PROLOGO A LA EDICIÓN FRANCESA - Historia Sociocultural del ...
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Lo sagrado y lo profano<br />
Mircea Eliade<br />
principio de otro intervalo (como se imagina, por ejemplo, un hombre<br />
moderno), sino de la abolición <strong>del</strong> año pasado y <strong>del</strong> tiempo transcurrido.<br />
Tal es, por lo demás, el sentido de las purificaciones rituales: una<br />
combustión, una anulación de los pecados y de las faltas <strong>del</strong> individuo y<br />
de la comunidad en su conjunto y no una simple «purificación».<br />
El Nauróz —el Año Nuevo persa— conmemora el día en que tuvo lugar<br />
la Creación <strong>del</strong> Mundo o <strong>del</strong> hombre. El día <strong>del</strong> Nauróz se efectuaba la<br />
«renovación de la Creación», como se expresaba el historiador árabe<br />
Albíruni. El rey proclamaba: «He aquí un nuevo día, de un nuevo mes,<br />
de un nuevo año: hay que renovar todo lo que el tiempo ha desgastado.»<br />
El tiempo había desgastado al ser humano, a la sociedad, al Cosmos, y<br />
este Tiempo destructor era el Tiempo profano, la duración propiamente<br />
dicha: era preciso aboliría, para reintegrar el momento mítico en que el<br />
mundo había venido a la existencia inmerso en un tiempo «puro»,<br />
«fuerte» y sagrado. La abolición <strong>del</strong> Tiempo profano transcurrido se<br />
efectuaba por medio de ritos que significaban una especie de «fin <strong>del</strong><br />
mundo». La extinción de los fuegos, el retorno de las almas de los<br />
muertos, la confusión social <strong>del</strong> tipo de las Saturnales, la licencia erótica,<br />
las orgías, etc., simbolizaban la regresión <strong>del</strong> Cosmos al Caos. El último<br />
día <strong>del</strong> año, el Universo se disolvía en las aguas primordiales. El<br />
monstruo marino Tiamat, símbolo de las tinieblas, de lo amorfo, de lo no<br />
manifiesto, resucitaba y volvía de nuevo amenazador. El Mundo que<br />
había existido durante todo un año desaparecía realmente. Puesto que<br />
Tiamat estaba de nuevo ahí, el Cosmos quedaba anulado y Marduk se<br />
veía obligado a crearlo una vez más, tras haber vencido de nuevo a<br />
Tiamat 31 .<br />
La significación de esta regresión periódica <strong>del</strong> mundo a una modalidad<br />
caótica era la siguiente: todos los «pecados» <strong>del</strong> año, todo lo que el<br />
tiempo había mancillado y desgastado, quedaba aniquilado en el sentido<br />
físico <strong>del</strong> término. Al participar simbólicamente en la aniquilación y en la<br />
recreación <strong>del</strong> Mundo, el hombre era a su vez creado de nuevo; renacía,<br />
porque comenzaba una existencia nueva. En cada Año Nuevo, el hombre<br />
se sentía más libre y más puro, pues se había liberado <strong>del</strong> fardo de sus<br />
faltas y de sus pecados. Había reintegrado el Tiempo fabuloso de la<br />
Creación, es decir, un Tiempo sagrado y «fuerte»; sagrado porque lo<br />
transfiguraba la presencia de los dioses; «fuerte» porque era el Tiempo<br />
31 31 Para los rituales <strong>del</strong> Nuevo Año, cf. M. Eliade, Le Mythe de l'Éternel<br />
Retour, pp. 89 ss.<br />
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