Revelación Nueva Pr. Julio Chazzarreta
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Lección 10<br />
LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO<br />
6. En el Apocalipsis se mencionan cuatro bendiciones maravillosas que nos<br />
confiere la sangre del Cordero.<br />
a. Apocalipsis 1:5 “Y nos _____________________________________<br />
de nuestros pecados con su sangre”.<br />
b. Apocalipsis 5:9 “Y con tu sangre nos has _______________________<br />
para Dios”.<br />
c. Apocalipsis 7:14 “Han _______________________________________<br />
lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero”.<br />
d. Apocalipsis 12:11 “Han __________________ por medio de la sangre”.<br />
vive<br />
El Apocalipsis es un libro para vencedores. Jesús venció, y su victoria es la<br />
garantía de que todos los que lo aman pueden también ser vencedores. Estas<br />
son nuestras más urgentes necesidades, y debieran constituir nuestra primera<br />
tarea del día:<br />
1. Clamar por la liberación que solo Jesús puede dar al pecador. Él declaró,<br />
“Si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres” (Juan 8:36).<br />
2. Aceptar con gozo que somos propiedad de Dios. Hemos sido comprados<br />
por precio (la sangre de Jesús), por lo tanto, deberíamos vivir para glorificarle.<br />
3. Pedir al Señor que nos lave con su sangre y nos dé un corazón dispuesto<br />
a servirle. Recuerda, Dios siempre contesta al que clama por ser perdonado,<br />
purificado y renovado.<br />
4. Confiados, enfrentar las responsabilidades diarias tomados de la mano<br />
de Jesús. El enemigo jamás podrá vencer a los que viven refugiados en los<br />
méritos y la justicia de Jesús.<br />
comparte<br />
Durante esta semana, comparte con tu familia y tus compañeros de trabajo la<br />
seguridad que has encontrado en Jesús. Muéstrales a los que te rodean cuán<br />
poderosa es la sangre de Cristo. Si llegaras a caer en pecado, levántate de<br />
inmediato y busca a tu Salvador. Los vencedores no son los que nunca caen,<br />
sino los que han aprendido a no quedarse abatidos en las derrotas. Se levantan,<br />
claman a Dios por su perdón, y siguen luchando, tomados de la mano de<br />
Jesús.<br />
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