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BOGUS LA CARA OCULTA DEL CASO ROSWELL
Debido al sorprendente revuelo que despertaron todas
las indagaciones de Marston, el Dr. Oakley tuvo la genial idea
de salir de dudas, y realizo una prueba para determinar el
nivel de flúor en los huesos del esqueleto Galley Hill, y
comparar los resultados aplicando el método de Carnot, con
los de Swanscombe.
Los resultados de las pruebas fueron concluyentes, y se
descubrió que los huesos de Swanscombe contenían un dos
por ciento de flúor; lo que demostró que eran mucho más
antiguos que los huesos de Galley Hill, que sólo contenían un
0,2 y un 0,4 por ciento. Este resultado demostraba que el
esqueleto de Galley Hill no era ―indígena‖, sino un
enterramiento intrusivo. Hasta año 1948, no se consiguió un
permiso oficial para hacer la misma prueba con los restos
óseos del Cráneo de Piltdown. Los resultados obtenidos del
examen, también fueron concluyentes, y los huesos del
hombre Piltdown contenían sólo entre un 0,1 y un 1,5 por
ciento de flúor. Otros investigadores, como el antropólogo
sudafricano Weiner y el Científico anatómico británico Le Gros
Clark, junto con el Dr.Oakley, basándose en los estudios de
Marston, comprobaron finalmente que la mandíbula del
hombre Piltdown era un burdo fraude.
Un posterior examen microscópico de los dientes del
hombre de Piltdow, reveló la presencia de finas marcas de
pulido en los molares y caninos, que sugerían que alguien uso
una herramienta de rebaje para modificarlos. Más tarde, otra
prueba realizada con un microscopio de barrido electrónico,
consiguió comprobar este hecho y descubrió que era
imposible que el desgaste de los molares y caninos, pudiera
corresponder con el movimiento natural de los dientes
durante el proceso de masticación.
Norbert R. Ibañez
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