PROYECTO ARENAS 2010 - Yaqu Pacha
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Palabras de Fernando Pesce, Ana Domínguez y Marcel Achkar<br />
Autores del libro "Educación ambiental. Una demanda del mundo de hoy"<br />
Que los problemas ambientales del mundo contemporáneo se manifiestan a partir de la extinción de especies, de<br />
la desaparición y/o sustitución de ecosistemas y de la contaminación y de otras formas resultan en las sociedades del<br />
siglo XXI un lugar común.<br />
También es un lugar común referir a la educación ambiental como una potente herramienta para lograr revertir<br />
todas aquellas acciones y procesos que de origen social resultan ser causantes de tantos males.<br />
Desde todos los lugares comunes que convocan a la educación ambiental como medio para lograr mejorar la calidad<br />
ambiental contemporánea se apela al “saber ser”, vale decir derivar a la arista axiológica la vía para revertir la<br />
actual crisis ambiental. Desde algún rincón pedagógico en este modelo interpretativo subyace una lógica formativa,<br />
que es la sustentada en la corriente positivista, para la cual basta con que le digamos o enseñemos a alguien (docentes,<br />
estudiantes, ciudadanos) lo que debe hacer – estímulo- para que logremos como producto una reacción favorable a los<br />
objetivos educativos propuestos. Sin embargo la realidad no encaja en ese modelo; si así fuera, ya hace más de varias<br />
décadas que se debería de haber logrado las mejoras tan ansiadas manifiestas en un mundo en el que las interacciones<br />
entre los ecosistemas y las sociedades se manifestaran armónicamente. Y esto tiene una explicación de base, que<br />
es que los problemas ambientales no son problemas educativos en sí mismos. De todas maneras y para no caer en<br />
una encrucijada negativa, se puede afirmar que desde los contextos educativos, los docentes pueden trabajar con sus<br />
estudiantes para aprender, aprender a hacer y aprender a ser mejores ciudadanos ambientales. Y desde este lugar, que<br />
ya no es común, sino que es el lugar contextualizado de las acciones educativas, que la educación ambiental tiene una<br />
significación esencial y este libro contribuye a ello.<br />
En primer lugar pues pone el saber académico a disposición de los educadores, hecho éste axiológicamente no<br />
menor en el mundo contemporáneo de la academia, para el que la divulgación de los resultados de las investigaciones<br />
no siempre tiene a los integrantes de la sociedades como destinatarios. Y lo hace con la debida vigencia epistemológica<br />
al momento de definir, conceptualizar e integrar los conocimientos desde la perspectiva interdisciplinaria requerida<br />
para el abordaje de la temática ambiental. A su vez, coloca la dimensión humana de la investigación científica, cuando<br />
presenta a los lectores a reconocidos académicos desde su cotidianidad y desde el plano de lo anecdótico. Y aún algo<br />
más para destacar en la presentación del saber; cuando en los recuadros se responden preguntas que surgieron producto<br />
de la interacción con los docentes a lo largo de tantos talleres efectuados, los autores ponen de manifiesto sus<br />
propios aprendizajes y experiencias para jerarquizar los aspectos relevantes de cada tema.<br />
Un segundo aspecto a destacar del libro es la presentación del saber hacer, y que convierte a este libro en un libro<br />
de educación ambiental, y es el conjunto de actividades y sugerencias didácticas que le ofrecen a los docentes, que<br />
se constituyen en verdaderos caminos diversos para que se integren al trabajo en sus aulas, en sus contextos. No a la<br />
manera de recetario, sino como ideas para que los docentes reflexionen y ajusten a su práctica de enseñanza. Estas<br />
actividades adquieren significación desde la perspectiva de las ideas, ya que le ofrecen a los docentes una gama de posibilidades<br />
educativas que transitan desde lo lúdico a ciertos protocolos científicos de observación, y que cada docente<br />
evaluará su validez didáctica al momento de instrumentarlas con sus estudiantes.<br />
Por último y no menor, el saber ser presente en este libro de varias dimensiones articuladas. La primera, la de los<br />
autores, jóvenes profesionales que entendieron que la actividad de extensión y propender a la formación permanente<br />
de los profesionales de la enseñanza es una de las tantas responsabilidades académicas y compromisos éticos de los<br />
universitarios egresados de la UdelaR. En segundo lugar, a partir de la presentación de contenidos complejos que, sin<br />
perder la rigurosidad académica, logra ser comprensible para lectores que no provienen del ámbito académico de las<br />
ciencias. Es una manera de divulgación desde el respeto profesional y la horizontalidad académica tan necesaria en<br />
estos tiempos para construir sólidos vínculos interinstitucionales. Y por último, es intencionalidad del equipo colocar<br />
el conjunto de granitos de arena para sensibilizar, concienciar y promover el conocer los ecosistemas costeros, sus estructuras,<br />
dinámicas, e interacciones a los efectos de conservar, preservar, mejorar la calidad ambiental de los mismos<br />
a partir de la acción educativa multiplicadora como lo es el escribir un manual para docentes.<br />
Enhorabuena la concreción de esta publicación que será muy bienvenida en las comunidades educativas.