HORIZONTES - Congregación Mariana de la Asunción

Horizontes
Pasaron unos meses y no me atreví a mencionar al P. De la Cueva el
asunto de la oración. Él estaba muy ocupado y no era cosa de importunarle
por un capricho. Pero, naturalmente, no se había olvidado. El Domingo
7 de enero de 2001, me entregó un sobre que contenía la oración que
había compuesto, no para mí sino para la Congregación y todas las personas
que quisieran utilizarla. ¡Era la Festividad del Bautismo de Jesús!
La oración fue publicada en el número siguiente de “Horizontes”, en
una sección titulada VIDA.
En vista de la recientísima “presentación en el Templo” de los niños
nacidos en el último año o año y medio, y tras once largos años de inacción,
quisiera proponer desde estas mismas páginas de “Horizontes” donde
se publicó por primera vez, que esa “Oración de los Padres esperando
al hijo” sea utilizada por aquellos matrimonios que lo deseen hacer, lo
antes posible después de tener la certeza de estar las madres embarazadas.
Sugiero que, en la Misa del Primer Domingo de mes después de conocer
que esperan un bebé, podrían presentar durante el Ofertorio una
cartulina con la Oración impresa, y con el nombre que en ese momento
piensan que podrían querer darle, aunque con la condición de poderlo
cambiar naturalmente por otro en el momento del Bautismo después de
que nazca. Llevaría la cartulina también los nombres de los padres y la
fecha, el sello de la Congregación y la firma del P. Consiliario. Como los
compromisos de los congregantes en el momento de su consagración, la
cartulina podría permanecer encima del altar durante la Misa, y se devolvería
a los padres después.
En el caso de que el embarazo no llegara a buen término, los padres
tendrían constancia escrita de haber expresado su deseo de bautismo
para su bebé, lo que les ayudaría a sobrellevar mejor su pérdida. Y en el
caso de un nacimiento normal, y cuando tuviera ya edad para saberlo –
por ejemplo llegado el momento de la Primera Comunión o de la Confirmación
o de ir a hacer la “mili” (que ya no se estila, claro) – le podrían
enseñar ese “certificado” de Bautismo de Deseo como prueba del amor
con que le esperaban mucho antes de nacer.
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Alfonso Bertodano, C. M. Equipo B