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Obra Completa

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PROLOGO<br />

EL "CASO" Silva resulta extraordinariamente interesante para comprender<br />

la situacién de cierto tipo de intelectual en los rnedios dominantes latinoamerlcanos<br />

de fines del siglo XIX, y para comprender también coma<br />

funciona la mcntalidad mitificante del aficionado a las letras, especialmente<br />

en un pais coma Colombia, donde la literatura y la cultura, los<br />

sabios y los poetas han constituido un preciado mito de ciertos sectores<br />

de las clases médias y altas. José Asunciôn ha llegado a ser una especie<br />

de leyenda, un "caso" de la sensibilidad poética, de la exquisitez de<br />

espiritu, de la genialidad enferrniza, de los desvlos deI ser superior, deI<br />

conflicto con la realidad que trene toda alma privilegiada, y en fin, de<br />

la psicopatologia dei genlo artistico. Su vida y actitudes de "dandy", su<br />

desdén aristocratico y decadente, sus comentadas relaciones con su hermana<br />

Elvira, las circunstancias de su suicidio a tan temprana edad y,<br />

desde luego, su "Nocturne" mayor, han configurado la lcycnda. Por otra<br />

parte, es uno de los poetas cuya obra se ha editado mas en toda la<br />

historia de las Ietras colombianas: el "Nocturne" podrla ser, incluse,<br />

cl poema mas editado y leido de todas las letras hispânicas. Ningùn<br />

otro poeta ha merecido tantes homenajes ( eso si, dcspués de rnuerto )<br />

en esta "tierra de poetas", c.omo irônicarnente, sin duda, solian llamar<br />

a Colombia.<br />


leyenda, y pocas voces lûcidas y sensatas sc han escuchado cuando se<br />

habla de Silva 1.<br />

Nace en plena época de convulslones politicas y econ6micas. Estudios<br />

reducidos e ineficaces: como ha dicho su gran amigo Baldomero Sanin<br />

Cano, "el dia que sintié las mordeduras dei genie sobre la frente, tendlé<br />

la vista hacia atrâs para averiguar 10 que habla aprendido en la escuela<br />

y descubrir, como todos nosotros, que no sabia nada". Asi, toda su forrnacién<br />

es autodidacta y éste es un hecho que se olvida frecuentemente,<br />

ya que suele presentârsele coma poco menos que un erudito en filosofia,<br />

psicologia, medicina (el hecho de que se hiciera indicar, el dia anterior<br />

a su suicidio, el lugar deI corazén, pone en duda la veracidad de tales<br />

atribuctones), literatura, etc. Desde luego, realizô el periplo obligado<br />

de los intelectuales de su c1ase en la Latinoamérica de fin de siglo:<br />

Paris, aûn muy joven y por poco tiempo. Luego ira a Caracas, en el<br />

servicio diplomâtico. Su cultura es diletante y sus lecturas, al parecer<br />

abundantisunas, en muchos casas resultan desordenadas, mal asimiladas<br />

y anodinas. Su curiosidad intelectual se saciaba en el ultimo libro que<br />

caia en sus manos y muchas veces en obras de las que por fortuna<br />

no guardamos ningûn recuerdo. De muy joven ley6 y tradujo a Maurice<br />

de Guérin y a Béranger >, luego, con apasionamiento justificable, a<br />

Hugo, Tennyson, Sully Prudhomme; no descuid6 a Edgar Allan Poe,<br />

Baudelaire 0 a Bécquer; pero sus maestros también fueron Joaquin Maria<br />

Bartrina, don Ram6n de Cempoamor y cl inefable don Gaspar Néüez<br />

de Arce. Poco hay en su obra que permita creer que gust6 de (0 que<br />

le influy6) la obra de Verlaine, Mallarmé, y desde luego ignoré cornpletamente<br />

a Rimbaud ~. En este sentido su obra es, en buena parte,<br />

1 La bibliografia sobre Silva, sobre el caso humano, sobre su psicologia, etc.,<br />

es tan cstrambética eomo abundante. La mtuitiva simpatia que suscita el poeta<br />

perseguido pOT el sordide mundo del "materialisme", las ejecuciones iudiciales<br />

l'or deudas de negocies, suelen excitar al Impeniteme romântico que duerme en<br />

la pluma de muchas de nuestros criticos, Destaqucmos aqui, sin embargo, el<br />

articulo de Camilo de Brigard Silva, sobrino deI poela, titulado "El infortunio<br />

comercia] de Silva", inc1uido en Jas <strong>Obra</strong>s comvlctas, edici6n del Banco de la<br />

Repéblica, Bogotâ, 1965; este articule sobrio, infonnativo y doeumentado contrasta<br />

notablemente con tantas indigestas leyendas psicobiolôgicas de criollos biégrafos.<br />

2 Son curiosas las eoincideneias entre Guérin (1810-1839) y Silva: el amor<br />

por la hcrmana, la muerte premature, por ejemplo.<br />

a Resulta euriosÎsimo exarninar las menciones que hace el propio Silva en la<br />

obra lirerarfa 0 en la correspondencia de los autores que dice conocer: he aqui algunas,<br />

al azar : Spinoza, Spencer, Wundt, Max Nordau, Verlaine, Taine, Tolstoi,<br />

Pierre Loti, Paul Bourget, Maria Bashkirtseff, Sully Prudhomme, Maurice de Guérin,<br />

Bérangucr, Pereda, Nùfiez de Arce, Renan, Mauricio Barrés, D'Annunzio,<br />

Zola, Mallarmé, Claude Bernard, etc. Existe una menci6n reveladora. Cuando<br />

debe entregar sus libres en parte de pago de sus deudas, en la lista aparecen estos<br />

titulos . "un ejemplar de Ismaelillo, de pasta marroqui blaneo con esquinas de<br />

oro, scguido de la anotaciôn "regale de José Marti" ( ... ) un ejernplar de A<br />

rebours, pasta marroqui rojo, regale de S. Mallarmé..... (cit. por de Brigard,<br />

art. cit., pag. 394). Las relaciones entre Silva y Mallanné eran, al pareeer, muy<br />

amistosas, ya que en alguna ocasiôn cl colombiano le envia al franeés una orquldea<br />

vcnezolana, que éste le agradeee en una esquela. Sin embargo, no aparecen<br />

x


un intento de imitaciôn, asimilaciôn y adaptaci6n de las letras decimonônicas<br />

europeas, espaüolas 0 franccsas, 0 incluse, norteamcricanas (Poe).<br />

Es decir, una obra culturalmente colonizada, camo casi toda la pocsia<br />

rnodernista y como una muy buena parte de las lctras latinoamerlcanas<br />

que, sin embargo, ofrecen algo propio y diferente.<br />

La actitud poética de Silva exprcsa formalmente el mismo conflicto<br />

que expresa la de los poetas franccses del simbolismo y de ln modern idad :<br />

la hostilidad del capitalismo y de la burguesia que, segün los casos, nace<br />

o se afirma contra el arte v la cultura. Silva formula este conflicto de<br />

una manera peculiar, sin distingulr tal vez muy claramente los térrninos<br />

que se enfrentan. Desde luego, tal conflicto no pucdc plantearse en<br />

Colombia 0 en Latinoaménca en los misrnos términos europeos, ya que<br />

es dlficil hablar de burguesia en cl sentido clâsico 0 técnico dei término<br />

en el continente, especialmente en aquellos tiempos, aunque cl auge de<br />

cierta clase social de comcrciantes se deba a la inyccciôn capitaliste del<br />

comercio exterior, en buena parte. Pero, indudablemente, Silva se scntia<br />

tan rechazado, incomprendido y hostilizado por su medio ambientc, por<br />

su propia clase, camo Baudelaire por la burguesia trlunfante a partir<br />

de la segunda mitad del sigle XIX. 1\'0 s610 tenemos al respecte las<br />

protestas de Silva contra 1:1 "realidad", sino la persecucién desatada<br />

contra él, que cornienza en cierta manera en los reproches de su madre<br />

par escribir poesia, y Ilega hasta la justicia, que le acosé con cincucnta<br />

y dos ejecuciones, al quebrar su negocie y Fracasar corne comerciante.<br />

en parte dcbido a las consecuencias de la gllcrra civil de 1885, en parte<br />

a su falta de esplritu burgués y de talante capitalista.<br />

Que Silva se hallaba en cnntraposicién a su cluse sc ha convertldo<br />

en un lugar cornûn entre los que se han ocupado de su obra. Que él<br />

extremé en ocasiones sus desafios a las convcnciones sociales de eSII<br />

pequeûa sociedad pacata y conservadora, también resulta ya dernasiado<br />

repetido. Que esa sociedad Jo hostilizé y persigui6 en varias formas, yu<br />

no es tan resabido. Presumido (10 apodaban José Presunciôn ), altivo.<br />

aristécrata sin medios, europeizado, dandy descreido ':' desafiante, fur<br />

rechazado por sus propios congénères sociales (y aun por su propia<br />

familia: su abuela 10 ejccuté judicialmente par deudas ), que sc rcian<br />

de él y que contemplaron su ruina y suicidio con frialdad 0 reproche.<br />

Imagen de todos ellos, el temible "scüor U ribe" de su correspondencia,<br />

quien, con la Imitaciàn de Cristo y El progreso del alma dei parlee<br />

Faber, en alto, pcrsigue lmplacablemcnte y con gran sana al pobre poeta<br />

en quiebra cornercial. La esccna, relatada por Silva con admirable v<br />

sutll ironia, es muy ilustrativa: el joven poeta, arruinado pero sin<br />

huellas aprcciables de su poesia en la obra de nuestro poeta. En la ùnica rcfercncia<br />

Que aparece en ella, en el articule "El doctor Rafael Nûfiez", Silva cita un<br />

verso de Mallarmé: La vie est triste, hélas l, et j'ai III tous les livras, en vez de<br />

La chair est triste. .. Se diec tamblén que Gustave Flaubert le régalé la primera<br />

ediciôn de Las flores deZ mal de Baudelaire.<br />

XI


abandonar su actitud snob de noble crtollo y de llterato, va a proponer<br />

soluciones a su rico y despiadado, maguer piadoso, acreedor :<br />

Llegué a su cuarto, 10 saludê con gran carina, me acomodé en un sillon,<br />

enccndi un cigarrillo turco, y comencé a hablarle. Usted dej6 de leer un<br />

libre mistico que tenia en la mano, la lmitacion de Cristo, 0 El l'rogreso<br />

del alma, dei padre Fabcr, une de esos libros divines que aconsejan la manscdumbre,<br />

el amor al préjimo, el perd6n de las ofensas y el desprendimiento<br />

de los blenes terrenales, uno de esos libros que usted queria siempre que<br />

vo leyera para que abandon ara mis malas ideas '.<br />

Al hablar el poeta, el seiior Uribe se inflama de celo econômicoreligioso:<br />

"la ira sagrada de usted no tuvo limites, yo le decia a<br />

usted mis frases con el aire de un hombre que sabe 10 que hace y<br />

que no tiene miedo a nadie, ni a nada. Usted me gritaba furioso que<br />

mi tranquilidad rcvelaba falta de vergüenza ... " La santa indignaci6n<br />

de] piadoso comerclante y financiero se debia en parte al fracaso de<br />

su intento de hacer regresar: a Silva al buen camino de la sensatez<br />

comercial y la religién, cosas que para él eran la misma. Ante la ruina<br />

total, cuenta el poeta, el seûor Uribe<br />

me aconsejaba la confJanza en 10 sobeenatural, en los milagros, me bada<br />

Ieer el Iibro de Henri Laserre sobre Nuestra Sefiora de Lourdes y la vida<br />

de Sa1' Ignacio de Loyola. Otras veces me indicaba medios mas bumanos,<br />

en una ocasién me aconsejô que espcculara en minas y en aira que tomara<br />

boleta de la loterie espafiola, para ver si me sacaba el groslot,<br />

El incidente es muy revelador de la mentalidad del comerciante<br />

tipico de la época y su choque con la actitud dei tipo de intelectual<br />

que representa Silva.<br />

A pesar de que la mayoria de los biégrafos han tratado de presenter<br />

a Silva coma un hombre lnhâbil e incapacitado para actuar en ese<br />

mundo comercial, el comercio fue su carrera, y el dinero su problema<br />

constante. El problema no era de inhabilidad a de incapacidad; mas<br />

bien era de gustos y de desprecios. En aquellos dias, en aquella estrecha<br />

y mezquina "alta" sociedad bogotana de su época seguramente no habla<br />

ninguna posibilidad de hacer otra cosa para alguien como él, Desde<br />

muy joven fue impulsado por su padre al comercio. En 1884, "cuando<br />

apenas contaba 19 aïios, 10 asociô a su casa de comercio, para la<br />

cual fue necesario obtencr la habilitaci6n de edad. En 1885 el poeta<br />

viaj6 a Francia, enviado por su padre, con el probable propésito de<br />

que entrara en contacta con los fabricantes y comisionlstas que surtian<br />

de rnercancias cl almacén ... " El mismo Brigard opina que sus diftcultades<br />

econômicas hubieran podido ser sorteadas<br />

• Brigard, art. cu., pag. 408.<br />

XII


si Silva hubiera poseido en el fondo un tempcramento mercanti], pero su<br />

extraordmarla sensibilidad de artista no era la mas apropiada para el mancjo<br />

de estos baies intereses matenales, y esa mancra de considcrar la vlda, Il<br />

que 10 inclinaba su inteligencia, 10 ponia en constante conflicto con cl medio<br />

en que necesariamcnte debla dcsarrollar sus actividndes, granjcândole la<br />

antipatia de muches y la enemistad de otros.<br />

Sin embargo, en otro lugar también dice : "A pesar de su juvcntud,<br />

Silva demostré, desde su primer contacto con los negocies, un cspiritu<br />

aplomado y previsi vo ( ... )".<br />

Desde luego, hay una contradiccién entre el "cspiritu aplomado y<br />

previsivo" y la "extraordinaria sensibilidad de artista", pero parece aclarado<br />

ahora que Silva se estrellé contra las circunstancias econémicas<br />

y culturales dei pais y de la ciudad y contra la hostilidad, envidia y<br />

justificable antipatia de enemigos y amigos que no quisieron ayudar<br />

a este extrafio personaje tan diferente de ellos y que tanta supcrioridad<br />

exhibia, que los satirizaba constantemcnte y que no compartia ni sus<br />

creencias ni su cortedad de miras G.<br />

Al trasladarse a Caracas, continua con sus proycctos de grandes negocios,<br />

"pero ya nadie creia en él, nadie tenia conflanza en sus habilidades<br />

comerciales". Lucgo, al regresar a Bogctâ, instalé una fabrica de baldosas,<br />

pero tarnbién fracasé y de nuevo comenzaron las persccucioncs cconémicas<br />

y judtciales. Esta vez el poeta no puede soportar la situacién<br />

y se suicida. A pesar de la leyenda tejida alrcdedor de su muertc, la<br />

versi6n mas sensata parecc ser ésta: su muette se dcbiô, COmO causa<br />

inmediata, a su fracaso comercial y social, a sus dcudas que no podia<br />

satisfacer, cs decir, a su choque con 10 que su sobrino y editer llnma<br />

"los bajos intereses materiales" y que él llamaba "struggle faTlifero" o.<br />

6 Baldomero Sanin Cano ha dicho, en sus rcproducidisirnns "Notas", que "cl<br />

medio don de se ngitaba le eerr6 todos los caminos", Su dcscendicnte dcscribc nsi<br />

el ambiente econ6mico de la ciudad y la acntud dei pocta: "5610 dos 0 Ires bancos<br />

ejercian las funcioncs del crédite y elles esta ban dirigidos por un reducido grupo<br />

de gentes adineradas, sin cuva aquicsccncia era imposiblc conseguir un préstamo.<br />

Como no exisdan las industrias, ruera dei cornercio y la agricultura, cran pocas<br />

las actividades a que los ciudadanos podlan dedicnrsc, Silva, postblcmcntc no<br />

ambicionaba la rlqueza, pero si las cosas que con elll1 se podlan ndquirtr. El.


En Ultimo término, a un choque profundo con su sociedad. Sin duda<br />

los anos mas odiosos de su vida son los inmediatamente anteriores a su<br />

viaje a Caracas. En 1894 escribe a Baldomero Sanin Cano sobre el<br />

posible traslado de su madre y su herrnana a la capital venezolana:<br />

( ... ) cuando recuerdo los dos ültunos aüos, las decepciones, las luchas,<br />

mis clncuenta y dos ejecuciones, el papel moneda, 10$ chismes bogotanos,<br />

aquells vida de convento, aquella distancia dei mundo, 10 acepto todo con<br />

la esperanza de arrancar a mis viejas encantadoras de esa cuita capital 7.<br />

Evidentemente, Silva queria ser rico, cosmopolita, tener éxito en<br />

los negocies, triunfar con la imaginaciôn; pero despreciaba su medio<br />

social, la esmirriada cIase en que se movia, la mezquindad y la pequefiez<br />

de su ambiente; el dinero para él era una manera de salir, de abandanar,<br />

de ignorar ese medlo y esa clase. Su conflicto no era tante con el dinero<br />

mismo cuanto con la vulgarldad y la tonteria rnaliciosa de los "sefiores<br />

Uribe", y con la falta de respuesta que encontraba en otras clases<br />

sociales, analfabetas y explotadas, Silva rechazaba el presente, el aqui<br />

y el ahora, pero en términos concretos, no en abstracto. Estos términos<br />

se generalizan en su obra, pero sicmpre parten de una base concréta.<br />

El rechazo dei presente y la condena que hace repetldas veces de la<br />

"realldad'', son gencrallzaciones del conflicto con su circunstancia inrnediata,<br />

su situaci6n concréta, en medio de ese ambiente confuse y<br />

convulsionado, mezcla de arcaîsmo y modernidad, dei fin de siglo.<br />

"Nuestra época Mediocre y ruin"; "estas sociedades decrépitas'', son<br />

frases que en De sobremesa se pueden encontrar con ft'ecuencia, asi<br />

como también en algunos poemas. "Presente" y "realidad" son térmlnos<br />

equivalentes en una pagina de )a novela que merece transcribirse a<br />

pesar de su extension, ya que plantes ese conocido y acuciante conflicto<br />

del intelcctual latinoamericano de la época: la "materia" y el espiritu:<br />

(La realidad ... ? Llaman realidad a todo 10 mediocre, todo la trivial, todo<br />

10 insignificante, todo 10 despreciable; un hombre pdctico es el que ponlendo<br />

una inteligencia escasa al servicio de pasiones mediocres, se constituye una<br />

renta vitalicia de irapreslones que no valen la pena de sentirlas ( ... ).<br />

ILa realidad! ILa vida resll jLes hombres practlcos!... iHorrorl... Ser<br />

prâctico es aplicarse a una empresa me:z.quina y ridicula, a una empresa de<br />

aquellas que vosotros despreciasteis, lob! colosos, iohl creadores, [ohl padres<br />

de los que Ilamamos el alma hum.na, que impedisteis con vuestra subli­<br />

IQ.es locuras que nuestros Oj05 iluminados por un resta de la luz que hradî6<br />

de vuestros esplritus, DO sean los ojos atonos de los rumiantes ... ) 1V~<br />

sotros 00 fuisteis practicos] [ohl poetas, [ob! genios, iobl faros, [oh! padres<br />

dei espfritu humano que atravesasteis la vida amando, odiando, cantando, 50iiaDdo,<br />

mendigando mieotras que los ottos se emlquecian, goz.aban )' morlan<br />

satisfechos y tranquilos!<br />

1 Id. Ibid., pâg. 384.<br />

XlV


No es dificil reconocer los términos concretos a los que se refiere<br />

Silva: el mundo dei capitallsmo, el avasallador desarrollo de la burguesia<br />

moderna, Obsérvese cl tono econémico de la deflnlcién. Dlce en<br />

otra parte: "Pero, ,qué es la vida real, dirne, la vida burguesa, sin<br />

emociones y sin curiosidad?"<br />

y sin embargo Silva conocié una cierta popularidad camo poeta.<br />

Cuando sale de Bogotâ, camino de Caracas, se detiene unos dias en<br />

Cartagena. Esta ciudad tropical, donde la naciente burguesia no ha<br />

quitado atm el tono a una vida sencilla, natural y arcaica, impresiona<br />

favorablemente al poeta, En primer lugar, 10 que Hama "la simpatia<br />

y sencillez de costumbres de la gente de aqui", "Nada de tiesura, nada<br />

de 'pose' ", aüade en una carra a su madre. Al hablar de dona Soledad<br />

Roman. la esposa dei presidente Rafael Nûfiez, dice:<br />

Dona Sola tiene en la calle de Lozano una cigarreria y otra en oero lugar<br />

y un cochecito de alquûer por haras. Enrique Roman, el Gobemador, se pasa<br />

todos los ratos en que no esta en la Gobernaci6n en su botiea despachando él<br />

mismo. Es muy simpatico eso y 10 haee a uno descansar de los tipos artificiales<br />

y llenos de prentensiones que tante abundan en esa ciudad.<br />

También compara el "bajo puebla" favorablemente para el de la<br />

costa: "Con toda su fealdad, el bajo pueblo negro es mas atrayente que<br />

el nuestro; la gente se rnueve, grita, chapurrea inglés, francés, no tiene<br />

el dejo terrible de nuestros pobres sabaneros".<br />

Camo decia, aUI encuentra admiradores de su obra. Al hablar deI<br />

Gobemador Roman, dice:<br />

No se rian ni 10 tomen a vanidad si les cuento que él y diez a doce mas me<br />

haDdlcbo de memoria "Las dos mesas", "Susplros","La serenata", "Azabares",<br />

en fin, todo 10 que be publicado, Los versos a Rubén Daria los dicen veinte<br />

o treinta. "Ritmlca reina lirfca'' forma parte del saludo que me hace cada<br />

persona a qulen me presentan. Yo me rio de la fama literaria, pero, francamente<br />

ne dela de ser c6modo que la conozcan a uno de nombre y que<br />

le traten COD las consideraciones con que me tratan 8.<br />

Esta popularidad iba a erecer considerablernente con la publicaci6n<br />

dei "Nocturne" rUna noche' ... ) en La lectura para todos, de la misma<br />

Cartagena, en julio de 1894. Sin embargo, Silva no fue poeta en su<br />

tierra, 0 al menos no 10 fue tanto como en otras. Sanin Cano cuenta<br />

8 Esta carra, de agosto de 1894, publicada en la Ed. BR, es doblemente importante,<br />

ya que seiiala algunos poemas y confirma la paternidad de "Ritmiea reina<br />

llrica", poema que Inexphcablemente, coma otros muches, no figura en las ediclones<br />

eolombianas de poemas U obras completas. Esta es especialmente extraûo,<br />

ya que une de los editores de la edicion dei BR es el propio seâor Miram6n, en<br />

cuyo libro 'Olé Asuftcl61l Silva, publicada much1simos anos antes (1937), se<br />

incluye el texto del poema.<br />

xv


que, cuando sali6 el "Nocturne", "la sensacion deI gran pûblico fue de<br />

estupor, Los menas inteligentes la tomaron de memoria para reirse a<br />

salas. juzgândola obra de mlstificador, No le hicieron justicia sino<br />

tarde y a regaüadientes, cuando la prensa dei continente se apoderé de<br />

ella con asornbrado amor" 9. Es verdad, coma dice el mismo Sanin Cano,<br />

que "10 que apareciô antes de su muerte no fue sino la menor parte<br />

de su obra poética, y no la mas caracteristica, seguramente" 10, y par<br />

tanto no pu do ser justipreciada en su verdadero valor, pero también es<br />

cierto que Silva parecia preferir el éxito comercial 0 mercantil al éxito<br />

literario, camo dice Brigard. Para él pudo ser una tragedia el tener<br />

que decidirse par "el comercio simple en un almacén de novedades"<br />

frcnte al "comercio de las ideas", en frase de Sanin Cano, pero eso no<br />

es mas que un aspecta de la vcrdadera tragedia: la progresiva degradaci6n<br />

del mundo, el veloz aburguesamiento de la vida, la invasion<br />

capitalista.<br />

No crco que exista ninguna duda de que la poesia de Silva cs la<br />

que inicia en Colombia la literatura moderna. Antes de Silva, todo es<br />

siglo XIX, sin excepcién: Silva inaugura nuestro tiempo. Principalmcnte,<br />

claro, con el "Nocturne" 11. Silva se aventura en el irracionalismo, en<br />

el elima misterioso que ya los simbolistas europeos habian inaugurado.<br />

La estética de 10 raro, 10 misterioso, 10 invisible, 10 neur6tico, exético,<br />

etc., es inaugurada par él en las letras colomblanas. Quizâs esto no<br />

tenga demasiada importancia en otros palscs de tradiciones mas liberales<br />

y menos clasicistas: pero en un pals cuyas clases dirigentes han demostrado<br />

en genera} tan arraigado conservadurtsmo; en dcnde se aplastô<br />

tan pronto y tan definitivamente todo progresismo, el valor de la actitud<br />

y la obra de Silva es hist6ricamente muy considerable, aunque el de<br />

la primera sea, mâs que todo, ejernplar 0 ilustrativo. Silva es, a su<br />

manera, un rebelde, un rebelde, contra la sociedad en que le toc6 vivlr,<br />

y un rebelde, aunque no de mariera declarada, contra la poesia de su<br />

tiempo. Sin embargo, en el aspecto poético, su actitud no es negative,<br />

ya que no se propane rechazar la poesia de su época, a la cual dcbe<br />

mucho mas de 10 que suele decir la critica; simplemente la supera,<br />

la sobrcpasa. Si damas un vistazo a la poesia colombiana que anteccde<br />

a la suya, la diferencia es tan grande camo la que existe entre la<br />

poesîa de Bécquer y el rimbombante romanticismo trasnochado de Zorrilla<br />

9 Sanin Cilno. "Notas", Ed, BR, pag. 113.<br />

10 Desde luego, Sanin Cano olvida el "Nocturno" al afirrnar 10 antertor, pero<br />

de todos modos su afirmaci6n es valida.<br />

II Las notas de "nuevo" y "diferente" aparecen en casi todas las menciones de)<br />

"Nocturne", Pedro Henriquez Ureiia habla dei frisson nouveau; Anderson Imbert<br />

aflrma que "es una de las mas altas expresiones Iiricas de la época, nueva en timbre,<br />

en su tono, en su estructura musical, en su tema fantasmai mente elegiaco,<br />

en su ritmica imitacién del sollozo"; Robert Bazin dice que "de ese poema se<br />

desprende una müsica bas.ta entonces desconocida para la poesia castellane" (Referencias<br />

en nuestro libro ya citado).<br />

XVI


o el acartonado neoclasicismo de Nûüez de Arce. No debe olvidarse<br />

que antes de Silva el panorama poético coIombiano esta dominado por<br />

figuras de sentido estético bastante arcaico: Rafael Nùüez, Jorge Isaacs<br />

y sobre todo Miguel Antonio Caro. Solo la gran figura de Rafael Pombo<br />

se acerca en este sentido a la de Silva. Pero nada hay en la literatura<br />

colombiana dei XIX que pueda compararse a los turbadores versos del<br />

"Nocturne" 0 a la soberbia matizacién de "Poeta, di paso... " Novelista<br />

frustrado y poeta que, cuando abandona su linea doliente, interrogante,<br />

de un rornanticismo depurado y se aventura en el verso épico, cae en<br />

la retônca dieciochesca (a 10 Quintana, a 10 1\1. A. Caro), de "Al<br />

pic de la estatua"; también incursiona por los campos de la sàtira<br />

con poca sucrte poética, pero con indudable acierto histôrico, ya que<br />

en este scntido su obra tiene un significado anâlogo al que la critica<br />

contcmporanea atribuye a la poesia (0 antipoesia) de Campoamor 12.<br />

Silva es nuestro primer antipoeta, precursor del gran Luis Carlos Lépez<br />

en no pocos aspectos.<br />

El tono intimista, farmliar, nostàlgico y sin pcdanterias ni ripios<br />

Je los poemas que evocan la infancia; la sinceridad y los aciertos<br />

ritmicos y los matices de los pocmas en que evoca su amor muerto;<br />

algunos aciertos parciales de sus poemas satinees, pero, sobretodo, el<br />

gran acierto integral dei "Nocturne" tanto en lengua, en ritmo, en tono,<br />

en senttrniento, en suspenso, en expresi6n dcl misterio, como en su<br />

oportunidad histôrico-Hteraria, hacen de Silva nuestro primer poeta<br />

del siglo XIX.<br />

Desde luego, Silva, como Marti, como Julian dei Casal, es un poeta<br />

frustrado, Ellos cornponen esa trilogia tan sorprendente de poetas<br />

renovadores -premodernistas, los Ilaman injustamente los manuales-,<br />

rnuertos en la flor de la edad 13. Cabe preguntarse por Jas razones de<br />

que todos estos deltcados y renovadores poetas no hayan dejado arras<br />

la juvcntud. No trataré de ensayar agui una respuesta que me desviaria<br />

considerablemente de mis propésitos. r.a temprana muerte de los artistas<br />

excita inevitablemente la curiosidad por Ia obra no escrita, por 10 que<br />

lZ l'or ejernplo, las palabras lécidas de Luis Cernuda, el Iibro de Vicente Gaos,<br />

las revaluacioncs de Démaso Alonso, José Luis Cano, etc. Cfr. nuestro libro La<br />

clegia [uneral en la poesla espaiiola, Madrid, Credos, 1969, pâgs. 264 y 55. Son,<br />

por otra parte, muy importantes lAS definiciones de Roberto Fernândcz Rctarnar<br />

sobre la antipoesia, en "Antipoesia y poesia cnnversaciona] en Arnérica Latina",<br />

tncluido en Pa'lorama de la actual literatura latinoamericana, La Habana, Casa<br />

de las Américas, 1969.<br />

13 Los poetas y artistas rnuertos jôvcnes son muchos, como es bien sabido. Mencioncmos<br />

aqui solo a los que tienen alguna relaciôn con cl autor del "Nocturne".<br />

Casal, muerto a los 30 Mios; Marti, a los 42; Bécquer, a los 34; Gutiérrez Nâjera,<br />

a los 36; cl propio Daria, muerto a los 49 en plena ruina fîstca, tampoco alcanza<br />

una vida de duraclôn normal. Entre los escritores francescs tarnbién cs abundante<br />

este fenômeno, pues Nerval y Baudelaire mueren antes de cumplir los cincucnta<br />

aüos: Rimbaud, a los 37; Laforgue a los 27. Maria Baskirtseff, a quien tanto<br />

estimaba Silva, muere de this a los 24. Sin olvidar a Guérin, muerto a los 29.<br />

XVII


pudo ser. En el caso de Silva, esta pregunta es incluso mas obligada al<br />

ver los pocos pero soberbios logros de su obra juvenil. Sin embargo,<br />

resulta ocioso plantearse tales cuestiones y la que importa mas bien<br />

es intentar ubicar historie a y literariamente su obra,<br />

La segunda rnitad del siglo XIX presencia la elaboraciôn de una<br />

literatura que representa la emergencia de un continente surgido de<br />

una larga lucha de liberaci6n y cuya inteligencia se pregunta por su<br />

sentido historiee y por su lugar en el mundo. La prosa intenta dar una<br />

respuesta .a estos interrogantcs en la acciôn y la obra de pensadores,<br />

novelistas, ensayistas, politicos, desde Bolivar a Marti, pasando por<br />

Sarmiento, El continente se abre a las influcneias de otras culturas no<br />

hispanas. Como territorio que abandona un estado colonial y se adentra<br />

en el neocolonialismo cultural y econémico, mas sutil que la antigua<br />

dorninacién metropolitana, pero no menos omnipresente, los paises latinoamericanos<br />

-0 mejor, sus clases dirigentes-, absorben porosamentc<br />

y con avidez la cultura europea que tante tiempo les fuera negada par<br />

la metr6poli espaüola u. Con la independencia ilusoria y la soberania<br />

ficticla que proyecta el no tener aparentemente dominaciôn militar ni<br />

ocupaci6n fisica deI territorio, el continente se figura su Iibertad y sc<br />

inventa un "alma", un "ser" extrafiamente parecido a 10 que sus clases<br />

dirigentes creen que es el europeo. Los intelectuales, que pertenecen en<br />

genera] a estas clases 0 que son absorbidos y asimilados por ellas, rcflejan<br />

en sus obras los conflictos, las contradicciones, los sueüos de la minoria<br />

dirigente. Esta minoria quière actualizarse, quiere ser moderna, quière<br />

tener su lugar en el mundo, en la historia coetânea. Al respecta Octavio<br />

Paz dice:<br />

5610 aquellos que no se sienten de} todo en el presente, aquellos que se<br />

saben fuera de la historia viva, postulan la contemporaneidad como uns<br />

meta C ••• ) Desear ser ( ... ) ccntemporâneo impllca una voluntad de<br />

participar, asi sea idealmente, en la gesta del tiempo, compartir una historia<br />

que, siendo ajena, de alguna manera hacemos nuestra.<br />

Silva expresa este deseo de integraci6n con la cultura de las nuevas<br />

metr6polis, pero tarnbién su repulsa y rechazo por la mediocridad y la<br />

degradaciôn de su tiernpo y circunstancia inmediatos. Paz afirma : "Se<br />

ha dicho que el modernismo fue una evasi6n de la realidad americana.<br />

Mas cierto seria decir que fue una fuga de la actualidad local -que<br />

era, a sus ojos, un anacronismo- en busca de una actualidad universal,<br />

la ûnica y verdadera actualidad", Silva expresa unos deseos que sus<br />

contemporàneos todavia no han formulado y casi diria que sentido, pero<br />

14 Octavio Paz ha dicho. con respecte al modernismo: "El amor a la modernidad<br />

no es culte a la moda: es voluntad de participaci6n en UDS plenitud histérica<br />

hasta entonces vedada a 10$ hispanoamerieanos". "El caraeol y la sirena",<br />

en Cuadrtvio, México, Joaquin Mortiz, ] 965, pâg, 18.<br />

xvnr


también formula unas criticas que éstos no pudieren ni asimilar ni<br />

tolerar.<br />

Hecientemente, Roberto Pernândez Retamar ha planteado el modernismo<br />

con un fenômeno cultural nacido del subdesarrollo y de la<br />

exclusion histôrtca de Espaüa y de Latinoamérica l~. Pero el mcdernismo<br />

implica tarnbién un doloroso desgarrén entre el disfrute del capitalismo,<br />

entre ese Iujo, esa riqueza y ese refinamiento que cl imperia­<br />

Iismo derrocha en museos y salones, y el subdesarrollo menesteroso de<br />

los paises Iatinoamericanos, Y, como ha dicho Fernàndez Retamar, es<br />

también cierto que cuantos mas aislado y pobre, cuanto mas alejado esta<br />

un pals de la penetracién capitalista (Nicaragua, Colombia ... ), mas<br />

florece en él el modernismo coma exaltacién de esc lujo )' esa riqucza<br />

ajenas, parisienses, imperiales y de museo, pero también mayor conflieto<br />

hay entre el poeta y su medio local. Esto pucdc mu)' bien explicar<br />

el "caso Silva".<br />

c:Es Silva un poeta burgués, representante de esa incipiente burguesia<br />

del comercio, surgida entre los terratenicntes y una clase proletaria<br />

aûn sin voz, que expresa su anhelos y nostalgies, su deseo de plcnitud<br />

y de asimilacién a la clase de los amos rnetropolitanos, su aristocracia<br />

imposiblc? Tal vez 10 mas cierto sea decir que Silva expresa la vaciedad<br />

histérica de esta clase, su faIta de configuracién l'cal. No cs burguesia<br />

atm; nunca podrà ser aristocracia : no ticne ni las ventajas de la primera<br />

(esrabilidad econômica, dînera. modernidad), y SI sus carcncias, asi<br />

como de la segunda s610 tiene formas ilusorias. Silva es, en este sentido,<br />

y corno todo intclcctual latinoamcricano de Su época, un "dcsclasado".<br />

2.0 cs que se puede insertar a Rubén Dario, por ejemplo, en la "burgucsia"<br />

nicaragüense? Estos intclectuales rcgistran esc oscilar del continente<br />

entre dos irnpcrialismos y esc vacio social y cultural que es originado<br />

en cl rnundo moderne pOl' la presencia de elemcntos arcaicos en<br />

. dura pugna con lus innovaciones )' pOl' una defurmacién del proccso<br />

histérico llevada a cabo por cl impcrialismo, cs decir, en una palabra,<br />

por cl secuestro econômico, social y cultural a que se yen somcüdos<br />

10$ pueblos americanos apenas salidos de la nochc colonial.<br />

Pero no hay que olvidar cn ningûn memento que cl modemisrno es,<br />

también y principalmente, un resultado de ulla cmergencia histônca, un<br />

surgir, un brotar, un mananual, cn suma, al que debcmos muchas de<br />

las realizaciones de la literatura latinoamcricana actual,<br />

Silva nace y vive entre crisis economicas, entre guettas civiles, entre<br />

transformaciones sociales y politicas, en medio de grandes cambios en<br />

la conciencia rcligiosa y cultural dei pais. El rcacciona vivamcntc contra<br />

cl proccso de "modcrnizaciôn", de dcgràdaciôn gue implica cl afianzamiento<br />

de la naciente burguesia dependienre y entra en pugna con rodo<br />

i s Roberto Fcrnandcz Rctamar, "Modernismo. Novcntiocho. Subdesarrollo", cu<br />

Ensavo de otro 1II1111l10, Santiago, Fclitori:J1Umvcrsitarta, J 969, p:i~:~.:;2·6~.<br />

XIX


10 que eIla significa y representa; el materialisme, la v,ulgaridad, la inautenticidad,<br />

la moral dei lucro. Pero no hay que olvidar tarnpoco que<br />

canta un mundo que solo hace posible la plenitud burguesa: el paraiso<br />

soüado del dinero, el acceso a los cerrados salones de la verdadera cultura,<br />

de la aristocracia dorada y extranjera. El juicio sobre sus contemporâneos,<br />

asi como su pesimismo ante el futuro, contrastan vivamente<br />

con la actitud afirmativa de compaâeros de generaciôn coma Marti y,<br />

desde luego, con el "arielismo'' que Rodé comunica a Dario y a otros,<br />

mas tarde. Silva ve a un Caliban vencedor de un Ariel menesteroso e<br />

impotente en el mundo real, pero capaz de triunfar en el mundo deL<br />

espiritu, de la imaginaciôn. Su pesimisrno contrasta, finalmente, con el<br />

del "desintelectualizado" Dario y se aproxima al sofisticado cataclismo<br />

de Schopenhauer, su "maestro" prccisarnente porque no tuvo la oportu-<br />

. nid ad de ver en el futuro cosa distinta a una oscura niebla que emanaba<br />

de un cadâver . el del esplritu -el de Dios, dccia Nietzschc=-, muerto<br />

a manos de gordos alcaldcs corno el Karl Hamstacngel de su sàtira<br />

"Futura".<br />

La obra de Silva es reducida. Murié antes de cumplir 31 anos, y ademâs,<br />

eomo se sabc, parte de ella se perdi6 en cl naufragio dei barco<br />

que 10 traia a Colombia en 1895. Hay que considerar tarnbién su condicién<br />

de écrivain de dimanche. S610 algunos poemas vieron la luz en<br />

vida, en periôdicos y revistas, pero el grueso de su obra fue publicado<br />

péstumamente. Consta ésta de un libre organizado por el poeta, otro,<br />

de poemas reconstruidos en parte por sus amigos, una serie de pocmas<br />

sueltos, una novela y algunas prosas sobre temas lirerartos principalmente.<br />

Tarnbién exlsten algunos poernas de dudosa atribuci6n 0 francamente<br />

apôcrifos, que demuestran, entre otras casas, la popularidad .de<br />

su ohm y de su estilo.<br />

El primer libro se titula simplementc El libro de versos. Estâ Fcchado<br />

por el autor: 1891-1896, pero contiene poernas escritos desde 1883. Son<br />

treinta y una composici6n divididas en cuatro seccioncs, subtituladas<br />

tres de ellas; en la primera, después de una especie de introduccién,<br />

estén los poemas de terne infantil 0 en los que aparecen niûos; la scgunda<br />

se titula "Paginas suyas" en que incluye los tres "Nocturnes" 1'"<br />

precedidos por el poema "[unto los dos"; es la seccién amorosa del<br />

libro y, con justicia, la mas famosa e importante. A continuaci6n, "Sitios",<br />

que incluye poemas de ternas varlados, descripciones, paisajes, estampas,<br />

reflextones liricas, etc. Por ultimo, "Cenizas'', donde se concentran los<br />

poemas pesimistas, cuyo tcma cs, en casi todos, la muertc 0 la degradacién<br />

de la vida.<br />

l~ F.n muchas ediciones, estos constituyen sccciôn aparte bajo el subritulo de<br />

"Nocturnes". No as} en el manuscrite.<br />

xx


Desde luego, El libre de versos cs la parte central de la obra silviana.<br />

Lo demàs poernas y la novela adolecen de muchas imperfccciones y de­<br />

Fectos, ya que son incomplètes, apresurados, insuficientemente elaborados<br />

y, en algunos cases, han sido rechazados por su propio autor. El<br />

libro de versos, en cambio, esta cuidadosarnente estructurado: después<br />

de un prélogo al lector, que defme la materia y el tono de 10$ poemas,<br />

se inicia por la infancia, continùa con cl intense amor de la juventud,<br />

Iucgo con las obscrvaciones y reflcxioncs de la vida, y se cierra con la<br />

mucrtc, El libro constituye una unidad biogràfica, recorre cl cielo humano<br />

y sus preocupaciones dominantes; sus grandes ternas son la vida<br />

y la muerte, el tiernpo, el misterio. Desde una evocacién del pasado<br />

infantil, de estirpe romàntica, hasta un enfrentarse al misterio del mas<br />

alla mortuorio, el pocta HI poctizando la vida hurnana con tono pcsirnista<br />


Cenicienta, la Bella Durmiente, etc. Asi la imaginacién resulta sel' la<br />

mas preciada facultad de la infancia:<br />

[Fantâsticos cuentos de duendes '! hadas,<br />

lienos de paisajes y de sugestloncs,<br />

que abris a 10 lejos amplias perspcctivas<br />

il las infantiles imaginaciones!<br />

y esta valoraciôn de la infancia conllcva, desde luego, la devaluaciôn<br />

dei presente y el future, es decir, de la época de las rclaciones humanas,<br />

en la que el mundo se degrada por la ausencia de las antiguas virtudes,<br />

plaeeres y libertades seûoriales. La evocaciôn de la infancia personal se<br />

hace reflexi6n épica sobre el pasado historiee latinoamcricano, sobre<br />

el futuro y sobre el presente de nuestros pueblos en el ùnico pocma<br />

que Silva escribe sobre América. Vale la pena comentarlo, a pcsar de su<br />

evidente tono retorico neoclâsico, inspirado segurarncnte y por desgrada,<br />

cn Quintana, Caro y Nûüez de Arce. "Al pie cie la estatua" es un<br />

pocma dedicado a Bolivar, que Silva recité en la l.egacién de Venezuela<br />

en 1895, es decir, un afio antes de su muette. La fecha es<br />

importante, pues el contenido del poema nOS muestra la probable C\'Oludon<br />

del pensamiento de Silva, la naciente preocupacién histérica<br />

y politlca que parecia empezar a dorninarle, pero también su probable<br />

( y deplorable) direcclén poética y estilistica. Con una convenciôn cn<br />

parte clâslca y en parte romântica, ]a estatua de Bolivar se dirige al poeta.<br />

La prosopopeya clâsîca se complica con el misterio rornântico, con esas<br />

"voces secretas" de las cosas, con esa "alma" oculta en 10 inanimado.<br />

que sc cornunica con el poeta. "con quicn conversa cl alma de las cosas".<br />

La voz evoca cl pasado indigena y la conquista primeramente: para ella,<br />

todas aquellas generaciones pasaron y se olvidaron,<br />

i( ... ) no dejaron al pasar mas huelias,<br />

con sus glorias, sus luchas y sus duelos,<br />

que la dela el p;ijaro que cruz a<br />

el azul transparente de los cielos1<br />

S610 la generaciôn de la independencia es exaltada :<br />

jUna sola, ulla sola<br />

generacién se engrandecié en la lucha<br />

que redimiô a la Améric8 Espafiolal<br />

jY legô a los poetas dei futro,<br />

mas nombres que cantar, mas heroismos<br />

que nanar a las gentes venideras,<br />

que astres guarda el espacio en sus abismos<br />

y conchas tiene el mal en sus riberas!<br />

XXII


Esta valoracién de la indcpcndencia no encierra, dcsdc· Iuego, sentimientos<br />

antiespaüoles, ya que Espafia es "la madre Espaôa", sino exaltaci6n<br />

del heroismo, la fuerza, la potcncia de aquellos hombres "de<br />

cuerpos de titan y almas enteras", que tante contrastan con el presente:<br />

j 1\0135bien que orgullo, humillacién sentimos<br />

si vamos comparando<br />

nuestras vidas triviales con las vuestras!<br />

Sornos como enfermizo descendicnte<br />

de alguna fuerte raza ...<br />

El Future histôrico es mencionado sornbriamente :<br />

cl porvenir de luchas y de honores que le aguarda a la Arnérica Latina.<br />

y el [uicio sobre su propia generacién, tan negative, incluye una<br />

curiosa nota Ittcraria, una dcfinid6n de la poesia de la época gue Silva<br />

pareee rechazar:<br />

INo sera nuesrra enclenque<br />

generacién menguada<br />

la que entrar ose al épice palenque<br />

a cantar nuestras glorias!<br />

iOh siglo que declinas:<br />

te Ialta el sentimiento de 10 grande!"<br />

Calia el poeta y si la estrofa escande<br />

o huve la vasta pompa<br />

y le da blende son de bandolinas<br />

jy no tofiido de guerrera trompa!<br />

Estos versos son muy importantes por 10 que irnpllcan como definici6n<br />

de la época presente, de la degradada actualldad frentc al pasado glorioso,<br />

y muestran cémo, a medida que pasa el tiempo, cl poeta se reafirma<br />

en su condena del ticmpo en que le toc6 vivir.<br />

El poema termina camo empieza : la mirada dei poeta se fija en los<br />

nifios que juegan en el parq\le; la "loca turba infantil" alegra cl lugar<br />

y forja<br />

Un idilio de vida sonrlente<br />

y de alegrla fatua<br />

al pie del pedestal, donde imponente<br />

se alza sobre el cielo transparente<br />

la epcpeya de bronce de la estatua.<br />

Esta ûltirna imagen parecc cstablecer un contraste entre pasado y futuro,<br />

entre las glorias de la independencia y las posihilidades de la actual<br />

infancia; pero ya se ha visto el pesimismo histérico constante e inmo-<br />

XXIII


dificable del poeta: la baja calidad del presente no permite otra actitud<br />

ante el future que la de la desconfianza y la desesperanza.<br />

La segunda secciôn del Iibro, la de! amor, esta dominada par ese hermaso<br />

poema "Poeta, di paso ... ", también conocido como "Nocturne" Il,<br />

pero sobre todo par ese opus magnus de la poesia latinoamericana que<br />

es el "Nocturno".<br />

El Ilamado "Nocturne" II ("Poeta, di paso ... ") es un poema tripartitito,<br />

cuyo tema cs el amor tronchado par la muerte. Su construccién<br />

es muy sabiamente cuidada: cada una de las tres estrofas es portadora<br />

de un rccuerdo amoroso que, en la ûltima, es el recuerdo de la muerte,<br />

de la amada muerta. Cada estrofa comienza por un ap6strofe dirigido<br />

al "poeta", la que da al poema un cierto caràcter narrative 0 de diâlogo<br />

mas que nada intcrior: Silva, el hombre, se dirige a Silva el poeta, cl<br />

ùnico que puede expresar la belleza del rccuerdo y la cmoci6n de la<br />

historia. El tono del pocma es susurrante, coma un suspiro adolorido:<br />

por ello, el poeta debi6 escribirlo "paso".<br />

El primer recuerdo es el de los "besos furtivos"; los inicios amorosos<br />

a campo ablerto, en medio de la naturaleza: pero esta na es mas que<br />

anécdota y decoracién:<br />

La selva negra y ml.stica fue la alcoba sombrin ...<br />

La selva se hace alcoba y, a pesar de ser mistica, no le interesan al<br />

poeta las posibles conexiones entre el acto amoroso y la naturaleza; ésta,<br />

més bien, cs el marco de la furtividad del amor. El ambicntc cs sombrio,<br />

de una oscuridad completa durante los primeras versos; lucgo aparece<br />

la luz, sabiarnente graduada, En medio de la sombra total ( ... la<br />

Luna no vertia / aUl ni un solo rayo ... "), de pronto un encendersc que<br />

revela el beso:<br />

UnI! errante Juciémaga alumbrô nuestro beso ...<br />

La oscuridad as! cortada vuelve a ser completa. Pero una claridad, un<br />

blancor lento, delicado, comienza a insinuarse casi impercepnblemente:<br />

Entre las nieblas palldas la luna aparccia ...<br />

Esta rnanera de matizar la luz se inspira, dcsde luego, en el claroseuro<br />

romàntico, principalmente bccqueriano. Aqui, su funcién es la misma<br />

que la de los tODOSoscuros y plateados en ciertos grabados: resaltar<br />

las figuras. Esta estrofa (como las otras dos) rccuerda un grabado a al<br />

menas un dibujo, aunque las dos primeras incluyan movimicnto : dos<br />

cuerpos, tendldos bajo el follajc, a ln luz pâlida de la luna. Pero ademas<br />

la escena tiene olores, perfurncs: la reseda le da su peculiar arorna:<br />

tarnbién hay una imagen importante que define la tersura de los labies<br />

XXIV


femeninos corno seda. Por ultimo, la posesron dcfine el contenido de<br />

la estrofa; el poeta repite, emocionado :<br />

... Temblabas y eras mia.<br />

Temblabas y eras mia bajo el follajc cspcso.<br />

El segundo recuerdo es el de los besos Intimos. Se vuelve a encontrar<br />

la misma plasticidad, el mismo dibujo claroscuro. El àmbito ahora es<br />

otra alcoba, esta vez real, interior: su descripd6n esta dibujada apenas<br />

por el color roja de la scda: una làmpara sombria; una alfombra espcsa.<br />

y en esta alcoba, los amantes en la posesién:<br />

Dcsnuda tu en mis brazos fueron mios tus besos...<br />

Pero ella esta humanizada, ya que no cs solarnente un cuerpo, una<br />

figura; la defincn la mclancolla y la frescura de virgen, a mas del olor<br />

a reseda; tiene veinte aüos y los cabellos dorados. Pero nada se dice de<br />

mas: es un t14, como en las demàs estrofas, el tu de la Iirica,<br />

En la tercera y ûltima estrofa, el recuerdo es el dei ultimo bcso. Una<br />

sala mortuoria donde el ataùd yergue !'1I mole negra, magnificarnente<br />

rcsaltada por cl csdrùjulo central:<br />

El ataûd heréldicc en el salon yacia ...<br />

La IU7- también incierta y pâlida: el rumor de los re7.0S monétonos.<br />

y cl olor de reseda y la seda, esta vez negra. La seda y cl aroma de<br />

la reseda parecen ser el hilo conductor del recuerdo, de la memoria<br />

atormentada : estos dos restigos impasibles prcsencian tanto los besos<br />

coma la poseslén 0 la muerte. El ambiente de los tres recuerdos es<br />

distinto ya que cada uno esta localizado en un espaclo diferente : la<br />

selva. la alcoba dei amor, cl salon mortuorio: los dos primcros son del<br />

tiempo dei amor, cl ùltimo dei tiempo de la muerte. Pero los tres poseen<br />

mucho en comùn : una pareja humana, un olor, una tela. Lo Fisico.<br />

10 cxterior, no cambia. pero en cambio la muerte ha camblado radicalmente<br />

Jo hurnano. y el drarnatisrno dei poerna consiste en esta mutaciôn<br />

en medio de la perrnanencia : las cosas permanecen: Jas hombres se<br />

marcha n, rnuercn. El paso del tiempo degrada.<br />

El poema es un acierto en todo sentido: ritmico, arquitccténico, sentimental.<br />

Toda una historia de amor v muerte apretada en tres estrofas<br />

de nuevc versos, con caprichosa y difîcil versiftcaciôn, Tai vez la economia<br />

verbal, la auscncia de rctôrica 0 de palabras inncccsarias. la precision<br />

de lenguaje y de construcciôn sean 10 que mas contribuve a hacer<br />

de este atado de palabras un pocma soberbio.<br />

Seûalemos tan s610 un detalle estilistico para terrninar : se trata del<br />

cmplco continuado de! esdréjulo que, sin embargo. no se hace notar :<br />

xxv


Una errante Iuciérnaga arumbré nuestro beso,<br />

La selva negra y mistlca Eue la alcoba sombria ...<br />

Entre las nieblas pâlidas la luna aparccia<br />

Apenas alumbraba la Iâmpara sombria<br />

iAh, de la noche trâgica me acuerdo todavia!<br />

El ataûd herâldico en el salon yacia,<br />

jSintiô como a distancia Jos monétonos I()ZOS!<br />

Tu, mustia, yerta y palida entre la negra scda,<br />

Perfumaba la atmôsfera un olor de reseda,<br />

un crucifijo pàlido los brazos extendia<br />

jy estaba helada y cârdena tu boca que fue mia 1<br />

Cada uno de estos versos cs un acierto indudable. lin ccrtcro logro<br />

ritmico: uno pone de relieve la luminosidad de la luclérnaza: otro, cl<br />

ambiente raro de la entrega amorosa; otro, la trâgica mole del ataùd,<br />

otro, remeda vagamente confuse Ietania ritual: otro resulta cl cuerpo en<br />

el ataûd: los ûltirnos, cl penetrante arorna, cl color dei crucifijo gue<br />

cxtiende los brazos como para arrebatar patéticamente cl alma de la<br />

muerta, cuya boca vital y hermosa esta ahora "hclada y cârdena": color,<br />

luz, grandes sentimlentos, volûmenes, aromas. . . el esdrùjnlo. manejado<br />

con mano maestra. como tal vez no 10 habia sido antes en castellane,<br />

desde don Luis de Céngora. despliega aqui sus amplias posibilidadcs<br />

poéticas t8, dàndonos también una muestra de 10 que era capaz cl poeta<br />

bogotano en sus mejores mornentos.<br />

Pero es el "Nocturne" siguiente el gran poema silviane, como es tarnbién<br />

el gran poema colombiano y quién sabc si latlnoamcricano. Sin este<br />

poema la .obra de Silva sc hubiera perdido, ahogado entre la multitud<br />

de versos que escnbicron docenas y docenas de poetas olvidados, unos<br />

en imitaclôn de los parnasianos, otros, de los primeros y ûltirnos romanticos<br />

de Espaûa y Francia, otros, muy pocos, de los simbollstas, Si José<br />

Asuncién cs uno de los grandes poetas de la lireratura latinoamcricana,<br />

se 10 debe a este poema inagotable. El "Nocturne' es pocma ultimo en<br />

el sentido de que corona, completa. acaba una ob ta poética. Es ultimo,<br />

'! los demâs poemas son anteriores, en una perspectiva ascensional.<br />

El "Nocturno" constituye 10 que podria Ilamarsc un concicrto vocâlico.<br />

Los acentos recorren, coma la mano por cl piano. notas altas, rcsonancias<br />

profundas, prolongacioncs vibrantes, pausas y sllcncios orgnnizados<br />

con maravtIlosa precisiôn y eficacia poética. El verso:<br />

18 Desde luego, no aparece aqui otra pcsibiltdad csdrûjula, descubicrta mils<br />

adelantc POt' Rubén Darlo: la métrica. Corno es sabido, cuando Rubén intenta<br />

reproducir la mérrica latina, utiliza el viejo rccurso, ya usado cn cl sigle XVlll<br />

por el poeta espaüol Esteban Manuel de Vlllegas, de considerar cl csdrûjulo corno<br />

un pie dactilico (ô 0 0), asimilando el acento il la vocal larga. Para el problcma<br />

métrico, véase La poesll7 (1" José ASUlICi6,1 Silva, Apéndlce : "Nota sobre la métrica<br />

silviana".<br />

XXVI


---------------_ _--_ ..<br />

Por los cielos azu 1osos, infinites y profun­<br />

[dos esparda su lux blanca,<br />

comienza por un predominio dei sonido () (por los cielos azulosos) seguido<br />

por un periode de t (infinitos) que alterna enseguida con la u<br />

(profundos esparcia SI( lnz ), para terrninar abriéndose en la doble a final<br />

(blanca). En este contexte, la repeticiôn de la 0 produce una impresi6n<br />

de anchura, el sonido de la i y el de la lt una de altura y profundidad<br />

y la a una cierta sensaci6n de expansion y asi, todo el verso aparecc<br />

henchido de una infinitud, de una profundidad y de una claridad admirables.<br />

La ahteracién es abundante. Podria decirsc que hay en cl poema<br />

como una tension entre sonldos iguales y sonidos difcrcntcs. Los efectos<br />

sirnbélicos de los sonidos son casi siernpre aciertos cspléndidos:<br />

Una noche toda lIena de perfumes, de murmullos y<br />

[de mûsicas de alas<br />

La repetlcién cie la Il acentuada, los significados sensoriales. el contraste<br />

final con la a de la asonancia le dan al verso una misteriosa calidad.<br />

un particular embrujo que 10 situa en un ambtto sobrenatural coma<br />

de coro angélico 0 de cànrtcos de extraûos habitantes de la noche.<br />

Vearnos otros ejemplos:<br />

Separado de ti misma por la sombra, nor el tiempo y<br />

(la distancia<br />

La combinacién de la vocal y nasal (0/11, eni, an) se repitc tres veces<br />

y el efecto logrado es el de realzar el espacio de la separaciôn por medio<br />

de un eco de prolongaciones graves. como el de una lapida sobre un<br />

sepulcre.<br />

Los acentos también logran bellisimos efectos. F.11el siguicnte verso se<br />

repite un intento dei poema que comentamos inrncdiatamente antes:<br />

Uns noche,<br />

en que ardian en la sombra nupcial y hùmeda las<br />

{Iuciémagas fant~sticas<br />

Los acentos esdrûjulos (tres csdnijulos seguidos sin cancanco, 10 cual<br />

ya es vencer un diftcil obstâculo) reproducen cl râpido titilar de los<br />

insectes, en media de un âmbito extrafio y electrizante, crcado par la<br />

adjetivaciôn.<br />

Otro Ienômeno ritmico fundamental y muv complejo en el pocma cs<br />

su tiempo, su andadura, dificil equilibrio entre sonido y silencio, entre<br />

avance y pausa. Con la adecuada lcctura dei poema se echa de ver ela-<br />

XXVII


amente que al final de casi cada verso existe una pausa, un silencio,<br />

linos puntos suspensivos invisibles, pero no menos perceptibles que si<br />

estuvieran alli grâflcamente indicados. El avanzar del poema cs lento.<br />

entrecortado, suspirante, asombrado. Ello tiene varias causas. En primer<br />

Iugar, una causa sintâctica : los versos estàn llenos de incises, de paréntesis:<br />

parece que la linea sintàctica no avanzara, que diera vueltas sobre<br />

si misma. Abundan las determinacioncs adjetivas, adverbiales, pero el<br />

clemente verbal esta alejado del sujeto. Ademàs, la puntuaci6n consra<br />

en general de comas, sin puntos. Todo esto, unido a causas ritmicas (cl<br />

pie trisilabo regular, combinado irregularmente; la asonancia en los versos<br />

pares), crean ese paso lento, lleno de pausas y silencios, de resonancias<br />

mistcriosas, de vibraciones mâgicas y ecos sobrenaturalcs.<br />

Sin embargo, la estructura del pocma en este sentido experimenta dos<br />

aceleraciones notables. F.I poerna se divide clara mente en dos partes de<br />

aproximadamente el mismo numero de versos. En la primera, la lentitud<br />

deI verso describe entrecortadamente la marcha de la pareja por la llanura<br />

y la uni6n de sus sombras. Al llegar al final de esta primera parte,<br />

el ritmo se acelera v se rompe cl pausado paso de andadura : el pocta ve<br />

las dos sombras unidas y exclama:<br />

hasts aquellos otros:<br />

y eran una<br />

y eran uns<br />

jy eran una sola sombra larga!<br />

1y eran una sola sombra larga!<br />

IY eran uns sola sombra largal<br />

Aqui no hay variaciôn acentual 0 métrica; la sintaxis termina Sl1 desarrollo.<br />

cada verso acaba en si mismo, pero parece desbordarse, insistente.<br />

El ritm 0 se aviva, se acelera, impulsado par la allteraci6n (sol-, .çOln-),<br />

adquiere vehernencia. La repetici6n es como un "tartamudeo lirico", producido<br />

por una intensa ernociôn.<br />

En la segunda parte acontece 10 mismo. Desde los versos<br />

Esta noche<br />

solo. cl alma<br />

llena de las infinitas amarguras y agonias<br />

[de tu muette,<br />

y mi sombra<br />

por los rayos de la luna proyectada,<br />

se vuelve a sentir ese andar entrecortado y suspirante; pero al ver su<br />

sombra, el poeta exclama<br />

XXVIII


Iba sola<br />

Iba sola<br />

iIba sola por la estepa solitaria!<br />

El ritmo vuelve a acelerarse, para conocer su punto final. Pero a partir<br />

de este memento, el ritmo sc hace mas vivo e inquiete; el realce del<br />

acento (en la palabra agil) parece encabritar el verso<br />

y tu sombra esbelta y agil,<br />

Ima y Ianguida;<br />

luego sigue un remanso de dos versos lentos que constituye una translacién<br />

deI recucrdo al ambiente del comienzo dei poema :<br />

Como en esa noche tibia de la mucrta primavera,<br />

como en esa noche llena de perfumes, de murmullos<br />

[y de mùsicas de alas<br />

Inmediatamente después, el acento se hacc agudo, doblcmente agudo<br />

en la reitcraciôn de la union y cl ritmo sc precipita a la exlamaci6n final,<br />

en la que la aliteraclén de la li. marca como las cimas de una ola invasora:<br />

se acerc6y march6con ella,<br />

se acerc6 y marché con ella,<br />

se acercô y marché con ella ... [Oh las sombras<br />

[enlazadasl<br />

IOh las sombras que se buscan y se [untan en las<br />

[nochesde negrurasy de lâgrlmas! ..• 10<br />

Desde el punto de vista dei contenido el poema consiste en el establecimiento<br />

de un equilibrio que se dchacc a continuaci6n y vuelve a rehacerse<br />

al final. Hay dos dctcrrninaclones temporales: la primera, "una<br />

noche", anterior; la segunda, "esta noche", presente. Pero asimismo se<br />

se encucntran tres situaciones, cada una situada en una regi6n distinta:<br />

la union en vida, la separacion por la muerte y la reunion, no ya en<br />

la vida real, pero tampoco en la muette.<br />

En un ambiente de cxccpcional amplitud, poblado de sonidos misteriosos,<br />

de perfumes, iluminado por la intermitencia de las luciérnagas<br />

10 Sea ésta la ocasién de dejar en claro la deuda que los cstudiosos de Silva<br />

tenemos para con mi cornpafiero Gustavo Mejias, quien descubnô la primera publio<br />

caciôn del "Noctumo" (véase "Notas" de este volumcn) y aclaré asi la confusion<br />

que nos deiaba perplejos a todos los criticos, a saber, el origen de ese (entrornetido)<br />

pcnültimo verso que aparecia inexphcablemente en tanins y tantas cdiciones:<br />

IOh las sombras de los cuerpos que se juntan con<br />

las sombras de las alrnas! ...<br />

Ahora ya sabemos que el versoviene de la primera publicaciôn, 1894. pero que<br />

no aparece en el manuscrito. Creo que el manuscrito cs una version posterior, mas<br />

depurada, de la primera publicacién.<br />

XXIX


y por la livida claridad de la luna, dos figuras, la una ceûida cstrechamente<br />

a la otra y transida de prescntimientos, caminan tan lentamente<br />

que casi esnin quietas. Las sombras se juntan y se hacen UlU) sola. LI<br />

pocma entonces se desborda a Impulses de la cmocion producida por la<br />

union de las sombras. Las sombras se han unido en la noche nupcial.<br />

Un fino sunbolismo rccorrc la primera parte: la boda de las sombras.<br />

Ya no cs la cercania de los cucrpos, estamos en cl piano de la delgadez,<br />

la evancsccncia. La pareja ~:~.une' en lin ambicntc matizado de irrcalidad,<br />

de vaguedad y de misterio,<br />

De este recucrdo pasa cl pocma


Yo creo que aqui Silva se aproxima francarnente al irrealisme moderno.<br />

Por primera vez en la literatura colombiana y tai vez en la latineamericana,<br />

la realidad es vencida no religiosa sino fantâsticamentc, sin<br />

concesiones racionalistas. Yeso tal vez es la mayor aportacién silviana<br />

a esas literaturas: la inauguracion de 10 que Hugo Friedrich ha llarnado<br />

precisarnente la Iirica moderna 21.<br />

En la siguiente seccién del libro, sc abarcan distintos tcmas COl1l0<br />

corresponde simbélicamente a la diversidad de la vida. Destaquernos aqui<br />

poemas corno "Un poema", en el que Silva nos muestra su lûcida conciencia<br />

poética: el tltulado ... ? ... , turbador poema sobre cl misterio<br />

côsmico: "Vejeccs", en donde el poeta canta su "hondo cariûo" por cl<br />

pasado colonial idealizado y aristocrético 22.<br />

En la ûltima secciôn, cuyo titulo "Ccnizas" ya revela todo cl pcsimismo<br />

y desengaôo que va inundando la obra silviana, se destaca especialmente<br />

el poema "Dia de difuntos", tanto por sus Iogros forrnales cuanto por<br />

su visi6n pesimista de la vida y el tiempo humanos. Desde el punto<br />

de vista métrico y ritmico, este poema nos muestra el expcrirnentalismo<br />

de Silva quien, con un éxito tan definitive y rotundo en cl "Nocturne",<br />

intenta agui nuevas conquistas en cuanto al ritmo imitarivo, la combinaci6n<br />

de metros largos y cortos que obedcccn a neccsidades internas<br />

dei poema. Los bruscos cambios de metro, de acentos y de rimas, ademàs<br />

dei encabalgamlento, realzan bien el sonido doble de las campanadas,<br />

Para lograr esta armenia imitativa, Silva tenia que romper la rigidez<br />

métrica tradlcional. Asf, hav versos de ocho, dieciséis, catorce, once,<br />

nueve, doce, seis y siete silabas, es decir polimetria, procedimicnto no<br />

extraüo a la poesia rornântica.<br />

El otro libro unitario, aunque nacido en condicioncs y con intenciones<br />

muy distintas, es Cotas amargas, de contenido satirico. Exlsten otros<br />

poemas satiricos de Silva no Incluidos en las Gotas (por ejemplo "Psicopatia",<br />

de El libro de versos), pero cl nùcleo de la sàtira silviana esta<br />

constituido por Jas trece "gotas". El propio l'oeta no daba mucha impertancia<br />

a estos poemas, al parecer, e incluso se deduce que no los consideraba<br />

dignes de su talento poético. Su amlgo y mentor Sanin Cano<br />

nos dlce al respecta en sus conocidas "Notas":<br />

De estas poesias quiso José Asunci6n hacer un cuerpo aparte. No consmtiô<br />

que vicran la luz péblica, Rebus6 siempre considerar el proyecto de sacarlas<br />

en libro, como se 10 pidieron muchos amigos. Las miraba con cierto desdén<br />

a!tivo.<br />

i\demas, en uno de los textes en prosa, "La protesta de la Musa",<br />

puede verse la condena de la sâtlra como forma poética: un poeta satirico<br />

11 Hugo Friedrtch, Estructllra de la lirica moderna, Barcelone, Seix Barral,<br />

1974, 2~ ed.<br />

~2 Mas adelante comentaremos los dos primcros.<br />

XXXI


tee su libro; se le presenta la Musa y le reprocha haber utilizado "las<br />

formas sagradas, los versos que cantan y rien" para rcmovcr "cicno<br />

y fango donde hay reptiles" que ella detesta. Al final, después de<br />

la indignada protesta, la Musa se aleja y el poeta "con la frente apoyada<br />

en las manos, sollozé desesperadamente",<br />

En verdad, estos poemas no tien en valor poético y debe considerârseles<br />

mas bien como una denuncia abierta, como un grito de rebeldia<br />

contra la sociedad que rodea al poeta, contra la mezquina realidad local,<br />

la simulacién, las convenciones, la inautenticidad de la vida de esa<br />

clase que empieza a ser burgucsia sin dcjar de ser arcaica, colonial y<br />

provinciana.<br />

La saura abarca temas tales coma la literatura de la época, a la<br />

que Silva califica como "sensiblerias scmi-romànticas"; la afcctaciôn<br />

intelectual; los poetas "grandioses y sibilinos"; los lectores que confunden<br />

la literatura con la vida; Jas convenciones sociales, morales y scxuales:<br />

las creencias religiosas de su sociedad y de su tiempo. Puede verse<br />

también en estos poernas un eco dei conflicto ideolôgico de la clase<br />

dirigente latinoamericana y colombiana en particular durante buena<br />

parte del sigLo XIX; el choque entre el positivisme y cl pensarniento<br />

tradictonal, por una parte y del positivismo con el espintu romàntïco,<br />

por la otra 2~. La ciencia, como representante de la verdad objctiva,<br />

frente a la filosofia, el arte, las convenciones sociales, como representantes<br />

dei idealismo 24.<br />

Realmente todos estos conflictos van naciendo con la implantaci6n<br />

progresiva dei orden capiralista con rodas sus consecuenctas: degradaclén<br />

de las rclaciones humanas y de las condiciones de vida de la antigua<br />

sociedad colonial y rural; insuftcientc modcrnizaci6n y subdcsarrollo,<br />

agudizacién de las diferencias de claso, proletarizaciôn y aburguesamiento,<br />

etc. Silva capta claramcnte esta invasion con toda la repugnancia<br />

de su espiritu aristocrâtico y rcfinado; él la ve como un triunfo del<br />

"materialisme", en el sentido de antiespiritualismo. Asi, hay un doble<br />

conflicto: ante la vaciedad retôrica y superficial de la vieja cultura,<br />

surge el positivismo como método cientifico; pero al imponersc paso<br />

a paso la concepcion burgucsa y capitalista dependiente, surgc la protesta<br />

contra esa pretendida cicncia antiespiritualista, materiallsra, deshumanizadora.<br />

Veamos ejemplos. El primero se titula "Psicoterapéutica",<br />

~~Se describe este conflkto en La poesla de José Asunci6u Silva, pâgs. 66 y 55.<br />

20 El historlador Jaime jararnillo Uribc resume as] parte de la cucstién. "En<br />

una forma muy general puede decirse que desde fines del sigle XVIII )' cornienzos<br />

del xrx, todo el pensamiento colombiano politico, filosôfico, pcdagogtco y social<br />

estaba mas a menas impregnado de espiritu positive, si por tal entendemos no una<br />

posiciôn Iiloséîica en semide estricto, sino la reacciôn contra una cuttura intelectual<br />

demasiado especulativa y verbaltsta " la orientaciôn del espiritu moderno hacin la<br />

experiencia y cl contacto directo con la naturaleza" El nensamiento colombtono<br />

Cl1 el siglo XIX, Bogota, Editorial Ternis, 1964, pâg. 442. Véanse también las<br />

pâgs, 176 n., 256, 446.<br />

XXXII


y es una arrcmctida contra las convenciones y contra 10 que se podria<br />

iIamar el "ideallsmo" (por contraposiciôn a 10 que Silva Hama cl matenalismo")<br />

:<br />

Si quicrcs vlvlr muches afios<br />

y gozar de salud cabal,<br />

tcn desde nifio dcsengaiios,<br />

practica el bien, espera cl ma).<br />

Desechando las convenciones<br />

de nuestra vida artificial,<br />

lleva por regla en tus acciones<br />

est a norma : tlo natural!<br />

De los fil6sofos etéreos<br />

huye la ensefianza teatral<br />

y aplicate bue nos cauterios<br />

en el chancre sentimental.<br />

Claramcntc este pocma contiene una sâtira positivista, cspecialmente<br />

en su cxaltaci6n de 10 natural. Pero también conticnc algo que nunca<br />

dcja de apareccr en la obra de Silva: la vision pcslmista y dcsilusionada<br />

de la vida, de la sociedad. El poema, dcsde luego, es satirico, pero<br />

trasluce ese constante y dolorido dcsengaüo.<br />

En "Filosoflas" esta visiôn pesimista abarca todos los aspectes de la<br />

vida: convcnciones sociales, arre, rcligién, trabajo, filosofia, etc. Por<br />

ejcmplo, la rellglôn tratada curiosamente en térrninos econ6micos capiralistas:<br />

( ... ) sé creyente, fiel, toma otro gîro<br />

y la raz6n prosterna<br />

A los pies dei absurdo, [compra un giro<br />

contra la vida eterna!<br />

Pàgalo con lUS goces: 10 fe aviva;<br />

ors, medita, impetra;<br />

y al morlr pensaras : .:y si llHa arriba<br />

no mc cubren la letra?<br />

Sin embargo, esta ironia de origen positivista pronto sc ve reemplazada<br />

por una denuncia vigorosa y exaltada de esa invasién "materialista" que<br />

conlleva cl positivismo y cl afianzamiento del modo capitalista y burgués<br />

de vida. En su poema "Futura", satiriza ese porvenir sin idealismo<br />

aIgu no; en cl siglo XXIV, se venera al<br />

( ... ) fundador<br />

de la mas grande de las oblas<br />

de nuestra santa Religion.<br />

Eterna gloria a su divisa,<br />

eterna gloria al redentor,<br />

que con su ejemplo y sus palabras<br />

el idealisme derrot6.<br />

XXXIII


El personaje es el "ventripotente y bonachén' Sancho Panza.<br />

Esta denuncia es aûn mas clara en varies pasajes de la novela De<br />

sobremesa, en los que Silva define la realidad de su tiempo y su<br />

contorno, "la vida burguesa sin emociones y sin curiosidades" en ese<br />

"fin de siglo angustioso":<br />

je ... ) la villania de los célculos y de las combinaciones que harân venir a<br />

las manos y acumularan en cl fondo de los cofres cl oro, csa aima de la<br />

vida modernal<br />

Silva se coloca decididamente deI lado del idealismo, por oposiciôn<br />

al espiritu burgués. Esto no se debe olvidar al considerar su actitud<br />

ante el posinvismo, al cual utiliza corno una arma contra la simulacién,<br />

la hipocresia y la inautenticidad. Para él, la realidad verdadera cs un<br />

mas alla misterioso, no religioso, al cual se encamina en el "Nocturno"<br />

y que en la ûltima pagina de De sobremesa es aludido con claridad y<br />

convicciôn al referirse a la idealizada muchacha rnuerta :<br />

TaI vez DO havas existido nunca y seas 5610un sueâo luminoso de mi espiritu;<br />

pero tu eres un suefio mas real que eso que los hombres Hamon la Realidad.<br />

Lo Que ellos llamao ssi, es 5610una mascara oscura tras de la cual se asoman<br />

y miran los ojos de sombra del misterio, y tû eres el Misterio mismo.<br />

Tai Irrealismo, tal contradiccién irreductible, parece ser el sino de<br />

estos poetas dcsgarrados par la historia. Pero también cs un cornienzo,<br />

anuncio de una bûsqueda de la verdad hlstôrica futura.<br />

Los poemas dispersas, recogidos con el titulo de Versos varios Cy cuyo<br />

numero en esta edlcién pretendernos fijar, ast corne su texte, excluyendo<br />

ap6crifos e incluyendo, par el contrario, poemas no recogldos cn otras<br />

ediciones ), son traducciones y versiones de poemas europcos (franceses<br />

en su gran mayoda), poemas juveniles y unos pocos posteriores a El<br />

libro de versos.<br />

El estilo de Silva se puede definir por su particular actitud ante la<br />

realidad. Tres modalidades estrechamente unidas entre si y a veces<br />

dificilmente separables pueden deterrmnarse: en primer término, un<br />

proceso de âesrealizaciôn, luego, una dignificacion de la realidad y por<br />

ultimo una orientaciôn decidida hacia una dimensi6n irreal. En esta<br />

poesia, como en la de muchos de los poetas rnodernistas, existe un<br />

distanciamiento progresivo de esa reaUdad inmediata, local, tan negativa<br />

y prosaiea. .<br />

Un curioso poerna resume con precision admirable los elementos mas<br />

importantes de la poesia silviana. El poeta presenta en alejandrinos<br />

pareados, flexibles y elegantes, el proceso de composici6n y los elementos<br />

de un poema suyo, arrojando al final un dardo satirico a la critica lite-<br />

XXXIV


aria, El poema se titula asi, simplemente : "Un poerna". Al leer las<br />

referencias al "arte nervioso y nuevo" no se puede dejar de pensar en<br />

el papel de precursor e innovador de la "nueva poesia y especialmente<br />

de la métrica y el ritmo ("llamé a todos los ritmos"). Con la mencién<br />

del tema, vienen a la rncmorla inevitablemente los "Nocturnes" II<br />

y Ill, los de "la historia triste, desprestigiada y der ta" de la mujer<br />

"hermosa, idolatrada y muerta", N6tese también ese mundo lujoso y<br />

arlstocrâtico ("huyendo 10 servil") que brilla entre las estrofas C'frenos<br />

àureos'', "soneto rey". rimas "de plata y de cristal"), tanto en la material<br />

camo en un plane exético de reftnamiento y sensualidad ("olor de<br />

heliotropes", "caretas negras de rasa y terciopelo"). Por otra parte, el<br />

"carâcter trâgico, fantàsnco y sutil", la "mûsica extrafia", los "scntimientos<br />

misticos", nos orientan hacla 10 desconocido, hacia una dimension en<br />

que las categorias de 10 "real" son insuficlentes. Un pareado de este<br />

poema resume un rasgo fundamental del estilo silviano :<br />

Dejé en una luz vaga los hondas lejanias<br />

llenas de nieblas bûmedas y de melancolîas.<br />

Inicialmentc en el mundo poético de Silva aparece la realidad Ilurninada<br />

por una luz vaga; en ella s610 se divisan con claridad algunas<br />

Jcjanas hondonadas y cumbres, de las que pend en [irones de niebla<br />

entre rnanchas de sombra, ondcantes como ese verso soberbio, magistral<br />

en su acentuaci6n esdrûjula y grave. Poesia de luz crepuscular 0 vcspertina,<br />

coma dijo Unamuno: "Silva canta corno un pâjaro, pero un pâjaro<br />

triste, que siente el advenimiento de la muerte a la hora en que sc<br />

acuesta el sol".<br />

En "La voz de las cosas" menciona COll atcmperada vehemencia los<br />

elemenros anhelados para su mundo poético: "fragiles casas", "pàlido<br />

lirio que te deshojas", "rayo de luna", "palidas cosas'', "fantasmas grises",<br />

"sueüos confuses", "ésculo triste" que las cosas dan al alma "entre las<br />

sombras". Es decir, aquello que tenga la calidad de la delgadez, la delicadeza,<br />

10 vago, 10 sutil. Este poema pertcnece teruétlcamcnte a la<br />

mâs pura tradicién romântica, y recuerda la poesia de Bécquer con<br />

cierta insistencia.<br />

Las cosas hablan a Silva, pero 5610 las cosas "leves", vagas, como el<br />

liquen y el musgo; y ademâs, 10 hacen con "VOl. secreta", como vimos<br />

en "Al pie de la estatua", 0 como dice en "La venta na", al hablar del<br />

poeta, "para quicn tienen una voz secreta / los liquenes grisosos... "<br />

En cambio las cosas llenas de Fortaleza Fisica, minerai, en toda su<br />

inrnutabllldad y su permanencia, se contraponen a la fragil y perecedcra<br />

existencia humana; contemplan impasibles el afân temporal del hombre:<br />

iAyl todo pasaré: nUiez risuefia,<br />

juventud sonriente,<br />

cdad viril que en el future suefia...<br />

xxxv


y mas adelante insiste:<br />

Tai vez maiiana<br />

cuando de aquellos ninas queden s610<br />

las ignctas y viejas sepultures,<br />

aûn tenga el mismo sitio la ventana.<br />

Los sentidos aprehenden un mundo fisico exterior determinado por<br />

la vaguedad y la imprecision. Asi, la vista se posa sobre las sombras,<br />

sobre una materia oscura 0 apenas Iluminada por una tenue luz que<br />

batalla con la penumbra. Los paîsajes con sombre ados, penumbrosos,<br />

en el crepûsculo 0 bajo la luz lunar, camo vernas en los "Nocturnes"<br />

o en otros muchos poernas, de los cuales sélo daremos aqui un ejernplo<br />

extremado: 2S .<br />

La luz voga ... npaco el dia,<br />

(...)<br />

par el aire tenebroso ignorada mano arroja<br />

un oscuro velo opaco de letal melancolia,<br />

y no bay nadie que, en 10 intimo, no se<br />

[aquiete y se recola<br />

al mirar las nieblas grises de la armésfera<br />

[sombria,<br />

y al oir en las alturas<br />

melancélicas y oscuras<br />

los acentos dejativos<br />

y tnstislmos c inctertos<br />

con que suenan las campanas ...<br />

y hoy, dia de muertos, ahora que nota,<br />

en las nieblas grises la melancolia,<br />

en que la Ilovizna cac, gote :a gota,<br />

y con sus tristezas los nervios embota,<br />

y envuelve en un munte la ciudad scmbria ...<br />

("Dia de difuntos")<br />

La insistencia en la nota sombria, nebulosa, oscura, es casi obsesiva:<br />

en diccisiete versos encontramos dace palabras que deterrninan el ambiente,<br />

haciéndolo vago y oscuro (y de paso logrando una precisa matizacién<br />

del elima de tantes dias bogotanos).<br />

Los ambientcs interiores, los objctos y hasta los espiritus, tarnbién<br />

suclen encontrarse en la penurnbra, y la Iuz siernpre se ve disminuida,<br />

atenuada:<br />

25 En este caso, como en todo 10 que sigue, pueden verse abundanrcs cjemplos<br />

en La poesra de José A5Imci6n Silva, de cuyo capitule "El Estilo" es una reducciôn<br />

y adaptaciôn 10 que siguc.<br />

XXXVI


Astros que en abismos agnotos<br />

dcrramâis resplandores vagos...<br />

Velada por las nubes pasa la luna ...<br />

Adernâs, la sombra no es 5610 un clemento dei munelo fisico; simboliza<br />

también el pasado y la muette:<br />

Lejos dei mundo, baio la oscura tierra<br />

donde otros, en la sombra, desde hace tiempo estân.<br />

Es significativo, en este sentido, cl verso de "A un pesimista":<br />

Hay demasiada sombra en tus visioncs.<br />

Para los demàs sentldos, ademàs de la vista, también las sensaciones<br />

son vagas e imprecisas. Los murmullos, por ejcmplo, ocupan primerisimo<br />

sitio en el mundo de los sonidos: no hay en él estridencias, la poesia<br />

de Silva esta clicha en voz baja, "muy paso", y su oido recoge los<br />

suspiros de las cosas:<br />

( ... ) la brisa llgera<br />

llcva murmullos de vida<br />

y olores de prima vera.<br />

El mundo poético Je Jose Asunci6n esta, en verdad, "todo lleno<br />

de murrnullos", y adcmàs, estas murmullos, con toda su delgadez y<br />

sutileza, son misterlosos y vagos:<br />

Tendrân vagos murmullos mlsteriosos<br />

el lago y los juncales ...<br />

Tamhién el olfato pcrcibe con delicadeza e imprccisiôn, fundiendo<br />

el mundo dei olor con el dei pasado, en versos como estela de huma<br />

blanco y delgado, corno el camino dcl pcrfume en el aire:<br />

La fragancia mdecisa de un olor olvidado<br />

Ilegé como un fantasma y me habl6 de} pasado.<br />

En el mundo interior también la vaguedad es el âmbito de todo<br />

elernento. Los sentimientos, los recuerdos, los suefios, en fin, 10 animico<br />

cs imprecise, confuse, indetermlnado.<br />

En un poema la delgadez, .la vaguedad se apuran hasta el extremo :<br />

Las cosas viejas, tristes, desteûidas,<br />

sin voz y sin color, sabcn secretes,<br />

de las éPOCRS muertas, de las vidas<br />

que ya nadie conserva en la memoria,<br />

y a vcces a 105 hombres, cuando mquletos<br />

XXXVII


las miral1 y las palpan, con extraüas<br />

voces de agonizante, dicen, paso,<br />

casi al oido, alguna rara historia<br />

que tiene oscuridad de telaraâ as,<br />

son de taud y suavidad de raso.<br />

Las cosas son viejas, no tienen voz ni COIOI. Sus historias, raras<br />

y oscuras, las dicen con voz de agonizante, paso, casi al oido. Una<br />

rigurosa precision de la imprecise.<br />

"Al oido del lector" es un poema altamente revelador, a este respecto<br />

de la vaguedad y la intederminaclén. Desde el titulo habla de ello;<br />

es el pr6logo, la primera advertencia de la poesia silviane. Por eso la<br />

define bien: es una poesia literai mente susurrada "al oido del lector".<br />

Este pequeüo poema resume la poética de Silva mucha mejar gue el<br />

pretencioso y retôrico "Ars".<br />

No fue pasi6n aquello,<br />

fue una ternura vaga ...<br />

La que inspiran los niâos enfermizos,<br />

los tiempos idos y las noches pâlidas.<br />

El esplritu 5610<br />

al conmoverse canta :<br />

cuando el amor 10 agita poderoso<br />

tiembla, medita, se recoge y calla.<br />

En los primeras cuatro versos hay una definiciôn muy precisa de<br />

toda uns época de la poesia silviana.<br />

Pero también hay en la poesia de Silva una digniflcaciôn de la rcalidad,<br />

ademâs y junte a esta desrealizacién, TaI dignificaclén se lleva<br />

a cabo en dos sentidos; en primer término, encontramos una exaltaciôn<br />

basada en valores de tipo materiaJ: el oro, la plata, las joyas, las ricas<br />

telas, etc., a través de similes y metâforas, I1evan los objetos 0 los rasgos<br />

humanos a un plane de Iujo y suntuosidad. Sin embargo, es mas significativo<br />

un segundo procedimiento de dignificaciôn : se resaltan los<br />

valorcs de refinarniento sensoriel, de exquisltez, de exotismo que a<br />

veces roza la perversion a 10 poète maudit. Fundamentalrnente estos prosos<br />

valorativos se realizan por medio de metéforas, comparaciones y<br />

similes,<br />

El mundo metaférico de Silva, en el sentido de los valores rnateriales,<br />

no se sale de 10 manido, de esc Ienguaje "preconcebidamente poético"<br />

de que habla Luis Cernuda. Por ejcmplo, al rcferirse a la mujer, la<br />

tez es nacarada, los labios de seda 0 la cabcllera de oro. Y prccisarnente<br />

el oro es un térmlno de comparaciôn abundante, desde la metafora<br />

lexicalizada C'âureas arenas"), pasando por la aristocrâtica valoraciôn<br />

XXXVIII


del soneto C'Vestido de oro y purpura llegé el soneto rey") hasta la<br />

mas significativa :<br />

Oh dulce niüa pélida, que como un montôn de oro<br />

de tu inocencia candida conservas el tcsoro... ,<br />

en la cual se transluce la intenciôn satirica que relaciona el pudor y<br />

la virtud con la avaricia.<br />

Tarnbién la plata que se asocia (junto con el cdstal) a ciertos sonidos,<br />

o cl nacar, el épalo, el armifio, los encajes ... Todos estos términos<br />

de comparaci6n dignifican la rcalidad segùn unos valores materiales<br />

comunes y no ofreeen, a nuestro juicio, cosa distinta de la oportunidad<br />

de mostrar que en cl sistema axiolôgico de Silva actùan freeuente y<br />

positivarnente,<br />

Muche mas interés ofrece otro grupo de comparaciones y metâforas<br />

que, como declames, ponen de relieve cualidades de mayor sutileza<br />

y refinamiento. Sin embargo, los limites entre el presente campo axiolégico<br />

y el mencionado Inrnedlatamente antes son bastantes indefinidos,<br />

como se puedc ver por los siguicntes versos en los que se funde el<br />

refinamicnto sensual y el valor material de mancra dificilrnente separable:<br />

Complacido en mis versos, con orgullo de artista,<br />

les dl OIOI de heliotropos y color de amatista ...<br />

Las flores prestan su belleza a los hombres y los instrumentes legendarios,<br />

que simbolizan mûslcas extrafias, dan a estas arnbientes 0 sensaciones,<br />

hermosura, tristeza, amabilidad 0 misterio. come el laud, la rnandolina,<br />

cl arpa, los violines, etc.<br />

Exotisme, influencia de las lecturas de Baudelaire, cierto morboso<br />

gusto que apuntaba en Silva, pueden tal vez explicar curiosas referencias<br />

de sus versos. Tai vez nunca antes en la poesia colombiana (tan sana,<br />

tan ordlnaria, tan conservadora) sc habla oido una valoraciôn basada<br />

cn la cnfermedad:<br />

Eue una temura vaga •••<br />

la que inspiran 10$nüios enfermizos,<br />

los tiempos idos y Jas noches pâlidas.<br />

Tampoco se habla oido nunca, seguramente, que el lirio 0 el rayo<br />

de luna dieran al alma dei poeta un<br />

Osculo triste, suave y perverse ...<br />

Silva, asi, express su creciente afan por rehuir la real, la cotidiano<br />

y par aproximarse a un mundo fantâstico.<br />

XXXIX


En Silva, hay algo que nos lIama inmediatamente a un mundo extraiio,<br />

alucinado, vibrante, distante de la vida ordinarta (",), Es éste, sin duda,<br />

un nuevo ambiente, un aire distinto, que se respira sélo en un .wgundo<br />

piano de sensibilidad. 26<br />

Esta ûltima etapa de irrcalidad, fantasia y misterio, signifies una<br />

intcnsificacién de las anteriorcs. En vez de desrealizar la realidad 0<br />

de dignificarla, se la niega coma tal rcalidad. Sc abandona el plane de<br />

10 normal 0 10 cotidiano: tampoco no hallamos en el de la vago 0<br />

indeterminado; ni siquiera en el de 10 Fine, lujoso 0 ex6tico; se ingresa<br />

ahora a una nucva dimension, a un mundo que no sc puede co nocer<br />

ni comprcnder ni explicar, que no se hace patente, que sc difcrencia<br />

de la cotidiano. atraviesa la fantasia y sc proyecta hacia un insondable<br />

vacio.<br />

La mayor parte de las vcces, un simple adjetivo basta para hacer<br />

saltar el verso a la regién de la irrealidad :<br />

Por el aire tenebroso lgnorada mana arroja<br />

un oscuro velo OpACO de letal melancolîa.<br />

Esta ignorada mana nos coloca en un âmbito lJeno de sobrenaturalcs<br />

sugercncias, En "Crepûsculo", lecmos :<br />

de ln calle viencn extraâos ruidos . . ,<br />

y mas abajo, en el rnismo poema, otro adjetivo reitera c insiste sobre<br />

10 desconocido : la sombra suscita, "por los rtncones oscuros", unas distancias<br />

enormes e ignotas". Extraûo, ignoto, oscuro ." Los poemas<br />

silvianos estân constantcmcnte Ianzando sus Flechas hacia csa dimcnsiôn<br />

situada "mas alla" de 10 rea!.<br />

Tai modalidad sc caractcriza par una ncgaciôn de determinadns cntegodas<br />

de la realidad, que abre un panorama cuya cxistencia, sin embargo,<br />

solo sc hace presente como tal cxistcncia, ya que no cs posible hallar<br />

en él mas que la oscuridad que 10 circunda. En palabras del pocta : un<br />

"rnistcrioso panorama oscuro".<br />

En primer térrnino, como ya anotabamos, se establecc un diaJo~o<br />

sutil entre el poeta y las cosas que rchûye, en su secreto, toda otra<br />

participaciôn: pero no sélo hablan en secreta Jas cosas al pocta: sus<br />

voces también son "extrafias".<br />

La normalidad sc quicbra y aparecc 10 que sc hall a "fucra" de ella,<br />

10 que le es extraüo: Ccnicienta, abandonada, sc queda<br />

Mirando los jucgos cxtrafios que hAdan<br />

en las sombras ncgras los carbones Jojos ...<br />

2R Andrés Holguin, "J1.] scntido dei mistcrio en Silva" en ta poc:.çill incouclusa<br />

)1 otros cnsayO$, Bogotâ, 1947, pag. 120.<br />

XL


La abuela mece al niûo, sonriendo cariûosamente,<br />

Una calavera<br />

mas cruza por su espiritu como un temor extra ne.<br />

abre los ojos, sin fondo,<br />

como a visiones extrafias,<br />

Esta senda lleva casi sin dilaciones a las puertas del misterio, a la<br />

superaciôn de la comprensiôn humana, y el poeta percibe esa "brisa<br />

que sopla, ultrahumana, desdc 10 dcsconocido", coma ha dicho un critico,<br />

cuyo roce nos da muches de sus mejores versos.<br />

La poesia aparccc dcfinida en varias ocasioncs por ese "no sé gué",<br />

por ese algo inefablc:<br />

Para que la existencia misera se embalsame<br />

cual de una esencia ignota,<br />

quemàndose en cl fucgo dei alma enternecida,<br />

de aqucl supremo bâlsamo basra una sola gota,<br />

"Las sombras de las viejas catedrales" narran "poemas misreriosos" 0<br />

"leyendas mistcriosas" al poeta; ésre sabe la "magla sobcrana / que tienen<br />

las ruinas" y hara "cl pocma sabio / Ileno de mlsteriosas armonias";<br />

también ama las "sugestiones misticas y raras" de las cosas viejas; en<br />

la naturaleza sorprcnde "vagos murmullos misteriosos"...<br />

Existe un poema en la obra silviana. cuyo anàlisis ilustra con gran<br />

claridad todo este complejo campo estilistico. Sc trata dei titulado<br />

... ? ... ("Estrellas que entre 10 sombrio ... ") En primer término, la lnsistencia<br />

y la reitcracién dt, un grupo de palabras precedentes de una<br />

misma zona cs bien signiflcativa, como resulta evidente en la siguiente<br />

escueta lista: sombrio, ignorado, inmenso, vacio, pâlido, leios, iniinito,<br />

abismos ignotos, lJagos, remotos, leianos, [atuâsticos, océanos sin fin<br />

ni [ondo, inciertas. Es dccir. la adjctivacion dei poema casi en su toralidad<br />

se coloca en un mismo campo semàntico y su cfccto cs acumulativo,<br />

La atrnosfera asi creada sc caracteriza por una minuciosa precision de<br />

10 imprecise, paradôjicamente. por una cstrecha famtliandad con 10<br />

lnsôlito, con aqucllo que se sale dei familiar mundo cotidiano.<br />

Podria pensarse que esta proyccciôn hacia cl misterio posee lejanas<br />

ralces rcligiosas en cuanto un mero proyectarsc. Pero, a difcrcncia<br />

radical de la religion, la proyeccién que agui vemos no cncucntra<br />

un término, por indcterminado que este pucda scr. Rcfiriéndose a Rimbaud.<br />

Hugo Friedrich dice:<br />

XLI


Ni siquiera logra explicarse el motivo de su huida. Pero su obra nos muestra<br />

una correspondencia inequivoca entre su relacién con la realidad y su pasi6n<br />

por 10 desconocido, Este desconoeido al que no pucde darse ya ningïm contenido<br />

religioso, Filoséfico ni mitico, es mâs intense que en Baudelaire; es el<br />

polo de una tensi6n y, porque el polo es vacuo, repercute sobre la realidad 21.<br />

Esta explicaciôn bien podria servir en el caso de Silva, si bien la<br />

intensidad del conflicto, los intentos de solucién artistica 0 sus modalidades<br />

psicolégicas diîicilmente podrfan ser motiva de comparacién, entre<br />

cl autor deI Bateau Ivre y el dei "Nocturne".<br />

Silva parece haber cornprendido bien une de los problernas deI arte<br />

de la época: la separaci6n cada vez mas acentuada entre el artista y su<br />

pûbhco. En De sobremesa escribe una frase fundamental que, adernâs,<br />

hace patente su conciencia de estilo:<br />

Es que yo no quiero declr sino sugerir y para que la sugestiôn sc produzca<br />

cs precise que el lector sea un artista. En imaginadones desprovistas dt<br />

facultades de ese ordo" lqué efecto producirâ la obra de artc? Ninguno, LA<br />

mitad de ella estâ en el verso, en la l'statua, en cl cuadro, la otra en el<br />

cerebro del que oye, ve 0 sueüa.<br />

En un mundo dominado por intereses pecuniarios, por la competencia,<br />

por la incultura y la vulgaridad, tal tipo de lector llega a ser, en verdad,<br />

tan escaso que a veces llega a confundirse con el propio artista, Hega a<br />

ser "mon semblable, mon frère".<br />

Silva parece querer seguir, por otra parte, el consejo de Mallarmé:<br />

"Excluye de tu poema la realldad porque es vulgar". Sin embargo, mcnester<br />

cs decirlo, las analogias de ln obra silviana con cl simbolismo<br />

frnncés se limitan a ese plane general, pero de ninguna rnanera podrian<br />

prolongarse. Silva 'se halla, en mi opinion, en los umbrales de la poesie<br />

moderna, pero no es posible considerarlo un poera de la modernidaâ, en<br />

scntido curopeo. En la poesia de Silva no existe la energia destructora<br />

de simbolistas y surrealistas: él no intenta una dcforrnacién ni un divorcio<br />

total de la materia. Y no se trata tan 5610 de una diferencia de grado,<br />

sino de algo mucho mas csencial. Silva. y en esta podria considerârsele<br />

un romântico, choca con la realidad y su {mica posibilidad de transponerla<br />

es la proyeccién de raiz religiosa que lleva a 10 sobrenatural;<br />

los sirnbolistas dinamitan esc muro de 10 real v abren la senda dei<br />

surrealisme. .<br />

Silva mismo nos ponc de presente su desconfianza ante cl arte de<br />

los simbolistas y su nostalgia de} romanticismc:<br />

Moriste a tiernpo, Hugo, padrc de la lirica moderna: si hubieras vivldo quince<br />

afios mas, habrîas oido las carcajadas 'con que se acompafia la lectura de tus<br />

poernas animados de un enonne soplo de fraternidad optirnista; moriste a<br />

tiempo: hoy la poesia es un entretenimiento de mandarines cnervados, una<br />

adivinanza cura solucién cs la palabra nin·ana.<br />

:; Hugo Friedrich, 1">1', cit., pag. 101.<br />

XLI[


Con ello revela su estirpe romântica y su temperamento conservador<br />

que, afortunadamente, no logré imponcrse a la hora de reallzar su<br />

mejor creaciôn poética.<br />

De sobremesa fue la ûltirna obra que escribiô Silva 28. Indudablemente,<br />

no lIega a tener gran decoro novelistico. Posee, desde luego, pasajcs<br />

valiosos, valores documentales muy considerables, y se adivinan, mas<br />

que evidenciarse, posibilidades narrativas de mucho interés que, de<br />

haberse desa:rrollado, seguramente nos hubieran dado una de las grandes<br />

novelas de nuestro siglo XIX. La bùsqueda deI ideal que acucia al protagonista,<br />

por ejemplo; la personalidad neurôtica y apasionada de este<br />

héroe dannunziano con ribetes de superhornbre nietzscheano, que oscila<br />

entre la esplritualidad, el arte, el idealisme y sus ansias de dominio<br />

politico, entre sus delirios de grandeza y su snobismo, entre su refinada<br />

vida parisiense y el sentimentalismo ingenuo y provinciano de su veneracién<br />

por "su abuelita", Pero los excesos descriptives, las pretenciones<br />

aristocratizantes, la pedanteria ltterarla, cl mal modernisme, en una<br />

palabra, que infesta la mayor parte de la novela, aSI como su descuidada<br />

construccién, hacen de eHa una obra fallida,<br />

El asunto de la novela es bastante simple: un rico escritor latinoamericane<br />

reùne en su casa, Ilena de exéticos y atosigantes lujos y de arnbiente<br />

abrumadoramente refinado y recargado, a un grupo de arnigos que le<br />

piden que lea los manuscrites de una obra suya en la que sc desvelan<br />

misterios de su vida. El escritor los complace y comienza a leer una<br />

serie de textes, de anotaciones fechadas, come si fueran un diario. en<br />

las cuaies cuenta acontecimientos de su vida sucedidos en Europa entre<br />

el 3 de junio de 189 .. y el 28 de octubre deI afio siguiente. A veces<br />

deja de leer y sc establecen pausas que son como divisiones de la obra.<br />

Se puede decir que la novela consta de tres partes principales; la primera<br />

es la ambientactôn y caracterizacién deI autor en la situaciôn posterior<br />

a los acontccirnientos que relata; la novela es, pues, una cspecie de<br />

retroceso temporal; luego, el escritor lee una serie de anotaciones que<br />

contienen reflexiones y comentarios sobre lecturas suyas, autocaracterizaciones<br />

y soliloquios, la muerte de su santa abuela y un incidente.<br />

que da comienzo a la acci6n, en el cual el ncurôtico poeta apuüala a<br />

su amante, famosa cocotte parisina y huvc a las montarias suizas. Alli,<br />

~8Su mentor Iiterario, Sanin Cano, nos cuenta en sus "Notas": "Silva habla<br />

estado escribiendo fehrilmente varias sernanas antes de $\1 muerte para pener en<br />

firma dcfinitiva su novela De sobretnesa. El manuscrito, casi terminado, consta (le<br />

dos partes. La primera, que contiene rasgos suntuosos de un talento completo,<br />

encierra la sustancia de una serie de novelas cortas cscritas antes de 1849 v que<br />

desaparecicron en el naufragio de1 Amérique, en 1895. LA otra parte, III final,<br />

esta prernurosamente ejecutada. Parece obra de otro autor. La descripciôn de linos<br />

amores abruptes en Paris cs infcrior a la fortaleza fisica de Silva. El fracmcnto<br />

sobre la loeura y el suicidio incrustado en la novela, con otros bocetos de data<br />

antcrior, fue escrito en 1892, al recibirse en Bogotâ la noticia de que Mnupassant<br />

se habla vuelto loeo. Esas reflexiones no Je fueron suzeridas a Silva por el<br />

temor de perder el juicio, sine por cl hecho de habcrlo perdido Maupassant".<br />

XLIn


en Interlaken, en contacta con la naturaleza, cornienza a elaborar una<br />

curiosa utopia, de corte fascista avant la lettre para su pais, al que<br />

piensa modernizar y conducir por la senda dei progrcso. Una vez enterado<br />

de que la pufialada que asestara a Lelia Orloff no ha tenido consecucncias,<br />

viaja a Ginebra y alli, en un hotel, encuentra repentinarnente, a<br />

un viejo y elegante seüor que viaja en compafiia de su joven hija,<br />

!lamada Helena. El poeta repentinamente se cnarnora de ella y de nochc<br />

le envia a través de la ventana un rarno de flores; ella le .devuelve<br />

un rama de rosas, pero al dia siguiente, él se entera de que se han<br />

marchado Con destino desconocido. Locamente enamorado, cl poeta parte<br />

en su bûsqueda. Este encuentro y la bûsqueda subsiguientc de la amada<br />

constituyen la tercera parte de la novela, junto a otros acontecirnientos<br />

que luego mencionarcmos.<br />

Asi, después de esa especie de prélogo, la novela se compone de<br />

episodios sin otra unidad que el hilo autobiagréfico: pero luego, con el<br />

hallazgo de la muchacha, cobra unidad y sc convierte en una bûsqueda<br />

de la amada Idealizada. Este motivo tan wagneriano, tan romântico, cs<br />

cl que vertebra la novela: el héroc en busca del Ideal, a través de<br />

obstâculos, tentaciones, enfermedades. Pero ah! terminan las analogias.<br />

El protagonista es un héroe modcrnista y su bûsqueda se resuelve fi'nalmente<br />

en su sofisttcado refuglo de arist6crata criollo nostalgico que<br />

divierte a sus amigos con el recuento de Su aventura.<br />

Pero, ademâs, la novela esta lIena de dcscripciones, de reflexioncs,<br />

aventuras amorosas, disquisiciones literarias, artisticas, cicnüficas que<br />

vale la pena mencionar en conjunto brcvemente,<br />

El protagonista es rnodelo acabado de héroc modernista, si es que<br />

existe tal figura literaria 0 real. José Fernândez es una especie de superhombre,<br />

pero lleno de todas las debilidadcs, neurotismos y languideces<br />

fin de sigle. Es un superhombre, sc podria decir, pero "humano, dernasiado<br />

humano". Rlquisimo propietario larinoamericano, poeta refinado,<br />

bon vivant, rasiaquoère, europeizado, arist6crata de gustos y maneras,<br />

soüador en pugna con su mczqulno medio natal, al cual sin embargo<br />

pretende redimir por la fuerza de su riqueza y su inteligencia, bello,<br />

culte con una cultura diletante y dispersa, amoral, don juan, pedante,<br />

protofascista, es también y sin darse cucnta, sentimental, infantil, ingenue<br />

y cursi a pesar suyo. y, coma estas contrastes no son, a mi juicio,<br />

voluntarios por parte dei autor, en vez de sintetizar una pcrsonalidad,<br />

se contradicen irrcductiblementc. Por ejcmplo: este refinadisimo lcctor<br />

de Baudelaire, de Barrés, de la Bashkirtseff, Sully Prudhomme y demàs<br />

"rares", este estudioso dei latin, el griego, la filosofla y la ciencia, que<br />

es sorprendido por Su amante, Lelia Orloff, en la siguiente escena :<br />

( . , .) entrândose en puntas de pics, se me acercé por dctras y me C('rro<br />

con los manos blandas y suaves los ojos que leian en esc memento 1111&<br />

pagina dl! Spinoza ... ;<br />

XLIV


este intelectual, no puede ocultar su admiraciôn por los versos ide<br />

Nûüez de Arce! 0 las novelas de Pereda. y en OtTOorden de cosas, este<br />

poeta maldito que abusa dei opio, las orgias, las cocottes, adùltero don<br />

juan descreido y hombre de mundo aristocrâtico parisino, reacciona ante<br />

la muette de "su abuelita" como cualquier eseolar de provincias.<br />

Es mas importante, pues, José Fernandel, por 10 que tiene de represcntatividad<br />

histôrico-cultural que como creacién literaria. Es, indudablemente,<br />

la encarnacién de muches de los sueûos, aspiraciones y fracasos<br />

del propio Silva, quien Ilega a induir détalles autobiogrâficos, personajes<br />

y aeontecimientos reales. Pero no se debe olvidar la intenciôn del autor<br />

de crear una figura imaginaria, litera ria 2&.<br />

Es importante resaltar a Fernandez como héroe modernista, sobre<br />

todo en ese afàn europeista, en ese malestar que experimenta respecto<br />

a su realidad local, en ese snobisme y en esa pedanteria con que revela<br />

su inseguridad en el campo de la cultura. José Fernàndez es Silva, pero<br />

también es Rubén Dario y hasta Vicente Huidobro. Encarna esas ansias<br />

de particlpar, de pertenecer a ese mundo de la cultura, el arte, la gran<br />

burguesia europea, la aristocracia, si fuera posible. De sus ansias 10<br />

sabemos todo. De su obra no sabemos nada. y esta ultimo es 10 que<br />

verdadcramente importa en el caso de los modernistas. Su desarraigo<br />

social y nacional, sus irreductibles contradicciones entre el subdcsarrollo<br />

y cl esplendor imperial del declinar de sigle: su mal oculta inquietud<br />

ante el desarrollo capitalista, la decadcncia aristocrârica, la degradaci6n<br />

del espiritu. .. Sus sucüos infantiles de dorninios y "progresos" fascisroides,<br />

su adolescente bûsqueda del ideal, todo elIo 10 hace una imagen<br />

extremada de cierto intelectual latlnoamericano de la época y aûn de<br />

nucstro tiempo, que se debate entre limites como el de un Marti, en<br />

el pasado y el de un Mariétegut en el futuro. Fernândez es la réplica<br />

conservadora, aristécrata, snob y mediocre de un César Vallc]o.<br />

Otr05 personajes de la novcla son mas bien tipos, encarnaciones de<br />

ideas 0 de acnvidades, sin vida propia; con todos sus defectos, Femàndez<br />

resulta ser una crcaciôn llena de posibilidades no suficientemente aprovechadas.<br />

TaI vez con un tratamiento un poco mas critico, posiblcmente<br />

irônico, José Feméndcz seria ahora uno de los grandes personajes de<br />

la novela latinoamcricana. Para terminar, digamos que su representatividad<br />

historiee-social se condensa tal vez en un rasgo, que el autor acentùa<br />

particularmente : su ansia de totalidad, su afàn indiscriminado de poseerlo<br />

todo, de saberlo todo, como los pueblos jitvcncs y dominados que aspiran<br />

a set como sus dominadores: .<br />

2& La "Falacia autobiografica" ha presidido la lectura de De sobremeslI, hasta<br />

lIegar a extrcmos tales como el de Sanin Cano cuando dice : "La dcscripciôn de<br />

unos amores abruptes en Paris cs mferior a la fortaleza fisica de Silva" (!).<br />

XLV


( ... ) Como me fascina y me atrae la poesia, asi me atrae y me domina todo,<br />

Irreststiblemente : todas las artes, todas las ciencias, la polîtica, la especulacién,<br />

el lujo, los placeres, el misticismo, el amor, la guerra, rodas las fermas<br />

de la vida, la misma vida material, las mismas sensaciones que por una<br />

exigencia de mis sentidos, necesito de dia en dia mâs intensas y mas<br />

delieadas.<br />

Como decia, los restantes personajes, no poseen vida propia. Entre<br />

elles, ha, dos interesantes, a mi juicio : el cientifico, el médico, en cl<br />

que Silva paga tributo a su admiraciôn }' su desconfianza por cl positivisrno,<br />

repitiendo en esencia el esquema ya estudiado al hablar de Cotas<br />

antargas C'Psicoterapéuuca"), y la heroina "modemista" encarnada en<br />

la escritora rusa Maria Bashkirtscff, romântica y moderna, consumida<br />

por la tisis rnientrus intenta afanosamente acumular toda la cultura<br />

y la vida, al igual que su gIan admirador, José Femândez. Fila rambién<br />

clice : "Para ser feliz necesito TODO, el resta no me basta", Pero ella<br />

queda libre de algo que caractcriza a la época negativarnente y que si<br />

afecta profundamcnte a Pemàndez :<br />

[Feliz tu, muerta ide al que llevaste dei Unlverso una visién intelectual y<br />

artistlca y a quien el amor por (a belleza y el pudor femenino impidicron<br />

que el entusiasmo par la vida y las curiostdsdes insaciables sc complicarnn<br />

con scnsuales fjebles de goce, con la m6rbida euriosidad dei mat y dei pecado,<br />

con la vtllania de los câlculos y de las combinaciones que harân venir a las<br />

manos y acumularén en el fondo de los cafres de oro, esa alma de la vida<br />

modema!<br />

Como se ve, aqui vuclve a plantearsc la gran contradiciôn historien<br />

que luego iba a definir Rod6: la mate ria y el espirltu, Caliban persiguicndo<br />

a Ariel; contradlccién que en Silva se rnanificsta de varias<br />

formas, t'omo por ejernplo entre la espiritual rusa y el médico Max<br />

Nordau ~(),cuya obra arranca a Pernàndez sus acentos mas lndignados<br />

por su groscro positivisme y su ceguera cspirit ual :<br />

,Por qué has de simpatizar tu COD la muerta adorable a quien Barrés venera<br />

y a quien amamos unos cuantos, joh grotesco doctor Max Nordau! si tu fe<br />

en la ciencia miope ha suprimido en ti el sentido del misterio; si tu espiritu<br />

sin curiosidades no se apasiona por las formas mas opuestas de la vida; si tus<br />

rudimentarios sentidos no requieren los refinamientos supremos de las sensaclones<br />

taras y penetrantes?<br />

Habria que mencionar tamblén a Helena, la [oven idealizada: pero<br />

ella es mas bien una imagen proyectada por José Femândez, una con-<br />

30 El "grotesco doctor alemân", Max Nordau, sabio sionlsta nacido en 1849<br />

era, en verdad, austriaco.<br />

XLVI


crecion de sus ansias, de su bûsqueda, de su intente de escapar de un<br />

mundo matcrialista y degradado.<br />

Estoy harto de la luiuria y quiero cl amor: estoy cansado de la carne y<br />

quicro el espiritu ...<br />

Puesto que revestida de misterio y de mas alla, entraste en mi vida, virgen<br />

inmaculada y dulcisima, nuestro arnor sera un éxltasis. Ennoblectdos por li,<br />

los détalles de la existencia diaria se transfigurarân ...<br />

[Helena! [Helena! Me corre fuego por las venas y mi alma se olvida de 1"<br />

tierra cuando pienso en esas haras que Ilegarân si Iogro encontrarte y unir<br />

tu vida con la mia . . .<br />

Citernes una vez mas el final de la novela:<br />

... Tû no puedes morir, TaI vez no hayas existido nunca y seas 5610 un<br />

sueüo luminoso de mi espiritu, pero ercs un suefio mas real que eso que lus<br />

hombres lIaman la Realidad. La que ellos llaman asi, es 5610 una mascara<br />

oscura tras de la cua} se asoman y miran los ojos de sombra del mistcrm y<br />

tù cres el Misterîo mismo.<br />

Helena cs el esplrltu, cl amor plcno, la pocsia, la pureza, la divlnidad.<br />

el misterio ... La contraimagen silviane se aclara y cl confllcto hlstérico<br />

se evidcncia una vez mas.<br />

Otro de los ternas fundamentales de la novcla, [unto con cl ya<br />

rnencionado de la bûsqueda del ideal, del espiritu, es 10 que Ilamamos<br />

la vitalizaciôn de la cultura, estrechamente relaclonado con cl anterlor.<br />

Mas que en la "realidad", en la pràctica, en la vida dia ria, Fernàndez<br />

vive en cl mundo de la cultura (arte ciencia, litcratura ), y una especie<br />

de "bovarismo' soicrrado recorre la novela 31. Como hemos dicho, ésta<br />

se inicia con una Iarga disqulstcién sobre la obra y la personalided de<br />

Maria Bashkirtseff y el doctor Max Nordau, hecha por el escritor José<br />

Fernéndez, autor de dos libros de versos. Antes, en la introducciôn,<br />

éstc entons un emocionado canto a la figura dei poeta, exaltândolo y,<br />

dandonos lins faceta importante de su propia pcrsonalidad que constituye,<br />

a su VCZ, un rasgo ma.cadamente modcrnista :<br />

1.0 que me hizo escribir mis versos fue que la lectura de los grandes poetas<br />

me produ]o emociones tan profundas camo son todas las mias; que esas emodon<br />

es subsistleron por largo tiempo en mi espiritu y se impregnaron de mi<br />

sensfbtlldad y se convirtieron en estrofas ( ... ). Vivi linos moses con la<br />

imaginacién en la Grecia de Pcricles, senti la bclleza noble y sana dei arte<br />

heleno con todo el entusiasmo de los veinte aâos y bajo esas imprcsiones<br />

~1 Tema que no es, en absoluto, ajeno a Silva. cl cual le dedica dos poemas:<br />

"lentes ajcnos" y "Capsulas".<br />

XLVlI


escribi los "Poemas Paganos", de un lluvioso otoâo pasado en cl campo<br />

leyendo a Leopardi y a Antero de Quental, sali6 la serie de sonetos que<br />

Ilamé después "Las Aimas Muertas"; en los "Dias Diâfanos" cualquier lecror<br />

inteligente adivina la influencia de los misticos espaâoles dei sigle XVI, y mi<br />

obra maestra, los tales "Poemas de la Carne", que forman parte de los "Cantos<br />

dei mas alla", que me han valide }a admiraciôn de los crltlcos de tees<br />

al cuarto, ~qué otra casa son sino una tentativa Mediocre para decir en nuestro<br />

idioma las sensaciones enfermizas y los sentimientos cornplicados que en formas<br />

perfectas cxpresaron en los suyos Baudelaire y Rosetti, Verlaine y<br />

Swinburne? ...<br />

Yale cita tan larga porque en ella el poeta nos revela ese proceso<br />

de creacién en "segundo grado" que es tan tipico dei modernismo mas<br />

ortodoxo, digamos, el de Azul, Prosas profanas, etc. La realidad de la<br />

que parten estos poemas es una realidad "preconcedibamente poética",<br />

y entonces el poema es mas bien una recreaci6n. La literatura la cultura<br />

se hacen vida desde la que se crea y sobre la que se crea la obra poética<br />

de muches modemistas.<br />

Citemos aqul cl caso principal de la navela: José Fernândez entrevé,<br />

mas que conoce, la hermosa y joven Helena Scilly Dancourt, y nunca<br />

cruza una palabra con ella, s610 recibe de ella unas rosas de té y se<br />

apodera de un camafeo que ella ha perdido. Este resulta, a la postre,<br />

la ùnica prueba real de su exlstencia. Pero un buen dia descubre un<br />

sucedânco de la prescncia de Helena: un retrato prerrafaelita de la<br />

madre, hecho por un pintor desconocido, que posiblemente Femândez<br />

habla visto ya antes de que el médico inglés Rivington se 10 enseüe.<br />

Curiosarnente es otro cientifico, el médico francés Charvet, quien le<br />

revela la idenndad de la dama del cuadro. Antes de conocer esta<br />

identidad, Fernândez se dedica afanosamente a investigar a los pin tores<br />

prerrafaelistas para encontrar algo sobre J. F. Siddal, autor dei cuadro,<br />

El paeta no volverâ nunca a ver a Helena y venerarâ religiosamente la<br />

imagen artistica. Naturalrnente, cl motivo no es nuevo, y este "culte<br />

a la virgen", par llamarlo aS1, ticne indudables antecedentes de tipo<br />

religioso y literario, pero en este casa ilustra bien esa distancia que existe<br />

entre "10 vivo y 10 pintade", 0 mejor, esa identificacién entre "10 pintade"<br />

y 10 vivo, situada en la base de buena parte de la creacién artistica<br />

modernista. La vida imita al arte, coma diria otro héroe modernista<br />

europeo, la cultura engendra vida, se hace vida, la realidad se edifica<br />

a partir de la cultura, la cultura, eso si, europea, la vasta e imponente<br />

cultura extranjera y ajena sin la cual el habitante de las neocolonias<br />

siente que no tiene cntidad histôrica. Cuando Femàndez imagina, en<br />

las montaüas suizas su utopia politica, desvela un momento su meritalidad<br />

colonizada al revelarnos el sentido de la transformacién que sueüa<br />

para su pais:<br />

xr.vm


La capital transformada a golpes de pica y de millones -coma transfonn6<br />

el Bar6n Haussman a Paris- recibirâ al extranjero adornada con todas<br />

las flores de sus jardines y las verdures de sus parques, le ofrecerâ en<br />

ampllos hoteles refinamientcs de confort que le permitan forjarse la ilusién<br />

de no haber abandonado el risueiio Mme ...<br />

Técnicamente la novela adolece de grandes fallos, asi como también<br />

desde cl punto de vista estilîstico: énfasis retôrico constante que se<br />

manifiesta en el Intente de fastuosidad de las descripciones, recargadas<br />

y pedantes, y en las reiterativas y declamatorias imprecaciones y ap6strofes:<br />

Femàndez apostrofa (el tû y el vosotros entre grandes signos<br />

admirativos) al, doctor Max Nordau, a Maria Bashkirtseff, a las "monstruosas<br />

mâquinas de guerra" que piensa comprar para conquistar el<br />

poder en su pais; a la Naturaleza; a los personajes que observa en el<br />

comedor de un hotel; muchas veces a Helena, como es natural; a la<br />

Beatriz del Dante; a los grandes artistas que no fueron prâcticos: a<br />

Paris, al camino que 10 llevarâ a Helena; a una actrlz que le hizo<br />

trasladar su dinero a una compafiia comercial en la que tarnbién la<br />

deposita el padre de Helena; al obrero en general; a Victor Hugo; al<br />

critico optimista; a las piedras preciosas una a una; a su propia voz<br />

atâvica y salva]c, a los patricios romanos; al cielo y a muchisimas casas<br />

y personas mas. Léase, por ejernplo, el apéstrofe al neomisticisrno de<br />

Tolstoï, al teosofismo intelectual y a otras muchas abstracciones a las<br />

que el poeta envuelve "en una sola carcaiada de desprecio" y "escupe<br />

a la cara". . . El abuso de esta figura ret6rica hace la lectura de la<br />

novela dificultosa y aburrida en ocasiones.<br />

También Jas técnicas dialogales adolccen de faUos tales como el tono<br />

discursivo y magistral, la longitud dei parlamento sin acotaciones ni<br />

pausas y la presentacién ingenua y confuse de los interlocutores: aunque<br />

también existe el intente de reproduclr el habla coloquial, con intenci6n<br />

mas bien satirica.<br />

Mencionemos asimismo un aspecte importante de la novela. Se trata<br />

de la ideologia politica explicita dei héroe modernista, que acaso sea<br />

portavoz de su autor. Estas paginas polincas reflejan con gran claridad<br />

la ubicacién de clase y la conciencia de clase de este personaje y<br />

de tantos otros como él en la Lattnoàmerica de fin de siglo. El plan<br />

politico y econ6mico que Femândez imagina tlene como fin, desde<br />

Iuego, la transforrnacién y el progreso de su pais, "rnodificar un pueblo<br />

y elevarlo y verificar en él una vasta experiencia de sociologia experimental",<br />

como dice su autor: el sueüo ultimo es cl de lograr el pleno<br />

desarrollo, el progreso material de] pais, 10 cual producirà el verdadero<br />

fin esperado, es decir, "levantarâ al pueblo a una altura intelectual<br />

y moral supcrior a la de los mas avanzados de Europa" y asi, al extranjero<br />

que visite el pais sc le ofrecerân<br />

XLIX


nobles placeres a su inteligencia y como flor de esos progresos materiales<br />

podrâ contempler el desarrollo de un arte, de una novela que tengan sabor<br />

netamente nacional y de uns poesia que cante las viejas leyendas aborigenes,<br />

la gloriosa epopeya de las guerres de ernancipacién, las bellezas naturales y<br />

el porvemr glorioso de la tierra regenerada.<br />

Asi, pues, el "sueüo" politico es, al fin de cuentas, naeionalista, pero<br />

su nacionalismo es una competencia con los modeles europeos, un proceso<br />

de imitaciôn y emulaci6n que, al fin y al cabo, no es nacionalismo. De<br />

todos modes, la que importa es este deseo de participar en la historia<br />

contemporànea, de tener derecho al future, de transformar una realidad<br />

nacional grotesca y aberrante. Este es, a mi juicio, el mismo sueüo de<br />

Marti, pero en Marti es accién politica revolucionaria y en Silva mera<br />

utopia fascistoide: es tarnbién, camo rnero anhelo, el sueüo de Rubén<br />

y tarnbién de Rod6 32 en su primacia espiritual, de tantos otros, hasta<br />

el de Sarmiento, con el que el de Fernàndcz tiene alguna coincidencia.<br />

Es una version dei sueûo histérico deI modernisme, que a su vez<br />

es una version dei suefio hist6rico de la clase dirigente latinoamericana.<br />

Los medios para Iograr esta utopia ya no son tan admirables y generosas;<br />

al exponcrlos, Femândez hace gala de cinismo, pero también de<br />

perspicacia y de realisme al describir la situaciôn politica nacional. Toda<br />

cornienza en el propio Fernândez, cuya fortuna acrecentada en afortunados<br />

negocies, sera la base del plan; el poeta viajarâ a Estados Unidos<br />

a "Indagar los porqués deI desarrollo fabuloso de aquella tierra de ln<br />

energia y a ver qué puede aprovecharse, coma lecciôn, para ensayarlo<br />

Iuego, en mi experiencia". Luego, un viaje de estudios por el pals<br />

acompaüado "de un cuerpo de ingenieros y de sables que seran para<br />

mis compatriotas, ingleses que viajan en busca de orquideas"; a continuacién,<br />

una de las alternativas politicas : entrar en el gobiemo, ir<br />

estudiando la administracién y elaborando "un plan de finanzas nacional,<br />

que es la base de todo gobierno" y, al tiempo, fundar un partido ccntrista,<br />

liber al, laico, "un partido de civilizados que crean en la ciencia<br />

y pongan su esfuerzo al servlcio de la gran idea". Luego, la presidencia<br />

de la repûblica, Pero esa es una altcmativa solamentc. "Eso, por las<br />

buenas. Si la situacién no perrnite esos platonismes ( ... ), hay que<br />

recurrir a los resortes supremos para excitar al puebla a la gucrra".<br />

Provocando "una poderosa reacciôn conservadora, aprovechar la Iibertad<br />

de imprenta ilimttada que otorga la constituci6n actual para denunciar<br />

los robos y los abusos del gobierno", recurrir a "la influenda del clerc<br />

perseguido para levantar las masas Fanàttcas, al orgullo de la vreja<br />

estirpe conservadora C ... ), al egoismo de los ricos C ... )", para, "tras<br />

32 El médico le dice a Fernândez en Londres: "Francarnente, èno cree usted<br />

mas c6modo y mas prâcticu vivir dirjglcndo una Iâbnca en Inglaterra que ir a hacer<br />

ese papel de Préspero de Shakespeare con que usted suefia, en lin pais de Caliba<br />

nes?". Como se ve. las figuras rodianas ticnen mas de un antecedente.<br />

L


de una guerra en que sucumban unos cuantos miles de indios infelices<br />

( ... ), asaltar el poder, espada en mano y fundar una tirania". y, asi,<br />

desde la dictadura absoluta que, sin embargo, conserva algo de las<br />

apariencias Iiberales ("el juego", coma dice cinicamente ), llevar a cabo<br />

la transformaci6n cientifica, racional, calculada deI pals, hasta convertirlo<br />

en modele de desarrollo, progreso y riqueza, en emporio de artes,<br />

letras, ciencias, en ese paraiso en el que 10 material queda al servicio del<br />

cspiritu, en plenitud y perfeccién no lograda antes.<br />

Fernândez justifica el empleo de esos medios, violentos y reaccionarios,<br />

para lograr un fin de progreso y per feccion, por la situaciôn actual de!<br />

pais. Asî, pues, en su utopia existen dos aspectos fundamentales: la<br />

negacién, que es cl presente, la realidad local mezquina y ridicula,<br />

absurda e injusta; y la contraimagen, que es ese pais feliz, rico y<br />

pleno. En la utopia silviana existen definidas proyecciones de la historia<br />

colombiana coetànea, asi camo también de la historia latinoamericana.<br />

Cuando trata de justificar la contradicci6n entre los medios y los fines,<br />

dice:<br />

Establecer una dictadura conservadora como la de Garcia Moreno en el<br />

Ecuador 0 [a de Cabrera en Guatemala y pensar que bajo cse régimen sombrio<br />

con oscuridades de mazrnorra y negruras de inquisicién, se verlflque el<br />

milagro de la transformaclén con que suefio, parece absurdo a primera<br />

vista. No 10 es si se medita. Esta cansado el pais de peroratas demag6g!cas<br />

y falsas libertades escritas en la carta constitucional y violadas todos los<br />

dias en la prâctica y ansia una f6rmula politica mas clara, prefiere ya el<br />

grito de un dictador de quien sabe que procederâ de acuerdo con sus amenazas,<br />

8 las platônicas promesas de respeto por la ley burladas al dia<br />

siguiente.<br />

Parece indudable que aqul hay una fuerte critica contra el regimen<br />

liberal de la Constitucién de Rionegro y que Silva rinde tributo en<br />

cierta forma a Rafael Nüüez, autor de la llamada Regeneraci6n al<br />

hablar de] "porvenir glorioso de la tierra regenerada", Pero su crltica<br />

va mas alla y se dirige contra todo aquello que esta destruyendo el<br />

"viejo régimen", sin traer nada mas que miseria y desorden. Toda la<br />

realtdad social, politica y cultural actual puede ser negative, por comparacién<br />

con el pasado. Véase, por ejemplo, la opiniôn que le mcrecen<br />

la literatura y los movimientos sociales, la propia poesia modern a y el<br />

estado del espiritu en "nuestra época mediocre y ruin"; el anarquismo,<br />

el teatro de Ibsen. la poesla, Nietzsche, etc., Son enjuiciados negativemente<br />

por Fernândez en su anotacién del, 14 de abril.<br />

Su visceral repugnancia ante cualquier cambio social, ante la posibilidad<br />

de una accién proletaria, le arranca las mas temerosas protestas<br />

contra Nietzsche, al cual atribuve el materialisme v las convenciones<br />

sociales de la época, al sonar su "Evangelio" en el "rudimentario cerebro"<br />

dei obrero "cuyas encallecidas manos hacen todavia la sena! de la<br />

LI


cruz"; la moral de los amos: "vive mas allà d;l bien y del mal",<br />

practicada por los obreros llevarâ a una situaciôn en la cual "muertos<br />

los amos seran los esclavos los duefios y profesarân la moral verdadera<br />

en que son virtudes la Iujuria, el asesinato y la violencia". El socialisme<br />

excita su ret6rica hasta llegar casi a la histeria y, asi, habla de "la<br />

asquerosa utopia socialista que en los falansterios con que suefia para<br />

el future, repartira por igual pltanza y vesridos a los genies y a los<br />

idiotas".<br />

Nos hemos alargado tal vez demasiado en esta caracterizaclôn de<br />

José Fernândez como héroe modernista y él 10 hizo muche mejor en un<br />

pârrafo definitivo:<br />

( ... ) al entrar por primera vez a los veintiun anos, corbatcado de blanco<br />

y con el busto moldeado por un frac de Poole al salon donde hice mi prtmera<br />

conquista aristocraties, cuatro almas: la de un artlsta enamorado de 10<br />

griego, y que sentis con acritud la vulgaridad de la vida moderna: la de un<br />

fil6sofo descreido de todo par el abuse de estudio; la de un gozador cansado<br />

de los placeres vulgates, que iba a perseguir sensaciones mas profundas y<br />

mas flnas, y la de un analista que las discriminaba para sentirlas con mas<br />

arder, animaron m.i corazén que latia bajo la resplandeciente pechera, coquetamente<br />

abotonada con una perla negra.<br />

En la historia de la novela colombiana, De sobremesa, de haber sido<br />

un poco mas lograda, hubiera l1egado a ser scguramente, junto a Maria,<br />

algunas novelas de Carrasquilla y La voragine una de las grandes realizaciones<br />

deI género. Desde luego, es la primera novela urbana y la<br />

rnejor de Jas que produjo cl modernismo en nuestro pals.<br />

LU<br />

EDUARDO CAMACHO GUJZADO


CRiTERIO DE ESTA EDICION<br />

EL PROBLEMA EDITORIAL<br />

DESDE EL punta de vista editorial, la obra de Silva ofreee la dificultad de que<br />

cl poeta, prefiriendo -como dice alguno de sus arnigos-e- el aplauso de un selecte<br />

pûblico de allegados a la aprobad6n anénlma, publicé muy pocos poemas en vida,<br />

A este hecho se surna uns dificultad adicional que provicnc de que s610 quedan<br />

manuscritos de muy pocas de sus obras.<br />

La obra poética de Silva puede dividirse en tres grandes grupos, En primer<br />

lugar, El Libro de Versos, conœbido por el autor como una unidad, dei que<br />

se conservan la mayoria de los manuscritos, aunque, desafortunadarnentc, sc han<br />

perdldo algunos. De estos poemas cuves manuscritos no se conscrvan, algunos<br />

fueron publicados en revistas en vida deI autor y asl sc han podido rccupcrar.<br />

Otros, en cambio, se han perdido definitivamente y de elles no queda sino cl<br />

ritulo, que aparece en el indice del manuscrito. Tai es el C"lS0 de "Llovicndo y<br />

haclendo frio ... H, "Manana es domingo ... ", "Son para ti mis versos. , .", "Res,<br />

non verba" y "Péstuma".<br />

El scgundo grupo de poemas 10 constltuycn las Hamadas Cotas ailiarzas , que<br />

Silva nunca quiso dar a conocer, y que scgûn B. Sanin Cano, siempre quiso mantener<br />

aparte c inéditas, Estos poemas fucron publicados -alguno5 de elles en<br />

versiones rccontruidas- por los amigos del poeta varlos afios después de su mucrte<br />

en publicaciones peri6dicas. De estas obras no se ccnservan manuscrttos, y por<br />

tnnto, no solarnente su atribuciôn a Silva sino también la cxactuud de 1.. version,<br />

dependen de la buena fe y dei conocimiento que de la obra de Silva tuviera quien<br />

hacia la publicaciôn. Por ello no dejan de presentarse aqui problcrnas graves, como<br />

es el caso dei poerna Eutura, publicado inlcialmente por Sanin Cano, intclectual<br />

de credlbilidad, MUy cercano a Silva y conoeedor profundo de su obra. Sin embargo,<br />

pocos aûos después, otros amigos dei pocta, con las mismas carcctcrlsticas<br />

quc cl primeru, corrigieron la version de Sanin Cano, aiiadiendo algunos versos<br />

al final dei poema.<br />

Finalmente, hay en la obra poética de Silva un grupo de obras que fueron pu·<br />

blicadas, algunas, en vida del autor, otras, por sus amigos después de su muerte,<br />

LIU


y que se conoeen hajo el titulo de Versos varias. Desdc cl punta de vista editorial,<br />

este grupo ofrece los mismos problemas que los anteriores, pero, a diferencia de<br />

elles, no conforman estos poernas una unidad, sino que se trata de piezas sueltas<br />

y desordenadss en el corpus silviano. Nosotros hemos tratado de intrnducir un poco<br />

de daridad en la ordenaci6n agrupando algunos poemas que debian ir juntos<br />

y, en la mcdida de 10 posible, dândole una ordenacién cronolôgica.<br />

LA EDICION<br />

AI preparar la presente cdici6n de las obras completas de Silva nos hemos basa do<br />

en la edici6n facsimilar del Libr« de Versos de la editorial Horizonte, que hernos<br />

utilizado para cote jar los manuscrites. Ademâs, hemos tratado de locahzar la mas<br />

antigua publicacién en pertédicos y revistas de cadu poerna. Aparte de la reproduccién<br />

facsimiJar de los manuscrites y de las primeras publicaciones, hemos comparado<br />

nucstra version con algunas de las ediciones que se consideran generalmcnte<br />

corne las mâs autorizadas, bien por tratarse de la primera recopilaclôn en forma<br />

de libro de )a obra poética de Silva -i.e., la edicién de la Imprenta de Pedro<br />

Ortega realizada para la Casa Maucci de Barcelone en 1908 y su variante subtitulada<br />

"Nueva ediclôn corregida" de c. 1918-, cuanto por haberse basado cn los<br />

manuscritos -como aCUHe con la edicién de las Prensas de la Bibliotcca Nacionnl<br />

de Colombia realizada en 1946 y las dos ediciones hcchas al culdado de don Camilo<br />

de Brigard Silva: la de Aguilar y la del Banco de la Repûbliea, que genernlmcntc<br />

se considera como la ediciôn bâsica de Jas obras completas del pocta.<br />

El csrudio cornpamtlvo de estos textes nos ha puesto de presente la importancin<br />

del registre de las variantes Que se han ido introducicndo en las diverses cdiciones.<br />

Pero, teniendo en cuenta la situacién especial de los originales de la obra, que<br />

hemos expuesto arriba, y que ha Ilcvado tanto a los amigcs de Silv(l como a los<br />

sucesivos edltores a introducir variantes y correccîoncs en su obra, espccialmcntc<br />

en materia de puntuacién, seria prâcticamente interminable un registro sistemâtico<br />

de las variantes por puntuaci6n y ortografia. Nosotros bernos optado por moderrrizar<br />

la ortcgrafia y la puntuacién, sistematizar el USD de signes de amlraciôn e lnterrogacién,<br />

y en cambio, sî registrer l'or mcdio de notas explicativas las variantes<br />

mas importantes. En este aspecte, creemos que, por ejernplo, en cl caso de "Una<br />

Noche", la documentacién que hacemos de 1115 variantes existentes entre el menuscrito<br />

y la primera publicacl6n contribuye a aclarar aspectes importantes.<br />

Hcmos tamblén opta do por suprimîr algunos poemas atribuldos a Silva y que.<br />

siendo apécrifos, Ilegaron incluso Il figurar en colecciones de su obra. TaI es cl<br />

caso de HA ti" (de luto esta vestida ), dei cual ya Arias Argâez habla dicho que<br />

pertenecia a Dlégenes Arrieta. Igualmente hernos excluido el poema "lQue por<br />

qué no publico versos?", publicado en El Cojo llustrado de Caracas y atribuido a<br />

Silva. Fue tarnbién Arias Argaez -incidentalmcnte, une de los rnejores conoccdorcs<br />

de la obra de! poeta- quien sefialé que este poema habla sido el fruto de una<br />

travesura de Delio Seraville, aseveraci6n que Donald McGrady ha confirmado al<br />

sefialar que el poe ma esta incluido en repreducclén facsimilar dei manuscrito en<br />

la ediciôn de 1952 de la obra de este autor. También hemos excluido HEn la<br />

tortura", publicado en el Nuevo Tiempo Luerario de Bogotâ, ya que en realidad<br />

se trata de un error en la annada de la revista, que junt6 la primera parte de un<br />

poeme de lsaacs œn la ultime parte de Al pie de la estatUQ. Este error fue aclarado<br />

LIV


por la propia direccién de la revista en el nûmcro del 4 de agosto de 1903 con la<br />

siguiente nota: "Por equivocaci6n se puso en el numero anterior de este periôdico<br />

el final de una composici6n de J. A. Silva en seguida dei prlncipio de una de<br />

Jorge Isaacs, Hacemos la salvedad dei caso, y nos prornetemos que dentro de poco<br />

hernos de reproducir una y otra de dichas composiciones". Esta promesa no sc<br />

cumpliô, pero de todas maneras el empastelado poema hizo carrera, hasta el punto<br />

de que Miramôn, en su libro sobre Silva la considera uno de los mejorcs dei autor,<br />

y algunos criticos mas suspicaces -entre quienes se cuenta, sorprendcntementc<br />

Donald McGrady- se la han atribuido a la picardia de Carlos Arturo Torres, director<br />

de El Nuevo Tiempo Liter4Tio.<br />

En cambio, hemos considerado necesaria la mtroducclôn de una secctôn en la<br />

que recogcmos aquellos poemas que, par uns u otra razén no hemos podido comprobar<br />

deEinitivarnente que pertenecen a Silva, ni que son apécrifos. Sc trata, pues,<br />

de una especie de limbo, producto de la falta de informacién sobre clertos aspectas<br />

de la obra de Silva.<br />

Para la edicién de la novela, hemos comparado las dos primeras cdicioncs de<br />

Cromos con la ediciôn del Banco de la Repûbhca. En este texte también hemos<br />

considerado necesario modificar 111 puntuaci6n y la ortografia, as!. eomo unificar<br />

y sistematizar las convenciones para presentaciôn de diâlogos, etc.<br />

ECI:<br />

EH:<br />

EL:<br />

ENTL:<br />

ETdD:<br />

GB:<br />

LLN:<br />

Lpt:<br />

LS:<br />

P:<br />

PC:<br />

PPI:<br />

RC:<br />

RCh:<br />

R(:<br />

RL:<br />

RM:<br />

EDOARDO CAMACHO GUl2ADO '{ GUSTAVO MEJIA<br />

ABREVIATURAS UT1LIZADAS<br />

El Cojo 1114$trado,Caracas.<br />

El Heraldo, Bogotâ.<br />

El Liberal, Bogota.<br />

El Nuevo Tfempo Llterario, Bogotâ.<br />

El Telegrama dei Domingo, Bogotà.<br />

Cil Bias, Bogotâ.<br />

La Lira NueV4, Bogotâ, Imprenta de Medardo Rivas, ] 886.<br />

Lecrura para Todot, CllTtagena.<br />

La Sierra, Bogota.<br />

Patri4, Bogota.<br />

Parnaso Colombiano, Bogod, Camacho Rcldén y Tamaya, 1886.<br />

Papel Perlôdico Ilustrado, Bogotâ,<br />

Repertorlo Colombiano, Bogoté,<br />

Revisw Ch.ilenll, Santiago.<br />

Revista Ilustrada, Bogotâ.<br />

Revista Literatia, Bogota.<br />

Registro Municipal, BogotA<br />

Thesaurus: Thesaurus. Boletin deI Instituto Caro Y Cuervo, Bogotâ.<br />

U: Universidad, Bogotâ<br />

LV


POESIA


EL LIBRO DE VERSOS<br />

AL omo DEL LECTOR<br />

No FUE pasiôn aquello,<br />

fue una ternura vaga ...<br />

La que inspiran los nifios enfermizos,<br />

los tiempos idos y las noches pàlidas.<br />

5 El esplritu 5610<br />

al conmoverse canta:<br />

cuando el amor 10 agita pcderoso<br />

tiembla, medita, se recoge y calla.<br />

Pasi6n hubiera sido<br />

10 en vcrdad: estas paginas<br />

en otro tiempo mas feliz cscritas,<br />

no tuvieran cstrofas sino Iâgnmas.<br />

[1\'FAl\'CfA<br />

CON EL recuerdo vago de las cosas<br />

que embellecen el ticmpo y la distancia,<br />

retornan a las almas cariüosas,<br />

cual bandada de blancas mariposas,<br />

5 los placides recuerdos de la infanda.<br />

3<br />

Esos recuerdos con olor de heleeho<br />

son el idilio de la edad primera.<br />

G.G.G


[Caperucita, Barba Azul, pcqueüos<br />

liliputienses, Gulliver gigante<br />

que flotâis en las brumas de los suefios,<br />

aqui tened las alas,<br />

lOque yo con alegria<br />

llamaré para haceros compama<br />

al ratoncito Pérez y a Urdimalasl<br />

[Edad feliz! Seguir con vives Oj05,<br />

donde la idea brûla,<br />

l 5 de la maestra la cansada mano<br />

sobre los grandes caracteres rojos<br />

de la rota cartilla,<br />

donde el esbozo de un bosquejo vago,<br />

fruto de instantes de infantil despecho,<br />

20 las separadas letras juntas puso<br />

bajo la sombra de Impasible techo.<br />

En alas de la brisa<br />

del luminoso Agosto, blanca, inquieta<br />

a la regi6n de las errantes nubes<br />

25 hacer que se levante la corneta<br />

en hûmeda maüana,<br />

con el vestido nuevo hecho jirones,<br />

en las ramas gomosas del cerezo<br />

el nido sorprender de copetones:<br />

30 escuchar de la abuela<br />

las sencillas historias peregtinas;<br />

perseguir las errantes golondrinas;<br />

abandonar la escuela<br />

y organizar horrisona batalla<br />

35 en donde hacen las piedras de metralla<br />

y el ajado paüuelo de bandera;<br />

componer el pesebre<br />

de los silos del monte levantados:<br />

tras cl largo paseo bull iciosa<br />

40 trae la grama leve,<br />

los corales, el musgo codiciado,<br />

y en extraüos paisajes peregrinos<br />

y perspectivas nunea imaginadas,<br />

hacer de âureas arenas los eaminos<br />

45 y de talco brillante las cascadas.<br />

Los reyes colocar en la colina<br />

y colgada dei techo<br />

la estrella que sus pasos encamina,<br />

4


y en el portal el Niüo-Dios rïente<br />

50 sobre mullido lecho<br />

de musgo gris y verdecino helecho.<br />

jAlma blanca, mejillas sonrosadas,<br />

cutis de niveo armiüo<br />

cabellera de oro,<br />

55 ojos vivos de plâcidas miradas,<br />

cuân bello hacéis al inocente niûol<br />

Infancia, valle amene,<br />

de calma y de frescura bcndecida,<br />

60 donde es süave el rayo<br />

que abrasa el resto de la vida<br />

[cémo es de santa tu inocencia pura,<br />

cémo tus breves dichas transitorias,<br />

cémo es de dulce en horas de amargura<br />

65 dingir al pasado la mirada<br />

y evocar tus memorias!<br />

CRlSALlDAS<br />

CUANDO enferma la niûa todavia<br />

salié cierta maiiana<br />

y recordé, con inseguro paso,<br />

la vecina monta fia,<br />

5 trajo, entre un ramo de silvestre flores,<br />

oculta una crisâhda,<br />

que en su aposento colocé, muy cerca<br />

de la camita blanca ...<br />

ODOS dias después, en el momento<br />

10 en que ella expiraba,<br />

y todos la velan, con los ojos<br />

nublados por las lâgrimas,<br />

en el instante en que muri6, sentîmos<br />

leve rumor de alas<br />

15 y vimos escapar, tender cl vuelo<br />

por la antigua ventana<br />

(lue da sobre el jardin, una pequeüa<br />

mari posa dorada ...<br />

La prisién, ya vacia, de) insecte<br />

5


20 busqué con vista râpida;<br />

al veria vi de la difunta nina<br />

la frente mustia y pâlida,<br />

y pensé: si al dejar su carcel triste<br />

la mari posa alada<br />

25 la luz encuentra y cl espacio inrnenso<br />

y las campestres auras,<br />

al dejar la prisiôn que las encierra,<br />

,gué encontrarân las aImas?<br />

LOS MADEROS DE SAN JUAN<br />

jASERRÎN!<br />

[Aserrânl<br />

Los maderos de San Juan,<br />

piden queso, piden pan,<br />

5 los de Roque<br />

alfandoque,<br />

los de Bique<br />

alfeiiique<br />

[los de Triqui, triqul, tran!<br />

10 Y en las rodillas duras y firmes de la Abuela,<br />

con movimiento ritmico sc balancea el nifio<br />

y ambos agitados y trémules estàn:<br />

ln Abuela se sonrie con maternai earifio<br />

mas cruza por su espiritu como \10 temor extrafio<br />

l 5 por 10 que en 10 Fnturo, de angustia y desengaüo<br />

los dias ignorados dcJ nieto guardaran.<br />

Los maderos de San Juan<br />

piden queso, piden pan.<br />

[Triqui, triqui,<br />

20 triqui, tran!<br />

Esas arrugas hnndas recuerdan Ulla historia<br />

de sufrtmicntcs largos y silenciosa angustia<br />

y sus cabellos, blancos, como la nieve, estân.<br />

De un gran doler el sello marco la frente mustia<br />

25 y son sus oios turbios cspejos gue cmpaüaron<br />

los aüos, y que, ha tiempos, las Formas reflejaron<br />

de COSaS y seres que nunca volveran.<br />

Los de Roque, alfandoque<br />

iTriqui, triqui, triqui, tran!<br />

6


30 Maüana cuando duerma la Anciana, ycrta y muda,<br />

lejos dei mundo vivo, bajo la oscura tierra,<br />

donde otros, en la sombra, dcsde hace tiempo estân,<br />

del nieto a la memoria, con grave son que encierra<br />

todo el poema triste de la remota infancia,<br />

:15 cruzando pOl' Jas sombras del tiernpo y la distancia,<br />

ide aquella voz qucrida las notas vibrarânl<br />

50<br />

55<br />

Los de Rique, alferiique<br />

[Triqui, triqui, triqui, tran!<br />

y en tante en las rodillas cansadas de la Abuela<br />

40 con movirniento ritrnico SC balancea el niâo<br />

y ambos conrnovidos y trérnulos estàn:<br />

la Abuela se sonric con materna] cariâo<br />

mas cruza por su espiritu como un temor extrafio<br />

par 10 gue en 10 future, de angustia y desengafio<br />

45 los dias ignorados deI nieto guardarân.<br />

jAserdni<br />

[Aserrânl<br />

Los maderos de San Juan<br />

piden queso, pidcn pan,<br />

los de Roque<br />

alfandoquc<br />

los de Rique<br />

alferiiquc<br />

[Triqui, triqui, triqui, tranl<br />

[Triqui, triqui, triqui, tranl<br />

CREPUSCULO<br />

JUN'ro de la cuna aûn no esta encendida<br />

la lérnpara tibia, que alcgra y reposa,<br />

y se filtra opaca, por entre cortinas,<br />

de la tarde triste la lm: azulosa.<br />

5 Las niûas, cansadas, suspcndcn los juegos,<br />

de la calle vicnen extraüos ruidos,<br />

en estos mementos. en todos los cuartos,<br />

sc "an despcrtando los ducndcs dormidos.<br />

7


La sombra que sube por los cortinajes,<br />

10 para las hermosas oyen tes pueriles,<br />

se puebla y se Hena con los personajcs<br />

de los tenebrosos cuentos infantiles;<br />

Flota en ella el pobre Rio Rin Renacuajo,<br />

corre y huye el triste Ratoncito Pérez,<br />

15 y la entenebrece la forma deI trâgico<br />

Barba Azul, que mata sus siete mujeres:<br />

en unas distancias enormes e ignoras,<br />

que par los rincones oscuros suscita,<br />

andan por los prados el Gato con Botes,<br />

20 y el 'Loba que marcha con Caperucita,<br />

y, âgil caballero, cruzando la selva,<br />

do vibra el ladrido fùnebre de un gozque,<br />

a escape tendido va el Principe Rubio<br />

a ver a la Hermosa Durmiente dc1 Bosque .<br />

• • 6 •••••••••••••••••••• ' ••••••••••<br />

25 Del infantil grupo se levanta leve,<br />

argentada y porR, una vocecilla,<br />

que comienza: "1Entonces se fueron al balle<br />

y dejaron sola a Cenicentilla!<br />

Se qued6 la pobre, triste, en la carina,<br />

30 de llanto de pena nublados los ojos,<br />

mirande los juegos extrarios que hacian<br />

en las sombras Degres los carbones rojos,<br />

"Pero vino el Hada que era su madrina,<br />

le trajo un vestido de encaje y crespones,<br />

35 le hizo lin coche de oro de una calabaza,<br />

convirtié en caballos unos seis ratones,<br />

"le dio un rama enorme de magnolias h ûmedas,<br />

unos zapaticos de vidrio, brillantes,<br />

iY de un solo golpe de la vara mâgica,<br />

40 las cenizas grises convirtiô en diamantes!"<br />

.....................................<br />

8


iCon atento oido las ninas la escuchan,<br />

las muiiecas duermen, en la blanda alfombra<br />

medio abandonadas, y en el aposento<br />

la luz disminuye, se aumenta la sombra!<br />

4S [Fantàsncos cuentos de duendes y hadas,<br />

lIenos de paisajcs y de sugestiones,<br />

que abris a Jo lejos ampli as perspectivas,<br />

a las infantiles imaginaciones!<br />

Cuentos. que nacisteis en ignotos tiempos,<br />

SO y que vais, volando por entre 10 oscuro,<br />

desde los potentes Aryas primitives,<br />

hasta las enclenques razas deI futuro.<br />

Cuentos que repiten sencillas nodnzas<br />

muy paso, a los nifios, cuando no sc duermen,<br />

5 S y que en si atesoran dei suefia poético<br />

el intimo encanto, la escncia y ri germen.<br />

Cuentos mas durables que las convicciones<br />

de graves fil6sofos y sablas escuelas,<br />

y que rodeasteis con vuestras ficciones,<br />

60 las cunas doradas de las bisabuelas,<br />

iFantasticos cuentos de duendes y hadas<br />

que poblàis los sueûos confusos dei nino,<br />

el ticrnpo os sepulta por siemprc en cl alma<br />

y el hombre os evoca, con hondo cariüol<br />

AL PIE DE LA ESTATUA<br />

CON MAJ ESTAD de semidiés, cansado<br />

par un combate rudo,<br />

y exprcsién de mortal mclancolia,<br />

alzase el bronce mudo,<br />

5 que cl crnbate del tiempo dcsafia<br />

sobre marméreo pcdestal que osrcnta<br />

de las libres naciones cl escudo<br />

y las batallas formidables cuenta;<br />

y su perfil severo,<br />

9<br />

A Caracas


lOque del sol baiia la naciente gloria,<br />

parece dominer desde la altura<br />

cl horizon te inmcnso de la historia.<br />

Un mundo de nobleza se adivina<br />

en la grave expresiôn de la cscultura<br />

15 que el triunfador acero a tierra inclina<br />

con noble y melancélica postura;<br />

y tienc cl monumento soberano,<br />

alzado de los hombres para ejemplo,<br />

la triste de una tumba -do no llega<br />

20 el VOCCrlO deI tumulto humanoy<br />

la soIemne majestad de un templo.<br />

Amplio jardin floride 10 circunda<br />

y sc cxtiende a sus pies, donde la brisa<br />

que entre las flores pasa,<br />

25 con los célices Frcscos se perfuma,<br />

y la luz matinal brilla y se irisa<br />

de claros surtidores en la espuma;<br />

y. do bajo 10 verde<br />

de las tupidas frondas,<br />

30 sobre la grama de la ticrra negra.<br />

loca turba infantil juega y se pierdc<br />

y del lugar la soledad alegra<br />

al agltarse en cadenciosas rond as,<br />

forjando con las risas y los grltos<br />

35 de las hûmedas bocas encarnadas,<br />

con las rizosas cabecitas blondas<br />

y las frescas mejillas sonrosadas,<br />

un idilio de vida sonrïentc<br />

y de alcgria fatua,<br />

40 al pie dei pedestal,


deI beso de los siglos son seüalcs,<br />

y a quien narran leyendas misteriosas<br />

55 las sombras de las vicjas catcdrales,<br />

y al ver el bronco austero<br />

que sobre el alto pedestal evoca<br />

al héroe invicto de la magna lucha,<br />

una voz misteriosa que 10 toc a<br />

60 en 10 mas hondo Je su ser escucha<br />

y en cl amplio jardin dencnc el paso.<br />

Dice la voz de la ignorada boca<br />

que en el fondo del alma le habla paso:<br />

"[Oh, mira el bronce, mira<br />

65 cuàl sc alla, en ri intima reposo<br />

de la materia inerte,<br />

y qué solemne majestad respira<br />

la estatua del eoloso<br />

vencedora dei tiempo y de la muerte!<br />

70 jQue resuene tu lira<br />

para decir que el viento de los sigles<br />

-que al soplar al través de las edadcs,<br />

va tornando en pavcsas<br />

troncs, impenos, pueblos }' dudades-<br />

75 se trueca en brisa mansa<br />

cuando su frente pensativa besa!<br />

"En la feraz llanura<br />

vivié feliz el indio, cuya seca<br />

momia, por mano amiga scpultada,<br />

80 duermc en cl fonda de la cripta hueca,<br />

ha sigles olvidada.<br />

A la orilla dei lago<br />

en donde el agua, cuando el sol se oculta,<br />

farja un paisaje tencbroso V vago,<br />

85 iha siglos vino hispano aventurero<br />

atra vesando la maleza inculta<br />

a abrevar el ligero<br />

corcel, cansado dei penoso viaje,<br />

cuyas recias pisadas despertaron<br />

90 los dormidos murrnullos dei follaje!<br />

"jComo sombras pasaronl<br />

èQuién sus nombres conserva en la rnemoria?<br />

iCémo escapa, perdido,<br />

de las hondas tinieblas del olvido<br />

Il


95 un pueblo al veredicto de la historia!<br />

iCuântas generaciones olvidadas,<br />

hoy en las sombras de 10 ignoto duermen,<br />

a la fecunda tierra entremezcladas,<br />

do el humus yacc y se dilata el germen,<br />

100 que no dejaron al pasar mas huellas,<br />

con sus glorias, sus luchas y sus duelos,<br />

que la que deja el pâjaro que cruza<br />

el azul transparente de los cielosl<br />

"[Cuântas! y en cambio, escucha:<br />

105 [Una sola, una soJa<br />

generaciôn se cngrendeci6 en la lucha<br />

que redlmi6 a la América Espaûola!<br />

jy legé a los poetas deI futuro<br />

mas nombres que cantar, mas heroismos<br />

Il 0 que narrar a las gentes venideras,<br />

que astros guarda el espacio en sus abismos<br />

y conchas tiene el mar en sus riberasl<br />

"Cu enta la grande hazaüa<br />

de aquella juventud que decidida<br />

Il 5 en guerra abierta con la madre Espaüa,<br />

ofrend6 sangre, bienestar y vida;<br />

carita Jas rudas épocas guerreras,<br />

de luchas; los potentes paladines<br />

de cuerpos de titan y almas enteras,<br />

120 que de Amérlca esclava los confines,<br />

-desplegadas al aire las banderas,<br />

y al rudo galopar de sus bridonesrecorrleron,<br />

llamando a las naciones<br />

con el bélico son de sus clarines.<br />

125 Y en la oda potente<br />

que en sus estrofas sonorosas cuente<br />

el esfuerzo tenaz, la lidia dura,<br />

que dieron libertad a un continente<br />

y al hispano dominlo sepultura,<br />

130 [haz surgir la figura<br />

del Padre de la Patria, cuyas huellas<br />

irradian dei pasado<br />

en el fondo sombrio,<br />

como en Jas noches plàcidas y bellas<br />

135 Jupiter coronado de centellas,<br />

hace palidecer en el vacio<br />

la lumbre sideral de las estrellasl<br />

12


"No 10 evoque tu acento<br />

cuando el designio soberano toma<br />

140 de redimir la América oprimida,<br />

en la hora sublime y taciturna<br />

en que pronuncia el grave juramento<br />

de la cesârea Roma<br />

en la desierta soledad nocturne:<br />

145 no; cuando en el fragor de la batalla,<br />

en sus ojos )3 idea,<br />

con eléctrico brillo centellea,<br />

rnientras que la metralla<br />

y el bronco resonar de los caûones<br />

J 50 Y el impetu de rayo<br />

de los americanos batallones,<br />

paver y angustia extrema<br />

sicmbran en los deshechos escuadrones<br />

de los nietos del Cid y de Pelayo;<br />

155 no, cuando la Victoria,<br />

camo mujer enamorada, sigue<br />

cl paso audaz de su carcel fogoso<br />

que va a beber dei Rimac en las ondas,<br />

y se le entrega loca y la persigue;<br />

160 no, cuando brinda opima<br />

cosecha de placeres soberanos,<br />

a sus sentldos la opulenta Lima,<br />

ni cuando el gran concierto<br />

de un continente, Padre le proclama<br />

165 y "arbitra de la paz y de la guerra"<br />

y su nombre la Fama<br />

esparce a los confines de la tierra.<br />

No, no la cantes en las horas buenas<br />

en que, unido a los vitores triunfales,<br />

170 vibré en su oido el son de las cadenas,<br />

que rompiô, de los tiernpos coloniales:<br />

cântalo en las derrotas,<br />

en la escena de grave desaliento<br />

en que sus huestes considera rotas<br />

175 por las hispanas filas,<br />

y perdida la causa sacrosanra,<br />

y una lâgrima viene a sus pupilas,<br />

y la voz se le anuda en la garganta,<br />

y rccobrando brio,<br />

180 y dominando el cuerpo que estremece<br />

de la fiebre el sutil escalofrio,<br />

grita: "Triunfar".<br />

13


y la tristeza exalta<br />

de tenebrosa noche de septiembre<br />

cuyos negros recuerdos nos oprimen,<br />

185 en que la turba su morada asalta,<br />

y femenil amor evita el crimen<br />

infando. .. y luego cuenta<br />

las graves decepciones<br />

que anîquilan su ser: las pequeüeces<br />

190 de miseras pasiones,<br />

que, por el campo en que sono abundantc<br />

cosecha ver de sazonadas mieses,<br />

van cxtendlendo miseras raices<br />

en torno -eual la yerba<br />

195 que el vigor de los gérmenes enerva<br />

y mata, al envolverlos en sus lazos=-.<br />

Di su suefio mas grande hecho pedazos.<br />

[Di el horror suicida<br />

de la primera contienda fratricida,<br />

200 en que, perdldos )05 ensueiios grandes<br />

de planes soberanos,<br />

las colosalcs gradas de los Andes<br />

moja sangrc de hermanos!<br />

Oh! di cuando clarea<br />

205 cl misterioso panorama oscuro<br />

que ofrecc a sus miradas el Future,<br />

y con sus ojos de âguila sondea<br />

hasta el fin de los tiernpos, y adivina<br />

el porvcnir de luchas y de horrores<br />

210 gue le aguarda a la AmérÎC3 latina.<br />

Di Jas melancolias<br />

(le sus ùltimos dias<br />

cuando a la orilla de la mar, a salas<br />

sus tristezas profundas acompafia<br />

21 5 el tumulte verdoso de las olas,<br />

[cucnta sus postrimeras agoniasl<br />

"Otros canten el néctar<br />

que su labio Iib6: di tu las hieles;<br />

tu que sabcs 111 rnagia soberana<br />

220 que tienen las ruinas,<br />

y al placer huyes, y su pompa vana,<br />

y en la tristeza complacerte sueles,<br />

di en tus versos, con frases peregrinas<br />

la corona de espinas<br />

14


225 que colocé la ingratitud humana<br />

en su frente, ceüida de laureIes.<br />

y haz el poerna sabio<br />

Ueno de mistertosas arrnonias,<br />

tal que, al decirlo, purifique el labie<br />

230 coma el carbon ardiente de Isaias;<br />

hazlo un grane de incienso<br />

que arda, en desagravio<br />

a su grandeza, que a la tierra asornbra,<br />

Iy al levantarse al cielo un humo denso<br />

235 trueque en sonrisa blanda<br />

cl ceüo grave de su augusta sombra!<br />

"Deja que, al conmoversc cada fibra<br />

de tu ser, con las glorias que recuerdas,<br />

en ella vibre un canto, como vibra<br />

240 una nota melédica en las cuerdas<br />

del teclado sonore,<br />

la débil voz levanta:<br />

inmensa multitud forma ra el coro;<br />

f flota en la luz del sol, estrofa santa!<br />

245 [vibrad, liras sonoras dei espiritul<br />

jAlzate, inspiracién: poeta, canta ... "1<br />

"[Oh, no! Cuanto pudiera<br />

(asi en interno diâlogo responde,<br />

deI poeta la voz) el bronce augusto<br />

250 sugerir de emoclén grave y sincera,<br />

cscrito esta en la forma<br />

que en clâslco decir buscé su norma,<br />

par quien bebié en la vena<br />

de la robusta inspiracién latina<br />

255 y apartando la arena<br />

tomé el oro mas puro de la mina<br />

y 10 fundi6 con cariüoso esmero,<br />

y en estrofas pulidas cual medallas<br />

grabé el perfil del inclito guerrero ...<br />

260 "[Oh recuerdos de trâgicas batallasl<br />

iOh rccuerdos de luchas y victorias!<br />

iNo sera nuestra enclenque<br />

generacién mcnguada<br />

la que entrar ose al épico palenque<br />

15


265 a cantar nuestras glorias!<br />

iOh sigle que declinas :<br />

te falta el sentimiento de 10 grande!"<br />

Calla el poeta; y si Ia estrofa escande<br />

huye la vasta pompa<br />

270 y le da blando son de bandolinas<br />

iY no taûido de guerre ra trompa!<br />

"[Oh sacrosantos manes<br />

de los que "Patria y libertad" clamando<br />

perecîsteis en trâgicas palestras:<br />

275 mas bien que orgullo, humillaciôn sentimos<br />

si vamos comparando<br />

nuestras vidas triviales con las vuestras!<br />

somos como enfermizo descendiente<br />

de aIguna fuerte raza,<br />

280 que expuestos en historie a vitrina<br />

mira el escudo, cl yelmo, la tizona<br />

y la férrea coraza<br />

que para combatir de Palestina<br />

en la distante zona,<br />

en la Cruzada, se cino el abuelo;<br />

285 al pensar, baja la mirada al suelo,<br />

con vergüenza sombria<br />

que si el arnés pesado revistiera<br />

de aquél cuya firmeza y bizarria<br />

290 en el campo ferai causaba asombros,<br />

bajo su grave peso cederia<br />

la escasa resistencia de sus hombros ...<br />

"[Oh Padre de la Patria!<br />

te sabran nuestros cantes; tu memoria<br />

295 cual bajel poderoso<br />

ira surcando el oceano oscuro<br />

que ante su dura quilla abre la historia<br />

y llegarà a las playas del future.<br />

[unto a la perdurable de tu gloria,<br />

300 es el ritmico acento<br />

de los que te cantamos<br />

cual los débiles gritos de contenta<br />

que lanzan esos niûos, cuando en torno<br />

giran dei monumento;<br />

305 maûana, tras la vida borrascosa<br />

dormirân en la tumba, hechos ceniza,<br />

v aun alzarà a los cielos su contorno<br />

~l bronce que tu gloria inmortahza".<br />

16


Dice el poeta, y tiende la mirada,<br />

310 par el amplio jardin, donde la brisa<br />

que entre las flores pasa,<br />

en los calices frescos se perfuma,<br />

y la luz matinal brilla y se irisa<br />

de claros surtidores en la espuma;<br />

3 15 Y do bajo 10 verde<br />

de las tupidas frondas,<br />

sobre la grarna de la tierra negra,<br />

Ioca turba infantiJ grita y se pierde<br />

y la tristeza dei lugar alegra<br />

320 al agirarse en cadenciosas rondas,<br />

forjando con las risas y los gritos<br />

de las hûmedas bocas encarnadas,<br />

con las rizosas cabecitas blondas<br />

y las frescas mejillas sonrosadas,<br />

325 un idilio de vida sonrïente<br />

y de alegria fatua<br />

al pie dei pedestal, donde imponente<br />

se alza sobre el cielo transparente<br />

la epopeya de bronce de la estatua.<br />

17


PAGINAS SUYAS<br />

TUNTOS LOS DOS<br />

J UNTOS LOS dos reimos cierto dia ...<br />

jAy, y reimos tante<br />

que toda aquella rlsa bulliclosa<br />

se tomé pronto en llanto!<br />

5 Después, juntes los dos, alguna noche,<br />

lloramos mucho; tante,<br />

[que qued6 como huella de las lâgrimas<br />

un misterioso encantol<br />

j Nacen hondos suspiros, de la orgla<br />

10 entre las copas câlidas,<br />

y en el agua salobre de los mares,<br />

se forjan perlas pâlldasl<br />

A VECES CUANDO EN ALTA NOCHE<br />

A VECES, cuando en alta noche tranquila,<br />

sobre las tecIas vuela tu mano blanca,<br />

como una mariposa sobre una HIa<br />

y al teclado sonoro notas arranca,<br />

S cruzando del espacio la negra sombra<br />

filtran por la ventana rayas de luna,<br />

que trazan luces Iargas sobre la alfombra,<br />

y en alas de las notas a otros lugares<br />

vuelan mis pensamientos, CTuzan los mares<br />

10 Y en gético castillo donde en .las piedras<br />

18


musgosas por los sigles crecen las yedras,<br />

puestos de codos ambos en tu ventana<br />

miramos en las sombras morir el dia<br />

y subir de los valles la noche umbria,<br />

15 y soy tu paje rubio, mi castellana,<br />

y cuando en los espadas la noche clerra,<br />

el fuego de tu estancia los muebles dora,<br />

y los dos nos miramos y sonreimos<br />

[rnientras que el vlento afuera suspira y llora!<br />

20 iCémo tendéis las alas, ensueûos vanos,<br />

cuando sobre las teclas vuelan sus manos!<br />

POETA, DI PASO<br />

jPOETA, di paso<br />

los furtives besosl<br />

ils sombra! [Los recuerdosl La luna no vertia<br />

alli ni un solo rayo .. , Temblabas y cras m'a.<br />

S Temblablas y eras rnia bajo el follaje espeso:<br />

una errante luciérnaga alumbr6 nuestro beso,<br />

el contacta furtivo de tus Iabios de seda ...<br />

la selva negra y mîstica fue la alcoba sombria .<br />

En aquel sitio el musgo tiene olor de reseda .<br />

10 Filtr6 luz por las ramas cual si lIegara el dia .<br />

Entre las nieblas pàlldas la lu na aparecia ...<br />

lPoeta, di paso<br />

los Innmos besosl<br />

lAh, de las nochcs dulces me acucrdo todavia!<br />

15 En seüorial alcoba, do la tapicerla<br />

amortiguaba cl ruido con sus hilos espesos,<br />

desnuda tu en mis brazos fueron mios tus besos;<br />

tu cuerpo de veinte aüos entre la raja seda,<br />

tus cabellos dora dos y tu melancolia,<br />

20 tus frescuras de virgen y tu olor de reseda ...<br />

apenas alumbraba la lârnpara sombria<br />

los destefiidcs hilos de la tapicerla.<br />

[Poeta, di paso<br />

el ultimo beso!<br />

19


25 [Ah, de la noche trâgica me acuerdo todavia!<br />

El ataûd herâldico en el sal6n yacia,<br />

imi oido fatigado por vigilias y excesos,<br />

sintiô como a distancia los monôtonos rezos!<br />

Tu, mustia, yerta y palida entre la negra seda,<br />

30 la lIama de los cirios temblaba y se movia,<br />

perfumaba la atmésfera un olor de resada,<br />

un crucihjo pâlido los brazos extendia<br />

iy estaba helada y cardena tu boca que fue mial<br />

NOcrURNO<br />

UNA NOCRE,<br />

una noche toda lIena de perfumes, de murmullos y de<br />

[mûsica de alas,<br />

una noche,<br />

en que ardlan en la sombra nupcial y hùmeda, las<br />

[luciérnagas fantâsticas,<br />

5 a mi lado, lentamcnte, contra mi ceâida, toda,<br />

mu da y pâlida<br />

como si un prensentimiento de amarguras infinitas,<br />

hasta el fondo mas secreto de tus fibras te agitara,<br />

por la senda que atraviesa la llanura florecida<br />

10 caminabas,<br />

y la luna lIena<br />

por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcia<br />

y tu sombra,<br />

fina y lànguida,<br />

15 y mi sombra<br />

por los rayos de la lu na proyectada,<br />

sobre las arenas tristes<br />

de la senda se juntaban<br />

y eran una<br />

20 y eran una<br />

IY eran una sola sombra larga!<br />

jY eran una sola sombra largal<br />

IY eran una sola sombra larga!<br />

Esta noche<br />

25 solo, el alma<br />

llena de las infinitas amarguras y agonias de tu muerte,<br />

separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo<br />

[y la distancia,<br />

20<br />

[su luz blanca,


por el Infinite negro,<br />

dondc nuestra voz no alcanza,<br />

5010 y mudo<br />

30 por la senda caminaba,<br />

y se oian los ladridos de los perros a la luna,<br />

a la luna palida<br />

y el chillido<br />

35 de las ranas ...<br />

Senti frio; [era el frio que tenian en la alcoba<br />

tus mejil1as y tus sienes y tus manos adoradas,<br />

entre Jas blancuras niveas<br />

de Jas mortüorias sâbanasl<br />

40 Era el frio dei sepulcre, era el frio de la muette,<br />

cra cl frio de la nada. . .<br />

y mi sombra<br />

por los rayas de la Iuna proyectada,<br />

iba sola<br />

45 iba sola<br />

jiba sola par la estepa solitaria!<br />

y tu sombra esbelta y âgll,<br />

fina '! lânguida,<br />

camo en esa noche tibia de la rnuerta primavera,<br />

50 coma en esa noche lIcna de perfumes, de murmullos<br />

(y de mûsicas de alas,<br />

se acercé y marché con ella,<br />

se acercô v marché con ella,<br />

se acercé y marcha con ella. .. [Oh las sombras enlazadasl<br />

[Oh las sombras que se buscan y se juntan en las<br />

[noches de negruras y de Iâgrimas! ...<br />

21


SITIOS<br />

LA VOZ DE LAS COSAS<br />

iS1 os encerrara yo en mis estrofas,<br />

fragiles cosas que sonrels,<br />

pâlido lido que te desbojas,<br />

rayo de luna sobre el tapiz<br />

5 de hûmedas flores, y verdes hojas<br />

que al tibio soplo de Mayo abris,<br />

si os encerrara yo en mis estrofas,<br />

pâlidas cosas que sonreisl<br />

[Si aprisionaros pudiera el verso,<br />

10 fantasmas grises, cuando pasâis,<br />

m6vlles formas deI Universo,<br />

sueüos confusos, seres que os vais,<br />

6sculo triste, suave y perverse<br />

que entre las sombras al alma dais,<br />

15 si aprisionaros pudiera el verso<br />

fantasmas grises, cuando pasàisl<br />

OBRA HUMANA<br />

EN LO profundo de la selva aüosa,<br />

donde una noche, al comenzar de Mayo,<br />

tocé en la vieja cnredadcra hojosa<br />

de la pâlida luna cl primer rayo,<br />

S pocos meses después la luz de aurora.<br />

de! gas en la estacién, iJuminaba<br />

cl paso de la audaz locomotora,<br />

que en cl carril durisimo cruzaba.<br />

22


y en donde fuera en otro tiempo el roda,<br />

10 albergue muelle dei alado enjambre,<br />

paso por el espacio un escondido<br />

telegrama de amor, por el alambre.<br />

ARS<br />

EL VERSO es un vasa santo; [poned en él tan 5610,<br />

un pensamiento puro,<br />

en euyo fondo bullan hirvientes las imâgenes,<br />

[como burbujas de oro de un viejo vino oscurol<br />

5 Alli verted las flores que en la continua lucha<br />

ajé del rnundo el frio,<br />

recuerdos deliciosos de tiempos que no vuelven,<br />

y nardos empapados de gotas de rocio.<br />

Para que la existencia misera se embalsame<br />

10 cual de una esencia ignora,<br />

quemândose en el fuego dei alma entemecida,<br />

de aquel supremo bâlsamo basta una sola gota.<br />

VE]ECES<br />

LAS COSAS viejas, tristes, desteüidas,<br />

sin voz y sin color, saben secretes<br />

de Jas épocas muertas, de Jas vidas<br />

que ya nadie conserva en la memoria,<br />

5 y a veces a 105 hombres, cuando inquietos<br />

las miran y las palpan, con extraüas<br />

voces de agonizante, dicen, paso,<br />

casi al oido, alguna rara htstona<br />

que tiene oscuridad de telaraüas,<br />

10 son de laud y suavidad de raso,<br />

[Colores de anticuada miniatura,<br />

hoy, de algûn mueblc en el cajôn, dormida;<br />

clncelado puna); carta borrosa;<br />

tabla en que se deshace la pintura<br />

15 por el tiempo y cl polvo cnnegrecida:<br />

histérico blasôn, donde se pierde<br />

la divisa latina, presuntuosa,<br />

medio borrada por el liquen verde;<br />

misaks de las viejas sacristies;<br />

23


20 de otros siglos fantàsticos espejos<br />

que en el azogue de las lunas frias<br />

guardâis de ]0 pasado los reflejos;<br />

arca, en un tiempo de ducados Uena;<br />

crucifijo que tanto moribundo,<br />

25 humedecié con Iàgrimas de pena<br />

y bes6 COn amor grave y profundo;<br />

negro sillon de Cérdoba: alacena<br />

que guardaba un tcsoro peregrino<br />

y donde anida la polilla sola;<br />

30 sortija que adornaste el dedo fino<br />

de algùn hidalgo de cspadin y gola:<br />

mayùsculas dei viejo pergamino;<br />

batista tenue que a vainilla hueles:<br />

seda que te deshaces cn la trama<br />

35 confusa de los rlcos brocatelcs;<br />

arpa olvidada que al sonar. te quejas;<br />

barrotes que formais un monograma<br />

incomprensiblc en las antiguas rejas;<br />

el vulgo os huye, el soüador os ama<br />

40 y en vuestra muda sociedad reclama<br />

las confidencias de las cosas vicjas!<br />

El pasado perfuma los ensueüos<br />

con escncias fantâsticas y aüejas<br />

y nos llcva a lugares halagüeüos<br />

45 en épocas distantes y mejores;<br />

[por eso a los poetas soüadores,<br />

les son dulce, gratisimas y caras,<br />

las crénicas, historias y consejas,<br />

las formas, los estilos, los colores,<br />

50 las sugestiones misticas y raras<br />

y los perfumes de las cosas viejas!<br />

RESURRECCIONES<br />

COMO Naturaleza,<br />

cuna y sepulcro eterno de las casas,<br />

cl alma humana tiene ocultas fuerzas,<br />

silencios, luces, mûsicas y sombras;<br />

5 Sobre una eterna esencia<br />

pasos instables de cadueas formas<br />

y senos ignorados<br />

de la vida y la muerte se eslabonan,<br />

24


iNacen follajes hûrnedos<br />

IOde cuerpos descornpuestos en las fosas;<br />

adoraciones nuevas<br />

de los altares en las Aras rotas!<br />

MARIPOSAS<br />

EN TU aposento tienes,<br />

en urna frâgil,<br />

clavadas mariposas<br />

que si brillante<br />

5 rayo de sol las toca<br />

parecen nâcares<br />

o pedazos de cielo,<br />

cielos de tarde,<br />

o brillos opalinos<br />

IOde alas süaves:<br />

y alli estàn las azules<br />

hijas dei aire<br />

fijas ya para siernpre,<br />

las alas agiles,<br />

15 [Ias alas, peregrinas<br />

de ignotos valles,<br />

que como los deseos<br />

de tu alma amante<br />

a la aurora parecen<br />

20 resucitarse,<br />

cuando de tus ventanas<br />

las hojas abres<br />

y da el sol en tus ojos<br />

y en los cristales!<br />

COMO UNA Flor rosada, la novia, bajo el diâfano<br />

cendal que al pelo rubio sujeta la corona,<br />

frente al altar solemne ventre el incienso mistico,<br />

a las delicias Intimas d~ un suefio se abandona<br />

5 y al novio que la mira. no puede sonreir,<br />

iY la esperanza<br />

de besos pures,<br />

que a los futuros<br />

dias, la avanza<br />

25<br />

NUPCIAL


10 y la hace huir<br />

a las fantâstlcas<br />

horas cercanas,<br />

vibra en las mùsicas<br />

de las campanas!<br />

15 Entre las copas fragiles expira la champaüa,<br />

en la enervante atmésfera flota un olor de fiesta,<br />

el vals ondula y bulle y agitanse las ûltimas<br />

parejas a los sones lejan os de la orquesta;<br />

je! nupcial cortejo se aleja y va a partir!<br />

20 jY la importuna<br />

melancolia<br />

dei muerto dia<br />

que hace la luna.<br />

Ienta, surgir<br />

25 dei cielo pàlido<br />

por los confines<br />

vibra en las mûsicas<br />

de los violines!<br />

... ? ..<br />

ESTRELLAS que entre 10 sombrio<br />

de 10 ignorado y de 10 inrnenso,<br />

asemejâis en el vacio<br />

jirones pàlidos de incienso:<br />

5 nebulosas que ardéis tan lejos<br />

en el Inftnlto que aterra,<br />

que s610 alcanza los reflejos<br />

de vuestra luz hasta la tierra;<br />

astros que en abismo ignotos<br />

10 derramâis resplandores vagos,<br />

constelaciones que en remotos<br />

tiempos adoraron los Magos;<br />

millones de mundos lejanos.<br />

flores de fantâstico broche.<br />

15 islas datas en los oceanes<br />

sin fin ni fondo de la noche;<br />

26


iestrellas, luccs pensati vas!<br />

jEstrcllas, pupilas inciertas!<br />

,Por qué os callâis si estais vivas<br />

20 v por qué alurnbrâis si estais muertas>. ..<br />

SERENATA<br />

LA CALLJ; esta desierta; la Hoche fria;<br />

velada par las nubes pasa la luna;<br />

arriba esta cerrada la celosia<br />

y las notas vibrantes, una par una,<br />

5 suenan cuando los dedos fuertes y agiles,<br />

mientras la voz que canta, ternuras narra.<br />

hacen que suenen Iodas las cucrdas fragiles<br />

de la guitarra.<br />

La calle esta desierta: la noche fria;<br />

10 una nube borrosa tap6 la luna;<br />

arriba esta cerrada la celosia<br />

y se apagan las notas, una por una.<br />

TaI vez la serenata con su ruido<br />

busca un alma de niûa que ama y espera.<br />

15 camo busean alares donde hacer nido<br />

las golondrlnas pardas en prirnavera.<br />

La calle esta desierta: la noche fria;<br />

en un espaclo clara brillé la luna;<br />

arriba ya esta abierta la celosia<br />

20 y se apagan las notas una por una,<br />

cl cantor con los dedos fuertes y agiles.<br />

de la vieja ventana se asi6 a la barra<br />

y dan camo un gemido las cuerdas fragiles<br />

de la guitarra.<br />

TAL.LER MODERNO<br />

POR BL aire del cuarto, saturado<br />

de un olor de vejeces peregrino,<br />

del crepûsculo el raya vespertino<br />

va a desteiiir los. muebles de brocado.<br />

5 El piano estâ dei caballete al lado<br />

y de un busto dei Dante el perfil fino,<br />

dei arabesco azul de un jarr6n chino,<br />

media oculta el dibujo complicado.<br />

27


J unto al rojizo orln de una armadura,<br />

10 hay un viejo retablo, donde inquieta,<br />

brilla la luz deI marco en la moldura,<br />

y parecen clamar par un poeta<br />

que improvise dei cuarto la pintura<br />

las manchas de color de la paleta.<br />

UN POEMA<br />

SONABA en ese entonces en forjar un poema,<br />

de arte nervioso y nuevo obra audaz y suprerna,<br />

escogi entre un asunto grotcsco y otro trâgico,<br />

lIamé a todos los ritmos con un conjuro mâglco,<br />

5 y los ritmos indociles vinieron acercandose,<br />

[untàndose en las sombras, huyéndose y buscândose:<br />

ritmos sonoros, ritmos potentes, ritmos graves,<br />

unos cual choques de armas, otros cual cantos de aves,<br />

De Oriente hasta Occidente, desde el Sur hasta el Norte,<br />

IOde metros y de formas se presente la corte.<br />

Tascando frenos âureos bajo las riendas fragiles<br />

cruzaron los tercetos, corna corceles agiles;<br />

abriéndose ancho paso por entre aquellas grey<br />

vestldo de oro y purpura llegô el soneto rey,<br />

15 Y al" cantaron todos, .. Entre la algarabla,<br />

me fasciné el espiritu, por su coqueteria,<br />

algu na estrofa aguda que excité mi deseo,<br />

con el retintin claro de su campanilleo.<br />

y la escogi entre todas ... Par regala nupclal<br />

20 le di unas rimas ricas, de plata y de cristal.<br />

En ella conté un cuento, que huyendo la servi!<br />

tomé un carâcter trâgico, fantâstico y sutil :<br />

era la historia triste. desprestigiada y cierta,<br />

de una mujer hermosa. idolatrada y muerta;<br />

28


25 Y para que sintieran la amargura, exprofeso,<br />

junté silabas dulces como el sabor de un beso;<br />

bordé las frases de oro, les di mùsica extra na<br />

como de mandolinas que un taud acompaiia;<br />

dejé en una luz vaga las hondas lejanias,<br />

30 llenas de nieblas hùmedas y de melancolias:<br />

y por el fondo oscuro, como en mundana fiesta,<br />

cruzan agiles mascaras al compas de la orquesta,<br />

envueltas en palabras que ocultan COma un velo,<br />

y con caretas negras de raso y terclopélo;<br />

35 cruzar hice en el fonde las vagas sugestiones<br />

de sentimientos misticos y humanas tentaciones ...<br />

Complacido en mis versos, con orgullo de artista,<br />

les di olor de heliotropes y color de amatista ...<br />

Le mostré mi poema a un critico estupendo ...<br />

40 Y 10 leyé seis veces y me dijo ... "j No entiendol"<br />

MIDNIGHT DREAMS<br />

ANOCHE, estando solo y ya medio dormido,<br />

mis suefios de otras épocas se me han aparecido.<br />

Los suefios de esperanzas, de glorias, de alegrias<br />

y de felictdades que nunea han sido mias,<br />

5 se fueron acercando en lentas procesiones<br />

y de la alcoba oscura poblaron los rincones.<br />

Hubo un silencio grave en todo el aposento<br />

v en el reloj la péndola detûvose al memento.<br />

La fragancia indecisa de un olor olvidado,<br />

10 lIeg6 camo un fantasma y me habl6 deI pasado.<br />

Vi caras que la tumba desde hace tiempo esconde.<br />

y 0' voces oidas ya no recuerdo dénde.<br />

29


Los sueüos se acercaron v me vieron dormido,<br />

se fueron alejan do, sin 1~3cerme ruido<br />

15 iY sin pisar los hiles sedosos de la alfombra,<br />

y fueron deshaciéndose y hundiéndose en la sombra!<br />

PAISAJE TROPICAL<br />

MAClA adonnecedora vierte el rio<br />

en la calma mon6tona dei viaje,<br />

cuando borra los lejos dei paisaje<br />

la sombra que se extiende en cl vaclo.<br />

5 Oculta en sus negruras el bohio<br />

la maraiia tupida, y el follaje<br />

semeja los calados de un encaje<br />

al caer dei crepûsculo sombrio.<br />

Venus se enciende en el cspacio puro.<br />

10 La corriente dormida una piragua<br />

rompe en su viaje râpido y seguro<br />

y con sus nubes el ponicnte fragua<br />

otro cielo rosado y verdeoscuro<br />

en los espejos hûmedos del agua.<br />

30


CENIZAS<br />

LAZARO<br />

"jVEN, Lazarol" -grit61e<br />

el Salvador, y deI sepulcro negro<br />

el cadâver alzése entre el sudario,<br />

ensay6 caminar, a pasos trémules.<br />

5 oli6, palp6, miro, sintié, dio un grito<br />

y lloré de contente.<br />

Cuatro lunas mas tarde. entre las sombras<br />

del crepùsculo oscuro, en el silencio<br />

del lugar y la hora, entre las tumbas<br />

IOde antiguo cementerio,<br />

Làzaro estaba, sollozando a solas<br />

y envidiando a los muertos.<br />

LUZ DE LUNA<br />

ELLA estaba con él. .. A su frente<br />

pensativa y pàlida,<br />

penetrando al través de las rejas<br />

de antigua ventana,<br />

5 de la luna naciente venian<br />

los rayes de plata.<br />

El estaba a sus pies, de rodillas,<br />

perdido en las vagas<br />

visiones que cruzan en horas feliccs<br />

10 los cielos dei alma,<br />

con las trémulas manos asidas,<br />

31


con el rnudo fervor de los que aman,<br />

palpitando en los labios los besos,<br />

entreambos hablaban<br />

15 el Ienguaje mudo<br />

sin voz ni palabras<br />

que en momentos de dicha suprema<br />

tembloroso el espiritu habla ...<br />

El silencio que creee. .. la brisa<br />

20 que besa las ramas,<br />

dos seres que tiemblan, la luz de la luna<br />

que el paisaje bafia,<br />

jAmor, un instante detén alli el vuelo,<br />

murmura tus himnos de triunfo y recoge las alasl<br />

25 Unos meses después, él dorrnia<br />

bajo de una lapida<br />

el ultimo sueüo de que nadie vuelve<br />

cl ultimo sueâo de paz y de calma<br />

Anoche, una fiesta<br />

30 con su grato bullicio animaba<br />

de ese amor el tranquilo escenario.<br />

[Oh burbujas dei rubio champaüal<br />

IOh perfume de flores abiertasl<br />

IOh girar de desnudas espaldasl<br />

35 j Oh cadencias deI valse que mueve<br />

torbellinos de tules y gasas!<br />

Alli estuvo, mas linda que nunea.<br />

Por el baile tal vez agitada<br />

se apoy6 levemente en mi brazo,<br />

40 dejarnos Jas salas<br />

y un instante después penetramos<br />

en la misma estancia<br />

que un ano antes no mas la habla visto<br />

temblando, callada,<br />

45 [cerca de éll ...<br />

. . .Amorosos recuerdos,<br />

tristezas lejanas,<br />

carifiosas memorias que vibran,<br />

corno sones de arpa,<br />

tristezas profundas<br />

50 del amor, que en sollozos estaUan,<br />

presiôn de sus manos,<br />

32


son de sus palabras,<br />

calor de sus besos,<br />

(por qué no volvistéis a su alma?<br />

55 A su pecho no vino un suspiro,<br />

a sus ojos no vina una lagrima<br />

ni una nube nublé aquella frente<br />

pensativa y pâlida,<br />

y mirande los rayas de luna<br />

60 que al través de la reja Ilegaban,<br />

murmuré con su voz donde vibran,<br />

coma notas y cantos y mûsicas de campanas vibrantes<br />

[qué valses tan lindos!<br />

jQué noche tan clara!<br />

MUERTOS<br />

EN LOS hùmedos basques, en otoüo,<br />

al llegar de los frics, cuando rojas,<br />

vuelan sobre los musgos y las ramas,<br />

en torbellinos, las marchitas hojas,<br />

5 la niebla al extenderse en el vacio<br />

le da al paisajc mustio un tono incierto<br />

y el follaje do huy6 la savia ardicnte<br />

ticne un adiés para cl vcrano muerto<br />

y un color opaco y triste<br />

10 coma el recuerdo borroso<br />

de la que fuc y ya no existe.<br />

En los antiguos cuartos hay armadas<br />

que en el rincôn mas intime y discreto,<br />

de pasadas locuras y pasiones<br />

15 guardan, con un aroma de' secrete,<br />

vicjas cartas de amor, ya desteüidas,<br />

que obligan a evocar tiempos mejores,<br />

y ramilletes negros y marchitos,<br />

que son como cadâveres de flores<br />

20 y tienen un olor triste<br />

coma el recuerdo borroso<br />

de 10 que fue y ya no existe.<br />

y en las almas amantes cuando piensan<br />

en perdldos afectos y ternuras<br />

33<br />

[de plata:


25 que de la soledad de ignotos dias<br />

no vendràn a endulzar horas futuras,<br />

hay el hondo cansancio que en la lucha<br />

acaba de matar a los heridos,<br />

vago como el color del bosque mustio,<br />

30 como el olor de los perfumes idos,<br />

iy el el cansancio aquel es triste<br />

como cl recuerdo borroso<br />

de 10 que fue y ya no existe.<br />

TRISTE<br />

CUANDO al quererlo la suerte<br />

se mezclan a nuestras vidas,<br />

de la ausencia 0 de la muerte,<br />

las penas desconocidas,<br />

5 y, envueltos en cl mlsterio,<br />

van, con rapidez que asornbra,<br />

arnigos al cementerio,<br />

ilusiones a la sombra,<br />

Ia intensa voz de ternura<br />

lOque vibra en el alma amante<br />

como entre la noche oscura<br />

una campana distante,<br />

saca recuerdos perdidos<br />

de angustias y desengaüos<br />

15 que tienen ocultos nidos<br />

en las ruinas de los arias,<br />

y que al cruzar aleteando<br />

por el espacio sombrio<br />

van en el ser derramando<br />

20 sueüos de angustia y de frlo<br />

hasta que alguna lejan a<br />

idea consoladora,<br />

que irradia en el alma humana<br />

como con lumbre de aurora,<br />

34


25 en su Ienguaje difuso<br />

entabla con nuestros duelos<br />

el gran diàlogo confuso<br />

de las tumbas y los cielos.<br />

PSlCOPATIA<br />

EL PARQUE Se despierta, rie y canta<br />

en la frescura matinal. . . La niebla<br />

dondc saltan aéreos surtidorcs,<br />

de arco iris se puebla<br />

5 y en luminosos velos se levants.<br />

Su olor esparcen entreabiertas flores,<br />

suena en las ramas verdes el pio, pio,<br />

de los alados huéspedes cantores,<br />

brilla en el césped hûmedo cl rocio ...<br />

10 IAzul el cielo! ... y la suave<br />

brisa que pasa, dice<br />

{reid! [Cantad! [Amadl [La vida es fiesta!<br />

[Es calor, es pasién, es movimientol<br />

y forjando en las ramas una orquesta,<br />

15 con VOl grave 10 mismo dice cl viento,<br />

y por entre el sutil encantamiento<br />

de la maiiana sonrosada y fresca,<br />

de la lUI, de las yerbas y las flores,<br />

palldo, descutdado, soüoliento,<br />

20 sin tener en la boca una sonrisa<br />

y de negro vesrido,<br />

un filésofo joven se pasea,<br />

olvida luz y olor prirnavcrales,<br />

le impertérrito stgue en su tarea<br />

25 de pcnsar en la muette, en la conciencia<br />

y en las causas finales!<br />

Lo sacuden las ramas de azalea,<br />

dàndolc al aire el aromado aliento<br />

de las rosadas flores,<br />

30 10 llarnan unos pâjaros, del nido<br />

do cantan sus amorcs,<br />

y los cantes risueiios<br />

van por entre el follaje estremecido,<br />

a suscitar voluptuosos sueüos<br />

35 y él sigue su cami no, triste, scrio,<br />

pcnsando en Fichte, en Kant, en Vogt, en Hegel,<br />

jy del yo complicado en el misterio!<br />

35


La chicucla del médico que pasa,<br />

una rubia adorable, cuyos ojos<br />

40 arden coma una brasa,<br />

abre los labios hûmedos y rajas<br />

y le pregunta al padrc, cntcrnecida:<br />

-aqucl scüor, papa, ,de qué esta enferme,<br />


machaque hierro hasta arrancarle chispas,<br />

o tumbe viejos tronees seculares<br />

y logre que 10 piquen las avispas;<br />

si 10 prefiere usted, cruce los mares<br />

85 de grumete en un buque, duerma, coma,<br />

muévase, grite, forcejee y sude,<br />

mire la tempestad cuando se asoma,<br />

y los cables de popa ate y anude,<br />

hasta hacerse diez callos en las rnanos<br />

90 jy limpiarse de ideas cl cerebro! .<br />

Ellos 10 hicleron y volvieron sanos .<br />

-Estoy tan bien, doctor ... -jPUCS 10 celebre!<br />

Pero el joven aquel es casa grave,<br />

coma conozco pocos:<br />

95 mas que cuantos nacieron piensa y sabe,<br />

irâ a pasar diez aïios con los locos,<br />

v no se curarà sino hasta el dia<br />

en que ducrma a sus anchas<br />

en una angosta sepulture fria,<br />

100 lejos del mundo y de ln vida loca,<br />

entre lm negro ataùd de cuatro planchas,<br />

[con un mont6n de tierra entre la bocal<br />

DON JUAN DE COVADONGA<br />

DON JUAN de Covadonga, un calavera,<br />

sin Dios, ni rey, ni ley, y cuyo hermano,<br />

Hernando, el mayor, cra,<br />

después de haber llevado airada vida<br />

5 Prior de cierto convento en Talavera;<br />

don Juan. el poderoso, el cortesano,<br />

grande de Espafia, seductor de oficio,<br />

cl hombre en cuya mano<br />

tuvo grandeza excepcional el vicie,<br />

IO después de amar, de odlar, de lograr todo<br />

cuanto es posible e irnposible, un dia<br />

sintiô el cansancio de la vida, el Iodo<br />

de cuantos goces Je ofrecié la suerte,<br />

sc mezclô a su tenez melancolia<br />

] S el ansia de consuelos superiores;<br />

pensé en Dies, pensé en Dios, pensé en la muerte,<br />

pensé en la etcrnidad y desprendido<br />

dei lujo, del arnor, de los honores,<br />

escribié a la Duquesa de Vilorte<br />

37


20 diciéndole un adiés, definitivo,<br />

arregl6 todo, abandoné la Corte,<br />

y sin un escudero, al paso vivo<br />

de su yegua andaluza, macilento,<br />

huyendo dei pecado, fugitive,<br />

25 por ignorada via<br />

lleg6 a la porterie<br />

silenciosa y oscura del convento.<br />

-,Nuestro padre Prior? .. , pregunt6 al lego,<br />

.-en oracién, hermano.<br />

-jPor la vida!<br />

30 (Lo llamaré vucsamerced? ... -Ahora<br />

es imposible, herrnano ... Vuelva luego,<br />

es imposible ahora ... Extasis santo<br />

cuando reza 10 embarga. -Mas Je ruego,<br />

yo estoy aqui perdiéndome, entre tanto,<br />

35 siento la angustia deI infierno, el fuego...<br />

- Sirvase entrar al locutorio. . . - iVanos<br />

placeres, deI Seüor soné la horal,<br />

don Juan dijo, al entrar; -jmundo, hasta luegol<br />

y por fin se encontraron los hermanos ...<br />

40 Don Juan. perdido en crapulas y excesos,<br />

temblândole las manos,<br />

con el aire de un pobre arrepentido<br />

y la boca marchita por Jas besos,<br />

y Hemando, el Prior, brillândole en los ojos,<br />

45 un fuego juvenil, siempre encendido,<br />

y süaves y rojos<br />

los Jabios por Jas santas oraciones<br />

y el olvido del mundo y sus pasiones.<br />

-,Orando tu? ... le dijo<br />

50 don Juan. COn voz monétona y cansada,<br />

lejos de todo, en la quietud suprema<br />

de la vida del claustro ... -cuando fijo,<br />

temblando, una mirada<br />

en el ablsmo actual de mi miseria,<br />

55 sueüo también en el retire ... -,Como.<br />

interrumpié el Prier, -la cosa es seria?<br />

èTe arruinaste por fin? ~La de Vilorte,<br />

la archiduquesa de cabellos rubios ...<br />

La dama mas airosa de la Corte,<br />

38


60 la rival de la reina en el donaire? ...<br />

Aén de sus besos guardas los efluvios ...<br />

,Qué pasa par allâ? ... jSi traes un airel<br />

Oye, Juan, mira, hermano ... Aqui en la triste<br />

vida conventuel, todo reviste<br />

6S un aspecte satânico, mis haras<br />

tienen angustias indecibles, mira,<br />

un enjambre de formas tenta doras)<br />

entre mi celda, par la noche, gira<br />

y huye.. . De la oracién con los empeüos<br />

70 la dislpo par fin ... Ansio el oro,<br />

suenan choques de armas en mis suefios,<br />

flota un sabor de besos en el cora,<br />

y es mi vida una lucha prolongada,<br />

de rudos sacri ficios,<br />

75 en que domo la carne alborotada,<br />

con ayunos y rezos y cllicios...<br />

y yo Ilegué al convento ... [pobre loco!<br />

Triste y arrepentido,<br />

soüando en fin en descansar un poco,<br />

80 y en ansiedades mlsticas perdido ...<br />

Pero, dîme, (a qué vienes? ...<br />

[- Yo, par verte,<br />

dijo don Juan, -por verte, a toda prisa,<br />

y por darte noticia de la muerte<br />

de don Sancho de Téllez; tu, mi santo,<br />

85 [por su eterno descanso di una misa!<br />

jY al salir par el negro camposanto,<br />

en que el convento oscuro se prolonga,<br />

ansiando la quietud de los que fueron,<br />

por la primera vez se humedecieron<br />

90 los ojos de don Juan de Covadonga!<br />

DIA DE DIFUNTOS<br />

LA LUZ vaga. . . opaco cl dia.<br />

la llovizna cae y moja<br />

con sus hiles penetrantes la ciudad desierta y frla.<br />

Por el aire tenebroso ignorada mana arroja<br />

5 un oscuro velo opaco de letal melancolia,<br />

y no bar nadie que, en 10 Intirno, no se aquiete y se<br />

[recoja<br />

al mirar las nieblas grises de la atm6sfera sombria,<br />

39


y al olr en las alturas<br />

melanc6licas v oscuras<br />

lOlos acentos dejativos<br />

y tristisimos e inciertos<br />

con que suenan las campanas,<br />

ilas campanas plaûideras que les hablan a los vivos<br />

de los muertos!<br />

1 5 iY hay algo angustioso e incierto<br />

que mezcla a ese sonido su sonido,<br />

e inarmônico vibra en el concierto<br />

que alzan los bronces al tocar a muerto<br />

par todos los que han sido!<br />

20 Es la voz de una campana<br />

que va marcando la hora,<br />

hoy 10 mismo que maüana,<br />

ritmica, igual y sonora:<br />

una campana se queja,<br />

25 y la otra campana llora,<br />

esa tiene voz de vieja,<br />

esta de nina que ora.<br />

Las campanas mas grandes, que dan un doble recto<br />

suenan con un acento de mtstico desprecio,<br />

30 mas la campana que da la hora,<br />

rie, no llora.<br />

Tiene en su timbre seco sutiles Ironies,<br />

su voz parece que habla de goces, de alegrias,<br />

de placeres, de citas, de fiestas y de balles,<br />

35 de las preocupaciones que lIenan nuestros dias:<br />

cs una voz del siglo entre un coro de frailcs,<br />

y con sus notas se rie,<br />

escéptica y burladora,<br />

de la campana que ruega<br />

40 de la campana que implora<br />

y de cuanto aquel coro conmemora,<br />

y cs porque con su retintin<br />

eHa midiô el doler humano<br />

y marco del dolor cl fini<br />

45 por eso se rie dei grave esquilôn<br />

que sucna alla arriba con fùncbre son,<br />

por eso interrumpe los tristes conclertos<br />

con que el bronce santo lima por los muertos ...<br />

[No la oigâis, oh broncesl No la oigais, carnpanas,<br />

50 que con la voz grave de ese clamoreo,<br />

rogâis por los seres que duermen ahora<br />

40


lejos de la vida, libres del deseo,<br />

lejos de las rudas batallas hurnanas!<br />

iSeguid en el aire vuestro bamboleo,<br />

55 no la oigâis, carnpanas!<br />

(.Contra la imposible qué puede el deseo?<br />

Alla arriba suena,<br />

ritmica y serena,<br />

esa voz de oro<br />

60 y sin que 10 impidan sus graves hcrmanas<br />

que rezan en coro,<br />

la campana deI reloj<br />

suena, suena, suena ahora,<br />

r dite que ella marc6<br />

65 con su vibraciôn sonora<br />

de los olvidos la hora,<br />

que después de la velada<br />


suena indiferente a la voz de fraile<br />

deI esquilôn grave y a su canto serio;<br />

eUa que ha medido la hora precisa,<br />

en que a cada boca, que el dolor sellaba,<br />

100 como por encanto volvié la sonrlsa,<br />

esa precursora de la carcajada;<br />

ella que ha marcado la hora en que el viudo<br />

hablé de suicldio y pidié el arsénico,<br />

cuando aun en la alcoba, recién perfumada,<br />

105 flotaba el aroma dei âcido fénico<br />

y ha marcado luego la hora en que, mudo<br />

por las emociones con que cl goce agobia,<br />

para que 10 unieran con sagrado nudo,<br />

a la misma iglesia fue con otra novia;<br />

110 [ella no comprende nada del misterio<br />

de aquellas quejumbres que pueblan el aire,<br />

y 10 ve en la vida todo jocoserio<br />

y sigue marcando con el mismo modo<br />

el mismo entusiasmo y el mismo desgaire<br />

115 la huida del tiempo que 10 borra todo!<br />

yeso es 10 angustioso y 10 incierto<br />

que flota en el sonido,<br />

1esa es la nota irénica que vibra en el concierto<br />

que alzan los bronces al tocar a muerto<br />

120 par todos los que han sido!<br />

Esa cs la vox fina y sutil,<br />

de vibraciones de cristal,<br />

que con accnto [uvenil<br />

indiferente al bien y al mal,<br />

125 mide 10 mismo la hora vil,<br />

que la sublime 0 la fatal<br />

y resuena en las alturas,<br />

melancéllcas y oscuras,<br />

sin tener en su tafiido<br />

130 claro, ritmico y sonoro,<br />

los acentos deiativos<br />

y tristisimos e inciertos<br />

de aquel misterioso coro,<br />

con que megan las campanas, las campanas,<br />

135 las campanas plaüideras<br />

que les hablan a los vives<br />

de los muertos!<br />

42


LAS VOCES SILENCIOSAS<br />

JOH VOCES silenciosas de los muertos!<br />

Cuando la hora muda<br />

y vestida de Fûnebres crespones,<br />

desfilar haga ante mis turhios ojos<br />

5 sus fantasmas inciertos,<br />

sus pàlidas visiones...<br />

[Oh voces silenciosas de los muertos!<br />

En la hora que aterra<br />

no me llaméis hacia el pasado oscuro,<br />

10 donde el camino de la vida cruza<br />

los valles de la tierra.<br />

[Oh voces silenciosas de los muertos!<br />

Llamadme hacia la altura<br />

donde el cami no de los astros cart a<br />

15 la gélida negrura;<br />

hacia la playa donde el alma arriba,<br />

Ilamadrne entoces, voces silenciosas,<br />

[hacia arriba! ... [hacia arribal ...<br />

43<br />

(De Lord Tennyson)


GOTAS AMARGAS<br />

.!\VANT-PROPOS<br />

PRESCRIBEN los facultativos,<br />

cuando el estémago se estraga,<br />

al paciente, pobre dispéptico,<br />

dieta sin grasas.<br />

5 Le prohlben las cosas dulces,<br />

le aconsejan la carne asada<br />

y le hacen tomar como tônico<br />

gotas amargas,<br />

[Pobre est6mago llterarlo<br />

lOque 10 trivial fatiga y cansa,<br />

no sigas leyendo poemas<br />

llenos de légrimasl<br />

Deja las comidas que llenan,<br />

historias, leyendas y dramas<br />

15 y todas las sensiblerias .<br />

semi-romanticas.<br />

y para completar el régimen<br />

que fortifica y que levanta,<br />

ensaya una dosis de estas<br />

20 gotas amargas.<br />

45


EL MAL DEL SIGLO<br />

El Paciente:<br />

-Doctar, un desaliento de la vida<br />

que en 10 intime de mi se arraiga y nace:<br />

el mal deI siglo... el mismo mal de Werther,<br />

de Rolla, de Manfredo y de Leopardi.<br />

5 Un cansancio de todo, un absoluto<br />

desprecio por 10 huma no... ; un incesante<br />

renegar de 10 vil de la existencia,<br />

digno de mi maestro Schopenhauer;<br />

un malestar profundo que se alimenta<br />

10 con todas las torturas del anâlisis ...<br />

El Médico:<br />

- Eso es cuesti6n de régiment camine<br />

de maüanita: duerma largo; bàüese:<br />

beba bien; coma bien; cuidese muche:<br />

110 que usted tiene es hambre! ...<br />

LA RESPUEST A DE LA TIERRA<br />

ERA UN poeta Iirico, grandioso y sibilino,<br />

que le hablaba a la tlerra una tarde de invierno,<br />

frente a una posada y al volver de un camino :<br />

-jOh madre, oh Tierra! -dijole-, en tu girar eterno<br />

5 nuestra existencia efimera tal parece que ignoras.<br />

Nosotros esperamos un cielo 0 un infierno,<br />

sufrimos a gozamos, en nue stras breves horas,<br />

e indiferente y muda, tu, madre sin entraâas,<br />

de acuerdo con los hombres no sufres y no Haras.<br />

10


20 ~Por qué nacemos, madre, dime, par qué morimos?<br />

(Por qué? Mi angustia sacia y a mi ansiedad contesta.<br />

Yo, sacerdote tuyo, arrodillado y trémule,<br />

en estas soledades aguardo la respuesta.<br />

La Tierra, camo siempre, displlcente y callada,<br />

25 al gran poeta Iirico no le contesta nada.<br />

LENTES AJENOS<br />

AL TRAVÉS de los Iibros arno siempre<br />

mi amigo Juan de Dias,<br />

y tengo presunciones de que nunca<br />

supo 10 que es arnor.<br />

5 Apenas le apuntaba el bozo, cuando,<br />

muy dada a Lamartine,<br />

hizo de Rafael, con una Julia<br />

que se encontr6 en Choachi.<br />

Tras de muy largo estudio obtuvo luego<br />

10 titulo de Dactor;<br />

la Dame aux camelias de Dumas, hijo,<br />

una noche leyé,<br />

y creyéndola cierta como un texte<br />

de Dujardin-Beaumetz,<br />

15 fue el Armando Duval de una asquerosa<br />

Margarita Gautier.<br />

Después estando en Tunja, como rnédico<br />

dei hospital mayor,<br />

dia en sonar con amores que ofrccian<br />

20 menas complicacién.<br />

De Gustavo Flaubert prestéle un toma<br />

Antonio José Ruiz,<br />

y fue el Rodolfo Boulanger de una<br />

madama Bovary.<br />

25 Pasada aquella crisis formidable<br />

con Ana se cas6;<br />

siguieron cuatro meses de ternuras<br />

a la Gustavo Droz.<br />

47


Todo hubiera marchado a mata villas<br />

30 en esa union feliz,<br />

sin la influencia fatal de una novela<br />

que le daüô el magin.<br />

Leyé de Emilio Zola un solo tomo<br />

y se creyé el Muffat<br />

35 de Aniceta Contreras que era entonces<br />

una semi-Nanâ.<br />

y asi paso la vida entre los sueüos<br />

y llegé de eIla al fin<br />

dejan do tres chicuelos y una esposa<br />

40 que fue muy infeliz.<br />

AI través de los libros amé siempre<br />

mi amigo Juan de Dios,<br />

y tengo presunciones de que nunca<br />

supo ]0 que es amor.<br />

CAPSULAS<br />

EL POBRE Juan de Dios, tras de los éxtasis<br />

dei amor de Aniceta, fue infeliz.<br />

Pas6 tres meses de amarguras graves,<br />

y, tras lento sufrir,<br />

5 se euro con copaiba y con las capsulas<br />

de Sandale Midy.<br />

Enamorado luego de la histérica Luisa,<br />

rubia sentimental,<br />

se enflaqueciô, se fue poniendo tisico<br />

10 y, al aüo y mcdio 0 mas,<br />

se euro. con bromuro y con las capsulas<br />

de éter de Clertân.<br />

Luego, desencantado de la vida,<br />

filôsofo sutil,<br />

15 a Leopardi ley6, y a Schopenhauer<br />

y en un rato de spleen,<br />

se curé para siempre COn las capsulas<br />

de plomo de un fusil.<br />

48


MADRIGAL<br />

Tu TEZ rosada y pura, tus formas graciles<br />

de cstatua de Tanagra, tu olor de lilas,<br />

el carmin de tu boca, de labios terses,<br />

las rniradas ardientes de tus pupilas,<br />

5 el ritmo de tu' paso, tu voz velada,<br />

tus cabellos que suelen, si los despeina<br />

tu mano blanca y fina toda hoyuelada,<br />

cubrirte como un rico manto de reina,<br />

tu voz, tus ademanes, tu ... no te asombres:<br />

10 todo eso esta, y a gritos, pidiendo un hombre.<br />

ENfERMEDADES DE LA Nlt'JEZ<br />

A UNA boca vendida,<br />

a una infante boce,<br />

cuando sintié el impulse que en la vida<br />

a locuras supremas nos provoca, .<br />

5 dio el primer beso, harnbriento de ternura,<br />

en los labios sin fucrza, sin frescura.<br />

No fue como Romeo<br />

al besar a Julicta;<br />

el cuerpo que estreché cuando el deseo<br />

10 ardiente aguijoneé su carne inquieta,<br />

fue el cuerpo vil de vieja cortesana,<br />

Juana incansable de la tropa humana.<br />

y el éxtasis divino<br />

que soâé con deliera,<br />

15 10 dej6 melancélico y mohino<br />

al terminar la Iûbrica carkia.<br />

Del amor no smné la intensa magia<br />

y consiguiô. . . una buena blenorragia.<br />

PSfCOTERAPEUTICA<br />

SI QUIERES vivir muchos SOOS<br />

y gozar de salud cabal,<br />

ten desde niüo desengaüos,<br />

practica el bien, espera el mal.<br />

5 Desechando las convenciones<br />

de nuestra vida artificial,<br />

Ileva por regla en tus acciones<br />

49


esta norrna : j 10 natural!<br />

De los fil6sofos ctéreos<br />

10 huye la enseiianza teatral<br />

y aplicate buenos cauterios<br />

en el chancro sentimental.<br />

FUTURA<br />

Es EN el siglo veinticuatro,<br />

en una plaza de Francfort,<br />

por donde cruza cl tren mas râpido<br />

de Liverpool para Canton.<br />

S La multitud que se aglomcra<br />

de un pedestal alrededor,<br />

forma un murrnullo que semeja<br />

cl dei mar en agitaciôn.<br />

Sucna la mûsica de Wagner<br />

10 Y el estampido dei canon,<br />

y entre los hurras populares<br />

sube a su puesto el orador.<br />

Es el alcalde Karl Hamstaengel<br />

quien preside la reunion,<br />

15 y en cl silencio que sc agranda,<br />

dice con monotone voz .<br />

"jCiudadanosl [Compatrlotas!<br />

jSalud! Honrad al fundador<br />

de la mas grande de las obras<br />

20 de nuestra santa Religion.<br />

Eterna gloria a su divisa,<br />

eterna gloria al redentor,<br />

que con su cjcmplo y sus palabras<br />

el idealismo derroté.<br />

25 Salud al genio sobrehumano<br />

euyo evangelio derramé<br />

de este planeta por los ambitos<br />

la postrera revelaciôn.<br />

iPaz y salud a sus creyentesl<br />

30 (Cual de nosotros 10 invocé<br />

sin sentir instantàneamente<br />

mejorarse la digestion?<br />

c:Cuàl en sus heroicos sueüos<br />

de entusiasrno y de valor,<br />

35 al inspirarse en sus ejemplos<br />

00 vencerâ la tentacién.<br />

50


Ha cuatro siglos que los hombres<br />

la proclaman ûnico Dias.<br />

iSU imagen ved, su noble imagcn,<br />

40 su imagcn ved!"<br />

... Un gran telén<br />

se va corriendo poco a poco<br />

dei pedcstal al dcrredor,<br />

y la estatua de Sanche Panza,<br />

ventripotente y bonachén,<br />

45 perfila cl contomo de bronco<br />

sobre el cielo ya sin col or ...<br />

Cuando de pronto estella lin grito,<br />

lm grito inrncnso, atronador,<br />

de guinee mil quinientas bocas<br />

50 como de una sola voz,<br />

que ladra : "[Abajo los fanàticos!<br />

iAbajo cl cuita! jAbajo Dies!"<br />

Es un mitin de nihllistas,<br />

y en una sùbita explosion<br />

55 de picrato de mclinita,<br />

vuelan cstatua y orador.<br />

ZOOSPERMOS<br />

F.L CONOClO6 sabio Cornelius Von Ken-Rincgen,<br />

que disfrutô en Hamburgo de una clientela enorme<br />

y que dejé un in-folio de mil quinicntas paginas<br />

sobre higado y riüones,<br />

5 abandonado luego por rodes sus amigos,<br />

murié en Leipzig. rnaniâtico, dcsprctigtado y pobre,<br />

debido a sus estudios de los ùltimos anos<br />

sobre espermatozoides.<br />

Frente de un rrucroscopio que le costa un sentido,<br />

10 obra maestra y {mica de un ôptico de Londres,<br />

Ja vista rccogida, temblândole las manos,<br />

ansioso, fijo, inmôvil,<br />

reconcentrsdo y torve, camo un fantasma pélido,<br />

a media voz decia: "[Oh, mira coma corren<br />

15 y bullen y sc mucven y luchan y sc agitan<br />

los cspcrmatozoides!<br />

"[Mira! si no estuviera perdido para siernpre;<br />

si huyendo par caminos que tados no conocen<br />

51


hubiera al fin logrado tras multiples esfuerzos<br />

20 el convertirse en hombre,<br />

corriéndole los anos hubiera sido un Werther<br />

y tras de mil angustias y gestas y pasioncs<br />

sc hubiera suîcidado con un Smith & Wesson<br />

ese espermatozoidel<br />

25 "Aquel de mas arriba que vibra a dos mllimetros<br />

dei Werther supnmido, del vidrio junto al borde,<br />

hubiera sida un héroe de nuestras grandes guerras.<br />

[Alguna estatua en bronco<br />

hubiera recordado, cual vcnccdor intrépide<br />

30 y conductor insigne de trepas y caôoncs,<br />

y .general en jefe de todos los ejércitos,<br />

a ese espcrmatozoide!<br />

"[Aquél hubiera sida la Gretchen de algûn Fausto;<br />

ese de mas arriba un heredero noble,<br />

35 dueûo a los velntiûn afios de algûn millôn de th allers<br />

y un tttulo de conde;<br />

aquel, un usurero: el otro, el pcqucûlsimo,<br />

algûn poeta liricc; y cl otro, aquel enorme,<br />

un profcsor cientifico que hubiera escrito un libro<br />

40 sobre espermatozoidcsl<br />

Afortunadamentc, perdidos para siempre<br />

os agitais ahora, [oh, puntos que sois hombres!<br />

entre los vidrlos grucsos traslùcidos y diâfanos<br />

del microscopio enorme:<br />

45 afortunadamente, zooperrnos, en la tierra<br />

no creceréis poblàndola de dichas y de horrores:<br />

dentro de diez minutos todos estaréis muertos,<br />

j hola, espermatozoides!<br />

Asi el ilustre sabio Cornelius Von Ken-Rinegen,<br />

50 que disfruté en Hamburgo de una clientela enorme<br />

y que dejé un In-folio de mil qutnientas paginas<br />

sobre higado y riüones,<br />

muri6 en Leipzig, maniâticc, desprestigiado y pobre,<br />

dcbido a sus estudios de los ûltimos aüos<br />

55 sobre espermatozoides,<br />

52


FILOSOFIAS<br />

DE PLACERJ:iS camales el abuso,<br />

de caricias y besos<br />

goza, y ama con toda tu alma, iluso;<br />

ag6tate en excesos,<br />

5 Y si evitas la sifilis, siguiendo<br />

la sabia profilaxia,<br />

al llegar los cuarenta iras sintiendo<br />

un principio de ataxia,<br />

De la copa que guarda los olvidos<br />

10 bebe el néctar que agota:<br />

pcrderàs el magin y los scntidos<br />

con la ultima gota.<br />

Trabaja sin cesar, batalla, suda,<br />

vende vida por oro:<br />

15 conseguiràs una dispepsia aguda<br />

mucha antes que lin tesoro.<br />

y tendras [oh placer! de la pesada<br />

digestion en el lance,<br />

ante la vista ansiosa y fatigada,<br />

20 las cifras de un balance.<br />

Al artc sacrificate: [combina,<br />

pule, esculpe, extrema!<br />

j Lucha, y en la laber que te asesina,<br />

-Henzo, bronce 0 pocma-<br />

25 pon tu csencia, tus nervios, tu alma todal<br />

[Terrible empresa vana!<br />

pues que tu obra no estarâ a la moda<br />

de pasado mafiana. .<br />

No: sé creyente, fiel, toma otro giro<br />

30 y la razôn prosterna<br />

a los pies dei absurdo: [compra un giro<br />

contra la vida etcrna!<br />

Pâgalo con tus goces: la fe aviva;<br />

ora, medita, impetra;<br />

35 y al rnorir pensarâs: i.Y si alla arriba<br />

no me cubren la letra?<br />

53


Mas si acaso el orgullo se resiste<br />

a tanta abdicaciôn,<br />

si la fe ciega te parece triste,<br />

40 confia en la razôn.<br />

Dcsprecia Jas placercs y, severo,<br />

a la filosofla,<br />

loco por cncontrar la verdadero,<br />

consagra noche y dia.<br />

45 Compara religion es y sistemas<br />

de la Biblia a Stuart Mill,<br />

desde los cscolâsticos problernas<br />

haste 10 mas sutil<br />

de Spencer y de Wundt, y consagrado<br />

50 a sondear ese abismo<br />

lograrâs este hermoso resultado:<br />

no creer ni en ti mismo.<br />

No picnses en la pal. desconocida.<br />

Mira: al fin, la mejar<br />

55 en el tumulte inrnenso dc la vida<br />

es la faz interlor,<br />

Deja el estudio y los placeres; deja<br />

la cstéril lucha vana<br />

y, coma Cakia-Muni la aconseja,<br />

60 hûndete en el Nirvana.<br />

Excita dei vivir los desengafios<br />

y en tête-â-tête contigo,<br />

coma un yogui senil pasa los aûos<br />

rniràndote el ombligo.<br />

65 De la vida del siglo ponte aparte;<br />

dei placer y el amigo<br />

escoge para ti la mejor parte<br />

y métete contigo.<br />

y cuando llegues en postrera hora<br />

70 Il la ûltima morada,<br />

sentiras una angustia matadors<br />

de no haber hecho nada ...<br />

54


IOI1IO<br />

ELLA LO idolatraba, y él la adoraba.<br />

-Se casaronal fin?<br />

-No, scfior : ella se casé con otro.<br />

y (murio de sufrir?<br />

-No, seüor : de un aborto.<br />

5 -y él, el pobre, (puso a su vida fin?<br />

No, seüor: se casé seis meses antes<br />

dei matrimonio de elIa, y cs feliz.<br />

EGALITE<br />

JUAN L.ANAS, cl mozo de esquina,<br />

es absolutamente igual<br />

al emperador de la China:<br />

los dos son el misrno animal.<br />

5 Juan Lanas cubre su pelaje<br />

con nuestra manta nacional:<br />

el gran magnats lleva un traje<br />

de seda verde excepcional.<br />

Del lino cuidan cien dragones<br />

IOde porcelana y de cristal;<br />

Juan Lanas carga maldidones<br />

y gruesos fard os por un real.<br />

Pero si aiguna mandarine,<br />

siguiendo el instinto sexual,<br />

15 al potentado se avecina<br />

en el traje tradicional<br />

que tenia nuestra madre Eva<br />

en aquella tarde fatal<br />

en que se comieron la breva<br />

20 dei ârbol dei Bien y dei Mal,<br />

y si al mismo Juan una [uana<br />

se entrega de un modo brutal<br />

y palpita la bestia humana<br />

en un solo espasmo sexual,<br />

55


25 Juan Lanas, el mozo de esquina,<br />

al emperador de la China<br />

es absolutamente igual :<br />

los dos son el mismo animal.<br />

RESURREXIT<br />

PARA QuÉ arrepentirnos, si es bastante<br />

a purgar nuestro misero peeado<br />

el doliente reeuerdo de un pesado<br />

cada vez mas cercano y mas distante;<br />

5 si no hemos de encontrar mas adelante<br />

todo 10 que nos hubo conturbado,<br />

ni las bocas que ya nos han besado<br />

ni el loco amor ni la caricia amante,<br />

rie y no te arrepientas, que maüana<br />

10 nuestras dos almas solas iran [untas<br />

a explorar los misterios del Nirvana ...<br />

Micntras que Magdalena, la divina,<br />

entre el coro de virgenes difuntas<br />

hace un triste pape} de celestina.<br />

56


VERSOS VARlOS<br />

PRIMERA COMUNION<br />

TODO EN esos momentos respiraba<br />

una pureza mistica:<br />

las luces matinales que alumbraban<br />

la ignorada capilla,<br />

S los cantos religiosos que pausados<br />

basra el cielo subian,<br />

el aroma suave del Incicnso<br />

al perdersc en espiras,<br />

las vares ulterlores de otro mundo,<br />

10 sonoras y tranquilas,<br />

los dulces ninas colocados junto<br />

al altar de rodillas,<br />

y hasta los viejas santos en los lienzos<br />

de oscura, vaga tinta,<br />

15 bajo cl polvo de sigles que los cubre,<br />

mudos se sonrelan.<br />

mruo<br />

SENCILLA y grata vida de la aldea:<br />

lcvantarse al nacer de la mariana<br />

cuando su luz en la extension clarea<br />

y se quiebra en la cüpula lejana,<br />

5 vagar a la ventura en cl boscaje. . .<br />

espiar en los recodos del camlno<br />

el memento en que cl ave enamorsda,<br />

57


ocuIta en el follaje,<br />

Sus esperanzas y sus dichas canta.<br />

10 En rûstica vasija<br />

coronada de espuma<br />

libar la leche; contempla! la bruma<br />

gue en el fonda del valle se levanta;<br />

el aire respirer embalsamado<br />

l 5 con los suaves olores<br />

de la savia v las flores;<br />

tomar fucrza en la calma majestuosa<br />

donde la vida universal germina,<br />

en ignotos lugares<br />

20 que no ha hollado la vans muchedumbre,<br />

en el bosque de cedros seculares,<br />

del alto monte en la empinada cumbre;<br />

después tranquilamente<br />

baûarse en cl remanso de la fuente.<br />

25 Con el rural trabajo<br />

que a los mùsculos da fuerza de aeero<br />

y que las fuentes abre de riqueza,<br />

endurecer el brazo fatigado<br />

y devolverle calma a la cabeza.<br />

30 Sin fatigas, sin penas, sin engafios<br />

dejar correr los anos<br />

y cn la horn postrera<br />

descansar, no en lujoso monumento<br />

sino bajo el ramaje<br />

35 del verde sauce a su tranquila sombra<br />

cabe la CrUT. piadosa.<br />

SUSPlRO<br />

SI EN TUS recuerdos VCS algùn dia,<br />

entre la niebla de 10 pasado,<br />

surgir la triste mcmoria rnia<br />

media borrada ya por los anos,<br />

5 piensa que fuistc siernpre mi anhelo,<br />

v si el recuerdo de arnor tan santo<br />

mucve tu pecha, nubla tu cielo,<br />

Uena de lâgrimas tus ojos garzos,<br />

iah! no me busques agui en la tierra,<br />

10 donde he vivido, donde he luchado,<br />

[sino en el reino de los sepulcros<br />

donde sc encuentra paz y descanso!<br />

58


LAS ARPAS<br />

VA LA brisa par valles y collados<br />

y cargada de aromas y silencios<br />

no lleva entre sus alas invisibles<br />

ni una voz -ni una mïisica-> ni un eco,<br />

5 Pero en oscuro bosque retirado,<br />

patrie de las driadas y los genies,<br />

en alto tronco suspendida encuentra<br />

arpa eolia de mïsticos acentos:<br />

[al pasar vibra en las sonoras cuerdas<br />

10 del dulce y melancôlico instrumente<br />

y van sus sosegadas arrnonias<br />

a perdersc a la lejos!<br />

El alma del poeta es delicada<br />

arpa -que cuando vibra el scntimiento<br />

15 en sus cuerdas senstblcs=- se estremece<br />

y produce sus cantos y sus versos.<br />

PERDJDA<br />

iALGO TERJUllLE sentira tu alma,<br />

infame Iibertino<br />

que el taller tornas de la pobrc obrera<br />

en lupanar maldito!<br />

5 [Era una hermosa nina! Sus pupilas<br />

tuvieron luz y brillo,<br />

y en su gracia inocente y descuidada<br />

hubo algo de divino.<br />

Mas algûn dia entre el tumulte humano<br />

10 se deslizé en su oido<br />

una palabra. Lucgo su mirada<br />

perdié el fulgor antiguo<br />

y se llenô de lâgrimas, y luego,<br />

de una noche entre el frio,<br />

15 se encontré sola en medio de la calle<br />

con el honor perdido:<br />

en cl alma llevando la tristeza<br />

y en los brazos un niüo,<br />

y, de vergüenza y dl" miseria llen a,<br />

20 a si misma se dijo:<br />

"Del hombre aqueL me vengaré en los hombres;<br />

de mi euerpo marchito<br />

59


haré un altar donde en su afân de goces<br />

le rindan culto al vicie.<br />

25 Soy el placer; soy cual dorada copa<br />

llena de afiejo vino,<br />

mas que guarda en el fondo cnvencnado<br />

un germen maldecido.<br />

Venid a mi los que os sentiis sedientos,<br />

30 1venid, os daré alivio!. .. "<br />

y ellos fueron, volaron a sus brazos<br />

blancos, alabastrinos,<br />

y ella baj6 eon prontitud pasmosa<br />

al fondo de un abismo ...<br />

35 Luego la edad su cabellera negra<br />

poblé de blancos hiles,<br />

y perdi6 su color y su frescura<br />

el semblante marchito,<br />

y a pocas horas, por infamc lcpra<br />

40 el cuerpo corroido,<br />

entre sonrisas y cristianas preces<br />

y semblantes virgincos,<br />

rccostada en un lecho miserable<br />

del hospital sombrio,<br />

45 [en brazos de las santas enfermeras<br />

dio el ultimo suspiro!<br />

Marchande vas sin ver el horizonte<br />

que forma tu camino,<br />

pero si acaso ternas la mirada<br />

50 al pasado perdido,<br />

iverâs alzarse su fantasma blanco<br />

en tu concicncia fijo!<br />

Oh! cuando alguna vez errante y solo<br />

"cas al pobre niâo,<br />

S S a quicn nunea en su vida de miserlas<br />

podrâs Ilarnar tu hijo,<br />

jalgo terrible sentira tu alma,<br />

infame libertino<br />

que el taller tomas de III pobre obrera<br />

60 en lupanar maldito!<br />

60


LA VENTANA<br />

Oh! temps évanouis! Oh! splendeurs éclipsées!<br />

Ohl soleils descendus derrière l'horizon!<br />

AL FRENTE de un balc6n, blanco y dorade,<br />

obra de nuestro sigle diez y nueve,<br />

hay en la cstrccha calle una muy vieja<br />

ventana colonial. Bendita l'ailla<br />

5 adorna la gran reja<br />

de barrotes de hierro colosalcs,<br />

que ticne en 10 mâs alto un monograrna<br />

hecho de incomprensiblcs iniciales.<br />

A la lumbre postrera<br />

JO deI sol en Occidente, (quién no espera<br />

mirar alli, sombria,<br />

rnedlo perdida en la nzada gola,<br />

la cabeza severa<br />

de algûn oidor, 0 los oscuros ojos<br />

15 de una dama cspaüola<br />

de nacarada tez y labios rojos,<br />

que al venir de la hermosa Andalucia<br />

a la colonia nueva<br />

el germen de letal melancolia<br />

20 por el rccuerdo de la patria lleva]<br />

1Pero no, ni Jas sombras le han qucdado<br />

de los que vio perderse en el pasadol<br />

Loca turba infantil la invade ahora:<br />

uno rie, otro llora;<br />

25 a la palma bendita<br />

la nina arranca retejida rama,<br />

y mientras uno al compaôcro llama<br />

con incansable afàn.: el otro grita.<br />

No guarda su memoria<br />

30 de la ventana la vetusta historia,<br />

y s6lo en ella fija<br />

la atenclén el poeta<br />

para quien tienen una voz secreta<br />

los liquenes grisosos<br />

35 que, al nacer en la estatua alabastrina,<br />

del bcso de 105 siglos son sefialcs,<br />

61<br />

Vict~r Hugo


y a quicn narran pocmas misteriosos<br />

las sombras de las vicjas catcdrales.<br />

hoy hacc mas de siglo, ha muches anos,<br />

40 ella escuché la cantiga cspaiiola<br />

que tristes descngaüos<br />

o desventuras amorosas narra<br />

de la alta noche en la quictud serena,<br />

acompaôada en la gentil guitarra<br />

45 por noble caballero,<br />

a quien tornara con la cstrofa grata<br />

cl rccuerdo de alegre serenata<br />

dada en la aristocràtica Scvilla,<br />

eabe el Guadalquivir, do en claras nochcs<br />

50 la calada Giralda se retrata<br />

y la luz de la luna limpia brilla.<br />

La brisa, dulce y leve<br />

coma las Yogas formas del deseo,'<br />

lIev6 al pasar los barrotes duros<br />

55 aroma de azahares y de Brios<br />

en las rtsueüas fiestas de hirnenco:<br />

juramentos de amor, santos y puros:<br />

de mortuorios cirios<br />

el triste olor; las plâcidas historias<br />

60 con que la noble abuela<br />

a rubio nieto adorrnecié en la Cuna,<br />

y la oraci6n gue hacia los cielos vuela<br />

suave camo los rayos de la luna.<br />

Inùtil, alli, a solas,<br />

65 ella mir6 pasar generaciones<br />

como pasan, con raudo movimicnto<br />

sobre la playa las marinas olas,<br />

en la sombra los coros de visiones<br />

y Jas aristas leves en cl viento;<br />

70 j Y ora mira la turba de los niüos<br />

de risuenas mejil1as sonrosadas,<br />

que al asomar tras de la Fuerte reja<br />

sonriente semeja<br />

un ramo de camelias encarnadas!<br />

75 iAy! todo pasarâ: niûez risuefia,<br />

juventud sonrientc,<br />

edad viril que en el Future suefia,<br />

vejez Ilena de afân ...<br />

62


· .. TaI vez maiiana<br />

cuando de aquellos ruüos queden s610<br />

80 las ignotas y viejas sepulturas,<br />

aun tenga el mismo sitio la ventana.<br />

CREPUSCULO<br />

EN LA TARDE -en las horas dei divine<br />

crepùsculo serenose<br />

pueblan de tinieblas los espacios<br />

y las almas de suerios.<br />

Sobre un fondo de tonos nacarados,<br />

la silueta del temple<br />

Las altas tapias del jardin antiguo<br />

y los ârboles negros,<br />

cuyas ramas sernejan un encaje<br />

movidas por el viento,<br />

se destacan oscuras, melancélicas,<br />

corno un extraào espectro.<br />

En estas horas de solemne calma<br />

vagan los pensamientos,<br />

y buscan en la sombra de 10 ignoto<br />

la quietud y el silencio.<br />

NOTAS PERDIDAS<br />

Es MEDIA noche. Duerme el mundo ahora<br />

bajo el ala de niebla dei silencio.<br />

Vagos rayes de luna<br />

y el fulgor incierto<br />

5 de lâmpara vclada<br />

alumbran su aposento.<br />

En las teclas del piano<br />

vagan aûn sus marftlinos dedos:<br />

errante la mirada,<br />

JO dice algo que no alcanza el pensamiento.<br />

[Cémo perfurna el aire el blanco ramo<br />

marchito en el florero,<br />

cuân suave es el suspiro<br />

que vaga entre sus labios entreabiertosl<br />

63


15 jAdriana! [Adriana! [De tan dulces horas<br />

guardaràn el secrete<br />

tu estancia, el rayo de la Iuna, el vago<br />

ruîdo de tus besos,<br />

la noche silenciosa,<br />

20 y en mi alma el recuerdo! ...<br />

IV<br />

La noche en que al dulce beso<br />

dei arnor, sc abriô su alma,<br />

caminando lentamente<br />

Iba, en mi brazo apoyada.<br />

2S No habla luna. Las estrellas<br />

vertian su luz escasa,<br />

y sobre el cielo profundo<br />

nuestros ojos contemplaban,<br />

como una bruma ligera,<br />

30 la brillante via lâctea,<br />

........... suspir6.<br />

Con voz muy queda,<br />

-dime, le dije, ,te cansas?<br />

Alz6 la hermosa cabeza,<br />

se ilumin6 su mirada<br />

35 y murmuré: -Mira, dicen<br />

que cs grande, inmensa, la vaga<br />

bruma que brilla a 10 lejos<br />

como una niebla de plata,<br />

que la forman otros mundos<br />

40 que estân a inmensa distancia,<br />

que la luz solar invierte<br />

sigles en atravesarla,<br />

y si Dtos quisiera un dia<br />

a ti y a mi dam os alas,<br />

45 [esa distancia infinita,<br />

feltz, conttgo cruzara!<br />

Baj6 la noble cabeza,<br />

desvié la viva mirada,<br />

y dijo, paso, de nuevo:<br />

50 -me preguntabas "ête causas?"<br />

64


x<br />

tHas visto, cuando amanece,<br />

los velos con que la cscarcha<br />

los vidrios de los balcones<br />

cubre en la noche callada?<br />

85 Deja que el rayo primero<br />

de la luz de la mariana<br />

los hiera, y "cras entonces<br />

65<br />

IX<br />

Bajad a la pobrc niûa,<br />

bajadla con mano trémula,<br />

y con cuidadoso esmcro<br />

entre la fosa poncdla,<br />

55 j y arrojad sobre su tumba<br />

frics pu üados de tierra 1<br />

Aun sobre sus labios rojos<br />

la sonrisa postrtmcra,<br />

tan joveu y tan hermosa<br />

60 y dcscansa hclada, ycrta,<br />

j y esta marchito cl tC$Ot'O<br />

de su duke adolcsccnctal<br />

jBnjad a la pohre nlûa,<br />

bajadla con mano trémula<br />

65 y con cuidadoso csmero<br />

entre la fosa ponedla,<br />

iy arrojad sobre su tumba<br />

frios puüados de tierral<br />

Cavad ahorn otra fosa<br />

70 cavadla con mano trémula,<br />

de la sonrientc niüa<br />

del triste sepulcre cerca,<br />

para que lcjos deI mundo<br />

su sucûo postrero ducrrnan<br />

75 mis recuerdos de cariûo<br />

y mis mcrnorias mas ticmas.<br />

Bajadlos dcsde mi alma,<br />

bajadlos ton mano trémula<br />

IY arrojad sobre su rosa<br />

80 frios punados de ticrra l ...<br />

CA Natalia Tance A.)


Iormarse figuras vagas<br />

en la superficie fria,<br />

90 hclcchos de formas raras.<br />

Paisajes de sol y niebla<br />


EN LA MliERTE DE MI AMIGO<br />

LUIS A. VERGARA R.<br />

ALCUNA amarga lâgrima vertida<br />

al pensar en 10 bueno dei ausente<br />

coma signo de eterna despedida,<br />

y una oracién de mistica tristeza,<br />

5 aspiraciôn de la amistad doliente,<br />

forman los dones que dejar pademos<br />

cabe la fresca y cntreabierta fosa<br />

de aqucl que en el albor de su maüana<br />

supo cruzar la rota peligrosa<br />

10 con noble amor y con cristiano celo,<br />

mirar 10 inmenso de la lucha hurnana<br />

y en plenitud de vida y de esperanza<br />

decir iadi6s! a la mentira vana,<br />

iY hacia otras playas dirigir el vuelo!<br />

15 Mas consuela cl pensar que nuestra vida<br />

es istmo que separa dos océanos<br />

y que mide la mano de la suerte ...<br />

a él sobre las cunas arribamos<br />

vtniendo en ignorados oleajcs,<br />

20 y al acabar de camlnarlo vamos<br />

a proseguir interminables viajes<br />

sobre las negras sombras de la muerte;<br />

y que el oscuro velo de tristeza<br />

con el misterio inmenso de la fosa<br />

25 envuelvc de los muertos la cabeza.<br />

Esa quietud solemne en que reposa<br />

el cuerpo humano, su misi6n cumplida,<br />

y de la tumba la pesada losa<br />

que ûltima etapa son de la partida<br />

30 dei espiritu hurnano aqui en la tierra,<br />

le abren los ojos a una vida nueva .<br />

en que hallarâ 10 que el misterio encierra<br />

y en cuya vasta oscuridad sornbria<br />

vera la lUI quicn va, cu al nuestro amigo,<br />

35 que un tesoro de lUI lleva consigo.<br />

i"Sil El no manch6 la punta de las alas<br />

en el vlcio, pantano corrornpido,<br />

y ornada atm de las primeras galas<br />

en su vida fellz junt6 su alma<br />

40 la inocencia del niiio distraido,<br />

dei grave adulto la juiciosa calma<br />

67


y los suefios de dulce pocsia<br />

de que hacc cl vulgo indiferente mofa,<br />

sueüos que en conserver sc complacia<br />

4S bajo el cristal de su sonora cstrofa,<br />

y que recuerdan con sin par cariüo,<br />

con emocién purisima y sin nombre,<br />

los que te vicron -camloroso niiio­<br />

[amar cailla angel y pensar camo hombre!<br />

SO Del social torbellino en el ruido<br />

su misién fue la de la dulce nota<br />

que para cl blando halage dei aida<br />

de entre las cuerdas de la lira brota,<br />

iy en el vicio infinite y extcndido<br />

55 la virtud dulce de su vida hacia<br />

la imprcsién de una râfaga de incienso<br />

entre cl discorde estruendo de una orgîa<br />

y el aire impuro, pcsnlcnte y densol<br />

Ha partido entre lâgrimas de amores<br />

60 (lue quemande al rodar por la mejilla<br />

bajaron a morir sobre esas flores.<br />

Mas de una amarga lagrima sencllla<br />

vertida por cl ser a quicn quisiera<br />

con el amor sin fin que en dia brilla,<br />

65 amor que en mcdio de su vida Fucra<br />

vaporosa colurnna ,,1 medio dia,<br />

y en las tinieblas de la noche, hoguera<br />

cual la que en el desierto conduda<br />

al través de la arcna Al pueblo hebreo,<br />

70 al pais que soüô su fantasia ...<br />

Aûn me parece que contemple y veo<br />

su constante entusiasruo por aquella<br />

que fue su aspiracién y su deseo,<br />

por la que su alma candorosa y bella<br />

75 colocar supo en la region que abarca<br />

cl alma humana al proscgulr la huella<br />

del amor sublimado de Petrarca,<br />

por la que hoy sientc inexplicable frio<br />

cuando por verle entre nosotros mira,<br />

80 y su rnirar ... [se pierde en el vaciol<br />

Que en el recuerdo del ser a quien decimos<br />

entemecidos el adiés postrero<br />

(el de su vida que pasarse vimos<br />

bajo la egïda deI deber severo)<br />

68


85 sea, en todo memento de desmavo<br />

en la senda de! bien, corne una estrella<br />

que nos alumbra con su tibio rayo:<br />

que descicnde dulcisimo de ella<br />

a Sus tristes hermanos el consuelo<br />

90 y a su madre infeliz. .. que con los ojos<br />

nublados por las làgrimas y rojos<br />

csperàndolo "er. , . [mira hacia cl cielo!<br />

Cuando cl cuerpo percee nnce el alma, . ,<br />

Mientras cl uno entre la tumba mora,<br />

95 la otra recobra su perdida calma.<br />

Hay una dulce daridad que dora<br />

con sus raves el fondo de la huesa,<br />

lumbrc de' un dia que en la muerte empieza:<br />

de! sol dei Infinite ... ésa es la aurora.<br />

LAS GOLONDHINAS<br />

EN LA ribera dei Maure<br />

cncorvado por los hierros<br />

de la prisiôn, tristemente,<br />

as! cantaba un gucrrero:<br />

5 "Os vuelvo a ver, pajarillos<br />

que dais al invierno el ala,<br />

golondrinas, portadoras<br />

de piadosas esperanzas,<br />

que vents a estos desiertos<br />

10 desde mi risueüa Francia<br />

,No os detcndréis por un instante brève<br />

para contarmc de mi hermosa patria?<br />

''c,:_Cercade donde nad,<br />

en el alar de mi choza,<br />

15 entre blando v tibio nido<br />

naclô alguna 'de vosotras?<br />

(De una madre desdichada<br />

que hacia la tumba camina,<br />

que a cada memento espera<br />

20 oir, como antes oia,<br />

cl ruido de mis pasos,<br />

y sin oirlo agoniza,<br />

de su amor, de su pena, de sus lâgrimas,<br />

no me hablais, pasajeras golondrinas?<br />

69<br />

(De P. J. Béranger)


25 "Ha tres anos os conjure<br />

a traerme algûn recuerdo<br />

de mi valle, en que soâaba<br />

con un porvenir risueüo:<br />

del arroyo transparente<br />

30 en la cncantadora orilla<br />

en donde crecen frondosas<br />

como en guirnaldas, las lilas,<br />

en un tranquilo rodeo<br />

(habéis visto mi casita?<br />

35 ,Del valle idolatrado de mi infancia<br />

no mc hablais, pasajeras golondrinas?<br />

"Decidrne, ,cas6 mi hermana?<br />

,Vistéis los alegres [évenes<br />

de nuestro pueblo, en las nupcias<br />

40 celebrarla en sus canciones?<br />

~Volvieron a nuestra aldea<br />

los que entraron en la Iiza<br />

y me siguieron valientes<br />

cuando en batalla reûida<br />

45 me Ianzaba presuroso<br />

a las Ianzas enemigas?<br />

,De los caros amigos de la infancia<br />

no me hablais, pasajeras golondrinas?<br />

"Sobre sus cuerpos tal vez<br />

50 el enemigo cobarde<br />

toma de nuevo el cami no<br />

que conducc a nuestro valle,<br />

y mientras manda cual dueüo<br />

en mi tranquila cabana<br />

55 e interrumpe el venturoso<br />

himeneo de mi hc}mana,<br />

rodeado esroy de hierros<br />

sin quien por mi vierta làgrimas.<br />

[Colcndnnas. errantes golondrinas!<br />

60 ,no me hablais de los males de la patria?"<br />

IMITACION<br />

PEQUENAS cevldades<br />

hay cn la cumbre de la inmensa roca,<br />

70<br />

(De Maurice de Guéri,,)


a cuyos pies acompasadas baten<br />

sobre la playa, las movibles olas,<br />

5 Guardan alli las grietas, entancadas<br />

de la lluvia las gotas,<br />

y a beberlas, a veces se detienen<br />

las errantes bandadas de palomas.<br />

Yo suelo par las tardes<br />

lOir a la cima a sollozar a salas.<br />

y mi Hanta se mezcla con las aguas<br />

entre las piedras toscas,<br />

[Sueltas band adas que, al morir el dia,<br />

tendeis el vuelo entre la lurnbre r6sea<br />

15 con que, al ponerse el sol en Occidcnte,<br />

Ilumina la atm6sfera:<br />

ijarnés bebàis las aguas escondidas<br />

en la gigante roca,<br />

que mis làgrimas tienen la amargura<br />

20 de las marinas ondasl<br />

ENCONTRARAS POESIA<br />

EJ\'CONTRARAS poesia,<br />

dijo entonces sonriendo<br />

en el rccinto sagrado<br />

de los cristianos temples,<br />

5 do, como el humo a la altura,<br />

sube la oracién al cielo;<br />

en 105 lugares que nunca<br />

humanos pies recorricron,<br />

en los bosques seculares<br />

10 donde se oculta el silencio,<br />

en los murrnullos sonores<br />

de lOIS ondas y deI viento,<br />

en la voz de los follajes,<br />

del amor en los recuerdos,<br />

15 de las ninas de quince anos<br />

en los blancos aposentos,<br />

en las noches estrelladas. , .<br />

jamâs ... [en los malos versos!<br />

71


REALIOAD<br />

NATORALEZA es una dondequiera,<br />

en Japon ° en Gonesa. Las distancias<br />

suprime y son 10 mismo Triptolemo<br />

y Dombasle; la toga y las enaguas.<br />

5 Lavallière con su Luis, entre la regla<br />

carroza blasonada,<br />

es tan feroz cual la chipriota Venus<br />

en el capullo de la concha blanca.<br />

jOh mis hijos! [Oh hermanos! [Oh poetas!<br />

10 Decid si existe cl hecho, la palabra.<br />

Sed espiritus puros y haced siempre,<br />

No hay nada bajo para nobles almas.<br />

En Poestum se convier te en hipo triste<br />

la risa de Stleno, a Priapo canta<br />

15 Horacio, y cruza Bottom, el grotesco,<br />

de Shakespeare por el drarna.<br />

iNo tiene la verdad limites, hijol<br />

Del gran Pan, dios bestial, la hirsuta barba<br />

v los cuernos torcidos sc columbran<br />

20 dei ideal tras de la frente pâlida.<br />

A UN PESIMISTA<br />

HAY DEMASIADA sombra en tus visiones,<br />

algo tiene de plâcido la vida;<br />

no todo en la existencia es una herida<br />

donde brote la sangre a borbotones.<br />

5 La lucha tiene sombra; y las pasiones<br />

agonizantes, la ternura huida,<br />

todo 10 amado que al pasar se olvida<br />

es fuente de angustiosas decepciones.<br />

Pero. ,por qué dudar, si aùn ofrecen,<br />

10 en el remoto porvenir oscuro,<br />

calmas hondas y vividos carifios<br />

72<br />

(De "Canciones de Calles " Bosqlles"<br />

de Victor Hugo).


la ternura profunda, el beso puro<br />

y manos de mujer, que amantes meccn<br />

las cunas sonrosadas de los nifios?<br />

VOZ DE MARCHA<br />

A ORILLAS de la senda de la vida,<br />

ya fatigado sc senté el mancebo<br />

v murmuré COn voz adolorida:<br />

. "cansada el alma llevo.<br />

5 "Inûtil es seguir, ruda la carga :<br />

de la oxistencia humana s610 brota<br />

honda tristeza, pertinaz y amarga,<br />

cual del laud la nota.<br />

"No alumbra en d futuro luz de aurora,<br />

10 en 10 mas hondo el entusiasmo ha muerto.<br />

5610 cres, esperanza soüadora,<br />

mirajc del desierto.<br />

"jAy! y el amor )' la arnistad, mentiras:<br />

como brumas vacilan las ideas,<br />

15 5610 tristeza y dcsaliento inspiras.<br />

vida. [maldita seas!"<br />

Rcnegé de virtud y de nobleza,<br />

y de pasado y porvenir maldilo,<br />

pero en cl aire, entre la sombra espesa,<br />

20 oyo una voz que dijo ;<br />

"par mas que traiga el viento tempestuoso<br />

entre Jas alas blanquecina cscarcha,<br />

oid dei siglo cl grito poderoso,<br />

oid la voz de marcha.<br />

25 ''c:Conque os cansé la rudo del camino?,<br />

(conque esta el corazén agonizante? ...<br />

Pcnsad que s6lo sois un peregrino ...<br />

y [seguid adclante!<br />

"Al doblar los recodos del sendero<br />

30 la muchedumbre, en la primera cruzada,<br />

gritaba al ver un pueblo en cl otero:<br />

- jJerusalén sagrada!<br />

73


"Cuéntas vcces, su engaïio repetido,<br />

al apagarse el entusiasmo ardiente,<br />

35 al viento poderoso dei olvido<br />

se doblegé su frente.<br />

"[Cuàntas veces volviera a su memoria<br />

de la patria el recuerdo cariüoso,<br />

huyera de ella la ambiciôn de gloria<br />

40 y deseara el reposo!<br />

"Pero una tarde, tarde vislumbrada<br />

en rnisticos ensucüos. de improviste<br />

contemplé la ciudad santificada<br />

por la pasién dei Cristo.<br />

4S "[Seguid! jSeguid! [Y si en la ruta umbrosa<br />

el paso os cierra levantado monte,<br />

subid hasta su cumbre tcnebrosa<br />

y ved el horizonte!<br />

"TaI vez el porvenir guarde en su seno,<br />

50 que hoy os parece lébrego y oscuro,<br />

de claridades misteriosas Ileno,<br />

un rayo de luz puro.<br />

'TaI como son, hirvientcs, las marinas<br />

aguas que pasman de tcmor al vcrlas,<br />

55 en cl fondo, entre conchas nacarinas,<br />

guardan pâlidas perlas.<br />

"[Marchadl [Marchad! Y al fin de la partida<br />

torne un memento a confortar cl alma<br />

el rccuerdo fcliz de una cumplida<br />

60 misién de paz y calma<br />

"Mas si os cansé 10 ru do del camino,<br />

y si esta el corazén agonizante,<br />

pen sad que solo sois un peregrino ...<br />

y [seguid adelantel<br />

6S "Pide el siglo potente y majestuoso,<br />

cuya voz conmovida el alma escucha,<br />

quien lidte sin cansancio ni reposo<br />

dei progreso en la lucha".<br />

74


Alz6 el joven los miembros agitados,<br />

70 cual los del muerto ante el poder divino,<br />

y se limpi6 los ojos enturbiados<br />

iy prosigui6 camino!<br />

El viento arriba murmuré querellas.<br />

rompi6 la luz los tenebrosos velos,<br />

75 y, temblando, brillar On las estrellas<br />

en la alto de los cielos,<br />

ESTRELLAS FIJAS<br />

CUANDO ya de la vida<br />

el alma tenga, con cl cuerpo, rota,<br />

y duerma en el sepulcre<br />

esa noche mas Iarga


los ojos aün abiertos,<br />

1 5 y la sangre, ya viscosa,<br />

pegândole los cabellos,<br />

estuvo toda la noche<br />

de aquel combate sangriento<br />

abandonado el cadâver<br />

20 dei pobre recluta muerto.<br />

(Su nombre? ., Uri oscuro nombre ...<br />

Diiunto Juan Abudelo,<br />

cuando hablan de la campaûa<br />

la nombran los compaiieros ...<br />

25 (Su madre? .. Una pobre madre,<br />

que en el ranche, al pie deI cerro,<br />

abandonada y estûpida<br />

pasa los dias încicrtos. ..<br />

(Su vida? .. , una oscura vida,<br />

30 la vida vaga de un cuerpo,<br />

que fue tranquila y sin odios<br />

hasta en el cuartel infecta,<br />

do penetrado de frio,<br />

que le calaba los huesos<br />

35 y que tiritar le hacia<br />

bajo el bayetén deshecho,<br />

conocié toda la angustia<br />

de largas noches sin suefio,<br />

v de tristes soledades,<br />

40 el pobre recluta muerto.<br />

Los soldados que seguîan<br />

en tltânicos esfuerzos,<br />

de Egipto a los arenales<br />

y de Rusia a los desiertos,<br />

45 al hombre de ojos de âguila<br />

y de caprichos de hierro,<br />

tenian tras el refiido<br />

batallar, largo y supremo,<br />

en cada voz un halage,<br />

50 en cada mandato un premio.<br />

Mas del capitân Londoüo,<br />

que fue su [efe en el Cuerpo.<br />

s610 ccnocié dos érdenes<br />

de detencién y de cepo,<br />

55 un planazo en las espaldas<br />

76


y el modo de gritar : "i[uego]",<br />

hasta la tarde en que, herido<br />

en el combate siniestro,<br />

cayo, gritando :"j Adi6s, manuSI",<br />

60 el pobre recluta muerto.<br />

LA CALAVERA<br />

EN EL derruido muro<br />

de la huerta del convento,<br />

en un agujero oscuro<br />

donde, al pasar, silba el viento,<br />

5 y, coma una dolorida<br />

queja a Jas piedras arranca,<br />

hay, en el fonda, eseondida<br />

una calavera blanca.<br />

De algûn fratle soâador<br />

IOde vida ejcmplar y bella<br />

y dedicada al Seüor,<br />

en el mundo (mica hue1la.<br />

Abre los ojos, sin fonda,<br />

como a visiones extra fias,<br />

15 Y dei vaclo en 10 hondo<br />

forjan telas las arafias.<br />

Hûmedo musgo grisoso<br />

recubre la antigua grieta,<br />

donde en supremo reposo<br />

20 descansa ignorada y quieta.<br />

Pero hasta a aquella escondida<br />

mansiôn, la brisa ligera<br />

lie va murmullos de vida<br />

y olores de primavera.<br />

25 Golondrtnas, que en sus marchas<br />

dejaron el patrie rio,<br />

huyendo de las escarchas,<br />

de las brumas y de1 frio,<br />

77


cuando la luz dei Poniente<br />

30 filtra por el hondo hueco<br />

y hace parecer viviente<br />

el crânco rigldo y seco,<br />

desde las negras ruïnas,<br />

alzan sosegado vuelo,<br />

35 Y en sus vueltas peregrinas<br />

tocan las ramas y el suelo,<br />

como buscando en el prado,<br />

ya por la tarde, sombrio.<br />

el espiritu elevado<br />

40 que habit6 el crâneo vado.<br />

A DIEGO FALLON<br />

CUANDO de tus estancias sonorosas<br />

las solemnes Imâgencs,<br />

en los lejan os siglos venideros<br />

ya no recuerde nadie:<br />

5 cuando estén olvidados para siempre<br />

tus versos adorables,<br />

y un erudite, en sus estudios lentos,<br />

dcscubra a NlU1CZ de Arce,<br />

aun hablarân, a cspiritus que sueüen,<br />

10 las selvas seculares<br />

que se Ilenan de nicblas y de sombras<br />

al caer de la tarde.<br />

Tendran vagos murmullos misteriosos<br />

el Iago y los [uncales,<br />

15 naceràn los idilios<br />

entre cl musgo, 3 la sombra de los àrboles,<br />

y seguin! forjando sus poemas<br />

Naturalcza amante,<br />

que rima en una misma estrofa lnmensa<br />

20 los leves nidos y los hondos valles,<br />

EL ALMA DE LA ROSA<br />

VOLVJ6 del rico balle. Esta dormida<br />

en el mullido lecho,<br />

y tal cs el silencio de la estancia,<br />

que no se escucha un eco.<br />

78


5 Cerca de ella -en velador tallado<br />

en cincelada copa-»<br />

esta con los diamantes de la fiesta<br />

una marchita rosa.<br />

De repente sus hojas se conmueven,<br />

10 V mientras todo calla,<br />

entre .el silcncio de la oscura noche<br />

se oye ulla voz que canta:<br />

"Tcmblorosa, cubierta de rocio,<br />

y perfumada }' fresca,<br />

15 tu mano me tomé para llevarmc<br />

a la brillante fiesta.<br />

"Y al regresar de alli s610 traias<br />

mi marchito cadévcr,<br />

{mica huella de mi leve paso<br />

20 pOt este triste valle.<br />

"[Adiés, jardin querido! jAdî(ls, hermanas!<br />

[Murmullos de los vientos!<br />

jAdiôs, tardes doradasl jAdiôs, vidal<br />

Por adora rte he muerto.<br />

25 "Sobre el tul pcrfumado deI vcstido.<br />

ccrca del nivco peche,<br />


SINFONIA COLon DE FRESAS EN LECHE<br />

jRiTMICA Reina lirica! Con vcnusinos<br />

cantes de sol r rosa, de mirra y laca<br />

y policromos cromos de tonos mil,<br />

oye los constelados versos mirrinos,<br />

5 escûchame esta historia Rubendariaea,<br />

dt" la Princesa verde y el paje Abril,<br />

rubio y sutil.<br />

Es bizantino csmalte do irisa el rayo<br />

las purpuradas gemas gue enflora junie<br />

10 si Helios recorre cl cielo de azul edén,<br />

cs Iiblial albura que CSbOZ3 mayo<br />

en una noche diàfana de plenilunlo<br />

cuando los crisodinas nieblas sc ven<br />

D tutiplén!<br />

15 En las vlridas margelles que espuma cl Cauca,<br />

-aureo pico, ala ebùrnea-s- currucuquea,<br />

de sedefias verduras bajo el dosel,<br />

de las pcrladas ondas se esfurna glauca:<br />

êCS paloma, cs estrclla 0 azul idca? ' .<br />

20 Labra cl emblcma heràldico de aureo broquel,<br />

réseo rondel .<br />

Vibran sagradas liras que cnsucüa Psiquis,<br />

SOn argcntados CiSIlCS, hadas y gnomes<br />

y edcnalcs olorcs, lirio y jazmin<br />

25 y vuelan cntelechlas y tiquismiquis<br />

de coralcs, tritoncs, memes y Ol01l10S,<br />

dei horizonte lirico nicve y carmin<br />

hasts cI confin.<br />

Liliales manas virgenes al son aplauden<br />

30 y sc cnglaucan los Iiquidos y cabrillean<br />

con medioevalcs himnos al abcdul,<br />

desdc arriba Oriôn, Venus, que Sccchis landen<br />

miran coma plipilas que cintillcan<br />

par los abismos hïimcdos de) negro tut<br />

3'5 del cielo 1:7.lI1.<br />

80<br />

A los colibries decaaentes


Tras de las cordilleras sombrias, la blanca<br />

Selene, entre las nubes de épale y tetras<br />

surge como argentifero tullpân<br />

y por entre 10 negro que se espernanca<br />

40 huyen los bizanunos de nuestras letras<br />

hacia el Babel Bizancio, do llegarân<br />

con grande afàn.<br />

jRitmica Reina lirical Con venusinos<br />

cantos de sol y rosas, de mina y laca<br />

45 Y policromos cromos de tonos mil,<br />

iestos son los caôticos versos mirrinos,<br />

ésta es la descendencia Rubendariaca,<br />

de la Princes a verde y el paje Abnl,<br />

rubio y sutill<br />

LA ULTlMA DESPEDIDA<br />

LQ Muerte:<br />

Yo SOy la luz, y sin embargo temen<br />

los hombres encontrarme.<br />

Yo soy la misterlosa soiiadora<br />

que los espacios abre.<br />

5 [Dudâlsl . .. 100d las voces<br />

que dei sepulcro salenl<br />

Los Cuerpos:<br />

Nosotros vamos de la' madre tierra<br />

a la region oscura,<br />

nosotros vamos a perdernos ora<br />

10 en la vida fecunda<br />

que en los profundos senos<br />

de la muerte murmura.<br />

Los Recuerdos:<br />

Nosotros viviremos en las almas<br />

de aquellos que os sintieron<br />

15 a su lado pasar en vuestra vida.<br />

1Aqui sobre la tierra<br />

n050tr05 mantendremos<br />

vucstra memoria fresca!<br />

81


Las Aimas:<br />

Nosotras vamos de la vida eterna<br />

20 a proseguir la ruta,<br />

nosotras vamos a tender el vuelo<br />

a regiones mas puras,<br />

[cômo es la luz de. bella<br />

tras de las vagas brumas!<br />

SUS DOS MESAS<br />

De Soltera:<br />

EN LOS tallados frascos guardados los olores<br />

de las esencias diâfanas, clignas de alguna hurl:<br />

un vaso raro y fragil do expiran unas flores;<br />

el iris de un diamante; la sangre de un rubi<br />

5 cuyas facetas tiemblan con vives resplandores<br />

entre el lujoso estuche de seda carmesi,<br />

y frente del espejo la epistola de amores<br />

que al irse para el balle dejé olvidada alli ...<br />

De Casada:<br />

Un biberon que guarda mezcladas clos terceras<br />

10 partes de leche hervida y una de agua de cal,<br />

la vela que reclama las despabiladeras<br />

desde la palrnatoria verdosa de metal;<br />

en rotulado frasco, cerca de las tijcras,<br />

doscicntos gramos de una locién medicinal:<br />

15 un libro de oracioncs, dos cucharas dulccras,<br />

un reverbere viejo y un chupo y un paüal.<br />

PASEO<br />

ESTÂN los grupos alegres<br />

al pic de las altas rocas,<br />

humo grisoso se eleva<br />

del boscaje entre las frondas<br />

5 y junto a los viejos àrboles<br />

estàn cocinando ahora.<br />

82


Vienen olores de campo<br />

de la llanura espadosa,<br />

carcajadas a los Iabios<br />

10 Y manas a las bandolas<br />

y dei bambuco resuena<br />

la mûsica melancélica<br />

y con el humo que sube<br />

van a perd erse las notas,<br />

l 5 ;alegres para cl que rie<br />

y tristes para el que Bora!<br />

Las serville tas tendidas<br />

sobre la yerba reposan<br />

del piquete carnpesino<br />

20 con los plates y las copas,<br />

rayas de franca alegria<br />

ojos y labies coloran,<br />

alcgres manos Iigeras<br />

se confunden y se tocan,<br />

25 Y las parejas se mucven<br />

dei césped sobre la alfombra,<br />

y Jas palabras sonrien<br />

y las palabras rebosan,<br />

mientras suena del bambuco<br />

30 la mûsica melancélica<br />

y con el humo que sube<br />

van a perd erse las notas,<br />

[alegrcs para el que rie<br />

y tristes para el que Bora! ...<br />

ISEl\10R! jMJRAD LAS ALMAS ... 1<br />

ISdlOR! jMIRAD las aimas, que en busca de la eterno,<br />

en el arnor humano se detuvieron locas,<br />

cruzar, como las sombras del Dante en el infierno,<br />

unidas de los brazos y unidas de las bocas!<br />

5 [Oh Padre! Perdonadlos por el martirio santo<br />

dei Salvador Divine, dei G61gota en la cumbre.<br />

Haced que se conviertan los gritos en un canto<br />

y que una luz remora su largo viaje alumbre.<br />

y dadnos fuerza [Oh Padrcl para cruzar la vida,<br />

10 para luchar de lleno por la contraria suerte,<br />

para domar, severes, la carne corromplda,<br />

[para esperar, tranquilos, las sombra de la muertel<br />

83


CONVENIO<br />

",VAS A CANTAR tristezasj, dijo la Musa;<br />

entonces yo me vuelvo para alla arriba.<br />

Descansar quiero ahora de iantas Iâgrimas,<br />

hoy he llorado tanto que estoy rendida,<br />

5 Iré contigo un rato, pero si quieres<br />

que nos vayamos solos a la campina<br />

a mirar los espacios por entre ramas<br />

y a oir gué cosas nuevas cantan las brisas.<br />

Me hablan tanto de penas y de cipreses<br />

lOque se han ido muy lejos mis alegrias,<br />

quiero coger miosotys en las riberas:<br />

si me das manposas te da ré rimas.<br />

Forjaremos estrofas cuando la tarde<br />

llene el valle de vagas melancolias;<br />

15 yo sé de varies sitios llenos de helechos<br />

y de musgos verdosos donde hay poesia:<br />

pero tu me prometes no conversarme<br />

de horrores y de dudas, de rotas liras,<br />

de tristezas sin causas y de cansancios<br />

20 y de odio a la existencia y hojas marchitas ...<br />

Si, vâmonos al campo, donde la savia,<br />

coma el poder de un beso, bulle y palpita;<br />

a buscar nidos llenos en los zarzales:<br />

jsi me das mariposas te daré rimas!"<br />

CVANDO HAGAS UNA ESTROFA ...<br />

CUANDO HAGAS una estrofa, hazla tan rara,<br />

que sirva luego al parvenir de ejemplo,<br />

con perfiles de mârmol de carrara<br />

y solideces de fronton de templo.<br />

DE LOS ROSADOS LABIOS ...<br />

DE LOS ROSADOS Iabios de herrnosas bogotanas<br />

siempre propiclo el cielo los votos escuché:<br />

hoy esos votos vagos 'no son quimeras vanas,<br />

que todas ellas quieran y miran como hermanas<br />

5 a la que de esta fiesta las haras les brindô.<br />

Como una flor de Mayo la dicha fugaz pasa...<br />

Puesto que reina ahora franca alegria aqui,<br />

84


la copa de champaüa que cl labio fresco abraza<br />

tomemos, de la duefia y el dueüo de la casa,<br />

10 por las tranquilas haras de un parvenir Ieliz,<br />

SONETOS NEGROS<br />

TIENE INSTANTES de intensas amarguras<br />

la sed de idolatrar que al hombre agita.<br />

Del supremo Seiior la faz bendita<br />

ya no rie deI cielo en las alturas.<br />

5 j Qué poco logras, Fe, cuando aseguras<br />

término a su ansiedad, que es infinita,<br />

y otra vida después, do resucita<br />

y halla, en mundo mejor, horas mas puras!<br />

Sin columna de luz, que en el desierto<br />

10 guie su paso a punto conocido,<br />

continua el cruel peregrinaje,<br />

para encontrar en el futuro incierto<br />

Jas soledades hondas deI olvido<br />

tras las fatigas deI penoso viaje.<br />

II<br />

15 (El pensarnicnto humano - No sonnas<br />

si al llegar, las noeiones verdaderas<br />

a pelvo imperceptible de Quimera<br />

reducen tu ilusién, con man os frias.<br />

Deja las peligrosas fantasias<br />

20 y busca en perfumadas primaveras<br />

todo el supremo bienestar que esperas<br />

dei Cielo que prometes 0 que ansias.<br />

1<br />

85


· •. ? ..<br />

tPOR QUÉ de los câlidos besos<br />

de las duIces idolatradas<br />

en noches jamés olvidadas<br />

nos matan los locos excesos?<br />

5 (.Son sabios los mistlcos rezos<br />

y las humildes madrugadas<br />

en celdas tan s610 adornadas<br />

con une cruz y cuatro huesos?<br />

1No, soüadores de infinite!<br />

IODe la carne el suprerno grito<br />

hondas vibraciones encierra;<br />

dejadla gozar de la vida<br />

antes de caer, corrompida.<br />

en las negruras de la tierra,<br />

NOcrURNO<br />

OH DULeE ni ria pàlida, que Coma un mont6n de oro<br />

de tu inocencia candida conservas el tesoro;<br />

a quicn los mas audaces, en locos devaneos,<br />

jarnâs se han accrcado con camales deseos:<br />

5 tu, que adivinar dejas inocencias extrarias<br />

en tus ojos velados por sedosas pestaûas,<br />

y en cuyos dulces labies -abiertos solo al rezojamas<br />

se habrà posado ni la sombra de un beso ...<br />

Dîme qucdo, en secret!'), al oido, muy paso.<br />

IO con esa \'07. que tiene suavidadcs de rasa:<br />

si entrevieras dormida a BC)Ue! con quien tù sueüas.<br />

tras las horas de balle rânjdas v risueûas.<br />

v sinrieras ~'.I~labies ;mi~br~cen tu boca<br />

;, recorrcr tu cuerpo r en su lascivia loca<br />

) 5 besar todos sus pliegues de tibio aroma llenos<br />

y las rigidas puntas rosadas de tus senes:<br />

si en los Iocos, ardicntes y profundos abrazos<br />

agonizar soriaras cie placer en sus brazos.<br />

por aqucl de quicn cres todas las alcgrias,<br />

20 .oh dulce niûa pâlida', di, ~te resistirlas?<br />

86


POESIA VIVA<br />

Es DE noche, cariüosa<br />

làmpara vierte Su lumbre<br />

y baüa en vaga luz rosa<br />

la pared y la techumbre,<br />

5 En el corredor sombrio<br />

6yese el viento silbar,<br />

pero no lIega su frio<br />

hasta el rinc6n dei bogar,<br />

do ella, amorosa y sencilla,<br />

10 en una actitud risuefia,<br />

apoyada en la mejilla<br />

la mana, medita y sueûa.<br />

y con protundo cariüo<br />

contempla la cuna leve<br />

15 en donde descansa un nina<br />

tan blanco camo la nieve.<br />

Mientras el esposo amante<br />

lee con voz agitada,<br />

a la luz tibia y brillante<br />

20 de la làmpara rosada:<br />

"En estas dias risuefios<br />

de nuestros meses queridos,<br />

sc lIena el alma de ensueüos<br />

camo los basques de nidos,<br />

25 "Vernes tras de la neblina,<br />

como al través de un cncaje;<br />

cl contorno sc adivina<br />

del verde oscuro follaje.<br />

"La sombra crepuscular<br />

30 gue creee en el horizonte<br />

envuelve el prado y el mar<br />

y las llanuras y el monte.<br />

"Mas la noche no me aterra,<br />

si rompen su oscuro velo<br />

35 sus pupilas en la tierra<br />

y los astros en el cielo.<br />

87


"[Oh! mira cémo destaca<br />

la Juna el bosque sombrio,<br />

y, temblando, se retrata<br />

40 en los crlstales dei rio.<br />

"Su Iuz los espacios puebla<br />

de visiones fugitivas,<br />

y forja en la lâctea niebla<br />

ideales perspectivas ... "<br />

4 5 Pero de pronto el poeta<br />

hace en su lectura pausa,<br />

quière buscar con inquieta<br />

vista la emocién que causa,<br />

y nota que la mujer<br />

50 de ojos negros y pie breve<br />

se ha dormido sin querer<br />

junto a la cuna de nieve.<br />

RONDA<br />

POETA, di paso<br />

los furtives besos. . .<br />

La ronda ... Los recuerdos ... La luna no vertia<br />

alli ni un solo rayo, temblabas y eras mia<br />

5 el aire estaba tibio bajo el follaje espeso.<br />

Una errante luciérnaga alumbrô nucstro beso .<br />

El contacto amoroso de tus labios de seda .<br />

La selva oscura y mistica fue la alcoba sombria<br />

el musgo, en ese sitio tiene olor de reseda<br />

10 filtro luz por las ramas cual si llegara el dia<br />

la luna entre las pâhdas nieblas aparecia<br />

Poeta, di paso<br />

los intimes besos...<br />

(De las noches mas dulces te acuerdas, todavîa?<br />

15 En seûorial alcoba, do la tapiceria<br />

amortiguaba el ruldo, con sus hilos espesos,<br />

desnuda tu en mis brazos, fueron mios tus bcsos,<br />

tu cuerpo de veinte aüos sobre la roja scda,<br />

88


tus cabellos dorades y tu melancolia<br />

20 tus carieras de virgen y tu olor de reseda ...<br />

Apenas alumbraba la Iâmpara sombria<br />

las desteüidas sedas de la taplceria<br />

Poeta, di paso<br />

el ultimo beso...<br />

25 De la tràgica noche me acuerdo todavia<br />

el ataùd hcrâldlco en el salon yada<br />

fatigado mi cuerpo por vigilias y excesos<br />

oi, como a distancia, los mon6tonos rezos,<br />

tù, mustia, yerta y rigida entre la negra seda,<br />

30 la Hama de los cirios temblaba y se movia,<br />

perfumaba la atrnésfera un olor de reseda ...<br />

un crucifijo pâlldo, los brazos extendia,<br />

y estaba helada y càrdena tu boca que fue mia.<br />

Poeta, a las sombras<br />

3 5 temblando me vuelvo<br />

NECEDAD YANQUI<br />

EN NUEVA YORK. Ccnando con William W. Breakhart,<br />

comisionista yanqui de fortuna notoria,<br />

y que, segûn los câlculos de gente respetabJe,<br />

no bajn de 350.000 dôlares<br />

le oi decir las frases siguientes, que atribuyo<br />

a embriaguez producida por quinee 0 viente copas:<br />

"~Amjgos suyos? Ensaya, Esta usted en Europa,<br />

préstaJes por servicio your francs if you are in Paris<br />

your pounds if you are in London if in Spain your onzas<br />

weIl. . . il amigo suyo es muy agradecido;<br />

usted es very pleased Entonces il es desagradado<br />

1 don't paya usted nada y no cs su arnigo ahora<br />

o bien él paga todo. . . and that's very silly<br />

yo no es su buen amigo y dice usted le roba ... "<br />

Yo he atribuido siernpre aquel discurso estûpldo<br />

a embriaguez producida por quinee 0 veinte copas.<br />

89


POEMAS ATRIBUlDOS A SILVA<br />

RIEN DU TOUT<br />

CUANDO SE murié Margarita<br />

en brazos de Armando Duval,<br />

la contemplaste, pobrecita,<br />

con una amargura mortal,<br />

5 (Qué sentiste? ,Su horrible cuita<br />

o la lucha deI Bien y el Mal?<br />

No era nada: una fiesteclta<br />

en el Teatro Municipal.<br />

y Iloraste, y te conmoviste<br />

10 Y esta bas tan pâlida y triste<br />

como pocas se ven aqui;<br />

y yo exclamé: [qué cosas rarasl ...<br />

mejor fuera que tû lloraras<br />

no por Margarita. . . por ti.<br />

VIE}O ROSAL<br />

SOY UN viejo rosal hccho rüinas<br />

cuyos gajos sedientos ... ya sin rosas.<br />

de las grandes macetas olorosas<br />

padece las nostalgies asesinas.<br />

5 Solamente Jas pardas golondrinas<br />

pâranse en su silencio, silenciosas;<br />

pues ya nunca las bellas mariposas<br />

pondran elli sus alas peregnnas.<br />

Mas, cuando un rayo azul de primavera<br />

10 su desolado cuerpo al cabo toca,<br />

rayo divine que el rosal espera,<br />

surge una flor que al colibri provoca<br />

y esa flor que es retofio. cs mi alma entera<br />

que en un verso se escapa de mi boca.


,PARA QUE QUIERES VERSOS ... ?<br />


5 Y en la rama mas vieja y mas musgosa,<br />

bajo un dose} de sombras escondido,<br />

el hogar donde el pâjaro reposa,<br />

casto y ardiente al mismo tiempo, el nido.<br />

y unas alas amantes que aresoran<br />

10 ternura inmensa en el espacio breve,<br />

briznas de paja que los cielos doran<br />

y tibios hue vos de color de nieve.<br />

y cual nota en las cuerdas musicales,<br />

como en las aimas pensarnientos santos,<br />

15 cuando llegan las luces matinales,<br />

ibatir de alas y vibrar de cantos 1<br />

y luego de la noche entre 10 umbrio,<br />

rurnores vagos, y el fulgor distante<br />

de la luna, viajera dei vacio,<br />

20 y los murmullos de la brisa errante,<br />

que a los dormidos pàjaros risueüos<br />

va diciendo con voces cariûosas :<br />

[dencansad en el mundo de los sueüos<br />

y en la calma infinlta de las cosas!<br />

93


NOTAS y VARIANTES<br />

EL LlBRO DE VERSOS<br />

AL 0100 DEL LECTOR. Primera publicaciôn en ENTL, aoo I. toma I,<br />

NQ489-29, diciembre 6 de 1903, pog. 457. No se conserva Ms.<br />

2. 1903 vaga 3. 1903 10 que impiran S. 1903, 1965 El e$plritl~<br />

5010 Crcernos necesario el acento en el adverblo (no adjetivo) para cl scntido<br />

de la estrofa. 8. 1903 calla... 9. 1903 stâo, 10. 1903 en verdad<br />

estas Il. 1903 escritas<br />

INFANCIA. Primera publieaci6n en Rf, vol. I, N9 I, junlo 18 de 1898, pâgs,<br />

14-15. Este poema, al igual que "Primera comuni6n" e "ldilio" ("Vida aldcana")<br />

?oue Iueron publlcados en la misma entrega de la RI, y al igual que "Suspiro",<br />

'Las Arpas", "Perdida' y las slguientcs "Notas perdldas" ("Es media noche ... ",<br />

"La noche C11 que el dulce bcso... " }' "iRas vis la, cllando amanece ... ", publicados<br />

por primera vez en 10 revista V, NQ 106, noviembre 8 de 1928, formaba<br />

parte de un cuadernillo manuscrite titulado hllimidades, que el poeta declic6 a<br />

doila Paca Martin de Salgar. Aparenternente los poemas contenidos en él fueron<br />

esceitos entre 1880 y 1884. El manuscrito fue copiado nuevamente por su dueüa<br />

cuando estaba ya basrante deteriorado r en 1928 cra esta copia la ûnica que se<br />

conservaba. En la primera publicacién Ileva como fecha de compostclôn el 28 de<br />

junlo de 1883. El epigrafe es de Gregorio Gutiérrez (1826-1872), pocta colombiano,<br />

autor de la Memorla sobre el cultiva deI maÎz e" Antioqula.<br />

3. 1898 carllio5as 7. 1898 llliinatense«; 32. 1898 golondrillas<br />

38. 1898 levantados.<br />

CRISALIDAS. Publicado por primera vez en PC, "01. l, pâg. 158, durante la<br />

estadia de Silva en Europa, Segûn Alberto Miram6n, este poema fue escrlto a<br />

ralz de la muerte de Inés, hermana dei poeta.<br />

3. Ms., 1886 paso 5. Ms. 1886 flores 10. Ms. Ell que en ella expiraba<br />

• 21. 1908 al mirar vi 24. Ms., lB 86 alada, 25. Ms. Illmenso,<br />

1886 encuenlra, 27. Ms. encierra 1886 ~al defar 28. Ms.<br />

que Variantes estréficas: 1886: YV. 1-18, 19-28.<br />

LOS MADEROS DE SAN JUAN. Primera publicactén en RL, vol. Ill, noviembre<br />

de 1892, pligs. 462-463, que no hemos podido cotejar . En el Indice manuscrito<br />

dei Ms. de El libro de versos lleva este tltulo, pero cl texte dei poema el de<br />

"Aserrin". El estribillo es el de un juego infantil.<br />

12. Ms. esta", 26. 1908 Los mios, y que a tiempo las formas rejleiaron<br />

32. Ms. esttin 3. 1908 con grave voz 34. Ms. infanda 36. De aquelia<br />

41. Ms. estân, pues en algûn casa indican la falta de un verso.<br />

95


25. Ms. leve 26. Ms. "Entonces 29. Ms. Se 36. Ms, ratones. 37.<br />

Ms. Le humedas 39. Ms. y mag/ca 41. Ms. Con 69. Ms.bisabue·<br />

las, 61. Fantastlcos.<br />

AL PIE DE LA ESTATUA. Este pocma fue leido por Silva el dia 5 de julio<br />

de 1895 en ccremonia realizada en la Legacién de Venezuela en Ragota. A pcsar<br />

de ello, la primera publicacién llcva coma fecha el 28 de octubre de 1895. Apareciô<br />

en ECI, vol. III, NQ 166, novlembre 15 de 1898, pàgs. 780·781. El texte<br />

manuscrito no se conserva, pero cl poema Figurn con el mismo titulo en cl indice,<br />

la cual perrnite deducir que éstc data de 1895 a 1896. Indlcamos las difcrcncias<br />

de puntuacién con 1898.<br />

3. melancolia 17. sobercl1lO 54. misteriosas, 64. "jOhl mira el bron.<br />

ce, mira, 65. repose, 69. Inllerte. 79. sepultada 83. oellita 85.<br />

ha 97. iglloto, 9T. yace, germen 108. Y iMas 131. hue·<br />

lias, 138. ace1lto, 143. Roma, 155. no c!la'ldo la Victoria 156.<br />

enamorada 158. en SIlS ondas, 159. loca, 167. tlerra; 181. de la<br />

[iebre al 182. 1898 da camo dos versos difercntes grita: "Triunjar", (escrito<br />

Grita "Triunjar'") e Y 14 tristez.a exalta 1965 da el segundo en sangria, camo<br />

si fuera parte (separada) del primcro, 'Creemos acertada esta lectura, pues de<br />

otra manera grjta: "Trlunjar", queda con s610 5 sîlabas. Intcgrado con y la<br />

tristeza exalta forma un endccasllabo. En 1898 no hay separaciôn interestrôîica.<br />

192. ver, 193. ratees, 197. de su sueno 229. Tai, que al decirlo,<br />

224. Flota erl la lur. dei $01; estroia santa! 260. IOh recuerdos 275. TaI<br />

vez pudiera leerse vuestras gloriasl 267. grandet 275. IMas 285. amlo,<br />

10, 249. 1898 Te sobraPl 1Iflestros campos evidente errata. 303. torno,<br />

308. inmortaliza 309. poeta; 315. verde! 327. pedestal<br />

JUNTOS LOS DOS. La primera publicaci6n que hcmos doeumentado en la<br />

ENTL, afio Il, toma II, NQ 673-12, junio 26 de 1904, p'g. 187. En el indice<br />

deI Ms. apnrece con este rîtulo, pero no Ileva en el texto.<br />

6. Ms., 1904 Reimos mucho, tanto, evidente errata que corrigen todas 0<br />

casl todas las ediciones, 7. Ms., 1904 Que 9. Ms., 1904 Nacen kondos<br />

slupiros de la orgEa 10. 1904 entre las capas<br />

A VECES CUANDO EN ALTA NOCHE. Primera publleaciôn en ne, vol.<br />

XVII, NQ 5, mano de 1898, pAgs. 353·354. El grupo de poemas que aparcctô<br />

en esta cntrega dei Repertorio constituve prâcticamente la primera edicién de la<br />

obra de Silva. Este peema apareee en el Indice dei Ms. coma "A veces cuando<br />

en alta noche", pero en el texto lleva cl titulo de "Nocturne". En muchas edlclones<br />

se establece, Il partir de este poema, nueva seccién del libro titulada "Nocturnos".<br />

No asi en el indice manuscrito 0 en el manuscrfto mismo.<br />

8. Ms. lugares, 11. 1898 hledras, 14. umbr,a 19. Ms., 1898. Ms.<br />

mientras 20. 1898 tendéis, las alas,<br />

NOCTURNO. POETA, DI PASO. Primera publicaciôn en RC, piig. 358. En<br />

el indice del Ms. figura camo "Poeta, di paso", pero en el texto va precedido dei<br />

titulo "Nocturne", Existe una versién dtstmta, también manuscrita pol' su auror,<br />

con el titulo de "Ronda", fechada el 22 de diciembre de 1889, que transcrlbimos<br />

en Apéndice. La presente version parece sel posterior y, desde luego, mucha<br />

mas depurada,<br />

1. Ms., 1898 Poetal 5. Ms. espeso, 10. Ms. dia 1898 dIa,<br />

12. Ms.' Poeta, 1898 Poetal 14. Ms. Ahl 1898 IAh! todavia. 15.<br />

1898 Et! severo retrete, 16. Ms., 1898 cspesos 17. 1898, 1908 Rend/da<br />

tu a mis Sl'Plicas, fueron mios tus besos 19, Ms. melancolia 20. 1898,<br />

1908 Tus frescuras de nlna ,. tu olor de reseda... 23. Ms. Poeta,<br />

1898 Poetal 27. Ms. Mi 29. Ms. Tû mustia yerta r l'dlida 30. Ms. Y<br />

NOCTURNO. UNA NOCRE. Primera publicaciôn en la LpT, afio II, N9 7,<br />

agosto de 1894, pâgs. 50·5 I, donde neva como feeha de composiciôn el afio 1892.<br />

Aigunos Investigadores han tenido difïcultades para localiaar la primera publicacién<br />

96


del "Nocturne" porque la buscaban en un peri6dico que, con el titulo de La<br />

Lectura publicaba en Cartagena par la misma época Rafael Nûfiez. En el indice<br />

manuscrito figura coma "Una nochc" pero en el texte lteva el titulo de "Nocturne".<br />

Es posible que haya habido una primera redaccién, de donde sali6 la publicactôn<br />

de 1894, y otra postertor, la dei Ms., ambas de la mana de Silva (coma en el caso<br />

deI poema anterior ), y ésta seria la razén de tantas confusiones.<br />

2. Ms. Uraa noche / toda llenQ / de perjumes, / de murmullo / y de mUsE/cas<br />

de aIas, 1894, 1908 Una noche toda llena de ml4rmullos, de perfumes y de<br />

musicas de alas, 4. 1894, 1908 hûmeda las 6. 1894, 1908 A mi lado<br />

lentamente, contra mi cenida toda, muda y paljda, 7. 1894, 1908 initnitas<br />

8. 1894, 1908 Hasta el mas secreto fonda 9. 1894, 1908 Por la senda floreeida<br />

que atraviesa la llanura 10. 1894, Caminabas. 16. Ms., 1965 proyectada<br />

1894, 1908 pToyectadas, 18. 1894, 1908 juntaban, 19-20. A<br />

continuacién de una deberia seguir UDa coma (.), y aSI en 1894: Y era una,<br />

pero preferirnos corregir 10 menes posJble en este casa el Ms., que seguramente se<br />

guia par patroncs ritmlcos mâs que puntuacionales. 21. Ms. Y 1894 Y<br />

larga 22. Ms. Y 1894, 1908 Y larga , .. 25. Ms. Sôlo 1894,<br />

1908 Solo; 27. 1894, 1908 Separado de ti mi5ma par el tiempo, por la tumba<br />

y la distancia, 28. Ms El poeta habla -escrito originalmente Y l.'0r ese espado<br />

negro Taché la y y escriblô cncima el Infinlto 30. Ms. El poet a habia<br />

escrito Por la setlda que atraviesa la lIam(Ta Tachado: palabra ileglble sobre<br />

y entre sendo y que tacha do todo el verso; afiadido al margen Solo y m'lido<br />

1894, 1908 M14do r solo 31. 1894, 1908 Por la senda caminaba ... 23. Ms.<br />

lu"a 1894, 1908 pdlida, 35. Ms., 1965 ranas, 36. Ms. Tachado<br />

hacia al comienzo dei verso y escrlto arriba Senti A continuaci6n: [ri«, era<br />

1894 Senti frfo; era 1908 Se1,It [rio. Era 39. 1894 mortuorias sabanas,<br />

40. 1894, 1908 Era el frio dei sepulcro, eta el hielo de la mueTte 42. 1894<br />

sombra, 44-45. 1965 Ibn sola, Al igual que en 19-20 preferimos respetar<br />

el Ms. 46. Ms. Iba 1894 Iba solleltaria, 47. Ms. esbeta [Sic] y<br />

â~il 1908 Y tu sombra, 48. 1894, 1908 ldnguida 51. 1894, 1908<br />

Coml? en esa noche llena de murmr411os, de perfumes y de muslca$ de iflas,<br />

53. 1894, 1908 Se acercé y marché con ella. .. IOh las sombras enlazadasl<br />

[Oh las sombras de los cuerpos se juntan con las sombras<br />

de las aimas! ...<br />

IOh las sombras de los cuerpos se juntan con las sombras<br />

de I3grimas!. ..<br />

Varlontes estr6ficas: 1894, 1908: I, \'V. 1-22; Il, vv, 23-54.<br />

LA VOZ DE LAS COSAS. Seguimos, coma primera publication, el texto de<br />

J 908 e indicarnos las diferencias de puntuaci6n.<br />

1. Ms. estroias 2. Ms. sonrels 3. Ms. deshojos 6. 1908 abris;<br />

7. ]908 j81 9. Ms., 1908 verso 14. 1908 dais;<br />

OBRA HUMANA. Primera publicncién en LLN, pâg. 387.<br />

1. Ms., 1886 Ilfiosa 4. Ms. De la pdlido luna el primer rayo. 1886 De<br />

la naciente luna el primer raya, 8. Ms. crtlzaba vI. 1886 Pasaba e11 el<br />

estlacio<br />

ARS. Primera publicaci6n en Ll.N, pâgs. 373-374.<br />

1. Ms., 1886 santo. Poned en él ta'" solo 3. Ms. j1tllj~enes 1886 bllllan<br />

brlllalltc$ 4. Ms. Como oscuro! v886 Como burbujas de oro de vieio<br />

vina oscuro. S. Ms. luc}la, 6. 1886 [rio, 7. 1886 recuerdos amorosos<br />

8. 1886 empanado: en Rotas de roda... 1908 empapados en gotas<br />

de roclo. 9. 1886 PaTa que la existenCÎa deI hombre 10. Ms. ignllta<br />

1886 Coma de esencia ig"ota, 11 Ms., 1886 entenccida 12. 1886 bdlsamo,<br />

VE]ECES. l'rimera publicacién en RC, pags. 355-356.<br />

9. Ms. telaraîia» 10. Ms., 1898 S011 1898 laud, 13. Ms. borrosa;<br />

J 898 pUlïal, bOTrosa, B3. Ms., ] 898 llena, 38. Ms., t 898 rejas,<br />

45. Ms. mcjore~, 46. Ms., ]898 Par 58. Ms. cronicas 49. Ms. colores<br />

97


RESURRECCIONES. Primera publicaciôn en LLN, pégs, 385·386.<br />

4. 1886 sombras, 5. 1886 Sobre la 6. 1886 [armas, 8. 1886 do la<br />

vjda .• A continuacién de este verso, linea de puntos entre ésta y la siguiente<br />

estrofa. 9. Ms., 1886 Noce" 10. Ms. de los cuerpos evidente errata<br />

que destruye el endecasllabo. 1886 fosas... 12. 1886 rotas.<br />

MARIPOSAS. Primera publicaci6n en la edici6n de Barcelona, 1908.<br />

4. Ms. bdllante, 10. 1908 de aIas süaves; 13. 1908 Fijas para siempre,<br />

15. Ms., 1908 Las 16. Ms., 1908 valles 24. 1908 cristalcs.<br />

NUPCIAL. Primera publicacién en Re, pàgs. 351-352.<br />

4. Ms" 1898 mlstico 4. J 898 abandcna 6. Ms., 1898 Y 9. Ms.<br />

Dias, 16. Ms. fiesta 18. Ms. orqt4esta, 20. Ms. confines 27. 1898<br />

Vibra en la mûsica<br />

Hemos seguido la distribuciôn en dos estrofas del manuserito .<br />

. . . ? .• (ESTRELLA QUE ENTRE 1.0 SOMBRIO). Primera publicacién en<br />

Re, pâg. 353.<br />

1. Ms., 1898 sombrio 3. Ms., 1898 vado J 5. Ms., 1898 ocean os,<br />

16. Ms. s;" fin, 17-18. Ms. Estrellas, 19. Ms. Par qué 1898 vivas,<br />

SERENATA. Primera publicaciôn en BTdD, serie 2', NQ 32, maya 13 de 1888.<br />

Fechado alH en febrero de 1888 y dedicado a Isabel Argéez, No sc conserva<br />

el Ms. Indieamos las notables variantes ccn respecte a la versïén mas conocida<br />

(1965, por ejernplo).<br />

I, 9 y 17. desterta, fria. 2. luna. 3. 1965 ce losfa, 4. Y las<br />

trémulas notas, 5. Vibra", cuando los âeâo«, 6. canta 7. Race qUI!<br />

vibren las cucrdas frdgiks es un endecasilabo cn rigor, en media de un poemn<br />

dodceasilaba; Hace que. suellC'1 todas las cuerdas fragiles cs, en cambio,<br />

dodecasilabo. Por clio prefcrimos la lcctura de 1888. 10. E" un espacio clara<br />

brill6 la lutla, Il. La l'OZ delle una vaga mellmcolia 12. Y resuenan las<br />

notas 13. seretlata, COli su TIlldo 14 espera 16. pardas, ] 8. Una<br />

nube borrosa cubrio la lutla ... 20. las riotas, 21. cantor, COn 1(15man()s<br />

22. barra. . . 23. Y dan coma un suspiro 24 y 9. guitarra ..•<br />

TAI.LER MODERNO. Primera publicaclén cn el PPl, vol. V, NQ 110, febrcro<br />

15 de 1887, 1'8g. 226, donde aparcce Icchado en abril [sic] de 1887. Esta dedicado<br />

a Alberto Urdaneta.<br />

7. 1887 chino Il. ]887 lu%, II/()ldllra<br />

UN POEMA. Primera publicacién en Re, pags. 360·361.<br />

2. J 898 suprema J 965 de arte ncrvioso y tllleva 4. 1898 magico,<br />

6. Ms., 1898 busccÎlIdost!, 8 Ms. aves, J 898 oves; 9. Ms. Norte<br />

12. 1898 uf,i1cs, 13. 1898 gray, 16. Ms. coqueterfa J 7. 1898 agll'<br />

da, 21. J 898 servi!. 22. Ms., 1898 sutil, 23. Ms., 1898 cicrta<br />

24. Ms., 1898 muerta, 28. Ms., 1898 acompaîia, 29. Ms., 1898 lcianias<br />

30. Ms., 1898 melatJcolias 34. Ms., 1898 terciopelo 40. Ms. Nu<br />

entùmdo! 1898 INo enticndo!<br />

MlDNIGHT DREAMS. Primera publlcacién en Re. pag. 352. En el indice de]<br />

manuscrite figura como "Mcdiancche", pero en cl texto como aqui.<br />

2. Ms. aparecido 4. Ms. mias 6. Ms. rinconcs )). 1898 cscolldl.',<br />

13. )898 dormido 15. Ms. aliombru J 898 oljombra.<br />

PAISAJF. THOPICAI.. Primera publicaciôn en Re, )Hig. 361. El Ms. esta fcdll1do<br />

en abril lie 1895.<br />

2. M~. via je 6. Ms. tupida 8. Ms. sombrio Il. J 898 segllr(),<br />

J.AZARO. Seguimos, corne primera publicaciôn, en la etlidon de 1908.<br />

1. Ms. Ven, Lâzaro! griloTe J 908 Vetl, Lazarol -gr/Iole B. Ms. oscuro<br />

el silctJciQ Evidente errata. ) O. Ms., 1908 ce1>lctltcTÏo.<br />

98


LUZ DE LUNA. Primera publicacién en RC, pâgs, 358.360.<br />

4. Ms. ventana 6. Ms. plata. 7. Ms. rodilla«. 10. Ms., 1898 aImai<br />

11. Ms. asidas. 17. Ms. 1898 suprema, 22. 1898 bana... 45. Ms.,<br />

1898 Cerca 48. 1898 Cual sones 52. Ms., 1898 s6n 55. Ms. suspira<br />

58. Ms., 1898 pdlida 62. Ms. plata.<br />

MUERTOS. Primera publicacl6n en RC, pâg. 354.<br />

2. Ms. rajas, 16. Ms. deste/Hdas 27. Ms., 1898 lllclla,<br />

1898 y<br />

TRISTE. Primera publicaci6n en RC, p~gs. 3'i4-355.<br />

5. Ms. misterio 1898 ellvueltas e" el misterio<br />

le joua,<br />

PSJCOPATIA. Primera publicaci6n en RC, pags. 362-364.<br />

7. Ms. pia, pia 10. Ms., 1898 A7:141 el cielo! Azul. . . Il. 1898 dice:<br />

12. Ms., 1898 Reidl Cantad! Amadl La vida es fiesta! 13. Ms., 1898 Es<br />

calor 16. Ms., 1898 encantamlellto, 21. Ms., 1898 vesüdo 24.<br />

Ms. E. impertérrita 37. Ms., 1898 Y 42. Ms., 1898 enternecida<br />

43. Ms., 1898 -iAqtlél senOT, papd, de 45. Ms. duermo 53. Ms., 1898<br />

hombre. .. hi;a mîa! 54. Ms. Sufre este mal, ..• pensaI' .. , 62. Ms.,<br />

1898 Bue1l 67. Ms. media 1898 media. .. 66. Ms. La profilaxia en<br />

fi". . . 1898 La profllaxia e11 fin... Antes; ahora 1965 La profila"ia<br />

en fin... Antes, ahora Antes tiene aqui valor adversative corrective (que<br />

pucde sel refcrzado par bien; como si di/'era Antes ble1l, ahora ). 69. Ms.<br />

y 110 la Cllran 71. Ms., 1898 estirnu an 77. Ms. dos les dije: 78.<br />

Ms. trabaiar, 83 Ms., 1898 av/spa!, 85. Ms. coma 90. Ms., 1898 Y<br />

92. Ms. Esta)' tan bien, doctor ... -Pues 10 celebre! 94. Ms., 1898 pOCOS<br />

102 Ms. Con<br />

Variantes cstrôficas: 1908, 1965: vv, 1-103.<br />

DON JUAN DE COVADONGA. Primera publicaci6n en ECI, vol. VII. NQ 163,<br />

sentiembre 15 de 1898.<br />

3. Ms. Hemando S. Ms. Talavera, 10. Ms. todo, 28. Ms. -Nuestro<br />

padre PriOT?.. -preglmtO 29. Ms. En oraetOti hermano [en sançrfaJ<br />

-POl' la vidal 30. Ms. Lo llamarâ vuesa mereed? .. AhOTa, 31.<br />

Ms. luego 33. Ms. 10 embarg«, -mas le ruego, 37 Ms. hom, 38. Ms.<br />

elltra_rl mundo, hasta luegol 42. Ms. arrepentido, 49. Ms. tll? .• le dijo,<br />

52. MS. claustro ... c!lando 55. Ms. retiro ... {COIIIO, 56. Ms. lltlerrump16,<br />

el Prtor, la eosa es soria? 57. Ms. fin? La do Vllorte, 58. Ms. rublos,<br />

. . . 62. Ms. Qué pasa sor alla? Si traes u" airel 68. Ms. gira,<br />

n. 1898 ilota un Tumor de besos lm el COTO, 1965 [lota "'I olor 7. Ms.<br />

dUclos,. . . 77. Ms. eonve"to ... flobl'e 81. Ms. dime, a [en sangria]<br />

Yo, sor verte 82. Ms. Juan, pOT 84. Ms. Téllez, tU 85. Ms. POl'<br />

86. Ms. Y .<br />

Variantes estrôficas: 1965: vv. 1-27; 28-29; 30·39; 40,48; 49-85; 86-90.<br />

DIA DE DI FUNTOS. Seguimos, coma primera publicacién, la de ENTL, ana<br />

II, tomo II, NQ 611-13, abrJl 24 de 1904. No se conserva Ms. Corrcgimos en<br />

algunos cases la puntuacién de 1965 y dames las principales variantes de 1904<br />

con respecte a nuestro texto.<br />

4. Por el aire, tenebrosa, 13. Las campanas plalilderas .... Debajo, nuevo<br />

verso: Qlle œs habla" a los vivas 20. la campana 26. Esta 27. Esa<br />

de nilïa ql4e 1I0ra 3. Habla de fiestas, de alegrias, 34. De citas, do place-<br />

'es de cantes y de baiœs, 36. Es una campana del siglo 39. que gime<br />

42. y es qlle con su retint!n 49. No la oigais, campanas! 110 la oigais, loh bronces1<br />

56. Contra la imposible ~Qué puede 57-58. Alld arrïba Sllena, rîtmica<br />

)' serena, 76. Del llanto conmovedor, 78. De los gritos de dolor 83.<br />

Seis meses mas tarde ... 0 diez 98. Ella, que ha marcado 99. de dolor<br />

sella da 104. Habl6 dei 107. agobla 114. esgaire 134. con que<br />

swnan<br />

99<br />

16. anos.<br />

31. Ms.,<br />

21. Ms.


Variantes estréficas : 1904: vv. 1-14; 15-27; 28-44; 45-56; 57-83; 84·115;<br />

116-137.<br />

LAS VOCES SILENCIOSAS. Primera publicaciôn en EH, junio 21 de 1893.<br />

Figura en cl indice ms., pero no se conserva el Ms. dei texto,<br />

3. 1893 crespones 9. 1893 oscuro Il. IS93 tier-ra, 15. 1908, 1965<br />

La gélida negruTQj 16. IS93 arriba 17. 1893 Llmrllldme CJltonces, voccs<br />

silenciosas 18. 1893 Hacia arribat , ., hacia arriba!<br />

Variante estrôficas: J90S, 1965: VV. 1·6; 7·11; 12-J8.<br />

GOT AS AMARGAS<br />

AVANT·PROPOS. Seguimos, como primera publicaciôn, la de la edciôn de 1908.<br />

1. 1908 [acultativos 12. Mgrimas. rs 1905 levanta<br />

EL MAL DEL SIGLO. Primera publicaci6n documcntada por nosotros en ln<br />

ediciôn de 1908. Las correcciones se refiren a este texte.<br />

Il. régimeJl; 12. baiicse, 13. mucho,<br />

LA RESPUI\STA DE LA TIERRA. Primera publicacién segurnmente en 1908.<br />

Seguimos aqui el texto de 1965, con algunas leves correccioncs que indicamos.<br />

l. sibilino 8. muda t14, 21. (Por qllé? -Mi<br />

LENTES AJENOS. Seguimos, como prtmera ediclôn, la de 1915, ya que este<br />

poema no esta Inclutdo en 1908.<br />

8. Choachl .. ·· pcquefia localiclad carnpesina cercana 0 Bogoté. Il. 19) 8.<br />

De Dilmas, La Dama de las Camelias 1965 de Dumas hijo<br />

CAPSULA. No esta inclutda en 1908. Scguimos, como primera publicaciôn,<br />

1918.<br />

10. 1918, 1965 y al Mio)' medio 0 nids 16. J918 csplbl<br />

MADRIGAL. Primera publicaci6n utilizada: 1918. No estd en 1908.<br />

3. 1918 tersos 1965 tersou 8. 1965 reina:<br />

Variantes estrôficas : 1918: 1-4; 5-8: 9-10.<br />

ENFERMEDADES DE LA NI~EZ. No esta incluido en 1905 ni en 1918. Ln<br />

primera que 10 incluyc cs ID


onachôn. 45. 1918, 1965 pcriila en 47. Los siguicntes diez versos son los<br />

suprimidos en casi todas las cdiciones: 1918, 1946, 195 1, 1953, 1963 -las<br />

tres de Aguilar-«, 1965, etc.).<br />

Variantes estr6ficas: 1965: vv. 1-14; 5-46.<br />

ZOOSPERMOS. Primera publicacién en GB, 24 de mayo de 1912, cuyo texto<br />

rcproducimo~ con las estrofas de dos grupos de tres versos alejandrinos y un<br />

heptasilabo l..J4 - 1411- 14 - 7a 14 - 14a 14 - 7a), excepte la ûltima, a la<br />

que Ialta lin alejandrino, Las demas edlctones 10 dan en verso heptasilabos integramente,<br />

Indicamos algunus correcciones y las variantes mas importantes con<br />

respecte a 1965, cuyo texte aparece con el titulo "Zospcrmos".<br />

1. Van Kerrinhen, 3. de setecientns paginas 4. 1912 rÎnones; 10.<br />

1912 Londres; 14.1912 "Oh! 17. espermatozoides: 18.1912 siernpre,<br />

1965 IMiral 19. 1912 esiuerzos, 20. 1912 hombre 2S y 33.<br />

1965 Aquél 31. 1912 y General en leie 32. 1965 espermatozoide,<br />

14.1912 noble 35.1912 thallers 1965 thallers 39. 1912 libro 48.<br />

1912 ,hola; espermatozoidesl 1965 iRo/a espermatozoides! Aqui hola tiene<br />

seguramente el valor ya un tanto antlguo de interjeccl6n con que se llama<br />

a los inferiores.<br />

FILOSOFIAS. La primera edici6n en que se incluye este poema es 1918.<br />

l. 1965 abuso 2. 1918 besos 3. 1965 ama C011 toda tu alma; gaza,<br />

Il'1450, La sigulente paréfrasls en prosa aclara tal vez el pasaje : "goza el abusa<br />

de placeres camales, de caricias y besos",<br />

5. 1918 Y 51 de la evnrtosi« te librara 11. ataxÎlt Dcsordcn, perturbacién<br />

dei sistcma nervloso 31. 1918, 1965 abSllrdo ;compral 48. 1965 $IItil.<br />

54. 1965 /Miral 57. 1965 Deia el estl4dio y los placeras 58. 1965 dcia la<br />

cstéril luc1za vana Con la


VERSOS VARLOS<br />

PRIMERA COMUNION. Probable primera publicacién en ru, vol. I, NQ I,<br />

junio 18 de 1898, pâg. 14, donde spereœ COD la fecba 8 de diciembre de 1875<br />

(seguramente la de la primera comuni6n del poeta?). Este poema formaba parte<br />

del cuadernillo lntimidades (véase nota al poema "Infancia"),<br />

14. 1898, 1908 de osc"ra vaga tinta<br />

lDILIO. Probable primera publicacién en RI (ibid), pâg, 15. No ha sido recogido<br />

en otras ediciones de las poesias u obras completas, aunque si publicado algunas<br />

veœs con el dtulo de ''Vida aldeana". Formaba parte de lntlmidades. Corregi·<br />

mos la puntuaci6n de 1898.<br />

7. enamorada 8. fol14;e 12. leche 13. letlanÙl, 16. flores,<br />

18. germina- 21. suulare$<br />

SUSPIRO. Probable primera publicad6n en V, NQ 106, noviembre 8 de 1928,<br />

donde lleva la fecha de [unio 2 de 1881, Y estâ dedicado a A. de W. Formaba<br />

parte de lntimidades. Dilerencias de puntuacién con 1928.<br />

1. dia 7. pechos; 9. IAh No: tierra<br />

LAS ARPAS. Lo mismo que el anterior, en V, donde lIeva la fecha noviembre<br />

17 de 1881. Formaba parte de Intiml(ùules. Diferenclas de puntuaci6n con 1928.<br />

3. invisibles, 8. acento«,<br />

PERDIDA. Como los anteriores, en V, pags. 538-539, donde Ucva la fecha de<br />

abri! 7 de 1883; pertenece también a Intlmidades, Dlferencias de puntuacién.<br />

1. alma 13. luego 14. trio 19. y tk llena 21. hombres,<br />

39. haras 44. sombrfo 50. perdldo 58. libertlM,<br />

LA VENTANA. En RI, vol. l, NQ 2, jullo 9 de 1898, pâg. 30, dondc lleva<br />

fecha de agosto 1 de 1883. Perteneœ a Inumidade«,<br />

2. 1898, 1908 nueve. . . 1965 nueve ... , 3. 1898 ahora. 22. 1908<br />

110ra. 38. Son curiosas las coincidencias entre este poema y "Al pie de la estatua".<br />

Su anâlisls podria deduclr concluslones interesantes sobre la rerôrlca de ésre.<br />

Véanse, por ejemplo, los versos 31, 43·44, 46-55 59. 1898, 1908 olor,<br />

75. 1898, 1908, toâo pasarâ, -ni liez.<br />

Variantes estr6ficas: 1965: 1-8; 9-29; 30-75; 76-83.<br />

CREPUSCULO. Este poema fue publicado por primera vez en Lecturas Doml.<br />

niceles (Toma III, NQ 55, Mavo 25, 1924). En su libre sobre Silva, Alberto<br />

Miramén cita la primera estrofa, a la que introduœ la variante "nieblas" en Jugal<br />

de "tinteblas", Al parecer, esta composiel6n cstaba incluida en el cuadcmi1lo Inti·<br />

mldades, Aparece fechada el 9 de Julio de 1884.<br />

NOTAS PERDIDAS. En realidad estân constituidas por una serie de pocmas,<br />

de los cuales se conservan unos pocos, Que estaban incluidos en lntimidades. Los<br />

poemas IX y XVI fueron publicados por primera vez en RI, vol. l, NQ 3, agosto<br />

4 de 1898, pli". 46. Este ultimo poema se ha publicado también como "Oratorio"<br />

u "Oracién" (vgr. 1965). Los restantes poemas fueron publicados en U, NQ 106.<br />

Reproducimos la version de estas primeras publicaciones con indicaci6n de variantes<br />

y correcciones respecto a 1898 (IX y XVI) y a 1928 (los restantes).<br />

1. noche.s-« Ducrmc 2. silencio 3. luna, 8. dedo«, 13. ws-piro,<br />

18.besos. 28. contemplaban 31. ASl en el original. Falta, seguramente,<br />

un verso portador de la asonancia, ~2. queda 33. dime, le dije, te camas!<br />

35. murmura: Mira, 36. inmensa 44. alas 47. cabez:a 48. mirada<br />

49. y dijo paso -de nuevo 50. me preguntabas "te cansas"! BI.<br />

amanece 89. (ria 98. leianas 104. escarc1la 105. sonrisa 114.<br />

marfil. 115. y de espinas coronada 119. amorosa<br />

102


EN LA MUERTE DE UN AMIGO. En RI, vol. J, ~o 3, agosto 4 de 1898,<br />

pâgs. 45·46. Fechado el 20 de noviembre de 1882. No se ha inc1uido en ninguna<br />

edici6n de poesies U obras completas. Diferencias de puntuacién:<br />

JO. cela: 13. vana 34. va Ctlal nuestro a"aigo 67. la noche hoguera<br />

73. deseo! 79. mira 82. postrero- 83. el de 84. severo<br />

87. rayo, 88. ella; 94. mora 98. empieza.<br />

LAS GOLONDRINAS. Apareci6 pur vez primera en PPI, va]. II, NO :H. diciernbre<br />

16 de 1882, pâg, 108.<br />

2. 1882 hierros, 3. 1882 triste mente 12. 190B, 1965 Q c(mtarme<br />

algo 13. 1882, 1908 naci 32. 1908, 1965 tilas 37. IB82 ",Acasa<br />

Casa mi hermanaè Preferimos la lectura de 1908, 1965, sin cacofonia. 42.<br />

1882, 1908 lita,<br />

IMITACION. Este poema Iue publicado por primera vez en PPl, ana Ill, Nil<br />

50, agosto 20 de 1883, pag. 28. Lleva )a fecha de julio de 1883.<br />

13. 1883 iSueltas bmldadas, qlle al morlr el d{a 16 IB83 atmasfera,<br />

ENCONTRARAS POESJA. Primera publicaci6n en EL, trimestre t, Nil 2,<br />

abri! 29 de 1884, pég, 14.<br />

1. poesia 2. sonriendo 14. recuerMS;<br />

REALIDAD. Primera publicacién en PPI, vol. IV, ;ulio 24 dc 1885, pâg. 370.<br />

Epigrafe : 1885 (De "CanCÎones de Calles y Basques") 1965 (De Victor Hugo).<br />

2. 1885 GO'lesa- Las 1965 Gonesa, -las 6. lB 8 5 blasonada 11.<br />

puros, 16. 1885 del S1~akespeare<br />

A UN PESIMISTA. Publicado orginalmente en LS, abri! 20 de IB86, donde<br />

aparece fechado en Brienz, en 1885. No Esta incluido en 1908 ni en 1918; en<br />

1946: "A una pesimista", Indicamos correcciones hechas a 18B6.<br />

2. algo tlePlc pldcido la vida; 5. sombra, 9. oirecen 10. oscuret<br />

VOZ DE MARCHA. Primera publicaci6n en LLN, pâgs. 375·n8. No esta en<br />

1908. Correaimos la puntuacién de esta version.<br />

c. adolorilla 5. carga; 13. iAy/ Y cl amor y la ami5tl:d 44. Cri~tol<br />

49. sena SI. lleno 56. perlas! 76. ciclos!<br />

ESTRELLAS P[JAS. Primera publicaci6n en LLN, pags. 379·3BO.<br />

4. 1886 noche, 12. 1886 tus ojos,... 1918 en la sombra.<br />

EL RECLUTA. En LLN, pâgs. 3Bl·383. Diferencias con este tcxto:<br />

3. canalia 6. 1965 por una hala rémill[!.ton.; Famosa rnarca de fusiles<br />

militares. El verso, as). s610 cuenta sictc sllabas, 22. Silva intenta reproducir<br />

la pronunclaclén popular y campesina dei interior del pals, en la que frecuentemente<br />

-f- = -h- y -b- = -g- (obuelo = agilelo), pero muy raramente<br />

-g- = -b-. 36. 1886, 1965 bayetan 50. mandata 56. Ver<br />

nota al .erso 22; aqui, cl caso muv frecnente de -f- = -h-. 1886 gri·<br />

t~.-:-Juego! 59. 18B6 grltando -/AdI6s mama!<br />

;......<br />

LA CALAVERA. Primera publicacién en LLN, pâgs. 389-390, cuya puntuaciôn<br />

modernizamos en algûn caso,<br />

7. hay en 19. reposa, 22. mansl6n la<br />

A DIEGO FALLON. Primera publicacién en LLN, pâJ:s. 391-392. No estâ incluido<br />

en 1908. En 1965, accnto errénco dei apcllido del poeta colornbiano Diego<br />

Fallon (1B34·1905).<br />

9. IB86 slle,ie1~ lB. 1886 amante<br />

EL ALMA DE LA ROSA. Alberto Miramén afirma copiar el texte de este noema<br />

de "la cartera de apuntes Que Silva regal6 a una arniga de infancia, en la que<br />

se conserva casi toda la obra poética de su primera juventud"; alli lleva la fecha<br />

103


de abril de 1887. La transcripciôn de Miramén es de poco fiar par sus multiples<br />

erratas. Aqui seguimos el texto de 1965 afiadiéndole las comillas indicadoras de<br />

parlamento y alguna Icve correcciôn que indicamos a continuaciôn:<br />

21. hermanas,<br />

A Tl. También transcribe Miramôn este poema lndicando la misma proccdcncia<br />

que en "F.I alma de la rosa". Alli Ileva, como fecha de composition mayo 7 de<br />

1887. El texte es el mismo de 1965, que transcribimos.<br />

SINFONIA COLOR DE FRESA CON LECHE. Publicado por primera vez en<br />

EH, abri! IOde J 894, donde Ileva camo fecha de composicién el 6 de marzo<br />

de 1894 y esta firmado por Benjamin Bibelot Garda. Silva 10 reconocc coma<br />

suyo en carta dei 21 de agosto de 1894 a su madre y hermans, que va homos<br />

citado en el "Estudio Preliminar" de esta edici6n. El poema no sc sucle induir<br />

en las obras 0 poesias completas. Corrcgimos la puntuaciôn dei texte de 1894.<br />

3. miel 16. Dllrco ehurnea, 17. dosel 18. do las glauca 20.<br />

broquel 22. Psiquis 23. cisnes hadas 26. mQ1'IlOS 36. sombras,<br />

37. nubes 6palo y tetras. Desconoccmos el significado de esta ûltima palabra.<br />

46. mi,rinos 47. descendellcia,<br />

LA ULTIMA DF.SPEDIDA. Publlcado por primera vez en RI, vol. I, julio 9 de<br />

1898, pâg. 30. Es la primera vez que se incluye entre las obras completas de silva.<br />

Compuesto el 5 de 0,,05to de 1885.<br />

SUS DOS MESAS. Primera publicaci6n documentada por nosotros, en Jo edicién<br />

de 1908. El poema lleva el mismo tltulo en el manuscrite.<br />

2. huri; 3. flores, 4. diamante, la sa1lgre 14. medicinal;<br />

PASEO. Publicado por primera vez en GB y reproductldo por Daniel Arias Argàez<br />

en RM, afio LXVI, 6Q 320-324, [unio 30 de 1946, pâgs, 245-246, con ligeras<br />

variantes. Es la primera vez que sc incluye entre las obras completas.<br />

32. 1912 notas<br />

iSE~OR! jMIRAD tAS ALMAS QUE EN BUSCA DE LO ETER:"IO. F.ste<br />

poerna fue dada a conocer par Daniel Arias Argéez y publicado por primera vez,<br />

como "Pasco", "Convenio". "Cuando hagas una estrofa ... " y "De los rasades lobins<br />

de hermosas bogotanas ... ", en RM, pdg. 252. Es la primera vez que todos elles<br />

se incluyen entre las obras completas.<br />

2. 1946 las aImas que en bllsca<br />

CON VENlO. Véase nota al poema anterior. Scgûn Arias Argaez este pocrna, la<br />

mismo que "Paseo", pertenece a la primera época de Silva.<br />

1. 1946 ~Vas a cantar tristezas? dijo la MIHa, 8. El sentido de estos versos<br />

puede aclararse, a nuestro juicio, si se supnne cn 5 el adverbio s610 (solo si quie·<br />

res ... ) 24. 1946 rimas!<br />

CUANDO HAGAS UNA ESTROFA, HAZLA TAN RARA. Véase la nota a<br />

"jSe~ior! jMirad las almas ... ", Segun Arias Argâez, pertenece a la misma época<br />

de "Ars".<br />

DE LOS ROSADOS LABIOS DE HERMOSAS BOGOTANAS. Véase también<br />

la nota a "ISenor' Mirad las aimas ..• '', Segûn Arias Argâez, ésta fue la ûnica<br />

improvisacién que Silva hizo en su vida.<br />

SONETOS NEGROS. Al parecer, la primera publicaci6n es la de la edici6n de<br />

1951. Camo se ve, al segundo sonero le faltan dos tercetos. Las ediciones de<br />

1951, 1953 Y 1965, entre otras, los colocan al final de Versos varias, dando la<br />

impresiôn (que no sabemos si sera justificada) de que son los ûltimos poernas que<br />

escribiô Silva.<br />

6. 1951 infinifa 21. 1951 bienestar,<br />

104


· •• ? •. ((Por qué de los calidos besCJs... ). Probable primera publicaciôn<br />

en la edicién de 1908.<br />

1. 1908 besos,<br />

NOCTURNO (jOh dulce mna palida!). Probable primera publicacién en la<br />

edicién de 1908, donde aparece entre los "Nocturnes" como "Nocturno" IV. Se<br />

ha considerado rambién coma una "gota amarga", pero a falta de mayor confirmaciôn,<br />

preferimos dejarlo entre los Versos varios.<br />

3. 1908 devaneos 20. Este verso ha sido materia de polérnica. 1946, 1951,<br />

1965 joh dulee nina palida!, di, ~te despCTtarias? Reproducimos la lectura<br />

de 1908.<br />

POESJA VIVA. Probable primera puhlicaciôn, 1951.<br />

12. 1951, 1965 hl mano medita 53. En la Revîsla de América, Paris, vol.<br />

I, encre de 1914, pâg. 14, sc dieron a conocer tres estrofas que, se dice, Ialtan a<br />

este poerna al final:<br />

A sus sentidos calmados<br />

hablan con voces mciertas<br />

aqucllos oios cerrados,<br />

aquellas alrnas abiertas,<br />

Siente el poder misterioso<br />

que en la escena muda nacc,<br />

en el labio tembloroso<br />

muere, sin salir, la frase.<br />

y prestamlo oido ni tema<br />

de una interior armonts,<br />

deja caer el poema<br />

sobre la alfombra sombria.<br />

RONDA. Esta version de "Poeta, di paso" fue dada a conocer por la rcvista V,<br />

N9 106, noviembre 8 de 1928, aunque la ediclôn faesimilar no aparecié haste<br />

la publlcaei6n de la Librcria Horizonte. 1965 incluye el facsimll. Transcrjbimos el<br />

Ms. sin modificar la puntuacién, y damos en nota 1


l'üE/IIAS ATRIDVlDOS A SlLVA<br />

RIEN DU TOUT. Publicado por primera vez en ECI, toma XVIII, 1909, pâg.<br />

534, donde se seûala que el poema pertenece a Cotas amargm. No parece haber<br />

cvldencia contundentc para rechazarlo 0 aceptarlo como auténtico.<br />

VIEJO ROSAL. Publicado por primera vez en P, afio I, vol. II, NQ 35, mayo<br />

28 de 1925, donde fue cncontrado par Donald McGrady. No hay mayor evidencia<br />

documcntal para confirmar 0 negar su autcnticidad.<br />

PARA QUE QUiERES VERSOS. Segùn Roberto Liévano, quien incluyé estos<br />

versos en su articule sobre Silva en la RCh, julio de ) 922, pag. 296, este poema<br />

pertcncce al cuaderniJlo Intimidades.<br />

4. 1922 meior en 7. 1922 versos jVayan<br />

ARMONIAS. Este poema aparece publicado en la antologia que realizO Eduardo<br />

Santos Molano para el Instituto Colombiano de Cultura, d'onde lleva la fecha de<br />

Noviembre 27 de 1882 y la siguiente nota dei antélogo: "Reproducido del autôgrafo<br />

original par la Rcvista Pan, que dirigia Enrique Urlbe White, edici6n de<br />

ngosto de 1938".<br />

NIDOS. Este poema fue recogido por Donal McGrady, el cual afirma : "Tante<br />

par el contenido, como por la forma, "Nidos" parece ser de la pluma de Silva".<br />

106


PROSA


DE SOBREMESA<br />

RECOGIDA por la pantalla de gasa y encajes, la claridad tibia de la<br />

làmpara cala en circule sobre el terciopelo carmes! de la carpeta, y al<br />

iluminar de Ileno tres tazas de China, doradas en el fondo por un reste<br />

de café espeso, y un frasco de cristal tallado, lleno de licor transparente<br />

entre el cual brilIaban particulas de oro, dejaba ahogado en una penumbra<br />

de sombr.ia purpura, producida por el tono de la alfombra, los tapices<br />

y las colgaduras, el resto de la estancia silenciosa.<br />

En el fondo de ella, atenuada por dimînutas pantallas de rojiza gasa,<br />

luchaba con la semioscuridad eireunvecina la luz de las bujias del piano,<br />

en euyo teclado abierto oponia su blancura brillante el marfil al negro<br />

mate dei ébano.<br />

Sobre 10 rojo de la pared, cubierta con opaeo tapiz de lana, briIlaban<br />

las cinceladuras de los puûos y cl accro terse de las hojas de dos espadas<br />

cruzadas en panoplia sobre una rodela, y destacàndose de} fondo oscuro<br />

dei lienzo, limitado por el oro de un marco Florentino, sonreia con<br />

expresiôn bonachona la cabeza de un burgornaestre flamenco, copiada<br />

de Rembrandt.<br />

El humo de dos cigarrillos, cuyas puntas de fuego ardian en la<br />

penumbra, ondeaba en sutiles cspirales azulosas en el circule de luz<br />

de la làmpera y el olor enervante y dulce del tabaco opiado de Oriente,<br />

se fundia con el del cuero de Rusia en que estaba forrado el mobiliario.<br />

Una mana de hombre se avanzé sobre el terciopelo de la carpeta, froté<br />

una cerilla y encendiô las seis bujias puestas en pesado candelabre de<br />

bronco cercano a la làmpara. Con cl aumento de luz fue visible el<br />

grupo que guardaba silencio : el fino perfil arabe de José Fernândez,<br />

realzado por la palidez mate de la tez y la negrura rizosa de los cabellos<br />

y de la barba; la contcxtura hcrcûlea y la fisonomla plâcida de Juan<br />

Ravira, tan atrayente por cl contraste que cn ella forman los ojazos<br />

de expresién infantil y las canas del espeso bigote sobre 10 moreno del<br />

109


cutis atezado por el sol; la cara enjuta y grave de Oscar Sâenz, que<br />

con la cabeza hundida en los cojines dei divan turco y el cuerpo tendido<br />

sobre él, se retorcia la puntiaguda barbilla rubia y parecia perdido<br />

en una medltacién interminable.<br />

-jBonita sobremesa! Hace media hora que estamos callados como<br />

tres muertos. Esta medialuz que te gusta a ti, Fernândez, ayuda al<br />

silencio y es un narcético -prorrumpi6 Juan Revira, escogiendo un<br />

cigarro en la caja de habanos abierta sobre la mesa, al pie del frasco<br />

de aguardiente de Dantzing. .. - Bonita sobremesa para una comilona<br />

rociada con ese borgofia. jSi ya me sentia con principios de congesti6n!<br />

- y comenzé a pasearse a grandes pasos por el cuarto, con la mano<br />

derecha metida en el bolsillo del chaleco, y arrancéndole al puro las<br />

primeras bocanadas de humo.<br />

-


vivo y comprenderâs mi silencio cuando estoy aqui. Por eso me callo,<br />

y por otras cosas también ...<br />

-~Cuà.les son esas cosas? -inquiri6 Fernândez,<br />

-Son tus aventuras amorosas, que todos te envidiamos en secrete<br />

-insinuo Rovira con aire paternal- y que por el lado antihigiénico<br />

preocupan a este don Pedro Recio Tirteafuera.<br />

-No, 10 demàs es que he comprendido la inutilidad de suplicarte<br />

para que vuelvas al trabajo literano y te consagres a una obra digna<br />

de tus fuerzas y que cada vez que estoy aqui; prefiero no hablar para<br />

no repetirtc que es un crimen disponer de los elementos de que dispones,<br />

y dejar que pasen los dias, las sernanas, los anos cnteros sin escribir<br />

una linea!


le habias arrebatado la noche anterior en el balle de Santamaria al<br />

mas aristocrâtico de tus flirts; tu libro de cheques contra el Banco Angloamericano,<br />

y prcsidia esa junta heter6clita el idole quichua que sacaste<br />

deI fondo de un adoratorio en tu ùltima excursion y una estatucta<br />

griega de màrmol blanco.<br />

Tu, sentado enfrente dei escritorio, azotado ya por la ducha fria y<br />

excitado por tres tazas de té, comcnzabas el dia. Ya hablas escrito una<br />

estrofa musical y pervers a destinada probablemente a una de tus victimas;<br />

segûn me dijiste, ya hablas girado tres cheques para atender los<br />

pages de la semana, Ilamado al teléfono para darle érdenes al arquitecto<br />

de Villa Helena, comenzando en el laboratorio un ensayo dei minerai<br />

de Rio Moro; ya hablas leido diez paginas de una monografia sobre<br />

la raza azteca, y mientras ensillaban al mas fogoso de los caballos, te<br />

entretenias en estudiar el piano de una batalla. [Dios mio, si hay un<br />

hombre capaz de coordinar todo eso, ese hombre, aplicado a una sola<br />

cosa, sera una enormidadl Pero no, cso esta fuera de 10 humano ...<br />

Te dispersarâs mûtilmente. No sélo te dispcrsarâs, sino que esos diez<br />

caminos que quières seguir al tiempo, sc te juntarân, si los sigues, en<br />

uno solo. .<br />

-,Qué lleva al Asilo de Locos? -preguntô Pernândez, sonriéndose<br />

con una sonrisa de desdén... iNo 10 Creas. .. Yo crei eso en un<br />

tiempo. Hoy no 10 creo.<br />

-Bien, suponte que no sea asi -continu6 Sâenz imperturbable-.<br />

Da par sentado que tu organizaciôn de hierro resista las pruebas a que<br />

la sometes, y dime, ~tu SI crees de buena fe que aunque vivas cien<br />

aüos alcanzarâs a satisfacer los millones de curlosidades que levantas<br />

dentro de ti a cada instante, para lanzarlas por cl munda como una<br />

jauria de perros hambrientos a caza de impresiones nuevas?.. ë.Y<br />

para seguir en esas locuras echas a un lado la mejor de ti misrno, lu<br />

vocacién intima, tu alma de poeta? .. ,Cuantos versos has escriLo en<br />

este Mio?<br />

- Versos. .. ni uno solo ... ; pensé escribir un poema que tal vez<br />

habria sido superior a los otros; no la cornencé, probablemente no 10<br />

cornenzaré nunca. .. no volveré a escribir un solo verso. .. Yo no soy<br />

poet a .••<br />

Una exclamacién de los dos amigos le impidié continuar la frase,<br />

-No, no soy poeta -dijo con aire de conviccién profunda ... -<br />

Eso es HdkuJo, [Poeta yo! Llamarrne a mi con el mismo nombre con<br />

que los hombres han llamado a Esquilo, a Homero, al Dante, a Shakespeare,<br />

a Shelley. .. [Qué profanaci6n y qué error! Lo que me hlzo<br />

escribir mis versos fue que la Iectura de los grandes poetas me produjo<br />

ernociones tan profundas camo son todas las m'as; que csas emociones<br />

subsistieron par largo tlempo en mi espiritu y se impregnaron de mi<br />

sensibiltdad y se convirtieron en estrofas. Uno no hace versos, los versos<br />

112


se haccn dentro de uno y salen. El que menes ilusiones puede formarse<br />

respecte del valor artistico de mi obra soy yo mismo que conozco el secrete<br />

de su origcn . .. ,Quieres saberlo? Vivi unos meses Con la imaginacién<br />

en la Grccla de Pericles, senti la belleza noble y sana del arte<br />

heleno COntodo el entusiasmo de los veinte alios y bajo esas imp.resiones<br />

escnbl los "Poemas Paganos", de un lluvioso otoüo pasado en el campo<br />

lcyeudo a Leopardi y a Antero de Quental, salio Ia serie de sonetos que<br />

Ilamé después "Las Aimas Muertas"; en Ios "Vias Diàfanos' cualquier<br />

Icctor Imeugente adivina la intiucncia de los mlSUCOS espanoles dei sig10<br />

XVI, Y mi obra maestra, los tales "I'oernas de la Carne", que forman<br />

parte de los "Cantes de! mas allâ", que me han valido la adrmracién de<br />

los crincos de tees al cuarto, y cuarro 0 seis imitadores grotescos, ,qué<br />

otra cosa son sino una tentauva mediocre para decir en nuestro idioma<br />

las sensaciones enfermizas y los senumientos comphcados que en rormas<br />

perfectas expresaron en los suyos Baudelaire y Hosseu, Verlaine y Swmburner<br />

. .. No, Dios mio, yo no say poeta... Sonaba antes y sueuo<br />

todavia a veces en adueûarrne de la tonna, en Iorjar estrotas que sugieran<br />

mil cosas oscuras que siento bullir dentro de mi mismo y que<br />

quizàs valdria la pene de decidas, pero no puedo consagrarne a eso •..<br />

-M oirte comprendo por qué dite Màximo Pérez que cl critico en<br />

ti mata al poera ... , que tus facultadcs analiticas son superlores a tus<br />

fuerzas creadoras -dijo Sâenz,<br />

-.L'uede sel'; say quien menos puede decirlo -continu6 Fernàndez<br />

... - Poeta, puede ser, ese tiquete tue el que me toc6 en la clasi­<br />

Ilcacién. Para el pûblico hay que ser algo. El vulgo les pone nombres<br />

a las cosas para poderlas decir y pega tiquetés a los Individuos para<br />

podedos dasificar. Después el hombre cambia de alma pero le queda<br />

el r6tulo. Pubhqué un tomo dt: males versos a los veinte allos y se<br />

vendi6 mucho; otro de versos regulares a los veintiocho y no se vendiô<br />

nada. Me llamaron Poeta desde el primero, después del segundo no he<br />

vuelto a escribir ni una linea y he hecho nueve oficios diferentes, y<br />

a pesar de eso llevo todavia el tiquete pegado, coma un envase que al<br />

estrenarlo en la farmacia contuvo mirra, y que mâs tarde, lleno por dentro<br />

de cantâridas, de llnaza 0 de opio ostenta par fuera el nombre de<br />

la balsarnica goma. [Poetal ,Pero no, oye, no son mis Facultades anallticas,<br />

que Pérez exagera, la raz6n intima de la esterilidad que me eehas en cara:<br />

tu sabes muy bien cual cs: es que camo me fascina y me atrae la poesia,<br />

asi me atrae y me fascina todo, irresistiblernente: todas las artes, todas<br />

las ciencias, la polittca, la especulacién, el lujo, los placeres, el misticismo,<br />

el amor, la guerra, todas las formas de la actividad hurnana, todas<br />

las formas de la vida, la misma vida material, las mismas sensaciones<br />

que par una exigencia de mis sentidos, necesito de dia en dia mas<br />

intensas y mas delicadas. .. ,Qué quieres, con todas esas ambiciones<br />

113


puede lino ponerse a cincelar sonetos? En esas condiciones no manda<br />

uno en sus nervi os ...<br />

- y mucha menas cuando usa coma tu un disfraz de perfecta correcciôn<br />

mundana, se alsla camo vives aislado entre los tesoros de arte y las<br />

comodidades fastuosas de una casa coma ésta y s610 trata con una docena<br />

de chiflados coma somos tus amigos, excepcién hecha de Ravira,<br />

los mas a propésito para aislarte de la vida real ...<br />

-,La vida real? .. Pero (.qué es la vida real, dime, la vida burguesa<br />

sin emociones y sin curiosidades? .. Cierto que 5610 existen para<br />

mi diez amigos intimas que me entienden y a quienes enticndo y algunos<br />

muertos en cuya intimtdad vivo. .. Las demàs son amistades epidérmicas,<br />

par decirlo asi; en cuanto a mi vida de hoy, tu sabes bien que, aunque<br />

distinta en la forma de la que he llevado en otras épocas, su arganizacién<br />

obedece en el fonda a la que ha constituido siempre mi aspiraci6n<br />

mas secreta, mi pasi6n mas honda: el deseo de sentir la vida, de<br />

saber la vida, de poseerla, no coma se posee a una mujer de quien nos<br />

hacen dueüos unos instantes de desfallecimiento suyo y de audacia<br />

nuestra, sino coma a una mujer adorada, que convencida de nuestro<br />

amor se nos confia y nos entrega sus màs delictosos secretas. ,Tu crees<br />

que yo me acostumbro a vivir? . . No, cada dia tlene para mi un sabor<br />

mâs extraüo y me sorprende mas el milagro eterno que es el Universo.<br />

La vida.


cncerrado en iglesias y museos 0 soüando por horas enteras en amorosas<br />

contcmplaclén ante las obras de mis artistas predilectos como el Sodoma<br />

y el Vinci, todo eso son cinco caminos emprendidos con loco entusiasmo,<br />

recorridos con frenesi, y abandonados por temor de que me sorprendiera<br />

la muerte en alguno de ellos antes de transitar por otros, por<br />

estas otros nuevos que trato de recorrer ahora y por los cuales dices<br />

tu que voy gastando inûtllmente mis fuerzas ... jAh, vivir la vidal emborracharse<br />

de ella, mezclar todas sus palpitaciones COn las palpitaciones<br />

de nuestro corazôn antes de que él se convierta en ceniza helada; sentirla<br />

en todas sus formas, en la griterla dei meeth,g donde el alma confusa<br />

del populacho sc agita y se desborda; en el perfume acre de la flor<br />

extrafia que se abre, fantâsticamente abigarrada, entre la atmésfera tibia<br />

de! invernâculo; en el sonido gutural de las palabras que, hechas candon,<br />

acompaâan hace siglos la mùsica de las guzlas arabes; en la convulsion<br />

divina que enfria las bocas de las mujeres al agonizar de voluptuosidad;<br />

en la fiebre que emana del suelo de la selva donde se ocultan<br />

los ùltimos restes de la tribu salvaje . .. Dîme, Sâenz, {son todas esas<br />

experiencias opuestas y las visiones encontradas dei Universo que roe<br />

procuran, todo eso es 10 que quières que deje para ponerme a escribir<br />

redondillas y a cincelar sonetos?<br />

-No -contest6 el otto sin desconcertarse-. Yo no te he dicho<br />

nunca que no pienses, sino que no abuses. Alegas tu que 10 que yo<br />

llamo abuse es para ti la estrictamente necesario y te ries de mis sermones.<br />

Es claro que si el fin de todos tus esfuerzos me pareciera a tu altura,<br />

te aplaudtria, pero tu 10 que quières es gozar yeso es Jo que persigues<br />

en tus estudios, en tus empresas, en tus amorcs, en tus odlos. No son<br />

tus complicaciones intelectuales las que no te dejan escribir, ni tampoco<br />

son tus grandes facultades critlcas que requerinan que produjeras obras<br />

maestras para quedar satisfechas, no, no es eso, son las exigencias de<br />

tus senti dos exacerbados y la urgencia de satisfacerlas que te domina'.<br />

Mira, si en mis manas estuviera, te quitaria cosa a casa todo la que te impide<br />

escribir y hacer glorioso tu nombre. ,Quieres saber qué es 10 que no<br />

te deja escribie? Ellujo enervante, el confort refinado de esta casa con sus<br />

enormes jardines Ilenos de flores y poblados de estatuas, su parque centenario,<br />

su mvernâculo donde crecen, como en la atm6sfera envenenada<br />

de los bosques natives, las mas singulares especies de la flora tropical<br />

,Sabes qué es? No son tanto las tapicerias que se destiüen en el vestibulo,<br />

ni los salones suntuosos, ni los bronees, los mârmoles y los cuadros<br />

de la galeria, ni el gabinete dei extremo oriente con sus sederlas chillonas<br />

y sus chirimbolos extravagantes, ni las coleciones de armas y de<br />

porcelanas, ni muche menes tu biblioteca, ni las aguafuertes y dibujos<br />

que te encierras a ver por semanas enteras. No, es 10 otro. La que estirnula<br />

el cuerpo, las armas, los ejercicios violentos, tus cacerlas salvajes<br />

con los Merizalde y los Monteverde; tus negocies complicados; el sal6n<br />

115


de hidrotcrapia, la alcoba y el tocador dignes de una cortesana. Son los<br />

vicios nuevos que dices que estas inventando; esas joyas en cuya contemplaciôn<br />

te pasas Jas horas fascinado por su brillo, como se fascinaria<br />

una histérica; cl té dcspachado directamentc de Canton; el café escogido<br />

grano por grane que te manda Rovira; cl tabaco de Oriente y los cigarros<br />

de Vuelta Abajo; el kummel ruso y el krishabaar; sueco; todos los deta­<br />

Iles de la vida elegante que llevas, y todas esas gollerias que han reemplazado<br />

en ti al poeta por un gozador que a fuerza de gozar corre al agotamiento<br />

... [Hombre, cuando estando sano como una manzana y fucrte<br />

como un carretero has dado en tomar ténicos de los que se les dan a<br />

los paraliticos yeso s610 para sentirtc mas lleno de vida de 10 que estas!<br />

Mira, si en mis manos estuviera te quitaria todos los refinamientos y las<br />

suntuosidades de que te rodeas, te debilitaria un poco para tranquilizarte,<br />

te pondria a vivir en un pueblccillo, en un ambiente pobre y tranquilo<br />

don de conversaras con gente dei campo y no vicras mas cuadros que<br />

las imâgenes de la iglesia, ni consiguieras mas libros que el Ano Cristiano,<br />

prestado por cl cura. Si' en mis manos estuviera te salvaria de ti<br />

mismo. A los seis meses de vivir en ese ambiente serias otro hombre y<br />

te pondrias a cscribir algûn poema de los que debes escribir, de los que<br />

es tu deber escribir.<br />

-


allo de Villa Helena, me pareciô air dentro de mi mismo estrofas<br />

que estaban hechas y que aJeteaban buscando salida. Los versos se hacen<br />

dentro de uno, une no los hace, los escribe apenas ... (_tu no sabes eso,<br />

Rovira?<br />

-No, iqué sé yo de esas cosas! -contest6 el interpclado-. Los<br />

tuyos me gus tan )' son buenos de seguro, porque un hombre de gusto<br />

que tiene caballos coma la pareja de moros de tu victoria y el arabe en<br />

que montas, y una casa coma esta y tanto cuadro y tantas estatuas y<br />

cigarros de esta calidad -dijo mostrando la larga ceniza deI puro cast<br />

negro que se estaba fumando=--, [pues es clarisirno que no puede hacer<br />

males versos!<br />

-,Par qué no escribes un poema, José? -insisti6 Sâenz.<br />

~ Porque no 10 entenderian, tal vez, camo no entcndieron los "Cantos<br />

del mas alla" -dijo el poeta con dejadez-. èYa no recuerdas el<br />

articulo de Andrés Ramirez en que me Ilamé asqueroso porn6grafo y<br />

dijo que mis versos eran una rnezcla de agua bendita y de cantéridas?<br />

Pues esa suerte correria cl poema que escribiera. Es que yo no quiero<br />

decu sino sugerir y para que que la gestion se produzca es precisa que<br />

el lector sea un artista. En imaginaciones desprovistas de faculrades de<br />

ese orden (


cadente? no ... , (simbolista? No ... ,prerrafaelita? Eso cs, prerrafaelita,<br />

que tienes en la galeria y que no logro entender por mas que 10 miro<br />

cada vez que paso por ahi , .. ,Sabes de qué te hablo? ..<br />

-S1, sé de qué me hablas -contesté Pernândez Ievantândose al oir<br />

ruidos de voces y de pasos en el cuarto vecino ...<br />

El portier pesade de tela roja de Oriente, bordado de oro que cierra<br />

la entrada de la derecha, se abrié dândoles paso a Luis Cordovez y a<br />

Mâximo Pérez.<br />

-Buenas noches: te traigo a este hombre para que 10 distraigas -dîjo<br />

Cordovez, tendiéndole la mana a Feméndez-c-. Juan, Oscar =-saludando<br />

familiarmente a ]05 amigos con quienes hablaba Pérez->, y vengo yo<br />

a desinfectarme de todas las vulgaridades oîdas en estas dos horas ...<br />

Dame uns copa de jerez del mas seco, y siéntase tu aqui, afiadi6 mostrando<br />

un sillon cercano al suyo; necesito oir buenos versos para desin­<br />

Iectarme el alma. .. ,Si tu supieras de donde venge! ...<br />

-Pues no me parece imposible adivinarlo: de una comida en que<br />

has estado cerca de una rubia. .. el vestido 10 cuenta ... ; irreprochable!<br />

. " -afiadi6 Fernândez fijandose en la gardenia fresca que Ilcvaba<br />

Cordovez en el ojal del frac y en las gruesas perlas que le abotonaban<br />

la pechera.<br />

- Ya 10 ves; te equivocastel Los poetas andan siempre sofiando cosas<br />

deliciosas. Nada hombre, de una comida dada por Ram6n Rey a Daniel<br />

Avellaneda, en que se hablé de poHtica, al comenzar, y de religi6n y de<br />

mujeres, al concluir. Cuando te digo que necesito que me leas versos<br />

de Nuncz de Arce para desinfcctarme. No, no son versos -aftadi6 dirlgiéndole<br />

a Femândez una mirada en que se adivinaba su amor casi<br />

fraternal y su entusiasmo fanârico l'or el poeta . .. -


mal disimulada por el vestido de cheviot clare que traia puesto, en las<br />

Iineas deI cuerpo tendido sobre el divan vecino, en uDa postura de enferrnizo<br />

cansancio.<br />

-,Tû no sigues bien, eh? .. ,aumentan los dolores? .. le pregunt6<br />

Sâenz clavândole 10$ ojos inquisitlvos ...<br />

-Siguen los dolores atroces, a pesar de los bromures y de la morfina.<br />

.. Esta noche me senti a tan mal que me retiraba ya del Club<br />

cuando encontré a Cordovez v me hizo el bien de traerme . . . No saben<br />

tus colegas qué es 10 que tengo ... Fernéndez, dime è.tampoco pudieron<br />

hacer diagnéstico precisa de una enfermedad que sufriste en Paris, de<br />

una enfennedad nerviosa de que me ha hablado Mannoni ... ? Dîme,<br />

(tû la describiste en a1gunas paginas de tu diario? .. Si nos las leyeras<br />

esta noche. . . Creo que 5610la Iectura de aigo inédito y que me interesara<br />

muche, alcanzaria a disipar un poco mis ideas negras.<br />

- Yo le habla instado antes a José para que nos Ieyera algo relacionado<br />

con el nombre de la qulnta, con Villa Helena -dijo Ravira<br />

malhumorado y como temeroso de no lograr su empeiio-; ahora tû y<br />

Cordovez vienen cada cual con su Idea, y va a resultar que José no nos<br />

lee nada al fin. Fernândez, ,qué dices?<br />

- Tû querrias Ieer la ûltima novela de Pereda ,no, Cordovez? -dijo<br />

el escrltor distraido-, recuérdame darte el torne.<br />

-No; te habla suplicado que nos Jeyeras unas notas escritas en Sulza,<br />

pero resuIta que Ravira desea conocer unas paginas que, segûn dice,<br />

tienen relacién con Villa Helena; Pérez, orras que dizque describen una<br />

enfermedad que sufriste en Paris y el doctor Sâenz no opina, esta eallado<br />

como un mudo desde que enrramos . .. [Habla Sâenz!<br />

-Fernandez no me oye nunca cuando le hablo. Hace cuatro anos le<br />

vengo diciendo que escriba y no me oye, José, ,no tien es tu un cuento<br />

o casa asl, que pasa en Paris, una noche de aüo nuevo? -insinu6 el<br />

rnédtco .... - (Par qué no nos Jo tees?<br />

-Toda eso es Ena. .. -dijo el escritor, camo perdido en un ensueiio-;<br />

esta rnaûana las rosas blancas en la verja de hlerro de Villa<br />

Helena; a medio dia el revoloteo de la mariposilla blanca que se entrô<br />

par la ventana deI escritorio. .. Ahora euatro deseos encontrados que<br />

se juntan para que la nombre. .. -Se paso la mano por la frente y senuedô<br />

callado luego sin que, durante diez minutos en que pareci6 olvidarse<br />

de todo y sumirse en honda meditaci6n, ninguno de Jos amigos<br />

se atreviera a distraerlo.<br />

-Fernandez, (no nos nos vas a leer nada? -pregunt6 Rovira impadente,<br />

deteniéndose cerea del sillén de aquél. .. -. ,Tienes dolor de<br />

cabeza? .. Eso ha sldo el trabajo de hoy ... (Tû para qué trabajas? ..<br />

(nos lees algo al fin? ..<br />

José Fernândez, después de buscar en uno de los rincones oscuros deI<br />

cuarto, donde s610 se adivinaba entre la penumbra rojiza la blancura<br />

119


de un ramo de lirios y el contorno de un vaso de bronce, y de apagar<br />

las luces deI candelabre, se senté cerca de la mesa, y poniendo sobre<br />

el terciopelo de la carpeta un libro cerrado, se qued6 mirandole por unos<br />

mementos.<br />

Era un grueso volumen con esquineras y ceraduras de oro opaco. Sobre<br />

el fonde de azul esmalte, incrustado en el marroqui negro de la pasta,<br />

habla tres hojas verdes sobre las cuales revolotcaba una rnariposilla con<br />

las alas forjadas de diminutos diamantes.<br />

Acornodândose Fernàndez en el sillon, abrié el libro y después de<br />

hojearlo por largo rato, ley6 asi a la Iuz de la Iâmpara.<br />

La lectura de dos Iibros que son coma una perfecta antitesis de cornprensi6n<br />

intuitiva y de Incomprensién slstemâtica dei Arte y de la vida,<br />

me ha absorbido en estos dias: forman el prirnero mil paginas de pedantescas<br />

elucubraciones seudo-clentlficas, que intltulé Denegeraciôn un doctor<br />

alemén, Max Nordau, y el segundo, los dos volûmenes deI diario, dei<br />

alma escrita, de Maria Bashkirtseff, la dulcisima rusa muerta en Paris,<br />

de genie y de tisls, a los vcinticuatro afios, en un hotcl de la calle de<br />

Prony,<br />

Corne un esquimal miope por un musee de mârmoles grlego$, lleno<br />

de Apolos glonosos y de Venus inmortalmente belles, Nordau se pasea<br />

por entre las obras maestras que ha producido el espiritu humano en los<br />

ûlttmos cincuenta anos. Lleva sobre los ojos gruesos lentes de vid-ie<br />

negro y en la mana una caja Ilena de tiquetes con los nombres de rodas<br />

Jas manias clasfficadas y enumeradas por los allenistas modernos. Detiénese<br />

at pie de la obra maestra, compara Jas Iineas de ésta con las de sn<br />

nropio Ideal de belleza. la encuentra deforme, cscoze un nombre que<br />

dar a la supuesta enferrnedad dcl artista


dolientes y sombrios, mas heridas que carne y mas alma que cuerpo,<br />

que languidecen entre las sombras de los lienzos del Sodoma; interroga<br />

la sonrisa ambigua de las figuras dei Vinci; respira el hedor que se desprende<br />

de las telas de Valdés Leal; contempla la cnrcJdad refinada y<br />

bàrbara de las crucifixiones dei Espafioleto: vuelve tus rnanos rudas hacia<br />

el fondo de los sigles y distribuyc tiquetcs de clasificacién patolôgica a<br />

esos que sintieron y expresaron 10 que sienten los hombres de hoy. iOh.<br />

grotesco doctor alernén, zoilo de los Homeros que han cantado los dolores<br />

y las alegrias de la Psiquis eterna, en este fin de sigle angustioso tu<br />

oscuro nombre esta salvado dei olvidol ...<br />

Tus rudas manos tudescas no alcanzaron a coger en su vuelo la mariposa<br />

de luz que fue el alma de la Bashkirtseff, ni a profanar, analizândola,<br />

una sola de las paginas deI diario. "Maria Bashkirtseff, escribiste,<br />

una degenerada muerta joven, tocada de locura moral, de un principio<br />

dei delirio de las grandezas v de la persecuciôn y de exaltacién erética<br />

morbosa". (Dégénérescence, volumen JI. pagina 121). y escrita la Frase<br />

en que acumulaste cuatro entidades patolôgicas para definir una de las<br />

almas mas vibrantes y mas ardientcs del tiempo presente, ifloto sobre tus<br />

labies gruesos deliciosa sonrisa de satisfacci6n beata y cstûpida!<br />

Desde cl fondo de la sencilla tumba que guarda tus cenizas en el<br />

Cementerio de Passy y a donde iran los intelectuales de mariana a<br />

cubrir de flores el mârmol que conserva tu nombre, desde el fondo dei<br />

tiempo donde llegaras agrandada por la lcycnda, perdona, [oh, muerta<br />

dulcisima, al maniâtico seudo sable que te inmortaliz6 juntândote con<br />

Wagner y con Ibsen en la expresiôn de su desprecio profundo!<br />

Quière Mauricio Barrés, en las sutiles paginas que intitula "I.a Icycnda<br />

de una Cosmopolita" y en que estudia a la Bashkirtseff. darnos de<br />

ella, ya que no un retrato definitivo, tres impresiones Instantânens de<br />

tres actitudes suyas v nos la presenta adolescente. en Jas sabanas heladas<br />

de Rusia, dejando desarrollarse en si el vicor espiritual v sensual (fUC<br />

animara su vida; en plena juventud, dàndole pOT fondo dei retrato los<br />

rarnajes oscuros, al través de los cuales vibra la mûsica de una orquesta,<br />

al caer de la tarde, en un lugar, de aguas de Bohemia, y tocadn va por<br />

la mano frîa de la tîsis Que le abri1lanta los ojos con artiftcial brille y<br />

le colora las mejillas pâlidas con la agitacién de la sangrc cmnobreclda.<br />

bajo el sol de Niza, sonriente y con el corpiüo florecido por diminuto ramo<br />

de mimosas y de anémonas. Ninguno de los nezativos del tdeélozo me<br />

satisface. Cierro los ojos y me la forjo aS1, de acuerdo con las paginas<br />

dei Diario: Es alta noche. .. La familia, cansada de las fatigas triviales<br />

del dia, ducrme tranquilamente. Ena, en el cuarto sîlencioso donde la<br />

rodean sus libres predilectos, Spinoza, Fichte. los mas sutiles de los poetas,<br />

los mas acres de los novelistas modernes. acodada sobre el escritorio,<br />

cayéndole sobre la masa de cabellos castaûos la luz tibia de la Iampara.<br />

la cabeza apoyada en la mano pâltda, vela y recapitula el dia. Se ha le-<br />

121


vantado a la madrugada, y al correr Jas perslanas del balc6n, para procurarse<br />

una noche artificial y favorable al estudio, el paso de un grupo<br />

de obreros por la calle, llena de la bruma de la madrugada y azotada<br />

por la lluvia, la ha hecho enternecerse al pensar en la suerte de esos<br />

miserables. Tras de varias horas de lectura de Balzac, en que ha vivido<br />

en comuni6n con aquel genio enorme, el proyecto deI cuadro con que<br />

suefia -dei cuadro que ha de inmortalizarla- la ha hecho ir a Sèvres,<br />

donde la espera, el modelo y alli, en el luminoso paisaje de primavera,<br />

las manos temblândole de artistica Fiebre, los ojos bien abiertos para verlo<br />

todo, los nervios tendidos para reaIizar el milagro de trasladar al lienzo<br />

la frescura de los renuevos, la tibieza dei sol que ilumina el campo,<br />

la carne sonrosada deI modele sobre la cual flotan las diâfanas sombras<br />

de las ramas de un durazno en flor, el verde hûmedo de la yerba tierna,<br />

el morado de las violeras y el amarillo de los renûnculos que esmaltan<br />

el prado, el azul deI cielo pâlido en el horizonte, ha trabajado, olvidada de<br />

si misma, en un frenesi, en una locura de arte, hora tras hora, el dia<br />

entero. Por la tarde, rendida, desencantada de la pintura hasta el fondo<br />

deI alma, convencida de que serân vanos todos sus esfuerzos para alcanzar<br />

la meta soüada, hubo un instante en que tuvo que contenerse para no<br />

rasgar el ltenzo en que trabajé con todas sus fuerzas. Un detalle de elegancia<br />

Je hace olvidar la momentànea angustia. Doucet, el costurero,<br />

la espera para ensayarle un vestido de cresp6n de seda rosado, que tiene<br />

por todo adorno una guirnalda de rosa de Bengala y que han combinado<br />

ambos para que.. al lucirlo ella en el préximo balle, la concurrencia, al<br />

veda travesar el salén moderno por entre la correccién de los frac negros<br />

y de las blancas pecheras, tenga la iluslén de contemplar, sonriente<br />

y animada por la vida, la mâs hermosa de las pinturas de Greuze iY el<br />

vestido la ha entusiasmado! Por una hora se olvida de la artista que<br />

es, deI fiJ6sofo que funciona dentro de ella y que analiza la vida a cada<br />

minute y a quien preocupan los problernas eternos ... No, ella no es eso:<br />

sicnte que ha nacido para concentrar en si todas las gracias y los refinamientos<br />

de una civiJjzaci6n; que su papel verdadero, el ûnico a la rnedida<br />

de sus facultades, es de una Madame Récamier; que su teatro sera<br />

un salon donde se junten las inteligencias de excepcién y de donde<br />

irradie la doble luz de Jas supremas elegancias mundanas y de<br />

la mas aItas especulaciones intelectuales... los hombres mas ilustres<br />

del momento seran los huéspedes de ese centro; alli sonreirâ suavemente<br />

Renan, moviendo la gran cabeza bonachona, con ademan episcopal;<br />

Taine vendra a veces y se dejara oir, un poco absorto por<br />

instantes en su incesante penser, animado otras, preguntando en frases<br />

cortas, netas, precisas como formulas; Zola, ventrudo y pâlido, contarâ<br />

el plan de su novela futura; Daudet pasearâ, por sobre las obras de arte<br />

que destacan sus cartones sobre las viejas tapicerias desteüidas, la mirada<br />

curiosa de sus ojos de miope y apoyarà en el brocatel de los sillares la<br />

122


enrnaraûada melena de piferaro; los pintores- Bastien Lep age, el preferido,<br />

chiquitin, enérgico, chatico, con su rubia barba de adolescente;<br />

Canal us Duran, con sus aires de espadachin y de tenorio; el Maestro<br />

Tony Robert Fleury, el de la dulce fisoncmia arabe y los ojos dormidos->,<br />

los poetas -Coppée, Sully Prudhomme, Theuriet-: todos ellos seran<br />

recibidos alli coma en una casa deI arte y se sentir an ajonjeados y<br />

mimados coma par una hennana. Ella tendra en las manas el cetro,<br />

sera la Vittoria Colonna de mafiana, rodeada par esa corte de pensadores<br />

y de artistas ...<br />

[Oh suefios vanos desechos coma bombas de jabén que nacen, se<br />

coloran y revientan en el aire! . . . Al salir de casa de Doucet, la idea<br />

de hablar con el médlco, que le dice la verdad respecto dei mal que la<br />

esta devorando, se le impone. jSe ha sentido tan enferma en los ûltirnos<br />

dias, han sido tan agudos los dolores que la han atormentado, tan intensa<br />

la fiebre que le ha quemado Jas venas. tan profundo el decaimiento<br />

que la ha postrado por haras enteras 1 . . . En el silencio grave dei sa16n<br />

de consultas el esculapio la ausculta lentamente, golpea, con blandos<br />

golpecitos de las yemas de los dedos, las espaldas graciles, aplica atento<br />

cl oido sobre la piel tersa como el rasa del busto delïcado, y tras dei<br />

minucioso examen prescribe câusticos que quernan el seno, aplicaciones<br />

de yodo que manchan y desfiguran, drogas odiosas, un viaje al Mediodia<br />

que equivale a abandonarlo todo, arte, sociedad, placeres y para<br />

[ustlûcar las prescripciones rlgidas y con su frialdad de hombre de<br />

ciencia, aeostumbrado al dolor ajeno, suelta las frases brutales. Esté<br />

tisica. . . el pulm6n derecho destrozado par los tubérculos, el izquierdo<br />

invadido J'a; esa sorde ra que la atormenta desde hace mescs ir~ aumentando;<br />

la tos que la sacude y la lastirna, los insomnios atroces que la<br />

agotan, todo eso va a crècer, a tomar fuerza y a dilatarse camo las<br />

llamaradas de un incendie, a acabar COn ella...<br />

IQué esté tisical SI, la siente, 10 sabe. Hubo un momento en que al<br />

salir de la casa dei sabio se abandon6 al desaJiento y se sinti6 cerea de<br />

la muerre, pero hace dos horas ha olvidado su mal... Por la gran<br />

ventana abierta del taller, eercano al cuartico donde esta ahora, se<br />

vela, el cielo nocturne, de un azul profundo y transparente; la luz<br />

de la luna se fiItraba par alli e inundaba la penumbra de su sortilegio<br />

pacificador. Sentada ella en el piano. al vibrar bajo sus dedos nerviosos<br />

el teclado de marfil. sc extendia en el aire dorrnido la mûsica de Beethoven,<br />

y en la semioscundad, evocada por las notas dolientes dei nocturno<br />

y por una lectura de Harnlet, flotaba, pâlido y rubio, arrastrado por la<br />

melodia coma par el agua pérflda del rio hornicida, el cadâver de Ofelia,<br />

Ofelia pâlida y rubia, coronada de flores ... el cadâver pàlido y rubio<br />

coronado de flores, llevado por la cemente man sa ...<br />

Verdad que hacia dos horas la magia de la mûsica la hizo oIvidarse<br />

de todo, de si misma y de la tisis; pero ahora, desvanecido el encan ta.<br />

123


sola, sentada frente al escritorio, acodada sobre éstc, la luz tibia de la<br />

lâmpara cayéndolc sobre la masa de cabellos castaüos, la cabeza apoyada<br />

en la mano delicada: ahora al recapituler el dia. la Iectura de Balzac.<br />

la furia de trabajo artistico en Sèvres, el ensayo dei vestido, el suefio de<br />

grandeza mundana, los mementos pasados en el piano, todo se borra<br />

ante la realidad cruel de la enferrncdad que avanza en el gran silencio<br />

rcligioso de la media noche; la siniestra profecia de] hombre de ciencia<br />

llena sola, oscura y siniestra como un horizonte nublado, el campo de<br />

su vision interior ... jMorir, Dios mio, morir asi tîsica a los veintitrés<br />

aûos, al comcnzar a vivir, sin haber conocido el amor, ûnica cosa ql1c<br />

hace cligna a la vida de vivirla: morir sin haber realizado la obra sniiada,<br />

que salvara el nombre del olvido; morir dejando el mundo sin<br />

haber satisfecho los millones de curiosidades, de deseos, de arnbiciones<br />

que siente dcntro de si: cuando cl conocimiento de seis lenguas vivas,<br />

de dos lenguas muertas, de ocho literaturas, de la historia del mundo,<br />

de todas Jas filosofias, del arte en rodas sus formas, de la clencia, de las<br />

voluptuosidades de la civiltzacién, de todos los Iujos deI espiritu y deI<br />

cuerpo; cuando los viajes por toda Eur.opa y la asimilaciôn del alma<br />

de sels pueblos s610 han servido para desear la vida con arder infinite<br />

y concebir planes cuya realizaci6n requeriria diez vidas de hombre! [Morir<br />

asi, sintiéndose el embri6n de SI misrno. morir cuando se adora la vida,<br />

deshacersc, perderse en la sombra! [Irnposiblel ...<br />

La idea de la Jucha contra el mal 1(1 domina ahora... hay que<br />

lucha ..... un afio destinado a vencerlo sera suficiente. En plena salud,<br />

mas tarde ganarâ el tiempo perdido; tules diafllnos y blancuras de mimosas<br />

y de camelias velaràn sobre 10 tûrgico del seno las manchas de los<br />

càusticos v del vodo, y el cuerpo entero ostentarâ la coloraciôn suave<br />

de la sangre vivificada pOl' cl aire tihio y salino del Mediterrâneo. [Hay<br />

nue Iuchar, hay


tar otro en pleno aire como los de Bastien y encerrar en él un paisaje<br />

de primavera, donde por sobre una orgia de tonos luminosos, de pàlidos<br />

rosados, de verdes ticrnos, se oigan cantos de pâjaros y murmullos<br />

cristalinos de agua y se respiren campesinos olores de savia y de nidos;<br />

la calle -ese canal de piedra, por donde pasa el rio humano- hay<br />

que estudiarla, veria bien vista, sentirla, para trasladar a otros lienzos<br />

sus aspectos risucâos 0 sombrios, los efectos de niebla y de sol; entre<br />

las Iineas geométricas de las fachadas, el piso hùmedo por la Iluvia<br />

reciente, los follajes pobres de los àrboles que crecen en la atmésfera<br />

pesada de la ciudad, y sobre el banco dei boulevard exterior, quietas y<br />

en posturas de descanso para sorprender en clIas, no el gesto momentàneo<br />

de la acciun sino el ritmo misterioso y la expresiôn de la vida, hay<br />

que pintar dos chîcuelas flacuchas, ajadas por la pobreza y el vicio ancestral<br />

y un bohemio grasiento y lamentable con Ia cara encendida y los<br />

ojos encarnados por el uso de venenosos alcoholes, que sigue, melancélicamente,<br />

con la mirada turbia y vaga, el humo de la pipa que<br />

se esta fumando; pero no, ese cuadro, por perfecto que sea, no sera el<br />

desiderâtum, porque esta viciado de canalleria moderna, como dice Saint<br />

Marceaux: hay que hacer algo grande y noble ... Conduidos esos,<br />

sera Homero quien da el tema; y se lavarâ los ojos de toda la vulgaridad<br />

de la vida diana, forjando en un henzo enorme a Alcinoos y a la<br />

Reina, sentados en el trone, en una galeria de altas columnas de mârmol<br />

rosado, rodeados por la Corte, micntras que Nausicaa, apoyada en una<br />

de las pilastras, oye a Ulises contarle al Rey sus aventuras interminables<br />

y Demodocuos, cuyo canto ha Interrumpido el viajero, malhumorado<br />

como un poeta a quien no oyen, apoya en las rcdillas la lira y vuelve<br />

la cabeza para mirar hacia afuera. . . Hay que pintar eso, pero pintarlo<br />

de veras, en plena pasta, con una factura potente, rica, s6lida, donde<br />

nadie reconozca una manecita de mujer; hay que pinta rio vlvido, caliente,<br />

amplio de tal modo que el que vea el cuadro sienta 10 que<br />

stnné ella al mancjar los pinceles y las brochas. [Hay tanto que hacer<br />

para llegar alla! Todos esos cuadros requieren estudios previos, composiciones<br />

complicadas, preparaciôn de detaJles y querria estarlos haciendo<br />

ya, haberlos hecho, no perder un minuto. . . Hay tànto que hacer y la<br />

vida cs tan corta. .. Los proyectos de escultura la fascinan porque la<br />

escultura es honrada y no engaüa al ojo con los colores, ni admite farsas<br />

ni tapujos ... Modelara todo 10 que sueüa; moribunda de amor y de<br />

tristeza, caida sobre las arenas de la playa al ver huir en el horizonte<br />

la vela dei barco que lieva a Teseo, una Ariadna con el pecho lleno<br />

de 5011020S; luego un bajo relieve colosal con seis figuras sorprendidas<br />

en actitudcs llcnas de gracia, iY las escuhuras senin tales que Saint<br />

Marceaux mismo sc cntusiasmc, y las pinturas tendrân tal artc que cl<br />

jurado imbécil no podra menos de darle la primera medalla, en un<br />

salon prôximo! jAh, la medallal, desde hace tiernpos, cémo la ha desea-<br />

125


do, cômo la ha perseguido, cémo la ve en sus suefios; 1;) medalla la harâ<br />

comprender que hizo bien en consagrarse a la pintura, que no se ha equivocado,<br />

que es alguien, que puede amar, pensar, vivir, coma viven todos,<br />

tranquila, sin atormentarse con tantas ambiciones. Cuando se la den,<br />

podrà vivir como todo el mundo y entonees sus fuerzas, dirigidas en<br />

otro sentido, la Ilevarân lejos, muy lejos, se abandonarâ la delicia de<br />

sentir, la dominarà una pasi6n profunda por un hombre superior que<br />

la entienda, ira a respirar por temporadas el aire perfumado y tibia<br />

de Niza, de San Remo, de Sorrente, volverâ a Espaüa, a Toledo, a Burgos,<br />

a Cérdoba, a Sevilla, a Granada -a embelesarse con las policromias<br />

de las arquitecturas arabes. con los follajes freseos de los laureles rosas<br />

y de los castafios gigantes, con la azul del cielo-, a Venecia, donde<br />

sube hacia el firmanento, por entre ruinosos palacios de mârrnol, una<br />

fiebre sutil de los canales verdosos, a ver la melanc6lica fiesta que<br />

son las pinturas de Tlépolo, a Milan, donde sonrien las creaciones dei<br />

Vinci, y a Roma, sobre todo, a Roma, la ciudad madre, la rnetrépoli,<br />

el ûnico lugar dei mundo que le ha llenado el corazén, porque al<br />

ponerse el sol tras de las cûpulas de la Basilica, centra de la cristiandad,<br />

alumbra las huellas del arte de hace veinticinco siglos, la -complicaciôn<br />

de la vida moderna mas fastuosa y mas amplia, y sugiere a las aimas<br />

pensati vas la formula de 10 que sera la sensibilidad de maüana.<br />

jAhl Dias mio, y Husia, Rusia, la madre, la patria, la tierra dei<br />

nihilisme y de los zares, con su semi-civilizaciôn tan diferente de la<br />

civilizacién latina, sus costumbres peculiares, su puebla supcrsticioso<br />

y medio salvaje, su arlstocracia gozadora, su arte propio y su singular<br />

literatura; Rusia la reclama: ira a Petersburgo, donde la recibtrâ la<br />

Corte, a Moscû, a Kieff, la ciudad santa, lIena de catedrales y conventos;<br />

volverâ a respirar en los campos solariegos el aire que en la niûez le<br />

infundi6 la fiebre que la anima, y esos mûltiples viajes, esas experiencias<br />

casi opuestas de la vida, los alternarà con las temporadas de Paris, en<br />

el salén aquel Ileno de hombres de genio, con dias distribuidos entre<br />

las fiestas mundanas donde seducirâ a todos su elegancia, y la lectura<br />

de fil6sofos y la audici6n de las mûsicas de Haendel y de Beethoven y<br />

la continuaciôn de sus estudios, de otros estudios nuevos con que suefia,<br />

sociologîa, politlca, lenguas orientales, historia y literatura de pueblos<br />

que no conoce bien y cuya alma se asimllarâ para agrandar su visiôn<br />

del uni verso. jVivira asi y todo eso la harà con todos sus nervios, con<br />

toda su alma, con todo su ser, arrancândole a cada sensaci6n, a cada<br />

idea, un maximum de vibraciones profundasl<br />

Abora un desfallecimiento interior la embarga; ha sentido una picada<br />

ahi, en el punta que el médico le mostré camo foco de la enfermedad<br />

que la devora y el punzante dolor vuelve a traerla a la realidad ... ,Ahl<br />

si, la tas, el sudor, el insomnio, los câusncos, las unturas de yodo, el<br />

viaje al Mediodia, el aniquilamiento. . . la muette. . . el fin, todo eso<br />

126


cstâ cerca, ,Y Dios, en d6nde esta si la deja morir asî, en plena vida,<br />

sintiendo esa exuberancia de fuerzas, esos entusiasmos locos por verlo<br />

todo, por sentirIo todo, por comprender el Universo, su obra? ... ,Dios,<br />

en d6nde esta si la deja morir asi, después de haber sido buena, después<br />

de no haber hablado nunca mal de nadie, ni proferido una queja<br />

por las amarguras que le han tocado en suerte, de haber derramado a<br />

su alrededor el oro para enjugar Iâgrimas, después de regalar su esmeraIda<br />

favorita para distraer a alguien que no la quiere, de un sufrimiento<br />

de un instante? ... ,Después de habcr llorado por los dolores ajenos,<br />

de haber llevado Su piedad hasta querer a los animales humildes? Si<br />

existe, si es la bondad suprema, ,por qué la mata asi, a los veintitrés<br />

aüos antes de vivir y cuando quière vivir?.. ,D6nde esta el buen<br />

Dios, el Padre Eterno de las criaturas? ... jAhl no existe. Spinoza, se<br />

10 ha enseüado, las lecturas cientiflcas le han motrado el universo como<br />

una eterna reunion de âtomos, rcgida, desde los millones de soles que<br />

arden en el fonda del Infinite hasta cl centro misterioso de la conciencla<br />

humana, por leyes oscuras e inconmovibles, que no revelan una voluntad<br />

suprema tendiente al bien... Si, un torbellino de âtomos en que las<br />

formas surgen, se acentùan, Se llenan, se deshacen para volver a la<br />

tierra y renacer en otras formas que moriràn a su vez arrastradas por<br />

la eterna corrientc... No. Eso no puede sel. Ella no es atea, ella<br />

quière creer, ella cree. La Biblia contiene las palabras que calman y<br />

confortan, los versos deI Salmo XCI -"Te cubrira con sus alas poderosas;<br />

en scgundad estarâs bajo su abrigo"-, le cantan en la memoria: el<br />

Salvador, con la cabeza aureolada y los brazos ablerros, camina ahora<br />

por sobre las agitadas oIas negras de} océane de sus pcnsamientos y dice<br />

las palabras suaves que le derraman en el alma una dtvina paz inefable:<br />

"Bienaventuradcs los que tengan harnbre y sed de justicia porque elles<br />

seran hartos ... " y desfalleciente ella de mistica emocién, mentalmente<br />

se posterna a los pies del Divine Maestro ...<br />

Sùbita asociacién de ideas f6rjase en su cerebro y css dulce imagen<br />

huye disipada por cl recuerdo de las obras de Renan y de Strauss, en<br />

que éstos, con su anâlisis de concienzudos exégetas, muestran al Cristo<br />

al través de los textos interpretados con rigide criterio, no como al<br />

Hombre Dias. encarnado para purgar los pccados dcl mundo, sino como<br />

la mas alta expresi6n de la bondad humana. Los lib ras de critica y de<br />

historia religiosa que ha leido alli mismo en el silencio de ese gabinetico<br />

de estudlo donde esta sentada ahora, ahuyentan al divino fantasma<br />

del consolador de los hombres ... No hay a quien Invocar en los momentos<br />

de desesperante angustia ... y la muette viene, la muerte esta<br />

cerca. Un sudor fric le moja las siencs, el cansancio la dobla, y en<br />

la claridad Frla y difusa dei amanecer que se filtra por los cristales<br />

y va atenuando, atcnuando, la luz tibia de la lâmpara que alumbr6 la<br />

velada pensativa, sientc un escalofrio que la obliga a levantarse, a ab-<br />

127


sorber dos cucharadas de jarabe de opio para conciliar el sue no por<br />

una hora y a amontonar sobre cl catre de broncc dorade, los blandos<br />

cdredones Forrados en suave seda, para devolverle caler a su cucrpecito<br />

cndcblc, minado pur la tisis, [que dormira ahora, en cl tibio nido par<br />

brcve espada, y para sicmpre, dentro de unos meses, en el fonda de la<br />

tumba, bajo cl césped hümcdo del cementerio! ...<br />

Maüana estara levantada desde temprano, se sonreirà al contempler<br />

en cl espejo su tez aterciopelada y résea corno un durazno maduro, los<br />

grandes ojos castaüos que sc sonrien al mirar; la espesa cabellera que<br />

le cac sobre los hombros de grnciosa curva, y ebria de vida, y hambrienta<br />

de sentir, comcnzarâ cl dia, llcno de las misrnas Fiebres, de los mismos<br />

sueôos, de los mlsmos esfuerzos y de los rnismos dcsalientos de la<br />

vispcra.<br />

Es asi como la he visto al lcer el Diario. Esa cs la composiciôn<br />

del lugar, que para proceder de acuerdo con los métodos exaltantes de<br />

Loyola, el sutil psicôlogo, he hecho para sentir todo cl encanto de<br />

aquella a quicn Mauricio Barrés propone que veneremos bajo la advocacién<br />

adorable de Nuestra Seûora dei Perpetue Deseo... [arnas<br />

figura aigu na de virgcn, soüada por un poeta, -Ofelia, [ulicta, Virginia,<br />

Craziela, Evangelina, Maria-, me ha parecido mas ideal ni mas<br />

tocante que la de la maravillosa criatura que nos dejé su alma cscrita<br />

en los dos volûrnenes que estân abiertos ahora, sobre mi mesa de<br />

trabajo y sobre cuyas paginas cac, al través de las cortinas de gasa<br />

japoncsa que velan los vidrios del balcon, la diâfana luz de esta fresca<br />

rnaûana de vcrano parisicnsc ...<br />

Si es cierto que el artista exprcsa en su obra sueüos que en cerebros<br />

menos podcrosos, confuses, existen latentes y que por eso, s610 pOl' cso,<br />

porque las lineas dei broncc, los colores del cuadro, la mûslca del poema,<br />

las notas de la partici6n, realzan, pintan, cxpresan, cantan 10 que<br />

habriamos dicho si hubiéramos sido espaces de dccirlo, el amor que a<br />

la Bashkirtseff profesamos algunos de hoy tienc como causa vcrdadera<br />

c intima que ese Diario, en que cscribiô su vida, es un espejo fiel de<br />

nucstras concienclas y de nuestra sensibllidad exacerbada. (Par qué<br />

has de simpatizar tu con la muette adorable a quien Barrés venera y<br />

Il quien amamos unos cuantos, -joh, grotesco doctor Max Nordau-,<br />

si tu fe en la ciencia miope ha supriruldo en ti el scntido del misterlo,<br />

si tu espiritu sin curiosidades no sc apasiona por las formas mas opuestas<br />

de la vida, si tus rudimentarios sentidos no rcquieren los refinamicntos<br />

supremos de las sensaciones raras y penetrantes? .. ,Qué hay de extrafic<br />

en cambio en que un hombre a quien las veinticuatro horas del<br />

dia y de la noche no le alcanzan para sentir la vida, porque querria<br />

128<br />

Junio 20


sentirlo y saberlo todo, y que, situado en el centra de la civilizacién<br />

europea, sucüa con un Paris mas grande. mas hennoso, mas rico, mas<br />

perverse, mas sabio, mas scnsual y mas mistico, se cntusiasrnc con<br />

aquélla que llcvô en si una actividad violenta y una sensibilidad rayana<br />

en cl dcscquilibrio? ...<br />

Hay frascs dei Diario de la fusa que traduccn tan sinceramente mis<br />

cmociones, mis arnbicioncs y mis sucüos, mi vida entera, que no habria<br />

podido jamâs cncontrarlo )'0 mismo formulas mas netas para anotar<br />

mis impresioncs.<br />

Escribe después de ulla lectura de Kant:<br />

"No sé par dônde comenzar, ni il quién ni c6mo preguntarselo, y<br />

me qucdo aSÎ, cstùpida, maravillada, sin saber para d6nde coger y<br />

vicndo par todos lados tesoros de interés; historias de pueblos, lenguas,<br />

cicncias, toda la tierra, todo Jo que no conozco: yo que querria verlo,<br />

conoccrlo y aprcndcrlo todo junto",<br />

Escribe seis meses antes de morir:<br />

"Me parece que nadie adora todo como yo: la adore todo . las artes,<br />

la mûsica, los libres, la socicdad, los vestidos, el lujo, el ruido, el silencio,<br />

la tristcza, la melancolla, la risa, el omar, el frlo, el calor, rodas las<br />

estacioncs, todos los estados atmosféricos: las sabanas heladas de Rusia<br />

y los montes de los alrededorcs de Népoles: la nieve en invierno, las<br />

lluvias de otofio, la alcgria y las locuras de la primavera, los tranquilos<br />

dias del verano y sus noches consteladas, todo eso 10 admiro y la adoro.<br />

Toda toma a mis ojos interesantes y sublimes aspectas, querria veria,<br />

tenerlo, abrazarlo, hesarlo todo, y confundida con todo, morir, no<br />

importa cuândo, dentro de dos 0 dentro de treinta aüos, morir cn un<br />

éxtasis para sentir el ultimo rnisterto, el fin de todo 0 ese principio<br />

de una vida nueva. Para sel' feliz necesito TODO, el resta no me<br />

basral ... "<br />

iFeliz tu, muerta ideal que llevaste del Universo una vision inteiectuai<br />

y artistica y a quicn el arnor por la belleza y el pudor femenino impicheron<br />

que el entusiasmo par la vida y las curiostdades insaciables se<br />

complicaran COll sensuales fiebres de goce, con la m6rbida euriosidad<br />

del mal y dei pecado, con la vlllania de los calculas y de las combinaciones<br />

que haràn venir a las manos y acumularân en el fondo de<br />

los cafres el oro, esa alma de la vida modernal Fcliz tu que encerraste<br />

en los limites de un cuadro la obra de arte soüada y diste en un libro<br />

la csencia de tu alma, si se te compara con el fanàtico tuyo que a los<br />

veintiséis 3110S, al escribir estas lincas, siente dcntro de si bullir y<br />

hervlr millarcs de contradictorios impulsos encaminados a un solo fin,<br />

el mismo tuyo: poseerlo TODO; feliz tu, admirable Nuestra Sefiora del<br />

Perpetuo Deseo!<br />

Después de haber creido par algûn tiempo que cl universo tenia por<br />

objeto producir de cuando cn cuando, un poeta que 10 cantara en<br />

129


impecable estrofas, y a los pocos meses de haber publicado un tomo de<br />

poesias, "Los primeras versos", que me procuré ridicules triunfos de<br />

vanidad literaria y dos aventuras amorosas que infatuaron mis veinte<br />

anos, la intimidad profunda que trabé con Serrano y su alta superioridad<br />

intelectual y su pasién por la filosofia, cambiaron el rumbo de<br />

mi vida. Fue un aüo inolvidable, aquel en que, desprendido de toda<br />

preocupaciôn material, libre de toda idea de goce, de todo compromise<br />

mundano, los dias y las noches huyeron, divididos entre los largos paseos<br />

matinales por la avenida de pinos de la Universidad, la lectura de los<br />

fil6sofos de todas las edades, al mcdiodia, en la biblioteca silenciosa<br />

donde s610 se oia el vohear de las paginas, tornadas por las rnanos<br />

de los estudiantes, y las noches pasadas en el aposento silcncioso del<br />

mas noble de los amigos, disertando con él sobre los mas apasionantes<br />

problemas que pueden solicitar al espiritu huma no. Tranquilidad de<br />

los nervins apaciguados por el régimen calmante y par el aislamicntc<br />

conversaciones en que los nombres de Platon, de Epicuro, de Lmpédocles,<br />

de Santo Tomas, de Spinoza, de Kant y de Fitche, mezclados<br />

a los de los pensadores de hoy, Wundt, Spencer, Madsley, Renan, Taine,<br />

irradiaban camo estrelias fijas sobre la majestad negra del cielo nocturno;<br />

vérugo de la inteligencia que, dcsprendida dei cuerpo, inquiere las Jeyes .<br />

dei seri noble vida de pensador, en que la ûnica figura de rnujer que<br />

pasaba por mi imaginaciôn Camo depurada de sensualidad par las altas<br />

especulaciones mtelectuales, era la de la abuela, con sus largas guedejas<br />

de plata cayéndole sobre las sienes y su pcrfil semejante al de la Santa<br />

Ana dei 'v inci, lcuàn Iejos estais del vértigo y dei frenesi gozador de<br />

mi vida de hoyt La muerte repentina de Serrano, la llegada de mi<br />

mayor edad, la necesidad de administrar una fortuna cuantiosa y situada<br />

en valores f,kilmente aumentables, dieron fin a aquel periode casi manâsticc<br />

de vida. Devuelto al torbellino dei munda, dueüo de un caudaJ<br />

enorme para la vida de mi tierra natal, bulléndome en las venas los<br />

instintos, animado por la rabia de accién de los Andrade; suelto, libre,<br />

sin padre, sin madre ni hermanos, recibtdo y cortejado dondequiera,<br />

Ileno de aspiraciones encontradas y violentas, poseido de una pasi6n loca<br />

por el lujo en todas sus formas, fui el Alcibiades ridicule de aquella<br />

sociedad que me abrié paso corno a un conquistador. jAfios de locura y<br />

de accién en que comenzaron a elaborarse dentro de mi los planes<br />

que hoy me dominan, en que la comprimida sensualldad reventô camo<br />

brote vigoroso bajo el sol de prlmavera, en que las pasiones intelectuales<br />

comenzaron a crecer y con ellas la curiosidad Infinita del mal; soplo<br />

de la suerte que me hizo conservar la fortuna hcredada sin que cl<br />

fabuloso derroche alcanzara a disminuirla; ambiciones que hacténdome<br />

encontrar estrecho el campo y vulgares las aventuras femeninas y mezquines<br />

los negocies, me forzàsteis a dejar la tierra, donde era quizàs<br />

el momento de visar a la altura, y venir a convertirme en el rastaquoere<br />

130


idlculo, en cl snob grotesco que en algunos momentos me siento! iVa·<br />

nid ad que te solazas al leer cl suelto en que el Cil Bias anuncia que el<br />

richissime Américain don Joseph Fernéndez y Andrade compré tal cuadrlto<br />

de Raffaeli, y te hinchas coma un pavo real que abre la verdeléctrica<br />

cola constelada de ojos, cuando al radar la victoria de la Orloff,<br />

al paso ritmico de la pareja de mores par la Avenida de las Acacias.<br />

entre la bruma ,'aga que envuelve el Bosque a las seis de la tarde,<br />

algùn gomozo 'lute murmura fascinado por la elegancia de los caballos<br />

o la cxcentricidad del vestido de 10 im pure y le dice al compancro:<br />

- ... Tiens, regarde, tua vieille 1 Epatante la maîtresse du poete! ...<br />

debes estar satisfecha, Vanidadl ...<br />

Si, esa es la vida, cazar con los nobles. mas brutos y mâs lerdos<br />

que los eampesinos de mi tierra, galopando vestidos con un casacén<br />

rojo, tras del alazân del Duque chocho y obtuso; vestirse con otro<br />

casacén blanco, con un chaleco de seda bordado de colores y con médias<br />

y zapatos femeninos para hacer piruetas de maromeros y grotescos<br />

dengues al poner el cotillon en casa de Madame la Princesse Tres Estrellas;<br />

acompanar a la novicia recién casada que quiere ponerse al<br />

corriente, a casa de costureras y modlstas, para dirigirle la hechura<br />

de los vestidos que no podria escoger sola; perder una hora conversando<br />

con el camisero para sugerirle la idea de una pechera de batista plegada<br />

y rizada y cinco minutas escogiendo la flor rara que debe adornar la<br />

solapa dei frac, [si, vanidad, satisfâcete, esa es la vida y son esas<br />

las ocupaciones dei hombre que pas6 su vigésimo aüo leyendo a Platon<br />

y a Spinoza!<br />

Es ridiculo. Escribo e involuntanamente ceda a mis exageraciones.<br />

Esa no es toda mi vida. [unto a ese rnundano fatuo esta el otro yo,<br />

el adorador del arte y de la ciencia que ha juntado ya ochenta lienzos<br />

y cuatrocientos eartones y aguas-fuertcs de los primeros pintores antiguos<br />

y modernes, milagrosas mcdallas, inapreciables bronces, mârmoles, porcelanas<br />

y taplces, ediciones inveroslmiles de sus autores predilectos,<br />

tiradas en papeles especiales y ernpastadas en maravillosos cueros de<br />

Oriente; el adorador de la ciencia que se ha pasado dos meses enteros<br />

yendo diariamente a los laboratorios de psicofisica: el maniâtlco de<br />

filosofia que sigue las confercncias de La Sorbona y de la Escuela de<br />

Altos Estudios, y cerca de ese yo intelcctual funciona el otro, el yo<br />

sensual que especula con éxito en la Bolsa, el gastrénorno de las cenas<br />

fastuosas, duefio de una musculatura de atleta, de los caballos fogosos<br />

y violentes, de Lelia Orloff, de las pedrerias clignas de un Rajah 0<br />

de una Emperatriz, de los mobiliarios en que los tapiceros han agotado<br />

su arre, de los vines de treinta anos que infunden vigor nuevo y<br />

calientan la sangre; iY por encirna de todo eso estâ un analista que ve<br />

claro en si rnismo y que lleva sus contradictorios impulsos multiples,<br />

131


armado de una voluntad de hierro, como llevaban Jos cocheros déricos<br />

los cuatro caballos de la cuadriga en las carreras de las Oltmpiadas!<br />

(y estas satisfccho Pangloss! - me prcgunta ahora la voz interior<br />

que habla en las haras de anâlisis intima. .. No, jamâs, csa vida que a<br />

tantes les pareccria increiblc por su intcnsidad no sirve sino para excitar<br />

mis des cos de vivir . .. jMns! [todol, grita el Monstruo que llevo por<br />

dentro ... No eres nadie, no eres un santo, no cres un bandido, no<br />

eres un creador, un artista que fije sus sueüos con los colores, con el<br />

bronce, con las palabras a con los sonidos, no cres un sabio, no eres<br />

un hombre siquiera, eres un muüeco borracho de sangre y de fuerza<br />

que se sienta a escribir necedades ... [Ese obrero que pasa par la calle<br />

con su blusa azul lavada par la mujcrcita cariüosa y que tiene las manas<br />

àsperas par el trabajo duro vale mâs que tu porque quière a alguien, y<br />

cl anarquista que guillotinaron antier porque lanz6 una bomba que<br />

reventé un edificio, vale mas que tù porque reallzé una idea que se<br />

habla encarnado en él! [Eres un miserable que gasta dlez minutes en<br />

pulirse las uûas como una cortesana y un lnùtil hinchado de orgullo<br />

monstruoso! . .. [Oh, un plan a qué consagrar 10 vida, bueno 0 malo,<br />

no importa, sublime 0 infarne, pero un plan que no sean los que tengo<br />

hoy- ni la casa de comcrcio en Nueva York para especular en grande<br />

y doblar mi fortuna, ni el viaje alrcdedor dei Mundo para almacenar<br />

sensaciones e ideas, ni la vida en cl archipîélago para pescar perlas que<br />

mc den mas oro; no, un plan que no sc refiera a mi rnismo, que me<br />

saque de mi, que me lleve come un huracân, sin scntirrne vivir! ...<br />

De ln tarde de ayer s610 me quedan dos sensaciones: el puüo de la<br />

camisa empapado en sangre y la orla negra de la carta. De la noche, el<br />

ruido del tren al cruzar la sombra. . . A estas horas debe haber muerto<br />

y la policia estarà buscândome, Me hice tnscrlbir en el registre deI<br />

hotel con el nombre de Juan Simônides, gnego, agente viajero, para<br />

dcspitarla ... [Del estado en que cstoy a la locura no hay mas que un<br />

paso! Mannoni debe telegrafiarme hoy mismo y del hotel rnandaràn<br />

el telegrama a Whyl. .. donde voy a esconderme en una hosteria a<br />

dos kilémetros deI pueblecito!<br />

Frente de la hoja de papel en que escribo esta el telegrama de Mannoni<br />

desplegado. 1..0 he leido veinte veces y he necesitado dos horas de reflexi6n<br />

para despertarme de la sangrienta pesadllla, "Puede volver<br />

132<br />

BiUe, 23 de iunio<br />

Whyl, 29 de [unio


-dice-, la policia ignora todo. Ella ayer, perfcctamente, en el Basque,<br />

con un vestido nuevo. Comié en buena compafiia en'Ia Cascada. Felicitaciones<br />

sinceras". ,D6nde fue la herida entonces, si no dej6 huella? ..<br />

Siento todavia el calor de la sangre en la mano y ahi en la maleta de<br />

viaje esta la camisa con el puna empapado cn sangre.<br />

La escena brutal, la idea dei asesinato, la huida, la angustia, me hablan<br />

impedido Ieer, entendiéndola, la carta de Emilia. S610 comprendia<br />

que habla muerto la viejecita , 10 ünico que me quedaba de familia verdadera<br />

sobre la tierra y sentia como un peso que me oprimiera el pecho,<br />

camo un nudo en la garganta y como una negrura en el alma. pero los<br />

detalles de la muerte los ignoraba, coma si no los hubiera leîdo. Quiero<br />

copiar la carta aqui para encontrarla mas tarde, dentro de unos afios al<br />

releer este diario maldito, y revivir las horas singularcs de estos dias en<br />

que csa impresi6n noble se rnezclé con la angustia de un crimen. Dicen<br />

asi 105 renglones trazados en el papel de gruesa orla negra par la mano<br />

débil de Emilia:<br />

"Mi carta del primera te decia que tu abuclita estaba extrernadamente<br />

débll y que habla tenido varios vértigos en los ûltimos dias. La situacién<br />

se agravé desdc la noche de1 2, El doctor Alvarez. Il quien mandé llarnar<br />

a pesar de que ella sc opUSO. ):'1 obHgo a guardar la cama desde ese dia<br />

y me hizo saher que era inûtil todo esfuerzo para salvarla par ser 10<br />

que estàbarnos viendo el fin de la enferrnedad, tal coma 10 habla previsto<br />

desde hacia afios. Se limit6 a prescribir quietud completa y una<br />

nocién narcôtica. Sin insinuacién de nadie mandé llamar ella al Arzobispo,<br />

quien era su confesor, coma recuerdas, y después de confcsar, recihi6<br />

la comuniôn con su fervor acostumbrado. En los dias que precedleron<br />

a la muerte no recibié a nadie, con excepci6n deI Prelado, y me<br />

hablé conttnuarnente de ti. con mas amor que nunca, y de la muerte<br />

que esperaba con tranquilidad absoluta, El echo por la noche cornenzé<br />

un dcJirio extrafio, sin Fiebre, precursor dei fin. en que divagô continuamente<br />

alternando sus oraciones preferidas COn extrafias frases referenlcs<br />

a ti. "[Serier, sâlvalo, sâlvalo del crimen que 10 empuja, sâlvalo de la<br />

Iocura que ]0 arrastra, sàlvalo dei infirma que 10 reclama. Por tu agonis<br />

en el hucrto y por tu corona de espinas, por tus sudores de sangre " par<br />

la hiel de la esponja, sàlvalo del crimen, sâlvalo de la Iocura, sâlvalo<br />

deI infierno! ... ", decia agttandose sobre las almohadas , .. "Lo vas a<br />

salvar : pniralo bueno, miralo santo. Benditos sean la senal de la CTIIT.<br />

hecha por la mano de la virgen, y el rama de rosas que caen en su<br />

noche coma signo de salvaciônl jEsta salvadol [Miralo bueno, mîralo<br />

santo! Benditos scan". Una expresién de bcatitud suave reemplazô en la<br />

133<br />

Al dia siguiente.


cara fina la angustia de antes y, adormecida, la respiraciôn estertorosa,<br />

devolviô a Dies el alma. Perdôname si te doy estas dolorosos detalles de<br />

la agonia, Te conozco y sé que te harân sufrir pero que quieres saberlos.<br />

"Murio coma una santa, como habla vivido. A la estancia mortuoria<br />

s610 entramos don Francisco Cordovez, el docror Alvarez, el Arzobispo y<br />

yo. El Prelado estuvo largo tiempo arrodillado cerca dei féretro. Para<br />

ml la velada mortuoria fue una impresi6n mlsttca superior a todas las<br />

que he sentido en mi vida. Estaba segura de que aquel cadâver era el<br />

de una santa de la raza de las M6nicas, y que su alma habla rectbido<br />

ya el premio de la existencia sin mancha. La expresién dei cadâver, de<br />

la cabeza fina con las facciones camo depuradas par la muerte, enrnarcada<br />

par la blancura de las canas que parecian de nieve a la luz de los<br />

cirios, era de una serenidad Infinita. Desde el fonda de los cuadros de<br />

Vâsquez que adoman la alcoba, los santos sus amigos parecian contemplarla,<br />

sacando la cabeza deI lienzo y saliéndose de entre el oro destefiido<br />

de los antlguos marcos espafioles, Esa noche pasada al Iado de la santa<br />

muerta me darâ valor para sufrir todos los males de la vida con la esperama<br />

de morir asi,<br />

"El cadéver ocupa la b6veda central en el monumento de la familia,<br />

cerca a tu padre. La casa esta cerrada y en su alcoba, a tu vuelta, si<br />

algùn dia vuelves, encontrarâs todavla et olor de los cirios mortuorios,<br />

pues la Have no saldrâ de mis manos mientras viva.<br />

"Tu pena es Ja mia. Te acompaûo con todo mi coraz6n y a Dios y a<br />

la Santa que hoy vela par ti en el cielo les pido por tu fehcidad con todo<br />

el fervor de mi cariâo por ti. Emilia ... ".<br />

Mi felicidad. " [Dies mio! Qué facH que Jas lineas anteriores las<br />

leyera en una prisi6n, detenido por haber asesinado a una de las hetalras<br />

de mas renombre de la Babilonia moderna. .. jAh. la impresién que<br />

me ha causado la lectura de esa carta el mlsmo dia en que debi cometer<br />

un crimen, en que 10 cometi casi! 1La santa muerta, allâ en la alcoba<br />

tendida de antiguo damasco oscuro y yo el mismo dia en que supe su<br />

muerte, huyendo camo un asesino, después de haber querido matar a una<br />

mujer indefensa!<br />

La vi por primera vez. oyendo la mûsica sobrehumana de las Walkirias,<br />

en un paleo de la Opera. Habia Ilegado de Viena la vispera. El<br />

fondo carmes! de la pared deI palco realzaba la pureza de su perfil de<br />

Diana Cazadora, coma un estuche de rasa rojo de oriente de una perla<br />

sin tacha; entre los cabellos de un rubio pâlido, en los 16bulos de las<br />

orejas diminutas, alrededor de las muüecas redondas y finas y sobre el<br />

corpiüo bajo la gasa verde pâlida que dejaba media desnudo el seno,<br />

brillaban, ardian las diâfanas esmeraldas de mi tierra, las Iuminosas esmeraldas<br />

de Muzo.<br />

La expresién sofiadora de la cabeza rubia, la palidez dora da de la tez,<br />

el color deI aéreo vestido, el brilla de aquellas joyas de rein a, la hacian<br />

134


seme jar, mas que una mujer de carne y hueso, una aparici6n irreal,<br />

ondina habitadora de las profundidades de un lago 0 Willy salida del<br />

fondo negro y misterioso de las florestas. La cabalgata de las Walkirias<br />

poblaba el aire, la sobrehumana mûsica llenaba la sala con sus sobrehumanas<br />

vibraciones y ella, corne subyugada par la insistencia de mis<br />

ojos que la devoraban desde el palco, volvi6 a mirarme. La primera mirada,<br />

lenta y penetrante coma un beso columbine, me hizo correr un<br />

escalofrîo de voluptuosidad por las espaldas ... Tres dias después era mia.<br />

Esa delicada criatura ataviada e Idealizada por proveedores artistas<br />

fue el idolo de estos seis ûltirnos mcses. [Oh, las primeras noches de<br />

delicia sensual en el amplio lecho profundo, dorade y ornamentado como<br />

un altar, la palidez arnbarina, las lineas perfectas, el alor a magnolia,<br />

el vello de oro sedoso de aquel cuerpo de veinte afios, extendido en voluptuosas<br />

posturas sobre Jas sâbanas de raso negro! IOh, las caricias lentas,<br />

sablas e insinuantes de aquellas manas delgadas y nerviosas, la lascivia<br />

de aquellos labios que modulaban los besos coma una cantatriz de genie<br />

modula las notas de una frase musical! IOh, el refinamiento de sensualidad,<br />

la furia de goce, la gravedad casi religiosa de todos los minutos<br />

consagrados al amor, como si en vez de tener de él la miserable nocién<br />

moderna que la relega al dominio de la Inmundo, 10 sintiera ella grave<br />

y noble y como una funci6n augusta! As! debieron de amar las sacerdotisas<br />

de la Afrodita que creian en su Dîosa y conslderaban sagrado el<br />

Acta.<br />

A los quince dias de la primera noche sabia ya qué extraüa mistifi~<br />

cacién era aquelIa criatura y la comprendia menes que antes, a pesar de<br />

eso. Se Hamaba Maria Legendre, el otro era el nombre de guerra. El<br />

padre y la madre vivian en una callejuela de Batignolles; él, zapatero<br />

de viejo, brutal y alcoholizado; ella, una pobre mujer, delgaducha, palida,<br />

de aire enfermizo, a quien sacudia el marido cada vez que bebia mas<br />

de la necesario. Crlaban dos hijas mas, Inslgnificantes. (Par qué misterio<br />

ésta habla ido a dar cuatro aûos antes de que yo la encontra a manas<br />

de un ex-presidente de la repùblica sudamertcana, que arrojado de su<br />

tierra por una de esas revoluciones que constituyen nuestro sport predilecto,<br />

lleg6 a Paris desbordante de oro y de color local, en busca de<br />

seguridad y de placeres y la colm6 de regalos en un ailo? .. ,El Duque<br />

rusa que de paso por Paris vivi6 mas tiempo err la alcoba de ella que en<br />

otros Iugares y la lIev6 Iuego a Petersburgo, de donde volvié rebautizada<br />

con apellido de princesa y duefia de las esmeraldas fabulosas y deI collar<br />

de diamantes, fue quien le educ6 Jos sentidos y desperté en ella ese sensualismo<br />

sibaritïco, que me sedujo desde el primer memento coma una<br />

fascinaciôn?, (0 su educador fue mas bien el perverse poeta italiano de<br />

quien se enamor6 locamente y a quien colmô de regalos, sin que el<br />

vate famélico y complaciente prosterara contra aquel papel equivoco de<br />

favorito pagado?, .. No 10 sé, ni me importa saberlo, ni 10 sabré nunca.<br />

135


La encontré instalada en un departamento pequeüo, euyos balcones miraban<br />

sobre el parque Monceau, .amueblado con un refinamiento de gusto<br />

inverosimil en una mujer, aun nacida sobre las gradas de un trono.<br />

La salita con las paredes tendidas de una sederia japonesa, amarilla<br />

coma una naranja madura, y con bordados de OTO y de plata hechos<br />

a mano, amueblada sobriamente con muebles que habrian satisfecho las<br />

exquisiteces del esteta mas exigente; la alcoba tapizada de antiguo brocateles<br />

de iglesta. destefiidos por el tiempo, con su mobiliario auténtico<br />

del siglo XVI, y el euarto de bafio, donde lucia una tina de cristal opalescente<br />

como los vidrios .de Venecia, junto a las mesas de tocador, todas<br />

de cristal y de nikel. sobre la decoraci6n pompeyana de las paredes y dei<br />

piso, sugerian la idea de que alzïm poeta que se hubiera consagrado<br />

a las artes dccorativas -un Walter Crane 0 un Wil1iam Morris, pOT<br />

eiemplo- hubicra diri~qo la instalaci6n. detalle par detalle.<br />

Al visitarla la primera vez cornprendi c1aramente que ninguna nocién<br />

estética habla determlnado la cscogencie de todo eso; que 10 tenia porque<br />

le habla gustado como a otras les gustan la felpa rosada, las terracotas<br />

de a seis francos, Jas oleograflas y las flores de trapo, y cuando<br />

nor exigencla suya comi en su departarnento, 10 sucuJento de las viandas,<br />

10 inédite de las salsas y Jo afiejo de los vinas me hizo ver que posela<br />

aquellos primores de la industria artlstica, solamente porque necesitaba<br />

como C0~acorriente v a cualquier precio scnsaciones profundas y finas.<br />

Pero. (de dônde diablos habla sacado aquella aristocracia de Ios nervios,<br />

mas l'ara qlli7.~sque las de la sangre v la Intelizencia, ella, la hija de un<br />

zapatero mugriento? " Enigma insoluble. . . El té que bebia en fragiles<br />

ta-Z3S chinas. dignas de una vitrina de museo, era té de caravana cornprado<br />

a precio absurdo y sostenia ingenuamente que era el menos malo<br />

que habla encontrado en Paris; tornaba el ûnico café libre de toda sofisticacién<br />

que he bcbido en Europa; vlvia quciéndose de la mesa y al<br />

proponerle que fuéramos a corner en algunos de los restaurantes afamados,<br />

hacia uns mueca de asco, como si en todos cllos juntos no se pudiera<br />

encontrar un beeisteack devorable: cultivaba con pasiôn la mania de los<br />

encajes antiguos y los smontonaba sin usarlos en el enorme armada de<br />

rnaderas olorosas, perfurnado por Guerlain con aromâticas yerbas, en<br />

donde amontonadas en pilas simétricas y enormes, deslumbraban el ojo<br />

Jas blancas batistas de sus ropas intimas, y Jo acariciaban los pâlidos matices<br />

de las carnisas de dormir, frâgiles como telaraôas, de las enaguas<br />

bord adas como pafiuelos de baile y de los calzones de seda olorosos a iris<br />

de Florencia y franjlponla.<br />

En su boca de fresa la frase aquella de la princesita al oir los aullidos<br />

deI pueblo pidicndo pan: "Si no tienen pan,


-Tu estudias ... -,derto? .. - me preguntaba una tarde, tendidos<br />

ambes en el divan turco dei saloncito de la izquierda _.. ,Para qué,<br />

dîme? .. -afiadio ingenuamente. .. -"Para saber ... -" le contesté<br />

sorprendido , .. -"Y qué sacas con saber -aiiadi6 besândome-> la<br />

vlda no es para saber, es para gozar. Gozar; gozar es mejor que pensar<br />

-afiadl6 con acento de conviccién intima".<br />

Y parece que yo hubiera aceptado su filosofla, a [uzgar por mis<br />

ûltimos meses en que no he abierto un Iibro y he abandonado el griego<br />

y el rusa y los estudios de gramâtica comparada y los planes de mis<br />

poemas y los negocies, para vivir preocupado s610 de placeres, de sport,<br />

de fiestas, de esgrima, en una incesante caceria de sensaciones. .. Me<br />

estaba ahogando por falta de aire intelectual, acostumbrado al sllencio<br />

que forma también parte de la naturaleza de Lelia, porque en dias enteros<br />

de estar [untos no atravesaba una palabra, hundléndome lentamente<br />

en una atonia intelectual increible . .. iOh, la Ciree que cambia los<br />

hombres en cerdosl . .. 1En los minutos de lucidez me senti agonizar<br />

entre la materia coma el Emperador arrojado a las letrinas por cl pueblo<br />

romano!<br />

La primera vez que encontré a la de Roberto en casa de Lelia, la<br />

monstruosa sospecha se me clavé en la imaginaci6n. Alta, huesosa, delgada,<br />

los ojos ardientes, el seno sin relieve, calzada y vestida con estilo<br />

masculino y con algo hombruno en toda ella -en el bozo que sombrea<br />

el Jabio delgado, en los ademanes bruscos, en la voz de modulaciones<br />

graves- la italiana me fue odiosa solo al verIa. .. _ct, Quién es? ,Par<br />

qué la tratasr"- le pregunté a la Orloff. -"Porque me gusta"-. contest6<br />

y se encerr6 en el siJencio de siempre. Una tarde. al entrar, las<br />

lâmparas no estaban encendidas y el salon se adorrnecia en la oscurJdad<br />

dei crepûsculo, Oi en uno de los rincones oscuros un cuchicheo, y antes<br />

de encender una ceriJla paso rozândome un bulto v salié a la antecâmara.<br />

Lelia. al ver luz sc incorporé en el divan donde estaba recostada ...<br />

-",Quién sali6 de aqui?"- pregunté nervioso -"Angela de Roberto.<br />


grupo infame, 10 habla mado al suelo, sobre la piel de osa negro que<br />

esta al pie dei lecho, y 10 golpeaba furiosarnente con todas mis fuerzas,<br />

arrancando gritos y blasfemias, con las manos violentas, con los tacones<br />

de las botas, como quien aplasta una culebra, No sé cômo saqué de la<br />

vaina de cuero el puiialito toledano damasquinado y cincelado como una<br />

joya que lIevo siempre conmigo v la enterré dos veces en la carne<br />

blanda: senti la mano empapada en sangre tibia, envainé el arma, bajé<br />

en dos saltos la escalera oyendo los gritos y me meti en un fiacre dandole<br />

al cochero las senas dei escritorio de Miranda.<br />

De ahî, después de pedirle una suma al cajero y de recoger mi correspondencia<br />

llegada una hora antes, fui a mi hotel para que Francisco<br />

arrcglara un saco de viaje, sali en otro coche pedido por el conserje y<br />

llegué a la estaci6n a tomar el tren, el primero que saliera, para cualnuier<br />

parte ... Tomé el Que me trajo a Bâle, donde dormi, y desde el<br />

dia siguiente estoy aqui, donde, con una angustia suprerna ha esperado<br />

el telegrama de Marinoni, que tengo abierto frente a la pâgina que escrlbo<br />

. .. 1En fin, no he matado a nadie, fue un rasguüo, ayer estaba<br />

comiendo en el Restaurante de la Cascada, y respire! ...<br />

Ahora analizo frîamente. ,Par qué cometi esa brutalidad digna de<br />

un carretero e intenté un asesinato de que me salv6 el tarnafio dei puâal<br />

que es mas bien una joya que una arma, yo, el libertino curioso de los<br />

pecados raros que ha tratado de ver en la vida real, con voluptuoso<br />

dilettantismo, las mas extraûas prâcticas, inventadas por la depravacién<br />

humana, yo, el poeta de las decadencias que ha cantado a Safo la lesbiana<br />

y los arnores de Adriano y Antinoo en estrofas cinceladas como<br />

piedras preciosas? ,Celos? Seria grotesco. .. ~Odio par la anormal?" ..<br />

No, puesto que la anormal me fascina camo una prueba de rebeldia del<br />

hombre contra el instinto. .. (Entonces?.. Fue un movimiento irrazonado,<br />

un impulsa ciego, inconsciente, coma el que una tarde de otoûo<br />

pasado me hizo insultar sin rnotivo al diplornâtîcc alernân que me habian<br />

presentado diez dias antes, dando ocasi6n para un duelo estûpldo en la<br />

frontera belga y para que Mirinoni me creyera loco.<br />

Encontré un nido donde esconderme a pensar, una casucha de madera<br />

tosca, habitada por una pareja de viejos campesinos. Es un sitio inacceslble<br />

donde no llegan turistas, una garganta salvaje de monte, llcna del<br />

ruido de un torrente que se vuelve niebla al rodar entre enormes pedrcgones<br />

negros y sombreado por pinos y castaüos altislrnos. He escrito a<br />

Paris pidiendo que me manden a Interlaken una multitud de cosas que<br />

me hacen Ialta, y voy maâana a treparrne a mi picacho sin llevar mas<br />

libros que unos estudios de prehistoria americana, escritos por un alemân<br />

138<br />

Whyl, 5 de julio


y unos tratados de boténica, Siento una emocién rara al pensar en mi'<br />

escondite.<br />

El viejo y la vieja dueûos de la casa no han estado nunca en ninguna<br />

ciudad, ni saben leer ni escribir; me miran con un animal raro, y s610<br />

me dirigcn la palabra para decirme buenos dias y buenas nochcs. No<br />

pudiendo corner su comida me alimenta con la leche de unas vacas que<br />

tienen en una explanada vecina. Mi cuarto, el cuarto de don José Fernândez,<br />

le richissime américain, tiene par mobiliario una cama en que<br />

no se acostaria por ninguna suma el ûltimo de mis criados parisienses,<br />

una mesa tosca en que escribo y un enorme platon de madera, que par<br />

la rnaüana me llenan de agua helada, cogida en el torrcnte para baüarrne.<br />

Todo eso, por fortuna, mas ascado que 10 de los mejores hoteles del<br />

mundo, probablemente. Las sâbanas gruesas de Ia cama huelen a campo<br />

y los muebles relucen coma acabados de barnizar. En estos clnco dias<br />

no se me ha pasado por la cabeza una imagen voluptuosa, no he sentido<br />

ningûn deseo y me he ernborrachado de aire y de ideas.<br />

A la madrugada me levante y tras del baüo helado y la leche que<br />

tiene todavia la tibleza de la urbre, trepo por entre la bruma gris penetrada<br />

de luz, donde los accidentes


trepa a la cima y en râpida curva se oculta tras de los primeros contrafuertes<br />

de la montana que son a esa hora, vistos desde donde estoy, una<br />

masa de negruzca neblina argentada, rizada por los verdes matorrales<br />

que se destacan sobre el segundo contrafuerte cuya confusa masa de<br />

detalles esfuma la niebla velàndolos. Allâ a 10 lejos, la oscuridad azulosa<br />

de los montes dei fondo, con sus perfiles de puntiagudos picachos y denteladas<br />

rocas que se cortan oscuras en un ângulo de anfractuosas sinuosidades<br />

sobre el diâfano azul pâlido deI cielo y la blancura deslumbrantc<br />

de ras nubes matinales. .<br />

Vuelvo los ojos hacia abajo y veo el valle con 10 verdoso de su al­<br />

(ombra vegetal, sobre la cual Ilota un poco de niebla, manchado aqui<br />

y alli con las masas oscuras de los matorrales y de los grupos de ârboles,<br />

cruzado por las lineas delgadas y amari1lentas de los caminos, por los<br />

hiles negros de la ferrovia y por el plateado zig-zag dc1 torrente que<br />

10 atraviesa; y en un recodo de la hondonada, al pie de la montaiia<br />

divise los techos, la cûpula de la iglesia y el cementerio del pueblecito.<br />

medio oculto POT la oscuridad verdosa del foUaje, y al frente, en el<br />

horizonte donde la niebla interpuesta vuelve a borrar los detaUes, las<br />

ondulaciones de los perfiles y la confusa masa azulosa de otra cordillera,<br />

que abriéndose en irregular brecha, muestra en el fondo ln cegadora<br />

blancura inrnaculada de un ventisquero.<br />

la naturaleza, jpero la naturaleza contemplada asl, sin que una voz<br />

humana interrumpa el dléloao que con el alma pensativa que la escucha<br />

entabla ella, con las voccs de sus aguas, de sus follajes, de sus vientos,<br />

con la cterna poesia de las luces y de las sombras! Cuando aislado as]<br />

oc rodo vinculo hurnano. la oigo y la siento, me pierdo en ella como<br />

en una nirvana divina. Una noche en medio dcl Atlânnco, sentado en<br />

la popa del buque donde dormian ya los pasajeros, tranquilo, sin<br />

preocupaciôn personal ninguna, me abandoné como 10 he hecho estas<br />

rnaüanas a su misterioso sortilegio v a la fascinadora orgla que es para<br />

mi contemplarla. No habla luna. El buque era una masa negra que<br />

hula en la sombra. El mar calmado T el cielo de tin azul sombrio y<br />

purisimo se confundian en el horizonte: las constelaciones y los planetas<br />

resplaudecian en el fonde dei azul infinite; el hervïdero de soles de<br />

ln via lâctea era un camino de luz pâlida en la inmensidad negra y<br />

abnio la esrcla


imaginacién, poblaron solas las sombras dei paisaje, visiones Inmensas suspendidas<br />

entre los infinitos del agua y dei cielo; luego aquellas ûltimas<br />

expresiones de 10 humano se Fundicron en la inmensidad negra y, olvidado<br />

de mi misrno, de la vida, de la rnuerte, el espectâculo sublime entr6<br />

en mi ser, por decirlo aS1,y me dispersé en la béveda constelada, en el<br />

océano tranquilo, como fundido en elles en un éxtasis panteista de<br />

adoraciôn sublime. j Instantes inolvldables cuya descripciôn se resiste<br />

a todo esfucrzo de la palabra! La luz de la madrugada que destiné el<br />

brille de las estrellas y le devolvié al mar su glauea coloraclôn mareante,<br />

me hizo volver a las realidades de la vida.<br />

Ya que no éxtasis de esos, producidos por la grandiosidad de la escena,<br />

si he sentido por momentos bajar sobre mi espiritu una suprema paz en<br />

las horas pasadas en el picacho a donde subo. El plan que reclamaba,<br />

el fin ùnico a que consagrar la vida, me ha aparecido claro y preciso<br />

como una formula matemâtica. Para realizarlo necesito un esfuerzo de<br />

cada minuto por anos enteros, una voluntad de hierro que no ceda<br />

un instante. Mas 0 menos sera éstc, Tengo que aumentar al doble 0 al<br />

triple de 10 que vale hoy mi fortune, para comenzar. Si la comisi6n<br />

de ingenieros, mandada de Londres por Morrel &- Blundel, da un dictamen<br />

favorable sobre las minas de oro que tengo casl negociadas con<br />

ellos y que en la mortuorla de mi padre se avaluaron en una suma<br />

insignificante, las minas me darén al vendérselas varies rmllones de<br />

francos. Deben los ingleses cablegrafiar a Paris, de un momento a otro<br />

y los Miranda me avlsarân por telegrafo a Ginebra, donde hé a pasar<br />

cl mes de agosto. Hecha esa operaciôn trasladaré a Nueva York todo<br />

mi capital y fundaré con Carrillo la casa para llevar a cabo los negodos<br />

que tiene él pensados. Tras de Carrillo estân los Astor, los mlllonarios<br />

que no han dado un paso en falso desde que comenzaron a negociar,<br />

y en manos de él mi oro trabajarâ por mi, mientras me consagro en<br />

alma y cuerpo a recorrer los Esrados Unidos, a cstudiar el Ienguaje de la<br />

civilizaciôn norteamericana, a indagar los parqués dei desarrollo fabuloso<br />

de aquella tierra de la energia y a ver qué puede aprovecharse, como<br />

Iecciôn, para ensayarlo luego, en mi expcriencla. Desde Nueva York<br />

iré por ternporadas a Panama a diriglr en persona las pesquerias de<br />

perlas, que darân al explotar los bancos desconocidos hasta hoy, maravillas<br />

como las que produjeron cuando Pcdrarias Dâvila remitiô a los<br />

Reyes de Espaïia la que remata la corona rcal. Todo el oro que esas<br />

explotaciones produzcan y 10 que hoy posee estarà listo para el momento<br />

en que regrese a mi tierra, no a la capital sino a los Estados, a las<br />

Provincias, que recorreré una por una, indagando sus necesidades, estudiando<br />

los cultives adecuados al suelo, las vias de comunicaciôn posibles,<br />

las riquezas naturales, la indole de los habitantes, todo esto acornpaüado<br />

de un cuerpo de ingenieros y de sabios, que seran para mis compatriotas<br />

ingleses que viajan en busca de orquideas. Pasaré unos meses entre las<br />

141


tribus salvajes, desconocidas para todos alli y que me aparecen coma<br />

un elernento aprovechable para la civilizaclén por su vigor violento las<br />

unas, por su indolencia dejativa las otras. Luego me instalaré en la<br />

capital e intrigaré con todas mis fuerzas y a empujones entraré en la<br />

polittca para Iograr un puestecillo cualquiera, de csos que se consiguen<br />

en nuestras tierras sudamerlcanas par la amisrad con cl presidente.<br />

En dos alios de consagracién y de incesante estudio habré ideado un<br />

plan de finanzas racional, que es la base de todo gobierno, y conoceré<br />

a fondo la administraclén en tados sus detalles. El pais es rico, formidablemente<br />

rico, y tiene recursos inexplotados: es cuesti6n de habilidad,<br />

de simple càlculo, de ciencia pura, resolver los problemas actuales. En<br />

.un ministerio, logrado con mis dineros }' mis influencias puestas en juego,<br />

podré mostrar algo de 10 que se puede hacer cuando hay voluntad. De<br />

ahi a organizar un centro doride se recluten los clvilizados de todos los<br />

partidos para formar un partido nuevo, distante de todo fanatismo polluee<br />

o religioso, un partido de civilizados que crean en la ciencia y pongan<br />

su esfuerzo al scrvicio de la gran idea, hay un paso; De ahi a la presidencia<br />

de la repûblica, previa la necesaria propaganda, hecha par diez<br />

periédicos que denuncien abusos anteriores, previas promesas de contratos,<br />

de puestos brillantes, de grandes mejoras materiales, otto. .. Eso<br />

par las buenas. Si la situacién no permite esos platonismos, coma desde<br />

ahora 10 presume, hay que recurrir a los resortes supremos para excitar<br />

al pueblo a la guerra; a los medios que nos procura el gobierno con su<br />

falso Iiberalismo para provocar una poderosa reacciôn conservadora, aprovechar<br />

la Iibertad de imprenta Ilimitada que otorga la Constituci6n actual<br />

para denunciar los robas y los abusos dei gobierno general y de los<br />

Estados; a la influencla dei clero pcrseguido para Ievantar las masas<br />

fanâticas: al orgullo de la vieja aristocracia conservadora lastimada por<br />

la oclocracia de los ùltimos anos: al cgoismo de los ricos; a la necesidad<br />

que sicnte ya el pais de un orden de cosas estables; proceder a la americana<br />

dei sur y tras de una guerra en que sucumban unos cuantos<br />

miles de indios infelices, hay qUE.' asaltar el poder, espada en mano, y<br />

fundar una tirania, en los primeros anos apoyada en un ejército formidable<br />

y cn la carencia de limites dei poder y que se transforma ra en<br />

poco tiempo cn una dictadura con su nueva constituciôn suficientemente<br />

elàstica para que permita prevenir las revueltas de forma republicana,<br />

por supuesto, que son los nombres )0 que les importa a los pueblos, con<br />

Sus periodistas de la oposiciôn presos cada quince dias, sus destierros<br />

de los jefes contraries, sus confiscacioncs de los bienes enemigos y sus<br />

sesiones tempestuosas de las Câmaras disueltas a bayonetazos, todo el<br />

juego.<br />

Este camino que me pare ce el mas prâctico, puesto que es el mas<br />

brutal, requicre para tomarlo, otros estudios que haré con placer, cediendo<br />

a la atracclén que sobre mi espiritu han ejercido siernpre los<br />

142


triunfos de la fuerza. [Con qué placer os estudiaré, monstruosas rnâquinas<br />

de guerra, euyo acero, donde estalla la mezcla explosiva, derrama la<br />

lluvia de proyectUes en cl campo enemigo y siembra la muerte en las<br />

filas destrozadas; granadas de fulminantes picratas y que al estallar reducian<br />

los piafantes caballos y los cuerpos de los jinetes a informes despojos<br />

sangrientos; e6mo inquiriré los secretos de vuestra estrategia, las sutilezas<br />

de vuestra tâctica, sombras de monstruos a quienes la humanidad degradada<br />

venera, legendarios Molochs, Alejandros, Césares, Anibales, Bonapartes,<br />

al pie de cuyos altares enrojoce el suelo la hecatombe humana<br />

y humea como un incienso el huma de las batallasl<br />

IOh! qué delicia la de escribir, después de instalar un gobierno de<br />

fuerza, grande y buen amigo, al acreditar los respectives plenipotenciarios<br />

que pedirân su reconocimicnto ante todos los presidentes de todas las<br />

republiquitas a la americana del centro a dei sur, donde las cosas se<br />

hacen asi, y de pensar que en virtud de un plan elaborado con la<br />

frialdad con que se resuelve la inc6gnita de una ecuacién, llcg6 uno al<br />

puesto que ambiciona con el fin de modificar un pueblo y elevarlo y<br />

veriflcar en él una vasta experiencia de sociologia experimental. Ningùn<br />

esfuerzo me parecerâ excesivo para coronar la altura que representa<br />

5610 la posibilidad de comenzar a obrar ampliamente,<br />

En csa lejania estan los aüos decisivos, en que todo habrâ de ser<br />

energia y acci6n. Equilibrados los presupuestos por medio de sabias<br />

medidas econômicas: disminuciôn de los derechos aduaneros, que a là<br />

Iarga, facilitando enormes introducciones, duplicaria la renta; supresi6n<br />

de los inutiles empleos, reorganizaclôn de los impuestos sobre bases ctentificas,<br />

economias de todo género: a los pocos aâos el pais es rico y<br />

para resolver sus actuales problemas econémicos, basta un esfuerzo<br />

de orden; llegarâ el dia en que el actual déficit de los balances sea un<br />

superàvit que se transforme en carreteras, en ferrocarriles indispensables<br />

para el desarrollo de la industria, en puentes que crucen los rios tarrentosos,<br />

en todos los medios de cornunicacién de que carecemos hoy,<br />

y cuya falta sujeta a la patria, camo una cadena de bierre, y la condena<br />

a inaccién lamentable.<br />

Esos seran los aûos de aprovechar los estudios previos, veriftcados por<br />

los sabios y los ingenieros que la recorrieron anos antes pagados con<br />

mi oro. En aquellos dimas que van desde el caler de Madagascar, en<br />

los hondos valles equinoxiales, hasta el frio de Siberia, en los luminosos<br />

palamas donde blanquea la nieve perpetua, surgirân, incitados par mis<br />

agentes y estimulados por las primas de explotacién, rodes los cultivas<br />

que enriquecen, dcsde el banano cantado par Bello en su oda divina<br />

hasta los liquenes que cubren las glaciales rocas polares; todas las crias<br />

de animales utiles desde los avestruces que pueblan las ardicntes nantiras<br />

de Africa, hasta los rengiferos del polo. Innumerables rebaüos pastarân<br />

en las fecundas dehesas, doblarânse bajo el peso de los racimos càrdenos,<br />

143


las ramas de los caîetos; en perspectivas regulares donde el ojo se pierde<br />

en el crepésculo verde producido por la sombra dcl guamo protector,<br />

agil trepara la vainilla por los troncos disformes de los cauchos, colgando<br />

de sus fragiles bejucos sus aromàticas urnas, y en las serranias abruptas<br />

el platino y el oro, la plata y el Iridie, brillarân ante los ojos del mincro,<br />

tras de la excavaciôn fatigosa y el complicado laboreo del minerai native,<br />

Dudoso de mis propias aptitudes, por grandes que sean los estudios<br />

que haya hecho para ese entonces, llamaré economistas de fama europea<br />

y consulta ré los mas grandes estadistas dei mundo para proceder acorde<br />

con ellos al arbitrar las medidas que coronarân la obra.<br />

Ideadas y planteadas éstas se harâ conocer la tierra nueva y desbordante<br />

de riquezas en los mercados europeos gracias a agentes fiscales que<br />

los recorran y a los esfuerzos de una diplomacia sagaz, ampliamente<br />

renteada y escogida entre la flor y nata de los talentos nacionales. Los<br />

bonos depreciados antes seran una inversion tan segura corno los Consolidados<br />

Ingleses, y colosales empréstitos lanzados por los Hutk y los<br />

Rothschild y suscritos en condiciones favorables permitirân completar los<br />

resultados perseguldos en la constante labor. La inmigraci6n atraida por<br />

el precio minlrno a que se harân las adjudicaciones de baldios en los<br />

territortos hoy desiertos, aflulrâ coma un rio de hombres, camo un Ama­<br />

ZODascuyas ondas fueran cabezas humanas y mezcladas con las razas<br />

Indigenas, con los antiguos dueüos del suelo que hoy vegetan sumidos en<br />

oscundad miserable, con las tribus salvajes, cuya fiereza y gallardia<br />

natlvas seran potente elemento de vitalldad, poblarâ hasta los ûltimos<br />

rincones desiertos, labrarâ el campo, explotarâ las minas, traerâ industrias<br />

nuevas, todas las industrias hurnanas. Para atraer esa inmigraci6n<br />

civilizada, colosalcs steamers de compaülas subvencionadas por el gobierno<br />

con sumas que permitan reducir a un minimum, suprimir casi, el casto<br />

deI pasaje, cruzarân el Atlânnco e Iran a recoger a los tripulantcs, ansiosos<br />

de nueva vida, en los puertos de- la vieja Europa, de donde el<br />

hambre los arroja, en los dei Jap6n y China, paises desbordantes de<br />

poblaci6n hambreada y en las amplias radas de la peninsula Indica de<br />

donde el naüvo pobre, el paria desheredado, ri bengali de dulzura casi<br />

femenina [emigrarân ansiosos de una patria nucva, para no sentit en las<br />

espaldas el lâtigo inglés que los flagela!<br />

Monstruosas fâbricas doride aqucllos infeliccs cncuentren trabajo y pan<br />

nublarân en ese entonces con el humo denso de sus cbimeneas el azul<br />

profundo de los cielos que cobijan nuestros paisajes tropicales; vibrant<br />

en los llanos el grito metâlico de las locomotoras que cruzan los rieles<br />

comunicando las ciudades y los pucblccillos nacidos donde quince anos<br />

antes fueron las estaciones de madera tosca y donde, a la hora en que<br />

escribo, entre la enmaraiiado de la selva virgen extienden sus ramas<br />

seculares las colosales ceibas, cntrelazadas de Iianas que trepan por ellas<br />

como serpientes, y sombrean el suelo pantanoso, nido de reptiles y<br />

144


de fiebres; coma una red aérea los hiles dei tclégrafo y del teléfono<br />

agitados par la idea se extenderan par el aire; cortarân la dorrnida corriente<br />

de las grandes arterias de los caudalosos y lentos rios navegables,<br />

a cuya orilla crecerân los cacaotalcs frondosos, blancos y râpidos vapores<br />

que anulen las distancias y Ileven al mar los cargamentos de frutos, y<br />

convertidos estos en oro en los mercados deI mundo, volverân a la<br />

tierra que los produjo a multiplicar, en progresiôn geométrica, sus fuerzas<br />

gigantescas,<br />

iLuz! iMas IUlI ... Las ûltirnas palabras del potea sublime de Fausto<br />

seran el lerna del pueblo que asi ernprende el camino del progre~o. La<br />

instrucciôn public a atendida con especial empefio y propagada por todos<br />

los medios posibles -desde cl Kindergarten donde los chicuelos aprenden<br />

a deletrear entre las rosas, hasta Jas grandes universidades en que<br />

los sabios de ochenta aries, encanecidos sobre los instrumentos de obserradon,<br />

se entregan a las mas audaces especulaciones que solicitan el<br />

pensamiento humano-, levant ara al pueblo a una altura intelectual y<br />

moral superior a la de los mas avanzados de Europa. Libre el pais de<br />

los pavorosos problemas que rninan las viejas sociedades europeas y<br />

cstallan en ellas en alaridos nihilistas y reventar de bombas, mirarâ tranquilo<br />

hacia el futuro.<br />

La capital transforrnada a golpes de pica y de millones -como<br />

trasform6 el Baron Haussman a Paris- recibirâ al extranjero adornada<br />

con todas las flores de Sus jardines y las verduras de sus parques, le<br />

ofrecerà en amplios hoteles refinamientos de confort que le permit an<br />

forjarse la ilusi6n de no haber abandonado el risueüo home y ostentarà<br />

ante él -cn la perspectiva de anchas avenidas y verdeantes plazoletaslas<br />

estatuas de sus grandes hombres, el orgullo de sus palacios de<br />

mérrnol, la grandeza melancélica de los viejos ediftcios de la época<br />

colonial, el esplendor de teatros, circos y deslumbrantes vitrinas de almacenes;<br />

bibliotecas y Iibrcrias que junten en sus estantes los libros europeos<br />

y arnericanos ofrecerân nobles placercs a su inteligencia y como flor<br />

de esos progresos materiales podrâ contemplar el desarrollo de un arte, de<br />

una ciencia, de una novela que tengan sabor netamente nacional y<br />

de una poesia que cante las viejas leyendas aborigenes, la gloriosa epopeya<br />

de Jas guerras de emancipacién, las bellezas naturales y el porvenir<br />

glorioso de la Herra regenerada,<br />

Establecer una dictadura conservadora como la de Garda Moreno<br />

en el Ecuador 0 la de Cabrera en Guatemala y pensar que bajo ese<br />

régimen sombrfo con oscuridades de mazmorra y negruras de inquisicién,<br />

se verifique el milagro de la transformaciôn con que sueûo, parece<br />

absurdo a primera vista. No 10 es si se rnedita. Esta cansado el pais de<br />

peroratas demagégicas y falsas libertades escritas en la carta constitucional<br />

y violadas todos los dias en la prâetica y ansia una f6nnula polîtica<br />

mas clara, prefiere ya el grito de un dictador, de quien sabe que proce-<br />

145


derâ de acuerdo con sus amenazas, a las plat6nicas promesas de respeto<br />

por la ley burladas al dia siguiente. El éxito de .Ia enorme empresa<br />

depende de la habilidad con que, al normalizarse la situaciôn, después<br />

dei triunfo, se inîcien las modificaciones que lentamente cambiaràn la<br />

situacién dei partido vencido y le permitirân volver a la esccna politica<br />

aleccionado por la ruda leccién de la derrota y por los primeros aûos de<br />

régimen estrecho en que sus conductores comprendan 10 inûtil de la<br />

lucha a mano armada. Soûaràn entonces en transacciones que les permitan<br />

escalar puestos secundarios 0 vociferaràn contra los abusos cometidos,<br />

pero sus discursos no encontraràn eco porque el pueblo sentira<br />

ya las ventajas dei nuevo régimen. El desarrollo industrial absorbera parte<br />

de las fuerzas que antes producian hondas perturbaciones al agitarse en<br />

la politica y las concesiones, paulatinamente otorgadas, iran atrayéndole<br />

al gobiemo la opinion de la juventud, desengaüada de los viejos ideales<br />

y el apoyo de los capitalistas de todos los bandos, que desean seguridad<br />

y bienestar. A cada progreso realizado en el orden material, a cada<br />

derecho respetado, corresponderân las filas opuestas con un movimiento<br />

que las acerque y permita nuevas concesiones y a la larga, serenades los<br />

ânimos y desaparecidos de la escena los antiguos caudillos llenos de<br />

Ideas exageradas, cuya presencia en ella impedia devolver la elasticidad<br />

necesaria al juego del organisme social, una oposiciôn moderada, apcnas<br />

viable, porque no tendra abusos que denunciar ni reclamos que alzar<br />

a 10 alto como banderas de guerra, estableccrâ un equilibrio casi perfecto<br />

entre las exigencias de los mas avanzados y la prudencia prcvisiva<br />

de los mas retrégrados.<br />

iLento aprendizaje de la civilizaciôn por un puebla niûo, que al<br />

traducirte en mi cerebro en una imagen plâstica y casi grotesca por la<br />

reduccién, me haces pensar en los gateos del chiquitin que balbucea<br />

silabas informes, en las andaderas que le impiden caer al ensayar los<br />

primeras pasos, en los pinitos que hacc entre una silla y una mesa,<br />

en el cuarto que atraviesa, apoyandose en los muebles, en las caminadas<br />

de a diez metros que sorprcndcn a la marna sonriente, hasta que el<br />

mùsculo endurecido por el ejercicio y el vigor de los nervios le permiten<br />

caminar colgado de la mano de la nodrizal ... [Las piernecitas que<br />

apenas la sostienen tendràn mas tarde tendones y mésculos y osatura<br />

formidable con que optima los ijares del caballo fogoso en que cruce<br />

la llanura, '! Jas manos pequeüas llenas de sonrosados hoyuelos, euyos<br />

dedillos sostenian con dificultad el juguete preferido, alzarân la azada<br />

para labrar el suelo de la patria y la espada para defenderlol ...<br />

Veo mentalmente la transformaciôn del pais en los personajcs que<br />

me acompanarân en cada época y en cada escena de la tarea, desde la<br />

entrada a la capital, a sangre y fuego, entre el estallido de las bombas<br />

y las descargas de la fusileria deI ejército vencedor, mandado por 10<br />

mas selecto de la aristocracia conservadora, mis primos los Monteverde,<br />

146


atléticos, brutales y fascinadores, improvisados generales en los campos<br />

de bataila, debido a sus audacias de salvajes; los viejos jefes encanecidos<br />

en el serviclo, el general Castro y los dos Vaiderrama, par ejemplo,<br />

hasta el dia en que estas vejetes venerables y estorbosos para mi pian<br />

duennan tranquilos en la tumba junte con los jefes civiles del parudo<br />

vencido, que sesentones y ttntando de miedo presenciaron et tnunfo<br />

cruento el dia en que se iroplant6 la dictadura, Los que eran en ese<br />

entonces mozuelos msulsos, convertidos los unos en ventrudos mtnistros<br />

de Estado, y los otros en fJacos periodistas de la opostcion, se daràn<br />

cuenta, en esa época distante a donde llega mi imagmacién, de que los<br />

problemas que a sus padres les perecieron insalubres, se resolvieron casi<br />

de por si ai fundar un gobiemo estable y dalles ocupaci6n a los vagos,<br />

al cultivar la tierra y ai tender rieles que facilitaran el desarrollo dei<br />

pais.<br />

En ese entonces, desprendido deI poder que quedarà en manos seguras,<br />

retirado en una casa de campo rodeada de jardines y de bosques<br />

de palmas, desde donde se divise en lontananza el azul dei mal y no<br />

lejas la cùpula de alguna capiUa sombreada POl" oscuros follajes, saciado<br />

ya de 10 humano y contemplando desde Iejos mi obra, releeré a los<br />

fil6sofos y a los poetas favoritos, escribiré singulares estrofas envueltas en<br />

brumas de misncismo y pobladas de visioncs apocallpticas que, contrastando<br />

de extraüa manera con los versos llenos de Iujuria y de fuego<br />

que forjé a los veinte anos, harân sonar abundantemente a los poetas<br />

venideros. En ellos pondré, como en un vaso sagrado, el supremo elixir<br />

que las multiples experienctas de los hombres y de la vida, hayan depositado<br />

en el fondo de mi alma ardiente y tenebrosa.<br />

Llevaré alli la existencia desencantada y dulcisima de un don Pedro<br />

II desposeldo dei tronc, que lee a Renan en las tardes de mcditaciôn.<br />

Depurado roi ser de todo sentimiento humano e inaccesible a toda emoci6n<br />

que no venga de alguna verdad, desconocida de los hombres y<br />

entrevista por mi, en el apaciguamiento de la vejez y con la serenidad<br />

que dan los sueiios reahzados, ai morir, nad a mas, sobre mi cadâver<br />

todavia nbio, comenzarâ a formarse la leyenda que me haga aparecer<br />

como un monstruoso problema de psicolégica complicaciôn ante las generaciones<br />

dei futuro.<br />

Micntras no baya realizado siquiera la primera parte de ese plan no<br />

dormiré tranquilo. Que es grande ... Mas grande era el de Bolivar al<br />

jurat la llbertad de un continente en la falda del Montepincio, el de<br />

Bonaparte cuando, encerrado a los veinte anos en el cuarttco de Dôle,<br />

pobre rnilitarcillo desconocldo, soàaba en cambiar la faz de Europa<br />

y en repartir tronos a sus hermanos como quien reparte un puiiado<br />

de monedas.<br />

147


-Yo estaba loco cuando escribi este, ,no Saenû- exclamé Fernandez,<br />

interrumpiendo la lectura, dirigiéndose al médico y sonriéndole amistosamente<br />

...<br />

-Es la ûnica vez que has estado en tu juicio- contesté Sâenz con<br />

frialdad.<br />

-Me habian ocurrido todas las cosas posibles e imposibles respecta<br />

de ti, menas ésta, jque alguna vez se te hubieran ocurrido semejante<br />

barrabasadasl Tu, presidente de la repûblica, qué degradaciôn para tisolté<br />

Bovira con acento indignado-. Tu de presidente de la repûblica ...<br />

-Dime, ,las ventas de las minas, los negocios en Nueva York y las<br />

pesquerlas de perlas, te dieron los resultados que esperabas, José?­<br />

.pregunté Luis Cordovcz con aire meditabundo,<br />

-Superiores a 10 que esperaba- respondiô el poeta ...<br />

- Y entonees ,qué te detuvo, di, qué te detuvo para hacer eso que<br />

habrias podido bacer y que era grande, enorme? -pregunt6 Cordovez<br />

con su entusiasmo de siempre.<br />

-Los pastelcs trufados de higado de gansa, el champaûa seco, los<br />

tintos tibias, las mujeres ojiverdes, las japonerias y la chifladura literaria-<br />

contesté Oscar Sâenz con displicencia, dcsde su sill6n perdido<br />

en la sombra.<br />

-Eres mas psicélogo que fisi61ogo- respondié Fernéndez,<br />

- Y tu eres un chiflado porque babiendo concebido eso hace ocho<br />

arias, nos la estas leyendo aqui ahora, en vez de haberlo realizado de<br />

parte a parte ...<br />

El té servido por Francisco, el criado viejo que acompaüé al poeta<br />

desde que le vio nacer, interrumpié la lectura por unos instantes.<br />

- Tres tazas de té has bebido, -jtres tazas!- le grit6 Sàenz a<br />

Femàndez, sin poderse contener al veria Ilenar por tercera vez la frâgil<br />

tacita de porcelana y agitar el arornàtico licor con la cucharilla- [Fernândez,<br />

siguer -dijeron en coro Cordovez, Sâenz y Pérez, mientras<br />

que Juan Revira se Ievantaba para despedirse diciendo ...<br />

-Soy una bestia. . . Nadie te quiere coma yo. Me encanto al oir a<br />

los inteligentes recitar tus versos y llarnarte gran poeta: de repente se<br />

me antoja oirte leer algo coma esta noche; pongo toda la atencién que<br />

Dios me dio, y, mi palabra de honor, que me quedo a oscuras de la<br />

mayor parte de la que oigo, .. ,QlIé tiene que ver todo cso que nos<br />

has leido, con el nombre de la quinta, con el cuadro de Ja galeria ni<br />

con la rnarca de los libros empastados en cuero blanco? .. Soy una<br />

bestia ... Maüana te mandaté las parasitas que Ilegaron hoy dei cafetal.<br />

-,Las odontoglosum? ... -preguntô Fernàndez, usando el nombre<br />

técnico de la planta por hébito adquîrido al .hablar de botànica con el<br />

inglés que cuida el Invernâculo.<br />

- No entiendo eso, las que querias, mandaron un mundo, . . Maüana<br />

las tendras. . . -y después de apretar las manas de los amigos, en la<br />

148


suya grande, dura y tostada, salié refunfuiiando entre dientes: - Decididamente<br />

no entiendo nada de eso, [soy una bestial ...<br />

- José, isiguel -dijo Cordovez con impaciencia al ver caer la portière<br />

roja sobre las espaldas dei gigante.<br />

y Fernândez ley6 asi a la luz de la lâmpara.<br />

Borracho de ideas y eansado de pensar, sali de mi escondite hace ocho<br />

dias a gastar las fuerzas que la quietud, los banos helados y el ejercicio<br />

habian acumulado en mi, y desde esa maûana hast a esta noche ha<br />

sido una orgia de rnovimiento incesante, de paisajes recorridos, de<br />

escaladas vertiginosas de montafias y de incansables caminadas por valles<br />

frescos lIenos de verdura nueva. [Ncveras, ventisqueros, altas cimas<br />

donde el pulm6n se lIena de aire purlsimo, los ojos de claridades imprevistas,<br />

el cerebro de grandi osas ideas: donde la sangre se vivifica y se<br />

enriquece mejor que con la higiene mas cuidadosa, observada en una<br />

ciudad! Nunca experimentada sensacién de vigor ardiente y de fuerza<br />

muscular inagotable que gastar en nuevos ejercicios, me ha hecho sentir<br />

todo el vigor que cncierra mi cuerpo a pesar del que he derrochado<br />

en los ûltimos meses, y en todos los mornentos he meditado en los<br />

porrnenores de mi plan. Ni un deseo, ni una imagen sensual me han<br />

perseguldo: las tentaciones enfermizas se respiran con el olor de cocina<br />

y de perfumeria, de polvos de arroz y de mujer que flotan en el aire,<br />

cargado de efJuvios de lascivia y de gérrnenes de enfermedades mentales,<br />

de la Babilonia moderna.<br />

[Naturaleza, bendita seas!... [Tus espectâculos vistos en soledad<br />

completa, sin oir una voz humana que turbe nuestra meditacién, son<br />

coma un bromuro cficaz y calmante para las almas insomnes!<br />

Antier estaha en un ventisquero, todo blanco, claro, diâfano el suelo,<br />

las Iejanias llenas de niebla, donde reverberaba cl sol matinal, cl cielo<br />

luminoso. Los guias se habian quedado atrâs. Destapé el frasco plane,<br />

lIeno de chartreuse verde que llevaba en la cintura y sorbi un trago largo<br />

que me quem6 el paladar con el sabor de las plantas arométicas diluidas<br />

en el alcohol sutil, y me hizo correr calor por todo el cuerpo helado<br />

por el arnbiente glacial. Pensé en la Orloff, en las sâbanas de raso negro<br />

sobre las cuales extiende las curvas deI cuerpo arnbarlno perfumado de<br />

magnolia; en la tina de cristal rosado lIena de agua tibia que se opaliza<br />

con los vinagres aromaticos preparados par Lublin, y al sentlrme libre<br />

dei sortilegio carnal, en que vivi envuelto por seis meses, solté una carcajada,<br />

una carcajada vibrante y poderosa que reson6 como un disparo<br />

en el silencio blanco dei ventisquero: una carcajada de salvaje, después<br />

de que ha roto en mil pedazos el fetiche que 10 asustaba. [Adiôs, sensualidades<br />

de bizantino! jA vivir vida de hombre!<br />

149<br />

Interlaken, 25 de julio.


El eonjunto cosmopolita de estas mesas redondas de los grandes hoteles<br />

y los contrastes disparatados de todas ellas! El menu francés pareee un<br />

exotismo dada la composiciôn heterogénea de la dei Hotel Victoria,<br />

donde vivo... [Ohl, personajes que me divertis al observaros y dais<br />

a mi irnaginaciôn fantaseadora ocasiôn de forjarme vuestra vida mientras<br />

engullo los man jar es; grueso agente viajero alemân, oloroso a cerveza,<br />

que cuentas tus groseras aventuras de taberna y de burdel, entremezclândolas<br />

de earcajadas sonoras; gomoso parisiense, corbateado de rosa,<br />

de los zapatos y los bigotes puntiagudos y de la inteligencia roma, que<br />

estropeas lamentablemente los términos de sport ingleses al adaptarlos<br />

a tus pronunciaciones guturales; espaüol cuyo perfil regular y cerdoso<br />

bigote negro van precedidos de inevitable pitillo infecto y que a todas<br />

horas sigues con ojos de lujuria a la criada sulza coloradota y fresca;<br />

brasileros arnarillosos y enclenques, que exhibis inverosimiles diamantes<br />

pajizos monta dos en los botones de la camisa, y tiritâis de frio coma<br />

oistitls del tr6pico en las noches invernales de Londres; aventurero ruso<br />

de la rizada barba castaüa que sientes la nostalgia de la ruleta y las<br />

carpetas verdes de Montecarlo; viejas inglesas, secas unas veces como<br />

sarrnientos, desbordantes otras como informes paquetes de carne linfàtica,<br />

que recorréis la Europa entera, con el Baedeker en una mano y<br />

La Biblia en la otra, pronunciando el misrno beautiiul, beauuiul, charming,<br />

quite charming, ante los fiords glaciales de Noruega, los nevados<br />

y los lagos azules de la Sutza hcroica, los ardientes sitios de Castilla la<br />

vieja, llenos de nobles fiebres y los paisajes sonrosados dei Iitoral dei<br />

Mediterrâneo: viejas que atravesâis los paises que os atraen bebiendo el<br />

mismo té tibia, devorando los mismos asados sanguinolentos y escribiendo<br />

en vuestra clara cursiva las mismas cartas de diez hojas, con las<br />

espaldas vueltas a paisajes adorables; canonesa alemana de los catorce<br />

cuarteles en el escudo, que paseas por sobre la asistencia la insipida<br />

mirada incomprenslva de tus ojuelos grises 'y melàncoltcos: pareja de<br />

renteros franeeses a quienes alguna agenda de viajes traslada de lugar<br />

en lugar para que admiréis, sin comprenderlos, los sitios y los edificios<br />

designados por la guis [ohanne a vuestros entusiasmos de inofensivo<br />

turismo; honorable Mr. Woodding, que haciendo propaganda por cuenta<br />

de la secta trinitaria, con un ejemplar de los evangelios debajo del brazo,<br />

azotas con los faldones de tu larga levita negra, las madreselvas florecidas<br />

por la primavera y paseas tu prole -las cuatro chiquitinas rubias que<br />

parecen salidas de un album de Kate Greenway- par todos los caminos<br />

pIanos de cerca a todos los hoteles donde cuesta la asistencia diez francos<br />

por dia; enorme conde valaco 0 rumano de la melena rizada a la caracalla<br />

y de ]05 Oj05 bovinos y apagados: principe iraliano, cuyo palacio<br />

secular, donde habitaron tus antepasados gloriosos, vendieron los aeree-<br />

150<br />

Interlaken, 26 de julio.


dores cansados de cobrarte; job, muestras de la calidad corriente de la<br />

especie hurnana, frabricadas de prisa por el Gran Hacedor, sin hinchazones<br />

de mûsculos y sin afinamientos de nervios, lectores de Ohnet,<br />

adoradores de Gaboriau y de Montepin. que considerâis como 10 supremo<br />

deI arte los cuadros en que sonrien las venus de pomada rosadas pintadas<br />

por Bouguereua, que os pasmàis oyendo las musiquillas italianas de hace<br />

treinta anos y las Idiotas pornograflas de los cafés-conciertos y a quienes<br />

dejan frios las dulces ingenuidades de los pintores prerrafaelitas, las<br />

sutilezas deI arte japonés, las grandiosas sinfonias de Wagner, los dolorosos<br />

personajes que atraviesan la sombra gris de las novelas de Dostoisvsky,<br />

las extraterrestres creaciones de Poe; admiradores de 10 medloere<br />

y de 10 fâcil, a quienes Max Nordau presentaria como prototipos deI<br />

perfecto equilibrio, todos vosotros engullis la misma sopa de fideos cosmopollta,<br />

los rnismos asados sospechosos, rociados con el mismo Medoc<br />

quimico, absorbéis la misma compota de negras ciruelas pasas con que<br />

los amables propietarios de los hoteles suizos nutren vuestras hermosas<br />

personas en las temporadas de veraneo! [Leves os sean esos manjares<br />

indigestos y conviértanse en sangre de vuestra sangre y en hueso de<br />

vuestros huesos y ayude a peptonizarlos y a facilitar vucstras difîciles<br />

digestiones la acciôn de gracias que articulan los labios enjutos y la<br />

bendiciôn que espareen en el aire los dedos flaeos dei abate Pazavilllni,<br />

sentado a la cabeeera de la mesa en que lueen ahora el queso de<br />

Camembert de coloraci6n cadavérica, el roquefort delicuescente y la<br />

decocclén de chicoria, amarga con que, ereyendo que absorbéls cl café<br />

aromàtico, el licor de Voltaire y de Balzac, flnalizâis vuestros pantagruélicos<br />

almuerzos!<br />

Interlaken, 5 de agosto, por la noche.<br />

Nini Rousset. la divetta de un teatro bufo deI Boulevard; Nini Rousset.<br />

la que vestida con una guirnalda de hojas de parra, enloquecié una<br />

sala de prostitutas y de vividores, exhibiendo desnudas las curvas de<br />

estatuas y las frescuras tûrgicas de su cuerpo de Venus. en una revista<br />

del afio pasada; Nini Rousset, a quicn mandé ramos de gardenias y un<br />

par de diamantes sin lograr mas que una mueca de hurla y una frase<br />

grosera el dia en que quise hacerla mla; Nini Rousset, par quien habria<br />

dada un mes de vida antes de tropezar con la OrIoff, acaba de salir de<br />

mi cuarto, dejândome en él su olor de Chypre y en los ncrvios la vibracién<br />

de una violenta sacudida de placer. Llegé hacc una hora, con seis<br />

baéles lIenos de sombreros y de vestidos y tres perros faIderos y al<br />

encontrar mi nombre en el registre dei hotel, después de instalada en<br />

su euarto, se vino III mio y entràndose en puntas de pies sc me aceree<br />

por detrâs y me cerro COn las manccitas blandas y suaves los ojos que<br />

151


leian en ese momento una pagina de la érica de Spinola ... h-jAdivina<br />

quién es, adivina qulén es, rastaquoere poeta, ospecie de animal, adivina<br />

quién es!"- gritaba besândomc y rnordiéndome la nuca con la boca<br />

010r05a a menta. Como un sâtiro borracho de sexo, la Ienvanté dei<br />

suelo con los brazos al desprenderme de su brazo lascive, y la provocaciôn<br />

cornenzada con su chanza infantil acabô, unos minutos después,<br />

en un doble maullido salvaje de voluptuosidad, sobre el divan de la<br />

alcoba.<br />

Antipatizo con ella con todas mis fuerzas. Es una cncarnaciôn auténtica<br />

de toda la canalleria y de todo el vicie parisiense. El Gil BIas cont6<br />

una vez, en un suelto, el antojo que tuvo al ver en una feria a un<br />

jayân que medio desnudo levantaba pesos de a diez arrobas, y la seduccién<br />

de] hércules hecha por ella al terminarse el espectâculo y la llevada<br />

de éste entre su cache, y el cncierro con él durante dos dias y dos noches<br />

en la alcoba por donde han pasado todos los que han tenido modo<br />

de disponer de unos cuantos billetcs de a mil francos para pagarse ese<br />

capricho por una noche. Es una Mesalina comptable: grosera coma una<br />

verdulera y hermosa como una venus griega... Se ha ido ahora a<br />

arreglar el modo de pasar la noche en mi departarnento sin que la<br />

vean los criados y a mandat helar unas botellas de champaïia. La orgia<br />

sera digna de mis cincuenta dias de abstinencia y de estudios estûpidos ...<br />

Acabo de levantarme, después de pasar cuarenta y ochos haras bajo Ja<br />

influencia Ietârgica del opio, deI opio divine, omnipotente, justo y sutil,<br />

coma 10 llarna Quincey, que pag6 con la vida su amor por la droga<br />

funesta bajo cuya influencia se embrutecen diariamente rnillones de<br />

hombres en el Extrcmo Oriente. Ha sido un absurdo pero no podia<br />

hacer otra cosa después de la escena horrible. Queria huir de la vida<br />

por unas horas, no sentirla.<br />

Cuando rendidos ambes de lujuria y de cansancio, borrachos de champana<br />

helado, la Rousset comenzaba A adormecerse con la hermosa cabeza<br />

sobre los almohadones blandos, una furia inverosimil, una ira de Sans6n<br />

mutilado por Dalila me crispé de pies a cabeza, al pensar, con toda<br />

la excitacién dei alcohol en el cuerpo, en los insultas groseros que nos<br />

habiamos prodigado en la hora anterior, entremezclândolos de caricias<br />

depravadas y en mis planes de vida racional y abstinente, deshechos por<br />

la noche de orgla. Un ImpulsoIoco surgié en las profundidades de mi<br />

ser, irrazonado y répido coma una descarga eléctrica, y coma un tigre<br />

que se abalanza sobre la presa cerqué con las manos crispadas, sujetândola<br />

como con dos garras de fierro, la garganta blanca y redonda de la<br />

divetta. j Ahogarla ahi, como un animal daüino contra las alrnohadas de<br />

] 52<br />

Gtnebra, 9 de agosto.


plumas! Dio un grito horrible al despertarse, asflxiândose, me clavé los<br />

ojos, con las pupilas dilatadas, como una cxpresi6n de terror sobrehurnano,<br />

y al adivinar mi intenciôn asesina, mientras que seguia estrechandola<br />

con las manos, gritô con voz tonca, -"iloco!, [Iocol, [estâ<br />

locol"- y sacudiéndome con la agilidad de un venado pcrseguido por la<br />

jauria, huy6 medio desnuda a encerrarse cn su cuarto, lIorando de<br />

miedo.<br />

No me habla atrevido a verle la cara al dia siguiente, A la madrugada<br />

llamé al criado que habia venido de Paris con mi equipaje, le di érdenes<br />

para venirme a buscar agui, y al llegar unas horas mas tarde al hotel<br />

me acosté y tomé una violenta dosis de opio. Bajo su influencia estuve<br />

cuarcnta y oches horas. Al asomarme al espejo ayer para vestirme, me<br />

he quedado aterrado de mi semblante. Es el de un bandido que no hubiera<br />

comido en diez dias; represente cuarenta aüos: los ojos apagados y<br />

hundidos en las ojeras violâceas, la piel apergaminada y marchita. Tengo<br />

10 voz trémula y vacilante el paso. Las visiones que me produjo el<br />

opio fueron aterradoras, pero no crei nunea que los estragos de la noche<br />

de orgia y de la droga venenosa me dcjaran en la postraciôn en que<br />

me siento ...<br />

lEI delirio de la abuelita moribunda, la locura a 10 lejos! [Dios<br />

miol [Dtos mio! Dlos de mi infancia, si existes, sdlvamel ... ,D6nde<br />

esrân Ja senat de la cruz y el rarno de rosas blancas que caerân en mi<br />

noche coma simbolo de salvaciôn? ...<br />

(Por d6nde empiezo? No sé. Es tan delicado, tan dulce, tan extraûo,<br />

tan aterrador ]0 que siento, que tcmo al querer decir la impresién con<br />

palabras, destrozar su frescura, como sc destrozaria cl csmalte de luz<br />

de una mariposa de Muzo, al quererla fijar con un clavo de hierro.<br />

Fue ayer tarde en un comedorcito reservado que tiene vista sobre cl<br />

jardin dei hotel y por cuyos balcones abiertos venia con la brisa del<br />

lago el olor moribundo de Jas madreselvas que 10 cnmarcan. Comia solo,<br />

deseoso de evitar las promiscuidades y cl ruido de la mesa comûn, y<br />

Ida las Soledades de Sully Prudhomme, Il la luz de las bujias dei candelabre.<br />

Un crlado entreabrié la puerta, encendié las de otro, puesto en<br />

la mesita vecina, colocé sobre ella un menu deI dia y volviendo a la<br />

pucrta cntreabierta, doblado en dos pronunciô un pus pouvez entre<br />

Mosié, pus pouvez, entre Mndemuasell ... con su mas puro acento aleman.<br />

Entraron, ella delantc, él atras, correspondieron la venia que les<br />

hice levantândome y, descrnbarazada cita del abrigo de viaje y del sombrero<br />

que Ic daba cierto parecido, por su forma extra fia, con el rctrato<br />

de una princesita hecho por Van Dyck, que esta en cl Museo de La<br />

Haya, se sentaron a corner.<br />

153<br />

Ginebra, J 1 de agosto.


Lentarnente, mientras examinaba yo la extraàn figura dei hombre, sc<br />

quité ella los guantes de Suecia y se froté las manas, dos manecitas<br />

largas y pàlidas de dedos afilados coma los de Ana de Austria en el<br />

retrato de Rubens, con que sr eché para atràs los bucles de la suelta<br />

cabellera castafia, rizosa y sedeüa que donde la luz la he ria de frente<br />

tenia vises de oro. La voz argentina y fresca SOno entonces discutiendo<br />

los platas de la comida. .. -"Para ti yi no de Rhi n y q ueso, (no papa? -,<br />

decia->. Para mi leche y fresas .. ." El hombre. que podria tencr cincuenta<br />

alios, pero con la cabeza y la barba blancas de canas camo un<br />

anciano, la miraba con dulzura paternel, que hacia mas extrafio contraste<br />

con la expresiôn dolorosa de las Iineas de su fisonomia fina de noble 0<br />

de artista. admirablemente modelada y cuya distinci6n aumentaban 105<br />

cabellos crespos y la fina barba blanca cortada en punta v el verde destefiido<br />

de sus ojos apasionados. -"Vas a corner sola"- le dijo-> estoy<br />

ansioso por Ieer los détalles" -, y coloc6 sobre la mesa. doblado a la largo<br />

un periôdico impreso en caracteres alemanes, ,. -"Lee" -, contestéle<br />

ella, acercando el candelabre para que la luz cayera sobre la hoja.<br />

Una simpatîa irresistible me habla ligado a eJlos en esos segundos en<br />

que, olvidados de mi presencia, los examinsba con mi curiosidad insaetable.<br />

Sin duda habian oucrido huir de la vulgaridad de. los comcnsales<br />

de la tahle d'hote, al refugiarsc en el comedor reservado. Para que aquellas<br />

canas blanquearan sus sienes, para que las bondas arrugas de sufrimiento<br />

surcaran as} su frente amarillenta de pensador, para que aquella indeleble<br />

expresiôn dolorosa le marcara asi las facciones, debia él haber<br />

sufrido horrlblemente, porque el vigor de su naturaleza se adivinada en<br />

las Iineas del cuerpo, moldeado por un vcstido gris de refinada elegancia<br />

v el perftl enérgico daba a pensar en un militar acostumbrado al mande<br />

y rctirado del servlcio, El otro perfil, el de ella. Ingenue y pure como<br />

el de una virgen de Fra Angéltco, de una insuperable gracia de lineas<br />

y de expresi6n. se destacaba sobre el fondo sombrio deI papel del comcdor,<br />

iluminado de lleno por la luz dei candelabre. <strong>Completa</strong>ban su<br />

helleza los cabellos, que se le venian y le calan sobre la frenre estrecha<br />

en abundosos rizos, las débiles curvas del cuerpecito de quince allos, con<br />

cl busto largo y esbelto, vestido de seda roja, las manos blanquisirnas<br />

y finas, AI bajar los pârpados, un poco pesades, la sombra de las pestafias<br />

crespas le cala sobre las rnejillas pâlidas, de una palidez sana y<br />

fresca como la de las hojas de una rosa blanca, pero de una palidcz<br />

exangüe, profunda, sobrenatural casi, y por la curra armoniosa de los<br />

labios rosados flotaba una sonrisa supremamente comprensiva. No le<br />

habla visto los ojos y fascinado como estaba por la gracia de su figura<br />

ideal. por la Irnpresién de frescura y de aristocracia que cmanaha de<br />

toda ella, camo emana cl aroma de una flor que se abre, sofiaba en<br />

vérselos. De repente sacudi6 la cabeza hacia atrâs, y agitando los sedosos<br />

bucles de la cabellera castaüa, la volviô en la direcciôn de mi asiento y<br />

154


los clavô en mi, mirândome fijamente, con expresiôn severa. Eran unos<br />

grandes ojos azules, penetrantes, demasiado penetrantes, cuyas miradas<br />

se posaron en mi corno las de un médico en cl cuerpo de un leproso<br />

corroido por las ulceras, y buscaron las mias como para penetrar, con<br />

despreciativa y helada insistencia, hasta el fondo de mi scr, para leer<br />

en 10 mas intimo de mi alma. Por primera vez en mi vida bajé los<br />

ojos ante una mirada de mujer. Me parecia que, en los scgundos que<br />

sostuve la suya, habla leido en mi, como en un libro abierto, la orgia<br />

de la vispcra, la borrachera de opio, y penetrando mas lejos, la pufia­<br />

Iada de la Orloff, Jas crapulas de Paris. todas las debilidades, todas las<br />

miserias, todas las vergüenzas de mi vida. Incliné la cabeza avergonzado<br />

como un chiquillo de escuela sorprendido en Ialta, buscando una cstrofa<br />

del libro. Sentia que sus miradas sc habian posado en él, que ya sabla<br />

que era un libro de poesias, de aquellas poesias de Sully Prudhomme,<br />

dulces y penetrantes como fernenilcs quejidos .. _ Con la mirada que le<br />

dirigî habria querido pedirle perdon por haberla contemplado con mis<br />

ojos que han visto la maldad humana y sc han dclcctado en su es"<br />

pectéculo, porque la luz de pureza, de santidad que irradié en los suyos<br />

a la primera mirada que cruzamos, me habia sugcrido no sé qué<br />

extraüa impresién de mistico rcspeto irresistible ... AI mirarla de nuevo<br />

me encontre con sus pupilas fijas en mi, y habria bajado las mias<br />

si no hubiera visto en el 1'17.\11 de las suyas, en la curva de los labies<br />

Finos, en toda la dulce flsonomia una expresién de làstima infinita, de<br />

suprema ternura compasiva, mas suave que nlnguna caricia de hermana.<br />

Aquella rnirada derramé en mi espiritu la paz que baja sobre lm corazôn<br />

de crlstiano después de confesar sus faltas '!


se humanizô sin perdcr su nobleza majestuosa y un ensucâo de tcrnura<br />

divina se dilaté dentro de mi, como la luz de la aurora entre ln oscuridad<br />

de una madrugada tétrica disipando las sombras, llenândomc el alma<br />

de claridadcs tibias, de temblores de savia, de frescuras de agua cristalina<br />

y de cantes de pâjaros, que subcn hacia cl sol, venccdor de ln<br />

noche.<br />

Los rccuerdos de mis liviandades pasadas desaparecieron ahuyentados<br />

l'or la luz. la fuente de aguas vivas brot6 dei pefiasco érldo, y las imagenes<br />

de un idilio se dcsarrollaron y vivieron en el fondo de mi cspiritu,<br />

Seeia en cl fondo del bosquc, donde la sombra de las ramas cac sobre<br />

la alfomhra de hojas sccas y rojizas y sobre el césped blando. Vestida<br />

de blanco, sentada en musgosa coca. '10 arrodillado a sus pics. con la<br />

frentc fchrH apovada en sus rodillas, acariciarian mi cabeza sus lnrgas<br />

manos pâlidas, y la caricia dcrramarîa en mi, no la fiebrc voluptuosa del<br />

arnor humano, sino la calma Iuminosa del amor divine. Con la voz ahogada<br />

le diria que la habla buscado por largos aüos, que mis Iablos, quemados<br />

por los câltdos borgoüas y ]05 champafias ardicntes de las orgias<br />

de la ticrra, tcnîan sed de su amor infantil y puro, coma del oglio<br />

de una fuente oculta dondc se copian los helechos y sc refleja cl cielo.<br />

Las estrofas dulctsimas de Fray Luis de Lcôn subinn de mi boca hacla<br />

ella coma un cantico .<br />

AI",n dtviPla, en velo<br />

de [emeniles forlnas encerrada,<br />

CIIDII,lQ vlntsto nl .mcln<br />

rolJ(r~tc de pasada<br />

/a cc/est/al, rlqlltslma moratÙr.<br />

Volvi a buscar las pupilas azulcs y sus miradas de mistcriosa ternura<br />

me declan que consentia en mis sueûos y una expresiôn de sobcrano<br />

amor csplendia de la pàlida Faz, vuelta hacia mi. Ante mi imaginaci6n<br />

sobrecxcitada y que habla pcrdido la nociôn de la rcalidsd, el oro de<br />

105 cabellos sueltos, hcridos por la luz de las bujias, revistié cl brille<br />

de una aureola que irradiaba sobre el fonda oscuro del comedor.<br />

Al levantar los ojos verdosos dei periôdico que Ida. cl padre dirigiélc<br />

la palabra en italiano y rompié la fascinaciôn. En las frascs que en cl<br />

mismo iclioma le contesté ella percibi los nombres de la Malloggia,<br />

de Sllvaplana y de San Moritz entre las dulccs silabas cantantes de la<br />

Icngua de Leopardi, que tomaban (In su boca sonoridades de rnûsica.<br />

-Sirvanos ustcd el café en el dcpartamento -dijo al criado el hombre<br />

de la barba blanca, levantàndose y pasândole el abrigo y ayudéndole<br />

a fijar, con infinitas delicadezas como de madre, sobre los rizos castaüos<br />

de la ind6mita cabellcra, la singular toca negra que atrajo mis miradas<br />

cuando entraron.<br />

156


Salieron dei comedor, él adelante, ella atrâs, y al volver la cabeza para<br />

que fucra mia otra mirada larga, pensativa y profunda de los grandes<br />

ojos azules, el brille de éstos, la palidez exangüe y como luminosa dei<br />

semblante y la esbeltez dei cuerpo largo y delgado, le dieron a mis ojos,<br />

al veria, asi, sobre el fonde negro que enmarcaba la puerta, el aspecto<br />

de una aparici6n.<br />

Vnos minutos después, al levantarme de la mesa, el brille de un<br />

objeto caido al pie del asiento donde se habia sentado, me hizo acercarme<br />

y recogerlo, Era un camafeo sobre cuyo fondo gris 10 blanco del relieve<br />

forjaba una rama con tres hojas, y revoloteando sobre eIlas, una mariposa<br />

con las alas abiertas, La piedra estaba montada en Oro mate, en<br />

forma de broche y las joya, de una perfecci6n insuperable de trabajo, sc<br />

le habia caido, seguramente, al quitarse el abrigo.<br />

La guardé para entregârsela al dia siguiente y encontrar en la ocasi6n<br />

dada por la casualidad, un principio de relaciones, y sali a buscar en el<br />

registre de la porteria los nombres de los singulares viajeros. Habian<br />

Ilegado hacia tres horas y habia dicho él que pasarian dos dias en el<br />

hotel al tomar el departamento rnarcado con el numero 9, una gran sala<br />

con dos alcobas laterales, situado en el segundo pise y con vista sobre<br />

el jardin. Venian de Niza, no habian anotado el lugar a donde sc dirigian<br />

y estaban inscrites con los nombres de Conde Roberto de Scilly<br />

y Helena de Scilly Dancourt.<br />

Una Idea extrafia me cruzé por la mente. Aquel nombre, Helena, no<br />

evocaba en mi ninguna figura de mujer que se fundiera con él, ninguna<br />

de las que han atravesado mi vida, dejandome la melancolia de un fin<br />

de amor tras de los fugitivos sntusiasmos, se Ilamaba asi, sofïé en la<br />

princesa Helena dei idilio de Tenysson y mentalmente la llamé Helena,<br />

como a una amiga de la infancia.<br />

Una mano enguantada de cabri tilla oscura se apoy6 en mi hornbro<br />

sacàndome de mis sueûos, Era la de Enrique Lorenzana, uno de mis<br />

armgos de la adolescencia, que vive en Londres y que, de paso por Ginebra,<br />

en los dias anteriores, habla venido a verme sin lograrlo porque<br />

mi criado, mientras estuve bajo la influencia del opio, no dej6 entrar<br />

a nadie al departamento, dando como excusa, por orden mia, una enfermedad<br />

grave.<br />

- Hombre -de dijo estrechéndomc la mano entre las suyas-, he<br />

venido a verte tres veces y no 10 he conseguido , .. ,Ha sido grave el<br />

mal? .. Estas horriblemente desfigurado y pâlido y nenes un aire de<br />

crapula, que a no conocerte me haria pcnsar horrores de ti. .. -agrego<br />

familiarmente y después de convcrsar conmigo media hora en el cuarto<br />

de fumar, donde dos yankees atléticos y sanguineos infcctaban el aire<br />

con el humo de sus cigarrillos de Virginia y se envenenaban sisternâticamente<br />

con whisky oloroso a petréleo, me obligé a vestirme y a acompanarlo<br />

a una conferencia de historia que daba esa noche una notabilldad<br />

157


local. Puso en su empeûo para llevarme la dulzura grave de un herrnano<br />

que quiere arrancar a otro de dolorosas ideas por rnedio de una distracciôn<br />

impuesta casio Indudablemente con su perspieacia de fisonomista<br />

nato, me ley6 en la cara los estragos dei opio.<br />

Al volver a pie al hotel, con una medianoche espléndida, constelada<br />

de estrellas, entre cuyo cielo brillaba la luna en su ultimo cuarto, como<br />

una joya de" plata sobre un estuche de raso negro, los follajes de los<br />

àrboles, que se medan al soplo del viento, las aguas del lago, con sus<br />

transparencias profundas donde temblaban reflejos de astros, eran un<br />

cuadro digno del sentimiento nuevo que llenaba todo mi sec y me hacia<br />

volver a los puros y lejanos dias de mi adolescencia, La mirada de las<br />

pupilas azules, radiosas en la hsonomia mortalmente pâlida que enmarcaban<br />

los rizosos cabeUos castaüos, iluminaba mi espiritu. Soûando en<br />

ella salvé la puerta de hierro de la verja del hotel y, temiendo el insomnio<br />

seguro en mi leche, comencé a pascarme por el jardin. La vegetaci6n<br />

oscura manchada de blanco aqui y alH por las flores abiertas olia, coma un<br />

frasco de esencia rara: brillaban arriba las estrellas y, en la quietud de la<br />

medianoche, se oia el silencio. De repente al levantar la cabeza para ver<br />

el cielo a través de los ârboles que extendian contra él las masas negras<br />

de sus ramazones, vi iluminado en la fachada, uno de los balcones del<br />

segundo piso, con los cristales abiertos, y Jas corunas blancas caidas.<br />

Una larga sombra de mujer, camo envuelta en un mante que le cayera<br />

de la cabeza sobre los hombres, se destacaba confusa sobre la blancura<br />

de niebla del transparente. Era Ella; era esa la alcoba de la izquierda<br />

del departamento numero 9. Seguramente el padre dormia ya, en la de<br />

la derecha, donde no habla luz.<br />

Movido por un impulse irresistible arranqué unas cuantas flores de<br />

los matorrales, calculé el peso necesario para que el ramo llegara a su<br />

destina, fijé en él mi tarjeta y volvi a bajar al jardin. La luz atumbraba<br />

todavia los transparentes blancos caldos hasta el suelo y agitados suavemente<br />

por la brisa nocturna. La sombra habia desaparecido, Con el corazén<br />

salténdome del peche, coma un ladrén que teme ser descubierto, me<br />

escondia en la sombra de un matorral, y de pic sobre el banco de piedra,<br />

tiré el ramo, que cruzé par el aire y fue a caer adentro, en el cuarto,<br />

por entre la abertura de las cortinas.<br />

Estas se levantaron un momento después y me dejaron ver en el fondo<br />

oscuro del aposento la luz de la làmpara que ardia cobijada por amplia<br />

pantalla de gasa. Volviéndole las espaldas, camino de frente la silueta<br />

negra y Iarga, camo la de una virgen de Fra Angélico, lleg6 al balcon<br />

y con la cabeza alzada haeia el cielo, levanté la mano derecha a la altura<br />

de los ojos, trazando con ella lentamente una cruz en la sombra, mientras<br />

que la izquierda arrojaha con fuerza algo que atravesô el espada, y vmo<br />

a caer a mis pies - blanco como una paloma- sobre el suelo sombrio.<br />

Era un gran ramo de flores, que regé pâlidos pétales en el espacio oscuro<br />

15R


al cruzarlo v rcboté al tocar la tierra . .. En el ruido de su caida mc<br />

pareciô oir l~s palabras del delirio de la abuelita agonizante, "Seûor , sélvalo<br />

de la locura que ]0 arrastra, sàlvalo dei infierno que 10 reclama" .. ,<br />

Hondo estrcmecimiento de religioso temor me sacudié ]a carne, corrié<br />

por mis espaldas un escalofrlo sutll y coma si me hubiera tocade la<br />

muette, caf desfallecido sobre el banco de piedra. Al volver en mi y<br />

recordar la cscena busqué las flores cuya blancura se vela en la sombra,<br />

para eonvenccrme de que no habla soüado. Era un ramo de pâlidas rosas<br />

té que Ievanté para besarlo. Volvi los ojos a la fachada del hotel que<br />

estaba ya oscura y muerta, y por cuyos balcones cerrados no Filtraba un<br />

sélo rayo de luz.<br />

Cuando desperté esta maâana, después de un dormir enferrnizo, conseguido<br />

con dos granmos de clorai y lleno de las lmâgenes del dia, de<br />

los ojos azulcs, de la Faz pàlida, de la cabellcra castaüa, del incesante<br />

revoloteo de una rnariposilla blanca sobre tres hojas verdes y del rarno<br />

de rosas, el sol rayaba de oro las persianas de mis balcones. Eran las<br />

diez y media. Busqué con los ojos las flores, creyendo que la escena<br />

nocturne formaba parte de la pesadilla de cloral, Ahî estaban en cl jarron<br />

de Bohernia dondc las habla puesto al acostarmc. Medio marchitas ya,<br />

pendian algunas sobre la mesa y dos de ellas cubrian cl camafeo montado<br />

en 01'0 verdoso,<br />

Tras del bafio y la minuciosa toilette con que quise hacer dcsapareccr<br />

las huellas del opio y dei cloral, bajé al comedor a tornar el té matinal.<br />

Me sentia triste y Con el corazôn oprimido por un peso extraüo. El<br />

crlado que me sirvié la vispera trajo el desayuno y con él un telegrama<br />

de Miranda y Compania, llegado en las primeras haras de la maüana.<br />

Vencicndo cierta repugnancia 10 mandé a preguntarle al conserje del hotel<br />

si cl sefior Scilly y la seüorita habian salido. Cuando volvié, tomando<br />

ya el té y lcido el telcgrama, 10 esperaba con ansiedad.<br />

-El seüor y la sefiorità sc fueron esta manana, a primera hora,<br />

llevando sus cquipajes en un coche particular que vina a buscarlos. El<br />

conserje le oyé decir a él a la estaciôn, pero no oyé el nombre de la estaciôn<br />

, ., ,El serier toma mas té? -pregunt6 mirando la taza vacia ...<br />

,Donde buscarla cuando termine en Londres el negocie con Mortel y<br />

Blundel; déndc buscarla, porque necesito veria como necesito respirar,<br />

volverla a ver, banal' mi alma en la luz de sus ojos azules, besar sus<br />

manos largas y blancas. arrodillado a sus pies? ,Por qué la bendici6n y<br />

el ramo de rosas que coinciden de tan singular manera con las frases<br />

dei delirio de la viejecita agonizante?,.. ,Conque el misterio puede<br />

adquirir asi forma material, mezclarse a nuestra vida. codearnos a luz<br />

deI sol? ., El ramo de rosas esta ya encerrado en una caja de cristal<br />

que me perrmtirâ llevarlo en el vlaje, y la caja se ha perfumado con el<br />

tenue 0101' de las flores moribundas.<br />

159


Miranda & Compaüia me avisan ha ber recfbido carta de Morrel, diciéndoles<br />

que aceptan el precio que fijé a las minas, en virtud del informe<br />

de la comisién de ingenieros que volvi6 ya y cuyo dictamen esperabamos<br />

para cerrar el negoclo.<br />

Estaré en Londres el 15, camo 10 exigen, para firmar las escrituras,<br />

y me Iré de aqui hoy mismo para sonar con ella mie nt ras viajo.<br />

,D6nde estarà? .. En la Engadina, seguramente. .. Le oi nombrar<br />

a la Malloggia, a Silvaplana y a Saint Moritz. . . Terminado mi asunto<br />

con los banqueros ingleses la iré a buscar alla, y si no la encuentro la<br />

busearé en toda Europa, en todo el rnundo, porque necesito verla para<br />

vivir.<br />

Dos meses de vida en la ciudad monstruo, no visitada en mi ùltima<br />

permanencia en Europa y de la cual guardaba la confusa impresiôn recibida,<br />

hace once anos; dos meses que se han deslizado rapidos entre<br />

Jas innurnerables diligencias 'lue requirié la venta de Jas minas, y la ansiedad<br />

con que espéré inûtilmente respuesta a mis telegramas dlrigidos<br />

a todos los grandes hoteles de Europa i y a las cartas en que solicité en<br />

vano de algunas agendas de informes datas acerca del paradero de Scilly<br />

y de su hija.<br />

Su hija ... me sonri6 al pensar que he cscrito esa palabra. .. No la<br />

llamo asi cuando al nombrarla mentalmcnte la evoco con toda la suave<br />

gracia de esus contornos apenas nubiles de largos lineamientos envueltos<br />

en la seda roja dei corplûo, con su mortal palidcz cxangüc, cnmarcada<br />

por el oro oscuro de la destrozada cabellera y alumbrada por la luminosa<br />

sonrisa de las pupilas azules: la llamo Helena, como si la inthnidad en<br />

que he vivido Con su imagen la hubiera acercado a mi, y Ja nombro<br />

con ln ternura que vibraria en mi voz agitada si oprimiera en las mias,<br />

impolutas de todo contacto fernenino desde la noche en que recogi el<br />

ramo de rosas blancas hasta el instante en que escribo estas Ilneas, sus<br />

largas manos alabastrinas que al hacer en el aire la mistica sefial de la<br />

cruz arrojaron las pâlidas flores entre la sombra nocturna.<br />

[Helena! [Helena! ... A veces, en la quietud de la media noche,<br />

silienciosa en este rincôn dei Londres millonario, sentado frente a mi<br />

escritorlo sobre el cual esta abierto un tomo de pocsias de Shelley 0<br />

Rossetti que ahora me embargan con sus etéreas delicadezas y la mùsica<br />

casi italiana de sus estrofas, alzo los ojos del libro y contemple a la luz<br />

de la lâmpara el carnafeo montado en oro que no pude devolverle.<br />

Digo entonccs su nombre en alta voz como una f6rmula evocatoria<br />

que hubiera de hacerla surgir y aparecérseme, alla en el fondo sombrio<br />

de la estancia donde caer cn plicgues opulentos y pesades las cortinas de<br />

160<br />

Londres, 11 de octubre.


terciopelo verde, e irse acercando, aeereando, sin tocar la alfombra basta<br />

detenerse en el circulo de luz de la Iâmpara y -mirarme con sus ojos<br />

dominadores.<br />

,Por qué sin tocar la aZfombra? pregunta al analista que llevo dentro<br />

de mi mismo y que percibe y discrimina hasts las sombras de mis Ideas ...<br />

,Por qué sin tocar la alfombra? Ria al oir esta frase el Metistôfeles que<br />

todos llevamos dentro dei alma, agite las luengas plumas dei rojo birrete,<br />

crispe diabélica mueca su irénica fisonomia, iluminada por un reflejo<br />

de infierno y lance al aire su carcajada de burla; sin tocar la alfombra<br />

porque al pensar en ella la veo, incontaminada por la atrnésfera de la<br />

tierra, insexual y radiosa coma los querubines de Milton. Las frases que<br />

vicnen a mis labios para cantarla, entonces, no son los inarménicos periedos<br />

de mi prosa incolora, sino estos versos de La Vita Nuova, en que cl<br />

Dante habla de Beatriz:<br />

"Cuando mi Dama camlna POl alguna parte, Amor exttcnde sobre los<br />

corazones corrompidos una capa de hielo que rompe y destruye todos los<br />

males pensamientcs.<br />

"El que se exponga a verIa 0 se cnnoblece 0 rnuere; cuando olguno dlgno<br />

de mirarla la encuentra, experimenta todo el poder de sus virtudes y si<br />

eUa le honra con su saludo dulclsimo le vuelve tan modesto, tan hcnrado<br />

y tan bueno, que llega hasta perder el recuerdo de los que 10 ofendicron.<br />

"Y Dios ha concedido una gracia particular a mi Dama: la persona que<br />

le dirige la palabra no puede tCDCl' mal fin".<br />

Esta noche, hace dos meses de la noche deI Interlaken; a estas horas<br />

ya estaba dorrnido, bajo la influencia del cloral. Es curiosa la historia<br />

de los scsenta dias que han pasado desde la hora de! encucntro,<br />

Se fucron los primeros dtez en formalizar la venta de las minas de<br />

Mal Paso, y al tcrminar el siguiente ya el Banco de Inglaterra 'me tenia<br />

abonadas en cuenta las cien mil Iibras recibidas como preclo, de Morrel<br />

y Blundel, sin que esa noche, cxcitado por la idca de aquel dinero ganado<br />

casi sin esfuerzo, me sugieran la imaginaciôn ni los sentidos una<br />

sola tdca de placeres qué buscar ni de emoeiones ardientcs qué obtener<br />

con ese oro que podia transforrnarsc en sensuales locuras. Retirado en<br />

mi casita cuyos balcones tienen vista sobre Hyde Park, y donde los tapiceros<br />

instalaron râpidamentc los mobiliarios y obras de arte que mc rodeaban<br />

en Paris, he dividido mi tiempo entre un trabajo que estoy haciendo<br />

en cl Foreign Office, las visitas Il los invernéculos de mas failla<br />

y una serie de estudios nuevos emprendidos aqui, en la quietud de mi<br />

escrltorio, con dos profesores de renombre.<br />

Mis derroches de la ternporada no alcanzan a mil Hbras; sctecientas,<br />

pagadas por un cuadro de Sir Edward Burnc Jones y las doscicntas }'<br />

pico de una cuenta deI librero, cubierta ayer. No he puesto los pics en<br />

un salon a pesar de que los Lorenzana, Roberto Blundell y Camilo<br />

161


Mendoza, nuestro gran estadista que vive en Richmond, me han visîtado<br />

con insistencia. No he pisado un restaurante ni un teatro, y mis paseos<br />

a pie se han dirigido de preferencia hacia los bardos silenciosos de la<br />

burguesia acomodada, donde las amplias calles, veladas por las nieblas<br />

de otoûo extienden, a la hora dei crepûsculo, la monotonia de sus manstones<br />

tranquilas, separadas de la via pûblica por las verduras de los<br />

jardinillos que anteceden sus fachadas,<br />

Por ellas cuàntas veces he andado a esa hora - paseante ingenue y un<br />

poco desprendido de si mismo para sorprender el alma bntànica en sus<br />

sencillas manifestaciones exteriores- y me detenido cuando por la ventana<br />

de guillotina de algûn balcon entreabierto adivino, al través de los<br />

vidrios, la luz de la làmpara que alumbra la veIada farniliar, de una<br />

Iàmpara cuya luz cae sobre la amplia mesa de oscura carpeta cerca de<br />

la cual se sentarân la vieja de antiparras, papalina y peluquin, cantada<br />

por Pombo, el grueso inglesote colorado y Hemàtico, que lee el 'fit-Bits<br />

y contempla carcajcandose las caricaturas de Punch, y las dos misses<br />

rubias y frescas de ojos verdosos, con el visitante vestido del Inevitable<br />

smoking, para tomar el eterno té ubio, desvirtuado por la leehe abundante;<br />

la infusiôn insipida en que la vieja y pudibunda Albion ha couvertido<br />

el nervioso licor que en la tierra nativa apuran los mandarines vestidos<br />

de seda rosada y las risueüas mousmés de oblicuos ojos, en diminutas<br />

tazas de fragil porcelana delgada como una céscara de huevo, que<br />

lucen ramos de crisantemos, doradas médias lunas, hierâtlcas grullas e<br />

tnverosimiles pagodas.<br />

Otras veces para buscar el contraste, envuelto en oscuro ulste: que<br />

oculta el vestido, reeorro el horror de los barrios pobres, llenos de seres<br />

dcgradados y OSCU1'OS, poblados de mendigos y donde la bruma otoüal<br />

ahoga la escasa luz rojiza de los faroles de petréleo, para entrever, tras<br />

de la grasientas vidrieras de algün tienducho Ileno de rcstos de cosas<br />

que fueron, la cara afilada y hambrienta de algûn judio que pareee<br />

sahdo de un ghetto de la Edad Media y en el fondo de las tabernas<br />

hediondas a venenoso brandy y a cervezas nauseabundas, siniestros perfiles<br />

de rufianes, arrugadas facies de viejas proxenetas y caras marchitas<br />

de chicuelas desvergonzadas, corroidas ya por el vicio, y que tienen todavia<br />

aire de inocencia no destruida por la incesante venta de sus pobres<br />

caricias inhabiles.<br />

j Flota sobre mi espiritu el melancélico recogimicnto deI otofio, de sus<br />

follajes quemados y cnrojecidos por el frio, de los nubarrones corizos y<br />

violacees de sus crepûsculos, deI olor a nidos abandonados y a cloroformo<br />

de las hojas que se desprenden de las ramas, y revolotean en el<br />

aire hûmedo, bajo los rayes enfermizos dei sol de octubre, que apenas<br />

las calientan, para caer al suelo y esperar alli, podridas y negras, la soledad<br />

del invierno helado y las frescas sinfonias de la primavera!<br />

162


Por la noche me cnvuelve una pereza del cuerpo que me hace sonreir<br />

si al entrar al cuarto de vestime veo el negro frac, los brodequines de<br />

charol, la resplandeciente camisa, los calcetines de seda, los paâuelos<br />

de batista, los guantes blancos y las gardenias para el ojal, puestas en<br />

vasitos de electroplata, que Francisco, mi viejo criado, prepara cuidadosamente,<br />

sin consultarme, y extiende sobre un divan bajo, frente al<br />

enorme espejo claro, enmarcado de bronce, en prevision de una salida<br />

mundana. Me sonné y visto amplio vesndo de franela; friolento, hago<br />

encender la chimenea cuyo suave calor neutraliza la temperatura que<br />

anuncia un invierno rigurosisimo, y con las piernas envueltas en la eterna<br />

manta sevillana compaüera de mis viajes y aspirando el humo opiado y<br />

aromàtico de un cigarrillo de Oriente, me siento cerca al fuego para<br />

contemplar los derrumbes de negros castillos que forjan los troncos carbonizados,<br />

el rojo de las cavernas de fuego, donde arden los tizones y<br />

los incendios azules de las lengüetas de llama. Horas de Infinite recogimiento<br />

en que mcdito cn el plan que ha de inmortalizar mi memoria,<br />

lecturas de Shakespeare y de Milton, en el silencio de las madrugadas<br />

insomnes, [cuân Iejos estais del brutalismo gozador de mis noches parisienses<br />

en que, tras de una cena de langosta a la americana y champaûa<br />

extradry, la alcoba de la Orloff oia mis gritos de salvaje voluptuosidad<br />

y su cuerpo delicado se lastimaba estrujado por mis manos gozadoras! ...<br />

Enrique Lorenzana, el socio de Botwell, con quien estuve en Ginebra,<br />

vlno aqui anoche y me dijo al entrar y verme: -"Eres otro hombre<br />

dei que vi en Suiza; [estâs rosado y fresco coma una miss y se te rien<br />

los ojos!. .. ". Ya 10 creo que soy otro hombre. .. jSi no llevara en el<br />

fondo dei alma la incurable nostalgia de las pupilas azules, si supiera<br />

c6mo encontrarla, cuàn fellz seria al sentirrne regenerado por ellal<br />

Pasé una noche atroz y no comprendo la causa. Un dia regular, la<br />

mitad gastada en el Ministerio de Relaciones Exteriores tomando copias<br />

fotogrâficas de la correspondencia dei Ministro que acredité mi pais en<br />

Inglaterra para pedir el reconocimiento de su independencia, la tarde en<br />

una fàbnca de fusiles -que con furia me he entregado a los estudios<br />

militares que requière el cumplimiento de mi plan- y la noche aqui,<br />

viendo una serie de aguasfuertes y de acuarelas que me ofrecen en<br />

venta; total: ninguna ernocién fuerte, Comida seneilla, con un poco de<br />

burdeos viejo y pâlido. y entonces ,por qué la horrible pesadilla que<br />

me ha hecho gritar y agitarme, la pesadilla angustiosa sin mas imagen<br />

que la atravesara, sino una caida mia entre la oscuridad negra de un<br />

abismo y, arriba, arriba, las tres hojas de la rama dei camafeo y cl<br />

revoloteo de la mariposa blanca sobre un cielo azul cruzado de nubes<br />

blancas? ..<br />

163<br />

Londres, 10 de noviembre.


,Por qué la depresiôn de hoy en que me siento sin énirno de trabajar<br />

ni de vivir, y pienso en Helena como un chiquillo, perdido entre la<br />

noche de un bosque, pensaria en las caricias de la madre? .. Es una<br />

obsesi6n enfermiza casi; al dormirrne la veo, vestida con el corpiüo de<br />

seda roja que llevaba en Ginebra, llamarme con la mano pâlida: al abrir<br />

los ojos, 10 primero en que pienso es en ella y al hacer un esfuerzo para<br />

recordar las impresiones del suefio, me parece que entre la oscuridad de<br />

éste ha pasado, vestida de blanco, con un vestido cuya falda cae sobre<br />

los pies desnudos, en una orla de dibujo bizantino, de oro bordado sobre<br />

la tela opaca, y llevando en los pliegues niveos deI manto que la<br />

envuelve, un manojo de lirios blancos. .. Ciertas silabas resuenan dentro<br />

de mi cuando interiormente percibo su imagen "Manibus date lilia<br />

plenis" . .. dice una voz en el Iondo de mi alma y se confunden en mi<br />

imaginaci6n su figura, que parece salida de un cuadro de Fra Angélico,<br />

y las graves y musicales palabras deI exâmetro latino.<br />

Todo eso es delicioso pero es una obsesién enfermiza y yo sé cl rcmedio.<br />

Digo el remedie porque el placer comprado me repugna como una<br />

droga nauseabunda y no esta en Londres ninguna de las dos amigas<br />

inglesas que me darlan una noche de caricias -ni aquella arlstocràtica<br />

Lady Vivian encontrada en Berlin hace un aüo, tan fresca y tan dulce<br />

y tan loca y tan ardiente; ni la otra, Fanny Green, la profesional a quien<br />

tuve tres semanas en Roma, hace cuatro aâos, estûpida como una campesina<br />

ignorante y sentimental como una heroina de Richardson, pero<br />

insuperablemente hermosa.<br />

No estân en Londres. Comprcndo cuâl es la causa de mi extrafio<br />

estado nervioso en que las imàgenes internas se convierten casi en alucinaciones<br />

y quiero susprimirlo. Me provoca por momentos salir a Regent<br />

Street a las Il de la noche, buscar alguna de aquellas Jenny, como la dei<br />

poerna de Rossetti:<br />

Oh, merry, laey, languid Jenny<br />

Fond of a kiss and fond of a guinea;<br />

hacer de ella mi presa, traerla a mi casa donde al ver el mobiliario y<br />

las vajillas y los cuadros, todo el Jujo de la Instalacién, abriria tamaüos<br />

ojos y sin explicarse mi capricho por su cuerpecito débit, tenerla unas<br />

semanas en que Jas pobres voluptuosidades que me procurara se mezclaran<br />

para mi de una impresién de piedad por ella y de obra de caridad<br />

hecha al evitarle sus interminables paseos por Pïccadilly y las brutalidades<br />

de sus compradores nocturnes, y calmada ccn el abuso la fiebre que<br />

me corre par las venas, despacharla regalândole alguna suma que fuera<br />

la que gasto en una joya de que me antojo y con que pudiera vivir<br />

tranquila hasta la vejez, en alguna casita risuefia de los suburbios, casada<br />

con el novio que la adoraba antes de caer y acordàndose de mi como<br />

de un semtdiés con quien se encontré un noche ...<br />

164


No puedo. Una presencia femenil en la casa donde esta el broche dei<br />

camafeo de Helena y donde tanto he pensado en ella. seria imposible.<br />

Al dia siguiente habria arrojado a la calle, colmândola de insultos a la<br />

pobrecilla chicuela, sintiendo por ella horrible odio y asco profundo.<br />

Fue Roberto Blundell, quien 10 arreglé todo. Es judio por la madre<br />

y con la perspectiva deI negocie proyectado, habrla hecho mas por tenerme<br />

contento, si yo 10 hubiera exigido. Ibamos juntos el dia que la encontré<br />

por primera vez y me quedé maravillado con su belleza que le valié<br />

hasta hace dos alios la protecciôn de un miembro de la Familia real.<br />

Parece que Blundell y ella son viejos amigos y me supongo que algo Ilegara<br />

a su cartera de cuero de caimân y esquineras de oro, de la fuerte<br />

suma que le entregué previarnente con la condicién de que todo se haria<br />

de acuerdo con mis deseos,<br />

AI penetrar en la alcoba Ia sangre me encendia las mejillas y me zumbaba<br />

en los oidos y vi a la sombra de las cortinas verdemar de azulosos<br />

cambiantes el oro dei amplio carre y las blancuras de espuma y de nieve<br />

de dondc emergia el busto. con el sena desnudo casi, mal oculto por<br />

la abierta carnisa de batista, todo alumbrado por la Iuz de una Iamparilla<br />

eléctrica que fingîa milagrosa flor de luz sonrosada entre las hojas de<br />

bronce Que la sostenian a la cabecera del leeho. -"Ven"-, me grit6<br />

sonriendo y mostrando entre los rosados labios el esmalte de la dentadura<br />

maravillosa; -"ven"-, y tendié los brazos, esparclendo en el ambiente<br />

cl olor de una mata de rosas que sacude el aire tibio de la primavera.<br />

-Sil Ve-, me gritaban 105 glébulos de la sangre encendida por el<br />

deseo, los nervios tendidos por la continencia de tres mescs, los mûsculos<br />

vigorlzados por la castidad -"e, sada tu scd en esc puro vasa de nâcar<br />

que quière sentir sus labios, bésalos, sadate, hàrtate. agoniza de voluptuosidad<br />

en sus brazos en un cspasmo de interminables vibraciones! ...<br />

Separândolos de los de ella, \'01v1los ojos hacia el fondo oscuro de<br />

la alcoba, donde la sombra sc aglomeraba reslstente a la luz eléctrica pOl<br />

el color sombrio de los tapices, y di un grlto . . . Acababa de ver unidas,<br />

en 10 alto del muro, como en una medalla antigua, el perm flno y las<br />

canas de la abuelita y sobre él, cl perfil sobrenaturalmente pâlido de<br />

Helena, en una alucinaci6n de un segundo.<br />

-~Por qué gritas? .. -pregunto, sin que desapareciera de sus labios<br />

frescos la sonrlsa dellciosa de voluptuosidad que los arqueaba . .. ~Por<br />

gué gritas? 10 que esta catdo ahi sobre la alfombra es un ramo de flores<br />

que recibî hoy de Niza, recôgelo, trâemelo y bésame -agrego reclinando<br />

los rizos rubios de la hermosa cabeza sobre el olàn de los almohadones.<br />

165<br />

Londres, 13 de noviembre.


Recogi el ramo, que no habia visto antes y con é} en la mana me<br />

acerqué al lecho, donde el torneado brazo, blando y fragante eircundé<br />

mi cuello.<br />

j Eres hermoso! -dijo clavândorne los ojos negros de acariciadora mirada<br />

y atrayéndome hacia ella-. Eres hermoso, pero, èPor qué miras esas<br />

flores con ojos de loco? son unas flores que me trajeron de Niza y las<br />

habla olvidado ahi... [Mira la mariposita blanca que se vino entre<br />

la cajal -grit6 mirando cl insecte que emprendi6 vuelo por el aire de<br />

la alcoba perfumada y tibia.<br />

Pretexté un vértigo y me despedî besândole las manos con que me<br />

detenia y trayendo en las mias el olor de las rosas té que formaban el<br />

ramo, y en los ojos el aleteo de la mariposilla blanca, que volaba ahi<br />

cn ese momento y en mis suefios hace cuatro noches, cuando en pesadilla<br />

.de indecible horror, rodaba yo al fondo dei abismo verriginoso.<br />

Helena venta de Niza la tarde en que la encontré en Ginebra. . . Las<br />

frescas rosas dei té deI ramo que he tenido en mis manos esta noche,<br />

estàn atadas con la misma cinta de extrafias Iabores en forma de cruz<br />

que sujeta las del otro ramo que ya no es mas que un cementerio de<br />

flores negras y marchitas entre la caja de cristal que las guarda. Al inclinarme<br />

para respirar el olor de las flores frescas, en la alcoba donde soüé<br />

dejar mi enfermedad gastando la savia acumulada en tres meses, alzô<br />

de ellas el vuelo la mariposa blanca de mi suefio, la marlposa del camafeo,<br />

porque las dos son una sola ... Doy por sentado que fue una alucinaciôn<br />

febri] haber vlsto juntas las dos cabezas de los seres cuyas palabras<br />

y miradas me envuelven hoy en una trama de sombras, pero ...<br />

è.por qué estas casualidades que toman para mi la forma de un interrogante<br />

abierto sobre el misterio? .. è.por qué la cinta con la misma labor<br />

extrafia de cruces entrelazadas: por qué estas flores nacidas en el mismo<br />

sitio que las otras prohablemente, Hegan. en el momento precise, al lugar<br />

donde iba yo a envilecerme con un placer comprado, para no pensar<br />

en Elin? ..<br />

Terni la locura al salir de las orglas brutales de la carne y ahora el<br />

noble amor por la enigmâtica criatura que me parccia traer en las manos<br />

un hilo de luz, conductor one habria de guiarme por entre las negruras<br />

de la vida, ese amor delicioso y fresco que me ha rejuvenecido cl<br />

alma, es causa de suprema angustias porque mi raz6n se agota inquiriendo<br />

los porqués deI misterio que ]0 envuelve.<br />

j Si lograra veria, cambiar estos sueüos que me enloquecen por la serenidad<br />

que esparcirian en mi alma las primeras frases cambiadas con<br />

Ellal ...<br />

166


Mi profcsor de griego que viene diariamente me habia hablado varias<br />

veces de su amigo Sir John Rivington, el gran médico que ha consagrado<br />

sus ûlrimos aüos a la psicologia experimental y a la psicofisica y cuyas<br />

obras, "Codelacién de las cpilepsias larvadas con la concepcién pcsimista<br />

de la vida", "Causas naturales de apariencias sobrenaturalcs" y sobre todo<br />

"La higiene moral" y "La evolucién de la idea de 10 Divine", 10 colocan<br />

a la altura de los grandes pensadores contemporâneos, de Spencer y de<br />

Darwin, par ejemplo. Conocîa yo los libros de Rivington de tiernpo atrâs<br />

y los lela y releia con grande entuslasmo, porque la observacién directa<br />

y precisa de los hechos, la 16glca.perfecta de los raclocinios, sôlidos cnmo<br />

uns cadcna de hlerro, y Jas escasas pero segurisimas deducciones generales<br />

que de ellos desprende, bacen de esa Iectura jugoso y fortificante<br />

alimento para mi espiritu vacilante y curioso de los problemas de la<br />

vida interior. Esas obras estarân en pie cuando muchas de las vastas<br />

teorlas de otros fil6sofos que gozan hoy de mas fama que él, vayan desrnoronândose<br />

a los golpes de pica de posteriores investigaciones.<br />

Conseguî para Rivington dos cartas de introducclén, relel sus libres<br />

antes de ir a la consulta, por crecrlo utll para mi plan y por especialisirno<br />

favor logré una conferencia nocturne en que conversamos largamente par<br />

haras enteras. solos en su amplio gabinete, Ileno de curiosos instrumentes<br />

de observacién y de obras técnlcas referentes a su especialidad, y en su<br />

sala donde he tenido una emoci6n inolvidable.<br />

La primera impresi6n que produce mi médico con Ia frescura casi<br />

infantil de sus mejillas sonrosadas y lIenas que contrastan con la barba<br />

rtzosn y gris y la singular vitalidad que revelan sus miradas y los agiles<br />

movlrnientos deI cuerpo redû y mernbrudo no debilitado por los sesenta<br />

y clnco aûos que lleva gallardamcnte, es la de una perfecta salud corporal<br />

y mental. Benévola sonrisa de inteligencia flumina aquella fisonomia<br />

grave y desde el primer memento experim enté cerca de él la impresi6n<br />

de conflanza que inspira un hombre envejecido en el estudio de las miserias<br />

humanas.<br />

-Doctor -le dije sentândome en el sillon que me ofrecîa-c-, tiene<br />

usted enfrente a un enfermo eurioso que, en perefeeta salud corporal,<br />

viene a buscar en usted los auxtlios que la ciencia puede ofrecerle para<br />

mejorar su espirïtu. El carolicisrno les da a sus fanâticos directores espirituales<br />

a quienes se entregan. Yo, falto de toda creencia reltgiosa, vengo<br />

a solicitar de un sacerdote de la ciencia, cuyos méritos conozco, que sea<br />

mi director espirltual y corporal. (Acepta usted el cargo?<br />

-Lo acepto =-contesté con gravedad sonriente->, exigiendo de antemana,<br />

coma los ministres de noble culte que usted nombra, contricién<br />

por los pecados contra la higicne que usted haya cometido y cl firme<br />

prop6sito de la enmienda . . . Cuénteme usted sus pecados ...<br />

167<br />

Londres. 17 de noviembre.


Con la ingenuidad de un adolescente que abre su alma al sacerdoce<br />

que ha de absorverlo, le refcri mi vida, sin atcnuar nada. ni mis irnpetus<br />

idealistas, ni mis desmedidas arnbiciones de sabcr, de gloria, de riquczas<br />

y de placeres, ni las crapulosas orgias, los mujerilcs desfallecimientos y las<br />

miserables inacciones que me postran por rcmporadas. Le conté los ûltirnos<br />

seis rneses con mayor sinceridad quizàs que la que he emplcado en estas<br />

notas escritas para mi mismo.<br />

Oia sin quitarrne 105 ojos que bajaba vo al suelo par mementos, sin<br />

moyer una mano. sin que su impasible fisonomia gricga tradujera la rnâs<br />

minima ernoci6n.<br />

Cuente usted ahora los antecedentes de su Familia. describamela, pinterne<br />

usted su pais, la ciudad donde usted se formé, digame ustcd cuanto<br />

crea que pueda ilustrarme.<br />

Lo hice sencillamente y hablé por largo tiempo sin que dejara de prestarrne<br />

atenci6n por un segundo, ni me quitara de encirna los ojos.<br />

-Ahora tenga usted la bondad de exponerme la organizacion actual<br />

de su vida. sus planes para el future, todo 10 que se refiere al presente.<br />

Hablé contândolc mi existencia casi monâstica desde mi encuentro con<br />

Helena, los planes que abrigo respecta dr. mi pais, le referl el incidente<br />

que tuvo lugar en la alcoba de Constanza Landseer, mis cstudios de grlego<br />

y arabe, los infructuosos ensavos heches para encontrar Il la que es hoy<br />

toda la vida de mi alma ... hasta que esta pregunta, hecha con la ingenuidad<br />

de niüo Que tienen ]05 sabios cuando se trata de cuesriones de<br />

scntimiento, me desconcerté porque no supe qué responderlc.<br />

-éUsted tiene intencioncs de casarse con csa hermosa [oven, si la<br />

encuentra, y de fundar una familia? ..<br />

Al no darle yo respuesta porque me quedé confuso como avergonzado<br />

par aquella prcgunta, se Ievant6 para tracr )' colocar sobre la mesa varies<br />

aparaticos, a euyo examen me someti6 sucesivamente, haciéndome permanccer<br />

de pie, sentarrne, rescostarrne, contar, vendândome los ojos para<br />

picarme con alfileres a levantar pesas sujetas a los piernas; estrechar un<br />

globo de caucho; cefiirme a la mufieca un mecanisme de reloj terminado<br />

con una pluma que trazaba sobre una cinta larga Iinea ondulante y<br />

ritmica; Ievantar diversas masas de hierro; buscar la inc6gnita de una<br />

ecuaci6n; y traducir por escrito un texte de Arist6fanes dei original griego,<br />

rnientras que él contaba los minutes inclinado sobre el cronôrnetro<br />

corno tomândolc cl pulso a mi inteligencia.<br />

-Hay aqui un error -dijo .examtnandc la hoja de papel que le<br />

tendia->, estos adjetivos se refieren a la acci6n que denota el verbo y no<br />

al sujeto de la frase ...<br />

y entonces comenzô otro examen de todo mi cuerpo, casi desnudo sobre<br />

un divan de marroqui negro, examen durante el cual analizaba yo el<br />

extraüo efecto que me habian producido sus palabras; ui..Usted tienc<br />

168


intencioncs de casarse con csa hermosa joven, si la encuentra, y de fundar<br />

una farnilia?".<br />

[Dies mio, yo, marido de Helena! [Helana mi mujer! La intimidad<br />

del trato diario, los detalles de la vida conyugal, aquella vislén deformada<br />

par la maternidad ... Todos los suefios deI universo habian pasado por<br />

mi imaginaciôn menos ese que me sugerian Jas frases del especialista.<br />

-Seria usted un modelo fisiol6gico -dijo, cuando dcspués dei examen<br />

volvimos a sentarnos cerca deI pesado cscritorio de nogal- si fuera<br />

un poco mas amplia su cavidad torâcica y si no existiera cierta desproporciôn<br />

entre su desarrollo muscular y su fuerza nerviosa; es raro que<br />

su organlsmo haya soportado 10s excesos a que usted 10 ha sornetido,<br />

- Tiene usted 'lue cornenzar -continu6 con una voz pausada, baja y<br />

suavisima-s- por regularizar todns, absolutamente todas sus funciones, sin<br />

detencrsc a pensar que hay funciones nobles y bajas en cl ser humano.<br />

A pesar de que manifiesta usted entusiasmo por la ciencia que no admite<br />

hoy separaciôn alguna entre los Fcnémenos de la vida y los considera<br />

todos, desde la rcspiraciôn y la nutriciôn, hasta las mas altas ideaciones<br />

v los sentimientos mas nobles, C01110 manifestaciones de una misma causa,<br />

los unos compensibles par caer bajo el dominio de nuestros actuales métodos<br />

de observacién }' de anâlisis y los otros incomprensibles todavia<br />

par Jo rudimentario de los aparatos que apenas comenzarnos a cmplear<br />

para observarlos: a pesar de que afirma usted que no tiene crccncias religiosas,<br />

cs usted un espirituallsta convencido, un mîstico casi, tal vez<br />

contra su gusto. Sm frases la han revelado. Pucde usted tener deseos<br />

de rIO creer pero las influcnclas atâvicas que subsistcn en usted ]0 obligan<br />

a creer y usted procede de acuerdo con ellas en 10 que sc refiere a la<br />

clasificaclôn de sus actas; haga un esfuerzo, triunfe usted de si mismo,<br />

regulartce su vida, dele usted en ella el mismo campo a las necesidades<br />

fistcas que a las morales, que llama usted, a los placeres de los senttdos<br />

que a los estudios, cuide cl cstémago y cnide cl cercbro y )'0 le garantizo<br />

la curacién,<br />

Regularice usted su vida y dcle una direcciôn precisa y scncilla -continué<br />

dcspués de otro largo silencio, en que me pareciô leer cierta simpatla<br />

en la fria mirada de sus ojos-. Lo primero que debe hacer cs<br />

distraersc, forzrindose a alternat sus estudios con divcrsiones, nobles si<br />

usted las prefiere asi; frecuente los teatros y los concicrtos; tendria mucho<br />

gusto en lIevarlo a casa de une de mis mejores amigos donde se toca<br />

cxcelente mïisica de los viejas maestros alcmanes y donde encontraria<br />

ustcd buena compafiia. Dcvuélvalc 1\ las necesidades sexuales su papel<br />

de necesidades por mas que le repugne y no mezclc ustcd sus scnsaciones<br />

de ese orden con sentimentalismos ni con cmociones cstéticas que<br />

10 exalten, esto mientras cncuentre usted a la joven Il quien ama y se<br />

case usted con ella para norrnalizar en 1a vida marital 10$ impulsas de<br />

su instinto,<br />

169


No le incomode a usted que le hable de su amor en esos términos<br />

-dijo al ver el gesto que hice involuntariamente al oir la frase-, ese<br />

ideal tiene usted que convertirlo en su esposa: usted necesita antes que<br />

todo, camo un nifio asustado par la apariencia de un objeto que no ha<br />

visto bien y cuyo miedo se desvanece al tocarlo, encontrar a esa sefiorita,<br />

tratarla, ver si su carâcter y sus ideas coinciden con los de usted y, si<br />

es aS1, casarse con eIla para que desaparezca el fantasma que usted se<br />

ha forjado. Es un fantasma. Le via ustcd estando bajo la influencia deI<br />

opio y de una profunda debilidad causada par la orgia de la vispera, la<br />

impresi6n que le causaron a usted sus miradas en el comedor y el<br />

capricho que tuvo e1la de tirarle un rama de rosas, han determinado<br />

en usted una autosugesttén, que ha ido prolongàndose gracias al violenta<br />

cambio de régimen a que ha sornetido usted su organismo y al<br />

aislamlento en que se ha cncerrado, No ha habldo impresiones externas<br />

que la combatan, y sigue desarrollândose, y como coïncide con una frase<br />

que 10 habla impresionado a usted, par habcrla dicho una persona de su<br />

familia al morir, ha ido revistlendo apariencias sobrenaturales ...<br />

Se call6, inelinando la cabeza pensativa y la levant6, al cabo de linos<br />

momentos de silencio, sonriéndose:<br />

- Tenga usted la bondad de repetirrne la descrlpcién de la figura de<br />

la sefiorlta cuando usted la ve vestida de blanco y con los lirios en la<br />

mano y le parece recordar una frase latina.<br />

Lo hice con la pacicncta con


- Ponga usted una donde alumbre bien el cuadro que esta en la pared<br />

de la derecha, y sirvanos usted cl té alla -ordenô, y volviéndose a mi,<br />

familiarmcnte, como si la perspectiva de un triunfo hubiera roto el hielo<br />

que nos separaba, me golpeé el hombro como a un amigo viejo y me dijo:<br />

- Un capricho de mi mujer me hlzo comprar hace diez afios, haciendo<br />

un esfuerzo, por cierto, porque la estrechez de mi presupuesto de<br />

entonces no me perrnitia fantasias de csas, la tela que voy a mostrarle.<br />

~Usted estuvo en Londres cuando Cfa nifio? --me pregunté con animacién<br />

subit a ...<br />

-Si, doctor -le respondi, vine con mi padre y pasé aqui un m~s<br />

de que conservo recuerdos muy confusos.<br />

-.:Donde vivian ustedes? ..<br />

-En un botel cerca de Regent Street que no he encontrado ahora<br />

-contesté impaciente y enervado por el interminable intcrrogatorlo.<br />

- y la exhibiciôn del Iienzo tuvo lugar ahi cerca en la galeria . Apliquese ustcd fi encontrar causas<br />

y no a sonar. Me ha dcscrito usted il la seûorita como una figura semejante<br />

a las de las virgenes de Fra Angélico veste cuadro es obra de<br />

uno de los miembros de la cofradia prerrafaelita, el grupo de pin tores<br />

inglescs que se propusieron imitar a loc;primitives italianos hasta en sus<br />

17 ,


amanerarnientos rnenos artisticos. Es c1aro que la scüorita no sirviô de<br />

modelo porque scgûn me dice usted cuando mas podrâ tencr quince<br />

afios y hace veintc que fuc pintade cl cuadro: pero, digamc: (CJlIé tiene<br />

de extraûo que el modele fuera una tia 0 la madre de la que ustcd<br />

encontrô en Gincbra y 'lue las dos se parccieran mucho? Ahora, ,por<br />

qué se juntaban en su imaginaciôn cierto verso latino y la figura que<br />

ustcd veia? ... Porque un rccucrdo de esta pintura y de la leycnda que<br />

nene al pic vistas por ustcd hacc muches anos resucité en su memnria ,<br />

gracias a la analogia que ho)' entre la fisonornia de su amada y ln que<br />

representa este dibujo ... La mcmoria es como una câmara oscura que<br />

recibc innumerablcs fotografias. Quedan muchas guardadas en ln sombra;<br />

una circunstancia las retira de alli, recibc la placa \111 raya de sol<br />

que la imprime sobre III hoja del papel blanco, y herne aqni que ustcd<br />

se prcgunra quién hizo cl retrnto, sin recordar el memento en que el<br />

negative recibié el rayo de luz que 10 traz6 en las sales de plat". Vamos,<br />

ttodavia esta usted viendo cl fantasma? Deseche ustcd csas idcas misticas<br />

que son un resta del cntolicismo de sus antepasados, prefiera usrcd la<br />

accién al sueûo inûtil. busque usted dcsdc mafiana a la joven. càsesc<br />

con ella y sera usted muy fcliz. ,No cs cierto que sera usted muy feliZ?prcgunté<br />

con interes.<br />

-Muy Ieliz, doctor- contesté sirviéndomc el té, traldo por el crindo.<br />

- No tome usted mas de una taza. debe mcdirsc usted en el uso<br />

de los excitantes. Ulla taza de té por la noche, nada mas, y una<br />

pcqueûa de café, a la comida. Disminuya usted el vino, pero no brusca,<br />

slno gradualmente: rccmplâcelo pOl' cerveza: suprima poco a poco los<br />

licorcs y los condirnentos: haga comidas ahundantes pero sin rcfinamicnto<br />

alguno: cambie los ejercicios fucrtes como la equitacién y la<br />

csgrima, que son excitantes musculares, par dccirlo asi, y haga largas<br />

caminadas a pie por el campo. Quisiera que, convencido usted de que<br />

cs precise huir toda excitacién de cualquier naturaleza que se". fuera<br />

abandonando paulatinamente $US hâbttos de lujo exceslvo y sus preocupaciones<br />

de arte para dirigir. Sl1 inteligencia y sus esfuerzos en el sentido<br />

de alguna vasta espcculacion industrial, una ferrcria, una fabrica. que<br />

le pcrmitiera hacer continuas combinaciones para ensancharla y 10 entrctuviera<br />

con los détalles de su adminlstracién. Vea usted, en lugar de<br />

nensar en ir a civilizar un pais. rebelde al progreso por la dcbihdad de<br />

ln raza que ]0 puebla y por la influencia de su elima, donde la carcncia<br />

de esraciones no favorece el desarrollo de la planta humana, asécicsc<br />

usted con alguna gran casa inglesa a cuya industria sea aplicablc el arte,<br />

con unos fabricantes de muebles 0 de porcelanas, de vidrieras 0 de telas<br />

lujosas para tapizar y consagre usted su talento a hacer por ese media<br />

objetivo la educaciôn estética de los consumidores, Con una sola idea<br />

de arte aplicada a la industria sc ennoblece ésta como se pcrfuman<br />

hectolitres de alcohol con una gota de esencia de rosas. Ese seria un<br />

172


hermoso plan. Oiga usted otro. Vuelva usted a su pais y aplique usted<br />

su fortuna a una gran exploraciôn agricola que 10 harâ inmensamente<br />

rico y 10 divertira con todas las experiencias de acltmataciôn de razas,<br />

animales y plantas ex6ticas que puedan desarrollarse en esos elimas,<br />

También le sera provechosa si le permite vivir en el campo. Aqui en<br />

Londres dirigiendo su manufactura, alla en América desarrollando sus<br />

empresas podrâ usted vivir tranquilo educando su familia y haciendo<br />

feliz a la sefiorita que se encontr6 en Ginebra. Pero de preferencia<br />

abandone su sueüo de regreso a la patria y establézcase aqui. ,Francamente,<br />

no cree usted mas cémodo y mas prâctico vivir dirigiendo una<br />

fâbrtca en Inglaterra que ir a hacer ese papel de Pr6spero de Shakespeare<br />

con que usted suefia, en un pais de calibanes?<br />

Adernâs, esa es la vida que le conviene- continuo después de meditar<br />

un poco... -Deseche esos sueüos pollticos que son irrealizables. Usted<br />

no tiene el hàbito de ejecutar planes y esa es una educaci6n, un entrainement-<br />

dijo usando la palabra franccsa-; hay que comenzar ideando<br />

y llevando a cabo cosas pequeüas, pràcticas, faciles, para lograr al cabo<br />

de muchas aüos enormidades de esas con que usted sueüa. Me hace<br />

usted la impresiôn de un niüo que se siente robusto y al ver a un<br />

gimnasta de profesi6n jugar con pesas de a doscientos kilogramos cree<br />

que pucde hacerlo sin maliciar que las fuerzas de sus mûsculos apenas<br />

le permltlrân recoger la pelota de caucho Con que juega.<br />

Abandonc usted esos sueüos=- continu6- abandone los sueüos de<br />

gloria, de arte, de arnores sublimes, de grandes placeres, la ciencia universai.<br />

todos los sueüos, El suefio es el enemigo de la aeci6n. Piense<br />

usted, conciba un plan pequeüo, realicelo pronto y pase a otro. La<br />

delicia de vivir, que usted experimenta hoy, cortada por bruscas depresiones<br />

que 10 postran, es al mismo tiempo la causa de sus ambiciones<br />

desmedidas, y el peligro future para usted; la causa, porque es ella la<br />

que le hace desear continuamente imprcsiones nue vas en la esperanza<br />

de que son gratas, el peligro porque revela una sensibilidad exagerada,<br />

una especie de hiperestesia que la irnposibilita para resistir el dolor, el<br />

dia en que éste llarne a su puerta. ,Conoce usted el dolor?- pregunt6<br />

pensativo ...<br />

-He sufrido, doctor, menas quizà que la mayor parte de los hombres<br />

y puesto que es convenido que todo detalle de mi vida interior 10 conocerâ<br />

usted, debo decide que en los momentos de sufrimiento se produce<br />

en mi un placer superior al dolor mismo, el de sentir ese dolor, el de<br />

conocer las impreslones nuevas que me procura.<br />

-Ese es el sintoma que completa el cuadro -continuo-; hay en<br />

usted por el memento tal embriaguez de vida que me hace recordar la<br />

frase de Goethe: "La juvcntud es una ernbriaguez de sangre". Todo le<br />

aparece a usted hermoso, risueûo, grandiose, todo 10 atrae, todo reclama<br />

su atenci6n. El dia en que su sisterna, cansado por los abusos, se debilite,<br />

173


los nervios trasmitirân de preferencia las sensaciones desagradables 0<br />

dolorosas, mortal apatia 10 dominarâ a usted inbibiéndole para la accién,<br />

su est6mago gastado y sin fuerzas digerirâ mal, trabajarâ escasamente<br />

su cerebro y entonees sera usted el reverso de la medalla, su misantropia,<br />

su odio por todo, su desencanto, no tendrân limites. Todo joven<br />

gozador es el proyecto de un anciano melancôlico, los botones de rosa<br />

se convierten en rosas marchitas; s610 10 duro guarda la forma que<br />

desafia el tiempo. Si usted 10 piensa bien vera que el ascetisme, que<br />

es la ùltïma palabra de las religiones, es el secreto de la paz interior :<br />

endureciendo al hombre par las privactones voluntarias a que 10 somete,<br />

10 insensibiliza para el sufrimiento.<br />

Esa quimera que se ha forjado usted de dominarlo todo, de gozar<br />

con los sentidos y siendo al tiempo mundano, artista, sabio, guerrero y<br />

conductor de hombres, es el supremo absurdo. Mientras usted no se<br />

encierre en una especiahdad y olvide el resto, se sentira usted mal.<br />

Me argüirà usted que han existido hombres que 10 han realizado casi,<br />

que el Vinci poseyé rodas las ciencias y las artes de su tiempo y que<br />

quizâs no hubo region alguna de los conocimientos humanos por donde<br />

Goethe no paseara su inteligencia poderosa. Me perrnitirà observarle<br />

que la ciencia en el tiempo en que vivlô Leonardo era un embri6n<br />

apenas, y que el hombre de Weimar viviô setenta y tantos aüos estudiando<br />

met6dicamente. El simple acto de pensar agota; vea usted a mi<br />

querido arnigo Heriberto Spencer que se ha ceiiido siernpre a las prescnpciones<br />

de la higiene mas absolu ta y esta pagando ya con su falta<br />

de fuerzas sus colosales estudios; recuerde usted a muches Iiteratos<br />

franceses contemporâneos, neurépatas 0 Imposibilitados para la produccién<br />

en plena juventud y comprenderâ usted que el abuso de trabajo<br />

mental es el peor de los abuses.<br />

Honradamente es mi deber decirle a usted que la herencia y la vida<br />

que usted ha lIevado me hacen terner por su porvenir en caso de que<br />

usted no cambie de régimen, Hay en usted un doble atavisme, caso<br />

curioso, de impulsives inconscientes casi, y de cerebrales, unificados,<br />

Si usted logra equilibrar esas tendcncias que luchan entre ellas y consigue<br />

que sus facultades mentales dirijan sus instintos, esta usted salvado;<br />

si continua su vida con esas alternativas de acetismo y de crapula,<br />

con esos estudios sin orden, con esos planes imposibles, ira a dar el<br />

dia en que menos )0 espere, al tropezar con una circunstancia imprevista,<br />

a la imbecilidad 0 a la locura,<br />

Creo Inùtil decirle que los excitantes y los narc6ticos que usted ha<br />

usado han hecho la mit ad de la obra al producir su estado de hoy. Es<br />

usted un predispuesto y son los predispuestos los que dan a la morfina,<br />

al opio, al éter, amplia cosecha de victimas. Bùsquela usted desde maiiana-<br />

dijo mirande el cuadro al cual habla yo dirigido los ojos-,<br />

y al eneontrala césese COD ella ~' funde un hogar, donde dentro de<br />

1ï4


veinte aûos vea usted a sus hijos sucederle en los ncgocios y tenga la satisfaccién<br />

de recordar los extravios de su juventud, coma recuerda uno un<br />

peligro cuando ya esta salvado de él. Ese amor puede ser su salvacién ...<br />

- y has resistido ocho afios de la misma vida de entonces y hoy, cuando<br />

te hablo yo coma te hablaba Rivington, hoy cuando tcdavia es tiempo,<br />

te ries de mi y DO me haces caso- dijo gravemente Oscar Sâenz desde<br />

su asiento, perdido en la semioscuridad carmesi de la estancia lujosa.<br />

-Hoy es diferente- respondié Femandez con cierta superioridad-.<br />

He distribuido mis fuerzas entre cl placer, el 'estudio, y la accién, los<br />

planes politicos de entonces los he convertido en un sport que me<br />

divierte, y no tengo violentas impresiones sentimentales porque desprecio<br />

a fonda a las mujeres y nunca tengo al tiempo menos de dos<br />

aventuras amorosas para que las imprestones de una y otra se contraresten<br />

y...<br />

- y para que las heroinas hagan contraste- insinua Luis Cordovez-,<br />

la una rubia y lânguida, lectora de Heine y la otra morena y<br />

ardiente, lectora de la Pardo Bazàn: una sentimental camo una colegiala<br />

y la otra sensual desde las puntas de las uâas hasts la médula de los<br />

huesos ...<br />

Una sonrisa de vanidad ilumino la fisonomia fatigada del poeta ...<br />

-Continua, José, me ha mejorado tu lectura- dijo Mâximo Pérez<br />

desde el divan vecino donde estaba recostado.<br />

[Ese amor puede ser su salvaci6n!, fue la ûltlma frase del ftsiôlogo<br />

materialista ... "[Sâlvalo. Seüor, dei infierno que la reclama! Benditos<br />

sean la senal de la cruz hecha por la mano de la virgen y el ramo de<br />

rosas que caen en su noche coma signa de salvacién! jEsta salvado,<br />

miralo bueno, miralo santo!", fueron Jas frases de la abuelita en el<br />

misterioso delirio que tom6 forma en una realidad casi divina. El ra ciocinto<br />

de la ciencia, la intuicién de la santidad, el grito de sentimiento,<br />

todas las voces de la vida se funden en un caro sublime para llamarle,<br />

[oh, misteriosa criatura de los rizosos cabellos castaüos que son de oro<br />

donde la luz los toca; de las subyugadoras pupilas azules y de las<br />

pàlidas mejillas tersas coma las hojas de las camelias blancas y de las<br />

Iargas manos alabastrinas que al trazar entre la oscuridad el signo de<br />

la redenciôn arrojaron el ramo de rosas que cayo entre la negrura del<br />

jardin, como tus miradas cayeron en las sombras de mi alma! [Oh,<br />

tu, inmaculada, tu, purisima, todo te Hama, ven a salvar el alma manchada<br />

y débil que siente flotar sobre ella las alas negras de la locura<br />

y que te invoca hoy desde el borde dei abismo!<br />

175<br />

Londres, 20 de novlembre.


Reconcentrado en mi como un pilota que en hora de supremo peligro<br />

junta sus fuerzas agotadas para consultar la brûjula y alejarse de la<br />

tempestad, las palabras de Rivington me han hecho pensar por haras<br />

enteras. He hecho al analizarme, una plancha de anatomie moral como<br />


gre cuyos gl6bulos desteüldos corren por los ramales azulosos de mis<br />

venas. La pied ad cat6lica que la anima subsiste en mi transformada en<br />

un misticismo ateo, corno revive en ciertos degenerados, convertido en<br />

rnérbidas duplicidades de conciencia, el mal sagrado de los âtavos<br />

epilépticos.<br />

jAh, si, pero en los hoyuelos de las mejillas de mi madre reian<br />

Frescuras de flor, su leche tenia el sabor que ticne la de las campesinas<br />

vigorosas, el abuelo materna era un jayân potente y rudo que a los<br />

setenta anos tenia dos queridas y descuajaba a hachazos los troncos<br />

de las selvas enmaraûadas y allâ en las llanuras de mi tierra cuentan<br />

todavia la tenebrosa leyenda de estupros, incendios y ascsinatos de los<br />

euatro Andrade 105 salvajes compaûeros de Pàez en la campana de los<br />

Llanos, que recorricron victoricsos, sembrando el terrer en las huestes<br />

espaüolas, al rudo galope de sus perros, con la lanza tendida por el<br />

brazo férreo, con la locura en el alma, la sangre quemada por el alcohol<br />

y la blasfemia en la boca gruesa solicitadora de besos! ...<br />

Esos Instintos comprimidos y encontrados subsisten en mi, determinan<br />

mis impulses sin que puedan contenerlos las falsas adquisiciones de la<br />

educaei6n y dei raciocinio; dominame religiosa impresi6n que me hace<br />

doblar las rodillas, si penetre en la semioscuridad de un temple<br />

a la hora del crespùsculo y el dia en que senti la mana empapada en<br />

la sangre tibia de la Orloff, no pude contener-un grito de gozo.<br />

Para que la antinomia de esos encontrados Impulses se hubiera trasformado<br />

en permanente equilibrio, habria sido preciso que un plan verdaderamente<br />

cientifico de educaci6n los hubiera aprovechado utilizândolos.<br />

Las circunstancias decidieron que pasara mis prirneros anos bajo<br />

las mas contradictorias influencias, Perdi a mi madre siendo nifio; cuando<br />

a la muerte de mi padre, al cumplir diez y siete afios, sali del colegio<br />

de jesuitas donde mi adolescencia se desliz6 bajo el yugo de severa<br />

disciplina, el estado de mi salud quebrantada por la mala higiene deI<br />

internado y mi parentesco con los Monteverde, sobrinos camales de mi<br />

madre y dueiios de las propledades de campo vecinas a las nuestras,<br />

me Ilevaron a vivir, en pleno contacto con la naturaleza, brutal vida de<br />

campesino, en las haciendas, donde bajo la doble influencia de la juventud<br />

y dei régimen, mis rnûsculos se vigorizaron y se enriquecié mi<br />

sangre. En aquella ternporada de vida singular las cacerias de venados,<br />

y los violentos ejercicios atléticos, se alternaban con las orgias vertiginosas<br />

en que Humberto Monteverde, borracho y con la rizosa cabeza recostada<br />

sobre algûn seno desnudo, me gritaba a voz en cuello mientras su padre,<br />

don Teodoro, paseaba por sobre la concurrencia la mirada âtona de<br />

sus ojos enturbiados por el alcohol "Oye, José, tû y yo no hemos nacido<br />

para vivir en sociedad, somos salvajes, somos Andrade, somos los nietos<br />

de los Ilaneros". Extraüa ternporada aquella en que la lectura de los<br />

mas grandes poetas y el hervor sentimental y sensual de la juventud y<br />

177


la dejadez del cuerpo tras de las noches crapulosas me hicieron escribir<br />

mis "Primeros versos"; mas extraüa si se compara COD el afio siguiente<br />

en que la intirnidad con Serrano, el noble amigo que consagr6 su vida<br />

a trascendentales especulaciones, resucité en mi al meditabundo filésofo<br />

que hered6 de sus abuelos el intenso amor por la vida moral. Extrafias<br />

influencias que dieron como resultado que al entrar por primera vez,<br />

a los veintiûn anos, corbateado de blanco y con el busto moldeado por<br />

un frac de Poole al salén donde hice mi primera conquista aristocràtica,<br />

cuatro almas- la de un artista enamorado de 10 griego, y que sentia<br />

con acritud la vulgaridad de la vida rnoderna; la de un filôsofo descreido<br />

de todo por el abuso de estudio; la de un gozador cansado de<br />

los placeres vulgares; que iba a perseguir sensaciones mas profundas y<br />

mas finas, y la de un analista que las discrlrninaba para sentirlas con<br />

mas ardor- animaron mi corazén, que latia bajo la resplandeciente<br />

pechera, coquetamente abotonada con una perla negra.<br />

As], proteica y mûltiple, ubicua y cambiante, resistente al influjo de<br />

los ambientes, vigorosa por los ejercicios atléticos, por el uso de suculentos<br />

man jar es y licores aûejos, enervada por sensuales delicias, mi personalidad<br />

se fue desarrollando y alternaron dentro de mi épocas de salvajez<br />

gozadera y ardiente y largos dias de meditative desprendimiento de las<br />

realidades tangibles y de ascética continencia.<br />

Un cultivo intelectual emprendido sin método y con locas pretensiones<br />

al universallsmo, un cultivo Intelectual que ha venido a parar en la falta<br />

de toda fe, en la burla de toda valla humana, en una ardiente curiosidad<br />

dei mal, en el deseo de hacer todas las experiencias posibles de la vida,<br />

complété la obra de los otras influencias y vina a abnrme el oscuro cami no<br />

que me ha traido a esta reglén oscura, donde hoy me muevo sin ver<br />

mas en el horizon te que el abismo negro de la desesperaclén y en la<br />

altura, alla arriba, en la altura inaccesible, su imagen, de la cual, como<br />

de una estrelia en noche de tempestad, cae un rayo, un solo rayo de luz.<br />

~Terror? ... ~Terror de qué? .. De todo por instantes ... De la<br />

oscuridad deI aposento donde paso la noche· insomne vîendo desfilar un<br />

cortejo de visiones siniestras; terror de la multitud que se mueve âvida<br />

en busca de placer y de oro; terror de los paisajes alegres y claros que<br />

sonreian a las almas buenas: terror dei arte que fija en posturas eternas<br />

los aspectos de la vida, coma por un tenebroso sortilegio; terrer de la<br />

noche oscura en que el infinito nos mira con sus millones de ojos de<br />

Iuz; terror de sentirme vivir, de pensar que puedo morirme, y en esas<br />

horas de terrer, frases estûpidas que me suenan dentro del cerebro cansado,<br />

",y si hubiera Dias? .. Los pobres hombres estân solos sobre la<br />

tierra", y que me hacen correr un escalofrio par las vértebras.<br />

No, no es terror de eso, es terror de la locura. Desde hace anos el<br />

cloral, el clorofonno, el éter, la morfina, el haschich, aIternados con<br />

excitantes que le devolvian al sistema nervioso el tono perdido por el<br />

178


uso de las siniestras drogas, meron en mi cuenta de aquella virginidad<br />

cerebral mas preciosa que la oua de que habla Lasegue. Después, la<br />

crapula dei cuerpo obstinado en experimenter sensaciones nuevas, la<br />

crapula del alma empefiada en descubrir nuevos horizontes, después<br />

todos los vicies y todas las virtudes, ensayados por conocerlos y sentir su<br />

Influencia, me han traido al estado de hoy, en que, unos dias, al besar<br />

una boca fresca, al respirar el perfume de una flor, al ver los cambiantes<br />

de una piedra preciosa, al recorrer con los ojos una obra de arte, al<br />

oir la mûsica de una estrofa, gozo con tan violenta intensidad, vibro<br />

con vibraciones tan profundas de placer, que me parece absorber en cada<br />

sensation toda la vida, todo 10 mejor de la vida, y pienso que [arnas<br />

hombre alguno ha gozado asi; y en que otros, cansados de todo, despreciando,<br />

odiando todo, sintiendo por mi mismo y por la existencia un<br />

odio sin nombre, que nadie ha experimentado, me siento inca paz dei<br />

mas minime esfuerzo, permanezco por horas enteras, hebetado, estûpido,<br />

inerte, con la cabeza en Jas manas y Ilamando a la muerte ya que la<br />

energia no me alcanza para acercarme a la sien la boca de acero que<br />

podria curarme del horrible, deI tenebroso mal de vivir...<br />

ILa locura! [Dios mio, la locural A veces, {por qué no decirlo, si<br />

hablo para ml mismo? .. [cuântas veces la he visto pasar, vestida de brillantes<br />

harapos, castaâetandôle los clientes, agitando los cascabeles del<br />

irrisorio cetro, y hacerme misteriosa mueca con que me convida hacia<br />

la desconocido! En una alucinaci6n que la otra noche me dominé por<br />

unos mlnutos, las joyas que brillaban sobre el terciopelo negro deI enorme<br />

estuche 'se trocaron a la luz de la lâmpara que las alumbraba en los<br />

mâgîcos arreos de su vestido de reina; otra noche, en una pesadilla<br />

que me apret6 con sus garras negras y de la cual desperté baüado en<br />

sudor fdo, una cabeza horrible, la mitad mujer de veinte aüos, sonrosada<br />

y fresca pero coronada de espinas que le hacian sangrar la frente tersa,<br />

la otra mitad, calavera seca con las cuencas de los ojos vacias y negras,<br />

y una corona de rosas clüéndole los huesos dei crâneo, todo ello destacado<br />

sobre una aureola de luz pàlida, una cabeza horrible me hablaba<br />

con la boca, mitad labios de rosada carne, mitad huesos pàltdos, y me<br />

decia, "ISoy tuya, eres mio, soy la Iocural"<br />

[Locol ... JEI Ioco, en el cuartucho oscuro deI manicomio, 010r050 a<br />

orines de raton, envuelto en la camisa de fuerza! .. el loco con el<br />

cabello cortado al rape, recibiendo en las fIacas espaldas huesosas el<br />

chorro helado de la ducha, bajo el ojo imperturbable dei hombre de<br />

ciencia que anota sus gestos violentas y sus entrecortadas blasfemias<br />

para convertirlos en una precisa y razonada monografia ...<br />

~Loco? ... è.Y por qué no? Asi murié Baudelaire, el mas grande,<br />

para los verdaderos letrados, de los poetas de los ûltirnos cincuenta afios;<br />

as! muri6 Maupassant, sintiendo crecer alrededor de su espiritu la noche<br />

y reclamando sus ideas , .. j Por qué no has de morir asi, pobre dege-<br />

179


nerado, que abusaste de todo, que soüaste con dominar el arte, con poseer<br />

la ciencia, toda la ciencia, y con agotar todas las copas en que bonda<br />

la vida las embnagueces supremas!<br />

[Pero DO! dulce vision angélica que en mis sueüos llevas las manos<br />

llenas de lirios blancos y que presente ante mi trazaste con ellas el<br />

signe de la redencién y arrojaste en mi noche las pâlidas flores, el alma<br />

que tu favoreciste con tus miradas santificadoras no ira a desagregarse<br />

asi.<br />

Cuando en ti pienso, Beatriz que me haras ascender desde el fondo<br />

de mi infierno hasta Jas alturas de tu gloria, los versos de Alighieri<br />

suenan dentro de mi alma como un cântico de esperanza y de consoladora<br />

certid umbre:<br />

Cuando mi Dama camina par alguna parte, Amor extiende sobre los<br />

corazones corrompidos una capa de hielo que rompe y destruyc los malos<br />

pens_DlÎcntos.<br />

El que se exponga a veria 0 se ennoblece 0 muere. Cuando alguno digno<br />

de mirada la encuentra, experimenta todo el poder de sus virtudes y si ella<br />

10 honra con su saludo la vuelve tan modesto, tan bonrado y tan bueno que<br />

!lega hasta perder el recuerdo de los que 10 ofendieron.<br />

y Dias ha concedido una gracia particuJar a mi Dama la persona que<br />

le dirige la palabra DO puede teaer mal fin".<br />

IOh, ven, surge, aparécete, Helena! Lo que queda de bueno en mi<br />

alma te reclama para vivir.<br />

Estoy harto de la lujurla y quiero el arnor; estoy cansado de la carne<br />

y quiero el espîritu. Hubo en mi alma muladarcs inmundos que limpi6<br />

la fuente de aguas vivas abierta en ella por la mfrada insostenible de<br />

tus ojos azules. Para recibirte, 10 que es hoy seca rnaleza, florecerà de<br />

flores perfumadas y los sueüos buenos de mi adolescencia resucitarân<br />

todos cuando tus pies pequeüuelos huellen la tenebrosa puerta de mi<br />

espiritu, y te acompaûaràn coma una procesién de angeles, donde qucdan<br />

charcos de envenenadas emanaciones, habrà dormidos lagos, apcnas rilados<br />

por las alas de los cisnes blancos. Si sobre mi cuerpo crispado de<br />

voluptuosidad se pasearon manos buscadoras y lascivas, si pedi el olvido<br />

a todas las embriagueces de todas las orgias, si rodé como un borracho<br />

por la escalera vertiginosa dei vicie, fue porque no te habla vlsto todavia.<br />

Tcn piedad de mi. Para alcanzar tu santidad, porque te siento santa<br />

y me apareces cefiida con una aureola de mlsticismo y casi sagrada,<br />

para alcanzar tu santidad, he procurado ser bucno. No hay una rnancha<br />

en mi vida después de que tus ojos cruzaron sus miradas con las mias.<br />

Pero para ser bueno necesito de ti, necesito verte. [Ven, surge, aparécete,<br />

sâlvame, ven a librarrne de la locura que avanza en mi cielo como una<br />

nube negra preâada de tempestades, ven a salvar 10 que queda en mi<br />

de los santos de mi raza, dei sabio arzobispo y de la dulcisima monja,<br />

180


que en tierra para ti desconocida, duermen su ûltimo sueâo, a la sombra<br />

de las arcadas géticas, en los viejos sepulcres de piedra!<br />

El hilo de luz que me hara encontrarla, esta en el mistericso parecido<br />

dei cuadro de Hivington con ella, pensé hace dos semanas y por un<br />

fenémeno que es frecuente en mi y que me hace tomar siernpre el<br />

camino mas largo y perderrne en él cuando trato de investigar algo que<br />

me interesa, en vez de irme derecho al viejo, 0 de proguntarle el<br />

nombre dei pintor de la misteriosa tela y de continuar inquiriendo hasta<br />

dar con la verdad, me entregué, COh loco entuslasmo al estudio de los<br />

origenes y del desarrollo de la escuela prerrafaelîta, de las vidas y de<br />

las obras de sus jefes y de las causas que determinaron la apariciôn de<br />

ella en el mundo deI arte.<br />

He salido de mi tarea con unas cuantas percepciones nue vas de la<br />

belleza y guarda mi espiritu algo como el perfume y el alma del ideal<br />

que animaba a los nobles artistas que ilustraron la cofradia: como un<br />

suave olor rancio de incienso, producido por la ingenua piedad suavislma<br />

de los pintores precentistas, y como un deslumbramiento causado por el<br />

colorido de ciertas telas inmortales. En resumen, [arnâs me habla sentido<br />

mâs ridicule en el interior; quise saber de Helena, y he sabido detalIes<br />

de ta vida del Beato Angélico de Fiesole, Ieldo cart as de Rossetti y de<br />

Holman Hunt; canzones de Guido Cavalcanti y de Guido Guinicelli,<br />

versos de William Morris y de Swimburne, visto cuadros de Rossetti<br />

y de Sir Edward Burne Jones. En resumen, todo se complica dentro<br />

de mi y toma visos literarios, uns curiosidad se agrega a otra, 'os atractivos<br />

dc la obra de arte me haeen olvidar los mas graves intereses de la vida,<br />

y sin la Hamada brutal a la realidad, dada por el doctor Rivington antier,<br />

habria pasado quién sabe cuânto tiempo sin buscarla, soüando en Ella,<br />

con la imaginacîôn dando vueltas alrededor de su radiosa imagen, y los<br />

ojos persiguiendo en poemas y cuadros, frases y lineamientos que me<br />

hicieran recordarla.<br />

No soy prâctico. Rivington me 10 ha dicho en tono despreciativo y<br />

yo que 10 sé mejor que él me sonrio al pensar en el desprecio que revelaba<br />

su voz al decirmelo. No soy prâctico, ya 10 creo, y los hombres<br />

pràcncos' me inspiran la extraüa impreslôn de miedo que produce 10<br />

ininteligible. Percibir bien la realidad y obrar en consonancia es ser<br />

pràctico. Para mi 10 que sc Ilama percibir la realidad quiere decir no<br />

percibir toda la realidad, ver apenas una parte de ella, la despreciable,<br />

la nula, la que no me importa. (La realidad? .. Llaman la realldad<br />

todo 10 mediocre, todo 10 trivial, todo 10 insignifîcante, todo la despreetable:<br />

un hombre prâctico es el que poniendo una tnteligencia escasa<br />

181<br />

Londres, 5 de diciembte,


al servicio de paslones mediocres, se constituye una renta vitalicia de<br />

impresiones que no valen la pena de sentirlas. De esa concepci6n del<br />

individuo arranca la organizaci6n actual de la sociedad, que el mas ilustre<br />

de sus detractores Hama "una sociedad an6nima para la produccién de<br />

la 'Vida de emociones Iirnitadas", y esa conccpci6n de la vida sirve de<br />

base a la estética de Max Nordau que. clasifica las verdaderas obras de<br />

arte como productos patolégicos y a la asquerosa utopia socialista que<br />

en los falansterios con que sueüa para el futuro, repartira por igual<br />

pitanza y vestidos a los genies y a los idiotes.<br />

ils realidad! La vida real! [los hombres prâcticosl ... [Horror! ...<br />

Ser prâctico es aplicarse a una empresa mezquina y ridicula, a una ernpresa<br />

de aquellas que vosotros despreciasteis, [oh, celosos, oh, creadores,<br />

oh padres de 10 que lIamamos el alma humana, que impedisteis con<br />

vuestras sublimes locuras que nuestros ojos iluminados por un resta de<br />

la luz que irradié de vuestros espiritus no sean los ojos âtonos de los<br />

rumiantesl Tu no fuiste prâctico, sublime guerrero, poeta que soiiaste<br />

y realizaste la indcpendencia de cineo naeiones semisalvajes, para venir<br />

a morir, bajo techo ajeno, sintiendo dentro de ti la suprema melancolia<br />

dei desengaiio, a la orilla dei mar que baüa tus natales cestas: ni tu<br />

tampoco, pobre genovés sofiador que le diste un mundo a la Corona de<br />

Espaüa, para morir entre cadenas; ni tu, manco inmortal, que pasastc<br />

miserias sin cuento; ni tu, florentino sublime que con el alma llena<br />

de las ardientes visiones de tu Divina Comedia, mendigaste el pan del<br />

desterrado; ni tu. Tasso, ni tu Petrarea, ru tu, pobre Rembrandt, ni tu,<br />

enorme Balzac, perseguido por los ruines acreedores, ni vosotros, todos,<br />

[oh poetas, oh gentes, oh faros, oh padres dei espiritu humano que atravesasteis<br />

la vida, amando, odiando, cantando, soüando, mendigando,<br />

mientras que los otros se enriquecian, gozaban y morian satisfechos y<br />

tranquilosl<br />

Divago al escribir. Cada uno de esos hombres, al olvidar las miserables<br />

materiaIidades de la vida, 10 hacia para realizar algûn plan grande que<br />

inmortalizara su memoria. Yo pierdo inùtilmente mi tiernpo entretenido<br />

como un niûo en futilidades mas 0 menos hermosas, sin buscar la<br />

ûnica que devolverâ la paz a mi espiritu conturbado.<br />

Cuando puse los pies en el salôn de consulta de Rivington, todas las<br />

impresiones de las ûltimas dos semanas refluian a mi memoria y, olvidado<br />

de los detalles de la vida real, se movia mi espiritu en un ambiente<br />

de etéreas delicadezas y sobrenaturales y deliciosos sentimientos producido<br />

par la contemplaciôn incesante de los cuadros y la lectura de los versos<br />

de Rossetti. Ese ambiente de ardiente y melanc6lico misticismo poblado<br />

de ensueûos referentes a Helena y perfumado de ella, coma el aire<br />

de suntuoso retrete femenino del aroma de las flores que agonizan aromandolo,<br />

me habla envuelto por largas horas, coma una niebla espiritual,<br />

impidiéndome el contacta con el mundo exterior. Disipése coma por<br />

182


encantamiento al sentarme en une de los slllones de la consulta y recorrer<br />

con los ojos la concurrencia que esperaba, haciendo antesala, el turno<br />

obligado para solicitar los auxllios del hombre de ciencia. Frente a mi<br />

un viejazo apoplético y obeso, envuelto en pesado abrigo de pieles,<br />

con el cogote rojo como jam6n y rugoso como un cuero de caïman,<br />

los ojos cubiertos por dobles anteojos negros, y los enormes pies deformados<br />

por la gota, calzados con gruesos botarrones, roncaba a pierna<br />

suelta. Se habia dormido esperando el turno. En un ângulo de la sala<br />

una mujer de anguloso perm. canosa y con cara de hambre, miraba con<br />

sus ojuelos grises cargados de odio, a una pobre chiquilla de doce a<br />

trece anos de ralos cabellos de un rubio sucio, destefiida tez salpicada<br />

de pecas, y descolorida boca entreabierta que dejaba ver los dientes<br />

picados y las encias desteüidas. En otro sill6n estaba sentado un hombrecillo<br />

enclenque, de color de aceituna que guardaba una quietud absoluta,<br />

inquietante, inverosimil, y por entre aquellos cuatro individuos,<br />

de miserable y dolorosa apariencia, se paseaba a grandes pasos por el<br />

sal6n un fantâstico personaje, desmesuradamente largo y flaco, de aspecto<br />

caricatural, que se retord a con furia los pelos de larguislmo bigetillo<br />

encerado y cuyos gestes sacudidos seguian con indulgente solicitud<br />

los ojos de un hombre de treinta afios, vcstido con refinada elegancia,<br />

pero en cuya delicada y hermosa fisonomia, de una palidez extraiia,<br />

se leian los signos de definitivo e irrernediable agotamiento.<br />

La chiquilla del pelo rubio se sacudiô toda, dio un gritlco agudo de<br />

pajaro herido y agit6 sus miembros débiles un estremez6n nervioso;<br />

despertosé con un ronquido bronco el personaje de las pieles y se frotô<br />

con la enorme mano rijiza y rellena come un guante de esgrima la<br />

Faz apoplética, no hizo un movimiento el individuo verde aceituna, que<br />

parecia una estatua de cera, y visiblemente humlllado, al sentlrse en<br />

aquella asamblea de incurables, el enfermo elegante que un momento<br />

antes paseaba por todo el cuarto la mlrada de sus ojos cansados, los<br />

volvié a un anillo de rubles que le adornaba el dedo mefiique de la mano<br />

izquierda.<br />

Excitado por la vista de aquellos mfelices, surgié en el fondo de mi<br />

el orgullo de la vida, de la juventud y dei vigor, y con involuntario<br />

movimîento me apreté con la derecha, crispa da casi, el biceps del brazo<br />

izquierdo, que sobresalia elâstlco y fuerte, fonnando como una masa de<br />

hierro, bajo Ja gruesa cheviotte del vestido de invierno; la sangre se me<br />

subié a las mejil1as y con brusco movimiento me levanté para salir ...<br />

No, yo no esraba enferme, yo no era un incurable. un harapo humano<br />

como aquellos desgraciados. èEnfermo yo? tDe qué? De un exceso de<br />

vida, de un exceso de ideas, de un exceso de fuerza y, como si hubiera<br />

visto la muer te al ver aquellos restes de persona que iban a buscar modo<br />

de aliviar sus dias miserables, dcscé en ese minuto todos los placeres de<br />

la vida, todos los sabores, los perfumes, los colores, las lincas, las mûsicas,<br />

183


los contactes deliciosos; me provocé apurarlo todo ahi, en ese minuta,<br />

antes de que mi cuerpo se deformera y se convirtiera en una miseria<br />

coma las que estaba viendo, ..<br />

Tan profunda fue la impresién que no cal en la cuenta de la salida<br />

de la persona cuya consulta habla terrninado. ni vi, en el primer momento,<br />

a Rivington, que por la puerta entreabierta deI gabinete me<br />

miraba de pies a cabeza, con oios de inquietud.<br />

-Doctor- dije saludândolo olvldado de que habla enfermes que<br />

debian precederrne.<br />

-Siga usted- dijo con cicrta brusquedad, haciéndome entrar al<br />

cuarto.<br />

Ahî sigui6 una escena grotesca en que, sin poderme dominar y llorando<br />

corno una mujer, abrazado a aquel [avan casi desconocido para ml, le<br />

conté la atroz impresi6n que me habia producido 5\1 horrible clientela<br />

y Je supliqué que me asegurara que no estaba enferma, que no me<br />

volveria loco, y en que con frascs estûpidamente sentimentales le supliqué<br />

que me permitiera enviar un pintor a su casa para obtener una<br />

copia del cuadro. Suave camo una madre que maneja a un muchacho<br />

enfermo, consentido y antojadizo, el especialista se denegé a mi deseo<br />

y con su gravedad acostumbrada, me hizo ver todo 10 que habla de<br />

anormal y de enfermizo en mi estado de espirltu de csos mementos.<br />

- Yo habla creldo menos grave su casa. Es preciso que usted aproveche<br />

las fucrzas que le quedan para buscar la curaciôn inmediatamente:<br />

vaya usted desde mariana a buscar a esa seüorita, diviértase, distrâigase,<br />

no sueüe mas; el sueüo es un vencno para usted. [uegue, emborrâchesc.<br />

mas bien. Eso seria mas bigiénico en su cstado de hoy. No pierda usted<br />

un minute, vaya a buscarla. Usted 1


que nos scducen con el sortilegio de su belleza sensual y sé bien que<br />

los pies de Helena no huclIan tu suelo, [oh pérfida y voluptuosa Babilonia!<br />

De la temporada de Londres me Ilevo una deliciosa impresiôn de recogimiento<br />

y de vida interior exacerba da hasta 10 indeciblc. Dos idlomas<br />

que eran para mi letra muerta, el griego y el ruso; dos ramos de la<br />

actividad humana que me eran extrafios, todas las artes de la guerra y la<br />

agronomia con todos sus progresos realizados en la ûltima mitad de este<br />

sigle me son completarnente familiares. Amplia cosecha de impresiones<br />

de arte, lecturas de los originales de los tràgicos griegos que conocia<br />

antes en malas traduciones, de los poetas anteriores a Shakespeare, de<br />

toda Ja pléyade moderna, desde el sensual y vibrante Swinburne hasta<br />

la mistica Cristina Rossetti; Inefables ensueüos provocados por los cuadros<br />

de Holman Hunt, Whistler y de Burne Jones; [todo eso me has<br />

dado, ciudad monstruo que me apareces casi ideal porque mientras<br />

he vivido en tu seno, he vivido con su recuerdo!<br />

AI comenzar los tapiceros a desarmar la casa me he quedado 50rprendido<br />

del numero de objetos de arte y de lujo que Insensiblemente<br />

he comprado en estos seis meses y los he remirado uno por uno, con<br />

carifio, porque en 10 futuro me recordarân una época de mi vida mas<br />

noble que los ultimos afios. Tu iras a adornar el vestibulo del horel en<br />

Paris, enorme vaso etrusco que ostentas en tus bajos relieves hermosa<br />

procesién de satires y de ninfas, y por sobre las cabezas de carnero<br />


Desde el momento en que pisé esta ciudad me ha invadido un malestar<br />

indescriptible. No es una impresién moral, porque, serenado mi espiritu<br />

por la idea de buscar a Helena y eonfortado por la esperanza de encontraria,<br />

me siento mejor; no es una enfermedad porque ningûn sintoma<br />

externo la traduce, ni la acompaüa dolor aiguno, y mi cuerpo rebosa<br />

de vida. Tengo como una plétora de fuerza disponible que no encuentro<br />

cômo gastar. El dia de antier la pasé todo en violentos ejercicios fisicos,<br />

equitaci6n, ciclismo, box, florete, que en vez de fatiganne, le dieron a<br />

mis mûsculos una sensacién de fuerza precisa, que pot absurda que<br />

sea la imagen, se me ocurre comparar con la que tendria una mâquina<br />

bien construida si tomara conciencla de la solidez de sus engranajes<br />

de acero y de la potencia del motor que los hace funcionar. "Estas<br />

hecho un Hércules", me decia antier el viejo Miranda, golpeéndome<br />

el hombre, y brillândole los ojos de envidia, en los mementos que pasé<br />

en su escriterlo.<br />

Hecho un Hércules y parece que ese exceso de vigor es la causa deI<br />

extraüo estado en que me encuentro. Ayer no pude resistir mas y me<br />

fui a un médico, a quien sin entrar en détalles de otro orden, le referi<br />

mis achaques, Fue el profesor Charvet. el sabio que ha resurnido en los<br />

sets volûmenes de sus admirables Lecctones sobre el sistema nervioso<br />

10 que sabe la ciencia de hoy a cse respecta, y que me conoce y me mira<br />

con extrema benevolencia desde que oi sus lccciones en la facultad y<br />

presencié sus curiosas experiencîas de hipnotismo en la Salpetrière.<br />

'--Ha realizado usted el consejo de Spencer- me dijo : "seamos<br />

buenos animales": es usted un hennoso animal- agreg6 sonriéndose-.<br />

Espere que no se tratarâ de una enfermedad grave. è,A qué le debo el<br />

placer de su consulta? ...<br />

-A una abominable impresi6n de ansiedad y de angustia bajo<br />

la cual estoy viviendo desde mi llegada a Paris; de angustia sin motivo<br />

y par consiguiente mas odiosa; de ansiedad que no se refiere a nada,<br />

y a la cual preferiria el dolor mas intenso ... ~Le ha sucedido a usted,<br />

doctor, correr, ya en retarda, a una cita urgente, contar los minutas, los<br />

segundos, abrir el relo], no ver la hora, volverlo a abrir, ver que el<br />

instantâneo se mueve, rectificar si el cronômetro funciona, aplicândole<br />

el aida, creer que se ha parada, buscar la hora en los relojes de la calle,<br />

sentir que el tren 0 el coche no caminan y no descansar de la horrible<br />

imprcsién que le hace correr sudor frlo par las sienes y le aprieta el epigastrio,<br />

sino después de estar en el lugar convenido? . . . Prolongue usted eso<br />

por seis dias, exacérbelo, hâgalo mas insoportable quitândole la causa y<br />

tendra usted idea de la que siento.<br />

Me interrogé babil y discretamente hasta hacerme confesar los cinco<br />

meses de abstinencia sexual a que me ha condenado la imposibilidad<br />

186<br />

Parts, 26 de diciembre.


de tolerar cuaIquier contacte femenino desde la tarde del bendito encuentro<br />

en Ginebra.<br />

=-Acabâramos-e- prorrumpi6 con una sonrisa de alegria que le alumbrô<br />

toda la cara afeitada y le hizo, al sacudir la cabeza, brillar los cabellos<br />

blancos y lisos que, echados para atrâs, le caen en espesa melena sobre<br />

el cuello dei largo levitén negro-. Acabâramos, {y ese capricho? (un<br />

voto de castidad hecho por usted, a sus afios y con esa facha? .. -prcgunté<br />

con amable expresién.<br />

-No es un capricho, obedece a motivos que serian largos de explicar-<br />

dije, para ahorrar comentarios-. (Con qué cree usted que es la<br />

causa?<br />

- Ya 10 creo, amigo mio- respondiô con suavidad acariciadoraya<br />

10 creo que es esa la causa. [Con esa flsiologia de atleta que tiene<br />

usted y con sus veintiséis anos! Sup6ngase usted una bateria poderosa<br />

acumulando electricidad; una caldera produciendo vapor, [electricidad<br />

y vapor que no se empleanl Estos primeras meses han debido de ser<br />

terriblemente inc6modos y experimente admiraci6n par la fuerza de<br />

voluntad que le ha permitldo a usted pasarlos asi, Sabran las drogas<br />

amigo mio, usted sabe el remedie, apliqueselo , .. en dosis pequeüas al<br />

principio- agreg6 sonriendo siempre.<br />

-Si no me da usted otro- contesté empleando un tono anâlogo al<br />

que usaba él->, no me cura ré pronto, esté usted seguro.<br />

-jAh! ,con qué insiste usted en su régimen? .. -pregunt6 con<br />

expresiôn de marcada curiosidad ... -. Es admirable ... Vamos, pues<br />

gaste usted fuerza en tado sentido coma 10 ha hecho usted en estas<br />

dias y complete la obra dei ejercicio violente con largos banos calientes<br />

y altas dosls de bromuro. Bromuro por agua ordinaria- agreg6 entregândome<br />

la f6rmula- y...• cuidado con que se desplerte de repente<br />

la bestia que ha logrado usted domesticar y haga alguna andanada,<br />

~eh? .. - me dijo al apretarme la mano en la puerta de la consulta.<br />

Inûdl todo. He permanecfdo horas enteras en la enorme tina de<br />

rnârmol blanco, aletargado por la influeneia de la temperatura ardiente<br />

deI agua; tengo en el paladar el sabar salino de la droga sedantc y en<br />

las narices el olor de la esencia de toronjil que el profesor agrégé a<br />

la saI. Inûtil todo. La angustia me oprime, me agota, me embrutece;<br />

me hace sudar frio; me imposibilita para pensar. En las ûltlmas cuarenta<br />

y ocho horas no he podido pegar los ojos y el cerebro, fatigado por el<br />

insomnie, funciona débilmente. No pienso casi, y me muero de ansiedad.<br />

,De qué? . . De nada. . . Esta mafiana htce ensillar el mas fogoso de<br />

mis caballos- un arabe, firro y nervioso como un artista, que se excita<br />

y pifia al verme- y huyendo de la exhiblctén del Bosque y de los<br />

trotecitos de ordenanza, galopé furiosamente tendido al través sobre el<br />

fogoso animal que se sorbia los vientos deI paisaje invernal, devastado<br />

por el frio, .. Me parecia que aquel1a carrera furibunda tenia algïin<br />

187


objeto que no alcanzaria, y la angustia crecia, crecia, y en el ruido de<br />

las herraduras, al goIpear la carretera desierta y blanca de nieve, me<br />

parecia oir una voz que me gritaba: "jApura, apura, vas a llegar tarde;<br />

mas aprisa, apura, apura!" Y bajo esa impresién llegué cuatro horas<br />

después al hotel, bafiado en sudor, rendido y temblando de miedo coma<br />

si alli me esperara una mala noticia ... ",Hay cartas?", le pregunté al<br />

portero que me tendi6 dos. Camo si fueran algo inesperado y gravisima<br />

abri las cubiertas con sobresalto; [eran una nota de Morrel y Blundel,<br />

dândome aviso de elen libras pagadas a mi sastre en Londres y una<br />

esquela de Alberto Miranda avisândome que me habian conseguido al<br />

fin unas aguafuertes tras de las cualcs andaba hace meses! ...<br />

Desde hace seis horas tirito, calado de frio, basra las médulas de los<br />

huesos, tendido en el divan de mi despacho sobre el cual ha acumulado<br />

Francisco mantas y pielcs que no me calientan, coma no me calienta el<br />

claro fuego que arde en la chimenea. Me hielo y me muero de angustia.<br />

Para distraerla escribo estas Iineas, y al releerlas y encontrarlas inteligibles<br />

experlrnento una sorpresa extrafia. Es tan grande la debilidad<br />

mental que experimente que no podria agregarles cien mas. El cerebro<br />

se rebela a pensar. Espesa bruma envuelve mi horizonte intelectual,<br />

mortaI decaimiento me postra, y si por mi fuera no haria un movlmiento<br />

para no gastar las escasas fuerzas que me quedan. Es coma si por una<br />

herida invisible se me estuvieran ycndo al tiempo la sangre y el alma.<br />

Asi debi6 de agonlzar Séneca con las venas abiertas, entre cl agua<br />

tibia de la tina de mârmol. En mi espiritu, doride las imâgenes picrden<br />

su relieve v se confunden, fletan dos versos de un soneto de Rosctti, de<br />

aquel soneto en que una visi6n le habla al poeta entre la bruma nocturna:<br />

Look at my face, my nam,e is might have been.<br />

1 am also cal1ed no more, farewell.<br />

jOh, mirame la far. ... IDye mi nllmbre1<br />

IMe llamo Lo que p14do seri Me llamo ...<br />

Es tarde •.. me llamo ... 1Adlôs 1<br />

y no puedo levantarme y me muero de angustia y de debilidad ...<br />

[La Muerte! ... No me Irnpresiona pensar en ella; jestoy seguro de<br />

que no es ni mas horrible ni mas misteriosa que la Vida!<br />

Estoy mejor ya, acosrado todavia, y mientras llega el profesor Charvet,<br />

que vendra a las tres de la tarde. me entretengo en describir, poseido<br />

de mi eterna mania de convertir mis impresiones en obra Iiteraria, los<br />

sintomas de la extrafia dolencia.<br />

188<br />

17 de enero.


Las ûltimas lineas trazadas aqui tienen fecha dei 26. Pasé ese dia<br />

y los dos siguientes en el misrno estado de malestar indescriptible que<br />

experimentaba al escribir entonees. La impresiôn de angustia se hizo<br />

tan intolerable que, a pesar de mis esfuerzos para dominarme, se traducia<br />

en involuntario quejido coma el que me habria arrancado una<br />

neuralgia y la postracién se acentuô de tal modo, que los esfuerzos para<br />

levantanne y vesnrme fueron inutiles. Francisco, aterrado COnmi enfermedad<br />

y sin orden mis, corrio al eseritorio de los Miranda y a la<br />

oficina de Mannoni. Unas horas después, al air voces, abri los ojos,<br />

que habia mantenido cerrados, y al través de la bruma que lIenaba el<br />

cuarto vi seis caras que se inclinaban sobre la mia; distingui los bigotazos<br />

blancos de don Mariano Miranda, la carita arabe de Vicente, su hijo,<br />

la cabezota rubia de Mannoni y la corbata lila de uno de los médicos,<br />

un personaje rosado y oloroso a Chypre, que me auscultaba frenéticamente,<br />

dàndome golpecitoscon los dedos lIenos de aoillos.<br />

Hice un esfuerzo para incorporarme, y la cabeza, camo desarticulada<br />

por la debilidad, se me fue para atràs sobre los almohadones en que me<br />

habian acomodado. La presencia de aquella gente me devolvié un poco<br />

de energia, irritandome con las caras de pésarneque me mostraban. Logré<br />

enderezarme, saludarlos, y le contesté con displicencia al médico de la<br />

corbata HIa, de las patillas rubias y dei pelo rizado, que me preguntaba<br />

qué sentia.<br />

-Debilidad y sueüo, seâor ... Debllidad y sueüo. -Me quejaba<br />

porque me delia un poco la cabeza.<br />

-Crea que estamos en presencia, querido colega- dijo el afeminado<br />

personaje, volviéndosea su compaüero, un individuo rechoncho y carirredondo,<br />

de barbiUa castaüa y pelada cabeza, que me miraba con<br />

expresién entre ir6nica y despreciativa- de fen6menos neurasténlcos<br />

atribulbles al estado de profunda debilidad en que se encuentra el<br />

pacicntc. Hay ciertos puntos relatives al diagn6stico y al tratamiento en<br />

que Ia i1ustradaopinion de usted contribuiria a aelarar mis ideas, querido<br />

colega.<br />

-Si quieren ustedes hablar a solas pasen al sa16n- sugiri6 don<br />

Mariano Miranda, rnostrândoles el camino-. Dicen que no es grave.<br />

Eso fue todo Jo que saqué en limpio: 10 demâs no se 10 entiendo: astenia,<br />

neurastenia, anemia, epidemia, syringomelia, camelia, neurosis, coriléporo...<br />

qué sé yo refunfuüô entre dientes, maseando el inevitable cigarro<br />

cuya ceniza ncgruzca cala sobre el tapiz de Ausbusson, que cubria el<br />

suelo y cuyo humo nauscabundo me revolvlé el alma.<br />

- Tu 10 que tienes es que vagabundeas mucho- continuo acornodândose<br />

en una silla y mareândome con el olor dei tabaco-. Haces<br />

bien, muchacho; tienes dinero, estas joven y fuerte; pero no abuses, no<br />

abuses.<br />

189


-Oye las noticias de la tierra- comenz6 Vicente, con su vivacidad<br />

de mico y el insoportable entusiasmo que pone en contar todo 10 que<br />

se refiere a los demés=- ,Tu no has recibido las cartas de boy? ..<br />

Claro que no. En el escritorio las abrimos hacc media hora. Las Reyes<br />

que, como tu sabes, le cuentan a Victor todo cuanto sucede alla, le dan<br />

una partida de noticias a cual mas inesperada; la primera, el matrlmonio<br />

deI calaveron de tu primo Heriberto Monteverde, del tronera de Heriberto;<br />

éadivina con quién? ... Con Inés Serrano. ,No te sorprende? ...<br />

Casarse Monteverde, todo fuego, con la Serrano, tan fria y tan hoba y<br />

de posici6n social Inferior a la de él, porque en fin, sea 10 que sea, los<br />

Monteverde son los Monteverde. Parece que iran a pasarse la luna de<br />

miel en el Buen Retiro, la hacienda de don Teodoro. Aburrido aquello,<br />

,eh? Dime, aqul entre los dos: ,no crees tu que ses puro calcule de<br />

Monteverde esc matrimonio? ... Las Reyes le dicen a Victor que esta<br />

mal de fortuna y que le debe mucho a Spinola. TaI vez sea cierto.<br />

,Quién sabe, eh? .. A mi papa le parece muy probable; a Alberto<br />

también- agrégé con aire de malicia .. , -Nosotros recibimos las 6[dcnes<br />

para el trollsseaus de la novia; la madre encarga un broche de<br />

diamantes, que sera de 10 rnejor que se ha manda do para alla en los<br />

ùltimos afios. . . y uno de los hermanos un libro de misa. . . Ridiculo<br />

para regalo de matrimonio, (no te parece, un libro de misa? .. IAh!<br />

pero qué te c~ento yo de noncias de alla cuando aqui en la colonia<br />

hay una cosa nue va que te interesaré muchisimo, . . L1eg6 al fin Eduardo<br />

Montt, (oyes?, y sé de buena tinta que no trajo mâs que cuatro mil<br />

francos: IY si 10 vieras! ... Se ha mandado hacer camisas en casa de<br />

Doucet, ropa donde Eppler: comié el domingo en el Café de Paris, con<br />

una cocota famosa, y ayer andaba en el Bosque en coches de remise ...<br />

Todo eso con cuatro mil francosl Es Increible, (ah? ,Sera que [uega,<br />

no es cierto? .. (Qué dices tu de eso? ..


Los médicos entraron; el buch6n de la cara Iréntca con el ceiio<br />

fruncido, el de la corbata lila y las doradas patillas, mas caricontento<br />

y mas orondo que nunea.<br />

- Mi amable y bondadoso colega ha tenido la bondad de honrarme<br />

autorizéndome para decirle a usted la opini6n que hemos forma do respecto<br />

de la novedad que usted experimenta. Son graves los desérdenes<br />

dei sistema 'nervioso ... -comenz6 ahuecando la voz y emprendiéndola<br />

con una disertaciôn intermidable en que enumeré todas las neurosis<br />

tiqueteadas y c1asificadas en los ûltimos veinte anos y las conocidas<br />

desde el prlncipio de los tiempos, Me hablé deI vértigo mental y de la<br />

epilepsie, de la catalepsia y de la letargia, de la corea y de las parâlisis<br />

agitantes, de Jas ataxias y de los tétanos, de las neuralgias, de las neuritis<br />

y de los tics dolorosos, de las neurosis traurnâticas y de las neurastenias,<br />

y, con especial complacencia de Jas enfermedades recién inventadas, del<br />

railway frain y dei railway spine, de todos los miedos mérbidos, el miedo<br />

de los espacios abiertos y de los espacios cerrados, de la mugre y de los<br />

animales, del rniedo de los muertos, de las enfermedades y de los<br />

astres. A todas aquellas miserias les daba los nombres técnicos, kenofobia,<br />

claustrofobia, misofobia, zoofobia, necrofobia, pasofobia, astrofobia, que<br />

parecfan llenarle Ia boca y dejars ela sabiendo a miel al pronunciarlas ...<br />

El otro individuo, el buch6n de la barbûla castaüa, continuaba callado,<br />

sonriéndose, y tenia cara de divertirse hasta 10 tnfinito con aquella<br />

charla exhibicionista de su questdo colega.<br />

-


Hubo una discusién entre las dos notahilidades respecta dei que<br />

escribiria la formula, y al fin el hombre de la barbilla castaüa trazé<br />

en el pape! signas que equivalian a una dosis de saI de Inglaterra, calculada<br />

para purgar a un toro Durham.<br />

-Se tomarâ usted esto mariana tcmprano, y una dosis igual pasado<br />

mariana, y otra todas las rnaüanas durante seis dias- me dijo con brusquedad-.<br />

Al séptimo, estacà usted bueno, le doy mi palabra de honor.<br />

-Celebro que no sea nada ... Usa pero no abuses- dijo don Mariano<br />

levantândose... -c.Qué sabio, eh?- insinué mostrândome el<br />

personaje de la corbata llla ... - Es cl rnédico de Vicentico.<br />

- y de ella- me murmuré al aida éste al despedirse ... -me la<br />

recomendé eUa.<br />

Ella es una actriz de los bufos, que se esta comiendo la fortuna de<br />

los Miranda, servida en forma de diamantes y de coches par mi bien<br />

informado amigo, que nacié reporter, coma otros nacen cicgos.<br />

-Recuérdame contarte otra nottcia que trajo el correo=- dijo con<br />

aire picaresco sacudiéndome la mana al despedirse ...<br />

Salieron, ,A qué hablan venido aquellos buenos amigos? .. El uno<br />

a fumarse un nauseabundo cigarro, arrellenado en una poltron a mas<br />

c6moda que las de su despacho; el otro, a traerrne su cosecha de vulgaridades;<br />

los dos médicos, a cobrar su charla el uno, su estûpida receta<br />

el otro.<br />

- [Deliciosos tus paisanos!- dijo Mannoni, saliendo del rincén<br />

donde se habla metido desde que entr6-. iDellciososl ,Pero qué es<br />

10 que tienes? Estas dcsfigurado- agreg6 al ver mi palidez, mis ojeras<br />

profundas y el temblor de mis manos débiles. -è,Qué te pasa? ... Tu<br />

estas muy mal. Es necesarlo que venga Charvet; voy a traerlo; no me<br />

gusta tu aspecto- agrege después de que le hube conrado cl martirio<br />

de los ültimos dias.<br />

A media noche, después de un sueâo que mas bien me habia quitado<br />

que devuelto las fuerzas, un suefio de Dina que se muerc de debilidad,<br />

desperté presa de rnortal sobresalto, sudando frio y dando un grito de<br />

angustia.<br />

-,Qué es esto, amigo mio?- me dijo Charvet que, scntado al lado<br />

dei divan, espiaba mi suefio, acomodando los almohadones que me sostenian<br />

la cabeza ... - ,Qué es esto? Haga usted un esfuerzo y cuénterne<br />

qué le ha pasado.<br />

-Que me estoy muriendo, doctor ... - le dije estrechàndole la<br />

mana ... -; que me estoy muriendo sin causa, muriéndorne de angustia<br />

y de faIta de fuerzas.<br />

-, Usted cometi6 alguna locura después de ir a mi consulta, no es<br />

cierto? ... He llegado a imaginarme, mientras 10 vela dormido, que ha<br />

tenido usted una hemorragia abundante ... Déjeme usted examinarlodijo<br />

acercando la luz-. Incorp6rese usted un poco para air el corazén;<br />

192


asi, eso es. . . Bien: ahora, recuéstese usted. .. p6ngase ahi el termémetro,<br />

no se înquiete usted; crea que haré cuanto esté a mi alcance<br />

para mejorarlo. Usted me interesa de veras... t:Su familia no vive ahora<br />

en Paris, derto? ...<br />

-No tengo familia, doctor; vivo solo con mis criados.<br />

-Pero tiene usted muchos, muchisimos amigos que 10 quierendijo<br />

como para consolarme-. Esta noche al entrar he encontrado gente<br />

en el vestibulo y en el salon. .. ,Con que vive usted solo, completamente<br />

solo?.. -volvic) a preguntar ... - Un grade men os de la<br />

temperatura normal- dijo mirande el termômetro->: el pulso de un<br />

niûo moribundo, esa palidez, esa postracién; y el dia en que usted estuvo<br />

en mi consulta, me quedé asombrado de su vigor... El corazôn esta<br />

débit como el de un viejo de setenta anos ... Vamos, tenga usted confianza<br />

en mi; confiéseme usted qué es 10 que le ha pasado ... ,Fue<br />

muy abundante la bemorragia? ...<br />

Cuando le conté que habia seguido estrictamente sus prescripciones<br />

y cuâl habla sido mi vida desde que no nos veiamos, se levantô dei<br />

asiento y comenzô a pasearse por el cuarto a pasos contados y lentos,<br />

con las manos metidas en los bolsUlos dei patalén y la cabeza inclinada<br />

sobre el pecho.<br />

-No puedo soportar por mas tiempo 10 que siento- le dije incorporandome-.<br />

Deme usted algo que me baga dormir 0 me vuelvo loco.<br />

Plqueme usted con rnorfina, hâgame bcber cloral, hagame dormir a<br />

todo trance, aunque me cueste la vida.<br />

- Yo no puedo hacer eso, seüor: mi deber me Jo prohibe- contest6<br />

deteniéndose, con aire a la vez ceremonioso y desagradado-. Ademas, el<br />

sueüo artiflcial no le impediria sentir 10 que siente. Yo, respecta de<br />

usted, no sé mas que dos cosas: primera, que si le diera a usted la mas<br />

pequefia dosis de narcôtico, 10 envenenarta, porque esta usted en un<br />

estado de debilidad extrema increible; segunda, que tengo que Ievantarle<br />

las fuerzas, porque cl corazén funciona muy Ientamcnte, y su organisme<br />

entero presenta fenémenos graves e inexplicables de depresiôn y de agotamiento<br />

que no entiendo,<br />

-tEstos es mortal, doctor? Digamelo usted francamente, de una vezle<br />

dije con voz trémula.<br />

-Mi pobre amigo -comenzo, sentandose otra vez cerca del dtvàn->,<br />

esta usted hablando con un ignorante. Usted ha seguido mis cursos, ha<br />

vista mis experiencias: segùn ennendo, ha leldo mis hbros, sabe que<br />

gozo de alguna fama en el mundo cientiftco ... No se extrafie de 10 que<br />

voy a decirle. Orga usted ... : yo no sé 10 que usted tiene, Si fuera un<br />

charlatan, le diria un nombre rotundamente: tnventaria una entidad<br />

patolôgica a qué referir los fenôrnenos que estoy observando, y 10 Ilenaria<br />

de drogas. .. Lo mas que puedo hacer en obsequio suyo es IIamar a<br />

193


alguno de mis colegas para que me acompaüe a estudiar su caso ...<br />

Puede ser que él vea mas claro que yo. ,Quiere usted que 10 hagamos?<br />

Me denegué abiertamente, y pareciô agradecérmelo. A la maftana siguiente<br />

volvié y me obligé a beber dos copas de cognac, que me quemaron<br />

la garganta y me trastornaron un poco. El viejo espiaba con interés<br />

los efectos del licor. Me puso una inyecciôn de éter y me hizo tomar<br />

unos grânulos de cafeine. Me promené que haria preparar inmediatamente<br />

un medicarnento para que comenzara a tomarlo de hora en hora,<br />

y qued6 en que volveria antes de la tarde.<br />

-Ofrézcame usted que, por grande que sea el malestar que sienta,<br />

no se moverà usted de esta cama ni tomera usted nada que no sea su<br />

pocién.<br />

Se Jo ofreci, y de hora en hora apuré el contenido de la oscura<br />

botella. Era un licor rojizo, perfumado, meloso y arnargo en que se<br />

Iundian diez sabores extraüos. A la quinta cucharada, como quemado<br />

por un fuego interior, sentla correr la sangre por las venas, y estrcmecimientos<br />

de vida vibràndorne a 10 largo de la colurnna vertebral. Me<br />

provoc6 levantarme. Tomaba la sexta, cuando entrô Charvet con Marlnoni.<br />

-(Ya resucité usted? -me pregunt6 el viejo, tendiéndome la mana.<br />

Comencé hablarle en voz alta, vibrante y Ilena, y le di las gracias<br />

por sus cuidados. "Me scntla moribundo y estoy lleno de vida, doctor<br />

-le dije-, me ha devuelto ustcd mis fuerzas perdldas en unas horas;<br />

ahora va usted a quitarme esta maldita impresi6n de ansiedad que me<br />

desespera, (no es cierto? •. ".<br />

-Eso dcsaparecerâ en tres 0 cuatro dias, si todo sigue bien. ,Tendra<br />

usted valor suficiente para pasarlos sin recurrir a los narc6ticos? ..<br />

Si usted la tiene, me atreveré a pronosticarle una mejoria râpida. Sin<br />

embargo, no debo ocultarlc un temor que tcngo desde ayer; es Iàcil que<br />

de un memento a otro le comience a usted una neuralgia violenta que<br />

prolongarâ su enfermedad por varias sernanas. Puede usted levantarse<br />

maüana, si no siente doler alguno, y pasar unas haras en el escritorîo.<br />

Cuidado con el frio ...<br />

El treinta y uno par la tarde me aseguré que me encontraba bien y<br />

que en algunos dias mas podria salir a la calle. Sintiéndome con fuerzas<br />

de sabra y desesperado con aqucl encicrro, en que mis ncrvios excitados<br />

no habian tolerado mas compaôia que la del suave Mannoni, a quien el<br />

recargo de ocupaciones le impedia estar a mi lado, convenci a Francisco,<br />

rendido par las noches de vigilia, de que se acostara, y preparé mi salida<br />

nocturna. Desde el mediodia era ya intolerable 10 que estaba sintiendo. El<br />

malestar que me hizo ir la primera vez a casa de Charvet, la ansiedad<br />

loca del galope en el camino de Sévres, la horrible angustia de los dias<br />

pasados, eran lIll juego de niûos [unto al martirio de aquella tarde ...<br />

La perspectlva de la noche insomne del afio nuevo, aquel lento sonar<br />

194


de las boras en el viejo reloj del vestibule, aquella melancolia sin nombre,<br />

que me habia invadido el alma desde par la maûana, me hacian<br />

inaccptable la idea de la reclusion. Queria oir el ruido de la multitud,<br />

perderme par unos minutas en el tumulto humano, olvidarrne de mi<br />

mismo.<br />

Son6, cerrândose tras de mi, la puer ta del hotel, Una râfaga helada<br />

me 82:ot6 la cara y me hizo correr un escalofrio par las vértebras, La<br />

ansiedad tomé la forma concréta de una idea de movimiento, y tuve que<br />

contenerme, para no realizar el deseo que surgi6 en las profundidades de<br />

mi ser, de correr coma un loco, frenéticamente, hasta caer falto de aliento<br />

contra la sébana helada que cxtendla el invierno sobre el piso de la calle<br />

silenciosa. . .., :<br />

Eran las doce menos veinte minutes cuando sali al boulevard y 'm~<br />

confundi con el rio hurnano que par él circulaba. El aspecta de las barracas<br />

de ana nuevo, negras sobre la blancura de la nieve, de las ventanas<br />

de los restaurantes, rojizas por la luz que se flitraba por los despulidos<br />

vidrlos y las transparentes cortinillas, los esqueletos descarnados de los<br />

ârboles, que alzaban las desmedradas ramas hacîa el cielo plomizo y bajo,<br />

la misma animacién de la multitud, ruidosa y alegre, aumentaron la<br />

horrible Impresién que me dominaba, Caminé durante un cuarto de hora<br />

con paso bastante firme y. .. Me detuve un instante cerca de un pico<br />

de gas, cuya lIama ardia en la oscuridad noctuma COmOuna mariposa<br />

de fuego... ", Cartas transparentes?" -me dijo un muchacho, que<br />

guard6 el obsceno paquete al volverlo a mirar.<br />

La luz de las ventanas de una tienda de bronces me atrajo, y caminando<br />

despacio, porque sentia que las fuerzas me abandonaban, fui a<br />

pararme al pie de una de e1las.<br />

Una mujer pâhda y flaca, con cara de hambre, las mejlllas y la boca<br />

teâidas de carmin, me hizo estremecer de pies a cabeza al tocarme la<br />

manga dei pesado abrigo de pieles que me envolvia, y 50n6 siniestramente<br />

en mis oidos el pssit pssit, que le dirigi6 a un inglés obeso y sanguineo,<br />

forrado en cheviotte gris, que se habla detenido a mi lado y que se fue<br />

tras ella. Al volver la cabeza, los faroles de vidrio rojo de un fiacre que<br />

cruzé por la bocacalle vecina, dtstrajeron mi atencién por unos segundos.<br />

Me fijé luego en la ventana, y en el momento mismo en que vi el gran<br />

reloj de mârmol negro con su muestra de alabastro y volante montade<br />

por fuera, colgando de la mano de una figura de bronce, sostenido por<br />

un hilo de metal dorado, comprend. a qué se referia la angustia horrible<br />

que habla venido sintiendo en los dias y las noches anteriores: [ah,<br />

indudabJemente era el terror irrazonado, siniestro y lugubre del ana que<br />

iba a comenzar! Faltaban cinco minutes para las doce. El puntero de oro<br />

avanzaba sobre la muestra de alabastro. El volante iba y venia : tic tac,<br />

tic tac, tic tac; un hilo luminoso sobre el fonde sombrio: tic tac, tic tac,<br />

tic tac. Los dos espejos laterales de la ventana, al copiarse, reflejaban<br />

195


con un tinte verdoso de cadâver descompuesto mi fisonomia horriblemente<br />

desfigurada y pâlida, el perfil adelgazado por el sufrirniento de<br />

los dias anteriores y la maraüa de la descuidada barba. Me pareciô que<br />

estaba preso entre dos muros de vidrio y que jamâs podria salir de aIli.<br />

El volante iba y venia: tic tac, tic tac, tic tac, y cada oscilaciôn marcaba<br />

un grado mas de angustia, de terror y de desesperacién en mi alma.<br />

Rigide el cuerpo, crlspado los nervi os, exacerbados los sentidos, el murmullo<br />

dei rio humano que corda a mis espaldas se cambiô para mis oidos<br />

alucinados en un sollozo infinite que iba a perderse en aquellos nubarrones<br />

plomizos y grises que encapotaban el cielo. Tic tac, tic tac, tic tac.<br />

El volante iba y venia sobre el fondo oscuro de la ventana, A cada<br />

segundo que pasaba 10 sobrenatural se acercaba mas y mas para aparecérseme<br />

en el fondo dei abismo de sombra que se abriria tras de la muestra<br />

de alabastro al sonar la hora dei aüo nuevo. La hora se acercaba. Tic tac,<br />

tic tac. .. Quise huir para no ver aquello, y las piernas no obedecieron<br />

al impulso de la voluntad. Un Irio mortal me subié desde los pies hasta<br />

la nuca. En la pesadilla sin nombre en que se deshacla mi ser, vi avanzarse<br />

hasta ml el reloj de màrrnol negro, como un ser viviente, y aterrado<br />

caminé para atras cuatro pasos. Los doce golpes sonaron en mis<br />

oidos lentamente, gravemente, cubriendo todos 105 ru mores de la calle<br />

con un ruldo ensordeccdor, metâlico y frno de campanas de oro. Confundidos<br />

los punteros en uno solo para marcar la hora trâgica dei horror<br />

supremo, el volante se detuvo, inm6vil, como obedeciendo a un mandato<br />

de 10 invisible. Espesa niebla flot6 ante mis ojos, una neuralgia violenta<br />

me atravesé la cabeza de sien a sien, como un rayo de doler, y cal desplomado<br />

sobre el hielo.<br />

Cuando volvi en mi estaba en mi cuarto, vestldo, con la camisa abierta,<br />

acostado en el Iccho. Marinoni estaba alli cerca, y Francisco rezaba,<br />

arrodillado, las oraciones de los agonizantcs. Sobre la mesa cercana a mi<br />

lecho ardia un cirio al pie de un Cristo. La luz tétrica de la madrugada<br />

se filtraba por los calados de los balcones. Una neuralgia horrible me<br />

apretaba la cabeza como en un circule de fierro; pero Ia impresiôn de<br />

angustia habla desaparecido,<br />

-jMarinonii -grité-, me he salvado; acércate.<br />

-Por rnilagro estas vivo. Ercs un Ioco. Si supieras la noche que nos<br />

has hecho pasar (Olmo es eso de que estas bueno? ..<br />

-Estoy bueno. Tengo un dolor horrible que me va a matar tal vez,<br />

pero no siento la ansiedad de los dias pasados. -Dije eso y cai en una<br />

especie de letargla profunda.<br />

De los prirneros diez dias de fiebre conserve confusas tmpresiones.<br />

Mis ojos no acostumbrados a la penunrnbra gris de la alcoba, percibian<br />

oscuramente ]0 blanco y 10 negro del vestido de una herrnana de caridad<br />

sentada a la cabecera del lecho, y el contorno de la nivea corneta que,<br />

contra la oscuridad de la pared sc le antojaba a mi pobre cerebro una<br />

196


garza con las alas abiertas, y por asociacién de ide as evocaba cl recuerdo<br />

de los pantanos de Santa Barbara.<br />

Al desaparecer la fiebre senti una debilidad extrema. Ahora estov en<br />

plena convalecencia, siento que la vida me vuelve con cada copa dé los<br />

aiiejos vinos espafioles que apuro, con cada bocado de los que devoro<br />

con apetito panragruélico, y Charvet esta encantado de ver la rapidez con<br />

que voy adquiriendo fucrzas.<br />

Parece que el viejo me hubicra cogido cariûo. Es sensual hasta las<br />

puntas de Jas ufias; tiene la pasion de la obra de arte, un gusto exquisito,<br />

y segén dice, posee la mas hermosa coleccién de tapices persas que existe<br />

en Paris. Cuando viene a verrue se acomoda en un sillon cerca del fuego,<br />

bebe a traguitos un jerez desteûido de cuarenta aüos, saboreândolo, viéndole<br />

el color a levantar a la ahura de los ojos la frâgll copa de Salviati<br />

en que se le sirve y olténdolo con delicia. A veces, como para excusarse<br />

de apurar la tercera, dice "excelente", pegândose a la boca los dedos reco­<br />

~idos de la mano, abriéndolos Juego y extendiendo cl brazo para Ievantarlo,<br />

con un movimiento blando que parece esparcir en el aire el perfume<br />

del aiiejo licor.<br />

-Qlle! faIta hace entre los tesoros de arte que ha amontonado usted<br />

en su vivienda una muier, no una querida, que seria incapaz de entender<br />

nada de esto, sino una mujer muy joven y de gran raza, que gozara<br />

con cada detalle suntuoso y animara con su Frescura las magnificiencias<br />

somhrbs de estes aposenros, dondc usted debe echar de menos, a veces,<br />

\1OR delicada presencia femenina ... Césese ustcd, amizo mio ... El matrimrmio<br />

es una hermosa invencién de los hombres, la ûnica capaz de<br />

l'Iln:1li7.nrel instinto sexual.<br />

;Se sonde porque Je hable as.? .. Ha de saber usted que la medicina<br />

no ha ~;do para ml mas que una ncccsidad, un modo de ganar el pan.<br />

Yo renon nervios de artisra. no de hombre de ciencia; l'or eso me entiendo<br />

hicn con usted. Aonl entre nosotros le confieso nue una de las amarguras<br />

dp, mi vida es que mi nombre va a ouedar neaado para toda la eterntdad<br />

~, de una ascucrosa alteracién de los cordones nerviosos de la medula,<br />

F.~:> ld~:1me revuelve el alma. Un borénico desnicha, en alauna rnontafia<br />


ela es impotente; convénzase usted de que 10 devora la enfermedad de<br />

Charvet ... ". ~Le parece a usted muy entretenido eso de que le den el<br />

nombre de uno a una cosa innoble? -concluy6, con las manos metidas<br />

en el fondo de los bolsillos y sacudiendo la cabeza con expresiôn de<br />

asco. .. -Goce usted suavemente de la vida, càsese usted, amigo mio,<br />

sea usted feliz. . .<br />

El regalo de Rivington, una copia suntuosarnente enmarcada y hecha<br />

por mana de maesto del cuadro que adorna su sala, Bego hace cuatro<br />

d'as a mi hotel. Fue en el salon donde abri la caja, retirando yo mismo<br />

los tornillos, levantando las tablas, rompiendo los papeles que 10 envolvian,<br />

hasta contemplar la ideal imagen de la ldolatrada. Imposible permitir<br />

que una mano servil hubiera ejecutado aqueIJa tares. La pintura<br />

es un perfecto espécimen de los procedimientos de la cofradia prerrafaelita;<br />

casi nulo el movimicnto de la figura noble, colocada de tres euartos<br />

y mirando de frente; maravillosos por el dibujo y por el color los piesecitos<br />

desnudos que asoman bajo el oro de la complicada orla bizantina<br />

que bordes la tûnica blanca y las manos afiladas y largas que desligadas<br />

de la muüeca al modo de las figuras dei Pannagiano, se juntan para<br />

sostener el manojo de lirios, y los brazos envueltos hast a el codo en los<br />

albos pliegues de largo manto y desnudos luego. El modelado de la<br />

cabeza, el brillo ligeramente excesivo de los colores, agrupados por toques,<br />

todo el conjunto de la cornposiciôn se resiente dei amaneramiento<br />

puesto en boga par los imitadores de ]05 cuatrocentlstas. Esta detaUado<br />

aquello con la minuciosidad extrema, con todo el acabado que satisfaria<br />

al Ruskin mas exigente; distingue quien 10 mira uno a uno los rayas<br />

que forman las aureola que circuye los rizos castafios de la cabeza, los<br />

hilos de oro de Ja orla bordada, las ramazones de los duraznos en flor,<br />

los pétales rosados de éstas, las hojas de las rosas amarillas, sobre la<br />

verdura de los matorrales, y en los retofios y yerbas del suelo podria un<br />

botânico reconocer una a una las plantas copiadas alli por el artista.<br />

AI pie de la pintura, sobre la orla negra, brilla en dorades caracteres latinos<br />

la nase;<br />

MANIBUS DATE LILlA PLENIS<br />

,Quién era el pintor, ese J. F. Siddal, euyo nombre esta al pie de<br />

la tela, que con tan extrernado amor puso la mistica expresiôn de unciôn<br />

soberana y casi extâtica en cl lienzo que puebla ahora mi casa y mi vida<br />

de dulcisimo ensueüos . .. Ni 10 mencionan los crlticos que han escrito<br />

198<br />

10 de 71ltlTZO.


sobre la Pre-Raphaelite Brotherhood, ni figura su nombre en ninguna<br />

galeria ni catâlogo de museo.<br />

(Qué me importa el ideai de arte que le dictaba su técnica minuciosa,<br />

si ante mis ojos sondes, con la suave gracia de los largos Iineamientos<br />

de tu cuerpo delicado, con la misteriosa irradiaciôn de tus pupilas azules<br />

que alumbran la sobrenatural palidez deI semblante, enmarcado por los<br />

sedosos rizos castaüos de la destrenzada cabellera, [ohl imagen que llenas<br />

mi vida y mi alma? ..<br />

He aqui 10 que he encontrado para que, en el cuarto vecino al escritorio,<br />

donde amplia cortina de antiguo tejido y desteûidos matices deja<br />

caer sus pliegues a los lados deI balcon enmarcândolo, esté junto 10 mejor<br />

de ml mismo. Sobre las paredes tendidas de oscuro cuero de C6rdoba<br />

s610 atraen las miradas dos telas: la copia enviada par el doctor Rivington<br />

y cl retrato de la abuela, con su perfil de Santa Ana y Jas canas blancas<br />

destacandose sobre un fondo oscuro que pinto para mi James MacNeil<br />

Whistler, el extrano artista que, al dccir de un critico, sabe con extralûcida<br />

intuiciôn desprender en sus obras, baüadas de misterio, 10 suprasensible<br />

de la real.<br />

Al pie deI retrato de Helena, pesada mesa de bronce cincelado sostlene<br />

las jardineras lIenas de flores que pedi a Cannes por telégrafo, Sube<br />

hasta sus pies el aroma de las rosas rojas, de las rosas amarillentas y<br />

de las rosas blancas, de los ramos de violetas de Parma que languidecen<br />

en altas copas de cristal opalescente, de los montones de daveles blancos,<br />

âureos, sonrosados, purpûreos, confundidos con la suave emanaci6n de<br />

. Jas mimosas y de los lirios. Aquella oposiciôn de vividos tonos que cantan,<br />

tentaria la paleta de un colorista.<br />

Sobre el verde de los veladores de malaquita contrasta el blanco de<br />

las pastas, ornamentadas con las tres hojas y la mariposa, de los tomos<br />

de versos que compté en Londres e hice encuadernar a mi antojo. Un<br />

solo sillon, donde bajo la mirada apaciguadora de los ojos azules, voy<br />

a leer a Shelley 0 Longfellow, y el pesado cofre de hierro donde guardo<br />

las joyas, su camafeo, y el rarno de rosas de Ginebra, forman el rnobiliario<br />

dei cuarto.<br />

[Ese ambiente de espiritualidad es el que requieres, amor de alma,<br />

para que vivas con intensa vida, y el ûnico que me parece respirable<br />

hoy, en que mi ternura aspira a ti con todas sus fuerzas como débil<br />

planta que vuelve sus hojas hacia el sol!<br />

Charvet, fastidiado de esperarme en el despacho, mientras me vestia,<br />

estaba acomodado en el sillon, la cabezota contra el espaldar de éste, los<br />

quevedos de oro montados en la nariz, y los poemas de Keats en la<br />

mano, cuando entré al saloncito.<br />

199<br />

10 de abril.


-Los poetas ateos, de jévenes, no creen en Dios, pero creen en los<br />

angeles y en la Virgen Santisima -dijo levantândose al verme-. Hasta<br />

ahora éste es el sitio donde he respirado atm6sfera mas espesa de misticismo<br />

, .. desde que paseo mi persona por este picaro mundo. Si el<br />

pobre Scilly Dancourt entrara a este cuarto, se arrodillarîa al ,'er e)<br />

retrato colorado en este ambiente de capilla. .. Se pone usted malo ...<br />


"Doctor : no sc extraüc usted al verrue sufrir asi, al ver mi desesperaci6n;<br />

usted no sabe que era una santa, usted no sabe que todas Jas<br />

de su raza han sido adoradas asi, frenéticamente. ,No ha oido usted<br />

contar la historia de Rossetti, cl poeta pinter que casé con Maria Isabel<br />

Leonor Siddal, que cra de la misma familia de mi mujer, hacc veintitantos<br />

anos? ., i..Yque jarnâs pinto en sus cuadros ni canto en sus<br />

versos a otra que a ella, y que muerta ella deposité en cl ataûd el manuscrito<br />

de sus poemas para que durmiera junto de la que los habla inspirada?<br />

.. Rossetti estuvo, al morir Maria Isabel, casi loco; y si aïios<br />

mas tarde el cloroforrno y la tristeza dieron cuenta de su vida. fm'<br />

porque no hizo 10 que voy a haeer yo, ia pedirle a los viajes y al estudio<br />

de Jas regiones la fuerza necesaria para no dejar a esta chicuela sola<br />

en el mundo!", decia mostrândome a la nina.<br />

-~yla fotografia, doctor? ..<br />

-jAh. si! Ese cuadro que tiene usted es un retrato de la muier de<br />

Scilly Dancourt. hecho por un hermano que abandoné la pintura después,<br />

para irse a la India, segûn me dijo enterrees aquél . .. y oiga ustcd.<br />

.. El arnanerado imitador de los prerrafaelitas no hizo mas que<br />

dafiar el modelo al sujetarlo a las invenciones de su escuela, porque la<br />

muerra era mas hermosa todavla: tenia una cabellera castafia de vises<br />

dorades. ese color auburn Que dlcen los ingleses, jV unos oios azules coma<br />

no he visto otros despuésl Pobre hombre; no 10 he vuelto a ver nunea.<br />

-~Ni a saber de él. doctor? .. -le pregunté con mal disimulada<br />

impaciencia.<br />

-Ni una palabra. Creo (lue la t'mica persona a quien le cscribe en<br />

Paris es al General des Zardes, Sirviô a sus ordcncs como Capitân en<br />

1(0\guerra con Prusia en 1870. y éste 10 tiene en So'(fandestima por su<br />

valor ... ,Y cémo varnos de salud? -inquirio. volvicndo a sus carneros.<br />

Charvet me autorizé desde esc dia para volver a mi vida de antes<br />

ch, J::I enfermedad:<br />

- Esté usted hov rnàs fuerte que la tarde en Que vina a mi consulta<br />

por primera Vf'7.. Goce usted suavernente de la vida. .. Sea usted feliz,<br />

me diio golneàndome et hombre al salir.<br />

iOozar de la vida sin ella r Gozaré de la vida cuando me arrodillc<br />

a sus pies. [Bendito seas, rayo de luz que has caido en la noche de mi<br />

alma y que me permitirâs encontrarla!<br />

-Cuanto le puedo contar es cuanto le he contado: dirijase usted al<br />

profesor Mortha, a quicn Scilly Dancourt le escribe con frecuencia sobre<br />

sus chifladuras de orientalismo y de historia religiosa -dijo. con su voz<br />

ruda y Ievantândose de la silla, en el salon dei Circulo, el viejo General<br />

201<br />

20 de marza.


des Zardes - e , Dirijase usted a Mortha. .. Ahora ,resulta usted preocu~<br />

pado también de esoterismo y de religiones, Creia que la vida de cuartel<br />

que ha Ilevado la habia preservado de esas vagabunderias. Y es usted<br />

joven para ser General - agreg6 con ir6niea expresién, torciéndose el<br />

viejo mostacho canudo.<br />

- Yo no say General -le contesté, riéndome, al oir aque1la salida,<br />

-Pues es extraûo ... Todos los paisanos de usted que yo he conocido<br />

en el Circule, son generales -gruiiO, despidiéndose.<br />

Poco mas habla adelantado con la conversaciôn que tuve con él y que<br />

acab6 con aqueUa frase evocatoria de las charreteras de facil adquisicién<br />

en nuestras repùbllcas latinoarnericanas. Cont6me en ella la campana<br />

hecha par ambes, él coma Coronel, Scilly Dancourt coma Capitân en la<br />

quinta division dei ejército mandado por el General de Tailly, las mar,<br />

chas y contramarchas, las indecisiones y los desaciertos de la funesta<br />

campana; me pinto al pobre Emperador âtono y decaldo, sumido en la<br />

incertidumbrc y en el silcncio; puso par las cumbres a Trochu que. al<br />

dccir suyo, habria salvado a Francia si hubiera realizado sus planes; lIam6<br />

imbéciles a Rouher, a Montauban y a Chevreau; insulta a Bezaine,<br />

glorific6 a Mac-Mahon; me describlé a gritos y con voces técnicas las<br />

batallas de Saint-Privat. de Wissenbourg y de Froeschwiller. y el aire<br />

de rnortal tristeza y de ernbrutecimiento de Napoleon al ver entrar sucesivamente<br />

a la Prefcctura de Sedan a Ducrot, a Douay luego, a Lebrun<br />

dcspués; el diâlogo brutal entre Ducrot y Wimpfen y la salida de éste<br />

a parlamentar con el enemigo.<br />

-Scilly Dancourt -me dijo energtzândose-,-, no via el fin de la<br />

batalla, ni figura su nombre en cl registre de las vergonzosas capitulaclones,<br />

ni se llevé de Sedan en los ojos el horror de ver a nuestros<br />

noventa mil soldados que, inutilizados por los dias que pasaron en el<br />

campo de la miseria, con los pies metidos entre el barrot empapados<br />

pOT la lluvia, ternblando de hambre y de sed, de frfo y de vergüenza y<br />

sintiendo la trâgica sacudida deI desmoronamiento deI impcrio, esperaban<br />

Cf los batallones de redutas alcmanes que habian de lIevarlos pnsloneros<br />

a Prusia. No, Scilly Dancourt no vio nada de esto. Después de animar<br />

a los nuestros con su coraje de leon, de excitarnos con el grito, con el<br />

ademan y con el ejernplo, y de recibir tres heridas, al ver perdida la batalla,<br />

desaparecié, nadie sabe cérno. Revuelta el alma por las desgracias<br />

de Francia. paso a Inglaterra, donde contrajo matrimonio unos anos<br />

después con la hija de un acter 0 de un mûsico de fama, y cuando murié<br />

ésta. se ausentô de Europa ... Ya le digo a usted, el ûnico que sabe<br />

de él cs Mortha, a quién le escribe sobre esas chifladuras de religiones<br />

y de orientalismes.<br />

El corazén se me saltaba deI peche al entrar la ûltirna vez al entresuelo<br />

de techo bajo y ruin aspecte situado en una callejuela deI Barrio<br />

Latine. donde el autor de "Las Religiones de Oriente" recibe los escasos<br />

202


visitantes que van a distraerlo de sus preocupaciones habituales, la interpretacién<br />

de seculares textes sagrados, de los viejos himnos Iitûrgicos y<br />

de los cultos primitives de la humanidad. jVoy a hablarle de Scilly Dancourt<br />

y va él a decirme dénde encontraré a Helena!, pensaba dentro<br />

de mi. sentado ya en un canapé de la pobre y aseada salita que precede<br />

el cuarto de estudio, y contemplando una escultura asiria, un cuerpo<br />

de leon alado con cabeza humana de luenga y rizada barba, coronada<br />

por la tiara sacerdotal, que, frente a frente dei Budha ventrudo, que<br />

sonrie sobre la pobre y negruzca chimenea, forma el ûnico adorno de<br />

la estancia.<br />

Mortha es un viejecito adorable, con una cara Iarguisima cuya amarilIenta<br />

y apergaminada piel cruzan hondas arrugas verticales, y una cabelIera<br />

de seda blanc a toda despeinada, de la cual le caen pelos sueltos<br />

y largos por sobre la frente enorme y los ojos vivisimos y negros. Cuando<br />

se rie hay algo de infantil en la alegria que le anima la cara, y canas.<br />

arrugas y ojos todos se de. Sus libros y la necesidad de obtener indicaclones<br />

sobre una inscripciôn lapidaria fueron la disculpa con que me<br />

le presenté hace ya varios dias. Me habl6 en la primera entrevista de<br />

unos pergaminos egipcios que estaban para la venta en Londres; hicelos<br />

comprar alli por Morrel y Blundel, se los envié y estamos al partir de<br />

un confite; me cree un egipt61ogo consumado.<br />

AI entrar al cuarto, lIeno de papeles, de piedras, de restos de estatuas<br />

y de Inscripciones, estaba escriblendc algo con su letrica finlsima, y. un<br />

rayo de sol que se colaba por la ventana le hacia briller como plata las<br />

canas blanquisimas.<br />

-,Escribia usted, querido maestro? .. -preguntéle.<br />

-Si, anotaba la traducciôn hecha por mi cofrade Mâspero, deI himno<br />

descublerto por Grebaut cerca de las necrépolis dei Zaouvet-et-Anyan.<br />

Oiga usted qué sublimidad:<br />

Tu te levantes, benéfico Ammon Ra Harmakouti -Tu te despiertas,<br />

veridico Sefior de los dos hcrizontes, ardes, resplandeces, subes y culminas­<br />

Los hombres y 105 dioscs sc arrodillan ante esa que es tu forma ._-iOh Seiior<br />

de las formas!<br />

Una hora entera en que 10 hice hablar y no hablé para que no descubriera<br />

mi supercherla, y al cabo de la cual 10 traje por enredados<br />

caminos al asunto en que tengo puesta toda mi alma.<br />

-jAh, si! Scilly Dancourt -me dijo-, pero SCilly Dancourt no<br />

es un especialista, es un hombre que quiere saber todo 10 referente a<br />

todas las religiones. Los ritos egipcios dt'! Antiguo Imperio los conocc<br />

bastante. Hace seis anos recibi su ùltima carta, datada en Abvdos, donde<br />

estaba estudiando los bajorelieves dei templo. Tenia buenos' datos para<br />

ser dados por un aficionado, pero su fuerte son Jas religiones de la India.<br />

Es uno de los pocos europeos que ha logrado entrar al fonde de los<br />

203


santuarios de Benarés y cultivar relaciones intimas con los sacerdotes budistas<br />

de las pagodas dei Sur; pero no vaya usted a creerlo un hombre<br />

de ciencia, y sobre todo, un hombre desinteresado en sus estudios, Lo<br />

que él persigue es la esencia misma de las religiones, 10 sobrenatural,<br />

con que nada tenemos que ver los que procedemos de buena Fe. No<br />

hay religion. que no haya estudiado, haciendo para ello enormes viajes<br />

e inauditos gastes, visitando los santuarios y recorriendo los lugares en<br />

que nacié, A estos ûltimos charlatanismes de la fuerza psîquica y de Jas<br />

telepatias, de las sugestiones a largas distancias y de las apariciones 111minosas,<br />

los conoce como Crookes, y creo que se rie de cllos. Estuvo en el<br />

Congreso de Religiones de Chicago, en 1893, sin tornar parte en él y estov<br />

seguro de que les habrîa podido ensefiar algo de la suya a cada uno<br />

de los asistentes. Nosotros nos escribiamos hasta hace seis afios, v de<br />

repente dejô de contestarme. Supe después por mi colega Chenne,~eres<br />

que 10 encontré en Roma, que estaba alli con un hijo suyo. Parece<br />

que ese [oven ha hecho los mismos estudios que el padre, y que fue<br />

quien 10 indujo a abandonarlos, para entregarse al culto catélico con<br />

taro fervor. Me ha referido Chennevieres que vivian ccrea al Vaticane,<br />

que el Papa los recibia frecuenternente v que comulgaban todos los dias<br />

en la misa dicha por Su Santidad. Yo he seguido escribïéndole a Scilly<br />

de acuerdo con la promesa que le hice de comunicarle los resultados<br />

obtenidos en mis estudios de las antiguas religiones de Egipto, pero no<br />

me ha vuelto a contestar.<br />

-lY le escribe usted a Roma sabtendo que él viaja continuamente?<br />

.. -le pregunté.<br />

-No. son sus banqueros quiencs corren con didgirle las carras: yo<br />

J::IS envie a la oflclna de Lazard, Casseres y Compaûia. Poco mas deben<br />

de interesarle mis pacientes investigaciones a nuestro amigo. que 10 que<br />

buscaba en sus viajes no era la ciencia de los origenes y del desarrollo<br />

de las religion es, sino un culto qué practicar, y por fin vino a clar al<br />

catolicismo, para 10 cuaI sobraban todas las vueltas que dio. [Cuando yo<br />

le digo a usted que Scilly Dancourt no ha sido nunca un sabio y que<br />

sus învestigactones no eran desintcresadas!<br />

AI fin di con el hilo de luz que busco, con la pista que sigo para<br />

encontrarle, joh! camino que me Ilevarâ hacia eIla! pensé sorprendido<br />

de la feliz casualidad que me hizo poner en manos de Lazard, Casseres<br />

y Compafiia, Jas sumas que habia mantenido en casa de Miranda hasta<br />

cl afio antepasado. [Bendita sea tû, Actriz de los Bufos, idolo de mi<br />

amigo el instintivo reporter don Vicente, que con tu apetito de diamantes<br />

y el dominio que ejerces sobre él y el ternor que senti de que fuera<br />

a caer mi oro en tus rosadas manecitas, junto con los patacones de don<br />

Mariano, hiciste surgir en mi cerebro la idea de trasladar mis fondes<br />

a casa de los judlosl-> pensaba subiendo la escalera monumental del<br />

escritorio de éstos. Un banquera judie sirve para todo. .. hast a para<br />

204


decirle a uno dénde esta la vision con que sueüa. jOb, Israel! =-murmuré<br />

dentro de mi rnismo al empujar la puerta dei escritorio.<br />

Nathaniel Casseres, doblado en dos, las narices de àguila, los ojos<br />

verdosos, el collar de barba rubia, todo él encantado de verme, me estreché<br />

la mano con afectuoso ademân y me jur6 que su familla habia<br />

estado consternada con mi enfermedad. Vivi6 el tipo cuatro aêos en<br />

Buenos Aires y habla espaâol, un espaüol aprendido en Franckfort,<br />

que destroza los oidos,<br />

-cA qué depemos el [onor de per al seüor Fernândez en esta su<br />

casa? .. ,Tiene compras que hacer u ottener que tar?<br />

y al explicarle que deseaba saber el Iugar donde estaba su cliente y<br />

que le suphcaba me informara de él:<br />

- j Ah, si1Puen cliente, pu en hombre, pena persona el seüor Chilly ...<br />

Puen cliente puen hombre, .puena persona, pero no puedo informarlo a<br />

usted te 10 que tesea ... -y mas 0 menos me explicé esto: Los ùmcos<br />

negocios que la casa de Lazard, Casseres y Compaüia nene con el Conde,<br />

consisten en reclbir de una compaüia de seguros sobre la vida gruesa<br />

suma que le paga ésta, a la cual entregé su capital para recibir renta<br />

viajera. 01 oirlo me corri6 un estremecimientc de frio por las espaldas.<br />

y si liegara a morlr, (qué seria de la suerte de Helena, abandonada, sola,<br />

sin fortuna, sin amigos? ..<br />

-Otra operaci6n hacemos par su cuenta -continuo el obsequioso<br />

Nathaniel- es pagar instalamentos de un segura de vida de una hija<br />

suya, para que ésta la reciba al cumplir veinte afios; un segura fuerte,<br />

que le devolverâ a la seûortta Scilly Dancourt el capital que su padre<br />

entregé a la cornpaâia, babil operaci6n, pero que sobre todo satisface<br />

los gustos de nuestro cliente, que no quiere ocuparse de negocios, ni<br />

de dinero, y que gira a nuestro cargo por cualquier suma que se le<br />

ofrezca, desde cualquier punta de Europa, Asia, América, Afrka u Oceania,<br />

donde tornan sus cheques nuestros banqueros, porque la casa tiene<br />

agences en todo el mundo -agreg6, complacido->, Para él no l1ega aqui<br />

mas correspondencia que la de un sabio, su amigo, Hace tres aüos recibimos<br />

del seüor Scûly un telegrama de Roma, dando orden de no enviarle<br />

esas carras, y la casa, cumpliendo Jas suyas, las guarda aqui. El no escribe<br />

nunca,<br />

-c_Y dônde esta fechado el ultimo chèque deI sefior de Scilly? -pregunté,<br />

- He dado a usted todos esos dates en estricta reserva, y asi le daté<br />

el otto. Perrnitame usted hablo con el tenedor de libros para informalo.<br />

De Alejandria y cs por una suma fuerte. Probablemente seguiria<br />

para Oriente. .. El aüo pasado, por esta época, recibimos un cheque<br />

de Benarés. .. Puen cliente, puen amigo, puena persona el seüor de<br />

Chilly Tancourt (<br />

205


y haciendo reverencias y ofreciéndome que la casa estaria a mis ôrdenes<br />

siempre, me acompaüô hasta la puerta, por donde sali desesperado.<br />

iDios mio, un mes perdido asi, cultivando imbéciles, oyendo referir<br />

la batalla de Sedan y Ieer los himnos a Ammon Ra Harmakouti, y<br />

sabiendo por los judios côrno esta colocada la fortuna del padre, todo<br />

esto sin encontrar el camino que me lleve hacia Ella! Hoy me sé la<br />

historia de los Scilly como tal vez no la sabra cl Conde, que no tiene<br />

cara de clade importancia a esas vanidades. Cuanto libre he encontrado<br />

que pueda darme luz sobre los antepasados de Helena, 10 he leido con<br />

una pacicncia de bcnedictino. Tengo la cabeza llena de nombres y de<br />

hechos que van desde el aüo del cuarenta y ocho, en que un Scilly,<br />

amigo intime de Lamartine, figuré en la politica, hasta el mil trescientos<br />

veintisiete, en que otro partiô para la primera Cruzada. Sé sus armas<br />

y sus blasones, su escudo de combate y su grito de guerra [Dies mio!<br />

è.y qué me importa todo eso si pierdo la esperanza de encontrarla y si<br />

me desespera perder esa esperanza? [Helena, amor mio, Helena, amor<br />

mio, de mi alma. ven, surge, aparécete ante mis ojos cansados de buscarte<br />

y hunde en ellos las penetrantes miradas de tus pupilas azules,<br />

para que veas hasta mi alma y que en ella s610 te reflejas tu, como en<br />

las aguas de un Iago dormido. el cielo constelado de astros!<br />

S610 una ventaja retiré de las cntrevistas con el General des Zardes,<br />

con Martha y con el obsequioso judio: que mi amor por Helena. de<br />

quien conozco ya la Familia, la historia del padre y la inversion de la<br />

fortuna de éste, se haya dulcificado, sin disminuirse, pero humanirândose,<br />

por decirlo asi. Sélo el amor comprende, Idolatrada, de quien por intuitlva<br />

adivinaciôn sé hasta los mas recônditos secretos de bondad y de nobleza;<br />

solo el amor jcomprende! [Para el General des Zardes no existes, s610<br />

vivc cn su imaginaciôn la imagen de tu padre, taI coma 10 via en los<br />

dias de la funesta campana; para el profesor Mortha eres un mozo<br />

ocupado en estudios de historia religiosa; el judie s610 sabe de ti el oro<br />

que recibiran al cumplir los veinte anos! Solo el amor comprendel Char­<br />

"et, a quien la prâcnca de su profesién no le ha endurecido el alma,<br />

como a tantes de sus queridos colegas, sabe la agonia del ser que te<br />

clio la vida, recuerda el horrible dolor de tu padre cuando el tragico<br />

suceso, y entreviô en tus ojos de nina cl fulgor que tienen hoy, el fulgor<br />

terrible de santidad y de dulzura que alumbré mi alma en la noche<br />

de Ginebra. Solo yo, que quiero buscar en ti la luz que me alumbre y<br />

el âncora que me salve, sé de ti todo cuanto saben ellos juntos y te<br />

adivino tal coma eres... j Solo el amor comprende!<br />

1Ioy hay dos lugares en la tierra donde no se posan pies hurnanos.<br />

Envuelve sagrado silencio la atrnôsfera que en ellos sc respira; son la<br />

206<br />

12 de abril.


estancia donde muri6 la santa de los cabellos de plata cuyo perfil sourie<br />

a seis pasos de este sitio, en el cuadro de Whistler, y el cuarto, tomado<br />

en alquiler por diez anos al hotelero suize y cuya llave esta en la caja<br />

de hlerro cerca del camafeo; el cuarto por cuyo balcon me arroj6 ella<br />

el ramo de rosas en la noche ïnolvïdable.<br />

Decia ayer que mi amor se dulciflcaba, humanizândose ... jAh, si! ...<br />

!S610 mi espiritu la reclamaba hace unos dias, y ahora todo mi ser la<br />

reclama! ... Antes de encontrarla no sabla la que era el amor y habla<br />

besado 5610 con la imaginaci6n mis ideales de poeta, COn mis labios<br />

de carne Jas bocas lascivas y entreabiertas de mis fâciles idolatradas.<br />

Ahora mi espiritu y mis labios sueiian con ella, y si en ella pienso,<br />

vibra todo mi ser, coma las cuerdas de un instrumento sonoro bajo el<br />

arco inspirado dei artista que les comuniea su alma.<br />

Puesto que revestida de misterlo y de mas alla, entraste en mi vida,<br />

virgen inmaculada y dulclsima, nuestro amor sera un éxtasls, Ennoblecidos<br />

par ti, los detaIlcs de la existeucia diana se transfiguraràn, y cada<br />

paso andado par los caminos de la tierra sera un paso hacia la alto. Par<br />

li abandonaré los planes destinados a hacer pasar mi nombre a los<br />

tiempos venideros. 1Qué mas gloria que vivir arrodillado a tus pies sintiendo<br />

la caricia de tus manos y beblendo en tus labios la esencia misma<br />

de la vidal<br />

Oye: en la tierra que me vio nacer hay un rio caudaloso que se<br />

precipita en raudo salto desde Jas alturas de la alnplanicie fria hasta<br />

cl fonda de] câlido valle donde el sol calienta los follajes y dora los<br />

frutos de una flora para ti desconocida, Las cataratas del Niagara,<br />

profanadas por los ferrocarriles y por la canalleria humana que va a<br />

divertirse en Jos hoteles que las rodean, son un lugar grotesco cerca de<br />

la majestad de templo del agreste sitio, donde cae en sâbana de espumas,<br />

atronando los ecos de las montaiias seculares, el raudal poderoso. Cortada<br />

a pico sobre el abisrno, donde la niebla se irisa y resplandecen las aguas<br />

a la salida dei sol, âlzase ingeote v rigida roca de basalte. Aquella roca<br />

es el lindero de una de mis posesiones.<br />

Sobre ella construiré para ti lin palacio que revista par fuera el aspccto<br />

de renegrido castillo feudal, con sus fosos, sus puentes levadizos<br />

y sus elevados torreones envueltos en verdeoscura yedra y grisosas musgos,<br />

y que en cl interior guarde los tesoros de arte que posco y que anirnarâs<br />

tu con tu presencia. Viviremos, coando la vida de Europa te canse<br />

y quieras pedir impresiones nuevas a )05 grandioses horizon tes de las<br />

llanuras y a las cordillcras de mi patria, en aquel nido de âguilas que<br />

por dentro sera un nido de palomas blancas, lIeno de susurros y de ca-<br />

207<br />

13 de abril.


icias, Habré maüanas de sol en que nos veran pasar cabalgando en una<br />

pareja de caballos arabes, por los caminos que se extienden en la sabana,<br />

y los rudos campesinos se arrodillarân al verte, creyendo que eres un<br />

angel, cuando claves en sus cuerpos deformados por las rùsticas faenas,<br />

la resplandeciente mirada de tus pupilas azules; habra noches en que<br />

en el aire perfumado del cuarto, donde humea el té rubio en las tazas<br />

de China y alumbra el suntuoso mobilario la luz de las lâmparas,<br />

atenuada por pantallas de encaje, vibren las frases sublimes de una<br />

sonata de Beethoven, arrancada por tus pàlidas manos al teclado sonore<br />

y en que, desfalleciente de emociôn contemda, te levantes dei piano<br />

para contemplar desde el balcon de piedra la catarata iluminada por la<br />

Juna. !Apoyan~s entonces la cabeza en mi hombre, me envolverén los<br />

rizos castaüos de la destrenzada cabellera, volveràs hacia los mios<br />

tus radiosos ojos azules, y la palidez sobrcnatural de tu sernblante, la<br />

mortal palidez exangüe de tus mejillas y de tu frente se sonrosara bajo<br />

los besos de mis labios!<br />

[Helena] [Helenal [Me corre fuego por las venas y mi alma se olvida<br />

de la tierra cuando pienso en esas horas que Ilegaràn si Iogro encontrarte<br />

y unir tu vida con la maa! ...<br />

Ayer salté otro edificio destrozado por una bomba explosive, y la concurrencia<br />

mundana aplaudi6 cn un teatro dei boulevard hasta lastimarse<br />

las manos, La Casa de }\fuiiecas, de Ibsen, una comedia al modo nuevo,<br />

en que la heroina, Nora, una mujercilla comûn y corriente, con uns<br />

alma de eso que se usa, abandona marido, hijos y relaciones para ir<br />

a cumpllr los deberes que ticne consigo rnisma, con un yo que no conoce<br />

y que se sicnte nacer en una noche como hongo que brota y creee en<br />

brève espacio de tiempo. Asi a estallidos de melinita en las bases de<br />

los palacios y a golpes de zapa en 10 mas profundo de sus cimientos<br />

morales, que eran las antiguas creencias, marcha la humanidad hacia el<br />

reino ideal de la justicia, que creyé Renan entrever en el fin de los<br />

tiempos. Ibsen y Ravachol le ayudan, cada cual a su modo; cae el<br />

primer magistrado de Francia herido por el puüal de Cesàreo Santo,<br />

y escribc Suderman La dama vestida de gris, donde la abnegacion y<br />

cl amor a la familia toman tintes de sentimicntos grotescos, sin gue el<br />

final de cuento de hadas, agregado por el novelisra a su obra, como un<br />

Farmaccuta hâbil echaria jarabe para dulcificar una pécima que contuviera<br />

cstrtcnina, alcance a disimular cl acre sabor de la letâlica droga.<br />

Térnase el artc en medio de propaganda antisocial, sintorna curioso<br />

que coïncide con la tcndencia ncgadora de la cicncia falsa, la ûnica al<br />

alcancc de las multitudes. j Mientras mas pura es la forma dei ânfora<br />

208<br />

14 de abril.


mas venenoso puede juzgarse el contcnido: mientras mas dulce el verso<br />

y la mûsica, mas aterradora la idea que entrafianl<br />

Moriste a tiempo, Hugo, padre de la lirica moderna: si hubieras vivido<br />

quince anos mas, habrias oido las carcajadas con que se acompana la<br />

lectura de tus poemas anirnados de un enorme soplo de fratcrnidad<br />

optimista; mariste a tiempo: hoy la poesia cs un entretenimiento de<br />

mandarines enervados, una adivinanza cuya solucién cs la palabra nirl'ana.<br />

El frio viento del Norte, que trajo a tu tierra la piedad por el<br />

sufrimiento humano que desborda en las novelas de Dostoiewsky y de<br />

Tolstoï, acarrea hoy la V07. terrible de Nietzche.<br />

Oye, obrero que pasas tu vida doblado en dos, euyos mùsculos se<br />

empobrecen con el rudo trabajo y la alimentacién deficiente, pero cuyas<br />

encallecidas manos hacen todavia la seüal de la cruz, obrero que doblas<br />

la rodilla para pedirle al cielo por los duefios de la fabrica donde te<br />

cnvenenas con los vapores de las mezclas explosivas, oye" obrcro, (nada<br />

evocan en tu rudimeritario cerebro las rudas silabas de ese nombre<br />

germano, Nietzche, cuando vibran en tus oidos? ' .. Los ecos dei Norte<br />

las repercuten, suenan ya en todo Europa y sus discipulos predican el<br />

evangelio de maûana. No 10 creas parecido al evangelio que cucnra la<br />

historia del pélido Nazareno diciendo Jas consoladoras bicnaventuranzas<br />

junto a las ondas azules deI dormido lago de Tiberiades y expirando en<br />

10 alto de la cruz, con cl cuerpo amoratado par los golpes y la pàlida<br />

frente destrozada por la corona de espinas; es un evangelio que cucnta<br />

la historia de Zaratustra, en una cueva, meditando, entre el âgutla y<br />

la serpiente, en el reavalûo de todos los valores. (Nada le sugiere tampoco<br />

esa frase a tu obtuso entendimiento? .. Es que la humanidad<br />

habia estado recibiendo corne verdaderas, nociones falsas sobre su origen<br />

y su destine, y el profundo fil6sofo encontr6 una piedra de toque en<br />

qué ensayar Jas ideas como se ensayan las monedas para saber cl oro<br />

que contienen. Eso es 10 que se llama reavaluar todos los valores. Lo<br />

que tu lIamas conciencia, eso que te atormenta cuando crees haber cometido<br />

una falta, no es mas que el Instinto de la crueldad que puedes<br />

ejercer contra los otros, y que al no eiercerlo, porque la sociedad te<br />

10 impide encerândote en la nocién dei debcr, como a un leon en una<br />

jaula de fierro, te atorrnenta como atormentarian sus inutiles garras al<br />

flavo animal si las hundiera en su propia carne al no poder destrozar<br />

los barrotcs rigides ni la presa deliciosa. Esos mismos dcbercs en que<br />

crees, no son mas que la invencién con que una raza potente y noble<br />

de hombres alegres que reian entre los incendias, los cstupros, los asesinatos<br />

y los robos, sujeté a las razas de débiles vencidos, de que hizo<br />

sus esclaves. Los buenos entre los vencedores eran los mas crueles, los<br />

mas brutales, los mas dures, y los esclaves inventaron como virtudes<br />

las cualidades opuestas a las que velan en sus amos: la continencia,<br />

el sacrificio de si mismo, la piedad por el sufrimiento ajcno, En la<br />

209


evuelta de los esclaves, que tuvo lugar haee sigles, fue neeesaria una<br />

victirna para que tuvleran una bandera que levantar, un hombre que<br />

juntara en si todas aquellas faisas virtudes y muriera par afirmarlas, c<br />

Israel crucifiee al Cristo, a ese que tu creias Dios, y triunf6 la moral<br />

de los débiles, la que te enseüé tu padre, esa sobre la cual esta fundada<br />

la socicdad de hoy.<br />

,Tu no sablas nada de eso, obrero que con las manas encallecidas<br />

por el trabajo haces todavia la scüal de la cruz y te arrodillas para pcdir<br />

por los dueiios de la fabrica donde te envenenan los vapores de las<br />

rnezclas explosivas? Pues, sâbelo, y rcgencrado por la ensefianza de Zaratustra,<br />

profesa la moral de los amos; vive mas alla del bien y dcl<br />

mal. Si la conciencia son Jas garras con que te lastimas y con que<br />

puedes destrozar 10 que se te presente y coger tu parte de botin en<br />

la victoria, no te las hundas en la carne, vuélvelas hacia afuera, sé cl<br />

sobrenombre, el Uebermensch libre de todo prejuicio, y con las encallecidas<br />

manas con que haces todavia, estùpido, la seûal de la cruz,<br />

recoge un poco de las mezclas explosivas que te envenenan al rcspirar<br />

sus vapores, y haz que salto en pedazos, al estallido del fulminante<br />

picrate, la fastuosa vivienda dei rico que te explora. Muertos los amos<br />

seran los esclavos 105 dueüos y profesarân la moral verdadcra en que<br />

son virtudes la lujuria, el asesinato y la violencia. (.Entiendes, obrero? ...<br />

Asi, a estaIlidos de melinita en las bases de las ciudadcs y a golpes<br />

de zapa en la mas profundo de sus cimientos morales, que cran las<br />

antiguas creencias, marcha la humanidad hacia el reine ideal de la<br />

justicia que entrevist6 Renan en el fin de los tiempos. Nletzche, Ibsen<br />

y Ravachol le ayudan, cada cual a su modo.<br />

Alla en las mas excelsas alturas de 10 intelectual. noble grupo de<br />

desinteresados fil6sofos, indaga, investiga, sondea el inefable misterio<br />

de la vida y de las leyes que la rigen, y transforma sus pacicntcs estudios<br />

en Iibros que carecen de categéncas afirrnaciones, que apenas anotan<br />

10 bien sabido, 10 que cae bajo el dominic de la observaciôn, en libres<br />

que muestran en cl limite de la huma na ciencia "las olas negras del<br />

océano deI mlsterio para embarcarnos en el cual no tenemos ni barca<br />

ni brûjula", al decir de la grandiosa frase de Littré. Coincide la impreslôn<br />

religiosa que esos grandes esplritus experimentan al considcrar<br />

el problema eterno y expresan en sus obras, con el renacimiento idealista<br />

dei arte, .causado por la inevitable reaccién contra el naturalismo estrecho<br />

y brutal que privé hace unes aüos. En vez de las prostitutas y de las<br />

cocincras, de los ganapanes y de los empleadillos que ganan cien pesetas<br />

al mes, deléitanse los novelistas en pintarnos grandes damas que se<br />

mueven en suavisimos ambicntes, magas que reallzan los prodigios de<br />

los antiguos teurgos y sabios que poseen los secretas supremos. T6rnase<br />

la rnùsica de sensu al modulaciôn que acariciaba los oîdos y sugeria<br />

voluptuosas tentaciones, en misteriosa voz que habla al ccrebro, pasan<br />

210


misticas sombras por entre el crepûsculo que envuelve las estrofas de<br />

los poetas y toman forma en los Iienzos las visiones dei mas alla. Los<br />

exploradores que vuelven de la Canaan ideal deI arte, trayendo en las<br />

manos frutas que tienen sabores desconocidos y deslumbrados por los<br />

horizontcs que entrevieron, se 11aman Wagner, Verlaine, Puvis de Chavannes,<br />

Gustave Moreau.<br />

En manos de los maestros, la novela y la critica son medios de presentar<br />

ni pûblico los aterradores problemas de la responsabilidad humana<br />

y de discriminar psicolôgicas complicaciones; ya que el lector no pide<br />

al libro que 10 divicrta sino que 10 haga pensar y ver el misterio oculto<br />

en cada particula dei Gran Todo.<br />

c.Dudas todavia dei renacimiento idealista y deI neo-rnisticismo, esplritu<br />

que inquieres el futuro yves desplomarse las viejas religiones? ... Mira:<br />

dei oscuro fondo dei Oriente, patria de los dioses, vuelven el budismo<br />

y la magia a reconquistar el mundo occidental. Paris, la metr6poli, les<br />

abre sus puertas como las abri6 Roma a los cuItos de Mitra y de Isis;<br />

hay cincuenta centros teosôficos, centenares de sociedades que investigan<br />

los misteriosos fen6menos psiquicos; abandona Toistoi el arte para hacer<br />

propagande prâctica de caridad y de altruisme, [Ia humanidad esta<br />

salvada, la nueva fe enciende sus antorchas para alumbrarle el camino<br />

tenebroso!<br />

iAh, sl!


y el charco de sangre del Terrer mostré el poder de sus garras y los<br />

destrozos de su ira sangrienta,<br />

En los ûltimos aïios, al alzar Jas miradas hacia la alto, la que el<br />

leôn ha vista es la eara imbécil de papa Grévy, y tras de ella el perfil<br />

judie de Daniel Wilson, que, coma un ratera, se guardaba el oro,<br />

producto de la venta de gloriosas condecoraciones: la que ha vista es<br />

01 brave général, caracolcando en el negro cabaIlo; 10 que ha visto es<br />

cl asunto de Panama, aquella lluvia de Ioda que salpicô las canas de<br />

Lesseps y las frentes de tantos de sus senadorcs ilustres.<br />


Ahi estaban en la ticndcclta Basset, situada en la calle de la Paz,<br />

deleitando los ojos con el brillo de las pied ras aglomeradas ante mi<br />

sobre el vidrio dei mostrador por las manas del aristocrâtico joyero.<br />

Del gran Balzac cuentan que, enamorado de los visos rosados de dos<br />

perlas gemelas, trabaj6 un aüo para adquirirlas; de Richelieu rnoribundo,<br />

que hundla las flaeas manos en el cafre rebosantc de pedreria y que<br />

al hacerlas bnllar se le iluminaban los apagados ojos. Sirvame conmigo<br />

mismo de excusa tan ilustres ejemplos para disculpar mi pasiôn, superior<br />

a las de ellos por vosotros, misterlosos minerales, mas s6lidos que el<br />

mârmol, mas duras que el metal, mas durables que las humanas Construccioncs,<br />

mas radiosos que la luz que reflejâis, centuplicândola y<br />

coloràndola Con los matices de vuestra esencia, [Oh, piedras rutilantes,<br />

espléndidas c invulnerables, vividas gemas que dormistéis par sigles<br />

enteras en las entraüas del planera. delicia del ojo, simbolo y resumen<br />

de Jas riquezas humanas! Los diamantes se irisan y brillan camo gotas<br />

de luz; semejan pedazos deI cielo deI tr6pico en las noches consteladas<br />

los oscuros zafiros; tu, ruhl, Ardes coma una crlstalizaciôn de sangre;<br />

las esmeraldas ostcntan en sus cristales luminosos los verdes diâfanos<br />

de los basques de mi tierra; tenéis vosotros, topacios y amatistas que<br />

ornarncntàts )05 gruesos anillos episcopales, coloraciones suaves deI cielo<br />

en las madrugadas de prirnavera, son azulinas, sonrosadas y verde pâlidas<br />

las llamas que arden entre tu leche luminosa, 6palo cambiante: crisebernos:<br />

vosotros brillais con âureo brillo, como 10$ ojos fosforescentes de<br />

los gatos, y quién dira la delicia que procurais a quien os mira, [oh,<br />

perlas, mas discretas en vuestro brillo que las gemas radiantes, perlas<br />

que os formais en el fondo glauco de los mares, perlas blancas de suavisimo<br />

oriente, perlas rosadas de Visapour y de Golconda, fantâsticas<br />

perlas negras de Veraguas y de Chiriqui, perlas que adornâis las coronas<br />

de los reyes, que temblâis en los lôbulos de las orcjas sonrosadas y<br />

pcqueriuelas de las mujeres, y os posais camo un beso sobre la frescura<br />

palpitante de los senas desnudos! iMas artista y mas crédula, la humanidad<br />

de otros tiempos os revistiô con cl sagrado carâcter de arnuletos y<br />

mezclé a la sensual dclicia Que esparccn vucstras lucesla vcneraciôn par<br />

vuestros mâgicos poderes, diamante conjnrador de las maldlciones y<br />

los venenos, zafiro que preservas de los naufragios, esmeralda que ayudas<br />

los partes dificiles, rubi que das la castidad, arnatista que evitas la<br />

cmbriguez, épalo que te empalideces si la Idolatrada n05 olvida! [Oh,<br />

piedras rutilantes, invulnerables y espléndidas, vividas gernas que dormisteis<br />

por largos sigles en las entrafias del planera. delicia deI ojo,<br />

simbolo y resumen de las riquezas humanas!<br />

Ahi estaba en la tienda de Basset, cuando, frentc, en la puerta, se<br />

detuvo cl coche de elegante y sencillo aspecta, Con movimicntcs agiles<br />

213<br />

19 de abril.


y mlradas de inquietud, como de venada sorprendida, bajô de él, caminé<br />

diez pasos, en que al través deI vestldo de opaca seda negra, ornamentada<br />

de azabaches, adiviné las curvas deliciosas del seno, de los torneados<br />

brazos y de las plernas largas y finas, como las de la Diana Cazadora<br />

de Juan Goujon, y vino a detenerse junto al mostrador donde estaban<br />

las joyas, Mi olfato aguzado percibié, fundidos en uno, un olor delicioso<br />

de pan fresco que emanaba de toda ella, de salud y de vida y el dei<br />

ramo de clavcles rosados que llevaba en el corpiûo. Husmeé el olor corno<br />

un perro de caceria lanzado sobre la pista, y antes de que pronunciara<br />

la primera palabra, ya la habian desnudado mis miradas y le habla besado<br />

con los ojos la nuca llcna de vello de oro, los espesos y crespos cabellos<br />

oscuros de vlsos rojizos, recogidos bajo el gran sombrero de fleltro ornarnentado<br />

de plumas negras, los grandes ojos grises, las naricitas finas y la<br />

boca, roja como un pimicnto, donde se le asomaba la sangre. As], sonrosada<br />

y Fresca, con su olor a levadura y a claveles, parecia una soberbia<br />

flor de carne acabada de abrir.<br />

-èTiene usted collares de diamantes blancos?.. -pregunt6 al<br />

joyero, con el mas puro acento yanqui y con una sonrisa infantil que le<br />

hizo brillar entre 10 rosado de los labies el nâcar de la dentadura.<br />

=-Todo esta es demasiado valioso para mi- murmur6 entre clientes<br />

al oir los precios, al tiempo que en su semblante sûblta expresi6n de<br />

mal humer y de tristeza reernplazaba la excltaciôn que le abri6 los ojos<br />

y se le asomé a la boca al ver Jas costosas pedrerias.<br />

-No hay nada demasiado caro para usted. Esta joya estaré en sus<br />

manos esta noche, si usted me pcrrnite presentârsela-e- le dije paso,<br />

en inglés, al oido casi, con voz ronca en que vibraba la tentaci6n.<br />

-Es espléndido- dijo en el mismo idlorna, que sonaba en su boca<br />

coma una mûsica, miràndorne de pies a cabeza y viendo mi mana<br />

crispada sobre el estuche de seda negra-. èVerdad? .. aiiadi6 elavando<br />

en los mios los ojos claros, y con toda la cara Iluminada por<br />

una expresiôn de felicidad tndiscrlptlble. coma jarnâs la he visto en<br />

ninguna Fisonomia.<br />

Venga usted a las nueve de la noche y hablaremos. No pregunte mi<br />

nombre al portero: 10 esperaré yo rnisma en la puerta, como si volviera<br />

de la cane; entrarcmos juntos- dijo, tendiéndome una hoja de papel,<br />

que arrancé de la diminuta cartera forrada en cuero de Rusia, y en la<br />

cual escribié febrilmente las senas, las de una calle tranquila de los<br />

Campos Elîseos-. A las nueve en punto entraré con usted, como si<br />

volviera de la calle- agreg6con voz grave y mîrândome en los ojos.<br />

Los dependicntes de Basset nos miraban, cuchicheando, sorprendidos<br />

del diâlogo a media voz y en idioma extranjero que sc habla entablado<br />

entre nosotros, personas desconocidas, puesto que no la habia saludado<br />

al entrar.<br />

214


-F.sas joyas son magnificas, pero demasiado valiosas para mi; perdone<br />

usted, sefior- dijo al empleado, que se la comia con los ojos.<br />

-La espero a usted a las nueve- volviéndose a mi, con la exprcsiôn<br />

seria de una persona que sabe la que hace y acostumbrada a negocies<br />

importantes.<br />

y con sus movirnientos agiles y sus rniradas de venada, cruzé el<br />

espacio que la separaba dei coche, que partié al subir ella, sin volver<br />

los ojos a la [oyeria,<br />

-jSoberbia criatura! Esas americanas del Norte ... jeh! me insinua<br />

el dependiente, un cincuentén entrecano, con los ojos lIenos de malicia<br />

y la chivera y los bigotes puntiagudos, retorcidos a 10 Napole6n 111-.<br />

[Soberbia criatura! Tiene loco par un cailar de diamantes que no le<br />

quière comprar, al marido, que es un jayanote yanqui con la cara afeitada<br />

y tipo de Cuâkero. La semana pasada estuvieron visitando todas las<br />

tiendas de [oyas, él de mal modo y regaüândola, ella haciéndole mil<br />

zalamerias para decidirlo. Ahora anda sola, pero suguramente no tiene<br />

el dînera completa. Estas americanas dei Norte... Esté usted segura<br />

de que no descansa hasta que tenga el collar- jAh! con que se queda<br />

usted con él? ... - dijo abriendo tamafios ojos... -. Es el mejar que<br />

hemos tenido en los ûltimos aüos ... - aiiadi6 con displicencia-; una<br />

joya de esas que no provoca vender.<br />

jEn esas piedras os vais a convertir, desteüidos billetes azules de a<br />

mil francos, que habéis venido a ml sin buscaros, en las tres noches en<br />

que, engaüando mi hambre de besos con la vertiginosa jugarreta en que<br />

volabais, sobre la carpeta verde, os recogia con helada lndiferencia,<br />

mientras que los otros jugadores se levantaban de la mesa con los bolsillos<br />

vacios, los ojos irritados y las manos trémulas!<br />

y ahora escribo mi aventura. (Qué ha entcndido ella al decirme que<br />

vaya a buscarla, después de mi frase brutal? ... No sé. S610 sé que los<br />

diamantes, dignes de una prlncesa, brillan en el fondo de los calices de<br />

las flores de un ramo, donde los hice colocar para llevârselos, y que<br />

sera mia. Veo su carne desnuda, sus graciles formas ofrecidas a mis<br />

besos, y ardo. Son las ocho de la noche; dentro de dos haras estarâ en<br />

mis brazos, la estoy sintiendo, y [se realizarân los contenldos deseos<br />

que acumulan en mi ocho meses de loca continencia y de estûpidos<br />

sentimentalismes, sugeridos por haber vista una muchachita anémica,<br />

estando bajo la influencia del opio! [Hurrah a la carne 1 IHurrah a los<br />

besos que se posan como mari posas sobre el terciopelo de la piel sonrosada,<br />

a los senos que entran como âspides por entre el raso aromoso de<br />

los labies, a los besos que penetran camo insectes borrachos de miel<br />

hasta cl fonda de las flores; a las manas trémulas que buscan; al olor<br />

y al sabor deI cuerpo femenino que sc abandona. [Hurrah a la carne!<br />

jAfuera voz de mis tres Andrades, sedientos de sangre, borrachos de<br />

alcohol y de sexo, que tendidos sobre Jas potros salvajes, con el lanz6n<br />

215


en la mano, atravesabais las poblaciones incendiadas atronândolas con<br />

nuestro grito: "[Dios es pa reirse dél, el aguardiente pa bebérselo, las<br />

hembras pa preïiarlas, y los espafiolcs pa descuartizarlos!" Grita, VOT.<br />

de mis l1aneros salvajes: "[Hurrah a la carne!"<br />

[Oh, la extrafia y deliciosa crtatural Entramos juntes, abrié con su llave<br />

la pucrta dei vestibule, que atravesô râpidamente, y cuando llcgué al<br />

saloncito amable. después de quitarrne el abrigo, en uno de cuves amplios<br />

bolsillos estaba el collar de diamantes disimulado entre las flores,<br />

ya habla encendido las lârnparas. La desnudez de la pieza estrecha,<br />

amueblada solo con dos sillas, un divan, un velador y una lârnpara,<br />

y la expresién de su carita seria, disiparon mis ûltimas dudas, ]'\0,<br />

aquella no era una mujer comprable; quién sabc qué capricho loco por<br />

)a valiosa joya la habla hecho recibirrne, y qué habla entendido al<br />

oir mi frase brutal.<br />

-Siéntese usted- mc dijo, ya sentada en un sill6n de brocatel<br />

grisoso, al pie de una alta lâmpara, de la cual cala, en cuadro, la Iu7.<br />

sobre la alfombra, suavizada por un panta1l6n dc gasa de un verde<br />

desteûido.<br />

Fue ella quien rompié primero el silencio. Yo me contenté, mientras<br />

dur6 éste, con extasiarme los ojos recorriéndola toda. desde la rnasa<br />

espesa de los cabellos oscuros, que le coronaban la cabeza, de enérgicas<br />

y Iinas facciones. hasta los piesecltos angostos y largos, que calzados<br />

con un zapato bajo de resplandeciente charol, dejaban adivinar su blancura<br />

por entre los calades de la media de seda negra, fina como un encaje.<br />

-,Usted ha vivîdo en los Estados Unidos? .. - fuc la primera<br />

frase que, después de otro silencio, me dirigi6 la boca cncarnada y<br />

fresca, en un francés gutural y bronco. que me hizo sonreir involuntariamente<br />

al oirlo ... -. ,No? ... Eso equivale, mâs 0 menos. a que usted<br />

no me entienda y tal vez a que me juzgue mal. y 10 probable es que<br />

no podarnos hacer nada ... -continuo asomândosele a los ojos h misma<br />

tristeza de nifio consentido a quicn se le niega lin juguete. que Je habla<br />

visto en la [oyeria al oir los precios de los diamantes. iAh, pero usted<br />

habla inglés mejar que yo! TaI vez podamos entendernos: perdone<br />

usted que )0 deje solo linos segundos- aüadiô, levanténdose.<br />

Estas americanas del Nortel, pensaba para mi coleto, hacienda mia<br />

la frase del empleado de Basset, que habia oido por la mafiana.<br />

-Agui cstan- diio, ponicndc sobre una mesita que acercô, unas<br />

cajas de terciopelo y de rasa y enccndicndo dos bujias para facilitarrne<br />

cl examen ... Véalas usted avalûelas y después le haré mi propuesta,<br />

- Valen la mitad de 10 que vale cl mejor de los collares que usted<br />

vio en la calle de la Pa7.- le contesté con calma imperturbable y sin<br />

216<br />

28 de abril.


una sonrisa, después de examinar el contenido de los estuches, marcados<br />

los unos con el nombre de Tiffany, los otros con los de varios joycros<br />

parisienses de segundo orden, y donde no habla una sola piedra sin<br />

defecto-. Esto ha sido escogido mas en vista dei tamaüo que de la<br />

calidad: usted convendrâ conrnigo en que los diamantes, 0 son pajizos<br />

o tienen defectos, rayas y quebraduras que los hacen desmerecer; en<br />

que los rubies no son deI mismo matiz y en que una de las esmeraldas<br />

del broche es mas pàlida que las otras y tiene jardin- le dije asumiendo<br />

de lleno mi papel de negociante en joyas.<br />

-jCosas de John, que no distingue! Yo prefiero un diamantito asi<br />

de grande- dijo mostràndome la punta de la uiia rosada, blanca y<br />

brillante de uno de los dedos- pero que no tenga macula, a una tapa<br />

de botc1I6n con viso pajizo-. y, sonriéndome por primera vez:­<br />

[usted es un maestro, y qué reflnadol how reiined=: aiiadi6 sin quitar<br />

los ojos de la perla negra que me abotonaba la pechera ... -. Pero,<br />

en fin: usted conviene conmigo en que estas joyas valen )a mitad de<br />

10 que yale el collar; pues oiga usted mi propuesta: le daré a usted<br />

mi nombre, que ya va siendo una garantia, y esto- dijo, mostrando<br />

los estuches- y un pagaré por la diferencia con el precio deI collar.<br />

Dentro de tres meses le enviaré de Chicago el valor total de éste, y<br />

usted me devolverâ 10 mio, junte con el pagaré cancelado, entregândolo<br />

todo en el Consulado de los Estados Unidos, donde formalizaremos la<br />

operacién, rnaûana, a primera hora. ,Acepta usted?- pregunt6 sonriéndome<br />

con alegria.<br />

-No acepto, seiiora- respondi con cstudiada frialdad. delciténdornc<br />

en ver c6mo bajaba los ojos, que se le humedecieron, y cémo le cala<br />

sobre las mejillas la sombra de las largas pestaüas crespas-e-. (Qué<br />

ganaria yo con ese negocie?<br />

-Como usted me dijo esta maïiana que podria procurarme cl collarcontesté<br />

con un mohin de despecho.<br />

- Pero usted entendiô mal- comencé, con una "OZ que trataba<br />

de hacer firme, sin lograrlo. Hay una combinaclén por )a cual ustcd<br />

tendra la joya esta noche, sin pagar ni un centavo por cHa- insinué.<br />

mirandole al fondo de los ojos, que habla levantado del suelo, ya sercnos,<br />

y que me miraban fijamente.<br />

-Se ha equivocado usted, senor- me contesta. encendiéndosele las<br />

mejillas y poniéndose en pie con un movimicnto brusco de todo el<br />

cuerpo y mirândnme con una expresiôn profunda de desprecio y de<br />

ira-. j Se ha equivocado usted, sefior! Conque sc ha atrevido ustcd a<br />

creer que mi pasién por las piedras va hasta hacerrne olvldar quién soy,<br />

y que esos diamantes pueden comprarmc? ... (Pero no vc usted, infeliz<br />

que esas cajas lien as de joyas que le ofrezco son mias, muy mias? ..<br />

[Ah, es que usted no sabe mi nombre y cree que le voy a robar la<br />

diferencia- dijo gritando, sov Nelly! ... - y ahi un apellido alemàn<br />

217


con faIsa terminaciôn inglesa, el de un millonario de Chicago, conocido<br />

en el mundo entero coma uno de los mâs fuertes empresarios de ferrocarriles<br />

de los Estados Unidos->. iQué bien se ve que no ha vivido<br />

usted en mi tierra cuando entiende tal mal mi proceder y me juzga<br />

asil- continué sin sentarse y con la expresién de angustia de quien<br />

se siente manchado por infame e inmerecîda sospecha.<br />

Recogi el fino paüuelo de batista y encajes, perfumado de clavel,<br />

que se le cay6 al suelo al levantarse, y le dije, respirando el olor<br />

y con voz dulce:<br />

-Sefiora: h6nreme usted con permitirme permanecer aqui unos instantes<br />

mâs, y crea usted que habla con un caballero.- Puse el paûuelillo<br />

sobre el velador y busqué nervioso la cartera, y abriéndola le tendi<br />

una de mis tarjetas de visita. Si usted se siente ofendida al terminar<br />

nuestra conversacién, que me envie su marido maüana dos testigos que<br />

arreglen con los mios las condiciones de un encuentro. . . Usted le dira<br />

que esta noche me he entrado tras de usted, que volvia a su casa,<br />

y que he pretendido besarla y poseerla, Haga usted eso, pero déjeme<br />

hablarle- le grité casi, poseido de la furia de coronar el plan que se<br />

habla formado dentro de mi en esos minutes.<br />

-IC6mo! (.Usted es el seüor Femândez, don José Femândez, el<br />

autor de los "Poemas Paganos" que tradujo Murray?- di]o, sentada ya<br />

y alzando los ojos de la diminuta hoja de papel bristol. .. - y yo que<br />

no 10 habla recanocido... También es que el retrato es muy viejo,<br />

(cierto? No tenta usted barba entonees ... Ignoraba eompletamente que<br />

viviera en Paris. Siéntese usted, sefior Fernéndez: va usted a tomar el<br />

té conmigo y vamos a hablàr de sus versos. Asi olvidaremos la estûpida<br />

historia dei collar ...<br />

IAh! (Conque Ieiste el articulillo aquel pubIieado en un magazine de<br />

Bostén y escrito por el yanqui que visit6 mi tierra y que me pagé<br />

les quinientos délares que le presté llamândome en él gran poeta, traduciendo<br />

una parte de mis estrofas y haciendo imprimir con su traduccién<br />

el retrato que acompaüa la segunda edici6n de "Los Primeros<br />

Versos"? (Conque 10 has Ieido, mi yanqui adorable y frenéticamente<br />

altiva, y quieres que hablemos de mis "Poemas Paganos"?<br />

-Hablemos de sus versos, de ]05 "Poemas Paganos". Los conozco<br />

en la traduccién de Murray, publtcada en el "North American Magazine".<br />

iQué hermosos, fascinadoresl How lovely, fascinating- dijo sonriéndome-,<br />

hablemos de sus versos, senor Fernàndez.<br />

-No, seüora; hablemos de usted y deI collar que usted desea y<br />

que su marido no quiere comprarle, que le esta haciendo cometer<br />

locuras y que me ha hecho a ml presentarme en su casa y tener el<br />

honor de hablar con usted.<br />

- Vuelve usted al cailar ... sea... c:_Quées 10 que pretende usted<br />

dccirme?- .me dijo con mal disimulada impaciencia y un gesto de<br />

218


orgullo-. Tengo la esperanza de que usted me crea una seüora y de<br />

que no va a hacerme perder la ilusiôn de creerlo a usted un caballero.<br />

- Lo que pretendo decirle- comencé, temblàndome la voz de ernoci6n-<br />

es que le suplico a usted, dei modo mas respetuoso, que acepte<br />

esa joya que pongo a sus pies sin pedirle mas sino que, cuando la Iuzca<br />

usted sobre su cuerpo de diosa, recuerde ustcd al hombre a quien ruzo<br />

feliz perrnitiéndole satisfacer un antojo suyo. Si usted acepta mi propuesta,<br />

el collar estarà en sus manos dentro de un minuto y yo me<br />

iré sin haberlas besado, para no volver a verla, si usted 10 exige.<br />

-tHabla usted en serio?- me pregunt6 con honda agitaci6n inexplicable,<br />

al oir mi respuesta,<br />

-Seiiora: s610 espero que usted me permita, e irme, porque terne<br />

ser importuno.<br />

-jDios mio, Dios mio! Busca el modo de hacerme feliz y me<br />

conoci6 esta maûana; iY el otro me insulta cuando le ruego y me deja<br />

sola para irse a buscar mujeres perdidas en Nueva York! iQué vida! ... -<br />

articulé entre los sollozos Que la ahogaban, acostando la cabeza contra<br />

el espaldar del sillon y cubriéndose los ojos Ilenos de Iâgrimas con el<br />

paüuelito de batista oloroso a claveles.<br />

Los sol1ozos la sacudian toda; los nervios triunfaban de aquella naturaleza<br />

rica y enérgica.<br />

Sali a la antecâmara, busqué el ramo y entrando en puntas de pies<br />

fui a arrodtllarme junto al sillon donde lloraba, como la serpiente se<br />

arrastrô al pie de Eva inocente al ofrecerle la poma. Los sollozos y<br />

las lâgrimas seguian, y yo guardaba stlenclo.<br />

iNelly! - Je dije cuando comenz6 a calmarse, circuyéndole el talle<br />

fino con un brazo, acaricléndole la frente con las flores del ramo, y<br />

cantândole una canci6n mon6tona con que Jas nodrizas en Floride<br />

arrullan a los chiqulllos para que se duerman-. No llore, Nelly: las<br />

flores la estân besando para contenerla: los diamantes la quieren ver;<br />

Nelly, linda y fresca como las flores;. Nelly, radiosa y fria como los<br />

diamantes que valen menas que esas légrimas.<br />

Vencida por aquellos mimos y sorprcndida al oirlos, apart6 el paüuelo<br />

y hundi6 los ojos en los purpûreos calices de las gloxinias y en las<br />

blancas hojas de las gardenias, donde temblaban los diamantes como<br />

gotas de luz. .<br />

-No, no- dijo sonriéndose, con una sonrisa que le alumbraba los<br />

ojos hûmedos como un rayo de sol un paisaje de prima vera recién<br />

mojado por la lluvia-. No, no, si usted no acepta mi propuesta, no<br />

me hable mas; eso vale una suma loca. Mi padre, que es millonario<br />

y que me adora, nunea me los habria regalade. No, lléveselos usted y<br />

regàleme las flores. [Estân lindas- dijo, aspirando el ramo-. Guarde<br />

usted eso- recogiendo el hilo de platino, animado de luminosa vida<br />

por la palpitaci6n blanca, roja, azul de las pedrerias radiosas que se<br />

219


irisaban a la luz de las bujias y de la Iâmpara-s-. Fernândez : ~por<br />

qué me quière usted regalar eso? . . . •<br />

Hablâbamos, ella con la cabeza adorable, cuyos oscuros rizos me acariicaban<br />

la frente, doblada sobre la mia, que casi se apoyaba en sus<br />

rodillas, hincado como estaba a sus pies, respirando su aroma de flor<br />

y circuyéndola con los brazos,<br />

- Porque los poetas andan por el mundo s610 para realizar los antojos<br />

de las diosas como usted- le respondi cubriendo de besos una de las<br />

manos suaves y frias, con que hacia esfuerzos para alejar me de clIa.<br />

Nelly: esos diamantes van a hacer que usted se acuerde de mi al<br />

verlos mas tarde; no me niegue usted la delicia de pensar que voy a<br />

vivir en su memoria en sus noches de triunfo ...<br />

y mis labios, recorriendo los ramales azulosos de las venas, que se<br />

transparentaban bajo el fino cutis de la mufieca delgada, subian por el<br />

brazo torneado y blanco, desnudo hasta el codo de la negra manga de<br />

opaca seda ornamentada de azabaches.<br />

-c:Y por qué quiere que yo me acuerde de usted por los diamantes?<br />

Me acordaré de usted porque sé sus versos deliciosos y porque 10 he<br />

vista asi arrodillado a mis pies, queriendo realizar un antojo mio a<br />

costa de una suma enorme y diciéndome cosas que nadie me habla<br />

dicho nunca ... IQué cosas las que usted me dice! C6mo se ve que<br />

usted es poeta, un gran poeta- aiiadi6 con tono convencido-. ,Quiere<br />

usted oir sus versos, dichos por mi en mi lengua? Es menos hermosa<br />

que la suya. Los sé de memoria. Oiga usted ... - y recitô con voz<br />

de oro las estrofas del canto a Venus, que dicen las glorias de la Afrodita<br />

al nacer de las olas marinas.<br />

-Ahora va usted a decirmelos en su idiorna; no 10 entiendo, pero<br />

suena como una mùsica, How noble, how musical-s- decia ponicndo,<br />

la orejilla sonrosada carca de mi boca, que le redtaba paso, muy paso.<br />

mis mejores cndecasilabos.<br />

Hablàbamos asi, perdidos en la delicia de soborear la esencla de los<br />

versos y de sentirnos cerca, sin que ella, la orgullosa de unos minutos<br />

antes, ni yo, el respetuoso admirador que le habla jurado que se iria<br />

sin besarle las puntas de los dedos, nos diéramos cuenta del vértigo<br />

que se estaba apoderando de ambos. Sin saber côrno, estaba sentado en<br />

el sillon y la tenta sentada en las rodillas. Uno de los piesecitos colgaba<br />

sobre la alfombra. En encaje de seda negra de la media transparcntaba<br />

la blancura deI pie angosto y largo y de la pantorrilla de tùrgida curva,<br />

descubierta por la falda negra donde lucia el brille mate de los azabaches.<br />

Le estaba besando la nuca, llena de vello dorado, y senti a estremecerse<br />

bajo mis labies todos sus nervios. La manecita fina que agarraba la<br />

mia hundla crispada en mi carne las uüas sonrosadas y puntiagudas. En<br />

cl silencio 5610 oiamos las palpitaciones de nuestras arterias.<br />

220


-Mâs versos, mas paso, ,,- me dijo con expresron acariciadora,<br />

acercando a mi mejilla ardiente la suya fria y aterciopelada y embriagândome<br />

con su olor a pan fresco y a claveles hûmedos.<br />

• Le dije las estrofas que pintan los grupos de palomas blancas sobre<br />

el altar de Cypris, envueltas por el humo aromâtico dei sacrificio y aleteando<br />

entre Jas rosas, y se las dije en su Iengua, mientras que le<br />

envolvia la muüeca en el collar que le circuyô el brazo pâlido, como una<br />

serpiente de luz, y comenzé a Irradiar con el brillo de sus centenares<br />

de facetas.<br />

-,Cuantos aûos tienes? ... - me pregunté de repente, paseândome<br />

suavemente la mano blanca por los cabellos y por la barba ... - (Veintiséis?<br />

Yo, diez y ocho; él tiene cuarenta y dos... ,Con quién vives? ...<br />

,Solo? ... ,Ni padre, ni madre, ni mujer, ni hijos? ,Nada? ,Solo en<br />

cse hotel? .. El otro dia me detuve a ver la fachada ,Es antigua,<br />

derto? ... y majestuoso, maiestic, ~Y vives solo ahi? ... Vives como<br />

un principe. ,Y no te da tristeza estar solo?.. (y qué haces? ..<br />

,C6mo gozarâs de la vida, no? ..<br />

- No. Adoro la belleza y la fuerza, y escribo versos de esos que<br />

sabes- le dije con tono triste y minténdole para acabar de fascinarla.<br />

-,Y recibesmujeres? ... - me pregunté, riéndose con una picardie<br />

deliciosa.<br />

-No, porque no las encuentro tan bellas como Nelly- le respondi<br />

envolviéndola en una mirada de deseo loco. Hacla ocho meses que no<br />

daba un beso ni recibia una caricia.<br />

- iEs imposible! [E irreal] It is itreal ... Jûrame que eso es dertodijo<br />

con voz ahogada y hablândome aI oido,<br />

+Te 10 juro. Yo quiero 10 perfecto y no Jo cncuentro. Lo demâs me<br />

causa asco. Y cuando halle una mujer de quien me enarnoro en una<br />

hora con todas mis fuerzas y a quien le suplico que conserve unas<br />

pobres piedras para que se acuerde de mt, una a cuyos pies pasaria<br />

la vida arrodillado y por cuyos besos daria mi alma, ella rehusa mi amor<br />

y me tira a la cara el regalo con que sueüo hacerla feliz un minute.<br />

-No- dijo-; Suéltamc y espera ... - y se levantô para dejar la<br />

salita.<br />

-(Te vas Nelly? ...<br />

-Pero vuelvo en este memento, respondié levantando el portier, que<br />

cayo tras de ella.<br />

jSera tuya, sera tuyal, me grttaba por dentro la voz de los llaneros.<br />

jScra tuyal"<br />

-(Te gusto asi?- me preguntô volviendo a sentarse en mis rodillas<br />

en el ângulo dei cuarto donde habla mas sombra y extendia sus blandos<br />

cojines un divan turco, amplio como un lecho nupcial-. No me 10 he<br />

estrenado todavia. Miralo.<br />

221


El corpmo de terciopelo negro de un traje de baüe, sujeto en los<br />

hombros por dos lazos, sobre une de los cuales lucia el rama de gloxinias<br />

y de gardenias, dejaba ver las blancuras tûrgidas del seno, que ondulaba<br />

con ritimlco movimiento bajo el hilo de platino animado de luminosa<br />

vida, por la palpitaci6n blanca, roja y azul de las pedrcrias que se<br />

irisaban en la media luz de crepûsculo. "(Te gusto as)?"- pregunté,<br />

inclinandose para ver los diamantes y dejândome hundlr la mira da<br />

en los tesoros que ocultaba mal el terciopelo del corpifio.<br />

'-jSi nos hubiéramos encontrado antes! Me voy maüana para Nueva<br />

York, Fernândez, mi poeta- comenzô, recllnando la cabeza en mi<br />

hombro y envolviéndome el cueUo con los brazos desnudos y fragantes.<br />

!Si nos hubiéramos encontrado hace un mesl Tal vez me habrias<br />

amado ... Qué felices seriamos, ,derto?<br />

-No seriamos mas felices que ahora, Nelly, porque te amo con toda<br />

mi alma. Pero no te iras mafiana; te quedaràs aqui y yo viviré de<br />

rodillas, adivinândote los pensamientos.<br />

-Me voy maüana por la mariana; tengo todo lista, cerrados los<br />

baûles, tomado el pasaje ... Esta tarde puse un cablegrama avisândolo.<br />

Mi padre me espera por minutos. Pediré el divorcio al llegar y viviré<br />

tranquila.<br />

-Es un canalla, ,no es cierto, arnor mio? - le dtje al oido-;<br />

no te quière y no te da las joyas que quieres .<br />

-Es un canaUa, un brutal, y no me quiere. ~Qué importan las joyas?<br />

Tu me las das... Ya ves, y si no me las das, me dices cosas dulces y<br />

deliciosas, ,no es cierto?- contesté ciüendose a mi. .. - Me llevo el<br />

collar. ,Qué me pides en cambio?- dijo soltando los brazos y sujerândome<br />

las manos con las suyas-. ,Qué me pides en cambio? ...<br />

- Yo nada; 10 que quiero es que seas feliz un minuto y que te<br />

acuerdes de mi. Dime que 10 guardarâs siempre y me iré dichoso sin<br />

darte un solo beso,<br />

-,Conque quières hacerme feliz e irte? .. El cailar es mio ...<br />

(Aceptas un regalo que voy a hacerte? .. - me dijo al oldo con<br />

una expresién de triunfo ... - Yo también te voy a hacer un regalo,<br />

pero inverosimil, digno de ti que eres poeta; un regalo que tu mismo<br />

vas a creer que es un sueüo, Yo también quiero hacerte feliz siendo feliz.<br />

Quiero ser feliz una noche. No 10 he sido nunca. Odio el tiempo. El<br />

tiempo es una cosa estûpida, a stupid thingt ... que 5610 existe para<br />

el cuerpo- aüadiô miràndome con la cara inspirada, coma la de une<br />

pitonisa-. En mi tierra queremos suprimirlo con la electncidad, con<br />

el vapor, con la inteligencia. Alla creamos en una década ciudades mas<br />

grandes que las de Europa, que tienen seis sigles, y hemos hecho una<br />

civüizaci6n de doscientos anos. El tiempo es uns casa estûpida que<br />

se arrastra. Yo quiero suprimirlo en mi vida ... (Entiendes? ... Te arno,<br />

222


Fernândez. .. Me voy mafiana, Otra sc iria Ilevândose su amor; yo,<br />

quiero dârtelo: te arno- me suspir6 al oido, besândome.<br />

- y Yo te adoro, NeIly- respondi buscando con locura sus labies<br />

primero, y hundiendo luego la frente en el seno blando, perfumado y<br />

fresco...<br />

-No; déjame, déjame: aqui, no; lIévame; ,no vives solo? .. -<br />

articulé cefiida a mi y crispada por el deseo, iremos a pie, donde<br />

quieras ...<br />

-Mi coche espera en la puerta ... Ven- dije coma en un sueûo,<br />

un instante después, en el vestibule, abrigândole los hombros desnudos<br />

y apagando las luces.<br />

De la noche s610 me quedan el recuerdo de su belleza sonriente bajo<br />

las amplias cortinas de terclopelo de 'mi lecho. en la alcoba alumbrada<br />

apenas por la lâmpara bizantina de oscuro cristal rojo; la impresi6n de<br />

tenaz frescura y el perfume de su cuerpo adolescente y el arruUo de<br />

su VOl al instarme para que fuera a los Estados Unidos. "Ven en el<br />

verano- me decia-, John no estarâ alla. Nos encontrarâs en New Port<br />

y te presenta ré a mi padre y a todos nuestros amigos. . . Buscaremos un<br />

lugar en donde vernos, un cottage rodeado de ârbcles y de flores, y seré<br />

feliz. .. Si me ofreces venir, no pido el divorcio; tolero 10 de hoy a<br />

cambio de que estés tranquilo y me ames. [ürame que iras ... Bésame!"<br />

Su delirio de goce frlsaba a la altura deI mio, y la hoche fue un<br />

solo beso, entrecortado por sollozos de voluptousidad.<br />

- Todo ha sido irreal y adorable ... lrreal and lovely ... Tu eres<br />

irreal y adorable ... Te espere en junie en New Port- fue la ûltima<br />

frase, gritada desde la barandilla dei enorme vapor que soltaba las<br />

amarras y la negra columna de humo, ennegreciendo el cielo deI Havre,<br />

hasta donde fui a acompaüarla.<br />

Todavia tengo en los ojos su fina silueta envuelta en el largo sobretodo<br />

gris de viaje, y la palpitaci6n dei paûuelito blanco que agitaba al îrse<br />

alejando el barco sobre las olas gris verdosas del Atléntico. bajo un cielo<br />

nublado, plomizo y sombrio, como una alma lien a de remordlmientos.<br />

Cinco meses sin haber escrito aqui una linea. Fue un estimulo apenas la<br />

noche de' delicias pasada con Nelly, una gota de licor para el que<br />

agoniza de sed, seâ non satiatal Me excit6, bebimos, me emborraché,<br />

y ahora tengo en el a1ma el dejo que queda en el cuerpo después de<br />

una borrachera. El baile tuvo por objeto deslumbrarlas, y de tai modo<br />

las deslumbré, que cuando amanecié y las ûltlmas notas de ,la orquesta<br />

vibraron en la atrn6sfera de los salones impregnados de emanaciones<br />

humanas y deI melanc6lico perfume de las flores moribundas, ya habla<br />

223<br />

l'' de septiembte.


esado las tres boeas codiciadas y obtenido de eIlas la promesa de las<br />

tres citas.<br />

Suntuosa fiesta, al decir de los diarios bulevarderos, que me fastidiaron<br />

con los dctalles dei lujo en ella desplegado por le richissime americain<br />

don Joseph Fernande z et Andrade. (Suntuosa fiesta? No sé, pero, en<br />

todo caso, un poco mas elegante y mas artistica que las que he alcanzado<br />

a ver hasta hoy. Digo mas artistica, porque en los salones que<br />

arnueblaban y ornamentaban objetos dignes de figurar en cualquier museo,<br />

y en el hall, decorado con éxoticas plantas y raras flores, se oyeron los<br />

penetrantes sones dei violin mâgico de Sarasate, las quejas de la guitarra<br />

incomporable de Jiménez Manjôn y vibraron las câlidas notas, que al<br />

declr de Monteverde, cuestan a libra estcrlina cada una, de la voz<br />

dei tenor a la moda. Digo mas elegante porque una parte dei Paris<br />

Frivolo y mundano, que por la tarde se exhibe en la Avenida de las<br />

Acacias y se da cita, en las noches de estreno en los grandes teatros,<br />

codeé en clIa por unas horas al Paris artista y pensador, que vive encerrado<br />

en los talleres, en los gabinctcs de experirnentaciôn 0 doblado<br />

sobre las paginas que pasado maüana seran el libro a la moda. Scgûn<br />

decires, la concurrcncia salié sorprendida de las exquisiteces de la mesa<br />

y la calidad de los aüejos licores. Un rnurmullo de aprobaci6n corriô<br />

por las salas, cuando al rnariposear el cotill6n agitando en rond a ritmica<br />

sus alas de cintas y gasas, se repartieron los regalillos a los danzantes.<br />

La impresi6n verdaderamente grata que tuve fue ver mezclado 10 mas<br />

distinguido y simpàtico de la eolonia hispanoamericana con 10 mas Iinajudo<br />

y empigorotado dei aristocrùtico barrio. Logré que los compatriotas<br />

que honran la tierra con su ciencia, Serrano, el filélogo, y Mendoza,<br />

cl esradista, dejaran su encicrro claustra] para asomarse aqui por unos<br />

instantes. Duqucsas vejanconas de tantisimas campanillas y retumbante<br />

nombre, cuyo origen remonta a la Roma de los Antoninos, paseàronse<br />

al brazo de generales, ex-presidentes de nuestras repûblicas que ostentaban<br />

uniformes mas de oro que de paüo; hubo miembros del Jockey<br />

Club que le hiciera la corte a una chicuela recién llegada, que tenia<br />

todavia, en los ojos el recucrdo del èiclo dei tr6pico y en los oidos el<br />

rumor de la brisa entre los cafetales, y hasta se divirtié el grupo donde<br />

lucian la calva de Manouvrier, cl ftlésofo espiritualista, las arrugas de<br />

Moriha, mi ex-profesor de arqucolcgia egipcia, y el monéculo del novelista<br />

psicélogo, autor de "Los Perfiles Pemeninos", que, despreciando<br />

esa nochc a las mujercs que preguntaban por él para hacerle la corte,<br />

fue a esconderse entre aquellas anticuallas y a conversar con el doctor<br />

Charvet, que me dijo, al pasar por ccrca de él, golpeândome el hombre:<br />

-Asi se hace. Gace usted suavemcnte de la vida, amigo mio; goce<br />

usted suavemente de la vida.<br />

e:Qué me importa el éxito de la fiesta. . . si mi lucidez de analista<br />

me hizo ver que para mis elegantes amigos europeos no dejaré de<br />

224


ser nunca el rastaqouere, que trata de codearse con ellos emplnândose<br />

sobre sus talegas de oro; y para mis compatriotas no dejaré de sel un<br />

farol6n que querfa mostrarles hasta d6nde ha logrado insinuarse en el<br />

gran mundo parisiense y en la high life cosmopolita?<br />

Eso no impidi6 que las tres mujeres concurrleran y que mi plan<br />

sc reahzara,<br />

ë.Yeso qué me importa, si ninguna de las tres ha podido darme 10<br />

que le pido al arnor, y s610 me queda hoy el orgullo de haber seducido<br />

en unas haras a las tres bellezas de quien nadie se atreveria a sospcchar<br />

y que la concurrencia entera designe coma las tres rcinas de la fiesta?<br />

(.Y eso qué me importa, si yo no vivo para los demâs, sino para mi<br />

mismo, y si ese tri un fa no me satisface, porque sé que tal vez elias<br />

mismas ignoran las razoncs que tuvo cada una para entregârserne y<br />

para colmarme de caricias locas? ...<br />

lY qué me importan esas ideas sobre el arnor, ni qué me importa nada,<br />

si Jo que sientro dcntro de ml es el cansancio y el desprecio par todo,<br />

el mort al dejo, el spleen horrible, el tedium vitae que, camo un monstruo<br />

interior cuya hambre no alcanzara a saciarse con el universo, comienza<br />

a devorarrne el alma? ..<br />

[Vosotros conocisteis esc mal sin nombre y sin remedie, patrlcios romanos<br />

que, hartos de los goces de la carne, ahitos de las declamaciones<br />

de los fîl6sofos y de los versos de los poetas y de las creaciones del arte<br />

hcleno y latino, abandcnâbais los triclinlos de marfil recubicrtos de purpura,<br />

sobre los cuales calan en lluvia las aromosas esencias y las rosas<br />

de Poestum, tlrâbais al suelo la âurea copa cincelada, lIena de vina de<br />

Chypre, y la corona de rosas que os ceüia la frente y, despreciando la<br />

sensu al dclicia que os brindaba la cortesana desnuda a vuestro lado,<br />

corriais li buscar en la desprcciada cnseüanzo de los rudes discipulos dei<br />

Nazarcno, en la prâctica de la pobreza y de la humildad, una fe nueva<br />

y una esperanza sublime que os hiciera cambiar de vida, abrazaros 11 la<br />

cruz, desafiar las iras dei Empcrador y, transfigurados par el éxtasis, ir<br />

a csperar la hora de la muerte bajo las garras de los leones, sobre la arena<br />

cnsangrentada del circo!<br />

jAh! si.. eso fue entonccs, En nuestra época mediocre y ruin no queda<br />

camino abicrto para las alrnas del temple de las vuestras, que sienten<br />

10 que scntistcis. Lo sublime ha huido de la tierra. La fe ciega que en<br />

su rcgazo de sombra les ofrccia una almohada donde dcscansar las cabezas<br />

a los cansados de la vida, ha desaparecido dei universo. El ojo humano,<br />

al aplicarlo al lente dei microscopie que investiga 10 infinitesimal y al<br />

lente de! enorme telescopio que, vuclto hacia la altura, le reve1a el cielo,<br />

ha encontrado, arriba y abajo, en el atome y en la inconmensurable nebulosa,<br />

Ulla sola materia, sujcta a las mismas leyes que nada tienen que ver<br />

con la suerte de los hurnanos. Sutiles exégetas y concienzudos cementadores<br />

esrudiaron los viejos textes sagrados y los analizaron descubriendo<br />

225


en elles no las palabras, que son cl camino, la verdad y la vida, SiDO las<br />

sabins prescripciones de los civiliz.adores de las naeiones primitlvas y la<br />

leycnda forjada por un pueblo de poetas. El enclaver del Redcntor de<br />

los hombres yace en cl sepulcro de la incredulidad, sobre cuya piedra<br />

cl alma humana llora, coma lIor6 la Magdalena sobre el otro sepulcre.<br />

"Padre nuestro que estas en los ciclos, santiflcado sca tu nombre ... ".<br />

La oracién que la santa de las guedejas de plata me ensefi6 de rodillas<br />

apenas podia balbucearla, viene a mis labios de hombre y no la pucdo<br />

rezar. ITu estâs vacio, oh, cielo, hacia donde suben las oraciones y los<br />

sacrificiosl<br />

Neomisticismo de Tolstoi, teosofismo occidental de las duquesas chifladas,<br />

magia blanc a del magnifico poeta cabelludo, de quicn Paris sc<br />

de; budismo de los elegantes que usan mon6culo y tiran florctc; culto<br />

a 10 divino, de los fil6sofos que destruycron la ciencia, cuita dei ra, invcntado<br />

por los literatos aburridos de la literatura; espiritismo que crees en<br />

las mesas que bailan y en los espintus que dan golpccitos: grotcscas rcligiones<br />

dei fin dei siglo diez y nuevc, asquerosas parodias, plagias de los<br />

antiguos cultos, [dejad que un hijo deI sigle, al agonizar de éstc, os envuelva<br />

en una sola carcajada de dcsprecio y os escupa a la cara!<br />

Es esa hambre de certidumbres, esa sed de 10 absoluto y de 10 supremo,<br />

csa tendencia de mi espiritu hacia la alto, 10 que he venido engaüando<br />

con mis aventuras amorosas, como engaüaba mi sed de éstas con las jugarretas<br />

de las ûltimas noches de castidad. Pero el harnbre de creer no<br />

hay con qué saciarla que no ses con la creencia misrna . .. (.y en qué<br />

creeras, alma mia, alma melanc6lica y ardiente, si los hombres son ese<br />

miserable tropel que se agita, cometiendo infamias, buscando el oro,<br />

engaüando a las mujeres, burlândose de 10 grande, y si ya murieron los<br />

dioses?<br />

Quizas el Arnor tu va sabores acres y extâticos que pudicran reemplazar<br />

a la Fe. El de la mistico vina en las rudas épocas mcdioevales, y en la<br />

expansion grandiosa de pasiones que fue dei Bcnacimiento, Amar temblando,<br />

porque al través de la puerta de la alcoba, tibia y perfumada<br />

por los besos, se oîa el ruido de los pasos y de las armas de los matones<br />

enviados por el marido, que subian a vengar la afrenta; amar orando,<br />

porque la Dama revestia aspecto de Madona, arnar sin satisfacer el amor<br />

e Inmortalizando el nombre de Ella en canciones 0 en estatuas; ser Benvenuto<br />

Cellini 0 Godofredo, Alighieri, Petrarca 0 Miguel Angel, cuando<br />

Ellas se llamaban Beatriz Portinari, Laura 0 Vittoria Colonna, fue ernpresa<br />

de hombres, pero hoy, en estas sociedadcs décrépitas -en que<br />

el adulteno es félcil y practicable sin pcligro, camo un sport, en que la<br />

vida de la mujer es toda entera una lenta y graduaI preparaciôn para<br />

la caida y en que los mandes vienen a visitar al afortunado para pedlrle<br />

favores- es mlseria indigna de un hombre.<br />

226


Tai vez mi misantropia me lleva a juzgar a esos infe!ices engaiiados<br />

peor de 10 que merecen. Habrân creido que 10 que vieron la noche dei<br />

baile fue un flirt sin consecuencia y explotable para ellos gracias a mi<br />

juventud y a mi dinero; pero 10 cierto es que las circunstancias se han<br />

cnlazado de tan extraüo modo, que sc necesitaria benevolencia de santo<br />

para no juzgarlos coma los juzgo, por 10 menos como unos imbéciles.<br />

-Oye, Pepillo -me dijo el amtgo Rivas, usando el antipâtico nombre<br />

con que me llama-; vengo a pedirte un favor que s610 tû puedes<br />

hacerme,<br />

-Estoy a tus érdenes -le respondi, creyendo que se trataba de un<br />

duelo en que debia acompaiiarlo coma testigo, y sorprendido de olrlo<br />

hablar asi ... -,Tomas café? .. - aâadi, ofreciéndole, porque tomaba<br />

el mio, acabando de corner en el cuarto de fumar, cuando entr6 como<br />

un huracân, y con aire agitado y la respiraci6n anhelante.<br />

- No, no tomo; me pane vervioso, Oye, Pepe; vas a hacer un serviciazo,<br />

de eso que s610 a un amtgo intime se le pueden pedir. No me<br />

10 nicgas, ,eh? -anadi6, entrecortado-; jûrame que no me 10 nicgas.<br />

-Si te digo que estoy a tus érdenes.<br />

-,Con que dejas de ir a Fausto para ayudarme? ,No tienes plan para<br />

esta noche? .. Bien, [cômo te la agradezcol Pues, mira: tenemos cuatro<br />

-Amortegui, Rodriguez, Saavedra y yo- una cena con cuatro mujeres,<br />

pero de 10 fino, ,oyes? .. cuatro horizontales que te quedarias bobo si<br />

te dijera los nombres. " cuarro de la bueno, [supénte la que se me<br />

atraviesa! Consuelo esta indispuesta y no tengo quién me la acompaïie y<br />

me da penn dejarla soja. Ya ves ... Yeso de quedarse uno canversando<br />

con su mujer, porque ella se slente débil y de acostarse a las once, después<br />

de tomar el té, cuando tiene entre manos una cena con cuatro Upas<br />

como Rodriguez y con cuatro mujeres asi, de 10 fino. .. No, si estaba<br />

desesperado. A Iuerza de cavilar mientras comiamos, se me ocurriô la<br />

casa, ,no ves? .. Yo me vuelvo a casa, porque le dije que salia par un<br />

memento; entra tu de visita y te haces el afanado; me dices que Amortegui<br />

me estaba buscando con urgencia en el boulevard, porque tiene<br />

que hablar conmigo esta noche de un negocie. [Te juro que es ella la<br />

que me hace salir! Me voy y tu me la acornpaüas hasta 10 mas tarde<br />

posible, ,no? para que no calga en la cuenta de la hora a que vuelvo,<br />

si se desvela, como le sucede casi tadas las noches. ,Qué tal el plan, eh?<br />

,C6mo te parcce mi combinaci6n? ,Admirable, cierto?.. ,Me ayudas<br />

... ?<br />

-Admirable ... -le dije-. De mil amores, me tienes alla dentro<br />

de media hora a 10 sumo -y sali6 hecho unas pascuas, retorciéndose<br />

los bigotes y stntiéndose un Maquiavelo.<br />

-~Qué primor me trae usted ahi?.. -me pregunté la dejativa<br />

y lânguida criatura, cuando después de salir el otro, nos quedamos solos<br />

en el cuartico donde recibe a sus intimos-. ,Alguna de esas cosas que<br />

227


solo usted encuentra?.. -dijo para disimular la turbaciôn en que<br />

estaba al sentirse sola conmigo después del beso delicioso cambiado en<br />

el fonda dei invernàculo desterto donde me la l1evé par unos segundos<br />

la noche dei baile, y de los juramentos de amor que 10 acomaüé.<br />

-,Qué primer me trae, José? .. ,Flores? [Dios mio, flores de las<br />

rosadas de las de Guaimisl ... Las misrnas -dijo toda trémula, como<br />

acariciando con los ojos el ramo de orquideas que se habla puesto en<br />

las rodillas, y que acababa yo de formar en el invernadero al salir de<br />

casa ... - [Dios mio!l , .. èj' dénde consigue usted flores de nuestra<br />

tierra en Paris, José?<br />

-En casa, Consuelo -le dije, sentândome a su lado, sobre la misma<br />

turquesa de donde se habla levantado al verme entrar unos mementos<br />

antes-. En casa, Consuelo ... Desde una tarde, hace nueve aüos, tengo<br />

siempre, esté donde estuviere, unas plantas que cuido mucho para que<br />

den flores de esas. .. desde hace nueve anos y desde una tarde -dije.<br />

mirândola, para ver el efecto de la sugestiva frase que habla estudiado<br />

desde el memento en que el astuto Rivas me conté su plan en el cuarto<br />

de fumar.<br />

Se puso pâlida, mas pâlida que 10 esta siempre; le temblaron las manos<br />

y los lablos, y baj6 los ojos al suelo.<br />

Nueve anos antes, casi niüos ella y yo, una tarde deliciosa, una tarde<br />

dei tréptco, de esas que convidan a sonar y a amar con el aroma de<br />

las brisas tibias y la frescura que cac del cielo, sonrosado por cl crepûsculo,<br />

volviamos por un camino estrccho, sombrcado de corpulentes<br />

ârboles y encerrado por la maleza, al puebleclllo donde salia a veranear<br />

su familia. Nos habiamos adelantado al grupo de paseantes. Yo, diciéndolc<br />

que la adoraba, recitândole estrofas del Idilio, de N{1I1ez de Arce, y<br />

sintiéndome el Pablo de aquella Virginia vestida de musclina blanca,<br />

que apoyaba su bracito en el mio.<br />

-Quiero flores de esas -me dijo,' mostrândome un ramo de parasitas<br />

rosadas que colgaban de la raina de un arbusto, y al entrcgarsclas,<br />

en la semioscuridad dei camino, donde el aire era tibio y volaban las<br />

luciérnagas y aromaban los naranjos en flor, la cogi en mis brazos y la<br />

besé con todo el ardor de mis diez y ocho anos, y ella me devolviô los<br />

idllicos besos con su boca virgen y fresca.<br />

-Son flores de Guaimis, Consuclo -le dije ... -. Dcsdc csa tarde<br />

tengo siempre plantas de esas en casa para respirar en su olor cl bcso<br />

de entonees, que ha sida el minuto mas feliz de mi vida. Desde entonccs<br />

hasta la noche en que, viviendo ya aqui, supe que usted se habla casado<br />

Con Rivas, no ha habido un solo dia en que no picnse en ustcd con la<br />

misma ternura. Si su padre no se hubiera reido enrouees de mi amor,<br />

porque era yo un nifio, y no me hubiera prohibldo volver a su casa,<br />

coma 10 hizo [qué feliz hubiera sido y qué distinta mi suerte! Entonccs<br />

me amé usted, no me la niegue; déjeme creer que fue asl; después me<br />

228


olvidô. Ojalé hubiera hecho yo 10 mismo, Antes de anoche, al verIa a<br />

ustcd en casa, entre las verduras dei invernâculo, con ese vestido de<br />

muselina blanca que la hacia parecida a la que me hizo feliz con su<br />

cariüo de nifia, y al sentirrne cerca de usted, me olvidé de todo, me senti<br />

el de entonces, senti por usted el mismo amor de ese instante, aumentado<br />

por nueve afios de pensar en usted, y tuve la audacia de robarle un beso,<br />

que fue un éxtasis , . . Ahora vengo a pedirle a usted perdon, Consuelo,<br />

por esa audacia sin nombre, y se 10 pido en nombre de nuestro amor<br />

de nifios, y de rodillas ... Consuelo: ~me perdons? -continué, ya arrodillado,<br />

al pie de ella y besândole las manos, que me abandonaba, inertes-.<br />

~Usted, con toda su dulzura, no le podrâ perdonar a un .hombre<br />

que la ha adorado toda su vida y que no hace mas que sonar con<br />

usted, que le hable asi, porque no puede caIlar por mas tiempo? Dîme<br />

-aÏladi, volviendo al tuteo delicioso que usàbamos cuando niüos->,<br />

dîme, Consuelo: ,no ves que te adoro con toda mi alma? ,no comprendiste<br />

que la fiesta de la otra noche no tuvo mas objeto que verte en casa,<br />

que sentirte cerca unos minutes, que sentir tus manos en las mias?


ces, que me bas ta verte, oirte para seT felrz y que no te daré un beso<br />

si no quières? . . •<br />

y vina y fue mia: y después ha venido dos veces, sin pedirselo casi,<br />

porque ha querido, porque necesita carlcias como necesita respirar, y<br />

porque el otro, el hombre astuto de las maqulavélicas combinaclones,<br />

and a cenando con sus horizontales, que le estân comiendo medio lado,<br />

y tiene abandonada esa flor de sensualîdad y de inocencla, que se pasa<br />

muchos dias y muchas noches sola, porque no tiene casi relaciones en<br />

Paris.<br />

Con otras armas cay6 la otra, la rubia baronesa alernana, que tiene<br />

la carnadura dorada de las Venus dei Ticiano y esta exenta de todo<br />

prejuicio, segûn dice ella, la lectora de Hauptman y de German Bahr.<br />

Con esa afecté frialdad absoluta la noche dei baile y me limité a hablarle<br />

en alernân y referirIe con sencillez el duelo con su patiente el Secreta rio<br />

de Embajada, y a hacerJa confidente de mi desprecio par los hombres.<br />

Creyéndome de mârmol, mientras paseàbamos juntos por las salas, ernprendi6<br />

una conversaci6n destinada probablcmente a cerciorarse de mis<br />

escasas facultades arnarorias y a escandalizarrne con el desprecio profundo<br />

que manifestaba por todas las conveniencias sociales y todas las idees<br />

corrientes sobre mora1. La dejé hablar largarnente. La oîa como si no la<br />

entendiera, sin contesta rle mas que, 10 necesario, para que siguiera hablando,<br />

y clavândole los Oj05 en ('1 seno de [uno, medio desnudo de un<br />

corpifio de terciopelo verde oscuro, sobre el cual esplendlan magnifiees<br />

diamantes, y en los labios roios corno una fresa madura. Clavaba eJla<br />

los 010S en ml, coma buscando el efecto de sus frascs audaces v de su<br />

belle?..a majestuosa, y se sonreia con una sonrisa de desaffo al verme<br />

palidccer par instantes, ni crecer dentro de ml la tentacién que me estaba<br />

crispando los nervios.<br />

- Todas esas son teorias, seüora: teorlas v nada mas. Usted en la<br />

prâctica es una purltana rigida y respeta hasta los mas estûpldos lazos<br />

con que nos sujeta la sociedad. Si usted viviers de veras, mas alla del<br />

bien y dei mal, como dice Nietzsche, seria otra cosa; pero no es asi.<br />

Si yo le diera a usted un beso ahora -dije, haciéndola sentarse en un<br />

saloncito don de no habfa nadic- usted haria Que su rnarido me mandata<br />

un par de testigos: y si la invitara a corner sola conmigo mariana. a las<br />

siete de la noche, no volveria a contestarme el saludo.<br />

-Haga usted el ensayo -me respondié, llevando su audacia y mi<br />

excitaciôn al paroxisrno y valiéndose de una frase que 10 envolvia todo.<br />

La besé frenéticarnente, y acudi6 a la cita al dia siguiente pOT la tarde.<br />

-Lo que me ha fascinado en usted, decia al salir de casa, es su<br />

desprecio por la moral corriente. Los dos nacimos para entendernos. Usted<br />

es el sobrenombre, el Uebermensck con que yo sofiaba.<br />

Con la Musellaro fue otra historia. So pretexto de amor al arte pagano<br />

y de mi entusiasmo par los poetas modernes de Italia, habiamos tenido<br />

230


en los ûltimos tiempos conversaciones indeciblemente libertinas. La iba a<br />

ver desde tres meses antes, los martes por Ia noche, en que recibe en su<br />

casa la flor y nata de los condes y marqueses arruinados y de los pintores<br />

y mùsicos de la eolonia. Me habla recitado los mas ardientes poemas en<br />

que D'Annunzio canta las glorias de la carne, con voz ligeramente ronca<br />

y velada, medio cerrados los oscuros Oj05 que, con la mate blancura de<br />

la piel, Jo puro dei perfil y 10 cspeso de la cabellera negra, hacen sofiar<br />

con una romana de los tiempos del Imperio; me habla aida decirle casas<br />

sin nombre, sin ruborizarse. Sus formas esculturales y sus ademanes de<br />

reina atralan las miradas masculinas la noche deI balle. Por haber venido<br />

varias veces a casa. con et marido, a ver mis coleeciones de medallas,<br />

de camafeo y de pied ras grabadas, se senti a como en la suya y hacia los<br />

honores. Esa noche emanaba de ella un tibia olor de Chrypre, que, confundido<br />

con el de su cuerpo, la envolvia, al bailar, coma en una atmésfera<br />

espesa de voluptuosidad. En los brazos redondos y de ideal blancura,<br />

sobre el descote cortado en cuadro y sobre los negros cabellos ondeados<br />

y brillantes, ardian los rubies sangrientos, que tenian el mismo matiz de<br />

la opaca seda del traje, bordado de argentadas pasarnanerias, que llevaba<br />

puesto,<br />

- Julia -le dije llevândola hacla el rincén donde una copia de la<br />

Venus de Milo destaca sus blancuras de mârmol sobre la pesada cortina<br />

dei fondo- esta noche la belleza de usted ernbriaga, camo embriagaria<br />

un vlno de Salerno. bebido en copa de oro. Si usted pudiera verse con<br />

unos ojos de hombre, se enamoraria de usted misma. Suefia uno al verla<br />

a usted con no vivir en este sigle dejativo y triste, en que hasta el<br />

placer se mlde y se tasa, sino en la época de Ios Borgias; provoca verla<br />

presidiendo una orgia de prînclpes, en que el sabot de los besos se mezclara<br />

con el del veneno.<br />

-Usted suefia en eso porque tiene mûsculos de jaysn y nervios de<br />

arrlsta del Renacimiento; a todos estos parisienses les parezco vulgar, de<br />

Hjo: para elles la distinci6n consiste en ser flaca y palida. Los dos deberiamos<br />

ser mas intimes, porque nos parecernos mucho; ambos somos paganos<br />

-me dijo, quernândome con sus miradas de fuego y mareândome<br />

con su olor perverso y sugestivo.<br />

-Esa intimidad depende de usted. Si usted viniera a verme el [ueves<br />

par la maûana, nos sentiriamos paganos hasta las medulas de los huesos;<br />

le leeria unos versos y le mostraria unas aguafuertes de Felicien Rops,<br />

que usted no conoce, porque son dignas deI Museo Secreto de Nàpoles ...<br />

-Si estoy loca par vedas" -me dijo, con la cara iluminada par la<br />

alegria y estrechândorne el brazo contra el seno de diosa-. Vendré a<br />

las ocho. Musellaro no se levanta nunca antes de las doce.<br />

y un beso sellé el tâcito pacte que contenian aquellas frases; un beso<br />

dado detrâs de la cortina a que le volvian las espaldas los concurrentes,<br />

231


empeiiados en ver a Sarasate, que se levantaba para comenzar a tocar el<br />

violin, al que le arrancaba misteriosos quejidos,<br />

,Donjuanismo? ,Seduccion? .. Respecte de Consuelo, tal vez, en<br />

quien toqué las mas ocultas fibras dei sentimiento al recordarlc nuestros<br />

infantiles y dulcisimos amores; no con las otras dos, viciosas, coleccionadoras<br />

de sensaciones, alecclonadas por quién sabre qué predecesores mios,<br />

corrompidas por el arte y la literatura y empefiadas cada una de ellas<br />

en ver en ml el personaje que les han mostrado coma ideal los librejos<br />

ponzofiosos que han lcîdo sin entenderlos, ($educci6n? No, si nadie seducc<br />

a nadie ... Si es la idea deI placer la que nos seducc ... Tan ardiente<br />

era el deseo en ellas coma en mi; dentro de unos afios no recordarân<br />

la aventura, y si la recuerdan, les parecerâ a ambas tan inocente coma<br />

me parcce a mi ahora.<br />

,Y esta Ilaman crimen los moralistas severes, que predican su moral<br />

en dramas de tres aetos? ,Crimen? [Halagar a una mujer, idealizarle el<br />

vicia. ponerle al frente un espcjo doride se mire mas bella de 10 gue es,<br />

hacerla gozar de la vida por unas horas y quedarse sintiendo dcsprecio<br />

por ella, asco de SI mismo, odio par la grotesca parodia deI amer v ganas<br />

de algo blanco, como una cima de ventisquero, para quitarse deI alma<br />

el olor y el sabor de la carne!<br />

Musellaro me lIam6 la otra noche en el Circule, donde le habian<br />

limpiado los bolsiIJos la vispcra, y con mil zalarnerias serviles y poniendo<br />

por las cumbres mis conocimientos de arte, me hablé de un cofrecito<br />

de plata, cincelado por Pollaiuolo, que vcndia un amigo suyo en florencia.<br />

-Vale sicte mil francos -me dijo-. AI momento en que supc que<br />

10 vendian, pensé en avisârselo a usted, scguro de que se quedarâ con<br />

él. Mi amigo no quiere que se sepa su nombre. Es un objeto 'lue ha<br />

pertenecido a su familia desde hace trescientos anos, y del cual se desprende,<br />

obligado por las circnnstancias. Ustcd sabe cémo van las cosas<br />

en Italia.<br />

-De sobra. Telegrafiele usted a primera bora diciéndole que 10 ha<br />

colocado y que me 10 envie -le respondi-«. Le enviaré a usted el<br />

chèque rnafiana misrno.<br />

jMe rio del cofre cincelado por Pollaiulo! Recibtré algûn chirimbolo<br />

recién salido del molde. ILo que va a reirse de mi el afortunado marido<br />

de la adrniradora de Petronio!<br />

El de Olga, el baron alemàn delgaducho y triste, que tiene la mania<br />

de Jas estampillas de correo y Jas coIecciona con entusiasrno de colegial,<br />

acaba de salir de aqui para pedirme un favor especial. Quiere el Busto<br />

dei Libertador, una condecoraciôn que da el Gobierno de Venezuela, y<br />

al efecto desea que hable con el simpâttco mozo autor de Espirales de<br />

humo, que representa a aquella nacién en Paris y con quien sabe que<br />

me ligan relaciones de amistad. Dentro de unas semanas tendra su<br />

232


medalla y se la colgarâ al uniforme para que luzca al lado de las siete<br />

con que 10 engalana al llevarlo, y recibirâ una estampilla de mi coleccién.<br />

-,Siempre ha sido asi, no es cierto? preguntô volviendo a mirarla,<br />

como fastidiado por mi solicitud.<br />

-Siempre le contesté, tendida en la otomana y envuelta en los pliegues<br />

de la rosada bata de seda floja que huele a heliotropo blanco. . .<br />

-Siempre- le contestô, sonriendo, con su dulzura de moribunda.<br />

- También es que no quiere salir; mira, Pepillo: tu que estas desocupado,<br />

paséala: a mi los negocios no me dejan un minuto libre; si 10<br />

tuviera, 10 haria. Tu que sabes tanto de cuadros y de estatuas, llévarnela a<br />

los musees: yo no tengo tiempo. ,Por qué no vas ai Louvre mafiana con<br />

Fernândeû -le pregunt6 ... - ,No decias que tenias ganar de ir'<br />

-,Irernos, no, José? Es que cuando una no esta acostumbrada a la<br />

vida de Europa, no se le ocurre salir con un amigo, cierto? .. -y los<br />

ojos arabes me miraban con delicla, y la cabeza, recostada sobre los<br />

cojines blandos de la otomana, me ofrecia millones de besos para el dia<br />

siguiente.<br />

-Es que las mujercs no malician 10 que 10 absorben a uno los riegodos<br />

-continu6 el otro-. Tu que sabes la complicaciôn de los mios,<br />

sup6nte si tendré tiempo para pasearla y distraerla como qucrria ...<br />

,Y si Jo nenes para [ugar billar y bacarat en el club y para pasarte<br />

las semanas enteras con tus famosos horizontales e ir a cenar con ellas,<br />

grandisimo tarambana? -pensaba yo entre ml al oirlo.<br />

-,De modo, Paco, que me autorizas formalmente para pasearla y<br />

distraerIa? -le pregunté con una frialdad de vicjo de setenta anos.<br />

-Le vengo suplicando desde que llegé, que salga a conocer a Paris,<br />

iY maldito el caso que me hace!<br />

-Oiga usted, Consuelo : su marido me la entrega para l'lue la haga<br />

pasear y la distraiga: después usted no alegue que no le ha dado pcrmiso<br />

para ir a tal 0 cual parte.<br />

-No, Ilévala a donde quieras; ve con Fernàndez a dondc te Ilcve,<br />

(oyes? ... jAh! las dicz- dijo, sacando el reloj-; tengo que salir; tu<br />

me excusas, ,cierto? Tengo una cita con Amortegui para un negocie<br />

importante.<br />

Dizquc al dia siguiente le pregunté ella que si no hablarian los que<br />

nos conocen al vernos juntes en mi coche, y le di]o él soltando la carcajada:<br />

-No; si a Fernândcz 10 conocen todos... (Tu sabes coma lo llaman?<br />

El Casto José. No te afanes por 10 que digan, que no diran nada ...<br />

jY me 10 contaba ella, riéndosc con la boca carnuda y deliciosa.<br />

recostada en uno de los divanes de mi btbliotecal "Mc voy a pasar<br />

contigo los dias enteros, si quieres- me deda-, para que me consientas<br />

233


y me quleras; si no, me muero ... Estoy muy enfenna ,sabes? Tengo<br />

fiebrecita todas las noches, desde hace un afio, desde que vine. No<br />

estudies tanto- agregaba viendo los atlas, las cartas geogrâficas, los<br />

gruesos volùmenes abiertos sobre las mesas y los estantes enormes de Ia<br />

biblioteca-; te matas si sigues estudiando asi. Mira: vas a descansar<br />

paseàndome: desde maûana le echo Have a este cuarto de viejo y comenzamos<br />

nuestras excursiones"<br />

Dicho y echo. Como no queria que la vieran conmigo, los sitios<br />

predilectos fueron los alrededores de Paris, los pueblecitos rientes y<br />

lien os de verdura, las salas de ]05 museos, las iglesias mas distantes del<br />

centro.<br />

-Cluny no me gusta; hay alli tanto vejestorio, y aquello huele a<br />

sacristla: 10 que me encanta es el Luxemburgo, que tiene cuadros nuevos,<br />

y esos jardines tan lindos, cerca. ,Y esto es 10 que ponderan?- me<br />

preguntaba, viendo los arcos de piedra renegrida y las misteriosas esculturas<br />

de las torres de Nuestra Sefiora-. [Cuânto mas linda San<br />

Francisco, que es nueva y tiene tantos dorados! Yo comencé una vez<br />

a Ieer una novela que se Barna como esta iglesia, y no segui porque no<br />

entendia nada. (Tu has oido hablar de ella? ... Creo que es de Dumas.<br />

Resucit6 con mi amor. Dio en no querer que saliéramos y se pasaba<br />

los dias envuelta en la rosada bata de seda floja, viendo dibujos a la<br />

sanguinea, aguafuertes, grabados en acero y acuarelas de los que guardan<br />

mis cartones; examlnando los camafeos une por uno. "Mira esta<br />

pintura", me deda, mostrândomela y paseando por las salas dcsicrtas<br />

sus miradas curiosas y la languidez dejativa y ritmlca de su cuerpo<br />

delicioso, que ondula como las palmas de nuestra tierra, al soplo dei<br />

viento del mar. ,Hacerla corner algo que la alimentara? ... No; golosinas<br />

y frutas, pastelillos rellenos de confituras, confites, caramelos y<br />

almendras de la casa Boissier y albérchtgos y uvas moscatel es, que destrozaba<br />

con sus dientes de azulosa blancura.<br />

-Te vas a morir de anemia, Consuelo- le dije una maüana, en<br />

que, sentados ambos en el comedor, no queria probar una ala de pollo<br />

que le ofrecia, suplicândole.<br />

- Pero si tû sabes que nunca como carne. Dame café negro; eso<br />

si, y una copita de marrasquino- continuo tendiéndome la taza de<br />

Sevres y la frégil copa en forma de lirio-. Dime:


- De pensar que a las mujeres que nacen alla no las consiguen ni<br />

los principes- le dije, aludiendo a la carcajada que le solt6 al de<br />

Pontavento la noche dei baile en que quiso besarle una mano.<br />

- No, esas son para los que las conocen desde que nacieron y las<br />

conslenten como tu a mi. Estas de aqui seran mas lindas y mas elegantes-<br />

dijo, pero no saben querer. Aquf nadie quiere a nadie. ,Sabes<br />

tu 10 que a mi me parecen las parisienses? .. Muiiecas vivas ... -<br />

aâadiô, soltando una carcajada-. ,Tu crees que alguna de esas es<br />

capaz de querer como queremos nosotras]<br />

Asi se han ido tres meses casi, en diâlogos de esos, en siestas dormidas<br />

en las dos hamacas, que hiee colocar entre las palmas deI invernâculo,<br />

en paseos de que volviamos con los ojos llenos dei color y<br />

el olor del campo, donde pasàbamos las mafianas en rasguear una bandola<br />

que tenia yo en mi escritorio como adorno, y hacer sonar en el<br />

aire de Paris las dejativas canciones de la tierra donde nacimos. . . Le<br />

he ofrecido ir a San Sebastian y a Biarritz, para donde se la Ilevé<br />

Paco a ver toros.<br />

-Oye; alla oiremos siquiera hablar espaüol y no me llarnarân Madame.<br />

Vamos a estar felices; vendras, ècierto?<br />

-jMe Ja has curado, Pepillol Mirala cémo esta de rosada y de<br />

gorda. .. Han sido los paseos contigo. No se c6mo agradecértelo. Si<br />

vieras el buen humor que tiene ahora. Antes vivia suspirando. Ven<br />

a San Sebastian y alla completarâs la obra. ~Te csperamos precisamente?<br />

Instale tû, Consuelo- le decia el marido esta maüana, al dejarlos en<br />

la estacién, donde cruzamos la ûltima mirada, y le estreché la mano<br />

que no volveré a sentir en las mias pOt mucho tiempo, porque, cansado<br />

de besos, de mimes, de enervamientos y de lascivias, me iré dentro de<br />

tres semanas a Nueva York a ver si los negocies a la americana y el<br />

hard work me curan deI mal de vivir y dei asco de la vida que estoy<br />

sintiendo ...<br />

jY no me he ido! Si vuelve, le ccrraré brutalmente la pucrta y haré<br />

que alguien le sugiera al marido que no la deje salir sola, porque corre<br />

peligro de que se dan de él, si siguen viéndola con migo. Desde su ida<br />

me he consagrado a revisar mi plan concebido en Suiza en el verano<br />

pasado, en los dias en que vivi en el picacho abrupto donde no Ilegaba<br />

ni el ruido de la canallerta humana. Tranquilos los sentidos por los<br />

excesos de los meses pasados, he vuelto a vivir la vida verdadera y a<br />

sentir que me renacen las a1as que me habian cortado las tres Dalilas,<br />

la lectora de Nietzche, la sensual romana y mi sentimental y perezosa<br />

amiga, que no ha leido, a Dios gracias, ningûn libro que le haya<br />

quitado del alma el perfume de sencillez que la hace adorable.<br />

235<br />

18 de septiembre.


iEs una almita eerrada, inconsciente y fresca, que guarda todo su<br />

olor a montana y a nido y a rosas coma las parasitas del Guaimis,<br />

camo las orquideas rosadas que le di la tarde en que la besé por primera<br />

vez!<br />

Camilo Monteverde, mi primo hermano, que esta en Paris ahora, y yo,<br />

no hablamos nunea de arte, En literatura se qued6 en el naturalismo<br />

de Zola, que es para él la formula suprema. Sabe que la considere de<br />

cuarto orden coma escultor, a pesar de la fama de que disfruta en mi<br />

tierra, y no entiende mis versos, segùn confesi6n propia. "Eso es rnùsica<br />

del porvenir, puro Wagner ... - me dice cuando lee algo mio-. Para<br />

mi el primer poeta contemporéneo de Espafia es Campoamor ... ese<br />

es c1aro y ]0 entiendo ... "<br />

No hablamos de arte nunca. Hablamos de nosotros misrnos 0, mejor<br />

clicha. me habla él de él y de ml. dada la especie de pudor que me<br />

me impide dejarle ver ciertos modes de sentir mîos, de que se reiria.<br />

En cambio, exagera él un poco su cinismo: cuando me hace confideneias,<br />

toma la pose canaille, que dina un pinter, y me exhibe un personaje<br />

muy diferente del que conoce el pûblico y muy parecido al que describe<br />

Luis Montes, que )0 desprecia y 10 odia con todas sus fuerzas y no le<br />

reconoce ni aûn sus mas positivos méritos.<br />

-(Tu siernpre cazando el pâjaro azul?- me decia anticr en el<br />

cuarto de fumar-. Voy mil délares de apuesta a que estas enamorado<br />

platônlcamentc y a que todo 10 que he vista en tu casa 10 has comprado<br />

y 10 has pagado.<br />

-No conozco otro modo de hacerse uno a 10 que desea- le dije-.<br />

(Tù has cncontrado otro?<br />

- Ya la cree: se 10 haec uno regalar 0 se 10 lleva. Aqu] en Paris<br />

debe ser dificil el procedimiento mio; pero en mi ticrra me ha surtido<br />

resultado ·completo. Todos los tapices, los rnuebles antiguos. las armas<br />

y los cuadros que tengo han salido de los conventos y de las iglesias.<br />

~C6mo?- me diras tû+. Pues haciendo tales bajezas para tenerlos;<br />

diciendo tales cosas respecta de ellos, que el duefio 0 la ducûa, viejo<br />

que le conocié a uno de muchacho, 0 muchacho que )0 admira y quière<br />

tenerlo contente, a las pocas vueltas manda la pintera, el broncecito,<br />

cl objero histôrico, diciéndose : "Esto aqui no luce mayor cosa y en<br />

cambio Monteverde contarâ que es regalo mio ... ".


posible, sin moverse casi y a punta de imbecilidad de los otros y de<br />

las otras, de adulaciones de uno a los que no Jas csperan y de insolencia<br />

con los que las esperan. Asi, comienza a lloverle a une todo deI cielo,<br />

amigos, fama, dinero y mujeres. [Mujeresl siguié en su monélogo, apurando<br />

a tragos largos una capa grande de whisky que se habla servido-;<br />

[mujeresl todas incoherentes: Jorge Sand y Cora Pearl, Sarah Bernharth<br />

y [uana de Arco; [todas deliciosas, todas asquerosas, y todas<br />

mujeres! ,Tu conoces la taberna de Rousselet en Montmartre? iQué<br />

vas tu a ir allai ... [Tû, el soûador de aristocrâticos idealismos! .<br />

-, y por qué me preguntas si la conozco?- le pregunté sonriéndome ...<br />

- Porque antes de anoche me encontré ahi una maravilla, una de<br />

las muchachas que venden la cerveza. Es deliciosamente estûpida y estûpidamente<br />

deliciosa. Tu no entiendes de eso. Tu vas soüando siempre<br />

en alguna Dulcinea, como el caballero de la triste figura; yo soy mas<br />

pràctico. .. Los dos somos del mismo ârbol, los Andrade aquellos,<br />

(oyes? ... con dos injertos diferentes, tu de Don Quijote ... yo de<br />

Sancho; tu andas peleando con los molinos, soltando a los prisioncros,<br />

vistiéndote con el yelrno de Mambrino y buscando a Merlin, cl encantador<br />

... Dime que no vives Ieyendo Iibros de caballerias ...<br />

Asi Hama a todos los que sean de ciencia un poco abstrusa, de novela<br />

pslcolégica, de poesia de alto aliento, de crltica sutil y persona].<br />

- Yo me voy ahora para Normandia a comprar una vacas; después<br />

lré a Inglaterra a buscar unos toros Durham. {Tû crees en mi pasién<br />

por el arte? ... La escultura me importa un comino. Vente conmigo a<br />

Inglaterra.<br />

-No puedo- le dije-; tengo mucho que hacer,<br />

-,Tu tienes mucho que hacer, viviendo en Paris, y a los veintisicte<br />

aüos, y con tus millones? ... Pero entonces ya no tienes remedio ...<br />

Monteverde es un hombre prâctico. indudablemente.<br />

En el aislamiento en que he vîvido estas semanas, todos los rccucrdos<br />

de 10 reciente se han borrado a mi alrededor, y la imagen de Helena<br />

ha ido resucitando hasta hacerse mas vivida que nunca. Ayer, al abrir<br />

la puerta dei cuarto donde estân los retratos, la puerta cuya Have sélo<br />

tengo yo y que no habla vuelto a usar desde el encuentro con Nelly.<br />

un olor extraüo y nauseabundo me impidié entrar. Estaba oscura la<br />

tarde, y el tono sombrlé dei cuero de C6rdoba que cubre las paredes,<br />

acreecentaba la oscuridad de la estancia. S610 distinguî en ella la blancura<br />

de la tûnica y dei mante, destacàndose sobre el fondo sombrio.<br />

Volvi a pasos lentos y precedido de Francisco, que entré con las<br />

bujias de un candelabre encendidas para alumbrarme el camino. El<br />

237<br />

15 de octubre.


nauseabundo olor era el de las ûltimas flores pedidas a Cannes, que al<br />

descomponerse, habian podrido el agua de los vasos. OHa aquello a<br />

sepulcro, y los montones de hojas y de pétales secos, de ramillos negros,<br />

de calices duros los unos y acartonados camo mornias, podridos los<br />

otros por la humedad yacian en los floreros de Murano y en las jardineras<br />

sobre el màrmol cubierto de pelvo de la mesa; Jas rosas desprendidas<br />

dei talla y negras casi, sugerian la idea de un cementerio de<br />

flores.<br />

El crlado abri6 el balc6n para renovar el aire pesado. Por él entraron<br />

la difusa Iuz del crepûsculo violâceo y cobrizo y la llovizna fria, que<br />

sacudi6 las cortinas, melancélicamente. Un raya de sol brilla en el<br />

marc a dei retrato de la santa de las guedejas blancas y tirité al sentir<br />

el soplo helado del aire dei otoûo.<br />

Sobre los veladores de malaquita el polva opocaba el verde de la<br />

piedra y unas mascas muertas extendian las inertes alitas y las rigidas<br />

paras, El polvo y las moscas habian manchado el marroqui blanco y los<br />

dorades de los libros que compré en Londres en el invierno pasado;<br />

y a la doble luz de las bujias dei candelabre y de} crepûsculo, que filtraba<br />

por el balc6n su tristeza fria, me parecieron desteûldos y ajados<br />

los colores de las alfombras de oriente que cubren el piso.<br />

Mi alma en ese momento estaba mas sombria que el cuarto abandonado<br />

y mas marchita que las flores. Los pobres libros manchados han ido<br />

a dar a mi bibltoteca, y el pesado cofre de hicrro de Jas joyas a mi<br />

escritorio. la copia dei cuadro de Rivington y el retrato pintade por<br />

Whistler estân en mi alcoba, Duermo bajo las mlradas de la santa de<br />

las guedejas de plata y de la figura que lleva en las manos el rnanojo<br />

de lirios bJancos, y pienso a veces que si sobre la oscura tapiceria que<br />

cubre las paredes hubieran estado siempre los dos Iienzos, ni Nelly,<br />

ni la de Rivas, ni la Musellaro, ni Olga, habrian entrado ni a mi vida,<br />

ni a mi alcoba.<br />

Han sido diez dias de actividad loca, sin resuitado alguno. Desde hace<br />

cinco hay un empleado mio en cada una de Jas capitales de Europa,<br />

sin mas oficio que recorrer los hoteles y telegrafiarrne. Par conducto de<br />

Mannoni y ,50 pretexte de un negocio de grande Importancia he logrado<br />

que la agencia Charnoz les trasmita a sus corresponsales del mundo<br />

entero el nombre de Scilly, para que averigüen por él, y yo me paso<br />

las haras en mi escritorio esperando, minute par minuto, la Ilegada de<br />

los partes telegràflcos 0 de los telegramas. Empresa inûtil; [empresa<br />

inutil y sin embargo, tengo la seguridad de encontrarla y de que algûn<br />

dia, al contarle mi impaciencia de estas haras, sus pupilas azules tengan<br />

un brillo mas dulce al mirarme y se sonrian sus labios apenas rosados,<br />

238<br />

2S de octubre.


animando con esa sonrisa la sobrenatural palidez exangüe de las mejillas<br />

cnmarcadas por la rizosa e ind6mita cabellera castaâa, que tiene visos<br />

de oro donde la luz la tocal<br />

iHelenal [Helena! Hoy no es el grotesco temor al desequilibrio, coma<br />

10 era al escribir los ridiculos anâllsis de Londres, 10 que me hace invocarte<br />

para pedirte que me salves. Es un amor sobrenatural que sube<br />

haeia ti como una Ilama donde se han fundido todas las impurezas de<br />

mi vida. Todas las fuerzas de mi espiritu, todas las potencias de mi<br />

alma se vuelven hacia ti como la aguja magnética hacia el invisible iman<br />

que la rige ... ,En d6nde estas? .. , Surge, aparécete. Eres la ûltima<br />

creencia y la ûltima esperanza. Si te encuentro sera mi vida algo como<br />

una ascension gloriosa hacla la luz infinita; si mi afân es inûtil y<br />

vanos mis esfuerzos, cuando suene la hora suprema en que se cierran<br />

los ojos para siernpre, mi ser, misterioso compuesto de fuego y de<br />

lodo, de éxtasis y de rugidos, ira a deshacerse en las oscuridades insondables<br />

de la tumba.<br />

Estuve diez dias sin saber de mi. Lo primera que vi al abrir los ojos,<br />

a la sombra de las cortinas de terciopelo de la cama y en la media<br />

luz artificial de la alcoba, fue la gran cabeza de Charvet inclinada<br />

sobre la mia. Me hundia en los entreabiertos ojos la mirada aguda y<br />

penetrante de los suyos, y los tenia tan cerca a los mios que le vela<br />

una a una las pesta fias grisosas.<br />

-,Me conoce usted, Femândez?<br />

-SI, maestro- articulé con dificultad y con voz apagada,<br />

-1 Esta salvadol- oi que decia, y al volver a cerrar los ojos para<br />

hundirme en el pcsado letargo, alcancé a ver dos csbezas de mujer<br />

que cuchicheaban en la sombra.<br />

Después, nada, ni pensamiento alguno, ni imagen alguna que cruzara<br />

la inconsciencia en que estaba sumido. De cuando en cuando unas<br />

manos que me levantaban la cabeza. la luz dt' una bujîa, el brillo de<br />

una cuchara de plata y el sabor de una droga que me quemaba la<br />

garganta: a veces un dolor que me cruzaba la cabeza de sien a sien, y<br />

y por instantes la sensaci6n de caer, como una piedra, entre 10 negro<br />

de una noche sin astros.<br />

Cuando comenzô a dolerme todo el cuerpo, como magullado y herido,<br />

y las sensaciones externas fueron acentuândose, me quejaba como un<br />

nlfio y me debatia como un energûmeno para no tornar las cucharadas.<br />

-Eso es ya la mejoria: va volviendo- decia la voz acariciadora de<br />

Charvct-; ya hay voluntad. jSi es una naturaleza de hierrol<br />

-Amigo nUo- me dijo el primer dia en que después de larguisimo<br />

sueûo y de sentinne vivo al despertar, hiee un esfuerzo para movenne-,<br />

239<br />

16 de Enero.


tiene usted enfermedades rapaces de desconcertar al que mas seguro esté<br />

de su cicncia. Ha estado usted entre la vida y la muerte, hubo un instante<br />

en que el corazôn cstuvo tan débil, que con el aida puesto sobre<br />

él espéré las. ùltimas palpltaciones, y en que la temperatura bajé grado<br />

y media de la normal. Ahora su corazôn funciona bien y la temperatura<br />

acusa ligera Fiebrc. Ha sido el mismo accidente de hace un aüo, pero<br />

mucha mas grave. Esta usted hoy, coma entonees, camo si hubiera<br />

tenido una hemorragia copiosa. [Tenemos que hacer sangrc, amigo<br />

, 1<br />

mlO ..••<br />

y he hecho sangre, como dice él, en la convalecencia, que Je ha<br />

parccido râpida y que me ha parecido intermidable, porque no vela la<br />

hora dc ponerme en movirniento; mi juventud y el vigor de mi organizacién,<br />

ayudados por sus sabias indicaciones, triunfaron de la horrible<br />

debllidad cn que me dejé el vértigo.<br />

Ahora acabo de pasearme por el hotel, que esta vacio, cornpletamente<br />

vacio, con Jas paredes y los pises desnudos. Mis pasos repcrcuten en los<br />

saloncs desiertos y coma agrandados par la falta de muebles. Trene todo<br />

él, alumbrado por el frio sol de invierno, la tristeza de los sitios donde<br />

vivimos, dejando algo de nosotros misrnos, y que no volvercmos a ver<br />

nunca, Mariana vendra a habitat entre sus cuatro paredes otro, quizà<br />

menas desgraciado que el que la abandona.<br />

Muebles y objetos de arte, caballos y coches, todo el Fastuoso tren<br />

que fue como la decoracién en que me rnovi en estas aûos de vida en<br />

cl viejo continente> me esperan ya en el vapor que al ramper cl dia<br />

comenzarâ a cruzar las olas verdosas dei enorme Atlântico para ir a<br />

fondear en la rada donde se alza, con el eléctrico fanal en la mano,<br />

la cstatua de la Libertad, modelada por Bartholdi.<br />

Voy Il pedirle a vulgares ocupaciones mercantiles y al ernpleo incesante<br />

de mi actividad rnatcrinl 10 que no me darlan ni cl arnor ni el<br />

cnte, cl sccreto para soportar 10 vida, que me seria imposible en el<br />

lugar donde, bajo la ricrra, ha quedado una parte de mi alma. El<br />

coche que me llevarâ a la estacién para tomar cl tren que me aleje de<br />

Paris para siempre, ira primero al lugar donde he pasado las maûanas<br />

de los ùltimos dias.<br />

Al llegar a él el 28 de octubre, con una tarde destemplada y hûmeda,<br />

Mannoni se alejé, suplicéndome que 10 esperara por unos momentos.<br />

Scguramcntc queria cstar solo para conmemorar el aniversario. Carniné<br />

unos pasos, y al sentir 10 mojado dei piso, fui a deternerme bajo las<br />

ramas de un àrbol y cerca de una columna que tenia la inscrlpiciôn<br />

media borrada por los alios y ln lluvia. Record Con las miradas el horizonte<br />

cobrizo, sobre el cual cortaban sus negruras finas, como los<br />

calades de un encajc, las cimas de los àrboles de la entrada, sacudidos<br />

por cl viento. Alla, lejos, entre las sombras que empczaban a envolver<br />

cl paisaje, dorada por lin rayo deI sol, bnllaba la cûpula de los Invalidas.<br />

240


Por sobre la ciudad, confusamentc delineada, sobresalian las masas negras<br />

de las torres de Nuestra Seüora, y cl cielo rojizo se reflejaba en la<br />

corriente deI rio.<br />

Al bajar los ojos hacia el suelo alfombrado por las hojas marchitas,<br />

cuyo olor melancôlico estaba respirando en la tristeza del paisajc, tropezaron<br />

mis miradas con una rama que pcndia, rota, del rosal vecino<br />

y cuvas tres hojas sc agrupaban en la misma disposiciôn que tienen<br />

las dei camafeo de Helena. Una mariposilla blanca se detuvo sobre<br />

cllas un instante, y levantando cl vuelo vina a tocarme la frente.<br />

Sobrecogiérne al vcrIa el supcrticioso terrer que me invadlé al ver<br />

la otra alzarse de entre el ramo de rosas blancas, en la alcoba de Constanza<br />

Landseer, me crispé cl rccuerdo de la pesadilla de Londres, en<br />

que rodando hacia el fondo de un abismo negro, vela arriba, arriba,<br />

las tres hojas de una rama y el revoleteo de la mariposa blanca sobre<br />

la claridad azul dei cielo; y al recorder el horrible sucrio, una ansicdad<br />

sin nombre, una impresiôn de micdo irrazonado e Irresistible, me afloj6<br />

las piernas y me quité las fucrzas, Comprendi que iba a caerme en ese<br />

instante, ahi, sobre cl barro, y a morirrnc del mismo mal que me hizo<br />

caer en cl boulevard la ùltima noche del aüo antepasado, al detcnerse<br />

cl volante y cruzarsc los punteros de oro sobre la muestra de alabastro.<br />

Las doce campanadas cnsordcccdoras que oi aquella noche comenzaron<br />

a sonarme en los oidos. Dando media vuelta para buscar un punto<br />

de apoyo en el monumento que tenia a la espalda, y ccrrando los ojos,<br />

alcancé a cogcrrnc de la verja baja de hierro y de la pilastra que formaba<br />

la esquina, Cai de rodillas apoyândome con al mana derecha en<br />

el suelo y agarrândomc con la izquierda de la baranda de metal frio.<br />

El dcsvanecimiento ibn pasando y la impresién de tenor disminuîa.<br />

Abri al fin los ojos. Vi blanco: hlce un esfuerzo horrible para levantarrne,<br />

y de pie ya, agarrado de la haranda, los volvi a cerrar instantâneamente,<br />

porque senti que mc volvia cl vértigo, Oc repente di un grito<br />

dc terrer. Habla scntido unas manos que se apoyaban en mis hombres.<br />

Volvl la cabeza. Era Marinoni que habla vuclto y me habla cogido<br />

por detràs.<br />

-(. Qllé tiencs? - pregunté asustado,<br />

-El vértigo... - alcancé a contestarle.<br />

-Quédatc quieto: deja que te pase; yo te tengo para que no te<br />

cnigas- dijo y me sostuvo con todo su cucrpo ... - Suelta la verja;<br />

cso cs, apéyate en mi. . . Quédate quieto ...<br />

- Ya pasé=- le dije al sentir que disminuia gradualmentc la angustia,<br />

y lcvanté la cabeza. AI haccrlo, Ici la inscripcién negra sobre el<br />

mârmol blanco, que encierra la verja, di otro grito, que sono en todo<br />

el cementerio, y cal desplomado.<br />

241


De ahi hasta el despertar en la alcoba, con la cabeza apoyada en los<br />

almohadones y los ojos de Charvet fijos en los mios, no tengo recuerdo<br />

ninguno,<br />

Hace doce dias hice mi primera sali da para ir al ccmenterio, a<br />

donde he vuelto después, todas las maûanas, a cubrir de flores la Iosa<br />

que reza su nombre y dice la fecha y la hora de su rnuerte. Es la<br />

ùltima hora del aûo, en que agonicé de angustia frente al reloj de<br />

mârrnol negro viendo juntarse los punteros de oro para marcar el minuto<br />

supremo sobre la muestra de alabastro, tras de la cual crei sentir que<br />

iba a aparecérseme 10 Desconocido. La hora dei tren se acerca. Oigo<br />

cl ruido dei coche que se detiene frente a la puerta dei hotel.<br />

Viene a buscarrne para ir a llevarle las Ultimas flores que pondré<br />

sobre su tumba.<br />

,Su tumba? ,Muerta tu? ... ,Convertida tu en carne que se pudrc<br />

y que devorarân los gusanos? .. ,Convertida tu en un esquelctito<br />

negro que se deshace? No, tu no has muerto; tu estas viva y viviràs<br />

siempre, Helena, para realizar cl mlsuco dehrio de las abuelas agonizantes,<br />

arrojando en el alma de los poetas ateos, entenebrecida por las<br />

orgies de la carne, el palide rama de rosas y para hacer la seâal<br />

qUI:!salva, con los dedos largos de tus manos alabastrinas.<br />

,Mucrta tu? . .. Ilamasl Tu vas par el mundo con la suave gracia<br />

de tus contornos de virgen, de tu pâlida faz, cuya mortal palidez exangüe<br />

alumbran las pupilas azules y enrnarca la ind6mita cabellera que te<br />

cae en oscuros rizos sobre los hombros.<br />

{Muerta tu, Helena? .. No, tu 110 puedes morir, Tai vez no hayas<br />

existido nunca y seas s610 un sueüo luminoso de mi espiritu; pero eres<br />

un sueüo mas real que eso que los hombres llarnan la Realidad. Lo<br />

que ellos Ilaman asi, es solo una mascara oscura tras de la eual se<br />

asornan y miran los ojos de sombra dei misterio, y tu. eres el Misterio<br />

mismo,<br />

José Femândez, al suspender la lectura, cerr6 el libre, empastado en<br />

rnarroqui negro, y ajustândole la cerradura de oro con la mana nerviosa,<br />

la colocé sobre la mesa.<br />

Los cuatro amigos guardaron silencio, un silencio absoluto en que<br />

se oia el if y venir de la péndola dei antlguo reloj dei vestibule, el<br />

murmullo de la lluvia que sacudia las ramazones de los ârboles dei<br />

parque, el quejido triste del viento y el revoleteo de las hojas secas<br />

contra los cristales deI balcon.<br />

Adormecîase en él la semioseuridad carmes' dei aposento. El humo<br />

tenue de los ciganillos de Oriente ondeaba en sutiles espirales en el<br />

242


circule de luz de la lâmpara atenuada por la pantalla de encajes antiguos.<br />

Blanqueaban las fragiles tazas de china sobre el terciopeJo color<br />

de sangre de la carpeta, y en el fondo del frasco de cristal tallado, entre<br />

la transparencia dei aguardiente de Dantzing, los atomes de oro se<br />

agitaban luminosos, bailando una ronda, Fantâstica como un cuento<br />

de hadas.<br />

243


PROSAS BREVES<br />

LA PROTESTA DE LA MUSA<br />

EN EL CUARTO sencillo y triste, cerca de la mesa cubierta de hojas<br />

escritas, la sien apoyada en la mano, la mirada fija en las paginas frescas,<br />

el poeta satirico leia su libro, el libro en que habla trabajado por meses<br />

enteros.<br />

La oscuridad del aposento se lluminé de una luz diâfana de madrugada<br />

de Maya; flotaron en el aire alores de primavera, y la Musa,<br />

sonriente, blanca y grâcil, surgié y se apoyé en la mesa tosca, y pasco<br />

los ojos claros, en que se reflejaba la inmensidad de los cielos, por<br />

sobre las hojas recién impresas del libro abierto,<br />

-(Qué has escrito? ... - le dijo.<br />

El poeta callé silencioso, traté de cvitar aquella mirada, que ya 110<br />

se fijaba en las hojas del Iibro, sino en Sus ojos fatigados y turbios ...<br />

- Yo he hecho -contest6, v la voz le temblaba coma Ia de un niûo<br />

asustado y sorprendido-, he \eeho un Iibro de sâtiras. un libro de<br />

burlas , .. en que he mostrado las vilezas y los errores, las misertas y<br />

Jas debilidades, las faltas V los vicias de los hombres, Tu no estabas<br />

aqui . .' No he sentido tu voz al escribirlos. y me han inspirado et<br />

gente dei odio y el genie dei ndiculo. y arnbos me han dado flechas,<br />

que me he divertido en clavar en las aimas y en los cuerpos, y es clivertido<br />

, . , Musa, tu eres seria y no comprendes estas dtversiones: tu nunca<br />

te ries; mira, las flechas al clavarse herian. v los heridos hacian muecas<br />

risibles y contracciones dolorosasthe desnudâdo las almas y las he exhibido<br />

en su fealdad, he mostrado los ridicules ccultos, he ablerto las<br />

heridas cerradas: esas monedas que "es sobre la mesa, esos escudos brillantes<br />

son el fruto de mi trabajo, y me he reido al hacer reir a los<br />

hombres. al ver que los hombres se rien los unos de los otros. Musa,<br />

rie conmigo. '. La vida es alegre. . ,<br />

245


y el poeta satlrico se reia al decir esas hases, a tiempo que una<br />

tristeza grave contraia los labios rosados y velaba los ojos profundos de<br />

la Musa ...<br />

-iOh profanaci6nl -munnurô ésta, paseando una miradada de<br />

làstima por ellibro impreso y viendo el oro-; [oh profonaciénl, ,y para<br />

clavar esas flechas has ernpleado las formas sagradas, los versos que cantan<br />

y que rien, los aleteos agiles de la rimas, las mûsicas fascinadoras<br />

deI ritmo? .. La vida es grave, el verso es noble. el arte es sagrado.<br />

Yo conozco tu obra. En vez de las pedrerias brillantes, de los zafiros<br />

y de los 6palos, de los esmaltes policromos y de los camafeos delicados,<br />

de las filigranas aureas, en vez de los encajes que parecen tejidos par las<br />

hadas, y de los collares de perlas pâlidas que Bevan los cafres de los<br />

poetas, has removido cieno y fango donde hay reptiles, reptiles de los<br />

que yo odio. Yo soy arniga de los pâjaros, de los seres alados que cruzan<br />

el cielo entre la lux, y los inspiro cuando en las noches claras de julio<br />

dan serenatas a las estrellas desde las enramadas sombrias; pero odio<br />

a las serpientes y a los reptiles que nacen en los pantanos. Yo inspira<br />

los idilios verdes, como los campo florecidos, y las elegias negras, coma<br />

los parias fûnebres, donde caen las Iâgnmas de los cirios ... , pero no<br />

te he inspirado. ,Por qué te ries? ~Por qué has convertido tus Insultes<br />

en obra de arte? Tu podrias haber cantado la vida, el misterio profundo<br />

de la vida; la inquietud de los hombres cuando piensan en la muerte;<br />

Jas conqulstas de hoy; la lucha de los buenos; los elementos domesticados<br />

por el hombre; el hierro, blando bajo su mana; el raya. convertido en su<br />

esclave: Jas Iocomotoras, vivas y audaces, que rtegan en el aire penachos<br />

de huma; el telégrafo, que suprirne las distancias; el hilo par donde<br />

pasan Jas vibraciones misteriosas de la idea.


de Pasquino. Quede ahi tu obra de insultas y desprecios, que no fue<br />

dictada par mi. Sigue profanando los versos sagrados y conviértelos en<br />

flechas que hieran, en reptiles que envenenen, en Inris que escarnezcan,<br />

remueve el Fango de la envidia, recoge cieno y arr6jalo a 10 alto, a riesgo<br />

de rnancharte, tu que podrias llevar una aureola si cantaras 10 sublime,<br />

activa las invidias dormidas. Yo voy a buscar a los poetas, a los enamorados<br />

dei arte y de la vida, de las Venus de mârmol que sonrien en el<br />

fondo de los bosques oscuros, y de las Venus de carne que sonrien en<br />

las alcobas perfumadas; de los cantos y de las mûsicas de la naturaleza,<br />

de los besos suaves y de las luchas âsperas; de las sederias multicolores<br />

y de Jas espadas severas: [amâs me sentiras cerca para dictarte una<br />

estrofa. Quédate ahi con tu Genio dei odio y con tu Genio del ridicule.<br />

y la Musa grâcil y blanca, la Musa de labios rosados, en cuyos ojos<br />

se reflejaha la inmensidad de los cielos, desapareci6 dei aposento, Ilevândose<br />

con ella la luz diâfana de alborada de Mayo y los olores de<br />

primavera, y el poeta qued6 solo, cerca de la mesa cubierta de hojas<br />

escritas, paseé una rnirada de desencanto par el monton de oro y par las<br />

paginas de su Iibro satinee, y con la frente apoyada en las manos sollozé<br />

desesperadamente.<br />

TRANSPOSICIONES<br />

Carta abierta<br />

SENORA:<br />

Hace dos afios, en una larga temporada que pas6 usted en el campo,<br />

Ilevando una vida apacible y tranquila, consagrada a la pintura, me<br />

hîzo usted el honor de invitarme a almozar una vez en su casa. Las<br />

horas que pasé alli me parecieron breves, como nos parece brève todo 10<br />

que es muy grato. Antes de que nos sentâramos a la mesa nos mostré<br />

usted su ultimo estudio de pîntura en pleno aire, acabado en la semana<br />

anterior; era aquella figura la de una muchacha campesina, perdida en<br />

un trigal y que lleva en las manos unos manojos de yerba y unas flores;<br />

un cuadro lleno de luz y de aire de campo. Después del almuerzo, a<br />

nempo deI champafia que hervia en las copas, y del café negro aromàtico<br />

como una esencia, nos propuso ustcd que diéramos una vuelta por las<br />

cercanias y todos aceptamos alborozados su idea.<br />

Adelante ibamos usted y yo, y nuestra convcrsaci6n fue una Iarga<br />

confidencia mutua de nuestra adoracién a la Belleza. Me hablaba usted<br />

de los incomparables goces que el arte le ha proporcionado en su vida;<br />

de la serenidad que esparci6 en su alma la contemplaciôn de los marmoles<br />

antiguos; de la Fascinactén que ejercen sobre usted la ingenuidad<br />

inefable de las Virgenes de los Prirnitivos, la sonrisa misteriosa de Jas<br />

247


figura de Vinci, la claridad que dora las tinieblas rojizas de Rembrandt,<br />

la diàfana luz extraterrestre en que bafia Murillo sus aspiraciones; me<br />

contaba usted que la mûsica de algunos maestros, la hace a usted olvidarsc<br />

de si misma y sentir la tristeza, la alegria, los matices de sentimiento<br />

que interpretan las sinfonias inmortales, Con frases ardientes, y sin dorninar<br />

mi entusiasrno de fânatico, le decia a usted que en las obras<br />

de los grandes sacerdotes de la palabra, ésta acumula todos los medios<br />

de que disponen las otras partes para recrear la vida, agregândole el<br />

alma de artista; le contaba cômo me desvancce cl olor de los cadàveres,<br />

de aquella ciudad que agoniza en el ûltimo canto dei poema de Lucrecio;<br />

le contaba que de entre la muchcdumbre que gesticula y ama y odia y<br />

mata y muere en los dramas de Shakespeare, salen a veces a hablar conmigo,<br />

el pâlido principe que conversa con los scpultureros y el [udio<br />

âvido que reclama su libra de carne; le decia a usted que los poetas son<br />

compasivos con los que los aman, que Musset les da a beber a sus<br />

Intimes el charnpafia ardiente de su sensualisme gozador; que Vigny,<br />

un brebaje negro que procura la resignacién: Shelley, un haschich sutil<br />

que 10 hace sentlrse a uno herrnano de las plantas que florecen en el<br />

jardin encantado: Longfellow, el agua de las fuentes campesinas en que<br />

se mojan los helechos y se refleja el cielo, y Baudelaire y Poe, un opio<br />

enervante que puebla el cerebro de sombras alucinadoras, entre cuya oscuridad<br />

brillan los ojos de T.ady Ligeia y vibran unas carnpanas Fantâsticas,<br />

y aletea el cuervo y sucnan quejidos de inexplicable angustia.<br />

En los silcncios de nuestros diâlogos oiamos atrâs las voccs de nuestros<br />

cornpafieros que discutian el alza de las acetones de lm ferrocarrll<br />

en construccién; que ponderaban la honradez y la habtlidad de un ministro<br />

rccién posesionado. de quien sc prometlan maravi1las; que pronosticsban<br />

la cosccha venidcra corne muv abundante v calculaban en coro cl<br />

alza segura del papel moncda. Nosotros, perdldos en nuestra conversaciôn.<br />

elles, discutiendo sus graves cuestiones econôrnicas, y sin que<br />

ninguno sinticra la distancia al carninar paso entre paso por la vereda<br />

sombreada de salvios oscuros y de langui dos sauces, fuimos a dar al<br />

pueblceito vecino.<br />

Para mi se fundieron en una sola, penetrante, fina y surilrnente<br />

voluptuosa, las impresiones dei pasco, la temperatura tibia dei aire v<br />

la claridad de la hora, la expresiôn aristocrâtica de la flsonornia de usted<br />

v los dctalles cxquisitos dé su vestido; la quietud adorrneclda del paisajc<br />

y cl olor de White Rose gue cmanaba del paüuelo de batista que tenia<br />

ustcd en la mano enguantada de piel de Suecia: la luz sonrnsada en que<br />

la cnvolvia a usted, al tamizar los ravos verticales del sol. su sombrilla<br />

cie crcsprin roio: la snnrisa dcscncantâda que asomaba a sus labies y la<br />

mùsica de S\1 \'07. a1 contarmc las dlficultades con que habla luchado al<br />

pintar su ïiltimo cuadro,<br />

248


Hoy, en unas horas perdidas, mientras que la llovizna mon6tona extiende<br />

sus cortinas grises par el horizonte y enloda las calles y 10 entenebrece<br />

todo, camo un pianista desconfiado que antes de preludiar una<br />

sinfonia toca interminables escales para aduefiarse de los secretas de la<br />

prâctica y dominar el teclado sonoro, me he entretenido en hacer ejercicios<br />

de estilo, para lograr que las palabras digan der tas imprcsiones<br />

visuales. Es asi como he escrito estas Transposiciones. Mientras las escribia<br />

recordaba las horas que pasé aquel dia en casa de usted y sc me<br />

impuso la idea de suplicarle que aceptara estas paginas en recuerdo de<br />

eIlas y de nuestra plâtica de Arte.<br />

Nuestros compafieros que eonversaban esa mariana deI ferrocarril en<br />

construcciôn, de la habilidad dei ministre, de la cosecha mtrifica y de la<br />

baja del cambio, han tenido después decepcioncs crucles y han rencgado<br />

de sus entusiasmos de entonces: el ferrocarril esta inconcluso y las acciones<br />

no tien en cotizacién; el ministre resulto un imbécil, las sementeras<br />

se perdieron y el papel moneda bajé veinte por ciento,<br />

Usted y yo no hernos tenido desengaüos acerca de los entusiasmos<br />

que rnotivaron nuestro diàlogo de ese dia; sigue usted con mas amor<br />

que nunca, fijando en sus cuadros la poesia ctcrna del color, de la luz<br />

y de la sombra; sigo yo leyendo mis poetas y tratando de dominer las<br />

frases indociles para hacer que sugieran los aspectes precises de la Rea­<br />

Iidad y las formas vagas dei Sueûo; cuando se sienta usted a su piano<br />

Weber y pasa los dedos agiles y finos sobre el tec1ado de marfil, las sonatas<br />

de Beethoven la hacen entristeccrse mas suavementc que entonces:<br />

cuando abro yo mi cjcmplar de los poemas de Bourget, tirado en papel<br />

de la China y cmpastado por Thibaron en pasta llana de marroqui rojo<br />

de Levante, con filetes de oro, siento una emocién rués profunda al<br />

releer la Meditaci6n sobre una calavera, 0 las estrofas penetrantes y musicales<br />

de la Noche de estlo; cuando los ojos de usred, fatigadns por<br />

la policromia de la paleta, se deticnen en la Ninfa de Clodion. aprecinn<br />

mejor el rnoldeado blando del sono v Jas curvas arrnonlosas de las picrnas<br />

graciles; cuando vuelve ustcd a rnirar la copia del Angelus hocha por<br />

sus manos. siente mas a fondo la poesia sencilla y grandiose del licnzo<br />

magistral, y se deja invadir lentamente por la mclancolia que flota en<br />

la clnridad moribunda de aquel cielo de crepûsculo y que cac con la<br />

sombra sobre la tierra ennegrecida y sobre las figuras de los [abriegos.<br />

Es que usted y yo, mas felices que los otros gue pusieron sus esperanzas<br />

en el ferrocarril inconcluso, en el ministro incapaz, en la sementera<br />

malograda 0 en el papel moncda que picrde de su valor, en todo esn que<br />

interesa a los espiritus pràcticos, tencmos la llavc de oro con que se abre<br />

la puerta de un mundo que muches no sospechan y que dcsprecian otros:<br />

de un mundo donde no hay desilusioncs ni existe el ticmpo; cs que ustcd<br />

y yo preferimos al atravesar cl desierto. los mirajes dei cielo a las movedizas<br />

arenas, donde no sc puede construir nada perdurable; en una pala-<br />

249


a, es que usted y yo tenemos la chifladura deI arte, como dicen los<br />

profanes, y con esa chifladura morirernos.<br />

Seûora, déjelos usted que nos llamen chiflados, que se burlen de<br />

nuestra inocente mania. Ya ve usted cômo al cabo de dos afios nosotros<br />

adoramos con mas fervor la que queriamos entonces, y ellos han perdido<br />

sus ilusiones. Riase usted de ellos, seûora, si su bondad inefabIc se 10<br />

permite, y si no, compadêzcalos. Los dos hernos escogido en la vida la<br />

mejor parte, la parte dei ideal, la parte de Maria, y mientras que Marta<br />

prepara el banquete y lava las ânforas, nosotros, sentados a los pies<br />

dei Maestro, nos embelesamos oyendo las parâbolas.<br />

Es fâcll que algunos instantes de desabrimiento y de acedla le impidan<br />

gozar del éxtasis de las fruicioncs estéticas; que las tentaciones dei mundo<br />

vengan a turbar la paz del espiritu de usted, y que la muselina de Siriganor<br />

de un vestido de baile salido de las manos de Worth, 0 el oriente<br />

rosado de las perlas de un collar que tengan en el estuche de raso negro<br />

la marca de Braugrand Rivir le parezcan a usted mas deseables que el<br />

clara oscuro exacto de un esbozo difîcil 0 que la interpretaciôn sincera<br />

de una mediatlnta fugitiva; yo he tenido dias de esos en que desesperado<br />

de lograr la armenia de un perlodo a la rnûsica de una estrofa, y olvidado<br />

de mis poetas, he pecado gravemente, y he perdido mi fervor, sin fuerzas<br />

para resistir las tentaciones vertiginosas dei oro. Aconsejado en esas horas<br />

de arldez espiritual por mi confesor laico, un viejo pstcélogo que tiene<br />

en su celda, por todo adorno, una copia de la Melancolfa, de Alberto<br />

Durero, y que posee a fondo los secretos sutiles de la direcci6n de las<br />

almas, he aJcanzado grandes consuelos y he restablecido la paz interior<br />

leyendo y meditando mucho aqueIlos versicules suavisimos de la imitacl6n:<br />

Excedunt enim spirituales consolationes, omnes mundi dehcias et<br />

carnis voluptatis.<br />

Nam omnes mundanae aut vanae sunt turpes.<br />

Que al leer ud. estas paginas sienta algo del encanto que tuve al escribirlas,<br />

y al recordar la mariana clara y tibia en que caminamos juntes<br />

por la vereda que lleva a la casa de campo donde pas6 ud. horas tan<br />

apacibles retirada del mundo y distraida de las preocupaciones rnezquinas<br />

dei diario, por el sortilegio misterioso dei Arte.<br />

2S0<br />

(De Imitat, us. II, cap. X).


]<br />

Al Carb6n<br />

La luz fria que entra por la hoja entreabierta de la ventana deI fonde,<br />

al través de euyos barrotes de hierro se ven a contra luz las rarnazones<br />

de un os àrboles que se cortan sobre el cielo claro y descolorido, rayado<br />

por la llovizna, aclara el cuarto desmantelado, blanqueado, con cal y el<br />

piso de ladrillos, desteûidos por el polvo. Al pie de la venta na hay una<br />

cama vieja con unos colchones tirados en desorden; a la izquierda<br />

un arrnario abierto y vacio; a la derecha una tina de zinc, sin pintar,<br />

. un caj6n de madera lleno de coke y sobre el piso, con un mont6n de<br />

botellas de champaria vacias también, una aglomeraci6n de trastos desvencijados<br />

e inutiles; un sill6n de cuero, sin brazos, una sartén, dos<br />

cacerolas y una regadera de lata. El hollin de la cocina cercana y el polvo<br />

de carbon minerai han suavizado la blancura de las paredes, se han acumulado<br />

en las desigualdades del paüete y en los rincones tenebrosos. En<br />

el primer piano un burro viejo lcvanta la cabeza pensativa de entre el<br />

canasto de hollejos y de desperdicios que tiene al frente: la luz que Uega<br />

por detrâs le platea el contorno dei cuerpo, de las piernas delgadas y el<br />

pelo largo de las orejas enormes, el animal se perfila oscuro sobre la<br />

claridad débil de la pared dei frente, y parece el cuarto de trasros viejos,<br />

alumbrado asi por la luz sin color de la maüana lloviznosa de noviembre,<br />

un estudio al carbén, hecho con imperceptibles transiciones de la blanco<br />

a 10 gris, de 10 gris daro a 10 gris oscuro, de 10 gris oscuro a 10 negro<br />

suave, de 10 negro suave a la sombra intensa; un estudio al carbon en<br />

que la penumbra domina en el conjunto; en que la luz brilla en el zinc<br />

de la tina, en la lata de la regadera, en el borde de las cacerolas, en el<br />

tiquete blanco de una botella de champaüa, y en que la sombra se acumula<br />

en el espaldar del sill6n, en el mango de la sartén, en el pliegue<br />

de los colchones, en el intcrior dei armario vaclo, debajo de las botel!as<br />

y en tres puntos de la cabeza del burro, en la nariz entreabierta, en el<br />

fondo de la oreja peluda y en el ojo grande y redonde, sobre el cual<br />

brillan las pestaiias plateadas y flnislmas coma rayas blanc as que un<br />

dibujante, enamorado deI detalle, hubiera trazado con la punta afilada<br />

y dura de un Iâpiz de tiza sobre la negrura mate y grasa de una sombra<br />

reteûida con carbén Conté.<br />

Il<br />

Pastel<br />

Han estado jugando un juego de prendas nuevo, en que nadie acierta<br />

y en que la dueiia de la casa para castigar a las perdldosas, inventa<br />

'251


penitencias absurdas. Las ha hecho corner huevos crudos, marcarse en<br />

la frente con ceniza, arrodillarse para decir versos. grotescos y predicar<br />

sermones por mano ajena. Una de las jugadoras, una muchacha de<br />

quince anos, muy vulgar, vestida de muselina blanca con ramos de flores<br />

azules, dos lazos de cintas rosadas en los hombres y una rosa roja en<br />

el seno, no acerté una adivinanza, y en penitencia le pintaron con la<br />

punta de un corcho quemado, una cruz en la frente, otra en la mejilla<br />

derecha y otra en el hoyuelo de la barba. Después para quitar el carbon.<br />

se froté la cara con una toalla de lino; le quedaron las tres manchitas<br />

negras, y en cambio la fricciôn le enrojeci6 las mejillas con el bermell6n<br />

de la sangre, atraida a flor de piel, Ahora, para colmo de males, le tocé<br />

otra penitencia mas difkil que la anterior . sacar con los dlentes de entre<br />

la harina de trigo puesta en un plato hondo, una sortija de oro. AI<br />

tratar de hacerlo, una mano atrevida le empujé la cabeza contra el plato<br />

y la hizo enharinarse toda. Tiene cublertos de hanna los cabellos de<br />

visos rojos, blanqueada la cara; no puede levantarse porque esta agitada<br />

por el juego, y para refrescarse un poco antes de salir, se pasa el pafiuelo<br />

por las mejillas, y va a sentarse, alla lejos, en un rincon donde hay<br />

poca luz, dàndose aire con un abanico de rasa amarillo. Al envolverlos<br />

la penumbra, aquellos colores violentos que chillaban a la claridad brutal<br />

de la lampara de petréleo: el blanco y 10 rojo del pelo cnharinado, cl<br />

blanco de la harina sobre la cara, el bermcllôn de las mejillas, el negro<br />

de las tres manchas de carbon, cl azul de las ramazonas dei vestido, cl<br />

rojo de la rosa, el rosado de las cintas, el amarillo dei abanico, se desnüen,<br />

se suavizan, sc csfuminan, se aterciopelan, se funden uno en otro,<br />

como sumergidos en un baôo de leche, coma velados por una nicbla,<br />

y es la jugadora retozona de juegos de prendas, vista aSI dt! lejos, en<br />

un rinc6n oscuro, un pastel adorable de la marquesa dei sigle xvnr.<br />

uno de aqnellos pasteles de] gran maestro de los lâpices de color. de la<br />

pintura dclicada como el csmalte de las alas de las mari posas, de] inimitable<br />

La Tour; uno de aquellos pasteles que, a la caida del crcpùsculo.<br />

sonrien suavisimamente en la galeria de Saint-Quentin.<br />

SUSPIROS<br />

SI FU ERA poeta y pudiese fijar el revolctco de las ideas en rimas brillantes<br />

'! agiles como una bandada de maripcsas blancas de prunavcra ('011 "Ifi­<br />

Ieres sutiles de oro; si pudicra cristalizar los sueûos en raras cstrofas.<br />

haria lin maravilloso poerna en que hablara de los suspiros, de esc aire<br />

que vuelvc al aire, llevàndosc consigo algo de las csperanzas. de los<br />

cansancios y de las melancolias de los hombres.<br />

252


y para huir de los suspiros de convenciôn, de las rornanzas sentimentales,<br />

lIenas de luna de pacotilla y de ruiseiiores triviales, habla ria de<br />

los suspiros angustiosos que flotan en el aire espeso e impregnado de olor<br />

de âcldo fénico, en la luz dorada de los cirios, entre cl arorna vago<br />

de las flores mortuorias, cerca de aquellos cuyos ojos, cerrados para<br />

siempre, guardan las hueJlas violâceas de los ùltimos insomnios, y cuyos<br />

labios se ajaron con el frlo de la rnuerte ...<br />

jAh, no! Esc suspiro seria demasiado triste para hablar de él: su recucrdo<br />

haria nublarse los ojos nucvos de las lectoras, los ojos oscuros unas<br />

veces como noches de invierno, azules y claros otras, camo cl agua de<br />

los lagos quietos.<br />

• • •<br />

Para que no se nublaran, hablaria dei suspiro de voluptuosklad y de<br />

cansancio que flota en cl aire tibio de una sala de balle, iluminada COIllO<br />

el dia, reflejada por espejos venecianos: dcl suspiro de una mujcr hermosa<br />

y joven agitada por el valse, euya piel de durazno se sonrosu, y<br />

cuyos dedos de hada estrechan febrilmente el abanico de plumas flexibles<br />

que le bcsan la falda; del suspiro sensual y vago que se pierde entre las<br />

blancuras rosadas en el aire donde palpita el iris de los diamantes,<br />

donde la luz se quiebra en cI aire de los rubies, en cl azul misterioso<br />

de los zafiros, en cl aire que arrastra tentaciones de ternuras y de besos...<br />

• " 1#<br />

jAh, no! Ese suspiro demasiado dulce para hablar de él; su recuerdo<br />

harts arrugarse la frente cansada, y blanquearla Jas canas de los<br />

fil6sofos, por cuyas venas no corre, en oleada ardiente, la sangre de<br />

la juventud. Para que pudieran leerme, hablaria mas bien dei suspiro<br />

de cansancio de un viejo, de un suspiro oido una tarde de otofio, en cl<br />

camino que va del pueblo al cementerio, un camino donde rodaba la<br />

hojarasea empujada por el vicnto; donde un hilo de agua dejaba air su<br />

queja monétona; donde los ârboles, envueltos en niebla, tomaban extrafios<br />

aspectos, y en euyo horizonte entre las nubes frias y hûmedas, se ponia<br />

el sol. [Ohl Aqucl suspiro parecia salir, mas que de un pecho humano,<br />

cansado de la vida, dei paisaje mismo, dei cementerio donde duermen<br />

los huesos bajo la yerba, de la vegetaciôn quemada por cl frio, de las<br />

oseuridadcs vagas dei horizonte; parecia ser una queja de la naturaleza<br />

deseosa de dormir en definttlvo descanso, fatigada de su tarea eterna, de<br />

la sucesiôn infinita de los veranos y de los invicrnos, de la luz y de la<br />

sombra ...<br />

1< 1< 1<<br />

253


jSi fuera poeta y pudiese fijar el revolcteo de las ideas en rimas brillantes<br />

y agUes como una bandada de mariposas blancas de primavera<br />

con clavos sutiles de oro; si pudiera crîstalizar los suefios; si pudiera<br />

encerrar las Ideas, como perfumes, en estrofas cinceladas, haria un maravilloso<br />

poema en que hablara de los suspiros, de esc aire que vuelve al<br />

aire, llevàndose algo de los cansancios, de las esperanzas y de las melancolias<br />

de 105 hombres 1<br />

Aun siendo poeta y haciendo el poerna maravilloso, no podria hablar<br />

de otro suspiro. .. dei suspiro que vicne a todos los pechos humanos<br />

cuando comparan la felicidad obtenida, el sabor conocido, el paisaje visto,<br />

el amor feliz, con las felicidades que soûaron, que no se realizan jarnâs,<br />

que no ofrece nunca la realidad, y que todos nos forjamos en inutiles<br />

ensueüos.<br />

EL PARAGUAS DEL PADRE LEON -<br />

• Este articule fue escrito para servir de prélogo a un àlbum que, con el rnismo<br />

titulo y consagrado al R. P. Fray Leon Caicedo, formaron algunos de los principales<br />

iDtelectuales de Bogotâ, por iniciativa de) malogrado Climaco Soto Borda.<br />

254<br />

(A Climaco Soto Bor"")<br />

MUCHAS veces 10 he visto de cerca y muchas de lejos, y en cada una<br />

de ellas yo he mirado y remirado con el empefio con que un semi-cscritor<br />

enamorado de la teoria dei documente humano, observa a los tipos que<br />

se apartan de la humanidad corriente, de la hurnanldad de pacotilla ...<br />

Me he complacido en estudiar los pormenores de su extrafia figura,<br />

mezcolanza de lineas purisimas y de detalles grotescos, aquel perfil<br />

regular y noble de la cabeza amplia, aquellos largos cabellos blancos,<br />

aquellos ojos verdosos de expresién alocada, aquella nariz aguileüa, aque­<br />

Ilos paraguas inverosimiles que 10 abrigan en los dias lluviosos, aquel<br />

lente forjado como para el ojo de un ciclope, que carga en el bolsillo,<br />

aquel cuerpecito de gnomo, aquella voz chillona unas vcces, cavcrnosa<br />

otras, con que alarga hasta Jo inflnito las sonoras silabas latinas de las<br />

liturgias diarias ...<br />

Lo he visto oficiar, vestido con una casulla HIa, tramada de oro,<br />

cayéndole sobre las canas ensortijadas un rayo de sol matinal, envuelto<br />

en la nube aromâtica dei incienso que sube hacia el tabernaculo, y en<br />

esos momentos la figura toda, el perfil deI fil6sofo romano, los ojos<br />

verdosos, el cuerpo deforme, tomaban una expresiôn de rara nobleza<br />

aumentada por el prestigio de los movimientos lentos y hieréticos. . . Lo<br />

he visto en el tendido de la plaza de toros, vestido con una sotana raida


y polvorienta, la flsonomia vulgarizada por el cntusiasmo de la corrida,<br />

la cara congestionada por el calor deI mcdiodia, sacudiéndose como un<br />

energûmeno, Iirnpiândose las gotas dei sudor que le perlaban en la frente<br />

con un paûuelo enorme de seda amarilla, que estrujaba con las manos,<br />

ridiculamente pequefias ...<br />

Sin embargo cuando pasen muches aûos y haya muerto él y 10 oiga<br />

nombrar y al oir su nombre vuelva yo los ojos hacia los dias de hoy,<br />

perdidos para siempre en el fondo del tiempo, no 10 recorda ré ni herrnoseado<br />

ni ennoblecido por las lujosas vestiduras sacerdotales ni vulgarizado<br />

por el ambiente calignoso del circo. . .<br />

El Padre Le6n... El paraguas dei Padre Le6n... Las misas del Padre<br />

Leon. . . Las imàgenes que entonees, al vibrar en mis oidos, suscitarân<br />

esas silabas, no seran las evocadas antes, sino otra, tan precisa, tan neta<br />

y al mismo tiempo tan sugestiva que no resisto al dcseo de convertirla<br />

en unas lineas para esta primera pagina dei album que has tenido la<br />

peregrina Idea de dedicarle ...<br />

La esquina de una calle central; el cielo y los lejos negros como boca<br />

de lobo, rayados por los hilos de plata de una llovizna fina; el piso<br />

hùmedo y brillante por la lluvia; alla arriba, entre 10 oscuro de la noche,<br />

la irradiaci6n fantasmagôrica, la claridad deslumbrante e Incolore de un<br />

foco de luz eléctdca, que hace mas intensa la sombra alrededor; abajo,<br />

en la calle, diez pasos adelante de la lampa ra incandescente, esta silueta<br />

inveroslmil: abajo un paraguas enorme, un paraguas rojo de colosales<br />

dimenslones, un duende negro, de un Metro de alto, con vestido talar<br />

y sombrero piano de anchislmas alas, que lleva en la mano una linterna<br />

de vldrios verdes ... Sobre el empedrado brillante por la lluvia, la sombra<br />

dei duende, la cabeza enorme, el cuerpo pequeâisimo, los refJejos rojizos<br />

dei paraguas, los reflejos verdes esmeralda de la lmtcrna, se proyectaban<br />

fantasttcos.<br />

El primer instante de verlo as' fue delicioso para los ojos que deseaban<br />

color, mucho coIor, fatigados por 10 gris deilluvioso crepûsculo ... Aquello<br />

daba la impresiôn de una cosa no cierta, irreal ...<br />

{De dônde venia, a d6nde iba el Padre Le6n protegido por el enorme<br />

paraguas rojo, alumbrado por la dirninuta linterna verde? ... De fijo habla<br />

tomado el chocolate en casa de unas buenas amigas suyas, dos viejecitas<br />

que viven en la calle de los Béjares, en una sala que olia a papayas, sentado<br />

en un viejo sillon de cuero labrado, de vaqueta cordobesa, teniendo<br />

al frente un cuadrito desteûido de Gregorio Vâsquez. . . y conversando<br />

de las profecias dei doctor Margallo y dei pr6ximo fin dei mundo. Después<br />

dei chocolate le habian dado dulce de uchuvas 0 de cabellos de<br />

ângel, después un tabaco que olia a vainilla. . . Aquello era el Santafé<br />

dormU6n, Inocente y plécido de 1700, un pedazo de la vieja ciudad de<br />

la mula herrada, del espanto de la calle dei Arco y de la luz de San<br />

Victorino ...<br />

255


En ese instante un coupé negro y brillante, tirado por un soberbio<br />

tronco de alazanes, un coupé que parecia una joya de énix, manejado<br />

por un cochero inglés, correcte y rigide bajo su casac6n de pafio blanco,<br />

cruzé bajo cl foco de luz eléctrica ... Era el coche salido de los talleres<br />

de Million Cuet, dei mlnistro X, que vcndiô por seis mi) libras csterlinas<br />

sus influenclas para lograr tal contrato escandaloso. .. Alcancé a ver<br />

por la portezuela abierta el perfil borb6nico del magnate y la cabccita<br />

rubia, constelada de diamantes, de su mujer, aquella fin de siècle neurasténica<br />

que lee a Bourget y a Marcel Prevost, y que se ha hecho famosa<br />

por haber comprado todas las joyas que, en su postrer viaje a Europa<br />

trajo el ultimo de los Montcvcrdes. .. (A dônde iba la elegante pareja?<br />

... A oir el segundo acta de Aida cn el teatrO nuevo, el lujo de<br />

la Bogotà de hoy, de la ciudad de las emisiones clandcstinas, dei Petit<br />

Panama y de los veintiséls millones de papel moneda ...<br />

El sigle diez y ocho encarnado en el Padre Leon; el siglo veinte<br />

encarnado en el omnipotente X, vistos ambos, en menos tiempo deI que<br />

habla gastado en convertirse en humo arornético el tabaco dorado dei<br />

cigarrillo turco que tenia en los labios, vistos ambos a la luz de la<br />

làrnpara Thomson-Houston, que irradiaba alla arriba entre 10 negro pro­<br />

Fundo su luz descolorida y fantasmagérica.<br />

(No vienen siendo las dos figuras coma una viva imagen de la época<br />

de transiciôn que atravesamos, como los dos polos de la ciudad que<br />

guarda en los antiguos rincones restos de la placidez deliciosa de Santafé<br />

y euyos nuevos salones aristocrâticos y cosmopolitas, y cuya corrupciôn<br />

honda hacen penser en un diminuto Paris? ...<br />

CRITICA LlGERA<br />

SEt\'OR DON Jer6nimo Argàez, Redactor de "El Telegrarna".<br />

Muy rcspetado amigo mio:<br />

Perrnitame usted que aproveche de las benévolas ofcrtas que me ha<br />

hccho de las eolumnas de su periédico, para devolver unas felicitacioncs<br />

que me han llegado, por equivocaciôn, con motivo de algunas criticas<br />

publicadas en La MisceMnea de Medellin, y firmadas por don José Luis<br />

Rios. Yo no escribo ni he escrito nunca criticas, ni las publicaria en<br />

Antioquia, pudiendo hacerlo en Bogotâ, Los que duden, pueden averiguarlo<br />

con el Redactor del periôdico a que aludo. Si las hubiera escrito<br />

las habria firmado con todas las Ietras del mismo nombre que usted<br />

encontrarà al pie de estos renglones, por tener la idea, arraigada de<br />

tiempo atrâs, de que s610 ticnc uno derecho al seud6nimo cuando, al<br />

darle al pûblico algo muy delicado, que no hiere a nadie, quière, por<br />

simple coqueteria literaria, ponerse una mascara, y llamândose Julian<br />

Viaud firmar Pedro Loti, para contarle su matrimonio con Rarahu, idilio<br />

256


delicioso que tiene olor de ylang ylang, 0 los amores con Crisantema,<br />

en la casita de maclera de Diou-djen-dji, desde donde se oye el rumor<br />

de las cigarras, en los meses de verano, y se respira ese olor de jengibre<br />

y de té que flota sobre la ciudad japonesa.<br />

Los admiradores de don José Luis Rios, de don Julio Torres, a de<br />

un seüor Cerig, que también critiea en La M iscelânea, pueden escribirles<br />

sus felicitacioncs, mctcrlas entre una cubierta, rotular ésta as}:<br />

Serier... TaI.<br />

Redacciôn de La Miscelallea . Medellin. Antioquia, ponerla en el correo<br />

y tener la seguridad de que asi van rnucho mas derechas que dàndoselas<br />

a gentes que viven en Bogotà, muy puco ocupadas de las obras literarias<br />

de Sus paisanos, aun cuando las esurnen en todo 10 que valen.<br />

Le decia a usted antes que na he escrito nunca critlcas, y voy ahora<br />

a conterie por qué. La Critica seria, que busca los origenes lejan os de<br />

una obra, que la aprecia coma cxpresién dei pensamicnto dominante en<br />

der ta época, y que învcstiga su influencia en cl desarrollo de la que<br />

le sigue, me parece tarea ardua de Iiiôsofos, digna de Macualay, de<br />

Taine 0 de Revilla. La otra, la critica ligera, al por mener, que coge<br />

los détalles y busca con microscopie los detectes, no me pareee tarea sino<br />

un simple retozo en que, a nempo que le hace uno cosquillas al lector<br />

para que se ria, rasguüa la obra de arte para ayudar a ese fin. Apliquesela<br />

usted a la pintura y vera qué bonitos resultados da. Es cterto que Rembrandt<br />

dejé en sus obras la Impresién mas profunda de vida que pucde<br />

llevarse a una tela con los colores y el pincel, las figuras que entre cl<br />

fondo OSCurOy caliente de sus cuadros apareccn baôadas en una clarldad<br />

tibia de crepùsculo de verano, brillan coma pintadas con luz; a veces,<br />

cuando procede par brochazos vigorosos, tienen un relieve que fascina;<br />

Su obra, fantâstica en fucrza de ser real, parece salida de un sueûo,<br />

los personajes sc sonrien, viven, y el artista que sc enamora de ellos,<br />

cuando ve la H01~danocturne, se prcgunta si css figurita de mujer, que<br />

da, con los tonos claros dei vesudo, la clave de las tonalidadcs luminosas<br />

del cuadro, no es la Perdita de Shakespeare que cruza aquella fantasmagoria<br />

insuperable de un genie.<br />

Y, vea usted, un critico al pormenor no ve nada de eso, se pone a<br />

buscar concicnzudamcntc el lado gracioso del asunto, y 10 encuentra.<br />

El Maestro Rembrandt pinto judias dei tiempo de Cristo, con los mtsmlsimos<br />

vestidos que se usaban en su siglo, en la Haya. c:Ha visto usted<br />

qué anacronismo mas disparatado? Vaya una casa graciosa, ,no? y luego<br />

carecc de ideal. Sus figuras son simples retratos mas 0 rnenos habiles.<br />

y a la postre es vulgar. Usted sabe que, cuando pinté su Ganlmedes,<br />

que forcejea, levantado par el aguila, le agregô un détalle naturaliste,<br />

gue es de efecto cnteramcntc cômico, ,Quiere usted que nos riamos un<br />

poco de Rembrandt pensando en todo eso?<br />

257


Pero estamos fuera dei campo en que podemos lucirnos. Vamos a<br />

ver pasar algu nos poetas franceses modernes, y apliquémosles el sistema<br />

anterior. ,No cree usted que ellirismo grandiose de los poemas de Hugo,<br />

sus imagencs extraüas, sus antitesis, su vision genial son una simple<br />

charlataneria de declamador? ,Y aquellas extravagancias como "Desplûmeme<br />

esa alma" dei Asno? ,Desplumar un alma? No es creible ... [Cosas<br />

de Hugo! P6ngase usted a veria bien; desârrnelo pieza por pieza, disléquelo<br />

Iinea por Iinea, y vera en qué queda.<br />

El amor que desborda en los versos enfermizos de Musset, unas<br />

veces dulces camo besos, otros angustiosos coma gritos de doler, Hassan<br />

desnudo, la cita de Porcia en el balcon, la ùltima noche de Rolla en<br />

la alcoba: vaya una casa Indecente, ,no es cierto?<br />

é Usted admira la suavidad noble, la delicadeza ideal dei Conde de<br />

Vigny? La critica al pormenor la encuentra ridicula. Vea usted, Eloa<br />

es un angel, que, nacido de una lâgrlma de sangre dei Salvador, en la<br />

noche dei H uerto, aeaba por enamorarse dei diable y huirse con él.<br />

Tonrerias, (.verdad?<br />

Leconte de Lisle ha hecho cosas soberbias, Hugo 10 recomend6 a la<br />

Academia francesa en varias ocasiones coma candidato para un sill6n<br />

vacante. Usted conoce sus sonetos, se ha deleitado con sus composiciones<br />

fabulosamente ricas, bordadas de rubles y de perlas, coma un manto de<br />

favorita; severas y melanc6licas otras veces coma una ruina de temple.<br />

Pues bien, Leconte, traduc1endo una vez a Esquilo, le hizo decir a un<br />

personaje: "Siento un buey en la lengua". Creo que sobra todo comentario.<br />

En Francia se rieron de él. ,Par qué no hemos de imitar a los<br />

franceses?<br />

La nobleza y la gracia de la poesia de Lamartine; su fervor al cantar<br />

todo 10 grande y 10 bello; aquellos versos armoniosos que tcdos, mâs 0<br />

menas, sabemos de memorla, los tacharernos de que hablan demasiada<br />

dei poeta, y el cantor de Elvira caerâ por tierra, si le aplicamos a su<br />

obra el chistecito de la sinfonia en ml mayor,<br />

,Seguimos? Teéfllo Gautier usé, para darle a sus poemas color y relieve,<br />

de cuanto sabla de pintura y escultura. Hay en los Ësmaltes piezas que<br />

son joyas: 6nices de Arabia montados en filigrana, medallas de plata<br />

con perfiles netos coma un camafeo griego, ,El defecto? Que no llora,<br />

que es impasible, que en su obra no hay sensiblerias de anemia,<br />

La musa de Carlos Baudelaire no pudo defenderlo de la idea fija de<br />

la muerte. La preocupaci6n de la tumba, de las carnes lividas que se<br />

amoratan, dei gusano que nace en el cadàver, de la soledad en que<br />

quedan los difuntos, trasmina en sus estrofas, aun cuando sean éstas<br />

copas de oro, llenas de haschich verdoso que hace sonar, aun cuando<br />

a ellas traslade sensaciones mérbidas en fuerza de ser finas, impresiones<br />

de una delicadeza fugitiva, que creeria une imposible reducir a palabras.<br />

Llamémoslo extravagante y pasemos derecho.<br />

258


,Le haremos casa al Parnaso? ... Teodoro de Banville maneja el verso<br />

con destreza de prestidigitador. Lo dejaremos a un lado por ese motivo,<br />

Coppée ha dicho con voz alterada por la emocién, los sufrimientos de<br />

los desheredados, de los débiles, de los pobres: ha inventado una Iengua<br />

clâsica, ampliada con el caudal de la lengua vulgar y ha llegado a<br />

hacerle versos a unos botines viejos y al corsé usado de una muchachita<br />

enferma. .. Eso no es poesia me dira usted .. _ Estamos de acuerdo.<br />

c'.Yla elegancia aristocratica de Sully Prudhomme (el Cellini del soneto),<br />

la hechura maravillosa de sus estrofas, su ternura infinita, aquellos versos<br />

que hacen sonar con las estatuas griegas por la nitidez y la firmeza?<br />

... Sully es frio, y luego en sus versos se nota la preocupaciôn de<br />

la ciencia, incompatible con la verdadera inspiraciôn ... Eso es; Sully<br />

es frio, Musset, tenia el defecto contrario. Pasemos. Dejemos a los Parnasianos.<br />

AlIâ se queden Mendés, José Maria Heredia, Dierx, Arène,<br />

Joséphin Soulary y Glatigny, etc., etc. Esos son poetas menores. Le recomiendo<br />

la frasecita que es muy cômoda para juzgar 10 que no hemos<br />

leido,<br />

Mauricio Bouchor comienza cantando las comilonas, el vino, las mujeres<br />

faciles, las palpitaciones de la carne. Poco a poco ese espiritu joven<br />

se serena; en el transcurso de los aüos la musa alegre de las primeras<br />

inspiraciones se va convirtiendo en una figura ascética. Una expresiôn<br />

de gravedad le cierra los labios, la carne se empalidece y toma blancura<br />

de mârmol, la cabeza se destaca sobre un nimbo de estrellas y es su<br />

Beatriz que cruza desconocidos paraisos, apoyada en nubes diâfanas, como<br />

una visi6n ... (Como cosa de Lamartine, entonces, me dira usted? ..<br />

Eso es, si sefior, y no valla la pena de dar esa vuelta para salir al<br />

misrno llanito.<br />

Después, con el pretexte de que son oscuros dejaremos a los simbolistas<br />

a un lado, aun cuando los versos de Verlaine aleteen como mariposas,<br />

suenen como mûsica de violines, tengan la gracia de una miniatura<br />

en marfil y su elegancia amanerada. A Mallarmé, a Stuart Merrill. y<br />

a los otros les diremos que no saben francés, y cuando aparezca Juan<br />

Richepin, diciéndolo todo, con griteria de gigante, en estrofas potentes<br />

y soberbias, donde canta las canciones de las razas desaparecidas, las<br />

tempestades dei océane, los adioses a las religiones muertas, digârnosle<br />

que es sucio porque escrfbiô la "Cancién de los pillos" y riâmonos a<br />

carcajada tendida, por que don Juan Montalvo 10 llamô poeta gallinaceo<br />

en un numero de El Especuulor, un periôdlco que redacta él solo en<br />

Park<br />

Ya ve usted que teniendo voluntad, hay algo que rasguüarles siempre<br />

aun a los maestros de quienes no puede uno traducir diez versos.<br />

259


Creo que ustcd prefierc admira rios. Estamos de acuerdo en sentir<br />

asi, y creo que debemos felicitarnos par elio. Yo cambiaria dos tomos<br />

de critica mal hecha por una sola cuarteta inédita de Gustavo Bécquer.<br />

Soy siempre su amigo afectisimo.<br />

DOCTOR RAFAEL NUt\'EZ<br />

POETA DE altlsirno vuclo, singular profundidad de conccpcién y extraüas<br />

formas esencialmenre personales; estadista y filésofo: sociolégo capaz de<br />

realizar, dàndolcs forma concrcta, las nUIS atrevidas concepcicnes de<br />

su poderosa inteligencia: polit1co ilustre, Hamada desde hacc anos a<br />

regir los destines de su patria, el Dr. Rafael Nùüez, ha sida, a no<br />

dudarlo, una de las mas levantadas figuras de la America Espaüola,<br />

Lejos de nuestro ûnimo ofrecer a los lectores de El Cojo llustrado,<br />

un cstudio sobre la obra politica ideada y realizada por él en la Repùblica<br />

hermans: juicio di ficil de formar ho)', cuando los documentes que sc<br />

podrian consultar son debidos a los mismos intcresados en la lucha,<br />

cuando 10 recicntc de la modificaciôn de las institucioncs, la polvareda<br />

levantada por la {rltima guerra de 1885, impiden darse uno cuenta deI<br />

resultado obtenido, y que esta ria en abierta pugna con la indole de<br />

esta publicaci6n.<br />

Para juzgar ciertas épocas, con el desinterés, la elevacién de miras<br />

y la cquidad perfecta que requicren los estudios histéricos, es neccsario<br />

que pasen los allos. que las pasiones sc serenen, que las nubes aglomeradas<br />

en el horizonte se disipen para que el alejamiento de los sucesos<br />

en el tiempo le permita al historiador ver en lontananza, de un solo<br />

golpe de vista y formando un conjunto en que se fundan los detalles,<br />

la época que estudia. Asi el viajero que transita los carninos de Los<br />

Andes inmensos, no puede, al recorrerlos, adquirir idea exacts de las<br />

cimas que escala, de las vertiginosas alturas que recorre y necesita,<br />

para obtener una impresién sintética y sentir la grandeza dei palsaje,<br />

ver, la distancia que el 0;0 humano puede enseüorearla, la Cordillera<br />

grandiose en cuyos picos altisimos blanques la nieve eterna y anidan los<br />

céndores.<br />

Los articules politicos, cicntificos y litera rios dei Dr. Nûûez, 1 magistrales<br />

todos por la abundancia de id cas generales, de datas precisas y<br />

por la consiciôn y elegancia del estilo contienen las ideas que el Presidente<br />

1Critica social, 1 volumen, publicado en Paris. La reforma polftica en Colombia,<br />

colecci6n de articules publlcados en La Luz, de Bogoté y El Porvenir de Cartagena,<br />

de 1881 a 1884. 1 vol. en 806 paginas con pr61ogo de don Rafael M. Merchân,<br />

Bogoté, Imprenta de La Lut, 188S.<br />

260<br />

JOSÉ A. SILVA


Titular de Colombia, ha contribuido a desarrollar, en el curso de su larga<br />

carrera politica y son, la mayor parte, verdaderas obras maestras de<br />

profundidad, de clarividencla y de reflexiôn. Esos articules y sus poesias 2<br />

le han valide favorables [uicios de grandes criticos espaüoles y americanos,<br />

don Juan Valera, don Marcelino Mcnéndez y Pelayo, don Miguel Antonio<br />

Caro, don Rafael M. Mcrchàn, don Martin Garcia Mérou, don José<br />

Angel Porras, don Rubén Dario, y los nombramientos de miembro de<br />

la Academia Colombiana e individuo correspondiente de la Real Academia<br />

Espaâola.<br />

Su obra poética, inmensamcnte popular en Colombin, donde las estrofas<br />

de "Todavla" y "Belleza'', "Llanto" y "Virtud" estàn en todas las<br />

bocas, requeriria capitula sparte en una historia de la litcratura hispanoamericana.<br />

La estrofa enjuta y nerviosa, Ilena de audaces elipsis y desbordante<br />

de graves ideas, incorrecta, voluntariamente incorrecta a veces,<br />

no trene la mûsica de orquesta de la de Zorrilla y sus rornànticos cornpaüeros,<br />

aquclla dulcîsima rnusica arrulladora, modele sobre el cual<br />

forjaron sus cantes, con ilustres cxcepciones, los poetas de la pasada<br />

generacién, desde México hasta Chile, ni ostenta tampoco la correcciôn<br />

suprerna, los perfilcs precisas y marmorcos de los poernas dei impccable<br />

maestro Nùûez de Arce.<br />

Mas pensador que artista, mas poeta que rctérico, 0 coma la ha<br />

dicho él mismo:<br />

Mas hombre que vate, mlis ser qua pintor,<br />

cl Dr. Nùûcz no ha prestado jarnâs a la forma el nlmio cuidado que,<br />

crigldo en canon de la Lscuela, sirvit'l de norrna a los 1Jarnasianos francescs<br />

para escribir sus poemas, '! que, convertido ya en preocupaci6n<br />

enfermiza, anima las produccioncs de los decadentes y simbolistas de la<br />

ùltima horn.<br />

Espiritualista convencido y lector asiduo de los grandes maestros, los<br />

primores de la forma no la tentaron, desprcciô las fiorituras habilidosas<br />

y as! 10 dijo en una de sus mas herrnosas composlciones :<br />

No es la norma deI acte el cauce cstrecho<br />

Que opio en la copa cincclada vierte,<br />

Que arma de nuevo de Procuste cl lecho<br />

y en el ritmo sensuel halla la mucrte,<br />

En sus singularcs poemas, sin lujo de rimas ni deslumbramicnto de<br />

palabras que brillen como pedrerias, la idea aparecc, confusa a veces y<br />

"P()csias cie Rafael Nûfiez, 1 vol. Mcrchan, Editer. Bogotd, 1885, tirado n 12<br />

cjernplares. Poesias de Rafael Nüëez, I \'01. en 230 paginas, publicado por Daniel<br />

J. Reyes, con pr61ogo dei mismo, Hachette y Co., Editores, Paris.<br />

261<br />

Libertad


como encubierta por un velo; mas sugestiva asi porque hace pensar que<br />

hubiera podido ataviarla con suntuosas vestiduras, y que, para no ocultarle<br />

las alas, el poeta os6 apenas cubrirla con un tu! oscuro, Aquella<br />

poesia honda y grave, mûsica de 6rgano mas bien que serenata de<br />

mandolinas, himno lIano que resuena en una catedral g6tiea poblada<br />

de sombras, mas bien que endecha de trovador al pie de un castillo,<br />

canta la pasi6n humana sublimada par el dolor, las incertidumbres de<br />

la criatura frente al' eterno misterio, los mitas muertos, las fabulosas<br />

creaciones de los pueblos niûos, las civilizaciones desaparecidas, las<br />

grandes figuras de la leyenda y de la historia, la palingenesie eterna<br />

de los seres y de las ideas.<br />

Los problemas morales han obsediado al poeta, con sus secretos. Al<br />

cornenzar el camino se ha tropezado con la Esfinge; el origen deI bien,<br />

el origen del mal, el misterio del mas allâ; la angustia de la nada final,<br />

el deseo de otra vida, todo la que la ciencla ignora, 10 que las Religiones<br />

afirman, batalla en su espiritu sin que se haga la paz. Sus primeras poesias<br />

son un eco de ese malestar sin nombre, un grlto arrancado por<br />

la duda. Hay un momento de desesperaci6n en que pierde la esperanza<br />

de encontrar la luz, en que el escepticismo la domina y dlce:<br />

Ignora si mejor cs el veranD<br />

De la ~istencla que el inviemo cano,<br />

Ser dt~n 0 pigmeo, hombre 0 mulet;<br />

Si es mejor ser humUde que irascible.<br />

S! es mejor ser sen5ible que insensible,<br />

Creer que no creer<br />

No si si 10 que Daman heroismo<br />

Es virtud, embriaauez 0 fapaÛqno.<br />

Odio, ambici6!l, delirio, sadedad .••<br />

En 1. Boche que forman mis pasiones<br />

No alclJUO de mis propias emocione$<br />

A uber la Verdad.<br />

IOh confusi6DJ Oh caosl IQuién pudiera<br />

Del sol de la verdad la lumbre austera<br />

y pura CD este limbo haœr brillarl<br />

De 10 eierto y 10 incierto Jquién un dia,<br />

y deI bien y dei mal. COD5eguiria<br />

Los llm.ites fijarl •..<br />

262<br />

Qw sa~-Je? (1861)


Para cualquier observador apenas iniciado en los secretes de la vida<br />

moral, el estado de espiritu que expresan esas estrofas es ya signa de<br />

una evolucién mistica que inevitablamcntc hab ria de efectuarse en el<br />

alma deI que las escribi6. La duda, la blasfernia rnisrna, ha dicho<br />

Renan, son un homenaje a la divine, puesto que son la expresiôn de<br />

una necesidad intensa de [usticia y de orden. Dudar implica la necesidad<br />

inevitable de inquirir, de encontrar 0 de forjar siquiera una creencia<br />

final. Pocos son los que ballan en la duda, aqucl Mol oreiller, fayt pour<br />

y reposer une teste bien [ayte de que habla Montaigne y bien prueban<br />

la vcrdad de 10 contrario los acentos desgarradores COn que aigunos<br />

de los mas grandes poetas del siglo, Musset y Nûüez de Arce, por ejernplo,<br />

han cantado sus sufrlimentos en estrofas inmortales.<br />

El volumen de versos dei doctor Nûâez, si se exceptûan algunas<br />

hermosas composiciones erôticas, es la historia del largo camino recorrido<br />

en busca de la fe. Hasta el fonda deI abismo negro donde se agitaba<br />

el poeta al escribir su Que sais-je? ", rasgando las oscuridades trâglcas<br />

del cielo Jlega un rayo de luz pâlido y débil:<br />

Tai vez cuando nos alce hasta su sena<br />

Dios, que todos sentimos,<br />

Sabremos la que somas aqui abajo,<br />

Si hay oeulta sslud en el veneno,<br />

Reparador reposa en el trabajo<br />

Aquella claridad le sugiere la idea de que es necesaria una transcripcién<br />

mistica de los actos humanos, de que exista una vida, diferente de<br />

la de Tierra:<br />

Si el hombre a 10 perfecto aspira y tiende<br />

Si en santa caridad su alma se enciende,<br />

Si a su patrla se ofrece en oblaci6n<br />

Si Dios es Dias, en fin lsera posible<br />

Que Il una Dada camun lance imposible<br />

Vicio y Virtud, a Borgia y a Cant6n? .•<br />

La vision que se forma el Poeta del Universo comienza a serenarse,<br />

creee la fe en el Ideal; la humanidad no le aparece camo el borracho que<br />

montade en un asno, va cayéndose para uno y otro lado, segûn la enérgica<br />

frase del reformador alemân; el recuerdo de los grandes hombres de<br />

la historia, el encadenamiento de los heches que encamina a las muchedumbres<br />

hacia un parvenir mejor, hacia aquella ciudad ideal, colocada<br />

por el mas noble de los Emperadores romanos en los limites dei tiempo,<br />

10 hace decir:<br />

263<br />

La Inescrut.Dbk<br />

La Invülble


Organo inmenso de infinitas Dotas<br />

La humanidad camina a un solo fin.<br />

,Quién la empuja? el que meœ las espigas,<br />

El que arte da al castor y a las hormigas,<br />

Vuelo a las aves, hâlito al jazmin<br />

El dcsencanto de 10 humano, la nccesidad de saber y la tristcza de<br />

saber, la pérdida de las primeras ilusiones, ficticia fuente de histéricos<br />

sentimentalismos en los poetas adocenados, grandioso manantial de aguas<br />

amargas pero vigonzadoras, en los grandes espirltus, le da a las composiciones<br />

que siguen un acento doloroso casi, doloroso, por 10 sincero;<br />

El alma dei cantor<br />

Mi alma, ese mal de pcnsamlento y vida<br />

Que calia 0 muje, duerme 0 se estremece ...<br />

es aquel mat" oscuro sobre cuyas aguas parten, para no volver nunca,<br />

como en el cuadro adorable de Gleyre, a Jas Virgcnes Blancas y los<br />

efebos rubios que entonaron sus cores en las primeras fiestas de la vida.<br />

Desde la arcnosa orilla el Poeta cuyos ojos cansados reflejan la luz del<br />

Poniente las ve alejarse y carita su hui da.<br />

No, DO investigues tanto los secretes<br />

De la oscura creacién,<br />

Porque al !legar al fin de la jornada<br />

Perderàs la llusién.<br />

En la seda recuérdase al gusano,<br />

El aspid en la miel,<br />

En el suefio la calma dei sepulcre,<br />

A Cain en Abel.<br />

El areebol celeste de la tarde<br />

Recéiese en crespén;<br />

En coâgulc de sangre el escalpelo<br />

Convierte el coraz6n.<br />

S Les illusions perdues, Museo de Luxernburgo,<br />

264<br />

Moisés<br />

Eros


La fe conforta y la razén quebranta<br />

Con su diente voraz<br />

y en el pensamîento espinas trse s610<br />

En su carrera audaz<br />

Esa desilusion de la hurnano lcvanta al bardo a regiones mas altas,<br />

hace su inspiraciôn mas uniforme y le quita cl acento de queja; aûadc<br />

una cuerda mas sonora a la lira, aclara los horizontes, le hace cntrever<br />

las leyes que él contiene y convicrte en claridad de aurora el raye<br />

débil que alumbraba las timeblas de la primera parte del libro :<br />

De la Ilor el perfume<br />

Todo 10 invade, aunque jamas se palpe;<br />

La atracclén de} iman pasma a la ciencia:<br />

El opio aduerme: pero nadie sabe<br />

D6ndc esté dei enlgma la fiel clave.<br />

Corne cncanto inccmpleto<br />

Col6n el mundo fisico, pesândolo<br />

En la fina balanza de su mente<br />

Hallamos el moral en deficiencia<br />

Cuanda activa la edad nuestra conciencia.<br />

Lo grande tiene un habla<br />

Un no sé qué espasmédico y profundo,<br />

Algo que hacc cntrever COSAS remoras<br />

o rccordar algunas que pasaron<br />

y que hucllas visibles no dejar on.<br />

También cuando miramos<br />

Desde audaz emlnencia los abismas,<br />

o en estrellada nochc cl firmamentc,<br />

o escuchamos el trucno deI torrente<br />

El mismo intimo espasmo el alma sientc.<br />

y el horizon te se aclara y la vOZ deI poeta se alza:<br />

La realidad -la que se palpa a mira­<br />

Apenas es perfil de la que existe;<br />

265<br />

Du1ce 19t1Orancia<br />

Sursuftt


fin de la vida que entreabre el delo<br />

y resucita la edad primera;<br />

También a tiempo que acaba el hielo<br />

Floreeen Iirios en prîmavera.<br />

De los misterios algo se esconde<br />

En cada pliegue de nuestro estambre<br />

Que al IIamamiento siempre responde<br />

Del invisible divino alambre.<br />

Ese algo vence letal cicuta,<br />

Ese algo estatuas hace dei lodo,<br />

Ese algo al crimen triunfante inmuta,<br />

Ese algo en Cristo resume el todo.<br />

La vida de la Tierra<br />

Es sôlo larva nebulosa, informe,<br />

De 10 que el Bien mmarcesible encierra,<br />

Como es germen de nuevo continente<br />

Polvo que el mar arrastra en su corriente,<br />

Ahora es la creencia la que habla, la afirmaci6n definitiva surge<br />

de Jas vacilaciones, la luz se hace en la oscuridad:<br />

No hay regla de criteria<br />

Que no resulte en un momento falla ...<br />

Percibe el alma as! luz de mlsterio<br />

y al cabo, como sol de pira amante<br />

Se eleva a 10 inefable, palpitante<br />

y el Poeta, angustiado al comenzar por los insolubles problernas, desencantado<br />

luego de los triunfos humanos, convencido ahora de las realidades<br />

eternas, invoca la hora de llegar al puerto y perderse en la Luz<br />

Increada:<br />

IOh! ILibertad divina,<br />

La crisâlida rota de este suelo,<br />

Deja al alma emprender glorioso vuelo!<br />

y, poniendo el infinito deI amor rnistico en 10 infinito deI arnor humano,<br />

le dice a la rnujer amada:<br />

jOh ven, mientras lIega la muerte y nos hace gigantes.<br />

266<br />

Ideales<br />

Libertad<br />

Ultra<br />

Sideral


y el libro se cierra con una grandiose profesién de fe, que compensa<br />

y hace olvidar los anteriores sufrimientos :<br />

Cada hombre es una parte<br />

De la etema unidad que en Dios reside<br />

y no hay ciencia, ni ley, fuerza ni arte,<br />

Que impunemente esa verdad olvlde.<br />

Interesante en si como documento humano, la historia de la evolucién<br />

interior contenida en la serie de poesias que acabamos de recorrer, adquiere<br />

doble valor si se considera como sintoma de las tendencias idealistas<br />

y religiosas que se notan en todos los ramos de la ciencia y dei<br />

arte en los ûltlmos anos; de ese gran movimiento que les ha dado<br />

millares de lectores a las obras de Dostoiewski y Tolstoï, a la mùsica<br />

de Wagner sus fervorosos adeptos; que ha convertido la novela francesa,<br />

simple medio de anotacién de sensaeiones en manos de Zola, en delicado<br />

instrumento de anàlisis psicolégico en las de Bourget, Rod y Rosny;<br />

que en la pintura ha venido a reemplazar los procedlmtentos de Raffaelli<br />

y Manet con los de Gustavo Moreau y Puvis de Chavannes; en la critica<br />

los métodos de Saint Beuve y Taine con los de Vogüé y Teodoro de<br />

Wysewa, y que en el campo fllosôfico ha producido los trabajos de<br />

Guyau, Fouillée, Renouvier, Pillon y Daurlac.<br />

Mientras que esos espiritus, nutridos de ciencia y ansiosos de creencias<br />

al rnismo tiempo, prosiguen !iUS estudios en que c1area una aurora<br />

nueva, los hombres de acci6n que han senti do la necesidad de nuevas<br />

formas religiosas, se apartan de la avanzada intelectual que encabezan<br />

y buscan la soluci6n prâctica del problema en una ética personal y<br />

en una creencia definida. Diôsela Toistoi con su brusco alejamiento de<br />

la corte y su retiro a las propiedades de Yasnaia-Poliana, donde lleva<br />

vida de asceta; la han encontrado otros en la vuelta a las creencias de<br />

la infancia.<br />

Mas afortunado que sus hermanos de dudas y de deseonciertos, que<br />

después de aprender la ciencia humana y de hacer su experiencia del<br />

Universo, pueden decir, poniendo en él todo su cansancio, el verso<br />

adorable de Mallarmé:<br />

La vie est triste, helas! et j'ai lu tous les livres, el espiritu deI Doctor<br />

Nùûez vine a encontrar la paz anhelada en las creencias de sus mayores,<br />

en la Religi6n que aprendié de su madre, la dulcisima anciana cuyo<br />

retrato guarda como una reliquia el salon blanco de la quinta deI Cabrero,<br />

y que, separada de él por el doble infinite del ticmpo y de la<br />

muerte, le sonreia en imagen, y acompaâaba sus horas de labor ardua<br />

y de profundas meditaciones.<br />

La quinta dei Doctor Nûûez, cuya vista ofrecc hoy El Cojo Ilustrado,<br />

esta situada al noroeste de Cartagena, la vieja ciudad heroica, tres veces<br />

sitiada, cantada por de Heredia en sus maravillosos sonetos, y que Tenace<br />

267


hoy gracias al amor de sus hijos )' al Ferrocarril que la une con el RIo<br />

Magdalena.<br />

j Lugar forjado a propésito para que en él sc deslizara la vida de<br />

un pcnsador desencantado de 10 humano, parece la mansion construida<br />

en la pcqueüa penlnsula, que recibe en su doble playa cl beso de las<br />

ondas de} mal' Caribc, que enfrentado por las costas de la bahia llega<br />

ail! como acariciadnr y medio dormido a lamer la arena de la orilla!<br />

Dcsde los balconcs de la Quinta, pintada de blanco. y medio oculta en<br />

lus jardines que cantan una cslrofa de vida con sus verdures violentas<br />

y cl color cncendido de las flores; por sobre el bosque de cocoteros que<br />

la rodca, sc vc en las cercanias la Capilta que Icvant6 a la Virgen<br />

la piedad de la scüora Ronnin de Nuücz, y alla, en lontananza, las<br />

viejas murallas de la ciudad heroica. negras por los Iiquenes que las<br />

cubren. cnguirlandadas por las enredaderas que por ellas trepan y 05tcntando<br />

todavia las buellas de los caüoncs de Pointis. Las paredes<br />

blanqucadas, las palmas que ondulan como abanicos movldos por cl<br />

viento, el azul profundo dei cielo, sobre cl cual se corta alla en el<br />

horizonte la Iinca pâlida dei mar y, quizâs la blancura de una vela que<br />

hacc rurnbo hacia lejanos l'aises. los viejos castillos espafioles, levant ados<br />

como ccntinclas en las alturas, le dan al paisaje un aspecte de<br />

Oriente. Alli, en ese retire de fil6sofo y de poeta, encontrâbase al hombre<br />

que ha ejercido en los ûltlmos aûos decisiva influencia sobre los<br />

destines de su patria,<br />

Scncillamente vestido de dril blanco. scntado en una silla de bambû<br />

~. esparto. cl antcbrnzo apoyado en los hrazos del asiento, la cabeza<br />

inclinada sobre cl peche: U11 mechén de cabcllos entrecanos cayéndole<br />

sobre la frcntc clcvadisima, los ojos claros y azulosos, medio cerrados,<br />

con ulla extra na' expreslén de cansancio Hsico y de profunda vida intenor,<br />

al comenzar la conversaclon parccia abstraido en meditacién<br />

profunda. Micntras los ternas no sc alcjaban de las prcocupaciones vulgares,<br />

de los détalles diarios, veiasclc asi, los ojos nublados como por la<br />

niebla dl' una klea: oiasc la voz lcnta y perezosa que articulaba frases<br />

de f6rmula. AI hablàrsele de sus contraries: de los que Jas odiosas<br />

luchas politicas habian colocado Frente de él en actitud de batalla; de<br />

los (Ille olvidaron los favorcs recibidos, SlI fisonomia tornâbasc impasible:<br />

no sc oia una frasc arnarga de sus labies, aquello no le interesaba, su<br />

inteligencia parecia volar fi inconccbiblc altura sobre el tema de la conversacién.<br />

En cambio. hubiérais nornbrado dclante de él a tilla de las glorias<br />

arncricanas, de los lidiadorcs


de los que formaban su socicdad intelectual, habrlais visto la transformaciôn<br />

que sc efcctuaba: la mano cansada hubiera pasado por sobre los<br />

cabellos, y con adcmàn de fucrza se pascana por la barba cntrecana,<br />

los ojos apagados se h ubieran enccndido con el fuego de la j uventud,<br />

cl cucrpo entcro, como galvanizado, se erguiria, alzarin la voz S\1<br />

monétono diapason, y el hombre que tentais delantc os pareceria como<br />

transfigurado por cl entusiasrno, los sesenta y nucvc aüos que hublera<br />

cumplido en estas d'as cstaban borrados, tenia treinta, la cdad de las<br />

luchas y ciel csfuerzo poderoso: tenia veinte, la cdad de los entusiasrnos<br />

sublimes y de las nohlczas idcalistas... no tenia edad camo no la<br />

tiene el genie.<br />

Cuatro palabras sobre la carrera pùblica del Or. N ùücz, completaràn<br />

para nucstrcs lectures cl csbozo, que, a grandes rasgos les ofrcccmos,<br />

para acornpaûar el rctrato con que sc: cngalana este numero de m Coio<br />

ilustrado. Nacido en Cartagena, d l8 dt.' scucmbre de 1825, de ilustre<br />

familie, varies de l'U)'OS micmbros sc distinguieron en la época de la<br />

independcncia, ocupé los siguicntes pucstos oficialcs en los Estados Unidos<br />

de Colombin; Consul de los Esrados Unidos de Colombia cn liverpool,<br />

Representante por varias Estados a las Câmaras Nacionales, Scnador.<br />

Presidente del Scnado, Presidente del Estado de Panama, Presidente<br />

del Lsrudo de Bolivar, l'residcutc oc los Fstados Unidos dt! Colombie,<br />

Presidente Tuular de ):1 Repùblica de Colombie dcsde 1886. Este ultimo<br />

pucsto 10 ocupé dcsdc cntonccs, sin aceptur cl sucklo que remunera SlI<br />

dcscmpcüo: dcialle insignlficantc r vulgar si sc quière, sobre todo al<br />

compurarlo COll cl desprcndimiento de los bicnes de fortune, que fue la<br />

norma tic su vida, pero que da idca dt.' la nobleza Oc su carùctcr.<br />

Ni cl dcsprccio de 1


altura dei monte desde donde alcanzé a ver y a seüalar a su pueblo<br />

los horizon tes de la Tierra prometida ...<br />

Después murié. Del triunfo las angustias<br />

Su corazén no tuvo que sufrir :<br />

La ingratitud mas dura que el suplicio,<br />

El laurel mas punzante que el cîlicio<br />

No pudieron su suefio interrumpir.<br />

Caracas: septiembre 28 de 1894.<br />

ANATOLE FRANCE<br />

Noticia bibllogrâfica y literaria<br />

ANATOLE FRANCEt naciô en Paris en 1844, y alli vive consagrado a<br />

las letras. Hizose conocer coma poeta publicando hace veinte anos un<br />

toma de versos, Los poemas doraâos, y un poema, Las nupcias corintias,<br />

en 1878. Ambes libros, concebidos y escritos de acuerdo con la estérica<br />

dei Parnaso, son obras perfectas de arte, trabajo exquisitos de cincelador<br />

y de orfebre , de tan hermosa forma, que no falta quien los<br />

considere coma la mejor de todas sus producclones Iiterarias. Una serie<br />

de novelas, Los deseos de Juan Setvien, El gato flaco, Yocasta, El libro<br />

de mi arnigo, El crimen de Silvestre Bonnard y Thois, dos tomes de<br />

cuentos, Baltasar y El coire de nâcar, le han valido reputacién de novelista,<br />

y le han dado fama de critico sutil y de erudite insigne los<br />

cstudios publicados en Le Temps de Paris, y reunidos en cuatro volûmenes<br />

con el nombre de La vida literaria.<br />

Diferentes en todo de las novelas novelescas, que entretienen al vulgo<br />

de los lectores con la narraciôn de imposibles aventuras y con la pintura<br />

de sentimientos falsos, las de France tienen trama muy sencilla e<br />

idcas muy complicadas y recuerdan a cada pagina a quien las lee,<br />

que son la obra de un poeta que es un sabio a un mismo tiempo. Del<br />

pocta tienen la invcncién graciosa y delicada, la fantasia brillante. la<br />

belleza lujosa de los détalles, cl soplo de vida que anima a los personajes,<br />

la nobleza del estilo, la Iimpida transparencia de la frase; el<br />

sabio ha puesto en eIlas el ambiente en que se mueven las figuras, las<br />

decoraciones prestigiosas, la observaciôn profunda y sagaz de las flaquezas<br />

y de los errores humanos, la ironia amortiguada, el escepticismo<br />

benévolo de los que creen muy poco por haber cavilado mucho ...<br />

1 El nombre verdadero dei autor es Anatole François.<br />

270<br />

JOSÉ A. SILVA


De tales libres puede decirse que corresponden perfectamente a la<br />

definiciôn que su acter da deI libro, en reemplazo de la que trae un<br />

diccionario célebre,<br />

"Libre -dice France- cs, segùn Littré, la reunion de varios cuadernos<br />

de paginas manuscritas 0 impresas. Esa definiciôn no me satisface;<br />

yo definiria asi: Libro: obra de hechiceria de donde salen toda<br />

clase de imâgenes que turban los espiritus y cambian los corazones. 0<br />

asi : Ubm: aparatico mâgico que 10 transporta a une en medio de las<br />

Imâgenes del pasado, 0 entre sombras sobrenaturales".<br />

<strong>Obra</strong> de hechiceria, eso es Thais, la mas bella de sus novelas, y<br />

quizâs una de las mas bellas novelas gue se han escrito hasta hoy. Al<br />

recorrer esas paginas, cl lector cree respirar el ambiente de Alejandria,<br />

ver el horizonte escueto del desierto. donde asaltan las tentaciones diabôlicas<br />

a los errnitafios insomnes, oh 10 que dicen la hermosa cortesana<br />

conversa, el atormentado Paphnucio, Nicias el sonriente epicûreo, todos<br />

aquellos personajes que adquieren, por el sortilegio del arte, el misrno<br />

relieve que tendrian si fueran imâgcncs directas de la realidad.<br />

Las frases severas que usa France para habler de Zola, de su naturalismo<br />

grosero y de su vision estrecha de las cosas humanas, no autorizan<br />

para decir que sea France un crltico idealista. Como critico es, sobre<br />

todo, un enamorado ferviente de la belleza, dispuesto a rendirle homenaje<br />

donde quiera que la encuentre, y a quicn la exquisita sensibilidad<br />

artistlca y el desprecio trascendental por las formulas estrlctas, permiten<br />

gozar con la contemplacién de todas las formas armoniosas.<br />

Voces de lira y de flauta que vibran en el fondo deI bosque de<br />

laureles, cerca dei templo griego; armonias graves dei érgano, que acompaûan<br />

Jas salmodias de los frailes en las iglesias medioevales; serenatas<br />

de mandolinas al pie de los palacios de mârmol; ingenuas canclones de<br />

labriegos en los balles campesinos, todas las müslcas son buenas para<br />

él con tal de que los mûsicos sean buenos. Coma se extasia con los<br />

cant os serenos de Virgilio, se deja adormecer por la voz dulclsima, consejera<br />

de paz, del mon je de la Imitaciôn, y aquellas admiraciones no<br />

Je impiden sentir el calofrio febril que le comunican al lector artista<br />

Jos extraüos poemas en gue los neurasténicos modernes, los Baudelaire<br />

y los Verlaine, dicen las visiones mérbidas de la vida.<br />

No le perdonan a France los criticos dogmaticos y los jefes de grupos<br />

extrernos esa imparcialidad que juzgan dilettanusmo de mala ley, ni el<br />

que considere las obras de arte desdc diferentcs puntos de vista, ni que<br />

el tono habitual de sus criticas sea el de una indulgencia plâcida, que<br />

ticne visos de amable ironie. Desespérase Brunetière, por ejemplo, al<br />

ver que France huye de hacer clasificaciones y que, olvidândose por<br />

momentos de las suavidades felinas }' de las certidumbres opuestas<br />

que acostumbra, se atreve de vez en cuando a aftrmaciones categ6ricas;<br />

renegaron de él los decadentes y los simbolistas cuando dijo que, a<br />

pesar de su buena voluntad de sus esfuerzos, no se enteraha de las<br />

271


ideas que cntraüan los pocrnas nusncos de Mallarmé y las sinfonias<br />

evoluciomstas de René Ghil, y los neorrealistas dei grupo en que forma<br />

Rosny no alcanzan a comprender por qué les reprocha el autor de<br />

'l'hais la oseuridad dclibcrada del cstilo crizado de términos técnicos,<br />

ni por gué se cntretiene oyendo las cantilenas arcaicas de Juan Moréas.<br />

France al contcstarles su excusa sonriendo con maliciosa modcstia, reconoce<br />

la ciencia de los que 10 atacan, pondera los admirables métodos<br />

de sus adversarios, y los felicita por el triunfo que han obtenido sobre<br />

él: les repue que él es muy ingenue, muy scncillo; que siente admiraciôn<br />

por la gente convcncida y batalladora, que las criticas que escribe son<br />

impresioncs de paseo por entre las ohms maestras, y que la parte que<br />

escogié al entrar al bosque sagrado, dejando a otros la exacta mensura<br />

dei terreno y el deslindc de los predios, Fuc la del humilde silvano que,<br />

para comodidad de los paseantes, coloca bancos rùsticos en los sitios<br />

donde ln sombra de los àrbolcs es mas espesa, y mas puro cl ambientc,<br />

y cl céspcd mas blando, y mas claro cl horizonte que se divisa en<br />

lontananza.<br />

Esa humildad casi burlona, esa galanteria de gran seüor, exasperan a<br />

los advcrsarios. Verdad es que la critica, tal como la entiende France"<br />

('S 10 mas a propésito que se puede concebir para lograr la antipatia<br />

seria de todos los que se aferran 'il un ideal dcterminado en materia<br />

de arre. Su idiosinerasia en el reine de las bellas letras, se nos antoja<br />

a ln obra de Renan en cl campo de la historia y de la filosofia, y su<br />

('OSO, como diria un médico, es uno de los que muestran de modo mas<br />

visible las ventajas y los inconvcnlentes de la gran cultura moderna, y<br />

cl csrado de espirltu, que sc resiste al anâlisis, de muches de los que<br />

forman hoy la vanguardia intelectual de la humanidad.<br />

Incrédule enamorado de las creencias muertas, demôcrata adorador<br />

de todas las elegencias acistocraticas, rnoderno que siente la nostalgie<br />

dei pasado, erudite que hace hurla de la erudiciôn y reniega de los<br />

libres, hombre de ciencia que suspira por las sorpresas y los goces de<br />

la ignorancta perdida, espîritu complejo, penetrante y sutil, lIeno de<br />

innùmcras curiosidades que juzga vanas de anremano, no sicnte, por<br />

fortuna para él, la indefinible angustia de los que juntan a' esas complicaciones<br />

la preocupaciôn intensa de los problemas morales; esa angustia<br />

que emana de las obras sugestivas y graves de Pablo Bourget.<br />

(Dcbe atribuirse el esccpucismo sonricntc, el optimisme sereno de<br />

France, al maravilloso equilibrio de sus facultades 0 a circunstancias<br />

cspeciales de su tcmpcramento y de su vida? Ardua tarea es esa de<br />

analizar las causas que infJuyen para determinar el resultado misterioso<br />

de que unas mlsmas ideas se transformen en torturas angustiosas 0 en<br />

inefables fruiciones, de acuerdo con la sensibilidad intima de los que<br />

las adquieren. Contcntérnonos con anotar que para los que conocen a<br />

fonde los libros del insigne artista dei que hablamos, la sonrisa satisfeeha,<br />

ironies y dulce de France ticne visos de una sonnsa de tristeza resignada,<br />

272


y que cruza por eIla, como un fantasma par un. jardin floride, aquella<br />

mujer que, segûn


Rusia, en las jerarquias de los personajcs toda la escala que va desde<br />

Bonaparte y el Zar hosta los mendigos hambricntos, en la dcscripcién<br />

de la humanidad y de la naturalcza todos los aspectes, desdc las cunas<br />

donde los chicuelos agttan las manecitas sonrosadas y blandas hasta los<br />

leches suntuosos donde agonizan los viejos cansados de la vida; desde<br />

los campos perfumados por la primavera y dorades por cl sol naciente<br />

donde aroman las primeras violeras, hasta las estepas dcsoladas por la<br />

sombra nocturna y por cl frio donde se pudrcn los cadéveres abandonados<br />

tras la batalla cruenta; desde las noches de luna en que Jas muchachas<br />

vcstidas de blanco hablan de amor, asornadas a las vcntanas, hasta las<br />

tardes trâgicas en que las capitales abandonadas arden en el horizon te,<br />

es un inmenso panorama de la RUSla dei pasado. Ana Karenine copia<br />

en cuadro menos amplio, en nad a inferior al otro, por la intcnsidad de<br />

la vision y por cl podcr de la transcripcién Iiteraria, mas artistico si se<br />

quière, en el sentido cstrecho de la palabra, la socicdad rusa de hace<br />

veinte allos. En uno y otro libro se ven ya las preocupacioncs que determinaron<br />

en el espiritu dei autor la produccién de las obras posteriores,<br />

y que han sido después la guia de su vida. Pedro Bcsoukoff, Nicolai<br />

Levine, cl principe Andrés, son el autor, con todas sus dudas, sus angustiosas<br />

inccrtidumbres, su malestar doloroso, al considerar los problemas<br />

eternos y sus utopias para encontrar la f6rmula suprcma.<br />

Como un màgico aprisionado por cIlos en el rombo que trazé a su<br />

rededor para que no 10 franquearan los fantasmas evocados, esos personajes<br />

10 cercaron y se encarnaron en él; un misterioso moujik le dijo<br />

un dia que el secrete de la vida consistia en el desprendimicnto de<br />

todo, en el olvido de las grandezas humanas, en el desprecio de la<br />

intcligencia, dei amor, deI arte, deI lujo, de todo Jo que pucde ennoblecerla.<br />

De ah! una religion nueva, singular mezcla de moral evangélica<br />

extrernada hasta un altruisme absurdo. basra un comunismo disolvente<br />

y de dcsprccio por el progrcso humano, Ilevado hasta cl furor de los<br />

los iconoclastas. De entonces para acâ dejé de contar la humanidad con<br />

lino de los mas grandes artistas que han existido y lin nuevo fanatismo<br />

tuvo un nuevo apéstol: la mano que describié a Natacha y a Wronsky,<br />

se cmplco una veces en cnncgreccr paginas que haccn propagande<br />

contra el tabaco y contra el vino y que relegan el amor al dominic de<br />

10 inmundo, y otras en manejar la hoz en los campos donde amarillean<br />

los trigales, y en clavetear zapatos para los chicuelos de la escuela de<br />

Yasnaia-Poliana.<br />

jSingular figura la del artstocrâtico escritor en quicn cl horror dei<br />

mal hizo que cediera la inteligencia al sentimiento, y suprlrniô el poder<br />

de crear! [Tal como 10 pintan los que de cerca 10 han visto, vcstido con<br />

una blusa ordinaria, ceüida la cintura con una Faja de cuero, membrudo<br />

y de elevada estatura, los largos cabellos blancos cayéndolc sobre los<br />

hombres, la luenga barba sobre el peche, los ojos hundidos y brillantes<br />

de mistico ardor bajo las ccjas espcsas, la boca grave y todo él des-<br />

274


greüado y venerable predicando su religion nueva a los carnpesinos incultes,<br />

evoca las figuras sombrias de los ermitafios de los primeros<br />

sigles, que retirados al desicrto, anunciaban la verdad salvadora y predeclan<br />

la caida de los Imperios decadentes!<br />

1893.<br />

PROLOGO<br />

AL POEMA INTITULADO "BIE~AVENTURADOS<br />

LOS QUE LLORAN", DE FEDERICO RIVAS FRADE<br />

AL POEMA que Rivas Prade le da hoy al pûblico le sobraria cualquier<br />

pr6logo. El pûblico conoce de tiempo atràs al autor y ha vista con viva<br />

simpatia todas sus producciones literanas. Muchos hombres, en cuyos<br />

labios precozmcnte marchitos, una sonrisa fija disimula la expresiôn<br />

de complete cansancio: muchas mujeres que, coma la Idolatrada de<br />

Heine, tienen el color de la primavera en las mejillas y cl Frio dei invierno<br />

en el alma, cuando oyen nombrar a Rivas, dicen paso, camo una confesi6n<br />

intima, algûn verso nostâlgico de las Rimas, de csos en que el<br />

poera, al delinear la silueta vega de algûn recuerdo, al trasladar a las<br />

silabas sonoras el tinte de melancolia de su alma; al fijar alguna irnpresion<br />

Fugitiva, por media de las frases rebeldes, habla para todos los<br />

cerebros y para todos los corazones que guardan confuses esas imagenes,<br />

sin poderlas reducir a palabras.<br />

j y cuântas veces, después de decir ese verso en que su pensamiento<br />

toma forma, y se ennoblcce con la mùsica del ritrno, y ve levantarse el<br />

pasado, Coma un fantasma evocado de su sepulcro par la magia de la<br />

estrofa, viene a los labies que 10 dijeron, ajados camo raso marchito a<br />

frescos camo un botén de flor, una sonrisa de agredecimiento para el<br />

que ast supo traducir 10 mas intlmo de sus sueüos, 10 peor de sus<br />

desengaüos a 10 mas dulce de sus memoriasl<br />

Rivas Frade pcrtcncce al grupo litera rio que Catulle Méndes ha<br />

bautlzado con el nombre de sensiüvos y deI cual forma parte Gustavo<br />

A. Bécquer. Hasta hoy han ido aglomerândose, y para consuelo de los<br />

redactores de periédicos escasos de material y de los curiosos lectores,<br />

scguirân aglomeràndose par muchas aûos, los estudios en que la paclencia<br />

de los criticos busca analogias entre la obra dei poeta sevillano<br />

y la de Heine y entre las composiciones cortas y tristes, escritas hoy,<br />

con las del maestro sevillane, Heine, triste, escribia versos cortos, y se<br />

quejaba de la vida, Bécquer imitador de Heine y Rivas Prade y José<br />

Angel Porras, y otros, imitadores de Bécquer, todos melancélicos, Imprestonados<br />

por la muerte, autores de pocsias que, camo dice de las<br />

rimas dolorosas de Emilio Antonio Escobar el ilustre critico don Juan<br />

Valera, tiene olor de cernenterio y cancamurria de gorigori.<br />

275


Perfectamente, pero ,no seria mâs fâcil ver en esa semejanza de la<br />

producclôn una analogie de organîzaciones y de temperamentos que,<br />

puestos en contacto con la vida. experimentan sensaciones parecidas, que<br />

se transforman en estados de espiritu en los cu ales la ernociôn sentimental<br />

busca salida y se convierte en uno de esos poernitas que hacen<br />

reir a la flor de los cri ticos espaûoles y pensar al vulgo de los lectores<br />

colombianos?<br />

,Par qué han hecho esos hombres versos parecidos en la forma y<br />

en el fonda? (Por qué destilan en todos esos vasos preciosos el misrno<br />

licor amargo de sabor raro?<br />

Esta es la expllcacién que se les ha ocurrldo a algunos al pensar en<br />

eso: todos esos poetas son espirltus delicadîsimos y complicados a quienes<br />

su misma delicadeza enfermiza ahuyenta de las realidades brutales<br />

de la vida e imposibilita para encontrar en los arnores faciles y en las<br />

felicidades sencillas la satisfacci6n de sus deseos; a quicnes lastiman a<br />

cada paso las piedras del camlno y las durezas de los hombres. y que<br />

se refugian en sus sueâos. Débiles para la lucha de los sexos, que es<br />

el amor, son vencidos en ella; soüadores de felicidades eternas exigen<br />

de este sentimiento voluble una duracién lnfinita, rinden un culto<br />

cast mistico al Femenino Eterno, y cuando vuelven de sus éxtasis, encuentran<br />

a la mujer que los fasciné con la elegancia del porte, con la<br />

belleza de las formas, con cl perfume sutll que de ella emanaba, con<br />

la dulzura de los largos besos, y a quien idolatraron de rodillas, inferior<br />

a sus sueüos mismos, que se han desvanecldo al ponerse en contacte<br />

con la realidad. Cuando el éxtasis pasa, dice tristemente: "todo 10 que<br />

se acaba es corto". Entonces esas almas se enamoran de la Naturaleza,<br />

se pierden en ella, como par un panteismo extraiio; sienten la agonia<br />

de los bosques, ennegrecidos par el otoûo; vuelan con la hojarasca en los<br />

crepûsculos rojlzos, flotan en la niebla de las hondonadas, se detienen<br />

a meditar junto a las tumbas viejas; donde no hay una piedra que diga<br />

el nombre del muerto; junto Il las ruinas llenas de yedra y de recucrdos,<br />

que los tranquilizan hablândoles de la fugacidad de la humano; se dejan<br />

fascinar por el brillo fantâstico de las constelaclones en las noches<br />

transparentes; sienten una angustia inexplicable frente a la Infinite dei<br />

mar, prestan oidos a todas las voces de la tierra, como deseosos de sorprender<br />

los secretas eternos: y camo aquello no les dice la ùltirna palabra,<br />

camo la tierra no les habla coma madre, sino que se calla como la<br />

esfinge antigua, se refugian en el arte, y encierran en poesias cortas,<br />

llenas de sugestiones profundas, un infinite de pensamientos dolorosos.<br />

Esos espiritus no tien en ni la paciencia ni la fuerza, ccnvencidos<br />

coma estân de la tnutilidad final deI esfuerzo humano, de levantar las<br />

armazones gigantescas en que se sostienen los poemas de largo aliento ...<br />

y par eso, para decir la que sintiercn y pensaron, les basta una estrofa,<br />

como las dei Intermezzo a Heine, un cantar camo los de la Soledad a<br />

Ferran, una rima como las de sus Rimas a Bécquer ...<br />

276


y si en Heine la suprema lronia }' la risa de burla desfiguran la verdadera<br />

fisonomia Iiteraria, no es dificil, viéndolo de cerca, caer en la<br />

cuenta de que esa ironia es una careta roja de Mefistôfeles, un disfraz<br />

carnavalesco, puesto sobre la cara, enflaquecida y pâlida por el sufrimiento,<br />

y que solo sirve para ocultar al vulgo de los lectores las<br />

lâgrimas de dolor real que. una por una, amargas como las olas dei mar<br />

deI norte, cantadas por él, se le calan de los ojos al poeta paralitico.<br />

Nuestro pûblico ama a esos aurores, aprecia en 10 que valen las delicadezas<br />

de pensamiento y de frase. El poema que Rivas Frade le<br />

entrega hoy, encontrarà en él, como la han encontrado las Rimas, la<br />

acogida que merece, por la belleza dei asunro, la maestria de la forma y<br />

la elecciôn de los detalles .<br />

. . .y si acaso, dentro de algunas semanas los criticos al por menor<br />

se ponen a anotarle lunares y a averiguar a quién imita, yo le contaré a<br />

Rivas Frade, para que se ria de ellos. que a muchas bocas marchitas<br />

las una como raso ajado, frescas las otras como botones de flores, les<br />

he oido repetir, en voz baja, como un secreto dicho en el confeslonario<br />

de la conciencia, estos versos adorables de una de sus Rimas:<br />

Cuando paso rozando tu vestido<br />

e indiferentes al cruzar nos vernas,<br />

sin que asomen las aImas a los oios<br />

para cambiarse par saludo un beso.<br />

Mirando nuestra mutua indlferencia<br />

me parece que piensas, cual yo plenso<br />

que este mundo es un baile de antifaces,<br />

o que en los dos el corazén ba muerte.<br />

PIERRE LOTI<br />

EL ENCANTO de las novelas de Loti y de ésta en particular reside simplemente<br />

en el exotisme, y esa fuente de éxito explotada por Loti se<br />

agotarâ râpidamente. Sus libros no estàn llamados a vida duradera. A:z;;yadé,<br />

Constantinopla, Karoni, Tahiti, Crysanthème, Yokohama, Fleurs<br />

d'Ennui, Propos d'Exil, Japoneries d'Automne, simples estudios de medios<br />

arnbientes: artisticos, no psicolôgicos; coloreados, no profundos;<br />

preferibles, para el que busca el temperamento del autor, a la novela.<br />

En los otros libres, la primera de las impresiones se amortigua;<br />

en la novela de Spahi los amuletos y la luz y el calor de los personajes<br />

insipides estân de sobra. El mismo 10 ha dicho en su pr6logo de Crysanthème.<br />

"Los personajes de esta novela somos: el japonés, yo y el<br />

277


efecto que el pais me produjo". As} de todas, y para disminuir el<br />

esfuerzo, los personajes de sus novelas son todos rudirnentarios, organizaciones<br />

débiles donde no se mueve la pasi6n y que se destacan deI<br />

fonda dei cuadro coma un signa, Corna una impresiôn ûltima dei media<br />

descrito. Cuanda Loti ensaya trasplantar a nuestras regiones sus procedimientos,<br />

éstos no dan resultados completes.<br />

De ahi la inferioridad dei frère Ives. Uno de los secretas que hacen<br />

la rnagia de su estilo, que le dan el sella caracteristico, consiste en la<br />

lejania de los lugares descritos, en la vaguedad de la frase, en algo<br />

delicadamente incierto de los adjetivos que podrla resumirse en este:<br />

grandiosos cuando caracterizan un aspecto general de las cosas; en<br />

Crysantl1ème, las comidas extravagantes, la pipita de oro sacudida, las<br />

Iinternas, etc. 'Para el primera de los


NOTAS Y VARIANTES<br />

LA PROTESTA DE LA MUSA. Publicada por primera vez en RL, afio 1, NQ 7,<br />

diciembre 15 de 1890, pâgs. 133-135. Seguimos el texte de 1965, con ortografia<br />

y puntuaciôn modermzadas, compulsândolo con 1890.<br />

Pârrafo 4, linea 20. 1890, J 965 alegre. .. y el poeta satirico<br />

TRASPOSICIONES. Tomamos el texto de la edid6n de las Prosas de Silva<br />

hccha por Daniel Arias Argâez, el cual dice de la "Carta abierta": "Varies dias<br />

después de un almuerzo lujoso, servido en un elegante chalet, vecino de la poblaci6n<br />

de Funza, remiti6 Silva a la inspirada artista y gran sciiora dofia Rosa<br />

Ponce de Portccarrero esa deliciosa carra abierta, en la cual le inc1uy6 las dos<br />

Transposiciones portentosas, denominadas al Carbon y Pastel, que son dos trabajos<br />

de orfebreria realizados por un artifice soberbio". Estos textos son aproxtmadamente<br />

de 1890.<br />

La carra es un precioso documento para ilustrar 10 dicho en cl "Estudio Pre­<br />

Iiminar" a este volumen, especiahnente los pérrafos terceros, sexto, octave y noveno.<br />

Ademas, posee una exquisita calldad casi proustiana en ciertos pasajes,<br />

SUSPIROS. Primera publicacién documentada por nosotros, en Prosas, pâgs.<br />

53-56.<br />

EL PARAGUA DEL PADRF. LEON. Primera pubhcacién documentada por<br />

nosotros en Prosas, pégs. 87-91, version que reproducimos, corrigiendo algunas<br />

erratas,<br />

Pârrafo 7, Iinea 9. 1926 conversando Pàrrafo 8, Iinea 6. 1926 Million Ouet,<br />

Parrafo 8, linea 11. 1926 Falta la Iinea que se ha hecho [amosa por haber comprado<br />

todas las joyas<br />

CRITICA LIGERA. Publlcado por primera vez en ETdD, serie 2$ NQ 39<br />

agosto 12 de J 888, pâgs. 305-307. Compulsamos aqui )a edicién de D~nald Mc:<br />

Grady en Thesaurus, Bogoté, tomo XXIV, 1969, pâgs. 3-16. Esta carta de Silva<br />

fue escrita en respuesta a una "Entrevista con Mr. Collins", publicada en La<br />

Miscclanea de Medellîn y firmada por José Luis Rios (en realidad Baldomero<br />

Sanin Cano). El texta de Sanin criticaba a algunos poctas y no mencionaba a<br />

Silva. Algunos creyeron que era él cl autor de la entrevista. En el texto, no<br />

creemos necesario indicer la correcciôn de usas talcs como las prcposiciones a<br />

acentuadas 0 de pequeiias erratas 0 indicar la adicién de los signos .: iode<br />

alguna coma evidente.<br />

279


EL DOCTOR RAFAEL NUIQEZ. Escrito para ECI, el 28 de septiembre de<br />

1894 y publicado el 1 de diciembre dei mismo ano (ana 111, NQ 67, pâgs, 379·<br />

380), con motiva de la muerte de Rafael Nûüez, ocurrida el 18 de septiembre.<br />

Seguimos esta version de la publicaei6n venezolana, ya que la de Prosas y la de<br />

DR (1965) mutilan varias pârrafos y Irases. El verso de Mallarmé citado en el<br />

pârrafo 19 tiene un errer. Debe leerse: La chair est triste, hélasl et l'al lu tous les<br />

livres. Modernizamos la ortografia y corregimos alguna errata,<br />

ANATOLE FRANCE. En la Biblioteca Popular, Bogotâ, Jorge Roa Editer, 1893,<br />

se publicaron traducciones de cuentos de aurores extranjeros. Silva tradujo El coire<br />

de nacar de Anatole France y escribi6 esta "Noticia biograflca y literaria" como<br />

pr6logo. Scguimos el texta de 1965 que es igual, en general, al de 1893.<br />

EL CONDE LEON TOLSTOI. Coma el lexie anterior, éste sirvia coma pr61ogo<br />

para una publicaciôn de 10$ Cuentos para el pueblo de Tolstoi. Esta fecbado en<br />

julio 2S de 1893. Publicado en la misma Biblioteca Popular.<br />

PROLO GO A "BlENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN" DE RIVAS FRA­<br />

DE. Primera publicaciôn documentade por nosotros en Proses, 1926.<br />

Pârrafo 4, linea ). 1965 mas fdeil en esa<br />

PIERRE LOTI. Primera publicaci6n en Prose, pâgs. 103-105, donde Daniel<br />

Arias Argaez anota: "Este lî.gero juicio critlco, escrito con hiplz por la propia<br />

mano de Silva, fue encontrado en la pasta de un vleJo y desteiiido ejemplar de<br />

Rarahu ( ... )". Hacemos leves correcclones a este tcxto y ft 1965, sobre todo<br />

en los acentos franceses.<br />

280


CRONOLOGIA •<br />

~ La Cronologla de este volumen ha sido revisada y completada por el Departamento<br />

Técnico de la Biblioteca Ayacucho.


1865<br />

1866<br />

Vida 'Y obra de José AsrmciOn Silva<br />

Nace José Asunci6n Silva en BagoU (26/XI); hijo de<br />

Ricardo Silva Frade y de Vicenta Comez Dlago, Su padre,<br />

"babilisimo para los negocies", "hombre de talante aristocrâtico<br />

y distinguido", precedente de familia acomodada,<br />

también es un conocido autor de articules de costumbres.<br />

"Silva era una gran conocedor dei idioma castellane, pues<br />

en la btblioteca paterna se habla nutrido con el estudio<br />

de los clésicos". (Arias Argâez). A diferencia dei padre,<br />

la madre mostrara hostilidad por las actividades poéticas del<br />

hijo.<br />

(6/1) Es bautizado con los nombres de José Asunci6n<br />

Salustiano Facundo. Su abuela, Mercedes Diago de G6mez<br />

fue su madrina; mâs tarde estaria entre los ejecutores comerciales<br />

dei poeta, Su casa "diriase el ûnico reducto 'snob'<br />

en aquella Bogota de mediados del siglo XiX que aûn<br />

conservaba muche de la colonial Santa Fe". (Miram6n).<br />

282


Colombia y Amérlca Latina<br />

C: Presidcncia de Manuel Murillo Toro<br />

(1864-66), primer presidente elegido<br />

segûn la Constirucjôn de Rionegro<br />

( 63) que dio al pais un gobierno federal<br />

y el nombre de Estados Unidos de Colombia.<br />

Inicia operaciones el Banco de<br />

Londres, México y Sudamérica. Primer<br />

mensaje telegrâfico despachado de Bogotâ<br />

Cl/Xl).<br />

Nacen I. E. Arciniegas y J. J. Casas.<br />

Muere E. Diaz Castro,<br />

AL: Muere el dictador Carrera (14/<br />

IV) y comienza la explotaci6n dei café<br />

en Guatemala. La "triple alianza" de<br />

Brasil, Uruguay y Argentina contra Paraguay<br />

(-70). Independencia de Santo<br />

Domingo. Barries sometido a conse]o de<br />

guerra y condenado a muerte en Salvador.<br />

(29/VIII). Tratado Vivanco-Pareja<br />

(27/1).<br />

R. Palma: Armonias y La lira limer;·<br />

cana. Muere A. BeUo.<br />

C: Ultima presidencia de Tomas Cipriano<br />

de Mosquera, iniciada bajo el<br />

lema de "Paz, Libertad y Progreso"; en<br />

defensa de los trlunfos liberales sobre<br />

la Iglesia, destierra por sels anos al arzobispo<br />

de Bogotâ y clausura el Congreso.<br />

Tratado diplomâtico de Comercio, Navegaci6n<br />

y Amistad con el Heino Unido<br />

(II).<br />

G. Gutiérrez Gondiez: Memoria sobre<br />

el cultivo dèl maiz en AtltioquÛJ.<br />

AL: Alzamiemo federal contra Uzquiza<br />

en Argentina (-67). Tratado de limites<br />

Chile-Bolivia establece que las riquezas<br />

descubiertas entre los grades 23 y<br />

25 de latitud sedan propiedad de los dos<br />

paises (JO/VW).<br />

Termina la guerra de secesi6n en<br />

EE.UU. (1861-). Asesinato de Lincoln.<br />

.Entrevista de Bismarck y Napole6n III<br />

en Biarritz. Ministerio Russell en lnglaterra.<br />

Sully-Prudhomme: Estancias y poemas.<br />

Taine comienza la Filosofia dei arte,<br />

Carroll: Alicia en el pais de las "'aravi·<br />

lias. Tolstoï GueTTa y Paz; (-69). Hnos.<br />

Goncourt: Geminie Lacesrteux. Manet:<br />

Olympia.<br />

283<br />

Mundo exterior<br />

Guerra austro-prusfana. Guerra austro­<br />

Italîana. Primer cable transatlântico.<br />

Congreso norteamericano asegura igu91dad<br />

civil a los negros. Fundaci6n deI<br />

Ku-Klux-Klan. Polémica en la Internadonal<br />

entre prudhonianos y marxistas.<br />

Leyes de la herencia de Mendel. Nobel<br />

inventa la dinamita. Le Parnasse contemporain)<br />

que recoge la obra de los<br />

poetas "nuevos" de Francia. Sully-Prudhomme:<br />

Las pruebas. Verlaine: Poemas<br />

saturnianos. Swinburne: Poemas y bala·<br />

das. Dostoievsky ; Crime" 'Y castigo.<br />

Offenbach: La vida paris;ense.


1867<br />

1868<br />

Vida y obra de José ASllltciôn Silva<br />

Se reûnen en casa de Silva los conspiradores contra el<br />

gobierno (23/V). "-'De esa noche data mi recuerdo mas<br />

viejo' -reficre don Tomas Ruedas Vargas haber oido a<br />

Silva veintinueve anos después, precisamente la vispera de<br />

suicidarse- 'Jamâs he podido olvidar la cara de mi tîo<br />

politico Salustlano dei Villar asomado a una ventana en<br />

actitud inquieta de acecho, y cubierta la cabeza por el kepis<br />

francés de moda cntonces". Comenta Miramén: "Por grande<br />

que fuera la precocidad dei nmo y admirable el dessrrollo<br />

de sus facultades, no puede admitirse que tuviera ese recuerdo<br />

de los diez y ocho meses de vida",<br />

Un dibujo suyo aparece fechado de su mana el (6/1),<br />

Su educacién se resllza en los colegios de la aristocracia<br />

bogotana, después de. ser retirado de alguno por "la mezcla<br />

democrâtica de lu c1ases. sociales", Buen estudiante, orgulloso,<br />

despeettvo; sus compafieros Jo apodan "el nmo<br />

benito". Luego 10 apodarân "José Presunciôn", "cl casto<br />

José", "la casta Susana" (!). Todo ello sugiere las distancias<br />

que 10 separaban de su medio. "Creci6 en un medio<br />

donde las preocupaciones literarias cran anteriores y superiores<br />

a todos 10$ aspectes dei conflicto vital", "Nunca fue<br />

omo C ... ), no conoci6 por propia experiencia los goces, las<br />

amarguras y las vivas emociones de esa edad dorada" (Sanin<br />

Cano).<br />

284


Colombia y América Latina<br />

Del Campo: Fallsto. Montalvo: El Cosmopolita<br />

(-69) Pompilio Llona: Cantos<br />

amertcanos.<br />

C: Mosqucra hccho pnsionero en el<br />

Observatorio (2 3/V) y somctido a julcio<br />

ante el senado. Asume la presidencta el<br />

General Santos Acosta (·68). Sc contrata<br />

la construccién dei fcrrocarril Sabanilla-Bnrranquilla,<br />

Ley de creacién de<br />

la Universidad Nacional CI 6/IX).<br />

J. Isaacs: Maria. R. J. Cuervo: AplmtacÎones<br />

criucos sobre el langllale bor,otOM.<br />

Nacen J. Florez y C. A. Torres.<br />

AL: Maximiliano de Austria fusilodo<br />

en México; Iuàrez asume par scgunda<br />

vez (-72). Termina la dictadura liberal<br />

en Costa Rica. Tratado de limites Brasil-Bolivla,<br />

en el eual Brasil obtuvo<br />

"cuanto propuso y pidi6" (27/V). Renuncla<br />

Carri6n en Ecuador; J. Espinosa<br />

elegldo para completar periode.<br />

Nace Dario.<br />

C: Goblerno de Santos Gutiérrez (IV-<br />

70). Censo de la poblacl6n civil de]<br />

pals arroja la cifra de 2.951.000 habitantes.<br />

Gobernador conservador de Cundinamarca<br />

acusado de consplrar contra<br />

el gobierno general, Tratado con Estados<br />

Unidos sobre construccién deI canal de<br />

Panamâ, pero no se perfecciona.<br />

Nace Max Grillo.<br />

AL: Sarmiento asurne la pecsidencia<br />

de la Argentina (-74). "Grito de Yara"<br />

inicia la primera guerra de mdependencia<br />

(-78) de Cuba. Grito de Independencla<br />

de Lares, Puerto Rico. Balla, presidente<br />

dei Perù, elimina las multiples<br />

eoncesi6n a la casa Dreyfus.<br />

Naœ Ricardo [aimes Freyre.<br />

285<br />

Marcha de Garibaldi sobre Roma. Francisco<br />

José, emperador de Austrla; se<br />

constituye el Jmpeno austro-hûngaro.<br />

Constituci6n federal de Canadâ. EE.UU.<br />

compta Alaska a Rusia.<br />

Las primeras rnâquinas rotativas: proli­<br />

Ieracién de peri6dicos. Tratamiento antiséptico<br />

de las heridas. Monier: hormi­<br />

&6n arrnado,<br />

Ibsen: Peer Gynt y Bra"d. Pmner tomo<br />

de El Capital de Marx. Muere Baudelaire.<br />

Disoluci6n de la secclén francesa de la<br />

Internacional. Comienza "occidentalisaci6n"<br />

en [apôn. Trlunfo de la revolucién<br />

"Gloriosa" en Espaâa y nueva Constituciôn<br />

liberal. Primer congreso de los Trade<br />

Unions. Primer Ministerio Gladstone<br />

en Inglaterra.<br />

Lautréamont: Los camos de Maldoror.<br />

Browning: El anillo y el libro. Wagner:<br />

Los maestros emltore5. Fundaci6n de la<br />

Escuela Pracnca de Allos Estudios, en<br />

Paris.


1869<br />

1870<br />

1871<br />

Vida y obra de José Asuncwn Silva<br />

Naoe su hennana Elvira. Sobre sus relaciones con el poeta<br />

se ha esc.rito mucho. Para muchas, "se quisieron con un<br />

afecto que exoedia los limites del cariâo Iraternal": para<br />

ciras, todo ello no es mas que una malsana leyenda inspirada<br />

en una ilustracl6n de la edicién de las Poesfa$ de 1908,<br />

y par la morbosa imaginaci6n popular. Los sentimientos<br />

del poeta, a través de su poesia y su correspondencla, puedcn<br />

sugerir con insistencta el matiz inœstuoso sublimado.<br />

286


Colombia y América Latina<br />

C: Segundo tratado con EE.UU. sobre<br />

canal de Panama, que rampoco se perfccclona.<br />

AL: Golpe de cstado en Ecusdor, Garcia<br />

Moreno asume el poder (17/1), eonvoca<br />

la VIII Asamblea Constituyente,<br />

que condiciona la ciudadania ecuatoriana<br />

a la edad de 21 anos, al estado civil<br />

de casado, a saber leer y escriblr, y a<br />

ser catéltco. GraI. Cerna convoca Asamblea<br />

Nacional para elcgir sucesor en<br />

Guatemala (17 /V).<br />

J. M. Gutiérrez: Poeslas. Naœ L. G.<br />

UrhiDIL.<br />

C: Gobiemo liberal de Eustorgio Solgar<br />

(-72) durante cl cual sc contratan<br />

los servicios de pedagogos alemancs para<br />

10 ensefianza en las Normales. Pundacién<br />

del Banco de Bogotâ, primer banco<br />

privado (24/XI).<br />

Nace C. SOlO Borda, a quien Silva<br />

dedlcarâ una de sus prosas breves,<br />

AL: Campana militar de Guzman<br />

Blanco desde Curazao ID Ileva triunfante<br />

a Caracas (27/IV), don de cs nombrado<br />

presidente provision si (13/VII). For·<br />

macién del Partido Republicano en<br />

Brasi!.<br />

Mansllla: Una excuf5idn a los indlos<br />

ranqueles, Nace A. Nervo,<br />

C: Se inaugura el ferrocarril Barranquilla-Salgar<br />

(111). Se adopta como<br />

unidad monetaria de la repûblica el<br />

peso oro en sustitucién de la moneda<br />

de plata (9/VI). Aparece el penédlco<br />

El Tradicionalista, dirigido por M. A.<br />

Caro (7/XI).<br />

AL: Juarez reelegido en México. P.<br />

Diaz inicia la revuelta contra el gobierno;<br />

su Plan de Noria exlgla "sufragjo<br />

efectivo y no reelecci6n". (18/XI).<br />

287<br />

Mundo exterior<br />

Se abre el Canal de Suez. El iroperio<br />

liberal triunfa en el plebiscite francés.<br />

Primer Concilie Vaticano: dogma de<br />

la infalibilidad papal. Grant, pres. de<br />

EE.UU. Congreso de Eisenach y constitucién<br />

dei Partido Soclal-demécrata.<br />

Sistema pcri6dico de los elementos de<br />

Mendeleïev. Verlaine: Fiestas galantes.<br />

Sully- Prudhomme: Las $oledades. Ma­<br />

Ilarmé: Hérodiade. G. Flaubert: La<br />

educllci6" sentimental. Dikinson i Poe-<br />

1II41S. C. Franck: Las beatitlldes. Naœ<br />

Valle- Inclân.<br />

Amadeo 1 Inicia su reinado en Espafia<br />

(·1873). Comienza la gran ola de emigraciôn<br />

europea a Amérlca Latina. El<br />

Papa pierde el dominio de los estados<br />

pontlflcios. Gucrra franco-prusfana. Se<br />

proclama la III Repûblica francesa<br />

(-1914). Rockefeller funda la Standard<br />

Oll. Schliemann: prlmeros descubrimientos<br />

en Troya.<br />

Verlaine: La buet14 cancMn. Pérez Galdés:<br />

La iontana de oro. Cézanne: Naturalcza<br />

mllerta con péndulo. Delibes:<br />

Coppelia. Mueren Lautréamont y G. A.<br />

Bécquer. Nace Lenin,<br />

Paz de Francfort. Roma capital de Italia.<br />

Proclamaci6n dei II Reich. Luis II<br />

de Baviera proclama a Guillermo l Kaysel.<br />

La commune de Paris: la Semana<br />

Sangrienta (21-28/V). Los Trade<br />

Unions consiguen estatuto legal,<br />

Darwin: El origen dei hombre. Renan:<br />

La reforma intelectual. )' moral. G. A.<br />

Bécquer: Rimas. Verlaine y Rimbaud<br />

huyen a Inglaterra. Inauguraci6n de la<br />

Opera de Paris.


1872<br />

1873<br />

Vida y obra de José Asunci6n Silva<br />

288


Colombie y América Latina<br />

Conflicto de Cuzmân Blanco con la<br />

iglesia venezolana al exilar al arzobispo<br />

Guevara (6/1). Errâzunz, primer presidente<br />

chfleno de extraccién liberal, Libertad<br />

para hijos de esclaves dedarada<br />

en Brasil. Melgarejo, asesmado en Lima.<br />

J. D. Cortés: El Parrnaso peruano.<br />

Guido Spano: Rojas al viento. Nacen<br />

J. E. Rod6, r, J. Tablada y E. Gonzâlcz<br />

Martinez. Muere J. Mârmol.<br />

C: Segundo gobierno de Murillo Toro<br />

(-74), durante el cual adquiere amplio<br />

poder la fraccién liberal dcnominada<br />

Ohmpo Radical. Se aprueba el contrato<br />

con The Cauca Valley Mining and<br />

Construction Co. para la construcciôn<br />

dei ferroearril dei Pacifiee desde Buenaventura<br />

hasta el rio Cauca.<br />

Mueren G. Gutiérrez. Oonzâlez y J. M.<br />

Vergara y Vergara, primer historlador<br />

de la Hteratura colombiana y "padrino<br />

de Elvira Silva". Ultima entrega de El<br />

/lfosalco (17/11).<br />

AL: Muere Iuérez (l8/V)]). Lerdo<br />

cie Tejada presidente elccto de México<br />

(26/IV). Union Centroamericana (Honduras.<br />

Salvador, Costa Rica. Guatemala)<br />

(17/11). Rebehén conservadora en Honduras.<br />

M. Pardo, presidente dei Perû,<br />

Hernéndez: Martin Fierro, Ascasubi:<br />

Santos Vega. Palma: Tradiciones Peruanas<br />

(-91). Nace P. E. Coll.<br />

C: Se inaugura en Bogotâ el alumbrado<br />

agas. Fundacién de los Bancos<br />

de Antioquia en MedelHn y Santander<br />

en Bucaramanga.<br />

Nacen F. G6mez y G. Valencia. J. Isaacs<br />

enfrcnta su segunda bancarrota.<br />

AL: Muere J. A. Pliez en Nueva York<br />

(7/V). Enmiendas liberales a la Cons-<br />

289<br />

,'Hundo exterior<br />

Don Carlos sc proclama rey de Espaüa.<br />

La "Kulturkampf" en Alcmania. En EE.<br />

UU. ammistîa a los sudistas.<br />

H. Spencer: Estudios de sociologia. Daudet:<br />

'Tartarin de Tarascôn. Campoamor:<br />

Pequc:ios poemas. Nietzsche: El origcn<br />

de la tragedia. Daumier: La j\·fonarqullI.<br />

Crisis econormca mundial. Proclamaciôn<br />

de la 1 Repùblica espafiola, Tercera<br />

guerra carlista. Alianza de los tres<br />

emperadores europeos (Alcmama, Austria,<br />

Rusia).<br />

Primera mâqulna de escribir. Pérez Gald6s<br />

comlenza los Episodios nacionales,<br />

Marx: edici6n defmitiva de El Capital.<br />

Rimbaud: Una temporada en el iniierno,


1874<br />

1875<br />

Vid4 y ObTa th José Asuncion Silva<br />

Escribe su primera poesia, "Primera comunién" (seglin Miram6n).<br />

Por el estilo de} poema (vccabularto, imagenes,<br />

versificacién, etc.), pareoe muy discutible que a los 10 aüos<br />

pudiera escribir ese ûnico poema, Los mas antiguœ, de<br />

fecha comprobada, son de 1882.<br />

290


Colombta y Amérlca Latina<br />

tituclôn mexîcana (29/V). Ferrocarril<br />

Veracruz-México (111). El mestizo J.<br />

R. Barries Ilega al poder en Guatemala.<br />

confisca iglesias y expulsa congregacicnes.<br />

Perù y Bolivie se alian contra<br />

Chile (6/11). Se instaura el matrimonio<br />

civil en Venezuela. (1/1). Monopolio<br />

inglés sobre teléfonos brasilefios (26/­<br />

IV). Espaiia eiecuta a los revolucionarios<br />

apresados en el "Virginius". La crisis<br />

econômica generai de este aâo interrumpe<br />

las inversiones extranjeras en<br />

varlos paises.<br />

GonzaJez Prada: Baladas peruanQ$. J.<br />

E. Caro: Obros escogiâas en prosa )'<br />

verso,<br />

C: Murillo termina su periode dejando<br />

un superâvit de cercn de un millôn y<br />

medio de pesos. Asumc Santiago Pérez<br />

(l/IV), dei Olimpo Radical. Se contrata<br />

la construcci6n dei ferrocarril de Antioquia<br />

(4/V).<br />

AL: Nueva Constitucién de Venezuela;<br />

ruptura con la Santa Sede. Reformas<br />

hberales y anticlericales en Guatemala<br />

(9/IJ). Presidencia de N. de Avellaneda<br />

en Argentine. La primera lccomotora<br />

llega a Titicaca, atravesando Los<br />

Andes. ( 111). Litigios entre la casa<br />

Dreyfus y el gobierno peruano.<br />

,. P. Varela: La educaciôn del rmeblo.<br />

Naœn L. Lugones y Blanco Fombona,<br />

promotor de la leyenda de las relaciones<br />

incestuosas de Silva.<br />

C; Se funda cl Banco de Colombia<br />

(1/IV). Terremoto destruye a Cûcuta<br />

(] BIV) y es seguido por una ola de<br />

saqueos, En visperas de elecctones,. gran<br />

agitaciôn politica tanto en la capital<br />

como en los Estados. Derrocados los gobernadores<br />

de Magdalena 'Y Panama.<br />

291<br />

Mundo exterior<br />

Barbey d'Aurevilly: Las diab6licas. Verne:<br />

La vuelta al mundo en ochenta dias.<br />

Brahms: Réquiem alemân, Verlaine dispara<br />

sobre Rimbaud.<br />

Caida de Gladstone en Inglaterra y<br />

::\1inistcrio Disraeli. Alfonzo XII rcy de<br />

Espana, Ley contra la prensa sociaUsta<br />

en Alcmania. Dem6cratas reconquistan<br />

m:'l}'oriacn cl Congreso norteamertcano.<br />

J. M. Baruma: Algo. Juan Valera: Pept»<br />

ta Jiménez. Mallarmé: Ultima moda,<br />

gaceta del munda )' la [amilia (-7S).<br />

Comienza el movimiento imprcsionista.<br />

(Sala dei fotégrafo Nadar), Rimbaud<br />

abandons la actividad literaria.<br />

Las congregaciones expulsadas de Alemania.<br />

Parnell en la Câmara de los<br />

Comunes de Inglaterra. Conflicto de<br />

Bismarck con Francia. Congreso de<br />

Gotha que reùne a los partidos obreros<br />

alemanes.


1876<br />

1877<br />

Vida y obra de José Aszlncion Silva<br />

292


Colombia y América Latina<br />

AL: Agitaci6n anticlerical en Argentina<br />

(28/11). Nueva rebelién de P. Diaz<br />

contra el gobierno; ocupa México y<br />

asume la prcsidcncia (28/XI-1911).<br />

Revoluciôn Liberal de Veintimilla en<br />

Ecuador (S/IX) da fin a la dictadura<br />

de Garcia Moreno, asesinado en Quito<br />

(6/VIlI). Primer arzobispo venezolano<br />

elegido por el Congreso (V). La iglesia<br />

brnsilefia obliga al gobierno imperial<br />

a llbcrar obispos apresados.<br />

Alencar; El Sertanero, Mucren L. G. Indan<br />

y H. Ascasubi. Nace J. Herrera y<br />

Rcissig.<br />

C: Asume la presidencia Aquileo Parra<br />

(-78). apoyado por los Rcdicales. Se<br />

inicia la revoluci6n conscrvadora en cl<br />

Cauca contra el gobierno liberal (lI/­<br />

VII), quc termina once meses mas tarde<br />

con el triunfo del gobierno central.<br />

Clausurado El Tradictonalista (VIII).<br />

Se inicia la industrie. del Seguro con<br />

la constftucién de la Ciao Colombiana<br />

de Seguros para operar en el rnmo del<br />

transporte CS/X).<br />

AL: México contrata ferroearciles con<br />

J. Sullivan (7/XII). Timida revoluei6n<br />

liberal en Honduras. Linares Alcântara,<br />

Presidente de Venezuela y G. Blanco en<br />

Europa. Intervencîôn nortcamericana en<br />

México. Primer ingenio azucarero con<br />

mâquinas de vapor en Santo Domlngo.<br />

Latorre : dl militarismo en Uruguay.<br />

Montalvo: El regenerador (·78).<br />

C: Se funda el Banco Popular. Por<br />

Ley dei Congreso se decreta la expulsi6n<br />

de los obispos de Antioquia, Mcdellin y<br />

Pamplona. Anterlormcnte habian sldo<br />

desterrsdos los de Pasto y Popayàn.<br />

Se funda TA Mujer (directora S. Acosta<br />

de Samper ).<br />

293<br />

Mundo cxtcrior<br />

Bell perfecciona cl Invente del teléfono<br />

de Maucci, Otto construye el primer<br />

motor de explosion. Tolstoï: Ana Kllrenina<br />

(-77). Manet: Los remcros de ATgenteuil.<br />

Saint-Saëns : Danza macabra.<br />

Disolucién de la 1 Internacional. Guerra<br />

de Turquia en los Balcanes. Movimiento<br />

"Tic rra y Libertad" en Rusia,<br />

Creaci6n de la Asociacién Internacional<br />

Africana. Expansién deI Imperio colonial<br />

inglés.<br />

Rock: bacilo éntrnx, Mallarmé: La tarde<br />

de un [auno. Pérez Galù6s: Dona Per­<br />

[ecta, Zola; La taberna, Renoir: El molillo<br />

de la Galette. Inauguraciôn deI Festival<br />

wagneriano de Bayreuth: El anillo<br />

de los nibelungos. Twain: Las aventu­<br />

Tas de Tom' Sawyer. Mallarmé retratado<br />

por Manet.<br />

Hayes, presidente de EE.UU. La reina<br />

Victoria, Emperatriz de la India. Guerra<br />

ruso-turca.<br />

Edison inventa el micr6fono y el fanografo.<br />

Traducciôn al francés de la Filasofia<br />

del illconsciellte de Hartmann. Renan;<br />

Los Evangelios. Carducci: Odas<br />

Barbaras. Hugo; La leyenda de los siglos.


1878<br />

1879<br />

Vida y obra de José Asuncton SilvQ<br />

Z/IV, segûn Mlramôn, escrfbe "Suspiro", Su publicaci6n<br />

cs tardia. Copin "El Duelo" dei pintor prerrafaelista Waller.<br />

Abandona el colegio (el "Liceo de la Infancia", de don<br />

Tomas Escobar) y comïenza a ayudar a su padre en el<br />

almacén.<br />

294


Colomb iD 'Y América Latina<br />

AL: Se inicia en Argentlna un proceso<br />

de desnacionalizacl6n de empresas estatales<br />

con la venta de la Ciao de Consumidores<br />

de Gas de Buenos Aires a la<br />

Sociedad Inglesa The Buenos Aires Gas<br />

Company Limited. Muere Rosas.<br />

Zorrilla de San Martin: Notas de un<br />

himno. Fundaci6n del Ateneo de MODtevideo.<br />

C: Gobicrno hberal independiente de<br />

Julian Trujillo, qulen sigue pcllticas inspiradas<br />

por R. Nûfiez. Se inieian las<br />

obras de construcciôn dei ferrocarril<br />

dei Paclfico. El Congreso otorga a una<br />

compafiia francesa la excavacién dei<br />

Canal de Panama. Muere T. C. Mosquera<br />

(7/X).<br />

J. Isaacs sufrc remate [udicial por cleudas.<br />

Aparece El Repertorio Colombiano.<br />

AL: Tratado de Zanjén en Cuba<br />

(lO/JI). Espaüa concede a los cubanos<br />

representacién en Cortes (l/III). Se<br />

prohibe reelecci6n presidencial en México<br />

CS/V). Pardo asesinado en Feru.<br />

Nueva Constituci6n en Ecuador.<br />

Galvén : Enriquillo (-82) Lastarrta:<br />

Recuerdos literarios, Muere J. M. Gutiérrez.<br />

C: Periode de permanente agitaciôn<br />

politica caracterizado por las constantes<br />

rebelïones locales. Movimiento subversivo<br />

en Antioquia (25/1). Levantamiento<br />

deI ejército en Bogotâ (IV).<br />

AL: Guern dei Padfico en que se<br />

enfrenta Chile a Bolivia y Perû pOT los<br />

depésitos salitreros. Guzmân Blanco,<br />

presidente de Venezuela. Nueva Constituci6n<br />

en Guatemala CIl/XII).<br />

J. 1. Mera: Cumanda. Zorrilla de San<br />

Martin: La leyenda l'atrla. E. Gutiérrez:<br />

295<br />

Munda exterior<br />

Rodin: La edad de bronce.<br />

Guerra ruso-turca: los turcos entregan<br />

Chipre a Inglaterra, Le6n XIII, Papa.<br />

Disolucién dei Reichstag y leves antisociales<br />

en Alemania. Legislaci6n feminista<br />

e infantll en Inglaterra.<br />

Invencién de la lâmpara eléctrlca. Muere<br />

Claude Bernard, después de publicar La<br />

Ciencia Experiment.al. Sully-Prudhomme:<br />

La [usticia. Manuel Reyna: Cro­<br />

Ines 'Y acuarelas. Nietzsche: Humano,<br />

âemasiado humano.<br />

La Doble Alianz8 (Alemania-Austrla).<br />

Fin de la "Kulturkampf". Atentados contra<br />

Alejandro Il. Fundaclén dei Partido<br />

Socialista Obrero Espaficl.<br />

Pasteur descubre el prlncip!o de las vacunas.<br />

Primera Jocomotora eléctrica (Siemens).<br />

Ibsen: Casa de muiiecas, Dostoicvski:<br />

Los hermanos Karama'lOv (-80).<br />

H. James: Daisy Miller. Meredith; El<br />

egoista.


1880<br />

Vida y obra de José Astmcion Silva<br />

296


Colombla y América Latina<br />

Felletin de Juan Moreira en "La Patria<br />

Argentina". Hernéndez . La vuclta de<br />

Martin Eierro. Exposiciôn general de<br />

Bcllas Artes en Rio de Janeiro. Nacc A.<br />

Arguedas.<br />

C: Gobicrno de Rafael Nûfiez (-82).<br />

Durnnte esta adrninistracién se crea la<br />

Sccretaria de Instruccién Pûblica, y cl<br />

Congrcso levanta el dcstierro a los obispos<br />

cxilados y deroga la Ley de Inspccciôn<br />

ùe Cuitas. Mlle. Lesseps inaugura<br />

los trubajos dei canal de Panama (1 Il).<br />

Jlcvoluciôn en Antinquia (31/1) cncabezada<br />

par cl poeta J. Isaacs quien se<br />

ve obligado a disol ver sus trepas (1 3/­<br />

III). Construcciôn dei Ferrocarrll que<br />

une a MedelJin con cl rio Magdalena.<br />

Empicza la época del café: Proyccto proteccionista<br />

de Nùücz se abre paso en<br />

cl Congreso (l9/JV).<br />

Se abre la Acadcmia Nacional de Musien.<br />

Isaacs: La Rcvol11ct6n Radical e,.<br />

Antloquia. Noce Cornelio Hispano (1.<br />

Lôpez.).<br />

AL: Renuncia Latorre, presidente de<br />

Uruguay, a los dtez di as de gobierno<br />

(13/IlI). Comienza abolicién de la esclavitud<br />

y se lnician cambios en la<br />

estructura agraria de Cuba con Ia formncién<br />

de las primeras centrales. Primer<br />

cargarnento de bananos de Costa<br />

Rica a Nueva York. (17/11). El café<br />

conforma ya cl 92% de las exportaciones<br />

guaternaltccas y cs el primer producto<br />

de exportacién dei Salvador. El General<br />

Roca asume la presjdencta cn Argentina<br />

en nombre de un programa de "adrninistraci6n<br />

y paz",<br />

Altamirano: Rimas. J. Montalvo: Catilinarias<br />

(-81). Hostos funda la Escucla<br />

Normal en Puerto Rico. Varona inicia<br />

conferencias filoséficas en La Habana.<br />

Muere E. dei Campo.<br />

297<br />

Munda exterlor<br />

Guerra de los boers. Fundaciôn de la<br />

Compaûia dei Canal de Panama (lesseps).<br />

Gladstone en Inglaterra (gobierno<br />

libcral ). J. Ferry, presidente dcl Consejo<br />

en Francia.<br />

Tennyson: Baladas. Mcnéndez Pelayo:<br />

ll istortu de los heterodoxes esnaûoles,<br />

Taine : Fllosoj!« del arte. Rodin: El pen­<br />

Sadllr. l'. Loti: Harahl(. Muere G. Flaubert.


1881<br />

1882<br />

1883<br />

Vida}' obr« de [osé ASlltlcion Silva<br />

Publiee su versién dei poema "Las Golondrlnas" de Béranger.<br />

298


Colombin y Amùica Lati/ln<br />

C: Abre opcracioncs cl Banco Nacionul<br />

(1/1), creaclo como banco rnixto POI<br />

ley, pcro Io rcnuncia dcl capital privado<br />

Il:!!a suscrlbir las accioncs que sc le<br />

ofrecinn 10 COII\'Ïl'rte en 1>"11('0 cstatul.<br />

Resta blecidas las rclacloucs con Espaûa.<br />

Convcnio de arhltraje con Venezuela<br />

som ete a ln decisiôn de Esp:ll'in litiqio<br />

sobre limites. Telégrafo Bogotâ-Cn racas.<br />

Fcrrocarril de la Dornda.<br />

Aparcce cl I'apcl Pcriorlico llustradn<br />

(6/vm). J. Isuacs : 8aulo.<br />

AL: Ocupnciôn de Lima por el cjército<br />

clnlcno (17/ J) con destruccién de<br />

I~ Bibliotecn Nacional: cl presidente<br />

Caldcrén, hccho prlstoncro (29 /IX) y<br />

enviado Il Chile. Trntado de limites<br />

argcntino-chilcno Constltuciôn vcnezolalin,<br />

tnspirada en la Suiza.<br />

Muchado de Assis: Melllorias 1>6Hwllas<br />

de Briis CI/bas. A. Bello: Filo$offa dei<br />

entendimlenta. A. Azcvcdo : El ?IIlI/ala.<br />

Cnmbaccres: Pot-pourri,<br />

C; l.Iienio Znldüa-Otâlorn (.84). F. de<br />

Ll'SSl'P~ Inlcin los trubnjos para abrir<br />

cl canal de Punarrui. Cable submarino<br />

concctado a Colombin (X).<br />

AI.: El Ccncrnl Hcurcnux, presidente<br />

de Santo Domingo (20/VII). Veintimllla<br />

sc proclama dictador de Ecuador.<br />

Marli cs nombrado corresponsal de f.a<br />

Nacl6n en Nueva York, y publiee Ismaelillo,<br />

seünlado como el origen dei<br />

modernisme. Pérez Resales: Recuerdos<br />

del Pll.wdo. Montalvo : Stete tmtados. Villavcrde<br />

: Cecilia Valdés.<br />

C; Se Funda cl Bunco Central Hipotccnrto.<br />

n. Silva: Articulas de Costumbres. Naccn<br />

P. Bnrba-Iacob y L C. Lépcz.<br />

299<br />

Mundo exlcrior<br />

,\kjantlro Il nseslnudo. Carftcld, presidente<br />

de f.E.UU. (4/111), mucrc en<br />

19!IX. Ilcnovncién de la Alianz« de los<br />

1l'CS cmpcrndores.<br />

Vcrlninc: Corelllrr'. A. France: El crimen<br />

ile SyhesLrc Bonard. Renan: Historia de<br />

los orlgcnas dei cristiallÎslllo. F. de Saussure<br />

cnsefia Iingülstica en ln Escuela<br />

Pr.ict ica de Altos Fstudios de Paris (.91).<br />

Mucrc Dostoicvski. Naccn Pablo Picasso<br />

(-1973) y Iuan Rarnén Jiménez<br />

(-1958).<br />

Triple Alinnz»: Austria, Alemnnin, Iralin.<br />

Loyes sobre la ensefianza prrmaria<br />

en Francia. Fxpulsién de judios, en<br />

Ilusin. Intcrvenciôn inglcsa en Egipto e<br />

It.illana en Eritrca. Primeras leyes restrigicndo<br />

la crnigrncién a EE.UU. Chinos<br />

r japoncscs ocupan Scül,<br />

Kock: bacilo de 1a tuherculosis, Charcot:<br />

cxpericncias et! la Salpatiere. Carducci:<br />

Confcsiones y batallas, Bécquer: Los<br />

cuervos. Wagncr : Parsiial.<br />

Gucrra Frnncochina. Plejanov Iunda el<br />

Partido marxista en Rusia, Fundaciôn<br />

de la Fab/an Society en Londres.


1884<br />

1885<br />

Vida y ohra de José A.slIncion Silva<br />

Su padre 10 asocia al negocie, para 10 cual dcbc obtcner<br />

la habilttaclén de su edad, pues s610 tienc 19 afios.<br />

Viaja Il Paris, "enviado POl su padre con el probable PIOpOsito<br />

de que entrara en contacto con los fabricantes y camisionistas<br />

que surtlan de mercancias el almacén" (Brigard).<br />

Alla intima con el médtco J. E. Manrlque y lee libros de<br />

medicine, que lucgo influir~n tanto en su obra. Este mismo<br />

médlco le indicarâ cl sitio del corazén antes dei suicidlo. En<br />

Paris, Silva lee y viaja a Londres y a Sulza. Al parecer, frecucnta<br />

"salones mundanos" y adquiere costumbres de "dandy"<br />

y aristôcrata ref'inado en el vestir, espccialmente. Traba<br />

amistad con el fil61ogo R. J. CUCIVO. Su permanencia en<br />

Europa, seglin su amigo. E. Cuervo Mârqucz, "rue deeisiva<br />

para marenr el rumbo precisa a su inspiracién. Mas lejos<br />

300


Colombia y América Latina<br />

AI.: Conccsiôn venezolana a la Compnûia<br />

Hamilton para explotar "bosques<br />

y asfnltos' (l5/IX). Victoria chilena<br />

termina la guerra deI Paciflco: tratado<br />

de Ancén (20/X). Triunfo dei movimiento<br />

"Rcstaurador" en Ecuador.<br />

Gutiérrez Nâiera: Cuentos Frâgiles. Castro<br />

Alvcs: Los esclavos. Calcafio: Cuentos<br />

fantâsticos.<br />

C: Scgundo gobierno de Rafael Nûfiez<br />

(-86). Se constituye cl partido<br />

Nacional conformado por conservadores<br />

y liberales independlentes. con Nûfiez<br />

a la cabeza. Ante situacién Fiscal<br />

de pcnuria, el Congreso autoriza empréstito<br />

por un millén de pesos. Declaran<br />

turbado cl orden pûbllco en varies Estados<br />

(IX).<br />

Nace L. Lépez de Mesa.<br />

AL: Pacto de Trucc. Chile retiene<br />

Costa Boliviana de Atacama. P. Diaz<br />

asurne la presidcncia de México (.)911).<br />

Fcrrocarril transandino argentioo-chileno.<br />

J. Crespo, presidente electo de Ve·<br />

nczuela (27 /IV).<br />

Matte de Turner: Tradiciones CllZquefias.<br />

Gavidi


1886<br />

1887<br />

Vida y obra de José .lJ,suncion Silva<br />

aûn : clla desperté en el joven poe la bogotano una sed de<br />

aspiraciones difkiles de realizar con mediana fortuna, que<br />

no habria de apagarse ya". La gue rra perjudica grandemente<br />

los negocies del padre.<br />

Regresa Il Bogota y parte su padre a Europa, dcjândole al<br />

frente dei negocto. Conoce il B, Sanin Cano, a qulen dcslumbra<br />

con su recién adquirida culturn europea. Su dandysme<br />

y afcctacién escandnllzan )' desagradan: burl6n, satirico, ostentoso,<br />

despreciativo y petulante, su propla clase social comienza<br />

a desconf'inr de él y a manlfestarle antlputia. "El cscenarlo<br />

cra muy cstrccbo para tan eminente actor ( ... ) Los<br />

lcctores ndocenados y los cscntorzuclos de pacotilla que sc<br />

esteban dcrrumbando, prctendlan que se les qucrla dcslumbrar<br />

con nombres de poetas y de libres cxéticos, desconocidos<br />

y ~in ninguna importancla" (Arias Argilez). En esc mismo<br />

11110 $1l1c la :lntologiil La Lira N14eva en la que sc publican<br />

oc ho pocmas suyos.<br />

1IV!: Muerc don Ricardo Silva, dejando al pneta como<br />

cabeza de farnilia. "Dcspués del abatimicnto de los primeros<br />

dias, )'0 he tenido una reaccién, toda de actlvidad. Mc quedaban<br />

dcbercs graves que lIen ..r y me he pucsto a la obra<br />

con rodas mis fucrzas", pero "al cstudiar la situaciôn de la<br />

casa vi (lue no podia llcnar los compromises pcndicntes, que<br />

la casa estaba en quiebra".<br />

302


Colombia y América lAtina<br />

Seraville CR. Sarmiento). autor deI<br />

poema "Que por qué no publico versos?",<br />

erréneamente atribuido a Silva.<br />

AL: Alianza de Costa Rica, Nicaragua<br />

y Salvador contra Guatemala C22/III)<br />

Matines ocupan Colon, Panama (24/<br />

Ill). Ley de colonizacién en México.<br />

Dario: Epistolas y poemas, Obligado:<br />

Poesies, Marti: Amistad [unesta, Cambaceres:<br />

Si~1 rumba. Arona: SOtictos y<br />

chispazos.<br />

C: Se decreta como patron monetario<br />

el blllete dei Banco Naeional (l IV).<br />

Sancionada la nueva Constitucién centralista<br />

que da al pais cl nombre de<br />

Repûblica de Colombia. (S/VIII). Con<br />

13 ultimo presidencia de Bafael Nûiiez<br />

se inicia el sexenio Nûâez-Payân-Cempo<br />

Scrrano-Holguin.<br />

R. J. Cucrvo : Diccionarlo de Consttucctôn<br />

)' RégimePl de la lengwa castel/ana<br />

CI). Muere R. Carrasquilla. Apertura de<br />

la Escuc! a Nacional de Bellas Artes (20/<br />

VIlI).<br />

AL: Guzmân Blanco, presidente de<br />

Venezuela; Balmaccda, de Chile, Gradual<br />

emancipaci6n de esclaves en Brasil<br />

C 12/VI). M. Iuârez Celmnn, presidente<br />

de la Argentina.<br />

Diaz Miron: Poeslas cscogtdas. Dario<br />

crnpicza Azul. Nacc R. Guiraldes. Muerc<br />

J. Hernéndez.<br />

C: Prlmer concordato entre Colombin<br />

r la Scde Apostélica (31/XIJ). Ley rclativa<br />

a sociedades anénimas y extranjeras.<br />

Se declaran abolidas todas Jas leves cspaüolas.<br />

Se inicia la construcciôn de<br />

Jas tcatros Municipal y Colon.<br />

Mucre L. S. Silvestre. Sc funda la Escuela<br />

de Minas de Medellin. Ley sobre<br />

propiedad artistica JI cultural.<br />

303<br />

• Munda exterior<br />

Finalizacién deI ferrocarril Canadian<br />

Pacifie. Se funda la Federacién de Obreros<br />

Americanos. Tratado de Bucarest<br />

sobre cuestlén servio-bûlgera.<br />

Moréas: Ma11ifiesto sl,,,boli.lta. Nietzsche:<br />

;\,1&5 alld deI bien y tkl mal. Primera<br />

version espafiola deI Manillesta<br />

comunÎSta. Pierre Loti: Pescador de Islandia.<br />

D'Amicis: Coraz.6,1. Campoamor:<br />

Humoradas C -1888). Rimbaud: Las<br />

ilmninaciones. Stevenson: El extraiio<br />

CMO deI doctor Tchlll y mister Hyde.<br />

Elecclén de Sadi Carnot en Francia. Disolucién<br />

dei Reichstag. Condominio franco-mglés<br />

sobre Las Nuevas Hébridas.<br />

Invenclén de la llnotipo y deI neumétlco,<br />

Mallarmé. Poesias C 1862- ), Renan;<br />

Historia dei pueblo de Israel. D'Annunzio;<br />

Las eleg/os romallos. Maria Bash-


1888<br />

1889<br />

Vida y obra de José AsuncÎôn Silva<br />

En medio de los Infortunios comerciales, cscrihe "Bonda"<br />

C24/XII). mas conocido en otra versién dei propio poeta<br />

y con el titulo de "Nocturne" JI C"Poeta, di paso"). "Durante<br />

aquel pcriodo de su vida un grupo de amigos y sinceros<br />

admiradores dei poeta nos reuniarnos co casa de éstc para<br />

escuchar Jas primicias de algunos de sus versos y dt: sus escritos<br />

en prOSD: li csas tcrtulias ( ... ) asistîan generalmente<br />

Sanin Cano, Emilio Cuervo Marquez, Roberto Suarez, E. Rivos<br />

Groot, Clîmaco Soto Borda, Isaac Arias Argàez. mi bermano,<br />

y yo' (D. Arias Argâez.).<br />

304


Colomùia y América Latina<br />

AL: Instalaciôn del Banco Nacional<br />

en Uruguay (25/VI1I); restauraciôn del<br />

princtpismo. Telégrafo México-Guatemala.<br />

Oposiciôn liberal a Câceres en Perù.<br />

Darlo: AÙTojos. Palma: Bohemia de ml<br />

tiempo. E. Rabasa: La Bola. Rizal: Noli<br />

me tangere.<br />

C: Se suspenden los trabajos del Canal<br />

de Panama. Gobierno del designado Carlos<br />

Holguin, cn ausencia de Nûüez<br />

(-92). Se da al servicio el ferrocarril de<br />

Cùcuta. Ley relative a socicdades 3n6nimas<br />

colombianas domiclliadas en el<br />

exterior.<br />

Nace J. E. Rivera. Mucre J. M. Samper.<br />

AL: "Ley âurea" de abolicién dc la<br />

esclavitud en Brasil C 13/V). Cae Guzman<br />

Blanco; Rojas Paûl, presidente de<br />

Venezuela (29/VI).<br />

Dario emplea por primera vez la palabra<br />

"modernismo": publica Azul. Zorrllla de<br />

San Martin: Tobaré, Romero: Historia<br />

de la literatura brasiieëa. Altamirano:<br />

El Zarco. Muere Sarmiento (Il/IX).<br />

Nace Lépez Velarde.<br />

C: Hclguin lanza campana de represion<br />

contra la prcnsa al sancionar a "El<br />

Relater" (27! III). Durante su gobierno<br />

son suspendidos 7 periédicos y se multan<br />

a otro doce ytres imprentas. Se<br />

da al servieio cl ferrccarril de la Sabana.<br />

AL: Pacte provisorio de union Firmado<br />

por Salvador, Honduras y Guatemala<br />

(15/X). Rcvolucién en Rio de Janeiro;<br />

cae el emoerador Pedro 1 y se proclama<br />

la repûblica (l5/XI). Primera conferencia<br />

de los Estados americanos en<br />

Washington.<br />

klrtseff: Diario. Vicente W. Querol: Ri·<br />

mas. Van Gogh: El padre tanguy.<br />

Mucrc Jules Laforgue (n. 1860).<br />

Se fonda la UGT en Espaüa. Ascension<br />

de Guillermo II en Alemania.<br />

Forest: Primer motor de Gasolina. Ma­<br />

Ilarrné : Un golpe de dados. Catulle<br />

Mendes: Los 11lijaros azules. Nietzsche:<br />

El AnticrÎsto. Maupassant: Pedro y Juan.<br />

Strinsdberg : La senorit« [ulia. Gauguin:<br />

1:::1cristo 'ami/rillo. Debussy: Dos arabes·<br />

cos.<br />

Fundactôn de la II Internacional (lIV),<br />

en Paris. Leves de proteceién social en<br />

Alemania. Harrison, presidente de EE.<br />

UU.<br />

305<br />

Mtmdo exterior<br />

Exposicion Universal de Paris: la torre<br />

Eiffel. Juan Valera: Carias americanas.<br />

Mallarmé traducc Il Poe. Bergson: Ensa·<br />

yo sobre los datos inmediatos de la conciellcia.<br />

Paul Bourget: El disdpulo. A.<br />

France: Thaïs. Van Gogh: Paisaje con<br />

ciprés. Nace Charles Chaplin.


1890<br />

1891<br />

Vid(l y obra tIe José ASlInciôn Silva<br />

Escribc el texte en pros a "La Protesta de la Musa", en el que<br />

atnca la poesie satirica, En opinion de Arias Argécz, este<br />

texte "deberia figurar en todas las antologîas colombianas, es<br />

una obra maestra de composicién y de cstilo, una joya de<br />

artc",<br />

"El dia 6 de enero cay6 mi hermans enferma gravemente,<br />

no volvl a salir de ml casa hasta el dia Il en que la llevé<br />

al ccmenterio. En scguida, moribundo de dolor y de sufrimiento,<br />

cal a cama, no pude moverme en va rios dias, ven cido<br />

de dolor, no podia pensar ( ... ) Los mûsculos no me<br />

sosrenian, tenie el alma destrozada ( ... ) Por un suprcmo<br />

csfuerzo de voluntad volvi a mis negocios. AI abrlr cl almacén .<br />

fueron a cobrarmc el entierro de mi hermana, no tenia en<br />

caja $ 600 que me pasaban de cuenta C ... )". UA pesar<br />

de mis estrechas relaciones con José Asunciôn, jamâs me<br />

hizo la mas leve confidencia al respecte, ni me dejô comprender<br />

el pésimo esta do de su situaciôn econémica, que por<br />

conductos extrafios vine a conocer mas tarde" (Arias Argâez ),<br />

306


C: El gobicrno dicta una serie de leves<br />

tendicntes a regular la actividad cornercial:<br />

Ley relativa a libros de ccmercio<br />

y Ley relative a las càmaras de cornercio.<br />

Sc autoriza al gobierno para contratar<br />

profesores univcrsitarios extranjeros para<br />

aqucllas asignaturas en las que 110<br />

se contaba con especialistas colombianos.<br />

T. Carrasquila : Simon el Mugo.<br />

Al.: Carlos Pelligrtni, presidente de<br />

Argentina (-92). Panico hursétil en<br />

Buenos Aires (7/VIII). Crisis econémica<br />

en Chilc. P. Diaz prepara su reelecci6n<br />

médiante enmienda constitucional<br />

C20/XII). Reclnmaciones de Estados<br />

Unidos contra Venezuela.<br />

Darlo define por primera vez el modernismo,<br />

J. del Casa}: Hoias al viento.<br />

A. Azcvcdo. 0 cortico. Romero Garcia:<br />

Peml{a.<br />

.<br />

Colombia y América Latina<br />

Martl: La edad de oro. C. Matto de<br />

Turner: Aves sin nido. Nacen G. Mistra)<br />

y A. Reyes. Muere J. Montalvo,<br />

C: Espafia dicta la sentcncia arbitral<br />

sobre limites entre Colombia y Vcnczuela,<br />

Se agudiza el proceso de divisiôn<br />

dei partido ccnservador en Hlstôricos y<br />

~~ciona)istas.<br />

Se abre el Colegio Dental. Aparccen en<br />

Bogotâ el periédico l.a Prensa,<br />

AL: Constiluci6n de los Estados Unidos<br />

dei Brasil (24/11). Balmaceda sc<br />

ve obligado il prornulgar por decrete un<br />

presupucsto que el Congrcso se niega a<br />

aprobar, renuncia, asile y sucidio de<br />

Balcemeda, saqueo de Santiago y Valparaiso.<br />

Creaciôn del Banco de la Nacion<br />

Argentina (l9/IX).<br />

Marti: Versos sencillos. Machado de<br />

Assis: Q14incas Borba. Naee T. de la<br />

307<br />

Mundo exterior<br />

Con fercncia de Berlin sobre la proteeci6n<br />

al trabajo. Acuerdo Irsnco-ruso<br />

contra el nihllismo. Convenciones coloniales<br />

de Inglatcrra con Alemania y<br />

Frcncia. Ley Sherman en EE.UU. Quiebra<br />

Banco Baring (Londres).<br />

Wundt: SIste7lla de Pïîosoi!«, Frazer:<br />

La rama dora da. Oscar Wilde: El retroto<br />

de Dorian Gray. Zola: La bestia humant/.<br />

Salvador Rueda: Ilimno li la<br />

came. Hamsun: Hambra. J. de Deus:<br />

Campo de Flores. Borodin: El principe<br />

Igor. Suicidio de Van Gogh.<br />

Acuerdos coloniales entre Inglaterra,<br />

Italia y Portugal. Construccién del Transiberlano.<br />

Fundacién dei Bureau Internaeional<br />

de la Paz en Berna.<br />

Endc!ica Rerum Novarum, Maurice Ba­<br />

'rrés: El cltlto deI ro (I888). Maria<br />

Bashkirtseff: Cartas. T. Hardy: Teresa<br />

de Uberville. Conan Doyle: Las aventuras<br />

de Sherloci« Ilolmes. Cézanne: Los<br />

[ugadores de cartas. Monet: Ninias.<br />

Mucre Rimbaud.


1892<br />

1893<br />

1894<br />

Vida y ohra de 10sé A51lncîolt Si/l'a<br />

Comlcnzan las Famosas clncucnta y dos ejecuciones judiciales.<br />

'Tuera de algunos volûmenes de mi biblioteca, sin<br />

valor rnatcrial (pues los que vallan los entrcgué ya a mis<br />

acreedores ), de seis vestidos negros muy usados, de vcinte<br />

pares de botines ingleses, de mi reloi, de un anille de oro,<br />

de un prcndedor de corbata y de una cartera con $ 50, no<br />

tengo nada, absolutamente nada sino la cabeza y las manas<br />

para trabajar".<br />

Escribe ensayos criticos coma "El conde Leon Tolstol'', 0 una<br />

noticia bibliogrâfica y literaria de Anatole France ("El cafre<br />

de nàcar"), a un breve juicio sobre Pierre Loti, ademâs de<br />

algunos poemas sueltos, "Silva no profesaba admiraci6n par<br />

cas! ninguno de los poetas colombianos de su ticmpo, y s610<br />

sc saivaban dei desdén con que los miraba, Caro, Isaacs,<br />

Pombo y Fallon, entre los viejas; y Gémcz Restrcpo, Casas y<br />

Rivas Frade, en el circula de los jôvenes, Del mismo modo<br />

a él no Je interesaba en la mas minima el concepto que<br />

sobre sus producciones hubiera formado el grueso püblico'<br />

(Arins Argâez ).<br />

Es nombrado par cl presidente encargado, M. A. Caro, sccretario<br />

de la Legacién en Caracas. Pasa algunos dias en Cartagena,<br />

donde se sorprende al enterarse de que sus pocrnas son<br />

conocidos y admirados ; "Yo me rio de ia fama literaria, pero,<br />

308


Colombin y América Latina<br />

C: Reformas al Concordato con la Sede<br />

apostélica, se autorlza al establecimiento<br />

de misiones en terrltorios indigenas.<br />

Administraci6n de Miguel Antonio<br />

Caro, presidente titular, Nunez<br />

(-98).<br />

Se inaugura el Teatro de Colén (I2/X).<br />

AL: Gobicrno de Sàenz Peïia en Argcntina,<br />

J. Crcspo se proclama dictador<br />

cn Caracas (7IX). Revoluciôn liberal<br />

en Honduras proclama presidente a Bonilla<br />

(III). Marti funda el partido revolucionario<br />

de Cuba y su periédico<br />

Patria,<br />

Del Casai: N leve. Aparece BI COjo Hustrado<br />

en Caracas. Dario en Espaüa. Nace<br />

César Vallejo.<br />

C: A mediados de enero, cl gobierno<br />

dada ra en estado de sitio la capital de<br />

la repûblica a causa de varias motines<br />

prornovidos por cl gremio de los artesanos.<br />

Mio de prafunda agitaci6n politica.<br />

R. J. Cuervo: Dlcoionarlo de CO'lstruC'<br />

cion y Réglmen de la lengTfa castellana<br />

(11). J. Fl6rez: Horas.<br />

AL: Sublevaciones de estados brasilenos<br />

contra el po der central. Luchas po­<br />

Ilticas en Argentina. Insurecci6n liberal<br />

en Managua lleva al General Zuloaga<br />

a la presidencla (15/IX).<br />

Cruz e Sousa: Broqueis. Mueren M. Altamirano<br />

y J. dei Casai, que ha publicado<br />

Bustos 'Y Rlm·as. Nacc Huidobro. Daria<br />

y Marti se encuentran en Nueva<br />

York. Dario en Buenos Aires.<br />

C: AI descubrirse una emisi6n clandestina<br />

de dos millones de pesos par<br />

parte dei Banco Nacional, el gobierno<br />

se ve obllgados a ordcnar su hquidacrén,<br />

309<br />

Munda exterior<br />

Escàndalo deI Canal de Panama en<br />

Francia; bancarrota de Lesseps (-1893)<br />

y suspensiôn de la construcién, Tarifas<br />

proteccionistas en Francia.<br />

Barrés: De la sangre, deI placer ')1 de la<br />

muette. Salvador Rueda: En tropel (con<br />

pr6Jogo de Darlo). Hauptman: Los teiedores.<br />

Apogee de los "mardis" en casa<br />

de Mallarmé. Toulouse-Lautrec: }Q1It:<br />

Avril ante el Moulin Rouge. Muere<br />

Renan.<br />

Insurrecci6n de los j6venes checos en Praga.<br />

Masacre en Armenia. Congreso del<br />

Independant Labour Party. Ola de atentados<br />

terroristas en Barcelona. Segunda<br />

presidencia de Cleveland en EE.UU.<br />

Crisis de la bolsa. Protectorado norteamcricano<br />

en Hawaï y francés en Dahomuy.<br />

Morey: primer proyector cinematogrâfico.<br />

Nace Mao Tse-rung,<br />

Heredia: Los trojeos, Mallarmé: VersD<br />

y prusa. Beardsley: Salomé, Munh: El<br />

grUo. M. Nordau: Dege'lcTaci6,1. Chaicovski:<br />

Sinjonia patética. Muere Taine<br />

y se publican los Orlgenes de la Francia<br />

contemporatlea (1876). P. Loti: Aziyade.<br />

Menéndez Pelayo: Antologfa de poetas<br />

hispanoamericanos (-95). Suicidio<br />

de Maupassant. Muere Zorrilla.<br />

Doble Alianza franco-rusa. Proceso Dreyfus<br />

en Francia. Nicolas II, Zar de Rusia.<br />

Los italianos invaden Abisinia. Asesinato<br />

de Sadi Carnot. Los japoneses ocupan<br />

Port Arthur.


1895<br />

Vida y obra de José Asuncion Silva<br />

francamente, no deja de ser cémodo que 10 conozcan a uno<br />

de nombre y que le traten con Jas consideraciones con que<br />

me tratan". En Cartagena visita a R. Nuüez: "Rianse, mis<br />

viejas querldas -cscribe a su familia-, en las tres ocasiones<br />

en que he estado a verlo, yo, que jamâs me ocupo de eso en<br />

Bogota, he conversado de politica continuamente con élu. Alli<br />

mismo se publica cl Nocturne ("Una noche ... "), en la<br />

Lectura para todos (VIII): "EI Nocturno de Sllva, su Noeturno<br />

divine, azorado )' aüorante, deleitaba a los jôvenes<br />

caraquefios cie 1884, no por la gota de acibar )' la gota de<br />

infinito que resbalan por él, sino mcrccd a las audacias<br />

rnétricas que recordaban los hcxàrnctros de Poe, conocido<br />

entre nosotros por las rnagnificas versiones de Pérez Bonalde<br />

y el versolibrismo de los simbolistas franceses, que îniciarcn<br />

Rimbaud y Laforgue en 1886, y que apenas conociamos.<br />

Aplaudian esc Nocturne dei gran l'oeta los jovenes caraquefios<br />

de 1894, y Jo aplaudinn hasta rornpersc lAS manos,<br />

mas por ser un dechado de versolibrismo que por ser una<br />

elegia suprema, mas por la hcrmosura y oriente de la perla<br />

que por ser la perla una lagrima" (Blanco Fombona).<br />

La temporada de Caracas fue de esrudio, abundantes leeturas,<br />

artlculos, poemas, cuentos, novelas: "Tengo la esperanza<br />

de aprovechar los ratos desocupados que me deja la<br />

Legaciôn para continuar mis pebees trabajos literarios, interrumpidos<br />

por cl strugle for liie de los anos anteriores": picnsa<br />

"concluir varios poemitas empezados que fonnan parte de<br />

un libro que vcngo soüando desde hace cinco anos y deI cual<br />

hay une parte considerable hecha y casi lista". Muere<br />

R, Nùüez y Silva decide rcgresar a Bogotâ a fines de aüo.<br />

Publics en El Cojo lustrado de Caracas su articule sobre<br />

Nùüez.<br />

1: Embarca en La Guaira en el vapor "Arnerique", que<br />

naufraga a los POCOS dias. Los pasajeros son salvados, pero<br />

S~· pierde el cquipajc. Silva pierde "10 mejor de mi obra".<br />

"Conoci gran parte de esa obra desaparccida, Los doce Cuentos<br />

ncgros, 10$ Cu,·nlos de ruzas, mcdltactoncs Iilosoficas, articulos<br />

de critica, y las poesies, que el autor habia dividido en<br />

cuatro sccciones: Sitios, Versos para ella, Para los ninos, Psicopatologla.<br />

La carta a Bourget con motive deI prélogo de<br />

Tierra prometida, era un tratado de la Voluntad y la Energia<br />

( ... ) En los versos querra Introducir rima nueva, el<br />

ritmo dislocado que revela y se adapta a la expresiôn de los<br />

cstados de alma ocultos y sunles. Pero como poseia una<br />

soli da educacién clàsica, sabla hacer versos sonoros muy suietos<br />

a la retôrica afieja. Para Ia prosa, hacia uso de rodes<br />

310


Colombia y América Latina<br />

aunque ésta solo se realizarà ailos mas<br />

tarde. Muere R. Nüüez (lB/IX). PrO.<br />

ducci6n cafetalera por primera vez alcanza<br />

los veinte mil kilos.<br />

AL: Chile consolida su victoria sobre<br />

cl Perü (28/III). J. Crespo, presidente<br />

de Venezuela (14/III).<br />

GonzaJel Prada: Pdgitlas Libres. H.<br />

Frias: Tem6chic. Aparece la Revista<br />

Azul en México. Se funda Cosm6polis<br />

en Caracas. Revlsta de AmériCll (Dario<br />

y [aimes Freyte) en Buenos Aires.<br />

C: Revolucién libers) dirigida por el<br />

General Santos Acosta (2911), quien<br />

cs derrotado por las fuerzas del gabierno<br />

al msndo de Rafael Reyes. Publicaci6n<br />

de los mapas de los departamentos<br />

de Bolivar y Santander.<br />

Naeen 1. de Greiff y D. Samper Ortega.<br />

Muere J. Isaacs.<br />

AL: Segunda guerra de independencia<br />

de Cuba (24/II); Marti muere en Dos<br />

Rios (19/V). Derrotados los rebcldes<br />

brasilefios. Acuerdo sobre politlca exterior<br />

cornûn de Honduras, Nicaragua y<br />

311<br />

MU1tdo exterior<br />

Durkheim: Reglas dei métodn sociolôgico.<br />

D'Annunzio: El trlunjo de la muerte.<br />

Kipling: m libro de III selva. Muere<br />

Leconte de Lisle,<br />

Convcncién chino-japonesa en Pekin.<br />

E} Canal de Kiel. Fundaciôn de la CGT<br />

en Francia.<br />

Lumière: Primer aparato cinemategrâ­<br />

Pico. Roentgen: los rayes X. Bourget:<br />

Ultramar, Yeats: Poemas. Valéry: La tarde<br />

con el Sr. Teste. H. Wells: La maqulna<br />

de explorar el tiempo. Gauguin en<br />

Tahiti. Muere Engels.


1896<br />

Vida y obra de José Asunci6n Silva<br />

los procedimientos, a fin de hacer el idioma dûctil, sugestivo,<br />

que tuviera, ora los 'verdores de la descornposiciôn',<br />

ora la fragancia de .la juventud. Un ensayo de periumeria<br />

10 hubiera firmado Huysmans" (P. E. Coll). Una vez en<br />

Bogotà, comienza a ocuparse de negocies y nuevas mdustrias.<br />

5/VI: recita "Al pie de Ia estatua" en la Legaciôn de Venezuela.<br />

[scribe otros poemas, como "Paisaje tropical". Es nombrado<br />

Consul Je Guatemala, pero no acepta. Los negocies<br />

comienzan a ir mal. "Para hacer obra hterana perfecta cs<br />

necesario que el organismo tenga la scnsacién normal y fisio­<br />

Iégica de la vida; las neurosis no engendrarân sino hijos<br />

enclenqucs, y sin un estudio profundo, cstudio de las lcyes<br />

mismas de la vida, estudio de los secretes deI artc, gimnasia<br />

incesante de la mtellgencia, esfuerzo por cornprender mas,<br />

por deshacer preconcebldos, por analizar 10 mas hondo, la<br />

obra literaria no tendra los cimientos necesarios para resistir<br />

cl tiempo ( ... )". Rcconstruye una de las novelas perdidas,<br />

De sobremesa, que para Arias Argâez, mas 'que novcla es "el<br />

dcsarrollo de un Diario Inümo de Silva, en el cual pueden<br />

apreciarse sus irnpreslones, reflejo lcgitimo


Colombia y América Latina<br />

Salvador. General Gutiérrez, presidente<br />

dei Salvador (III). P. Bonills, presidente<br />

de Honduras (-99). Violentos cambios<br />

de gobierno en Ecuador, Perû y Argentina.<br />

Nucva constituciôn en Ecuador.<br />

S. Chocano: En la aldea, Zeno Candia:<br />

La charea. J. Borrcro: Rimas. L. Diaz:<br />

Balorrelieves,<br />

Nscen E. Martincz Estrada, J. Mancisidor<br />

y J. de Ibarbourou. Muere N.<br />

Gutiérrez Najera. .<br />

C: Convcnio Roldân-Passmcre sobre deuda<br />

extcrna. Los Hlstéricos publican sus<br />

puntos de vista pclitico-eccnômicos, oficia­<br />

Itzândose la divlsl6n del partido conservador.<br />

Caro lIama al designado a encargarse<br />

dei gobierno, pero éste solo dura en el<br />

mando cinco dias (12-17 lm), debido a<br />

pugnas internas dei partido conscrvador.<br />

T. Carrasquilla : Frutos de mi tierra.<br />

J. M. Marroquîn: Bias Gil.<br />

AL: Intente de aseslnato contra el presidente<br />

Crespo de Venezuela (2/11). 'Insurecciôn<br />

de los yaquis en México.<br />

Daria: Prosas Profanas y Los raros,<br />

Justa Sierra: Cuerltos romanticos. Diaz<br />

Miron: Paeslas. Palma: Neologismes y<br />

amcricanismos,<br />

313<br />

,.,,1 undo exterior<br />

los ingleses en Sudân, los Franceses en<br />

Madagascar. Acucrdo austro-ruso sobre<br />

los Balcanes,<br />

Marconi inventa la telegrafia sin hilos.<br />

Bergson: iHateria y memoria. M. Schwob:<br />

Vidas imaginarias. Kropotkin: La<br />

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325


INDICE


PR6LOGO por Eduard" Camacho Cuizado [IX]<br />

CRITERJO DE ESTA EDICION [LIll]<br />

POESIA<br />

Et LlBRO DE VERSOS<br />

Al oido dei lector [3]<br />

Infancia [3]<br />

Crisâlidas [5]<br />

Los maderos de San Juan [6}<br />

Crepûsculo [71<br />

AI pie de la estatua [9J<br />

Pagi,zas suyas<br />

Juntos los dos [18]<br />

A veces cuando en alta noche [18]<br />

Poeta, di paso [19 J<br />

Nocturno [20]<br />

Sitios<br />

La voz de las cosas [22]<br />

<strong>Obra</strong> humana [22]<br />

Ars [23]<br />

Vejeces [23]<br />

Resurrecciones [24]


Mariposas [25]<br />

Nupcial [25]<br />

... ? .. (Estrellas que entre 10 sombrio) [26]<br />

Serenata [27)<br />

Taller moderne [271<br />

Un poema [28]<br />

Midnight dreams [29]<br />

Paisaje tropical [30]<br />

CeniZAS<br />

Lâzaro (3)]<br />

Luz de luna [3 i]<br />

Muertos [33]<br />

Triste [34]<br />

Psicopatla [35 J<br />

Don Juan de Covadonga [37]<br />

Dia de difuntos [39J<br />

Las voces silenciosas r43]<br />

COTAS AMARGAS<br />

Avant-propos [45]<br />

El mal dei siglo [46]<br />

La respuesta de la Tierra [46]<br />

Lentes ajenos r4 7J<br />

Capsulas [48J<br />

Madrigal [49]<br />

Enfermedades de la ninez [49]<br />

Psicoterapéutica [49]<br />

Futura [50]<br />

Zoospermos [5 1]<br />

Filosoflas [53]<br />

Idilio [55]<br />

Égalité [5 5 J<br />

Resurrexit [56 J<br />

VERSOS VARLOS<br />

Primera Comunién [57]<br />

Idilio [57]<br />

Suspiro [58]<br />

Las arpas [59]<br />

Perdida [59]


La ventana [61]<br />

Crepûsculo [63]<br />

Notas perdidas [63]<br />

IV [64]<br />

IX [65]<br />

X [65]<br />

XIV [66]<br />

En la muerte de mi amigo Luis A. Vergara R. [67J<br />

Las golondrinas [69]<br />

Imitacién [70J<br />

Encontrarâs poesia [71]<br />

Realidad [72]<br />

A un pesimista [72]<br />

Voz de marcha [73]<br />

Estrellas fijas [75]<br />

El recluta [75]<br />

La calavera [77]<br />

A Diego Fallon [78]<br />

F,I alma de la rosa [78]<br />

A ti [79]<br />

Sinfonia color de fresas en leche [80]<br />

La ûltima despedida f81 J<br />

Sus dos mesas [82]<br />

Paseo [82]<br />

[Seûor! [Mirad las almas ... ! rS3]<br />

Convenio [R41<br />

Cuando hagas una estrofa . .. (84)<br />

De los rosados Iabios. .. [84]<br />

Sonetos negros [8S]<br />

... ? .. (POT qué de los câlidos besos) r86]<br />

Nocturno [86]<br />

Poesia viva r8 71<br />

Ronda (SR)<br />

Necedad yanqui [89]<br />

POEMAS ATRlRUIDOS A SltVA<br />

Rien du tout [9 J]<br />

Viejo rosaI [9 Il<br />

,Para qué quières versos. . .? r92]<br />

Armonias [92]<br />

Ntdos [92]


NOT AS Y VARIANTES [95]<br />

PROSA<br />

DE SOBREMESA [109]<br />

PROSAS BREVES<br />

La protesta de la Musa [245]<br />

Transposiciones [247]<br />

Suspiros [252]<br />

El paraguas dei Padrc Le6n [254]<br />

Crîtica ligera [256]<br />

Doctor Rafael Nûûez [260]<br />

Anatole France [270]<br />

El Conde Leén Tolstoi r27 3]<br />

Prôlogo al poema intitulado "Bienaventurados los que Iloran"<br />

de Federico Rivas Prade [275]<br />

Pierre Loti [277]<br />

NOTAS Y VARIANTES [279]<br />

CRONOLOGIA [281]<br />

BIBLIOGRAFiA [315)

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