Contraportada - AMVAC
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alterar la flora del colon y favorecer el desarrollo<br />
de cepas potencialmente patógenas. La producción<br />
de numerosos compuestos aromáticos (mercaptán,<br />
indol, escatol, etc.) y de aminas biógenas (cadaverina,<br />
putrescina, etc.) puede tener un efecto tóxico sobre<br />
la mucosa del colon y favorecer el desarrollo de<br />
tumores del colon y del recto. La gran producción<br />
de amoníaco afecta a la síntesis de ADN y ocasiona<br />
lesiones en las células entéricas del colon, que ven<br />
reducida así su vida útil. Por tanto en una dieta para<br />
trastornos gastrointestinales lo recomendable es<br />
utilizar fuentes de proteína altamente digestibles,<br />
que contengan muy poco residuo no digerible.<br />
La principal fuente de almidón en una dieta<br />
gastrointestinal también debe ser muy digestible. El<br />
arroz es el almidón más altamente digestible y posee<br />
otras interesantes particularidades:<br />
• muy bajo nivel de fibra, por lo que mejora la<br />
digestibilidad global del alimento<br />
• alta sensibilidad a la actividad enzimática por su bajo<br />
nivel de amilopectina y su alto contenido de amilosa<br />
• reduce la cantidad de materia fecal por su altísima<br />
digestibilidad<br />
• inhibe la secreción del electrolitos por parte del<br />
intestino<br />
Distintos aportes de grasa para diferentes trastornos digestivos<br />
Los MOS son muy poco fermentables que inhiben el crecimiento de<br />
bacterias potencialmente patógenas y estimulan las defensas.<br />
Las fibras también tienen una gran influencia en<br />
las características de una dieta gastrointestinal.<br />
Combinando distintos tipos de fibra y distintos<br />
proporciones podemos obtener distintos beneficios.<br />
Las fibras no fermentables (celulosa, hemicelulosa,<br />
lignina), apenas son degradadas por las bacterias del<br />
colon, por lo que aparecen prácticamente intactas<br />
en las heces. Su capacidad de absorber agua y de<br />
aumentar el residuo indigestible de la materia fecal,<br />
ayuda a disminuir el agua libre fecal y asegura una<br />
buena cohesión de los distintos elementos de las heces<br />
de modo que contribuyen a mejorar su consistencia.<br />
Las fibras fermentables sufren, en general, una<br />
fuerte degradación por parte de la flora del intestino<br />
grueso y como resultado producen sustancias que<br />
sirven de nutrientes a la flora bacteriana. Por otro<br />
lado la actividad fermentativa genera ácidos grasos<br />
de cadena corta (AGCC), que desempeñan un papel<br />
muy importante en el mantenimiento de la buena<br />
salud de la pared del colon (función trófica).<br />
Los FOS, los MOS, la pulpa de remolacha y el psyllium<br />
son algunos ejemplos de fibras muy beneficiosas.<br />
Los FOS son fibras fermentables que generan AGCC,<br />
favorecen el crecimiento de las bacterias beneficiosas y<br />
limitan el crecimiento de las bacterias patógenas. Los<br />
MOS, muy poco fermentables, inhiben el crecimiento<br />
de bacterias potencialmente patógenas y estimulan las<br />
defensas. La pulpa de remolacha es moderadamente<br />
fermentable y da como resultado de la fermentación<br />
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