Revelación Nueva Pr. Julio Chazzarreta

LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO
Lección 21
vive
Por medio de este estudio, podemos entender que la revelación de la Palabra
de Dios, el Nuevo y Antiguo Testamento, se reconoce también como los dos
testigos, los dos olivos, o los dos candeleros en el libro de Apocalipsis. Estos
dos testigos, el Antiguo y el Nuevo Testamento, son la Palabra de Dios. Dieron
testimonio en un tiempo difícil que comenzó en el año 538 d.C., y se extendió
hasta 1798 d.C. Durante 1,260 años de persecución, miles de cristianos
dieron su vida al testificar del maravilloso amor de Dios.
La misma Palabra de Dios, reconocida como los dos testigos fieles, fue perseguida
con el afán de desaparecerla y exterminarla junto con los que profesaban
una fe genuina en ella. Pero Dios, que es el autor de estos dos testigos fieles,
los ha preservado, y permanecerán intactos hasta la venida del señor Jesús.
1. Conoce a Jesús por medio de la revelación de su Palabra. Él dijo:
“Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32). ¿Hay algo
que te han quitado o robado, o te han privado de tu libertad? Quiero decirte
que por medio de la revelación de la Palabra de Dios la puedes recuperar.
2. Acepta con gozo y alegría la revelación de la Palabra de Dios. “Al encontrarme
con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría
de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso” (Jer.
15:16). ¿Hay algo que te ha quitado o robado tu alegría? Dios puede devolvértela
por medio de su Palabra.
3. Escudriña o estudia diariamente la revelación de su Palabra. “Escudriñad
las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5; 39, VRV 1960).
¿Quieres tener vida eterna con Cristo Jesús? Por medio de la revelación de
su Palabra, puedes conocer el plan de salvación que te asegura la vida eterna.
comparte
Muchos en este mundo están pasando por los mismos problemas que tú. Pero
ahora que ya conoces la revelación de la Palabra de Dios, es bueno que la
compartas. Si padecieras una enfermedad terminal y encontraras un médico
que te diera una medicina para curar tu enfermedad, seguramente lo recomendarías
con alguien que sufriera la misma enfermedad. Todos los seres
humanos tenemos una enfermedad en común: la enfermedad del pecado, y
hay un solo médico que puede tratar este mal, Cristo Jesús. Proponte durante
esta semana recomendarle a alguien este Médico divino, por medio de la revelación
de su Palabra. Dios estará contigo. Amén.
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