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REVISTA JMV 87 - Juventudes Marianas Vicencianas

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juventudes<br />

marianas<br />

vicencianas<br />

vicencianos,<br />

arraigados<br />

invierno<br />

2010<br />

revista<br />

<strong>JMV</strong><br />

y edificados<br />

en Crsito<br />

Experiencia<br />

de comunión<br />

eclesial


evista Carta del Director<br />

la imagen<br />

número<br />

88<br />

jmv<br />

INVIERNO<br />

2010 Jesús nace para todos<br />

Navidad, fiesta de comunión y universalidad<br />

Juan José González, C.M.<br />

Queridos lectores de la Revista <strong>JMV</strong>:<br />

Un año más nuestras calles se visten de luz y regalos, a pesar de la crisis, lo que nos anun-<br />

Equipo<br />

cia la llegada de la Navidad. Este año, la Navidad nos habla especialmente de fe, de co-<br />

de Redacción:<br />

Juan José González, C.M.<br />

Sor Isabel Mª Higueras, H.C.<br />

Manuel Martín<br />

Daniel Agustí<br />

Laura Mao<br />

Rosa María Calderón<br />

Sor Marina Gil, H.C.<br />

José Luis López, C.M.<br />

Diseño y Maquetación:<br />

Manuel Martín<br />

Redacción<br />

y administración:<br />

José Abascal, 30<br />

28003. Madrid<br />

Teléfono: 91 445 35 22<br />

Fax: 91 444 30 19<br />

e-mail: jmv@planalfa.es<br />

Web: www.jmve.org<br />

Depósito legal:<br />

M-16.289-1992<br />

ISSN:<br />

1139-6725<br />

Fotomecánica<br />

e impresión:<br />

Campillo Nevado, S.A.<br />

Suscripción:<br />

4 números anuales:<br />

2<br />

12euros<br />

munión, de universalidad,… en el contexto que estamos viviendo en España por la<br />

preparación de la Jornada Mundial de la Juventud, Madrid 2011, acontecimiento que unirá<br />

en nuestro país a jóvenes de los cinco continentes.<br />

Navidad es una invitación a mantenernos “firmes en la fe” al celebrar el misterio de un Dios<br />

que se hace hombre, para que nadie dude del amor de Dios. El primer mensaje de la Navidad<br />

es la entrañable humanidad del Dios cristiano, el “Dios con nosotros” revelado en<br />

Jesús. En Navidad celebramos el nacimiento del Hijo de Dios, que se ha hecho hombre por<br />

nosotros, que ha querido compartir nuestra suerte, que se hace solidario de la humanidad<br />

“poniendo su tienda entre nosotros”.<br />

Pero este misterio de solidaridad de Dios “Emmanuel” con la humanidad tiene unas exigencias<br />

para nosotros, pues la solidaridad, revelada y realizada en Jesucristo, fundamenta<br />

una nueva solidaridad entre los hombres. Dios quiere que la celebración del misterio de la<br />

Navidad nos lleve a todos los hombres a sentirnos más hermanos, más amigos, más solidarios<br />

de todos los problemas y necesidades humanas, más unidos en la comunión de su<br />

Iglesia.<br />

Pero si en Navidad descubrimos un “nuevo Dios”, también nos cambia el concepto del<br />

hombre, pues si Dios se ha hecho hombre, ser hombre es la cosa más importante que se<br />

puede ser. “Dios se ha hecho hombre para que el hombre se haga Dios” (San Agustín). Navidad<br />

es la gran fiesta de la Humanidad. Todos nacimos en Belén, lo mejor de nosotros<br />

nació en Belén. La Navidad grita que al hombre le cabe dentro nada menos que Dios y con<br />

ello estira nuestro corazón hasta el infinito.<br />

En Navidad celebramos que Jesús nace para todos y crea fraternidad. En los pastores y los<br />

magos de Oriente que se acercan a adorarle nos encontramos todos los hombres llamados<br />

a vivir la comunión, en el seno de la Iglesia, Pueblo de Dios.<br />

Si creemos en un “Dios con nosotros”, en un “Dios para nosotros”, en un “Dios en nosotros”,<br />

¿cómo reducir la Navidad a panderetas y turrones?, ¿cómo no sentir asombro, admiración<br />

y solidaridad?<br />

Desde esta Revista os invitamos a contemplar el nuevo rostro de Dios y de la<br />

humanidad que nos regala la Navidad y a vivir el espíritu de comunión, fraternidad y universalidad.<br />

Haciendo nuestro este espíritu de la Navidad prepararemos el corazón para la<br />

Jornada Mundial de la Juventud, que será también una fiesta para encontrarse con Cristo<br />

en la comunión de la Iglesia universal.<br />

¡Feliz Navidad! ¡Feliz peregrinación hacia la JMJ, Madrid 2011!<br />

3


nuestro tema nuestro tema<br />

vicencianos<br />

arraigados<br />

y edificados<br />

en Cristo<br />

Experiencia de Comunión Eclesial<br />

P. Luis Laborda, C.M.<br />

En la última revista <strong>JMV</strong> Marifé termina su artículo escribiendo:<br />

“Actualmente, cuando miramos a nuestro alrededor<br />

reconocemos a qué tribus urbanas pertenecen los<br />

jóvenes…en qué universo cultural están “sumergidos”.<br />

¡Qué sugerente! Sumergidos en Cristo por el Bautismo, metidos<br />

en sus aguas y saliendo de ellas, renovados con nueva<br />

y profunda identidad. Con nueva vestidura y hasta con<br />

nuevo nombre. ¡Perteneciendo a una nueva TRIBU! Hablemos<br />

de la tribu.<br />

Esta tribu es, además de urbana, rural, acuática, aérea, celestial.<br />

Es una tribu universal. Una tribu que tiene: sus rituales<br />

propios, sus costumbres, su forma de organizarse,<br />

sus principios, su forma de vida…<br />

¿La conoces? ¿Será posible una tribu con tantas señales de<br />

identidad y, a la vez, tan universal?<br />

Estaba yo en Nacala (Mozambique) y me pidieron que<br />

fuese a celebrar la Eucaristía a la comunidad de san Agustín.<br />

Manifesté mi dificultad lingüística, especialmente para<br />

la homilía. No hay dificultad. Me dicen: tú hablas en castellano,<br />

te traducen al portugués y luego, alguien lo hará al<br />

macúa. Solucionado.<br />

Llego con alegría y feliz. Saludo. Me quedo impresionado:<br />

gente, organización, sonrisas, fiesta… ¡Qué ambientazo! Se<br />

nota algo especial. Me dispongo a preparar la Eucaristía que,<br />

ya me han advertido, será muy movida, al estilo africano,<br />

tendré hasta que “bailar”. Y, de repente, cambia todo.<br />

Me comunican que alguien desea confesarse. Yo pienso<br />

que habrá un problema con la lengua. Pero pronto hallo la<br />

solución: que la persona hable despacio en portugués y yo,<br />

en castellano. Contento de nuevo.<br />

Se complican las cosas. Los penitentes sólo se expresan en<br />

su idioma, el macúa. No sé qué hacer, pero me decido a ir<br />

al lugar de la Celebración Penitencial. Tiemblo, pero como<br />

soy un atrevido…<br />

Llega el momento. Hacemos en el nombre del Padre…, la<br />

4 5


nuestro tema<br />

Experiencia de Comunión Eclesial<br />

persona se recoge, me habla. Luego me mira, yo le sonrío<br />

y le doy un abrazo. Le enseño el crucifijo. Levanto las dos<br />

manos sobre su cabeza, ella la agacha y se recoge, digo las<br />

palabras de la absolución y hago la señal de la cruz en el<br />

momento de decirle “Yo te absuelvo…en el nombre del<br />

Padre…”, ella se santigua. Me mira, sonríe, le doy otro<br />

abrazo y se va. Así, hora y cuarto.<br />

¡Nos hemos entendido perfectamente! Ellos y ellas, en<br />

macúa y yo, en castellano.<br />

¡Es que esta tribu es universal! Aquella Eucaristía que siguió,<br />

ha sido una de las más felices y sentidas de mi vida,<br />

porque comprendí, en la experiencia intensa, que mi seguimiento<br />

a Jesucristo tiene una dimensión comunitaria y<br />

universal. Ya lo sabía, pero sentirlo tan fuerte me hizo vivirlo<br />

a tope. ¡Yo les había entendido! ¡Ellos me habían entendido!<br />

Es que somos de la misma tribu y tenemos unos<br />

mismos principios, unos mismos signos, un mismo lenguaje,<br />

unas mismas contraseñas,…<br />

Pensemos en el comienzo de esta tribu. No nos olvidemos,<br />

que se trata de la de los sumergidos en el Señor Jesús. Los<br />

bautizados, sus seguidores.<br />

Y ocurrió que el primer acto público de ella, donde se dio a<br />

conocer, fue una predicación. La escucharon gente venida<br />

de muchos sitios y con diversas lenguas y todos entendieron<br />

a un pescador tozudo, cabezón y recalcitrante que les<br />

hablaba de un tal Jesús, a quien acababan de matar y que<br />

había resucitado; que pasó la vida haciendo el bien; que Él<br />

era el Mesías prometido, y que los que estaban con Él eran<br />

testigos de esta resurrección.<br />

¿Qué había sucedido? Porque unos días antes el tal Pedro<br />

y sus compañeros y compañeras habían huido, llenos de<br />

miedo en el cuerpo. Muy sencillo, había venido sobre ellos<br />

el Espíritu Santo y les había dado toda su fuerza para que<br />

comprendiesen lo que habían visto y oído junto a Jesús y se<br />

lanzasen a anunciarlo al mundo. Así nació la tribu de los seguidores<br />

de Jesús, de los sumergidos en Él, la IGLESIA.<br />

Pedro les invitó a apuntarse y muchos lo hicieron.<br />

Lo que allí comenzó, no paró, sino que, siguiendo el man-<br />

dato del propio Jesús, se fue anunciando por toda la tierra.<br />

Estos días celebramos a San Francisco Javier ¡mira que<br />

fue un misionero incansable! Estuvo en la India, Japón y<br />

hasta las puertas de China. Le dije a un compañero nacido<br />

en la India:” Celebrarás a San Francisco que llevó la fe a la<br />

India” (¡Qué metedura de pata por mi parte!) Me contestó:<br />

fue Santo Tomás. Era uno de aquellos primeros pertenecientes<br />

a la Iglesia, de los apóstoles y discípulos que recibieron<br />

la fuerza de Dios. Llegó hasta la India.<br />

De todas formas, ya Jesús, en su vida, en medio de la humanidad,<br />

fue apuntando la necesidad del grupo. Recuerdo<br />

unos sencillos retazos. Desde que comenzó a hablar del<br />

Reino de Dios, llamó a unos especialmente junto a él, los<br />

Apóstoles. No es que fuesen de mucha ayuda, en ocasiones<br />

eran un estorbo, pero siguió empeñado en estar con<br />

ellos. Os recuerdo algunos sucesos: a Pedro le dijo: “apártate<br />

de mí, Satanás” cuando intentaba convencerle de que<br />

no fuese a Jerusalén y así se quedase bien instalado en Galilea;<br />

les tuvo que llamar la atención cuando discutían quién<br />

sería el primero después de Él en el gobierno del reino y<br />

todos se cabrearon entre sí; lo traicionaron y abandonaron<br />

en cuanto llegó el peligro; ya había resucitado y seguían<br />

pensando si ya comenzaría a gobernar… Pese a todo,<br />

siempre siguió con ellos y los mantuvo como grupo.<br />

La Iglesia inmediatamente comenzó a organizarse en pequeños<br />

grupos. A cada ciudad que llegaba el anuncio de la<br />

buena noticia que Jesús había anunciado y alguien se hacía<br />

su seguidor, lo aceptaba para sí, intentaba vivir como Jesús<br />

proponía, con el amor y la misericordia por delante,… se<br />

reunían, oraban juntos, cenaban juntos, recordaban juntos<br />

las palabras y propuestas de Jesús y vivían el recuerdo de<br />

la Última Cena partiendo y compartiendo el mismo Pan y el<br />

mismo Cáliz. Recordaban y celebraban semanalmente su<br />

Resurrección, el triunfo sobre el mal. Y cada vez se les unía<br />

más gente.<br />

Unas comunidades con otras se relacionaban continuamente.<br />

Se intercambiaban copias de los dichos y hechos<br />

de Jesús que habían puesto por escrito después de oírlas<br />

de boca de los discípulos. Se ayudaban en momentos difíciles.<br />

Todo el que llegaba a una ciudad buscaba a sus hermanos<br />

para celebrar con ellos la misma fe y esperanza. Fue<br />

surgiendo una bella e intensa relación que llamamos con<br />

nuestro tema<br />

6 7


nuestro tema<br />

Experiencia de Comunión Eclesial<br />

una preciosa palabra: CO-<br />

MUNIÓN.<br />

No fue fácil en los comienzos,<br />

ni luego más tarde, ni<br />

lo es ahora. La Iglesia<br />

quiere ser y hacer esa comunión<br />

entre quienes siguen<br />

a Jesús, pero los<br />

intereses, las infidelidades,<br />

el poder, la cabezonería, el<br />

individualismo, el radicalismo…<br />

ha hecho y hace,<br />

que sea una gran tarea muy<br />

frágil. Pero, a la vez lo más<br />

bello. Quienes siguen a<br />

Jesús, quienes de verdad y<br />

corazón están sumergidos<br />

en Él, se sienten en comunión.<br />

Es una unión que se<br />

percibe por encima de las<br />

distancias y hasta de las<br />

ideologías en la mayoría de<br />

las ocasiones.<br />

¡Qué sabio fue Jesús! Esta<br />

era una de sus grandes preocupaciones<br />

y cuando se<br />

estaba despidiendo de sus<br />

más íntimos, primero nos<br />

regaló el pan partido y el<br />

cáliz compartido, su<br />

Cuerpo y su Sangre para<br />

que todos pudiésemos<br />

unirnos en ellos y tomar<br />

fuerza de ellos para mantener<br />

la comunión. El mismo<br />

pan y la misma bebida en<br />

todas las reuniones de los<br />

suyos.<br />

Después, hizo un gesto<br />

que es la clave de esa comunión:<br />

lavar los pies, es<br />

decir, servirnos unos a<br />

8<br />

Había una vez una preciosa hoguera<br />

que daba calor y luz.<br />

La formaban un buen número<br />

de troncos. Empezaron a discutir<br />

entre ellos si no sería mejor separarse<br />

para así dar luz y calor a más espacio.<br />

La mayoría concluyó que no,<br />

que todos juntos cumplían mejor<br />

su misión. Pero uno de los troncos no<br />

lo aceptó y se apartó.<br />

Pronto se fue apagando y comprobó<br />

que no podía dar ni luz ni calor.<br />

Corrió a ponerse junto a los otros<br />

y su llama prendió de nuevo<br />

y siguió dando luz y calor.<br />

otros, y servir más, quien<br />

más encargo tiene de trabajar<br />

por esa comunión,<br />

los que tienen cualquier<br />

ministerio y tarea en la<br />

Iglesia. Y juntos servir a la<br />

humanidad.<br />

Además, en el testamentooración<br />

posterior a la cena<br />

le pide al Padre: “Que<br />

todos sean uno para que el<br />

mundo crea que tú me has<br />

enviado”. Y lo pide con insistencia<br />

y reiteración (cf<br />

Jn 17, 1ss).<br />

En la historia la comunión<br />

se ha roto de muchas formas<br />

y por muchos motivos.<br />

Unas veces porque<br />

unos han pensado una cosa<br />

de Jesús y otros, otra; en<br />

ocasiones, por pensar distinto<br />

sobre la organización<br />

de la Iglesia; en otras, por<br />

intereses políticos o particulares;<br />

otras, por el egoísmo<br />

de querer mandar o<br />

introducir pensamientos<br />

propios…<br />

Muchas veces se ve que<br />

cuando los seguidores del<br />

Señor piensan en los pobres<br />

y en el amor y misericordia<br />

que Jesucristo nos<br />

anunció, se suelen destruir<br />

todas las divisiones. Cada<br />

vez más la Iglesia soñamos<br />

y queremos esa comunión<br />

que nos pidió.<br />

Pero la comunión no sólo es<br />

un problema de asuntos<br />

graves y grandes, sino de lo más cercano. Es algo que tenemos<br />

que hacer visible entre los pequeños grupos, comunidades,<br />

que formamos la Iglesia.<br />

Es muy importante la palabra VISIBLE.<br />

En más de una ocasión surge la discusión sobre la comunión<br />

en la Iglesia hablando de cómo todos estamos unidos<br />

en el Pan eucarístico, en el Obispo que nos<br />

preside,… Eso es verdad, pero ¿cómo puede el mundo<br />

creer si no ve visiblemente esa unidad, sino sólo se queda<br />

en lo profundo de la conciencia de los cristianos, y en lo<br />

externo aparece la división o diferencias? Esta es una<br />

tarea que nos corresponde llevar a cabo con interés, sin<br />

descanso.<br />

Además lo sentimos y sabemos, cuando un grupo de cristianos<br />

está muy unido, llama la atención. Cuando un grupo<br />

de aquí y otro de allí se encuentran y hacen visible esa unidad,<br />

¡qué sensación de felicidad vivimos!<br />

¿No pasa eso en nuestros encuentros, en el ciber espacio<br />

(aunque sea en “generación inserso”)? Este es uno de los<br />

grandes valores de momentos como ahora nos disponemos<br />

a celebrar: la Jornada Mundial de la Juventud. Creo<br />

que es su mayor riqueza: sentir la comunión, que formamos<br />

parte de la misma Iglesia. Tiene otras muchas, como<br />

tiene otros problemas, pero la experiencia fuerte de entender<br />

y vivir los mismos signos, las mismas esperanzas, la<br />

misma fe todos juntos, venidos de todos los lugares del<br />

mundo es central.<br />

De la Iglesia se dicen muchas imágenes para expresar<br />

qué es y cómo es: nuestra madre, Jerusalén celestial,<br />

esposa de Cristo, cuerpo de Cristo, una barca… Todas<br />

son bonitas y nos aportan muchas cosas. El Concilio Vaticano<br />

II escogió una en el documento Lumen Gentium<br />

(Luz de los pueblos) preciosa: Pueblo de Dios. Dedica<br />

todo el Capítulo II que lo colocó expresamente antes de<br />

hablar de la organización de la Iglesia. Porque todos,<br />

por el Bautismo, somos parte de este pueblo que en la<br />

Tierra es semilla en medio de la humanidad del Reino<br />

de Dios. Esta es nuestra principal identidad y lo que más<br />

claro tenemos que tener. Lo tenemos que tener claro y<br />

vivirlo.<br />

nuestro tema<br />

Cuántas veces hablamos de la Iglesia y sólo nos referimos a<br />

la organización. Es una equivocación que los que nos sentimos<br />

seguidores claros de Jesús no podemos tener. ¡Somos la<br />

Iglesia!<br />

Que hay cosas de la organización que no te gustan del<br />

todo, ¡pues a proponer que sean de otra forma! Pero lo que<br />

nos define es nuestra tarea, nuestra forma de vida tomándose<br />

en serio lo de ser semilla de ese reino en donde vivimos<br />

y en la misión que nos ha pedido Dios y a la que<br />

estamos intentando responder. Todos tenemos algo especial<br />

que hacer por ese Reino.<br />

A veces resulta difícil identificarse claramente con la Iglesia.<br />

Basta mirar encuestas y opiniones. Sirva como ejemplo que<br />

se puede consultar los datos del último estudio de la Fundación<br />

SM “Jóvenes 2010” (15-24 años) mientras un 53,5% se<br />

considera católico, solo un 22% opina que la religión es algo<br />

importante en su vida. Ocupa el último lugar entre las propuestas<br />

presentadas a los jóvenes. La política le pasa porque<br />

lo es para un 27% y la siguiente por abajo es la vida sexual<br />

satisfactoria (¡ojo al dato!) con un 81% de importancia. ¡Qué<br />

distancia!<br />

Un 32% se siente parte de la Iglesia y piensa que seguirá<br />

siéndolo. Un 60% de los que dicen ser creyentes piensan<br />

que las cosas de la fe son privadas y no hay por qué expresarlas<br />

en público. ¡Equivocados! La fe tenemos que vivirla<br />

juntos y hacer visible nuestra comunidad, la Iglesia, la<br />

“tribu” ¿Qué sería de un gótico que nunca saliese a la calle<br />

con ropa negra?<br />

¡Cuántas veces oímos aquello de “creo en Dios, pero no en<br />

la Iglesia!<br />

Por muchos datos y frases que oigamos, no hay duda. Lo<br />

importante es la identidad auténtica y decidida de quienes<br />

sentimos ser seguidores de Jesucristo y formamos y nos<br />

sentimos parte de su Iglesia, de su tribu. Porque vivimos<br />

llenos del amor y del servicio. Y nos reunimos y celebramos<br />

la vida semanalmente, extraordinariamente en los momentos<br />

cruciales de la vida. Somos testigos de nuestro<br />

Señor y esperamos el triunfo del bien sobre el mal en la humanidad.<br />

9


punto de mira punto de mira<br />

El jueves 18 de noviembre, al regresar<br />

a mi casa, me dispuse a leer el periódico<br />

que cada día compramos. Nada<br />

más mirar la primera página, pude ver<br />

con horror una imagen y un escalofrío<br />

de malestar recorrió mi cuerpo a la vez<br />

que surgía desde mis entrañas un grito<br />

mudo de dolor. Mostraba de manera<br />

cruda una mujer desnuda, tendida en<br />

la calle, enferma de cólera teniendo<br />

como único colchón el duro cemento<br />

de la acera, con los ojos abiertos y mirando<br />

al objetivo del fotógrafo de manera<br />

interpeladora, aguardando una<br />

inexorable cita con la muerte. Igual de<br />

terrible era la sentencia del titular:<br />

“Haití: cuando la calle es la única mortaja.<br />

Cientos de personas infectadas<br />

por el cólera agonizan abandonadas<br />

en la vida pública”.<br />

Realmente, la imagen me hirió y me<br />

hizo sentir culpable de tener una vida<br />

segura, cómoda y rutinaria, mientras<br />

otros no tienen ni un colchón de un<br />

hospital para morir.<br />

Pero lo más terrible de esa fotografía<br />

no residía en la angustiosa agonía de<br />

esa mujer anónima, sino en la indiferencia<br />

que suscita su destino en la<br />

gente que pasa junto a ella y prosigue<br />

su camino sin detenerse, sin mirarla siquiera,…<br />

sin compadecerse. ¿Dónde<br />

están los samaritanos? –me planteé–<br />

¿Cómo hemos llegado a esta situación<br />

de deshumanización?<br />

Tras este brevísimo acto de solidaridad<br />

con los más pobres del mundo, los moribundos<br />

que mueren solos, sin nadie<br />

que les muestre un ápice de humanidad,<br />

continué con mi lectura del periódico.<br />

Y hoy me replanteo mi actitud de<br />

ese día. Y hoy me cuestiono qué estoy<br />

haciendo por esa humanidad doliente.<br />

¿Acaso será este artículo el modo de<br />

acusarme y acusar públicamente de indolencia<br />

al género humano? ¡Falaz pretensión!<br />

Y sin embargo no quiero<br />

quedar indiferente ni que tú te quedes<br />

así.<br />

Cada día hay imágenes que impactan<br />

contra nuestra conciencia y nuestro<br />

corazón, pero topan con una muralla<br />

cuando la calle<br />

es el único hogar P.<br />

de indiferencia o de creer que nada podemos<br />

hacer. Y seguimos con nuestra<br />

vida como si nada.<br />

No hace mucho, leí la historia de Kevin<br />

Carter. Él era un fotógrafo que plasmó<br />

hace 17 años el horror de la guerra de<br />

Sudán, la cual dejó tras de sí miles de<br />

muertos de hambre. Carter visitó ese<br />

país para retratar aquella realidad;<br />

apenas llegó se encontró con una escena<br />

que decidió inmortalizar para la<br />

eternidad: una niña pequeña desfallecida<br />

y desnutrida parece descansar,<br />

casi tumbada en medio de un campo,<br />

mientras un buitre, detrás de ella, espera<br />

por si muere. Seguro que esa imagen<br />

la has visto varias veces, pues<br />

circula en algunos power-points. Hay<br />

muchas versiones sobre lo que hizo<br />

Carter tras fotografiar aquella escena;<br />

unos hablan de que dejó allí a la niña y<br />

se marchó; otros dicen que sí la ayudó.<br />

Fuese como fuese, un año después, al<br />

regresar de recoger el premio Pulitzer<br />

por esa fotografía, se suicidó; no soportó<br />

el peso de su conciencia; tenía<br />

33 años.<br />

¿Es posible seguir fotografiando o escribiendo<br />

tras haber sido testigo de<br />

una iniquidad tan grande que nos hace<br />

avergonzarnos como seres humanos?<br />

¿Es posible vivir cuando uno ha presenciado<br />

algo mucho peor que el propio<br />

infierno? Las dos fotografías, la de<br />

Kevin Carter hace 17 años y la de Héc-<br />

José Luis López, C.M.<br />

tor Retamal en Haití, desprenden un<br />

horror tan intenso que nos obliga a<br />

apartar la vista, a cerrar los ojos y querer<br />

creer que se trata de una pesadilla<br />

de la que despertaremos y todo habrá<br />

pasado.<br />

Supongo que por un mecanismo innato<br />

de defensa, nos vamos inmunizando<br />

frente a estas situaciones de<br />

horror de igual modo que reaccionamos<br />

ante el dolor físico; y, poco a<br />

poco, dejamos de sentir y, con ello, dejamos<br />

de ser misericordes. Yo creo que<br />

no debemos actuar así, apartando la<br />

mirada para no ver o desviando nuestro<br />

camino para no sufrir. Debemos<br />

mirar estas y otras imágenes y dejar<br />

que nos inoculen tales sentimientos<br />

que nuestras defensas no puedan<br />

combatir y nos hagan sentir lo mismo<br />

que Kevin Carter cinco minutos antes<br />

de suicidarse… Pero, en nuestro caso,<br />

decidir en el último minuto que no debemos<br />

acabar con nuestra vida, y, de<br />

paso, con nuestro sentimiento de<br />

dolor; sino que debemos acabar con<br />

esas situaciones de mala vida que genera<br />

la humanidad, aunque ello comporte<br />

que debamos sufrir un poco.<br />

Porque esta Navidad, de modo<br />

tal vez más patente que el resto<br />

de días del año, seguirán habitando,<br />

en nuestras calles, personas<br />

que no tendrán nada,<br />

absolutamente nada. Personas<br />

que habrán perdido sus casas y<br />

trabajos por culpa de la crisis provocada<br />

por el sistema económico<br />

y bancario y buscarán un techo<br />

en los cajeros automáticos de<br />

esos bancos y en los portales de<br />

los comercios de los poderosos.<br />

Personas que sólo comerán algo<br />

caliente sentados en las mesas<br />

de los comedores sociales o de<br />

las obras sociales de los religiosos.<br />

Personas que beberán vino<br />

barato para olvidar que están<br />

solos, que nadie les invitará a brindar<br />

con cava o hartarse de ricos manjares.<br />

Personas que irán a las celebraciones de<br />

las iglesias pero se quedarán a la puerta<br />

esperando que el sacerdote haya enternecido<br />

los corazones de los fieles y a la<br />

salida se apiaden de los pobres.<br />

Recuerdo una noche de la semana de<br />

Navidad de hace unos años en que salí a<br />

pasear por las calles de Barcelona. La iluminación<br />

ornamental convidaba a la alegría.<br />

Los comercios estaban a punto de<br />

cerrar, pero aún se oía en muchos de<br />

ellos el hilo musical con villancicos o can-<br />

ciones propias de la época que incitaban<br />

a comprar. El clima era algo frío e invitaba<br />

a volver pronto a casa, sentarse en<br />

torno a la mesa y compartir dulces y turrones.<br />

Iba de regreso cuando en la<br />

puerta de un banco había un señor<br />

mayor, con barba blanca, que no era<br />

Papá Noel, y que, abrigado con una ropa<br />

bastante raída, tocaba con una flauta el<br />

conocido villancico “Noche de Paz”.<br />

Muchos pasaban de largo con sus bol-<br />

sas y sus prisas; alguno deceleró su paso<br />

para arrojarle alguna moneda en el<br />

gorro de lana que puso en el suelo, delante<br />

de él. Pero yo me senté en un<br />

banco que había enfrente y me dispuse<br />

a escucharlo como si se tratase de un<br />

concierto de un gran solista. Lo hacía<br />

bien. Y la dulzura de la flauta y la paz de<br />

la melodía me llevó a serenarme y creo<br />

que a sentir eso que llaman el “espíritu<br />

de la Navidad”. Y me pregunté quién<br />

era aquel señor que nos regalaba aquellos<br />

instantes de alegría y gozo; y pensé<br />

si no estaría sólo en la vida pues si no, su<br />

familia lo tendría sentado en la mesa; y<br />

me planteé cómo viviría él la Navidad y<br />

si tendría motivos para la esperanza y<br />

para dar gracias a Dios.<br />

Al cabo de un buen rato, cuando<br />

acabó una canción, me acerqué, deposité<br />

algo de dinero en su gorro, le<br />

miré a los ojos y con la máxima sinceridad<br />

y el mayor agradecimiento<br />

que nacían de mi corazón, le sonreí,<br />

le dí las gracias por su música<br />

y le deseé una feliz Navidad.<br />

Me correspondió con una sonrisa<br />

y el mismo deseo para mí.<br />

Pero me quedé con la inquietud<br />

en mi conciencia de si<br />

había hecho todo lo que podía<br />

hacer por aquel hombre. Quizás<br />

debiera haberme estado<br />

un rato conversando con él y<br />

conociéndolo. Quizás debiera<br />

haberlo invitado a tomar algo<br />

caliente en un bar. Quizás…<br />

siempre quizás… pero ¿cómo<br />

actuar?<br />

Joven (o no tan joven) que me<br />

lees. Te pido que tengas los ojos<br />

bien abiertos para ver a estas<br />

personas. Procura que tu corazón<br />

no se inmunice contra el horror<br />

que nos rodea. Sueña que es<br />

posible luchar contra todo ese mal. Y<br />

atrévete a emprender acciones valientes<br />

y creativas desde el amor, desde la<br />

caridad y desde la justicia. Y recuerda<br />

que todo aquello que hacemos a uno<br />

de estos hermanos nuestros más pobres,<br />

a Cristo se lo hacemos. Acuérdate<br />

de buscar a Jesús también por las<br />

calles de nuestras ciudades, pues él, a<br />

punto estuvo de nacer en la calle. Sólo<br />

tuvo el abrigo de un pesebre y el calor<br />

de sus padres y de los más pobres del<br />

lugar.<br />

10 11


entrevista entrevista<br />

Monseñor<br />

César A. Franco<br />

Coordinador General de la JMJ Madrid 2011<br />

En estos tiempos en que la Archidiócesis de Madrid y toda España está implicada en los preparativos<br />

de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid-2011, tenemos el gozo de poder entrevistar<br />

a Mons. Cesar A. Franco, Obispo Auxiliar de Madrid y Coordinador General de la JMJ.<br />

Además es el compositor de la letra del himno oficial de la JMJ, recientemente presentado.<br />

Él tiene diferentes vínculos con la Familia Vicenciana, pues mantiene contactos frecuentes<br />

con los Misioneros Paules, por sus visitas a la Basílica La Milagrosa y otras parroquias,<br />

con las Hijas de la Caridad y con otras ramas de la familia.<br />

En su momento le presentamos el proyecto de participar como jóvenes de la Familia Vicenciana<br />

en la JMJ y nos mostró su apoyo. Siempre le hemos encontrado cercano y cariñoso con nosotros,<br />

por lo que nos hemos tomado la confianza de hacerle esta entrevista,<br />

aún sabiendo sus múltiples ocupaciones en estas fechas.<br />

Comenzamos con una pregunta personal.<br />

¿Quién es D. Cesar Augusto<br />

como persona? ¿Cómo se presentaría<br />

a los lectores de la Revista <strong>JMV</strong>?<br />

Como persona, me gusta poco hablar<br />

de mí mismo. Sí puedo decir que me<br />

fascina la vocación sacerdotal que he<br />

recibido como gracia del Señor y que<br />

es el motivo más grande de alegría, lo<br />

que me hace vivir siempre en disposición<br />

de servir a la Iglesia y a los hombres.<br />

No me entiendo sin esta gracia<br />

del sacerdocio y doy constantemente<br />

gracias a Dios por ella. También doy<br />

gracias a Dios por mis padres, de quienes<br />

he recibido el don de la fe desde<br />

pequeño. Actualmente tengo la satisfacción<br />

de poder cuidar de mi anciana<br />

madre.<br />

Una pregunta tópica, pero necesaria.<br />

¿Cómo van los preparativos de este<br />

magno acontecimiento, la JMJ, en el<br />

que está implicada toda la Iglesia de<br />

Madrid?<br />

Los preparativos llevan buen ritmo gracias<br />

al trabajo del Comité organizador y<br />

de la generosidad de mucha gente y de<br />

los voluntarios que poco a poco se ofrecen<br />

a los trabajos. Después de dos años<br />

de preparativos en los que se han creado<br />

las estructuras de trabajo y coordinación<br />

y donde se han establecido las<br />

relaciones con las diversas administraciones<br />

públicas, estamos en la recta final.<br />

El trabajo mayor consiste en la acogida<br />

de los peregrinos y en la logística<br />

de los actos centrales en los que interviene<br />

el Santo Padre.<br />

El día 21 de Noviembre comenzamos la<br />

campaña de acogida de los jóvenes en<br />

familias y la de voluntarios. Necesitamos<br />

muchas familias que acojan a jóvenes<br />

en sus casas y alrededor de<br />

20.000 voluntarios para los diversos<br />

servicios. Queremos crear la conciencia<br />

de que es toda la Iglesia de Madrid<br />

la que debe prepararse para la acogida<br />

de tantos jóvenes y para vivir un acontecimiento<br />

de esta trascendencia. Y<br />

confiamos en que nuestra diócesis responderá<br />

a este reto con mucha generosidad<br />

y alegría.<br />

Indudablemente, preparar una Jornada<br />

Mundial de la Juventud puede ser<br />

un oficio de titanes y un ejercicio de encaje<br />

de bolillos. Por eso, ¿cuáles han<br />

sido y son las mayores dificultades y<br />

12 13


entrevista<br />

Monseñor César A. Franco<br />

también los gozos que encuentra en<br />

este ministerio que se le ha confiado?<br />

Supone, ciertamente, una gran responsabilidad<br />

pues hay que pensar en<br />

todos los aspectos que lleva consigo la<br />

acogida de cientos de miles de peregrinos<br />

jóvenes: alojamiento, comida,<br />

trasporte, seguridad… Visto en su conjunto,<br />

no cabe duda que es un trabajo<br />

que asusta. Yo desde luego no tengo<br />

alma ni capacidad de empresario para<br />

llevar adelante una empresa de esta<br />

magnitud. La experiencia de los seglares<br />

competentes que forman el equipo<br />

de responsables es inestimable.<br />

Hasta ahora no hemos tenido grandes<br />

dificultades pues, gracias a Dios, todo<br />

son facilidades para que la Jornada sea<br />

un éxito, pero, de cara al desarrollo de<br />

la planificación, creo que las mayores dificultades<br />

serán las del capítulo de acogida<br />

de los peregrinos y la organización<br />

de los actos centrales, dada la complejidad<br />

de los mismos. En cuanto a los gozos,<br />

siempre vienen de la mano de las<br />

personas generosas que se ofrecen al<br />

trabajo y que ponen lo mejor de sí mismos<br />

para que las Jornadas produzcan el<br />

fruto para el que fueron instituidas: la<br />

evangelización de los jóvenes.<br />

D. Cesar es el Coordinador General de<br />

esta Jornada Mundial de la Juventud.<br />

¿Podría explicar un poco en qué consiste<br />

su tarea?<br />

Mi tarea es coordinar, bajo la autoridad<br />

del Sr. Cardenal, los trabajos del<br />

Comité organizador que trabaja en<br />

plena sintonía con el Pontificio Consejo<br />

de Laicos, que es el responsable<br />

último de las Jornadas. Represento al<br />

Sr. Cardenal en las relaciones institucionales<br />

y coordino las diversas áreas<br />

la vida cristiana es un caminar en Cristo,<br />

amigo, hermano y Señor,<br />

en quien podemos vivir la experiencia<br />

del Dios-Hombre que vive con nosotros<br />

del trabajo del comité: pastoral, acogida,<br />

comunicación, actos centrales,<br />

días previos en las diócesis, festival de<br />

la juventud, logística. Al frente de cada<br />

departamento hay un responsable y<br />

tenemos reuniones frecuentes de programación<br />

y ejecución de las tareas.<br />

Como obispo, naturalmente, procuro<br />

que nunca se pierda de vista la finalidad<br />

de las Jornadas y el espíritu que<br />

debe animarlas, porque nuestro trabajo<br />

no es el de una empresa meramente<br />

humana.<br />

Como Pastor de la Diócesis está cerca<br />

de muchos jóvenes. ¿Está tan desquiciada<br />

la juventud actual, como, a veces,<br />

se oye, se comenta o se escribe?<br />

¿Qué valores destacaría Ud. en la juventud<br />

actual de España?<br />

Ciertamente procuro estar cerca de<br />

los jóvenes y siempre me encuentro<br />

con ellos en las visitas pastorales. Hay<br />

jóvenes y jóvenes, naturalmente. Creo<br />

que hay muchos jóvenes desorientados,<br />

que viven sin descubrir el sentido<br />

pleno de su vida. Los estudios de sociólogos<br />

y sicólogos abundan en descripciones<br />

de una juventud, que, en<br />

general, adolece de fragilidad y estabilidad.<br />

El Papa, en su mensaje para<br />

esta Jornada, insiste precisamente en<br />

estas carencias para justificar el lema<br />

que ha escogido: «arraigados y edificados<br />

en Cristo, firmes en la fe».<br />

Es evidente que de esto no son culpables<br />

los jóvenes, sino toda la sociedad<br />

que, en gran medida, ha renunciado a<br />

la tarea de educar a los jóvenes. Se<br />

puede decir que se les deja a la deriva.<br />

Y eso es muy peligroso, pues el niño y<br />

el joven, por su propia condición, necesitan<br />

ser formados. Hace poco leía<br />

una artículo sobre la poca preparación<br />

que tienen los padres para educar. Y<br />

así lo vemos en los problemas que tienen<br />

los educadores en la escuela y en<br />

otros ámbitos de la sociedad. Se echa<br />

de menos, insisto, una pedagogía para<br />

la juventud y, sobre todo, maestros,<br />

educadores de los jóvenes.<br />

En cuanto a los valores de la juventud<br />

actual, destacaría el deseo de ser ellos<br />

mismos, su afán de sinceridad (otra<br />

cosa es cómo la entiendan), y su capacidad<br />

de ser solidarios cuando se encuentran<br />

causas que les atraen. También<br />

creo que están más libres de<br />

prejuicios, aunque son fácilmente manipulables<br />

por falta de formación.<br />

¿Qué piden hoy los jóvenes a la Iglesia<br />

y que espera la Iglesia de los jóvenes?<br />

También aquí depende de la cercanía<br />

que los jóvenes tengan con la Iglesia.<br />

Es distinto el joven que vive integrado<br />

en la comunidad eclesial del que ve la<br />

Iglesia desde fuera. Hablando en general,<br />

y situándome en el ámbito de los<br />

jóvenes que conocen la Iglesia aunque<br />

sea imperfectamente, los jóvenes suelen<br />

pedir coherencia, testimonio, cercanía<br />

a los problemas de los hombres,<br />

comprensión. Tienen un cierto sentido<br />

de lo que es el evangelio y piden que la<br />

Iglesia viva lo que predica y sea coherente<br />

con ello.<br />

En este sentido Benedicto XVI dijo, con<br />

ocasión de la Jornada Mundial de Colonia,<br />

que los jóvenes son «una provocación<br />

saludable» para los pastores<br />

para que seamos coherentes, intrépidos,<br />

unidos. Hay otras peticiones que<br />

no pueden ser acogidas porque parten<br />

del desconocimiento de lo que es<br />

la Iglesia y, en muchas ocasiones, de<br />

una actitud llena de prejuicios hacia la<br />

Iglesia.<br />

En cuanto lo que la Iglesia espera de<br />

los jóvenes, lo resumiría en una sola<br />

cosa: que sigan a Jesucristo con alegría<br />

y generosidad porque en él encontrarán<br />

todo lo que buscan. Que lo sigan a<br />

pesar de sus pecados, dificultades, fracasos,<br />

etc. Cristo siempre les comprenderá<br />

y les ayudará a dar sentido<br />

pleno a su vida, es decir, a ser felices.<br />

Si hacen esto, ellos mismos sentirán<br />

la Iglesia como algo suyo, como el<br />

Cuerpo de Cristo, del que ellos mismos<br />

son sus miembros.<br />

La Pastoral Juvenil ha sido siempre un<br />

campo complejo y siempre en búsqueda.<br />

¿Qué va a suponer la JMJ para la<br />

Pastoral Juvenil en España en los próximos<br />

años? ¿Hacia dónde tiene que<br />

caminar nuestra Pastoral con jóvenes?<br />

Es difícil hacer un pronóstico, dado<br />

que además no soy profeta… Pero, si<br />

contemplamos lo que han supuesto<br />

otras Jornadas para la Pastoral juvenil,<br />

podemos pensar que también la nuestra<br />

producirá los mismos frutos: un<br />

mayor empeño e ilusión en el trabajo<br />

con los jóvenes sin caer en posturas<br />

derrotistas sobre una juventud que supuestamente<br />

no tiene interés por<br />

Cristo; un relanzamiento de la pastoral<br />

juvenil siguiendo las orientaciones del<br />

Papa, siempre tan atinadas y oportunas;<br />

y creo que también se dará un crecimiento<br />

de las vocaciones, en la medida<br />

en que los responsables de la<br />

juventud estén atentos a los signos de<br />

la llamada de Dios.<br />

¿Hacia donde tiene que caminar nuestra<br />

pastoral con jóvenes? Aunque parezca<br />

que simplifico mucho, creo que<br />

debe favorecer el encuentro con<br />

Cristo de forma más directa y propositiva.<br />

La relación personal con Cristo<br />

es el secreto de la vida cristiana. Junto<br />

a esto, debemos procurar que los jóvenes<br />

tengan una experiencia rica de<br />

la Iglesia como comunidad, que es<br />

precisamente una de las vivencias<br />

más fuertes de las Jornadas: encontrarse<br />

con la Iglesia católica, universal.<br />

Por último, debemos insistir mucho<br />

más en la formación sobre la fe, porque,<br />

sin el conocimiento y vivencia de<br />

la fe, es imposible mantenerse en<br />

Cristo. Quizás por eso, el Papa ha escogido<br />

el lema que contiene la expresión<br />

«firmes en la fe».<br />

Esta entrevista es para la revista de <strong>Juventudes</strong><br />

<strong>Marianas</strong> <strong>Vicencianas</strong>.<br />

Desde su conocimiento de la rama juvenil<br />

de la Familia Vicenciana y del carisma<br />

vicenciano, ¿qué espera la Iglesia<br />

de <strong>JMV</strong> y que valores puede<br />

aportar en el ámbito plural de la Pastoral<br />

Juvenil?<br />

Subrayaría la dimensión mariana de la<br />

fe. Creo que puede aportar una auténtica<br />

devoción a María, como Madre<br />

de Cristo y de la Iglesia y como verdadera<br />

creyente que ilumina nuestra<br />

peregrinación en esta tierra. Es un<br />

dato precioso de la espiritualidad de<br />

las <strong>JMV</strong>, que hay que ponerlo en relieve.<br />

Me refiero a la verdadera devoción<br />

mariana, no a una devoción<br />

light… María nos acerca a Cristo y nos<br />

hace tangible el evangelio.<br />

Además, la Iglesia, como ha subrayado<br />

el Concilio Vaticano II fiel a la tradición,<br />

tiene en María el modelo, el tipo per-<br />

14 15


fecto del cristiano. Si los jóvenes de <strong>JMV</strong><br />

son verdaderamente marianos aportarán<br />

a la Iglesia mucha alegría, frescura,<br />

integridad de fe, pureza de vida y una<br />

fortaleza inquebrantable a la hora de<br />

superar las dificultades por las que pasa<br />

la fe. A esto animaría yo a <strong>JMV</strong>.<br />

D. Cesar, usted es el autor de la letra<br />

del himno oficial de la JMJ Madrid-<br />

2011. ¿Cómo se ha gestado este himno?<br />

¿Qué mensaje fundamental ha querido<br />

transmitir a los jóvenes al componer<br />

su letra?<br />

El himno se ha gestado de la siguiente<br />

manera: el Comité me pidió que compusiera<br />

la letra, que fue aprobada por<br />

el Pontificio Consejo de Laicos. Posteriormente<br />

se pidió la música a un sacerdote<br />

vasco, Enrique Vázquez, que<br />

goza de un reconocido prestigio como<br />

compositor, que ha hecho tres versiones:<br />

la versión ensemble, la de coro<br />

mixto y órgano, y la versión pop-soul,<br />

que fue aprobaba también por la autoridad<br />

competente.<br />

16<br />

El menaje fundamental que he querido<br />

trasmitir a los jóvenes es que la<br />

vida cristiana es un caminar en Cristo,<br />

amigo, hermano y Señor, en quien podemos<br />

vivir la experiencia del Dios-<br />

Hombre que vive con nosotros y nos<br />

comunica lo que sólo Dios puede comunicar.<br />

Las estrofas pretenden centrar<br />

la mirada en la persona de Cristo,<br />

y concretamente en su humanidad<br />

(manos, ojos, labios, pies…), en<br />

donde, como dice San Pablo habita<br />

corporalmente la divinidad. Por otra<br />

parte, he pretendido ayudar a descubrir<br />

que nuestra vida depende de la de<br />

Cristo que se ha entregado por nosotros.<br />

En realidad, me he inspirado en<br />

el texto completo de san Pablo a los<br />

Colosenses de donde está extraído el<br />

lema.<br />

Supongo que la Iglesia Universal tiene<br />

puestas muchas esperanzas en esta<br />

próxima Jornada Mundial de la Juventud<br />

de Madrid. ¿Cuáles son, concretamente,<br />

las esperanzas que tiene<br />

usted?<br />

Mi única esperanza es que todo el<br />

enorme trabajo que lleva la preparación<br />

de la Jornada sirva para que los jóvenes<br />

se acerquen a Cristo y se dejen<br />

trasformar plenamente por Él. Si esto<br />

se da, habrán servido todos los esfuerzos<br />

y los momentos de dificultad,<br />

que ciertamente no faltarán. A nivel<br />

humano, la esperanza es que todo<br />

salga bien a nivel organizativo. Pero<br />

todo va en función del fin principal.<br />

Pido a los lectores que recen por ello.<br />

Muchas gracias.<br />

Desde la Revista <strong>JMV</strong> agradecemos a<br />

Monseñor César su disponibilidad, el<br />

abrirnos su corazón para compartirnos<br />

su vida y sus esperanzas, especialmente<br />

en torno a la JMJ y el mundo de<br />

los jóvenes. Le deseamos un buen trabajo<br />

en la organización de la JMJ, para<br />

que sea realmente un acontecimiento<br />

y una fiesta, de forma que Madrid sea<br />

lugar de encuentro de muchos jóvenes<br />

con Cristo en la comunión de su<br />

Iglesia.<br />

Peregrinación del latín peregrinato significa viaje al extranjero<br />

o estancia en el mismo. En el diccionario se recogen<br />

varios significados destacando el viaje efectuado por<br />

un creyente (o grupo de creyentes) hacia un lugar de devoción<br />

considerado como sagrado según la religión de<br />

cada uno. De manera coloquial se define peregrinación<br />

como andar de un lugar a otro buscando o resolviendo<br />

algo.<br />

La peregrinación es una experiencia espiritual, una experiencia<br />

de descubrimiento gozoso especialmente cuando<br />

se realiza en grupo. Un viaje interior con Dios y hacia Dios.<br />

Toda peregrinación surge por una motivación, recorre un<br />

camino y alcanza una meta. Antiguamente los peregrinos<br />

hacían el camino como penitencia, como un medio para<br />

sanar su corazón, para encontrarse y reconciliarse con Dios<br />

y con la Iglesia. Hoy no sólo penitentes realizan el camino<br />

sino que se ha extendido a todo creyente que quiere caminar<br />

por diferentes motivos bien de fe, bien personales.<br />

En los siglos anteriores, los peregrinos viajaban en naves,<br />

caballos o a pie. Se arriesgaban a ser asaltados en el camino,<br />

a contagiarse de enfermedades o incluso a ser tomados<br />

como esclavos. Algunos nunca regresaban a casa,<br />

viajaban “en la fe”. Hoy día, en pleno siglo XXI, los peregrinos<br />

lo tienen un poco más fácil, viajan en avión, tren o<br />

coche, las leyes y el orden civil hacen que viajar sea más<br />

cómodo, rápido y seguro. Pero no hay que olvidar que la<br />

dureza es un elemento propio de la peregrinación. Así, los<br />

peregrinos siempre hablan de las dificultades del camino,<br />

experiencias de frío, calor, dolor físico y muscular, cansancio,<br />

la dureza de la convivencia, etc.<br />

jornada mundial de la juventud 2011<br />

La JMJ ¿una peregrinación?<br />

“Paraos en el camino<br />

y mirad, preguntad<br />

por los senderos antiguos<br />

cuál es el buen camino<br />

y andad por él,<br />

y encontraréis sosiego<br />

en vuestras almas”.<br />

(Jeremías 6, 16)<br />

Ser peregrino es algo esencial de todos los cristianos.<br />

Jesús fue el primer peregrino durante toda su vida, huyó<br />

con sus padres a Egipto en busca de seguridad, peregrinó<br />

a Jerusalén por la fiesta de Pascua y ya de adulto todos sus<br />

pasos fueron una peregrinación hacia Jerusalén dando<br />

cuenta de la fe y de Dios allí donde estuviera.<br />

Entonces… ¿la JMJ es una peregrinación? Definitivamente<br />

SÍ. Como sabéis, el Papa Juan Pablo II invitó a todos los jóvenes<br />

a ser peregrinos en el mundo moderno y a unirse en<br />

grandes grupos para compartir y celebrar su fe, y la meta<br />

de esta peregrinación no es un santuario o lugar sagrado<br />

concreto, sino que es el encuentro con el prójimo, con el<br />

Papa y con Dios. Las Jornadas Mundiales de la Juventud<br />

convocan a toda una peregrinación de jóvenes, bien del<br />

país de acogida o de otro, a vivir la peregrinación mostrando<br />

una Iglesia joven y llena de vida. Los jóvenes peregrinos<br />

de la JMJ viajan con sencillez y siempre unidos<br />

encontrando retos y bendiciones a lo largo del camino.<br />

Y tú, ¿quieres ser peregrino?<br />

Mamen Navarro<br />

Secretaria Nacional <strong>JMV</strong>


formación misionera<br />

Buscad a Dios y viviréis<br />

La vocación misionera late con fuerza en nuestra Asociación.<br />

Siendo uno de los pilares donde se sustenta <strong>Juventudes</strong><br />

<strong>Marianas</strong> Vicenciana, sus raíces crecen profundas<br />

desde hace 25 años. Causa o consecuencia de ello es la solidez<br />

que tienen los cursos de formación que disfrutan de<br />

un momento dulce tanto por la respuesta de los jóvenes<br />

como por la calidad de los ponentes. La vida palpita en<br />

ellos en respuesta a las necesidades y al compromiso con<br />

el pobre. Prueba de ello, es que casi medio centenar de<br />

asistentes siguen dando pasos en un nuevo curso que<br />

arrancó allá por el mes de octubre en Las Viñas (Andujar)<br />

y que tuvo su continuidad en el centro JUMAVI-San Enrique<br />

de Madrid en noviembre.<br />

La casa de las Hijas de la Caridad situada en las faldas de<br />

Sierra Morena, a los pies del Santuario de la Virgen de la<br />

Cabeza, se ha convertido en un marco incomparable para<br />

arrancar cada año con fuerzas renovadas los cursos de formación<br />

misionera de <strong>JMV</strong>. Como en anteriores ediciones, el<br />

grupo de asistentes se dividió el primer día, unos para iniciar<br />

su formación y estrenar el curso, y otros para evaluar<br />

su experiencia de envío este verano a la Misión.<br />

En una de las evaluaciones más concurridas que se recuerdan<br />

de los últimos años, casi una veintena de jóvenes departieron<br />

con la Delegada nacional, Sor Isabel Higueras, el<br />

Director nacional, el P. Juan José González y la Presidenta<br />

de nuestra asociación, Irune Fernández. Las experiencias<br />

vividas en Mozambique, Bolivia, Cuba, Honduras, Marruecos<br />

y Angola se cruzaban como ejemplo del bullir que la<br />

vocación misionera disfruta en estos momentos. Por otra<br />

parte, Marcos Amador y Pilar Auton nos ayudaron a trabajar<br />

el tema de la “vocación y misión del laico vicenciano”,<br />

desde su gran sabiduría y experiencia.<br />

Dado el pistoletazo de salida al curso 20010-11, en la nueva<br />

fase del 6 y 7 de noviembre, la presencia de Marifé Ramos<br />

y Pilar Yuste arrojó luz sobre la labor de los profetas a lo<br />

largo de la historia así como el diálogo interreligioso y ecumenismo.<br />

Con la primera de las ponentes se hizo un extenso<br />

repaso al recorrido de los profetas y su mensaje en<br />

la historia de la salvación, para aterrizar en la realidad actual<br />

de la Iglesia y la enorme cantidad de profetas de nuestro<br />

tiempo que hacen bueno su nombre, siempre<br />

partiendo de la fuente de las Sagradas Escrituras.<br />

Con el mensaje “buscad a Dios y viviréis”, los profetas han<br />

ido martilleando la conciencia social desde los orígenes.<br />

Desde Isaías o Jeremías a otros menores como Oseas, Joel<br />

o Amós, pasando también por profetisas como Miriam o<br />

Débora, se fue profundizando en la labor de estos personajes<br />

y de lo mucho que representa su figura para nosotros<br />

hoy. El profeta busca que Dios ocupe su sitio y que desde<br />

Dios se reorganice la sociedad, es decir, que se reconstruya<br />

el Reino de Dios. ¿Y no es eso precisamente lo que debe<br />

hacer el cristiano hoy?<br />

Si Marifé Ramos se ha erigido en una verdadera experta<br />

a la hora interpelar a sus participantes sobre su relación<br />

con Dios (famoso es ya su esquema de los círculos concéntricos),<br />

nadie descubre a estas alturas a Pilar Yuste,<br />

incansable activista en la lucha de los derechos humanos<br />

y fiel reflejo de la riqueza interreligiosa. Junto a ella, se<br />

repasaron conceptos como laicismo, integrismo o verdad<br />

religiosa a la hora de desgranar la realidad en la relación<br />

de las distintas religiones. La importancia del<br />

diálogo, la necesidad de respetar la diversidad cultural y<br />

la respuesta al pobre y al más necesitado como fin úl-<br />

timo,fueron gotas que calaron<br />

en el grupo durante su reflexión.<br />

Ejemplos actuales como la situación del pueblo palestino o<br />

el saharaui se pusieron sobre la mesa de diálogo para hacer<br />

interpelar a los jóvenes cristianos de hoy la cantidad de llamamientos<br />

que Dios nos hace a través del necesitado. Pilar<br />

incidió en la necesidad de conocer las realidades de las distintas<br />

culturas y religiones para poder mantener un diálogo<br />

constructivo, la famosa inculturación que al misionero se le<br />

reclama cuando está en tierra de Misión.<br />

Cabe recordar, pues de no hacerlo el repaso no estaría completo,<br />

la comunión en la que se celebran estos cursos. La formación<br />

es uno de los pilares en los que se sustentan, pero no<br />

el único. La oración, la Eucaristía y el flujo de experiencias de<br />

los que ya han pasado por la misión “ad gentes”, son el pegamento<br />

que une y da sentido a los días de intenso trabajo<br />

que se disfrutan cuando formas parte de ellos.<br />

Jesús Ballesteros (Comisión de Misiones)<br />

18 19


adultos adultos<br />

ENCUENTRO NACIONAL<br />

SOCIOS ADULTOS DE <strong>JMV</strong><br />

Los días 23 y 24 de octubre nos hemos reunido, como en<br />

años anteriores, en el Centro Jumavi-San Enrique de Madrid,<br />

representantes de diez comunidades de adultos de<br />

<strong>JMV</strong> de toda España al objeto de celebrar nuestro Encuentro<br />

Nacional anual. El objetivo de este encuentro es el<br />

de examinar el trabajo realizado en el curso anterior y programar<br />

el que empieza. Se aprovecha estos días de encuentro<br />

para orar y formarnos, todo envuelto en un<br />

ambiente de fraternidad y cariño.<br />

Los representantes de las Comunidades de adultos de Almería,<br />

A Coruña, La Solana (Ciudad Real), Bétera (Valencia),<br />

Mª Inmaculada (Madrid), Madrid Sur (Madrid), San<br />

Alfonso (Madrid), Hospital Clínico (Madrid) y Emmanuel<br />

(Málaga), acompañados por Sor Margarita, de Mª Inmaculada<br />

y de nuestro Director Nacional, el P. Juan José Gonzá-<br />

lez, nuestra Presidenta Nacional, Irune Fernández y la Delegada<br />

Nacional, Sor Isabel Mª Higueras, trabajamos duramente<br />

a lo largo del fin de semana.<br />

Como miembros activos de la Asociación, muchos de nosotros<br />

como Catequistas y Animadores de los jóvenes, centramos<br />

una parte importante de la formación en el lema<br />

de este año: “¡Sumérgete en Cristo!” Fue Irune quien nos<br />

presentó el lema mediante una dinámica atractiva, la cual<br />

podemos utilizar para trasmitirla a nuestros jóvenes. La<br />

tarde del primer día tuvimos la suerte de compartirla con<br />

Camino Cañón, Presidenta del Foro de Laicos de España.<br />

Fue una suerte que quisiera compartir con nosotros su<br />

tiempo y principalmente su experiencia sobre la realidad<br />

de nosotros, los laicos, en nuestra Iglesia de España. Nos<br />

presentó el Foro como un cauce para trasladar las inquie-<br />

tudes de los laicos a otros niveles de la Iglesia. Nos pidió<br />

una mayor implicación local en los distintos foros de laicos<br />

de nuestras provincias y en resumen, nos hizo sentir partícipes<br />

de esa realidad en las que numerosas Asociaciones<br />

(entre ellas <strong>JMV</strong> y otras de la Familia Vicenciana) demuestran<br />

su empeño por hacer realidad el Reino de Dios dentro<br />

de la Iglesia.<br />

El segundo día del encuentro lo dedicamos esencialmente<br />

a evaluar y programar.<br />

• Se evaluaron las distintas vocalías encomendadas a distintas<br />

comunidades: Oración comunitaria (Comunidad<br />

de La Solana), Revista <strong>JMV</strong> (Comunidad de Almería),<br />

Sección “Socios adultos” en la Web (Comunidad de A<br />

Coruña), Campamento Comunitario (Comunidad Emmanuel<br />

de Málaga) y Formación (Comunidad Madrid-<br />

Sur). Se consiguieron los objetivos previstos en casi<br />

todas ellas. Se examinaron los fallos y se propusieron<br />

nuevos objetivos.<br />

• Se mantuvo el mismo Equipo Animador de Adultos de<br />

J.M.V.<br />

• Se procedió a elegir a la nueva representante de los socios<br />

adultos en el Consejo Nacional de <strong>JMV</strong>, siendo designada,<br />

por unanimidad, Antonia Alhambra Patón, de<br />

la Comunidad de La Solana, Ciudad Real.<br />

• Se designaron los socios adultos que nos representarán<br />

en la Asamblea Nacional de <strong>JMV</strong> habiendo sido elegidos<br />

los siguientes:<br />

1.Juan Carlos Romero de la Fuente, de la Comunidad<br />

Madrid-Sur.<br />

2.Carlos Fresno Crespo, de la Comunidad de Valladolid.<br />

3.Inmaculada Sepúlveda Cano, de la Comunidad de<br />

Ciudad Real.<br />

4.Margarita Enterría, de la Comunidad de María Inmaculada<br />

(Madrid)<br />

5.Carmen Martínez Izquierdo, de la Comunidad de Bétera<br />

(Valencia)<br />

6.Jesús Martín Rodríguez, de la Comunidad Emmanuel<br />

de Málaga.<br />

7.Juan José López Navarro, de la Comunidad de Almería<br />

y<br />

8.José Juan Pérez Ramos, de la Comunidad de A Coruña.<br />

•Se eligieron como suplentes<br />

1.Marisol García Díaz-Guerra de la Comunidad del Sagrado<br />

Corazón de Madrid.<br />

2.Belén Orosa López de la Comunidad de A Coruña.<br />

•Se instó a todas las comunidades a participar en el “Encuentro<br />

Internacional de Jóvenes Vicencianos” y en la<br />

“XXIV Jornada Mundial de la Juventud, Madrid 2011”.<br />

Tras la eucaristía, enmarcada con símbolos y recuerdos de<br />

nuestras comunidades misioneras, finalizamos el encuentro<br />

con el deseo de seguir trabajando por el proyecto comunitario<br />

de la Asociación y hacerlo presente en nuestros jóvenes.<br />

Jesús Colmenero.<br />

Coordinador Nacional de Adultos de <strong>JMV</strong><br />

20 21


jumavi jumavi<br />

El tiempo libre yla educación en la fe<br />

¿Para qué sirve educar en la fe en el Tiempo Libre? ¿Por qué Optar por el Tiempo Libre desde esta perspectiva de fe es<br />

El educador de tiempo libre del que hablamos en estas lí- hacer crecer de manera alarmante este número. Ante esta<br />

educar en la fe en el Tiempo Libre, si esto del Tiempo Libre adoptar un estilo de vida distinto. Es salirse del círculo creneas,<br />

tiene dos apellidos muy concretos para nosotros, que realidad, se nos presenta el reto de saber dar respuesta y<br />

parece que es algo que tiene que ver más con campamenado por la sociedad industrializada donde cada segundo<br />

son: “cristiano” y “vicenciano”. Es una persona vocacio- atender estas realidades de riesgo social en infancia y jutos<br />

y juegos, festivales y dinámicas…?<br />

debe ser productivo; por la sociedad de consumo donde el<br />

nada y enamorada del proyecto de Jesús y del proyecto de ventud, tanto en las dimensiones preventivas como de in-<br />

ocio es algo más a consumir, un tiempo que hay que llenar<br />

Vicente de Paúl.<br />

t e r v e n c i ó n .<br />

Sin embargo, el tiempo libre, es un espacio privilegiado con cualquier cosa. Es apostar por un tiempo donde el<br />

Hay muchas si-<br />

para la educación en la fe. Es apostar por una educación in- hombre se pueda realizar como tal, en libertad, donde se<br />

El educador de Tiempo Libre cristiano y vicenciano conoce tuaciones que<br />

tegral, que abarca y complementa todas las dimensiones pueda dar el encuentro con los otros y con el Otro (Dios).<br />

el gran valor que tiene el tiempo libre como motor trans- atender de<br />

del ser humano.<br />

formador de las pobrezas, como constructor de un manera inme-<br />

hombre y sociedad nuevas, donde hay sitio para diata, pero<br />

La visión del Tiempo Libre desde el prisma de la fe es con-<br />

todos.<br />

hay otras musiderar<br />

a éste como un camino hacia la creación de homchas<br />

que aten-<br />

El tiempo libre es un espacio privilegiado de inclusión soder de manera<br />

bres nuevos, hombres libres, que transformen la realidad.<br />

Un camino hacia una sociedad nueva, más justa, más solidaria.<br />

El hombre libre, el hombre nuevo, ha descubierto<br />

que su papel en la historia y en la transformación de la sociedad<br />

no es el de espectador, sino el de actor. En definitiva,<br />

es ser agente activo de la construcción del Reino de<br />

Dios, un reino de paz, justicia, amor y libertad.<br />

Ser educador de Tiempo Libre (monitor, coordinador,<br />

animador, etc.) no es por tanto algo<br />

que se haga diez días al año en un campamento<br />

o unas horas todas las semanas en un centro o<br />

en una parroquia. Ser educador de Tiempo<br />

Libre cristiano no es solo saber emplear los recursos propios<br />

del Tiempo Libre para dinamizar la catequesis. Es<br />

sentirse y saberse inserto en el proyecto de Dios. No se<br />

educa desde lo que se dice o desde lo que se hace, sino<br />

desde lo que se es. Ser educador de Tiempo Libre es una<br />

opción de vida, una vocación. No hay división entre la vida<br />

diaria – ocio – fe.<br />

cial. Un entorno de ocio inclusivo es aquel en el que todas las<br />

personas tienen cabida, sin importar su condición social, su<br />

nacionalidad, sus limitaciones físicas o psíquicas, etc.<br />

Algunos informes apuntan a que cerca de un 20% de menores<br />

vive en España bajo el umbral de la pobreza. La situación<br />

de crisis económica que atraviesa el país puede<br />

continuada, insertas en proyectos<br />

de intervención socioeducativa.<br />

El Tiempo Libre visto desde el<br />

prisma de la fe es tiempo de encuentro, tiempo de transformación<br />

y de construcción del Reino de Dios. Es “tiempo<br />

para plantar”, “tiempo para amar”, “tiempo para reír”,<br />

“tiempo para edificar”. Es tiempo de, por y para Dios.<br />

Maleni Hernán.<br />

Escuela de TL Jumavi – Madrid.<br />

24 25


encuentro jóvenes vicencianos<br />

catequesis preparatoria<br />

la oración<br />

fuente de la vida espiritual<br />

para el joven vicenciano<br />

Analizamos nuestra realidad<br />

Vivimos en un mundo secularizado, increyente, materialista<br />

y consumista, una sociedad que valora más el<br />

hacer que el ser. ¡Cuánto tienes, tanto vales!. Nuestra<br />

sociedad sufre de carencia de valores, hombres y mujeres<br />

que se llenan de cosas para calmar sus propios vacíos.<br />

Nuestros jóvenes que siguen corrientes filosóficas<br />

sin criterios de dicernimiento, jóvenes que se dejan llevar<br />

por el gusto, la moda, el sexo, etc.<br />

26<br />

Antes se decía: “Pienso luego existo”; hoy se dice “siento<br />

luego existo”. Todo se decide por las sensaciones y por el<br />

querer. Hay poco criterio humano y mucho menos criterio<br />

cristiano en la toma de decisiones. A veces se siente que<br />

se quiere matar lo espiritual en la experiencia humana, sin<br />

darnos cuenta que en el fondo constituye lo esencial en la<br />

vida.<br />

Compartimos en el grupo:<br />

¿Que sería el hombre y la mujer sin espíritu?<br />

¿Hablan los jóvenes de espiritualidad? ¿Qué significa<br />

espiritualidad en el mundo de los jóvenes?¿Es lo<br />

mismo espirtualidad y espiritualismo?<br />

¿Considero la oración como parte importante de mi<br />

vida espiritual? ¿Considero la oración como fin o<br />

como medio?<br />

¿Qué es lo que busco cuando oro? ¿Reduzco la oración<br />

sólo a momentos de la vida?...<br />

Son muchas las interrogantes que surgen en nuestro interior,<br />

preguntas que han de ayudarnos a comprender mejor<br />

como hemos de vivir nuestra fe, nuestra vida cristiana,<br />

como jovenes vicencianos. Les invitamos pues, queridos<br />

jóvenes, a detenernos, a hacer un alto en nuestra vida para<br />

reflexionar y evaluar juntos, a la luz de la Palabra de Dios y<br />

de la enseñanza de Vicente de Paúl, cómo estamos respondiendo<br />

a la llamada que hemos recibido y qué podemos<br />

hacer para ser cada día mejores en la oración y en la<br />

acción.<br />

Iluminamos nuestra realidad<br />

con la Palabra de Dios<br />

Cristo nos enseña a orar<br />

(Lc. 11,1-4)<br />

Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Al terminar su<br />

oración, uno de sus discípulos le dijo: ”Señor enséñanos a<br />

orar como Juan enseñó a sus discípulos”. Les dijo: cuando<br />

recen, digan: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu<br />

reino. Danos cada día el pan que nos corresponde. Perdónanos<br />

nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos<br />

a todo el que nos debe. Y no nos dejes caer en la<br />

tentación”.<br />

Compartimos en el grupo:<br />

¿Cómo ha de ser la oración de un joven vicentino a<br />

la luz del Evangelio?<br />

encuentro jóvenes vicencianos<br />

catequesis preparatoria<br />

Nos dice San Vicente:<br />

¡Servir a los pobres es dejar<br />

a Dios por Dios!<br />

El servicio a los pobres ha de ser preferido a todo.<br />

(S.V.P., Carta 2.546)<br />

“Nosotros no debemos estimar a los pobres por su apariencia<br />

externa o su modo de vestir, ni tampoco por sus<br />

cualidades personales, ya que, con frecuencia, son rudos e<br />

incultos. Por el contrario, si consideráis a los pobres a la luz<br />

de la fe, os daréis cuenta de que representan el papel del<br />

Hijo de Dios, ya que Él quiso también ser pobre. Y así, aun<br />

cuando en su pasión perdió casi la apariencia humana, haciéndose<br />

necio para los gentiles y escándalo para los judíos,<br />

sin embargo, se presentó a éstos como evangelizador de<br />

los pobres: “Me ha enviado para anunciar el Evangelio a<br />

los pobres”.<br />

También nosotros debemos estar imbuidos de estos sentimientos<br />

e imitar lo que Cristo hizo, cuidando de los pobres,<br />

consolándolos, ayudándolos y apoyándolos. Cristo,<br />

en efecto, quiso nacer pobre, llamó junto a sí a unos discí-<br />

27


encuentro jóvenes vicencianos<br />

catequesis preparatoria<br />

pulos pobres, se hizo Él mismo servidor de los pobres, y de<br />

tal modo se identificó con ellos, que dijo que consideraría<br />

como hecho a Él mismo todo el bien o el mal que se hiciera<br />

a los pobres. Porque Dios ama a los pobres y, por lo mismo,<br />

ama también a los que aman a los pobres ya que, cuando<br />

alguien tiene un afecto especial a una persona, extiende<br />

este afecto a los que dan a aquella persona muestras de<br />

amistad o de servicio. Por esto, nosotros tenemos la esperanza<br />

de que Dios nos ame, en atención los pobres. Por<br />

esto, al visitarlos, esforcémonos en cuidar del pobre y desvalido,<br />

compartiendo sus sentimientos, de manera que podamos<br />

decir como el Apóstol: “Me he hecho todo a<br />

todos”. Por lo cual, todo nuestro esfuerzo ha de tender a<br />

que, conmovidos por las inquietudes y miserias del prójimo,<br />

roguemos a Dios que infunda en nosotros sentimientos<br />

de misericordia y compasión, de manera que<br />

nuestros corazones estén siempre llenos de estos sentimientos.<br />

El servicio a los pobres ha de ser preferido a todo, y hay<br />

que prestarlo sin demora. Por esto, si en el momento de la<br />

oración hay que llevar a algún pobre un medicamento o un<br />

auxilio cualquiera, id a él con el ánimo bien tranquilo y<br />

haced lo que convenga, ofreciéndolo a Dios como una prolongación<br />

de la oración. Y no tengáis ningún escrúpulo ni<br />

remordimiento de conciencia si, por prestar algún servicio<br />

a los pobres, habéis dejado la oración; salir de la presencia<br />

de Dios por alguna de las causas enumeradas no es ningún<br />

desprecio a Dios, ya que es por Él por quien lo hacemos.<br />

Así pues, si dejáis la oración para acudir con presteza en<br />

ayuda de algún pobre, recordad que aquel servicio lo prestáis<br />

al mismo Dios. La caridad, en efecto, es la máxima<br />

norma, a la que todo debe tender: ella es una ilustre señora,<br />

y hay que cumplir lo que ordena. Renovemos, pues,<br />

nuestro espíritu de servicio a los pobres, principalmente<br />

para con los abandonados y desamparados, ya que ellos<br />

nos han sido dados para que los sirvamos como a señores”<br />

Compartimos en el grupo:<br />

¿Qué rasgos de la espiritualidad vicentina tenemos<br />

que potenciar los jóvenes de la Familia Vicentina?<br />

Nos comprometemos<br />

Actividad:<br />

Juntos elaboraremos, de una manera muy creativa, un<br />

mural que estará dividido en dos partes. En la primera plasmaremos<br />

en imágenes (recortes) todo aquello que nos<br />

dicen Jesucristo y San Vicente que debe nutrir nuestra vida<br />

y servicio, podemos basarnos o inspirarnos en las siguientes<br />

oraciones o frases:<br />

•Dame un hombre de oración y será capaz de todo.<br />

•Es un mentiroso quien dice amar a Dios a quien no ve<br />

si no ama a su hermano a quien ve.<br />

•En la oración hemos de buscar la voluntad de Dios.<br />

•Pobreza: situación injusta que hay que transformar.<br />

•Los Misioneros son Apóstoles en la oración y contemplativos<br />

en la acción.<br />

•Las condiciones de pobreza extrema y miseria nos<br />

exigen pasar a la acción.<br />

•San Vicente quería personas de piedad y virtud.<br />

•Amor, ternura, respeto, compasión evangélica, caridad<br />

eficaz….<br />

•La oración de un vicentino es contemplar los acontecimientos<br />

de la vida real; es ahí donde nos encontra-<br />

mos con Cristo en el hermano.<br />

•La juventud para la Iglesia es una prioridad para la<br />

“Misión”.<br />

• …<br />

En la segunda mitad o parte del mural, colocamos algún<br />

reto o acción concreta a cumplir para responder a las peticiones<br />

que nuestros “amos y señores” nos presentan, a<br />

nivel local o incluso mundial. No es malo soñar, siempre y<br />

cuando sea un sueño que pueda hacerse real a corto o mediano<br />

plazo… ¿Pensamos en el “cambio sistémico”?<br />

Materiales:<br />

Papelógrafos que harán de murales. Periódicos, revistas,<br />

bolígrafos, plumiones, tijeras, etc.<br />

Grupos:<br />

según los asistentes se forman grupos de 4 ó 5 personas<br />

Una vez estén listos los murales, se colocan en a la vista de<br />

todos los presentes, para que puedan contemplarlos en silencio<br />

durante un tiempo prudencial. Luego, como en una<br />

visita guiada, cada grupo expone su trabajo y el porque y<br />

cómo de los retos que proponen.<br />

Celebramos<br />

encuentro jóvenes vicencianos<br />

catequesis preparatoria<br />

Acorde a la realidad del momento y lugar donde se realice<br />

la actividad, puede programarse culminar la catequesis con<br />

una Eucaristía. En caso de no ser posible, entonces podría<br />

hacerse la celebración de la Palabra. La intención es entregar<br />

en el momento del ofertorio, los murales realizados,<br />

como símbolo del compromiso comunitario adquirido.<br />

También se puede proponer como compromiso del grupo<br />

realizar una vez al mes la Lectio Divina, forma de oración<br />

que nos ayuda a orar con la Palabra de Dios.<br />

Oración de la Familia Vicentina<br />

Señor Jesús,<br />

Tú que quisiste hacerte pobre,<br />

haz que tengamos ojos<br />

y corazón para los pobres;<br />

y que te reconozcamos a Ti en ellos;<br />

en su sed, en su hambre, en su soledad,<br />

en su desventura.<br />

Suscita en nuestra Familia Vicentina<br />

la unidad,<br />

la sencillez, la humildad<br />

y el fuego de la caridad<br />

que abrasó a San Vicente de Paúl.<br />

Danos fortaleza para que,<br />

fieles a la práctica de estas virtudes,<br />

podamos contemplarte<br />

y servirte en la persona de los pobres<br />

y un día unirnos a Ti<br />

y a ellos en tu Reino. Amen<br />

Para compartir con otros jóvenes vicentinos<br />

(Invitamos al grupo a compartir los frutos de las catequesis<br />

con otros jóvenes vicentinos en el blog del “Encuentro<br />

de Jóvenes Vicencianos”)<br />

¿Cómo ha de ser la oración de un joven vicentino?<br />

¿Qué elementos de la espiritualidad vicentina tenemos<br />

que potenciar los jóvenes de la Familia Vicentina?<br />

¿Cuáles son vuestros compromisos de grupo para vivir<br />

vuestra identidad de jóvenes vicentinos?<br />

28 29


números números<br />

30<br />

Siempre me ha costado acercarme a los textos y escritos<br />

del realismo mágico. Me ha costado, hasta ahora. El interés<br />

de mostrar lo irreal como común y cotidiano ha superado<br />

sus límites y a diario nos enfrentamos con situaciones que<br />

superando la realidad parecen sacadas de las filas del onirismo<br />

más purista, basta con coger el periódico y leer sus<br />

noticias. Y es que no nos cuesta reconocer en nuestra sociedad<br />

aspectos que son constitutivos del realismo mágico:<br />

los hechos mágicos son percibidos por los protagonistas<br />

con total normalidad, el tiempo es considerado cíclico, los<br />

planos de realidad y fantasía quedan diluidos en límites<br />

nada precisos, siendo aliados de la más absoluta de las ambigüedades...<br />

acercarse al realismo mágico es hacerlo de<br />

la mano de Cien años de Soledad y si no se dispone de<br />

tanto tiempo y somos presos de menos ganas, sí puede<br />

quedar rendido ante los Doce cuentos peregrinos de Gabriel<br />

García Márquez; dice García Márquez que los escribió<br />

por el mero placer de escribir y no sería difícil contestarle<br />

que se leen por el mero placer de leer. Cada uno de los<br />

doce tienen algo que decirnos porque abarcan temas de<br />

hoy y de siempre: la soledad, la incomunicación, las vidas<br />

trágicas que no hallan salida, los excesos de la vida, la pérdida<br />

de la inocencia; pero hay uno que me justa especialmente,<br />

“La luz como el agua”: Totó y Joel viven en un<br />

céntrico piso de Madrid (“En Madrid de España, una ciudad<br />

remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar<br />

ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron<br />

maestros en la ciencia de navegar en la luz) y un deseo<br />

desde pequeños, navegar, consiguiendo de regalo un caluroso<br />

verano el regalo más preciado, un bote; aprovechando<br />

que sus padres se ausentan , rompen la bombilla<br />

encendida de una lámpara y un chorro de luz dorada como<br />

el agua empieza a salir de la bombilla rota, navegando a<br />

placer y rescatando del fondo de la luz las cosas que durante<br />

años se habían perdido en la oscuridad. Creer en la<br />

posibilidad es el primer paso para conseguirlo. Naveguemos<br />

en la Luz.<br />

Queda también escrita la historia del Pueblo de Dios por<br />

navegantes de la Luz con el 12. Este número es mencionado<br />

1<strong>87</strong> veces en la Biblia, 22 de ellas en el libro de Apocalipsis.<br />

El 12 es el número de la elección perfecta, el número de las<br />

cosas y los acontecimientos de Dios, es la unidad y la tota-<br />

Laura Mao<br />

lidad del pueblo elegido. 12 tribus de Israel. 12 piedras en<br />

el pectoral del sumo sacerdote, 12 piedras tomadas del río<br />

Jordán. Fueron 12 las fuentes de agua en Elim y 12 las piedras<br />

que usó Elías en la construcción de un altar. Sobraron<br />

12 cestas en el milagro de dar alimento a cinco mil personas.<br />

12 Discípulos. En la Nueva Jerusalén existen 12 puertas,<br />

12 fundamentos, 12 piedras preciosas, y 12 perlas, el muro<br />

de la ciudad tiene 144 codos que son 12 multiplicado por 12.<br />

12 legiones de ángeles, 12 estrellas, 12 frutos de la vida.<br />

Conforme al Génesis, Abraham engendró a Isaac, que a su<br />

vez engendró a Jacob que tuvo doce hijos, reconocidos<br />

con posterioridad como los patriarcas de las doce tribus de<br />

Israel entre las que Josué repartió la Tierra prometida tras<br />

el regreso de Egipto, depositarios de las promesas hechas<br />

por Dios a Abraham. Depositarios de una herencia, al igual<br />

que los doce apóstoles.<br />

Jesús llama a los doce apóstoles y los envía de dos en dos<br />

a las ciudades colindantes a llevar su Buena Nueva, “el<br />

único equipaje que los discípulos deben llevar consigo es el<br />

propio Evangelio; la única túnica con la que deben vestirse<br />

es la misericordia; el único bastón en el que deben apoyarse<br />

es el amor”.<br />

Desde la pobreza y la libertad: desprovistos de yugos pesados,<br />

desde la libertad de la opción que Dios nos confiere.<br />

Desde el ofrecimiento confiado: presentando la Palabra<br />

viva pero no coaccionando ni oprimiendo a su aceptación,<br />

confiados en las obras grandes que Dios hace en nostros.<br />

Desde la autoridad de las palabras y las obras: que confiere<br />

hablar por boca del Espíritu, Áquel que “ tuvo misericordia<br />

de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, del juramento<br />

que hizo a nuestro padre Abraham”.<br />

Vigencia absoluta de estas consignas en el día de hoy, llamados<br />

a ser uno de sus doce con la disponibilidad total de<br />

saberse llamado, al igual que llamó a Zaqueo, jefe de publicanos<br />

encaramado a un sicómoro (cuyo fruto alimentaba<br />

a los cerdos) para decirle “Zaqueo, baja pronto,<br />

porque hoy tengo que alojarme en tu casa”… y así llegue<br />

la salvación a nuestra casa. Y con nuestro sí se cierre el círculo<br />

de la elección perfecta.<br />

31


formación formación<br />

Imágenes<br />

2/4 de la<br />

Sor Marina Gil Ruiz<br />

El día de Pentecostés nació la Iglesia, que es el nuevo<br />

Pueblo de Dios, porque, guiada por el Espíritu Santo, camina<br />

hacia el Padre con Jesucristo el Señor.<br />

Al igual que los Hebreos caminaron por el desierto guiados<br />

por Moisés, ahora, los que creemos en Jesús como<br />

Mesías y como Salvador, formamos un solo Cuerpo, la<br />

familia de los redimidos; y hemos de caminar juntos,<br />

como hermanos, hasta llegar a la casa del Padre.<br />

Quiso el Señor santificar y salvar a los hombres no individualmente<br />

y aislados entre sí, sino construir un pueblo<br />

que le conociera en la verdad y la sirviera santamente.<br />

Eligió como pueblo suyo al pueblo de Israel, con quien<br />

estableció un pacto; y a quien instruyó gradualmente,<br />

se le manifestó a través de su historia, y lo santificó para<br />

sí. Pero todo esto lo realizó como preparación y símbolo<br />

del nuevo pacto perfecto que había de efectuarse en<br />

Cristo, “Pondré mi ley en sus entrañas y la inscribiré en sus<br />

corazones, y seré Dios para ellos, y ellos serán mi pueblo”<br />

(Jer 31, 33). Pacto nuevo que estableció Cristo, es decir,<br />

el Nuevo Testamento en su sangre (1Cor 11,25), convocando<br />

un pueblo que se une, no según la carne sino en<br />

el Espíritu, y constituirá un nuevo Pueblo de Dios. Pues<br />

los que creen en Cristo, renacidos de germen no corruptible,<br />

sino incorruptible, por la Palabra de Dios vivo<br />

(1Pedro 1,23) no de la carne, sino del agua y del Espíritu<br />

Santo (Jn 3, 5-6) son hechos por fin “linaje escogido, sacerdocio<br />

real, nación santa, pueblo de adquisición… que<br />

en un tiempo no era pueblo, y ahora es Pueblo de Dios”<br />

(1 P 2, 9-10).<br />

32<br />

IGLESIA<br />

1. Reino de Dios<br />

2. Pueblo de Dios en marcha<br />

3. Cuerpo de Cristo<br />

4. Comunidad que sigue a Jesús de Nazaret<br />

Ese pueblo mesiánico tiene por Cabeza a Cristo, “que fue<br />

entregado por nuestros pecados y resucitó para nuestra<br />

salvación” (Rom 4, 25). Tiene por suerte la dignidad y la<br />

libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita<br />

el Espíritu Santo como en un templo. Tiene por ley el<br />

mandato del amor, como el mismo Cristo nos amó (Jn<br />

13, 34). Tiene como fin la dilatación del Reino de Dios,<br />

hasta que sea consumado por Él mismo al fin de los tiempos,<br />

cuando se manifieste Cristo (Col 3, 4).<br />

El pueblo mesiánico es el germen firmísimo de unidad, de<br />

esperanza y de salvación para todo el género humano.<br />

Constituido por Cristo en orden a la comunión de vida, de<br />

caridad y de verdad, es empleado también por Él como instrumento<br />

de la redención universal y es enviado a todo el<br />

mundo como “luz del mundo y sal de la tierra” (Mt 5, 13-16).<br />

El nuevo Israel que va avanzando en este mundo hacia la<br />

ciudad futura y permanente (Hb 13-14) se llama Iglesia<br />

de Cristo (Mt 16, 18) porque Él la adquirió con su sangre<br />

(Act 20, 28), la llenó de su Espíritu y la proveyó de medios<br />

aptos para una unión visible y social.<br />

Cristo, Señor, Pontífice tomado de entre los hombres<br />

(Hb 5, 1-5), a su nuevo pueblo “lo hizo reino y sacerdotes<br />

para Dios, su Padre” (Ap 1,6). Por ello todos los discípulos<br />

de Cristo, perseverando en la oración y alabanza (Act<br />

2, 42-47) han de ofrecerse a sí mismos como hostia viva,<br />

santa y grata a Dios (Rom 12,1); han de dar testimonio de<br />

Cristo en todo lugar, y, a quién se lo pidiere, han de dar<br />

también razón de la esperanza que tiene en la vida<br />

eterna (1P 3,15).<br />

El pueblo santo de Dios participó también del don profético<br />

de Cristo, difundiendo su vivo testimonio sobre<br />

todo por la vida de fe y de caridad, ofreciendo a Dios el<br />

sacrificio de alabanza (Hb 13,15).<br />

Además, el mismo Espíritu Santo no solamente santifica<br />

y dirige al Pueblo de Dios por los sacramentos y los ministerios<br />

y lo enriquece con las virtudes, sino que, distribuyéndolas<br />

a cada uno según quiere (1Cor 12,11), reparte<br />

entre los fieles gracias de todo género, para la renovación<br />

y una más amplia edificación de la Iglesia: “A cada<br />

uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común<br />

utilidad” (1Cor 12,7).<br />

Todos los hombres son llamados a formar parte del Pueblo<br />

de Dios. Este Pueblo, siendo uno y único, ha de abarcar<br />

el mundo entero y todos los tiempos, para cumplir<br />

los designios de la voluntad de Dios.<br />

Así pues, de todas las gentes de la tierra se compone el<br />

Pueblo de Dios; todos los fieles esparcidos por la faz de<br />

la tierra comunican en el Espíritu Santo con los<br />

demás. Este carácter de universalidad, que<br />

distingue al Pueblo de Dios, es un don del<br />

mismo Señor por el que la Iglesia Católica<br />

tiende, eficaz y constantemente, a recopilar<br />

la Humanidad entera con todos sus bienes,<br />

bajo Cristo como Cabeza, en la unidad de su<br />

Espíritu.<br />

De donde resulta que el Pueblo de Dios no<br />

sólo congrega gentes de diversos pueblos,<br />

sino que en sí mismo está integrado de diversos elementos:<br />

“El don que cada uno haya recibido, póngalo al<br />

servicio de los otros, como buenos administradores de la<br />

multiforme gracia de Dios” (1P 4.10).<br />

La Iglesia ora y trabaja, para que la totalidad del mundo<br />

se incorpore al Pueblo de Dios, Cuerpo del Señor y Templo<br />

del Espíritu Santo, y en Cristo Cabeza de todos, se<br />

rinda todo honor y gloria al Creador y Padre universal.<br />

Como familia vicenciana vivamos como Pueblo de Dios<br />

inmersos en el pluralismo actual y anunciemos el Reino<br />

de Dios a todos los hombres, sobre todo a los más pobres.<br />

“Es tiempo de esperanza,<br />

la primavera es siempre el epílogo,<br />

pero es posible creer en las mimosas de Febrero”.<br />

33


misevi<br />

34<br />

Como muchos sabéis se están produciendo cambios en el<br />

seno de las comunidades misioneras. MISEVI está dando<br />

los primeros pasos para asumir unas comunidades que durante<br />

más de 20 años han sido enviadas, sustentadas y animadas<br />

por <strong>Juventudes</strong> <strong>Marianas</strong> <strong>Vicencianas</strong>.<br />

Os preguntaréis el porqué de este proceso. En este artículo<br />

intentaré explicar brevemente sus causas y la forma en que<br />

se va a realizar. Para ello repasemos primero un poquito<br />

de historia:<br />

En 1984, jóvenes de <strong>JMV</strong> se sienten interrogados por la<br />

nota misionera de nuestra Asociación. Sienten que Dios les<br />

llama a anunciar el Evangelio y que la tarea, que tradicionalmente<br />

era exclusiva de la vida consagrada, también<br />

forma parte de sus vidas. Sin ellos saberlo, están iniciando<br />

un largo camino que cambiará la Asociación y en cierta medida<br />

la Familia Vicenciana y la Iglesia. Los laicos empiezan<br />

a sentirse protagonistas y abanderan el anuncio de la<br />

Buena Noticia a los más pobres. La aventura se fue consolidando<br />

en la realidad y en 19<strong>87</strong> surgen los primeros envíos<br />

misevi<br />

MISEVI<br />

llega a la edad adulta<br />

Israel Peralta<br />

de larga duración. En años posteriores, se van estableciendo<br />

comunidades misioneras de seglares en Honduras,<br />

Bolivia y por último en Mozambique; durante todo este<br />

tiempo las comunidades han ido creciendo y consolidándose.<br />

Además, por ellas han pasado decenas de jóvenes en<br />

sus meses de verano, donde vivieron experiencias que les<br />

cambiaron su visión de la misión y del compromiso cristiano.<br />

A partir de ese momento se fue asentando la inquietud de<br />

que la vivencia misionera no podía quedar reducida a una<br />

etapa juvenil, sino que podía ser una forma estable de concretar<br />

la vocación laical. Así en 1997 surge la idea de Misioneros<br />

Seglares Vicencianos, que vendrá a ser el último<br />

brote en la Familia Vicenciana. Así, el rico despliegue de la<br />

Nota misionera en <strong>JMV</strong> desemboca en la aparición de una<br />

Asociación que se dedique plenamente a desarrollar este<br />

aspecto. Y eso será MISEVI.<br />

Comienza un período de consultas, reuniones, borradores<br />

de estatutos… y por fin en enero de 2001 se celebra la pri-<br />

35


misevi<br />

mera Asamblea de la Asociación que recibe la<br />

aprobación del Padre General de aquellos momentos:<br />

Robert Maloney, que ilusionado con la<br />

idea propone que Misevi sea una Asociación internacional<br />

y que fomente la tarea misionera de los<br />

laicos vicencianos en todos los países donde existe<br />

la Familia Vicenciana.<br />

Misevi en sus primeros años tiene que “inventarse a<br />

sí misma” y además ir dando forma a su tarea de<br />

apoyo económico, financiero y espiritual de los misioneros<br />

enviados por <strong>JMV</strong>. Pero en 2009, quiso Dios que<br />

creciera también en otro sentido, abriendo su primera<br />

comunidad misionera, en Guinea Ecuatorial.<br />

Esta novedad renueva la visión que ofrecía Misevi<br />

como Asociación meramente “de respaldo”. En diversos<br />

foros se expresan personas que creen que<br />

Misevi debe hacerse cargo de las comunidades misioneras<br />

y de los misioneros, pues en realidad es<br />

la Asociación específica que nace orientada a<br />

ello. La idea va compartiéndose por los pasillos,<br />

encuentros y reuniones, hasta que se concretan<br />

opiniones que instan a Misevi a posicionarse, a<br />

“definirse”.<br />

En ese momento Misevi inicia una reflexión interna<br />

y un período de oración. Fruto de ello surge un SÍ confiado<br />

a la Providencia. En realidad no podía ser de otra<br />

manera; la Asociación se hace más adulta, empieza a<br />

orientarse a nuevos objetivos por los cuales fue creada.<br />

Pero al mismo tiempo empieza un período que<br />

obliga a ser cautelosos: Misevi no puede<br />

asumir todas las comunidades de golpe,<br />

pues no tiene las infraestructuras, experiencias<br />

ni fuerzas suficientes para afrontar con garantías<br />

semejante reto. Por ello, propone un<br />

cambio paulatino de las comunidades que vaya a<br />

la par que su propio crecimiento asociativo.<br />

De alguna forma, las nuevas comunidades ayudarán<br />

a crecer a Misevi y un Misevi en crecimiento ayudará<br />

mejor a las comunidades y a los misioneros.<br />

La siguiente pregunta a responder es: ¿Cómo<br />

vamos a realizar este proceso? Iremos paso a<br />

paso, comunidad a comunidad: La primera comunidad<br />

que Misevi va a asumir es la de Honduras,<br />

que en estos momentos vive una coyuntura muy<br />

especial: tras 25 años de presencia continuada en la<br />

ciudad de San Pedro Sula donde se han realizado tareas<br />

pastorales de todo tipo y desarrollado proyectos<br />

con los más necesitados, va a cambiar su lugar de<br />

trabajo a la Moskitia, una zona pobre y aislada en la<br />

frontera con Guatemala. Los Misioneros Paúles de<br />

la Provincia de Barcelona, están dedicando sus esfuerzos<br />

pastorales en esa zona y han pedido a los<br />

laicos que complementen su trabajo. Así, a partir<br />

de Diciembre, la comunidad de Honduras lleva a<br />

término sus responsabilidades en San Pedro y<br />

pone sus miras en la Moskitia.<br />

Debido a esta realidad, Misevi, en diálogo con<br />

<strong>JMV</strong>, ha decidido que esta comunidad sea traspasada<br />

en primer lugar, de modo que a partir<br />

del 1 de Enero de 2011 las actuales misioneras<br />

de la comunidad (Idoia y Nina) pasarán a depender<br />

totalmente de Misevi y la apertura de<br />

la comunidad en la nueva ubicación correrá a<br />

cargo de MISEVI. Éste será el primer paso.<br />

Mientras tanto, trabajaremos para que Misevi siga creciendo<br />

y fortaleciéndose en todos los ámbitos al mismo<br />

tiempo que aumenta su experiencia en la gestión de<br />

misiones y misioneros. Así, tras dos años, la siguiente<br />

comunidad a traspasar será la de Mozambique<br />

y la última, en 2015, la de Bolivia.<br />

Ante esta nueva etapa nos ponemos en manos de<br />

la Providencia para afrontar todos los retos que Misevi<br />

tiene por delante. Es y ha sido la voluntad de<br />

Dios, el motor de la misión de los laicos en la Familia<br />

Vicenciana y en la Iglesia, y es su voluntad la que nos<br />

espolea en esta nueva etapa.<br />

36 37<br />

misevi


cuentos para Pau<br />

Para el Bebé Pau, que dormía plácidamente en su cunita,<br />

iba a comenzar un día diferente. Papá y mamá irrumpieron<br />

en su cuarto, le despertaron enchufándole el biberón, cambiándole<br />

el dodotis y vistiéndole con una prisa desusada.<br />

Al bebé Pau le hubiese encantado preguntar qué es lo que<br />

pasaba, por qué no le dejaban despertarse tranquilo, llamar<br />

la atención con sus gorjeos habituales, dar los buenos<br />

días a sus muñecos y remolonear en la cuna abrazado a su<br />

inseparable Mantaleón. Pero Pau sólo podía hacerse entender<br />

a base de llanto sofocado rápidamente por el chupete.<br />

El bebé Pau, serio y silencioso, se dejó hacer —¡ay, si<br />

él pudiera hablar y decir que le dejasen en paz…!—.<br />

El papá detuvo el coche delante de un chalet rodeado de<br />

árboles. Con Pau en los brazos abrió la verja y entró en el<br />

jardín. Esperó ante una puerta pintada de verde con llamador<br />

dorado, iluminada por un farolillo que emitía una<br />

luz cálida. Pau observaba las pinturas que decoraban las<br />

paredes, un osito de peluche, una bruja buena con un sombrero<br />

puntiagudo, varios gnomos jugando... En el aparcamiento<br />

de carritos, Blanca Nieves y los siete enanitos<br />

ejercían de cuidadores de los vehículos. Y en el muro, cerca<br />

38<br />

La primera Navidad<br />

Rosa María Calderón<br />

de la puerta, una hornacina cobijaba a mamá María, que<br />

abrazaba amorosa a su bebé Jesús.<br />

La puerta se abrió y apareció Patricia alargando los brazos<br />

hacia el bebé Pau, que en esos momentos se sintió desgraciado,<br />

desgraciado, tanto que cerró los ojos para no ver<br />

cómo la puerta se cerraba dejando fuera a su padre. Sin<br />

darse cuenta, gritó:<br />

—¡Me han abandonado, no es justo!<br />

Al escuchar su voz se asustó, no era posible, nadie le había<br />

enseñado a hablar y ¡había hablado! Al entrar en la clase<br />

todos los bebés le saludaron a coro:<br />

—Bienvenido, bebé Pau.<br />

Éste estaba tan asustado que se colocó el chupete para<br />

que no se le escapara ni una palabra más.<br />

Patricia, cariñosa, le dejó sobre la alfombra, diciéndole:


cuentos para Pau<br />

—De lo que aquí ocurra, ni una palabra fuera. Verás cosas<br />

maravillosas y vivirás días extraordinarios, pero cuando salgas<br />

por esa puerta, todo volverá a ser normal. Estás en Arcadia,<br />

“La casita de los osos”, los animales más queridos<br />

por los bebés, y aquí todo es distinto.<br />

Los días fueron pasando y los bebés se sentían felices durante<br />

las horas en las que podían hablar como lo hacen los<br />

mayores.<br />

Todos eran amigos de todos y compartían lo que tenían:<br />

los chupetes y los virus, los mocos y las bacterias, las babas,<br />

las tortas y los arañazos, pero especialmente las experiencias:<br />

—¡Qué tontos son los mayores! —decía el bebé Pau—, no<br />

saben llamar a las cosas por su nombre. Ayer, mi abuela me<br />

trajo un cochecito y se empeñada en decir que era un pabúpabú.<br />

—¡Pues anda que mi madre…! —exclamó el bebé Richi—<br />

, cuando vemos un perro le llama guau-guau.<br />

—Pues la mía —añadió el bebé Mara— en cuanto que ve<br />

un vestido con muchos lazos y puntillas se tira a por él,<br />

¡menos mal que mi padre se lo hace devolver!, si no, yo parecería<br />

una tarta de fresa y nata…<br />

En los meses de invierno la noche dura más y las madrugadas<br />

son oscuras, casi negras. Arcadia parecía una madriguera<br />

de osos en pleno letargo. Se acercaban las fiestas<br />

de Navidad. El árbol más bonito del jardín apareció una mañana,<br />

como por arte de magia, lleno de colores, luces, estrellas,<br />

campanitas de tal brillo que ni la señora Niebla<br />

podía ocultar. A través de las ventanas se escuchaban alegres<br />

villancicos. Los bebés eran especialmente felices y todavía<br />

no sabían lo que les esperaba para hacer que su<br />

felicidad fuese completa. Pero no adelantemos acontecimientos.<br />

Era el 24 de diciembre, los bebés jugaban tranquilos en su<br />

aula. A las doce, Patricia y Celia se apresuraron a dar las comidas<br />

a los peques mientras les contaban lo importante<br />

que era para todos preparar sus casas y sus corazones esperando<br />

el acontecimiento que tendría lugar esa misma<br />

40<br />

noche, en que nacería un bebé muy especial y toda la Tierra<br />

se haría una cunita amorosa para recibirle. Los bebés,<br />

poco a poco y bien abrigaditos, marcharon con sus familias.<br />

Nochebuena y Navidad transcurrieron para el bebé Pau<br />

con la rutina de siempre, no así para los demás, a los que<br />

notaba más alegres y dicharacheros que de costumbre; la<br />

casa estaba muy bonita, mamá y papá se pasaron mucho<br />

tiempo en la cocina y apenas le hicieron caso. Pero a eso de<br />

la media noche, cuando todavía llegaba un sordo murmullo<br />

desde el salón y las estrellas de su aparto de luz se reflejaban<br />

luminosas sobre el techo de la habitación, el bebé<br />

Pau notó el aleteo leve de una mariposa sobre su sonrosado<br />

moflete durante un instante. Entonces se sobresaltó,<br />

pero, abrazando a Mantaleón, se dijo:<br />

—Seguro que mi ángel de la guarda me anuncia el nacimiento<br />

del Bebé que esperábamos.<br />

El día 26 el frío era intenso, pero Arcadia estaba especialmente<br />

cálida y misteriosa. Apenas habían terminado Patricia<br />

y Celia de dar los biberones del desayuno, sonó el<br />

timbre de la puerta. Mamá María entró con su recién nacido<br />

en brazos.<br />

—Bienvenido, Bebé Jesús. Hola mamá María —dijeron a<br />

coro los pequeños, gateando hacia los recién llegados.<br />

No habían hecho falta las presentaciones, todos habían<br />

sentido el leve aleteo de mariposa durante el sueño y sabían<br />

perfectamente que esa mañana iban a jugar con el<br />

Bebé Jesús.<br />

Un nuevo timbrazo y apareció José. Se había entretenido<br />

en sacar el papelito de la hora, no podrían estar mucho<br />

tiempo, pero sí el suficiente para que el Hijo de Dios hecho<br />

hombre tuviese a los adoradores más jóvenes, inocentes y<br />

fieles del mundo.<br />

¿Verdad que todos habéis recordado vuestra primera Navidad?<br />

Ese roce como de ala de mariposa ¡cuántas veces lo<br />

hemos sentido! Porque…<br />

“Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el<br />

reino de los cielos”. (Mateo 18: 2-4).<br />

“La Palabra se hizo carne<br />

y puso su tienda entre nosotros”<br />

(Jn 1,14).<br />

Navidad. Cercanía. Esperanza plena.<br />

Alegría total. Corazón ardiente.<br />

Más no podemos pedir a Dios<br />

en favor nuestro.<br />

En la Navidad nos lo ha dado todo.<br />

Él mismo.<br />

Señor, con tu Navidad,<br />

nos has roto todos los esquemas.<br />

Te veíamos lejos,<br />

y ahora más cercano,<br />

no puedes hacerte.<br />

Te creíamos despreocupado<br />

de nosotros,<br />

y nos has demostrado,<br />

que te preocupas<br />

de verdad.<br />

Te imaginábamos<br />

frío y exigente,<br />

y más calor<br />

y entrega,<br />

no se puede dar.<br />

Gracias<br />

por tu cercanía.<br />

Gracias por tu amor<br />

entrañable.<br />

Gracias por tu calor<br />

envolvente.<br />

Gracias por tu latir incansable.<br />

Que nuestra respuesta<br />

incondicional<br />

reafirme nuestra gratitud.<br />

Amén.<br />

felicitación navideña<br />

41


nos conocemos<br />

Lo primero que debemos hacer es presentarnos: el grupo<br />

lo formamos Miguel, María, Alejandro, Yesenia, Eliezer e<br />

Irene, y las catequistas que nos acompañan en nuestro proceso<br />

son Vanessa y Encarna.<br />

Nuestro grupo se creó después de nuestra Primera Comunión,<br />

y por ello, muchos han sido los compañeros que han<br />

ido y venido durante todo este tiempo. Nos hemos quedado<br />

con lo bueno de aquellos que ya no están y hemos<br />

recibido con alegría a aquellos que han llegado nuevos,<br />

dado que provenimos de Centros y de procesos diferentes.<br />

Esto, lejos de separarnos, nos complementa, hasta el<br />

punto de que ya no nos referimos a nosotros mismos como<br />

“grupo” sino como “COMUNIDAD” porque tenemos algo<br />

en común que nos une, el Amor y la Fe en Dios como motor<br />

de nuestras vidas.<br />

En nuestro camino, muchas han sido las decisiones que<br />

hemos tomado, pero quizás la más importante y madurada<br />

fue la de recibir el sacramento de la Confirmación. Este<br />

hecho fue fundamental en nuestras vidas ya que supuso<br />

un punto de inflexión en nuestro grupo. Fue a partir de<br />

este momento en el que empezamos a llamarnos comuni-<br />

42<br />

gRupo seguNda etapa<br />

colegio saGrada famiLia<br />

dad y sentirnos como “pequeña comunidad”.<br />

No todo ha sido un camino fácil, ya que decidirnos a aportar<br />

nuestro granito de arena en la construcción del Reino<br />

nos llevó tiempo de reflexión y maduración. Pero cuando<br />

Dios nos toca no podemos decirle que no y aunque comenzar<br />

un servicio fue una costosa decisión, al hacerlo juntos<br />

en comunidad todo fue más fácil. Comenzamos<br />

ayudando en el centro como catequistas y nuestro servicio<br />

ha crecido, haciéndose vida en nosotr@s el espíritu Vicenciano.<br />

También es parte de nuestro proyecto colaborar<br />

con el Centro en las distintas actividades, en lo que se necesite<br />

y seguir formándonos, ya que somos referentes de<br />

los más pequeños. Además muchos de nosotros pertenecemos<br />

al Consejo de Centro y uno es parte del Consejo Provincial,<br />

servicios que también desempeñamos con<br />

constancia y seriedad. Y por si fuera poco, tenemos la<br />

suerte de tener entre nosotr@s a alguien recién llegado<br />

de su misión en Angola. Esta diversidad nos hace vivir con<br />

mucha fuerza y realidad la nota Vicenciana y Misionera, y<br />

nos sentimos muy felices por ello.<br />

Dentro de nuestro día a día, en las reuniones, hemos lo-<br />

grado establecer como pilar fundamental la oración en<br />

nuestro proceso de Fe. Siempre tenemos un momento inicial<br />

para ponernos en presencia del Señor y desde el corazón<br />

compartir nuestro diálogo interior con Dios. Este<br />

momento es más especial aún ya que las oraciones llevan<br />

la identidad de cada uno de nosotros porque somos los encargados<br />

de perpararlas cada semana. También compartimos<br />

la Eucaristía en la Parroquia Santa Luisa de Marillac<br />

donde colaboramos y vivimos un encuentro personal con<br />

el Señor. Y también como todo grupo humano, tenemos<br />

nuestros momentos de ocio de los que también hacemos<br />

partícipes a nuestros amigos y a las personas que nos<br />

acompañan en nuestra vida.<br />

Para concluir, no podemos dejar de dar las gracias a tod@s<br />

aquellos que hacen que nuestra comunidad siga en pie. Al<br />

centro Sagrada Familia, por la ilusión que le caracteriza, haciendo<br />

que todo parezca fácil. Al grupo de mayores, por<br />

ser referente nuestro y por hacernos sentir como uno más,<br />

y a los Jóvenes de grupos más pequeños, por empujarnos<br />

proviNcia<br />

de canaRías<br />

nos conocemos<br />

a estar siempre renovándonos y contagiarnos con sus<br />

ganas. A las Hijas de la Caridad, por abrirnos siempre las<br />

puertas, confiando en nosotros en todo momento. A la Parroquia<br />

Santa Luisa de Marillac, al P. Óscar González (nuestro<br />

Consiliario) y a todos los que forman parte de ella,<br />

porque nos muestran la realidad que existe fuera de la<br />

“burbuja” de <strong>JMV</strong> y nos hacen vivir en la eclesialidad enriqueciéndonos<br />

de sus dones y carismas. A nuestras Catequistas,<br />

por ser las manos que nos guían cuando nuestros<br />

ojos están vendados. Y a nosotr@s mism@s, porque<br />

vamos juntos en el camino, esperando al que tropieza y<br />

avanzando en los buenos momentos.<br />

Sólo nos falta decir que nuestras puertas están abiertas a<br />

todo aquel que quiera compartir momentos de Fe y de<br />

vida, y así, evangelizar juntos.<br />

“El amor es inventivo hasta el infinito”<br />

S. Vicente de Paúl.<br />

43


Rosa Mª Calderón<br />

El alma<br />

se serena<br />

Si ésta fuera<br />

tu primera Navidad en mi casa<br />

Yo, ¿Qué haría?<br />

Si mis brazos acunasen tu cuerpecito blando<br />

como el algodón<br />

y fuerte como el cristal de roca<br />

¿cómo te cantaría?<br />

Si mis manos sintiesen<br />

el calor de las tuyas,<br />

aleteo de mariposas blancas,<br />

Cómo te acariciaría<br />

Si mi alma se reflejase en el espejo puro y<br />

profundo de tus pupilas<br />

Entonces y sólo entonces<br />

Tú la limpiarías<br />

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