con la<br />
triste gravedad de su sentimiento, el alegro, risueño y ligero,<br />
con su complegidad de motivos, entre los que dominan las regocijadas<br />
escalas de todos los instrumentos, acompañadas por el<br />
breve diseño, como el toque de una trompeta infantil. Las vacilaciones,<br />
las dudas entre si inclinarse del lado del dolor, ó del<br />
lado de la risa franca, fluctúan en todo el tiempo, hasta terminarlo<br />
cuando parece que todavía va á proseguir largamente,<br />
con un rasgo de humorismo, que trae inesperadamente la terminación.<br />
Presto.—Se anuncia el segundo tiempo al principio, misterioso,<br />
fantástico, agitado. Su tinta sombría se desvanece en seguida<br />
en el ritmo tan juguetón del trío, preparando la vuelta de<br />
la primera parte, con un fragmento doloroso, resto quizá del espíritu<br />
que luchaba por dominar en el tiempo anterior. Las<br />
tintas de misterio y de agitación que caracterizaban la primera<br />
parte, se transforman luego en una nueva presentación de la misma<br />
más .scherzoso, y juguetona, como si el compositor se riera de<br />
su seriedad primitiva.<br />
Andante con moto ma non troppo.—La invención del tema principa]<br />
de este tiempo, va acompañada en el cuaderno de composición<br />
de Beethoven con la nota de «humorístico»: en el cuarteto<br />
con la de -poco scherzoso. Es un intermedio gracioso y fácil, risueño<br />
y sutil, donde los prolííicos motivos juguetean en ingeniosísimas<br />
y no menos afortunadas combinaciones que las empleadas<br />
antes en el allegretto de la octava sinfonía. Hasta en su<br />
inesperado final con la movida figuración de fusas hace recordar<br />
la sinfonía, á pesar de la desemejanza melódica.<br />
Alia danza tedesca.—Allegro assai.—En la sonata de piano en<br />
sol mayor (obra 7!)) hay otra danza alemana que comienza con la<br />
inversión del motivo que la encabeza aquí. La excesiva abundancia<br />
de color con que Beethoven la adorna toda ella y muy especialmente<br />
la parte primera con sus característicos silencios, induce<br />
á pensar, si Beethoven, en un rasgo más de su inagotable<br />
humorismo, querría dar á este tiempo la expresión del estilo característico<br />
de algún violinista callejero cuya monótona pesadez<br />
le hubiera divertido en alguna ocasión. Esta idea parece ser la<br />
inspiradora del tiempo, con sus variaciones burlescas y su risueño<br />
final.<br />
Cavatina: adagio molto espressivo.—Los comentarios, las ponderaciones<br />
que de este tiempo han hecho los comentaristas ocuparían<br />
mucho espacio. Quién indica que el breve preludio del<br />
segundo violín parece imitar con su figuración el movimiento de<br />
un pecho que suspira; quién apunta la analogía de él con el arioso<br />
dótente de la penúltima sonata de piano. De cualquier modo esta<br />
página, una de las más sublimes de Beethoven, á pesar de su<br />
aparente espontaneidad, fué conquistada en una labor premiosa<br />
y difícil, imposible de creer ante el maravilloso y emocional<br />
efecto que produce su audición.<br />
Finale.—Allegro.—Por la frescura y facilidad de este tiempo,
última producción de Beethoven, creeríase que pertenece á su<br />
primera época. Todo en él es rítmico y transparente: todo humorístico.<br />
La abundancia de material, siempre dividido en cadenciosas<br />
frases de cuatro compases, no la utiliza en posteriores<br />
combinaciones y desarrollos; se limita á jugar con él, en franco<br />
y risueño juego, dando la impresión del que improvisa. Al final,<br />
cuando aún parece que ha de proseguir largo espacio, una inesperada<br />
terminación, acaba la obra.<br />
Adagio ma non troppo.— Allegro.<br />
La introducción—adagio ma non troppo—la inician los cuatro<br />
instrumentos, en si bemol, comenzando á la octava, y separándose<br />
después<br />
i<br />
Su frase inicial se prolonga en otra que del violonchelo pasa<br />
á los otros instrumentos. Un breve reposo en un calderón, da entrada<br />
al allegro.<br />
Como elementos integrantes del primer tema aparecen unas<br />
escalas en el violin primero y un apunte rítmico en el segundo<br />
(fuerte, si bemol)<br />
Apenas presentado el motivo que engendra el tema principal,<br />
reaparece la introducción en fa mayor. En seguida comienza<br />
la verdadera exposición del tema en la misma tonalidad, ejecutando<br />
las escalas los instrumentos centrales y el apunte rítmico<br />
el primer violin y el violonchelo. Su terminación se enlaza con<br />
un nuevo motivo rítmico en el primer violin, como principio del<br />
episodio de transición que termina después de unos arpegios<br />
(fuerte), en el diminuendo que conduce al segundo tema.<br />
Este se presenta en sol bemol, repartido entre el violonchelo<br />
y el violin, sotto voce<br />
y su primera frase, muy melódica, está seguida de un complemento<br />
rítmico, pianísimo, ben marcato.<br />
Las escalas características del primer tema vuelven á producirse<br />
en sol bemol, sustituido el apunte rítmico que integraba el<br />
primer tema por una frase más melódica, y después de llegar al<br />
79
80<br />
fortísimo, se apaga de nuevo la sonoridad para terminar la parte<br />
expositiva.<br />
La de dessarrollo comienza apuntando por dos veces los motivos<br />
del adagio y el alegro. Una tercera indicación del adagio<br />
pi-ecede al único episodio. En él, sobre un acompañamiento sempre<br />
piano, se oyen frecuentemente el apunte rítmico del primer<br />
tema y el principio de la escala que intervino en el mismo, mezclados<br />
con un nuevo apunte melódico cantado por el violonchelo<br />
El primer tema se formaliza ahora en si bemol revestido de<br />
mayor interés, muy alterado en su continuación: el segundo<br />
tema lo presenta en re bemol, con algunas modicaciones, y el<br />
iinal de la parte expositiva se enlaza con la coda.<br />
En ella después de varias apariciones del adagio y el allegro,<br />
vuelve á reaparecer el primer tema, pianísimo, como base del<br />
final.<br />
Presto.<br />
Las dos primeras repeticiones están basadas en la idea principal<br />
que canta el violin primero en re bemol, acompañado por<br />
los demás instrumentos<br />
*\<br />
Las dos repeticiones del trio descansan igualmente en su idea<br />
inicial en si bemol, característica por su ritmo y sus acentos<br />
Un enlace que termina en un declamado del violín primero<br />
vuelve á introducir la primera parte, en re bemol, reproducida<br />
en las repeticiones con adorno mayor, y terminada en una breve<br />
coda.<br />
Andante con moto ma non troppo<br />
El tema principal comienza á dibujarse en el violin segundo<br />
y después en la viola, adquiriendo toda su importancia melódica<br />
cuando lo canta el violín primero, piano, poco scherzoso.
81<br />
La segunda parte del primer tema la constituyen diferentes<br />
motivos melódicos que van enlazándose, el primero de los cuales<br />
establece la tonalidad de la bemol<br />
Vuelve á aparecer el motivo principal en do mayor como base<br />
de un corto episodio que prepara la entrada del segundo tema en<br />
la bemol, cantado por el violin primero, dolce, cantabile<br />
P dolce.<br />
Al terminar su exposición entre escalas y adornos, prepárase<br />
de nuevo la vuelta del primer tema, en forma análoga á la de su<br />
principio.<br />
Todo el plan del tema principal se reproduce ahora, revestido<br />
de mayor interés. Apenas iniciado el segundo tema se resuelve<br />
en un desarrollo sobre elementos del primero, para reaparecer<br />
de nuevo en re bemol como base del final, terminando graciosamente.<br />
ALLÁ DANZA TE<strong>DE</strong>SCA.—Allegro assai.<br />
El tema principal lo canta el violin primero en sol mayor,<br />
acompañado por los demás<br />
Consta de dos partes, ambas ¡marcadas con el signo de repetición.<br />
La parte central, se desarrolla toda sobre el motivo<br />
~tJ cresc. p creta f<br />
primero cantado por el violin, sobre un dibujo en semicorcheas
82<br />
de los instrumentos inferiores, después cantado por el violonchelo<br />
en do mayor, y desarrollado, por último en una especie de<br />
trabajo temático de cortas proporciones.<br />
Vuelve á reaparecer el tema principal continuado ahora en<br />
forma de variación por el violín primero, y al aparecer por última<br />
vez en los cuatro instrumentos ejecutando cada uno un fragmento<br />
de él, prodúcese el final del tiempo.<br />
CAVATINA.—Adagio molto espressivo.<br />
Sobre el acompañamiento de la viola y el violonchelo, con<br />
breves apuntes melódicos del violín segundo, canta el primero en<br />
mi bemol, sotto voce.<br />
La melodía se desarrolla extensamente siempre en el mismo<br />
carácter, hasta llegar á la parte central, en la cual sobre el sencillo<br />
acompañamiento de los tres instrumentos inferiores, canta<br />
el violín primero en do bemol, pianísimo, dolorosamente<br />
El declamado es de brevísimas proporciones. Tras él vuelve á<br />
aparecer la melodía principal, más concisa, terminando con una<br />
breve coda melódica.<br />
FINALE Allegro.<br />
El primer tema se compone de dos partes, ambas marcadas<br />
con el signo de repetición. La primera comienza en do menor,<br />
modulando después á si bemol. La inicia el violín primero pianísimo<br />
ten.<br />
y la.continúa el violín segundo.]La segunda la canta completamente<br />
el violín primero.<br />
Como segundo tema se suceden dos melodías enlazadas por<br />
apuntes diversos. La primera aparece en el violín segundo, dolce
continuada por el violín primero. Tras un nuevo apunte aparece<br />
una segunda en el violín primero con el siguiente esquema melódico<br />
Terminada la exposición, un breve episodio sobre el segundo<br />
tema, presenta el de la parte central, iniciado por la viola, en la<br />
bemol<br />
unido después á un largo desarrollo sobre el tema principal, resuelto<br />
al fin en la reproducción del mismo primer tema, algo alterado.<br />
El segundo tema se presenta con todos sus elementos, en<br />
si bemol, y tras él, precedido del mismo episodio que lo precedió<br />
al principio, el tema de la parte central, ahora iniciado por<br />
el violonchelo en mi bemol.<br />
Un nuevo episodio sobre el primer compás del primer tema<br />
va seguido de una nueva exposición de éste, que se prolonga en<br />
la coda con que termina el tiempo.<br />
83
84<br />
Obra 131<br />
XIV Cuarteto en do sostenido menor<br />
Grand Quatuor en partition pour deux Violons, Alto<br />
et Violoncelle, composé et dedié a Son Excellence<br />
Monsieur Le Barón de Stutterheim Lieutenant Maréchal<br />
de Camp Imperial et Royal d'Autriche &. par<br />
L. v. Beethoven. Oeuvre 131. Proprieté des Editeurs.<br />
Mayence chez les fils de B. Schott.<br />
La composición de los tres cuartetos pedidos por el Príncipe<br />
Nicolás Galitzin publicados como obras 127, 132 y 130, había<br />
encariñado á Beethoven de tal manera con el ambiente de estas<br />
composiciones, que á pesar de su propósito de dedicarse á no escribir<br />
más que Oratorios y Conciertos, á pesar de sus deseos de<br />
terminar la décima sinfonía, y el Réquiem, apenas esbozados en<br />
su imaginación, continuó durante el año 182(3, produciendo dos<br />
composiciones más para instrumentos de arco: los cuartetos obras<br />
131 y 135.<br />
Holz, el más íntimo amigo de Beethoven en esta época lo refiere<br />
así, y agrega que en la inagotable imaginación del compositor,<br />
excitada con la producción de las obras anteriores, fluían<br />
con tal abundancia nuevas ideas características del cuarteto, que<br />
le fué preciso escribir, casi involuntariamente los en do sostenido<br />
menor y fa mayor.<br />
Los apuntes para la composición del primero, aparecen dispersos,<br />
como ideas notadas al azar, en los seis últimos pequeños<br />
cuadernos que usó Beethoven en 1826, y como si este carácter de<br />
unión casual, quisiera consignarlo en la misma obra, en vez de<br />
dividirla en tiempos independientes, los escribe todos ellos sin<br />
interrupción ni separaciones, encabezando cada uno con un número<br />
distinto, y en el manuscrito original que posee la casa<br />
Schott de Maguncia, le agrega la siguiente nota: 4'es) (corregido:<br />
5(es) Quartett (von den Neusten) für 2 Violinen, Br atache, n. Violonschel<br />
von L. v. Beethoven. Éb Zummmxmgestholen aun Ver.ichiedenem<br />
diesem und jenem. (4.° Cuarteto (de los nuevos)... Hecho<br />
reuniendo números diversos, robados aquí y allá.)
Fué publicado en Abril de 1827, dedicado al barón de Stutterkeim.<br />
El motivo de la dedicatoria es curioso. En esta época tenia<br />
Beethoven reconcentrado todo su cariño en su sobrino Carlos.<br />
Era su preocupación única; absorbía todos los amores de su alma.<br />
Carlos intentó suicidarse disparándose un tiro, y aunque sólo sufrió<br />
una leve herida, como las leyes austríacas penaban severamente<br />
la tentativa de suicidio, Beethoven tuvo que acudir á todas<br />
sus influencias para dulcificar la pena que su sobrino había de<br />
sufrir. Al ser dado de alta, optó Carlos por ingresar en el servicio<br />
militar y gracias á las gestiones de Breuning, pudo conseguirse<br />
que entrara en el regimiento que mandabael barón de Stutterkeim,<br />
quien ofreció á Beethoven atenderlo cuidadosamente. Del agradecimiento<br />
de Beethoven da testimonio la dedicatoria de este cuarteto.<br />
Holz dice que el autor sentía por esta obra una predilección<br />
especial. Fetis indica que la melodía del penúltimo número (adagio,<br />
quasi un poco andante) es una antigua canción francesa.<br />
De las interpretaciones y comentarios sobre esta obra, ninguno<br />
ofrece tanto interés como el hecho por Wagner en su estudio<br />
sobre Beethoven. El mismo indica que ante la audición de la<br />
obra «abandonaríamos toda comparación determinada para no<br />
percibir más que la manifestación inmediata de otro mundo»,<br />
pero que al representarse en el recuerdo este poema sonoro, podría<br />
seguirse con él un día puro de la vida de Beethoven, dejando<br />
á la fantasía del lector el cuidado de animar esas imágenes<br />
que Wagner presenta como mera generalidad.<br />
«El adagio de introducción es lo más melancólico que la música<br />
ha expresado: quisiera caracterizarlo como el despertar en<br />
la mañana de ese dia hermoso, que en su largo curso no debe satisfacer<br />
ninguna aspiración. Y sin embargo, al mismo tiempo<br />
hay allí una oración de arrepentimiento, una consulta con Dios,<br />
sobre la fe en el Bien Eterno.<br />
»Una mirada hacia el interior, advierte la aparición consoladora,<br />
sólo para él visible (alegro %), en la cual el deseo se convierte<br />
en un juego melancólicamente dulce: el sueño interior<br />
despierta en un recuerdo de absoluta suavidad.<br />
» Es como si el maestro (con el corto alegro de transición),<br />
consciente de su arte, se entregara á su trabajo mágico.<br />
«Emplea ahora la fuerza reanimadora de ese encanto que le es<br />
peculiar (andante para fascinar una figura graciosa, para, deleitarse,<br />
sin fin, en ella. Esta ideal figura, prueba por sí misma<br />
de la inocencia más interior, está sometida á transformaciones<br />
perpetuas, increíbles, por la refracción de los rayos de la luz<br />
eterna que el músico proyecta sobre ella.<br />
»Nos parece ver al hombre profundamente dichoso en sí mismo<br />
echar una mirada de indecible alegría sobre el mundo exterior<br />
(presto 2<br />
/ 2): de nuevo surge como en la sinfonía pastoral;<br />
todo se ilumina para él, con su dicha interior; es como si escuchara<br />
las harmonías propias de esas apariciones, aéreas primero,<br />
materiales después, moviéndose ante su vista en dulce ritmo.<br />
«Medita sobre la vida y parece preguntarse (corto adagio 3<br />
/ 4)<br />
si debe considerarla como un aire de danza: una corta y obscura<br />
85
86<br />
meditación, como si se sumergiera en el profundo sueño de su<br />
alma.<br />
»Un relámpago le ha mostrado, de nuevo, el interior del<br />
mundo: se despierta y ejecuta en su violín un aire de danza, como<br />
jamás el mundo lo sintió (alegro final). Es la danza del mundo en<br />
sí mismo; placer salvaje, llanto doloroso, éxtasis de amor, suprema<br />
alegría, gemidos, furia, voluptuosidad, sufrimiento: los relámpagos<br />
desgarran el aire, la tempestad crece; y por encima de<br />
todo, el formidable ejecutante, que todo lo fuerza y todo lo doma,<br />
valiente y firme entre el torbellino, nos conduce al abismo, sonriendo,<br />
porque para él, todo este encanto, no era más que un juego,<br />
una diversión.»<br />
Aunque la obra está escrita sin interrupciones, suele hacerse<br />
una corta pausa entre los números 4.° y 5."<br />
N.° I.—Adagio ma non tropo e molto espressivo.<br />
En do sostenido menor, casi siempre piano, comienza á exponer<br />
el violín primero el motivo de la fuga á cuatro partes<br />
entrando sucesivamente el violín segundo, la viola y el violonchelo.<br />
Los episodios van sucediéndose, abandonando rara vez el<br />
matiz piano. Una indicación del motivo en estrechos entre la<br />
viola y el violín segundo, continuada á poco entre el violín y el<br />
violonchelo, hace aparecer en éste el motivo aumentado en sus<br />
valores, primero crescendo, luego fuerte, apagándose la sonoridad<br />
al comenzar la coda, donde continúa oyéndose el motivo de<br />
la fuga.<br />
N.° 2.—Allegro molto vivace.<br />
El violín primero, pianísimo, sobre una harmonía tenida de<br />
los instrumentos inferiores, canta en re mayor el tema principal<br />
que completan la viola y el violín primero sobre una figuración<br />
más movida de acompañamiento.<br />
Un nuevo motivo expuesto por el violín primero<br />
J> cresc.
se desarrolla brevemente entre algunos instrumentos, dando entrada,<br />
tras un calderón, el tema principal en mi mayor, libremente<br />
continuado.<br />
Un nuevo intermedio hace aparecer el mismo tema en su tonalidad<br />
original, iniciado por la viola, y completado por el violin<br />
primero, seguido de un episodio de algunas proporciones, casi<br />
siempre sobre el ritmo característico del tema inicial.<br />
La nueva aparición de éste en la región aguda del violin primero,<br />
da entrada al motivo que le siguió en su exposición, encomendado<br />
ahora á todos los instrumentos en su región grave, y<br />
seguido de algunos compases más, á manera de final.<br />
N.° 3.—Allegro moderato.—Adagio.<br />
Se enlaza con el número anterior y está reducido á un breve<br />
recitado instrumental (allegro moderato), seguido de una corta<br />
fantasía del violin primero que, comenzando en adagio, se transforma<br />
en seguida en piú vivace, dando entrada al número 4.<br />
N.° 4.—Andante ma non troppo e molto cantabile.<br />
En forma de tema con variaciones. La melodía del tema, en<br />
la mayor, aparece dividida entre los dos violines, cantando cada<br />
uno un compás de él, piano y dolce,<br />
acompañados por los instrumentos graves, con las repeticiones<br />
nuevamente escritas, en instrumentación diferente.<br />
Las variaciones se desarrollan en este orden:<br />
Primera. En el mismo tiempo y tonalidad. El tema, algo alterado,<br />
comienza á presentarse dividido entre los instrumentos<br />
inferiores y adornos del violin primero, aumentando siempre en<br />
interés y en figuraciones más complicadas.<br />
Segunda. En compasillo, piú mostso. Sobre un ritmó constante<br />
de los instrumentos centrales, pianísimo, se reparte el tema<br />
al principio, entre el violin primero y el violonchelo, siempre en<br />
corcheas. A medida que avanza la variación, se altera, complicándose,<br />
la distribución anterior.<br />
Tercera. Andante moderato e lusinghiero.—En compasillo. Al<br />
principio sólo intervienen el violonchelo y la viola á solo exponiendo<br />
la variación del tema, en forma de recitado, dolce y piano,<br />
continuándola después en un fugado á cuatro partes.<br />
Cuarta. Adagio.—En seis por ocho. Caracterizada por la figuración<br />
de semicorcheas, por la distribución de sus frases terminadas<br />
al principio en jyizzicato, y por la intervención constante de<br />
dibujos en escalas.<br />
87
88<br />
Quinta. Allegreto.—En dos por cuatro. Siempre se desarrolla<br />
piano y dolce, tranquilamente, sin complicaciones figurativas.<br />
Sexta. Adagio ma non troppo e semplice.—En nueve por cuatro.<br />
El dibujo iniciado en el primer compás, tocando todos los instrumentos<br />
sotto voce persiste durante todo el principio. Al repetir la<br />
primera parte del tema introduce el violonchelo un sobrio adorno<br />
que sigue interviniendo como elemento característico del resto<br />
de la variación.<br />
El final de ella va seguido de una fantasía en la que se suceden<br />
un fragmento del tema en do mayor, casi en su forma original;<br />
el comienzo de una nueva variación cantando el tema en<br />
su forma primitiva los instrumentos centrales sobre arpegios<br />
del violonchelo y trinos del violín primero; un nuevo fragmento<br />
del tema—allegretto—en fa mayor, y el final de la coda sobre elementos<br />
del tema del Andante.<br />
N.° 5 Presto.<br />
Tras la breve indicación del violonchelo, expone el primer<br />
violín, acompañado por los demás instrumentos, el tema principal,<br />
piano, en mi mayor<br />
terminándolo en la región aguda, seguido de su segunda parte y<br />
con sus característicos ritardandos, parte que tiene marcado el<br />
signo de repetición.<br />
El segundo tema apatece en seguida cantado á la octava pollos<br />
dos violines, en mi mayor, piano, y con la indicación de piacevole.<br />
Reproducido por los instrumentos graves, se prolonga en un<br />
desarrollo pasando por distintas tonalidades, en ritmo de cuatro<br />
compases, hasta resolverse en el pizzicato que da entrada al primer<br />
tema en su forma original, seguido del segundo y del desarrollo<br />
que lo continuó.<br />
El pizzicato vuelve á introducir de nuevo el tema principal,<br />
y al aparecer una indicación del segundo, comienza la coda terminada<br />
con el primer tema alterado, tocando los cuatro instrumentos<br />
sid ponticello, pianísimo, y alcanzando por un crescendo<br />
el acorde final.
N.° 6.—Adagio, quasi un poco andante.<br />
Sucede al anterior, sin interrupción, y es de breves proporciones.<br />
En sol sostenido menor, acompañada por los demás instrumentos,<br />
comienza cantando la viola<br />
I Vmi j u ti —i—i<br />
U4<br />
alternando la melodía entre ella y el violin primero, y desarrollándose<br />
hasta dar entrada al número final.<br />
N.° 7.—Allegro.<br />
En do sostenido menor, á la octava, fortísimo, comienzan los<br />
cuatro instrumentos<br />
continuando la melodía, á partir del cuarto compás, encomendada<br />
al violin primero sobre un ritmo sostenido por los instrumentos<br />
restantes.<br />
Al terminar su exposición, continúa el violin primero con una<br />
nueva idea, sobre el ritmo anterior, sostenido por la viola,<br />
idea que reproducen la viola y el violonchelo y que da entrada á<br />
un fragmento del primer tema,<br />
El segundo aparece en seguida, después de un ritenuto, distribuido<br />
entre los instrumentos superiores, é iniciado por el violin<br />
primero, en mi mayor.<br />
Es de cortas proporciones y da entrada á un largo desarrollo,<br />
basado casi exclusivamente en los dos motivos característicos<br />
del tema principal.<br />
89
90<br />
Por un crescendo aparece el primer tema muy abreviado y<br />
alterado; la idea que le siguió se produce ahora en fa sostenido<br />
menor; el segundo tema en re mayor y un nuevo desarrollo,<br />
iniciado con un pasaje tranquilo, proseguido después con los elementos<br />
que formaron el primer tema, el segundo de los cuales<br />
aparece en inversiones que recuerdan el motivo de la fuga (primer<br />
número del cuarteto), continúa hasta preparar con el poco<br />
adagio, el final.
Obra 132<br />
XV Cuarteto en la menor<br />
Quatuor pour 2 Violóos, Alto & Violoncelle, composé<br />
& dedié á Son Altesse Monseigneur le Prince<br />
Nicolás de Galitzin, Lieutenant Colonel de<br />
la Garde de Sa Majesté Imperiale de toutes les<br />
Russies, par Loáis van Beethoven. Partition.<br />
Oeuvre posthume. Propriété des éditéurs. Oeuvre<br />
132, N.° 12 des Quatuors. Berlín chez Ad.<br />
Mt. Schlesinger.<br />
Es el segundo de los encargados á Beethoven por el Príncipe<br />
Nicolás Galitzin, compuesto inmediatamente después del en mi<br />
bemol, obra 127. En la serie de cuartetos deberla ocupar el número<br />
13, y no el 12 como equivocadamente se consigna en el titulo<br />
de su primera edición.<br />
Refiere Schindler que á fines del otoño de 1824 sufrió Beethoven<br />
una enfermedad grave, producida por desarreglos del aparato<br />
digestivo. El invierno lo pasó en un estado de sufrimiento constante,<br />
y cuando comenzó á mejorar, al iniciarse la primavera, se<br />
trasladó á Badén, su residencia favorita. La primera obra en que<br />
trabajó, añade Schindler, después de la grave enfermedad de 1825,<br />
fué el cuarteto número 12, con el admirable adagio Canzona di<br />
ringraziamento offerta alia divinitá da un guarito. Una carta de<br />
Beethoven á Neate (19 de Marzo de 1825) confirma los datos de<br />
Schindler, al dar por terminado en esa fecha el primero de los<br />
cuartetos (obra 127) y agregar «estoy componiendo el segundo,<br />
que como el tercero, estará terminado dentro de poco».<br />
Parece muy probable la hipótesis de que los dos primeros<br />
tiempos de este cuarteto fueran compuestos antes de la enfermedad,<br />
y los dos últimos después de ella. En el cuaderno de apuntes<br />
de que Beethoven se sirvió para la composición de los primeros,<br />
no aparecen vestigios ni aun gérmenes de los motivos y temas<br />
utilizados en los dos tiempos finales; en el cuaderno donde compuso<br />
éstos, cuaderno que tengo el orgullo de poseer, tampoco<br />
91
92<br />
aparece trabajo alguno de depuración que se refiera á los tiempos<br />
anteriores. Curioso es observar, como complemento de esta información,<br />
que en el primitivo proyecto de Beethoven, habían de<br />
formar parte de este cuarteto el tiempo Alia danza tedesca, utilizado<br />
después en el cuarteto en si bemol, tiempo escrito primeramente<br />
en la tonalidad de la mayor, según indica Scbindler, y la<br />
fuga publicada más tarde como obra 183; proyecto que abandonó<br />
después, probablemente porque el ambiente expresivo que en<br />
el ambiente de la obra introducía la cansona, llevaba ya su pensamiento<br />
hacia regiones distintas de las en un principio imaginadas.<br />
De todos modos el cuarteto debió estar terminado antes del<br />
otoño de 1825. En una carta de Beethoven á un copista (Octubre<br />
de ese año) indica numerosas correcciones que han de hacerse en<br />
los ligados y signos de expresión.<br />
Fué ejecutado por vez primera el 6 de Noviembre de 1825.<br />
Beethoven quiso venderlo al editor Peters y al efecto, encargó<br />
de esta comisión á su sobrino Carlos, sin que estas gestiones de<br />
venta dieran resultado alguno. El compositor escribía á Peters<br />
al enviarle la obra: «El cuarteto que le envío le probará que no<br />
quiero vengarme de sus procedimientos y que, al contrario, le<br />
doy lo mejor que pudiera ofrecer á mi mejor amigo. Puedo asegurarle<br />
bajo mi honor de artista que es una de las obras más dignas<br />
de mi nombre. Si no le digo la verdad extricta téngame por<br />
el último de los hombres»; y en una carta de Beethoven á Carlos,<br />
le dice: «Recuerda á Peters que le ofrezco lo mejor que he hecho<br />
hasta ahora». A pesar de los deseos del autor, Peters no quiso<br />
aceptarlo, y meses más tarde fué vendido á Schlesihger, quien<br />
pagó por él 80 ducados, publicándolo en Septiembre de 1827.<br />
La importancia que Beethoven daba á esta obra no era exagerada.<br />
Este cuarteto y el en do sostenido menor son los tipos más<br />
altos, las más elevadas creaciones de su arte final.<br />
Los títulos que encabezan las dos partes del movimiento lento<br />
han llevado á más de un comentarista, Marx por ejemplo, á trazar<br />
un programa detallado de toda la obra. El escenario de toda<br />
ella, dice, es el lecho del enfermo. La nerviosidad, la excitación,<br />
el sentimiento enfermizo, son su base. Hasta el empleo de estos<br />
instrumentos, royendo el arco sobre la cuerda, es el más apropiado<br />
á su expresión; y así titula el primer tiempo «la enfermedad»,<br />
el segundo, «principio de curación», el tercero, «acción de gracias»,<br />
etc. Esta opinión, muy combatida por otros, no deja de tener<br />
una cierta-apariencia de verdad, sobre todo en los dos tiempos<br />
finales. De todos modos, el cuarteto puede dividirse en dos<br />
partes, comprendiendo en la primera los dos tiempos que lo inician,<br />
compuestos antes de la enfermedad, é incluyendo en la segunda,<br />
la Canzona y el final.<br />
Assai sostenuto —Allegro.—De él dice Marx que comienza describiendo<br />
en la introducción los dolores y sufrimientos del enfermo.<br />
Helm agrega que, en todo caso, el dolor sólo tiene aquí una<br />
expresión anímica, no externa, y que todo el tiempo es un nocturno<br />
impresionador, dominando en él la nota de oscuridad, á<br />
pesar de los relámpagos de luz que brevemente lo iluminan. Todo<br />
aquí es nebuloso, rara vez adquiere esa precisión de tintas que
tanto caracteriza otras obras beethovenianas: la vague'dad, la<br />
indeterminación, aparecen como sus características más principales.<br />
En la breve introducción vuelve al pensamiento inspirador<br />
de las escritas en los cuartetos obra 59 número 3, y obra 74; la<br />
melodía pierde todo sentido de contextura tradicional, si algún<br />
pensamiento se asemeja en su línea formal á pensamientos antiguos<br />
(obsérvese la analogía del apunte en la menor de la transición,<br />
con otro del primer tiempo del cuarteto en sol, no sólo en<br />
su figura, sino en la manera de tratarlo) ia expresión cambia tan<br />
completamente que se hace imposible establecer parangón alguno<br />
entre ellos; hasta la forma de la coda acusa un desligamiento completo<br />
de todo lo anterior. *<br />
Allegro ma non tanto.—Marx lo llama «el principio de la curación»,<br />
Helm «un intermezzo libre de forma, con el grave humorismo<br />
de su trío».<br />
En toda la primera parte, con las constantes repeticiones de<br />
sus dos motivos característicos, parece como si persistieran las<br />
vaguedades ó indeterminaciones del tiempo anterior, como si una<br />
idea fija rodara constantemente por el cerebro, imprecisa y oscura,<br />
sin adquirir líneas definidas de voluntad, ni de resolución.<br />
La mtissette del trio parece venir de fuera, como un elemento extraño<br />
que interrumpe las vaguedades y permanencia de otra<br />
nueva idea fija, como el recuerdo de una danza, que sigue permaneciendo<br />
en esta parte central con la misma persistencia y vaguedad<br />
de la parte anterior.<br />
Molto adagio.—Andante.—El título de la Canzona está escrito<br />
en alemán, por Beethoven, en la partitura original: Heiliger<br />
Danlcgesang eines Genesenen an die Gottheit, in der Igdischen Tonart,<br />
en la primera parte: jVis?/e Kraft füJdend (sentendo nuova<br />
forza), en la segunda. Las palabras italianas, aunque escritas en<br />
la partitura original, lo están con letra distinta de la del compositor.<br />
La forma de este tiempo es original: sólo tiene un precedente<br />
en la obra beethoveniana: el andante de la novena sinfonía.<br />
Se compone, como allí, de variaciones sobre dos temas distintos,<br />
en movimiento y carácter diferente (molto adagio-andante), sin<br />
que el sentido de esas variaciones tenga nada que ver con el tradicional<br />
en esta clase de ejercicios. Todavía el molto adagio lo<br />
componen dos elementos separados: unos interludios en estilo fugado<br />
de órgano y un coral, todo escrito en el modo hipolidio jolaglal<br />
de los griegos, quinto tono de la Iglesia (la escala de fa mayor<br />
con el si natural). La segunda parte (andante) adopta la tonalidad<br />
moderna de re mayor.<br />
Pero todas estas observaciones de forma apenas si resultan<br />
interesantes ó curiosas, ante el profundo misticismo, la serenidad<br />
maravillosa, la espiritualidad íntima que rebosa en la canzona,<br />
y ante el artístico contraste que le opone el andante con su<br />
puro y jugoso sentimiento.<br />
Como punto de comparación para observar el sentido on que<br />
ha evolucionado el arte de Beethoven, puede ponerse frente á<br />
este tiempo el adagio del cuarteto en ini menor (obra 59 núm. 2).<br />
La melodía está iniciada en ambos en estilo de coral, pero su expresión<br />
es tan distinta, tan romántica allí, tan íntimamente mis-<br />
93
94<br />
tica aquí, que más bien parecen producciones de almas diferentes<br />
que creaciones de un mismo espíritu.<br />
Final.—El tema del allegro appasionato lo concibió Beethoven<br />
para final de la sinfonía novena. Luego lo abandonó al decidir el<br />
empleo de las voces y hacerles antonar el himno á la Alegría,<br />
himno precedido de un recitado instrumental. Como si ese tema<br />
ejerciera sobre su espíritu una sugestión especial, la sugestión<br />
de la voz humana, al adoptarlo aquí lo precede también de otro<br />
recitado, y al recitado antepone una breve marcha. Esta sucesión<br />
de elementos distintos sin estar determinados por exigencias de<br />
forma, no pueden responder á un capricho frivolo. Por ello, no<br />
falta razón á los que creen que están inspirados en el pensamiento<br />
expresivo alma del poema sinfónico moderno: la cansona, ferviente<br />
oración salida de lo más profundo del alma; sintiendo nueva<br />
fuerza, el despertar á la vida; la marcha, afirmación del espíritu<br />
varonil dispuesto á proseguir la lucha; el recitado, la entrada<br />
en la vida; el final, la vida misma con sus desbordantes pasiones,<br />
su calor comunicativo, su corriente de amor y de ternura,<br />
donde Beethoven parece volver la vista hacia el espíritu inspirador<br />
de los cuartetos obra 59, y de la sonata appasionata.<br />
Assai sostenuto.—Allegro.<br />
La lenta introducción en notas tenidas—assai sostenuto—en<br />
la que se dibuja el motivo<br />
precede á la entrada del allegro, iniciado con una breve fantasía<br />
á solo del violín primero, á la terminación de la cual indica el<br />
violonchelo el motivo culminante de este tiempo, en la menor<br />
m<br />
m<br />
Ese motivo se formaliza más melódicamente en el violin primero,<br />
y con alguna intervención de la fantasía inicial continúa<br />
engendrando el primer tema, fragmentariamente cantado por los<br />
cuatro instrumentos. Dos breves motivos<br />
indican el periodo de transición, prolongándose el último en un<br />
enlace (crescendo) para el segundo tema. Lo comienza á cantar
el violin segundo, piano y dolce, acompañado por los demás instrumentos<br />
continuándolo el primero, con la indicación de teneramente. Nuevos<br />
apuntes melódicos y rítmicos siguen interviniendo en su desenvolvimiento,<br />
hasta aparecer, tras un ritardando, el motivo de<br />
la introducción (assai sostenido) en el violonchelo, y en seguida<br />
el motivo inicial del allegro, declamado por el violin primero,<br />
cerrando con su desarrollada intervención la parte expositiva.<br />
Un episodio en do mayor, piano, iniciado en octavas por los<br />
instrumentos graves, precede á otro donde se funden y entrelazan<br />
los motivos de la introducción y del principio del allegro.<br />
El primer tema se presenta en mi menor, con la fantasía y el<br />
declamado, aumentado en interés. El episodio de tránsito, precede<br />
en la misma forma anterior al segundo tema en fa, cantado<br />
por el violonchelo, proseguido por el primer violin, y seguido<br />
de todos sus elementos, algo ampliados á veces, hasta indicar de<br />
nuevo el motivo del assai sostenuto de la introducción.<br />
Por tercera vez vuelven á presentarse los elementos que engendraron<br />
la exposición: el primer tema, en la menor, muy alterado,<br />
fundido con el motivo del assai sostenuto, ó en su forma<br />
original, ó invertido; el segundo de los motivos que aparecieron<br />
en la transición; el segundo tema en la mayor, cantado por la<br />
viola, dolce, y proseguido por el violin, resuelto luego en una<br />
nueva utilización del motivo principal, base de la coda. Ese motivo<br />
se presenta en formas distintas, hasta diluirse en pianísimo.<br />
Un crescendo, cantando el segundo violin una nueva alusión al<br />
motivo principal, conduce al final del tiempo.<br />
Allegro ira non tanto.<br />
Los cuatro instrumentos, á la octava inician el allegro<br />
Sobre la figuración notada en los dos últimos compases, actuando<br />
como acompañamiento ó contrapunto de ellajladelos<br />
dos primeros, se desenvuelven las dos repeticiones en combinaciones<br />
y utilizaciones muy desarrolladas.<br />
La parte alternativa la inicia una especie de imitación de<br />
zampona en el violin primero, acompañado por el segundo.<br />
95
96<br />
j ~ -h 4 j Á JÁ S24<br />
i. i - * i - > i - — - —<br />
Al ir interviniendo los demás instrumentos, hacen'aparecer á<br />
poco un nuevo motivo dialogado al principio por la viola y el<br />
violín<br />
y desarrollado extensamente después.<br />
Un nuevo motivo que surge de la región más grave del cuarteto<br />
da entrada de nuevo á la exposición de la melodía inicial de<br />
la parte alternativa, y tras ella, al da capo á la primera parte.<br />
Canzona di ringraziamento ofíerta alia<br />
divinitá da un guarito, in modo lídico.—Molto adagio<br />
Sentendo nuova forza.—Andante.<br />
Molto adagio.—Alternan en él dos elementos: unas estrofas á<br />
modo de coral, y unos interludios en estilo fugado, que las separan<br />
y dividen. He aquí el primer interludio (figuración en negras)<br />
y el primer período del coral (figuración en blancas).<br />
creso p<br />
El quinto período del coral se enlaza con el<br />
Andante.—La melodía, en re mayor, la canta el violín segundo,<br />
acompañado por los instrumentos graves y por un trino del<br />
violín primero.<br />
— ¡f 4. rf> m -—ym- -»<br />
JL p<br />
*« yjjU-fe—<br />
Este continúa la línea cantable, disuelta después, en una figura<br />
rítmica muy característica, y reapareciendo más tarde el carácter<br />
melódico en el violín primero con las indicaciones de cantabile<br />
cspressivo.<br />
Molto adagio.—Como variación de su exposición primera reaparece<br />
ahora íntegramente; los interludios en ritmo distinto; no
conservando del coral más que la melodía, cantada por el vio<br />
primero en una octava más alta, sobre dibujos y contrapuntos dé<br />
los demás instrumentos. Como antes, su quinto período se enlaza<br />
con el andante, reproducido igualmente como variación, más<br />
adornado que en su exposición primera, aunque sin apartarse<br />
mucho del primitivo plan.<br />
Molto adagio.—La notación en todos los instrumentos va<br />
acompañada ahora de las indicaciones en alemán é italiano Mit<br />
innigster Empfindung (con intimis&imo sentimento). El ritmo de<br />
los interludios, modificado y complicado, se hace oir constantemente,<br />
apareciendo sobre él, cortada y fragmentada la melodía<br />
del coral, reducida ahora á su primer período que se reproduce<br />
en las tonalidades de fa y do, como si actuase de motivo de una<br />
fuga.<br />
Casi siempre en pianísimo, termina también en este matiz,<br />
con todos los instrumentos en la región aguda.<br />
Alia marcia, assai vivace.—Piú allegro.<br />
Allegro appasionato.<br />
Alia marcia assai vivace.—En la mayor, la canta el violín primero,<br />
acompañado por los demás, comenzando así.<br />
J- • r \ i Hj 1 ^ 7 P Y" 1 r'j£=<br />
Consta de dos partes breves, ambas con repeticiones marcadas,<br />
desarrollándose la segunda sobre ei mismo motivo rítmico<br />
de la primera.<br />
Piú allegro —Muy breve, sirve de enlace entre la marcha y el<br />
alegró final. Sobre un trémolo de los tres instrumentos inferiores<br />
produce el violín primero un recitado, resuelto en una cadencia<br />
(presto).<br />
Allegro apassionato.—En los dos primeros compases indican<br />
los instrumentos inferiores la fórmula de acompañamiento, cantando<br />
luego el violín el tema principal, en la menor, expresivo.<br />
Repetido á la octava superior por el mismo instrumento y<br />
tras un corto episodio, aparece el tema segundo, en mi menor,<br />
repartido, al principio, entre el violonchelo y el violín.
98<br />
Unos breves compases de enlace vuelven á presentar el tema<br />
principal, seguido de un desarrollo sobre uno de sus fragmentos.<br />
Al indicarlo de nuevo el violin segundo en re menor, se apodera<br />
de él en su tonalidad primitiva el violin primero, espressivo,<br />
comenzando la reproducción.<br />
El tema aparece reducido á una exposición sola; el episodio<br />
de enlace precede al segundo tema en la menor, cantado como al<br />
principio, y seguido de un nuevo desarrollo queprepara la coda,<br />
en jiresto.<br />
Esta la inicia el violonchelo cantando en la región aguda el<br />
tema principal. La tonalidad cambia á la mayor, y en ella continúa<br />
largamente hasta el final, coii el empleo de nuevos motivos<br />
episódicos, terminando en fortisimo.
Obra 133<br />
XVI Cuarteto: Gran Fuga en si bemol<br />
Grande Fugue tantót libre, tantót recherchée pour<br />
2 Violons, Alte & Violoncelle. Dedié avec la plus<br />
profonde veneration A Son Altesse Imperiale et<br />
Royale Eminentissime Monseigneur le Cardinal<br />
Rodolphe Archiduc d'Autriche, Prince d'Hongrie<br />
et de Bohéme, Prince-Archevéque d'Ollmütz,<br />
etc. Grand Croix de l'Ordre Hongrois de<br />
St. Etienne, etc., etc., par L. van Beethoven.<br />
Oeuvre 133. Propieté l'Editeur. Vienne chez Math.<br />
Artaria.<br />
Esta composición sufrió grandes transformaciones en el pensamiento<br />
de Beethoven. Fué concebida y bosquejada primeramente<br />
para final del cuarteto en la menor, obra 132: la semejanza<br />
de su motivo con el de la introducción del referido cuarteto,<br />
y más aún, el hecho de encontrarse sus primeros apuntes entre<br />
los de la composición del final del cuarteto en mi bemol, obra<br />
127. y de los del primer tiempo del en la menor, no dejan duda<br />
sobre este punto.<br />
Después ahandonó la idea, ante la nueva orientación que señalaba<br />
la canzona y compuso la fuga para final del cuarteto en<br />
si bemol (hoy obra 130): entre los diversos contramotivos que<br />
Beethoven apuntó para ella, se encuentran en sus cuadernos algunos<br />
muy análogos al tema del Andante con moto de ese cuarteto.<br />
En esta forma—como su tiempo final—fué enviada la composición<br />
al Príncipe Nicolás G*alitzin y ejecutada en público por<br />
el Cuarteto Schuppanzigh el 21 de Marzo de 1826; pero al publicarla,<br />
el editor Artaria suplicó á Beethoven, y logró persuadirle,<br />
de que hiciera un nuevo final para el cuarteto en si bemol, porque<br />
en la obra, ya muy larga de por sí, pesaban demasiado los<br />
745 compases de que consta. Beethoven compuso entonces el final<br />
con que actualmente figura ese cuarteto, tituló la fuga en el ma-<br />
yy
100<br />
nuscrito «-Ouverture*, y autorizó su publicación separada, dedicándola<br />
al Archiduque Rodolfo á quien antes había dedicado la<br />
mayor parte de sus más geniales obras: el cuarto y quinto Concierto<br />
de piano; varias sonatas de piano, entre ellas la grande en<br />
si bemol, obra 106, y la última, obra 111; el gran trío; la misa en<br />
re, etc., etc.<br />
Esta dedicatoria da idea de la importancia que Beethoven<br />
concedía á la fuga en cuestión. Coincidencia curiosa-es la de que<br />
las dos grandes fugas que escribe en los últimos años de su vida<br />
constituyen en su propósito el tiempo final de dos obras en si bemol:<br />
una para la gran sonata, obra 106; otra para el cuarteto de<br />
que primitivamente formó parte.<br />
Esta del cuarteto, más aún que la de la gran sonata, obra 106,<br />
parece responder á aquel propósito manifestado por Beethoven á<br />
Holz: «Hacer una fuga no tiene nada de artístico: yo hice muchas<br />
cuando estudiaba, pero la fantasía tiene también sus fueros, y<br />
hoy es preciso introducir en el modelo antiguo una materia<br />
nueva, verdaderamente poética». Sus largas proporciones, sus<br />
disonancias, la manera especial de tratar el tema de la fuga, no<br />
sólo por la variedad de sus contramotivos, sino más especialmente<br />
aún por las transformaciones rítmicas que alteran su fisonomía<br />
característica, son sumamente originales.<br />
Lenz dice de ella que, siendo como es, la obra menos comprendida<br />
de todas las del último período, encierra un divertissement.<br />
del más alto interés, episodio encantador, rayo de luz que<br />
penetra en este intrincado laberinto.<br />
Ya en la Introducción á la fuga se anuncia un Beethoven nuevo,dominando<br />
con la novedad de su lenguaje, dejando entrever<br />
fugazmente, un alma de ternura y delicadeza.<br />
La Fuga se inicia sobre un primer contramotivo orgulloso y<br />
exaltado, como si un espíritu diabólico fuera su animador. El<br />
motivo de la fuga, como un rugido, va recorriendo sucesivamente<br />
los cuatro instrumentos, complicándose cada vez más, sin<br />
abandonar el matiz constante de gran fuerza, siempre sinfónico,<br />
pidiendo al cuarteto grandes sonoridades. Entre grandes disonancias,<br />
en diabólica y extraña orgía, sigue siempre su camino<br />
hasta hacer un alto, y reaparecer tras él, tierno y melódico, dulce<br />
y acariciador en el meno mosso e moderato. contrastando su<br />
pianísimo constante con ei desenfreno de sonoridad que reinó en<br />
la parte anterior. Un breve alarde de fuerza, vuelve á presentarlo<br />
sobre un contramotivo nuevo (casi reproducción del motivocoda<br />
que empleó en la fuga final del cuarteto en do, obra 59 número<br />
3) amoroso y dulcísimo, revestido de un encanto especial.<br />
Nuevas fisonomías expresivas siguen sucediéndose, aunque predominando<br />
entre ellas, los tres tipos de contramotivos notados<br />
con su expresión característica, para terminar con un formidable<br />
crescendo sobre el contramotivo inicial, cuyo ritmo acaba por<br />
servir de base al final.<br />
Por lo expuesto puede verse que esta inga,—tantót libre, tantót<br />
recherchée según el título que la encabeza—nada tiene que ver<br />
con el modelo clásico, ni aun con la forma ordinaria de tratarla.<br />
Audaz, extraña, nueva desde cualquier aspecto que se la mire,<br />
llama la atención por lo original de sus combinaciones, por las
101<br />
variantes expresivas que el motivo adopta, si un tanto áridas en<br />
la primera parte, jugosas y dúctiles en la segunda mitad.<br />
Beethoven mismo la arregló para piano á cuatro manos, publicándose<br />
en esta forma, después de su muerte, con el número<br />
de obra 134. Su efecto se amplía ejecutada por una masa de instrumentos<br />
de arco, forma en la cual ha sido ejecutada frecuentemente<br />
en Alemania, durante los años últimos.<br />
Introducción.<br />
Allegro.—El cuarteto en fortísimo, expone á la octava en sol<br />
mayor, el motivo de la fuga, aislado, en dos formas rítmicas<br />
repitiendo la forma segunda en otra tonalidad.<br />
Meno mosso e moderato.—Una nueva forma rítmica del motivo<br />
se expone, por dos veces, en este movimiento; la segunda acompañada<br />
de uno de los contramotivos que después han de aparecer.<br />
Allegro.—El primer violin, á solo, pianísimo, en si bemol, expone<br />
una cuarta forma rítmica del motivo, que es la que ha de<br />
predominar en la primera parte de la luga.<br />
Fuga.<br />
Allegro.—El motivo y el contramotivo se producen simultáneamente,<br />
en si bemol, el primero cantado por la viola, y el segundo<br />
por el violin primero, ambos en fortísimo.<br />
El violonchelo y los violines segundo y primero van apoderándose<br />
sucesivamente del motivo de la fuga, sobre el contramotivo<br />
iniciado, cuyo ritmo persiste constantemente.<br />
Esta primera parte se desan olla con mucha extensión. El motivo<br />
desaparece ó se transforma, mientras se desenvuelven algunos<br />
episodios, á veces entre grandes disonancias, volviendo á presentarse<br />
al final, invertido y desfigurado. En la última parte el<br />
ritmo del contramotivo es susf ituido por uno nuevo en tresillos,<br />
durante algún espacio, reapareciendo el primitivo en los compases<br />
finales del alegro.<br />
Meno mosso e moderato.—Después de apuntar tres veces los dos<br />
violines las cuatro primeras notas del motivo de la fuga, canta<br />
el primer violin, melódicamente, sobre un acompañamiento del<br />
segundo y del violonchelo, el dibujo en sol bemol.
102<br />
que en seguida sirve de nuevo contramotivo al tema de la fuga.<br />
Este aparece, sucesivamente en la viola y en el violin segundo,<br />
y tras un episodio breve, en el violonchelo y en el violin primero,<br />
continuando sus apariciones en alguno de los instrumentos,<br />
casi siempre fragmentado, hasta predominar el contramotivo, y<br />
llegar por un diminuendo al '<br />
Allegro molto e con brío.—El motivo adopta la segunda forma<br />
rítmica de la introducción. Después, fragmentariamente, sigue<br />
desarrollándose sobre un nuevo contramotivo melódico<br />
en un intermedio de breves proporciones.<br />
El motivo, en blancas (primera forma de la introducción), en<br />
la bemol, vuelve á exponerse con sus cuatro entradas (violonchelo,<br />
viola, violines segundo y primero) sobre el contramotivo.<br />
En su extenso desarrollo se le agregan nuevos dibujos, entre<br />
ellos uno en trinos, que va adquiriendo cada vez importancia<br />
mayor.<br />
Una alusión al contramotivo que apareció en la primera exposición<br />
de la fuga, va seguida del predominio de este elemento<br />
rítmico, acompañando á apuntes del motivo, durante algún espacio,<br />
hasta resolverse en un movimiento más lento.<br />
Meno mosso e moderato.—Es episódico y muy breve. El motivo,<br />
y los contramotivos primero y segundo se hacen oir simultáneamente.<br />
Después, un pasaje de transición—poco a poco sempre<br />
piú allegro ed accelerando il tempo—siempre piano, conduce de<br />
nuevo al Allegro molto e con brio, reproducción de la anterior exposición<br />
de este movimiento, pero con mayor desarrollo y fantasía.<br />
Dos breves alusiones á los contramotivos primero y segundo<br />
(Allegro.—Meno mosso e moderato), preparan la coda: allegro molto<br />
e con brio.<br />
El motivo continúa apareciendo en ella, tratado en fantasía,<br />
terminando con él y con el contramotivo primero, en fortísimo.
Obra 135<br />
XVIi Cuarteto en fa<br />
103<br />
Quatuor pour 2 Violons, Alto & Violoncelle, composé<br />
& dedié á son ami Jean Wolfmeier par<br />
Louis van Beethoven. Partition. Oeuvre posthume.<br />
Propriété des éditéurs. Oeuvre 135, N.° 17<br />
des Quatuors. Berlín chez Ad. Mt. Schlesinger.<br />
Después de la tentativa de suicidio del sobrino de Beethoven,<br />
indicada en las notas al cuarteto en do sostenido menor, obra 131,<br />
y después de las perturbaciones que trajo al compositor el arreglo<br />
de este asunto, se marchó con su sobrino Carlos á pasar una<br />
temporada en la casa de su hermano Juan, situada en el puerto<br />
de Gneixendof, á unos 90 kilómetros de Viena. Allí residió Beethoven<br />
desde Octubre hasta principios de Diciembre de 1826. El<br />
2 de este último mes salió para Viena, y su mal estado de salud<br />
se exacerbó de tal modo con las molestias que sufrió en casa de su<br />
hermano y con las penalidades del viaje, que al llegar a la capital<br />
de Austria tuvo que meterse en cama, falleciendo á consecuencia<br />
de sus males el 26 de Marzo de 1827, pocos meses después<br />
de haber cumplido los 56 años.<br />
El último de sus cuartetos fué terminado durante su estancia<br />
en casa de su hermano, según indica la nota existente en el manuscrito<br />
original, Gneixendorf'am, SO Oktober 1826, aunque Holz<br />
afirma que estaba ya concluido á fines de Septiembre. A los pocos<br />
días de llegar Beethoven á Gneixendorf escribía á BTaslinger<br />
anunciándole el próximo envío del manuscrito, manuscrito que<br />
el 30 de Octubre, el mismo día en que aparece fechada la nota<br />
del original, fué llevado á Viena por el hermano del compositor.<br />
Ya muy enfermo, el 18 de Marzo, seis días antes de morir, dictó<br />
la dedicatoria de esta obra á Juan Wolfmeier, un comerciante de<br />
Viena, á quien Beethoven profesaba gran amistad, y en Septiembre<br />
del mismo año apareció la pi'imera edición, publicada por la<br />
casa Schlesinger.<br />
Es uno de los cuartetos que han suscitado más diversas opiniones.<br />
Mientras algunos lo declaran el más incomprensible de
104<br />
todos, otros, como Lenz, adjudican á los tres primeros tiempos<br />
«un tono tan delicado, que se temería borrar sus colores soplando<br />
sobre ellos», no faltando quien, como Helm, lo llame el más corto<br />
y fácil de entender de todos los de la última época, colocado á la<br />
misma altura que los demás, en un cierto ambiente más anterior,<br />
aunque sin negligencia alguna en fuerza, ni en maestría. De<br />
cualquier modo, no hay en este cuarteto la homogeneidad que<br />
caracteriza á los anteriores, ni el ascendente progreso de un sentimiento<br />
único.<br />
Entre las particularidades de cada uno de los tiempos, llama<br />
la atención la relativa al final. A la cabeza de él aparecen notadas<br />
la interrogación Muss es sein? (¿Es preciso?) y la respuesta<br />
Es muss sein (Es pi-eciso), esta última repetida, en la siguiente<br />
forma:<br />
Las explicaciones é interpretaciones que se han dado á ese<br />
rótulo, son tan diferentes y contradictorias, que apenas si puede<br />
hacerse caso de ellas.<br />
He aquí la de Schindler: «Entre Beethoven y las personas en<br />
cuyas casas vivía, desarrollábanse á veces escenas cómicas al llegar<br />
el dia del pago de la renta. El encargado de cobrarla tenía<br />
que acudir á Beethoven, calendario en mano, para demostrarle<br />
que había transcurrido la semana y que era forzoso pagar. En su<br />
última enfermedad, al ver aparecer á la portera con el recibo,<br />
cantó Beethoven con la seriedad más cómica el motivo interrogación<br />
del final de este cuarteto. Ella, comprendiendo la intención<br />
y continuando la broma, respondió enfáticamente golpeando el<br />
suelo con el pie: Es muss sein, es muss sein. Existe otra versión<br />
de la historia de este motivo, relativa á un editor, y no difiere<br />
gran cosa de la antes relatada. Ambas se refieren al pago de dinero,<br />
y ambas giran alrededor de una broma; ¡pero qué palacio<br />
tan poético edificó Beethoven sobre tan prosaicos cimientos!»<br />
Marx cita una carta publicada en la Gazette Musicále de París<br />
por Moritz Schlesinger, hijo y compañero de negocios del editor<br />
de este cuarteto. Dice así: «En lo que concierne al Es muss sein<br />
del cuarteto obra 135, nadie podrá explicarlo mejor que yo. Poseo<br />
la obra escrita en partes sueltas por Beethoven mismo, y al enviárnosla<br />
nos escribió diciendo: «Vean ustedes si soy desgraciado,<br />
Quería hacer un final más grandioso, pero no lo encontraba,<br />
y como había prometido á ustedes enviárselo, y además necesitaba<br />
dinero, me decidí á escribirlo así, seguro de que ustedes comprenderían<br />
la intención del Es muss sein. Ademas quería enviarles<br />
una copia bien hecha, pero en todo Módligen, donde entonces<br />
vivía, no encontró un solo copista, y tuve que copiármelo yo.<br />
Les aseguro que fué una hombrada. Ya está hecho. Amén». A la<br />
inserción de esta carta de Beethoven, seguían nuevos párrafos de<br />
Schlesinger, refiriendo que ese documento se quemó en el incendio<br />
de su casa en 182G. Mas como ni ese cuarteto fué escrito en
105<br />
Módligen, ni parecen exactas algunas otras de las afirmaciones<br />
contenidas en la carta del compositor, los biógrafos y comentaristas<br />
la suponen apócrifa, no concediéndole más autoridad que al<br />
relato de Scbindler.<br />
Otra versión de Holz publicada en 1842 en el Zeitschrift fiir<br />
Deutschland Musikvcreine und Dilettanten, se refiere á un amateur<br />
vienes que fué á pedir á Beethoven las partes del cuarteto en<br />
si bemol (obra 130) cuando éstas estaban en poder de Schuppanzigh<br />
para preparar su primera audición. Beethoven se las negó,<br />
añadiendo que se las daría cuando Schuppanzigh las devolviera;<br />
el amateur dijo Wenn es sein muss, y Beethoven replicó Es muss<br />
sein, es muss sein. Al artículo de Holz acompañaba un apunte de<br />
Beethoven, con la notación musical del Es muss sein á cuatro<br />
voces.<br />
Aunque no tengan valor alguno las anteriores versiones, es lo<br />
cierto que la notación musical de las palabras tantas veces repetidas<br />
no deja lugar á duda de que ese motivo había servido á<br />
á Beethoven con anterioridad para alguna de sus cariñosas bromas,<br />
y que, como el del allegretto scherzando de la octava sinfonía,<br />
fué un pensamiento anterior, que después concretó y desarrolló<br />
en el cuarteto. El tema del segundo tiempo de la octava sinfonía<br />
fué una broma dada á Maelzel, el inventor del metrónomo;<br />
en la que las voces repetían ta-ta-ta (el ritmo del acompañamiento)<br />
imitando los golpes del aparato.<br />
Helm explica el final de este cuarteto por el involuntario malhumor<br />
que dominaba á Beethoven á fines de 1826, por su falta de<br />
gana, después del maravilloso lento assai, de escribir el inevitable<br />
final y agrega, que después de desahogar su malhumor, con<br />
la inscripción que rotula este tiempo, encendieron las fatales palabras<br />
el fuego del humorista de tal modo, que lo que comenzó<br />
siendo un esfuerzo que repugnaba á su inspiración, llegó á desbordarse<br />
en el raudal de una fluidez incomparable.<br />
Allegretto.—Llama la atención en este tiempo, como observa<br />
Helm, la riqueza de pequeños motivos, igualmente típicos, y la<br />
manera genial de combinarlos y mezclarlos después. Al primero,<br />
expuesto por la viola como una seria interrogación, responde el<br />
eco inesperado del primer violín; preséntase el segundo como<br />
respuesta... y así continúa algún comentarista una completa explanación<br />
de todo el allegretto, ensalzando su magistral polifonía,<br />
su carácter aereo, la asombrosa facilidad, que produce la impresión<br />
de estar escrito de una sola plumada. Grave y graciosamente<br />
humorístico, tejido en la mágica red de sus significativos y múltiples<br />
motivos, resulta acertada la expresión de Lenz al indicar<br />
que «para traducir todo su gracia y sus halagos deben mirarse<br />
los ejecutantes á los ojos, más bien que al papel».<br />
Vivace.—Más que sobre la primera parte de este tiempo (en<br />
forma de minué ó de scherzo libremente tratada), parte, que como<br />
apunta Helm parece estar cubierta por un velo, han discurrido<br />
los comentaristas sobre la parte central y principalmente sobre<br />
el fortísimo, donde los tres instrumentos graves repiten el obstinado<br />
diseño que acompaña á la extraña fantasía del primer violín.<br />
Ulibicheff califica de locura esos 47 compases, Marx se pregunta<br />
si este cuadro de sonidos tendrá su origen en la enferme-
106<br />
dad de los nervios acústicos de Beethoven, y si sonará siempre<br />
con la dureza con que él lo ha oido en todas las ejecuciones. Si la<br />
primera parte aparece un tanto misteriosa, con la casación de sus<br />
dos motivos y la vaguedad rítmica que sigue á la exposición, si<br />
en ella apunta un humorismo reflexivo y grave, en la parte central<br />
con su fantasía extraña, casi diabólica, cada vez más intensamente<br />
exacerbada, va Beethoven aún más allá del final del<br />
cuarteto en do sostenido menor, de la fuga y de todas sus composiciones<br />
precedentes. Hasta la manera de disminuir la sonoridad<br />
después del pasaje comentado por Marx y Ulibicheff para enlazar<br />
con el misterio de la primera parte, apagando la exaltación anterior,'<br />
es aquí profundamente genial.<br />
Lento assai.—Nohl pretende que este tiempo fué lo último<br />
que Beethoven escribió. Si su opinión no la comparte ningún<br />
otro de los biógrafos, en cambio todos están de acuerdo con él al<br />
considerar esta melodía como dictada por el inconsciente presentimiento<br />
do su próximo fin. La intimidad y nobleza de su primera<br />
parte, calificada por Helm como de los más profundos aciertos<br />
de Beethoven en sus exploraciones del alma humana, truécanse<br />
luego en estremecimientos de muerte, en la patética emoción de<br />
la desventura que anonada y despoja el pensamiento de toda reflexión.<br />
Aunque sumamente breve (54 compases), no cede en fuerza,<br />
ni intensidad, á ninguna otra creación de las más sublimes<br />
del maestro; sólo la Cavatina del cuarteto en si bemol, puede<br />
figurar á su lado.<br />
Grave.—Allegro.—Precedo al final el título Der schwer gefasste<br />
Entschluss (la resolución difícilmente tomada) y la notación de<br />
las palabras Muss es sein? Es muss sein. En la primera edición<br />
francesa va adicionado el título con las palabras Un effort d'inspiration.<br />
Sobre el origen de ese título ya se han indicado antes<br />
algunas opiniones. Lenz lo califica de «erial poco acertado, iluminado<br />
á trechos por relámpagos de genio»; otros le aplican la<br />
lucha entre la resistencia y la sumisión (más bien la conformidad<br />
forzosa) que, según Schindler, tantas veces llevó Beethoven ásus<br />
obras. Helm apunta la juiciosa observación de que la impresión<br />
que produce este tiempo no sería tan intensa sin las palabras del<br />
titulo. De cualquier manera el humorismo final del maestro campea<br />
en esta página, mezclado con la sencillez del segundo tema<br />
(un motivo popular militar, lo llama Helm), con los titánicos rugidos<br />
de la interrogación al reaparecer en el centro del tiempo;<br />
imponiéndose por completo en los últimos compases, donde la<br />
franca risa parece burlarse de sus momentos anteriores de seriedad<br />
y desesperación.<br />
Allegretto.<br />
En la formación del primer tema se suceden varios apuntes de<br />
naturaleza distinta, generalmente repartidos entre los distintos<br />
instrumentos. Los dos primeros apuntes, en fa mayor, aparecen<br />
distribuidos entre los tres superiores.
107<br />
Sucesivamente siguen apareciendo los demás, casi siempre<br />
dentro del matiz piano, brevemente, hasta iniciar el primer violin<br />
el motivo característico de la transición<br />
que brevemente desarrollado da entrada al nuevo apunte que,<br />
por estar escrito en la tonalidad de do mayor, puede ser conside<br />
rado como segundo tema. Aparece dividido entre el violin segundo,<br />
el primero y los otros instrumentos,<br />
siempre acompañado por un contrapunto en dibujo de tx -<br />
esillos<br />
de semicorcheas. Prosigue con la intervención de otros apuntes<br />
en la misma tonalidad, hasta que la aparición de algunos elementos<br />
del primer tema, determinan el final de la parte expositiva.<br />
La central utiliza al principio algunos de los elementos del<br />
primer tema, singularmente los dos primeros; después, por un<br />
poco ritardando introduce una melodía en la menor<br />
siempre piano, acompañada de alusiones al motivo principal, melodía<br />
que va pasando de unos instrumentos á otros.<br />
Por un crescendo, sobre una pedal del violonchelo, reaparece<br />
el principio del primer tema cantado por la viola, tema que prosigue<br />
muy alterado y ampliado, enriquecido con mayor material<br />
contrapuntístico. El episodio de tránsito precede también al segundo<br />
tema, ahora en fa, desarrollado más extensamente, y seguido,<br />
como en la exposición, de nuevos elementos y de una alusión<br />
á una parte del primer tema.<br />
El principio del mismo prolóngase de nuevo en la coda, de<br />
algunas dimensiones, terminada en piano sobre un fragmento del<br />
tema principal.<br />
Vivace.<br />
La primera repetición se desarrolla sobre el doble contrapunto,<br />
en fa mayor, piano, encomendado al primer violin y al violonchelo.
108<br />
En la repetición segunda, nuevos elementos van agregándose<br />
al mismo, presentado en distintas formas.<br />
La melodía de la parte central, la inician la viola y el violonchelo,<br />
prosiguiéndola el primer violin, sobre el ritmo de los demás<br />
instrumentos<br />
Esta parte central se desenvuelve con mucha extensión, utilizando<br />
siempre el motivo inserto, primero en piano y pianísimo,<br />
después, tras un crescendo, en fortísimo, en una fantasía del primer<br />
violin, sobre las cinco primeras notas del tema, que, como<br />
osstinato, repiten los instrumentos inferiores.<br />
Por un decrescendo y un pasaje de enlace, vuelve á presentarse<br />
de nuevo la primera parte, nuevamente escrita, prolongada<br />
por breves compases de coda.<br />
Lento assai, cantante e tranquillo.<br />
Dos compases de preparación fijando la tonalidad de re bemol,<br />
hacen aparecer la melodía del tema principal en el violin primero,<br />
sotto voce<br />
melodia que, acompañada por sencillos contrapuntos, se desarrolla<br />
con alguna extensión, siempre en sentido cantable, interviniendo<br />
melódica y brevemente algunos de los otros instrumentos.<br />
Sin transición, se une su final con el piú lento de cortas dimensiones,<br />
en el que, unidos todos los instrumentos en el mismo<br />
ritmo, canta el primer violin pianísimo, en do sostenido menor<br />
La melodía inicial, en re bemol, más abreviada, reaparece<br />
tratada en canon entre el violonchelo y el primer violin, sobre<br />
un interesante contrapunto de los instrumentos centrales, prosi-
109<br />
guiendo después en el primer violin, libremente, en forma de<br />
variación acompañada por los demás instrumentos, y terminando<br />
pianisimo, en un ritardando.<br />
Der schwer gefasste Entschluss.<br />
(La resolución difícilmente tomada.)<br />
Grave, ma non troppo tratto.—Allegro.<br />
Las notas con que aparece notado el muss es sein? actúan en<br />
esta introducción cantadas por la viola y el violonchelo, contestadas<br />
por un dibujo que sucesivamente repiten los tres instrumentos<br />
superiores<br />
Bruscamente interrumpido ese motivo la segunda vez que se<br />
hace oir, prosigue nuevamente, contestado en diversa forma pollos<br />
dos violines, hasta detenerse, pianísimo, en un calderón.<br />
Allegro.—El tema principal (Es muss sein) lo cantan los dos<br />
violines á la octava sobre el contrapunto de la viola y el violonchelo,<br />
prosiguiendo la melodía el primer violin, en fa mayor<br />
y reproduciéndola después en canon los dos violines.<br />
Tras un silencio prosigue la misma melodía en la mayor, brevemente,<br />
sobre una pedal del violonchelo, quien presenta el segundo<br />
tema en la mayor sobre el sencillo acompañamiento de los<br />
otros instrumentos,<br />
tema que reproduce en la misma forma el primer violín, unióndolo<br />
al período final de la exposición en el que aparece de nuevo<br />
la notación de Es muss sein.<br />
El desarrollo se basa al principio en los elementos característicos<br />
del primer tema, fundidos en contrapuntos diversos, siempre<br />
piano; después en el segundo tema en re mayor, y luego nuevamente<br />
en el primero (pianísimo) que después de engendrar un<br />
episodio más libre, llega por un crescendo á la reproducción del
110<br />
Grave ma non troppo tratto.—En fa menor, fortísimo, sobre un<br />
trémolo de los violines reaparece la notación de la pregunta Muss<br />
es sein? acompañada del comentario de la introducción, prosiguiendo<br />
en forma diferente.<br />
Allegro.—El primer tema se reproduce en fa mayor, piano y<br />
dolce, algo ampliado y revestido de mayor interés contrapuntístico;<br />
el segundo tema, en la misma tonalidad, pasa del violonchelo<br />
al violin, y termina como en la exposición.<br />
La coda utiliza al principio por tres veces la notación de Es<br />
muss sein cortada por calderones, luego el segundo tema en pizzicatto,<br />
terminando con una nueva indicación del primero.
ERRATAS MAS IMPORTANTES<br />
PÁG. LÍNEA DICE <strong>DE</strong>BE <strong>DE</strong>CIR<br />
5 1 qien bien<br />
28 9 le lo<br />
38 14 Allegro Allegretto<br />
39 33 dolce dolce, derivada de los<br />
compasessegundoy tercero<br />
del tema<br />
44 6 setimientos sentimientos<br />
57 31 acordes arpegios<br />
01 47 Allegro Allegretto<br />
05 3 allegrelio ollegretto<br />
70 17 1835 1825<br />
85 1,2 y 12 Stutterkeim Stutterheim<br />
94 5 antonar entonar<br />
103 12 puerto pueblo.
ÍNDICE<br />
PAUINAS.<br />
Advertencia<br />
v<br />
Catálogo de los cuartetos de cuerda<br />
Ludwig van Beethoven.<br />
vn<br />
Los cuartetos de cuerda 1<br />
Obra 18 4<br />
I Cuarteto en fa mayor 7<br />
II Cuarteto en sol mayor 1-<br />
III Cuarteto en re mayor 1<br />
IV Cuarteto en do menor 21<br />
V Cuarteto en la mayor 2(i<br />
VI Cuarteto en si bemol 30<br />
Obra 5!) 34<br />
VII Cuarteto en fa<br />
3 7<br />
VIII Cuarteto en mi menor 44<br />
IX Cuarteto en do 4!)<br />
Obra 74: X Cuarteto en mi bemol<br />
r<br />
'4<br />
Obra 05: XI Cuarteto en fa menor<br />
(<br />
Los últimos cuartetos<br />
>0<br />
Obra 127: XII Cuarteto en mi bemol 70<br />
Obra 130: XIII Cuarteto en si bemol 7