RESUMEN La cultura occidental ha establecido formas seguras ...

UNIVERSIDAD DE CUENCA
FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
Tomebamba pasó por los pueblos y tierras de Cañaribamba, con lo que da a
entender que la ultima era región de muchos habitantes y que dentro de ella había
muchos pueblos, razón por la cual se la denominó La Provincia de Cañaribamba.
(SUAREZ, 1922: 99).
Cañaribamba, antes de la conquista española se llamaba Gañielbamba con
respecto a un rio que cruza por el lugar, donde el Inca le dio el nombre de
Cañaribamba “cosa llana”. La doctrina de Cañaribamba términos de la ciudad de
Cuenca, fue registrado por el padre Juan Gómez, vicario y beneficiado de esta
doctrina, natural de la ciudad de Soria, quien realizó la relación del pueblo en el
mes de junio de mil quinientos ochenta y dos, por orden y memoria del capitán
Antonio Bello Gaboso corregidor y justicia mayor de la ciudad de Cuenca,
solicitado por el muy excelentísimo señor don Martin Henrique, virrey del reino del
Pirú. (JIMÉNEZ, 1965: 281).
2.2.1. Concentración del poder administrativo.
Entre 1598 y 1681, el creciente y progresivo desarrollo económico de
Cañaribamba, influyó en la administración civil y eclesiástica, por tal razón no se
hicieron esperar los nombramientos y a su vez la venta de cargos administrativos,
sean estos públicos o eclesiásticos, además el enriquecimiento de algunas
instituciones, los convirtieron en prestamistas de dinero. Así lo constatan los
documentos siguientes:
El 26 de de octubre de 1598, fue nombrado Melchor Días como teniente y sacador
de mitayos en la Provincia de Cañaribamba, quedando como su garante Gil Ruiz
de Tapia, que era alguacil mayor de Cuenca. El que lo nombró fue el corregidor de
Cuenca, capitán Pedro el Romo de Velasco. (ANH/C: Not.3/L-493/f.397v).
En el pueblo de Cañaribamba y sus anejos, pertenecientes a la encomienda de
don Pedro de Ortega Valdés de la jurisdicción de Cuenca. En el año de 1628 el
cura beneficiado de Cañaribamba, presbítero Francisco Bravo, autoriza un poder
AUTOR: LUIS G. SINCHI
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