cuerpo subversivo, norma seductora: un capitulo de la historia de la ...

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Maria del C. Baerga
observara algun atributo del otro sexo, se entendia como algo
accidental, superficial y hasta ilusorio. Ahora Ie correspondfa
al experto penetrar los velos que conformaban la ambigiiedad
para descifrar la verdadera naturaleza sexual escondida.29
Durante el siglo XIX se crearon una serie de sistemas que
construyeron definiciones particulares del "sexo verdadero".
Dichos sistemas posibilitaron la ubicaci6n de la mayoria de
los casos en categorfas de hermafroditas masculinos 0 femeninos,
10que tuvo como efecto la reducci6n de los casos reportados
de hermafroditismo "auh3ntico" 0 "verdadero". La premisa
subyacente a los sistemas de clasificaci6n decimon6nicos era
que la variaci6n sexual constituia un fen6meno pato16gico y
que la responsabilidad de la ciencia medica era "corregirlo"
mediante la producci6n progresiva de conocimiento cientffico.
Desde este punto de vista, el fen6meno del hermafroditismo
era mas bien uno de "pseudo" 0 "falsos" hermafroditas, a los
cuales era menester devolverles la salud y la normalidad mediante
la intervenci6n medica. Para mediados del siglo XX, el
conocimiento medico habfa "progresado" 10 suficiente como
para "corregir" estos "errores de la naturaleza" mediante intervenciones
quirurgicas.30
Aunque en la actualidad algunas de las definiciones y sistemas
clasificatorios del siglo XIX han sido dejados atn1s, la
idea de que somos poseedores de una naturaleza sexual, de un
"sexo verdadero", permanece en las disciplinas del saber y en
la opini6n publica. El convencimiento de que existe una relaci6n
compleja, oscura y esencial entre el "sexo" y la "verdad"
caracteriza los entendidos dominantes de la sexualidad en las
sociedades occidentales modernas.31 Tales entendidos, que
Foucault denomina como el dispositivo de la sexualidad, plantean
el "sexo" como una esencia interior que produce una naturaleza
especifica que convierte a los individuos en sujetos
sexuales con deseos y necesidades particulares. Esa naturaleza,
la cual se plante a como principio y causa del ser, Ie brinda
coherencia e inteligibilidad a los sujetos.
". Foucault. ibid.. PI'. viii-ix.
Dommant Dreger. op. cil.. PI" 23-40; 14U-150; Fausto-Sterling. Sexinglhe Hody....
PI'. 36-3U.
" Foucault. op. cil.. p. x.
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CUERPO SUBVERSIVO, NORMA SEDUCI'ORA... 61
...la noci6n de "sexo" permiti6 agrupar en una unidad artificial
elementos anat6micos, fUl1cionesbiol6gicas, conductas,
sensaciones, placeres, y permiti6 el funcionamiento como
principia causal de esa misma unidad ficticia; como principia
causal, pero tambian como sentido omnipresente, secreta a
descubrir en todas partes: el sexo, pues, pudo funcionar
como significante Ul1icoy como significado universaJ.32
La aceptaci6n por parte de los individuos de la naturaleza
desplegada por el dispositivo de la sexualidad como esencia
propia los lleva a aceptar las normas que genera esa naturaleza.
Comprenderse a uno mismo 0 a los demas como poseedores
de una naturaleza sexual involucra entender el comportamiento
sexual conforme a esa naturaleza 0 como una desviaci6n de la
misma. La mayoria de la gente desea ser "normal" por 10 que
luchan, con mayor 0 menor exito, por alcanzar la normalidad.
En este sentido, el dispositivo de la sexualidad crea sujetos
sexuales que se regulan a sf mismos y que asumen la
normatividad como imperativo.33 De ahf que Foucault plantee
que la sexualidad es coextensiva con el poder; es decir, que
siempre esta situada dentro de matrices de poder.
El dispositivo de la sexualidad separa en el ambito de las
apariencias el sexo del poder. Asi, construye el sexo como una
fuerza que al encerrar las verdades mas profundas de nuestro
ser debe ser contenida y reprimida por el poder:
...la noci6n de sexo asegur6 un vue1co esencial; permiti6
invertir la representaci6n de las relaciones de poder can la
sexualidad, y hacer que asta parezca no en su relaci6n esencial
y positiva can el poder, sino como anclada en una instancia
especifica e irreductible que el poder intenta domil1ar
como puede; aS1,la idea "del sexo" permite esquivar 10que
hace el "poder" del poder; permite no pensarlo sino como
ley y prohibici6n. El sexo, esa instancia que parece dominarnos
y ese secreta que nos parece subyacente en tad a 10que
somas, ese punta que nos fascina par el poder que manifiesta
y el sentido que escol1de. al que pedimos que nos revele 10
que somas y nos libere de 10que nos define, el sexo, fuera
." Foucault. His/oria de la sexualidad p. 187.
"" Ibid.; C. G. I'rmlu. Slllriing wilhlvuCllult. An Introduction ta Genealogv. Boulder.
Colorado. Westview Press. 2000. 1'. 8U.