8 Nº <strong>178</strong>/<strong>16</strong>-IX-<strong>1999</strong> La foto Una fe para la vida La persecución que están sufriendo los católicos en Timor vuelve a poner en el primer plano <strong>de</strong> la actualidad la profunda ósmosis <strong>de</strong> la fe católica con la vida <strong>de</strong> cada día. Las exigencias <strong>de</strong> la fe llegan a todos y cada uno <strong>de</strong> los rincones <strong>de</strong> la vida concreta y tangible; hoy en Timor, como en otros momentos en África o en Oriente Medio, o en América. Se equivoca quien piensa, por ejemplo, que las personas consagradas viven aisladas, como ΑΩ en un fanal, al margen <strong>de</strong> los gozos y esperanzas, alegrías y penas <strong>de</strong> la vida. Bien al contrario, los verda<strong>de</strong>ros hombres y mujeres <strong>de</strong> fe son, sin duda, los que más cerca están, y con mayor realismo, <strong>de</strong> todo lo que le ocurre al ser humano: sea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un monasterio en el <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Judá, como el <strong>de</strong> la foto, o sea como el <strong>de</strong> esas <strong>religiosa</strong>s que aplau<strong>de</strong>n el paso <strong>de</strong> los ciclistas en la interesantísima vuelta ciclista a España <strong>de</strong> este año
ΑΩ Criterios Nº <strong>178</strong>/<strong>16</strong>-IX-<strong>1999</strong> 9 La doctrina <strong>de</strong> la justificación Proximamente, en la ciudad alemana <strong>de</strong> Augsburgo, la Iglesia católica y la Fe<strong>de</strong>ración Luterana firmarán <strong>de</strong>finitivamente la Declaración conjunta sobre la doctrina <strong>de</strong> la justificación, en la que se reconoce que se ha alcanzado el consenso sobre verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>finitivas respecto a la doctrina <strong>de</strong> la justificación. El car<strong>de</strong>nal Joseph Ratzinger, Prefecto <strong>de</strong> la Congregación para la doctrina <strong>de</strong> la fe, señala lo siguiente sobre este acuerdo: Las dos partes han subrayado el hecho <strong>de</strong> que no se ha llegado simplemente a un consenso sobre la doctrina <strong>de</strong> la justificación en cuanto tal, sino sobre verda<strong>de</strong>s fundamentales para la doctrina <strong>de</strong> la justificación. Por tanto, hay sectores don<strong>de</strong> existe realmente un acuerdo, pero quedan otros problemas sin resolver. No se trata <strong>de</strong> las fórmulas tomadas en sí mismas, sino consi<strong>de</strong>radas en su contexto, como en el caso <strong>de</strong>l «simul iustus et peccator». Para Lutero, perseguido por el temor <strong>de</strong> la con<strong>de</strong>na eterna, era importante saber que, aunque fuera un pecador, Dios le amaba y justificaba. Para él existe simultaneidad: ser verda<strong>de</strong>ro pecador y estar totalmente justificado. Es una expresión <strong>de</strong> su experiencia personal, que luego fue profundizada con reflexiones teológicas. Mientras que para la Iglesia católica es importante subrayar que no existe dualismo. Si uno no es justo no está tampoco justificado. La justificación, es <strong>de</strong>cir, la gracia que recibimos en el sacramento, covierte al pecador en una nueva criatura, como dice san Pablo. Pero permanece, como dice el Concilio <strong>de</strong> Trento, la concupisciencia, es <strong>de</strong>cir, una ten<strong>de</strong>ncia al pecado, un estímulo que lleva al pecado, pero que, en cuanto tal, no es pecado. Éstas son disputas clásicas. El problema se vuelve más real si tomamos en consi<strong>de</strong>ración la presencia <strong>de</strong> la Iglesia en el proceso <strong>de</strong> la justificación, la necesidad <strong>de</strong>l sacramento <strong>de</strong> la penitencia. Aquí aparecen las verda<strong>de</strong>ras divergencias. Car<strong>de</strong>nal Joseph Ratzinger en 30 Días ΑΩ La tragedia que estos días se está viviendo en Timor Oriental, como la <strong>de</strong> Kosovo, y la <strong>de</strong> Rusia, y la <strong>de</strong> tantos países africanos, y como la no menos dramática <strong>de</strong> los países ricos <strong>de</strong> dinero y <strong>de</strong> miserias morales, no son cosas que que<strong>de</strong>n al margen <strong>de</strong> la educación <strong>de</strong> nuestros hijos. Conviene tenerlo bien en cuenta ahora que comienza un nuevo curso escolar. El Camino <strong>de</strong> Santiago, en este último Año Santo Compostelano <strong>de</strong>l siglo y <strong>de</strong>l milenio, está vibrando especialmente con las pisadas <strong>de</strong> numerosos peregrinos, la mayoría jóvenes, que caminan con el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> llegar hasta la tumba <strong>de</strong>l Apóstol, <strong>de</strong> divisar las agujas <strong>de</strong> su catedral <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Monte <strong>de</strong>l Gozo, y <strong>de</strong> contemplar, y tocar con los manos, el prodigioso Pórtico <strong>de</strong> la Gloria <strong>de</strong>l Maestro Mateo, expresión inigualable <strong>de</strong> la meta <strong>de</strong> la vida. Este año el Camino que hizo Europa se nos ha hecho a todos más familiar, aun a quienes no han tenido la oportunidad <strong>de</strong> caminar por él, y se nos brinda como un espléndido signo <strong>de</strong>l curso que comienza. El inicio <strong>de</strong>l nuevo curso para los más pequeños es ocasión propicia para que todos, especialmente los adultos, padres y educadores, caigamos en la cuenta <strong>de</strong>l sentido y <strong>de</strong>l significado <strong>de</strong> la existencia. No es humano ir pasando un curso tras otro caminando hacia ninguna parte, o hacia metas parciales, incapaces <strong>de</strong> dar cumplimiento a la vida. No es humano vivir sin que crezca la certeza <strong>de</strong> estar caminando hacia una meta verda<strong>de</strong>ramente digna <strong>de</strong>l hombre. La tarea educativa <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser humana cuando olvida esto, por otra parte tan elemental. Y, sin embargo, en buena medida, permanece olvidado. Es importante sin duda cuidar lo que se ha dado en llamar calidad <strong>de</strong> enseñanza, por lo que respecta a los libros <strong>de</strong> texto, al material escolar, a las instalaciones educativas, y sobre todo a los profesores, pero más aún es necesario cuidar la orientación a la meta verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> todas esas realida<strong>de</strong>s, porque si no, no pue<strong>de</strong> hablarse <strong>de</strong> calidad, y suce<strong>de</strong>rá lo que al que corre en dirección equivocada: cuanto más rápidamente lo haga, más lejos estará <strong>de</strong> la meta. Educar es introducir a la realidad. El término realidad es al término educación como la meta al camino; la meta es el significado <strong>de</strong>l caminar humano. Introducir a la realidad total: así precisa Jungmann su <strong>de</strong>finición, que pone <strong>de</strong> manifiesto la extraordinaria importancia <strong>de</strong> la tarea educativa, que ha <strong>de</strong> abarcar a la persona en su totalidad, y a su relación con El riesgo y el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> educar la realidad toda. No basta con que el niño sepa muy bien las Matemáticas y la Geografía, y a<strong>de</strong>más la Historia y la Informática, y practique a<strong>de</strong>más todos los <strong>de</strong>portes y las artes... Si no apren<strong>de</strong> a vivir, en la totalidad <strong>de</strong> su ser y ante la realidad entera, habrá fracasado su educación. ¿Y no es acaso la enseñanza <strong>de</strong> la Religión, y más aún la perspectiva <strong>religiosa</strong> iluminando todas las otras disciplinas, lo que realmente evita dicho fracaso? Si no queremos que el nuevo curso sea un fracaso, los padres, que son los primeros educadores, y los profesores en estrecha colaboración con ellos no <strong>de</strong>berían ahorrar esfuerzos –ni dinero, que con frecuencia se invierte en lo menos necesario– en tener siempre presente la verda<strong>de</strong>ra meta, a la medida <strong>de</strong>l hombre, <strong>de</strong>l camino educativo. Eso los compromete en primera persona. Ése es su <strong>de</strong>ber. Ahí está la clave. La ausencia <strong>de</strong> esta clave está dando lugar a ese sinfín <strong>de</strong> alternativas que son, <strong>de</strong> hecho, lo que está educando –<strong>de</strong>seducando, o más bien <strong>de</strong>struyendo– a niños, jóvenes y adultos, llámense gabinetes astrológicos, consultores transpersonales, o simplemente tanta vacía y frenética actividad, escolar o extraescolar, disfrazada <strong>de</strong> seriedad y <strong>de</strong> eficacia, que no va a ninguna parte... Mejor dicho, va adon<strong>de</strong> no <strong>de</strong>biera ir: a la tristeza <strong>de</strong> una vida sin sentido, que llena <strong>de</strong> muertos a Timor Oriental y <strong>de</strong> drogadictos –<strong>de</strong> drogas reconocidas como tales y <strong>de</strong> las camufladas– al mundo occi<strong>de</strong>ntal.