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PROLOGO<br />
EL "CASO" Silva resulta extraordinariamente interesante para comprender<br />
la situacién de cierto tipo de intelectual en los rnedios dominantes latinoamerlcanos<br />
de fines del siglo XIX, y para comprender también coma<br />
funciona la mcntalidad mitificante del aficionado a las letras, especialmente<br />
en un pais coma Colombia, donde la literatura y la cultura, los<br />
sabios y los poetas han constituido un preciado mito de ciertos sectores<br />
de las clases médias y altas. José Asunciôn ha llegado a ser una especie<br />
de leyenda, un "caso" de la sensibilidad poética, de la exquisitez de<br />
espiritu, de la genialidad enferrniza, de los desvlos deI ser superior, deI<br />
conflicto con la realidad que trene toda alma privilegiada, y en fin, de<br />
la psicopatologia dei genlo artistico. Su vida y actitudes de "dandy", su<br />
desdén aristocratico y decadente, sus comentadas relaciones con su hermana<br />
Elvira, las circunstancias de su suicidio a tan temprana edad y,<br />
desde luego, su "Nocturne" mayor, han configurado la lcycnda. Por otra<br />
parte, es uno de los poetas cuya obra se ha editado mas en toda la<br />
historia de las Ietras colombianas: el "Nocturne" podrla ser, incluse,<br />
cl poema mas editado y leido de todas las letras hispânicas. Ningùn<br />
otro poeta ha merecido tantes homenajes ( eso si, dcspués de rnuerto )<br />
en esta "tierra de poetas", c.omo irônicarnente, sin duda, solian llamar<br />
a Colombia.<br />
leyenda, y pocas voces lûcidas y sensatas sc han escuchado cuando se<br />
habla de Silva 1.<br />
Nace en plena época de convulslones politicas y econ6micas. Estudios<br />
reducidos e ineficaces: como ha dicho su gran amigo Baldomero Sanin<br />
Cano, "el dia que sintié las mordeduras dei genie sobre la frente, tendlé<br />
la vista hacia atrâs para averiguar 10 que habla aprendido en la escuela<br />
y descubrir, como todos nosotros, que no sabia nada". Asi, toda su forrnacién<br />
es autodidacta y éste es un hecho que se olvida frecuentemente,<br />
ya que suele presentârsele coma poco menos que un erudito en filosofia,<br />
psicologia, medicina (el hecho de que se hiciera indicar, el dia anterior<br />
a su suicidio, el lugar deI corazén, pone en duda la veracidad de tales<br />
atribuctones), literatura, etc. Desde luego, realizô el periplo obligado<br />
de los intelectuales de su c1ase en la Latinoamérica de fin de siglo:<br />
Paris, aûn muy joven y por poco tiempo. Luego ira a Caracas, en el<br />
servicio diplomâtico. Su cultura es diletante y sus lecturas, al parecer<br />
abundantisunas, en muchos casas resultan desordenadas, mal asimiladas<br />
y anodinas. Su curiosidad intelectual se saciaba en el ultimo libro que<br />
caia en sus manos y muchas veces en obras de las que por fortuna<br />
no guardamos ningûn recuerdo. De muy joven ley6 y tradujo a Maurice<br />
de Guérin y a Béranger >, luego, con apasionamiento justificable, a<br />
Hugo, Tennyson, Sully Prudhomme; no descuid6 a Edgar Allan Poe,<br />
Baudelaire 0 a Bécquer; pero sus maestros también fueron Joaquin Maria<br />
Bartrina, don Ram6n de Cempoamor y cl inefable don Gaspar Néüez<br />
de Arce. Poco hay en su obra que permita creer que gust6 de (0 que<br />
le influy6) la obra de Verlaine, Mallarmé, y desde luego ignoré cornpletamente<br />
a Rimbaud ~. En este sentido su obra es, en buena parte,<br />
1 La bibliografia sobre Silva, sobre el caso humano, sobre su psicologia, etc.,<br />
es tan cstrambética eomo abundante. La mtuitiva simpatia que suscita el poeta<br />
perseguido pOT el sordide mundo del "materialisme", las ejecuciones iudiciales<br />
l'or deudas de negocies, suelen excitar al Impeniteme romântico que duerme en<br />
la pluma de muchas de nuestros criticos, Destaqucmos aqui, sin embargo, el<br />
articulo de Camilo de Brigard Silva, sobrino deI poela, titulado "El infortunio<br />
comercia] de Silva", inc1uido en Jas <strong>Obra</strong>s comvlctas, edici6n del Banco de la<br />
Repéblica, Bogotâ, 1965; este articule sobrio, infonnativo y doeumentado contrasta<br />
notablemente con tantas indigestas leyendas psicobiolôgicas de criollos biégrafos.<br />
2 Son curiosas las eoincideneias entre Guérin (1810-1839) y Silva: el amor<br />
por la hcrmana, la muerte premature, por ejemplo.<br />
a Resulta euriosÎsimo exarninar las menciones que hace el propio Silva en la<br />
obra lirerarfa 0 en la correspondencia de los autores que dice conocer: he aqui algunas,<br />
al azar : Spinoza, Spencer, Wundt, Max Nordau, Verlaine, Taine, Tolstoi,<br />
Pierre Loti, Paul Bourget, Maria Bashkirtseff, Sully Prudhomme, Maurice de Guérin,<br />
Bérangucr, Pereda, Nùfiez de Arce, Renan, Mauricio Barrés, D'Annunzio,<br />
Zola, Mallarmé, Claude Bernard, etc. Existe una menci6n reveladora. Cuando<br />
debe entregar sus libres en parte de pago de sus deudas, en la lista aparecen estos<br />
titulos . "un ejemplar de Ismaelillo, de pasta marroqui blaneo con esquinas de<br />
oro, scguido de la anotaciôn "regale de José Marti" ( ... ) un ejernplar de A<br />
rebours, pasta marroqui rojo, regale de S. Mallarmé..... (cit. por de Brigard,<br />
art. cit., pag. 394). Las relaciones entre Silva y Mallanné eran, al pareeer, muy<br />
amistosas, ya que en alguna ocasiôn cl colombiano le envia al franeés una orquldea<br />
vcnezolana, que éste le agradeee en una esquela. Sin embargo, no aparecen<br />
x
un intento de imitaciôn, asimilaciôn y adaptaci6n de las letras decimonônicas<br />
europeas, espaüolas 0 franccsas, 0 incluse, norteamcricanas (Poe).<br />
Es decir, una obra culturalmente colonizada, camo casi toda la pocsia<br />
rnodernista y como una muy buena parte de las lctras latinoamerlcanas<br />
que, sin embargo, ofrecen algo propio y diferente.<br />
La actitud poética de Silva exprcsa formalmente el mismo conflicto<br />
que expresa la de los poetas franccses del simbolismo y de ln modern idad :<br />
la hostilidad del capitalismo y de la burguesia que, segün los casos, nace<br />
o se afirma contra el arte v la cultura. Silva formula este conflicto de<br />
una manera peculiar, sin distingulr tal vez muy claramente los térrninos<br />
que se enfrentan. Desde luego, tal conflicto no pucdc plantearse en<br />
Colombia 0 en Latinoaménca en los misrnos términos europeos, ya que<br />
es dlficil hablar de burguesia en cl sentido clâsico 0 técnico dei término<br />
en el continente, especialmente en aquellos tiempos, aunque cl auge de<br />
cierta clase social de comcrciantes se deba a la inyccciôn capitaliste del<br />
comercio exterior, en buena parte. Pero, indudablemente, Silva se scntia<br />
tan rechazado, incomprendido y hostilizado por su medio ambientc, por<br />
su propia clase, camo Baudelaire por la burguesia trlunfante a partir<br />
de la segunda mitad del sigle XIX. 1\'0 s610 tenemos al respecte las<br />
protestas de Silva contra 1:1 "realidad", sino la persecucién desatada<br />
contra él, que cornienza en cierta manera en los reproches de su madre<br />
par escribir poesia, y Ilega hasta la justicia, que le acosé con cincucnta<br />
y dos ejecuciones, al quebrar su negocie y Fracasar corne comerciante.<br />
en parte dcbido a las consecuencias de la gllcrra civil de 1885, en parte<br />
a su falta de esplritu burgués y de talante capitalista.<br />
Que Silva se hallaba en cnntraposicién a su cluse sc ha convertldo<br />
en un lugar cornûn entre los que se han ocupado de su obra. Que él<br />
extremé en ocasiones sus desafios a las convcnciones sociales de eSII<br />
pequeûa sociedad pacata y conservadora, también resulta ya dernasiado<br />
repetido. Que esa sociedad Jo hostilizé y persigui6 en varias formas, yu<br />
no es tan resabido. Presumido (10 apodaban José Presunciôn ), altivo.<br />
aristécrata sin medios, europeizado, dandy descreido ':' desafiante, fur<br />
rechazado por sus propios congénères sociales (y aun por su propia<br />
familia: su abuela 10 ejccuté judicialmente par deudas ), que sc rcian<br />
de él y que contemplaron su ruina y suicidio con frialdad 0 reproche.<br />
Imagen de todos ellos, el temible "scüor U ribe" de su correspondencia,<br />
quien, con la Imitaciàn de Cristo y El progreso del alma dei parlee<br />
Faber, en alto, pcrsigue lmplacablemcnte y con gran sana al pobre poeta<br />
en quiebra cornercial. La esccna, relatada por Silva con admirable v<br />
sutll ironia, es muy ilustrativa: el joven poeta, arruinado pero sin<br />
huellas aprcciables de su poesia en la obra de nuestro poeta. En la ùnica rcfercncia<br />
Que aparece en ella, en el articule "El doctor Rafael Nûfiez", Silva cita un<br />
verso de Mallarmé: La vie est triste, hélas l, et j'ai III tous les livras, en vez de<br />
La chair est triste. .. Se diec tamblén que Gustave Flaubert le régalé la primera<br />
ediciôn de Las flores deZ mal de Baudelaire.<br />
XI
abandonar su actitud snob de noble crtollo y de llterato, va a proponer<br />
soluciones a su rico y despiadado, maguer piadoso, acreedor :<br />
Llegué a su cuarto, 10 saludê con gran carina, me acomodé en un sillon,<br />
enccndi un cigarrillo turco, y comencé a hablarle. Usted dej6 de leer un<br />
libre mistico que tenia en la mano, la lmitacion de Cristo, 0 El l'rogreso<br />
del alma, dei padre Fabcr, une de esos libros divines que aconsejan la manscdumbre,<br />
el amor al préjimo, el perd6n de las ofensas y el desprendimiento<br />
de los blenes terrenales, uno de esos libros que usted queria siempre que<br />
vo leyera para que abandon ara mis malas ideas '.<br />
Al hablar el poeta, el seiior Uribe se inflama de celo econômicoreligioso:<br />
"la ira sagrada de usted no tuvo limites, yo le decia a<br />
usted mis frases con el aire de un hombre que sabe 10 que hace y<br />
que no tiene miedo a nadie, ni a nada. Usted me gritaba furioso que<br />
mi tranquilidad rcvelaba falta de vergüenza ... " La santa indignaci6n<br />
de] piadoso comerclante y financiero se debia en parte al fracaso de<br />
su intento de hacer regresar: a Silva al buen camino de la sensatez<br />
comercial y la religién, cosas que para él eran la misma. Ante la ruina<br />
total, cuenta el poeta, el seûor Uribe<br />
me aconsejaba la confJanza en 10 sobeenatural, en los milagros, me bada<br />
Ieer el Iibro de Henri Laserre sobre Nuestra Sefiora de Lourdes y la vida<br />
de Sa1' Ignacio de Loyola. Otras veces me indicaba medios mas bumanos,<br />
en una ocasién me aconsejô que espcculara en minas y en aira que tomara<br />
boleta de la loterie espafiola, para ver si me sacaba el groslot,<br />
El incidente es muy revelador de la mentalidad del comerciante<br />
tipico de la época y su choque con la actitud dei tipo de intelectual<br />
que representa Silva.<br />
A pesar de que la mayoria de los biégrafos han tratado de presenter<br />
a Silva coma un hombre lnhâbil e incapacitado para actuar en ese<br />
mundo comercial, el comercio fue su carrera, y el dinero su problema<br />
constante. El problema no era de inhabilidad a de incapacidad; mas<br />
bien era de gustos y de desprecios. En aquellos dias, en aquella estrecha<br />
y mezquina "alta" sociedad bogotana de su época seguramente no habla<br />
ninguna posibilidad de hacer otra cosa para alguien como él, Desde<br />
muy joven fue impulsado por su padre al comercio. En 1884, "cuando<br />
apenas contaba 19 aïios, 10 asociô a su casa de comercio, para la<br />
cual fue necesario obtencr la habilitaci6n de edad. En 1885 el poeta<br />
viaj6 a Francia, enviado por su padre, con el probable propésito de<br />
que entrara en contacta con los fabricantes y comisionlstas que surtian<br />
de rnercancias cl almacén ... " El mismo Brigard opina que sus diftcultades<br />
econômicas hubieran podido ser sorteadas<br />
• Brigard, art. cu., pag. 408.<br />
XII
si Silva hubiera poseido en el fondo un tempcramento mercanti], pero su<br />
extraordmarla sensibilidad de artista no era la mas apropiada para el mancjo<br />
de estos baies intereses matenales, y esa mancra de considcrar la vlda, Il<br />
que 10 inclinaba su inteligencia, 10 ponia en constante conflicto con cl medio<br />
en que necesariamcnte debla dcsarrollar sus actividndes, granjcândole la<br />
antipatia de muches y la enemistad de otros.<br />
Sin embargo, en otro lugar también dice : "A pesar de su juvcntud,<br />
Silva demostré, desde su primer contacto con los negocies, un cspiritu<br />
aplomado y previsi vo ( ... )".<br />
Desde luego, hay una contradiccién entre el "cspiritu aplomado y<br />
previsivo" y la "extraordinaria sensibilidad de artista", pero parece aclarado<br />
ahora que Silva se estrellé contra las circunstancias econémicas<br />
y culturales dei pais y de la ciudad y contra la hostilidad, envidia y<br />
justificable antipatia de enemigos y amigos que no quisieron ayudar<br />
a este extrafio personaje tan diferente de ellos y que tanta supcrioridad<br />
exhibia, que los satirizaba constantemcnte y que no compartia ni sus<br />
creencias ni su cortedad de miras G.<br />
Al trasladarse a Caracas, continua con sus proycctos de grandes negocios,<br />
"pero ya nadie creia en él, nadie tenia conflanza en sus habilidades<br />
comerciales". Lucgo, al regresar a Bogctâ, instalé una fabrica de baldosas,<br />
pero tarnbién fracasé y de nuevo comenzaron las persccucioncs cconémicas<br />
y judtciales. Esta vez el poeta no puede soportar la situacién<br />
y se suicida. A pesar de la leyenda tejida alrcdedor de su muertc, la<br />
versi6n mas sensata parecc ser ésta: su muette se dcbiô, COmO causa<br />
inmediata, a su fracaso comercial y social, a sus dcudas que no podia<br />
satisfacer, cs decir, a su choque con 10 que su sobrino y editer llnma<br />
"los bajos intereses materiales" y que él llamaba "struggle faTlifero" o.<br />
6 Baldomero Sanin Cano ha dicho, en sus rcproducidisirnns "Notas", que "cl<br />
medio don de se ngitaba le eerr6 todos los caminos", Su dcscendicnte dcscribc nsi<br />
el ambiente econ6mico de la ciudad y la acntud dei pocta: "5610 dos 0 Ires bancos<br />
ejercian las funcioncs del crédite y elles esta ban dirigidos por un reducido grupo<br />
de gentes adineradas, sin cuva aquicsccncia era imposiblc conseguir un préstamo.<br />
Como no exisdan las industrias, ruera dei cornercio y la agricultura, cran pocas<br />
las actividades a que los ciudadanos podlan dedicnrsc, Silva, postblcmcntc no<br />
ambicionaba la rlqueza, pero si las cosas que con elll1 se podlan ndquirtr. El.
En Ultimo término, a un choque profundo con su sociedad. Sin duda<br />
los anos mas odiosos de su vida son los inmediatamente anteriores a su<br />
viaje a Caracas. En 1894 escribe a Baldomero Sanin Cano sobre el<br />
posible traslado de su madre y su herrnana a la capital venezolana:<br />
( ... ) cuando recuerdo los dos ültunos aüos, las decepciones, las luchas,<br />
mis clncuenta y dos ejecuciones, el papel moneda, 10$ chismes bogotanos,<br />
aquells vida de convento, aquella distancia dei mundo, 10 acepto todo con<br />
la esperanza de arrancar a mis viejas encantadoras de esa cuita capital 7.<br />
Evidentemente, Silva queria ser rico, cosmopolita, tener éxito en<br />
los negocies, triunfar con la imaginaciôn; pero despreciaba su medio<br />
social, la esmirriada cIase en que se movia, la mezquindad y la pequefiez<br />
de su ambiente; el dinero para él era una manera de salir, de abandanar,<br />
de ignorar ese medlo y esa clase. Su conflicto no era tante con el dinero<br />
mismo cuanto con la vulgarldad y la tonteria rnaliciosa de los "sefiores<br />
Uribe", y con la falta de respuesta que encontraba en otras clases<br />
sociales, analfabetas y explotadas, Silva rechazaba el presente, el aqui<br />
y el ahora, pero en términos concretos, no en abstracto. Estos términos<br />
se generalizan en su obra, pero sicmpre parten de una base concréta.<br />
El rechazo dei presente y la condena que hace repetldas veces de la<br />
"realldad'', son gencrallzaciones del conflicto con su circunstancia inrnediata,<br />
su situaci6n concréta, en medio de ese ambiente confuse y<br />
convulsionado, mezcla de arcaîsmo y modernidad, dei fin de siglo.<br />
"Nuestra época Mediocre y ruin"; "estas sociedades decrépitas'', son<br />
frases que en De sobremesa se pueden encontrar con ft'ecuencia, asi<br />
como también en algunos poemas. "Presente" y "realidad" son térmlnos<br />
equivalentes en una pagina de )a novela que merece transcribirse a<br />
pesar de su extension, ya que plantes ese conocido y acuciante conflicto<br />
del intelcctual latinoamericano de la época: la "materia" y el espiritu:<br />
(La realidad ... ? Llaman realidad a todo 10 mediocre, todo la trivial, todo<br />
10 insignificante, todo 10 despreciable; un hombre pdctico es el que ponlendo<br />
una inteligencia escasa al servicio de pasiones mediocres, se constituye una<br />
renta vitalicia de irapreslones que no valen la pena de sentirlas ( ... ).<br />
ILa realidad! ILa vida resll jLes hombres practlcos!... iHorrorl... Ser<br />
prâctico es aplicarse a una empresa me:z.quina y ridicula, a una empresa de<br />
aquellas que vosotros despreciasteis, lob! colosos, iohl creadores, [ohl padres<br />
de los que Ilamamos el alma hum.na, que impedisteis con vuestra subli<br />
IQ.es locuras que nuestros Oj05 iluminados por un resta de la luz que hradî6<br />
de vuestros esplritus, DO sean los ojos atonos de los rumiantes ... ) 1V~<br />
sotros 00 fuisteis practicos] [ohl poetas, [ob! genios, iobl faros, [oh! padres<br />
dei espfritu humano que atravesasteis la vida amando, odiando, cantando, 50iiaDdo,<br />
mendigando mieotras que los ottos se emlquecian, goz.aban )' morlan<br />
satisfechos y tranquilos!<br />
1 Id. Ibid., pâg. 384.<br />
XlV
No es dificil reconocer los términos concretos a los que se refiere<br />
Silva: el mundo dei capitallsmo, el avasallador desarrollo de la burguesia<br />
moderna, Obsérvese cl tono econémico de la deflnlcién. Dlce en<br />
otra parte: "Pero, ,qué es la vida real, dirne, la vida burguesa, sin<br />
emociones y sin curiosidad?"<br />
y sin embargo Silva conocié una cierta popularidad camo poeta.<br />
Cuando sale de Bogotâ, camino de Caracas, se detiene unos dias en<br />
Cartagena. Esta ciudad tropical, donde la naciente burguesia no ha<br />
quitado atm el tono a una vida sencilla, natural y arcaica, impresiona<br />
favorablemente al poeta, En primer lugar, 10 que Hama "la simpatia<br />
y sencillez de costumbres de la gente de aqui", "Nada de tiesura, nada<br />
de 'pose' ", aüade en una carra a su madre. Al hablar de dona Soledad<br />
Roman. la esposa dei presidente Rafael Nûfiez, dice:<br />
Dona Sola tiene en la calle de Lozano una cigarreria y otra en oero lugar<br />
y un cochecito de alquûer por haras. Enrique Roman, el Gobemador, se pasa<br />
todos los ratos en que no esta en la Gobernaci6n en su botiea despachando él<br />
mismo. Es muy simpatico eso y 10 haee a uno descansar de los tipos artificiales<br />
y llenos de prentensiones que tante abundan en esa ciudad.<br />
También compara el "bajo puebla" favorablemente para el de la<br />
costa: "Con toda su fealdad, el bajo pueblo negro es mas atrayente que<br />
el nuestro; la gente se rnueve, grita, chapurrea inglés, francés, no tiene<br />
el dejo terrible de nuestros pobres sabaneros".<br />
Camo decia, aUI encuentra admiradores de su obra. Al hablar deI<br />
Gobemador Roman, dice:<br />
No se rian ni 10 tomen a vanidad si les cuento que él y diez a doce mas me<br />
haDdlcbo de memoria "Las dos mesas", "Susplros","La serenata", "Azabares",<br />
en fin, todo 10 que be publicado, Los versos a Rubén Daria los dicen veinte<br />
o treinta. "Ritmlca reina lirfca'' forma parte del saludo que me hace cada<br />
persona a qulen me presentan. Yo me rio de la fama literaria, pero, francamente<br />
ne dela de ser c6modo que la conozcan a uno de nombre y que<br />
le traten COD las consideraciones con que me tratan 8.<br />
Esta popularidad iba a erecer considerablernente con la publicaci6n<br />
dei "Nocturne" rUna noche' ... ) en La lectura para todos, de la misma<br />
Cartagena, en julio de 1894. Sin embargo, Silva no fue poeta en su<br />
tierra, 0 al menos no 10 fue tanto como en otras. Sanin Cano cuenta<br />
8 Esta carra, de agosto de 1894, publicada en la Ed. BR, es doblemente importante,<br />
ya que seiiala algunos poemas y confirma la paternidad de "Ritmiea reina<br />
llrica", poema que Inexphcablemente, coma otros muches, no figura en las ediclones<br />
eolombianas de poemas U obras completas. Esta es especialmente extraûo,<br />
ya que une de los editores de la edicion dei BR es el propio seâor Miram6n, en<br />
cuyo libro 'Olé Asuftcl61l Silva, publicada much1simos anos antes (1937), se<br />
incluye el texto del poema.<br />
xv
que, cuando sali6 el "Nocturne", "la sensacion deI gran pûblico fue de<br />
estupor, Los menas inteligentes la tomaron de memoria para reirse a<br />
salas. juzgândola obra de mlstificador, No le hicieron justicia sino<br />
tarde y a regaüadientes, cuando la prensa dei continente se apoderé de<br />
ella con asornbrado amor" 9. Es verdad, coma dice el mismo Sanin Cano,<br />
que "10 que apareciô antes de su muerte no fue sino la menor parte<br />
de su obra poética, y no la mas caracteristica, seguramente" 10, y par<br />
tanto no pu do ser justipreciada en su verdadero valor, pero también es<br />
cierto que Silva parecia preferir el éxito comercial 0 mercantil al éxito<br />
literario, camo dice Brigard. Para él pudo ser una tragedia el tener<br />
que decidirse par "el comercio simple en un almacén de novedades"<br />
frcnte al "comercio de las ideas", en frase de Sanin Cano, pero eso no<br />
es mas que un aspecta de la vcrdadera tragedia: la progresiva degradaci6n<br />
del mundo, el veloz aburguesamiento de la vida, la invasion<br />
capitalista.<br />
No crco que exista ninguna duda de que la poesia de Silva cs la<br />
que inicia en Colombia la literatura moderna. Antes de Silva, todo es<br />
siglo XIX, sin excepcién: Silva inaugura nuestro tiempo. Principalmcnte,<br />
claro, con el "Nocturne" 11. Silva se aventura en el irracionalismo, en<br />
el elima misterioso que ya los simbolistas europeos habian inaugurado.<br />
La estética de 10 raro, 10 misterioso, 10 invisible, 10 neur6tico, exético,<br />
etc., es inaugurada par él en las letras colomblanas. Quizâs esto no<br />
tenga demasiada importancia en otros palscs de tradiciones mas liberales<br />
y menos clasicistas: pero en un pals cuyas clases dirigentes han demostrado<br />
en genera} tan arraigado conservadurtsmo; en dcnde se aplastô<br />
tan pronto y tan definitivamente todo progresismo, el valor de la actitud<br />
y la obra de Silva es hist6ricamente muy considerable, aunque el de<br />
la primera sea, mâs que todo, ejernplar 0 ilustrativo. Silva es, a su<br />
manera, un rebelde, un rebelde, contra la sociedad en que le toc6 vivlr,<br />
y un rebelde, aunque no de mariera declarada, contra la poesia de su<br />
tiempo. Sin embargo, en el aspecto poético, su actitud no es negative,<br />
ya que no se propane rechazar la poesia de su época, a la cual dcbe<br />
mucho mas de 10 que suele decir la critica; simplemente la supera,<br />
la sobrcpasa. Si damas un vistazo a la poesia colombiana que anteccde<br />
a la suya, la diferencia es tan grande camo la que existe entre la<br />
poesîa de Bécquer y el rimbombante romanticismo trasnochado de Zorrilla<br />
9 Sanin Cilno. "Notas", Ed, BR, pag. 113.<br />
10 Desde luego, Sanin Cano olvida el "Nocturno" al afirrnar 10 antertor, pero<br />
de todos modos su afirmaci6n es valida.<br />
II Las notas de "nuevo" y "diferente" aparecen en casi todas las menciones de)<br />
"Nocturne", Pedro Henriquez Ureiia habla dei frisson nouveau; Anderson Imbert<br />
aflrma que "es una de las mas altas expresiones Iiricas de la época, nueva en timbre,<br />
en su tono, en su estructura musical, en su tema fantasmai mente elegiaco,<br />
en su ritmica imitacién del sollozo"; Robert Bazin dice que "de ese poema se<br />
desprende una müsica bas.ta entonces desconocida para la poesia castellane" (Referencias<br />
en nuestro libro ya citado).<br />
XVI
o el acartonado neoclasicismo de Nûüez de Arce. No debe olvidarse<br />
que antes de Silva el panorama poético coIombiano esta dominado por<br />
figuras de sentido estético bastante arcaico: Rafael Nùüez, Jorge Isaacs<br />
y sobre todo Miguel Antonio Caro. Solo la gran figura de Rafael Pombo<br />
se acerca en este sentido a la de Silva. Pero nada hay en la literatura<br />
colombiana dei XIX que pueda compararse a los turbadores versos del<br />
"Nocturne" 0 a la soberbia matizacién de "Poeta, di paso... " Novelista<br />
frustrado y poeta que, cuando abandona su linea doliente, interrogante,<br />
de un rornanticismo depurado y se aventura en el verso épico, cae en<br />
la retônca dieciochesca (a 10 Quintana, a 10 1\1. A. Caro), de "Al<br />
pic de la estatua"; también incursiona por los campos de la sàtira<br />
con poca sucrte poética, pero con indudable acierto histôrico, ya que<br />
en este scntido su obra tiene un significado anâlogo al que la critica<br />
contcmporanea atribuye a la poesia (0 antipoesia) de Campoamor 12.<br />
Silva es nuestro primer antipoeta, precursor del gran Luis Carlos Lépez<br />
en no pocos aspectos.<br />
El tono intimista, farmliar, nostàlgico y sin pcdanterias ni ripios<br />
Je los poemas que evocan la infancia; la sinceridad y los aciertos<br />
ritmicos y los matices de los pocmas en que evoca su amor muerto;<br />
algunos aciertos parciales de sus poemas satinees, pero, sobretodo, el<br />
gran acierto integral dei "Nocturne" tanto en lengua, en ritmo, en tono,<br />
en senttrniento, en suspenso, en expresi6n dcl misterio, como en su<br />
oportunidad histôrico-Hteraria, hacen de Silva nuestro primer poeta<br />
del siglo XIX.<br />
Desde luego, Silva, como Marti, como Julian dei Casal, es un poeta<br />
frustrado, Ellos cornponen esa trilogia tan sorprendente de poetas<br />
renovadores -premodernistas, los Ilaman injustamente los manuales-,<br />
rnuertos en la flor de la edad 13. Cabe preguntarse por Jas razones de<br />
que todos estos deltcados y renovadores poetas no hayan dejado arras<br />
la juvcntud. No trataré de ensayar agui una respuesta que me desviaria<br />
considerablemente de mis propésitos. r.a temprana muerte de los artistas<br />
excita inevitablemente la curiosidad por Ia obra no escrita, por 10 que<br />
lZ l'or ejernplo, las palabras lécidas de Luis Cernuda, el Iibro de Vicente Gaos,<br />
las revaluacioncs de Démaso Alonso, José Luis Cano, etc. Cfr. nuestro libro La<br />
clegia [uneral en la poesla espaiiola, Madrid, Credos, 1969, pâgs. 264 y 55. Son,<br />
por otra parte, muy importantes lAS definiciones de Roberto Fernândcz Rctarnar<br />
sobre la antipoesia, en "Antipoesia y poesia cnnversaciona] en Arnérica Latina",<br />
tncluido en Pa'lorama de la actual literatura latinoamericana, La Habana, Casa<br />
de las Américas, 1969.<br />
13 Los poetas y artistas rnuertos jôvcnes son muchos, como es bien sabido. Mencioncmos<br />
aqui solo a los que tienen alguna relaciôn con cl autor del "Nocturne".<br />
Casal, muerto a los 30 Mios; Marti, a los 42; Bécquer, a los 34; Gutiérrez Nâjera,<br />
a los 36; cl propio Daria, muerto a los 49 en plena ruina fîstca, tampoco alcanza<br />
una vida de duraclôn normal. Entre los escritores francescs tarnbién cs abundante<br />
este fenômeno, pues Nerval y Baudelaire mueren antes de cumplir los cincucnta<br />
aüos: Rimbaud, a los 37; Laforgue a los 27. Maria Baskirtseff, a quien tanto<br />
estimaba Silva, muere de this a los 24. Sin olvidar a Guérin, muerto a los 29.<br />
XVII
pudo ser. En el caso de Silva, esta pregunta es incluso mas obligada al<br />
ver los pocos pero soberbios logros de su obra juvenil. Sin embargo,<br />
resulta ocioso plantearse tales cuestiones y la que importa mas bien<br />
es intentar ubicar historie a y literariamente su obra,<br />
La segunda rnitad del siglo XIX presencia la elaboraciôn de una<br />
literatura que representa la emergencia de un continente surgido de<br />
una larga lucha de liberaci6n y cuya inteligencia se pregunta por su<br />
sentido historiee y por su lugar en el mundo. La prosa intenta dar una<br />
respuesta .a estos interrogantcs en la acciôn y la obra de pensadores,<br />
novelistas, ensayistas, politicos, desde Bolivar a Marti, pasando por<br />
Sarmiento, El continente se abre a las influcneias de otras culturas no<br />
hispanas. Como territorio que abandona un estado colonial y se adentra<br />
en el neocolonialismo cultural y econémico, mas sutil que la antigua<br />
dorninacién metropolitana, pero no menos omnipresente, los paises latinoamericanos<br />
-0 mejor, sus clases dirigentes-, absorben porosamentc<br />
y con avidez la cultura europea que tante tiempo les fuera negada par<br />
la metr6poli espaüola u. Con la independencia ilusoria y la soberania<br />
ficticla que proyecta el no tener aparentemente dominaciôn militar ni<br />
ocupaci6n fisica deI territorio, el continente se figura su Iibertad y sc<br />
inventa un "alma", un "ser" extrafiamente parecido a 10 que sus clases<br />
dirigentes creen que es el europeo. Los intelectuales, que pertenecen en<br />
genera] a estas clases 0 que son absorbidos y asimilados por ellas, rcflejan<br />
en sus obras los conflictos, las contradicciones, los sueüos de la minoria<br />
dirigente. Esta minoria quière actualizarse, quiere ser moderna, quière<br />
tener su lugar en el mundo, en la historia coetânea. Al respecta Octavio<br />
Paz dice:<br />
5610 aquellos que no se sienten de} todo en el presente, aquellos que se<br />
saben fuera de la historia viva, postulan la contemporaneidad como uns<br />
meta C ••• ) Desear ser ( ... ) ccntemporâneo impllca una voluntad de<br />
participar, asi sea idealmente, en la gesta del tiempo, compartir una historia<br />
que, siendo ajena, de alguna manera hacemos nuestra.<br />
Silva expresa este deseo de integraci6n con la cultura de las nuevas<br />
metr6polis, pero tarnbién su repulsa y rechazo por la mediocridad y la<br />
degradaciôn de su tiernpo y circunstancia inmediatos. Paz afirma : "Se<br />
ha dicho que el modernismo fue una evasi6n de la realidad americana.<br />
Mas cierto seria decir que fue una fuga de la actualidad local -que<br />
era, a sus ojos, un anacronismo- en busca de una actualidad universal,<br />
la ûnica y verdadera actualidad", Silva expresa unos deseos que sus<br />
contemporàneos todavia no han formulado y casi diria que sentido, pero<br />
14 Octavio Paz ha dicho. con respecte al modernismo: "El amor a la modernidad<br />
no es culte a la moda: es voluntad de participaci6n en UDS plenitud histérica<br />
hasta entonces vedada a 10$ hispanoamerieanos". "El caraeol y la sirena",<br />
en Cuadrtvio, México, Joaquin Mortiz, ] 965, pâg, 18.<br />
xvnr
también formula unas criticas que éstos no pudieren ni asimilar ni<br />
tolerar.<br />
Hecientemente, Roberto Pernândez Retamar ha planteado el modernismo<br />
con un fenômeno cultural nacido del subdesarrollo y de la<br />
exclusion histôrtca de Espaüa y de Latinoamérica l~. Pero el mcdernismo<br />
implica tarnbién un doloroso desgarrén entre el disfrute del capitalismo,<br />
entre ese Iujo, esa riqueza y ese refinamiento que cl imperia<br />
Iismo derrocha en museos y salones, y el subdesarrollo menesteroso de<br />
los paises Iatinoamericanos, Y, como ha dicho Fernàndez Retamar, es<br />
también cierto que cuantos mas aislado y pobre, cuanto mas alejado esta<br />
un pals de la penetracién capitalista (Nicaragua, Colombia ... ), mas<br />
florece en él el modernismo coma exaltacién de esc lujo )' esa riqucza<br />
ajenas, parisienses, imperiales y de museo, pero también mayor conflieto<br />
hay entre el poeta y su medio local. Esto pucdc mu)' bien explicar<br />
el "caso Silva".<br />
c:Es Silva un poeta burgués, representante de esa incipiente burguesia<br />
del comercio, surgida entre los terratenicntes y una clase proletaria<br />
aûn sin voz, que expresa su anhelos y nostalgies, su deseo de plcnitud<br />
y de asimilacién a la clase de los amos rnetropolitanos, su aristocracia<br />
imposiblc? Tal vez 10 mas cierto sea decir que Silva expresa la vaciedad<br />
histérica de esta clase, su faIta de configuracién l'cal. No cs burguesia<br />
atm; nunca podrà ser aristocracia : no ticne ni las ventajas de la primera<br />
(esrabilidad econômica, dînera. modernidad), y SI sus carcncias, asi<br />
como de la segunda s610 tiene formas ilusorias. Silva es, en este sentido,<br />
y corno todo intclcctual latinoamcricano de Su época, un "dcsclasado".<br />
2.0 cs que se puede insertar a Rubén Dario, por ejemplo, en la "burgucsia"<br />
nicaragüense? Estos intclectuales rcgistran esc oscilar del continente<br />
entre dos irnpcrialismos y esc vacio social y cultural que es originado<br />
en cl rnundo moderne pOl' la presencia de elemcntos arcaicos en<br />
. dura pugna con lus innovaciones )' pOl' una defurmacién del proccso<br />
histérico llevada a cabo por cl impcrialismo, cs decir, en una palabra,<br />
por cl secuestro econômico, social y cultural a que se yen somcüdos<br />
10$ pueblos americanos apenas salidos de la nochc colonial.<br />
Pero no hay que olvidar cn ningûn memento que cl modemisrno es,<br />
también y principalmente, un resultado de ulla cmergencia histônca, un<br />
surgir, un brotar, un mananual, cn suma, al que debcmos muchas de<br />
las realizaciones de la literatura latinoamcricana actual,<br />
Silva nace y vive entre crisis economicas, entre guettas civiles, entre<br />
transformaciones sociales y politicas, en medio de grandes cambios en<br />
la conciencia rcligiosa y cultural dei pais. El rcacciona vivamcntc contra<br />
cl proccso de "modcrnizaciôn", de dcgràdaciôn gue implica cl afianzamiento<br />
de la naciente burguesia dependienre y entra en pugna con rodo<br />
i s Roberto Fcrnandcz Rctamar, "Modernismo. Novcntiocho. Subdesarrollo", cu<br />
Ensavo de otro 1II1111l10, Santiago, Fclitori:J1Umvcrsitarta, J 969, p:i~:~.:;2·6~.<br />
XIX
10 que eIla significa y representa; el materialisme, la v,ulgaridad, la inautenticidad,<br />
la moral dei lucro. Pero no hay que olvidar tarnpoco que<br />
canta un mundo que solo hace posible la plenitud burguesa: el paraiso<br />
soüado del dinero, el acceso a los cerrados salones de la verdadera cultura,<br />
de la aristocracia dorada y extranjera. El juicio sobre sus contemporâneos,<br />
asi como su pesimismo ante el futuro, contrastan vivamente<br />
con la actitud afirmativa de compaâeros de generaciôn coma Marti y,<br />
desde luego, con el "arielismo'' que Rodé comunica a Dario y a otros,<br />
mas tarde. Silva ve a un Caliban vencedor de un Ariel menesteroso e<br />
impotente en el mundo real, pero capaz de triunfar en el mundo deL<br />
espiritu, de la imaginaciôn. Su pesimisrno contrasta, finalmente, con el<br />
del "desintelectualizado" Dario y se aproxima al sofisticado cataclismo<br />
de Schopenhauer, su "maestro" prccisarnente porque no tuvo la oportu-<br />
. nid ad de ver en el futuro cosa distinta a una oscura niebla que emanaba<br />
de un cadâver . el del esplritu -el de Dios, dccia Nietzschc=-, muerto<br />
a manos de gordos alcaldcs corno el Karl Hamstacngel de su sàtira<br />
"Futura".<br />
La obra de Silva es reducida. Murié antes de cumplir 31 anos, y ademâs,<br />
eomo se sabc, parte de ella se perdi6 en cl naufragio dei barco<br />
que 10 traia a Colombia en 1895. Hay que considerar tarnbién su condicién<br />
de écrivain de dimanche. S610 algunos poemas vieron la luz en<br />
vida, en periôdicos y revistas, pero el grueso de su obra fue publicado<br />
péstumamente. Consta ésta de un libre organizado por el poeta, otro,<br />
de poemas reconstruidos en parte por sus amigos, una serie de pocmas<br />
sueltos, una novela y algunas prosas sobre temas lirerartos principalmente.<br />
Tarnbién exlsten algunos poernas de dudosa atribuci6n 0 francamente<br />
apôcrifos, que demuestran, entre otras casas, la popularidad .de<br />
su ohm y de su estilo.<br />
El primer libro se titula simplementc El libro de versos. Estâ Fcchado<br />
por el autor: 1891-1896, pero contiene poernas escritos desde 1883. Son<br />
treinta y una composici6n divididas en cuatro seccioncs, subtituladas<br />
tres de ellas; en la primera, después de una especie de introduccién,<br />
estén los poemas de terne infantil 0 en los que aparecen niûos; la scgunda<br />
se titula "Paginas suyas" en que incluye los tres "Nocturnes" 1'"<br />
precedidos por el poema "[unto los dos"; es la seccién amorosa del<br />
libro y, con justicia, la mas famosa e importante. A continuaci6n, "Sitios",<br />
que incluye poemas de ternas varlados, descripciones, paisajes, estampas,<br />
reflextones liricas, etc. Por ultimo, "Cenizas'', donde se concentran los<br />
poemas pesimistas, cuyo tcma cs, en casi todos, la muertc 0 la degradacién<br />
de la vida.<br />
l~ F.n muchas ediciones, estos constituyen sccciôn aparte bajo el subritulo de<br />
"Nocturnes". No as} en el manuscrite.<br />
xx
Desde luego, El libre de versos cs la parte central de la obra silviana.<br />
Lo demàs poernas y la novela adolecen de muchas imperfccciones y de<br />
Fectos, ya que son incomplètes, apresurados, insuficientemente elaborados<br />
y, en algunos cases, han sido rechazados por su propio autor. El<br />
libro de versos, en cambio, esta cuidadosarnente estructurado: después<br />
de un prélogo al lector, que defme la materia y el tono de 10$ poemas,<br />
se inicia por la infancia, continùa con cl intense amor de la juventud,<br />
Iucgo con las obscrvaciones y reflcxioncs de la vida, y se cierra con la<br />
mucrtc, El libro constituye una unidad biogràfica, recorre cl cielo humano<br />
y sus preocupaciones dominantes; sus grandes ternas son la vida<br />
y la muerte, el tiernpo, el misterio. Desde una evocacién del pasado<br />
infantil, de estirpe romàntica, hasta un enfrentarse al misterio del mas<br />
alla mortuorio, el pocta HI poctizando la vida hurnana con tono pcsirnista<br />
Cenicienta, la Bella Durmiente, etc. Asi la imaginacién resulta sel' la<br />
mas preciada facultad de la infancia:<br />
[Fantâsticos cuentos de duendes '! hadas,<br />
lienos de paisajes y de sugestloncs,<br />
que abris a 10 lejos amplias perspcctivas<br />
il las infantiles imaginaciones!<br />
y esta valoraciôn de la infancia conllcva, desde luego, la devaluaciôn<br />
dei presente y el future, es decir, de la época de las rclaciones humanas,<br />
en la que el mundo se degrada por la ausencia de las antiguas virtudes,<br />
plaeeres y libertades seûoriales. La evocaciôn de la infancia personal se<br />
hace reflexi6n épica sobre el pasado historiee latinoamcricano, sobre<br />
el futuro y sobre el presente de nuestros pueblos en el ùnico pocma<br />
que Silva escribe sobre América. Vale la pena comentarlo, a pcsar de su<br />
evidente tono retorico neoclâsico, inspirado segurarncnte y por desgrada,<br />
cn Quintana, Caro y Nûüez de Arce. "Al pie cie la estatua" es un<br />
pocma dedicado a Bolivar, que Silva recité en la l.egacién de Venezuela<br />
en 1895, es decir, un afio antes de su muette. La fecha es<br />
importante, pues el contenido del poema nOS muestra la probable C\'Oludon<br />
del pensamiento de Silva, la naciente preocupacién histérica<br />
y politlca que parecia empezar a dorninarle, pero también su probable<br />
( y deplorable) direcclén poética y estilistica. Con una convenciôn cn<br />
parte clâslca y en parte romântica, ]a estatua de Bolivar se dirige al poeta.<br />
La prosopopeya clâsîca se complica con el misterio rornântico, con esas<br />
"voces secretas" de las cosas, con esa "alma" oculta en 10 inanimado.<br />
que sc cornunica con el poeta. "con quicn conversa cl alma de las cosas".<br />
La voz evoca cl pasado indigena y la conquista primeramente: para ella,<br />
todas aquellas generaciones pasaron y se olvidaron,<br />
i( ... ) no dejaron al pasar mas huelias,<br />
con sus glorias, sus luchas y sus duelos,<br />
que la dela el p;ijaro que cruz a<br />
el azul transparente de los cielos1<br />
S610 la generaciôn de la independencia es exaltada :<br />
jUna sola, ulla sola<br />
generacién se engrandecié en la lucha<br />
que redimiô a la Améric8 Espafiolal<br />
jY legô a los poetas dei futro,<br />
mas nombres que cantar, mas heroismos<br />
que nanar a las gentes venideras,<br />
que astres guarda el espacio en sus abismos<br />
y conchas tiene el mal en sus riberas!<br />
XXII
Esta valoracién de la indcpcndencia no encierra, dcsdc· Iuego, sentimientos<br />
antiespaüoles, ya que Espafia es "la madre Espaôa", sino exaltaci6n<br />
del heroismo, la fuerza, la potcncia de aquellos hombres "de<br />
cuerpos de titan y almas enteras", que tante contrastan con el presente:<br />
j 1\0135bien que orgullo, humillacién sentimos<br />
si vamos comparando<br />
nuestras vidas triviales con las vuestras!<br />
Sornos como enfermizo descendicnte<br />
de alguna fuerte raza ...<br />
El Future histôrico es mencionado sornbriamente :<br />
cl porvenir de luchas y de honores que le aguarda a la Arnérica Latina.<br />
y el [uicio sobre su propia generacién, tan negative, incluye una<br />
curiosa nota Ittcraria, una dcfinid6n de la poesia de la época gue Silva<br />
pareee rechazar:<br />
INo sera nuesrra enclenque<br />
generacién menguada<br />
la que entrar ose al épice palenque<br />
a cantar nuestras glorias!<br />
iOh siglo que declinas:<br />
te Ialta el sentimiento de 10 grande!"<br />
Calia el poeta y si la estrofa escande<br />
o huve la vasta pompa<br />
y le da blende son de bandolinas<br />
jy no tofiido de guerrera trompa!<br />
Estos versos son muy importantes por 10 que irnpllcan como definici6n<br />
de la época presente, de la degradada actualldad frentc al pasado glorioso,<br />
y muestran cémo, a medida que pasa el tiempo, cl poeta se reafirma<br />
en su condena del ticmpo en que le toc6 vivir.<br />
El poema termina camo empieza : la mirada dei poeta se fija en los<br />
nifios que juegan en el parq\le; la "loca turba infantil" alegra cl lugar<br />
y forja<br />
Un idilio de vida sonrlente<br />
y de alegrla fatua<br />
al pie del pedestal, donde imponente<br />
se alza sobre el cielo transparente<br />
la epcpeya de bronce de la estatua.<br />
Esta ûltirna imagen parecc cstablecer un contraste entre pasado y futuro,<br />
entre las glorias de la independencia y las posihilidades de la actual<br />
infancia; pero ya se ha visto el pesimismo histérico constante e inmo-<br />
XXIII
dificable del poeta: la baja calidad del presente no permite otra actitud<br />
ante el future que la de la desconfianza y la desesperanza.<br />
La segunda secciôn del Iibro, la de! amor, esta dominada par ese hermaso<br />
poema "Poeta, di paso ... ", también conocido como "Nocturne" Il,<br />
pero sobre todo par ese opus magnus de la poesia latinoamericana que<br />
es el "Nocturno".<br />
El Ilamado "Nocturne" II ("Poeta, di paso ... ") es un poema tripartitito,<br />
cuyo tema cs el amor tronchado par la muerte. Su construccién<br />
es muy sabiamente cuidada: cada una de las tres estrofas es portadora<br />
de un rccuerdo amoroso que, en la ûltima, es el recuerdo de la muerte,<br />
de la amada muerta. Cada estrofa comienza por un ap6strofe dirigido<br />
al "poeta", la que da al poema un cierto caràcter narrative 0 de diâlogo<br />
mas que nada intcrior: Silva, el hombre, se dirige a Silva el poeta, cl<br />
ùnico que puede expresar la belleza del rccuerdo y la cmoci6n de la<br />
historia. El tono del pocma es susurrante, coma un suspiro adolorido:<br />
por ello, el poeta debi6 escribirlo "paso".<br />
El primer recuerdo es el de los "besos furtivos"; los inicios amorosos<br />
a campo ablerto, en medio de la naturaleza: pero esta na es mas que<br />
anécdota y decoracién:<br />
La selva negra y ml.stica fue la alcoba sombrin ...<br />
La selva se hace alcoba y, a pesar de ser mistica, no le interesan al<br />
poeta las posibles conexiones entre el acto amoroso y la naturaleza; ésta,<br />
més bien, cs el marco de la furtividad del amor. El ambicntc cs sombrio,<br />
de una oscuridad completa durante los primeras versos; lucgo aparece<br />
la luz, sabiarnente graduada, En medio de la sombra total ( ... la<br />
Luna no vertia / aUl ni un solo rayo ... "), de pronto un encendersc que<br />
revela el beso:<br />
UnI! errante Juciémaga alumbrô nuestro beso ...<br />
La oscuridad as! cortada vuelve a ser completa. Pero una claridad, un<br />
blancor lento, delicado, comienza a insinuarse casi impercepnblemente:<br />
Entre las nieblas palldas la luna aparccia ...<br />
Esta rnanera de matizar la luz se inspira, dcsde luego, en el claroseuro<br />
romàntico, principalmente bccqueriano. Aqui, su funcién es la misma<br />
que la de los tODOSoscuros y plateados en ciertos grabados: resaltar<br />
las figuras. Esta estrofa (como las otras dos) rccuerda un grabado a al<br />
menas un dibujo, aunque las dos primeras incluyan movimicnto : dos<br />
cuerpos, tendldos bajo el follajc, a ln luz pâlida de la luna. Pero ademas<br />
la escena tiene olores, perfurncs: la reseda le da su peculiar arorna:<br />
tarnbién hay una imagen importante que define la tersura de los labies<br />
XXIV
femeninos corno seda. Por ultimo, la posesron dcfine el contenido de<br />
la estrofa; el poeta repite, emocionado :<br />
... Temblabas y eras mia.<br />
Temblabas y eras mia bajo el follajc cspcso.<br />
El segundo recuerdo es el de los besos Intimos. Se vuelve a encontrar<br />
la misma plasticidad, el mismo dibujo claroscuro. El àmbito ahora es<br />
otra alcoba, esta vez real, interior: su descripd6n esta dibujada apenas<br />
por el color roja de la scda: una làmpara sombria; una alfombra espcsa.<br />
y en esta alcoba, los amantes en la posesién:<br />
Dcsnuda tu en mis brazos fueron mios tus besos...<br />
Pero ella esta humanizada, ya que no cs solarnente un cuerpo, una<br />
figura; la defincn la mclancolla y la frescura de virgen, a mas del olor<br />
a reseda; tiene veinte aüos y los cabellos dorados. Pero nada se dice de<br />
mas: es un t14, como en las demàs estrofas, el tu de la Iirica,<br />
En la tercera y ûltima estrofa, el recuerdo es el dei ultimo bcso. Una<br />
sala mortuoria donde el ataùd yergue !'1I mole negra, magnificarnente<br />
rcsaltada por cl csdrùjulo central:<br />
El ataûd heréldicc en el salon yacia ...<br />
La IU7- también incierta y pâlida: el rumor de los re7.0S monétonos.<br />
y cl olor de reseda y la seda, esta vez negra. La seda y cl aroma de<br />
la reseda parecen ser el hilo conductor del recuerdo, de la memoria<br />
atormentada : estos dos restigos impasibles prcsencian tanto los besos<br />
coma la poseslén 0 la muerte. El ambiente de los tres recuerdos es<br />
distinto ya que cada uno esta localizado en un espaclo diferente : la<br />
selva. la alcoba dei amor, cl salon mortuorio: los dos primcros son del<br />
tiempo dei amor, cl ùltimo dei tiempo de la muerte. Pero los tres poseen<br />
mucho en comùn : una pareja humana, un olor, una tela. Lo Fisico.<br />
10 cxterior, no cambia. pero en cambio la muerte ha camblado radicalmente<br />
Jo hurnano. y el drarnatisrno dei poerna consiste en esta mutaciôn<br />
en medio de la perrnanencia : las cosas permanecen: Jas hombres se<br />
marcha n, rnuercn. El paso del tiempo degrada.<br />
El poema es un acierto en todo sentido: ritmico, arquitccténico, sentimental.<br />
Toda una historia de amor v muerte apretada en tres estrofas<br />
de nuevc versos, con caprichosa y difîcil versiftcaciôn, Tai vez la economia<br />
verbal, la auscncia de rctôrica 0 de palabras inncccsarias. la precision<br />
de lenguaje y de construcciôn sean 10 que mas contribuve a hacer<br />
de este atado de palabras un pocma soberbio.<br />
Seûalemos tan s610 un detalle estilistico para terrninar : se trata del<br />
cmplco continuado de! esdréjulo que, sin embargo. no se hace notar :<br />
xxv
Una errante Iuciérnaga arumbré nuestro beso,<br />
La selva negra y mistlca Eue la alcoba sombria ...<br />
Entre las nieblas pâlidas la luna aparccia<br />
Apenas alumbraba la Iâmpara sombria<br />
iAh, de la noche trâgica me acuerdo todavia!<br />
El ataûd herâldico en el salon yacia,<br />
jSintiô como a distancia Jos monétonos I()ZOS!<br />
Tu, mustia, yerta y palida entre la negra scda,<br />
Perfumaba la atmôsfera un olor de reseda,<br />
un crucifijo pàlido los brazos extendia<br />
jy estaba helada y cârdena tu boca que fue mia 1<br />
Cada uno de estos versos cs un acierto indudable. lin ccrtcro logro<br />
ritmico: uno pone de relieve la luminosidad de la luclérnaza: otro, cl<br />
ambiente raro de la entrega amorosa; otro, la trâgica mole del ataùd,<br />
otro, remeda vagamente confuse Ietania ritual: otro resulta cl cuerpo en<br />
el ataûd: los ûltirnos, cl penetrante arorna, cl color dei crucifijo gue<br />
cxtiende los brazos como para arrebatar patéticamente cl alma de la<br />
muerta, cuya boca vital y hermosa esta ahora "hclada y cârdena": color,<br />
luz, grandes sentimlentos, volûmenes, aromas. . . el esdrùjnlo. manejado<br />
con mano maestra. como tal vez no 10 habia sido antes en castellane,<br />
desde don Luis de Céngora. despliega aqui sus amplias posibilidadcs<br />
poéticas t8, dàndonos también una muestra de 10 que era capaz cl poeta<br />
bogotano en sus mejores mornentos.<br />
Pero es el "Nocturne" siguiente el gran poema silviane, como es tarnbién<br />
el gran poema colombiano y quién sabc si latlnoamcricano. Sin este<br />
poema la .obra de Silva sc hubiera perdido, ahogado entre la multitud<br />
de versos que escnbicron docenas y docenas de poetas olvidados, unos<br />
en imitaclôn de los parnasianos, otros, de los primeros y ûltirnos romanticos<br />
de Espaûa y Francia, otros, muy pocos, de los simbollstas, Si José<br />
Asuncién cs uno de los grandes poetas de la lireratura latinoamcricana,<br />
se 10 debe a este poema inagotable. El "Nocturne' es pocma ultimo en<br />
el sentido de que corona, completa. acaba una ob ta poética. Es ultimo,<br />
'! los demâs poemas son anteriores, en una perspectiva ascensional.<br />
El "Nocturno" constituye 10 que podria Ilamarsc un concicrto vocâlico.<br />
Los acentos recorren, coma la mano por cl piano. notas altas, rcsonancias<br />
profundas, prolongacioncs vibrantes, pausas y sllcncios orgnnizados<br />
con maravtIlosa precisiôn y eficacia poética. El verso:<br />
18 Desde luego, no aparece aqui otra pcsibiltdad csdrûjula, descubicrta mils<br />
adelantc POt' Rubén Darlo: la métrica. Corno es sabido, cuando Rubén intenta<br />
reproducir la mérrica latina, utiliza el viejo rccurso, ya usado cn cl sigle XVlll<br />
por el poeta espaüol Esteban Manuel de Vlllegas, de considerar cl csdrûjulo corno<br />
un pie dactilico (ô 0 0), asimilando el acento il la vocal larga. Para el problcma<br />
métrico, véase La poesll7 (1" José ASUlICi6,1 Silva, Apéndlce : "Nota sobre la métrica<br />
silviana".<br />
XXVI
---------------_ _--_ ..<br />
Por los cielos azu 1osos, infinites y profun<br />
[dos esparda su lux blanca,<br />
comienza por un predominio dei sonido () (por los cielos azulosos) seguido<br />
por un periode de t (infinitos) que alterna enseguida con la u<br />
(profundos esparcia SI( lnz ), para terrninar abriéndose en la doble a final<br />
(blanca). En este contexte, la repeticiôn de la 0 produce una impresi6n<br />
de anchura, el sonido de la i y el de la lt una de altura y profundidad<br />
y la a una cierta sensaci6n de expansion y asi, todo el verso aparecc<br />
henchido de una infinitud, de una profundidad y de una claridad admirables.<br />
La ahteracién es abundante. Podria decirsc que hay en cl poema<br />
como una tension entre sonldos iguales y sonidos difcrcntcs. Los efectos<br />
sirnbélicos de los sonidos son casi siernpre aciertos cspléndidos:<br />
Una noche toda lIena de perfumes, de murmullos y<br />
[de mûsicas de alas<br />
La repetlcién cie la Il acentuada, los significados sensoriales. el contraste<br />
final con la a de la asonancia le dan al verso una misteriosa calidad.<br />
un particular embrujo que 10 situa en un ambtto sobrenatural coma<br />
de coro angélico 0 de cànrtcos de extraûos habitantes de la noche.<br />
Vearnos otros ejemplos:<br />
Separado de ti misma por la sombra, nor el tiempo y<br />
(la distancia<br />
La combinacién de la vocal y nasal (0/11, eni, an) se repitc tres veces<br />
y el efecto logrado es el de realzar el espacio de la separaciôn por medio<br />
de un eco de prolongaciones graves. como el de una lapida sobre un<br />
sepulcre.<br />
Los acentos también logran bellisimos efectos. F.11el siguicnte verso se<br />
repite un intento dei poema que comentamos inrncdiatamente antes:<br />
Uns noche,<br />
en que ardian en la sombra nupcial y hùmeda las<br />
{Iuciémagas fant~sticas<br />
Los acentos esdrûjulos (tres csdnijulos seguidos sin cancanco, 10 cual<br />
ya es vencer un diftcil obstâculo) reproducen cl râpido titilar de los<br />
insectes, en media de un âmbito extrafio y electrizante, crcado par la<br />
adjetivaciôn.<br />
Otro Ienômeno ritmico fundamental y muv complejo en el pocma cs<br />
su tiempo, su andadura, dificil equilibrio entre sonido y silencio, entre<br />
avance y pausa. Con la adecuada lcctura dei poema se echa de ver ela-<br />
XXVII
amente que al final de casi cada verso existe una pausa, un silencio,<br />
linos puntos suspensivos invisibles, pero no menos perceptibles que si<br />
estuvieran alli grâflcamente indicados. El avanzar del poema cs lento.<br />
entrecortado, suspirante, asombrado. Ello tiene varias causas. En primer<br />
Iugar, una causa sintâctica : los versos estàn llenos de incises, de paréntesis:<br />
parece que la linea sintàctica no avanzara, que diera vueltas sobre<br />
si misma. Abundan las determinacioncs adjetivas, adverbiales, pero el<br />
clemente verbal esta alejado del sujeto. Ademàs, la puntuaci6n consra<br />
en general de comas, sin puntos. Todo esto, unido a causas ritmicas (cl<br />
pie trisilabo regular, combinado irregularmente; la asonancia en los versos<br />
pares), crean ese paso lento, lleno de pausas y silencios, de resonancias<br />
mistcriosas, de vibraciones mâgicas y ecos sobrenaturalcs.<br />
Sin embargo, la estructura del pocma en este sentido experimenta dos<br />
aceleraciones notables. F.I poerna se divide clara mente en dos partes de<br />
aproximadamente el mismo numero de versos. En la primera, la lentitud<br />
deI verso describe entrecortadamente la marcha de la pareja por la llanura<br />
y la uni6n de sus sombras. Al llegar al final de esta primera parte,<br />
el ritmo se acelera v se rompe cl pausado paso de andadura : el pocta ve<br />
las dos sombras unidas y exclama:<br />
hasts aquellos otros:<br />
y eran una<br />
y eran uns<br />
jy eran una sola sombra larga!<br />
1y eran una sola sombra larga!<br />
IY eran uns sola sombra largal<br />
Aqui no hay variaciôn acentual 0 métrica; la sintaxis termina Sl1 desarrollo.<br />
cada verso acaba en si mismo, pero parece desbordarse, insistente.<br />
El ritm 0 se aviva, se acelera, impulsado par la allteraci6n (sol-, .çOln-),<br />
adquiere vehernencia. La repetici6n es como un "tartamudeo lirico", producido<br />
por una intensa ernociôn.<br />
En la segunda parte acontece 10 mismo. Desde los versos<br />
Esta noche<br />
solo. cl alma<br />
llena de las infinitas amarguras y agonias<br />
[de tu muette,<br />
y mi sombra<br />
por los rayos de la luna proyectada,<br />
se vuelve a sentir ese andar entrecortado y suspirante; pero al ver su<br />
sombra, el poeta exclama<br />
XXVIII
Iba sola<br />
Iba sola<br />
iIba sola por la estepa solitaria!<br />
El ritmo vuelve a acelerarse, para conocer su punto final. Pero a partir<br />
de este memento, el ritmo sc hace mas vivo e inquiete; el realce del<br />
acento (en la palabra agil) parece encabritar el verso<br />
y tu sombra esbelta y agil,<br />
Ima y Ianguida;<br />
luego sigue un remanso de dos versos lentos que constituye una translacién<br />
deI recucrdo al ambiente del comienzo dei poema :<br />
Como en esa noche tibia de la mucrta primavera,<br />
como en esa noche llena de perfumes, de murmullos<br />
[y de mùsicas de alas<br />
Inmediatamente después, el acento se hacc agudo, doblcmente agudo<br />
en la reitcraciôn de la union y cl ritmo sc precipita a la exlamaci6n final,<br />
en la que la aliteraclén de la li. marca como las cimas de una ola invasora:<br />
se acerc6y march6con ella,<br />
se acerc6 y marché con ella,<br />
se acercô y marché con ella ... [Oh las sombras<br />
[enlazadasl<br />
IOh las sombras que se buscan y se [untan en las<br />
[nochesde negrurasy de lâgrlmas! ..• 10<br />
Desde el punto de vista dei contenido el poema consiste en el establecimiento<br />
de un equilibrio que se dchacc a continuaci6n y vuelve a rehacerse<br />
al final. Hay dos dctcrrninaclones temporales: la primera, "una<br />
noche", anterior; la segunda, "esta noche", presente. Pero asimismo se<br />
se encucntran tres situaciones, cada una situada en una regi6n distinta:<br />
la union en vida, la separacion por la muerte y la reunion, no ya en<br />
la vida real, pero tampoco en la muette.<br />
En un ambiente de cxccpcional amplitud, poblado de sonidos misteriosos,<br />
de perfumes, iluminado por la intermitencia de las luciérnagas<br />
10 Sea ésta la ocasién de dejar en claro la deuda que los cstudiosos de Silva<br />
tenemos para con mi cornpafiero Gustavo Mejias, quien descubnô la primera publio<br />
caciôn del "Noctumo" (véase "Notas" de este volumcn) y aclaré asi la confusion<br />
que nos deiaba perplejos a todos los criticos, a saber, el origen de ese (entrornetido)<br />
pcnültimo verso que aparecia inexphcablemente en tanins y tantas cdiciones:<br />
IOh las sombras de los cuerpos que se juntan con<br />
las sombras de las alrnas! ...<br />
Ahora ya sabemos que el versoviene de la primera publicaciôn, 1894. pero que<br />
no aparece en el manuscrito. Creo que el manuscrito cs una version posterior, mas<br />
depurada, de la primera publicacién.<br />
XXIX
y por la livida claridad de la luna, dos figuras, la una ceûida cstrechamente<br />
a la otra y transida de prescntimientos, caminan tan lentamente<br />
que casi esnin quietas. Las sombras se juntan y se hacen UlU) sola. LI<br />
pocma entonces se desborda a Impulses de la cmocion producida por la<br />
union de las sombras. Las sombras se han unido en la noche nupcial.<br />
Un fino sunbolismo rccorrc la primera parte: la boda de las sombras.<br />
Ya no cs la cercania de los cucrpos, estamos en cl piano de la delgadez,<br />
la evancsccncia. La pareja ~:~.une' en lin ambicntc matizado de irrcalidad,<br />
de vaguedad y de misterio,<br />
De este recucrdo pasa cl pocma
Yo creo que aqui Silva se aproxima francarnente al irrealisme moderno.<br />
Por primera vez en la literatura colombiana y tai vez en la latineamericana,<br />
la realidad es vencida no religiosa sino fantâsticamentc, sin<br />
concesiones racionalistas. Yeso tal vez es la mayor aportacién silviana<br />
a esas literaturas: la inauguracion de 10 que Hugo Friedrich ha llarnado<br />
precisarnente la Iirica moderna 21.<br />
En la siguiente seccién del libro, sc abarcan distintos tcmas COl1l0<br />
corresponde simbélicamente a la diversidad de la vida. Destaquernos aqui<br />
poemas corno "Un poema", en el que Silva nos muestra su lûcida conciencia<br />
poética: el tltulado ... ? ... , turbador poema sobre cl misterio<br />
côsmico: "Vejeccs", en donde el poeta canta su "hondo cariûo" por cl<br />
pasado colonial idealizado y aristocrético 22.<br />
En la ûltima secciôn, cuyo titulo "Ccnizas" ya revela todo cl pcsimismo<br />
y desengaôo que va inundando la obra silviana, se destaca especialmente<br />
el poema "Dia de difuntos", tanto por sus Iogros forrnales cuanto por<br />
su visi6n pesimista de la vida y el tiempo humanos. Desde el punto<br />
de vista métrico y ritmico, este poema nos muestra el expcrirnentalismo<br />
de Silva quien, con un éxito tan definitive y rotundo en cl "Nocturne",<br />
intenta agui nuevas conquistas en cuanto al ritmo imitarivo, la combinaci6n<br />
de metros largos y cortos que obedcccn a neccsidades internas<br />
dei poema. Los bruscos cambios de metro, de acentos y de rimas, ademàs<br />
dei encabalgamlento, realzan bien el sonido doble de las campanadas,<br />
Para lograr esta armenia imitativa, Silva tenia que romper la rigidez<br />
métrica tradlcional. Asf, hav versos de ocho, dieciséis, catorce, once,<br />
nueve, doce, seis y siete silabas, es decir polimetria, procedimicnto no<br />
extraüo a la poesia rornântica.<br />
El otro libro unitario, aunque nacido en condicioncs y con intenciones<br />
muy distintas, es Cotas amargas, de contenido satirico. Exlsten otros<br />
poemas satiricos de Silva no Incluidos en las Gotas (por ejemplo "Psicopatia",<br />
de El libro de versos), pero cl nùcleo de la sàtira silviana esta<br />
constituido por Jas trece "gotas". El propio l'oeta no daba mucha impertancia<br />
a estos poemas, al parecer, e incluso se deduce que no los consideraba<br />
dignes de su talento poético. Su amlgo y mentor Sanin Cano<br />
nos dlce al respecta en sus conocidas "Notas":<br />
De estas poesias quiso José Asunci6n hacer un cuerpo aparte. No consmtiô<br />
que vicran la luz péblica, Rebus6 siempre considerar el proyecto de sacarlas<br />
en libro, como se 10 pidieron muchos amigos. Las miraba con cierto desdén<br />
a!tivo.<br />
i\demas, en uno de los textes en prosa, "La protesta de la Musa",<br />
puede verse la condena de la sâtlra como forma poética: un poeta satirico<br />
11 Hugo Friedrtch, Estructllra de la lirica moderna, Barcelone, Seix Barral,<br />
1974, 2~ ed.<br />
~2 Mas adelante comentaremos los dos primcros.<br />
XXXI
tee su libro; se le presenta la Musa y le reprocha haber utilizado "las<br />
formas sagradas, los versos que cantan y rien" para rcmovcr "cicno<br />
y fango donde hay reptiles" que ella detesta. Al final, después de<br />
la indignada protesta, la Musa se aleja y el poeta "con la frente apoyada<br />
en las manos, sollozé desesperadamente",<br />
En verdad, estos poemas no tien en valor poético y debe considerârseles<br />
mas bien como una denuncia abierta, como un grito de rebeldia<br />
contra la sociedad que rodea al poeta, contra la mezquina realidad local,<br />
la simulacién, las convenciones, la inautenticidad de la vida de esa<br />
clase que empieza a ser burgucsia sin dcjar de ser arcaica, colonial y<br />
provinciana.<br />
La saura abarca temas tales coma la literatura de la época, a la<br />
que Silva califica como "sensiblerias scmi-romànticas"; la afcctaciôn<br />
intelectual; los poetas "grandioses y sibilinos"; los lectores que confunden<br />
la literatura con la vida; Jas convenciones sociales, morales y scxuales:<br />
las creencias religiosas de su sociedad y de su tiempo. Puede verse<br />
también en estos poernas un eco dei conflicto ideolôgico de la clase<br />
dirigente latinoamericana y colombiana en particular durante buena<br />
parte del sigLo XIX; el choque entre el positivisme y cl pensarniento<br />
tradictonal, por una parte y del positivismo con el espintu romàntïco,<br />
por la otra 2~. La ciencia, como representante de la verdad objctiva,<br />
frente a la filosofia, el arte, las convenciones sociales, como representantes<br />
dei idealismo 24.<br />
Realmente todos estos conflictos van naciendo con la implantaci6n<br />
progresiva dei orden capiralista con rodas sus consecuenctas: degradaclén<br />
de las rclaciones humanas y de las condiciones de vida de la antigua<br />
sociedad colonial y rural; insuftcientc modcrnizaci6n y subdcsarrollo,<br />
agudizacién de las diferencias de claso, proletarizaciôn y aburguesamiento,<br />
etc. Silva capta claramcnte esta invasion con toda la repugnancia<br />
de su espiritu aristocrâtico y rcfinado; él la ve como un triunfo del<br />
"materialisme", en el sentido de antiespiritualismo. Asi, hay un doble<br />
conflicto: ante la vaciedad retôrica y superficial de la vieja cultura,<br />
surge el positivismo como método cientifico; pero al imponersc paso<br />
a paso la concepcion burgucsa y capitalista dependiente, surgc la protesta<br />
contra esa pretendida cicncia antiespiritualista, materiallsra, deshumanizadora.<br />
Veamos ejemplos. El primero se titula "Psicoterapéutica",<br />
~~Se describe este conflkto en La poesla de José Asunci6u Silva, pâgs. 66 y 55.<br />
20 El historlador Jaime jararnillo Uribc resume as] parte de la cucstién. "En<br />
una forma muy general puede decirse que desde fines del sigle XVIII )' cornienzos<br />
del xrx, todo el pensamiento colombiano politico, filosôfico, pcdagogtco y social<br />
estaba mas a menas impregnado de espiritu positive, si por tal entendemos no una<br />
posiciôn Iiloséîica en semide estricto, sino la reacciôn contra una cuttura intelectual<br />
demasiado especulativa y verbaltsta " la orientaciôn del espiritu moderno hacin la<br />
experiencia y cl contacto directo con la naturaleza" El nensamiento colombtono<br />
Cl1 el siglo XIX, Bogota, Editorial Ternis, 1964, pâg. 442. Véanse también las<br />
pâgs, 176 n., 256, 446.<br />
XXXII
y es una arrcmctida contra las convenciones y contra 10 que se podria<br />
iIamar el "ideallsmo" (por contraposiciôn a 10 que Silva Hama cl matenalismo")<br />
:<br />
Si quicrcs vlvlr muches afios<br />
y gozar de salud cabal,<br />
tcn desde nifio dcsengaiios,<br />
practica el bien, espera cl ma).<br />
Desechando las convenciones<br />
de nuestra vida artificial,<br />
lleva por regla en tus acciones<br />
est a norma : tlo natural!<br />
De los fil6sofos etéreos<br />
huye la ensefianza teatral<br />
y aplicate bue nos cauterios<br />
en el chancre sentimental.<br />
Claramcntc este pocma contiene una sâtira positivista, cspecialmente<br />
en su cxaltaci6n de 10 natural. Pero también conticnc algo que nunca<br />
dcja de apareccr en la obra de Silva: la vision pcslmista y dcsilusionada<br />
de la vida, de la sociedad. El poema, dcsde luego, es satirico, pero<br />
trasluce ese constante y dolorido dcsengaüo.<br />
En "Filosoflas" esta visiôn pesimista abarca todos los aspectes de la<br />
vida: convcnciones sociales, arre, rcligién, trabajo, filosofia, etc. Por<br />
ejcmplo, la rellglôn tratada curiosamente en térrninos econ6micos capiralistas:<br />
( ... ) sé creyente, fiel, toma otro gîro<br />
y la raz6n prosterna<br />
A los pies dei absurdo, [compra un giro<br />
contra la vida eterna!<br />
Pàgalo con lUS goces: 10 fe aviva;<br />
ors, medita, impetra;<br />
y al morlr pensaras : .:y si llHa arriba<br />
no mc cubren la letra?<br />
Sin embargo, esta ironia de origen positivista pronto sc ve reemplazada<br />
por una denuncia vigorosa y exaltada de esa invasién "materialista" que<br />
conlleva cl positivismo y cl afianzamiento del modo capitalista y burgués<br />
de vida. En su poema "Futura", satiriza ese porvenir sin idealismo<br />
aIgu no; en cl siglo XXIV, se venera al<br />
( ... ) fundador<br />
de la mas grande de las oblas<br />
de nuestra santa Religion.<br />
Eterna gloria a su divisa,<br />
eterna gloria al redentor,<br />
que con su ejemplo y sus palabras<br />
el idealisme derrot6.<br />
XXXIII
El personaje es el "ventripotente y bonachén' Sancho Panza.<br />
Esta denuncia es aûn mas clara en varies pasajes de la novela De<br />
sobremesa, en los que Silva define la realidad de su tiempo y su<br />
contorno, "la vida burguesa sin emociones y sin curiosidades" en ese<br />
"fin de siglo angustioso":<br />
je ... ) la villania de los célculos y de las combinaciones que harân venir a<br />
las manos y acumularan en cl fondo de los cofres cl oro, csa aima de la<br />
vida modernal<br />
Silva se coloca decididamente deI lado del idealismo, por oposiciôn<br />
al espiritu burgués. Esto no se debe olvidar al considerar su actitud<br />
ante el posinvismo, al cual utiliza corno una arma contra la simulacién,<br />
la hipocresia y la inautenticidad. Para él, la realidad verdadera cs un<br />
mas alla misterioso, no religioso, al cual se encamina en el "Nocturno"<br />
y que en la ûltima pagina de De sobremesa es aludido con claridad y<br />
convicciôn al referirse a la idealizada muchacha rnuerta :<br />
TaI vez DO havas existido nunca y seas 5610un sueâo luminoso de mi espiritu;<br />
pero tu eres un suefio mas real que eso que los hombres Hamon la Realidad.<br />
Lo Que ellos llamao ssi, es 5610una mascara oscura tras de la cual se asoman<br />
y miran los ojos de sombra del misterio, y tû eres el Misterio mismo.<br />
Tai Irrealismo, tal contradiccién irreductible, parece ser el sino de<br />
estos poetas dcsgarrados par la historia. Pero también cs un cornienzo,<br />
anuncio de una bûsqueda de la verdad hlstôrica futura.<br />
Los poemas dispersas, recogidos con el titulo de Versos varios Cy cuyo<br />
numero en esta edlcién pretendernos fijar, ast corne su texte, excluyendo<br />
ap6crifos e incluyendo, par el contrario, poemas no recogldos cn otras<br />
ediciones ), son traducciones y versiones de poemas europcos (franceses<br />
en su gran mayoda), poemas juveniles y unos pocos posteriores a El<br />
libro de versos.<br />
El estilo de Silva se puede definir por su particular actitud ante la<br />
realidad. Tres modalidades estrechamente unidas entre si y a veces<br />
dificilmente separables pueden deterrmnarse: en primer término, un<br />
proceso de âesrealizaciôn, luego, una dignificacion de la realidad y por<br />
ultimo una orientaciôn decidida hacia una dimensi6n irreal. En esta<br />
poesia, como en la de muchos de los poetas rnodernistas, existe un<br />
distanciamiento progresivo de esa reaUdad inmediata, local, tan negativa<br />
y prosaiea. .<br />
Un curioso poerna resume con precision admirable los elementos mas<br />
importantes de la poesia silviana. El poeta presenta en alejandrinos<br />
pareados, flexibles y elegantes, el proceso de composici6n y los elementos<br />
de un poema suyo, arrojando al final un dardo satirico a la critica lite-<br />
XXXIV
aria, El poema se titula asi, simplemente : "Un poerna". Al leer las<br />
referencias al "arte nervioso y nuevo" no se puede dejar de pensar en<br />
el papel de precursor e innovador de la "nueva poesia y especialmente<br />
de la métrica y el ritmo ("llamé a todos los ritmos"). Con la mencién<br />
del tema, vienen a la rncmorla inevitablemente los "Nocturnes" II<br />
y Ill, los de "la historia triste, desprestigiada y der ta" de la mujer<br />
"hermosa, idolatrada y muerta", N6tese también ese mundo lujoso y<br />
arlstocrâtico ("huyendo 10 servil") que brilla entre las estrofas C'frenos<br />
àureos'', "soneto rey". rimas "de plata y de cristal"), tanto en la material<br />
camo en un plane exético de reftnamiento y sensualidad ("olor de<br />
heliotropes", "caretas negras de rasa y terciopelo"). Por otra parte, el<br />
"carâcter trâgico, fantàsnco y sutil", la "mûsica extrafia", los "scntimientos<br />
misticos", nos orientan hacla 10 desconocido, hacia una dimension en<br />
que las categorias de 10 "real" son insuficlentes. Un pareado de este<br />
poema resume un rasgo fundamental del estilo silviano :<br />
Dejé en una luz vaga los hondas lejanias<br />
llenas de nieblas bûmedas y de melancolîas.<br />
Inicialmentc en el mundo poético de Silva aparece la realidad Ilurninada<br />
por una luz vaga; en ella s610 se divisan con claridad algunas<br />
Jcjanas hondonadas y cumbres, de las que pend en [irones de niebla<br />
entre rnanchas de sombra, ondcantes como ese verso soberbio, magistral<br />
en su acentuaci6n esdrûjula y grave. Poesia de luz crepuscular 0 vcspertina,<br />
coma dijo Unamuno: "Silva canta corno un pâjaro, pero un pâjaro<br />
triste, que siente el advenimiento de la muerte a la hora en que sc<br />
acuesta el sol".<br />
En "La voz de las cosas" menciona COll atcmperada vehemencia los<br />
elemenros anhelados para su mundo poético: "fragiles casas", "pàlido<br />
lirio que te deshojas", "rayo de luna", "palidas cosas'', "fantasmas grises",<br />
"sueüos confuses", "ésculo triste" que las cosas dan al alma "entre las<br />
sombras". Es decir, aquello que tenga la calidad de la delgadez, la delicadeza,<br />
10 vago, 10 sutil. Este poema pertcnece teruétlcamcnte a la<br />
mâs pura tradicién romântica, y recuerda la poesia de Bécquer con<br />
cierta insistencia.<br />
Las cosas hablan a Silva, pero 5610 las cosas "leves", vagas, como el<br />
liquen y el musgo; y ademâs, 10 hacen con "VOl. secreta", como vimos<br />
en "Al pie de la estatua", 0 como dice en "La venta na", al hablar del<br />
poeta, "para quicn tienen una voz secreta / los liquenes grisosos... "<br />
En cambio las cosas llenas de Fortaleza Fisica, minerai, en toda su<br />
inrnutabllldad y su permanencia, se contraponen a la fragil y perecedcra<br />
existencia humana; contemplan impasibles el afân temporal del hombre:<br />
iAyl todo pasaré: nUiez risuefia,<br />
juventud sonriente,<br />
cdad viril que en el future suefia...<br />
xxxv
y mas adelante insiste:<br />
Tai vez maiiana<br />
cuando de aquellos ninas queden s610<br />
las ignctas y viejas sepultures,<br />
aûn tenga el mismo sitio la ventana.<br />
Los sentidos aprehenden un mundo fisico exterior determinado por<br />
la vaguedad y la imprecision. Asi, la vista se posa sobre las sombras,<br />
sobre una materia oscura 0 apenas Iluminada por una tenue luz que<br />
batalla con la penumbra. Los paîsajes con sombre ados, penumbrosos,<br />
en el crepûsculo 0 bajo la luz lunar, camo vernas en los "Nocturnes"<br />
o en otros muchos poernas, de los cuales sélo daremos aqui un ejernplo<br />
extremado: 2S .<br />
La luz voga ... npaco el dia,<br />
(...)<br />
par el aire tenebroso ignorada mano arroja<br />
un oscuro velo opaco de letal melancolia,<br />
y no bay nadie que, en 10 intimo, no se<br />
[aquiete y se recola<br />
al mirar las nieblas grises de la armésfera<br />
[sombria,<br />
y al oir en las alturas<br />
melancélicas y oscuras<br />
los acentos dejativos<br />
y tnstislmos c inctertos<br />
con que suenan las campanas ...<br />
y hoy, dia de muertos, ahora que nota,<br />
en las nieblas grises la melancolia,<br />
en que la Ilovizna cac, gote :a gota,<br />
y con sus tristezas los nervios embota,<br />
y envuelve en un munte la ciudad scmbria ...<br />
("Dia de difuntos")<br />
La insistencia en la nota sombria, nebulosa, oscura, es casi obsesiva:<br />
en diccisiete versos encontramos dace palabras que deterrninan el ambiente,<br />
haciéndolo vago y oscuro (y de paso logrando una precisa matizacién<br />
del elima de tantes dias bogotanos).<br />
Los ambientcs interiores, los objctos y hasta los espiritus, tarnbién<br />
suclen encontrarse en la penurnbra, y la Iuz siernpre se ve disminuida,<br />
atenuada:<br />
25 En este caso, como en todo 10 que sigue, pueden verse abundanrcs cjemplos<br />
en La poesra de José A5Imci6n Silva, de cuyo capitule "El Estilo" es una reducciôn<br />
y adaptaciôn 10 que siguc.<br />
XXXVI
Astros que en abismos agnotos<br />
dcrramâis resplandores vagos...<br />
Velada por las nubes pasa la luna ...<br />
Adernâs, la sombra no es 5610 un clemento dei munelo fisico; simboliza<br />
también el pasado y la muette:<br />
Lejos dei mundo, baio la oscura tierra<br />
donde otros, en la sombra, desde hace tiempo estân.<br />
Es significativo, en este sentido, cl verso de "A un pesimista":<br />
Hay demasiada sombra en tus visioncs.<br />
Para los demàs sentldos, ademàs de la vista, también las sensaciones<br />
son vagas e imprecisas. Los murmullos, por ejcmplo, ocupan primerisimo<br />
sitio en el mundo de los sonidos: no hay en él estridencias, la poesia<br />
de Silva esta clicha en voz baja, "muy paso", y su oido recoge los<br />
suspiros de las cosas:<br />
( ... ) la brisa llgera<br />
llcva murmullos de vida<br />
y olores de prima vera.<br />
El mundo poético Je Jose Asunci6n esta, en verdad, "todo lleno<br />
de murrnullos", y adcmàs, estas murmullos, con toda su delgadez y<br />
sutileza, son misterlosos y vagos:<br />
Tendrân vagos murmullos mlsteriosos<br />
el lago y los juncales ...<br />
Tamhién el olfato pcrcibe con delicadeza e imprccisiôn, fundiendo<br />
el mundo dei olor con el dei pasado, en versos como estela de huma<br />
blanco y delgado, corno el camino dcl pcrfume en el aire:<br />
La fragancia mdecisa de un olor olvidado<br />
Ilegé como un fantasma y me habl6 de} pasado.<br />
En el mundo interior también la vaguedad es el âmbito de todo<br />
elernento. Los sentimientos, los recuerdos, los suefios, en fin, 10 animico<br />
cs imprecise, confuse, indetermlnado.<br />
En un poema la delgadez, .la vaguedad se apuran hasta el extremo :<br />
Las cosas viejas, tristes, desteûidas,<br />
sin voz y sin color, sabcn secretes,<br />
de las éPOCRS muertas, de las vidas<br />
que ya nadie conserva en la memoria,<br />
y a vcces a 105 hombres, cuando mquletos<br />
XXXVII
las miral1 y las palpan, con extraüas<br />
voces de agonizante, dicen, paso,<br />
casi al oido, alguna rara historia<br />
que tiene oscuridad de telaraâ as,<br />
son de taud y suavidad de raso.<br />
Las cosas son viejas, no tienen voz ni COIOI. Sus historias, raras<br />
y oscuras, las dicen con voz de agonizante, paso, casi al oido. Una<br />
rigurosa precision de la imprecise.<br />
"Al oido del lector" es un poema altamente revelador, a este respecto<br />
de la vaguedad y la intederminaclén. Desde el titulo habla de ello;<br />
es el pr6logo, la primera advertencia de la poesia silviane. Por eso la<br />
define bien: es una poesia literai mente susurrada "al oido del lector".<br />
Este pequeüo poema resume la poética de Silva mucha mejar gue el<br />
pretencioso y retôrico "Ars".<br />
No fue pasi6n aquello,<br />
fue una ternura vaga ...<br />
La que inspiran los niâos enfermizos,<br />
los tiempos idos y las noches pâlidas.<br />
El esplritu 5610<br />
al conmoverse canta :<br />
cuando el amor 10 agita poderoso<br />
tiembla, medita, se recoge y calla.<br />
En los primeras cuatro versos hay una definiciôn muy precisa de<br />
toda uns época de la poesia silviana.<br />
Pero también hay en la poesia de Silva una digniflcaciôn de la rcalidad,<br />
ademâs y junte a esta desrealizacién, TaI dignificaclén se lleva<br />
a cabo en dos sentidos; en primer término, encontramos una exaltaciôn<br />
basada en valores de tipo materiaJ: el oro, la plata, las joyas, las ricas<br />
telas, etc., a través de similes y metâforas, I1evan los objetos 0 los rasgos<br />
humanos a un plane de Iujo y suntuosidad. Sin embargo, es mas significativo<br />
un segundo procedimiento de dignificaciôn : se resaltan los<br />
valorcs de refinarniento sensoriel, de exquisltez, de exotismo que a<br />
veces roza la perversion a 10 poète maudit. Fundamentalrnente estos prosos<br />
valorativos se realizan por medio de metéforas, comparaciones y<br />
similes,<br />
El mundo metaférico de Silva, en el sentido de los valores rnateriales,<br />
no se sale de 10 manido, de esc Ienguaje "preconcebidamente poético"<br />
de que habla Luis Cernuda. Por ejcmplo, al rcferirse a la mujer, la<br />
tez es nacarada, los labios de seda 0 la cabcllera de oro. Y prccisarnente<br />
el oro es un térmlno de comparaciôn abundante, desde la metafora<br />
lexicalizada C'âureas arenas"), pasando por la aristocrâtica valoraciôn<br />
XXXVIII
del soneto C'Vestido de oro y purpura llegé el soneto rey") hasta la<br />
mas significativa :<br />
Oh dulce niüa pélida, que como un montôn de oro<br />
de tu inocencia candida conservas el tcsoro... ,<br />
en la cual se transluce la intenciôn satirica que relaciona el pudor y<br />
la virtud con la avaricia.<br />
Tarnbién la plata que se asocia (junto con el cdstal) a ciertos sonidos,<br />
o cl nacar, el épalo, el armifio, los encajes ... Todos estos términos<br />
de comparaci6n dignifican la rcalidad segùn unos valores materiales<br />
comunes y no ofreeen, a nuestro juicio, cosa distinta de la oportunidad<br />
de mostrar que en cl sistema axiolôgico de Silva actùan freeuente y<br />
positivarnente,<br />
Muche mas interés ofrece otro grupo de comparaciones y metâforas<br />
que, como declames, ponen de relieve cualidades de mayor sutileza<br />
y refinamiento. Sin embargo, los limites entre el presente campo axiolégico<br />
y el mencionado Inrnedlatamente antes son bastantes indefinidos,<br />
como se puedc ver por los siguicntes versos en los que se funde el<br />
refinamicnto sensual y el valor material de mancra dificilrnente separable:<br />
Complacido en mis versos, con orgullo de artista,<br />
les dl OIOI de heliotropos y color de amatista ...<br />
Las flores prestan su belleza a los hombres y los instrumentes legendarios,<br />
que simbolizan mûslcas extrafias, dan a estas arnbientes 0 sensaciones,<br />
hermosura, tristeza, amabilidad 0 misterio. come el laud, la rnandolina,<br />
cl arpa, los violines, etc.<br />
Exotisme, influencia de las lecturas de Baudelaire, cierto morboso<br />
gusto que apuntaba en Silva, pueden tal vez explicar curiosas referencias<br />
de sus versos. Tai vez nunca antes en la poesia colombiana (tan sana,<br />
tan ordlnaria, tan conservadora) sc habla oido una valoraciôn basada<br />
cn la cnfermedad:<br />
Eue una temura vaga •••<br />
la que inspiran 10$nüios enfermizos,<br />
los tiempos idos y Jas noches pâlidas.<br />
Tampoco se habla oido nunca, seguramente, que el lirio 0 el rayo<br />
de luna dieran al alma dei poeta un<br />
Osculo triste, suave y perverse ...<br />
Silva, asi, express su creciente afan por rehuir la real, la cotidiano<br />
y par aproximarse a un mundo fantâstico.<br />
XXXIX
En Silva, hay algo que nos lIama inmediatamente a un mundo extraiio,<br />
alucinado, vibrante, distante de la vida ordinarta (",), Es éste, sin duda,<br />
un nuevo ambiente, un aire distinto, que se respira sélo en un .wgundo<br />
piano de sensibilidad. 26<br />
Esta ûltima etapa de irrcalidad, fantasia y misterio, signifies una<br />
intcnsificacién de las anteriorcs. En vez de desrealizar la realidad 0<br />
de dignificarla, se la niega coma tal rcalidad. Sc abandona el plane de<br />
10 normal 0 10 cotidiano: tampoco no hallamos en el de la vago 0<br />
indeterminado; ni siquiera en el de 10 Fine, lujoso 0 ex6tico; se ingresa<br />
ahora a una nucva dimension, a un mundo que no sc puede co nocer<br />
ni comprcnder ni explicar, que no se hace patente, que sc difcrencia<br />
de la cotidiano. atraviesa la fantasia y sc proyecta hacia un insondable<br />
vacio.<br />
La mayor parte de las vcces, un simple adjetivo basta para hacer<br />
saltar el verso a la regién de la irrealidad :<br />
Por el aire tenebroso lgnorada mana arroja<br />
un oscuro velo OpACO de letal melancolîa.<br />
Esta ignorada mana nos coloca en un âmbito lJeno de sobrenaturalcs<br />
sugercncias, En "Crepûsculo", lecmos :<br />
de ln calle viencn extraâos ruidos . . ,<br />
y mas abajo, en el rnismo poema, otro adjetivo reitera c insiste sobre<br />
10 desconocido : la sombra suscita, "por los rtncones oscuros", unas distancias<br />
enormes e ignotas". Extraûo, ignoto, oscuro ." Los poemas<br />
silvianos estân constantcmcnte Ianzando sus Flechas hacia csa dimcnsiôn<br />
situada "mas alla" de 10 rea!.<br />
Tai modalidad sc caractcriza par una ncgaciôn de determinadns cntegodas<br />
de la realidad, que abre un panorama cuya cxistencia, sin embargo,<br />
solo sc hace presente como tal cxistcncia, ya que no cs posible hallar<br />
en él mas que la oscuridad que 10 circunda. En palabras del pocta : un<br />
"rnistcrioso panorama oscuro".<br />
En primer térrnino, como ya anotabamos, se establecc un diaJo~o<br />
sutil entre el poeta y las cosas que rchûye, en su secreto, toda otra<br />
participaciôn: pero no sélo hablan en secreta Jas cosas al pocta: sus<br />
voces también son "extrafias".<br />
La normalidad sc quicbra y aparecc 10 que sc hall a "fucra" de ella,<br />
10 que le es extraüo: Ccnicienta, abandonada, sc queda<br />
Mirando los jucgos cxtrafios que hAdan<br />
en las sombras ncgras los carbones Jojos ...<br />
2R Andrés Holguin, "J1.] scntido dei mistcrio en Silva" en ta poc:.çill incouclusa<br />
)1 otros cnsayO$, Bogotâ, 1947, pag. 120.<br />
XL
La abuela mece al niûo, sonriendo cariûosamente,<br />
Una calavera<br />
mas cruza por su espiritu como un temor extra ne.<br />
abre los ojos, sin fondo,<br />
como a visiones extrafias,<br />
Esta senda lleva casi sin dilaciones a las puertas del misterio, a la<br />
superaciôn de la comprensiôn humana, y el poeta percibe esa "brisa<br />
que sopla, ultrahumana, desdc 10 dcsconocido", coma ha dicho un critico,<br />
cuyo roce nos da muches de sus mejores versos.<br />
La poesia aparccc dcfinida en varias ocasioncs por ese "no sé gué",<br />
por ese algo inefablc:<br />
Para que la existencia misera se embalsame<br />
cual de una esencia ignota,<br />
quemàndose en cl fucgo dei alma enternecida,<br />
de aqucl supremo bâlsamo basra una sola gota,<br />
"Las sombras de las viejas catedrales" narran "poemas misreriosos" 0<br />
"leyendas mistcriosas" al poeta; ésre sabe la "magla sobcrana / que tienen<br />
las ruinas" y hara "cl pocma sabio / Ileno de mlsteriosas armonias";<br />
también ama las "sugestiones misticas y raras" de las cosas viejas; en<br />
la naturaleza sorprcnde "vagos murmullos misteriosos"...<br />
Existe un poema en la obra silviana. cuyo anàlisis ilustra con gran<br />
claridad todo este complejo campo estilistico. Sc trata dei titulado<br />
... ? ... ("Estrellas que entre 10 sombrio ... ") En primer término, la lnsistencia<br />
y la reitcracién dt, un grupo de palabras precedentes de una<br />
misma zona cs bien signiflcativa, como resulta evidente en la siguiente<br />
escueta lista: sombrio, ignorado, inmenso, vacio, pâlido, leios, iniinito,<br />
abismos ignotos, lJagos, remotos, leianos, [atuâsticos, océanos sin fin<br />
ni [ondo, inciertas. Es dccir. la adjctivacion dei poema casi en su toralidad<br />
se coloca en un mismo campo semàntico y su cfccto cs acumulativo,<br />
La atrnosfera asi creada sc caracteriza por una minuciosa precision de<br />
10 imprecise, paradôjicamente. por una cstrecha famtliandad con 10<br />
lnsôlito, con aqucllo que se sale dei familiar mundo cotidiano.<br />
Podria pensarse que esta proyccciôn hacia cl misterio posee lejanas<br />
ralces rcligiosas en cuanto un mero proyectarsc. Pero, a difcrcncia<br />
radical de la religion, la proyeccién que agui vemos no cncucntra<br />
un término, por indcterminado que este pucda scr. Rcfiriéndose a Rimbaud.<br />
Hugo Friedrich dice:<br />
XLI
Ni siquiera logra explicarse el motivo de su huida. Pero su obra nos muestra<br />
una correspondencia inequivoca entre su relacién con la realidad y su pasi6n<br />
por 10 desconocido, Este desconoeido al que no pucde darse ya ningïm contenido<br />
religioso, Filoséfico ni mitico, es mâs intense que en Baudelaire; es el<br />
polo de una tensi6n y, porque el polo es vacuo, repercute sobre la realidad 21.<br />
Esta explicaciôn bien podria servir en el caso de Silva, si bien la<br />
intensidad del conflicto, los intentos de solucién artistica 0 sus modalidades<br />
psicolégicas diîicilmente podrfan ser motiva de comparacién, entre<br />
cl autor deI Bateau Ivre y el dei "Nocturne".<br />
Silva parece haber cornprendido bien une de los problernas deI arte<br />
de la época: la separaci6n cada vez mas acentuada entre el artista y su<br />
pûbhco. En De sobremesa escribe una frase fundamental que, adernâs,<br />
hace patente su conciencia de estilo:<br />
Es que yo no quiero declr sino sugerir y para que la sugestiôn sc produzca<br />
cs precise que el lector sea un artista. En imaginadones desprovistas dt<br />
facultades de ese ordo" lqué efecto producirâ la obra de artc? Ninguno, LA<br />
mitad de ella estâ en el verso, en la l'statua, en cl cuadro, la otra en el<br />
cerebro del que oye, ve 0 sueüa.<br />
En un mundo dominado por intereses pecuniarios, por la competencia,<br />
por la incultura y la vulgaridad, tal tipo de lector llega a ser, en verdad,<br />
tan escaso que a veces llega a confundirse con el propio artista, Hega a<br />
ser "mon semblable, mon frère".<br />
Silva parece querer seguir, por otra parte, el consejo de Mallarmé:<br />
"Excluye de tu poema la realldad porque es vulgar". Sin embargo, mcnester<br />
cs decirlo, las analogias de ln obra silviana con cl simbolismo<br />
frnncés se limitan a ese plane general, pero de ninguna rnanera podrian<br />
prolongarse. Silva 'se halla, en mi opinion, en los umbrales de la poesie<br />
moderna, pero no es posible considerarlo un poera de la modernidaâ, en<br />
scntido curopeo. En la poesia de Silva no existe la energia destructora<br />
de simbolistas y surrealistas: él no intenta una dcforrnacién ni un divorcio<br />
total de la materia. Y no se trata tan 5610 de una diferencia de grado,<br />
sino de algo mucho mas csencial. Silva. y en esta podria considerârsele<br />
un romântico, choca con la realidad y su {mica posibilidad de transponerla<br />
es la proyeccién de raiz religiosa que lleva a 10 sobrenatural;<br />
los sirnbolistas dinamitan esc muro de 10 real v abren la senda dei<br />
surrealisme. .<br />
Silva mismo nos ponc de presente su desconfianza ante cl arte de<br />
los simbolistas y su nostalgia de} romanticismc:<br />
Moriste a tiernpo, Hugo, padrc de la lirica moderna: si hubieras vivldo quince<br />
afios mas, habrîas oido las carcajadas 'con que se acompafia la lectura de tus<br />
poernas animados de un enonne soplo de fraternidad optirnista; moriste a<br />
tiempo: hoy la poesia es un entretenimiento de mandarines cnervados, una<br />
adivinanza cura solucién cs la palabra nin·ana.<br />
:; Hugo Friedrich, 1">1', cit., pag. 101.<br />
XLI[
Con ello revela su estirpe romântica y su temperamento conservador<br />
que, afortunadamente, no logré imponcrse a la hora de reallzar su<br />
mejor creaciôn poética.<br />
De sobremesa fue la ûltirna obra que escribiô Silva 28. Indudablemente,<br />
no lIega a tener gran decoro novelistico. Posee, desde luego, pasajcs<br />
valiosos, valores documentales muy considerables, y se adivinan, mas<br />
que evidenciarse, posibilidades narrativas de mucho interés que, de<br />
haberse desa:rrollado, seguramente nos hubieran dado una de las grandes<br />
novelas de nuestro siglo XIX. La bùsqueda deI ideal que acucia al protagonista,<br />
por ejemplo; la personalidad neurôtica y apasionada de este<br />
héroe dannunziano con ribetes de superhornbre nietzscheano, que oscila<br />
entre la esplritualidad, el arte, el idealisme y sus ansias de dominio<br />
politico, entre sus delirios de grandeza y su snobismo, entre su refinada<br />
vida parisiense y el sentimentalismo ingenuo y provinciano de su veneracién<br />
por "su abuelita", Pero los excesos descriptives, las pretenciones<br />
aristocratizantes, la pedanteria ltterarla, cl mal modernisme, en una<br />
palabra, que infesta la mayor parte de la novela, aSI como su descuidada<br />
construccién, hacen de eHa una obra fallida,<br />
El asunto de la novela es bastante simple: un rico escritor latinoamericane<br />
reùne en su casa, Ilena de exéticos y atosigantes lujos y de arnbiente<br />
abrumadoramente refinado y recargado, a un grupo de arnigos que le<br />
piden que lea los manuscrites de una obra suya en la que sc desvelan<br />
misterios de su vida. El escritor los complace y comienza a leer una<br />
serie de textes, de anotaciones fechadas, come si fueran un diario. en<br />
las cuaies cuenta acontecimientos de su vida sucedidos en Europa entre<br />
el 3 de junio de 189 .. y el 28 de octubre deI afio siguiente. A veces<br />
deja de leer y sc establecen pausas que son como divisiones de la obra.<br />
Se puede decir que la novela consta de tres partes principales; la primera<br />
es la ambientactôn y caracterizacién deI autor en la situaciôn posterior<br />
a los acontccirnientos que relata; la novela es, pues, una cspecie de<br />
retroceso temporal; luego, el escritor lee una serie de anotaciones que<br />
contienen reflexiones y comentarios sobre lecturas suyas, autocaracterizaciones<br />
y soliloquios, la muerte de su santa abuela y un incidente.<br />
que da comienzo a la acci6n, en el cual el ncurôtico poeta apuüala a<br />
su amante, famosa cocotte parisina y huvc a las montarias suizas. Alli,<br />
~8Su mentor Iiterario, Sanin Cano, nos cuenta en sus "Notas": "Silva habla<br />
estado escribiendo fehrilmente varias sernanas antes de $\1 muerte para pener en<br />
firma dcfinitiva su novela De sobretnesa. El manuscrito, casi terminado, consta (le<br />
dos partes. La primera, que contiene rasgos suntuosos de un talento completo,<br />
encierra la sustancia de una serie de novelas cortas cscritas antes de 1849 v que<br />
desaparecicron en el naufragio de1 Amérique, en 1895. LA otra parte, III final,<br />
esta prernurosamente ejecutada. Parece obra de otro autor. La descripciôn de linos<br />
amores abruptes en Paris cs infcrior a la fortaleza fisica de Silva. El fracmcnto<br />
sobre la loeura y el suicidio incrustado en la novela, con otros bocetos de data<br />
antcrior, fue escrito en 1892, al recibirse en Bogotâ la noticia de que Mnupassant<br />
se habla vuelto loeo. Esas reflexiones no Je fueron suzeridas a Silva por el<br />
temor de perder el juicio, sine por cl hecho de habcrlo perdido Maupassant".<br />
XLIn
en Interlaken, en contacta con la naturaleza, cornienza a elaborar una<br />
curiosa utopia, de corte fascista avant la lettre para su pais, al que<br />
piensa modernizar y conducir por la senda dei progrcso. Una vez enterado<br />
de que la pufialada que asestara a Lelia Orloff no ha tenido consecucncias,<br />
viaja a Ginebra y alli, en un hotel, encuentra repentinarnente, a<br />
un viejo y elegante seüor que viaja en compafiia de su joven hija,<br />
!lamada Helena. El poeta repentinamente se cnarnora de ella y de nochc<br />
le envia a través de la ventana un rarno de flores; ella le .devuelve<br />
un rama de rosas, pero al dia siguiente, él se entera de que se han<br />
marchado Con destino desconocido. Locamente enamorado, cl poeta parte<br />
en su bûsqueda. Este encuentro y la bûsqueda subsiguientc de la amada<br />
constituyen la tercera parte de la novela, junto a otros acontecirnientos<br />
que luego mencionarcmos.<br />
Asi, después de esa especie de prélogo, la novela se compone de<br />
episodios sin otra unidad que el hilo autobiagréfico: pero luego, con el<br />
hallazgo de la muchacha, cobra unidad y sc convierte en una bûsqueda<br />
de la amada Idealizada. Este motivo tan wagneriano, tan romântico, cs<br />
cl que vertebra la novela: el héroc en busca del Ideal, a través de<br />
obstâculos, tentaciones, enfermedades. Pero ah! terminan las analogias.<br />
El protagonista es un héroe modcrnista y su bûsqueda se resuelve fi'nalmente<br />
en su sofisttcado refuglo de arist6crata criollo nostalgico que<br />
divierte a sus amigos con el recuento de Su aventura.<br />
Pero, ademâs, la novela esta lIena de dcscripciones, de reflexioncs,<br />
aventuras amorosas, disquisiciones literarias, artisticas, cicnüficas que<br />
vale la pena mencionar en conjunto brcvemente,<br />
El protagonista es rnodelo acabado de héroc modernista, si es que<br />
existe tal figura literaria 0 real. José Fernândez es una especie de superhombre,<br />
pero lleno de todas las debilidadcs, neurotismos y languideces<br />
fin de sigle. Es un superhombre, sc podria decir, pero "humano, dernasiado<br />
humano". Rlquisimo propietario larinoamericano, poeta refinado,<br />
bon vivant, rasiaquoère, europeizado, arist6crata de gustos y maneras,<br />
soüador en pugna con su mczqulno medio natal, al cual sin embargo<br />
pretende redimir por la fuerza de su riqueza y su inteligencia, bello,<br />
culte con una cultura diletante y dispersa, amoral, don juan, pedante,<br />
protofascista, es también y sin darse cucnta, sentimental, infantil, ingenue<br />
y cursi a pesar suyo. y, coma estas contrastes no son, a mi juicio,<br />
voluntarios por parte dei autor, en vez de sintetizar una pcrsonalidad,<br />
se contradicen irrcductiblementc. Por ejcmplo: este refinadisimo lcctor<br />
de Baudelaire, de Barrés, de la Bashkirtseff, Sully Prudhomme y demàs<br />
"rares", este estudioso dei latin, el griego, la filosofla y la ciencia, que<br />
es sorprendido por Su amante, Lelia Orloff, en la siguiente escena :<br />
( . , .) entrândose en puntas de pics, se me acercé por dctras y me C('rro<br />
con los manos blandas y suaves los ojos que leian en esc memento 1111&<br />
pagina dl! Spinoza ... ;<br />
XLIV
este intelectual, no puede ocultar su admiraciôn por los versos ide<br />
Nûüez de Arce! 0 las novelas de Pereda. y en OtTOorden de cosas, este<br />
poeta maldito que abusa dei opio, las orgias, las cocottes, adùltero don<br />
juan descreido y hombre de mundo aristocrâtico parisino, reacciona ante<br />
la muette de "su abuelita" como cualquier eseolar de provincias.<br />
Es mas importante, pues, José Fernandel, por 10 que tiene de represcntatividad<br />
histôrico-cultural que como creacién literaria. Es, indudablemente,<br />
la encarnacién de muches de los sueûos, aspiraciones y fracasos<br />
del propio Silva, quien Ilega a induir détalles autobiogrâficos, personajes<br />
y aeontecimientos reales. Pero no se debe olvidar la intenciôn del autor<br />
de crear una figura imaginaria, litera ria 2&.<br />
Es importante resaltar a Fernandez como héroe modernista, sobre<br />
todo en ese afàn europeista, en ese malestar que experimenta respecto<br />
a su realidad local, en ese snobisme y en esa pedanteria con que revela<br />
su inseguridad en el campo de la cultura. José Fernàndez es Silva, pero<br />
también es Rubén Dario y hasta Vicente Huidobro. Encarna esas ansias<br />
de particlpar, de pertenecer a ese mundo de la cultura, el arte, la gran<br />
burguesia europea, la aristocracia, si fuera posible. De sus ansias 10<br />
sabemos todo. De su obra no sabemos nada. y esta ultimo es 10 que<br />
verdadcramente importa en el caso de los modernistas. Su desarraigo<br />
social y nacional, sus irreductibles contradicciones entre el subdcsarrollo<br />
y cl esplendor imperial del declinar de sigle: su mal oculta inquietud<br />
ante el desarrollo capitalista, la decadcncia aristocrârica, la degradaci6n<br />
del espiritu. .. Sus sucüos infantiles de dorninios y "progresos" fascisroides,<br />
su adolescente bûsqueda del ideal, todo elIo 10 hace una imagen<br />
extremada de cierto intelectual latlnoamericano de la época y aûn de<br />
nucstro tiempo, que se debate entre limites como el de un Marti, en<br />
el pasado y el de un Mariétegut en el futuro. Fernândez es la réplica<br />
conservadora, aristécrata, snob y mediocre de un César Vallc]o.<br />
Otr05 personajes de la novcla son mas bien tipos, encarnaciones de<br />
ideas 0 de acnvidades, sin vida propia; con todos sus defectos, Femàndez<br />
resulta ser una crcaciôn llena de posibilidades no suficientemente aprovechadas.<br />
TaI vez con un tratamiento un poco mas critico, posiblcmente<br />
irônico, José Feméndcz seria ahora uno de los grandes personajes de<br />
la novela latinoamcricana. Para terminar, digamos que su representatividad<br />
historiee-social se condensa tal vez en un rasgo, que el autor acentùa<br />
particularmente : su ansia de totalidad, su afàn indiscriminado de poseerlo<br />
todo, de saberlo todo, como los pueblos jitvcncs y dominados que aspiran<br />
a set como sus dominadores: .<br />
2& La "Falacia autobiografica" ha presidido la lectura de De sobremeslI, hasta<br />
lIegar a extrcmos tales como el de Sanin Cano cuando dice : "La dcscripciôn de<br />
unos amores abruptes en Paris cs mferior a la fortaleza fisica de Silva" (!).<br />
XLV
( ... ) Como me fascina y me atrae la poesia, asi me atrae y me domina todo,<br />
Irreststiblemente : todas las artes, todas las ciencias, la polîtica, la especulacién,<br />
el lujo, los placeres, el misticismo, el amor, la guerra, rodas las fermas<br />
de la vida, la misma vida material, las mismas sensaciones que por una<br />
exigencia de mis sentidos, necesito de dia en dia mâs intensas y mas<br />
delieadas.<br />
Como decia, los restantes personajes, no poseen vida propia. Entre<br />
elles, ha, dos interesantes, a mi juicio : el cientifico, el médico, en cl<br />
que Silva paga tributo a su admiraciôn }' su desconfianza por cl positivisrno,<br />
repitiendo en esencia el esquema ya estudiado al hablar de Cotas<br />
antargas C'Psicoterapéuuca"), y la heroina "modemista" encarnada en<br />
la escritora rusa Maria Bashkirtscff, romântica y moderna, consumida<br />
por la tisis rnientrus intenta afanosamente acumular toda la cultura<br />
y la vida, al igual que su gIan admirador, José Femândez. Fila rambién<br />
clice : "Para ser feliz necesito TODO, el resta no me basta", Pero ella<br />
queda libre de algo que caractcriza a la época negativarnente y que si<br />
afecta profundamcnte a Pemàndez :<br />
[Feliz tu, muerta ide al que llevaste dei Unlverso una visién intelectual y<br />
artistlca y a quien el amor por (a belleza y el pudor femenino impidicron<br />
que el entusiasmo par la vida y las curiostdsdes insaciables sc complicarnn<br />
con scnsuales fjebles de goce, con la m6rbida euriosidad dei mat y dei pecado,<br />
con la vtllania de los câlculos y de las combinaciones que harân venir a las<br />
manos y acumularén en el fondo de los cafres de oro, esa alma de la vida<br />
modema!<br />
Como se ve, aqui vuclve a plantearsc la gran contradiciôn historien<br />
que luego iba a definir Rod6: la mate ria y el espirltu, Caliban persiguicndo<br />
a Ariel; contradlccién que en Silva se rnanificsta de varias<br />
formas, t'omo por ejernplo entre la espiritual rusa y el médico Max<br />
Nordau ~(),cuya obra arranca a Pernàndez sus acentos mas lndignados<br />
por su groscro positivisme y su ceguera cspirit ual :<br />
,Por qué has de simpatizar tu COD la muerta adorable a quien Barrés venera<br />
y a quien amamos unos cuantos, joh grotesco doctor Max Nordau! si tu fe<br />
en la ciencia miope ha suprimido en ti el sentido del misterio; si tu espiritu<br />
sin curiosidades no se apasiona por las formas mas opuestas de la vida; si tus<br />
rudimentarios sentidos no requieren los refinamientos supremos de las sensaclones<br />
taras y penetrantes?<br />
Habria que mencionar tamblén a Helena, la [oven idealizada: pero<br />
ella es mas bien una imagen proyectada por José Femândez, una con-<br />
30 El "grotesco doctor alemân", Max Nordau, sabio sionlsta nacido en 1849<br />
era, en verdad, austriaco.<br />
XLVI
crecion de sus ansias, de su bûsqueda, de su intente de escapar de un<br />
mundo matcrialista y degradado.<br />
Estoy harto de la luiuria y quiero cl amor: estoy cansado de la carne y<br />
quicro el espiritu ...<br />
Puesto que revestida de misterio y de mas alla, entraste en mi vida, virgen<br />
inmaculada y dulcisima, nuestro arnor sera un éxltasis. Ennoblectdos por li,<br />
los détalles de la existencia diaria se transfigurarân ...<br />
[Helena! [Helena! Me corre fuego por las venas y mi alma se olvida de 1"<br />
tierra cuando pienso en esas haras que Ilegarân si Iogro encontrarte y unir<br />
tu vida con la mia . . .<br />
Citernes una vez mas el final de la novela:<br />
... Tû no puedes morir, TaI vez no hayas existido nunca y seas 5610 un<br />
sueüo luminoso de mi espiritu, pero ercs un suefio mas real que eso que lus<br />
hombres lIaman la Realidad. La que ellos llaman asi, es 5610 una mascara<br />
oscura tras de la cua} se asoman y miran los ojos de sombra del mistcrm y<br />
tù cres el Misterîo mismo.<br />
Helena cs el esplrltu, cl amor plcno, la pocsia, la pureza, la divlnidad.<br />
el misterio ... La contraimagen silviane se aclara y cl confllcto hlstérico<br />
se evidcncia una vez mas.<br />
Otro de los ternas fundamentales de la novcla, [unto con cl ya<br />
rnencionado de la bûsqueda del ideal, del espiritu, es 10 que Ilamamos<br />
la vitalizaciôn de la cultura, estrechamente relaclonado con cl anterlor.<br />
Mas que en la "realidad", en la pràctica, en la vida dia ria, Fernàndez<br />
vive en cl mundo de la cultura (arte ciencia, litcratura ), y una especie<br />
de "bovarismo' soicrrado recorre la novela 31. Como hemos dicho, ésta<br />
se inicia con una Iarga disqulstcién sobre la obra y la personalided de<br />
Maria Bashkirtseff y el doctor Max Nordau, hecha por el escritor José<br />
Fernéndez, autor de dos libros de versos. Antes, en la introducciôn,<br />
éstc entons un emocionado canto a la figura dei poeta, exaltândolo y,<br />
dandonos lins faceta importante de su propia pcrsonalidad que constituye,<br />
a su VCZ, un rasgo ma.cadamente modcrnista :<br />
1.0 que me hizo escribir mis versos fue que la lectura de los grandes poetas<br />
me produ]o emociones tan profundas camo son todas las mias; que esas emodon<br />
es subsistleron por largo tiempo en mi espiritu y se impregnaron de mi<br />
sensfbtlldad y se convirtieron en estrofas ( ... ). Vivi linos moses con la<br />
imaginacién en la Grecia de Pcricles, senti la bclleza noble y sana dei arte<br />
heleno con todo el entusiasmo de los veinte aâos y bajo esas imprcsiones<br />
~1 Tema que no es, en absoluto, ajeno a Silva. cl cual le dedica dos poemas:<br />
"lentes ajcnos" y "Capsulas".<br />
XLVlI
escribi los "Poemas Paganos", de un lluvioso otoâo pasado en cl campo<br />
leyendo a Leopardi y a Antero de Quental, sali6 la serie de sonetos que<br />
Ilamé después "Las Aimas Muertas"; en los "Dias Diâfanos" cualquier lecror<br />
inteligente adivina la influencia de los misticos espaâoles dei sigle XVI, y mi<br />
obra maestra, los tales "Poemas de la Carne", que forman parte de los "Cantos<br />
dei mas alla", que me han valide }a admiraciôn de los crltlcos de tees<br />
al cuarto, ~qué otra casa son sino una tentativa Mediocre para decir en nuestro<br />
idioma las sensaciones enfermizas y los sentimientos cornplicados que en formas<br />
perfectas cxpresaron en los suyos Baudelaire y Rosetti, Verlaine y<br />
Swinburne? ...<br />
Yale cita tan larga porque en ella el poeta nos revela ese proceso<br />
de creacién en "segundo grado" que es tan tipico dei modernismo mas<br />
ortodoxo, digamos, el de Azul, Prosas profanas, etc. La realidad de la<br />
que parten estos poemas es una realidad "preconcedibamente poética",<br />
y entonces el poema es mas bien una recreaci6n. La literatura la cultura<br />
se hacen vida desde la que se crea y sobre la que se crea la obra poética<br />
de muches modemistas.<br />
Citemos aqul cl caso principal de la navela: José Fernândez entrevé,<br />
mas que conoce, la hermosa y joven Helena Scilly Dancourt, y nunca<br />
cruza una palabra con ella, s610 recibe de ella unas rosas de té y se<br />
apodera de un camafeo que ella ha perdido. Este resulta, a la postre,<br />
la ùnica prueba real de su exlstencia. Pero un buen dia descubre un<br />
sucedânco de la prescncia de Helena: un retrato prerrafaelita de la<br />
madre, hecho por un pintor desconocido, que posiblemente Femândez<br />
habla visto ya antes de que el médico inglés Rivington se 10 enseüe.<br />
Curiosarnente es otro cientifico, el médico francés Charvet, quien le<br />
revela la idenndad de la dama del cuadro. Antes de conocer esta<br />
identidad, Fernândez se dedica afanosamente a investigar a los pin tores<br />
prerrafaelistas para encontrar algo sobre J. F. Siddal, autor dei cuadro,<br />
El paeta no volverâ nunca a ver a Helena y venerarâ religiosamente la<br />
imagen artistica. Naturalrnente, cl motivo no es nuevo, y este "culte<br />
a la virgen", par llamarlo aS1, ticne indudables antecedentes de tipo<br />
religioso y literario, pero en este casa ilustra bien esa distancia que existe<br />
entre "10 vivo y 10 pintade", 0 mejor, esa identificacién entre "10 pintade"<br />
y 10 vivo, situada en la base de buena parte de la creacién artistica<br />
modernista. La vida imita al arte, coma diria otro héroe modernista<br />
europeo, la cultura engendra vida, se hace vida, la realidad se edifica<br />
a partir de la cultura, la cultura, eso si, europea, la vasta e imponente<br />
cultura extranjera y ajena sin la cual el habitante de las neocolonias<br />
siente que no tiene cntidad histôrica. Cuando Femàndez imagina, en<br />
las montaüas suizas su utopia politica, desvela un momento su meritalidad<br />
colonizada al revelarnos el sentido de la transformacién que sueüa<br />
para su pais:<br />
xr.vm
La capital transformada a golpes de pica y de millones -coma transfonn6<br />
el Bar6n Haussman a Paris- recibirâ al extranjero adornada con todas<br />
las flores de sus jardines y las verdures de sus parques, le ofrecerâ en<br />
ampllos hoteles refinamientcs de confort que le permitan forjarse la ilusién<br />
de no haber abandonado el risueiio Mme ...<br />
Técnicamente la novela adolece de grandes fallos, asi como también<br />
desde cl punto de vista estilîstico: énfasis retôrico constante que se<br />
manifiesta en el Intente de fastuosidad de las descripciones, recargadas<br />
y pedantes, y en las reiterativas y declamatorias imprecaciones y ap6strofes:<br />
Femàndez apostrofa (el tû y el vosotros entre grandes signos<br />
admirativos) al, doctor Max Nordau, a Maria Bashkirtseff, a las "monstruosas<br />
mâquinas de guerra" que piensa comprar para conquistar el<br />
poder en su pais; a la Naturaleza; a los personajes que observa en el<br />
comedor de un hotel; muchas veces a Helena, como es natural; a la<br />
Beatriz del Dante; a los grandes artistas que no fueron prâcticos: a<br />
Paris, al camino que 10 llevarâ a Helena; a una actrlz que le hizo<br />
trasladar su dinero a una compafiia comercial en la que tarnbién la<br />
deposita el padre de Helena; al obrero en general; a Victor Hugo; al<br />
critico optimista; a las piedras preciosas una a una; a su propia voz<br />
atâvica y salva]c, a los patricios romanos; al cielo y a muchisimas casas<br />
y personas mas. Léase, por ejernplo, el apéstrofe al neomisticisrno de<br />
Tolstoï, al teosofismo intelectual y a otras muchas abstracciones a las<br />
que el poeta envuelve "en una sola carcaiada de desprecio" y "escupe<br />
a la cara". . . El abuso de esta figura ret6rica hace la lectura de la<br />
novela dificultosa y aburrida en ocasiones.<br />
También Jas técnicas dialogales adolccen de faUos tales como el tono<br />
discursivo y magistral, la longitud dei parlamento sin acotaciones ni<br />
pausas y la presentacién ingenua y confuse de los interlocutores: aunque<br />
también existe el intente de reproduclr el habla coloquial, con intenci6n<br />
mas bien satirica.<br />
Mencionemos asimismo un aspecte importante de la novela. Se trata<br />
de la ideologia politica explicita dei héroe modernista, que acaso sea<br />
portavoz de su autor. Estas paginas polincas reflejan con gran claridad<br />
la ubicacién de clase y la conciencia de clase de este personaje y<br />
de tantos otros como él en la Lattnoàmerica de fin de siglo. El plan<br />
politico y econ6mico que Femândez imagina tlene como fin, desde<br />
Iuego, la transforrnacién y el progreso de su pais, "rnodificar un pueblo<br />
y elevarlo y verificar en él una vasta experiencia de sociologia experimental",<br />
como dice su autor: el sueüo ultimo es cl de lograr el pleno<br />
desarrollo, el progreso material de] pais, 10 cual producirà el verdadero<br />
fin esperado, es decir, "levantarâ al pueblo a una altura intelectual<br />
y moral supcrior a la de los mas avanzados de Europa" y asi, al extranjero<br />
que visite el pais sc le ofrecerân<br />
XLIX
nobles placeres a su inteligencia y como flor de esos progresos materiales<br />
podrâ contempler el desarrollo de un arte, de una novela que tengan sabor<br />
netamente nacional y de uns poesia que cante las viejas leyendas aborigenes,<br />
la gloriosa epopeya de las guerres de ernancipacién, las bellezas naturales y<br />
el porvemr glorioso de la tierra regenerada.<br />
Asi, pues, el "sueüo" politico es, al fin de cuentas, naeionalista, pero<br />
su nacionalismo es una competencia con los modeles europeos, un proceso<br />
de imitaciôn y emulaci6n que, al fin y al cabo, no es nacionalismo. De<br />
todos modes, la que importa es este deseo de participar en la historia<br />
contemporànea, de tener derecho al future, de transformar una realidad<br />
nacional grotesca y aberrante. Este es, a mi juicio, el mismo sueüo de<br />
Marti, pero en Marti es accién politica revolucionaria y en Silva mera<br />
utopia fascistoide: es tarnbién, camo rnero anhelo, el sueüo de Rubén<br />
y tarnbién de Rod6 32 en su primacia espiritual, de tantos otros, hasta<br />
el de Sarmiento, con el que el de Fernàndcz tiene alguna coincidencia.<br />
Es una version dei sueûo histérico deI modernisme, que a su vez<br />
es una version dei suefio hist6rico de la clase dirigente latinoamericana.<br />
Los medios para Iograr esta utopia ya no son tan admirables y generosas;<br />
al exponcrlos, Femândez hace gala de cinismo, pero también de<br />
perspicacia y de realisme al describir la situaciôn politica nacional. Toda<br />
cornienza en el propio Fernândez, cuya fortuna acrecentada en afortunados<br />
negocies, sera la base del plan; el poeta viajarâ a Estados Unidos<br />
a "Indagar los porqués deI desarrollo fabuloso de aquella tierra de ln<br />
energia y a ver qué puede aprovecharse, coma lecciôn, para ensayarlo<br />
Iuego, en mi experiencia". Luego, un viaje de estudios por el pals<br />
acompaüado "de un cuerpo de ingenieros y de sables que seran para<br />
mis compatriotas, ingleses que viajan en busca de orquideas"; a continuacién,<br />
una de las alternativas politicas : entrar en el gobiemo, ir<br />
estudiando la administracién y elaborando "un plan de finanzas nacional,<br />
que es la base de todo gobierno" y, al tiempo, fundar un partido ccntrista,<br />
liber al, laico, "un partido de civilizados que crean en la ciencia<br />
y pongan su esfuerzo al servlcio de la gran idea". Luego, la presidencia<br />
de la repûblica, Pero esa es una altcmativa solamentc. "Eso, por las<br />
buenas. Si la situacién no perrnite esos platonismes ( ... ), hay que<br />
recurrir a los resortes supremos para excitar al puebla a la gucrra".<br />
Provocando "una poderosa reacciôn conservadora, aprovechar la Iibertad<br />
de imprenta ilimttada que otorga la constituci6n actual para denunciar<br />
los robos y los abusos del gobierno", recurrir a "la influenda del clerc<br />
perseguido para levantar las masas Fanàttcas, al orgullo de la vreja<br />
estirpe conservadora C ... ), al egoismo de los ricos C ... )", para, "tras<br />
32 El médico le dice a Fernândez en Londres: "Francarnente, èno cree usted<br />
mas c6modo y mas prâcticu vivir dirjglcndo una Iâbnca en Inglaterra que ir a hacer<br />
ese papel de Préspero de Shakespeare con que usted suefia, en lin pais de Caliba<br />
nes?". Como se ve. las figuras rodianas ticnen mas de un antecedente.<br />
L
de una guerra en que sucumban unos cuantos miles de indios infelices<br />
( ... ), asaltar el poder, espada en mano y fundar una tirania". y, asi,<br />
desde la dictadura absoluta que, sin embargo, conserva algo de las<br />
apariencias Iiberales ("el juego", coma dice cinicamente ), llevar a cabo<br />
la transformaci6n cientifica, racional, calculada deI pals, hasta convertirlo<br />
en modele de desarrollo, progreso y riqueza, en emporio de artes,<br />
letras, ciencias, en ese paraiso en el que 10 material queda al servicio del<br />
cspiritu, en plenitud y perfeccién no lograda antes.<br />
Fernândez justifica el empleo de esos medios, violentos y reaccionarios,<br />
para lograr un fin de progreso y per feccion, por la situaciôn actual de!<br />
pais. Asî, pues, en su utopia existen dos aspectos fundamentales: la<br />
negacién, que es cl presente, la realidad local mezquina y ridicula,<br />
absurda e injusta; y la contraimagen, que es ese pais feliz, rico y<br />
pleno. En la utopia silviana existen definidas proyecciones de la historia<br />
colombiana coetànea, asi camo también de la historia latinoamericana.<br />
Cuando trata de justificar la contradicci6n entre los medios y los fines,<br />
dice:<br />
Establecer una dictadura conservadora como la de Garcia Moreno en el<br />
Ecuador 0 [a de Cabrera en Guatemala y pensar que bajo cse régimen sombrio<br />
con oscuridades de mazrnorra y negruras de inquisicién, se verlflque el<br />
milagro de la transformaclén con que suefio, parece absurdo a primera<br />
vista. No 10 es si se medita. Esta cansado el pais de peroratas demag6g!cas<br />
y falsas libertades escritas en la carta constitucional y violadas todos los<br />
dias en la prâctica y ansia una f6rmula politica mas clara, prefiere ya el<br />
grito de un dictador de quien sabe que procederâ de acuerdo con sus amenazas,<br />
8 las platônicas promesas de respeto por la ley burladas al dia<br />
siguiente.<br />
Parece indudable que aqul hay una fuerte critica contra el regimen<br />
liberal de la Constitucién de Rionegro y que Silva rinde tributo en<br />
cierta forma a Rafael Nüüez, autor de la llamada Regeneraci6n al<br />
hablar de] "porvenir glorioso de la tierra regenerada", Pero su crltica<br />
va mas alla y se dirige contra todo aquello que esta destruyendo el<br />
"viejo régimen", sin traer nada mas que miseria y desorden. Toda la<br />
realtdad social, politica y cultural actual puede ser negative, por comparacién<br />
con el pasado. Véase, por ejemplo, la opiniôn que le mcrecen<br />
la literatura y los movimientos sociales, la propia poesia modern a y el<br />
estado del espiritu en "nuestra época mediocre y ruin"; el anarquismo,<br />
el teatro de Ibsen. la poesla, Nietzsche, etc., Son enjuiciados negativemente<br />
por Fernândez en su anotacién del, 14 de abril.<br />
Su visceral repugnancia ante cualquier cambio social, ante la posibilidad<br />
de una accién proletaria, le arranca las mas temerosas protestas<br />
contra Nietzsche, al cual atribuve el materialisme v las convenciones<br />
sociales de la época, al sonar su "Evangelio" en el "rudimentario cerebro"<br />
dei obrero "cuyas encallecidas manos hacen todavia la sena! de la<br />
LI
cruz"; la moral de los amos: "vive mas allà d;l bien y del mal",<br />
practicada por los obreros llevarâ a una situaciôn en la cual "muertos<br />
los amos seran los esclavos los duefios y profesarân la moral verdadera<br />
en que son virtudes la Iujuria, el asesinato y la violencia". El socialisme<br />
excita su ret6rica hasta llegar casi a la histeria y, asi, habla de "la<br />
asquerosa utopia socialista que en los falansterios con que suefia para<br />
el future, repartira por igual pltanza y vesridos a los genies y a los<br />
idiotas".<br />
Nos hemos alargado tal vez demasiado en esta caracterizaclôn de<br />
José Fernândez como héroe modernista y él 10 hizo muche mejor en un<br />
pârrafo definitivo:<br />
( ... ) al entrar por primera vez a los veintiun anos, corbatcado de blanco<br />
y con el busto moldeado por un frac de Poole al salon donde hice mi prtmera<br />
conquista aristocraties, cuatro almas: la de un artlsta enamorado de 10<br />
griego, y que sentis con acritud la vulgaridad de la vida moderna: la de un<br />
fil6sofo descreido de todo par el abuse de estudio; la de un gozador cansado<br />
de los placeres vulgates, que iba a perseguir sensaciones mas profundas y<br />
mas flnas, y la de un analista que las discriminaba para sentirlas con mas<br />
arder, animaron m.i corazén que latia bajo la resplandeciente pechera, coquetamente<br />
abotonada con una perla negra.<br />
En la historia de la novela colombiana, De sobremesa, de haber sido<br />
un poco mas lograda, hubiera l1egado a ser scguramente, junto a Maria,<br />
algunas novelas de Carrasquilla y La voragine una de las grandes realizaciones<br />
deI género. Desde luego, es la primera novela urbana y la<br />
rnejor de Jas que produjo cl modernismo en nuestro pals.<br />
LU<br />
EDUARDO CAMACHO GUJZADO
CRiTERIO DE ESTA EDICION<br />
EL PROBLEMA EDITORIAL<br />
DESDE EL punta de vista editorial, la obra de Silva ofreee la dificultad de que<br />
cl poeta, prefiriendo -como dice alguno de sus arnigos-e- el aplauso de un selecte<br />
pûblico de allegados a la aprobad6n anénlma, publicé muy pocos poemas en vida,<br />
A este hecho se surna uns dificultad adicional que provicnc de que s610 quedan<br />
manuscritos de muy pocas de sus obras.<br />
La obra poética de Silva puede dividirse en tres grandes grupos, En primer<br />
lugar, El Libro de Versos, conœbido por el autor como una unidad, dei que<br />
se conservan la mayoria de los manuscritos, aunque, desafortunadarnentc, sc han<br />
perdldo algunos. De estos poemas cuves manuscritos no se conscrvan, algunos<br />
fueron publicados en revistas en vida deI autor y asl sc han podido rccupcrar.<br />
Otros, en cambio, se han perdido definitivamente y de elles no queda sino cl<br />
ritulo, que aparece en el indice del manuscrito. Tai es el C"lS0 de "Llovicndo y<br />
haclendo frio ... H, "Manana es domingo ... ", "Son para ti mis versos. , .", "Res,<br />
non verba" y "Péstuma".<br />
El scgundo grupo de poemas 10 constltuycn las Hamadas Cotas ailiarzas , que<br />
Silva nunca quiso dar a conocer, y que scgûn B. Sanin Cano, siempre quiso mantener<br />
aparte c inéditas, Estos poemas fucron publicados -alguno5 de elles en<br />
versiones rccontruidas- por los amigos del poeta varlos afios después de su mucrte<br />
en publicaciones peri6dicas. De estas obras no se ccnservan manuscrttos, y por<br />
tnnto, no solarnente su atribuciôn a Silva sino también la cxactuud de 1.. version,<br />
dependen de la buena fe y dei conocimiento que de la obra de Silva tuviera quien<br />
hacia la publicaciôn. Por ello no dejan de presentarse aqui problcrnas graves, como<br />
es el caso dei poerna Eutura, publicado inlcialmente por Sanin Cano, intclectual<br />
de credlbilidad, MUy cercano a Silva y conoeedor profundo de su obra. Sin embargo,<br />
pocos aûos después, otros amigos dei pocta, con las mismas carcctcrlsticas<br />
quc cl primeru, corrigieron la version de Sanin Cano, aiiadiendo algunos versos<br />
al final dei poema.<br />
Finalmente, hay en la obra poética de Silva un grupo de obras que fueron pu·<br />
blicadas, algunas, en vida del autor, otras, por sus amigos después de su muerte,<br />
LIU
y que se conoeen hajo el titulo de Versos varias. Desdc cl punta de vista editorial,<br />
este grupo ofrece los mismos problemas que los anteriores, pero, a diferencia de<br />
elles, no conforman estos poernas una unidad, sino que se trata de piezas sueltas<br />
y desordenadss en el corpus silviano. Nosotros hemos tratado de intrnducir un poco<br />
de daridad en la ordenaci6n agrupando algunos poemas que debian ir juntos<br />
y, en la mcdida de 10 posible, dândole una ordenacién cronolôgica.<br />
LA EDICION<br />
AI preparar la presente cdici6n de las obras completas de Silva nos hemos basa do<br />
en la edici6n facsimilar del Libr« de Versos de la editorial Horizonte, que hernos<br />
utilizado para cote jar los manuscrites. Ademâs, hemos tratado de locahzar la mas<br />
antigua publicacién en pertédicos y revistas de cadu poerna. Aparte de la reproduccién<br />
facsimiJar de los manuscrites y de las primeras publicaciones, hemos comparado<br />
nucstra version con algunas de las ediciones que se consideran generalmcnte<br />
corne las mâs autorizadas, bien por tratarse de la primera recopilaclôn en forma<br />
de libro de )a obra poética de Silva -i.e., la edicién de la Imprenta de Pedro<br />
Ortega realizada para la Casa Maucci de Barcelone en 1908 y su variante subtitulada<br />
"Nueva ediclôn corregida" de c. 1918-, cuanto por haberse basado cn los<br />
manuscritos -como aCUHe con la edicién de las Prensas de la Bibliotcca Nacionnl<br />
de Colombia realizada en 1946 y las dos ediciones hcchas al culdado de don Camilo<br />
de Brigard Silva: la de Aguilar y la del Banco de la Repûbliea, que genernlmcntc<br />
se considera como la ediciôn bâsica de Jas obras completas del pocta.<br />
El csrudio cornpamtlvo de estos textes nos ha puesto de presente la importancin<br />
del registre de las variantes Que se han ido introducicndo en las diverses cdiciones.<br />
Pero, teniendo en cuenta la situacién especial de los originales de la obra, que<br />
hemos expuesto arriba, y que ha Ilcvado tanto a los amigcs de Silv(l como a los<br />
sucesivos edltores a introducir variantes y correccîoncs en su obra, espccialmcntc<br />
en materia de puntuacién, seria prâcticamente interminable un registro sistemâtico<br />
de las variantes por puntuaci6n y ortografia. Nosotros bernos optado por moderrrizar<br />
la ortcgrafia y la puntuacién, sistematizar el USD de signes de amlraciôn e lnterrogacién,<br />
y en cambio, sî registrer l'or mcdio de notas explicativas las variantes<br />
mas importantes. En este aspecte, creemos que, por ejernplo, en cl caso de "Una<br />
Noche", la documentacién que hacemos de 1115 variantes existentes entre el menuscrito<br />
y la primera publicacl6n contribuye a aclarar aspectes importantes.<br />
Hcmos tamblén opta do por suprimîr algunos poemas atribuldos a Silva y que.<br />
siendo apécrifos, Ilegaron incluso Il figurar en colecciones de su obra. TaI es cl<br />
caso de HA ti" (de luto esta vestida ), dei cual ya Arias Argâez habla dicho que<br />
pertenecia a Dlégenes Arrieta. Igualmente hernos excluido el poema "lQue por<br />
qué no publico versos?", publicado en El Cojo llustrado de Caracas y atribuido a<br />
Silva. Fue tarnbién Arias Argaez -incidentalmcnte, une de los rnejores conoccdorcs<br />
de la obra de! poeta- quien sefialé que este poema habla sido el fruto de una<br />
travesura de Delio Seraville, aseveraci6n que Donald McGrady ha confirmado al<br />
sefialar que el poe ma esta incluido en repreducclén facsimilar dei manuscrito en<br />
la ediciôn de 1952 de la obra de este autor. También hemos excluido HEn la<br />
tortura", publicado en el Nuevo Tiempo Luerario de Bogotâ, ya que en realidad<br />
se trata de un error en la annada de la revista, que junt6 la primera parte de un<br />
poeme de lsaacs œn la ultime parte de Al pie de la estatUQ. Este error fue aclarado<br />
LIV
por la propia direccién de la revista en el nûmcro del 4 de agosto de 1903 con la<br />
siguiente nota: "Por equivocaci6n se puso en el numero anterior de este periôdico<br />
el final de una composici6n de J. A. Silva en seguida dei prlncipio de una de<br />
Jorge Isaacs, Hacemos la salvedad dei caso, y nos prornetemos que dentro de poco<br />
hernos de reproducir una y otra de dichas composiciones". Esta promesa no sc<br />
cumpliô, pero de todas maneras el empastelado poema hizo carrera, hasta el punto<br />
de que Miramôn, en su libro sobre Silva la considera uno de los mejorcs dei autor,<br />
y algunos criticos mas suspicaces -entre quienes se cuenta, sorprendcntementc<br />
Donald McGrady- se la han atribuido a la picardia de Carlos Arturo Torres, director<br />
de El Nuevo Tiempo Liter4Tio.<br />
En cambio, hemos considerado necesaria la mtroducclôn de una secctôn en la<br />
que recogcmos aquellos poemas que, par uns u otra razén no hemos podido comprobar<br />
deEinitivarnente que pertenecen a Silva, ni que son apécrifos. Sc trata, pues,<br />
de una especie de limbo, producto de la falta de informacién sobre clertos aspectas<br />
de la obra de Silva.<br />
Para la edicién de la novela, hemos comparado las dos primeras cdicioncs de<br />
Cromos con la ediciôn del Banco de la Repûbhca. En este texte también hemos<br />
considerado necesario modificar 111 puntuaci6n y la ortografia, as!. eomo unificar<br />
y sistematizar las convenciones para presentaciôn de diâlogos, etc.<br />
ECI:<br />
EH:<br />
EL:<br />
ENTL:<br />
ETdD:<br />
GB:<br />
LLN:<br />
Lpt:<br />
LS:<br />
P:<br />
PC:<br />
PPI:<br />
RC:<br />
RCh:<br />
R(:<br />
RL:<br />
RM:<br />
EDOARDO CAMACHO GUl2ADO '{ GUSTAVO MEJIA<br />
ABREVIATURAS UT1LIZADAS<br />
El Cojo 1114$trado,Caracas.<br />
El Heraldo, Bogotâ.<br />
El Liberal, Bogota.<br />
El Nuevo Tfempo Llterario, Bogotâ.<br />
El Telegrama dei Domingo, Bogotà.<br />
Cil Bias, Bogotâ.<br />
La Lira NueV4, Bogotâ, Imprenta de Medardo Rivas, ] 886.<br />
Lecrura para Todot, CllTtagena.<br />
La Sierra, Bogota.<br />
Patri4, Bogota.<br />
Parnaso Colombiano, Bogod, Camacho Rcldén y Tamaya, 1886.<br />
Papel Perlôdico Ilustrado, Bogotâ,<br />
Repertorlo Colombiano, Bogoté,<br />
Revisw Ch.ilenll, Santiago.<br />
Revista Ilustrada, Bogotâ.<br />
Revista Literatia, Bogota.<br />
Registro Municipal, BogotA<br />
Thesaurus: Thesaurus. Boletin deI Instituto Caro Y Cuervo, Bogotâ.<br />
U: Universidad, Bogotâ<br />
LV
POESIA
EL LIBRO DE VERSOS<br />
AL omo DEL LECTOR<br />
No FUE pasiôn aquello,<br />
fue una ternura vaga ...<br />
La que inspiran los nifios enfermizos,<br />
los tiempos idos y las noches pàlidas.<br />
5 El esplritu 5610<br />
al conmoverse canta:<br />
cuando el amor 10 agita pcderoso<br />
tiembla, medita, se recoge y calla.<br />
Pasi6n hubiera sido<br />
10 en vcrdad: estas paginas<br />
en otro tiempo mas feliz cscritas,<br />
no tuvieran cstrofas sino Iâgnmas.<br />
[1\'FAl\'CfA<br />
CON EL recuerdo vago de las cosas<br />
que embellecen el ticmpo y la distancia,<br />
retornan a las almas cariüosas,<br />
cual bandada de blancas mariposas,<br />
5 los placides recuerdos de la infanda.<br />
3<br />
Esos recuerdos con olor de heleeho<br />
son el idilio de la edad primera.<br />
G.G.G
[Caperucita, Barba Azul, pcqueüos<br />
liliputienses, Gulliver gigante<br />
que flotâis en las brumas de los suefios,<br />
aqui tened las alas,<br />
lOque yo con alegria<br />
llamaré para haceros compama<br />
al ratoncito Pérez y a Urdimalasl<br />
[Edad feliz! Seguir con vives Oj05,<br />
donde la idea brûla,<br />
l 5 de la maestra la cansada mano<br />
sobre los grandes caracteres rojos<br />
de la rota cartilla,<br />
donde el esbozo de un bosquejo vago,<br />
fruto de instantes de infantil despecho,<br />
20 las separadas letras juntas puso<br />
bajo la sombra de Impasible techo.<br />
En alas de la brisa<br />
del luminoso Agosto, blanca, inquieta<br />
a la regi6n de las errantes nubes<br />
25 hacer que se levante la corneta<br />
en hûmeda maüana,<br />
con el vestido nuevo hecho jirones,<br />
en las ramas gomosas del cerezo<br />
el nido sorprender de copetones:<br />
30 escuchar de la abuela<br />
las sencillas historias peregtinas;<br />
perseguir las errantes golondrinas;<br />
abandonar la escuela<br />
y organizar horrisona batalla<br />
35 en donde hacen las piedras de metralla<br />
y el ajado paüuelo de bandera;<br />
componer el pesebre<br />
de los silos del monte levantados:<br />
tras cl largo paseo bull iciosa<br />
40 trae la grama leve,<br />
los corales, el musgo codiciado,<br />
y en extraüos paisajes peregrinos<br />
y perspectivas nunea imaginadas,<br />
hacer de âureas arenas los eaminos<br />
45 y de talco brillante las cascadas.<br />
Los reyes colocar en la colina<br />
y colgada dei techo<br />
la estrella que sus pasos encamina,<br />
4
y en el portal el Niüo-Dios rïente<br />
50 sobre mullido lecho<br />
de musgo gris y verdecino helecho.<br />
jAlma blanca, mejillas sonrosadas,<br />
cutis de niveo armiüo<br />
cabellera de oro,<br />
55 ojos vivos de plâcidas miradas,<br />
cuân bello hacéis al inocente niûol<br />
Infancia, valle amene,<br />
de calma y de frescura bcndecida,<br />
60 donde es süave el rayo<br />
que abrasa el resto de la vida<br />
[cémo es de santa tu inocencia pura,<br />
cémo tus breves dichas transitorias,<br />
cémo es de dulce en horas de amargura<br />
65 dingir al pasado la mirada<br />
y evocar tus memorias!<br />
CRlSALlDAS<br />
CUANDO enferma la niûa todavia<br />
salié cierta maiiana<br />
y recordé, con inseguro paso,<br />
la vecina monta fia,<br />
5 trajo, entre un ramo de silvestre flores,<br />
oculta una crisâhda,<br />
que en su aposento colocé, muy cerca<br />
de la camita blanca ...<br />
ODOS dias después, en el momento<br />
10 en que ella expiraba,<br />
y todos la velan, con los ojos<br />
nublados por las lâgrimas,<br />
en el instante en que muri6, sentîmos<br />
leve rumor de alas<br />
15 y vimos escapar, tender cl vuelo<br />
por la antigua ventana<br />
(lue da sobre el jardin, una pequeüa<br />
mari posa dorada ...<br />
La prisién, ya vacia, de) insecte<br />
5
20 busqué con vista râpida;<br />
al veria vi de la difunta nina<br />
la frente mustia y pâlida,<br />
y pensé: si al dejar su carcel triste<br />
la mari posa alada<br />
25 la luz encuentra y cl espacio inrnenso<br />
y las campestres auras,<br />
al dejar la prisiôn que las encierra,<br />
,gué encontrarân las aImas?<br />
LOS MADEROS DE SAN JUAN<br />
jASERRÎN!<br />
[Aserrânl<br />
Los maderos de San Juan,<br />
piden queso, piden pan,<br />
5 los de Roque<br />
alfandoque,<br />
los de Bique<br />
alfeiiique<br />
[los de Triqui, triqul, tran!<br />
10 Y en las rodillas duras y firmes de la Abuela,<br />
con movimiento ritmico sc balancea el nifio<br />
y ambos agitados y trémules estàn:<br />
ln Abuela se sonrie con maternai earifio<br />
mas cruza por su espiritu como \10 temor extrafio<br />
l 5 por 10 que en 10 Fnturo, de angustia y desengaüo<br />
los dias ignorados dcJ nieto guardaran.<br />
Los maderos de San Juan<br />
piden queso, piden pan.<br />
[Triqui, triqui,<br />
20 triqui, tran!<br />
Esas arrugas hnndas recuerdan Ulla historia<br />
de sufrtmicntcs largos y silenciosa angustia<br />
y sus cabellos, blancos, como la nieve, estân.<br />
De un gran doler el sello marco la frente mustia<br />
25 y son sus oios turbios cspejos gue cmpaüaron<br />
los aüos, y que, ha tiempos, las Formas reflejaron<br />
de COSaS y seres que nunca volveran.<br />
Los de Roque, alfandoque<br />
iTriqui, triqui, triqui, tran!<br />
6
30 Maüana cuando duerma la Anciana, ycrta y muda,<br />
lejos dei mundo vivo, bajo la oscura tierra,<br />
donde otros, en la sombra, dcsde hace tiempo estân,<br />
del nieto a la memoria, con grave son que encierra<br />
todo el poema triste de la remota infancia,<br />
:15 cruzando pOl' Jas sombras del tiernpo y la distancia,<br />
ide aquella voz qucrida las notas vibrarânl<br />
50<br />
55<br />
Los de Rique, alferiique<br />
[Triqui, triqui, triqui, tran!<br />
y en tante en las rodillas cansadas de la Abuela<br />
40 con movirniento ritrnico SC balancea el niâo<br />
y ambos conrnovidos y trérnulos estàn:<br />
la Abuela se sonric con materna] cariâo<br />
mas cruza por su espiritu como un temor extrafio<br />
par 10 gue en 10 future, de angustia y desengafio<br />
45 los dias ignorados deI nieto guardarân.<br />
jAserdni<br />
[Aserrânl<br />
Los maderos de San Juan<br />
piden queso, pidcn pan,<br />
los de Roque<br />
alfandoquc<br />
los de Rique<br />
alferiiquc<br />
[Triqui, triqui, triqui, tranl<br />
[Triqui, triqui, triqui, tranl<br />
CREPUSCULO<br />
JUN'ro de la cuna aûn no esta encendida<br />
la lérnpara tibia, que alcgra y reposa,<br />
y se filtra opaca, por entre cortinas,<br />
de la tarde triste la lm: azulosa.<br />
5 Las niûas, cansadas, suspcndcn los juegos,<br />
de la calle vicnen extraüos ruidos,<br />
en estos mementos. en todos los cuartos,<br />
sc "an despcrtando los ducndcs dormidos.<br />
7
La sombra que sube por los cortinajes,<br />
10 para las hermosas oyen tes pueriles,<br />
se puebla y se Hena con los personajcs<br />
de los tenebrosos cuentos infantiles;<br />
Flota en ella el pobre Rio Rin Renacuajo,<br />
corre y huye el triste Ratoncito Pérez,<br />
15 y la entenebrece la forma deI trâgico<br />
Barba Azul, que mata sus siete mujeres:<br />
en unas distancias enormes e ignoras,<br />
que par los rincones oscuros suscita,<br />
andan por los prados el Gato con Botes,<br />
20 y el 'Loba que marcha con Caperucita,<br />
y, âgil caballero, cruzando la selva,<br />
do vibra el ladrido fùnebre de un gozque,<br />
a escape tendido va el Principe Rubio<br />
a ver a la Hermosa Durmiente dc1 Bosque .<br />
• • 6 •••••••••••••••••••• ' ••••••••••<br />
25 Del infantil grupo se levanta leve,<br />
argentada y porR, una vocecilla,<br />
que comienza: "1Entonces se fueron al balle<br />
y dejaron sola a Cenicentilla!<br />
Se qued6 la pobre, triste, en la carina,<br />
30 de llanto de pena nublados los ojos,<br />
mirande los juegos extrarios que hacian<br />
en las sombras Degres los carbones rojos,<br />
"Pero vino el Hada que era su madrina,<br />
le trajo un vestido de encaje y crespones,<br />
35 le hizo lin coche de oro de una calabaza,<br />
convirtié en caballos unos seis ratones,<br />
"le dio un rama enorme de magnolias h ûmedas,<br />
unos zapaticos de vidrio, brillantes,<br />
iY de un solo golpe de la vara mâgica,<br />
40 las cenizas grises convirtiô en diamantes!"<br />
.....................................<br />
8
iCon atento oido las ninas la escuchan,<br />
las muiiecas duermen, en la blanda alfombra<br />
medio abandonadas, y en el aposento<br />
la luz disminuye, se aumenta la sombra!<br />
4S [Fantàsncos cuentos de duendes y hadas,<br />
lIenos de paisajcs y de sugestiones,<br />
que abris a Jo lejos ampli as perspectivas,<br />
a las infantiles imaginaciones!<br />
Cuentos. que nacisteis en ignotos tiempos,<br />
SO y que vais, volando por entre 10 oscuro,<br />
desde los potentes Aryas primitives,<br />
hasta las enclenques razas deI futuro.<br />
Cuentos que repiten sencillas nodnzas<br />
muy paso, a los nifios, cuando no sc duermen,<br />
5 S y que en si atesoran dei suefia poético<br />
el intimo encanto, la escncia y ri germen.<br />
Cuentos mas durables que las convicciones<br />
de graves fil6sofos y sablas escuelas,<br />
y que rodeasteis con vuestras ficciones,<br />
60 las cunas doradas de las bisabuelas,<br />
iFantasticos cuentos de duendes y hadas<br />
que poblàis los sueûos confusos dei nino,<br />
el ticrnpo os sepulta por siemprc en cl alma<br />
y el hombre os evoca, con hondo cariüol<br />
AL PIE DE LA ESTATUA<br />
CON MAJ ESTAD de semidiés, cansado<br />
par un combate rudo,<br />
y exprcsién de mortal mclancolia,<br />
alzase el bronce mudo,<br />
5 que cl crnbate del tiempo dcsafia<br />
sobre marméreo pcdestal que osrcnta<br />
de las libres naciones cl escudo<br />
y las batallas formidables cuenta;<br />
y su perfil severo,<br />
9<br />
A Caracas
lOque del sol baiia la naciente gloria,<br />
parece dominer desde la altura<br />
cl horizon te inmcnso de la historia.<br />
Un mundo de nobleza se adivina<br />
en la grave expresiôn de la cscultura<br />
15 que el triunfador acero a tierra inclina<br />
con noble y melancélica postura;<br />
y tienc cl monumento soberano,<br />
alzado de los hombres para ejemplo,<br />
la triste de una tumba -do no llega<br />
20 el VOCCrlO deI tumulto humanoy<br />
la soIemne majestad de un templo.<br />
Amplio jardin floride 10 circunda<br />
y sc cxtiende a sus pies, donde la brisa<br />
que entre las flores pasa,<br />
25 con los célices Frcscos se perfuma,<br />
y la luz matinal brilla y se irisa<br />
de claros surtidores en la espuma;<br />
y. do bajo 10 verde<br />
de las tupidas frondas,<br />
30 sobre la grama de la ticrra negra.<br />
loca turba infantil juega y se pierdc<br />
y del lugar la soledad alegra<br />
al agltarse en cadenciosas rond as,<br />
forjando con las risas y los grltos<br />
35 de las hûmedas bocas encarnadas,<br />
con las rizosas cabecitas blondas<br />
y las frescas mejillas sonrosadas,<br />
un idilio de vida sonrïentc<br />
y de alcgria fatua,<br />
40 al pie dei pedestal,
deI beso de los siglos son seüalcs,<br />
y a quien narran leyendas misteriosas<br />
55 las sombras de las vicjas catcdrales,<br />
y al ver el bronco austero<br />
que sobre el alto pedestal evoca<br />
al héroe invicto de la magna lucha,<br />
una voz misteriosa que 10 toc a<br />
60 en 10 mas hondo Je su ser escucha<br />
y en cl amplio jardin dencnc el paso.<br />
Dice la voz de la ignorada boca<br />
que en el fondo del alma le habla paso:<br />
"[Oh, mira el bronce, mira<br />
65 cuàl sc alla, en ri intima reposo<br />
de la materia inerte,<br />
y qué solemne majestad respira<br />
la estatua del eoloso<br />
vencedora dei tiempo y de la muerte!<br />
70 jQue resuene tu lira<br />
para decir que el viento de los sigles<br />
-que al soplar al través de las edadcs,<br />
va tornando en pavcsas<br />
troncs, impenos, pueblos }' dudades-<br />
75 se trueca en brisa mansa<br />
cuando su frente pensativa besa!<br />
"En la feraz llanura<br />
vivié feliz el indio, cuya seca<br />
momia, por mano amiga scpultada,<br />
80 duermc en cl fonda de la cripta hueca,<br />
ha sigles olvidada.<br />
A la orilla dei lago<br />
en donde el agua, cuando el sol se oculta,<br />
farja un paisaje tencbroso V vago,<br />
85 iha siglos vino hispano aventurero<br />
atra vesando la maleza inculta<br />
a abrevar el ligero<br />
corcel, cansado dei penoso viaje,<br />
cuyas recias pisadas despertaron<br />
90 los dormidos murrnullos dei follaje!<br />
"jComo sombras pasaronl<br />
èQuién sus nombres conserva en la rnemoria?<br />
iCémo escapa, perdido,<br />
de las hondas tinieblas del olvido<br />
Il
95 un pueblo al veredicto de la historia!<br />
iCuântas generaciones olvidadas,<br />
hoy en las sombras de 10 ignoto duermen,<br />
a la fecunda tierra entremezcladas,<br />
do el humus yacc y se dilata el germen,<br />
100 que no dejaron al pasar mas huellas,<br />
con sus glorias, sus luchas y sus duelos,<br />
que la que deja el pâjaro que cruza<br />
el azul transparente de los cielosl<br />
"[Cuântas! y en cambio, escucha:<br />
105 [Una sola, una soJa<br />
generaciôn se cngrendeci6 en la lucha<br />
que redlmi6 a la América Espaûola!<br />
jy legé a los poetas deI futuro<br />
mas nombres que cantar, mas heroismos<br />
Il 0 que narrar a las gentes venideras,<br />
que astros guarda el espacio en sus abismos<br />
y conchas tiene el mar en sus riberasl<br />
"Cu enta la grande hazaüa<br />
de aquella juventud que decidida<br />
Il 5 en guerra abierta con la madre Espaüa,<br />
ofrend6 sangre, bienestar y vida;<br />
carita Jas rudas épocas guerreras,<br />
de luchas; los potentes paladines<br />
de cuerpos de titan y almas enteras,<br />
120 que de Amérlca esclava los confines,<br />
-desplegadas al aire las banderas,<br />
y al rudo galopar de sus bridonesrecorrleron,<br />
llamando a las naciones<br />
con el bélico son de sus clarines.<br />
125 Y en la oda potente<br />
que en sus estrofas sonorosas cuente<br />
el esfuerzo tenaz, la lidia dura,<br />
que dieron libertad a un continente<br />
y al hispano dominlo sepultura,<br />
130 [haz surgir la figura<br />
del Padre de la Patria, cuyas huellas<br />
irradian dei pasado<br />
en el fondo sombrio,<br />
como en Jas noches plàcidas y bellas<br />
135 Jupiter coronado de centellas,<br />
hace palidecer en el vacio<br />
la lumbre sideral de las estrellasl<br />
12
"No 10 evoque tu acento<br />
cuando el designio soberano toma<br />
140 de redimir la América oprimida,<br />
en la hora sublime y taciturna<br />
en que pronuncia el grave juramento<br />
de la cesârea Roma<br />
en la desierta soledad nocturne:<br />
145 no; cuando en el fragor de la batalla,<br />
en sus ojos )3 idea,<br />
con eléctrico brillo centellea,<br />
rnientras que la metralla<br />
y el bronco resonar de los caûones<br />
J 50 Y el impetu de rayo<br />
de los americanos batallones,<br />
paver y angustia extrema<br />
sicmbran en los deshechos escuadrones<br />
de los nietos del Cid y de Pelayo;<br />
155 no, cuando la Victoria,<br />
camo mujer enamorada, sigue<br />
cl paso audaz de su carcel fogoso<br />
que va a beber dei Rimac en las ondas,<br />
y se le entrega loca y la persigue;<br />
160 no, cuando brinda opima<br />
cosecha de placeres soberanos,<br />
a sus sentldos la opulenta Lima,<br />
ni cuando el gran concierto<br />
de un continente, Padre le proclama<br />
165 y "arbitra de la paz y de la guerra"<br />
y su nombre la Fama<br />
esparce a los confines de la tierra.<br />
No, no la cantes en las horas buenas<br />
en que, unido a los vitores triunfales,<br />
170 vibré en su oido el son de las cadenas,<br />
que rompiô, de los tiernpos coloniales:<br />
cântalo en las derrotas,<br />
en la escena de grave desaliento<br />
en que sus huestes considera rotas<br />
175 por las hispanas filas,<br />
y perdida la causa sacrosanra,<br />
y una lâgrima viene a sus pupilas,<br />
y la voz se le anuda en la garganta,<br />
y rccobrando brio,<br />
180 y dominando el cuerpo que estremece<br />
de la fiebre el sutil escalofrio,<br />
grita: "Triunfar".<br />
13
y la tristeza exalta<br />
de tenebrosa noche de septiembre<br />
cuyos negros recuerdos nos oprimen,<br />
185 en que la turba su morada asalta,<br />
y femenil amor evita el crimen<br />
infando. .. y luego cuenta<br />
las graves decepciones<br />
que anîquilan su ser: las pequeüeces<br />
190 de miseras pasiones,<br />
que, por el campo en que sono abundantc<br />
cosecha ver de sazonadas mieses,<br />
van cxtendlendo miseras raices<br />
en torno -eual la yerba<br />
195 que el vigor de los gérmenes enerva<br />
y mata, al envolverlos en sus lazos=-.<br />
Di su suefio mas grande hecho pedazos.<br />
[Di el horror suicida<br />
de la primera contienda fratricida,<br />
200 en que, perdldos )05 ensueiios grandes<br />
de planes soberanos,<br />
las colosalcs gradas de los Andes<br />
moja sangrc de hermanos!<br />
Oh! di cuando clarea<br />
205 cl misterioso panorama oscuro<br />
que ofrecc a sus miradas el Future,<br />
y con sus ojos de âguila sondea<br />
hasta el fin de los tiernpos, y adivina<br />
el porvcnir de luchas y de horrores<br />
210 gue le aguarda a la AmérÎC3 latina.<br />
Di Jas melancolias<br />
(le sus ùltimos dias<br />
cuando a la orilla de la mar, a salas<br />
sus tristezas profundas acompafia<br />
21 5 el tumulte verdoso de las olas,<br />
[cucnta sus postrimeras agoniasl<br />
"Otros canten el néctar<br />
que su labio Iib6: di tu las hieles;<br />
tu que sabcs 111 rnagia soberana<br />
220 que tienen las ruinas,<br />
y al placer huyes, y su pompa vana,<br />
y en la tristeza complacerte sueles,<br />
di en tus versos, con frases peregrinas<br />
la corona de espinas<br />
14
225 que colocé la ingratitud humana<br />
en su frente, ceüida de laureIes.<br />
y haz el poerna sabio<br />
Ueno de mistertosas arrnonias,<br />
tal que, al decirlo, purifique el labie<br />
230 coma el carbon ardiente de Isaias;<br />
hazlo un grane de incienso<br />
que arda, en desagravio<br />
a su grandeza, que a la tierra asornbra,<br />
Iy al levantarse al cielo un humo denso<br />
235 trueque en sonrisa blanda<br />
cl ceüo grave de su augusta sombra!<br />
"Deja que, al conmoversc cada fibra<br />
de tu ser, con las glorias que recuerdas,<br />
en ella vibre un canto, como vibra<br />
240 una nota melédica en las cuerdas<br />
del teclado sonore,<br />
la débil voz levanta:<br />
inmensa multitud forma ra el coro;<br />
f flota en la luz del sol, estrofa santa!<br />
245 [vibrad, liras sonoras dei espiritul<br />
jAlzate, inspiracién: poeta, canta ... "1<br />
"[Oh, no! Cuanto pudiera<br />
(asi en interno diâlogo responde,<br />
deI poeta la voz) el bronce augusto<br />
250 sugerir de emoclén grave y sincera,<br />
cscrito esta en la forma<br />
que en clâslco decir buscé su norma,<br />
par quien bebié en la vena<br />
de la robusta inspiracién latina<br />
255 y apartando la arena<br />
tomé el oro mas puro de la mina<br />
y 10 fundi6 con cariüoso esmero,<br />
y en estrofas pulidas cual medallas<br />
grabé el perfil del inclito guerrero ...<br />
260 "[Oh recuerdos de trâgicas batallasl<br />
iOh rccuerdos de luchas y victorias!<br />
iNo sera nuestra enclenque<br />
generacién mcnguada<br />
la que entrar ose al épico palenque<br />
15
265 a cantar nuestras glorias!<br />
iOh sigle que declinas :<br />
te falta el sentimiento de 10 grande!"<br />
Calla el poeta; y si Ia estrofa escande<br />
huye la vasta pompa<br />
270 y le da blando son de bandolinas<br />
iY no taûido de guerre ra trompa!<br />
"[Oh sacrosantos manes<br />
de los que "Patria y libertad" clamando<br />
perecîsteis en trâgicas palestras:<br />
275 mas bien que orgullo, humillaciôn sentimos<br />
si vamos comparando<br />
nuestras vidas triviales con las vuestras!<br />
somos como enfermizo descendiente<br />
de aIguna fuerte raza,<br />
280 que expuestos en historie a vitrina<br />
mira el escudo, cl yelmo, la tizona<br />
y la férrea coraza<br />
que para combatir de Palestina<br />
en la distante zona,<br />
en la Cruzada, se cino el abuelo;<br />
285 al pensar, baja la mirada al suelo,<br />
con vergüenza sombria<br />
que si el arnés pesado revistiera<br />
de aquél cuya firmeza y bizarria<br />
290 en el campo ferai causaba asombros,<br />
bajo su grave peso cederia<br />
la escasa resistencia de sus hombros ...<br />
"[Oh Padre de la Patria!<br />
te sabran nuestros cantes; tu memoria<br />
295 cual bajel poderoso<br />
ira surcando el oceano oscuro<br />
que ante su dura quilla abre la historia<br />
y llegarà a las playas del future.<br />
[unto a la perdurable de tu gloria,<br />
300 es el ritmico acento<br />
de los que te cantamos<br />
cual los débiles gritos de contenta<br />
que lanzan esos niûos, cuando en torno<br />
giran dei monumento;<br />
305 maûana, tras la vida borrascosa<br />
dormirân en la tumba, hechos ceniza,<br />
v aun alzarà a los cielos su contorno<br />
~l bronce que tu gloria inmortahza".<br />
16
Dice el poeta, y tiende la mirada,<br />
310 par el amplio jardin, donde la brisa<br />
que entre las flores pasa,<br />
en los calices frescos se perfuma,<br />
y la luz matinal brilla y se irisa<br />
de claros surtidores en la espuma;<br />
3 15 Y do bajo 10 verde<br />
de las tupidas frondas,<br />
sobre la grarna de la tierra negra,<br />
Ioca turba infantiJ grita y se pierde<br />
y la tristeza dei lugar alegra<br />
320 al agirarse en cadenciosas rondas,<br />
forjando con las risas y los gritos<br />
de las hûmedas bocas encarnadas,<br />
con las rizosas cabecitas blondas<br />
y las frescas mejillas sonrosadas,<br />
325 un idilio de vida sonrïente<br />
y de alegria fatua<br />
al pie dei pedestal, donde imponente<br />
se alza sobre el cielo transparente<br />
la epopeya de bronce de la estatua.<br />
17
PAGINAS SUYAS<br />
TUNTOS LOS DOS<br />
J UNTOS LOS dos reimos cierto dia ...<br />
jAy, y reimos tante<br />
que toda aquella rlsa bulliclosa<br />
se tomé pronto en llanto!<br />
5 Después, juntes los dos, alguna noche,<br />
lloramos mucho; tante,<br />
[que qued6 como huella de las lâgrimas<br />
un misterioso encantol<br />
j Nacen hondos suspiros, de la orgla<br />
10 entre las copas câlidas,<br />
y en el agua salobre de los mares,<br />
se forjan perlas pâlldasl<br />
A VECES CUANDO EN ALTA NOCHE<br />
A VECES, cuando en alta noche tranquila,<br />
sobre las tecIas vuela tu mano blanca,<br />
como una mariposa sobre una HIa<br />
y al teclado sonoro notas arranca,<br />
S cruzando del espacio la negra sombra<br />
filtran por la ventana rayas de luna,<br />
que trazan luces Iargas sobre la alfombra,<br />
y en alas de las notas a otros lugares<br />
vuelan mis pensamientos, CTuzan los mares<br />
10 Y en gético castillo donde en .las piedras<br />
18
musgosas por los sigles crecen las yedras,<br />
puestos de codos ambos en tu ventana<br />
miramos en las sombras morir el dia<br />
y subir de los valles la noche umbria,<br />
15 y soy tu paje rubio, mi castellana,<br />
y cuando en los espadas la noche clerra,<br />
el fuego de tu estancia los muebles dora,<br />
y los dos nos miramos y sonreimos<br />
[rnientras que el vlento afuera suspira y llora!<br />
20 iCémo tendéis las alas, ensueûos vanos,<br />
cuando sobre las teclas vuelan sus manos!<br />
POETA, DI PASO<br />
jPOETA, di paso<br />
los furtives besosl<br />
ils sombra! [Los recuerdosl La luna no vertia<br />
alli ni un solo rayo .. , Temblabas y cras m'a.<br />
S Temblablas y eras rnia bajo el follaje espeso:<br />
una errante luciérnaga alumbr6 nuestro beso,<br />
el contacta furtivo de tus Iabios de seda ...<br />
la selva negra y mîstica fue la alcoba sombria .<br />
En aquel sitio el musgo tiene olor de reseda .<br />
10 Filtr6 luz por las ramas cual si lIegara el dia .<br />
Entre las nieblas pàlldas la lu na aparecia ...<br />
lPoeta, di paso<br />
los Innmos besosl<br />
lAh, de las nochcs dulces me acucrdo todavia!<br />
15 En seüorial alcoba, do la tapicerla<br />
amortiguaba cl ruido con sus hilos espesos,<br />
desnuda tu en mis brazos fueron mios tus besos;<br />
tu cuerpo de veinte aüos entre la raja seda,<br />
tus cabellos dora dos y tu melancolia,<br />
20 tus frescuras de virgen y tu olor de reseda ...<br />
apenas alumbraba la lârnpara sombria<br />
los destefiidcs hilos de la tapicerla.<br />
[Poeta, di paso<br />
el ultimo beso!<br />
19
25 [Ah, de la noche trâgica me acuerdo todavia!<br />
El ataûd herâldico en el sal6n yacia,<br />
imi oido fatigado por vigilias y excesos,<br />
sintiô como a distancia los monôtonos rezos!<br />
Tu, mustia, yerta y palida entre la negra seda,<br />
30 la lIama de los cirios temblaba y se movia,<br />
perfumaba la atmésfera un olor de resada,<br />
un crucihjo pâlido los brazos extendia<br />
iy estaba helada y cardena tu boca que fue mial<br />
NOcrURNO<br />
UNA NOCRE,<br />
una noche toda lIena de perfumes, de murmullos y de<br />
[mûsica de alas,<br />
una noche,<br />
en que ardlan en la sombra nupcial y hùmeda, las<br />
[luciérnagas fantâsticas,<br />
5 a mi lado, lentamcnte, contra mi ceâida, toda,<br />
mu da y pâlida<br />
como si un prensentimiento de amarguras infinitas,<br />
hasta el fondo mas secreto de tus fibras te agitara,<br />
por la senda que atraviesa la llanura florecida<br />
10 caminabas,<br />
y la luna lIena<br />
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcia<br />
y tu sombra,<br />
fina y lànguida,<br />
15 y mi sombra<br />
por los rayos de la lu na proyectada,<br />
sobre las arenas tristes<br />
de la senda se juntaban<br />
y eran una<br />
20 y eran una<br />
IY eran una sola sombra larga!<br />
jY eran una sola sombra largal<br />
IY eran una sola sombra larga!<br />
Esta noche<br />
25 solo, el alma<br />
llena de las infinitas amarguras y agonias de tu muerte,<br />
separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo<br />
[y la distancia,<br />
20<br />
[su luz blanca,
por el Infinite negro,<br />
dondc nuestra voz no alcanza,<br />
5010 y mudo<br />
30 por la senda caminaba,<br />
y se oian los ladridos de los perros a la luna,<br />
a la luna palida<br />
y el chillido<br />
35 de las ranas ...<br />
Senti frio; [era el frio que tenian en la alcoba<br />
tus mejil1as y tus sienes y tus manos adoradas,<br />
entre Jas blancuras niveas<br />
de Jas mortüorias sâbanasl<br />
40 Era el frio dei sepulcre, era el frio de la muette,<br />
cra cl frio de la nada. . .<br />
y mi sombra<br />
por los rayas de la Iuna proyectada,<br />
iba sola<br />
45 iba sola<br />
jiba sola par la estepa solitaria!<br />
y tu sombra esbelta y âgll,<br />
fina '! lânguida,<br />
camo en esa noche tibia de la rnuerta primavera,<br />
50 coma en esa noche lIcna de perfumes, de murmullos<br />
(y de mûsicas de alas,<br />
se acercé y marché con ella,<br />
se acercô v marché con ella,<br />
se acercé y marcha con ella. .. [Oh las sombras enlazadasl<br />
[Oh las sombras que se buscan y se juntan en las<br />
[noches de negruras y de Iâgrimas! ...<br />
21
SITIOS<br />
LA VOZ DE LAS COSAS<br />
iS1 os encerrara yo en mis estrofas,<br />
fragiles cosas que sonrels,<br />
pâlido lido que te desbojas,<br />
rayo de luna sobre el tapiz<br />
5 de hûmedas flores, y verdes hojas<br />
que al tibio soplo de Mayo abris,<br />
si os encerrara yo en mis estrofas,<br />
pâlidas cosas que sonreisl<br />
[Si aprisionaros pudiera el verso,<br />
10 fantasmas grises, cuando pasâis,<br />
m6vlles formas deI Universo,<br />
sueüos confusos, seres que os vais,<br />
6sculo triste, suave y perverse<br />
que entre las sombras al alma dais,<br />
15 si aprisionaros pudiera el verso<br />
fantasmas grises, cuando pasàisl<br />
OBRA HUMANA<br />
EN LO profundo de la selva aüosa,<br />
donde una noche, al comenzar de Mayo,<br />
tocé en la vieja cnredadcra hojosa<br />
de la pâlida luna cl primer rayo,<br />
S pocos meses después la luz de aurora.<br />
de! gas en la estacién, iJuminaba<br />
cl paso de la audaz locomotora,<br />
que en cl carril durisimo cruzaba.<br />
22
y en donde fuera en otro tiempo el roda,<br />
10 albergue muelle dei alado enjambre,<br />
paso por el espacio un escondido<br />
telegrama de amor, por el alambre.<br />
ARS<br />
EL VERSO es un vasa santo; [poned en él tan 5610,<br />
un pensamiento puro,<br />
en euyo fondo bullan hirvientes las imâgenes,<br />
[como burbujas de oro de un viejo vino oscurol<br />
5 Alli verted las flores que en la continua lucha<br />
ajé del rnundo el frio,<br />
recuerdos deliciosos de tiempos que no vuelven,<br />
y nardos empapados de gotas de rocio.<br />
Para que la existencia misera se embalsame<br />
10 cual de una esencia ignora,<br />
quemândose en el fuego dei alma entemecida,<br />
de aquel supremo bâlsamo basta una sola gota.<br />
VE]ECES<br />
LAS COSAS viejas, tristes, desteüidas,<br />
sin voz y sin color, saben secretes<br />
de Jas épocas muertas, de Jas vidas<br />
que ya nadie conserva en la memoria,<br />
5 y a veces a 105 hombres, cuando inquietos<br />
las miran y las palpan, con extraüas<br />
voces de agonizante, dicen, paso,<br />
casi al oido, alguna rara htstona<br />
que tiene oscuridad de telaraüas,<br />
10 son de laud y suavidad de raso,<br />
[Colores de anticuada miniatura,<br />
hoy, de algûn mueblc en el cajôn, dormida;<br />
clncelado puna); carta borrosa;<br />
tabla en que se deshace la pintura<br />
15 por el tiempo y cl polvo cnnegrecida:<br />
histérico blasôn, donde se pierde<br />
la divisa latina, presuntuosa,<br />
medio borrada por el liquen verde;<br />
misaks de las viejas sacristies;<br />
23
20 de otros siglos fantàsticos espejos<br />
que en el azogue de las lunas frias<br />
guardâis de ]0 pasado los reflejos;<br />
arca, en un tiempo de ducados Uena;<br />
crucifijo que tanto moribundo,<br />
25 humedecié con Iàgrimas de pena<br />
y bes6 COn amor grave y profundo;<br />
negro sillon de Cérdoba: alacena<br />
que guardaba un tcsoro peregrino<br />
y donde anida la polilla sola;<br />
30 sortija que adornaste el dedo fino<br />
de algùn hidalgo de cspadin y gola:<br />
mayùsculas dei viejo pergamino;<br />
batista tenue que a vainilla hueles:<br />
seda que te deshaces cn la trama<br />
35 confusa de los rlcos brocatelcs;<br />
arpa olvidada que al sonar. te quejas;<br />
barrotes que formais un monograma<br />
incomprensiblc en las antiguas rejas;<br />
el vulgo os huye, el soüador os ama<br />
40 y en vuestra muda sociedad reclama<br />
las confidencias de las cosas vicjas!<br />
El pasado perfuma los ensueüos<br />
con escncias fantâsticas y aüejas<br />
y nos llcva a lugares halagüeüos<br />
45 en épocas distantes y mejores;<br />
[por eso a los poetas soüadores,<br />
les son dulce, gratisimas y caras,<br />
las crénicas, historias y consejas,<br />
las formas, los estilos, los colores,<br />
50 las sugestiones misticas y raras<br />
y los perfumes de las cosas viejas!<br />
RESURRECCIONES<br />
COMO Naturaleza,<br />
cuna y sepulcro eterno de las casas,<br />
cl alma humana tiene ocultas fuerzas,<br />
silencios, luces, mûsicas y sombras;<br />
5 Sobre una eterna esencia<br />
pasos instables de cadueas formas<br />
y senos ignorados<br />
de la vida y la muerte se eslabonan,<br />
24
iNacen follajes hûrnedos<br />
IOde cuerpos descornpuestos en las fosas;<br />
adoraciones nuevas<br />
de los altares en las Aras rotas!<br />
MARIPOSAS<br />
EN TU aposento tienes,<br />
en urna frâgil,<br />
clavadas mariposas<br />
que si brillante<br />
5 rayo de sol las toca<br />
parecen nâcares<br />
o pedazos de cielo,<br />
cielos de tarde,<br />
o brillos opalinos<br />
IOde alas süaves:<br />
y alli estàn las azules<br />
hijas dei aire<br />
fijas ya para siernpre,<br />
las alas agiles,<br />
15 [Ias alas, peregrinas<br />
de ignotos valles,<br />
que como los deseos<br />
de tu alma amante<br />
a la aurora parecen<br />
20 resucitarse,<br />
cuando de tus ventanas<br />
las hojas abres<br />
y da el sol en tus ojos<br />
y en los cristales!<br />
COMO UNA Flor rosada, la novia, bajo el diâfano<br />
cendal que al pelo rubio sujeta la corona,<br />
frente al altar solemne ventre el incienso mistico,<br />
a las delicias Intimas d~ un suefio se abandona<br />
5 y al novio que la mira. no puede sonreir,<br />
iY la esperanza<br />
de besos pures,<br />
que a los futuros<br />
dias, la avanza<br />
25<br />
NUPCIAL
10 y la hace huir<br />
a las fantâstlcas<br />
horas cercanas,<br />
vibra en las mùsicas<br />
de las campanas!<br />
15 Entre las copas fragiles expira la champaüa,<br />
en la enervante atmésfera flota un olor de fiesta,<br />
el vals ondula y bulle y agitanse las ûltimas<br />
parejas a los sones lejan os de la orquesta;<br />
je! nupcial cortejo se aleja y va a partir!<br />
20 jY la importuna<br />
melancolia<br />
dei muerto dia<br />
que hace la luna.<br />
Ienta, surgir<br />
25 dei cielo pàlido<br />
por los confines<br />
vibra en las mûsicas<br />
de los violines!<br />
... ? ..<br />
ESTRELLAS que entre 10 sombrio<br />
de 10 ignorado y de 10 inrnenso,<br />
asemejâis en el vacio<br />
jirones pàlidos de incienso:<br />
5 nebulosas que ardéis tan lejos<br />
en el Inftnlto que aterra,<br />
que s610 alcanza los reflejos<br />
de vuestra luz hasta la tierra;<br />
astros que en abismo ignotos<br />
10 derramâis resplandores vagos,<br />
constelaciones que en remotos<br />
tiempos adoraron los Magos;<br />
millones de mundos lejanos.<br />
flores de fantâstico broche.<br />
15 islas datas en los oceanes<br />
sin fin ni fondo de la noche;<br />
26
iestrellas, luccs pensati vas!<br />
jEstrcllas, pupilas inciertas!<br />
,Por qué os callâis si estais vivas<br />
20 v por qué alurnbrâis si estais muertas>. ..<br />
SERENATA<br />
LA CALLJ; esta desierta; la Hoche fria;<br />
velada par las nubes pasa la luna;<br />
arriba esta cerrada la celosia<br />
y las notas vibrantes, una par una,<br />
5 suenan cuando los dedos fuertes y agiles,<br />
mientras la voz que canta, ternuras narra.<br />
hacen que suenen Iodas las cucrdas fragiles<br />
de la guitarra.<br />
La calle esta desierta: la noche fria;<br />
10 una nube borrosa tap6 la luna;<br />
arriba esta cerrada la celosia<br />
y se apagan las notas, una por una.<br />
TaI vez la serenata con su ruido<br />
busca un alma de niûa que ama y espera.<br />
15 camo busean alares donde hacer nido<br />
las golondrlnas pardas en prirnavera.<br />
La calle esta desierta: la noche fria;<br />
en un espaclo clara brillé la luna;<br />
arriba ya esta abierta la celosia<br />
20 y se apagan las notas una por una,<br />
cl cantor con los dedos fuertes y agiles.<br />
de la vieja ventana se asi6 a la barra<br />
y dan camo un gemido las cuerdas fragiles<br />
de la guitarra.<br />
TAL.LER MODERNO<br />
POR BL aire del cuarto, saturado<br />
de un olor de vejeces peregrino,<br />
del crepûsculo el raya vespertino<br />
va a desteiiir los. muebles de brocado.<br />
5 El piano estâ dei caballete al lado<br />
y de un busto dei Dante el perfil fino,<br />
dei arabesco azul de un jarr6n chino,<br />
media oculta el dibujo complicado.<br />
27
J unto al rojizo orln de una armadura,<br />
10 hay un viejo retablo, donde inquieta,<br />
brilla la luz deI marco en la moldura,<br />
y parecen clamar par un poeta<br />
que improvise dei cuarto la pintura<br />
las manchas de color de la paleta.<br />
UN POEMA<br />
SONABA en ese entonces en forjar un poema,<br />
de arte nervioso y nuevo obra audaz y suprerna,<br />
escogi entre un asunto grotcsco y otro trâgico,<br />
lIamé a todos los ritmos con un conjuro mâglco,<br />
5 y los ritmos indociles vinieron acercandose,<br />
[untàndose en las sombras, huyéndose y buscândose:<br />
ritmos sonoros, ritmos potentes, ritmos graves,<br />
unos cual choques de armas, otros cual cantos de aves,<br />
De Oriente hasta Occidente, desde el Sur hasta el Norte,<br />
IOde metros y de formas se presente la corte.<br />
Tascando frenos âureos bajo las riendas fragiles<br />
cruzaron los tercetos, corna corceles agiles;<br />
abriéndose ancho paso por entre aquellas grey<br />
vestldo de oro y purpura llegô el soneto rey,<br />
15 Y al" cantaron todos, .. Entre la algarabla,<br />
me fasciné el espiritu, por su coqueteria,<br />
algu na estrofa aguda que excité mi deseo,<br />
con el retintin claro de su campanilleo.<br />
y la escogi entre todas ... Par regala nupclal<br />
20 le di unas rimas ricas, de plata y de cristal.<br />
En ella conté un cuento, que huyendo la servi!<br />
tomé un carâcter trâgico, fantâstico y sutil :<br />
era la historia triste. desprestigiada y cierta,<br />
de una mujer hermosa. idolatrada y muerta;<br />
28
25 Y para que sintieran la amargura, exprofeso,<br />
junté silabas dulces como el sabor de un beso;<br />
bordé las frases de oro, les di mùsica extra na<br />
como de mandolinas que un taud acompaiia;<br />
dejé en una luz vaga las hondas lejanias,<br />
30 llenas de nieblas hùmedas y de melancolias:<br />
y por el fondo oscuro, como en mundana fiesta,<br />
cruzan agiles mascaras al compas de la orquesta,<br />
envueltas en palabras que ocultan COma un velo,<br />
y con caretas negras de raso y terclopélo;<br />
35 cruzar hice en el fonde las vagas sugestiones<br />
de sentimientos misticos y humanas tentaciones ...<br />
Complacido en mis versos, con orgullo de artista,<br />
les di olor de heliotropes y color de amatista ...<br />
Le mostré mi poema a un critico estupendo ...<br />
40 Y 10 leyé seis veces y me dijo ... "j No entiendol"<br />
MIDNIGHT DREAMS<br />
ANOCHE, estando solo y ya medio dormido,<br />
mis suefios de otras épocas se me han aparecido.<br />
Los suefios de esperanzas, de glorias, de alegrias<br />
y de felictdades que nunea han sido mias,<br />
5 se fueron acercando en lentas procesiones<br />
y de la alcoba oscura poblaron los rincones.<br />
Hubo un silencio grave en todo el aposento<br />
v en el reloj la péndola detûvose al memento.<br />
La fragancia indecisa de un olor olvidado,<br />
10 lIeg6 camo un fantasma y me habl6 deI pasado.<br />
Vi caras que la tumba desde hace tiempo esconde.<br />
y 0' voces oidas ya no recuerdo dénde.<br />
29
Los sueüos se acercaron v me vieron dormido,<br />
se fueron alejan do, sin 1~3cerme ruido<br />
15 iY sin pisar los hiles sedosos de la alfombra,<br />
y fueron deshaciéndose y hundiéndose en la sombra!<br />
PAISAJE TROPICAL<br />
MAClA adonnecedora vierte el rio<br />
en la calma mon6tona dei viaje,<br />
cuando borra los lejos dei paisaje<br />
la sombra que se extiende en cl vaclo.<br />
5 Oculta en sus negruras el bohio<br />
la maraiia tupida, y el follaje<br />
semeja los calados de un encaje<br />
al caer dei crepûsculo sombrio.<br />
Venus se enciende en el cspacio puro.<br />
10 La corriente dormida una piragua<br />
rompe en su viaje râpido y seguro<br />
y con sus nubes el ponicnte fragua<br />
otro cielo rosado y verdeoscuro<br />
en los espejos hûmedos del agua.<br />
30
CENIZAS<br />
LAZARO<br />
"jVEN, Lazarol" -grit61e<br />
el Salvador, y deI sepulcro negro<br />
el cadâver alzése entre el sudario,<br />
ensay6 caminar, a pasos trémules.<br />
5 oli6, palp6, miro, sintié, dio un grito<br />
y lloré de contente.<br />
Cuatro lunas mas tarde. entre las sombras<br />
del crepùsculo oscuro, en el silencio<br />
del lugar y la hora, entre las tumbas<br />
IOde antiguo cementerio,<br />
Làzaro estaba, sollozando a solas<br />
y envidiando a los muertos.<br />
LUZ DE LUNA<br />
ELLA estaba con él. .. A su frente<br />
pensativa y pàlida,<br />
penetrando al través de las rejas<br />
de antigua ventana,<br />
5 de la luna naciente venian<br />
los rayes de plata.<br />
El estaba a sus pies, de rodillas,<br />
perdido en las vagas<br />
visiones que cruzan en horas feliccs<br />
10 los cielos dei alma,<br />
con las trémulas manos asidas,<br />
31
con el rnudo fervor de los que aman,<br />
palpitando en los labios los besos,<br />
entreambos hablaban<br />
15 el Ienguaje mudo<br />
sin voz ni palabras<br />
que en momentos de dicha suprema<br />
tembloroso el espiritu habla ...<br />
El silencio que creee. .. la brisa<br />
20 que besa las ramas,<br />
dos seres que tiemblan, la luz de la luna<br />
que el paisaje bafia,<br />
jAmor, un instante detén alli el vuelo,<br />
murmura tus himnos de triunfo y recoge las alasl<br />
25 Unos meses después, él dorrnia<br />
bajo de una lapida<br />
el ultimo sueüo de que nadie vuelve<br />
cl ultimo sueâo de paz y de calma<br />
Anoche, una fiesta<br />
30 con su grato bullicio animaba<br />
de ese amor el tranquilo escenario.<br />
[Oh burbujas dei rubio champaüal<br />
IOh perfume de flores abiertasl<br />
IOh girar de desnudas espaldasl<br />
35 j Oh cadencias deI valse que mueve<br />
torbellinos de tules y gasas!<br />
Alli estuvo, mas linda que nunea.<br />
Por el baile tal vez agitada<br />
se apoy6 levemente en mi brazo,<br />
40 dejarnos Jas salas<br />
y un instante después penetramos<br />
en la misma estancia<br />
que un ano antes no mas la habla visto<br />
temblando, callada,<br />
45 [cerca de éll ...<br />
. . .Amorosos recuerdos,<br />
tristezas lejanas,<br />
carifiosas memorias que vibran,<br />
corno sones de arpa,<br />
tristezas profundas<br />
50 del amor, que en sollozos estaUan,<br />
presiôn de sus manos,<br />
32
son de sus palabras,<br />
calor de sus besos,<br />
(por qué no volvistéis a su alma?<br />
55 A su pecho no vino un suspiro,<br />
a sus ojos no vina una lagrima<br />
ni una nube nublé aquella frente<br />
pensativa y pâlida,<br />
y mirande los rayas de luna<br />
60 que al través de la reja Ilegaban,<br />
murmuré con su voz donde vibran,<br />
coma notas y cantos y mûsicas de campanas vibrantes<br />
[qué valses tan lindos!<br />
jQué noche tan clara!<br />
MUERTOS<br />
EN LOS hùmedos basques, en otoüo,<br />
al llegar de los frics, cuando rojas,<br />
vuelan sobre los musgos y las ramas,<br />
en torbellinos, las marchitas hojas,<br />
5 la niebla al extenderse en el vacio<br />
le da al paisajc mustio un tono incierto<br />
y el follaje do huy6 la savia ardicnte<br />
ticne un adiés para cl vcrano muerto<br />
y un color opaco y triste<br />
10 coma el recuerdo borroso<br />
de la que fuc y ya no existe.<br />
En los antiguos cuartos hay armadas<br />
que en el rincôn mas intime y discreto,<br />
de pasadas locuras y pasiones<br />
15 guardan, con un aroma de' secrete,<br />
vicjas cartas de amor, ya desteüidas,<br />
que obligan a evocar tiempos mejores,<br />
y ramilletes negros y marchitos,<br />
que son como cadâveres de flores<br />
20 y tienen un olor triste<br />
coma el recuerdo borroso<br />
de 10 que fue y ya no existe.<br />
y en las almas amantes cuando piensan<br />
en perdldos afectos y ternuras<br />
33<br />
[de plata:
25 que de la soledad de ignotos dias<br />
no vendràn a endulzar horas futuras,<br />
hay el hondo cansancio que en la lucha<br />
acaba de matar a los heridos,<br />
vago como el color del bosque mustio,<br />
30 como el olor de los perfumes idos,<br />
iy el el cansancio aquel es triste<br />
como cl recuerdo borroso<br />
de 10 que fue y ya no existe.<br />
TRISTE<br />
CUANDO al quererlo la suerte<br />
se mezclan a nuestras vidas,<br />
de la ausencia 0 de la muerte,<br />
las penas desconocidas,<br />
5 y, envueltos en cl mlsterio,<br />
van, con rapidez que asornbra,<br />
arnigos al cementerio,<br />
ilusiones a la sombra,<br />
Ia intensa voz de ternura<br />
lOque vibra en el alma amante<br />
como entre la noche oscura<br />
una campana distante,<br />
saca recuerdos perdidos<br />
de angustias y desengaüos<br />
15 que tienen ocultos nidos<br />
en las ruinas de los arias,<br />
y que al cruzar aleteando<br />
por el espacio sombrio<br />
van en el ser derramando<br />
20 sueüos de angustia y de frlo<br />
hasta que alguna lejan a<br />
idea consoladora,<br />
que irradia en el alma humana<br />
como con lumbre de aurora,<br />
34
25 en su Ienguaje difuso<br />
entabla con nuestros duelos<br />
el gran diàlogo confuso<br />
de las tumbas y los cielos.<br />
PSlCOPATIA<br />
EL PARQUE Se despierta, rie y canta<br />
en la frescura matinal. . . La niebla<br />
dondc saltan aéreos surtidorcs,<br />
de arco iris se puebla<br />
5 y en luminosos velos se levants.<br />
Su olor esparcen entreabiertas flores,<br />
suena en las ramas verdes el pio, pio,<br />
de los alados huéspedes cantores,<br />
brilla en el césped hûmedo cl rocio ...<br />
10 IAzul el cielo! ... y la suave<br />
brisa que pasa, dice<br />
{reid! [Cantad! [Amadl [La vida es fiesta!<br />
[Es calor, es pasién, es movimientol<br />
y forjando en las ramas una orquesta,<br />
15 con VOl grave 10 mismo dice cl viento,<br />
y por entre el sutil encantamiento<br />
de la maiiana sonrosada y fresca,<br />
de la lUI, de las yerbas y las flores,<br />
palldo, descutdado, soüoliento,<br />
20 sin tener en la boca una sonrisa<br />
y de negro vesrido,<br />
un filésofo joven se pasea,<br />
olvida luz y olor prirnavcrales,<br />
le impertérrito stgue en su tarea<br />
25 de pcnsar en la muette, en la conciencia<br />
y en las causas finales!<br />
Lo sacuden las ramas de azalea,<br />
dàndolc al aire el aromado aliento<br />
de las rosadas flores,<br />
30 10 llarnan unos pâjaros, del nido<br />
do cantan sus amorcs,<br />
y los cantes risueiios<br />
van por entre el follaje estremecido,<br />
a suscitar voluptuosos sueüos<br />
35 y él sigue su cami no, triste, scrio,<br />
pcnsando en Fichte, en Kant, en Vogt, en Hegel,<br />
jy del yo complicado en el misterio!<br />
35
La chicucla del médico que pasa,<br />
una rubia adorable, cuyos ojos<br />
40 arden coma una brasa,<br />
abre los labios hûmedos y rajas<br />
y le pregunta al padrc, cntcrnecida:<br />
-aqucl scüor, papa, ,de qué esta enferme,<br />
machaque hierro hasta arrancarle chispas,<br />
o tumbe viejos tronees seculares<br />
y logre que 10 piquen las avispas;<br />
si 10 prefiere usted, cruce los mares<br />
85 de grumete en un buque, duerma, coma,<br />
muévase, grite, forcejee y sude,<br />
mire la tempestad cuando se asoma,<br />
y los cables de popa ate y anude,<br />
hasta hacerse diez callos en las rnanos<br />
90 jy limpiarse de ideas cl cerebro! .<br />
Ellos 10 hicleron y volvieron sanos .<br />
-Estoy tan bien, doctor ... -jPUCS 10 celebre!<br />
Pero el joven aquel es casa grave,<br />
coma conozco pocos:<br />
95 mas que cuantos nacieron piensa y sabe,<br />
irâ a pasar diez aïios con los locos,<br />
v no se curarà sino hasta el dia<br />
en que ducrma a sus anchas<br />
en una angosta sepulture fria,<br />
100 lejos del mundo y de ln vida loca,<br />
entre lm negro ataùd de cuatro planchas,<br />
[con un mont6n de tierra entre la bocal<br />
DON JUAN DE COVADONGA<br />
DON JUAN de Covadonga, un calavera,<br />
sin Dios, ni rey, ni ley, y cuyo hermano,<br />
Hernando, el mayor, cra,<br />
después de haber llevado airada vida<br />
5 Prior de cierto convento en Talavera;<br />
don Juan. el poderoso, el cortesano,<br />
grande de Espafia, seductor de oficio,<br />
cl hombre en cuya mano<br />
tuvo grandeza excepcional el vicie,<br />
IO después de amar, de odlar, de lograr todo<br />
cuanto es posible e irnposible, un dia<br />
sintiô el cansancio de la vida, el Iodo<br />
de cuantos goces Je ofrecié la suerte,<br />
sc mezclô a su tenez melancolia<br />
] S el ansia de consuelos superiores;<br />
pensé en Dies, pensé en Dios, pensé en la muerte,<br />
pensé en la etcrnidad y desprendido<br />
dei lujo, del arnor, de los honores,<br />
escribié a la Duquesa de Vilorte<br />
37
20 diciéndole un adiés, definitivo,<br />
arregl6 todo, abandoné la Corte,<br />
y sin un escudero, al paso vivo<br />
de su yegua andaluza, macilento,<br />
huyendo dei pecado, fugitive,<br />
25 por ignorada via<br />
lleg6 a la porterie<br />
silenciosa y oscura del convento.<br />
-,Nuestro padre Prior? .. , pregunt6 al lego,<br />
.-en oracién, hermano.<br />
-jPor la vida!<br />
30 (Lo llamaré vucsamerced? ... -Ahora<br />
es imposible, herrnano ... Vuelva luego,<br />
es imposible ahora ... Extasis santo<br />
cuando reza 10 embarga. -Mas Je ruego,<br />
yo estoy aqui perdiéndome, entre tanto,<br />
35 siento la angustia deI infierno, el fuego...<br />
- Sirvase entrar al locutorio. . . - iVanos<br />
placeres, deI Seüor soné la horal,<br />
don Juan dijo, al entrar; -jmundo, hasta luegol<br />
y por fin se encontraron los hermanos ...<br />
40 Don Juan. perdido en crapulas y excesos,<br />
temblândole las manos,<br />
con el aire de un pobre arrepentido<br />
y la boca marchita por Jas besos,<br />
y Hemando, el Prior, brillândole en los ojos,<br />
45 un fuego juvenil, siempre encendido,<br />
y süaves y rojos<br />
los Jabios por Jas santas oraciones<br />
y el olvido del mundo y sus pasiones.<br />
-,Orando tu? ... le dijo<br />
50 don Juan. COn voz monétona y cansada,<br />
lejos de todo, en la quietud suprema<br />
de la vida del claustro ... -cuando fijo,<br />
temblando, una mirada<br />
en el ablsmo actual de mi miseria,<br />
55 sueüo también en el retire ... -,Como.<br />
interrumpié el Prier, -la cosa es seria?<br />
èTe arruinaste por fin? ~La de Vilorte,<br />
la archiduquesa de cabellos rubios ...<br />
La dama mas airosa de la Corte,<br />
38
60 la rival de la reina en el donaire? ...<br />
Aén de sus besos guardas los efluvios ...<br />
,Qué pasa par allâ? ... jSi traes un airel<br />
Oye, Juan, mira, hermano ... Aqui en la triste<br />
vida conventuel, todo reviste<br />
6S un aspecte satânico, mis haras<br />
tienen angustias indecibles, mira,<br />
un enjambre de formas tenta doras)<br />
entre mi celda, par la noche, gira<br />
y huye.. . De la oracién con los empeüos<br />
70 la dislpo par fin ... Ansio el oro,<br />
suenan choques de armas en mis suefios,<br />
flota un sabor de besos en el cora,<br />
y es mi vida una lucha prolongada,<br />
de rudos sacri ficios,<br />
75 en que domo la carne alborotada,<br />
con ayunos y rezos y cllicios...<br />
y yo Ilegué al convento ... [pobre loco!<br />
Triste y arrepentido,<br />
soüando en fin en descansar un poco,<br />
80 y en ansiedades mlsticas perdido ...<br />
Pero, dîme, (a qué vienes? ...<br />
[- Yo, par verte,<br />
dijo don Juan, -por verte, a toda prisa,<br />
y por darte noticia de la muerte<br />
de don Sancho de Téllez; tu, mi santo,<br />
85 [por su eterno descanso di una misa!<br />
jY al salir par el negro camposanto,<br />
en que el convento oscuro se prolonga,<br />
ansiando la quietud de los que fueron,<br />
por la primera vez se humedecieron<br />
90 los ojos de don Juan de Covadonga!<br />
DIA DE DIFUNTOS<br />
LA LUZ vaga. . . opaco cl dia.<br />
la llovizna cae y moja<br />
con sus hiles penetrantes la ciudad desierta y frla.<br />
Por el aire tenebroso ignorada mana arroja<br />
5 un oscuro velo opaco de letal melancolia,<br />
y no bar nadie que, en 10 Intirno, no se aquiete y se<br />
[recoja<br />
al mirar las nieblas grises de la atm6sfera sombria,<br />
39
y al olr en las alturas<br />
melanc6licas v oscuras<br />
lOlos acentos dejativos<br />
y tristisimos e inciertos<br />
con que suenan las campanas,<br />
ilas campanas plaûideras que les hablan a los vivos<br />
de los muertos!<br />
1 5 iY hay algo angustioso e incierto<br />
que mezcla a ese sonido su sonido,<br />
e inarmônico vibra en el concierto<br />
que alzan los bronces al tocar a muerto<br />
par todos los que han sido!<br />
20 Es la voz de una campana<br />
que va marcando la hora,<br />
hoy 10 mismo que maüana,<br />
ritmica, igual y sonora:<br />
una campana se queja,<br />
25 y la otra campana llora,<br />
esa tiene voz de vieja,<br />
esta de nina que ora.<br />
Las campanas mas grandes, que dan un doble recto<br />
suenan con un acento de mtstico desprecio,<br />
30 mas la campana que da la hora,<br />
rie, no llora.<br />
Tiene en su timbre seco sutiles Ironies,<br />
su voz parece que habla de goces, de alegrias,<br />
de placeres, de citas, de fiestas y de balles,<br />
35 de las preocupaciones que lIenan nuestros dias:<br />
cs una voz del siglo entre un coro de frailcs,<br />
y con sus notas se rie,<br />
escéptica y burladora,<br />
de la campana que ruega<br />
40 de la campana que implora<br />
y de cuanto aquel coro conmemora,<br />
y cs porque con su retintin<br />
eHa midiô el doler humano<br />
y marco del dolor cl fini<br />
45 por eso se rie dei grave esquilôn<br />
que sucna alla arriba con fùncbre son,<br />
por eso interrumpe los tristes conclertos<br />
con que el bronce santo lima por los muertos ...<br />
[No la oigâis, oh broncesl No la oigais, carnpanas,<br />
50 que con la voz grave de ese clamoreo,<br />
rogâis por los seres que duermen ahora<br />
40
lejos de la vida, libres del deseo,<br />
lejos de las rudas batallas hurnanas!<br />
iSeguid en el aire vuestro bamboleo,<br />
55 no la oigâis, carnpanas!<br />
(.Contra la imposible qué puede el deseo?<br />
Alla arriba suena,<br />
ritmica y serena,<br />
esa voz de oro<br />
60 y sin que 10 impidan sus graves hcrmanas<br />
que rezan en coro,<br />
la campana deI reloj<br />
suena, suena, suena ahora,<br />
r dite que ella marc6<br />
65 con su vibraciôn sonora<br />
de los olvidos la hora,<br />
que después de la velada<br />
suena indiferente a la voz de fraile<br />
deI esquilôn grave y a su canto serio;<br />
eUa que ha medido la hora precisa,<br />
en que a cada boca, que el dolor sellaba,<br />
100 como por encanto volvié la sonrlsa,<br />
esa precursora de la carcajada;<br />
ella que ha marcado la hora en que el viudo<br />
hablé de suicldio y pidié el arsénico,<br />
cuando aun en la alcoba, recién perfumada,<br />
105 flotaba el aroma dei âcido fénico<br />
y ha marcado luego la hora en que, mudo<br />
por las emociones con que cl goce agobia,<br />
para que 10 unieran con sagrado nudo,<br />
a la misma iglesia fue con otra novia;<br />
110 [ella no comprende nada del misterio<br />
de aquellas quejumbres que pueblan el aire,<br />
y 10 ve en la vida todo jocoserio<br />
y sigue marcando con el mismo modo<br />
el mismo entusiasmo y el mismo desgaire<br />
115 la huida del tiempo que 10 borra todo!<br />
yeso es 10 angustioso y 10 incierto<br />
que flota en el sonido,<br />
1esa es la nota irénica que vibra en el concierto<br />
que alzan los bronces al tocar a muerto<br />
120 par todos los que han sido!<br />
Esa cs la vox fina y sutil,<br />
de vibraciones de cristal,<br />
que con accnto [uvenil<br />
indiferente al bien y al mal,<br />
125 mide 10 mismo la hora vil,<br />
que la sublime 0 la fatal<br />
y resuena en las alturas,<br />
melancéllcas y oscuras,<br />
sin tener en su tafiido<br />
130 claro, ritmico y sonoro,<br />
los acentos deiativos<br />
y tristisimos e inciertos<br />
de aquel misterioso coro,<br />
con que megan las campanas, las campanas,<br />
135 las campanas plaüideras<br />
que les hablan a los vives<br />
de los muertos!<br />
42
LAS VOCES SILENCIOSAS<br />
JOH VOCES silenciosas de los muertos!<br />
Cuando la hora muda<br />
y vestida de Fûnebres crespones,<br />
desfilar haga ante mis turhios ojos<br />
5 sus fantasmas inciertos,<br />
sus pàlidas visiones...<br />
[Oh voces silenciosas de los muertos!<br />
En la hora que aterra<br />
no me llaméis hacia el pasado oscuro,<br />
10 donde el camino de la vida cruza<br />
los valles de la tierra.<br />
[Oh voces silenciosas de los muertos!<br />
Llamadme hacia la altura<br />
donde el cami no de los astros cart a<br />
15 la gélida negrura;<br />
hacia la playa donde el alma arriba,<br />
Ilamadrne entoces, voces silenciosas,<br />
[hacia arriba! ... [hacia arribal ...<br />
43<br />
(De Lord Tennyson)
GOTAS AMARGAS<br />
.!\VANT-PROPOS<br />
PRESCRIBEN los facultativos,<br />
cuando el estémago se estraga,<br />
al paciente, pobre dispéptico,<br />
dieta sin grasas.<br />
5 Le prohlben las cosas dulces,<br />
le aconsejan la carne asada<br />
y le hacen tomar como tônico<br />
gotas amargas,<br />
[Pobre est6mago llterarlo<br />
lOque 10 trivial fatiga y cansa,<br />
no sigas leyendo poemas<br />
llenos de légrimasl<br />
Deja las comidas que llenan,<br />
historias, leyendas y dramas<br />
15 y todas las sensiblerias .<br />
semi-romanticas.<br />
y para completar el régimen<br />
que fortifica y que levanta,<br />
ensaya una dosis de estas<br />
20 gotas amargas.<br />
45
EL MAL DEL SIGLO<br />
El Paciente:<br />
-Doctar, un desaliento de la vida<br />
que en 10 intime de mi se arraiga y nace:<br />
el mal deI siglo... el mismo mal de Werther,<br />
de Rolla, de Manfredo y de Leopardi.<br />
5 Un cansancio de todo, un absoluto<br />
desprecio por 10 huma no... ; un incesante<br />
renegar de 10 vil de la existencia,<br />
digno de mi maestro Schopenhauer;<br />
un malestar profundo que se alimenta<br />
10 con todas las torturas del anâlisis ...<br />
El Médico:<br />
- Eso es cuesti6n de régiment camine<br />
de maüanita: duerma largo; bàüese:<br />
beba bien; coma bien; cuidese muche:<br />
110 que usted tiene es hambre! ...<br />
LA RESPUEST A DE LA TIERRA<br />
ERA UN poeta Iirico, grandioso y sibilino,<br />
que le hablaba a la tlerra una tarde de invierno,<br />
frente a una posada y al volver de un camino :<br />
-jOh madre, oh Tierra! -dijole-, en tu girar eterno<br />
5 nuestra existencia efimera tal parece que ignoras.<br />
Nosotros esperamos un cielo 0 un infierno,<br />
sufrimos a gozamos, en nue stras breves horas,<br />
e indiferente y muda, tu, madre sin entraâas,<br />
de acuerdo con los hombres no sufres y no Haras.<br />
10
20 ~Por qué nacemos, madre, dime, par qué morimos?<br />
(Por qué? Mi angustia sacia y a mi ansiedad contesta.<br />
Yo, sacerdote tuyo, arrodillado y trémule,<br />
en estas soledades aguardo la respuesta.<br />
La Tierra, camo siempre, displlcente y callada,<br />
25 al gran poeta Iirico no le contesta nada.<br />
LENTES AJENOS<br />
AL TRAVÉS de los Iibros arno siempre<br />
mi amigo Juan de Dias,<br />
y tengo presunciones de que nunca<br />
supo 10 que es arnor.<br />
5 Apenas le apuntaba el bozo, cuando,<br />
muy dada a Lamartine,<br />
hizo de Rafael, con una Julia<br />
que se encontr6 en Choachi.<br />
Tras de muy largo estudio obtuvo luego<br />
10 titulo de Dactor;<br />
la Dame aux camelias de Dumas, hijo,<br />
una noche leyé,<br />
y creyéndola cierta como un texte<br />
de Dujardin-Beaumetz,<br />
15 fue el Armando Duval de una asquerosa<br />
Margarita Gautier.<br />
Después estando en Tunja, como rnédico<br />
dei hospital mayor,<br />
dia en sonar con amores que ofrccian<br />
20 menas complicacién.<br />
De Gustavo Flaubert prestéle un toma<br />
Antonio José Ruiz,<br />
y fue el Rodolfo Boulanger de una<br />
madama Bovary.<br />
25 Pasada aquella crisis formidable<br />
con Ana se cas6;<br />
siguieron cuatro meses de ternuras<br />
a la Gustavo Droz.<br />
47
Todo hubiera marchado a mata villas<br />
30 en esa union feliz,<br />
sin la influencia fatal de una novela<br />
que le daüô el magin.<br />
Leyé de Emilio Zola un solo tomo<br />
y se creyé el Muffat<br />
35 de Aniceta Contreras que era entonces<br />
una semi-Nanâ.<br />
y asi paso la vida entre los sueüos<br />
y llegé de eIla al fin<br />
dejan do tres chicuelos y una esposa<br />
40 que fue muy infeliz.<br />
AI través de los libros amé siempre<br />
mi amigo Juan de Dios,<br />
y tengo presunciones de que nunca<br />
supo ]0 que es amor.<br />
CAPSULAS<br />
EL POBRE Juan de Dios, tras de los éxtasis<br />
dei amor de Aniceta, fue infeliz.<br />
Pas6 tres meses de amarguras graves,<br />
y, tras lento sufrir,<br />
5 se euro con copaiba y con las capsulas<br />
de Sandale Midy.<br />
Enamorado luego de la histérica Luisa,<br />
rubia sentimental,<br />
se enflaqueciô, se fue poniendo tisico<br />
10 y, al aüo y mcdio 0 mas,<br />
se euro. con bromuro y con las capsulas<br />
de éter de Clertân.<br />
Luego, desencantado de la vida,<br />
filôsofo sutil,<br />
15 a Leopardi ley6, y a Schopenhauer<br />
y en un rato de spleen,<br />
se curé para siempre COn las capsulas<br />
de plomo de un fusil.<br />
48
MADRIGAL<br />
Tu TEZ rosada y pura, tus formas graciles<br />
de cstatua de Tanagra, tu olor de lilas,<br />
el carmin de tu boca, de labios terses,<br />
las rniradas ardientes de tus pupilas,<br />
5 el ritmo de tu' paso, tu voz velada,<br />
tus cabellos que suelen, si los despeina<br />
tu mano blanca y fina toda hoyuelada,<br />
cubrirte como un rico manto de reina,<br />
tu voz, tus ademanes, tu ... no te asombres:<br />
10 todo eso esta, y a gritos, pidiendo un hombre.<br />
ENfERMEDADES DE LA Nlt'JEZ<br />
A UNA boca vendida,<br />
a una infante boce,<br />
cuando sintié el impulse que en la vida<br />
a locuras supremas nos provoca, .<br />
5 dio el primer beso, harnbriento de ternura,<br />
en los labios sin fucrza, sin frescura.<br />
No fue como Romeo<br />
al besar a Julicta;<br />
el cuerpo que estreché cuando el deseo<br />
10 ardiente aguijoneé su carne inquieta,<br />
fue el cuerpo vil de vieja cortesana,<br />
Juana incansable de la tropa humana.<br />
y el éxtasis divino<br />
que soâé con deliera,<br />
15 10 dej6 melancélico y mohino<br />
al terminar la Iûbrica carkia.<br />
Del amor no smné la intensa magia<br />
y consiguiô. . . una buena blenorragia.<br />
PSfCOTERAPEUTICA<br />
SI QUIERES vivir muchos SOOS<br />
y gozar de salud cabal,<br />
ten desde niüo desengaüos,<br />
practica el bien, espera el mal.<br />
5 Desechando las convenciones<br />
de nuestra vida artificial,<br />
Ileva por regla en tus acciones<br />
49
esta norrna : j 10 natural!<br />
De los fil6sofos ctéreos<br />
10 huye la enseiianza teatral<br />
y aplicate buenos cauterios<br />
en el chancro sentimental.<br />
FUTURA<br />
Es EN el siglo veinticuatro,<br />
en una plaza de Francfort,<br />
por donde cruza cl tren mas râpido<br />
de Liverpool para Canton.<br />
S La multitud que se aglomcra<br />
de un pedestal alrededor,<br />
forma un murrnullo que semeja<br />
cl dei mar en agitaciôn.<br />
Sucna la mûsica de Wagner<br />
10 Y el estampido dei canon,<br />
y entre los hurras populares<br />
sube a su puesto el orador.<br />
Es el alcalde Karl Hamstaengel<br />
quien preside la reunion,<br />
15 y en cl silencio que sc agranda,<br />
dice con monotone voz .<br />
"jCiudadanosl [Compatrlotas!<br />
jSalud! Honrad al fundador<br />
de la mas grande de las obras<br />
20 de nuestra santa Religion.<br />
Eterna gloria a su divisa,<br />
eterna gloria al redentor,<br />
que con su cjcmplo y sus palabras<br />
el idealismo derroté.<br />
25 Salud al genio sobrehumano<br />
euyo evangelio derramé<br />
de este planeta por los ambitos<br />
la postrera revelaciôn.<br />
iPaz y salud a sus creyentesl<br />
30 (Cual de nosotros 10 invocé<br />
sin sentir instantàneamente<br />
mejorarse la digestion?<br />
c:Cuàl en sus heroicos sueüos<br />
de entusiasrno y de valor,<br />
35 al inspirarse en sus ejemplos<br />
00 vencerâ la tentacién.<br />
50
Ha cuatro siglos que los hombres<br />
la proclaman ûnico Dias.<br />
iSU imagen ved, su noble imagcn,<br />
40 su imagcn ved!"<br />
... Un gran telén<br />
se va corriendo poco a poco<br />
dei pedcstal al dcrredor,<br />
y la estatua de Sanche Panza,<br />
ventripotente y bonachén,<br />
45 perfila cl contomo de bronco<br />
sobre el cielo ya sin col or ...<br />
Cuando de pronto estella lin grito,<br />
lm grito inrncnso, atronador,<br />
de guinee mil quinientas bocas<br />
50 como de una sola voz,<br />
que ladra : "[Abajo los fanàticos!<br />
iAbajo cl cuita! jAbajo Dies!"<br />
Es un mitin de nihllistas,<br />
y en una sùbita explosion<br />
55 de picrato de mclinita,<br />
vuelan cstatua y orador.<br />
ZOOSPERMOS<br />
F.L CONOClO6 sabio Cornelius Von Ken-Rincgen,<br />
que disfrutô en Hamburgo de una clientela enorme<br />
y que dejé un in-folio de mil quinicntas paginas<br />
sobre higado y riüones,<br />
5 abandonado luego por rodes sus amigos,<br />
murié en Leipzig. rnaniâtico, dcsprctigtado y pobre,<br />
debido a sus estudios de los ùltimos anos<br />
sobre espermatozoides.<br />
Frente de un rrucroscopio que le costa un sentido,<br />
10 obra maestra y {mica de un ôptico de Londres,<br />
Ja vista rccogida, temblândole las manos,<br />
ansioso, fijo, inmôvil,<br />
reconcentrsdo y torve, camo un fantasma pélido,<br />
a media voz decia: "[Oh, mira coma corren<br />
15 y bullen y sc mucven y luchan y sc agitan<br />
los cspcrmatozoides!<br />
"[Mira! si no estuviera perdido para siernpre;<br />
si huyendo par caminos que tados no conocen<br />
51
hubiera al fin logrado tras multiples esfuerzos<br />
20 el convertirse en hombre,<br />
corriéndole los anos hubiera sido un Werther<br />
y tras de mil angustias y gestas y pasioncs<br />
sc hubiera suîcidado con un Smith & Wesson<br />
ese espermatozoidel<br />
25 "Aquel de mas arriba que vibra a dos mllimetros<br />
dei Werther supnmido, del vidrio junto al borde,<br />
hubiera sida un héroe de nuestras grandes guerras.<br />
[Alguna estatua en bronco<br />
hubiera recordado, cual vcnccdor intrépide<br />
30 y conductor insigne de trepas y caôoncs,<br />
y .general en jefe de todos los ejércitos,<br />
a ese espcrmatozoide!<br />
"[Aquél hubiera sida la Gretchen de algûn Fausto;<br />
ese de mas arriba un heredero noble,<br />
35 dueûo a los velntiûn afios de algûn millôn de th allers<br />
y un tttulo de conde;<br />
aquel, un usurero: el otro, el pcqucûlsimo,<br />
algûn poeta liricc; y cl otro, aquel enorme,<br />
un profcsor cientifico que hubiera escrito un libro<br />
40 sobre espermatozoidcsl<br />
Afortunadamentc, perdidos para siempre<br />
os agitais ahora, [oh, puntos que sois hombres!<br />
entre los vidrlos grucsos traslùcidos y diâfanos<br />
del microscopio enorme:<br />
45 afortunadamente, zooperrnos, en la tierra<br />
no creceréis poblàndola de dichas y de horrores:<br />
dentro de diez minutos todos estaréis muertos,<br />
j hola, espermatozoides!<br />
Asi el ilustre sabio Cornelius Von Ken-Rinegen,<br />
50 que disfruté en Hamburgo de una clientela enorme<br />
y que dejé un In-folio de mil qutnientas paginas<br />
sobre higado y riüones,<br />
muri6 en Leipzig, maniâticc, desprestigiado y pobre,<br />
dcbido a sus estudios de los ûltimos aüos<br />
55 sobre espermatozoides,<br />
52
FILOSOFIAS<br />
DE PLACERJ:iS camales el abuso,<br />
de caricias y besos<br />
goza, y ama con toda tu alma, iluso;<br />
ag6tate en excesos,<br />
5 Y si evitas la sifilis, siguiendo<br />
la sabia profilaxia,<br />
al llegar los cuarenta iras sintiendo<br />
un principio de ataxia,<br />
De la copa que guarda los olvidos<br />
10 bebe el néctar que agota:<br />
pcrderàs el magin y los scntidos<br />
con la ultima gota.<br />
Trabaja sin cesar, batalla, suda,<br />
vende vida por oro:<br />
15 conseguiràs una dispepsia aguda<br />
mucha antes que lin tesoro.<br />
y tendras [oh placer! de la pesada<br />
digestion en el lance,<br />
ante la vista ansiosa y fatigada,<br />
20 las cifras de un balance.<br />
Al artc sacrificate: [combina,<br />
pule, esculpe, extrema!<br />
j Lucha, y en la laber que te asesina,<br />
-Henzo, bronce 0 pocma-<br />
25 pon tu csencia, tus nervios, tu alma todal<br />
[Terrible empresa vana!<br />
pues que tu obra no estarâ a la moda<br />
de pasado mafiana. .<br />
No: sé creyente, fiel, toma otro giro<br />
30 y la razôn prosterna<br />
a los pies dei absurdo: [compra un giro<br />
contra la vida etcrna!<br />
Pâgalo con tus goces: la fe aviva;<br />
ora, medita, impetra;<br />
35 y al rnorir pensarâs: i.Y si alla arriba<br />
no me cubren la letra?<br />
53
Mas si acaso el orgullo se resiste<br />
a tanta abdicaciôn,<br />
si la fe ciega te parece triste,<br />
40 confia en la razôn.<br />
Dcsprecia Jas placercs y, severo,<br />
a la filosofla,<br />
loco por cncontrar la verdadero,<br />
consagra noche y dia.<br />
45 Compara religion es y sistemas<br />
de la Biblia a Stuart Mill,<br />
desde los cscolâsticos problernas<br />
haste 10 mas sutil<br />
de Spencer y de Wundt, y consagrado<br />
50 a sondear ese abismo<br />
lograrâs este hermoso resultado:<br />
no creer ni en ti mismo.<br />
No picnses en la pal. desconocida.<br />
Mira: al fin, la mejar<br />
55 en el tumulte inrnenso dc la vida<br />
es la faz interlor,<br />
Deja el estudio y los placeres; deja<br />
la cstéril lucha vana<br />
y, coma Cakia-Muni la aconseja,<br />
60 hûndete en el Nirvana.<br />
Excita dei vivir los desengafios<br />
y en tête-â-tête contigo,<br />
coma un yogui senil pasa los aûos<br />
rniràndote el ombligo.<br />
65 De la vida del siglo ponte aparte;<br />
dei placer y el amigo<br />
escoge para ti la mejor parte<br />
y métete contigo.<br />
y cuando llegues en postrera hora<br />
70 Il la ûltima morada,<br />
sentiras una angustia matadors<br />
de no haber hecho nada ...<br />
54
IOI1IO<br />
ELLA LO idolatraba, y él la adoraba.<br />
-Se casaronal fin?<br />
-No, scfior : ella se casé con otro.<br />
y (murio de sufrir?<br />
-No, seüor : de un aborto.<br />
5 -y él, el pobre, (puso a su vida fin?<br />
No, seüor: se casé seis meses antes<br />
dei matrimonio de elIa, y cs feliz.<br />
EGALITE<br />
JUAN L.ANAS, cl mozo de esquina,<br />
es absolutamente igual<br />
al emperador de la China:<br />
los dos son el misrno animal.<br />
5 Juan Lanas cubre su pelaje<br />
con nuestra manta nacional:<br />
el gran magnats lleva un traje<br />
de seda verde excepcional.<br />
Del lino cuidan cien dragones<br />
IOde porcelana y de cristal;<br />
Juan Lanas carga maldidones<br />
y gruesos fard os por un real.<br />
Pero si aiguna mandarine,<br />
siguiendo el instinto sexual,<br />
15 al potentado se avecina<br />
en el traje tradicional<br />
que tenia nuestra madre Eva<br />
en aquella tarde fatal<br />
en que se comieron la breva<br />
20 dei ârbol dei Bien y dei Mal,<br />
y si al mismo Juan una [uana<br />
se entrega de un modo brutal<br />
y palpita la bestia humana<br />
en un solo espasmo sexual,<br />
55
25 Juan Lanas, el mozo de esquina,<br />
al emperador de la China<br />
es absolutamente igual :<br />
los dos son el mismo animal.<br />
RESURREXIT<br />
PARA QuÉ arrepentirnos, si es bastante<br />
a purgar nuestro misero peeado<br />
el doliente reeuerdo de un pesado<br />
cada vez mas cercano y mas distante;<br />
5 si no hemos de encontrar mas adelante<br />
todo 10 que nos hubo conturbado,<br />
ni las bocas que ya nos han besado<br />
ni el loco amor ni la caricia amante,<br />
rie y no te arrepientas, que maüana<br />
10 nuestras dos almas solas iran [untas<br />
a explorar los misterios del Nirvana ...<br />
Micntras que Magdalena, la divina,<br />
entre el coro de virgenes difuntas<br />
hace un triste pape} de celestina.<br />
56
VERSOS VARlOS<br />
PRIMERA COMUNION<br />
TODO EN esos momentos respiraba<br />
una pureza mistica:<br />
las luces matinales que alumbraban<br />
la ignorada capilla,<br />
S los cantos religiosos que pausados<br />
basra el cielo subian,<br />
el aroma suave del Incicnso<br />
al perdersc en espiras,<br />
las vares ulterlores de otro mundo,<br />
10 sonoras y tranquilas,<br />
los dulces ninas colocados junto<br />
al altar de rodillas,<br />
y hasta los viejas santos en los lienzos<br />
de oscura, vaga tinta,<br />
15 bajo cl polvo de sigles que los cubre,<br />
mudos se sonrelan.<br />
mruo<br />
SENCILLA y grata vida de la aldea:<br />
lcvantarse al nacer de la mariana<br />
cuando su luz en la extension clarea<br />
y se quiebra en la cüpula lejana,<br />
5 vagar a la ventura en cl boscaje. . .<br />
espiar en los recodos del camlno<br />
el memento en que cl ave enamorsda,<br />
57
ocuIta en el follaje,<br />
Sus esperanzas y sus dichas canta.<br />
10 En rûstica vasija<br />
coronada de espuma<br />
libar la leche; contempla! la bruma<br />
gue en el fonda del valle se levanta;<br />
el aire respirer embalsamado<br />
l 5 con los suaves olores<br />
de la savia v las flores;<br />
tomar fucrza en la calma majestuosa<br />
donde la vida universal germina,<br />
en ignotos lugares<br />
20 que no ha hollado la vans muchedumbre,<br />
en el bosque de cedros seculares,<br />
del alto monte en la empinada cumbre;<br />
después tranquilamente<br />
baûarse en cl remanso de la fuente.<br />
25 Con el rural trabajo<br />
que a los mùsculos da fuerza de aeero<br />
y que las fuentes abre de riqueza,<br />
endurecer el brazo fatigado<br />
y devolverle calma a la cabeza.<br />
30 Sin fatigas, sin penas, sin engafios<br />
dejar correr los anos<br />
y cn la horn postrera<br />
descansar, no en lujoso monumento<br />
sino bajo el ramaje<br />
35 del verde sauce a su tranquila sombra<br />
cabe la CrUT. piadosa.<br />
SUSPlRO<br />
SI EN TUS recuerdos VCS algùn dia,<br />
entre la niebla de 10 pasado,<br />
surgir la triste mcmoria rnia<br />
media borrada ya por los anos,<br />
5 piensa que fuistc siernpre mi anhelo,<br />
v si el recuerdo de arnor tan santo<br />
mucve tu pecha, nubla tu cielo,<br />
Uena de lâgrimas tus ojos garzos,<br />
iah! no me busques agui en la tierra,<br />
10 donde he vivido, donde he luchado,<br />
[sino en el reino de los sepulcros<br />
donde sc encuentra paz y descanso!<br />
58
LAS ARPAS<br />
VA LA brisa par valles y collados<br />
y cargada de aromas y silencios<br />
no lleva entre sus alas invisibles<br />
ni una voz -ni una mïisica-> ni un eco,<br />
5 Pero en oscuro bosque retirado,<br />
patrie de las driadas y los genies,<br />
en alto tronco suspendida encuentra<br />
arpa eolia de mïsticos acentos:<br />
[al pasar vibra en las sonoras cuerdas<br />
10 del dulce y melancôlico instrumente<br />
y van sus sosegadas arrnonias<br />
a perdersc a la lejos!<br />
El alma del poeta es delicada<br />
arpa -que cuando vibra el scntimiento<br />
15 en sus cuerdas senstblcs=- se estremece<br />
y produce sus cantos y sus versos.<br />
PERDJDA<br />
iALGO TERJUllLE sentira tu alma,<br />
infame Iibertino<br />
que el taller tornas de la pobrc obrera<br />
en lupanar maldito!<br />
5 [Era una hermosa nina! Sus pupilas<br />
tuvieron luz y brillo,<br />
y en su gracia inocente y descuidada<br />
hubo algo de divino.<br />
Mas algûn dia entre el tumulte humano<br />
10 se deslizé en su oido<br />
una palabra. Lucgo su mirada<br />
perdié el fulgor antiguo<br />
y se llenô de lâgrimas, y luego,<br />
de una noche entre el frio,<br />
15 se encontré sola en medio de la calle<br />
con el honor perdido:<br />
en cl alma llevando la tristeza<br />
y en los brazos un niüo,<br />
y, de vergüenza y dl" miseria llen a,<br />
20 a si misma se dijo:<br />
"Del hombre aqueL me vengaré en los hombres;<br />
de mi euerpo marchito<br />
59
haré un altar donde en su afân de goces<br />
le rindan culto al vicie.<br />
25 Soy el placer; soy cual dorada copa<br />
llena de afiejo vino,<br />
mas que guarda en el fondo cnvencnado<br />
un germen maldecido.<br />
Venid a mi los que os sentiis sedientos,<br />
30 1venid, os daré alivio!. .. "<br />
y ellos fueron, volaron a sus brazos<br />
blancos, alabastrinos,<br />
y ella baj6 eon prontitud pasmosa<br />
al fondo de un abismo ...<br />
35 Luego la edad su cabellera negra<br />
poblé de blancos hiles,<br />
y perdi6 su color y su frescura<br />
el semblante marchito,<br />
y a pocas horas, por infamc lcpra<br />
40 el cuerpo corroido,<br />
entre sonrisas y cristianas preces<br />
y semblantes virgincos,<br />
rccostada en un lecho miserable<br />
del hospital sombrio,<br />
45 [en brazos de las santas enfermeras<br />
dio el ultimo suspiro!<br />
Marchande vas sin ver el horizonte<br />
que forma tu camino,<br />
pero si acaso ternas la mirada<br />
50 al pasado perdido,<br />
iverâs alzarse su fantasma blanco<br />
en tu concicncia fijo!<br />
Oh! cuando alguna vez errante y solo<br />
"cas al pobre niâo,<br />
S S a quicn nunea en su vida de miserlas<br />
podrâs Ilarnar tu hijo,<br />
jalgo terrible sentira tu alma,<br />
infame libertino<br />
que el taller tomas de III pobre obrera<br />
60 en lupanar maldito!<br />
60
LA VENTANA<br />
Oh! temps évanouis! Oh! splendeurs éclipsées!<br />
Ohl soleils descendus derrière l'horizon!<br />
AL FRENTE de un balc6n, blanco y dorade,<br />
obra de nuestro sigle diez y nueve,<br />
hay en la cstrccha calle una muy vieja<br />
ventana colonial. Bendita l'ailla<br />
5 adorna la gran reja<br />
de barrotes de hierro colosalcs,<br />
que ticne en 10 mâs alto un monograrna<br />
hecho de incomprensiblcs iniciales.<br />
A la lumbre postrera<br />
JO deI sol en Occidente, (quién no espera<br />
mirar alli, sombria,<br />
rnedlo perdida en la nzada gola,<br />
la cabeza severa<br />
de algûn oidor, 0 los oscuros ojos<br />
15 de una dama cspaüola<br />
de nacarada tez y labios rojos,<br />
que al venir de la hermosa Andalucia<br />
a la colonia nueva<br />
el germen de letal melancolia<br />
20 por el rccuerdo de la patria lleva]<br />
1Pero no, ni Jas sombras le han qucdado<br />
de los que vio perderse en el pasadol<br />
Loca turba infantil la invade ahora:<br />
uno rie, otro llora;<br />
25 a la palma bendita<br />
la nina arranca retejida rama,<br />
y mientras uno al compaôcro llama<br />
con incansable afàn.: el otro grita.<br />
No guarda su memoria<br />
30 de la ventana la vetusta historia,<br />
y s6lo en ella fija<br />
la atenclén el poeta<br />
para quien tienen una voz secreta<br />
los liquenes grisosos<br />
35 que, al nacer en la estatua alabastrina,<br />
del bcso de 105 siglos son sefialcs,<br />
61<br />
Vict~r Hugo
y a quicn narran pocmas misteriosos<br />
las sombras de las vicjas catcdrales.<br />
hoy hacc mas de siglo, ha muches anos,<br />
40 ella escuché la cantiga cspaiiola<br />
que tristes descngaüos<br />
o desventuras amorosas narra<br />
de la alta noche en la quictud serena,<br />
acompaôada en la gentil guitarra<br />
45 por noble caballero,<br />
a quien tornara con la cstrofa grata<br />
cl rccuerdo de alegre serenata<br />
dada en la aristocràtica Scvilla,<br />
eabe el Guadalquivir, do en claras nochcs<br />
50 la calada Giralda se retrata<br />
y la luz de la luna limpia brilla.<br />
La brisa, dulce y leve<br />
coma las Yogas formas del deseo,'<br />
lIev6 al pasar los barrotes duros<br />
55 aroma de azahares y de Brios<br />
en las rtsueüas fiestas de hirnenco:<br />
juramentos de amor, santos y puros:<br />
de mortuorios cirios<br />
el triste olor; las plâcidas historias<br />
60 con que la noble abuela<br />
a rubio nieto adorrnecié en la Cuna,<br />
y la oraci6n gue hacia los cielos vuela<br />
suave camo los rayos de la luna.<br />
Inùtil, alli, a solas,<br />
65 ella mir6 pasar generaciones<br />
como pasan, con raudo movimicnto<br />
sobre la playa las marinas olas,<br />
en la sombra los coros de visiones<br />
y Jas aristas leves en cl viento;<br />
70 j Y ora mira la turba de los niüos<br />
de risuenas mejil1as sonrosadas,<br />
que al asomar tras de la Fuerte reja<br />
sonriente semeja<br />
un ramo de camelias encarnadas!<br />
75 iAy! todo pasarâ: niûez risuefia,<br />
juventud sonrientc,<br />
edad viril que en el Future suefia,<br />
vejez Ilena de afân ...<br />
62
· .. TaI vez maiiana<br />
cuando de aquellos ruüos queden s610<br />
80 las ignotas y viejas sepulturas,<br />
aun tenga el mismo sitio la ventana.<br />
CREPUSCULO<br />
EN LA TARDE -en las horas dei divine<br />
crepùsculo serenose<br />
pueblan de tinieblas los espacios<br />
y las almas de suerios.<br />
Sobre un fondo de tonos nacarados,<br />
la silueta del temple<br />
Las altas tapias del jardin antiguo<br />
y los ârboles negros,<br />
cuyas ramas sernejan un encaje<br />
movidas por el viento,<br />
se destacan oscuras, melancélicas,<br />
corno un extraào espectro.<br />
En estas horas de solemne calma<br />
vagan los pensamientos,<br />
y buscan en la sombra de 10 ignoto<br />
la quietud y el silencio.<br />
NOTAS PERDIDAS<br />
Es MEDIA noche. Duerme el mundo ahora<br />
bajo el ala de niebla dei silencio.<br />
Vagos rayes de luna<br />
y el fulgor incierto<br />
5 de lâmpara vclada<br />
alumbran su aposento.<br />
En las teclas del piano<br />
vagan aûn sus marftlinos dedos:<br />
errante la mirada,<br />
JO dice algo que no alcanza el pensamiento.<br />
[Cémo perfurna el aire el blanco ramo<br />
marchito en el florero,<br />
cuân suave es el suspiro<br />
que vaga entre sus labios entreabiertosl<br />
63
15 jAdriana! [Adriana! [De tan dulces horas<br />
guardaràn el secrete<br />
tu estancia, el rayo de la Iuna, el vago<br />
ruîdo de tus besos,<br />
la noche silenciosa,<br />
20 y en mi alma el recuerdo! ...<br />
IV<br />
La noche en que al dulce beso<br />
dei arnor, sc abriô su alma,<br />
caminando lentamente<br />
Iba, en mi brazo apoyada.<br />
2S No habla luna. Las estrellas<br />
vertian su luz escasa,<br />
y sobre el cielo profundo<br />
nuestros ojos contemplaban,<br />
como una bruma ligera,<br />
30 la brillante via lâctea,<br />
........... suspir6.<br />
Con voz muy queda,<br />
-dime, le dije, ,te cansas?<br />
Alz6 la hermosa cabeza,<br />
se ilumin6 su mirada<br />
35 y murmuré: -Mira, dicen<br />
que cs grande, inmensa, la vaga<br />
bruma que brilla a 10 lejos<br />
como una niebla de plata,<br />
que la forman otros mundos<br />
40 que estân a inmensa distancia,<br />
que la luz solar invierte<br />
sigles en atravesarla,<br />
y si Dtos quisiera un dia<br />
a ti y a mi dam os alas,<br />
45 [esa distancia infinita,<br />
feltz, conttgo cruzara!<br />
Baj6 la noble cabeza,<br />
desvié la viva mirada,<br />
y dijo, paso, de nuevo:<br />
50 -me preguntabas "ête causas?"<br />
64
x<br />
tHas visto, cuando amanece,<br />
los velos con que la cscarcha<br />
los vidrios de los balcones<br />
cubre en la noche callada?<br />
85 Deja que el rayo primero<br />
de la luz de la mariana<br />
los hiera, y "cras entonces<br />
65<br />
IX<br />
Bajad a la pobrc niûa,<br />
bajadla con mano trémula,<br />
y con cuidadoso esmcro<br />
entre la fosa poncdla,<br />
55 j y arrojad sobre su tumba<br />
frics pu üados de tierra 1<br />
Aun sobre sus labios rojos<br />
la sonrisa postrtmcra,<br />
tan joveu y tan hermosa<br />
60 y dcscansa hclada, ycrta,<br />
j y esta marchito cl tC$Ot'O<br />
de su duke adolcsccnctal<br />
jBnjad a la pohre nlûa,<br />
bajadla con mano trémula<br />
65 y con cuidadoso csmero<br />
entre la fosa ponedla,<br />
iy arrojad sobre su tumba<br />
frios puüados de tierral<br />
Cavad ahorn otra fosa<br />
70 cavadla con mano trémula,<br />
de la sonrientc niüa<br />
del triste sepulcre cerca,<br />
para que lcjos deI mundo<br />
su sucûo postrero ducrrnan<br />
75 mis recuerdos de cariûo<br />
y mis mcrnorias mas ticmas.<br />
Bajadlos dcsde mi alma,<br />
bajadlos ton mano trémula<br />
IY arrojad sobre su rosa<br />
80 frios punados de ticrra l ...<br />
CA Natalia Tance A.)
Iormarse figuras vagas<br />
en la superficie fria,<br />
90 hclcchos de formas raras.<br />
Paisajes de sol y niebla<br />
EN LA MliERTE DE MI AMIGO<br />
LUIS A. VERGARA R.<br />
ALCUNA amarga lâgrima vertida<br />
al pensar en 10 bueno dei ausente<br />
coma signo de eterna despedida,<br />
y una oracién de mistica tristeza,<br />
5 aspiraciôn de la amistad doliente,<br />
forman los dones que dejar pademos<br />
cabe la fresca y cntreabierta fosa<br />
de aqucl que en el albor de su maüana<br />
supo cruzar la rota peligrosa<br />
10 con noble amor y con cristiano celo,<br />
mirar 10 inmenso de la lucha hurnana<br />
y en plenitud de vida y de esperanza<br />
decir iadi6s! a la mentira vana,<br />
iY hacia otras playas dirigir el vuelo!<br />
15 Mas consuela cl pensar que nuestra vida<br />
es istmo que separa dos océanos<br />
y que mide la mano de la suerte ...<br />
a él sobre las cunas arribamos<br />
vtniendo en ignorados oleajcs,<br />
20 y al acabar de camlnarlo vamos<br />
a proseguir interminables viajes<br />
sobre las negras sombras de la muerte;<br />
y que el oscuro velo de tristeza<br />
con el misterio inmenso de la fosa<br />
25 envuelvc de los muertos la cabeza.<br />
Esa quietud solemne en que reposa<br />
el cuerpo humano, su misi6n cumplida,<br />
y de la tumba la pesada losa<br />
que ûltima etapa son de la partida<br />
30 dei espiritu hurnano aqui en la tierra,<br />
le abren los ojos a una vida nueva .<br />
en que hallarâ 10 que el misterio encierra<br />
y en cuya vasta oscuridad sornbria<br />
vera la lUI quicn va, cu al nuestro amigo,<br />
35 que un tesoro de lUI lleva consigo.<br />
i"Sil El no manch6 la punta de las alas<br />
en el vlcio, pantano corrornpido,<br />
y ornada atm de las primeras galas<br />
en su vida fellz junt6 su alma<br />
40 la inocencia del niiio distraido,<br />
dei grave adulto la juiciosa calma<br />
67
y los suefios de dulce pocsia<br />
de que hacc cl vulgo indiferente mofa,<br />
sueüos que en conserver sc complacia<br />
4S bajo el cristal de su sonora cstrofa,<br />
y que recuerdan con sin par cariüo,<br />
con emocién purisima y sin nombre,<br />
los que te vicron -camloroso niiio<br />
[amar cailla angel y pensar camo hombre!<br />
SO Del social torbellino en el ruido<br />
su misién fue la de la dulce nota<br />
que para cl blando halage dei aida<br />
de entre las cuerdas de la lira brota,<br />
iy en el vicio infinite y extcndido<br />
55 la virtud dulce de su vida hacia<br />
la imprcsién de una râfaga de incienso<br />
entre cl discorde estruendo de una orgîa<br />
y el aire impuro, pcsnlcnte y densol<br />
Ha partido entre lâgrimas de amores<br />
60 (lue quemande al rodar por la mejilla<br />
bajaron a morir sobre esas flores.<br />
Mas de una amarga lagrima sencllla<br />
vertida por cl ser a quicn quisiera<br />
con el amor sin fin que en dia brilla,<br />
65 amor que en mcdio de su vida Fucra<br />
vaporosa colurnna ,,1 medio dia,<br />
y en las tinieblas de la noche, hoguera<br />
cual la que en el desierto conduda<br />
al través de la arcna Al pueblo hebreo,<br />
70 al pais que soüô su fantasia ...<br />
Aûn me parece que contemple y veo<br />
su constante entusiasruo por aquella<br />
que fue su aspiracién y su deseo,<br />
por la que su alma candorosa y bella<br />
75 colocar supo en la region que abarca<br />
cl alma humana al proscgulr la huella<br />
del amor sublimado de Petrarca,<br />
por la que hoy sientc inexplicable frio<br />
cuando por verle entre nosotros mira,<br />
80 y su rnirar ... [se pierde en el vaciol<br />
Que en el recuerdo del ser a quien decimos<br />
entemecidos el adiés postrero<br />
(el de su vida que pasarse vimos<br />
bajo la egïda deI deber severo)<br />
68
85 sea, en todo memento de desmavo<br />
en la senda de! bien, corne una estrella<br />
que nos alumbra con su tibio rayo:<br />
que descicnde dulcisimo de ella<br />
a Sus tristes hermanos el consuelo<br />
90 y a su madre infeliz. .. que con los ojos<br />
nublados por las làgrimas y rojos<br />
csperàndolo "er. , . [mira hacia cl cielo!<br />
Cuando cl cuerpo percee nnce el alma, . ,<br />
Mientras cl uno entre la tumba mora,<br />
95 la otra recobra su perdida calma.<br />
Hay una dulce daridad que dora<br />
con sus raves el fondo de la huesa,<br />
lumbrc de' un dia que en la muerte empieza:<br />
de! sol dei Infinite ... ésa es la aurora.<br />
LAS GOLONDHINAS<br />
EN LA ribera dei Maure<br />
cncorvado por los hierros<br />
de la prisiôn, tristemente,<br />
as! cantaba un gucrrero:<br />
5 "Os vuelvo a ver, pajarillos<br />
que dais al invierno el ala,<br />
golondrinas, portadoras<br />
de piadosas esperanzas,<br />
que vents a estos desiertos<br />
10 desde mi risueüa Francia<br />
,No os detcndréis por un instante brève<br />
para contarmc de mi hermosa patria?<br />
''c,:_Cercade donde nad,<br />
en el alar de mi choza,<br />
15 entre blando v tibio nido<br />
naclô alguna 'de vosotras?<br />
(De una madre desdichada<br />
que hacia la tumba camina,<br />
que a cada memento espera<br />
20 oir, como antes oia,<br />
cl ruido de mis pasos,<br />
y sin oirlo agoniza,<br />
de su amor, de su pena, de sus lâgrimas,<br />
no me hablais, pasajeras golondrinas?<br />
69<br />
(De P. J. Béranger)
25 "Ha tres anos os conjure<br />
a traerme algûn recuerdo<br />
de mi valle, en que soâaba<br />
con un porvenir risueüo:<br />
del arroyo transparente<br />
30 en la cncantadora orilla<br />
en donde crecen frondosas<br />
como en guirnaldas, las lilas,<br />
en un tranquilo rodeo<br />
(habéis visto mi casita?<br />
35 ,Del valle idolatrado de mi infancia<br />
no mc hablais, pasajeras golondrinas?<br />
"Decidrne, ,cas6 mi hermana?<br />
,Vistéis los alegres [évenes<br />
de nuestro pueblo, en las nupcias<br />
40 celebrarla en sus canciones?<br />
~Volvieron a nuestra aldea<br />
los que entraron en la Iiza<br />
y me siguieron valientes<br />
cuando en batalla reûida<br />
45 me Ianzaba presuroso<br />
a las Ianzas enemigas?<br />
,De los caros amigos de la infancia<br />
no me hablais, pasajeras golondrinas?<br />
"Sobre sus cuerpos tal vez<br />
50 el enemigo cobarde<br />
toma de nuevo el cami no<br />
que conducc a nuestro valle,<br />
y mientras manda cual dueüo<br />
en mi tranquila cabana<br />
55 e interrumpe el venturoso<br />
himeneo de mi hc}mana,<br />
rodeado esroy de hierros<br />
sin quien por mi vierta làgrimas.<br />
[Colcndnnas. errantes golondrinas!<br />
60 ,no me hablais de los males de la patria?"<br />
IMITACION<br />
PEQUENAS cevldades<br />
hay cn la cumbre de la inmensa roca,<br />
70<br />
(De Maurice de Guéri,,)
a cuyos pies acompasadas baten<br />
sobre la playa, las movibles olas,<br />
5 Guardan alli las grietas, entancadas<br />
de la lluvia las gotas,<br />
y a beberlas, a veces se detienen<br />
las errantes bandadas de palomas.<br />
Yo suelo par las tardes<br />
lOir a la cima a sollozar a salas.<br />
y mi Hanta se mezcla con las aguas<br />
entre las piedras toscas,<br />
[Sueltas band adas que, al morir el dia,<br />
tendeis el vuelo entre la lurnbre r6sea<br />
15 con que, al ponerse el sol en Occidcnte,<br />
Ilumina la atm6sfera:<br />
ijarnés bebàis las aguas escondidas<br />
en la gigante roca,<br />
que mis làgrimas tienen la amargura<br />
20 de las marinas ondasl<br />
ENCONTRARAS POESIA<br />
EJ\'CONTRARAS poesia,<br />
dijo entonces sonriendo<br />
en el rccinto sagrado<br />
de los cristianos temples,<br />
5 do, como el humo a la altura,<br />
sube la oracién al cielo;<br />
en 105 lugares que nunca<br />
humanos pies recorricron,<br />
en los bosques seculares<br />
10 donde se oculta el silencio,<br />
en los murrnullos sonores<br />
de lOIS ondas y deI viento,<br />
en la voz de los follajes,<br />
del amor en los recuerdos,<br />
15 de las ninas de quince anos<br />
en los blancos aposentos,<br />
en las noches estrelladas. , .<br />
jamâs ... [en los malos versos!<br />
71
REALIOAD<br />
NATORALEZA es una dondequiera,<br />
en Japon ° en Gonesa. Las distancias<br />
suprime y son 10 mismo Triptolemo<br />
y Dombasle; la toga y las enaguas.<br />
5 Lavallière con su Luis, entre la regla<br />
carroza blasonada,<br />
es tan feroz cual la chipriota Venus<br />
en el capullo de la concha blanca.<br />
jOh mis hijos! [Oh hermanos! [Oh poetas!<br />
10 Decid si existe cl hecho, la palabra.<br />
Sed espiritus puros y haced siempre,<br />
No hay nada bajo para nobles almas.<br />
En Poestum se convier te en hipo triste<br />
la risa de Stleno, a Priapo canta<br />
15 Horacio, y cruza Bottom, el grotesco,<br />
de Shakespeare por el drarna.<br />
iNo tiene la verdad limites, hijol<br />
Del gran Pan, dios bestial, la hirsuta barba<br />
v los cuernos torcidos sc columbran<br />
20 dei ideal tras de la frente pâlida.<br />
A UN PESIMISTA<br />
HAY DEMASIADA sombra en tus visiones,<br />
algo tiene de plâcido la vida;<br />
no todo en la existencia es una herida<br />
donde brote la sangre a borbotones.<br />
5 La lucha tiene sombra; y las pasiones<br />
agonizantes, la ternura huida,<br />
todo 10 amado que al pasar se olvida<br />
es fuente de angustiosas decepciones.<br />
Pero. ,por qué dudar, si aùn ofrecen,<br />
10 en el remoto porvenir oscuro,<br />
calmas hondas y vividos carifios<br />
72<br />
(De "Canciones de Calles " Bosqlles"<br />
de Victor Hugo).
la ternura profunda, el beso puro<br />
y manos de mujer, que amantes meccn<br />
las cunas sonrosadas de los nifios?<br />
VOZ DE MARCHA<br />
A ORILLAS de la senda de la vida,<br />
ya fatigado sc senté el mancebo<br />
v murmuré COn voz adolorida:<br />
. "cansada el alma llevo.<br />
5 "Inûtil es seguir, ruda la carga :<br />
de la oxistencia humana s610 brota<br />
honda tristeza, pertinaz y amarga,<br />
cual del laud la nota.<br />
"No alumbra en d futuro luz de aurora,<br />
10 en 10 mas hondo el entusiasmo ha muerto.<br />
5610 cres, esperanza soüadora,<br />
mirajc del desierto.<br />
"jAy! y el amor )' la arnistad, mentiras:<br />
como brumas vacilan las ideas,<br />
15 5610 tristeza y dcsaliento inspiras.<br />
vida. [maldita seas!"<br />
Rcnegé de virtud y de nobleza,<br />
y de pasado y porvenir maldilo,<br />
pero en cl aire, entre la sombra espesa,<br />
20 oyo una voz que dijo ;<br />
"par mas que traiga el viento tempestuoso<br />
entre Jas alas blanquecina cscarcha,<br />
oid dei siglo cl grito poderoso,<br />
oid la voz de marcha.<br />
25 ''c:Conque os cansé la rudo del camino?,<br />
(conque esta el corazén agonizante? ...<br />
Pcnsad que s6lo sois un peregrino ...<br />
y [seguid adclante!<br />
"Al doblar los recodos del sendero<br />
30 la muchedumbre, en la primera cruzada,<br />
gritaba al ver un pueblo en cl otero:<br />
- jJerusalén sagrada!<br />
73
"Cuéntas vcces, su engaïio repetido,<br />
al apagarse el entusiasmo ardiente,<br />
35 al viento poderoso dei olvido<br />
se doblegé su frente.<br />
"[Cuàntas veces volviera a su memoria<br />
de la patria el recuerdo cariüoso,<br />
huyera de ella la ambiciôn de gloria<br />
40 y deseara el reposo!<br />
"Pero una tarde, tarde vislumbrada<br />
en rnisticos ensucüos. de improviste<br />
contemplé la ciudad santificada<br />
por la pasién dei Cristo.<br />
4S "[Seguid! jSeguid! [Y si en la ruta umbrosa<br />
el paso os cierra levantado monte,<br />
subid hasta su cumbre tcnebrosa<br />
y ved el horizonte!<br />
"TaI vez el porvenir guarde en su seno,<br />
50 que hoy os parece lébrego y oscuro,<br />
de claridades misteriosas Ileno,<br />
un rayo de luz puro.<br />
'TaI como son, hirvientcs, las marinas<br />
aguas que pasman de tcmor al vcrlas,<br />
55 en cl fondo, entre conchas nacarinas,<br />
guardan pâlidas perlas.<br />
"[Marchadl [Marchad! Y al fin de la partida<br />
torne un memento a confortar cl alma<br />
el rccuerdo fcliz de una cumplida<br />
60 misién de paz y calma<br />
"Mas si os cansé 10 ru do del camino,<br />
y si esta el corazén agonizante,<br />
pen sad que solo sois un peregrino ...<br />
y [seguid adelantel<br />
6S "Pide el siglo potente y majestuoso,<br />
cuya voz conmovida el alma escucha,<br />
quien lidte sin cansancio ni reposo<br />
dei progreso en la lucha".<br />
74
Alz6 el joven los miembros agitados,<br />
70 cual los del muerto ante el poder divino,<br />
y se limpi6 los ojos enturbiados<br />
iy prosigui6 camino!<br />
El viento arriba murmuré querellas.<br />
rompi6 la luz los tenebrosos velos,<br />
75 y, temblando, brillar On las estrellas<br />
en la alto de los cielos,<br />
ESTRELLAS FIJAS<br />
CUANDO ya de la vida<br />
el alma tenga, con cl cuerpo, rota,<br />
y duerma en el sepulcre<br />
esa noche mas Iarga
los ojos aün abiertos,<br />
1 5 y la sangre, ya viscosa,<br />
pegândole los cabellos,<br />
estuvo toda la noche<br />
de aquel combate sangriento<br />
abandonado el cadâver<br />
20 dei pobre recluta muerto.<br />
(Su nombre? ., Uri oscuro nombre ...<br />
Diiunto Juan Abudelo,<br />
cuando hablan de la campaûa<br />
la nombran los compaiieros ...<br />
25 (Su madre? .. Una pobre madre,<br />
que en el ranche, al pie deI cerro,<br />
abandonada y estûpida<br />
pasa los dias încicrtos. ..<br />
(Su vida? .. , una oscura vida,<br />
30 la vida vaga de un cuerpo,<br />
que fue tranquila y sin odios<br />
hasta en el cuartel infecta,<br />
do penetrado de frio,<br />
que le calaba los huesos<br />
35 y que tiritar le hacia<br />
bajo el bayetén deshecho,<br />
conocié toda la angustia<br />
de largas noches sin suefio,<br />
v de tristes soledades,<br />
40 el pobre recluta muerto.<br />
Los soldados que seguîan<br />
en tltânicos esfuerzos,<br />
de Egipto a los arenales<br />
y de Rusia a los desiertos,<br />
45 al hombre de ojos de âguila<br />
y de caprichos de hierro,<br />
tenian tras el refiido<br />
batallar, largo y supremo,<br />
en cada voz un halage,<br />
50 en cada mandato un premio.<br />
Mas del capitân Londoüo,<br />
que fue su [efe en el Cuerpo.<br />
s610 ccnocié dos érdenes<br />
de detencién y de cepo,<br />
55 un planazo en las espaldas<br />
76
y el modo de gritar : "i[uego]",<br />
hasta la tarde en que, herido<br />
en el combate siniestro,<br />
cayo, gritando :"j Adi6s, manuSI",<br />
60 el pobre recluta muerto.<br />
LA CALAVERA<br />
EN EL derruido muro<br />
de la huerta del convento,<br />
en un agujero oscuro<br />
donde, al pasar, silba el viento,<br />
5 y, coma una dolorida<br />
queja a Jas piedras arranca,<br />
hay, en el fonda, eseondida<br />
una calavera blanca.<br />
De algûn fratle soâador<br />
IOde vida ejcmplar y bella<br />
y dedicada al Seüor,<br />
en el mundo (mica hue1la.<br />
Abre los ojos, sin fonda,<br />
como a visiones extra fias,<br />
15 Y dei vaclo en 10 hondo<br />
forjan telas las arafias.<br />
Hûmedo musgo grisoso<br />
recubre la antigua grieta,<br />
donde en supremo reposo<br />
20 descansa ignorada y quieta.<br />
Pero hasta a aquella escondida<br />
mansiôn, la brisa ligera<br />
lie va murmullos de vida<br />
y olores de primavera.<br />
25 Golondrtnas, que en sus marchas<br />
dejaron el patrie rio,<br />
huyendo de las escarchas,<br />
de las brumas y de1 frio,<br />
77
cuando la luz dei Poniente<br />
30 filtra por el hondo hueco<br />
y hace parecer viviente<br />
el crânco rigldo y seco,<br />
desde las negras ruïnas,<br />
alzan sosegado vuelo,<br />
35 Y en sus vueltas peregrinas<br />
tocan las ramas y el suelo,<br />
como buscando en el prado,<br />
ya por la tarde, sombrio.<br />
el espiritu elevado<br />
40 que habit6 el crâneo vado.<br />
A DIEGO FALLON<br />
CUANDO de tus estancias sonorosas<br />
las solemnes Imâgencs,<br />
en los lejan os siglos venideros<br />
ya no recuerde nadie:<br />
5 cuando estén olvidados para siempre<br />
tus versos adorables,<br />
y un erudite, en sus estudios lentos,<br />
dcscubra a NlU1CZ de Arce,<br />
aun hablarân, a cspiritus que sueüen,<br />
10 las selvas seculares<br />
que se Ilenan de nicblas y de sombras<br />
al caer de la tarde.<br />
Tendran vagos murmullos misteriosos<br />
el Iago y los [uncales,<br />
15 naceràn los idilios<br />
entre cl musgo, 3 la sombra de los àrboles,<br />
y seguin! forjando sus poemas<br />
Naturalcza amante,<br />
que rima en una misma estrofa lnmensa<br />
20 los leves nidos y los hondos valles,<br />
EL ALMA DE LA ROSA<br />
VOLVJ6 del rico balle. Esta dormida<br />
en el mullido lecho,<br />
y tal cs el silencio de la estancia,<br />
que no se escucha un eco.<br />
78
5 Cerca de ella -en velador tallado<br />
en cincelada copa-»<br />
esta con los diamantes de la fiesta<br />
una marchita rosa.<br />
De repente sus hojas se conmueven,<br />
10 V mientras todo calla,<br />
entre .el silcncio de la oscura noche<br />
se oye ulla voz que canta:<br />
"Tcmblorosa, cubierta de rocio,<br />
y perfumada }' fresca,<br />
15 tu mano me tomé para llevarmc<br />
a la brillante fiesta.<br />
"Y al regresar de alli s610 traias<br />
mi marchito cadévcr,<br />
{mica huella de mi leve paso<br />
20 pOt este triste valle.<br />
"[Adiés, jardin querido! jAdî(ls, hermanas!<br />
[Murmullos de los vientos!<br />
jAdiôs, tardes doradasl jAdiôs, vidal<br />
Por adora rte he muerto.<br />
25 "Sobre el tul pcrfumado deI vcstido.<br />
ccrca del nivco peche,<br />
SINFONIA COLon DE FRESAS EN LECHE<br />
jRiTMICA Reina lirica! Con vcnusinos<br />
cantes de sol r rosa, de mirra y laca<br />
y policromos cromos de tonos mil,<br />
oye los constelados versos mirrinos,<br />
5 escûchame esta historia Rubendariaea,<br />
dt" la Princesa verde y el paje Abril,<br />
rubio y sutil.<br />
Es bizantino csmalte do irisa el rayo<br />
las purpuradas gemas gue enflora junie<br />
10 si Helios recorre cl cielo de azul edén,<br />
cs Iiblial albura que CSbOZ3 mayo<br />
en una noche diàfana de plenilunlo<br />
cuando los crisodinas nieblas sc ven<br />
D tutiplén!<br />
15 En las vlridas margelles que espuma cl Cauca,<br />
-aureo pico, ala ebùrnea-s- currucuquea,<br />
de sedefias verduras bajo el dosel,<br />
de las pcrladas ondas se esfurna glauca:<br />
êCS paloma, cs estrclla 0 azul idca? ' .<br />
20 Labra cl emblcma heràldico de aureo broquel,<br />
réseo rondel .<br />
Vibran sagradas liras que cnsucüa Psiquis,<br />
SOn argcntados CiSIlCS, hadas y gnomes<br />
y edcnalcs olorcs, lirio y jazmin<br />
25 y vuelan cntelechlas y tiquismiquis<br />
de coralcs, tritoncs, memes y Ol01l10S,<br />
dei horizonte lirico nicve y carmin<br />
hasts cI confin.<br />
Liliales manas virgenes al son aplauden<br />
30 y sc cnglaucan los Iiquidos y cabrillean<br />
con medioevalcs himnos al abcdul,<br />
desdc arriba Oriôn, Venus, que Sccchis landen<br />
miran coma plipilas que cintillcan<br />
par los abismos hïimcdos de) negro tut<br />
3'5 del cielo 1:7.lI1.<br />
80<br />
A los colibries decaaentes
Tras de las cordilleras sombrias, la blanca<br />
Selene, entre las nubes de épale y tetras<br />
surge como argentifero tullpân<br />
y por entre 10 negro que se espernanca<br />
40 huyen los bizanunos de nuestras letras<br />
hacia el Babel Bizancio, do llegarân<br />
con grande afàn.<br />
jRitmica Reina lirical Con venusinos<br />
cantos de sol y rosas, de mina y laca<br />
45 Y policromos cromos de tonos mil,<br />
iestos son los caôticos versos mirrinos,<br />
ésta es la descendencia Rubendariaca,<br />
de la Princes a verde y el paje Abnl,<br />
rubio y sutill<br />
LA ULTlMA DESPEDIDA<br />
LQ Muerte:<br />
Yo SOy la luz, y sin embargo temen<br />
los hombres encontrarme.<br />
Yo soy la misterlosa soiiadora<br />
que los espacios abre.<br />
5 [Dudâlsl . .. 100d las voces<br />
que dei sepulcro salenl<br />
Los Cuerpos:<br />
Nosotros vamos de la' madre tierra<br />
a la region oscura,<br />
nosotros vamos a perdernos ora<br />
10 en la vida fecunda<br />
que en los profundos senos<br />
de la muerte murmura.<br />
Los Recuerdos:<br />
Nosotros viviremos en las almas<br />
de aquellos que os sintieron<br />
15 a su lado pasar en vuestra vida.<br />
1Aqui sobre la tierra<br />
n050tr05 mantendremos<br />
vucstra memoria fresca!<br />
81
Las Aimas:<br />
Nosotras vamos de la vida eterna<br />
20 a proseguir la ruta,<br />
nosotras vamos a tender el vuelo<br />
a regiones mas puras,<br />
[cômo es la luz de. bella<br />
tras de las vagas brumas!<br />
SUS DOS MESAS<br />
De Soltera:<br />
EN LOS tallados frascos guardados los olores<br />
de las esencias diâfanas, clignas de alguna hurl:<br />
un vaso raro y fragil do expiran unas flores;<br />
el iris de un diamante; la sangre de un rubi<br />
5 cuyas facetas tiemblan con vives resplandores<br />
entre el lujoso estuche de seda carmesi,<br />
y frente del espejo la epistola de amores<br />
que al irse para el balle dejé olvidada alli ...<br />
De Casada:<br />
Un biberon que guarda mezcladas clos terceras<br />
10 partes de leche hervida y una de agua de cal,<br />
la vela que reclama las despabiladeras<br />
desde la palrnatoria verdosa de metal;<br />
en rotulado frasco, cerca de las tijcras,<br />
doscicntos gramos de una locién medicinal:<br />
15 un libro de oracioncs, dos cucharas dulccras,<br />
un reverbere viejo y un chupo y un paüal.<br />
PASEO<br />
ESTÂN los grupos alegres<br />
al pic de las altas rocas,<br />
humo grisoso se eleva<br />
del boscaje entre las frondas<br />
5 y junto a los viejos àrboles<br />
estàn cocinando ahora.<br />
82
Vienen olores de campo<br />
de la llanura espadosa,<br />
carcajadas a los Iabios<br />
10 Y manas a las bandolas<br />
y dei bambuco resuena<br />
la mûsica melancélica<br />
y con el humo que sube<br />
van a perd erse las notas,<br />
l 5 ;alegres para cl que rie<br />
y tristes para el que Bora!<br />
Las serville tas tendidas<br />
sobre la yerba reposan<br />
del piquete carnpesino<br />
20 con los plates y las copas,<br />
rayas de franca alegria<br />
ojos y labies coloran,<br />
alcgres manos Iigeras<br />
se confunden y se tocan,<br />
25 Y las parejas se mucven<br />
dei césped sobre la alfombra,<br />
y Jas palabras sonrien<br />
y las palabras rebosan,<br />
mientras suena del bambuco<br />
30 la mûsica melancélica<br />
y con el humo que sube<br />
van a perd erse las notas,<br />
[alegrcs para el que rie<br />
y tristes para el que Bora! ...<br />
ISEl\10R! jMJRAD LAS ALMAS ... 1<br />
ISdlOR! jMIRAD las aimas, que en busca de la eterno,<br />
en el arnor humano se detuvieron locas,<br />
cruzar, como las sombras del Dante en el infierno,<br />
unidas de los brazos y unidas de las bocas!<br />
5 [Oh Padre! Perdonadlos por el martirio santo<br />
dei Salvador Divine, dei G61gota en la cumbre.<br />
Haced que se conviertan los gritos en un canto<br />
y que una luz remora su largo viaje alumbre.<br />
y dadnos fuerza [Oh Padrcl para cruzar la vida,<br />
10 para luchar de lleno por la contraria suerte,<br />
para domar, severes, la carne corromplda,<br />
[para esperar, tranquilos, las sombra de la muertel<br />
83
CONVENIO<br />
",VAS A CANTAR tristezasj, dijo la Musa;<br />
entonces yo me vuelvo para alla arriba.<br />
Descansar quiero ahora de iantas Iâgrimas,<br />
hoy he llorado tanto que estoy rendida,<br />
5 Iré contigo un rato, pero si quieres<br />
que nos vayamos solos a la campina<br />
a mirar los espacios por entre ramas<br />
y a oir gué cosas nuevas cantan las brisas.<br />
Me hablan tanto de penas y de cipreses<br />
lOque se han ido muy lejos mis alegrias,<br />
quiero coger miosotys en las riberas:<br />
si me das manposas te da ré rimas.<br />
Forjaremos estrofas cuando la tarde<br />
llene el valle de vagas melancolias;<br />
15 yo sé de varies sitios llenos de helechos<br />
y de musgos verdosos donde hay poesia:<br />
pero tu me prometes no conversarme<br />
de horrores y de dudas, de rotas liras,<br />
de tristezas sin causas y de cansancios<br />
20 y de odio a la existencia y hojas marchitas ...<br />
Si, vâmonos al campo, donde la savia,<br />
coma el poder de un beso, bulle y palpita;<br />
a buscar nidos llenos en los zarzales:<br />
jsi me das mariposas te daré rimas!"<br />
CVANDO HAGAS UNA ESTROFA ...<br />
CUANDO HAGAS una estrofa, hazla tan rara,<br />
que sirva luego al parvenir de ejemplo,<br />
con perfiles de mârmol de carrara<br />
y solideces de fronton de templo.<br />
DE LOS ROSADOS LABIOS ...<br />
DE LOS ROSADOS Iabios de herrnosas bogotanas<br />
siempre propiclo el cielo los votos escuché:<br />
hoy esos votos vagos 'no son quimeras vanas,<br />
que todas ellas quieran y miran como hermanas<br />
5 a la que de esta fiesta las haras les brindô.<br />
Como una flor de Mayo la dicha fugaz pasa...<br />
Puesto que reina ahora franca alegria aqui,<br />
84
la copa de champaüa que cl labio fresco abraza<br />
tomemos, de la duefia y el dueüo de la casa,<br />
10 por las tranquilas haras de un parvenir Ieliz,<br />
SONETOS NEGROS<br />
TIENE INSTANTES de intensas amarguras<br />
la sed de idolatrar que al hombre agita.<br />
Del supremo Seiior la faz bendita<br />
ya no rie deI cielo en las alturas.<br />
5 j Qué poco logras, Fe, cuando aseguras<br />
término a su ansiedad, que es infinita,<br />
y otra vida después, do resucita<br />
y halla, en mundo mejor, horas mas puras!<br />
Sin columna de luz, que en el desierto<br />
10 guie su paso a punto conocido,<br />
continua el cruel peregrinaje,<br />
para encontrar en el futuro incierto<br />
Jas soledades hondas deI olvido<br />
tras las fatigas deI penoso viaje.<br />
II<br />
15 (El pensarnicnto humano - No sonnas<br />
si al llegar, las noeiones verdaderas<br />
a pelvo imperceptible de Quimera<br />
reducen tu ilusién, con man os frias.<br />
Deja las peligrosas fantasias<br />
20 y busca en perfumadas primaveras<br />
todo el supremo bienestar que esperas<br />
dei Cielo que prometes 0 que ansias.<br />
1<br />
85
· •. ? ..<br />
tPOR QUÉ de los câlidos besos<br />
de las duIces idolatradas<br />
en noches jamés olvidadas<br />
nos matan los locos excesos?<br />
5 (.Son sabios los mistlcos rezos<br />
y las humildes madrugadas<br />
en celdas tan s610 adornadas<br />
con une cruz y cuatro huesos?<br />
1No, soüadores de infinite!<br />
IODe la carne el suprerno grito<br />
hondas vibraciones encierra;<br />
dejadla gozar de la vida<br />
antes de caer, corrompida.<br />
en las negruras de la tierra,<br />
NOcrURNO<br />
OH DULeE ni ria pàlida, que Coma un mont6n de oro<br />
de tu inocencia candida conservas el tesoro;<br />
a quicn los mas audaces, en locos devaneos,<br />
jarnâs se han accrcado con camales deseos:<br />
5 tu, que adivinar dejas inocencias extrarias<br />
en tus ojos velados por sedosas pestaûas,<br />
y en cuyos dulces labies -abiertos solo al rezojamas<br />
se habrà posado ni la sombra de un beso ...<br />
Dîme qucdo, en secret!'), al oido, muy paso.<br />
IO con esa \'07. que tiene suavidadcs de rasa:<br />
si entrevieras dormida a BC)Ue! con quien tù sueüas.<br />
tras las horas de balle rânjdas v risueûas.<br />
v sinrieras ~'.I~labies ;mi~br~cen tu boca<br />
;, recorrcr tu cuerpo r en su lascivia loca<br />
) 5 besar todos sus pliegues de tibio aroma llenos<br />
y las rigidas puntas rosadas de tus senes:<br />
si en los Iocos, ardicntes y profundos abrazos<br />
agonizar soriaras cie placer en sus brazos.<br />
por aqucl de quicn cres todas las alcgrias,<br />
20 .oh dulce niûa pâlida', di, ~te resistirlas?<br />
86
POESIA VIVA<br />
Es DE noche, cariüosa<br />
làmpara vierte Su lumbre<br />
y baüa en vaga luz rosa<br />
la pared y la techumbre,<br />
5 En el corredor sombrio<br />
6yese el viento silbar,<br />
pero no lIega su frio<br />
hasta el rinc6n dei bogar,<br />
do ella, amorosa y sencilla,<br />
10 en una actitud risuefia,<br />
apoyada en la mejilla<br />
la mana, medita y sueûa.<br />
y con protundo cariüo<br />
contempla la cuna leve<br />
15 en donde descansa un nina<br />
tan blanco camo la nieve.<br />
Mientras el esposo amante<br />
lee con voz agitada,<br />
a la luz tibia y brillante<br />
20 de la làmpara rosada:<br />
"En estas dias risuefios<br />
de nuestros meses queridos,<br />
sc lIena el alma de ensueüos<br />
camo los basques de nidos,<br />
25 "Vernes tras de la neblina,<br />
como al través de un cncaje;<br />
cl contorno sc adivina<br />
del verde oscuro follaje.<br />
"La sombra crepuscular<br />
30 gue creee en el horizonte<br />
envuelve el prado y el mar<br />
y las llanuras y el monte.<br />
"Mas la noche no me aterra,<br />
si rompen su oscuro velo<br />
35 sus pupilas en la tierra<br />
y los astros en el cielo.<br />
87
"[Oh! mira cémo destaca<br />
la Juna el bosque sombrio,<br />
y, temblando, se retrata<br />
40 en los crlstales dei rio.<br />
"Su Iuz los espacios puebla<br />
de visiones fugitivas,<br />
y forja en la lâctea niebla<br />
ideales perspectivas ... "<br />
4 5 Pero de pronto el poeta<br />
hace en su lectura pausa,<br />
quière buscar con inquieta<br />
vista la emocién que causa,<br />
y nota que la mujer<br />
50 de ojos negros y pie breve<br />
se ha dormido sin querer<br />
junto a la cuna de nieve.<br />
RONDA<br />
POETA, di paso<br />
los furtives besos. . .<br />
La ronda ... Los recuerdos ... La luna no vertia<br />
alli ni un solo rayo, temblabas y eras mia<br />
5 el aire estaba tibio bajo el follaje espeso.<br />
Una errante luciérnaga alumbrô nucstro beso .<br />
El contacto amoroso de tus labios de seda .<br />
La selva oscura y mistica fue la alcoba sombria<br />
el musgo, en ese sitio tiene olor de reseda<br />
10 filtro luz por las ramas cual si llegara el dia<br />
la luna entre las pâhdas nieblas aparecia<br />
Poeta, di paso<br />
los intimes besos...<br />
(De las noches mas dulces te acuerdas, todavîa?<br />
15 En seûorial alcoba, do la tapiceria<br />
amortiguaba el ruldo, con sus hilos espesos,<br />
desnuda tu en mis brazos, fueron mios tus bcsos,<br />
tu cuerpo de veinte aüos sobre la roja scda,<br />
88
tus cabellos dorades y tu melancolia<br />
20 tus carieras de virgen y tu olor de reseda ...<br />
Apenas alumbraba la Iâmpara sombria<br />
las desteüidas sedas de la taplceria<br />
Poeta, di paso<br />
el ultimo beso...<br />
25 De la tràgica noche me acuerdo todavia<br />
el ataùd hcrâldlco en el salon yada<br />
fatigado mi cuerpo por vigilias y excesos<br />
oi, como a distancia, los mon6tonos rezos,<br />
tù, mustia, yerta y rigida entre la negra seda,<br />
30 la Hama de los cirios temblaba y se movia,<br />
perfumaba la atrnésfera un olor de reseda ...<br />
un crucifijo pâlldo, los brazos extendia,<br />
y estaba helada y càrdena tu boca que fue mia.<br />
Poeta, a las sombras<br />
3 5 temblando me vuelvo<br />
NECEDAD YANQUI<br />
EN NUEVA YORK. Ccnando con William W. Breakhart,<br />
comisionista yanqui de fortuna notoria,<br />
y que, segûn los câlculos de gente respetabJe,<br />
no bajn de 350.000 dôlares<br />
le oi decir las frases siguientes, que atribuyo<br />
a embriaguez producida por quinee 0 viente copas:<br />
"~Amjgos suyos? Ensaya, Esta usted en Europa,<br />
préstaJes por servicio your francs if you are in Paris<br />
your pounds if you are in London if in Spain your onzas<br />
weIl. . . il amigo suyo es muy agradecido;<br />
usted es very pleased Entonces il es desagradado<br />
1 don't paya usted nada y no cs su arnigo ahora<br />
o bien él paga todo. . . and that's very silly<br />
yo no es su buen amigo y dice usted le roba ... "<br />
Yo he atribuido siernpre aquel discurso estûpldo<br />
a embriaguez producida por quinee 0 veinte copas.<br />
89
POEMAS ATRIBUlDOS A SILVA<br />
RIEN DU TOUT<br />
CUANDO SE murié Margarita<br />
en brazos de Armando Duval,<br />
la contemplaste, pobrecita,<br />
con una amargura mortal,<br />
5 (Qué sentiste? ,Su horrible cuita<br />
o la lucha deI Bien y el Mal?<br />
No era nada: una fiesteclta<br />
en el Teatro Municipal.<br />
y Iloraste, y te conmoviste<br />
10 Y esta bas tan pâlida y triste<br />
como pocas se ven aqui;<br />
y yo exclamé: [qué cosas rarasl ...<br />
mejor fuera que tû lloraras<br />
no por Margarita. . . por ti.<br />
VIE}O ROSAL<br />
SOY UN viejo rosal hccho rüinas<br />
cuyos gajos sedientos ... ya sin rosas.<br />
de las grandes macetas olorosas<br />
padece las nostalgies asesinas.<br />
5 Solamente Jas pardas golondrinas<br />
pâranse en su silencio, silenciosas;<br />
pues ya nunca las bellas mariposas<br />
pondran elli sus alas peregnnas.<br />
Mas, cuando un rayo azul de primavera<br />
10 su desolado cuerpo al cabo toca,<br />
rayo divine que el rosal espera,<br />
surge una flor que al colibri provoca<br />
y esa flor que es retofio. cs mi alma entera<br />
que en un verso se escapa de mi boca.
,PARA QUE QUIERES VERSOS ... ?<br />
5 Y en la rama mas vieja y mas musgosa,<br />
bajo un dose} de sombras escondido,<br />
el hogar donde el pâjaro reposa,<br />
casto y ardiente al mismo tiempo, el nido.<br />
y unas alas amantes que aresoran<br />
10 ternura inmensa en el espacio breve,<br />
briznas de paja que los cielos doran<br />
y tibios hue vos de color de nieve.<br />
y cual nota en las cuerdas musicales,<br />
como en las aimas pensarnientos santos,<br />
15 cuando llegan las luces matinales,<br />
ibatir de alas y vibrar de cantos 1<br />
y luego de la noche entre 10 umbrio,<br />
rurnores vagos, y el fulgor distante<br />
de la luna, viajera dei vacio,<br />
20 y los murmullos de la brisa errante,<br />
que a los dormidos pàjaros risueüos<br />
va diciendo con voces cariûosas :<br />
[dencansad en el mundo de los sueüos<br />
y en la calma infinlta de las cosas!<br />
93
NOTAS y VARIANTES<br />
EL LlBRO DE VERSOS<br />
AL 0100 DEL LECTOR. Primera publicaciôn en ENTL, aoo I. toma I,<br />
NQ489-29, diciembre 6 de 1903, pog. 457. No se conserva Ms.<br />
2. 1903 vaga 3. 1903 10 que impiran S. 1903, 1965 El e$plritl~<br />
5010 Crcernos necesario el acento en el adverblo (no adjetivo) para cl scntido<br />
de la estrofa. 8. 1903 calla... 9. 1903 stâo, 10. 1903 en verdad<br />
estas Il. 1903 escritas<br />
INFANCIA. Primera publieaci6n en Rf, vol. I, N9 I, junlo 18 de 1898, pâgs,<br />
14-15. Este poema, al igual que "Primera comuni6n" e "ldilio" ("Vida aldcana")<br />
?oue Iueron publlcados en la misma entrega de la RI, y al igual que "Suspiro",<br />
'Las Arpas", "Perdida' y las slguientcs "Notas perdldas" ("Es media noche ... ",<br />
"La noche C11 que el dulce bcso... " }' "iRas vis la, cllando amanece ... ", publicados<br />
por primera vez en 10 revista V, NQ 106, noviembre 8 de 1928, formaba<br />
parte de un cuadernillo manuscrite titulado hllimidades, que el poeta declic6 a<br />
doila Paca Martin de Salgar. Aparenternente los poemas contenidos en él fueron<br />
esceitos entre 1880 y 1884. El manuscrito fue copiado nuevamente por su dueüa<br />
cuando estaba ya basrante deteriorado r en 1928 cra esta copia la ûnica que se<br />
conservaba. En la primera publicacién Ileva como fecha de compostclôn el 28 de<br />
junlo de 1883. El epigrafe es de Gregorio Gutiérrez (1826-1872), pocta colombiano,<br />
autor de la Memorla sobre el cultiva deI maÎz e" Antioqula.<br />
3. 1898 carllio5as 7. 1898 llliinatense«; 32. 1898 golondrillas<br />
38. 1898 levantados.<br />
CRISALIDAS. Publicado por primera vez en PC, "01. l, pâg. 158, durante la<br />
estadia de Silva en Europa, Segûn Alberto Miram6n, este poema fue escrlto a<br />
ralz de la muerte de Inés, hermana dei poeta.<br />
3. Ms., 1886 paso 5. Ms. 1886 flores 10. Ms. Ell que en ella expiraba<br />
• 21. 1908 al mirar vi 24. Ms., lB 86 alada, 25. Ms. Illmenso,<br />
1886 encuenlra, 27. Ms. encierra 1886 ~al defar 28. Ms.<br />
que Variantes estréficas: 1886: YV. 1-18, 19-28.<br />
LOS MADEROS DE SAN JUAN. Primera publicactén en RL, vol. Ill, noviembre<br />
de 1892, pligs. 462-463, que no hemos podido cotejar . En el Indice manuscrito<br />
dei Ms. de El libro de versos lleva este tltulo, pero cl texte dei poema el de<br />
"Aserrin". El estribillo es el de un juego infantil.<br />
12. Ms. esta", 26. 1908 Los mios, y que a tiempo las formas rejleiaron<br />
32. Ms. esttin 3. 1908 con grave voz 34. Ms. infanda 36. De aquelia<br />
41. Ms. estân, pues en algûn casa indican la falta de un verso.<br />
95
25. Ms. leve 26. Ms. "Entonces 29. Ms. Se 36. Ms, ratones. 37.<br />
Ms. Le humedas 39. Ms. y mag/ca 41. Ms. Con 69. Ms.bisabue·<br />
las, 61. Fantastlcos.<br />
AL PIE DE LA ESTATUA. Este pocma fue leido por Silva el dia 5 de julio<br />
de 1895 en ccremonia realizada en la Legacién de Venezuela en Ragota. A pcsar<br />
de ello, la primera publicacién llcva coma fecha el 28 de octubre de 1895. Apareciô<br />
en ECI, vol. III, NQ 166, novlembre 15 de 1898, pàgs. 780·781. El texte<br />
manuscrito no se conserva, pero cl poema Figurn con el mismo titulo en cl indice,<br />
la cual perrnite deducir que éstc data de 1895 a 1896. Indlcamos las difcrcncias<br />
de puntuacién con 1898.<br />
3. melancolia 17. sobercl1lO 54. misteriosas, 64. "jOhl mira el bron.<br />
ce, mira, 65. repose, 69. Inllerte. 79. sepultada 83. oellita 85.<br />
ha 97. iglloto, 9T. yace, germen 108. Y iMas 131. hue·<br />
lias, 138. ace1lto, 143. Roma, 155. no c!la'ldo la Victoria 156.<br />
enamorada 158. en SIlS ondas, 159. loca, 167. tlerra; 181. de la<br />
[iebre al 182. 1898 da camo dos versos difercntes grita: "Triunjar", (escrito<br />
Grita "Triunjar'") e Y 14 tristez.a exalta 1965 da el segundo en sangria, camo<br />
si fuera parte (separada) del primcro, 'Creemos acertada esta lectura, pues de<br />
otra manera grjta: "Trlunjar", queda con s610 5 sîlabas. Intcgrado con y la<br />
tristeza exalta forma un endccasllabo. En 1898 no hay separaciôn interestrôîica.<br />
192. ver, 193. ratees, 197. de su sueno 229. Tai, que al decirlo,<br />
224. Flota erl la lur. dei $01; estroia santa! 260. IOh recuerdos 275. TaI<br />
vez pudiera leerse vuestras gloriasl 267. grandet 275. IMas 285. amlo,<br />
10, 249. 1898 Te sobraPl 1Iflestros campos evidente errata. 303. torno,<br />
308. inmortaliza 309. poeta; 315. verde! 327. pedestal<br />
JUNTOS LOS DOS. La primera publicaci6n que hcmos doeumentado en la<br />
ENTL, afio Il, toma II, NQ 673-12, junio 26 de 1904, p'g. 187. En el indice<br />
deI Ms. apnrece con este rîtulo, pero no Ileva en el texto.<br />
6. Ms., 1904 Reimos mucho, tanto, evidente errata que corrigen todas 0<br />
casl todas las ediciones, 7. Ms., 1904 Que 9. Ms., 1904 Nacen kondos<br />
slupiros de la orgEa 10. 1904 entre las capas<br />
A VECES CUANDO EN ALTA NOCHE. Primera publleaciôn en ne, vol.<br />
XVII, NQ 5, mano de 1898, pAgs. 353·354. El grupo de poemas que aparcctô<br />
en esta cntrega dei Repertorio constituve prâcticamente la primera edicién de la<br />
obra de Silva. Este peema apareee en el Indice dei Ms. coma "A veces cuando<br />
en alta noche", pero en el texto lleva cl titulo de "Nocturne". En muchas edlclones<br />
se establece, Il partir de este poema, nueva seccién del libro titulada "Nocturnos".<br />
No asi en el indice manuscrito 0 en el manuscrfto mismo.<br />
8. Ms. lugares, 11. 1898 hledras, 14. umbr,a 19. Ms., 1898. Ms.<br />
mientras 20. 1898 tendéis, las alas,<br />
NOCTURNO. POETA, DI PASO. Primera publicaciôn en RC, piig. 358. En<br />
el indice del Ms. figura camo "Poeta, di paso", pero en el texto va precedido dei<br />
titulo "Nocturne", Existe una versién dtstmta, también manuscrita pol' su auror,<br />
con el titulo de "Ronda", fechada el 22 de diciembre de 1889, que transcrlbimos<br />
en Apéndice. La presente version parece sel posterior y, desde luego, mucha<br />
mas depurada,<br />
1. Ms., 1898 Poetal 5. Ms. espeso, 10. Ms. dia 1898 dIa,<br />
12. Ms.' Poeta, 1898 Poetal 14. Ms. Ahl 1898 IAh! todavia. 15.<br />
1898 Et! severo retrete, 16. Ms., 1898 cspesos 17. 1898, 1908 Rend/da<br />
tu a mis Sl'Plicas, fueron mios tus besos 19, Ms. melancolia 20. 1898,<br />
1908 Tus frescuras de nlna ,. tu olor de reseda... 23. Ms. Poeta,<br />
1898 Poetal 27. Ms. Mi 29. Ms. Tû mustia yerta r l'dlida 30. Ms. Y<br />
NOCTURNO. UNA NOCRE. Primera publicaciôn en la LpT, afio II, N9 7,<br />
agosto de 1894, pâgs. 50·5 I, donde neva como feeha de composiciôn el afio 1892.<br />
Aigunos Investigadores han tenido difïcultades para localiaar la primera publicacién<br />
96
del "Nocturne" porque la buscaban en un peri6dico que, con el titulo de La<br />
Lectura publicaba en Cartagena par la misma época Rafael Nûfiez. En el indice<br />
manuscrito figura coma "Una nochc" pero en el texte lteva el titulo de "Nocturne".<br />
Es posible que haya habido una primera redaccién, de donde sali6 la publicactôn<br />
de 1894, y otra postertor, la dei Ms., ambas de la mana de Silva (coma en el caso<br />
deI poema anterior ), y ésta seria la razén de tantas confusiones.<br />
2. Ms. Uraa noche / toda llenQ / de perjumes, / de murmullo / y de mUsE/cas<br />
de aIas, 1894, 1908 Una noche toda llena de ml4rmullos, de perfumes y de<br />
musicas de alas, 4. 1894, 1908 hûmeda las 6. 1894, 1908 A mi lado<br />
lentamente, contra mi cenida toda, muda y paljda, 7. 1894, 1908 initnitas<br />
8. 1894, 1908 Hasta el mas secreto fonda 9. 1894, 1908 Por la senda floreeida<br />
que atraviesa la llanura 10. 1894, Caminabas. 16. Ms., 1965 proyectada<br />
1894, 1908 pToyectadas, 18. 1894, 1908 juntaban, 19-20. A<br />
continuacién de una deberia seguir UDa coma (.), y aSI en 1894: Y era una,<br />
pero preferirnos corregir 10 menes posJble en este casa el Ms., que seguramente se<br />
guia par patroncs ritmlcos mâs que puntuacionales. 21. Ms. Y 1894 Y<br />
larga 22. Ms. Y 1894, 1908 Y larga , .. 25. Ms. Sôlo 1894,<br />
1908 Solo; 27. 1894, 1908 Separado de ti mi5ma par el tiempo, por la tumba<br />
y la distancia, 28. Ms El poeta habla -escrito originalmente Y l.'0r ese espado<br />
negro Taché la y y escriblô cncima el Infinlto 30. Ms. El poet a habia<br />
escrito Por la setlda que atraviesa la lIam(Ta Tachado: palabra ileglble sobre<br />
y entre sendo y que tacha do todo el verso; afiadido al margen Solo y m'lido<br />
1894, 1908 M14do r solo 31. 1894, 1908 Por la senda caminaba ... 23. Ms.<br />
lu"a 1894, 1908 pdlida, 35. Ms., 1965 ranas, 36. Ms. Tachado<br />
hacia al comienzo dei verso y escrlto arriba Senti A continuaci6n: [ri«, era<br />
1894 Senti frfo; era 1908 Se1,It [rio. Era 39. 1894 mortuorias sabanas,<br />
40. 1894, 1908 Era el frio dei sepulcro, eta el hielo de la mueTte 42. 1894<br />
sombra, 44-45. 1965 Ibn sola, Al igual que en 19-20 preferimos respetar<br />
el Ms. 46. Ms. Iba 1894 Iba solleltaria, 47. Ms. esbeta [Sic] y<br />
â~il 1908 Y tu sombra, 48. 1894, 1908 ldnguida 51. 1894, 1908<br />
Coml? en esa noche llena de murmr411os, de perfumes y de muslca$ de iflas,<br />
53. 1894, 1908 Se acercé y marché con ella. .. IOh las sombras enlazadasl<br />
[Oh las sombras de los cuerpos se juntan con las sombras<br />
de las aimas! ...<br />
IOh las sombras de los cuerpos se juntan con las sombras<br />
de I3grimas!. ..<br />
Varlontes estr6ficas: 1894, 1908: I, \'V. 1-22; Il, vv, 23-54.<br />
LA VOZ DE LAS COSAS. Seguimos, coma primera publication, el texto de<br />
J 908 e indicarnos las diferencias de puntuaci6n.<br />
1. Ms. estroias 2. Ms. sonrels 3. Ms. deshojos 6. 1908 abris;<br />
7. ]908 j81 9. Ms., 1908 verso 14. 1908 dais;<br />
OBRA HUMANA. Primera publicncién en LLN, pâg. 387.<br />
1. Ms., 1886 Ilfiosa 4. Ms. De la pdlido luna el primer rayo. 1886 De<br />
la naciente luna el primer raya, 8. Ms. crtlzaba vI. 1886 Pasaba e11 el<br />
estlacio<br />
ARS. Primera publicaci6n en Ll.N, pâgs. 373-374.<br />
1. Ms., 1886 santo. Poned en él ta'" solo 3. Ms. j1tllj~enes 1886 bllllan<br />
brlllalltc$ 4. Ms. Como oscuro! v886 Como burbujas de oro de vieio<br />
vina oscuro. S. Ms. luc}la, 6. 1886 [rio, 7. 1886 recuerdos amorosos<br />
8. 1886 empanado: en Rotas de roda... 1908 empapados en gotas<br />
de roclo. 9. 1886 PaTa que la existenCÎa deI hombre 10. Ms. ignllta<br />
1886 Coma de esencia ig"ota, 11 Ms., 1886 entenccida 12. 1886 bdlsamo,<br />
VE]ECES. l'rimera publicacién en RC, pags. 355-356.<br />
9. Ms. telaraîia» 10. Ms., 1898 S011 1898 laud, 13. Ms. borrosa;<br />
J 898 pUlïal, bOTrosa, B3. Ms., ] 898 llena, 38. Ms., t 898 rejas,<br />
45. Ms. mcjore~, 46. Ms., ]898 Par 58. Ms. cronicas 49. Ms. colores<br />
97
RESURRECCIONES. Primera publicaciôn en LLN, pégs, 385·386.<br />
4. 1886 sombras, 5. 1886 Sobre la 6. 1886 [armas, 8. 1886 do la<br />
vjda .• A continuacién de este verso, linea de puntos entre ésta y la siguiente<br />
estrofa. 9. Ms., 1886 Noce" 10. Ms. de los cuerpos evidente errata<br />
que destruye el endecasllabo. 1886 fosas... 12. 1886 rotas.<br />
MARIPOSAS. Primera publicaci6n en la edici6n de Barcelona, 1908.<br />
4. Ms. bdllante, 10. 1908 de aIas süaves; 13. 1908 Fijas para siempre,<br />
15. Ms., 1908 Las 16. Ms., 1908 valles 24. 1908 cristalcs.<br />
NUPCIAL. Primera publicacién en Re, pàgs. 351-352.<br />
4. Ms" 1898 mlstico 4. J 898 abandcna 6. Ms., 1898 Y 9. Ms.<br />
Dias, 16. Ms. fiesta 18. Ms. orqt4esta, 20. Ms. confines 27. 1898<br />
Vibra en la mûsica<br />
Hemos seguido la distribuciôn en dos estrofas del manuserito .<br />
. . . ? .• (ESTRELLA QUE ENTRE 1.0 SOMBRIO). Primera publicacién en<br />
Re, pâg. 353.<br />
1. Ms., 1898 sombrio 3. Ms., 1898 vado J 5. Ms., 1898 ocean os,<br />
16. Ms. s;" fin, 17-18. Ms. Estrellas, 19. Ms. Par qué 1898 vivas,<br />
SERENATA. Primera publicaciôn en BTdD, serie 2', NQ 32, maya 13 de 1888.<br />
Fechado alH en febrero de 1888 y dedicado a Isabel Argéez, No sc conserva<br />
el Ms. Indieamos las notables variantes ccn respecte a la versïén mas conocida<br />
(1965, por ejernplo).<br />
I, 9 y 17. desterta, fria. 2. luna. 3. 1965 ce losfa, 4. Y las<br />
trémulas notas, 5. Vibra", cuando los âeâo«, 6. canta 7. Race qUI!<br />
vibren las cucrdas frdgiks es un endecasilabo cn rigor, en media de un poemn<br />
dodceasilaba; Hace que. suellC'1 todas las cuerdas fragiles cs, en cambio,<br />
dodecasilabo. Por clio prefcrimos la lcctura de 1888. 10. E" un espacio clara<br />
brill6 la lutla, Il. La l'OZ delle una vaga mellmcolia 12. Y resuenan las<br />
notas 13. seretlata, COli su TIlldo 14 espera 16. pardas, ] 8. Una<br />
nube borrosa cubrio la lutla ... 20. las riotas, 21. cantor, COn 1(15man()s<br />
22. barra. . . 23. Y dan coma un suspiro 24 y 9. guitarra ..•<br />
TAI.LER MODERNO. Primera publicaclén cn el PPl, vol. V, NQ 110, febrcro<br />
15 de 1887, 1'8g. 226, donde aparcce Icchado en abril [sic] de 1887. Esta dedicado<br />
a Alberto Urdaneta.<br />
7. 1887 chino Il. ]887 lu%, II/()ldllra<br />
UN POEMA. Primera publicacién en Re, pags. 360·361.<br />
2. J 898 suprema J 965 de arte ncrvioso y tllleva 4. 1898 magico,<br />
6. Ms., 1898 busccÎlIdost!, 8 Ms. aves, J 898 oves; 9. Ms. Norte<br />
12. 1898 uf,i1cs, 13. 1898 gray, 16. Ms. coqueterfa J 7. 1898 agll'<br />
da, 21. J 898 servi!. 22. Ms., 1898 sutil, 23. Ms., 1898 cicrta<br />
24. Ms., 1898 muerta, 28. Ms., 1898 acompaîia, 29. Ms., 1898 lcianias<br />
30. Ms., 1898 melatJcolias 34. Ms., 1898 terciopelo 40. Ms. Nu<br />
entùmdo! 1898 INo enticndo!<br />
MlDNIGHT DREAMS. Primera publlcacién en Re. pag. 352. En el indice de]<br />
manuscrite figura como "Mcdiancche", pero en cl texto como aqui.<br />
2. Ms. aparecido 4. Ms. mias 6. Ms. rinconcs )). 1898 cscolldl.',<br />
13. )898 dormido 15. Ms. aliombru J 898 oljombra.<br />
PAISAJF. THOPICAI.. Primera publicaciôn en Re, )Hig. 361. El Ms. esta fcdll1do<br />
en abril lie 1895.<br />
2. M~. via je 6. Ms. tupida 8. Ms. sombrio Il. J 898 segllr(),<br />
J.AZARO. Seguimos, corne primera publicaciôn, en la etlidon de 1908.<br />
1. Ms. Ven, Lâzaro! griloTe J 908 Vetl, Lazarol -gr/Iole B. Ms. oscuro<br />
el silctJciQ Evidente errata. ) O. Ms., 1908 ce1>lctltcTÏo.<br />
98
LUZ DE LUNA. Primera publicacién en RC, pâgs, 358.360.<br />
4. Ms. ventana 6. Ms. plata. 7. Ms. rodilla«. 10. Ms., 1898 aImai<br />
11. Ms. asidas. 17. Ms. 1898 suprema, 22. 1898 bana... 45. Ms.,<br />
1898 Cerca 48. 1898 Cual sones 52. Ms., 1898 s6n 55. Ms. suspira<br />
58. Ms., 1898 pdlida 62. Ms. plata.<br />
MUERTOS. Primera publicacl6n en RC, pâg. 354.<br />
2. Ms. rajas, 16. Ms. deste/Hdas 27. Ms., 1898 lllclla,<br />
1898 y<br />
TRISTE. Primera publicaci6n en RC, p~gs. 3'i4-355.<br />
5. Ms. misterio 1898 ellvueltas e" el misterio<br />
le joua,<br />
PSJCOPATIA. Primera publicaci6n en RC, pags. 362-364.<br />
7. Ms. pia, pia 10. Ms., 1898 A7:141 el cielo! Azul. . . Il. 1898 dice:<br />
12. Ms., 1898 Reidl Cantad! Amadl La vida es fiesta! 13. Ms., 1898 Es<br />
calor 16. Ms., 1898 encantamlellto, 21. Ms., 1898 vesüdo 24.<br />
Ms. E. impertérrita 37. Ms., 1898 Y 42. Ms., 1898 enternecida<br />
43. Ms., 1898 -iAqtlél senOT, papd, de 45. Ms. duermo 53. Ms., 1898<br />
hombre. .. hi;a mîa! 54. Ms. Sufre este mal, ..• pensaI' .. , 62. Ms.,<br />
1898 Bue1l 67. Ms. media 1898 media. .. 66. Ms. La profilaxia en<br />
fi". . . 1898 La profllaxia e11 fin... Antes; ahora 1965 La profila"ia<br />
en fin... Antes, ahora Antes tiene aqui valor adversative corrective (que<br />
pucde sel refcrzado par bien; como si di/'era Antes ble1l, ahora ). 69. Ms.<br />
y 110 la Cllran 71. Ms., 1898 estirnu an 77. Ms. dos les dije: 78.<br />
Ms. trabaiar, 83 Ms., 1898 av/spa!, 85. Ms. coma 90. Ms., 1898 Y<br />
92. Ms. Esta)' tan bien, doctor ... -Pues 10 celebre! 94. Ms., 1898 pOCOS<br />
102 Ms. Con<br />
Variantes cstrôficas: 1908, 1965: vv, 1-103.<br />
DON JUAN DE COVADONGA. Primera publicaci6n en ECI, vol. VII. NQ 163,<br />
sentiembre 15 de 1898.<br />
3. Ms. Hemando S. Ms. Talavera, 10. Ms. todo, 28. Ms. -Nuestro<br />
padre PriOT?.. -preglmtO 29. Ms. En oraetOti hermano [en sançrfaJ<br />
-POl' la vidal 30. Ms. Lo llamarâ vuesa mereed? .. AhOTa, 31.<br />
Ms. luego 33. Ms. 10 embarg«, -mas le ruego, 37 Ms. hom, 38. Ms.<br />
elltra_rl mundo, hasta luegol 42. Ms. arrepentido, 49. Ms. tll? .• le dijo,<br />
52. MS. claustro ... c!lando 55. Ms. retiro ... {COIIIO, 56. Ms. lltlerrump16,<br />
el Prtor, la eosa es soria? 57. Ms. fin? La do Vllorte, 58. Ms. rublos,<br />
. . . 62. Ms. Qué pasa sor alla? Si traes u" airel 68. Ms. gira,<br />
n. 1898 ilota un Tumor de besos lm el COTO, 1965 [lota "'I olor 7. Ms.<br />
dUclos,. . . 77. Ms. eonve"to ... flobl'e 81. Ms. dime, a [en sangria]<br />
Yo, sor verte 82. Ms. Juan, pOT 84. Ms. Téllez, tU 85. Ms. POl'<br />
86. Ms. Y .<br />
Variantes estrôficas: 1965: vv. 1-27; 28-29; 30·39; 40,48; 49-85; 86-90.<br />
DIA DE DI FUNTOS. Seguimos, coma primera publicacién, la de ENTL, ana<br />
II, tomo II, NQ 611-13, abrJl 24 de 1904. No se conserva Ms. Corrcgimos en<br />
algunos cases la puntuacién de 1965 y dames las principales variantes de 1904<br />
con respecte a nuestro texto.<br />
4. Por el aire, tenebrosa, 13. Las campanas plalilderas .... Debajo, nuevo<br />
verso: Qlle œs habla" a los vivas 20. la campana 26. Esta 27. Esa<br />
de nilïa ql4e 1I0ra 3. Habla de fiestas, de alegrias, 34. De citas, do place-<br />
'es de cantes y de baiœs, 36. Es una campana del siglo 39. que gime<br />
42. y es qlle con su retint!n 49. No la oigais, campanas! 110 la oigais, loh bronces1<br />
56. Contra la imposible ~Qué puede 57-58. Alld arrïba Sllena, rîtmica<br />
)' serena, 76. Del llanto conmovedor, 78. De los gritos de dolor 83.<br />
Seis meses mas tarde ... 0 diez 98. Ella, que ha marcado 99. de dolor<br />
sella da 104. Habl6 dei 107. agobla 114. esgaire 134. con que<br />
swnan<br />
99<br />
16. anos.<br />
31. Ms.,<br />
21. Ms.
Variantes estréficas : 1904: vv. 1-14; 15-27; 28-44; 45-56; 57-83; 84·115;<br />
116-137.<br />
LAS VOCES SILENCIOSAS. Primera publicaciôn en EH, junio 21 de 1893.<br />
Figura en cl indice ms., pero no se conserva el Ms. dei texto,<br />
3. 1893 crespones 9. 1893 oscuro Il. IS93 tier-ra, 15. 1908, 1965<br />
La gélida negruTQj 16. IS93 arriba 17. 1893 Llmrllldme CJltonces, voccs<br />
silenciosas 18. 1893 Hacia arribat , ., hacia arriba!<br />
Variante estrôficas: J90S, 1965: VV. 1·6; 7·11; 12-J8.<br />
GOT AS AMARGAS<br />
AVANT·PROPOS. Seguimos, como primera publicaciôn, la de la edciôn de 1908.<br />
1. 1908 [acultativos 12. Mgrimas. rs 1905 levanta<br />
EL MAL DEL SIGLO. Primera publicaci6n documcntada por nosotros en ln<br />
ediciôn de 1908. Las correcciones se refiren a este texte.<br />
Il. régimeJl; 12. baiicse, 13. mucho,<br />
LA RESPUI\STA DE LA TIERRA. Primera publicacién segurnmente en 1908.<br />
Seguimos aqui el texto de 1965, con algunas leves correccioncs que indicamos.<br />
l. sibilino 8. muda t14, 21. (Por qllé? -Mi<br />
LENTES AJENOS. Seguimos, como prtmera ediclôn, la de 1915, ya que este<br />
poema no esta Inclutdo en 1908.<br />
8. Choachl .. ·· pcquefia localiclad carnpesina cercana 0 Bogoté. Il. 19) 8.<br />
De Dilmas, La Dama de las Camelias 1965 de Dumas hijo<br />
CAPSULA. No esta inclutda en 1908. Scguimos, como primera publicaciôn,<br />
1918.<br />
10. 1918, 1965 y al Mio)' medio 0 nids 16. J918 csplbl<br />
MADRIGAL. Primera publicaci6n utilizada: 1918. No estd en 1908.<br />
3. 1918 tersos 1965 tersou 8. 1965 reina:<br />
Variantes estrôficas : 1918: 1-4; 5-8: 9-10.<br />
ENFERMEDADES DE LA NI~EZ. No esta incluido en 1905 ni en 1918. Ln<br />
primera que 10 incluyc cs ID
onachôn. 45. 1918, 1965 pcriila en 47. Los siguicntes diez versos son los<br />
suprimidos en casi todas las cdiciones: 1918, 1946, 195 1, 1953, 1963 -las<br />
tres de Aguilar-«, 1965, etc.).<br />
Variantes estr6ficas: 1965: vv. 1-14; 5-46.<br />
ZOOSPERMOS. Primera publicacién en GB, 24 de mayo de 1912, cuyo texto<br />
rcproducimo~ con las estrofas de dos grupos de tres versos alejandrinos y un<br />
heptasilabo l..J4 - 1411- 14 - 7a 14 - 14a 14 - 7a), excepte la ûltima, a la<br />
que Ialta lin alejandrino, Las demas edlctones 10 dan en verso heptasilabos integramente,<br />
Indicamos algunus correcciones y las variantes mas importantes con<br />
respecte a 1965, cuyo texte aparece con el titulo "Zospcrmos".<br />
1. Van Kerrinhen, 3. de setecientns paginas 4. 1912 rÎnones; 10.<br />
1912 Londres; 14.1912 "Oh! 17. espermatozoides: 18.1912 siernpre,<br />
1965 IMiral 19. 1912 esiuerzos, 20. 1912 hombre 2S y 33.<br />
1965 Aquél 31. 1912 y General en leie 32. 1965 espermatozoide,<br />
14.1912 noble 35.1912 thallers 1965 thallers 39. 1912 libro 48.<br />
1912 ,hola; espermatozoidesl 1965 iRo/a espermatozoides! Aqui hola tiene<br />
seguramente el valor ya un tanto antlguo de interjeccl6n con que se llama<br />
a los inferiores.<br />
FILOSOFIAS. La primera edici6n en que se incluye este poema es 1918.<br />
l. 1965 abuso 2. 1918 besos 3. 1965 ama C011 toda tu alma; gaza,<br />
Il'1450, La sigulente paréfrasls en prosa aclara tal vez el pasaje : "goza el abusa<br />
de placeres camales, de caricias y besos",<br />
5. 1918 Y 51 de la evnrtosi« te librara 11. ataxÎlt Dcsordcn, perturbacién<br />
dei sistcma nervloso 31. 1918, 1965 abSllrdo ;compral 48. 1965 $IItil.<br />
54. 1965 /Miral 57. 1965 Deia el estl4dio y los placeras 58. 1965 dcia la<br />
cstéril luc1za vana Con la
VERSOS VARLOS<br />
PRIMERA COMUNION. Probable primera publicacién en ru, vol. I, NQ I,<br />
junio 18 de 1898, pâg. 14, donde spereœ COD la fecba 8 de diciembre de 1875<br />
(seguramente la de la primera comuni6n del poeta?). Este poema formaba parte<br />
del cuadernillo lntimidades (véase nota al poema "Infancia"),<br />
14. 1898, 1908 de osc"ra vaga tinta<br />
lDILIO. Probable primera publicacién en RI (ibid), pâg, 15. No ha sido recogido<br />
en otras ediciones de las poesias u obras completas, aunque si publicado algunas<br />
veœs con el dtulo de ''Vida aldeana". Formaba parte de lntlmidades. Corregi·<br />
mos la puntuaci6n de 1898.<br />
7. enamorada 8. fol14;e 12. leche 13. letlanÙl, 16. flores,<br />
18. germina- 21. suulare$<br />
SUSPIRO. Probable primera publicad6n en V, NQ 106, noviembre 8 de 1928,<br />
donde lleva la fecha de [unio 2 de 1881, Y estâ dedicado a A. de W. Formaba<br />
parte de lntimidades. Dilerencias de puntuacién con 1928.<br />
1. dia 7. pechos; 9. IAh No: tierra<br />
LAS ARPAS. Lo mismo que el anterior, en V, donde lIeva la fecha noviembre<br />
17 de 1881. Formaba parte de Intiml(ùules. Diferenclas de puntuaci6n con 1928.<br />
3. invisibles, 8. acento«,<br />
PERDIDA. Como los anteriores, en V, pags. 538-539, donde Ucva la fecha de<br />
abri! 7 de 1883; pertenece también a Intlmidades, Dlferencias de puntuacién.<br />
1. alma 13. luego 14. trio 19. y tk llena 21. hombres,<br />
39. haras 44. sombrfo 50. perdldo 58. libertlM,<br />
LA VENTANA. En RI, vol. l, NQ 2, jullo 9 de 1898, pâg. 30, dondc lleva<br />
fecha de agosto 1 de 1883. Perteneœ a Inumidade«,<br />
2. 1898, 1908 nueve. . . 1965 nueve ... , 3. 1898 ahora. 22. 1908<br />
110ra. 38. Son curiosas las coincidencias entre este poema y "Al pie de la estatua".<br />
Su anâlisls podria deduclr concluslones interesantes sobre la rerôrlca de ésre.<br />
Véanse, por ejemplo, los versos 31, 43·44, 46-55 59. 1898, 1908 olor,<br />
75. 1898, 1908, toâo pasarâ, -ni liez.<br />
Variantes estr6ficas: 1965: 1-8; 9-29; 30-75; 76-83.<br />
CREPUSCULO. Este poema fue publicado por primera vez en Lecturas Doml.<br />
niceles (Toma III, NQ 55, Mavo 25, 1924). En su libre sobre Silva, Alberto<br />
Miramén cita la primera estrofa, a la que introduœ la variante "nieblas" en Jugal<br />
de "tinteblas", Al parecer, esta composiel6n cstaba incluida en el cuadcmi1lo Inti·<br />
mldades, Aparece fechada el 9 de Julio de 1884.<br />
NOTAS PERDIDAS. En realidad estân constituidas por una serie de pocmas,<br />
de los cuales se conservan unos pocos, Que estaban incluidos en lntimidades. Los<br />
poemas IX y XVI fueron publicados por primera vez en RI, vol. l, NQ 3, agosto<br />
4 de 1898, pli". 46. Este ultimo poema se ha publicado también como "Oratorio"<br />
u "Oracién" (vgr. 1965). Los restantes poemas fueron publicados en U, NQ 106.<br />
Reproducimos la version de estas primeras publicaciones con indicaci6n de variantes<br />
y correcciones respecto a 1898 (IX y XVI) y a 1928 (los restantes).<br />
1. noche.s-« Ducrmc 2. silencio 3. luna, 8. dedo«, 13. ws-piro,<br />
18.besos. 28. contemplaban 31. ASl en el original. Falta, seguramente,<br />
un verso portador de la asonancia, ~2. queda 33. dime, le dije, te camas!<br />
35. murmura: Mira, 36. inmensa 44. alas 47. cabez:a 48. mirada<br />
49. y dijo paso -de nuevo 50. me preguntabas "te cansas"! BI.<br />
amanece 89. (ria 98. leianas 104. escarc1la 105. sonrisa 114.<br />
marfil. 115. y de espinas coronada 119. amorosa<br />
102
EN LA MUERTE DE UN AMIGO. En RI, vol. J, ~o 3, agosto 4 de 1898,<br />
pâgs. 45·46. Fechado el 20 de noviembre de 1882. No se ha inc1uido en ninguna<br />
edici6n de poesies U obras completas. Diferencias de puntuacién:<br />
JO. cela: 13. vana 34. va Ctlal nuestro a"aigo 67. la noche hoguera<br />
73. deseo! 79. mira 82. postrero- 83. el de 84. severo<br />
87. rayo, 88. ella; 94. mora 98. empieza.<br />
LAS GOLONDRINAS. Apareci6 pur vez primera en PPI, va]. II, NO :H. diciernbre<br />
16 de 1882, pâg, 108.<br />
2. 1882 hierros, 3. 1882 triste mente 12. 190B, 1965 Q c(mtarme<br />
algo 13. 1882, 1908 naci 32. 1908, 1965 tilas 37. IB82 ",Acasa<br />
Casa mi hermanaè Preferimos la lectura de 1908, 1965, sin cacofonia. 42.<br />
1882, 1908 lita,<br />
IMITACION. Este poema Iue publicado por primera vez en PPl, ana Ill, Nil<br />
50, agosto 20 de 1883, pag. 28. Lleva )a fecha de julio de 1883.<br />
13. 1883 iSueltas bmldadas, qlle al morlr el d{a 16 IB83 atmasfera,<br />
ENCONTRARAS POESJA. Primera publicaci6n en EL, trimestre t, Nil 2,<br />
abri! 29 de 1884, pég, 14.<br />
1. poesia 2. sonriendo 14. recuerMS;<br />
REALIDAD. Primera publicacién en PPI, vol. IV, ;ulio 24 dc 1885, pâg. 370.<br />
Epigrafe : 1885 (De "CanCÎones de Calles y Basques") 1965 (De Victor Hugo).<br />
2. 1885 GO'lesa- Las 1965 Gonesa, -las 6. lB 8 5 blasonada 11.<br />
puros, 16. 1885 del S1~akespeare<br />
A UN PESIMISTA. Publicado orginalmente en LS, abri! 20 de IB86, donde<br />
aparece fechado en Brienz, en 1885. No Esta incluido en 1908 ni en 1918; en<br />
1946: "A una pesimista", Indicamos correcciones hechas a 18B6.<br />
2. algo tlePlc pldcido la vida; 5. sombra, 9. oirecen 10. oscuret<br />
VOZ DE MARCHA. Primera publicaci6n en LLN, pâgs. 375·n8. No esta en<br />
1908. Correaimos la puntuacién de esta version.<br />
c. adolorilla 5. carga; 13. iAy/ Y cl amor y la ami5tl:d 44. Cri~tol<br />
49. sena SI. lleno 56. perlas! 76. ciclos!<br />
ESTRELLAS P[JAS. Primera publicaci6n en LLN, pags. 379·3BO.<br />
4. 1886 noche, 12. 1886 tus ojos,... 1918 en la sombra.<br />
EL RECLUTA. En LLN, pâgs. 3Bl·383. Diferencias con este tcxto:<br />
3. canalia 6. 1965 por una hala rémill[!.ton.; Famosa rnarca de fusiles<br />
militares. El verso, as). s610 cuenta sictc sllabas, 22. Silva intenta reproducir<br />
la pronunclaclén popular y campesina dei interior del pals, en la que frecuentemente<br />
-f- = -h- y -b- = -g- (obuelo = agilelo), pero muy raramente<br />
-g- = -b-. 36. 1886, 1965 bayetan 50. mandata 56. Ver<br />
nota al .erso 22; aqui, cl caso muv frecnente de -f- = -h-. 1886 gri·<br />
t~.-:-Juego! 59. 18B6 grltando -/AdI6s mama!<br />
;......<br />
LA CALAVERA. Primera publicacién en LLN, pâgs. 389-390, cuya puntuaciôn<br />
modernizamos en algûn caso,<br />
7. hay en 19. reposa, 22. mansl6n la<br />
A DIEGO FALLON. Primera publicacién en LLN, pâJ:s. 391-392. No estâ incluido<br />
en 1908. En 1965, accnto errénco dei apcllido del poeta colornbiano Diego<br />
Fallon (1B34·1905).<br />
9. IB86 slle,ie1~ lB. 1886 amante<br />
EL ALMA DE LA ROSA. Alberto Miramén afirma copiar el texte de este noema<br />
de "la cartera de apuntes Que Silva regal6 a una arniga de infancia, en la que<br />
se conserva casi toda la obra poética de su primera juventud"; alli lleva la fecha<br />
103
de abril de 1887. La transcripciôn de Miramén es de poco fiar par sus multiples<br />
erratas. Aqui seguimos el texto de 1965 afiadiéndole las comillas indicadoras de<br />
parlamento y alguna Icve correcciôn que indicamos a continuaciôn:<br />
21. hermanas,<br />
A Tl. También transcribe Miramôn este poema lndicando la misma proccdcncia<br />
que en "F.I alma de la rosa". Alli Ileva, como fecha de composition mayo 7 de<br />
1887. El texte es el mismo de 1965, que transcribimos.<br />
SINFONIA COLOR DE FRESA CON LECHE. Publicado por primera vez en<br />
EH, abri! IOde J 894, donde Ileva camo fecha de composicién el 6 de marzo<br />
de 1894 y esta firmado por Benjamin Bibelot Garda. Silva 10 reconocc coma<br />
suyo en carta dei 21 de agosto de 1894 a su madre y hermans, que va homos<br />
citado en el "Estudio Preliminar" de esta edici6n. El poema no sc sucle induir<br />
en las obras 0 poesias completas. Corrcgimos la puntuaciôn dei texte de 1894.<br />
3. miel 16. Dllrco ehurnea, 17. dosel 18. do las glauca 20.<br />
broquel 22. Psiquis 23. cisnes hadas 26. mQ1'IlOS 36. sombras,<br />
37. nubes 6palo y tetras. Desconoccmos el significado de esta ûltima palabra.<br />
46. mi,rinos 47. descendellcia,<br />
LA ULTIMA DF.SPEDIDA. Publlcado por primera vez en RI, vol. I, julio 9 de<br />
1898, pâg. 30. Es la primera vez que se incluye entre las obras completas de silva.<br />
Compuesto el 5 de 0,,05to de 1885.<br />
SUS DOS MESAS. Primera publicaci6n documentada por nosotros, en Jo edicién<br />
de 1908. El poema lleva el mismo tltulo en el manuscrite.<br />
2. huri; 3. flores, 4. diamante, la sa1lgre 14. medicinal;<br />
PASEO. Publicado por primera vez en GB y reproductldo por Daniel Arias Argàez<br />
en RM, afio LXVI, 6Q 320-324, [unio 30 de 1946, pâgs, 245-246, con ligeras<br />
variantes. Es la primera vez que sc incluye entre las obras completas.<br />
32. 1912 notas<br />
iSE~OR! jMIRAD tAS ALMAS QUE EN BUSCA DE LO ETER:"IO. F.ste<br />
poerna fue dada a conocer par Daniel Arias Argéez y publicado por primera vez,<br />
como "Pasco", "Convenio". "Cuando hagas una estrofa ... " y "De los rasades lobins<br />
de hermosas bogotanas ... ", en RM, pdg. 252. Es la primera vez que todos elles<br />
se incluyen entre las obras completas.<br />
2. 1946 las aImas que en bllsca<br />
CON VENlO. Véase nota al poema anterior. Scgûn Arias Argaez este pocrna, la<br />
mismo que "Paseo", pertenece a la primera época de Silva.<br />
1. 1946 ~Vas a cantar tristezas? dijo la MIHa, 8. El sentido de estos versos<br />
puede aclararse, a nuestro juicio, si se supnne cn 5 el adverbio s610 (solo si quie·<br />
res ... ) 24. 1946 rimas!<br />
CUANDO HAGAS UNA ESTROFA, HAZLA TAN RARA. Véase la nota a<br />
"jSe~ior! jMirad las almas ... ", Segun Arias Argâez, pertenece a la misma época<br />
de "Ars".<br />
DE LOS ROSADOS LABIOS DE HERMOSAS BOGOTANAS. Véase también<br />
la nota a "ISenor' Mirad las aimas ..• '', Segûn Arias Argâez, ésta fue la ûnica<br />
improvisacién que Silva hizo en su vida.<br />
SONETOS NEGROS. Al parecer, la primera publicaci6n es la de la edici6n de<br />
1951. Camo se ve, al segundo sonero le faltan dos tercetos. Las ediciones de<br />
1951, 1953 Y 1965, entre otras, los colocan al final de Versos varias, dando la<br />
impresiôn (que no sabemos si sera justificada) de que son los ûltimos poernas que<br />
escribiô Silva.<br />
6. 1951 infinifa 21. 1951 bienestar,<br />
104
· •• ? •. ((Por qué de los calidos besCJs... ). Probable primera publicaciôn<br />
en la edicién de 1908.<br />
1. 1908 besos,<br />
NOCTURNO (jOh dulce mna palida!). Probable primera publicacién en la<br />
edicién de 1908, donde aparece entre los "Nocturnes" como "Nocturno" IV. Se<br />
ha considerado rambién coma una "gota amarga", pero a falta de mayor confirmaciôn,<br />
preferimos dejarlo entre los Versos varios.<br />
3. 1908 devaneos 20. Este verso ha sido materia de polérnica. 1946, 1951,<br />
1965 joh dulee nina palida!, di, ~te despCTtarias? Reproducimos la lectura<br />
de 1908.<br />
POESJA VIVA. Probable primera puhlicaciôn, 1951.<br />
12. 1951, 1965 hl mano medita 53. En la Revîsla de América, Paris, vol.<br />
I, encre de 1914, pâg. 14, sc dieron a conocer tres estrofas que, se dice, Ialtan a<br />
este poerna al final:<br />
A sus sentidos calmados<br />
hablan con voces mciertas<br />
aqucllos oios cerrados,<br />
aquellas alrnas abiertas,<br />
Siente el poder misterioso<br />
que en la escena muda nacc,<br />
en el labio tembloroso<br />
muere, sin salir, la frase.<br />
y prestamlo oido ni tema<br />
de una interior armonts,<br />
deja caer el poema<br />
sobre la alfombra sombria.<br />
RONDA. Esta version de "Poeta, di paso" fue dada a conocer por la rcvista V,<br />
N9 106, noviembre 8 de 1928, aunque la ediclôn faesimilar no aparecié haste<br />
la publlcaei6n de la Librcria Horizonte. 1965 incluye el facsimll. Transcrjbimos el<br />
Ms. sin modificar la puntuacién, y damos en nota 1
l'üE/IIAS ATRIDVlDOS A SlLVA<br />
RIEN DU TOUT. Publicado por primera vez en ECI, toma XVIII, 1909, pâg.<br />
534, donde se seûala que el poema pertenece a Cotas amargm. No parece haber<br />
cvldencia contundentc para rechazarlo 0 aceptarlo como auténtico.<br />
VIEJO ROSAL. Publicado por primera vez en P, afio I, vol. II, NQ 35, mayo<br />
28 de 1925, donde fue cncontrado par Donald McGrady. No hay mayor evidencia<br />
documcntal para confirmar 0 negar su autcnticidad.<br />
PARA QUE QUiERES VERSOS. Segùn Roberto Liévano, quien incluyé estos<br />
versos en su articule sobre Silva en la RCh, julio de ) 922, pag. 296, este poema<br />
pertcncce al cuaderniJlo Intimidades.<br />
4. 1922 meior en 7. 1922 versos jVayan<br />
ARMONIAS. Este poema aparece publicado en la antologia que realizO Eduardo<br />
Santos Molano para el Instituto Colombiano de Cultura, d'onde lleva la fecha de<br />
Noviembre 27 de 1882 y la siguiente nota dei antélogo: "Reproducido del autôgrafo<br />
original par la Rcvista Pan, que dirigia Enrique Urlbe White, edici6n de<br />
ngosto de 1938".<br />
NIDOS. Este poema fue recogido por Donal McGrady, el cual afirma : "Tante<br />
par el contenido, como por la forma, "Nidos" parece ser de la pluma de Silva".<br />
106
PROSA
DE SOBREMESA<br />
RECOGIDA por la pantalla de gasa y encajes, la claridad tibia de la<br />
làmpara cala en circule sobre el terciopelo carmes! de la carpeta, y al<br />
iluminar de Ileno tres tazas de China, doradas en el fondo por un reste<br />
de café espeso, y un frasco de cristal tallado, lleno de licor transparente<br />
entre el cual brilIaban particulas de oro, dejaba ahogado en una penumbra<br />
de sombr.ia purpura, producida por el tono de la alfombra, los tapices<br />
y las colgaduras, el resto de la estancia silenciosa.<br />
En el fondo de ella, atenuada por dimînutas pantallas de rojiza gasa,<br />
luchaba con la semioscuridad eireunvecina la luz de las bujias del piano,<br />
en euyo teclado abierto oponia su blancura brillante el marfil al negro<br />
mate dei ébano.<br />
Sobre 10 rojo de la pared, cubierta con opaeo tapiz de lana, briIlaban<br />
las cinceladuras de los puûos y cl accro terse de las hojas de dos espadas<br />
cruzadas en panoplia sobre una rodela, y destacàndose de} fondo oscuro<br />
dei lienzo, limitado por el oro de un marco Florentino, sonreia con<br />
expresiôn bonachona la cabeza de un burgornaestre flamenco, copiada<br />
de Rembrandt.<br />
El humo de dos cigarrillos, cuyas puntas de fuego ardian en la<br />
penumbra, ondeaba en sutiles cspirales azulosas en el circule de luz<br />
de la làmpera y el olor enervante y dulce del tabaco opiado de Oriente,<br />
se fundia con el del cuero de Rusia en que estaba forrado el mobiliario.<br />
Una mana de hombre se avanzé sobre el terciopelo de la carpeta, froté<br />
una cerilla y encendiô las seis bujias puestas en pesado candelabre de<br />
bronco cercano a la làmpara. Con cl aumento de luz fue visible el<br />
grupo que guardaba silencio : el fino perfil arabe de José Fernândez,<br />
realzado por la palidez mate de la tez y la negrura rizosa de los cabellos<br />
y de la barba; la contcxtura hcrcûlea y la fisonomla plâcida de Juan<br />
Ravira, tan atrayente por cl contraste que cn ella forman los ojazos<br />
de expresién infantil y las canas del espeso bigote sobre 10 moreno del<br />
109
cutis atezado por el sol; la cara enjuta y grave de Oscar Sâenz, que<br />
con la cabeza hundida en los cojines dei divan turco y el cuerpo tendido<br />
sobre él, se retorcia la puntiaguda barbilla rubia y parecia perdido<br />
en una medltacién interminable.<br />
-jBonita sobremesa! Hace media hora que estamos callados como<br />
tres muertos. Esta medialuz que te gusta a ti, Fernândez, ayuda al<br />
silencio y es un narcético -prorrumpi6 Juan Revira, escogiendo un<br />
cigarro en la caja de habanos abierta sobre la mesa, al pie del frasco<br />
de aguardiente de Dantzing. .. - Bonita sobremesa para una comilona<br />
rociada con ese borgofia. jSi ya me sentia con principios de congesti6n!<br />
- y comenzé a pasearse a grandes pasos por el cuarto, con la mano<br />
derecha metida en el bolsillo del chaleco, y arrancéndole al puro las<br />
primeras bocanadas de humo.<br />
-
vivo y comprenderâs mi silencio cuando estoy aqui. Por eso me callo,<br />
y por otras cosas también ...<br />
-~Cuà.les son esas cosas? -inquiri6 Fernândez,<br />
-Son tus aventuras amorosas, que todos te envidiamos en secrete<br />
-insinuo Rovira con aire paternal- y que por el lado antihigiénico<br />
preocupan a este don Pedro Recio Tirteafuera.<br />
-No, 10 demàs es que he comprendido la inutilidad de suplicarte<br />
para que vuelvas al trabajo literano y te consagres a una obra digna<br />
de tus fuerzas y que cada vez que estoy aqui; prefiero no hablar para<br />
no repetirtc que es un crimen disponer de los elementos de que dispones,<br />
y dejar que pasen los dias, las sernanas, los anos cnteros sin escribir<br />
una linea!
le habias arrebatado la noche anterior en el balle de Santamaria al<br />
mas aristocrâtico de tus flirts; tu libro de cheques contra el Banco Angloamericano,<br />
y prcsidia esa junta heter6clita el idole quichua que sacaste<br />
deI fondo de un adoratorio en tu ùltima excursion y una estatucta<br />
griega de màrmol blanco.<br />
Tu, sentado enfrente dei escritorio, azotado ya por la ducha fria y<br />
excitado por tres tazas de té, comcnzabas el dia. Ya hablas escrito una<br />
estrofa musical y pervers a destinada probablemente a una de tus victimas;<br />
segûn me dijiste, ya hablas girado tres cheques para atender los<br />
pages de la semana, Ilamado al teléfono para darle érdenes al arquitecto<br />
de Villa Helena, comenzando en el laboratorio un ensayo dei minerai<br />
de Rio Moro; ya hablas leido diez paginas de una monografia sobre<br />
la raza azteca, y mientras ensillaban al mas fogoso de los caballos, te<br />
entretenias en estudiar el piano de una batalla. [Dios mio, si hay un<br />
hombre capaz de coordinar todo eso, ese hombre, aplicado a una sola<br />
cosa, sera una enormidadl Pero no, cso esta fuera de 10 humano ...<br />
Te dispersarâs mûtilmente. No sélo te dispcrsarâs, sino que esos diez<br />
caminos que quières seguir al tiempo, sc te juntarân, si los sigues, en<br />
uno solo. .<br />
-,Qué lleva al Asilo de Locos? -preguntô Pernândez, sonriéndose<br />
con una sonrisa de desdén... iNo 10 Creas. .. Yo crei eso en un<br />
tiempo. Hoy no 10 creo.<br />
-Bien, suponte que no sea asi -continu6 Sâenz imperturbable-.<br />
Da par sentado que tu organizaciôn de hierro resista las pruebas a que<br />
la sometes, y dime, ~tu SI crees de buena fe que aunque vivas cien<br />
aüos alcanzarâs a satisfacer los millones de curlosidades que levantas<br />
dentro de ti a cada instante, para lanzarlas por cl munda como una<br />
jauria de perros hambrientos a caza de impresiones nuevas?.. ë.Y<br />
para seguir en esas locuras echas a un lado la mejor de ti misrno, lu<br />
vocacién intima, tu alma de poeta? .. ,Cuantos versos has escriLo en<br />
este Mio?<br />
- Versos. .. ni uno solo ... ; pensé escribir un poema que tal vez<br />
habria sido superior a los otros; no la cornencé, probablemente no 10<br />
cornenzaré nunca. .. no volveré a escribir un solo verso. .. Yo no soy<br />
poet a .••<br />
Una exclamacién de los dos amigos le impidié continuar la frase,<br />
-No, no soy poeta -dijo con aire de conviccién profunda ... -<br />
Eso es HdkuJo, [Poeta yo! Llamarrne a mi con el mismo nombre con<br />
que los hombres han llamado a Esquilo, a Homero, al Dante, a Shakespeare,<br />
a Shelley. .. [Qué profanaci6n y qué error! Lo que me hlzo<br />
escribir mis versos fue que la Iectura de los grandes poetas me produjo<br />
ernociones tan profundas camo son todas las m'as; que csas emociones<br />
subsistieron par largo tlempo en mi espiritu y se impregnaron de mi<br />
sensibiltdad y se convirtieron en estrofas. Uno no hace versos, los versos<br />
112
se haccn dentro de uno y salen. El que menes ilusiones puede formarse<br />
respecte del valor artistico de mi obra soy yo mismo que conozco el secrete<br />
de su origcn . .. ,Quieres saberlo? Vivi unos meses Con la imaginacién<br />
en la Grccla de Pericles, senti la belleza noble y sana del arte<br />
heleno COntodo el entusiasmo de los veinte alios y bajo esas imp.resiones<br />
escnbl los "Poemas Paganos", de un lluvioso otoüo pasado en el campo<br />
lcyeudo a Leopardi y a Antero de Quental, salio Ia serie de sonetos que<br />
Ilamé después "Las Aimas Muertas"; en Ios "Vias Diàfanos' cualquier<br />
Icctor Imeugente adivina la intiucncia de los mlSUCOS espanoles dei sig10<br />
XVI, Y mi obra maestra, los tales "I'oernas de la Carne", que forman<br />
parte de los "Cantes de! mas allâ", que me han valido la adrmracién de<br />
los crincos de tees al cuarto, y cuarro 0 seis imitadores grotescos, ,qué<br />
otra cosa son sino una tentauva mediocre para decir en nuestro idioma<br />
las sensaciones enfermizas y los senumientos comphcados que en rormas<br />
perfectas expresaron en los suyos Baudelaire y Hosseu, Verlaine y Swmburner<br />
. .. No, Dios mio, yo no say poeta... Sonaba antes y sueuo<br />
todavia a veces en adueûarrne de la tonna, en Iorjar estrotas que sugieran<br />
mil cosas oscuras que siento bullir dentro de mi mismo y que<br />
quizàs valdria la pene de decidas, pero no puedo consagrarne a eso •..<br />
-M oirte comprendo por qué dite Màximo Pérez que cl critico en<br />
ti mata al poera ... , que tus facultadcs analiticas son superlores a tus<br />
fuerzas creadoras -dijo Sâenz,<br />
-.L'uede sel'; say quien menos puede decirlo -continu6 Fernàndez<br />
... - Poeta, puede ser, ese tiquete tue el que me toc6 en la clasi<br />
Ilcacién. Para el pûblico hay que ser algo. El vulgo les pone nombres<br />
a las cosas para poderlas decir y pega tiquetés a los Individuos para<br />
podedos dasificar. Después el hombre cambia de alma pero le queda<br />
el r6tulo. Pubhqué un tomo dt: males versos a los veinte allos y se<br />
vendi6 mucho; otro de versos regulares a los veintiocho y no se vendiô<br />
nada. Me llamaron Poeta desde el primero, después del segundo no he<br />
vuelto a escribir ni una linea y he hecho nueve oficios diferentes, y<br />
a pesar de eso llevo todavia el tiquete pegado, coma un envase que al<br />
estrenarlo en la farmacia contuvo mirra, y que mâs tarde, lleno por dentro<br />
de cantâridas, de llnaza 0 de opio ostenta par fuera el nombre de<br />
la balsarnica goma. [Poetal ,Pero no, oye, no son mis Facultades anallticas,<br />
que Pérez exagera, la raz6n intima de la esterilidad que me eehas en cara:<br />
tu sabes muy bien cual cs: es que camo me fascina y me atrae la poesia,<br />
asi me atrae y me fascina todo, irresistiblernente: todas las artes, todas<br />
las ciencias, la polittca, la especulacién, el lujo, los placeres, el misticismo,<br />
el amor, la guerra, todas las formas de la actividad hurnana, todas<br />
las formas de la vida, la misma vida material, las mismas sensaciones<br />
que par una exigencia de mis sentidos, necesito de dia en dia mas<br />
intensas y mas delicadas. .. ,Qué quieres, con todas esas ambiciones<br />
113
puede lino ponerse a cincelar sonetos? En esas condiciones no manda<br />
uno en sus nervi os ...<br />
- y mucha menas cuando usa coma tu un disfraz de perfecta correcciôn<br />
mundana, se alsla camo vives aislado entre los tesoros de arte y las<br />
comodidades fastuosas de una casa coma ésta y s610 trata con una docena<br />
de chiflados coma somos tus amigos, excepcién hecha de Ravira,<br />
los mas a propésito para aislarte de la vida real ...<br />
-,La vida real? .. Pero (.qué es la vida real, dime, la vida burguesa<br />
sin emociones y sin curiosidades? .. Cierto que 5610 existen para<br />
mi diez amigos intimas que me entienden y a quienes enticndo y algunos<br />
muertos en cuya intimtdad vivo. .. Las demàs son amistades epidérmicas,<br />
par decirlo asi; en cuanto a mi vida de hoy, tu sabes bien que, aunque<br />
distinta en la forma de la que he llevado en otras épocas, su arganizacién<br />
obedece en el fonda a la que ha constituido siempre mi aspiraci6n<br />
mas secreta, mi pasi6n mas honda: el deseo de sentir la vida, de<br />
saber la vida, de poseerla, no coma se posee a una mujer de quien nos<br />
hacen dueüos unos instantes de desfallecimiento suyo y de audacia<br />
nuestra, sino coma a una mujer adorada, que convencida de nuestro<br />
amor se nos confia y nos entrega sus màs delictosos secretas. ,Tu crees<br />
que yo me acostumbro a vivir? . . No, cada dia tlene para mi un sabor<br />
mâs extraüo y me sorprende mas el milagro eterno que es el Universo.<br />
La vida.
cncerrado en iglesias y museos 0 soüando por horas enteras en amorosas<br />
contcmplaclén ante las obras de mis artistas predilectos como el Sodoma<br />
y el Vinci, todo eso son cinco caminos emprendidos con loco entusiasmo,<br />
recorridos con frenesi, y abandonados por temor de que me sorprendiera<br />
la muerte en alguno de ellos antes de transitar por otros, por<br />
estas otros nuevos que trato de recorrer ahora y por los cuales dices<br />
tu que voy gastando inûtllmente mis fuerzas ... jAh, vivir la vidal emborracharse<br />
de ella, mezclar todas sus palpitaciones COn las palpitaciones<br />
de nuestro corazôn antes de que él se convierta en ceniza helada; sentirla<br />
en todas sus formas, en la griterla dei meeth,g donde el alma confusa<br />
del populacho sc agita y se desborda; en el perfume acre de la flor<br />
extrafia que se abre, fantâsticamente abigarrada, entre la atmésfera tibia<br />
de! invernâculo; en el sonido gutural de las palabras que, hechas candon,<br />
acompaâan hace siglos la mùsica de las guzlas arabes; en la convulsion<br />
divina que enfria las bocas de las mujeres al agonizar de voluptuosidad;<br />
en la fiebre que emana del suelo de la selva donde se ocultan<br />
los ùltimos restes de la tribu salvaje . .. Dîme, Sâenz, {son todas esas<br />
experiencias opuestas y las visiones encontradas dei Universo que roe<br />
procuran, todo eso es 10 que quières que deje para ponerme a escribir<br />
redondillas y a cincelar sonetos?<br />
-No -contest6 el otto sin desconcertarse-. Yo no te he dicho<br />
nunca que no pienses, sino que no abuses. Alegas tu que 10 que yo<br />
llamo abuse es para ti la estrictamente necesario y te ries de mis sermones.<br />
Es claro que si el fin de todos tus esfuerzos me pareciera a tu altura,<br />
te aplaudtria, pero tu 10 que quières es gozar yeso es Jo que persigues<br />
en tus estudios, en tus empresas, en tus amorcs, en tus odlos. No son<br />
tus complicaciones intelectuales las que no te dejan escribir, ni tampoco<br />
son tus grandes facultades critlcas que requerinan que produjeras obras<br />
maestras para quedar satisfechas, no, no es eso, son las exigencias de<br />
tus senti dos exacerbados y la urgencia de satisfacerlas que te domina'.<br />
Mira, si en mis manas estuviera, te quitaria cosa a casa todo la que te impide<br />
escribir y hacer glorioso tu nombre. ,Quieres saber qué es 10 que no<br />
te deja escribie? Ellujo enervante, el confort refinado de esta casa con sus<br />
enormes jardines Ilenos de flores y poblados de estatuas, su parque centenario,<br />
su mvernâculo donde crecen, como en la atm6sfera envenenada<br />
de los bosques natives, las mas singulares especies de la flora tropical<br />
,Sabes qué es? No son tanto las tapicerias que se destiüen en el vestibulo,<br />
ni los salones suntuosos, ni los bronees, los mârmoles y los cuadros<br />
de la galeria, ni el gabinete dei extremo oriente con sus sederlas chillonas<br />
y sus chirimbolos extravagantes, ni las coleciones de armas y de<br />
porcelanas, ni muche menes tu biblioteca, ni las aguafuertes y dibujos<br />
que te encierras a ver por semanas enteras. No, es 10 otro. La que estirnula<br />
el cuerpo, las armas, los ejercicios violentos, tus cacerlas salvajes<br />
con los Merizalde y los Monteverde; tus negocies complicados; el sal6n<br />
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de hidrotcrapia, la alcoba y el tocador dignes de una cortesana. Son los<br />
vicios nuevos que dices que estas inventando; esas joyas en cuya contemplaciôn<br />
te pasas Jas horas fascinado por su brillo, como se fascinaria<br />
una histérica; cl té dcspachado directamentc de Canton; el café escogido<br />
grano por grane que te manda Rovira; cl tabaco de Oriente y los cigarros<br />
de Vuelta Abajo; el kummel ruso y el krishabaar; sueco; todos los deta<br />
Iles de la vida elegante que llevas, y todas esas gollerias que han reemplazado<br />
en ti al poeta por un gozador que a fuerza de gozar corre al agotamiento<br />
... [Hombre, cuando estando sano como una manzana y fucrte<br />
como un carretero has dado en tomar ténicos de los que se les dan a<br />
los paraliticos yeso s610 para sentirtc mas lleno de vida de 10 que estas!<br />
Mira, si en mis manos estuviera te quitaria todos los refinamientos y las<br />
suntuosidades de que te rodeas, te debilitaria un poco para tranquilizarte,<br />
te pondria a vivir en un pueblccillo, en un ambiente pobre y tranquilo<br />
don de conversaras con gente dei campo y no vicras mas cuadros que<br />
las imâgenes de la iglesia, ni consiguieras mas libros que el Ano Cristiano,<br />
prestado por cl cura. Si' en mis manos estuviera te salvaria de ti<br />
mismo. A los seis meses de vivir en ese ambiente serias otro hombre y<br />
te pondrias a cscribir algûn poema de los que debes escribir, de los que<br />
es tu deber escribir.<br />
-
allo de Villa Helena, me pareciô air dentro de mi mismo estrofas<br />
que estaban hechas y que aJeteaban buscando salida. Los versos se hacen<br />
dentro de uno, une no los hace, los escribe apenas ... (_tu no sabes eso,<br />
Rovira?<br />
-No, iqué sé yo de esas cosas! -contest6 el interpclado-. Los<br />
tuyos me gus tan )' son buenos de seguro, porque un hombre de gusto<br />
que tiene caballos coma la pareja de moros de tu victoria y el arabe en<br />
que montas, y una casa coma esta y tanto cuadro y tantas estatuas y<br />
cigarros de esta calidad -dijo mostrando la larga ceniza deI puro cast<br />
negro que se estaba fumando=--, [pues es clarisirno que no puede hacer<br />
males versos!<br />
-,Par qué no escribes un poema, José? -insisti6 Sâenz.<br />
~ Porque no 10 entenderian, tal vez, camo no entcndieron los "Cantos<br />
del mas alla" -dijo el poeta con dejadez-. èYa no recuerdas el<br />
articulo de Andrés Ramirez en que me Ilamé asqueroso porn6grafo y<br />
dijo que mis versos eran una rnezcla de agua bendita y de cantéridas?<br />
Pues esa suerte correria cl poema que escribiera. Es que yo no quiero<br />
decu sino sugerir y para que que la gestion se produzca es precisa que<br />
el lector sea un artista. En imaginaciones desprovistas de faculrades de<br />
ese orden (
cadente? no ... , (simbolista? No ... ,prerrafaelita? Eso cs, prerrafaelita,<br />
que tienes en la galeria y que no logro entender por mas que 10 miro<br />
cada vez que paso por ahi , .. ,Sabes de qué te hablo? ..<br />
-S1, sé de qué me hablas -contesté Pernândez Ievantândose al oir<br />
ruidos de voces y de pasos en el cuarto vecino ...<br />
El portier pesade de tela roja de Oriente, bordado de oro que cierra<br />
la entrada de la derecha, se abrié dândoles paso a Luis Cordovez y a<br />
Mâximo Pérez.<br />
-Buenas noches: te traigo a este hombre para que 10 distraigas -dîjo<br />
Cordovez, tendiéndole la mana a Feméndez-c-. Juan, Oscar =-saludando<br />
familiarmente a ]05 amigos con quienes hablaba Pérez->, y vengo yo<br />
a desinfectarme de todas las vulgaridades oîdas en estas dos horas ...<br />
Dame uns copa de jerez del mas seco, y siéntase tu aqui, afiadi6 mostrando<br />
un sillon cercano al suyo; necesito oir buenos versos para desin<br />
Iectarme el alma. .. ,Si tu supieras de donde venge! ...<br />
-Pues no me parece imposible adivinarlo: de una comida en que<br />
has estado cerca de una rubia. .. el vestido 10 cuenta ... ; irreprochable!<br />
. " -afiadi6 Fernândez fijandose en la gardenia fresca que Ilcvaba<br />
Cordovez en el ojal del frac y en las gruesas perlas que le abotonaban<br />
la pechera.<br />
- Ya 10 ves; te equivocastel Los poetas andan siempre sofiando cosas<br />
deliciosas. Nada hombre, de una comida dada por Ram6n Rey a Daniel<br />
Avellaneda, en que se hablé de poHtica, al comenzar, y de religi6n y de<br />
mujeres, al concluir. Cuando te digo que necesito que me leas versos<br />
de Nuncz de Arce para desinfcctarme. No, no son versos -aftadi6 dirlgiéndole<br />
a Femândez una mirada en que se adivinaba su amor casi<br />
fraternal y su entusiasmo fanârico l'or el poeta . .. -
mal disimulada por el vestido de cheviot clare que traia puesto, en las<br />
Iineas deI cuerpo tendido sobre el divan vecino, en uDa postura de enferrnizo<br />
cansancio.<br />
-,Tû no sigues bien, eh? .. ,aumentan los dolores? .. le pregunt6<br />
Sâenz clavândole 10$ ojos inquisitlvos ...<br />
-Siguen los dolores atroces, a pesar de los bromures y de la morfina.<br />
.. Esta noche me senti a tan mal que me retiraba ya del Club<br />
cuando encontré a Cordovez v me hizo el bien de traerme . . . No saben<br />
tus colegas qué es 10 que tengo ... Fernéndez, dime è.tampoco pudieron<br />
hacer diagnéstico precisa de una enfermedad que sufriste en Paris, de<br />
una enfennedad nerviosa de que me ha hablado Mannoni ... ? Dîme,<br />
(tû la describiste en a1gunas paginas de tu diario? .. Si nos las leyeras<br />
esta noche. . . Creo que 5610la Iectura de aigo inédito y que me interesara<br />
muche, alcanzaria a disipar un poco mis ideas negras.<br />
- Yo le habla instado antes a José para que nos Ieyera algo relacionado<br />
con el nombre de la qulnta, con Villa Helena -dijo Ravira<br />
malhumorado y como temeroso de no lograr su empeiio-; ahora tû y<br />
Cordovez vienen cada cual con su Idea, y va a resultar que José no nos<br />
lee nada al fin. Fernândez, ,qué dices?<br />
- Tû querrias Ieer la ûltima novela de Pereda ,no, Cordovez? -dijo<br />
el escrltor distraido-, recuérdame darte el torne.<br />
-No; te habla suplicado que nos Jeyeras unas notas escritas en Sulza,<br />
pero resuIta que Ravira desea conocer unas paginas que, segûn dice,<br />
tienen relacién con Villa Helena; Pérez, orras que dizque describen una<br />
enfermedad que sufriste en Paris y el doctor Sâenz no opina, esta eallado<br />
como un mudo desde que enrramos . .. [Habla Sâenz!<br />
-Fernandez no me oye nunca cuando le hablo. Hace cuatro anos le<br />
vengo diciendo que escriba y no me oye, José, ,no tien es tu un cuento<br />
o casa asl, que pasa en Paris, una noche de aüo nuevo? -insinu6 el<br />
rnédtco .... - (Par qué no nos Jo tees?<br />
-Toda eso es Ena. .. -dijo el escritor, camo perdido en un ensueiio-;<br />
esta rnaûana las rosas blancas en la verja de hlerro de Villa<br />
Helena; a medio dia el revoloteo de la mariposilla blanca que se entrô<br />
par la ventana deI escritorio. .. Ahora euatro deseos encontrados que<br />
se juntan para que la nombre. .. -Se paso la mano por la frente y senuedô<br />
callado luego sin que, durante diez minutos en que pareci6 olvidarse<br />
de todo y sumirse en honda meditaci6n, ninguno de Jos amigos<br />
se atreviera a distraerlo.<br />
-Fernandez, (no nos nos vas a leer nada? -pregunt6 Rovira impadente,<br />
deteniéndose cerea del sillén de aquél. .. -. ,Tienes dolor de<br />
cabeza? .. Eso ha sldo el trabajo de hoy ... (Tû para qué trabajas? ..<br />
(nos lees algo al fin? ..<br />
José Fernândez, después de buscar en uno de los rincones oscuros deI<br />
cuarto, donde s610 se adivinaba entre la penumbra rojiza la blancura<br />
119
de un ramo de lirios y el contorno de un vaso de bronce, y de apagar<br />
las luces deI candelabre, se senté cerca de la mesa, y poniendo sobre<br />
el terciopelo de la carpeta un libro cerrado, se qued6 mirandole por unos<br />
mementos.<br />
Era un grueso volumen con esquineras y ceraduras de oro opaco. Sobre<br />
el fonde de azul esmalte, incrustado en el marroqui negro de la pasta,<br />
habla tres hojas verdes sobre las cuales revolotcaba una rnariposilla con<br />
las alas forjadas de diminutos diamantes.<br />
Acornodândose Fernàndez en el sillon, abrié el libro y después de<br />
hojearlo por largo rato, ley6 asi a la Iuz de la Iâmpara.<br />
La lectura de dos Iibros que son coma una perfecta antitesis de cornprensi6n<br />
intuitiva y de Incomprensién slstemâtica dei Arte y de la vida,<br />
me ha absorbido en estos dias: forman el prirnero mil paginas de pedantescas<br />
elucubraciones seudo-clentlficas, que intltulé Denegeraciôn un doctor<br />
alemén, Max Nordau, y el segundo, los dos volûmenes deI diario, dei<br />
alma escrita, de Maria Bashkirtseff, la dulcisima rusa muerta en Paris,<br />
de genie y de tisls, a los vcinticuatro afios, en un hotcl de la calle de<br />
Prony,<br />
Corne un esquimal miope por un musee de mârmoles grlego$, lleno<br />
de Apolos glonosos y de Venus inmortalmente belles, Nordau se pasea<br />
por entre las obras maestras que ha producido el espiritu humano en los<br />
ûlttmos cincuenta anos. Lleva sobre los ojos gruesos lentes de vid-ie<br />
negro y en la mana una caja Ilena de tiquetes con los nombres de rodas<br />
Jas manias clasfficadas y enumeradas por los allenistas modernos. Detiénese<br />
at pie de la obra maestra, compara Jas Iineas de ésta con las de sn<br />
nropio Ideal de belleza. la encuentra deforme, cscoze un nombre que<br />
dar a la supuesta enferrnedad dcl artista
dolientes y sombrios, mas heridas que carne y mas alma que cuerpo,<br />
que languidecen entre las sombras de los lienzos del Sodoma; interroga<br />
la sonrisa ambigua de las figuras dei Vinci; respira el hedor que se desprende<br />
de las telas de Valdés Leal; contempla la cnrcJdad refinada y<br />
bàrbara de las crucifixiones dei Espafioleto: vuelve tus rnanos rudas hacia<br />
el fondo de los sigles y distribuyc tiquetcs de clasificacién patolôgica a<br />
esos que sintieron y expresaron 10 que sienten los hombres de hoy. iOh.<br />
grotesco doctor alernén, zoilo de los Homeros que han cantado los dolores<br />
y las alegrias de la Psiquis eterna, en este fin de sigle angustioso tu<br />
oscuro nombre esta salvado dei olvidol ...<br />
Tus rudas manos tudescas no alcanzaron a coger en su vuelo la mariposa<br />
de luz que fue el alma de la Bashkirtseff, ni a profanar, analizândola,<br />
una sola de las paginas deI diario. "Maria Bashkirtseff, escribiste,<br />
una degenerada muerta joven, tocada de locura moral, de un principio<br />
dei delirio de las grandezas v de la persecuciôn y de exaltacién erética<br />
morbosa". (Dégénérescence, volumen JI. pagina 121). y escrita la Frase<br />
en que acumulaste cuatro entidades patolôgicas para definir una de las<br />
almas mas vibrantes y mas ardientcs del tiempo presente, ifloto sobre tus<br />
labies gruesos deliciosa sonrisa de satisfacci6n beata y cstûpida!<br />
Desde cl fondo de la sencilla tumba que guarda tus cenizas en el<br />
Cementerio de Passy y a donde iran los intelectuales de mariana a<br />
cubrir de flores el mârmol que conserva tu nombre, desde el fondo dei<br />
tiempo donde llegaras agrandada por la lcycnda, perdona, [oh, muerta<br />
dulcisima, al maniâtico seudo sable que te inmortaliz6 juntândote con<br />
Wagner y con Ibsen en la expresiôn de su desprecio profundo!<br />
Quière Mauricio Barrés, en las sutiles paginas que intitula "I.a Icycnda<br />
de una Cosmopolita" y en que estudia a la Bashkirtseff. darnos de<br />
ella, ya que no un retrato definitivo, tres impresiones Instantânens de<br />
tres actitudes suyas v nos la presenta adolescente. en Jas sabanas heladas<br />
de Rusia, dejando desarrollarse en si el vicor espiritual v sensual (fUC<br />
animara su vida; en plena juventud, dàndole pOT fondo dei retrato los<br />
rarnajes oscuros, al través de los cuales vibra la mûsica de una orquesta,<br />
al caer de la tarde, en un lugar, de aguas de Bohemia, y tocadn va por<br />
la mano frîa de la tîsis Que le abri1lanta los ojos con artiftcial brille y<br />
le colora las mejillas pâlidas con la agitacién de la sangrc cmnobreclda.<br />
bajo el sol de Niza, sonriente y con el corpiüo florecido por diminuto ramo<br />
de mimosas y de anémonas. Ninguno de los nezativos del tdeélozo me<br />
satisface. Cierro los ojos y me la forjo aS1, de acuerdo con las paginas<br />
dei Diario: Es alta noche. .. La familia, cansada de las fatigas triviales<br />
del dia, ducrme tranquilamente. Ena, en el cuarto sîlencioso donde la<br />
rodean sus libres predilectos, Spinoza, Fichte. los mas sutiles de los poetas,<br />
los mas acres de los novelistas modernes. acodada sobre el escritorio,<br />
cayéndole sobre la masa de cabellos castaûos la luz tibia de la Iampara.<br />
la cabeza apoyada en la mano pâltda, vela y recapitula el dia. Se ha le-<br />
121
vantado a la madrugada, y al correr Jas perslanas del balc6n, para procurarse<br />
una noche artificial y favorable al estudio, el paso de un grupo<br />
de obreros por la calle, llena de la bruma de la madrugada y azotada<br />
por la lluvia, la ha hecho enternecerse al pensar en la suerte de esos<br />
miserables. Tras de varias horas de lectura de Balzac, en que ha vivido<br />
en comuni6n con aquel genio enorme, el proyecto deI cuadro con que<br />
suefia -dei cuadro que ha de inmortalizarla- la ha hecho ir a Sèvres,<br />
donde la espera, el modelo y alli, en el luminoso paisaje de primavera,<br />
las manos temblândole de artistica Fiebre, los ojos bien abiertos para verlo<br />
todo, los nervios tendidos para reaIizar el milagro de trasladar al lienzo<br />
la frescura de los renuevos, la tibieza dei sol que ilumina el campo,<br />
la carne sonrosada deI modele sobre la cual flotan las diâfanas sombras<br />
de las ramas de un durazno en flor, el verde hûmedo de la yerba tierna,<br />
el morado de las violeras y el amarillo de los renûnculos que esmaltan<br />
el prado, el azul deI cielo pâlido en el horizonte, ha trabajado, olvidada de<br />
si misma, en un frenesi, en una locura de arte, hora tras hora, el dia<br />
entero. Por la tarde, rendida, desencantada de la pintura hasta el fondo<br />
deI alma, convencida de que serân vanos todos sus esfuerzos para alcanzar<br />
la meta soüada, hubo un instante en que tuvo que contenerse para no<br />
rasgar el ltenzo en que trabajé con todas sus fuerzas. Un detalle de elegancia<br />
Je hace olvidar la momentànea angustia. Doucet, el costurero,<br />
la espera para ensayarle un vestido de cresp6n de seda rosado, que tiene<br />
por todo adorno una guirnalda de rosa de Bengala y que han combinado<br />
ambos para que.. al lucirlo ella en el préximo balle, la concurrencia, al<br />
veda travesar el salén moderno por entre la correccién de los frac negros<br />
y de las blancas pecheras, tenga la iluslén de contemplar, sonriente<br />
y animada por la vida, la mâs hermosa de las pinturas de Greuze iY el<br />
vestido la ha entusiasmado! Por una hora se olvida de la artista que<br />
es, deI fiJ6sofo que funciona dentro de ella y que analiza la vida a cada<br />
minute y a quien preocupan los problernas eternos ... No, ella no es eso:<br />
sicnte que ha nacido para concentrar en si todas las gracias y los refinamientos<br />
de una civiJjzaci6n; que su papel verdadero, el ûnico a la rnedida<br />
de sus facultades, es de una Madame Récamier; que su teatro sera<br />
un salon donde se junten las inteligencias de excepcién y de donde<br />
irradie la doble luz de Jas supremas elegancias mundanas y de<br />
la mas aItas especulaciones intelectuales... los hombres mas ilustres<br />
del momento seran los huéspedes de ese centro; alli sonreirâ suavemente<br />
Renan, moviendo la gran cabeza bonachona, con ademan episcopal;<br />
Taine vendra a veces y se dejara oir, un poco absorto por<br />
instantes en su incesante penser, animado otras, preguntando en frases<br />
cortas, netas, precisas como formulas; Zola, ventrudo y pâlido, contarâ<br />
el plan de su novela futura; Daudet pasearâ, por sobre las obras de arte<br />
que destacan sus cartones sobre las viejas tapicerias desteüidas, la mirada<br />
curiosa de sus ojos de miope y apoyarà en el brocatel de los sillares la<br />
122
enrnaraûada melena de piferaro; los pintores- Bastien Lep age, el preferido,<br />
chiquitin, enérgico, chatico, con su rubia barba de adolescente;<br />
Canal us Duran, con sus aires de espadachin y de tenorio; el Maestro<br />
Tony Robert Fleury, el de la dulce fisoncmia arabe y los ojos dormidos->,<br />
los poetas -Coppée, Sully Prudhomme, Theuriet-: todos ellos seran<br />
recibidos alli coma en una casa deI arte y se sentir an ajonjeados y<br />
mimados coma par una hennana. Ella tendra en las manas el cetro,<br />
sera la Vittoria Colonna de mafiana, rodeada par esa corte de pensadores<br />
y de artistas ...<br />
[Oh suefios vanos desechos coma bombas de jabén que nacen, se<br />
coloran y revientan en el aire! . . . Al salir de casa de Doucet, la idea<br />
de hablar con el médlco, que le dice la verdad respecto dei mal que la<br />
esta devorando, se le impone. jSe ha sentido tan enferma en los ûltirnos<br />
dias, han sido tan agudos los dolores que la han atormentado, tan intensa<br />
la fiebre que le ha quemado Jas venas. tan profundo el decaimiento<br />
que la ha postrado por haras enteras 1 . . . En el silencio grave dei sa16n<br />
de consultas el esculapio la ausculta lentamente, golpea, con blandos<br />
golpecitos de las yemas de los dedos, las espaldas graciles, aplica atento<br />
cl oido sobre la piel tersa como el rasa del busto delïcado, y tras dei<br />
minucioso examen prescribe câusticos que quernan el seno, aplicaciones<br />
de yodo que manchan y desfiguran, drogas odiosas, un viaje al Mediodia<br />
que equivale a abandonarlo todo, arte, sociedad, placeres y para<br />
[ustlûcar las prescripciones rlgidas y con su frialdad de hombre de<br />
ciencia, aeostumbrado al dolor ajeno, suelta las frases brutales. Esté<br />
tisica. . . el pulm6n derecho destrozado par los tubérculos, el izquierdo<br />
invadido J'a; esa sorde ra que la atormenta desde hace mescs ir~ aumentando;<br />
la tos que la sacude y la lastirna, los insomnios atroces que la<br />
agotan, todo eso va a crècer, a tomar fuerza y a dilatarse camo las<br />
llamaradas de un incendie, a acabar COn ella...<br />
IQué esté tisical SI, la siente, 10 sabe. Hubo un momento en que al<br />
salir de la casa dei sabio se abandon6 al desaJiento y se sinti6 cerea de<br />
la muerre, pero hace dos horas ha olvidado su mal... Por la gran<br />
ventana abierta del taller, eercano al cuartico donde esta ahora, se<br />
vela, el cielo nocturne, de un azul profundo y transparente; la luz<br />
de la luna se fiItraba par alli e inundaba la penumbra de su sortilegio<br />
pacificador. Sentada ella en el piano. al vibrar bajo sus dedos nerviosos<br />
el teclado de marfil. sc extendia en el aire dorrnido la mûsica de Beethoven,<br />
y en la semioscundad, evocada por las notas dolientes dei nocturno<br />
y por una lectura de Harnlet, flotaba, pâlido y rubio, arrastrado por la<br />
melodia coma par el agua pérflda del rio hornicida, el cadâver de Ofelia,<br />
Ofelia pâlida y rubia, coronada de flores ... el cadâver pàlido y rubio<br />
coronado de flores, llevado por la cemente man sa ...<br />
Verdad que hacia dos horas la magia de la mûsica la hizo oIvidarse<br />
de todo, de si misma y de la tisis; pero ahora, desvanecido el encan ta.<br />
123
sola, sentada frente al escritorio, acodada sobre éstc, la luz tibia de la<br />
lâmpara cayéndolc sobre la masa de cabellos castaüos, la cabeza apoyada<br />
en la mano delicada: ahora al recapituler el dia. la Iectura de Balzac.<br />
la furia de trabajo artistico en Sèvres, el ensayo dei vestido, el suefio de<br />
grandeza mundana, los mementos pasados en el piano, todo se borra<br />
ante la realidad cruel de la enferrncdad que avanza en el gran silencio<br />
rcligioso de la media noche; la siniestra profecia de] hombre de ciencia<br />
llena sola, oscura y siniestra como un horizonte nublado, el campo de<br />
su vision interior ... jMorir, Dios mio, morir asi tîsica a los veintitrés<br />
aûos, al comcnzar a vivir, sin haber conocido el amor, ûnica cosa ql1c<br />
hace cligna a la vida de vivirla: morir sin haber realizado la obra sniiada,<br />
que salvara el nombre del olvido; morir dejando el mundo sin<br />
haber satisfecho los millones de curiosidades, de deseos, de arnbiciones<br />
que siente dcntro de si: cuando cl conocimiento de seis lenguas vivas,<br />
de dos lenguas muertas, de ocho literaturas, de la historia del mundo,<br />
de todas Jas filosofias, del arte en rodas sus formas, de la clencia, de las<br />
voluptuosidades de la civiltzacién, de todos los Iujos deI espiritu y deI<br />
cuerpo; cuando los viajes por toda Eur.opa y la asimilaciôn del alma<br />
de sels pueblos s610 han servido para desear la vida con arder infinite<br />
y concebir planes cuya realizaci6n requeriria diez vidas de hombre! [Morir<br />
asi, sintiéndose el embri6n de SI misrno. morir cuando se adora la vida,<br />
deshacersc, perderse en la sombra! [Irnposiblel ...<br />
La idea de la Jucha contra el mal 1(1 domina ahora... hay que<br />
lucha ..... un afio destinado a vencerlo sera suficiente. En plena salud,<br />
mas tarde ganarâ el tiempo perdido; tules diafllnos y blancuras de mimosas<br />
y de camelias velaràn sobre 10 tûrgico del seno las manchas de los<br />
càusticos v del vodo, y el cuerpo entero ostentarâ la coloraciôn suave<br />
de la sangre vivificada pOl' cl aire tihio y salino del Mediterrâneo. [Hay<br />
nue Iuchar, hay
tar otro en pleno aire como los de Bastien y encerrar en él un paisaje<br />
de primavera, donde por sobre una orgia de tonos luminosos, de pàlidos<br />
rosados, de verdes ticrnos, se oigan cantos de pâjaros y murmullos<br />
cristalinos de agua y se respiren campesinos olores de savia y de nidos;<br />
la calle -ese canal de piedra, por donde pasa el rio humano- hay<br />
que estudiarla, veria bien vista, sentirla, para trasladar a otros lienzos<br />
sus aspectos risucâos 0 sombrios, los efectos de niebla y de sol; entre<br />
las Iineas geométricas de las fachadas, el piso hùmedo por la Iluvia<br />
reciente, los follajes pobres de los àrboles que crecen en la atmésfera<br />
pesada de la ciudad, y sobre el banco dei boulevard exterior, quietas y<br />
en posturas de descanso para sorprender en clIas, no el gesto momentàneo<br />
de la acciun sino el ritmo misterioso y la expresiôn de la vida, hay<br />
que pintar dos chîcuelas flacuchas, ajadas por la pobreza y el vicio ancestral<br />
y un bohemio grasiento y lamentable con Ia cara encendida y los<br />
ojos encarnados por el uso de venenosos alcoholes, que sigue, melancélicamente,<br />
con la mirada turbia y vaga, el humo de la pipa que<br />
se esta fumando; pero no, ese cuadro, por perfecto que sea, no sera el<br />
desiderâtum, porque esta viciado de canalleria moderna, como dice Saint<br />
Marceaux: hay que hacer algo grande y noble ... Conduidos esos,<br />
sera Homero quien da el tema; y se lavarâ los ojos de toda la vulgaridad<br />
de la vida diana, forjando en un henzo enorme a Alcinoos y a la<br />
Reina, sentados en el trone, en una galeria de altas columnas de mârmol<br />
rosado, rodeados por la Corte, micntras que Nausicaa, apoyada en una<br />
de las pilastras, oye a Ulises contarle al Rey sus aventuras interminables<br />
y Demodocuos, cuyo canto ha Interrumpido el viajero, malhumorado<br />
como un poeta a quien no oyen, apoya en las rcdillas la lira y vuelve<br />
la cabeza para mirar hacia afuera. . . Hay que pintar eso, pero pintarlo<br />
de veras, en plena pasta, con una factura potente, rica, s6lida, donde<br />
nadie reconozca una manecita de mujer; hay que pinta rio vlvido, caliente,<br />
amplio de tal modo que el que vea el cuadro sienta 10 que<br />
stnné ella al mancjar los pinceles y las brochas. [Hay tanto que hacer<br />
para llegar alla! Todos esos cuadros requieren estudios previos, composiciones<br />
complicadas, preparaciôn de detaJles y querria estarlos haciendo<br />
ya, haberlos hecho, no perder un minuto. . . Hay tànto que hacer y la<br />
vida cs tan corta. .. Los proyectos de escultura la fascinan porque la<br />
escultura es honrada y no engaüa al ojo con los colores, ni admite farsas<br />
ni tapujos ... Modelara todo 10 que sueüa; moribunda de amor y de<br />
tristeza, caida sobre las arenas de la playa al ver huir en el horizonte<br />
la vela dei barco que lieva a Teseo, una Ariadna con el pecho lleno<br />
de 5011020S; luego un bajo relieve colosal con seis figuras sorprendidas<br />
en actitudcs llcnas de gracia, iY las escuhuras senin tales que Saint<br />
Marceaux mismo sc cntusiasmc, y las pinturas tendrân tal artc que cl<br />
jurado imbécil no podra menos de darle la primera medalla, en un<br />
salon prôximo! jAh, la medallal, desde hace tiernpos, cémo la ha desea-<br />
125
do, cômo la ha perseguido, cémo la ve en sus suefios; 1;) medalla la harâ<br />
comprender que hizo bien en consagrarse a la pintura, que no se ha equivocado,<br />
que es alguien, que puede amar, pensar, vivir, coma viven todos,<br />
tranquila, sin atormentarse con tantas ambiciones. Cuando se la den,<br />
podrà vivir como todo el mundo y entonees sus fuerzas, dirigidas en<br />
otro sentido, la Ilevarân lejos, muy lejos, se abandonarâ la delicia de<br />
sentir, la dominarà una pasi6n profunda por un hombre superior que<br />
la entienda, ira a respirar por temporadas el aire perfumado y tibia<br />
de Niza, de San Remo, de Sorrente, volverâ a Espaüa, a Toledo, a Burgos,<br />
a Cérdoba, a Sevilla, a Granada -a embelesarse con las policromias<br />
de las arquitecturas arabes. con los follajes freseos de los laureles rosas<br />
y de los castafios gigantes, con la azul del cielo-, a Venecia, donde<br />
sube hacia el firmanento, por entre ruinosos palacios de mârrnol, una<br />
fiebre sutil de los canales verdosos, a ver la melanc6lica fiesta que<br />
son las pinturas de Tlépolo, a Milan, donde sonrien las creaciones dei<br />
Vinci, y a Roma, sobre todo, a Roma, la ciudad madre, la rnetrépoli,<br />
el ûnico lugar dei mundo que le ha llenado el corazén, porque al<br />
ponerse el sol tras de las cûpulas de la Basilica, centra de la cristiandad,<br />
alumbra las huellas del arte de hace veinticinco siglos, la -complicaciôn<br />
de la vida moderna mas fastuosa y mas amplia, y sugiere a las aimas<br />
pensati vas la formula de 10 que sera la sensibilidad de maüana.<br />
jAhl Dias mio, y Husia, Rusia, la madre, la patria, la tierra dei<br />
nihilisme y de los zares, con su semi-civilizaciôn tan diferente de la<br />
civilizacién latina, sus costumbres peculiares, su puebla supcrsticioso<br />
y medio salvaje, su arlstocracia gozadora, su arte propio y su singular<br />
literatura; Rusia la reclama: ira a Petersburgo, donde la recibtrâ la<br />
Corte, a Moscû, a Kieff, la ciudad santa, lIena de catedrales y conventos;<br />
volverâ a respirar en los campos solariegos el aire que en la niûez le<br />
infundi6 la fiebre que la anima, y esos mûltiples viajes, esas experiencias<br />
casi opuestas de la vida, los alternarà con las temporadas de Paris, en<br />
el salén aquel Ileno de hombres de genio, con dias distribuidos entre<br />
las fiestas mundanas donde seducirâ a todos su elegancia, y la lectura<br />
de fil6sofos y la audici6n de las mûsicas de Haendel y de Beethoven y<br />
la continuaciôn de sus estudios, de otros estudios nuevos con que suefia,<br />
sociologîa, politlca, lenguas orientales, historia y literatura de pueblos<br />
que no conoce bien y cuya alma se asimllarâ para agrandar su visiôn<br />
del uni verso. jVivira asi y todo eso la harà con todos sus nervios, con<br />
toda su alma, con todo su ser, arrancândole a cada sensaci6n, a cada<br />
idea, un maximum de vibraciones profundasl<br />
Abora un desfallecimiento interior la embarga; ha sentido una picada<br />
ahi, en el punta que el médico le mostré camo foco de la enfermedad<br />
que la devora y el punzante dolor vuelve a traerla a la realidad ... ,Ahl<br />
si, la tas, el sudor, el insomnio, los câusncos, las unturas de yodo, el<br />
viaje al Mediodia, el aniquilamiento. . . la muette. . . el fin, todo eso<br />
126
cstâ cerca, ,Y Dios, en d6nde esta si la deja morir asî, en plena vida,<br />
sintiendo esa exuberancia de fuerzas, esos entusiasmos locos por verlo<br />
todo, por sentirIo todo, por comprender el Universo, su obra? ... ,Dios,<br />
en d6nde esta si la deja morir asi, después de haber sido buena, después<br />
de no haber hablado nunca mal de nadie, ni proferido una queja<br />
por las amarguras que le han tocado en suerte, de haber derramado a<br />
su alrededor el oro para enjugar Iâgrimas, después de regalar su esmeraIda<br />
favorita para distraer a alguien que no la quiere, de un sufrimiento<br />
de un instante? ... ,Después de habcr llorado por los dolores ajenos,<br />
de haber llevado Su piedad hasta querer a los animales humildes? Si<br />
existe, si es la bondad suprema, ,por qué la mata asi, a los veintitrés<br />
aüos antes de vivir y cuando quière vivir?.. ,D6nde esta el buen<br />
Dios, el Padre Eterno de las criaturas? ... jAhl no existe. Spinoza, se<br />
10 ha enseüado, las lecturas cientiflcas le han motrado el universo como<br />
una eterna reunion de âtomos, rcgida, desde los millones de soles que<br />
arden en el fonda del Infinite hasta cl centro misterioso de la conciencla<br />
humana, por leyes oscuras e inconmovibles, que no revelan una voluntad<br />
suprema tendiente al bien... Si, un torbellino de âtomos en que las<br />
formas surgen, se acentùan, Se llenan, se deshacen para volver a la<br />
tierra y renacer en otras formas que moriràn a su vez arrastradas por<br />
la eterna corrientc... No. Eso no puede sel. Ella no es atea, ella<br />
quière creer, ella cree. La Biblia contiene las palabras que calman y<br />
confortan, los versos deI Salmo XCI -"Te cubrira con sus alas poderosas;<br />
en scgundad estarâs bajo su abrigo"-, le cantan en la memoria: el<br />
Salvador, con la cabeza aureolada y los brazos ablerros, camina ahora<br />
por sobre las agitadas oIas negras de} océane de sus pcnsamientos y dice<br />
las palabras suaves que le derraman en el alma una dtvina paz inefable:<br />
"Bienaventuradcs los que tengan harnbre y sed de justicia porque elles<br />
seran hartos ... " y desfalleciente ella de mistica emocién, mentalmente<br />
se posterna a los pies del Divine Maestro ...<br />
Sùbita asociacién de ideas f6rjase en su cerebro y css dulce imagen<br />
huye disipada por cl recuerdo de las obras de Renan y de Strauss, en<br />
que éstos, con su anâlisis de concienzudos exégetas, muestran al Cristo<br />
al través de los textos interpretados con rigide criterio, no como al<br />
Hombre Dias. encarnado para purgar los pccados dcl mundo, sino como<br />
la mas alta expresi6n de la bondad humana. Los lib ras de critica y de<br />
historia religiosa que ha leido alli mismo en el silencio de ese gabinetico<br />
de estudlo donde esta sentada ahora, ahuyentan al divino fantasma<br />
del consolador de los hombres ... No hay a quien Invocar en los momentos<br />
de desesperante angustia ... y la muette viene, la muerte esta<br />
cerca. Un sudor fric le moja las siencs, el cansancio la dobla, y en<br />
la claridad Frla y difusa dei amanecer que se filtra por los cristales<br />
y va atenuando, atcnuando, la luz tibia de la lâmpara que alumbr6 la<br />
velada pensativa, sientc un escalofrio que la obliga a levantarse, a ab-<br />
127
sorber dos cucharadas de jarabe de opio para conciliar el sue no por<br />
una hora y a amontonar sobre cl catre de broncc dorade, los blandos<br />
cdredones Forrados en suave seda, para devolverle caler a su cucrpecito<br />
cndcblc, minado pur la tisis, [que dormira ahora, en cl tibio nido par<br />
brcve espada, y para sicmpre, dentro de unos meses, en el fonda de la<br />
tumba, bajo cl césped hümcdo del cementerio! ...<br />
Maüana estara levantada desde temprano, se sonreirà al contempler<br />
en cl espejo su tez aterciopelada y résea corno un durazno maduro, los<br />
grandes ojos castaüos que sc sonrien al mirar; la espesa cabellera que<br />
le cac sobre los hombros de grnciosa curva, y ebria de vida, y hambrienta<br />
de sentir, comcnzarâ cl dia, llcno de las misrnas Fiebres, de los mismos<br />
sueôos, de los mlsmos esfuerzos y de los rnismos dcsalientos de la<br />
vispcra.<br />
Es asi como la he visto al lcer el Diario. Esa cs la composiciôn<br />
del lugar, que para proceder de acuerdo con los métodos exaltantes de<br />
Loyola, el sutil psicôlogo, he hecho para sentir todo cl encanto de<br />
aquella a quicn Mauricio Barrés propone que veneremos bajo la advocacién<br />
adorable de Nuestra Seûora dei Perpetue Deseo... [arnas<br />
figura aigu na de virgcn, soüada por un poeta, -Ofelia, [ulicta, Virginia,<br />
Craziela, Evangelina, Maria-, me ha parecido mas ideal ni mas<br />
tocante que la de la maravillosa criatura que nos dejé su alma cscrita<br />
en los dos volûrnenes que estân abiertos ahora, sobre mi mesa de<br />
trabajo y sobre cuyas paginas cac, al través de las cortinas de gasa<br />
japoncsa que velan los vidrios del balcon, la diâfana luz de esta fresca<br />
rnaûana de vcrano parisicnsc ...<br />
Si es cierto que el artista exprcsa en su obra sueüos que en cerebros<br />
menos podcrosos, confuses, existen latentes y que por eso, s610 pOl' cso,<br />
porque las lineas dei broncc, los colores del cuadro, la mûslca del poema,<br />
las notas de la partici6n, realzan, pintan, cxpresan, cantan 10 que<br />
habriamos dicho si hubiéramos sido espaces de dccirlo, el amor que a<br />
la Bashkirtseff profesamos algunos de hoy tienc como causa vcrdadera<br />
c intima que ese Diario, en que cscribiô su vida, es un espejo fiel de<br />
nucstras concienclas y de nuestra sensibllidad exacerbada. (Par qué<br />
has de simpatizar tu con la muette adorable a quien Barrés venera y<br />
Il quien amamos unos cuantos, -joh, grotesco doctor Max Nordau-,<br />
si tu fe en la ciencia miope ha supriruldo en ti el scntido del misterlo,<br />
si tu espiritu sin curiosidades no sc apasiona por las formas mas opuestas<br />
de la vida, si tus rudimentarios sentidos no rcquieren los refinamicntos<br />
supremos de las sensaciones raras y penetrantes? .. ,Qué hay de extrafic<br />
en cambio en que un hombre a quien las veinticuatro horas del<br />
dia y de la noche no le alcanzan para sentir la vida, porque querria<br />
128<br />
Junio 20
sentirlo y saberlo todo, y que, situado en el centra de la civilizacién<br />
europea, sucüa con un Paris mas grande. mas hennoso, mas rico, mas<br />
perverse, mas sabio, mas scnsual y mas mistico, se cntusiasrnc con<br />
aquélla que llcvô en si una actividad violenta y una sensibilidad rayana<br />
en cl dcscquilibrio? ...<br />
Hay frascs dei Diario de la fusa que traduccn tan sinceramente mis<br />
cmociones, mis arnbicioncs y mis sucüos, mi vida entera, que no habria<br />
podido jamâs cncontrarlo )'0 mismo formulas mas netas para anotar<br />
mis impresioncs.<br />
Escribe después de ulla lectura de Kant:<br />
"No sé par dônde comenzar, ni il quién ni c6mo preguntarselo, y<br />
me qucdo aSÎ, cstùpida, maravillada, sin saber para d6nde coger y<br />
vicndo par todos lados tesoros de interés; historias de pueblos, lenguas,<br />
cicncias, toda la tierra, todo Jo que no conozco: yo que querria verlo,<br />
conoccrlo y aprcndcrlo todo junto",<br />
Escribe seis meses antes de morir:<br />
"Me parece que nadie adora todo como yo: la adore todo . las artes,<br />
la mûsica, los libres, la socicdad, los vestidos, el lujo, el ruido, el silencio,<br />
la tristcza, la melancolla, la risa, el omar, el frlo, el calor, rodas las<br />
estacioncs, todos los estados atmosféricos: las sabanas heladas de Rusia<br />
y los montes de los alrededorcs de Népoles: la nieve en invierno, las<br />
lluvias de otofio, la alcgria y las locuras de la primavera, los tranquilos<br />
dias del verano y sus noches consteladas, todo eso 10 admiro y la adoro.<br />
Toda toma a mis ojos interesantes y sublimes aspectas, querria veria,<br />
tenerlo, abrazarlo, hesarlo todo, y confundida con todo, morir, no<br />
importa cuândo, dentro de dos 0 dentro de treinta aüos, morir cn un<br />
éxtasis para sentir el ultimo rnisterto, el fin de todo 0 ese principio<br />
de una vida nueva. Para sel' feliz necesito TODO, el resta no me<br />
basral ... "<br />
iFeliz tu, muerta ideal que llevaste del Universo una vision inteiectuai<br />
y artistica y a quicn el arnor por la belleza y el pudor femenino impicheron<br />
que el entusiasmo par la vida y las curiostdades insaciables se<br />
complicaran COll sensuales fiebres de goce, con la m6rbida euriosidad<br />
del mal y dei pecado, con la vlllania de los calculas y de las combinaciones<br />
que haràn venir a las manos y acumularân en el fondo de<br />
los cafres el oro, esa alma de la vida modernal Fcliz tu que encerraste<br />
en los limites de un cuadro la obra de arte soüada y diste en un libro<br />
la csencia de tu alma, si se te compara con el fanàtico tuyo que a los<br />
veintiséis 3110S, al escribir estas lincas, siente dcntro de si bullir y<br />
hervlr millarcs de contradictorios impulsos encaminados a un solo fin,<br />
el mismo tuyo: poseerlo TODO; feliz tu, admirable Nuestra Sefiora del<br />
Perpetuo Deseo!<br />
Después de haber creido par algûn tiempo que cl universo tenia por<br />
objeto producir de cuando cn cuando, un poeta que 10 cantara en<br />
129
impecable estrofas, y a los pocos meses de haber publicado un tomo de<br />
poesias, "Los primeras versos", que me procuré ridicules triunfos de<br />
vanidad literaria y dos aventuras amorosas que infatuaron mis veinte<br />
anos, la intimidad profunda que trabé con Serrano y su alta superioridad<br />
intelectual y su pasién por la filosofia, cambiaron el rumbo de<br />
mi vida. Fue un aüo inolvidable, aquel en que, desprendido de toda<br />
preocupaciôn material, libre de toda idea de goce, de todo compromise<br />
mundano, los dias y las noches huyeron, divididos entre los largos paseos<br />
matinales por la avenida de pinos de la Universidad, la lectura de los<br />
fil6sofos de todas las edades, al mcdiodia, en la biblioteca silenciosa<br />
donde s610 se oia el vohear de las paginas, tornadas por las rnanos<br />
de los estudiantes, y las noches pasadas en el aposento silcncioso del<br />
mas noble de los amigos, disertando con él sobre los mas apasionantes<br />
problemas que pueden solicitar al espiritu huma no. Tranquilidad de<br />
los nervins apaciguados por el régimen calmante y par el aislamicntc<br />
conversaciones en que los nombres de Platon, de Epicuro, de Lmpédocles,<br />
de Santo Tomas, de Spinoza, de Kant y de Fitche, mezclados<br />
a los de los pensadores de hoy, Wundt, Spencer, Madsley, Renan, Taine,<br />
irradiaban camo estrelias fijas sobre la majestad negra del cielo nocturno;<br />
vérugo de la inteligencia que, dcsprendida dei cuerpo, inquiere las Jeyes .<br />
dei seri noble vida de pensador, en que la ûnica figura de rnujer que<br />
pasaba por mi imaginaciôn Camo depurada de sensualidad par las altas<br />
especulaciones mtelectuales, era la de la abuela, con sus largas guedejas<br />
de plata cayéndole sobre las sienes y su pcrfil semejante al de la Santa<br />
Ana dei 'v inci, lcuàn Iejos estais del vértigo y dei frenesi gozador de<br />
mi vida de hoyt La muerte repentina de Serrano, la llegada de mi<br />
mayor edad, la necesidad de administrar una fortuna cuantiosa y situada<br />
en valores f,kilmente aumentables, dieron fin a aquel periode casi manâsticc<br />
de vida. Devuelto al torbellino dei munda, dueüo de un caudaJ<br />
enorme para la vida de mi tierra natal, bulléndome en las venas los<br />
instintos, animado por la rabia de accién de los Andrade; suelto, libre,<br />
sin padre, sin madre ni hermanos, recibtdo y cortejado dondequiera,<br />
Ileno de aspiraciones encontradas y violentas, poseido de una pasi6n loca<br />
por el lujo en todas sus formas, fui el Alcibiades ridicule de aquella<br />
sociedad que me abrié paso corno a un conquistador. jAfios de locura y<br />
de accién en que comenzaron a elaborarse dentro de mi los planes<br />
que hoy me dominan, en que la comprimida sensualldad reventô camo<br />
brote vigoroso bajo el sol de prlmavera, en que las pasiones intelectuales<br />
comenzaron a crecer y con ellas la curiosidad Infinita del mal; soplo<br />
de la suerte que me hizo conservar la fortuna hcredada sin que cl<br />
fabuloso derroche alcanzara a disminuirla; ambiciones que hacténdome<br />
encontrar estrecho el campo y vulgares las aventuras femeninas y mezquines<br />
los negocies, me forzàsteis a dejar la tierra, donde era quizàs<br />
el momento de visar a la altura, y venir a convertirme en el rastaquoere<br />
130
idlculo, en cl snob grotesco que en algunos momentos me siento! iVa·<br />
nid ad que te solazas al leer cl suelto en que el Cil Bias anuncia que el<br />
richissime Américain don Joseph Fernéndez y Andrade compré tal cuadrlto<br />
de Raffaeli, y te hinchas coma un pavo real que abre la verdeléctrica<br />
cola constelada de ojos, cuando al radar la victoria de la Orloff,<br />
al paso ritmico de la pareja de mores par la Avenida de las Acacias.<br />
entre la bruma ,'aga que envuelve el Bosque a las seis de la tarde,<br />
algùn gomozo 'lute murmura fascinado por la elegancia de los caballos<br />
o la cxcentricidad del vestido de 10 im pure y le dice al compancro:<br />
- ... Tiens, regarde, tua vieille 1 Epatante la maîtresse du poete! ...<br />
debes estar satisfecha, Vanidadl ...<br />
Si, esa es la vida, cazar con los nobles. mas brutos y mâs lerdos<br />
que los eampesinos de mi tierra, galopando vestidos con un casacén<br />
rojo, tras del alazân del Duque chocho y obtuso; vestirse con otro<br />
casacén blanco, con un chaleco de seda bordado de colores y con médias<br />
y zapatos femeninos para hacer piruetas de maromeros y grotescos<br />
dengues al poner el cotillon en casa de Madame la Princesse Tres Estrellas;<br />
acompanar a la novicia recién casada que quiere ponerse al<br />
corriente, a casa de costureras y modlstas, para dirigirle la hechura<br />
de los vestidos que no podria escoger sola; perder una hora conversando<br />
con el camisero para sugerirle la idea de una pechera de batista plegada<br />
y rizada y cinco minutas escogiendo la flor rara que debe adornar la<br />
solapa dei frac, [si, vanidad, satisfâcete, esa es la vida y son esas<br />
las ocupaciones dei hombre que pas6 su vigésimo aüo leyendo a Platon<br />
y a Spinoza!<br />
Es ridiculo. Escribo e involuntanamente ceda a mis exageraciones.<br />
Esa no es toda mi vida. [unto a ese rnundano fatuo esta el otro yo,<br />
el adorador del arte y de la ciencia que ha juntado ya ochenta lienzos<br />
y cuatrocientos eartones y aguas-fuertcs de los primeros pintores antiguos<br />
y modernes, milagrosas mcdallas, inapreciables bronces, mârmoles, porcelanas<br />
y taplces, ediciones inveroslmiles de sus autores predilectos,<br />
tiradas en papeles especiales y ernpastadas en maravillosos cueros de<br />
Oriente; el adorador de la ciencia que se ha pasado dos meses enteros<br />
yendo diariamente a los laboratorios de psicofisica: el maniâtlco de<br />
filosofia que sigue las confercncias de La Sorbona y de la Escuela de<br />
Altos Estudios, y cerca de ese yo intelcctual funciona el otro, el yo<br />
sensual que especula con éxito en la Bolsa, el gastrénorno de las cenas<br />
fastuosas, duefio de una musculatura de atleta, de los caballos fogosos<br />
y violentes, de Lelia Orloff, de las pedrerias clignas de un Rajah 0<br />
de una Emperatriz, de los mobiliarios en que los tapiceros han agotado<br />
su arre, de los vines de treinta anos que infunden vigor nuevo y<br />
calientan la sangre; iY por encirna de todo eso estâ un analista que ve<br />
claro en si rnismo y que lleva sus contradictorios impulsos multiples,<br />
131
armado de una voluntad de hierro, como llevaban Jos cocheros déricos<br />
los cuatro caballos de la cuadriga en las carreras de las Oltmpiadas!<br />
(y estas satisfccho Pangloss! - me prcgunta ahora la voz interior<br />
que habla en las haras de anâlisis intima. .. No, jamâs, csa vida que a<br />
tantes les pareccria increiblc por su intcnsidad no sirve sino para excitar<br />
mis des cos de vivir . .. jMns! [todol, grita el Monstruo que llevo por<br />
dentro ... No eres nadie, no eres un santo, no cres un bandido, no<br />
eres un creador, un artista que fije sus sueüos con los colores, con el<br />
bronce, con las palabras a con los sonidos, no cres un sabio, no eres<br />
un hombre siquiera, eres un muüeco borracho de sangre y de fuerza<br />
que se sienta a escribir necedades ... [Ese obrero que pasa par la calle<br />
con su blusa azul lavada par la mujcrcita cariüosa y que tiene las manas<br />
àsperas par el trabajo duro vale mâs que tu porque quière a alguien, y<br />
cl anarquista que guillotinaron antier porque lanz6 una bomba que<br />
reventé un edificio, vale mas que tù porque reallzé una idea que se<br />
habla encarnado en él! [Eres un miserable que gasta dlez minutes en<br />
pulirse las uûas como una cortesana y un lnùtil hinchado de orgullo<br />
monstruoso! . .. [Oh, un plan a qué consagrar 10 vida, bueno 0 malo,<br />
no importa, sublime 0 infarne, pero un plan que no sean los que tengo<br />
hoy- ni la casa de comcrcio en Nueva York para especular en grande<br />
y doblar mi fortuna, ni el viaje alrcdedor dei Mundo para almacenar<br />
sensaciones e ideas, ni la vida en cl archipîélago para pescar perlas que<br />
mc den mas oro; no, un plan que no sc refiera a mi rnismo, que me<br />
saque de mi, que me lleve come un huracân, sin scntirrne vivir! ...<br />
De ln tarde de ayer s610 me quedan dos sensaciones: el puüo de la<br />
camisa empapado en sangre y la orla negra de la carta. De la noche, el<br />
ruido del tren al cruzar la sombra. . . A estas horas debe haber muerto<br />
y la policia estarà buscândome, Me hice tnscrlbir en el registre deI<br />
hotel con el nombre de Juan Simônides, gnego, agente viajero, para<br />
dcspitarla ... [Del estado en que cstoy a la locura no hay mas que un<br />
paso! Mannoni debe telegrafiarme hoy mismo y del hotel rnandaràn<br />
el telegrama a Whyl. .. donde voy a esconderme en una hosteria a<br />
dos kilémetros deI pueblecito!<br />
Frente de la hoja de papel en que escribo esta el telegrama de Mannoni<br />
desplegado. 1..0 he leido veinte veces y he necesitado dos horas de reflexi6n<br />
para despertarme de la sangrienta pesadllla, "Puede volver<br />
132<br />
BiUe, 23 de iunio<br />
Whyl, 29 de [unio
-dice-, la policia ignora todo. Ella ayer, perfcctamente, en el Basque,<br />
con un vestido nuevo. Comié en buena compafiia en'Ia Cascada. Felicitaciones<br />
sinceras". ,D6nde fue la herida entonces, si no dej6 huella? ..<br />
Siento todavia el calor de la sangre en la mano y ahi en la maleta de<br />
viaje esta la camisa con el puna empapado cn sangre.<br />
La escena brutal, la idea dei asesinato, la huida, la angustia, me hablan<br />
impedido Ieer, entendiéndola, la carta de Emilia. S610 comprendia<br />
que habla muerto la viejecita , 10 ünico que me quedaba de familia verdadera<br />
sobre la tierra y sentia como un peso que me oprimiera el pecho,<br />
camo un nudo en la garganta y como una negrura en el alma. pero los<br />
detalles de la muerte los ignoraba, coma si no los hubiera leîdo. Quiero<br />
copiar la carta aqui para encontrarla mas tarde, dentro de unos afios al<br />
releer este diario maldito, y revivir las horas singularcs de estos dias en<br />
que csa impresi6n noble se rnezclé con la angustia de un crimen. Dicen<br />
asi 105 renglones trazados en el papel de gruesa orla negra par la mano<br />
débil de Emilia:<br />
"Mi carta del primera te decia que tu abuclita estaba extrernadamente<br />
débll y que habla tenido varios vértigos en los ûltimos dias. La situacién<br />
se agravé desdc la noche de1 2, El doctor Alvarez. Il quien mandé llarnar<br />
a pesar de que ella sc opUSO. ):'1 obHgo a guardar la cama desde ese dia<br />
y me hizo saher que era inûtil todo esfuerzo para salvarla par ser 10<br />
que estàbarnos viendo el fin de la enferrnedad, tal coma 10 habla previsto<br />
desde hacia afios. Se limit6 a prescribir quietud completa y una<br />
nocién narcôtica. Sin insinuacién de nadie mandé llamar ella al Arzobispo,<br />
quien era su confesor, coma recuerdas, y después de confcsar, recihi6<br />
la comuniôn con su fervor acostumbrado. En los dias que precedleron<br />
a la muerte no recibié a nadie, con excepci6n deI Prelado, y me<br />
hablé conttnuarnente de ti. con mas amor que nunca, y de la muerte<br />
que esperaba con tranquilidad absoluta, El echo por la noche cornenzé<br />
un dcJirio extrafio, sin Fiebre, precursor dei fin. en que divagô continuamente<br />
alternando sus oraciones preferidas COn extrafias frases referenlcs<br />
a ti. "[Serier, sâlvalo, sâlvalo del crimen que 10 empuja, sâlvalo de la<br />
Iocura que ]0 arrastra, sàlvalo dei infirma que 10 reclama. Por tu agonis<br />
en el hucrto y por tu corona de espinas, por tus sudores de sangre " par<br />
la hiel de la esponja, sàlvalo del crimen, sâlvalo de la Iocura, sâlvalo<br />
deI infierno! ... ", decia agttandose sobre las almohadas , .. "Lo vas a<br />
salvar : pniralo bueno, miralo santo. Benditos sean la senal de la CTIIT.<br />
hecha por la mano de la virgen, y el rama de rosas que caen en su<br />
noche coma signo de salvaciônl jEsta salvadol [Miralo bueno, mîralo<br />
santo! Benditos scan". Una expresién de bcatitud suave reemplazô en la<br />
133<br />
Al dia siguiente.
cara fina la angustia de antes y, adormecida, la respiraciôn estertorosa,<br />
devolviô a Dies el alma. Perdôname si te doy estas dolorosos detalles de<br />
la agonia, Te conozco y sé que te harân sufrir pero que quieres saberlos.<br />
"Murio coma una santa, como habla vivido. A la estancia mortuoria<br />
s610 entramos don Francisco Cordovez, el docror Alvarez, el Arzobispo y<br />
yo. El Prelado estuvo largo tiempo arrodillado cerca dei féretro. Para<br />
ml la velada mortuoria fue una impresi6n mlsttca superior a todas las<br />
que he sentido en mi vida. Estaba segura de que aquel cadâver era el<br />
de una santa de la raza de las M6nicas, y que su alma habla rectbido<br />
ya el premio de la existencia sin mancha. La expresién dei cadâver, de<br />
la cabeza fina con las facciones camo depuradas par la muerte, enrnarcada<br />
par la blancura de las canas que parecian de nieve a la luz de los<br />
cirios, era de una serenidad Infinita. Desde el fonda de los cuadros de<br />
Vâsquez que adoman la alcoba, los santos sus amigos parecian contemplarla,<br />
sacando la cabeza deI lienzo y saliéndose de entre el oro destefiido<br />
de los antlguos marcos espafioles, Esa noche pasada al Iado de la santa<br />
muerta me darâ valor para sufrir todos los males de la vida con la esperama<br />
de morir asi,<br />
"El cadéver ocupa la b6veda central en el monumento de la familia,<br />
cerca a tu padre. La casa esta cerrada y en su alcoba, a tu vuelta, si<br />
algùn dia vuelves, encontrarâs todavla et olor de los cirios mortuorios,<br />
pues la Have no saldrâ de mis manos mientras viva.<br />
"Tu pena es Ja mia. Te acompaûo con todo mi coraz6n y a Dios y a<br />
la Santa que hoy vela par ti en el cielo les pido por tu fehcidad con todo<br />
el fervor de mi cariâo por ti. Emilia ... ".<br />
Mi felicidad. " [Dies mio! Qué facH que Jas lineas anteriores las<br />
leyera en una prisi6n, detenido por haber asesinado a una de las hetalras<br />
de mas renombre de la Babilonia moderna. .. jAh. la impresién que<br />
me ha causado la lectura de esa carta el mlsmo dia en que debi cometer<br />
un crimen, en que 10 cometi casi! 1La santa muerta, allâ en la alcoba<br />
tendida de antiguo damasco oscuro y yo el mismo dia en que supe su<br />
muerte, huyendo camo un asesino, después de haber querido matar a una<br />
mujer indefensa!<br />
La vi por primera vez. oyendo la mûsica sobrehumana de las Walkirias,<br />
en un paleo de la Opera. Habia Ilegado de Viena la vispera. El<br />
fondo carmes! de la pared deI palco realzaba la pureza de su perfil de<br />
Diana Cazadora, coma un estuche de rasa rojo de oriente de una perla<br />
sin tacha; entre los cabellos de un rubio pâlido, en los 16bulos de las<br />
orejas diminutas, alrededor de las muüecas redondas y finas y sobre el<br />
corpiüo bajo la gasa verde pâlida que dejaba media desnudo el seno,<br />
brillaban, ardian las diâfanas esmeraldas de mi tierra, las Iuminosas esmeraldas<br />
de Muzo.<br />
La expresién sofiadora de la cabeza rubia, la palidez dora da de la tez,<br />
el color deI aéreo vestido, el brilla de aquellas joyas de rein a, la hacian<br />
134
seme jar, mas que una mujer de carne y hueso, una aparici6n irreal,<br />
ondina habitadora de las profundidades de un lago 0 Willy salida del<br />
fondo negro y misterioso de las florestas. La cabalgata de las Walkirias<br />
poblaba el aire, la sobrehumana mûsica llenaba la sala con sus sobrehumanas<br />
vibraciones y ella, corne subyugada par la insistencia de mis<br />
ojos que la devoraban desde el palco, volvi6 a mirarme. La primera mirada,<br />
lenta y penetrante coma un beso columbine, me hizo correr un<br />
escalofrîo de voluptuosidad por las espaldas ... Tres dias después era mia.<br />
Esa delicada criatura ataviada e Idealizada por proveedores artistas<br />
fue el idolo de estos seis ûltirnos mcses. [Oh, las primeras noches de<br />
delicia sensual en el amplio lecho profundo, dorade y ornamentado como<br />
un altar, la palidez arnbarina, las lineas perfectas, el alor a magnolia,<br />
el vello de oro sedoso de aquel cuerpo de veinte afios, extendido en voluptuosas<br />
posturas sobre Jas sâbanas de raso negro! IOh, las caricias lentas,<br />
sablas e insinuantes de aquellas manas delgadas y nerviosas, la lascivia<br />
de aquellos labios que modulaban los besos coma una cantatriz de genie<br />
modula las notas de una frase musical! IOh, el refinamiento de sensualidad,<br />
la furia de goce, la gravedad casi religiosa de todos los minutos<br />
consagrados al amor, como si en vez de tener de él la miserable nocién<br />
moderna que la relega al dominio de la Inmundo, 10 sintiera ella grave<br />
y noble y como una funci6n augusta! As! debieron de amar las sacerdotisas<br />
de la Afrodita que creian en su Dîosa y conslderaban sagrado el<br />
Acta.<br />
A los quince dias de la primera noche sabia ya qué extraüa mistifi~<br />
cacién era aquelIa criatura y la comprendia menes que antes, a pesar de<br />
eso. Se Hamaba Maria Legendre, el otro era el nombre de guerra. El<br />
padre y la madre vivian en una callejuela de Batignolles; él, zapatero<br />
de viejo, brutal y alcoholizado; ella, una pobre mujer, delgaducha, palida,<br />
de aire enfermizo, a quien sacudia el marido cada vez que bebia mas<br />
de la necesario. Crlaban dos hijas mas, Inslgnificantes. (Par qué misterio<br />
ésta habla ido a dar cuatro aûos antes de que yo la encontra a manas<br />
de un ex-presidente de la repùblica sudamertcana, que arrojado de su<br />
tierra por una de esas revoluciones que constituyen nuestro sport predilecto,<br />
lleg6 a Paris desbordante de oro y de color local, en busca de<br />
seguridad y de placeres y la colm6 de regalos en un ailo? .. ,El Duque<br />
rusa que de paso por Paris vivi6 mas tiempo err la alcoba de ella que en<br />
otros Iugares y la lIev6 Iuego a Petersburgo, de donde volvié rebautizada<br />
con apellido de princesa y duefia de las esmeraldas fabulosas y deI collar<br />
de diamantes, fue quien le educ6 Jos sentidos y desperté en ella ese sensualismo<br />
sibaritïco, que me sedujo desde el primer memento coma una<br />
fascinaciôn?, (0 su educador fue mas bien el perverse poeta italiano de<br />
quien se enamor6 locamente y a quien colmô de regalos, sin que el<br />
vate famélico y complaciente prosterara contra aquel papel equivoco de<br />
favorito pagado?, .. No 10 sé, ni me importa saberlo, ni 10 sabré nunca.<br />
135
La encontré instalada en un departamento pequeüo, euyos balcones miraban<br />
sobre el parque Monceau, .amueblado con un refinamiento de gusto<br />
inverosimil en una mujer, aun nacida sobre las gradas de un trono.<br />
La salita con las paredes tendidas de una sederia japonesa, amarilla<br />
coma una naranja madura, y con bordados de OTO y de plata hechos<br />
a mano, amueblada sobriamente con muebles que habrian satisfecho las<br />
exquisiteces del esteta mas exigente; la alcoba tapizada de antiguo brocateles<br />
de iglesta. destefiidos por el tiempo, con su mobiliario auténtico<br />
del siglo XVI, y el euarto de bafio, donde lucia una tina de cristal opalescente<br />
como los vidrios .de Venecia, junto a las mesas de tocador, todas<br />
de cristal y de nikel. sobre la decoraci6n pompeyana de las paredes y dei<br />
piso, sugerian la idea de que alzïm poeta que se hubiera consagrado<br />
a las artes dccorativas -un Walter Crane 0 un Wil1iam Morris, pOT<br />
eiemplo- hubicra diri~qo la instalaci6n. detalle par detalle.<br />
Al visitarla la primera vez cornprendi c1aramente que ninguna nocién<br />
estética habla determlnado la cscogencie de todo eso; que 10 tenia porque<br />
le habla gustado como a otras les gustan la felpa rosada, las terracotas<br />
de a seis francos, Jas oleograflas y las flores de trapo, y cuando<br />
nor exigencla suya comi en su departarnento, 10 sucuJento de las viandas,<br />
10 inédite de las salsas y Jo afiejo de los vinas me hizo ver que posela<br />
aquellos primores de la industria artlstica, solamente porque necesitaba<br />
como C0~acorriente v a cualquier precio scnsaciones profundas y finas.<br />
Pero. (de dônde diablos habla sacado aquella aristocracia de Ios nervios,<br />
mas l'ara qlli7.~sque las de la sangre v la Intelizencia, ella, la hija de un<br />
zapatero mugriento? " Enigma insoluble. . . El té que bebia en fragiles<br />
ta-Z3S chinas. dignas de una vitrina de museo, era té de caravana cornprado<br />
a precio absurdo y sostenia ingenuamente que era el menos malo<br />
que habla encontrado en Paris; tornaba el ûnico café libre de toda sofisticacién<br />
que he bcbido en Europa; vlvia quciéndose de la mesa y al<br />
proponerle que fuéramos a corner en algunos de los restaurantes afamados,<br />
hacia uns mueca de asco, como si en todos cllos juntos no se pudiera<br />
encontrar un beeisteack devorable: cultivaba con pasiôn la mania de los<br />
encajes antiguos y los smontonaba sin usarlos en el enorme armada de<br />
rnaderas olorosas, perfurnado por Guerlain con aromâticas yerbas, en<br />
donde amontonadas en pilas simétricas y enormes, deslumbraban el ojo<br />
Jas blancas batistas de sus ropas intimas, y Jo acariciaban los pâlidos matices<br />
de las carnisas de dormir, frâgiles como telaraôas, de las enaguas<br />
bord adas como pafiuelos de baile y de los calzones de seda olorosos a iris<br />
de Florencia y franjlponla.<br />
En su boca de fresa la frase aquella de la princesita al oir los aullidos<br />
deI pueblo pidicndo pan: "Si no tienen pan,
-Tu estudias ... -,derto? .. - me preguntaba una tarde, tendidos<br />
ambes en el divan turco dei saloncito de la izquierda _.. ,Para qué,<br />
dîme? .. -afiadio ingenuamente. .. -"Para saber ... -" le contesté<br />
sorprendido , .. -"Y qué sacas con saber -aiiadi6 besândome-> la<br />
vlda no es para saber, es para gozar. Gozar; gozar es mejor que pensar<br />
-afiadl6 con acento de conviccién intima".<br />
Y parece que yo hubiera aceptado su filosofla, a [uzgar por mis<br />
ûltimos meses en que no he abierto un Iibro y he abandonado el griego<br />
y el rusa y los estudios de gramâtica comparada y los planes de mis<br />
poemas y los negocies, para vivir preocupado s610 de placeres, de sport,<br />
de fiestas, de esgrima, en una incesante caceria de sensaciones. .. Me<br />
estaba ahogando por falta de aire intelectual, acostumbrado al sllencio<br />
que forma también parte de la naturaleza de Lelia, porque en dias enteros<br />
de estar [untos no atravesaba una palabra, hundléndome lentamente<br />
en una atonia intelectual increible . .. iOh, la Ciree que cambia los<br />
hombres en cerdosl . .. 1En los minutos de lucidez me senti agonizar<br />
entre la materia coma el Emperador arrojado a las letrinas por cl pueblo<br />
romano!<br />
La primera vez que encontré a la de Roberto en casa de Lelia, la<br />
monstruosa sospecha se me clavé en la imaginaci6n. Alta, huesosa, delgada,<br />
los ojos ardientes, el seno sin relieve, calzada y vestida con estilo<br />
masculino y con algo hombruno en toda ella -en el bozo que sombrea<br />
el Jabio delgado, en los ademanes bruscos, en la voz de modulaciones<br />
graves- la italiana me fue odiosa solo al verIa. .. _ct, Quién es? ,Par<br />
qué la tratasr"- le pregunté a la Orloff. -"Porque me gusta"-. contest6<br />
y se encerr6 en el siJencio de siempre. Una tarde. al entrar, las<br />
lâmparas no estaban encendidas y el salon se adorrnecia en la oscurJdad<br />
dei crepûsculo, Oi en uno de los rincones oscuros un cuchicheo, y antes<br />
de encender una ceriJla paso rozândome un bulto v salié a la antecâmara.<br />
Lelia. al ver luz sc incorporé en el divan donde estaba recostada ...<br />
-",Quién sali6 de aqui?"- pregunté nervioso -"Angela de Roberto.<br />
grupo infame, 10 habla mado al suelo, sobre la piel de osa negro que<br />
esta al pie dei lecho, y 10 golpeaba furiosarnente con todas mis fuerzas,<br />
arrancando gritos y blasfemias, con las manos violentas, con los tacones<br />
de las botas, como quien aplasta una culebra, No sé cômo saqué de la<br />
vaina de cuero el puiialito toledano damasquinado y cincelado como una<br />
joya que lIevo siempre conmigo v la enterré dos veces en la carne<br />
blanda: senti la mano empapada en sangre tibia, envainé el arma, bajé<br />
en dos saltos la escalera oyendo los gritos y me meti en un fiacre dandole<br />
al cochero las senas dei escritorio de Miranda.<br />
De ahî, después de pedirle una suma al cajero y de recoger mi correspondencia<br />
llegada una hora antes, fui a mi hotel para que Francisco<br />
arrcglara un saco de viaje, sali en otro coche pedido por el conserje y<br />
llegué a la estaci6n a tomar el tren, el primero que saliera, para cualnuier<br />
parte ... Tomé el Que me trajo a Bâle, donde dormi, y desde el<br />
dia siguiente estoy aqui, donde, con una angustia suprerna ha esperado<br />
el telegrama de Marinoni, que tengo abierto frente a la pâgina que escrlbo<br />
. .. 1En fin, no he matado a nadie, fue un rasguüo, ayer estaba<br />
comiendo en el Restaurante de la Cascada, y respire! ...<br />
Ahora analizo frîamente. ,Par qué cometi esa brutalidad digna de<br />
un carretero e intenté un asesinato de que me salv6 el tarnafio dei puâal<br />
que es mas bien una joya que una arma, yo, el libertino curioso de los<br />
pecados raros que ha tratado de ver en la vida real, con voluptuoso<br />
dilettantismo, las mas extraûas prâcticas, inventadas por la depravacién<br />
humana, yo, el poeta de las decadencias que ha cantado a Safo la lesbiana<br />
y los arnores de Adriano y Antinoo en estrofas cinceladas como<br />
piedras preciosas? ,Celos? Seria grotesco. .. ~Odio par la anormal?" ..<br />
No, puesto que la anormal me fascina camo una prueba de rebeldia del<br />
hombre contra el instinto. .. (Entonces?.. Fue un movimiento irrazonado,<br />
un impulsa ciego, inconsciente, coma el que una tarde de otoûo<br />
pasado me hizo insultar sin rnotivo al diplornâtîcc alernân que me habian<br />
presentado diez dias antes, dando ocasi6n para un duelo estûpldo en la<br />
frontera belga y para que Mirinoni me creyera loco.<br />
Encontré un nido donde esconderme a pensar, una casucha de madera<br />
tosca, habitada por una pareja de viejos campesinos. Es un sitio inacceslble<br />
donde no llegan turistas, una garganta salvaje de monte, llcna del<br />
ruido de un torrente que se vuelve niebla al rodar entre enormes pedrcgones<br />
negros y sombreado por pinos y castaüos altislrnos. He escrito a<br />
Paris pidiendo que me manden a Interlaken una multitud de cosas que<br />
me hacen Ialta, y voy maâana a treparrne a mi picacho sin llevar mas<br />
libros que unos estudios de prehistoria americana, escritos por un alemân<br />
138<br />
Whyl, 5 de julio
y unos tratados de boténica, Siento una emocién rara al pensar en mi'<br />
escondite.<br />
El viejo y la vieja dueûos de la casa no han estado nunca en ninguna<br />
ciudad, ni saben leer ni escribir; me miran con un animal raro, y s610<br />
me dirigcn la palabra para decirme buenos dias y buenas nochcs. No<br />
pudiendo corner su comida me alimenta con la leche de unas vacas que<br />
tienen en una explanada vecina. Mi cuarto, el cuarto de don José Fernândez,<br />
le richissime américain, tiene par mobiliario una cama en que<br />
no se acostaria por ninguna suma el ûltimo de mis criados parisienses,<br />
una mesa tosca en que escribo y un enorme platon de madera, que par<br />
la rnaüana me llenan de agua helada, cogida en el torrcnte para baüarrne.<br />
Todo eso, por fortuna, mas ascado que 10 de los mejores hoteles del<br />
mundo, probablemente. Las sâbanas gruesas de Ia cama huelen a campo<br />
y los muebles relucen coma acabados de barnizar. En estos clnco dias<br />
no se me ha pasado por la cabeza una imagen voluptuosa, no he sentido<br />
ningûn deseo y me he ernborrachado de aire y de ideas.<br />
A la madrugada me levante y tras del baüo helado y la leche que<br />
tiene todavia la tibleza de la urbre, trepo por entre la bruma gris penetrada<br />
de luz, donde los accidentes
trepa a la cima y en râpida curva se oculta tras de los primeros contrafuertes<br />
de la montana que son a esa hora, vistos desde donde estoy, una<br />
masa de negruzca neblina argentada, rizada por los verdes matorrales<br />
que se destacan sobre el segundo contrafuerte cuya confusa masa de<br />
detalles esfuma la niebla velàndolos. Allâ a 10 lejos, la oscuridad azulosa<br />
de los montes dei fondo, con sus perfiles de puntiagudos picachos y denteladas<br />
rocas que se cortan oscuras en un ângulo de anfractuosas sinuosidades<br />
sobre el diâfano azul pâlido deI cielo y la blancura deslumbrantc<br />
de ras nubes matinales. .<br />
Vuelvo los ojos hacia abajo y veo el valle con 10 verdoso de su al<br />
(ombra vegetal, sobre la cual Ilota un poco de niebla, manchado aqui<br />
y alli con las masas oscuras de los matorrales y de los grupos de ârboles,<br />
cruzado por las lineas delgadas y amari1lentas de los caminos, por los<br />
hiles negros de la ferrovia y por el plateado zig-zag dc1 torrente que<br />
10 atraviesa; y en un recodo de la hondonada, al pie de la montaiia<br />
divise los techos, la cûpula de la iglesia y el cementerio del pueblecito.<br />
medio oculto POT la oscuridad verdosa del foUaje, y al frente, en el<br />
horizonte donde la niebla interpuesta vuelve a borrar los detaUes, las<br />
ondulaciones de los perfiles y la confusa masa azulosa de otra cordillera,<br />
que abriéndose en irregular brecha, muestra en el fondo ln cegadora<br />
blancura inrnaculada de un ventisquero.<br />
la naturaleza, jpero la naturaleza contemplada asl, sin que una voz<br />
humana interrumpa el dléloao que con el alma pensativa que la escucha<br />
entabla ella, con las voccs de sus aguas, de sus follajes, de sus vientos,<br />
con la cterna poesia de las luces y de las sombras! Cuando aislado as]<br />
oc rodo vinculo hurnano. la oigo y la siento, me pierdo en ella como<br />
en una nirvana divina. Una noche en medio dcl Atlânnco, sentado en<br />
la popa del buque donde dormian ya los pasajeros, tranquilo, sin<br />
preocupaciôn personal ninguna, me abandoné como 10 he hecho estas<br />
rnaüanas a su misterioso sortilegio v a la fascinadora orgla que es para<br />
mi contemplarla. No habla luna. El buque era una masa negra que<br />
hula en la sombra. El mar calmado T el cielo de tin azul sombrio y<br />
purisimo se confundian en el horizonte: las constelaciones y los planetas<br />
resplaudecian en el fonde dei azul infinite; el hervïdero de soles de<br />
ln via lâctea era un camino de luz pâlida en la inmensidad negra y<br />
abnio la esrcla
imaginacién, poblaron solas las sombras dei paisaje, visiones Inmensas suspendidas<br />
entre los infinitos del agua y dei cielo; luego aquellas ûltimas<br />
expresiones de 10 humano se Fundicron en la inmensidad negra y, olvidado<br />
de mi misrno, de la vida, de la rnuerte, el espectâculo sublime entr6<br />
en mi ser, por decirlo aS1,y me dispersé en la béveda constelada, en el<br />
océano tranquilo, como fundido en elles en un éxtasis panteista de<br />
adoraciôn sublime. j Instantes inolvldables cuya descripciôn se resiste<br />
a todo esfucrzo de la palabra! La luz de la madrugada que destiné el<br />
brille de las estrellas y le devolvié al mar su glauea coloraclôn mareante,<br />
me hizo volver a las realidades de la vida.<br />
Ya que no éxtasis de esos, producidos por la grandiosidad de la escena,<br />
si he sentido por momentos bajar sobre mi espiritu una suprema paz en<br />
las horas pasadas en el picacho a donde subo. El plan que reclamaba,<br />
el fin ùnico a que consagrar la vida, me ha aparecido claro y preciso<br />
como una formula matemâtica. Para realizarlo necesito un esfuerzo de<br />
cada minuto por anos enteros, una voluntad de hierro que no ceda<br />
un instante. Mas 0 menos sera éstc, Tengo que aumentar al doble 0 al<br />
triple de 10 que vale hoy mi fortune, para comenzar. Si la comisi6n<br />
de ingenieros, mandada de Londres por Morrel &- Blundel, da un dictamen<br />
favorable sobre las minas de oro que tengo casl negociadas con<br />
ellos y que en la mortuorla de mi padre se avaluaron en una suma<br />
insignificante, las minas me darén al vendérselas varies rmllones de<br />
francos. Deben los ingleses cablegrafiar a Paris, de un momento a otro<br />
y los Miranda me avlsarân por telegrafo a Ginebra, donde hé a pasar<br />
cl mes de agosto. Hecha esa operaciôn trasladaré a Nueva York todo<br />
mi capital y fundaré con Carrillo la casa para llevar a cabo los negodos<br />
que tiene él pensados. Tras de Carrillo estân los Astor, los mlllonarios<br />
que no han dado un paso en falso desde que comenzaron a negociar,<br />
y en manos de él mi oro trabajarâ por mi, mientras me consagro en<br />
alma y cuerpo a recorrer los Esrados Unidos, a cstudiar el Ienguaje de la<br />
civilizaciôn norteamericana, a indagar los parqués dei desarrollo fabuloso<br />
de aquella tierra de la energia y a ver qué puede aprovecharse, como<br />
Iecciôn, para ensayarlo luego, en mi expcriencla. Desde Nueva York<br />
iré por ternporadas a Panama a diriglr en persona las pesquerias de<br />
perlas, que darân al explotar los bancos desconocidos hasta hoy, maravillas<br />
como las que produjeron cuando Pcdrarias Dâvila remitiô a los<br />
Reyes de Espaïia la que remata la corona rcal. Todo el oro que esas<br />
explotaciones produzcan y 10 que hoy posee estarà listo para el momento<br />
en que regrese a mi tierra, no a la capital sino a los Estados, a las<br />
Provincias, que recorreré una por una, indagando sus necesidades, estudiando<br />
los cultives adecuados al suelo, las vias de comunicaciôn posibles,<br />
las riquezas naturales, la indole de los habitantes, todo esto acornpaüado<br />
de un cuerpo de ingenieros y de sabios, que seran para mis compatriotas<br />
ingleses que viajan en busca de orquideas. Pasaré unos meses entre las<br />
141
tribus salvajes, desconocidas para todos alli y que me aparecen coma<br />
un elernento aprovechable para la civilizaclén por su vigor violento las<br />
unas, por su indolencia dejativa las otras. Luego me instalaré en la<br />
capital e intrigaré con todas mis fuerzas y a empujones entraré en la<br />
polittca para Iograr un puestecillo cualquiera, de csos que se consiguen<br />
en nuestras tierras sudamerlcanas par la amisrad con cl presidente.<br />
En dos alios de consagracién y de incesante estudio habré ideado un<br />
plan de finanzas racional, que es la base de todo gobierno, y conoceré<br />
a fondo la administraclén en tados sus detalles. El pais es rico, formidablemente<br />
rico, y tiene recursos inexplotados: es cuesti6n de habilidad,<br />
de simple càlculo, de ciencia pura, resolver los problemas actuales. En<br />
.un ministerio, logrado con mis dineros }' mis influencias puestas en juego,<br />
podré mostrar algo de 10 que se puede hacer cuando hay voluntad. De<br />
ahi a organizar un centro doride se recluten los clvilizados de todos los<br />
partidos para formar un partido nuevo, distante de todo fanatismo polluee<br />
o religioso, un partido de civilizados que crean en la ciencia y pongan<br />
su esfuerzo al scrvicio de la gran idea, hay un paso; De ahi a la presidencia<br />
de la repûblica, previa la necesaria propaganda, hecha par diez<br />
periédicos que denuncien abusos anteriores, previas promesas de contratos,<br />
de puestos brillantes, de grandes mejoras materiales, otto. .. Eso<br />
par las buenas. Si la situacién no permite esos platonismos, coma desde<br />
ahora 10 presume, hay que recurrir a los resortes supremos para excitar<br />
al pueblo a la guerra; a los medios que nos procura el gobierno con su<br />
falso Iiberalismo para provocar una poderosa reacciôn conservadora, aprovechar<br />
la Iibertad de imprenta Ilimitada que otorga la Constituci6n actual<br />
para denunciar los robas y los abusos dei gobierno general y de los<br />
Estados; a la influencla dei clero pcrseguido para Ievantar las masas<br />
fanâticas: al orgullo de la vieja aristocracia conservadora lastimada por<br />
la oclocracia de los ùltimos anos: al cgoismo de los ricos; a la necesidad<br />
que sicnte ya el pais de un orden de cosas estables; proceder a la americana<br />
dei sur y tras de una guerra en que sucumban unos cuantos<br />
miles de indios infelices, hay qUE.' asaltar el poder, espada en mano, y<br />
fundar una tirania, en los primeros anos apoyada en un ejército formidable<br />
y cn la carencia de limites dei poder y que se transforma ra en<br />
poco tiempo cn una dictadura con su nueva constituciôn suficientemente<br />
elàstica para que permita prevenir las revueltas de forma republicana,<br />
por supuesto, que son los nombres )0 que les importa a los pueblos, con<br />
Sus periodistas de la oposiciôn presos cada quince dias, sus destierros<br />
de los jefes contraries, sus confiscacioncs de los bienes enemigos y sus<br />
sesiones tempestuosas de las Câmaras disueltas a bayonetazos, todo el<br />
juego.<br />
Este camino que me pare ce el mas prâctico, puesto que es el mas<br />
brutal, requicre para tomarlo, otros estudios que haré con placer, cediendo<br />
a la atracclén que sobre mi espiritu han ejercido siernpre los<br />
142
triunfos de la fuerza. [Con qué placer os estudiaré, monstruosas rnâquinas<br />
de guerra, euyo acero, donde estalla la mezcla explosiva, derrama la<br />
lluvia de proyectUes en cl campo enemigo y siembra la muerte en las<br />
filas destrozadas; granadas de fulminantes picratas y que al estallar reducian<br />
los piafantes caballos y los cuerpos de los jinetes a informes despojos<br />
sangrientos; e6mo inquiriré los secretos de vuestra estrategia, las sutilezas<br />
de vuestra tâctica, sombras de monstruos a quienes la humanidad degradada<br />
venera, legendarios Molochs, Alejandros, Césares, Anibales, Bonapartes,<br />
al pie de cuyos altares enrojoce el suelo la hecatombe humana<br />
y humea como un incienso el huma de las batallasl<br />
IOh! qué delicia la de escribir, después de instalar un gobierno de<br />
fuerza, grande y buen amigo, al acreditar los respectives plenipotenciarios<br />
que pedirân su reconocimicnto ante todos los presidentes de todas las<br />
republiquitas a la americana del centro a dei sur, donde las cosas se<br />
hacen asi, y de pensar que en virtud de un plan elaborado con la<br />
frialdad con que se resuelve la inc6gnita de una ecuacién, llcg6 uno al<br />
puesto que ambiciona con el fin de modificar un pueblo y elevarlo y<br />
veriflcar en él una vasta experiencia de sociologia experimental. Ningùn<br />
esfuerzo me parecerâ excesivo para coronar la altura que representa<br />
5610 la posibilidad de comenzar a obrar ampliamente,<br />
En csa lejania estan los aüos decisivos, en que todo habrâ de ser<br />
energia y acci6n. Equilibrados los presupuestos por medio de sabias<br />
medidas econômicas: disminuciôn de los derechos aduaneros, que a là<br />
Iarga, facilitando enormes introducciones, duplicaria la renta; supresi6n<br />
de los inutiles empleos, reorganizaclôn de los impuestos sobre bases ctentificas,<br />
economias de todo género: a los pocos aâos el pais es rico y<br />
para resolver sus actuales problemas econémicos, basta un esfuerzo<br />
de orden; llegarâ el dia en que el actual déficit de los balances sea un<br />
superàvit que se transforme en carreteras, en ferrocarriles indispensables<br />
para el desarrollo de la industria, en puentes que crucen los rios tarrentosos,<br />
en todos los medios de cornunicacién de que carecemos hoy,<br />
y cuya falta sujeta a la patria, camo una cadena de bierre, y la condena<br />
a inaccién lamentable.<br />
Esos seran los aûos de aprovechar los estudios previos, veriftcados por<br />
los sabios y los ingenieros que la recorrieron anos antes pagados con<br />
mi oro. En aquellos dimas que van desde el caler de Madagascar, en<br />
los hondos valles equinoxiales, hasta el frio de Siberia, en los luminosos<br />
palamas donde blanquea la nieve perpetua, surgirân, incitados par mis<br />
agentes y estimulados por las primas de explotacién, rodes los cultivas<br />
que enriquecen, dcsde el banano cantado par Bello en su oda divina<br />
hasta los liquenes que cubren las glaciales rocas polares; todas las crias<br />
de animales utiles desde los avestruces que pueblan las ardicntes nantiras<br />
de Africa, hasta los rengiferos del polo. Innumerables rebaüos pastarân<br />
en las fecundas dehesas, doblarânse bajo el peso de los racimos càrdenos,<br />
143
las ramas de los caîetos; en perspectivas regulares donde el ojo se pierde<br />
en el crepésculo verde producido por la sombra dcl guamo protector,<br />
agil trepara la vainilla por los troncos disformes de los cauchos, colgando<br />
de sus fragiles bejucos sus aromàticas urnas, y en las serranias abruptas<br />
el platino y el oro, la plata y el Iridie, brillarân ante los ojos del mincro,<br />
tras de la excavaciôn fatigosa y el complicado laboreo del minerai native,<br />
Dudoso de mis propias aptitudes, por grandes que sean los estudios<br />
que haya hecho para ese entonces, llamaré economistas de fama europea<br />
y consulta ré los mas grandes estadistas dei mundo para proceder acorde<br />
con ellos al arbitrar las medidas que coronarân la obra.<br />
Ideadas y planteadas éstas se harâ conocer la tierra nueva y desbordante<br />
de riquezas en los mercados europeos gracias a agentes fiscales que<br />
los recorran y a los esfuerzos de una diplomacia sagaz, ampliamente<br />
renteada y escogida entre la flor y nata de los talentos nacionales. Los<br />
bonos depreciados antes seran una inversion tan segura corno los Consolidados<br />
Ingleses, y colosales empréstitos lanzados por los Hutk y los<br />
Rothschild y suscritos en condiciones favorables permitirân completar los<br />
resultados perseguldos en la constante labor. La inmigraci6n atraida por<br />
el precio minlrno a que se harân las adjudicaciones de baldios en los<br />
territortos hoy desiertos, aflulrâ coma un rio de hombres, camo un Ama<br />
ZODascuyas ondas fueran cabezas humanas y mezcladas con las razas<br />
Indigenas, con los antiguos dueüos del suelo que hoy vegetan sumidos en<br />
oscundad miserable, con las tribus salvajes, cuya fiereza y gallardia<br />
natlvas seran potente elemento de vitalldad, poblarâ hasta los ûltimos<br />
rincones desiertos, labrarâ el campo, explotarâ las minas, traerâ industrias<br />
nuevas, todas las industrias hurnanas. Para atraer esa inmigraci6n<br />
civilizada, colosalcs steamers de compaülas subvencionadas por el gobierno<br />
con sumas que permitan reducir a un minimum, suprimir casi, el casto<br />
deI pasaje, cruzarân el Atlânnco e Iran a recoger a los tripulantcs, ansiosos<br />
de nueva vida, en los puertos de- la vieja Europa, de donde el<br />
hambre los arroja, en los dei Jap6n y China, paises desbordantes de<br />
poblaci6n hambreada y en las amplias radas de la peninsula Indica de<br />
donde el naüvo pobre, el paria desheredado, ri bengali de dulzura casi<br />
femenina [emigrarân ansiosos de una patria nucva, para no sentit en las<br />
espaldas el lâtigo inglés que los flagela!<br />
Monstruosas fâbricas doride aqucllos infeliccs cncuentren trabajo y pan<br />
nublarân en ese entonces con el humo denso de sus cbimeneas el azul<br />
profundo de los cielos que cobijan nuestros paisajes tropicales; vibrant<br />
en los llanos el grito metâlico de las locomotoras que cruzan los rieles<br />
comunicando las ciudades y los pucblccillos nacidos donde quince anos<br />
antes fueron las estaciones de madera tosca y donde, a la hora en que<br />
escribo, entre la enmaraiiado de la selva virgen extienden sus ramas<br />
seculares las colosales ceibas, cntrelazadas de Iianas que trepan por ellas<br />
como serpientes, y sombrean el suelo pantanoso, nido de reptiles y<br />
144
de fiebres; coma una red aérea los hiles dei tclégrafo y del teléfono<br />
agitados par la idea se extenderan par el aire; cortarân la dorrnida corriente<br />
de las grandes arterias de los caudalosos y lentos rios navegables,<br />
a cuya orilla crecerân los cacaotalcs frondosos, blancos y râpidos vapores<br />
que anulen las distancias y Ileven al mar los cargamentos de frutos, y<br />
convertidos estos en oro en los mercados deI mundo, volverân a la<br />
tierra que los produjo a multiplicar, en progresiôn geométrica, sus fuerzas<br />
gigantescas,<br />
iLuz! iMas IUlI ... Las ûltirnas palabras del potea sublime de Fausto<br />
seran el lerna del pueblo que asi ernprende el camino del progre~o. La<br />
instrucciôn public a atendida con especial empefio y propagada por todos<br />
los medios posibles -desde cl Kindergarten donde los chicuelos aprenden<br />
a deletrear entre las rosas, hasta Jas grandes universidades en que<br />
los sabios de ochenta aries, encanecidos sobre los instrumentos de obserradon,<br />
se entregan a las mas audaces especulaciones que solicitan el<br />
pensamiento humano-, levant ara al pueblo a una altura intelectual y<br />
moral superior a la de los mas avanzados de Europa. Libre el pais de<br />
los pavorosos problemas que rninan las viejas sociedades europeas y<br />
cstallan en ellas en alaridos nihilistas y reventar de bombas, mirarâ tranquilo<br />
hacia el futuro.<br />
La capital transforrnada a golpes de pica y de millones -como<br />
trasform6 el Baron Haussman a Paris- recibirâ al extranjero adornada<br />
con todas las flores de Sus jardines y las verduras de sus parques, le<br />
ofrecerà en amplios hoteles refinamientos de confort que le permit an<br />
forjarse la ilusi6n de no haber abandonado el risueüo home y ostentarà<br />
ante él -cn la perspectiva de anchas avenidas y verdeantes plazoletaslas<br />
estatuas de sus grandes hombres, el orgullo de sus palacios de<br />
mérrnol, la grandeza melancélica de los viejos ediftcios de la época<br />
colonial, el esplendor de teatros, circos y deslumbrantes vitrinas de almacenes;<br />
bibliotecas y Iibrcrias que junten en sus estantes los libros europeos<br />
y arnericanos ofrecerân nobles placercs a su inteligencia y como flor<br />
de esos progresos materiales podrâ contemplar el desarrollo de un arte, de<br />
una ciencia, de una novela que tengan sabor netamente nacional y<br />
de una poesia que cante las viejas leyendas aborigenes, la gloriosa epopeya<br />
de Jas guerras de emancipacién, las bellezas naturales y el porvenir<br />
glorioso de la Herra regenerada,<br />
Establecer una dictadura conservadora como la de Garda Moreno<br />
en el Ecuador 0 la de Cabrera en Guatemala y pensar que bajo ese<br />
régimen sombrfo con oscuridades de mazmorra y negruras de inquisicién,<br />
se verifique el milagro de la transformaciôn con que sueûo, parece<br />
absurdo a primera vista. No 10 es si se rnedita. Esta cansado el pais de<br />
peroratas demagégicas y falsas libertades escritas en la carta constitucional<br />
y violadas todos los dias en la prâetica y ansia una f6nnula polîtica<br />
mas clara, prefiere ya el grito de un dictador, de quien sabe que proce-<br />
145
derâ de acuerdo con sus amenazas, a las plat6nicas promesas de respeto<br />
por la ley burladas al dia siguiente. El éxito de .Ia enorme empresa<br />
depende de la habilidad con que, al normalizarse la situaciôn, después<br />
dei triunfo, se inîcien las modificaciones que lentamente cambiaràn la<br />
situacién dei partido vencido y le permitirân volver a la esccna politica<br />
aleccionado por la ruda leccién de la derrota y por los primeros aûos de<br />
régimen estrecho en que sus conductores comprendan 10 inûtil de la<br />
lucha a mano armada. Soûaràn entonces en transacciones que les permitan<br />
escalar puestos secundarios 0 vociferaràn contra los abusos cometidos,<br />
pero sus discursos no encontraràn eco porque el pueblo sentira<br />
ya las ventajas dei nuevo régimen. El desarrollo industrial absorbera parte<br />
de las fuerzas que antes producian hondas perturbaciones al agitarse en<br />
la politica y las concesiones, paulatinamente otorgadas, iran atrayéndole<br />
al gobiemo la opinion de la juventud, desengaüada de los viejos ideales<br />
y el apoyo de los capitalistas de todos los bandos, que desean seguridad<br />
y bienestar. A cada progreso realizado en el orden material, a cada<br />
derecho respetado, corresponderân las filas opuestas con un movimiento<br />
que las acerque y permita nuevas concesiones y a la larga, serenades los<br />
ânimos y desaparecidos de la escena los antiguos caudillos llenos de<br />
Ideas exageradas, cuya presencia en ella impedia devolver la elasticidad<br />
necesaria al juego del organisme social, una oposiciôn moderada, apcnas<br />
viable, porque no tendra abusos que denunciar ni reclamos que alzar<br />
a 10 alto como banderas de guerra, estableccrâ un equilibrio casi perfecto<br />
entre las exigencias de los mas avanzados y la prudencia prcvisiva<br />
de los mas retrégrados.<br />
iLento aprendizaje de la civilizaciôn por un puebla niûo, que al<br />
traducirte en mi cerebro en una imagen plâstica y casi grotesca por la<br />
reduccién, me haces pensar en los gateos del chiquitin que balbucea<br />
silabas informes, en las andaderas que le impiden caer al ensayar los<br />
primeras pasos, en los pinitos que hacc entre una silla y una mesa,<br />
en el cuarto que atraviesa, apoyandose en los muebles, en las caminadas<br />
de a diez metros que sorprcndcn a la marna sonriente, hasta que el<br />
mùsculo endurecido por el ejercicio y el vigor de los nervios le permiten<br />
caminar colgado de la mano de la nodrizal ... [Las piernecitas que<br />
apenas la sostienen tendràn mas tarde tendones y mésculos y osatura<br />
formidable con que optima los ijares del caballo fogoso en que cruce<br />
la llanura, '! Jas manos pequeüas llenas de sonrosados hoyuelos, euyos<br />
dedillos sostenian con dificultad el juguete preferido, alzarân la azada<br />
para labrar el suelo de la patria y la espada para defenderlol ...<br />
Veo mentalmente la transformaciôn del pais en los personajcs que<br />
me acompanarân en cada época y en cada escena de la tarea, desde la<br />
entrada a la capital, a sangre y fuego, entre el estallido de las bombas<br />
y las descargas de la fusileria deI ejército vencedor, mandado por 10<br />
mas selecto de la aristocracia conservadora, mis primos los Monteverde,<br />
146
atléticos, brutales y fascinadores, improvisados generales en los campos<br />
de bataila, debido a sus audacias de salvajes; los viejos jefes encanecidos<br />
en el serviclo, el general Castro y los dos Vaiderrama, par ejemplo,<br />
hasta el dia en que estas vejetes venerables y estorbosos para mi pian<br />
duennan tranquilos en la tumba junte con los jefes civiles del parudo<br />
vencido, que sesentones y ttntando de miedo presenciaron et tnunfo<br />
cruento el dia en que se iroplant6 la dictadura, Los que eran en ese<br />
entonces mozuelos msulsos, convertidos los unos en ventrudos mtnistros<br />
de Estado, y los otros en fJacos periodistas de la opostcion, se daràn<br />
cuenta, en esa época distante a donde llega mi imagmacién, de que los<br />
problemas que a sus padres les perecieron insalubres, se resolvieron casi<br />
de por si ai fundar un gobiemo estable y dalles ocupaci6n a los vagos,<br />
al cultivar la tierra y ai tender rieles que facilitaran el desarrollo dei<br />
pais.<br />
En ese entonces, desprendido deI poder que quedarà en manos seguras,<br />
retirado en una casa de campo rodeada de jardines y de bosques<br />
de palmas, desde donde se divise en lontananza el azul dei mal y no<br />
lejas la cùpula de alguna capiUa sombreada POl" oscuros follajes, saciado<br />
ya de 10 humano y contemplando desde Iejos mi obra, releeré a los<br />
fil6sofos y a los poetas favoritos, escribiré singulares estrofas envueltas en<br />
brumas de misncismo y pobladas de visioncs apocallpticas que, contrastando<br />
de extraüa manera con los versos llenos de Iujuria y de fuego<br />
que forjé a los veinte anos, harân sonar abundantemente a los poetas<br />
venideros. En ellos pondré, como en un vaso sagrado, el supremo elixir<br />
que las multiples experienctas de los hombres y de la vida, hayan depositado<br />
en el fondo de mi alma ardiente y tenebrosa.<br />
Llevaré alli la existencia desencantada y dulcisima de un don Pedro<br />
II desposeldo dei tronc, que lee a Renan en las tardes de mcditaciôn.<br />
Depurado roi ser de todo sentimiento humano e inaccesible a toda emoci6n<br />
que no venga de alguna verdad, desconocida de los hombres y<br />
entrevista por mi, en el apaciguamiento de la vejez y con la serenidad<br />
que dan los sueiios reahzados, ai morir, nad a mas, sobre mi cadâver<br />
todavia nbio, comenzarâ a formarse la leyenda que me haga aparecer<br />
como un monstruoso problema de psicolégica complicaciôn ante las generaciones<br />
dei futuro.<br />
Micntras no baya realizado siquiera la primera parte de ese plan no<br />
dormiré tranquilo. Que es grande ... Mas grande era el de Bolivar al<br />
jurat la llbertad de un continente en la falda del Montepincio, el de<br />
Bonaparte cuando, encerrado a los veinte anos en el cuarttco de Dôle,<br />
pobre rnilitarcillo desconocldo, soàaba en cambiar la faz de Europa<br />
y en repartir tronos a sus hermanos como quien reparte un puiiado<br />
de monedas.<br />
147
-Yo estaba loco cuando escribi este, ,no Saenû- exclamé Fernandez,<br />
interrumpiendo la lectura, dirigiéndose al médico y sonriéndole amistosamente<br />
...<br />
-Es la ûnica vez que has estado en tu juicio- contesté Sâenz con<br />
frialdad.<br />
-Me habian ocurrido todas las cosas posibles e imposibles respecta<br />
de ti, menas ésta, jque alguna vez se te hubieran ocurrido semejante<br />
barrabasadasl Tu, presidente de la repûblica, qué degradaciôn para tisolté<br />
Bovira con acento indignado-. Tu de presidente de la repûblica ...<br />
-Dime, ,las ventas de las minas, los negocios en Nueva York y las<br />
pesquerlas de perlas, te dieron los resultados que esperabas, José?<br />
.pregunté Luis Cordovcz con aire meditabundo,<br />
-Superiores a 10 que esperaba- respondiô el poeta ...<br />
- Y entonees ,qué te detuvo, di, qué te detuvo para hacer eso que<br />
habrias podido bacer y que era grande, enorme? -pregunt6 Cordovez<br />
con su entusiasmo de siempre.<br />
-Los pastelcs trufados de higado de gansa, el champaûa seco, los<br />
tintos tibias, las mujeres ojiverdes, las japonerias y la chifladura literaria-<br />
contesté Oscar Sâenz con displicencia, dcsde su sill6n perdido<br />
en la sombra.<br />
-Eres mas psicélogo que fisi61ogo- respondié Fernéndez,<br />
- Y tu eres un chiflado porque babiendo concebido eso hace ocho<br />
arias, nos la estas leyendo aqui ahora, en vez de haberlo realizado de<br />
parte a parte ...<br />
El té servido por Francisco, el criado viejo que acompaüé al poeta<br />
desde que le vio nacer, interrumpié la lectura por unos instantes.<br />
- Tres tazas de té has bebido, -jtres tazas!- le grit6 Sàenz a<br />
Femàndez, sin poderse contener al veria Ilenar por tercera vez la frâgil<br />
tacita de porcelana y agitar el arornàtico licor con la cucharilla- [Fernândez,<br />
siguer -dijeron en coro Cordovez, Sâenz y Pérez, mientras<br />
que Juan Revira se Ievantaba para despedirse diciendo ...<br />
-Soy una bestia. . . Nadie te quiere coma yo. Me encanto al oir a<br />
los inteligentes recitar tus versos y llarnarte gran poeta: de repente se<br />
me antoja oirte leer algo coma esta noche; pongo toda la atencién que<br />
Dios me dio, y, mi palabra de honor, que me quedo a oscuras de la<br />
mayor parte de la que oigo, .. ,QlIé tiene que ver todo cso que nos<br />
has leido, con el nombre de la quinta, con el cuadro de Ja galeria ni<br />
con la rnarca de los libros empastados en cuero blanco? .. Soy una<br />
bestia ... Maüana te mandaté las parasitas que Ilegaron hoy dei cafetal.<br />
-,Las odontoglosum? ... -preguntô Fernàndez, usando el nombre<br />
técnico de la planta por hébito adquîrido al .hablar de botànica con el<br />
inglés que cuida el Invernâculo.<br />
- No entiendo eso, las que querias, mandaron un mundo, . . Maüana<br />
las tendras. . . -y después de apretar las manas de los amigos, en la<br />
148
suya grande, dura y tostada, salié refunfuiiando entre dientes: - Decididamente<br />
no entiendo nada de eso, [soy una bestial ...<br />
- José, isiguel -dijo Cordovez con impaciencia al ver caer la portière<br />
roja sobre las espaldas dei gigante.<br />
y Fernândez ley6 asi a la luz de la lâmpara.<br />
Borracho de ideas y eansado de pensar, sali de mi escondite hace ocho<br />
dias a gastar las fuerzas que la quietud, los banos helados y el ejercicio<br />
habian acumulado en mi, y desde esa maûana hast a esta noche ha<br />
sido una orgia de rnovimiento incesante, de paisajes recorridos, de<br />
escaladas vertiginosas de montafias y de incansables caminadas por valles<br />
frescos lIenos de verdura nueva. [Ncveras, ventisqueros, altas cimas<br />
donde el pulm6n se lIena de aire purlsimo, los ojos de claridades imprevistas,<br />
el cerebro de grandi osas ideas: donde la sangre se vivifica y se<br />
enriquece mejor que con la higiene mas cuidadosa, observada en una<br />
ciudad! Nunca experimentada sensacién de vigor ardiente y de fuerza<br />
muscular inagotable que gastar en nuevos ejercicios, me ha hecho sentir<br />
todo el vigor que cncierra mi cuerpo a pesar del que he derrochado<br />
en los ûltimos meses, y en todos los mornentos he meditado en los<br />
porrnenores de mi plan. Ni un deseo, ni una imagen sensual me han<br />
perseguldo: las tentaciones enfermizas se respiran con el olor de cocina<br />
y de perfumeria, de polvos de arroz y de mujer que flotan en el aire,<br />
cargado de efJuvios de lascivia y de gérrnenes de enfermedades mentales,<br />
de la Babilonia moderna.<br />
[Naturaleza, bendita seas!... [Tus espectâculos vistos en soledad<br />
completa, sin oir una voz humana que turbe nuestra meditacién, son<br />
coma un bromuro cficaz y calmante para las almas insomnes!<br />
Antier estaha en un ventisquero, todo blanco, claro, diâfano el suelo,<br />
las Iejanias llenas de niebla, donde reverberaba cl sol matinal, cl cielo<br />
luminoso. Los guias se habian quedado atrâs. Destapé el frasco plane,<br />
lIeno de chartreuse verde que llevaba en la cintura y sorbi un trago largo<br />
que me quem6 el paladar con el sabor de las plantas arométicas diluidas<br />
en el alcohol sutil, y me hizo correr calor por todo el cuerpo helado<br />
por el arnbiente glacial. Pensé en la Orloff, en las sâbanas de raso negro<br />
sobre las cuales extiende las curvas deI cuerpo arnbarlno perfumado de<br />
magnolia; en la tina de cristal rosado lIena de agua tibia que se opaliza<br />
con los vinagres aromaticos preparados par Lublin, y al sentlrme libre<br />
dei sortilegio carnal, en que vivi envuelto por seis meses, solté una carcajada,<br />
una carcajada vibrante y poderosa que reson6 como un disparo<br />
en el silencio blanco dei ventisquero: una carcajada de salvaje, después<br />
de que ha roto en mil pedazos el fetiche que 10 asustaba. [Adiôs, sensualidades<br />
de bizantino! jA vivir vida de hombre!<br />
149<br />
Interlaken, 25 de julio.
El eonjunto cosmopolita de estas mesas redondas de los grandes hoteles<br />
y los contrastes disparatados de todas ellas! El menu francés pareee un<br />
exotismo dada la composiciôn heterogénea de la dei Hotel Victoria,<br />
donde vivo... [Ohl, personajes que me divertis al observaros y dais<br />
a mi irnaginaciôn fantaseadora ocasiôn de forjarme vuestra vida mientras<br />
engullo los man jar es; grueso agente viajero alemân, oloroso a cerveza,<br />
que cuentas tus groseras aventuras de taberna y de burdel, entremezclândolas<br />
de earcajadas sonoras; gomoso parisiense, corbateado de rosa,<br />
de los zapatos y los bigotes puntiagudos y de la inteligencia roma, que<br />
estropeas lamentablemente los términos de sport ingleses al adaptarlos<br />
a tus pronunciaciones guturales; espaüol cuyo perfil regular y cerdoso<br />
bigote negro van precedidos de inevitable pitillo infecto y que a todas<br />
horas sigues con ojos de lujuria a la criada sulza coloradota y fresca;<br />
brasileros arnarillosos y enclenques, que exhibis inverosimiles diamantes<br />
pajizos monta dos en los botones de la camisa, y tiritâis de frio coma<br />
oistitls del tr6pico en las noches invernales de Londres; aventurero ruso<br />
de la rizada barba castaüa que sientes la nostalgia de la ruleta y las<br />
carpetas verdes de Montecarlo; viejas inglesas, secas unas veces como<br />
sarrnientos, desbordantes otras como informes paquetes de carne linfàtica,<br />
que recorréis la Europa entera, con el Baedeker en una mano y<br />
La Biblia en la otra, pronunciando el misrno beautiiul, beauuiul, charming,<br />
quite charming, ante los fiords glaciales de Noruega, los nevados<br />
y los lagos azules de la Sutza hcroica, los ardientes sitios de Castilla la<br />
vieja, llenos de nobles fiebres y los paisajes sonrosados dei Iitoral dei<br />
Mediterrâneo: viejas que atravesâis los paises que os atraen bebiendo el<br />
mismo té tibia, devorando los mismos asados sanguinolentos y escribiendo<br />
en vuestra clara cursiva las mismas cartas de diez hojas, con las<br />
espaldas vueltas a paisajes adorables; canonesa alemana de los catorce<br />
cuarteles en el escudo, que paseas por sobre la asistencia la insipida<br />
mirada incomprenslva de tus ojuelos grises 'y melàncoltcos: pareja de<br />
renteros franeeses a quienes alguna agenda de viajes traslada de lugar<br />
en lugar para que admiréis, sin comprenderlos, los sitios y los edificios<br />
designados por la guis [ohanne a vuestros entusiasmos de inofensivo<br />
turismo; honorable Mr. Woodding, que haciendo propaganda por cuenta<br />
de la secta trinitaria, con un ejemplar de los evangelios debajo del brazo,<br />
azotas con los faldones de tu larga levita negra, las madreselvas florecidas<br />
por la primavera y paseas tu prole -las cuatro chiquitinas rubias que<br />
parecen salidas de un album de Kate Greenway- par todos los caminos<br />
pIanos de cerca a todos los hoteles donde cuesta la asistencia diez francos<br />
por dia; enorme conde valaco 0 rumano de la melena rizada a la caracalla<br />
y de ]05 Oj05 bovinos y apagados: principe iraliano, cuyo palacio<br />
secular, donde habitaron tus antepasados gloriosos, vendieron los aeree-<br />
150<br />
Interlaken, 26 de julio.
dores cansados de cobrarte; job, muestras de la calidad corriente de la<br />
especie hurnana, frabricadas de prisa por el Gran Hacedor, sin hinchazones<br />
de mûsculos y sin afinamientos de nervios, lectores de Ohnet,<br />
adoradores de Gaboriau y de Montepin. que considerâis como 10 supremo<br />
deI arte los cuadros en que sonrien las venus de pomada rosadas pintadas<br />
por Bouguereua, que os pasmàis oyendo las musiquillas italianas de hace<br />
treinta anos y las Idiotas pornograflas de los cafés-conciertos y a quienes<br />
dejan frios las dulces ingenuidades de los pintores prerrafaelitas, las<br />
sutilezas deI arte japonés, las grandiosas sinfonias de Wagner, los dolorosos<br />
personajes que atraviesan la sombra gris de las novelas de Dostoisvsky,<br />
las extraterrestres creaciones de Poe; admiradores de 10 medloere<br />
y de 10 fâcil, a quienes Max Nordau presentaria como prototipos deI<br />
perfecto equilibrio, todos vosotros engullis la misma sopa de fideos cosmopollta,<br />
los rnismos asados sospechosos, rociados con el mismo Medoc<br />
quimico, absorbéis la misma compota de negras ciruelas pasas con que<br />
los amables propietarios de los hoteles suizos nutren vuestras hermosas<br />
personas en las temporadas de veraneo! [Leves os sean esos manjares<br />
indigestos y conviértanse en sangre de vuestra sangre y en hueso de<br />
vuestros huesos y ayude a peptonizarlos y a facilitar vucstras difîciles<br />
digestiones la acciôn de gracias que articulan los labios enjutos y la<br />
bendiciôn que espareen en el aire los dedos flaeos dei abate Pazavilllni,<br />
sentado a la cabeeera de la mesa en que lueen ahora el queso de<br />
Camembert de coloraci6n cadavérica, el roquefort delicuescente y la<br />
decocclén de chicoria, amarga con que, ereyendo que absorbéls cl café<br />
aromàtico, el licor de Voltaire y de Balzac, flnalizâis vuestros pantagruélicos<br />
almuerzos!<br />
Interlaken, 5 de agosto, por la noche.<br />
Nini Rousset. la divetta de un teatro bufo deI Boulevard; Nini Rousset.<br />
la que vestida con una guirnalda de hojas de parra, enloquecié una<br />
sala de prostitutas y de vividores, exhibiendo desnudas las curvas de<br />
estatuas y las frescuras tûrgicas de su cuerpo de Venus. en una revista<br />
del afio pasada; Nini Rousset, a quicn mandé ramos de gardenias y un<br />
par de diamantes sin lograr mas que una mueca de hurla y una frase<br />
grosera el dia en que quise hacerla mla; Nini Rousset, par quien habria<br />
dada un mes de vida antes de tropezar con la OrIoff, acaba de salir de<br />
mi cuarto, dejândome en él su olor de Chypre y en los ncrvios la vibracién<br />
de una violenta sacudida de placer. Llegé hacc una hora, con seis<br />
baéles lIenos de sombreros y de vestidos y tres perros faIderos y al<br />
encontrar mi nombre en el registre dei hotel, después de instalada en<br />
su euarto, se vino III mio y entràndose en puntas de pies sc me aceree<br />
por detrâs y me cerro COn las manccitas blandas y suaves los ojos que<br />
151
leian en ese momento una pagina de la érica de Spinola ... h-jAdivina<br />
quién es, adivina qulén es, rastaquoere poeta, ospecie de animal, adivina<br />
quién es!"- gritaba besândomc y rnordiéndome la nuca con la boca<br />
010r05a a menta. Como un sâtiro borracho de sexo, la Ienvanté dei<br />
suelo con los brazos al desprenderme de su brazo lascive, y la provocaciôn<br />
cornenzada con su chanza infantil acabô, unos minutos después,<br />
en un doble maullido salvaje de voluptuosidad, sobre el divan de la<br />
alcoba.<br />
Antipatizo con ella con todas mis fuerzas. Es una cncarnaciôn auténtica<br />
de toda la canalleria y de todo el vicie parisiense. El Gil BIas cont6<br />
una vez, en un suelto, el antojo que tuvo al ver en una feria a un<br />
jayân que medio desnudo levantaba pesos de a diez arrobas, y la seduccién<br />
de] hércules hecha por ella al terminarse el espectâculo y la llevada<br />
de éste entre su cache, y el cncierro con él durante dos dias y dos noches<br />
en la alcoba por donde han pasado todos los que han tenido modo<br />
de disponer de unos cuantos billetcs de a mil francos para pagarse ese<br />
capricho por una noche. Es una Mesalina comptable: grosera coma una<br />
verdulera y hermosa como una venus griega... Se ha ido ahora a<br />
arreglar el modo de pasar la noche en mi departarnento sin que la<br />
vean los criados y a mandat helar unas botellas de champaïia. La orgia<br />
sera digna de mis cincuenta dias de abstinencia y de estudios estûpidos ...<br />
Acabo de levantarme, después de pasar cuarenta y ochos haras bajo Ja<br />
influencia Ietârgica del opio, deI opio divine, omnipotente, justo y sutil,<br />
coma 10 llarna Quincey, que pag6 con la vida su amor por la droga<br />
funesta bajo cuya influencia se embrutecen diariamente rnillones de<br />
hombres en el Extrcmo Oriente. Ha sido un absurdo pero no podia<br />
hacer otra cosa después de la escena horrible. Queria huir de la vida<br />
por unas horas, no sentirla.<br />
Cuando rendidos ambes de lujuria y de cansancio, borrachos de champana<br />
helado, la Rousset comenzaba A adormecerse con la hermosa cabeza<br />
sobre los almohadones blandos, una furia inverosimil, una ira de Sans6n<br />
mutilado por Dalila me crispé de pies a cabeza, al pensar, con toda<br />
la excitacién dei alcohol en el cuerpo, en los insultas groseros que nos<br />
habiamos prodigado en la hora anterior, entremezclândolos de caricias<br />
depravadas y en mis planes de vida racional y abstinente, deshechos por<br />
la noche de orgla. Un ImpulsoIoco surgié en las profundidades de mi<br />
ser, irrazonado y répido coma una descarga eléctrica, y coma un tigre<br />
que se abalanza sobre la presa cerqué con las manos crispadas, sujetândola<br />
como con dos garras de fierro, la garganta blanca y redonda de la<br />
divetta. j Ahogarla ahi, como un animal daüino contra las alrnohadas de<br />
] 52<br />
Gtnebra, 9 de agosto.
plumas! Dio un grito horrible al despertarse, asflxiândose, me clavé los<br />
ojos, con las pupilas dilatadas, como una cxpresi6n de terror sobrehurnano,<br />
y al adivinar mi intenciôn asesina, mientras que seguia estrechandola<br />
con las manos, gritô con voz tonca, -"iloco!, [Iocol, [estâ<br />
locol"- y sacudiéndome con la agilidad de un venado pcrseguido por la<br />
jauria, huy6 medio desnuda a encerrarse cn su cuarto, lIorando de<br />
miedo.<br />
No me habla atrevido a verle la cara al dia siguiente, A la madrugada<br />
llamé al criado que habia venido de Paris con mi equipaje, le di érdenes<br />
para venirme a buscar agui, y al llegar unas horas mas tarde al hotel<br />
me acosté y tomé una violenta dosis de opio. Bajo su influencia estuve<br />
cuarcnta y oches horas. Al asomarme al espejo ayer para vestirme, me<br />
he quedado aterrado de mi semblante. Es el de un bandido que no hubiera<br />
comido en diez dias; represente cuarenta aüos: los ojos apagados y<br />
hundidos en las ojeras violâceas, la piel apergaminada y marchita. Tengo<br />
10 voz trémula y vacilante el paso. Las visiones que me produjo el<br />
opio fueron aterradoras, pero no crei nunea que los estragos de la noche<br />
de orgia y de la droga venenosa me dcjaran en la postraciôn en que<br />
me siento ...<br />
lEI delirio de la abuelita moribunda, la locura a 10 lejos! [Dios<br />
miol [Dtos mio! Dlos de mi infancia, si existes, sdlvamel ... ,D6nde<br />
esrân Ja senat de la cruz y el rarno de rosas blancas que caerân en mi<br />
noche coma simbolo de salvaciôn? ...<br />
(Por d6nde empiezo? No sé. Es tan delicado, tan dulce, tan extraûo,<br />
tan aterrador ]0 que siento, que tcmo al querer decir la impresién con<br />
palabras, destrozar su frescura, como sc destrozaria cl csmalte de luz<br />
de una mariposa de Muzo, al quererla fijar con un clavo de hierro.<br />
Fue ayer tarde en un comedorcito reservado que tiene vista sobre cl<br />
jardin dei hotel y por cuyos balcones abiertos venia con la brisa del<br />
lago el olor moribundo de Jas madreselvas que 10 cnmarcan. Comia solo,<br />
deseoso de evitar las promiscuidades y cl ruido de la mesa comûn, y<br />
Ida las Soledades de Sully Prudhomme, Il la luz de las bujias dei candelabre.<br />
Un crlado entreabrié la puerta, encendié las de otro, puesto en<br />
la mesita vecina, colocé sobre ella un menu deI dia y volviendo a la<br />
pucrta cntreabierta, doblado en dos pronunciô un pus pouvez entre<br />
Mosié, pus pouvez, entre Mndemuasell ... con su mas puro acento aleman.<br />
Entraron, ella delantc, él atras, correspondieron la venia que les<br />
hice levantândome y, descrnbarazada cita del abrigo de viaje y del sombrero<br />
que Ic daba cierto parecido, por su forma extra fia, con el rctrato<br />
de una princesita hecho por Van Dyck, que esta en cl Museo de La<br />
Haya, se sentaron a corner.<br />
153<br />
Ginebra, J 1 de agosto.
Lentarnente, mientras examinaba yo la extraàn figura dei hombre, sc<br />
quité ella los guantes de Suecia y se froté las manas, dos manecitas<br />
largas y pàlidas de dedos afilados coma los de Ana de Austria en el<br />
retrato de Rubens, con que sr eché para atràs los bucles de la suelta<br />
cabellera castafia, rizosa y sedeüa que donde la luz la he ria de frente<br />
tenia vises de oro. La voz argentina y fresca SOno entonces discutiendo<br />
los platas de la comida. .. -"Para ti yi no de Rhi n y q ueso, (no papa? -,<br />
decia->. Para mi leche y fresas .. ." El hombre. que podria tencr cincuenta<br />
alios, pero con la cabeza y la barba blancas de canas camo un<br />
anciano, la miraba con dulzura paternel, que hacia mas extrafio contraste<br />
con la expresiôn dolorosa de las Iineas de su fisonomia fina de noble 0<br />
de artista. admirablemente modelada y cuya distinci6n aumentaban 105<br />
cabellos crespos y la fina barba blanca cortada en punta v el verde destefiido<br />
de sus ojos apasionados. -"Vas a corner sola"- le dijo-> estoy<br />
ansioso por Ieer los détalles" -, y coloc6 sobre la mesa. doblado a la largo<br />
un periôdico impreso en caracteres alemanes, ,. -"Lee" -, contestéle<br />
ella, acercando el candelabre para que la luz cayera sobre la hoja.<br />
Una simpatîa irresistible me habla ligado a eJlos en esos segundos en<br />
que, olvidados de mi presencia, los examinsba con mi curiosidad insaetable.<br />
Sin duda habian oucrido huir de la vulgaridad de. los comcnsales<br />
de la tahle d'hote, al refugiarsc en el comedor reservado. Para que aquellas<br />
canas blanquearan sus sienes, para que las bondas arrugas de sufrimiento<br />
surcaran as} su frente amarillenta de pensador, para que aquella indeleble<br />
expresiôn dolorosa le marcara asi las facciones, debia él haber<br />
sufrido horrlblemente, porque el vigor de su naturaleza se adivinada en<br />
las Iineas del cuerpo, moldeado por un vcstido gris de refinada elegancia<br />
v el perftl enérgico daba a pensar en un militar acostumbrado al mande<br />
y rctirado del servlcio, El otro perfil, el de ella. Ingenue y pure como<br />
el de una virgen de Fra Angéltco, de una insuperable gracia de lineas<br />
y de expresi6n. se destacaba sobre el fondo sombrio deI papel del comcdor,<br />
iluminado de lleno por la luz dei candelabre. <strong>Completa</strong>ban su<br />
helleza los cabellos, que se le venian y le calan sobre la frenre estrecha<br />
en abundosos rizos, las débiles curvas del cuerpecito de quince allos, con<br />
cl busto largo y esbelto, vestido de seda roja, las manos blanquisirnas<br />
y finas, AI bajar los pârpados, un poco pesades, la sombra de las pestafias<br />
crespas le cala sobre las rnejillas pâlidas, de una palidez sana y<br />
fresca como la de las hojas de una rosa blanca, pero de una palidcz<br />
exangüe, profunda, sobrenatural casi, y por la curra armoniosa de los<br />
labios rosados flotaba una sonrisa supremamente comprensiva. No le<br />
habla visto los ojos y fascinado como estaba por la gracia de su figura<br />
ideal. por la Irnpresién de frescura y de aristocracia que cmanaha de<br />
toda ella, camo emana cl aroma de una flor que se abre, sofiaba en<br />
vérselos. De repente sacudi6 la cabeza hacia atrâs, y agitando los sedosos<br />
bucles de la cabellera castaüa, la volviô en la direcciôn de mi asiento y<br />
154
los clavô en mi, mirândome fijamente, con expresiôn severa. Eran unos<br />
grandes ojos azules, penetrantes, demasiado penetrantes, cuyas miradas<br />
se posaron en mi corno las de un médico en cl cuerpo de un leproso<br />
corroido por las ulceras, y buscaron las mias como para penetrar, con<br />
despreciativa y helada insistencia, hasta el fondo de mi scr, para leer<br />
en 10 mas intimo de mi alma. Por primera vez en mi vida bajé los<br />
ojos ante una mirada de mujer. Me parecia que, en los scgundos que<br />
sostuve la suya, habla leido en mi, como en un libro abierto, la orgia<br />
de la vispcra, la borrachera de opio, y penetrando mas lejos, la pufia<br />
Iada de la Orloff, Jas crapulas de Paris. todas las debilidades, todas las<br />
miserias, todas las vergüenzas de mi vida. Incliné la cabeza avergonzado<br />
como un chiquillo de escuela sorprendido en Ialta, buscando una cstrofa<br />
del libro. Sentia que sus miradas sc habian posado en él, que ya sabla<br />
que era un libro de poesias, de aquellas poesias de Sully Prudhomme,<br />
dulces y penetrantes como fernenilcs quejidos .. _ Con la mirada que le<br />
dirigî habria querido pedirle perdon por haberla contemplado con mis<br />
ojos que han visto la maldad humana y sc han dclcctado en su es"<br />
pectéculo, porque la luz de pureza, de santidad que irradié en los suyos<br />
a la primera mirada que cruzamos, me habia sugcrido no sé qué<br />
extraüa impresién de mistico rcspeto irresistible ... AI mirarla de nuevo<br />
me encontre con sus pupilas fijas en mi, y habria bajado las mias<br />
si no hubiera visto en el 1'17.\11 de las suyas, en la curva de los labies<br />
Finos, en toda la dulce flsonomia una expresién de làstima infinita, de<br />
suprema ternura compasiva, mas suave que nlnguna caricia de hermana.<br />
Aquella rnirada derramé en mi espiritu la paz que baja sobre lm corazôn<br />
de crlstiano después de confesar sus faltas '!
se humanizô sin perdcr su nobleza majestuosa y un ensucâo de tcrnura<br />
divina se dilaté dentro de mi, como la luz de la aurora entre ln oscuridad<br />
de una madrugada tétrica disipando las sombras, llenândomc el alma<br />
de claridadcs tibias, de temblores de savia, de frescuras de agua cristalina<br />
y de cantes de pâjaros, que subcn hacia cl sol, venccdor de ln<br />
noche.<br />
Los rccuerdos de mis liviandades pasadas desaparecieron ahuyentados<br />
l'or la luz. la fuente de aguas vivas brot6 dei pefiasco érldo, y las imagenes<br />
de un idilio se dcsarrollaron y vivieron en el fondo de mi cspiritu,<br />
Seeia en cl fondo del bosquc, donde la sombra de las ramas cac sobre<br />
la alfomhra de hojas sccas y rojizas y sobre el césped blando. Vestida<br />
de blanco, sentada en musgosa coca. '10 arrodillado a sus pics. con la<br />
frentc fchrH apovada en sus rodillas, acariciarian mi cabeza sus lnrgas<br />
manos pâlidas, y la caricia dcrramarîa en mi, no la fiebrc voluptuosa del<br />
arnor humano, sino la calma Iuminosa del amor divine. Con la voz ahogada<br />
le diria que la habla buscado por largos aüos, que mis Iablos, quemados<br />
por los câltdos borgoüas y ]05 champafias ardicntes de las orgias<br />
de la ticrra, tcnîan sed de su amor infantil y puro, coma del oglio<br />
de una fuente oculta dondc se copian los helechos y sc refleja cl cielo.<br />
Las estrofas dulctsimas de Fray Luis de Lcôn subinn de mi boca hacla<br />
ella coma un cantico .<br />
AI",n dtviPla, en velo<br />
de [emeniles forlnas encerrada,<br />
CIIDII,lQ vlntsto nl .mcln<br />
rolJ(r~tc de pasada<br />
/a cc/est/al, rlqlltslma moratÙr.<br />
Volvi a buscar las pupilas azulcs y sus miradas de mistcriosa ternura<br />
me declan que consentia en mis sueûos y una expresiôn de sobcrano<br />
amor csplendia de la pàlida Faz, vuelta hacia mi. Ante mi imaginaci6n<br />
sobrecxcitada y que habla pcrdido la nociôn de la rcalidsd, el oro de<br />
105 cabellos sueltos, hcridos por la luz de las bujias, revistié cl brille<br />
de una aureola que irradiaba sobre el fonda oscuro del comedor.<br />
Al levantar los ojos verdosos dei periôdico que Ida. cl padre dirigiélc<br />
la palabra en italiano y rompié la fascinaciôn. En las frascs que en cl<br />
mismo iclioma le contesté ella percibi los nombres de la Malloggia,<br />
de Sllvaplana y de San Moritz entre las dulccs silabas cantantes de la<br />
Icngua de Leopardi, que tomaban (In su boca sonoridades de rnûsica.<br />
-Sirvanos ustcd el café en el dcpartamento -dijo al criado el hombre<br />
de la barba blanca, levantàndose y pasândole el abrigo y ayudéndole<br />
a fijar, con infinitas delicadezas como de madre, sobre los rizos castaüos<br />
de la ind6mita cabellcra, la singular toca negra que atrajo mis miradas<br />
cuando entraron.<br />
156
Salieron dei comedor, él adelante, ella atrâs, y al volver la cabeza para<br />
que fucra mia otra mirada larga, pensativa y profunda de los grandes<br />
ojos azules, el brille de éstos, la palidez exangüe y como luminosa dei<br />
semblante y la esbeltez dei cuerpo largo y delgado, le dieron a mis ojos,<br />
al veria, asi, sobre el fonde negro que enmarcaba la puerta, el aspecto<br />
de una aparici6n.<br />
Vnos minutos después, al levantarme de la mesa, el brille de un<br />
objeto caido al pie del asiento donde se habia sentado, me hizo acercarme<br />
y recogerlo, Era un camafeo sobre cuyo fondo gris 10 blanco del relieve<br />
forjaba una rama con tres hojas, y revoloteando sobre eIlas, una mariposa<br />
con las alas abiertas, La piedra estaba montada en Oro mate, en<br />
forma de broche y las joya, de una perfecci6n insuperable de trabajo, sc<br />
le habia caido, seguramente, al quitarse el abrigo.<br />
La guardé para entregârsela al dia siguiente y encontrar en la ocasi6n<br />
dada por la casualidad, un principio de relaciones, y sali a buscar en el<br />
registre de la porteria los nombres de los singulares viajeros. Habian<br />
Ilegado hacia tres horas y habia dicho él que pasarian dos dias en el<br />
hotel al tomar el departamento rnarcado con el numero 9, una gran sala<br />
con dos alcobas laterales, situado en el segundo pise y con vista sobre<br />
el jardin. Venian de Niza, no habian anotado el lugar a donde sc dirigian<br />
y estaban inscrites con los nombres de Conde Roberto de Scilly<br />
y Helena de Scilly Dancourt.<br />
Una Idea extrafia me cruzé por la mente. Aquel nombre, Helena, no<br />
evocaba en mi ninguna figura de mujer que se fundiera con él, ninguna<br />
de las que han atravesado mi vida, dejandome la melancolia de un fin<br />
de amor tras de los fugitivos sntusiasmos, se Ilamaba asi, sofïé en la<br />
princesa Helena dei idilio de Tenysson y mentalmente la llamé Helena,<br />
como a una amiga de la infancia.<br />
Una mano enguantada de cabri tilla oscura se apoy6 en mi hornbro<br />
sacàndome de mis sueûos, Era la de Enrique Lorenzana, uno de mis<br />
armgos de la adolescencia, que vive en Londres y que, de paso por Ginebra,<br />
en los dias anteriores, habla venido a verme sin lograrlo porque<br />
mi criado, mientras estuve bajo la influencia del opio, no dej6 entrar<br />
a nadie al departamento, dando como excusa, por orden mia, una enfermedad<br />
grave.<br />
- Hombre -de dijo estrechéndomc la mano entre las suyas-, he<br />
venido a verte tres veces y no 10 he conseguido , .. ,Ha sido grave el<br />
mal? .. Estas horriblemente desfigurado y pâlido y nenes un aire de<br />
crapula, que a no conocerte me haria pcnsar horrores de ti. .. -agrego<br />
familiarmente y después de convcrsar conmigo media hora en el cuarto<br />
de fumar, donde dos yankees atléticos y sanguineos infcctaban el aire<br />
con el humo de sus cigarrillos de Virginia y se envenenaban sisternâticamente<br />
con whisky oloroso a petréleo, me obligé a vestirme y a acompanarlo<br />
a una conferencia de historia que daba esa noche una notabilldad<br />
157
local. Puso en su empeûo para llevarme la dulzura grave de un herrnano<br />
que quiere arrancar a otro de dolorosas ideas por rnedio de una distracciôn<br />
impuesta casio Indudablemente con su perspieacia de fisonomista<br />
nato, me ley6 en la cara los estragos dei opio.<br />
Al volver a pie al hotel, con una medianoche espléndida, constelada<br />
de estrellas, entre cuyo cielo brillaba la luna en su ultimo cuarto, como<br />
una joya de" plata sobre un estuche de raso negro, los follajes de los<br />
àrboles, que se medan al soplo del viento, las aguas del lago, con sus<br />
transparencias profundas donde temblaban reflejos de astros, eran un<br />
cuadro digno del sentimiento nuevo que llenaba todo mi sec y me hacia<br />
volver a los puros y lejanos dias de mi adolescencia, La mirada de las<br />
pupilas azules, radiosas en la hsonomia mortalmente pâlida que enmarcaban<br />
los rizosos cabeUos castaüos, iluminaba mi espiritu. Soûando en<br />
ella salvé la puerta de hierro de la verja del hotel y, temiendo el insomnio<br />
seguro en mi leche, comencé a pascarme por el jardin. La vegetaci6n<br />
oscura manchada de blanco aqui y alH por las flores abiertas olia, coma un<br />
frasco de esencia rara: brillaban arriba las estrellas y, en la quietud de la<br />
medianoche, se oia el silencio. De repente al levantar la cabeza para ver<br />
el cielo a través de los ârboles que extendian contra él las masas negras<br />
de sus ramazones, vi iluminado en la fachada, uno de los balcones del<br />
segundo piso, con los cristales abiertos, y Jas corunas blancas caidas.<br />
Una larga sombra de mujer, camo envuelta en un mante que le cayera<br />
de la cabeza sobre los hombres, se destacaba confusa sobre la blancura<br />
de niebla del transparente. Era Ella; era esa la alcoba de la izquierda<br />
del departamento numero 9. Seguramente el padre dormia ya, en la de<br />
la derecha, donde no habla luz.<br />
Movido por un impulse irresistible arranqué unas cuantas flores de<br />
los matorrales, calculé el peso necesario para que el ramo llegara a su<br />
destina, fijé en él mi tarjeta y volvi a bajar al jardin. La luz atumbraba<br />
todavia los transparentes blancos caldos hasta el suelo y agitados suavemente<br />
por la brisa nocturna. La sombra habia desaparecido, Con el corazén<br />
salténdome del peche, coma un ladrén que teme ser descubierto, me<br />
escondia en la sombra de un matorral, y de pic sobre el banco de piedra,<br />
tiré el ramo, que cruzé par el aire y fue a caer adentro, en el cuarto,<br />
por entre la abertura de las cortinas.<br />
Estas se levantaron un momento después y me dejaron ver en el fondo<br />
oscuro del aposento la luz de la làmpara que ardia cobijada por amplia<br />
pantalla de gasa. Volviéndole las espaldas, camino de frente la silueta<br />
negra y Iarga, camo la de una virgen de Fra Angélico, lleg6 al balcon<br />
y con la cabeza alzada haeia el cielo, levanté la mano derecha a la altura<br />
de los ojos, trazando con ella lentamente una cruz en la sombra, mientras<br />
que la izquierda arrojaha con fuerza algo que atravesô el espada, y vmo<br />
a caer a mis pies - blanco como una paloma- sobre el suelo sombrio.<br />
Era un gran ramo de flores, que regé pâlidos pétales en el espacio oscuro<br />
15R
al cruzarlo v rcboté al tocar la tierra . .. En el ruido de su caida mc<br />
pareciô oir l~s palabras del delirio de la abuelita agonizante, "Seûor , sélvalo<br />
de la locura que ]0 arrastra, sàlvalo dei infierno que 10 reclama" .. ,<br />
Hondo estrcmecimiento de religioso temor me sacudié ]a carne, corrié<br />
por mis espaldas un escalofrlo sutll y coma si me hubiera tocade la<br />
muette, caf desfallecido sobre el banco de piedra. Al volver en mi y<br />
recordar la cscena busqué las flores cuya blancura se vela en la sombra,<br />
para eonvenccrme de que no habla soüado. Era un ramo de pâlidas rosas<br />
té que Ievanté para besarlo. Volvi los ojos a la fachada del hotel que<br />
estaba ya oscura y muerta, y por cuyos balcones cerrados no Filtraba un<br />
sélo rayo de luz.<br />
Cuando desperté esta maâana, después de un dormir enferrnizo, conseguido<br />
con dos granmos de clorai y lleno de las lmâgenes del dia, de<br />
los ojos azulcs, de la Faz pàlida, de la cabellcra castaüa, del incesante<br />
revoloteo de una rnariposilla blanca sobre tres hojas verdes y del rarno<br />
de rosas, el sol rayaba de oro las persianas de mis balcones. Eran las<br />
diez y media. Busqué con los ojos las flores, creyendo que la escena<br />
nocturne formaba parte de la pesadilla de cloral, Ahî estaban en cl jarron<br />
de Bohernia dondc las habla puesto al acostarmc. Medio marchitas ya,<br />
pendian algunas sobre la mesa y dos de ellas cubrian cl camafeo montado<br />
en 01'0 verdoso,<br />
Tras del bafio y la minuciosa toilette con que quise hacer dcsapareccr<br />
las huellas del opio y dei cloral, bajé al comedor a tornar el té matinal.<br />
Me sentia triste y Con el corazôn oprimido por un peso extraüo. El<br />
crlado que me sirvié la vispera trajo el desayuno y con él un telegrama<br />
de Miranda y Compania, llegado en las primeras haras de la maüana.<br />
Vencicndo cierta repugnancia 10 mandé a preguntarle al conserje del hotel<br />
si cl sefior Scilly y la seüorita habian salido. Cuando volvié, tomando<br />
ya el té y lcido el telcgrama, 10 esperaba con ansiedad.<br />
-El seüor y la sefiorità sc fueron esta manana, a primera hora,<br />
llevando sus cquipajes en un coche particular que vina a buscarlos. El<br />
conserje le oyé decir a él a la estaciôn, pero no oyé el nombre de la estaciôn<br />
, ., ,El serier toma mas té? -pregunt6 mirando la taza vacia ...<br />
,Donde buscarla cuando termine en Londres el negocie con Mortel y<br />
Blundel; déndc buscarla, porque necesito veria como necesito respirar,<br />
volverla a ver, banal' mi alma en la luz de sus ojos azules, besar sus<br />
manos largas y blancas. arrodillado a sus pies? ,Por qué la bendici6n y<br />
el ramo de rosas que coinciden de tan singular manera con las frases<br />
dei delirio de la viejecita agonizante?,.. ,Conque el misterio puede<br />
adquirir asi forma material, mezclarse a nuestra vida. codearnos a luz<br />
deI sol? ., El ramo de rosas esta ya encerrado en una caja de cristal<br />
que me perrmtirâ llevarlo en el vlaje, y la caja se ha perfumado con el<br />
tenue 0101' de las flores moribundas.<br />
159
Miranda & Compaüia me avisan ha ber recfbido carta de Morrel, diciéndoles<br />
que aceptan el precio que fijé a las minas, en virtud del informe<br />
de la comisién de ingenieros que volvi6 ya y cuyo dictamen esperabamos<br />
para cerrar el negoclo.<br />
Estaré en Londres el 15, camo 10 exigen, para firmar las escrituras,<br />
y me Iré de aqui hoy mismo para sonar con ella mie nt ras viajo.<br />
,D6nde estarà? .. En la Engadina, seguramente. .. Le oi nombrar<br />
a la Malloggia, a Silvaplana y a Saint Moritz. . . Terminado mi asunto<br />
con los banqueros ingleses la iré a buscar alla, y si no la encuentro la<br />
busearé en toda Europa, en todo el rnundo, porque necesito verla para<br />
vivir.<br />
Dos meses de vida en la ciudad monstruo, no visitada en mi ùltima<br />
permanencia en Europa y de la cual guardaba la confusa impresiôn recibida,<br />
hace once anos; dos meses que se han deslizado rapidos entre<br />
Jas innurnerables diligencias 'lue requirié la venta de Jas minas, y la ansiedad<br />
con que espéré inûtilmente respuesta a mis telegramas dlrigidos<br />
a todos los grandes hoteles de Europa i y a las cartas en que solicité en<br />
vano de algunas agendas de informes datas acerca del paradero de Scilly<br />
y de su hija.<br />
Su hija ... me sonri6 al pensar que he cscrito esa palabra. .. No la<br />
llamo asi cuando al nombrarla mentalmcnte la evoco con toda la suave<br />
gracia de esus contornos apenas nubiles de largos lineamientos envueltos<br />
en la seda roja dei corplûo, con su mortal palidcz cxangüc, cnmarcada<br />
por el oro oscuro de la destrozada cabellera y alumbrada por la luminosa<br />
sonrisa de las pupilas azules: la llamo Helena, como si la inthnidad en<br />
que he vivido Con su imagen la hubiera acercado a mi, y Ja nombro<br />
con ln ternura que vibraria en mi voz agitada si oprimiera en las mias,<br />
impolutas de todo contacto fernenino desde la noche en que recogi el<br />
ramo de rosas blancas hasta el instante en que escribo estas Ilneas, sus<br />
largas manos alabastrinas que al hacer en el aire la mistica sefial de la<br />
cruz arrojaron las pâlidas flores entre la sombra nocturna.<br />
[Helena! [Helena! ... A veces, en la quietud de la media noche,<br />
silienciosa en este rincôn dei Londres millonario, sentado frente a mi<br />
escritorlo sobre el cual esta abierto un tomo de pocsias de Shelley 0<br />
Rossetti que ahora me embargan con sus etéreas delicadezas y la mùsica<br />
casi italiana de sus estrofas, alzo los ojos del libro y contemple a la luz<br />
de la lâmpara el carnafeo montado en oro que no pude devolverle.<br />
Digo entonccs su nombre en alta voz como una f6rmula evocatoria<br />
que hubiera de hacerla surgir y aparecérseme, alla en el fondo sombrio<br />
de la estancia donde caer cn plicgues opulentos y pesades las cortinas de<br />
160<br />
Londres, 11 de octubre.
terciopelo verde, e irse acercando, aeereando, sin tocar la alfombra basta<br />
detenerse en el circulo de luz de la Iâmpara y -mirarme con sus ojos<br />
dominadores.<br />
,Por qué sin tocar la aZfombra? pregunta al analista que llevo dentro<br />
de mi mismo y que percibe y discrimina hasts las sombras de mis Ideas ...<br />
,Por qué sin tocar la alfombra? Ria al oir esta frase el Metistôfeles que<br />
todos llevamos dentro dei alma, agite las luengas plumas dei rojo birrete,<br />
crispe diabélica mueca su irénica fisonomia, iluminada por un reflejo<br />
de infierno y lance al aire su carcajada de burla; sin tocar la alfombra<br />
porque al pensar en ella la veo, incontaminada por la atrnésfera de la<br />
tierra, insexual y radiosa coma los querubines de Milton. Las frases que<br />
vicnen a mis labios para cantarla, entonces, no son los inarménicos periedos<br />
de mi prosa incolora, sino estos versos de La Vita Nuova, en que cl<br />
Dante habla de Beatriz:<br />
"Cuando mi Dama camlna POl alguna parte, Amor exttcnde sobre los<br />
corazones corrompidos una capa de hielo que rompe y destruye todos los<br />
males pensamientcs.<br />
"El que se exponga a verIa 0 se cnnoblece 0 rnuere; cuando olguno dlgno<br />
de mirarla la encuentra, experimenta todo el poder de sus virtudes y si<br />
eUa le honra con su saludo dulclsimo le vuelve tan modesto, tan hcnrado<br />
y tan bueno, que llega hasta perder el recuerdo de los que 10 ofendicron.<br />
"Y Dios ha concedido una gracia particular a mi Dama: la persona que<br />
le dirige la palabra no puede tCDCl' mal fin".<br />
Esta noche, hace dos meses de la noche deI Interlaken; a estas horas<br />
ya estaba dorrnido, bajo la influencia del cloral. Es curiosa la historia<br />
de los scsenta dias que han pasado desde la hora de! encucntro,<br />
Se fucron los primeros dtez en formalizar la venta de las minas de<br />
Mal Paso, y al tcrminar el siguiente ya el Banco de Inglaterra 'me tenia<br />
abonadas en cuenta las cien mil Iibras recibidas como preclo, de Morrel<br />
y Blundel, sin que esa noche, cxcitado por la idca de aquel dinero ganado<br />
casi sin esfuerzo, me sugieran la imaginaciôn ni los sentidos una<br />
sola tdca de placeres qué buscar ni de emoeiones ardientcs qué obtener<br />
con ese oro que podia transforrnarsc en sensuales locuras. Retirado en<br />
mi casita cuyos balcones tienen vista sobre Hyde Park, y donde los tapiceros<br />
instalaron râpidamentc los mobiliarios y obras de arte que mc rodeaban<br />
en Paris, he dividido mi tiempo entre un trabajo que estoy haciendo<br />
en cl Foreign Office, las visitas Il los invernéculos de mas failla<br />
y una serie de estudios nuevos emprendidos aqui, en la quietud de mi<br />
escrltorio, con dos profesores de renombre.<br />
Mis derroches de la ternporada no alcanzan a mil Hbras; sctecientas,<br />
pagadas por un cuadro de Sir Edward Burnc Jones y las doscicntas }'<br />
pico de una cuenta deI librero, cubierta ayer. No he puesto los pics en<br />
un salon a pesar de que los Lorenzana, Roberto Blundell y Camilo<br />
161
Mendoza, nuestro gran estadista que vive en Richmond, me han visîtado<br />
con insistencia. No he pisado un restaurante ni un teatro, y mis paseos<br />
a pie se han dirigido de preferencia hacia los bardos silenciosos de la<br />
burguesia acomodada, donde las amplias calles, veladas por las nieblas<br />
de otoûo extienden, a la hora dei crepûsculo, la monotonia de sus manstones<br />
tranquilas, separadas de la via pûblica por las verduras de los<br />
jardinillos que anteceden sus fachadas,<br />
Por ellas cuàntas veces he andado a esa hora - paseante ingenue y un<br />
poco desprendido de si mismo para sorprender el alma bntànica en sus<br />
sencillas manifestaciones exteriores- y me detenido cuando por la ventana<br />
de guillotina de algûn balcon entreabierto adivino, al través de los<br />
vidrios, la luz de la làmpara que alumbra la veIada farniliar, de una<br />
Iàmpara cuya luz cae sobre la amplia mesa de oscura carpeta cerca de<br />
la cual se sentarân la vieja de antiparras, papalina y peluquin, cantada<br />
por Pombo, el grueso inglesote colorado y Hemàtico, que lee el 'fit-Bits<br />
y contempla carcajcandose las caricaturas de Punch, y las dos misses<br />
rubias y frescas de ojos verdosos, con el visitante vestido del Inevitable<br />
smoking, para tomar el eterno té ubio, desvirtuado por la leehe abundante;<br />
la infusiôn insipida en que la vieja y pudibunda Albion ha couvertido<br />
el nervioso licor que en la tierra nativa apuran los mandarines vestidos<br />
de seda rosada y las risueüas mousmés de oblicuos ojos, en diminutas<br />
tazas de fragil porcelana delgada como una céscara de huevo, que<br />
lucen ramos de crisantemos, doradas médias lunas, hierâtlcas grullas e<br />
tnverosimiles pagodas.<br />
Otras veces para buscar el contraste, envuelto en oscuro ulste: que<br />
oculta el vestido, reeorro el horror de los barrios pobres, llenos de seres<br />
dcgradados y OSCU1'OS, poblados de mendigos y donde la bruma otoüal<br />
ahoga la escasa luz rojiza de los faroles de petréleo, para entrever, tras<br />
de la grasientas vidrieras de algün tienducho Ileno de rcstos de cosas<br />
que fueron, la cara afilada y hambrienta de algûn judio que pareee<br />
sahdo de un ghetto de la Edad Media y en el fondo de las tabernas<br />
hediondas a venenoso brandy y a cervezas nauseabundas, siniestros perfiles<br />
de rufianes, arrugadas facies de viejas proxenetas y caras marchitas<br />
de chicuelas desvergonzadas, corroidas ya por el vicio, y que tienen todavia<br />
aire de inocencia no destruida por la incesante venta de sus pobres<br />
caricias inhabiles.<br />
j Flota sobre mi espiritu el melancélico recogimicnto deI otofio, de sus<br />
follajes quemados y cnrojecidos por el frio, de los nubarrones corizos y<br />
violacees de sus crepûsculos, deI olor a nidos abandonados y a cloroformo<br />
de las hojas que se desprenden de las ramas, y revolotean en el<br />
aire hûmedo, bajo los rayes enfermizos dei sol de octubre, que apenas<br />
las calientan, para caer al suelo y esperar alli, podridas y negras, la soledad<br />
del invierno helado y las frescas sinfonias de la primavera!<br />
162
Por la noche me cnvuelve una pereza del cuerpo que me hace sonreir<br />
si al entrar al cuarto de vestime veo el negro frac, los brodequines de<br />
charol, la resplandeciente camisa, los calcetines de seda, los paâuelos<br />
de batista, los guantes blancos y las gardenias para el ojal, puestas en<br />
vasitos de electroplata, que Francisco, mi viejo criado, prepara cuidadosamente,<br />
sin consultarme, y extiende sobre un divan bajo, frente al<br />
enorme espejo claro, enmarcado de bronce, en prevision de una salida<br />
mundana. Me sonné y visto amplio vesndo de franela; friolento, hago<br />
encender la chimenea cuyo suave calor neutraliza la temperatura que<br />
anuncia un invierno rigurosisimo, y con las piernas envueltas en la eterna<br />
manta sevillana compaüera de mis viajes y aspirando el humo opiado y<br />
aromàtico de un cigarrillo de Oriente, me siento cerca al fuego para<br />
contemplar los derrumbes de negros castillos que forjan los troncos carbonizados,<br />
el rojo de las cavernas de fuego, donde arden los tizones y<br />
los incendios azules de las lengüetas de llama. Horas de Infinite recogimiento<br />
en que mcdito cn el plan que ha de inmortalizar mi memoria,<br />
lecturas de Shakespeare y de Milton, en el silencio de las madrugadas<br />
insomnes, [cuân Iejos estais del brutalismo gozador de mis noches parisienses<br />
en que, tras de una cena de langosta a la americana y champaûa<br />
extradry, la alcoba de la Orloff oia mis gritos de salvaje voluptuosidad<br />
y su cuerpo delicado se lastimaba estrujado por mis manos gozadoras! ...<br />
Enrique Lorenzana, el socio de Botwell, con quien estuve en Ginebra,<br />
vlno aqui anoche y me dijo al entrar y verme: -"Eres otro hombre<br />
dei que vi en Suiza; [estâs rosado y fresco coma una miss y se te rien<br />
los ojos!. .. ". Ya 10 creo que soy otro hombre. .. jSi no llevara en el<br />
fondo dei alma la incurable nostalgia de las pupilas azules, si supiera<br />
c6mo encontrarla, cuàn fellz seria al sentirrne regenerado por ellal<br />
Pasé una noche atroz y no comprendo la causa. Un dia regular, la<br />
mitad gastada en el Ministerio de Relaciones Exteriores tomando copias<br />
fotogrâficas de la correspondencia dei Ministro que acredité mi pais en<br />
Inglaterra para pedir el reconocimiento de su independencia, la tarde en<br />
una fàbnca de fusiles -que con furia me he entregado a los estudios<br />
militares que requière el cumplimiento de mi plan- y la noche aqui,<br />
viendo una serie de aguasfuertes y de acuarelas que me ofrecen en<br />
venta; total: ninguna ernocién fuerte, Comida seneilla, con un poco de<br />
burdeos viejo y pâlido. y entonces ,por qué la horrible pesadilla que<br />
me ha hecho gritar y agitarme, la pesadilla angustiosa sin mas imagen<br />
que la atravesara, sino una caida mia entre la oscuridad negra de un<br />
abismo y, arriba, arriba, las tres hojas de la rama dei camafeo y cl<br />
revoloteo de la mariposa blanca sobre un cielo azul cruzado de nubes<br />
blancas? ..<br />
163<br />
Londres, 10 de noviembre.
,Por qué la depresiôn de hoy en que me siento sin énirno de trabajar<br />
ni de vivir, y pienso en Helena como un chiquillo, perdido entre la<br />
noche de un bosque, pensaria en las caricias de la madre? .. Es una<br />
obsesi6n enfermiza casi; al dormirrne la veo, vestida con el corpiüo de<br />
seda roja que llevaba en Ginebra, llamarme con la mano pâlida: al abrir<br />
los ojos, 10 primero en que pienso es en ella y al hacer un esfuerzo para<br />
recordar las impresiones del suefio, me parece que entre la oscuridad de<br />
éste ha pasado, vestida de blanco, con un vestido cuya falda cae sobre<br />
los pies desnudos, en una orla de dibujo bizantino, de oro bordado sobre<br />
la tela opaca, y llevando en los pliegues niveos deI manto que la<br />
envuelve, un manojo de lirios blancos. .. Ciertas silabas resuenan dentro<br />
de mi cuando interiormente percibo su imagen "Manibus date lilia<br />
plenis" . .. dice una voz en el Iondo de mi alma y se confunden en mi<br />
imaginaci6n su figura, que parece salida de un cuadro de Fra Angélico,<br />
y las graves y musicales palabras deI exâmetro latino.<br />
Todo eso es delicioso pero es una obsesién enfermiza y yo sé cl rcmedio.<br />
Digo el remedie porque el placer comprado me repugna como una<br />
droga nauseabunda y no esta en Londres ninguna de las dos amigas<br />
inglesas que me darlan una noche de caricias -ni aquella arlstocràtica<br />
Lady Vivian encontrada en Berlin hace un aüo, tan fresca y tan dulce<br />
y tan loca y tan ardiente; ni la otra, Fanny Green, la profesional a quien<br />
tuve tres semanas en Roma, hace cuatro aâos, estûpida como una campesina<br />
ignorante y sentimental como una heroina de Richardson, pero<br />
insuperablemente hermosa.<br />
No estân en Londres. Comprcndo cuâl es la causa de mi extrafio<br />
estado nervioso en que las imàgenes internas se convierten casi en alucinaciones<br />
y quiero susprimirlo. Me provoca por momentos salir a Regent<br />
Street a las Il de la noche, buscar alguna de aquellas Jenny, como la dei<br />
poerna de Rossetti:<br />
Oh, merry, laey, languid Jenny<br />
Fond of a kiss and fond of a guinea;<br />
hacer de ella mi presa, traerla a mi casa donde al ver el mobiliario y<br />
las vajillas y los cuadros, todo el Jujo de la Instalacién, abriria tamaüos<br />
ojos y sin explicarse mi capricho por su cuerpecito débit, tenerla unas<br />
semanas en que Jas pobres voluptuosidades que me procurara se mezclaran<br />
para mi de una impresién de piedad por ella y de obra de caridad<br />
hecha al evitarle sus interminables paseos por Pïccadilly y las brutalidades<br />
de sus compradores nocturnes, y calmada ccn el abuso la fiebre que<br />
me corre par las venas, despacharla regalândole alguna suma que fuera<br />
la que gasto en una joya de que me antojo y con que pudiera vivir<br />
tranquila hasta la vejez, en alguna casita risuefia de los suburbios, casada<br />
con el novio que la adoraba antes de caer y acordàndose de mi como<br />
de un semtdiés con quien se encontré un noche ...<br />
164
No puedo. Una presencia femenil en la casa donde esta el broche dei<br />
camafeo de Helena y donde tanto he pensado en ella. seria imposible.<br />
Al dia siguiente habria arrojado a la calle, colmândola de insultos a la<br />
pobrecilla chicuela, sintiendo por ella horrible odio y asco profundo.<br />
Fue Roberto Blundell, quien 10 arreglé todo. Es judio por la madre<br />
y con la perspectiva deI negocie proyectado, habrla hecho mas por tenerme<br />
contento, si yo 10 hubiera exigido. Ibamos juntos el dia que la encontré<br />
por primera vez y me quedé maravillado con su belleza que le valié<br />
hasta hace dos alios la protecciôn de un miembro de la Familia real.<br />
Parece que Blundell y ella son viejos amigos y me supongo que algo Ilegara<br />
a su cartera de cuero de caimân y esquineras de oro, de la fuerte<br />
suma que le entregué previarnente con la condicién de que todo se haria<br />
de acuerdo con mis deseos,<br />
AI penetrar en la alcoba Ia sangre me encendia las mejillas y me zumbaba<br />
en los oidos y vi a la sombra de las cortinas verdemar de azulosos<br />
cambiantes el oro dei amplio carre y las blancuras de espuma y de nieve<br />
de dondc emergia el busto. con el sena desnudo casi, mal oculto por<br />
la abierta carnisa de batista, todo alumbrado por la Iuz de una Iamparilla<br />
eléctrica que fingîa milagrosa flor de luz sonrosada entre las hojas de<br />
bronce Que la sostenian a la cabecera del leeho. -"Ven"-, me grit6<br />
sonriendo y mostrando entre los rosados labios el esmalte de la dentadura<br />
maravillosa; -"ven"-, y tendié los brazos, esparclendo en el ambiente<br />
cl olor de una mata de rosas que sacude el aire tibio de la primavera.<br />
-Sil Ve-, me gritaban 105 glébulos de la sangre encendida por el<br />
deseo, los nervios tendidos por la continencia de tres mescs, los mûsculos<br />
vigorlzados por la castidad -"e, sada tu scd en esc puro vasa de nâcar<br />
que quière sentir sus labios, bésalos, sadate, hàrtate. agoniza de voluptuosidad<br />
en sus brazos en un cspasmo de interminables vibraciones! ...<br />
Separândolos de los de ella, \'01v1los ojos hacia el fondo oscuro de<br />
la alcoba, donde la sombra sc aglomeraba reslstente a la luz eléctrica pOl<br />
el color sombrio de los tapices, y di un grlto . . . Acababa de ver unidas,<br />
en 10 alto del muro, como en una medalla antigua, el perm flno y las<br />
canas de la abuelita y sobre él, cl perfil sobrenaturalmente pâlido de<br />
Helena, en una alucinaci6n de un segundo.<br />
-~Por qué gritas? .. -pregunto, sin que desapareciera de sus labios<br />
frescos la sonrlsa dellciosa de voluptuosidad que los arqueaba . .. ~Por<br />
gué gritas? 10 que esta catdo ahi sobre la alfombra es un ramo de flores<br />
que recibî hoy de Niza, recôgelo, trâemelo y bésame -agrego reclinando<br />
los rizos rubios de la hermosa cabeza sobre el olàn de los almohadones.<br />
165<br />
Londres, 13 de noviembre.
Recogi el ramo, que no habia visto antes y con é} en la mana me<br />
acerqué al lecho, donde el torneado brazo, blando y fragante eircundé<br />
mi cuello.<br />
j Eres hermoso! -dijo clavândorne los ojos negros de acariciadora mirada<br />
y atrayéndome hacia ella-. Eres hermoso, pero, èPor qué miras esas<br />
flores con ojos de loco? son unas flores que me trajeron de Niza y las<br />
habla olvidado ahi... [Mira la mariposita blanca que se vino entre<br />
la cajal -grit6 mirando cl insecte que emprendi6 vuelo por el aire de<br />
la alcoba perfumada y tibia.<br />
Pretexté un vértigo y me despedî besândole las manos con que me<br />
detenia y trayendo en las mias el olor de las rosas té que formaban el<br />
ramo, y en los ojos el aleteo de la mariposilla blanca, que volaba ahi<br />
cn ese momento y en mis suefios hace cuatro noches, cuando en pesadilla<br />
.de indecible horror, rodaba yo al fondo dei abismo verriginoso.<br />
Helena venta de Niza la tarde en que la encontré en Ginebra. . . Las<br />
frescas rosas dei té deI ramo que he tenido en mis manos esta noche,<br />
estàn atadas con la misma cinta de extrafias Iabores en forma de cruz<br />
que sujeta las del otro ramo que ya no es mas que un cementerio de<br />
flores negras y marchitas entre la caja de cristal que las guarda. Al inclinarme<br />
para respirar el olor de las flores frescas, en la alcoba donde soüé<br />
dejar mi enfermedad gastando la savia acumulada en tres meses, alzô<br />
de ellas el vuelo la mariposa blanca de mi suefio, la marlposa del camafeo,<br />
porque las dos son una sola ... Doy por sentado que fue una alucinaciôn<br />
febri] haber vlsto juntas las dos cabezas de los seres cuyas palabras<br />
y miradas me envuelven hoy en una trama de sombras, pero ...<br />
è.por qué estas casualidades que toman para mi la forma de un interrogante<br />
abierto sobre el misterio? .. è.por qué la cinta con la misma labor<br />
extrafia de cruces entrelazadas: por qué estas flores nacidas en el mismo<br />
sitio que las otras prohablemente, Hegan. en el momento precise, al lugar<br />
donde iba yo a envilecerme con un placer comprado, para no pensar<br />
en Elin? ..<br />
Terni la locura al salir de las orglas brutales de la carne y ahora el<br />
noble amor por la enigmâtica criatura que me parccia traer en las manos<br />
un hilo de luz, conductor one habria de guiarme por entre las negruras<br />
de la vida, ese amor delicioso y fresco que me ha rejuvenecido cl<br />
alma, es causa de suprema angustias porque mi raz6n se agota inquiriendo<br />
los porqués deI misterio que ]0 envuelve.<br />
j Si lograra veria, cambiar estos sueüos que me enloquecen por la serenidad<br />
que esparcirian en mi alma las primeras frases cambiadas con<br />
Ellal ...<br />
166
Mi profcsor de griego que viene diariamente me habia hablado varias<br />
veces de su amigo Sir John Rivington, el gran médico que ha consagrado<br />
sus ûlrimos aüos a la psicologia experimental y a la psicofisica y cuyas<br />
obras, "Codelacién de las cpilepsias larvadas con la concepcién pcsimista<br />
de la vida", "Causas naturales de apariencias sobrenaturalcs" y sobre todo<br />
"La higiene moral" y "La evolucién de la idea de 10 Divine", 10 colocan<br />
a la altura de los grandes pensadores contemporâneos, de Spencer y de<br />
Darwin, par ejemplo. Conocîa yo los libros de Rivington de tiernpo atrâs<br />
y los lela y releia con grande entuslasmo, porque la observacién directa<br />
y precisa de los hechos, la 16glca.perfecta de los raclocinios, sôlidos cnmo<br />
uns cadcna de hlerro, y Jas escasas pero segurisimas deducciones generales<br />
que de ellos desprende, bacen de esa Iectura jugoso y fortificante<br />
alimento para mi espiritu vacilante y curioso de los problemas de la<br />
vida interior. Esas obras estarân en pie cuando muchas de las vastas<br />
teorlas de otros fil6sofos que gozan hoy de mas fama que él, vayan desrnoronândose<br />
a los golpes de pica de posteriores investigaciones.<br />
Conseguî para Rivington dos cartas de introducclén, relel sus libres<br />
antes de ir a la consulta, por crecrlo utll para mi plan y por especialisirno<br />
favor logré una conferencia nocturne en que conversamos largamente par<br />
haras enteras. solos en su amplio gabinete, Ileno de curiosos instrumentes<br />
de observacién y de obras técnlcas referentes a su especialidad, y en su<br />
sala donde he tenido una emoci6n inolvidable.<br />
La primera impresi6n que produce mi médico con Ia frescura casi<br />
infantil de sus mejillas sonrosadas y lIenas que contrastan con la barba<br />
rtzosn y gris y la singular vitalidad que revelan sus miradas y los agiles<br />
movlrnientos deI cuerpo redû y mernbrudo no debilitado por los sesenta<br />
y clnco aûos que lleva gallardamcnte, es la de una perfecta salud corporal<br />
y mental. Benévola sonrisa de inteligencia flumina aquella fisonomia<br />
grave y desde el primer memento experim enté cerca de él la impresi6n<br />
de conflanza que inspira un hombre envejecido en el estudio de las miserias<br />
humanas.<br />
-Doctor -le dije sentândome en el sillon que me ofrecîa-c-, tiene<br />
usted enfrente a un enfermo eurioso que, en perefeeta salud corporal,<br />
viene a buscar en usted los auxtlios que la ciencia puede ofrecerle para<br />
mejorar su espirïtu. El carolicisrno les da a sus fanâticos directores espirituales<br />
a quienes se entregan. Yo, falto de toda creencia reltgiosa, vengo<br />
a solicitar de un sacerdote de la ciencia, cuyos méritos conozco, que sea<br />
mi director espirltual y corporal. (Acepta usted el cargo?<br />
-Lo acepto =-contesté con gravedad sonriente->, exigiendo de antemana,<br />
coma los ministres de noble culte que usted nombra, contricién<br />
por los pecados contra la higicne que usted haya cometido y cl firme<br />
prop6sito de la enmienda . . . Cuénteme usted sus pecados ...<br />
167<br />
Londres. 17 de noviembre.
Con la ingenuidad de un adolescente que abre su alma al sacerdoce<br />
que ha de absorverlo, le refcri mi vida, sin atcnuar nada. ni mis irnpetus<br />
idealistas, ni mis desmedidas arnbiciones de sabcr, de gloria, de riquczas<br />
y de placeres, ni las crapulosas orgias, los mujerilcs desfallecimientos y las<br />
miserables inacciones que me postran por rcmporadas. Le conté los ûltirnos<br />
seis rneses con mayor sinceridad quizàs que la que he emplcado en estas<br />
notas escritas para mi mismo.<br />
Oia sin quitarrne 105 ojos que bajaba vo al suelo par mementos, sin<br />
moyer una mano. sin que su impasible fisonomia gricga tradujera la rnâs<br />
minima ernoci6n.<br />
Cuente usted ahora los antecedentes de su Familia. describamela, pinterne<br />
usted su pais, la ciudad donde usted se formé, digame ustcd cuanto<br />
crea que pueda ilustrarme.<br />
Lo hice sencillamente y hablé por largo tiempo sin que dejara de prestarrne<br />
atenci6n por un segundo, ni me quitara de encirna los ojos.<br />
-Ahora tenga usted la bondad de exponerme la organizacion actual<br />
de su vida. sus planes para el future, todo 10 que se refiere al presente.<br />
Hablé contândolc mi existencia casi monâstica desde mi encuentro con<br />
Helena, los planes que abrigo respecta dr. mi pais, le referl el incidente<br />
que tuvo lugar en la alcoba de Constanza Landseer, mis cstudios de grlego<br />
y arabe, los infructuosos ensavos heches para encontrar Il la que es hoy<br />
toda la vida de mi alma ... hasta que esta pregunta, hecha con la ingenuidad<br />
de niüo Que tienen ]05 sabios cuando se trata de cuesriones de<br />
scntimiento, me desconcerté porque no supe qué responderlc.<br />
-éUsted tiene intencioncs de casarse con csa hermosa [oven, si la<br />
encuentra, y de fundar una familia? ..<br />
Al no darle yo respuesta porque me quedé confuso como avergonzado<br />
par aquella prcgunta, se Ievant6 para tracr )' colocar sobre la mesa varies<br />
aparaticos, a euyo examen me someti6 sucesivamente, haciéndome permanccer<br />
de pie, sentarrne, rescostarrne, contar, vendândome los ojos para<br />
picarme con alfileres a levantar pesas sujetas a los piernas; estrechar un<br />
globo de caucho; cefiirme a la mufieca un mecanisme de reloj terminado<br />
con una pluma que trazaba sobre una cinta larga Iinea ondulante y<br />
ritmica; Ievantar diversas masas de hierro; buscar la inc6gnita de una<br />
ecuaci6n; y traducir por escrito un texte de Arist6fanes dei original griego,<br />
rnientras que él contaba los minutes inclinado sobre el cronôrnetro<br />
corno tomândolc cl pulso a mi inteligencia.<br />
-Hay aqui un error -dijo .examtnandc la hoja de papel que le<br />
tendia->, estos adjetivos se refieren a la acci6n que denota el verbo y no<br />
al sujeto de la frase ...<br />
y entonces comenzô otro examen de todo mi cuerpo, casi desnudo sobre<br />
un divan de marroqui negro, examen durante el cual analizaba yo el<br />
extraüo efecto que me habian producido sus palabras; ui..Usted tienc<br />
168
intencioncs de casarse con csa hermosa joven, si la encuentra, y de fundar<br />
una farnilia?".<br />
[Dies mio, yo, marido de Helena! [Helana mi mujer! La intimidad<br />
del trato diario, los detalles de la vida conyugal, aquella vislén deformada<br />
par la maternidad ... Todos los suefios deI universo habian pasado por<br />
mi imaginaciôn menos ese que me sugerian Jas frases del especialista.<br />
-Seria usted un modelo fisiol6gico -dijo, cuando dcspués dei examen<br />
volvimos a sentarnos cerca deI pesado cscritorio de nogal- si fuera<br />
un poco mas amplia su cavidad torâcica y si no existiera cierta desproporciôn<br />
entre su desarrollo muscular y su fuerza nerviosa; es raro que<br />
su organlsmo haya soportado 10s excesos a que usted 10 ha sornetido,<br />
- Tiene usted 'lue cornenzar -continu6 con una voz pausada, baja y<br />
suavisima-s- por regularizar todns, absolutamente todas sus funciones, sin<br />
detencrsc a pensar que hay funciones nobles y bajas en cl ser humano.<br />
A pesar de que manifiesta usted entusiasmo por la ciencia que no admite<br />
hoy separaciôn alguna entre los Fcnémenos de la vida y los considera<br />
todos, desde la rcspiraciôn y la nutriciôn, hasta las mas altas ideaciones<br />
v los sentimientos mas nobles, C01110 manifestaciones de una misma causa,<br />
los unos compensibles par caer bajo el dominio de nuestros actuales métodos<br />
de observacién }' de anâlisis y los otros incomprensibles todavia<br />
par Jo rudimentario de los aparatos que apenas comenzarnos a cmplear<br />
para observarlos: a pesar de que afirma usted que no tiene crccncias religiosas,<br />
cs usted un espirituallsta convencido, un mîstico casi, tal vez<br />
contra su gusto. Sm frases la han revelado. Pucde usted tener deseos<br />
de rIO creer pero las influcnclas atâvicas que subsistcn en usted ]0 obligan<br />
a creer y usted procede de acuerdo con ellas en 10 que sc refiere a la<br />
clasificaclôn de sus actas; haga un esfuerzo, triunfe usted de si mismo,<br />
regulartce su vida, dele usted en ella el mismo campo a las necesidades<br />
fistcas que a las morales, que llama usted, a los placeres de los senttdos<br />
que a los estudios, cuide cl cstémago y cnide cl cercbro y )'0 le garantizo<br />
la curacién,<br />
Regularice usted su vida y dcle una direcciôn precisa y scncilla -continué<br />
dcspués de otro largo silencio, en que me pareciô leer cierta simpatla<br />
en la fria mirada de sus ojos-. Lo primero que debe hacer cs<br />
distraersc, forzrindose a alternat sus estudios con divcrsiones, nobles si<br />
usted las prefiere asi; frecuente los teatros y los concicrtos; tendria mucho<br />
gusto en lIevarlo a casa de une de mis mejores amigos donde se toca<br />
cxcelente mïisica de los viejas maestros alcmanes y donde encontraria<br />
ustcd buena compafiia. Dcvuélvalc 1\ las necesidades sexuales su papel<br />
de necesidades por mas que le repugne y no mezclc ustcd sus scnsaciones<br />
de ese orden con sentimentalismos ni con cmociones cstéticas que<br />
10 exalten, esto mientras cncuentre usted a la joven Il quien ama y se<br />
case usted con ella para norrnalizar en 1a vida marital 10$ impulsas de<br />
su instinto,<br />
169
No le incomode a usted que le hable de su amor en esos términos<br />
-dijo al ver el gesto que hice involuntariamente al oir la frase-, ese<br />
ideal tiene usted que convertirlo en su esposa: usted necesita antes que<br />
todo, camo un nifio asustado par la apariencia de un objeto que no ha<br />
visto bien y cuyo miedo se desvanece al tocarlo, encontrar a esa sefiorita,<br />
tratarla, ver si su carâcter y sus ideas coinciden con los de usted y, si<br />
es aS1, casarse con eIla para que desaparezca el fantasma que usted se<br />
ha forjado. Es un fantasma. Le via ustcd estando bajo la influencia deI<br />
opio y de una profunda debilidad causada par la orgia de la vispera, la<br />
impresi6n que le causaron a usted sus miradas en el comedor y el<br />
capricho que tuvo e1la de tirarle un rama de rosas, han determinado<br />
en usted una autosugesttén, que ha ido prolongàndose gracias al violenta<br />
cambio de régimen a que ha sornetido usted su organismo y al<br />
aislamlento en que se ha cncerrado, No ha habldo impresiones externas<br />
que la combatan, y sigue desarrollândose, y como coïncide con una frase<br />
que 10 habla impresionado a usted, par habcrla dicho una persona de su<br />
familia al morir, ha ido revistlendo apariencias sobrenaturales ...<br />
Se call6, inelinando la cabeza pensativa y la levant6, al cabo de linos<br />
momentos de silencio, sonriéndose:<br />
- Tenga usted la bondad de repetirrne la descrlpcién de la figura de<br />
la sefiorlta cuando usted la ve vestida de blanco y con los lirios en la<br />
mano y le parece recordar una frase latina.<br />
Lo hice con la pacicncta con
- Ponga usted una donde alumbre bien el cuadro que esta en la pared<br />
de la derecha, y sirvanos usted cl té alla -ordenô, y volviéndose a mi,<br />
familiarmcnte, como si la perspectiva de un triunfo hubiera roto el hielo<br />
que nos separaba, me golpeé el hombro como a un amigo viejo y me dijo:<br />
- Un capricho de mi mujer me hlzo comprar hace diez afios, haciendo<br />
un esfuerzo, por cierto, porque la estrechez de mi presupuesto de<br />
entonces no me perrnitia fantasias de csas, la tela que voy a mostrarle.<br />
~Usted estuvo en Londres cuando Cfa nifio? --me pregunté con animacién<br />
subit a ...<br />
-Si, doctor -le respondi, vine con mi padre y pasé aqui un m~s<br />
de que conservo recuerdos muy confusos.<br />
-.:Donde vivian ustedes? ..<br />
-En un botel cerca de Regent Street que no he encontrado ahora<br />
-contesté impaciente y enervado por el interminable intcrrogatorlo.<br />
- y la exhibiciôn del Iienzo tuvo lugar ahi cerca en la galeria . Apliquese ustcd fi encontrar causas<br />
y no a sonar. Me ha dcscrito usted il la seûorita como una figura semejante<br />
a las de las virgenes de Fra Angélico veste cuadro es obra de<br />
uno de los miembros de la cofradia prerrafaelita, el grupo de pin tores<br />
inglescs que se propusieron imitar a loc;primitives italianos hasta en sus<br />
17 ,
amanerarnientos rnenos artisticos. Es c1aro que la scüorita no sirviô de<br />
modelo porque scgûn me dice usted cuando mas podrâ tencr quince<br />
afios y hace veintc que fuc pintade cl cuadro: pero, digamc: (CJlIé tiene<br />
de extraûo que el modele fuera una tia 0 la madre de la que ustcd<br />
encontrô en Gincbra y 'lue las dos se parccieran mucho? Ahora, ,por<br />
qué se juntaban en su imaginaciôn cierto verso latino y la figura que<br />
ustcd veia? ... Porque un rccucrdo de esta pintura y de la leycnda que<br />
nene al pic vistas por ustcd hacc muches anos resucité en su memnria ,<br />
gracias a la analogia que ho)' entre la fisonornia de su amada y ln que<br />
representa este dibujo ... La mcmoria es como una câmara oscura que<br />
recibc innumerablcs fotografias. Quedan muchas guardadas en ln sombra;<br />
una circunstancia las retira de alli, recibc la placa \111 raya de sol<br />
que la imprime sobre III hoja del papel blanco, y herne aqni que ustcd<br />
se prcgunra quién hizo cl retrnto, sin recordar el memento en que el<br />
negative recibié el rayo de luz que 10 traz6 en las sales de plat". Vamos,<br />
ttodavia esta usted viendo cl fantasma? Deseche ustcd csas idcas misticas<br />
que son un resta del cntolicismo de sus antepasados, prefiera usrcd la<br />
accién al sueûo inûtil. busque usted dcsdc mafiana a la joven. càsesc<br />
con ella y sera usted muy fcliz. ,No cs cierto que sera usted muy feliZ?prcgunté<br />
con interes.<br />
-Muy Ieliz, doctor- contesté sirviéndomc el té, traldo por el crindo.<br />
- No tome usted mas de una taza. debe mcdirsc usted en el uso<br />
de los excitantes. Ulla taza de té por la noche, nada mas, y una<br />
pcqueûa de café, a la comida. Disminuya usted el vino, pero no brusca,<br />
slno gradualmente: rccmplâcelo pOl' cerveza: suprima poco a poco los<br />
licorcs y los condirnentos: haga comidas ahundantes pero sin rcfinamicnto<br />
alguno: cambie los ejercicios fucrtes como la equitacién y la<br />
csgrima, que son excitantes musculares, par dccirlo asi, y haga largas<br />
caminadas a pie por el campo. Quisiera que, convencido usted de que<br />
cs precise huir toda excitacién de cualquier naturaleza que se". fuera<br />
abandonando paulatinamente $US hâbttos de lujo exceslvo y sus preocupaciones<br />
de arte para dirigir. Sl1 inteligencia y sus esfuerzos en el sentido<br />
de alguna vasta espcculacion industrial, una ferrcria, una fabrica. que<br />
le pcrmitiera hacer continuas combinaciones para ensancharla y 10 entrctuviera<br />
con los détalles de su adminlstracién. Vea usted, en lugar de<br />
nensar en ir a civilizar un pais. rebelde al progreso por la dcbihdad de<br />
ln raza que ]0 puebla y por la influencia de su elima, donde la carcncia<br />
de esraciones no favorece el desarrollo de la planta humana, asécicsc<br />
usted con alguna gran casa inglesa a cuya industria sea aplicablc el arte,<br />
con unos fabricantes de muebles 0 de porcelanas, de vidrieras 0 de telas<br />
lujosas para tapizar y consagre usted su talento a hacer por ese media<br />
objetivo la educaciôn estética de los consumidores, Con una sola idea<br />
de arte aplicada a la industria sc ennoblece ésta como se pcrfuman<br />
hectolitres de alcohol con una gota de esencia de rosas. Ese seria un<br />
172
hermoso plan. Oiga usted otro. Vuelva usted a su pais y aplique usted<br />
su fortuna a una gran exploraciôn agricola que 10 harâ inmensamente<br />
rico y 10 divertira con todas las experiencias de acltmataciôn de razas,<br />
animales y plantas ex6ticas que puedan desarrollarse en esos elimas,<br />
También le sera provechosa si le permite vivir en el campo. Aqui en<br />
Londres dirigiendo su manufactura, alla en América desarrollando sus<br />
empresas podrâ usted vivir tranquilo educando su familia y haciendo<br />
feliz a la sefiorita que se encontr6 en Ginebra. Pero de preferencia<br />
abandone su sueüo de regreso a la patria y establézcase aqui. ,Francamente,<br />
no cree usted mas cémodo y mas prâctico vivir dirigiendo una<br />
fâbrtca en Inglaterra que ir a hacer ese papel de Pr6spero de Shakespeare<br />
con que usted suefia, en un pais de calibanes?<br />
Adernâs, esa es la vida que le conviene- continuo después de meditar<br />
un poco... -Deseche esos sueüos pollticos que son irrealizables. Usted<br />
no tiene el hàbito de ejecutar planes y esa es una educaci6n, un entrainement-<br />
dijo usando la palabra franccsa-; hay que comenzar ideando<br />
y llevando a cabo cosas pequeüas, pràcticas, faciles, para lograr al cabo<br />
de muchas aüos enormidades de esas con que usted sueüa. Me hace<br />
usted la impresiôn de un niüo que se siente robusto y al ver a un<br />
gimnasta de profesi6n jugar con pesas de a doscientos kilogramos cree<br />
que pucde hacerlo sin maliciar que las fuerzas de sus mûsculos apenas<br />
le permltlrân recoger la pelota de caucho Con que juega.<br />
Abandonc usted esos sueüos=- continu6- abandone los sueüos de<br />
gloria, de arte, de arnores sublimes, de grandes placeres, la ciencia universai.<br />
todos los sueüos, El suefio es el enemigo de la aeci6n. Piense<br />
usted, conciba un plan pequeüo, realicelo pronto y pase a otro. La<br />
delicia de vivir, que usted experimenta hoy, cortada por bruscas depresiones<br />
que 10 postran, es al mismo tiempo la causa de sus ambiciones<br />
desmedidas, y el peligro future para usted; la causa, porque es ella la<br />
que le hace desear continuamente imprcsiones nue vas en la esperanza<br />
de que son gratas, el peligro porque revela una sensibilidad exagerada,<br />
una especie de hiperestesia que la irnposibilita para resistir el dolor, el<br />
dia en que éste llarne a su puerta. ,Conoce usted el dolor?- pregunt6<br />
pensativo ...<br />
-He sufrido, doctor, menas quizà que la mayor parte de los hombres<br />
y puesto que es convenido que todo detalle de mi vida interior 10 conocerâ<br />
usted, debo decide que en los momentos de sufrimiento se produce<br />
en mi un placer superior al dolor mismo, el de sentir ese dolor, el de<br />
conocer las impreslones nuevas que me procura.<br />
-Ese es el sintoma que completa el cuadro -continuo-; hay en<br />
usted por el memento tal embriaguez de vida que me hace recordar la<br />
frase de Goethe: "La juvcntud es una ernbriaguez de sangre". Todo le<br />
aparece a usted hermoso, risueûo, grandiose, todo 10 atrae, todo reclama<br />
su atenci6n. El dia en que su sisterna, cansado por los abusos, se debilite,<br />
173
los nervios trasmitirân de preferencia las sensaciones desagradables 0<br />
dolorosas, mortal apatia 10 dominarâ a usted inbibiéndole para la accién,<br />
su est6mago gastado y sin fuerzas digerirâ mal, trabajarâ escasamente<br />
su cerebro y entonees sera usted el reverso de la medalla, su misantropia,<br />
su odio por todo, su desencanto, no tendrân limites. Todo joven<br />
gozador es el proyecto de un anciano melancôlico, los botones de rosa<br />
se convierten en rosas marchitas; s610 10 duro guarda la forma que<br />
desafia el tiempo. Si usted 10 piensa bien vera que el ascetisme, que<br />
es la ùltïma palabra de las religiones, es el secreto de la paz interior :<br />
endureciendo al hombre par las privactones voluntarias a que 10 somete,<br />
10 insensibiliza para el sufrimiento.<br />
Esa quimera que se ha forjado usted de dominarlo todo, de gozar<br />
con los sentidos y siendo al tiempo mundano, artista, sabio, guerrero y<br />
conductor de hombres, es el supremo absurdo. Mientras usted no se<br />
encierre en una especiahdad y olvide el resto, se sentira usted mal.<br />
Me argüirà usted que han existido hombres que 10 han realizado casi,<br />
que el Vinci poseyé rodas las ciencias y las artes de su tiempo y que<br />
quizâs no hubo region alguna de los conocimientos humanos por donde<br />
Goethe no paseara su inteligencia poderosa. Me perrnitirà observarle<br />
que la ciencia en el tiempo en que vivlô Leonardo era un embri6n<br />
apenas, y que el hombre de Weimar viviô setenta y tantos aüos estudiando<br />
met6dicamente. El simple acto de pensar agota; vea usted a mi<br />
querido arnigo Heriberto Spencer que se ha ceiiido siernpre a las prescnpciones<br />
de la higiene mas absolu ta y esta pagando ya con su falta<br />
de fuerzas sus colosales estudios; recuerde usted a muches Iiteratos<br />
franceses contemporâneos, neurépatas 0 Imposibilitados para la produccién<br />
en plena juventud y comprenderâ usted que el abuso de trabajo<br />
mental es el peor de los abuses.<br />
Honradamente es mi deber decirle a usted que la herencia y la vida<br />
que usted ha lIevado me hacen terner por su porvenir en caso de que<br />
usted no cambie de régimen, Hay en usted un doble atavisme, caso<br />
curioso, de impulsives inconscientes casi, y de cerebrales, unificados,<br />
Si usted logra equilibrar esas tendcncias que luchan entre ellas y consigue<br />
que sus facultades mentales dirijan sus instintos, esta usted salvado;<br />
si continua su vida con esas alternativas de acetismo y de crapula,<br />
con esos estudios sin orden, con esos planes imposibles, ira a dar el<br />
dia en que menos )0 espere, al tropezar con una circunstancia imprevista,<br />
a la imbecilidad 0 a la locura,<br />
Creo Inùtil decirle que los excitantes y los narc6ticos que usted ha<br />
usado han hecho la mit ad de la obra al producir su estado de hoy. Es<br />
usted un predispuesto y son los predispuestos los que dan a la morfina,<br />
al opio, al éter, amplia cosecha de victimas. Bùsquela usted desde maiiana-<br />
dijo mirande el cuadro al cual habla yo dirigido los ojos-,<br />
y al eneontrala césese COD ella ~' funde un hogar, donde dentro de<br />
1ï4
veinte aûos vea usted a sus hijos sucederle en los ncgocios y tenga la satisfaccién<br />
de recordar los extravios de su juventud, coma recuerda uno un<br />
peligro cuando ya esta salvado de él. Ese amor puede ser su salvacién ...<br />
- y has resistido ocho afios de la misma vida de entonces y hoy, cuando<br />
te hablo yo coma te hablaba Rivington, hoy cuando tcdavia es tiempo,<br />
te ries de mi y DO me haces caso- dijo gravemente Oscar Sâenz desde<br />
su asiento, perdido en la semioscuridad carmesi de la estancia lujosa.<br />
-Hoy es diferente- respondié Femandez con cierta superioridad-.<br />
He distribuido mis fuerzas entre cl placer, el 'estudio, y la accién, los<br />
planes politicos de entonces los he convertido en un sport que me<br />
divierte, y no tengo violentas impresiones sentimentales porque desprecio<br />
a fonda a las mujeres y nunca tengo al tiempo menos de dos<br />
aventuras amorosas para que las imprestones de una y otra se contraresten<br />
y...<br />
- y para que las heroinas hagan contraste- insinua Luis Cordovez-,<br />
la una rubia y lânguida, lectora de Heine y la otra morena y<br />
ardiente, lectora de la Pardo Bazàn: una sentimental camo una colegiala<br />
y la otra sensual desde las puntas de las uâas hasts la médula de los<br />
huesos ...<br />
Una sonrisa de vanidad ilumino la fisonomia fatigada del poeta ...<br />
-Continua, José, me ha mejorado tu lectura- dijo Mâximo Pérez<br />
desde el divan vecino donde estaba recostado.<br />
[Ese amor puede ser su salvaci6n!, fue la ûltlma frase del ftsiôlogo<br />
materialista ... "[Sâlvalo. Seüor, dei infierno que la reclama! Benditos<br />
sean la senal de la cruz hecha por la mano de la virgen y el ramo de<br />
rosas que caen en su noche coma signa de salvacién! jEsta salvado,<br />
miralo bueno, miralo santo!", fueron Jas frases de la abuelita en el<br />
misterioso delirio que tom6 forma en una realidad casi divina. El ra ciocinto<br />
de la ciencia, la intuicién de la santidad, el grito de sentimiento,<br />
todas las voces de la vida se funden en un caro sublime para llamarle,<br />
[oh, misteriosa criatura de los rizosos cabellos castaüos que son de oro<br />
donde la luz los toca; de las subyugadoras pupilas azules y de las<br />
pàlidas mejillas tersas coma las hojas de las camelias blancas y de las<br />
Iargas manos alabastrinas que al trazar entre la oscuridad el signo de<br />
la redenciôn arrojaron el ramo de rosas que cayo entre la negrura del<br />
jardin, como tus miradas cayeron en las sombras de mi alma! [Oh,<br />
tu, inmaculada, tu, purisima, todo te Hama, ven a salvar el alma manchada<br />
y débil que siente flotar sobre ella las alas negras de la locura<br />
y que te invoca hoy desde el borde dei abismo!<br />
175<br />
Londres, 20 de novlembre.
Reconcentrado en mi como un pilota que en hora de supremo peligro<br />
junta sus fuerzas agotadas para consultar la brûjula y alejarse de la<br />
tempestad, las palabras de Rivington me han hecho pensar por haras<br />
enteras. He hecho al analizarme, una plancha de anatomie moral como<br />
gre cuyos gl6bulos desteüldos corren por los ramales azulosos de mis<br />
venas. La pied ad cat6lica que la anima subsiste en mi transformada en<br />
un misticismo ateo, corno revive en ciertos degenerados, convertido en<br />
rnérbidas duplicidades de conciencia, el mal sagrado de los âtavos<br />
epilépticos.<br />
jAh, si, pero en los hoyuelos de las mejillas de mi madre reian<br />
Frescuras de flor, su leche tenia el sabor que ticne la de las campesinas<br />
vigorosas, el abuelo materna era un jayân potente y rudo que a los<br />
setenta anos tenia dos queridas y descuajaba a hachazos los troncos<br />
de las selvas enmaraûadas y allâ en las llanuras de mi tierra cuentan<br />
todavia la tenebrosa leyenda de estupros, incendios y ascsinatos de los<br />
euatro Andrade 105 salvajes compaûeros de Pàez en la campana de los<br />
Llanos, que recorricron victoricsos, sembrando el terrer en las huestes<br />
espaüolas, al rudo galope de sus perros, con la lanza tendida por el<br />
brazo férreo, con la locura en el alma, la sangre quemada por el alcohol<br />
y la blasfemia en la boca gruesa solicitadora de besos! ...<br />
Esos Instintos comprimidos y encontrados subsisten en mi, determinan<br />
mis impulses sin que puedan contenerlos las falsas adquisiciones de la<br />
educaei6n y dei raciocinio; dominame religiosa impresi6n que me hace<br />
doblar las rodillas, si penetre en la semioscuridad de un temple<br />
a la hora del crespùsculo y el dia en que senti la mana empapada en<br />
la sangre tibia de la Orloff, no pude contener-un grito de gozo.<br />
Para que la antinomia de esos encontrados Impulses se hubiera trasformado<br />
en permanente equilibrio, habria sido preciso que un plan verdaderamente<br />
cientifico de educaci6n los hubiera aprovechado utilizândolos.<br />
Las circunstancias decidieron que pasara mis prirneros anos bajo<br />
las mas contradictorias influencias, Perdi a mi madre siendo nifio; cuando<br />
a la muerte de mi padre, al cumplir diez y siete afios, sali del colegio<br />
de jesuitas donde mi adolescencia se desliz6 bajo el yugo de severa<br />
disciplina, el estado de mi salud quebrantada por la mala higiene deI<br />
internado y mi parentesco con los Monteverde, sobrinos camales de mi<br />
madre y dueiios de las propledades de campo vecinas a las nuestras,<br />
me Ilevaron a vivir, en pleno contacto con la naturaleza, brutal vida de<br />
campesino, en las haciendas, donde bajo la doble influencia de la juventud<br />
y dei régimen, mis rnûsculos se vigorizaron y se enriquecié mi<br />
sangre. En aquella ternporada de vida singular las cacerias de venados,<br />
y los violentos ejercicios atléticos, se alternaban con las orgias vertiginosas<br />
en que Humberto Monteverde, borracho y con la rizosa cabeza recostada<br />
sobre algûn seno desnudo, me gritaba a voz en cuello mientras su padre,<br />
don Teodoro, paseaba por sobre la concurrencia la mirada âtona de<br />
sus ojos enturbiados por el alcohol "Oye, José, tû y yo no hemos nacido<br />
para vivir en sociedad, somos salvajes, somos Andrade, somos los nietos<br />
de los Ilaneros". Extraüa ternporada aquella en que la lectura de los<br />
mas grandes poetas y el hervor sentimental y sensual de la juventud y<br />
177
la dejadez del cuerpo tras de las noches crapulosas me hicieron escribir<br />
mis "Primeros versos"; mas extraüa si se compara COD el afio siguiente<br />
en que la intirnidad con Serrano, el noble amigo que consagr6 su vida<br />
a trascendentales especulaciones, resucité en mi al meditabundo filésofo<br />
que hered6 de sus abuelos el intenso amor por la vida moral. Extrafias<br />
influencias que dieron como resultado que al entrar por primera vez,<br />
a los veintiûn anos, corbateado de blanco y con el busto moldeado por<br />
un frac de Poole al salén donde hice mi primera conquista aristocràtica,<br />
cuatro almas- la de un artista enamorado de 10 griego, y que sentia<br />
con acritud la vulgaridad de la vida rnoderna; la de un filôsofo descreido<br />
de todo por el abuso de estudio; la de un gozador cansado de<br />
los placeres vulgares; que iba a perseguir sensaciones mas profundas y<br />
mas finas, y la de un analista que las discrlrninaba para sentirlas con<br />
mas ardor- animaron mi corazén, que latia bajo la resplandeciente<br />
pechera, coquetamente abotonada con una perla negra.<br />
As], proteica y mûltiple, ubicua y cambiante, resistente al influjo de<br />
los ambientes, vigorosa por los ejercicios atléticos, por el uso de suculentos<br />
man jar es y licores aûejos, enervada por sensuales delicias, mi personalidad<br />
se fue desarrollando y alternaron dentro de mi épocas de salvajez<br />
gozadera y ardiente y largos dias de meditative desprendimiento de las<br />
realidades tangibles y de ascética continencia.<br />
Un cultivo intelectual emprendido sin método y con locas pretensiones<br />
al universallsmo, un cultivo Intelectual que ha venido a parar en la falta<br />
de toda fe, en la burla de toda valla humana, en una ardiente curiosidad<br />
dei mal, en el deseo de hacer todas las experiencias posibles de la vida,<br />
complété la obra de los otras influencias y vina a abnrme el oscuro cami no<br />
que me ha traido a esta reglén oscura, donde hoy me muevo sin ver<br />
mas en el horizon te que el abismo negro de la desesperaclén y en la<br />
altura, alla arriba, en la altura inaccesible, su imagen, de la cual, como<br />
de una estrelia en noche de tempestad, cae un rayo, un solo rayo de luz.<br />
~Terror? ... ~Terror de qué? .. De todo por instantes ... De la<br />
oscuridad deI aposento donde paso la noche· insomne vîendo desfilar un<br />
cortejo de visiones siniestras; terror de la multitud que se mueve âvida<br />
en busca de placer y de oro; terror de los paisajes alegres y claros que<br />
sonreian a las almas buenas: terror dei arte que fija en posturas eternas<br />
los aspectos de la vida, coma por un tenebroso sortilegio; terrer de la<br />
noche oscura en que el infinito nos mira con sus millones de ojos de<br />
Iuz; terror de sentirme vivir, de pensar que puedo morirme, y en esas<br />
horas de terrer, frases estûpidas que me suenan dentro del cerebro cansado,<br />
",y si hubiera Dias? .. Los pobres hombres estân solos sobre la<br />
tierra", y que me hacen correr un escalofrio par las vértebras.<br />
No, no es terror de eso, es terror de la locura. Desde hace anos el<br />
cloral, el clorofonno, el éter, la morfina, el haschich, aIternados con<br />
excitantes que le devolvian al sistema nervioso el tono perdido por el<br />
178
uso de las siniestras drogas, meron en mi cuenta de aquella virginidad<br />
cerebral mas preciosa que la oua de que habla Lasegue. Después, la<br />
crapula dei cuerpo obstinado en experimenter sensaciones nuevas, la<br />
crapula del alma empefiada en descubrir nuevos horizontes, después<br />
todos los vicies y todas las virtudes, ensayados por conocerlos y sentir su<br />
Influencia, me han traido al estado de hoy, en que, unos dias, al besar<br />
una boca fresca, al respirar el perfume de una flor, al ver los cambiantes<br />
de una piedra preciosa, al recorrer con los ojos una obra de arte, al<br />
oir la mûsica de una estrofa, gozo con tan violenta intensidad, vibro<br />
con vibraciones tan profundas de placer, que me parece absorber en cada<br />
sensation toda la vida, todo 10 mejor de la vida, y pienso que [arnas<br />
hombre alguno ha gozado asi; y en que otros, cansados de todo, despreciando,<br />
odiando todo, sintiendo por mi mismo y por la existencia un<br />
odio sin nombre, que nadie ha experimentado, me siento inca paz dei<br />
mas minime esfuerzo, permanezco por horas enteras, hebetado, estûpido,<br />
inerte, con la cabeza en Jas manas y Ilamando a la muerte ya que la<br />
energia no me alcanza para acercarme a la sien la boca de acero que<br />
podria curarme del horrible, deI tenebroso mal de vivir...<br />
ILa locura! [Dios mio, la locural A veces, {por qué no decirlo, si<br />
hablo para ml mismo? .. [cuântas veces la he visto pasar, vestida de brillantes<br />
harapos, castaâetandôle los clientes, agitando los cascabeles del<br />
irrisorio cetro, y hacerme misteriosa mueca con que me convida hacia<br />
la desconocido! En una alucinaci6n que la otra noche me dominé por<br />
unos mlnutos, las joyas que brillaban sobre el terciopelo negro deI enorme<br />
estuche 'se trocaron a la luz de la lâmpara que las alumbraba en los<br />
mâgîcos arreos de su vestido de reina; otra noche, en una pesadilla<br />
que me apret6 con sus garras negras y de la cual desperté baüado en<br />
sudor fdo, una cabeza horrible, la mitad mujer de veinte aüos, sonrosada<br />
y fresca pero coronada de espinas que le hacian sangrar la frente tersa,<br />
la otra mitad, calavera seca con las cuencas de los ojos vacias y negras,<br />
y una corona de rosas clüéndole los huesos dei crâneo, todo ello destacado<br />
sobre una aureola de luz pàlida, una cabeza horrible me hablaba<br />
con la boca, mitad labios de rosada carne, mitad huesos pàltdos, y me<br />
decia, "ISoy tuya, eres mio, soy la Iocural"<br />
[Locol ... JEI Ioco, en el cuartucho oscuro deI manicomio, 010r050 a<br />
orines de raton, envuelto en la camisa de fuerza! .. el loco con el<br />
cabello cortado al rape, recibiendo en las fIacas espaldas huesosas el<br />
chorro helado de la ducha, bajo el ojo imperturbable dei hombre de<br />
ciencia que anota sus gestos violentas y sus entrecortadas blasfemias<br />
para convertirlos en una precisa y razonada monografia ...<br />
~Loco? ... è.Y por qué no? Asi murié Baudelaire, el mas grande,<br />
para los verdaderos letrados, de los poetas de los ûltirnos cincuenta afios;<br />
as! muri6 Maupassant, sintiendo crecer alrededor de su espiritu la noche<br />
y reclamando sus ideas , .. j Por qué no has de morir asi, pobre dege-<br />
179
nerado, que abusaste de todo, que soüaste con dominar el arte, con poseer<br />
la ciencia, toda la ciencia, y con agotar todas las copas en que bonda<br />
la vida las embnagueces supremas!<br />
[Pero DO! dulce vision angélica que en mis sueüos llevas las manos<br />
llenas de lirios blancos y que presente ante mi trazaste con ellas el<br />
signe de la redencién y arrojaste en mi noche las pâlidas flores, el alma<br />
que tu favoreciste con tus miradas santificadoras no ira a desagregarse<br />
asi.<br />
Cuando en ti pienso, Beatriz que me haras ascender desde el fondo<br />
de mi infierno hasta Jas alturas de tu gloria, los versos de Alighieri<br />
suenan dentro de mi alma como un cântico de esperanza y de consoladora<br />
certid umbre:<br />
Cuando mi Dama camina par alguna parte, Amor extiende sobre los<br />
corazones corrompidos una capa de hielo que rompe y destruyc los malos<br />
pens_DlÎcntos.<br />
El que se exponga a veria 0 se ennoblece 0 muere. Cuando alguno digno<br />
de mirada la encuentra, experimenta todo el poder de sus virtudes y si ella<br />
10 honra con su saludo la vuelve tan modesto, tan bonrado y tan bueno que<br />
!lega hasta perder el recuerdo de los que 10 ofendieron.<br />
y Dias ha concedido una gracia particuJar a mi Dama la persona que<br />
le dirige la palabra DO puede teaer mal fin".<br />
IOh, ven, surge, aparécete, Helena! Lo que queda de bueno en mi<br />
alma te reclama para vivir.<br />
Estoy harto de la lujurla y quiero el arnor; estoy cansado de la carne<br />
y quiero el espîritu. Hubo en mi alma muladarcs inmundos que limpi6<br />
la fuente de aguas vivas abierta en ella por la mfrada insostenible de<br />
tus ojos azules. Para recibirte, 10 que es hoy seca rnaleza, florecerà de<br />
flores perfumadas y los sueüos buenos de mi adolescencia resucitarân<br />
todos cuando tus pies pequeüuelos huellen la tenebrosa puerta de mi<br />
espiritu, y te acompaûaràn coma una procesién de angeles, donde qucdan<br />
charcos de envenenadas emanaciones, habrà dormidos lagos, apcnas rilados<br />
por las alas de los cisnes blancos. Si sobre mi cuerpo crispado de<br />
voluptuosidad se pasearon manos buscadoras y lascivas, si pedi el olvido<br />
a todas las embriagueces de todas las orgias, si rodé como un borracho<br />
por la escalera vertiginosa dei vicie, fue porque no te habla vlsto todavia.<br />
Tcn piedad de mi. Para alcanzar tu santidad, porque te siento santa<br />
y me apareces cefiida con una aureola de mlsticismo y casi sagrada,<br />
para alcanzar tu santidad, he procurado ser bucno. No hay una rnancha<br />
en mi vida después de que tus ojos cruzaron sus miradas con las mias.<br />
Pero para ser bueno necesito de ti, necesito verte. [Ven, surge, aparécete,<br />
sâlvame, ven a librarrne de la locura que avanza en mi cielo como una<br />
nube negra preâada de tempestades, ven a salvar 10 que queda en mi<br />
de los santos de mi raza, dei sabio arzobispo y de la dulcisima monja,<br />
180
que en tierra para ti desconocida, duermen su ûltimo sueâo, a la sombra<br />
de las arcadas géticas, en los viejos sepulcres de piedra!<br />
El hilo de luz que me hara encontrarla, esta en el mistericso parecido<br />
dei cuadro de Hivington con ella, pensé hace dos semanas y por un<br />
fenémeno que es frecuente en mi y que me hace tomar siernpre el<br />
camino mas largo y perderrne en él cuando trato de investigar algo que<br />
me interesa, en vez de irme derecho al viejo, 0 de proguntarle el<br />
nombre dei pintor de la misteriosa tela y de continuar inquiriendo hasta<br />
dar con la verdad, me entregué, COh loco entuslasmo al estudio de los<br />
origenes y del desarrollo de la escuela prerrafaelîta, de las vidas y de<br />
las obras de sus jefes y de las causas que determinaron la apariciôn de<br />
ella en el mundo deI arte.<br />
He salido de mi tarea con unas cuantas percepciones nue vas de la<br />
belleza y guarda mi espiritu algo como el perfume y el alma del ideal<br />
que animaba a los nobles artistas que ilustraron la cofradia: como un<br />
suave olor rancio de incienso, producido por la ingenua piedad suavislma<br />
de los pintores precentistas, y como un deslumbramiento causado por el<br />
colorido de ciertas telas inmortales. En resumen, [arnâs me habla sentido<br />
mâs ridicule en el interior; quise saber de Helena, y he sabido detalIes<br />
de ta vida del Beato Angélico de Fiesole, Ieldo cart as de Rossetti y de<br />
Holman Hunt; canzones de Guido Cavalcanti y de Guido Guinicelli,<br />
versos de William Morris y de Swimburne, visto cuadros de Rossetti<br />
y de Sir Edward Burne Jones. En resumen, todo se complica dentro<br />
de mi y toma visos literarios, uns curiosidad se agrega a otra, 'os atractivos<br />
dc la obra de arte me haeen olvidar los mas graves intereses de la vida,<br />
y sin la Hamada brutal a la realidad, dada por el doctor Rivington antier,<br />
habria pasado quién sabe cuânto tiempo sin buscarla, soüando en Ella,<br />
con la imaginacîôn dando vueltas alrededor de su radiosa imagen, y los<br />
ojos persiguiendo en poemas y cuadros, frases y lineamientos que me<br />
hicieran recordarla.<br />
No soy prâctico. Rivington me 10 ha dicho en tono despreciativo y<br />
yo que 10 sé mejor que él me sonrio al pensar en el desprecio que revelaba<br />
su voz al decirmelo. No soy prâctico, ya 10 creo, y los hombres<br />
pràcncos' me inspiran la extraüa impreslôn de miedo que produce 10<br />
ininteligible. Percibir bien la realidad y obrar en consonancia es ser<br />
pràctico. Para mi 10 que sc Ilama percibir la realidad quiere decir no<br />
percibir toda la realidad, ver apenas una parte de ella, la despreciable,<br />
la nula, la que no me importa. (La realidad? .. Llaman la realldad<br />
todo 10 mediocre, todo 10 trivial, todo 10 insignifîcante, todo la despreetable:<br />
un hombre prâctico es el que poniendo una tnteligencia escasa<br />
181<br />
Londres, 5 de diciembte,
al servicio de paslones mediocres, se constituye una renta vitalicia de<br />
impresiones que no valen la pena de sentirlas. De esa concepci6n del<br />
individuo arranca la organizaci6n actual de la sociedad, que el mas ilustre<br />
de sus detractores Hama "una sociedad an6nima para la produccién de<br />
la 'Vida de emociones Iirnitadas", y esa conccpci6n de la vida sirve de<br />
base a la estética de Max Nordau que. clasifica las verdaderas obras de<br />
arte como productos patolégicos y a la asquerosa utopia socialista que<br />
en los falansterios con que sueüa para el futuro, repartira por igual<br />
pitanza y vestidos a los genies y a los idiotes.<br />
ils realidad! La vida real! [los hombres prâcticosl ... [Horror! ...<br />
Ser prâctico es aplicarse a una empresa mezquina y ridicula, a una ernpresa<br />
de aquellas que vosotros despreciasteis, [oh, celosos, oh, creadores,<br />
oh padres de 10 que lIamamos el alma humana, que impedisteis con<br />
vuestras sublimes locuras que nuestros ojos iluminados por un resta de<br />
la luz que irradié de vuestros espiritus no sean los ojos âtonos de los<br />
rumiantesl Tu no fuiste prâctico, sublime guerrero, poeta que soiiaste<br />
y realizaste la indcpendencia de cineo naeiones semisalvajes, para venir<br />
a morir, bajo techo ajeno, sintiendo dentro de ti la suprema melancolia<br />
dei desengaiio, a la orilla dei mar que baüa tus natales cestas: ni tu<br />
tampoco, pobre genovés sofiador que le diste un mundo a la Corona de<br />
Espaüa, para morir entre cadenas; ni tu, manco inmortal, que pasastc<br />
miserias sin cuento; ni tu, florentino sublime que con el alma llena<br />
de las ardientes visiones de tu Divina Comedia, mendigaste el pan del<br />
desterrado; ni tu. Tasso, ni tu Petrarea, ru tu, pobre Rembrandt, ni tu,<br />
enorme Balzac, perseguido por los ruines acreedores, ni vosotros, todos,<br />
[oh poetas, oh gentes, oh faros, oh padres dei espiritu humano que atravesasteis<br />
la vida, amando, odiando, cantando, soüando, mendigando,<br />
mientras que los otros se enriquecian, gozaban y morian satisfechos y<br />
tranquilosl<br />
Divago al escribir. Cada uno de esos hombres, al olvidar las miserables<br />
materiaIidades de la vida, 10 hacia para realizar algûn plan grande que<br />
inmortalizara su memoria. Yo pierdo inùtilmente mi tiernpo entretenido<br />
como un niûo en futilidades mas 0 menos hermosas, sin buscar la<br />
ûnica que devolverâ la paz a mi espiritu conturbado.<br />
Cuando puse los pies en el salôn de consulta de Rivington, todas las<br />
impresiones de las ûltimas dos semanas refluian a mi memoria y, olvidado<br />
de los detalles de la vida real, se movia mi espiritu en un ambiente<br />
de etéreas delicadezas y sobrenaturales y deliciosos sentimientos producido<br />
par la contemplaciôn incesante de los cuadros y la lectura de los versos<br />
de Rossetti. Ese ambiente de ardiente y melanc6lico misticismo poblado<br />
de ensueûos referentes a Helena y perfumado de ella, coma el aire<br />
de suntuoso retrete femenino del aroma de las flores que agonizan aromandolo,<br />
me habla envuelto por largas horas, coma una niebla espiritual,<br />
impidiéndome el contacta con el mundo exterior. Disipése coma por<br />
182
encantamiento al sentarme en une de los slllones de la consulta y recorrer<br />
con los ojos la concurrencia que esperaba, haciendo antesala, el turno<br />
obligado para solicitar los auxllios del hombre de ciencia. Frente a mi<br />
un viejazo apoplético y obeso, envuelto en pesado abrigo de pieles,<br />
con el cogote rojo como jam6n y rugoso como un cuero de caïman,<br />
los ojos cubiertos por dobles anteojos negros, y los enormes pies deformados<br />
por la gota, calzados con gruesos botarrones, roncaba a pierna<br />
suelta. Se habia dormido esperando el turno. En un ângulo de la sala<br />
una mujer de anguloso perm. canosa y con cara de hambre, miraba con<br />
sus ojuelos grises cargados de odio, a una pobre chiquilla de doce a<br />
trece anos de ralos cabellos de un rubio sucio, destefiida tez salpicada<br />
de pecas, y descolorida boca entreabierta que dejaba ver los dientes<br />
picados y las encias desteüidas. En otro sill6n estaba sentado un hombrecillo<br />
enclenque, de color de aceituna que guardaba una quietud absoluta,<br />
inquietante, inverosimil, y por entre aquellos cuatro individuos,<br />
de miserable y dolorosa apariencia, se paseaba a grandes pasos por el<br />
sal6n un fantâstico personaje, desmesuradamente largo y flaco, de aspecto<br />
caricatural, que se retord a con furia los pelos de larguislmo bigetillo<br />
encerado y cuyos gestes sacudidos seguian con indulgente solicitud<br />
los ojos de un hombre de treinta afios, vcstido con refinada elegancia,<br />
pero en cuya delicada y hermosa fisonomia, de una palidez extraiia,<br />
se leian los signos de definitivo e irrernediable agotamiento.<br />
La chiquilla del pelo rubio se sacudiô toda, dio un gritlco agudo de<br />
pajaro herido y agit6 sus miembros débiles un estremez6n nervioso;<br />
despertosé con un ronquido bronco el personaje de las pieles y se frotô<br />
con la enorme mano rijiza y rellena come un guante de esgrima la<br />
Faz apoplética, no hizo un movimiento el individuo verde aceituna, que<br />
parecia una estatua de cera, y visiblemente humlllado, al sentlrse en<br />
aquella asamblea de incurables, el enfermo elegante que un momento<br />
antes paseaba por todo el cuarto la mlrada de sus ojos cansados, los<br />
volvié a un anillo de rubles que le adornaba el dedo mefiique de la mano<br />
izquierda.<br />
Excitado por la vista de aquellos mfelices, surgié en el fondo de mi<br />
el orgullo de la vida, de la juventud y dei vigor, y con involuntario<br />
movimîento me apreté con la derecha, crispa da casi, el biceps del brazo<br />
izquierdo, que sobresalia elâstlco y fuerte, fonnando como una masa de<br />
hierro, bajo Ja gruesa cheviotte del vestido de invierno; la sangre se me<br />
subié a las mejil1as y con brusco movimiento me levanté para salir ...<br />
No, yo no esraba enferme, yo no era un incurable. un harapo humano<br />
como aquellos desgraciados. èEnfermo yo? tDe qué? De un exceso de<br />
vida, de un exceso de ideas, de un exceso de fuerza y, como si hubiera<br />
visto la muer te al ver aquellos restes de persona que iban a buscar modo<br />
de aliviar sus dias miserables, dcscé en ese minuto todos los placeres de<br />
la vida, todos los sabores, los perfumes, los colores, las lincas, las mûsicas,<br />
183
los contactes deliciosos; me provocé apurarlo todo ahi, en ese minuta,<br />
antes de que mi cuerpo se deformera y se convirtiera en una miseria<br />
coma las que estaba viendo, ..<br />
Tan profunda fue la impresién que no cal en la cuenta de la salida<br />
de la persona cuya consulta habla terrninado. ni vi, en el primer momento,<br />
a Rivington, que por la puerta entreabierta deI gabinete me<br />
miraba de pies a cabeza, con oios de inquietud.<br />
-Doctor- dije saludândolo olvldado de que habla enfermes que<br />
debian precederrne.<br />
-Siga usted- dijo con cicrta brusquedad, haciéndome entrar al<br />
cuarto.<br />
Ahî sigui6 una escena grotesca en que, sin poderme dominar y llorando<br />
corno una mujer, abrazado a aquel [avan casi desconocido para ml, le<br />
conté la atroz impresi6n que me habia producido 5\1 horrible clientela<br />
y Je supliqué que me asegurara que no estaba enferma, que no me<br />
volveria loco, y en que con frascs estûpidamente sentimentales le supliqué<br />
que me permitiera enviar un pintor a su casa para obtener una<br />
copia del cuadro. Suave camo una madre que maneja a un muchacho<br />
enfermo, consentido y antojadizo, el especialista se denegé a mi deseo<br />
y con su gravedad acostumbrada, me hizo ver todo 10 que habla de<br />
anormal y de enfermizo en mi estado de espirltu de csos mementos.<br />
- Yo habla creldo menos grave su casa. Es preciso que usted aproveche<br />
las fucrzas que le quedan para buscar la curaciôn inmediatamente:<br />
vaya usted desde mariana a buscar a esa seüorita, diviértase, distrâigase,<br />
no sueüe mas; el sueüo es un vencno para usted. [uegue, emborrâchesc.<br />
mas bien. Eso seria mas bigiénico en su cstado de hoy. No pierda usted<br />
un minute, vaya a buscarla. Usted 1
que nos scducen con el sortilegio de su belleza sensual y sé bien que<br />
los pies de Helena no huclIan tu suelo, [oh pérfida y voluptuosa Babilonia!<br />
De la temporada de Londres me Ilevo una deliciosa impresiôn de recogimiento<br />
y de vida interior exacerba da hasta 10 indeciblc. Dos idlomas<br />
que eran para mi letra muerta, el griego y el ruso; dos ramos de la<br />
actividad humana que me eran extrafios, todas las artes de la guerra y la<br />
agronomia con todos sus progresos realizados en la ûltima mitad de este<br />
sigle me son completarnente familiares. Amplia cosecha de impresiones<br />
de arte, lecturas de los originales de los tràgicos griegos que conocia<br />
antes en malas traduciones, de los poetas anteriores a Shakespeare, de<br />
toda Ja pléyade moderna, desde el sensual y vibrante Swinburne hasta<br />
la mistica Cristina Rossetti; Inefables ensueüos provocados por los cuadros<br />
de Holman Hunt, Whistler y de Burne Jones; [todo eso me has<br />
dado, ciudad monstruo que me apareces casi ideal porque mientras<br />
he vivido en tu seno, he vivido con su recuerdo!<br />
AI comenzar los tapiceros a desarmar la casa me he quedado 50rprendido<br />
del numero de objetos de arte y de lujo que Insensiblemente<br />
he comprado en estos seis meses y los he remirado uno por uno, con<br />
carifio, porque en 10 futuro me recordarân una época de mi vida mas<br />
noble que los ultimos afios. Tu iras a adornar el vestibulo del horel en<br />
Paris, enorme vaso etrusco que ostentas en tus bajos relieves hermosa<br />
procesién de satires y de ninfas, y por sobre las cabezas de carnero<br />
Desde el momento en que pisé esta ciudad me ha invadido un malestar<br />
indescriptible. No es una impresién moral, porque, serenado mi espiritu<br />
por la idea de buscar a Helena y eonfortado por la esperanza de encontraria,<br />
me siento mejor; no es una enfermedad porque ningûn sintoma<br />
externo la traduce, ni la acompaüa dolor aiguno, y mi cuerpo rebosa<br />
de vida. Tengo como una plétora de fuerza disponible que no encuentro<br />
cômo gastar. El dia de antier la pasé todo en violentos ejercicios fisicos,<br />
equitaci6n, ciclismo, box, florete, que en vez de fatiganne, le dieron a<br />
mis mûsculos una sensacién de fuerza precisa, que pot absurda que<br />
sea la imagen, se me ocurre comparar con la que tendria una mâquina<br />
bien construida si tomara conciencla de la solidez de sus engranajes<br />
de acero y de la potencia del motor que los hace funcionar. "Estas<br />
hecho un Hércules", me decia antier el viejo Miranda, golpeéndome<br />
el hombre, y brillândole los ojos de envidia, en los mementos que pasé<br />
en su escriterlo.<br />
Hecho un Hércules y parece que ese exceso de vigor es la causa deI<br />
extraüo estado en que me encuentro. Ayer no pude resistir mas y me<br />
fui a un médico, a quien sin entrar en détalles de otro orden, le referi<br />
mis achaques, Fue el profesor Charvet. el sabio que ha resurnido en los<br />
sets volûmenes de sus admirables Lecctones sobre el sistema nervioso<br />
10 que sabe la ciencia de hoy a cse respecta, y que me conoce y me mira<br />
con extrema benevolencia desde que oi sus lccciones en la facultad y<br />
presencié sus curiosas experiencîas de hipnotismo en la Salpetrière.<br />
'--Ha realizado usted el consejo de Spencer- me dijo : "seamos<br />
buenos animales": es usted un hennoso animal- agreg6 sonriéndose-.<br />
Espere que no se tratarâ de una enfermedad grave. è,A qué le debo el<br />
placer de su consulta? ...<br />
-A una abominable impresi6n de ansiedad y de angustia bajo<br />
la cual estoy viviendo desde mi llegada a Paris; de angustia sin motivo<br />
y par consiguiente mas odiosa; de ansiedad que no se refiere a nada,<br />
y a la cual preferiria el dolor mas intenso ... ~Le ha sucedido a usted,<br />
doctor, correr, ya en retarda, a una cita urgente, contar los minutas, los<br />
segundos, abrir el relo], no ver la hora, volverlo a abrir, ver que el<br />
instantâneo se mueve, rectificar si el cronômetro funciona, aplicândole<br />
el aida, creer que se ha parada, buscar la hora en los relojes de la calle,<br />
sentir que el tren 0 el coche no caminan y no descansar de la horrible<br />
imprcsién que le hace correr sudor frlo par las sienes y le aprieta el epigastrio,<br />
sino después de estar en el lugar convenido? . . . Prolongue usted eso<br />
por seis dias, exacérbelo, hâgalo mas insoportable quitândole la causa y<br />
tendra usted idea de la que siento.<br />
Me interrogé babil y discretamente hasta hacerme confesar los cinco<br />
meses de abstinencia sexual a que me ha condenado la imposibilidad<br />
186<br />
Parts, 26 de diciembre.
de tolerar cuaIquier contacte femenino desde la tarde del bendito encuentro<br />
en Ginebra.<br />
=-Acabâramos-e- prorrumpi6 con una sonrisa de alegria que le alumbrô<br />
toda la cara afeitada y le hizo, al sacudir la cabeza, brillar los cabellos<br />
blancos y lisos que, echados para atrâs, le caen en espesa melena sobre<br />
el cuello dei largo levitén negro-. Acabâramos, {y ese capricho? (un<br />
voto de castidad hecho por usted, a sus afios y con esa facha? .. -prcgunté<br />
con amable expresién.<br />
-No es un capricho, obedece a motivos que serian largos de explicar-<br />
dije, para ahorrar comentarios-. (Con qué cree usted que es la<br />
causa?<br />
- Ya 10 creo, amigo mio- respondiô con suavidad acariciadoraya<br />
10 creo que es esa la causa. [Con esa flsiologia de atleta que tiene<br />
usted y con sus veintiséis anos! Sup6ngase usted una bateria poderosa<br />
acumulando electricidad; una caldera produciendo vapor, [electricidad<br />
y vapor que no se empleanl Estos primeras meses han debido de ser<br />
terriblemente inc6modos y experimente admiraci6n par la fuerza de<br />
voluntad que le ha permitldo a usted pasarlos asi, Sabran las drogas<br />
amigo mio, usted sabe el remedie, apliqueselo , .. en dosis pequeüas al<br />
principio- agreg6 sonriendo siempre.<br />
-Si no me da usted otro- contesté empleando un tono anâlogo al<br />
que usaba él->, no me cura ré pronto, esté usted seguro.<br />
-jAh! ,con qué insiste usted en su régimen? .. -pregunt6 con<br />
expresiôn de marcada curiosidad ... -. Es admirable ... Vamos, pues<br />
gaste usted fuerza en tado sentido coma 10 ha hecho usted en estas<br />
dias y complete la obra dei ejercicio violente con largos banos calientes<br />
y altas dosls de bromuro. Bromuro por agua ordinaria- agreg6 entregândome<br />
la f6rmula- y...• cuidado con que se desplerte de repente<br />
la bestia que ha logrado usted domesticar y haga alguna andanada,<br />
~eh? .. - me dijo al apretarme la mano en la puerta de la consulta.<br />
Inûdl todo. He permanecfdo horas enteras en la enorme tina de<br />
rnârmol blanco, aletargado por la influeneia de la temperatura ardiente<br />
deI agua; tengo en el paladar el sabar salino de la droga sedantc y en<br />
las narices el olor de la esencia de toronjil que el profesor agrégé a<br />
la saI. Inûtil todo. La angustia me oprime, me agota, me embrutece;<br />
me hace sudar frio; me imposibilita para pensar. En las ûltlmas cuarenta<br />
y ocho horas no he podido pegar los ojos y el cerebro, fatigado por el<br />
insomnie, funciona débilmente. No pienso casi, y me muero de ansiedad.<br />
,De qué? . . De nada. . . Esta mafiana htce ensillar el mas fogoso de<br />
mis caballos- un arabe, firro y nervioso como un artista, que se excita<br />
y pifia al verme- y huyendo de la exhiblctén del Bosque y de los<br />
trotecitos de ordenanza, galopé furiosamente tendido al través sobre el<br />
fogoso animal que se sorbia los vientos deI paisaje invernal, devastado<br />
por el frio, .. Me parecia que aquel1a carrera furibunda tenia algïin<br />
187
objeto que no alcanzaria, y la angustia crecia, crecia, y en el ruido de<br />
las herraduras, al goIpear la carretera desierta y blanca de nieve, me<br />
parecia oir una voz que me gritaba: "jApura, apura, vas a llegar tarde;<br />
mas aprisa, apura, apura!" Y bajo esa impresién llegué cuatro horas<br />
después al hotel, bafiado en sudor, rendido y temblando de miedo coma<br />
si alli me esperara una mala noticia ... ",Hay cartas?", le pregunté al<br />
portero que me tendi6 dos. Camo si fueran algo inesperado y gravisima<br />
abri las cubiertas con sobresalto; [eran una nota de Morrel y Blundel,<br />
dândome aviso de elen libras pagadas a mi sastre en Londres y una<br />
esquela de Alberto Miranda avisândome que me habian conseguido al<br />
fin unas aguafuertes tras de las cualcs andaba hace meses! ...<br />
Desde hace seis horas tirito, calado de frio, basra las médulas de los<br />
huesos, tendido en el divan de mi despacho sobre el cual ha acumulado<br />
Francisco mantas y pielcs que no me calientan, coma no me calienta el<br />
claro fuego que arde en la chimenea. Me hielo y me muero de angustia.<br />
Para distraerla escribo estas Iineas, y al releerlas y encontrarlas inteligibles<br />
experlrnento una sorpresa extrafia. Es tan grande la debilidad<br />
mental que experimente que no podria agregarles cien mas. El cerebro<br />
se rebela a pensar. Espesa bruma envuelve mi horizonte intelectual,<br />
mortaI decaimiento me postra, y si por mi fuera no haria un movlmiento<br />
para no gastar las escasas fuerzas que me quedan. Es coma si por una<br />
herida invisible se me estuvieran ycndo al tiempo la sangre y el alma.<br />
Asi debi6 de agonlzar Séneca con las venas abiertas, entre cl agua<br />
tibia de la tina de mârmol. En mi espiritu, doride las imâgenes picrden<br />
su relieve v se confunden, fletan dos versos de un soneto de Rosctti, de<br />
aquel soneto en que una visi6n le habla al poeta entre la bruma nocturna:<br />
Look at my face, my nam,e is might have been.<br />
1 am also cal1ed no more, farewell.<br />
jOh, mirame la far. ... IDye mi nllmbre1<br />
IMe llamo Lo que p14do seri Me llamo ...<br />
Es tarde •.. me llamo ... 1Adlôs 1<br />
y no puedo levantarme y me muero de angustia y de debilidad ...<br />
[La Muerte! ... No me Irnpresiona pensar en ella; jestoy seguro de<br />
que no es ni mas horrible ni mas misteriosa que la Vida!<br />
Estoy mejor ya, acosrado todavia, y mientras llega el profesor Charvet,<br />
que vendra a las tres de la tarde. me entretengo en describir, poseido<br />
de mi eterna mania de convertir mis impresiones en obra Iiteraria, los<br />
sintomas de la extrafia dolencia.<br />
188<br />
17 de enero.
Las ûltimas lineas trazadas aqui tienen fecha dei 26. Pasé ese dia<br />
y los dos siguientes en el misrno estado de malestar indescriptible que<br />
experimentaba al escribir entonees. La impresiôn de angustia se hizo<br />
tan intolerable que, a pesar de mis esfuerzos para dominarme, se traducia<br />
en involuntario quejido coma el que me habria arrancado una<br />
neuralgia y la postracién se acentuô de tal modo, que los esfuerzos para<br />
levantanne y vesnrme fueron inutiles. Francisco, aterrado COnmi enfermedad<br />
y sin orden mis, corrio al eseritorio de los Miranda y a la<br />
oficina de Mannoni. Unas horas después, al air voces, abri los ojos,<br />
que habia mantenido cerrados, y al través de la bruma que lIenaba el<br />
cuarto vi seis caras que se inclinaban sobre la mia; distingui los bigotazos<br />
blancos de don Mariano Miranda, la carita arabe de Vicente, su hijo,<br />
la cabezota rubia de Mannoni y la corbata lila de uno de los médicos,<br />
un personaje rosado y oloroso a Chypre, que me auscultaba frenéticamente,<br />
dàndome golpecitoscon los dedos lIenos de aoillos.<br />
Hice un esfuerzo para incorporarme, y la cabeza, camo desarticulada<br />
por la debilidad, se me fue para atràs sobre los almohadones en que me<br />
habian acomodado. La presencia de aquella gente me devolvié un poco<br />
de energia, irritandome con las caras de pésarneque me mostraban. Logré<br />
enderezarme, saludarlos, y le contesté con displicencia al médico de la<br />
corbata HIa, de las patillas rubias y dei pelo rizado, que me preguntaba<br />
qué sentia.<br />
-Debilidad y sueüo, seâor ... Debllidad y sueüo. -Me quejaba<br />
porque me delia un poco la cabeza.<br />
-Crea que estamos en presencia, querido colega- dijo el afeminado<br />
personaje, volviéndosea su compaüero, un individuo rechoncho y carirredondo,<br />
de barbiUa castaüa y pelada cabeza, que me miraba con<br />
expresién entre ir6nica y despreciativa- de fen6menos neurasténlcos<br />
atribulbles al estado de profunda debilidad en que se encuentra el<br />
pacicntc. Hay ciertos puntos relatives al diagn6stico y al tratamiento en<br />
que Ia i1ustradaopinion de usted contribuiria a aelarar mis ideas, querido<br />
colega.<br />
-Si quieren ustedes hablar a solas pasen al sa16n- sugiri6 don<br />
Mariano Miranda, rnostrândoles el camino-. Dicen que no es grave.<br />
Eso fue todo Jo que saqué en limpio: 10 demâs no se 10 entiendo: astenia,<br />
neurastenia, anemia, epidemia, syringomelia, camelia, neurosis, coriléporo...<br />
qué sé yo refunfuüô entre dientes, maseando el inevitable cigarro<br />
cuya ceniza ncgruzca cala sobre el tapiz de Ausbusson, que cubria el<br />
suelo y cuyo humo nauscabundo me revolvlé el alma.<br />
- Tu 10 que tienes es que vagabundeas mucho- continuo acornodândose<br />
en una silla y mareândome con el olor dei tabaco-. Haces<br />
bien, muchacho; tienes dinero, estas joven y fuerte; pero no abuses, no<br />
abuses.<br />
189
-Oye las noticias de la tierra- comenz6 Vicente, con su vivacidad<br />
de mico y el insoportable entusiasmo que pone en contar todo 10 que<br />
se refiere a los demés=- ,Tu no has recibido las cartas de boy? ..<br />
Claro que no. En el escritorio las abrimos hacc media hora. Las Reyes<br />
que, como tu sabes, le cuentan a Victor todo cuanto sucede alla, le dan<br />
una partida de noticias a cual mas inesperada; la primera, el matrlmonio<br />
deI calaveron de tu primo Heriberto Monteverde, del tronera de Heriberto;<br />
éadivina con quién? ... Con Inés Serrano. ,No te sorprende? ...<br />
Casarse Monteverde, todo fuego, con la Serrano, tan fria y tan hoba y<br />
de posici6n social Inferior a la de él, porque en fin, sea 10 que sea, los<br />
Monteverde son los Monteverde. Parece que iran a pasarse la luna de<br />
miel en el Buen Retiro, la hacienda de don Teodoro. Aburrido aquello,<br />
,eh? Dime, aqul entre los dos: ,no crees tu que ses puro calcule de<br />
Monteverde esc matrimonio? ... Las Reyes le dicen a Victor que esta<br />
mal de fortuna y que le debe mucho a Spinola. TaI vez sea cierto.<br />
,Quién sabe, eh? .. A mi papa le parece muy probable; a Alberto<br />
también- agrégé con aire de malicia .. , -Nosotros recibimos las 6[dcnes<br />
para el trollsseaus de la novia; la madre encarga un broche de<br />
diamantes, que sera de 10 rnejor que se ha manda do para alla en los<br />
ùltimos afios. . . y uno de los hermanos un libro de misa. . . Ridiculo<br />
para regalo de matrimonio, (no te parece, un libro de misa? .. IAh!<br />
pero qué te c~ento yo de noncias de alla cuando aqui en la colonia<br />
hay una cosa nue va que te interesaré muchisimo, . . L1eg6 al fin Eduardo<br />
Montt, (oyes?, y sé de buena tinta que no trajo mâs que cuatro mil<br />
francos: IY si 10 vieras! ... Se ha mandado hacer camisas en casa de<br />
Doucet, ropa donde Eppler: comié el domingo en el Café de Paris, con<br />
una cocota famosa, y ayer andaba en el Bosque en coches de remise ...<br />
Todo eso con cuatro mil francosl Es Increible, (ah? ,Sera que [uega,<br />
no es cierto? .. (Qué dices tu de eso? ..
Los médicos entraron; el buch6n de la cara Iréntca con el ceiio<br />
fruncido, el de la corbata lila y las doradas patillas, mas caricontento<br />
y mas orondo que nunea.<br />
- Mi amable y bondadoso colega ha tenido la bondad de honrarme<br />
autorizéndome para decirle a usted la opini6n que hemos forma do respecto<br />
de la novedad que usted experimenta. Son graves los desérdenes<br />
dei sistema 'nervioso ... -comenz6 ahuecando la voz y emprendiéndola<br />
con una disertaciôn intermidable en que enumeré todas las neurosis<br />
tiqueteadas y c1asificadas en los ûltimos veinte anos y las conocidas<br />
desde el prlncipio de los tiempos, Me hablé deI vértigo mental y de la<br />
epilepsie, de la catalepsia y de la letargia, de la corea y de las parâlisis<br />
agitantes, de Jas ataxias y de los tétanos, de las neuralgias, de las neuritis<br />
y de los tics dolorosos, de las neurosis traurnâticas y de las neurastenias,<br />
y, con especial complacencia de Jas enfermedades recién inventadas, del<br />
railway frain y dei railway spine, de todos los miedos mérbidos, el miedo<br />
de los espacios abiertos y de los espacios cerrados, de la mugre y de los<br />
animales, del rniedo de los muertos, de las enfermedades y de los<br />
astres. A todas aquellas miserias les daba los nombres técnicos, kenofobia,<br />
claustrofobia, misofobia, zoofobia, necrofobia, pasofobia, astrofobia, que<br />
parecfan llenarle Ia boca y dejars ela sabiendo a miel al pronunciarlas ...<br />
El otro individuo, el buch6n de la barbûla castaüa, continuaba callado,<br />
sonriéndose, y tenia cara de divertirse hasta 10 tnfinito con aquella<br />
charla exhibicionista de su questdo colega.<br />
-
Hubo una discusién entre las dos notahilidades respecta dei que<br />
escribiria la formula, y al fin el hombre de la barbilla castaüa trazé<br />
en el pape! signas que equivalian a una dosis de saI de Inglaterra, calculada<br />
para purgar a un toro Durham.<br />
-Se tomarâ usted esto mariana tcmprano, y una dosis igual pasado<br />
mariana, y otra todas las rnaüanas durante seis dias- me dijo con brusquedad-.<br />
Al séptimo, estacà usted bueno, le doy mi palabra de honor.<br />
-Celebro que no sea nada ... Usa pero no abuses- dijo don Mariano<br />
levantândose... -c.Qué sabio, eh?- insinué mostrândome el<br />
personaje de la corbata llla ... - Es cl rnédico de Vicentico.<br />
- y de ella- me murmuré al aida éste al despedirse ... -me la<br />
recomendé eUa.<br />
Ella es una actriz de los bufos, que se esta comiendo la fortuna de<br />
los Miranda, servida en forma de diamantes y de coches par mi bien<br />
informado amigo, que nacié reporter, coma otros nacen cicgos.<br />
-Recuérdame contarte otra nottcia que trajo el correo=- dijo con<br />
aire picaresco sacudiéndome la mana al despedirse ...<br />
Salieron, ,A qué hablan venido aquellos buenos amigos? .. El uno<br />
a fumarse un nauseabundo cigarro, arrellenado en una poltron a mas<br />
c6moda que las de su despacho; el otro, a traerrne su cosecha de vulgaridades;<br />
los dos médicos, a cobrar su charla el uno, su estûpida receta<br />
el otro.<br />
- [Deliciosos tus paisanos!- dijo Mannoni, saliendo del rincén<br />
donde se habla metido desde que entr6-. iDellciososl ,Pero qué es<br />
10 que tienes? Estas dcsfigurado- agreg6 al ver mi palidez, mis ojeras<br />
profundas y el temblor de mis manos débiles. -è,Qué te pasa? ... Tu<br />
estas muy mal. Es necesarlo que venga Charvet; voy a traerlo; no me<br />
gusta tu aspecto- agrege después de que le hube conrado cl martirio<br />
de los ültimos dias.<br />
A media noche, después de un sueâo que mas bien me habia quitado<br />
que devuelto las fuerzas, un suefio de Dina que se muerc de debilidad,<br />
desperté presa de rnortal sobresalto, sudando frio y dando un grito de<br />
angustia.<br />
-,Qué es esto, amigo mio?- me dijo Charvet que, scntado al lado<br />
dei divan, espiaba mi suefio, acomodando los almohadones que me sostenian<br />
la cabeza ... - ,Qué es esto? Haga usted un esfuerzo y cuénterne<br />
qué le ha pasado.<br />
-Que me estoy muriendo, doctor ... - le dije estrechàndole la<br />
mana ... -; que me estoy muriendo sin causa, muriéndorne de angustia<br />
y de faIta de fuerzas.<br />
-, Usted cometi6 alguna locura después de ir a mi consulta, no es<br />
cierto? ... He llegado a imaginarme, mientras 10 vela dormido, que ha<br />
tenido usted una hemorragia abundante ... Déjeme usted examinarlodijo<br />
acercando la luz-. Incorp6rese usted un poco para air el corazén;<br />
192
asi, eso es. . . Bien: ahora, recuéstese usted. .. p6ngase ahi el termémetro,<br />
no se înquiete usted; crea que haré cuanto esté a mi alcance<br />
para mejorarlo. Usted me interesa de veras... t:Su familia no vive ahora<br />
en Paris, derto? ...<br />
-No tengo familia, doctor; vivo solo con mis criados.<br />
-Pero tiene usted muchos, muchisimos amigos que 10 quierendijo<br />
como para consolarme-. Esta noche al entrar he encontrado gente<br />
en el vestibulo y en el salon. .. ,Con que vive usted solo, completamente<br />
solo?.. -volvic) a preguntar ... - Un grade men os de la<br />
temperatura normal- dijo mirande el termômetro->: el pulso de un<br />
niûo moribundo, esa palidez, esa postracién; y el dia en que usted estuvo<br />
en mi consulta, me quedé asombrado de su vigor... El corazôn esta<br />
débit como el de un viejo de setenta anos ... Vamos, tenga usted confianza<br />
en mi; confiéseme usted qué es 10 que le ha pasado ... ,Fue<br />
muy abundante la bemorragia? ...<br />
Cuando le conté que habia seguido estrictamente sus prescripciones<br />
y cuâl habla sido mi vida desde que no nos veiamos, se levantô dei<br />
asiento y comenzô a pasearse por el cuarto a pasos contados y lentos,<br />
con las manos metidas en los bolsUlos dei patalén y la cabeza inclinada<br />
sobre el pecho.<br />
-No puedo soportar por mas tiempo 10 que siento- le dije incorporandome-.<br />
Deme usted algo que me baga dormir 0 me vuelvo loco.<br />
Plqueme usted con rnorfina, hâgame bcber cloral, hagame dormir a<br />
todo trance, aunque me cueste la vida.<br />
- Yo no puedo hacer eso, seüor: mi deber me Jo prohibe- contest6<br />
deteniéndose, con aire a la vez ceremonioso y desagradado-. Ademas, el<br />
sueüo artiflcial no le impediria sentir 10 que siente. Yo, respecta de<br />
usted, no sé mas que dos cosas: primera, que si le diera a usted la mas<br />
pequefia dosis de narcôtico, 10 envenenarta, porque esta usted en un<br />
estado de debilidad extrema increible; segunda, que tengo que Ievantarle<br />
las fuerzas, porque cl corazén funciona muy Ientamcnte, y su organisme<br />
entero presenta fenémenos graves e inexplicables de depresiôn y de agotamiento<br />
que no entiendo,<br />
-tEstos es mortal, doctor? Digamelo usted francamente, de una vezle<br />
dije con voz trémula.<br />
-Mi pobre amigo -comenzo, sentandose otra vez cerca del dtvàn->,<br />
esta usted hablando con un ignorante. Usted ha seguido mis cursos, ha<br />
vista mis experiencias: segùn ennendo, ha leldo mis hbros, sabe que<br />
gozo de alguna fama en el mundo cientiftco ... No se extrafie de 10 que<br />
voy a decirle. Orga usted ... : yo no sé 10 que usted tiene, Si fuera un<br />
charlatan, le diria un nombre rotundamente: tnventaria una entidad<br />
patolôgica a qué referir los fenôrnenos que estoy observando, y 10 Ilenaria<br />
de drogas. .. Lo mas que puedo hacer en obsequio suyo es IIamar a<br />
193
alguno de mis colegas para que me acompaüe a estudiar su caso ...<br />
Puede ser que él vea mas claro que yo. ,Quiere usted que 10 hagamos?<br />
Me denegué abiertamente, y pareciô agradecérmelo. A la maftana siguiente<br />
volvié y me obligé a beber dos copas de cognac, que me quemaron<br />
la garganta y me trastornaron un poco. El viejo espiaba con interés<br />
los efectos del licor. Me puso una inyecciôn de éter y me hizo tomar<br />
unos grânulos de cafeine. Me promené que haria preparar inmediatamente<br />
un medicarnento para que comenzara a tomarlo de hora en hora,<br />
y qued6 en que volveria antes de la tarde.<br />
-Ofrézcame usted que, por grande que sea el malestar que sienta,<br />
no se moverà usted de esta cama ni tomera usted nada que no sea su<br />
pocién.<br />
Se Jo ofreci, y de hora en hora apuré el contenido de la oscura<br />
botella. Era un licor rojizo, perfumado, meloso y arnargo en que se<br />
Iundian diez sabores extraüos. A la quinta cucharada, como quemado<br />
por un fuego interior, sentla correr la sangre por las venas, y estrcmecimientos<br />
de vida vibràndorne a 10 largo de la colurnna vertebral. Me<br />
provoc6 levantarme. Tomaba la sexta, cuando entrô Charvet con Marlnoni.<br />
-(Ya resucité usted? -me pregunt6 el viejo, tendiéndome la mana.<br />
Comencé hablarle en voz alta, vibrante y Ilena, y le di las gracias<br />
por sus cuidados. "Me scntla moribundo y estoy lleno de vida, doctor<br />
-le dije-, me ha devuelto ustcd mis fuerzas perdldas en unas horas;<br />
ahora va usted a quitarme esta maldita impresi6n de ansiedad que me<br />
desespera, (no es cierto? •. ".<br />
-Eso dcsaparecerâ en tres 0 cuatro dias, si todo sigue bien. ,Tendra<br />
usted valor suficiente para pasarlos sin recurrir a los narc6ticos? ..<br />
Si usted la tiene, me atreveré a pronosticarle una mejoria râpida. Sin<br />
embargo, no debo ocultarlc un temor que tcngo desde ayer; es Iàcil que<br />
de un memento a otro le comience a usted una neuralgia violenta que<br />
prolongarâ su enfermedad por varias sernanas. Puede usted levantarse<br />
maüana, si no siente doler alguno, y pasar unas haras en el escritorîo.<br />
Cuidado con el frio ...<br />
El treinta y uno par la tarde me aseguré que me encontraba bien y<br />
que en algunos dias mas podria salir a la calle. Sintiéndome con fuerzas<br />
de sabra y desesperado con aqucl encicrro, en que mis ncrvios excitados<br />
no habian tolerado mas compaôia que la del suave Mannoni, a quien el<br />
recargo de ocupaciones le impedia estar a mi lado, convenci a Francisco,<br />
rendido par las noches de vigilia, de que se acostara, y preparé mi salida<br />
nocturna. Desde el mediodia era ya intolerable 10 que estaba sintiendo. El<br />
malestar que me hizo ir la primera vez a casa de Charvet, la ansiedad<br />
loca del galope en el camino de Sévres, la horrible angustia de los dias<br />
pasados, eran lIll juego de niûos [unto al martirio de aquella tarde ...<br />
La perspectlva de la noche insomne del afio nuevo, aquel lento sonar<br />
194
de las boras en el viejo reloj del vestibule, aquella melancolia sin nombre,<br />
que me habia invadido el alma desde par la maûana, me hacian<br />
inaccptable la idea de la reclusion. Queria oir el ruido de la multitud,<br />
perderme par unos minutas en el tumulto humano, olvidarrne de mi<br />
mismo.<br />
Son6, cerrândose tras de mi, la puer ta del hotel, Una râfaga helada<br />
me 82:ot6 la cara y me hizo correr un escalofrio par las vértebras, La<br />
ansiedad tomé la forma concréta de una idea de movimiento, y tuve que<br />
contenerme, para no realizar el deseo que surgi6 en las profundidades de<br />
mi ser, de correr coma un loco, frenéticamente, hasta caer falto de aliento<br />
contra la sébana helada que cxtendla el invierno sobre el piso de la calle<br />
silenciosa. . .., :<br />
Eran las doce menos veinte minutes cuando sali al boulevard y 'm~<br />
confundi con el rio hurnano que par él circulaba. El aspecta de las barracas<br />
de ana nuevo, negras sobre la blancura de la nieve, de las ventanas<br />
de los restaurantes, rojizas por la luz que se flitraba por los despulidos<br />
vidrlos y las transparentes cortinillas, los esqueletos descarnados de los<br />
ârboles, que alzaban las desmedradas ramas hacîa el cielo plomizo y bajo,<br />
la misma animacién de la multitud, ruidosa y alegre, aumentaron la<br />
horrible Impresién que me dominaba, Caminé durante un cuarto de hora<br />
con paso bastante firme y. .. Me detuve un instante cerca de un pico<br />
de gas, cuya lIama ardia en la oscuridad noctuma COmOuna mariposa<br />
de fuego... ", Cartas transparentes?" -me dijo un muchacho, que<br />
guard6 el obsceno paquete al volverlo a mirar.<br />
La luz de las ventanas de una tienda de bronces me atrajo, y caminando<br />
despacio, porque sentia que las fuerzas me abandonaban, fui a<br />
pararme al pie de una de e1las.<br />
Una mujer pâhda y flaca, con cara de hambre, las mejlllas y la boca<br />
teâidas de carmin, me hizo estremecer de pies a cabeza al tocarme la<br />
manga dei pesado abrigo de pieles que me envolvia, y 50n6 siniestramente<br />
en mis oidos el pssit pssit, que le dirigi6 a un inglés obeso y sanguineo,<br />
forrado en cheviotte gris, que se habla detenido a mi lado y que se fue<br />
tras ella. Al volver la cabeza, los faroles de vidrio rojo de un fiacre que<br />
cruzé por la bocacalle vecina, dtstrajeron mi atencién por unos segundos.<br />
Me fijé luego en la ventana, y en el momento mismo en que vi el gran<br />
reloj de mârmol negro con su muestra de alabastro y volante montade<br />
por fuera, colgando de la mano de una figura de bronce, sostenido por<br />
un hilo de metal dorado, comprend. a qué se referia la angustia horrible<br />
que habla venido sintiendo en los dias y las noches anteriores: [ah,<br />
indudabJemente era el terror irrazonado, siniestro y lugubre del ana que<br />
iba a comenzar! Faltaban cinco minutes para las doce. El puntero de oro<br />
avanzaba sobre la muestra de alabastro. El volante iba y venia : tic tac,<br />
tic tac, tic tac; un hilo luminoso sobre el fonde sombrio: tic tac, tic tac,<br />
tic tac. Los dos espejos laterales de la ventana, al copiarse, reflejaban<br />
195
con un tinte verdoso de cadâver descompuesto mi fisonomia horriblemente<br />
desfigurada y pâlida, el perfil adelgazado por el sufrirniento de<br />
los dias anteriores y la maraüa de la descuidada barba. Me pareciô que<br />
estaba preso entre dos muros de vidrio y que jamâs podria salir de aIli.<br />
El volante iba y venia: tic tac, tic tac, tic tac, y cada oscilaciôn marcaba<br />
un grado mas de angustia, de terror y de desesperacién en mi alma.<br />
Rigide el cuerpo, crlspado los nervi os, exacerbados los sentidos, el murmullo<br />
dei rio humano que corda a mis espaldas se cambiô para mis oidos<br />
alucinados en un sollozo infinite que iba a perderse en aquellos nubarrones<br />
plomizos y grises que encapotaban el cielo. Tic tac, tic tac, tic tac.<br />
El volante iba y venia sobre el fondo oscuro de la ventana, A cada<br />
segundo que pasaba 10 sobrenatural se acercaba mas y mas para aparecérseme<br />
en el fondo dei abismo de sombra que se abriria tras de la muestra<br />
de alabastro al sonar la hora dei aüo nuevo. La hora se acercaba. Tic tac,<br />
tic tac. .. Quise huir para no ver aquello, y las piernas no obedecieron<br />
al impulso de la voluntad. Un Irio mortal me subié desde los pies hasta<br />
la nuca. En la pesadilla sin nombre en que se deshacla mi ser, vi avanzarse<br />
hasta ml el reloj de màrrnol negro, como un ser viviente, y aterrado<br />
caminé para atras cuatro pasos. Los doce golpes sonaron en mis<br />
oidos lentamente, gravemente, cubriendo todos 105 ru mores de la calle<br />
con un ruldo ensordeccdor, metâlico y frno de campanas de oro. Confundidos<br />
los punteros en uno solo para marcar la hora trâgica dei horror<br />
supremo, el volante se detuvo, inm6vil, como obedeciendo a un mandato<br />
de 10 invisible. Espesa niebla flot6 ante mis ojos, una neuralgia violenta<br />
me atravesé la cabeza de sien a sien, como un rayo de doler, y cal desplomado<br />
sobre el hielo.<br />
Cuando volvi en mi estaba en mi cuarto, vestldo, con la camisa abierta,<br />
acostado en el Iccho. Marinoni estaba alli cerca, y Francisco rezaba,<br />
arrodillado, las oraciones de los agonizantcs. Sobre la mesa cercana a mi<br />
lecho ardia un cirio al pie de un Cristo. La luz tétrica de la madrugada<br />
se filtraba por los calados de los balcones. Una neuralgia horrible me<br />
apretaba la cabeza como en un circule de fierro; pero Ia impresiôn de<br />
angustia habla desaparecido,<br />
-jMarinonii -grité-, me he salvado; acércate.<br />
-Por rnilagro estas vivo. Ercs un Ioco. Si supieras la noche que nos<br />
has hecho pasar (Olmo es eso de que estas bueno? ..<br />
-Estoy bueno. Tengo un dolor horrible que me va a matar tal vez,<br />
pero no siento la ansiedad de los dias pasados. -Dije eso y cai en una<br />
especie de letargla profunda.<br />
De los prirneros diez dias de fiebre conserve confusas tmpresiones.<br />
Mis ojos no acostumbrados a la penunrnbra gris de la alcoba, percibian<br />
oscuramente ]0 blanco y 10 negro del vestido de una herrnana de caridad<br />
sentada a la cabecera del lecho, y el contorno de la nivea corneta que,<br />
contra la oscuridad de la pared sc le antojaba a mi pobre cerebro una<br />
196
garza con las alas abiertas, y por asociacién de ide as evocaba cl recuerdo<br />
de los pantanos de Santa Barbara.<br />
Al desaparecer la fiebre senti una debilidad extrema. Ahora estov en<br />
plena convalecencia, siento que la vida me vuelve con cada copa dé los<br />
aiiejos vinos espafioles que apuro, con cada bocado de los que devoro<br />
con apetito panragruélico, y Charvet esta encantado de ver la rapidez con<br />
que voy adquiriendo fucrzas.<br />
Parece que el viejo me hubicra cogido cariûo. Es sensual hasta las<br />
puntas de Jas ufias; tiene la pasion de la obra de arte, un gusto exquisito,<br />
y segén dice, posee la mas hermosa coleccién de tapices persas que existe<br />
en Paris. Cuando viene a verrue se acomoda en un sillon cerca del fuego,<br />
bebe a traguitos un jerez desteûido de cuarenta aüos, saboreândolo, viéndole<br />
el color a levantar a la ahura de los ojos la frâgll copa de Salviati<br />
en que se le sirve y olténdolo con delicia. A veces, como para excusarse<br />
de apurar la tercera, dice "excelente", pegândose a la boca los dedos reco<br />
~idos de la mano, abriéndolos Juego y extendiendo cl brazo para Ievantarlo,<br />
con un movimiento blando que parece esparcir en el aire el perfume<br />
del aiiejo licor.<br />
-Qlle! faIta hace entre los tesoros de arte que ha amontonado usted<br />
en su vivienda una muier, no una querida, que seria incapaz de entender<br />
nada de esto, sino una mujer muy joven y de gran raza, que gozara<br />
con cada detalle suntuoso y animara con su Frescura las magnificiencias<br />
somhrbs de estes aposenros, dondc usted debe echar de menos, a veces,<br />
\1OR delicada presencia femenina ... Césese ustcd, amizo mio ... El matrimrmio<br />
es una hermosa invencién de los hombres, la ûnica capaz de<br />
l'Iln:1li7.nrel instinto sexual.<br />
;Se sonde porque Je hable as.? .. Ha de saber usted que la medicina<br />
no ha ~;do para ml mas que una ncccsidad, un modo de ganar el pan.<br />
Yo renon nervios de artisra. no de hombre de ciencia; l'or eso me entiendo<br />
hicn con usted. Aonl entre nosotros le confieso nue una de las amarguras<br />
dp, mi vida es que mi nombre va a ouedar neaado para toda la eterntdad<br />
~, de una ascucrosa alteracién de los cordones nerviosos de la medula,<br />
F.~:> ld~:1me revuelve el alma. Un borénico desnicha, en alauna rnontafia<br />
ela es impotente; convénzase usted de que 10 devora la enfermedad de<br />
Charvet ... ". ~Le parece a usted muy entretenido eso de que le den el<br />
nombre de uno a una cosa innoble? -concluy6, con las manos metidas<br />
en el fondo de los bolsillos y sacudiendo la cabeza con expresiôn de<br />
asco. .. -Goce usted suavemente de la vida, càsese usted, amigo mio,<br />
sea usted feliz. . .<br />
El regalo de Rivington, una copia suntuosarnente enmarcada y hecha<br />
por mana de maesto del cuadro que adorna su sala, Bego hace cuatro<br />
d'as a mi hotel. Fue en el salon donde abri la caja, retirando yo mismo<br />
los tornillos, levantando las tablas, rompiendo los papeles que 10 envolvian,<br />
hasta contemplar la ideal imagen de la ldolatrada. Imposible permitir<br />
que una mano servil hubiera ejecutado aqueIJa tares. La pintura<br />
es un perfecto espécimen de los procedimientos de la cofradia prerrafaelita;<br />
casi nulo el movimicnto de la figura noble, colocada de tres euartos<br />
y mirando de frente; maravillosos por el dibujo y por el color los piesecitos<br />
desnudos que asoman bajo el oro de la complicada orla bizantina<br />
que bordes la tûnica blanca y las manos afiladas y largas que desligadas<br />
de la muüeca al modo de las figuras dei Pannagiano, se juntan para<br />
sostener el manojo de lirios, y los brazos envueltos hast a el codo en los<br />
albos pliegues de largo manto y desnudos luego. El modelado de la<br />
cabeza, el brillo ligeramente excesivo de los colores, agrupados por toques,<br />
todo el conjunto de la cornposiciôn se resiente dei amaneramiento<br />
puesto en boga par los imitadores de ]05 cuatrocentlstas. Esta detaUado<br />
aquello con la minuciosidad extrema, con todo el acabado que satisfaria<br />
al Ruskin mas exigente; distingue quien 10 mira uno a uno los rayas<br />
que forman las aureola que circuye los rizos castafios de la cabeza, los<br />
hilos de oro de Ja orla bordada, las ramazones de los duraznos en flor,<br />
los pétales rosados de éstas, las hojas de las rosas amarillas, sobre la<br />
verdura de los matorrales, y en los retofios y yerbas del suelo podria un<br />
botânico reconocer una a una las plantas copiadas alli por el artista.<br />
AI pie de la pintura, sobre la orla negra, brilla en dorades caracteres latinos<br />
la nase;<br />
MANIBUS DATE LILlA PLENIS<br />
,Quién era el pintor, ese J. F. Siddal, euyo nombre esta al pie de<br />
la tela, que con tan extrernado amor puso la mistica expresiôn de unciôn<br />
soberana y casi extâtica en cl lienzo que puebla ahora mi casa y mi vida<br />
de dulcisimo ensueüos . .. Ni 10 mencionan los crlticos que han escrito<br />
198<br />
10 de 71ltlTZO.
sobre la Pre-Raphaelite Brotherhood, ni figura su nombre en ninguna<br />
galeria ni catâlogo de museo.<br />
(Qué me importa el ideai de arte que le dictaba su técnica minuciosa,<br />
si ante mis ojos sondes, con la suave gracia de los largos Iineamientos<br />
de tu cuerpo delicado, con la misteriosa irradiaciôn de tus pupilas azules<br />
que alumbran la sobrenatural palidez deI semblante, enmarcado por los<br />
sedosos rizos castaüos de la destrenzada cabellera, [ohl imagen que llenas<br />
mi vida y mi alma? ..<br />
He aqui 10 que he encontrado para que, en el cuarto vecino al escritorio,<br />
donde amplia cortina de antiguo tejido y desteûidos matices deja<br />
caer sus pliegues a los lados deI balcon enmarcândolo, esté junto 10 mejor<br />
de ml mismo. Sobre las paredes tendidas de oscuro cuero de C6rdoba<br />
s610 atraen las miradas dos telas: la copia enviada par el doctor Rivington<br />
y cl retrato de la abuela, con su perfil de Santa Ana y Jas canas blancas<br />
destacandose sobre un fondo oscuro que pinto para mi James MacNeil<br />
Whistler, el extrano artista que, al dccir de un critico, sabe con extralûcida<br />
intuiciôn desprender en sus obras, baüadas de misterio, 10 suprasensible<br />
de la real.<br />
Al pie deI retrato de Helena, pesada mesa de bronce cincelado sostlene<br />
las jardineras lIenas de flores que pedi a Cannes por telégrafo, Sube<br />
hasta sus pies el aroma de las rosas rojas, de las rosas amarillentas y<br />
de las rosas blancas, de los ramos de violetas de Parma que languidecen<br />
en altas copas de cristal opalescente, de los montones de daveles blancos,<br />
âureos, sonrosados, purpûreos, confundidos con la suave emanaci6n de<br />
. Jas mimosas y de los lirios. Aquella oposiciôn de vividos tonos que cantan,<br />
tentaria la paleta de un colorista.<br />
Sobre el verde de los veladores de malaquita contrasta el blanco de<br />
las pastas, ornamentadas con las tres hojas y la mariposa, de los tomos<br />
de versos que compté en Londres e hice encuadernar a mi antojo. Un<br />
solo sillon, donde bajo la mirada apaciguadora de los ojos azules, voy<br />
a leer a Shelley 0 Longfellow, y el pesado cofre de hierro donde guardo<br />
las joyas, su camafeo, y el rarno de rosas de Ginebra, forman el rnobiliario<br />
dei cuarto.<br />
[Ese ambiente de espiritualidad es el que requieres, amor de alma,<br />
para que vivas con intensa vida, y el ûnico que me parece respirable<br />
hoy, en que mi ternura aspira a ti con todas sus fuerzas como débil<br />
planta que vuelve sus hojas hacia el sol!<br />
Charvet, fastidiado de esperarme en el despacho, mientras me vestia,<br />
estaba acomodado en el sillon, la cabezota contra el espaldar de éste, los<br />
quevedos de oro montados en la nariz, y los poemas de Keats en la<br />
mano, cuando entré al saloncito.<br />
199<br />
10 de abril.
-Los poetas ateos, de jévenes, no creen en Dios, pero creen en los<br />
angeles y en la Virgen Santisima -dijo levantândose al verme-. Hasta<br />
ahora éste es el sitio donde he respirado atm6sfera mas espesa de misticismo<br />
, .. desde que paseo mi persona por este picaro mundo. Si el<br />
pobre Scilly Dancourt entrara a este cuarto, se arrodillarîa al ,'er e)<br />
retrato colorado en este ambiente de capilla. .. Se pone usted malo ...<br />
"Doctor : no sc extraüc usted al verrue sufrir asi, al ver mi desesperaci6n;<br />
usted no sabe que era una santa, usted no sabe que todas Jas<br />
de su raza han sido adoradas asi, frenéticamente. ,No ha oido usted<br />
contar la historia de Rossetti, cl poeta pinter que casé con Maria Isabel<br />
Leonor Siddal, que cra de la misma familia de mi mujer, hacc veintitantos<br />
anos? ., i..Yque jarnâs pinto en sus cuadros ni canto en sus<br />
versos a otra que a ella, y que muerta ella deposité en cl ataûd el manuscrito<br />
de sus poemas para que durmiera junto de la que los habla inspirada?<br />
.. Rossetti estuvo, al morir Maria Isabel, casi loco; y si aïios<br />
mas tarde el cloroforrno y la tristeza dieron cuenta de su vida. fm'<br />
porque no hizo 10 que voy a haeer yo, ia pedirle a los viajes y al estudio<br />
de Jas regiones la fuerza necesaria para no dejar a esta chicuela sola<br />
en el mundo!", decia mostrândome a la nina.<br />
-~yla fotografia, doctor? ..<br />
-jAh. si! Ese cuadro que tiene usted es un retrato de la muier de<br />
Scilly Dancourt. hecho por un hermano que abandoné la pintura después,<br />
para irse a la India, segûn me dijo enterrees aquél . .. y oiga ustcd.<br />
.. El arnanerado imitador de los prerrafaelitas no hizo mas que<br />
dafiar el modelo al sujetarlo a las invenciones de su escuela, porque la<br />
muerra era mas hermosa todavla: tenia una cabellera castafia de vises<br />
dorades. ese color auburn Que dlcen los ingleses, jV unos oios azules coma<br />
no he visto otros despuésl Pobre hombre; no 10 he vuelto a ver nunea.<br />
-~Ni a saber de él. doctor? .. -le pregunté con mal disimulada<br />
impaciencia.<br />
-Ni una palabra. Creo (lue la t'mica persona a quien le cscribe en<br />
Paris es al General des Zardes, Sirviô a sus ordcncs como Capitân en<br />
1(0\guerra con Prusia en 1870. y éste 10 tiene en So'(fandestima por su<br />
valor ... ,Y cémo varnos de salud? -inquirio. volvicndo a sus carneros.<br />
Charvet me autorizé desde esc dia para volver a mi vida de antes<br />
ch, J::I enfermedad:<br />
- Esté usted hov rnàs fuerte que la tarde en Que vina a mi consulta<br />
por primera Vf'7.. Goce usted suavernente de la vida. .. Sea usted feliz,<br />
me diio golneàndome et hombre al salir.<br />
iOozar de la vida sin ella r Gozaré de la vida cuando me arrodillc<br />
a sus pies. [Bendito seas, rayo de luz que has caido en la noche de mi<br />
alma y que me permitirâs encontrarla!<br />
-Cuanto le puedo contar es cuanto le he contado: dirijase usted al<br />
profesor Mortha, a quicn Scilly Dancourt le escribe con frecuencia sobre<br />
sus chifladuras de orientalismo y de historia religiosa -dijo. con su voz<br />
ruda y Ievantândose de la silla, en el salon dei Circulo, el viejo General<br />
201<br />
20 de marza.
des Zardes - e , Dirijase usted a Mortha. .. Ahora ,resulta usted preocu~<br />
pado también de esoterismo y de religiones, Creia que la vida de cuartel<br />
que ha Ilevado la habia preservado de esas vagabunderias. Y es usted<br />
joven para ser General - agreg6 con ir6niea expresién, torciéndose el<br />
viejo mostacho canudo.<br />
- Yo no say General -le contesté, riéndome, al oir aque1la salida,<br />
-Pues es extraûo ... Todos los paisanos de usted que yo he conocido<br />
en el Circule, son generales -gruiiO, despidiéndose.<br />
Poco mas habla adelantado con la conversaciôn que tuve con él y que<br />
acab6 con aqueUa frase evocatoria de las charreteras de facil adquisicién<br />
en nuestras repùbllcas latinoarnericanas. Cont6me en ella la campana<br />
hecha par ambes, él coma Coronel, Scilly Dancourt coma Capitân en la<br />
quinta division dei ejército mandado por el General de Tailly, las mar,<br />
chas y contramarchas, las indecisiones y los desaciertos de la funesta<br />
campana; me pinto al pobre Emperador âtono y decaldo, sumido en la<br />
incertidumbrc y en el silcncio; puso par las cumbres a Trochu que. al<br />
dccir suyo, habria salvado a Francia si hubiera realizado sus planes; lIam6<br />
imbéciles a Rouher, a Montauban y a Chevreau; insulta a Bezaine,<br />
glorific6 a Mac-Mahon; me describlé a gritos y con voces técnicas las<br />
batallas de Saint-Privat. de Wissenbourg y de Froeschwiller. y el aire<br />
de rnortal tristeza y de ernbrutecimiento de Napoleon al ver entrar sucesivamente<br />
a la Prefcctura de Sedan a Ducrot, a Douay luego, a Lebrun<br />
dcspués; el diâlogo brutal entre Ducrot y Wimpfen y la salida de éste<br />
a parlamentar con el enemigo.<br />
-Scilly Dancourt -me dijo energtzândose-,-, no via el fin de la<br />
batalla, ni figura su nombre en cl registre de las vergonzosas capitulaclones,<br />
ni se llevé de Sedan en los ojos el horror de ver a nuestros<br />
noventa mil soldados que, inutilizados por los dias que pasaron en el<br />
campo de la miseria, con los pies metidos entre el barrot empapados<br />
pOT la lluvia, ternblando de hambre y de sed, de frfo y de vergüenza y<br />
sintiendo la trâgica sacudida deI desmoronamiento deI impcrio, esperaban<br />
Cf los batallones de redutas alcmanes que habian de lIevarlos pnsloneros<br />
a Prusia. No, Scilly Dancourt no vio nada de esto. Después de animar<br />
a los nuestros con su coraje de leon, de excitarnos con el grito, con el<br />
ademan y con el ejernplo, y de recibir tres heridas, al ver perdida la batalla,<br />
desaparecié, nadie sabe cérno. Revuelta el alma por las desgracias<br />
de Francia. paso a Inglaterra, donde contrajo matrimonio unos anos<br />
después con la hija de un acter 0 de un mûsico de fama, y cuando murié<br />
ésta. se ausentô de Europa ... Ya le digo a usted, el ûnico que sabe<br />
de él cs Mortha, a quién le escribe sobre esas chifladuras de religiones<br />
y de orientalismes.<br />
El corazén se me saltaba deI peche al entrar la ûltirna vez al entresuelo<br />
de techo bajo y ruin aspecte situado en una callejuela deI Barrio<br />
Latine. donde el autor de "Las Religiones de Oriente" recibe los escasos<br />
202
visitantes que van a distraerlo de sus preocupaciones habituales, la interpretacién<br />
de seculares textes sagrados, de los viejos himnos Iitûrgicos y<br />
de los cultos primitives de la humanidad. jVoy a hablarle de Scilly Dancourt<br />
y va él a decirme dénde encontraré a Helena!, pensaba dentro<br />
de mi. sentado ya en un canapé de la pobre y aseada salita que precede<br />
el cuarto de estudio, y contemplando una escultura asiria, un cuerpo<br />
de leon alado con cabeza humana de luenga y rizada barba, coronada<br />
por la tiara sacerdotal, que, frente a frente dei Budha ventrudo, que<br />
sonrie sobre la pobre y negruzca chimenea, forma el ûnico adorno de<br />
la estancia.<br />
Mortha es un viejecito adorable, con una cara Iarguisima cuya amarilIenta<br />
y apergaminada piel cruzan hondas arrugas verticales, y una cabelIera<br />
de seda blanc a toda despeinada, de la cual le caen pelos sueltos<br />
y largos por sobre la frente enorme y los ojos vivisimos y negros. Cuando<br />
se rie hay algo de infantil en la alegria que le anima la cara, y canas.<br />
arrugas y ojos todos se de. Sus libros y la necesidad de obtener indicaclones<br />
sobre una inscripciôn lapidaria fueron la disculpa con que me<br />
le presenté hace ya varios dias. Me habl6 en la primera entrevista de<br />
unos pergaminos egipcios que estaban para la venta en Londres; hicelos<br />
comprar alli por Morrel y Blundel, se los envié y estamos al partir de<br />
un confite; me cree un egipt61ogo consumado.<br />
AI entrar al cuarto, lIeno de papeles, de piedras, de restos de estatuas<br />
y de Inscripciones, estaba escriblendc algo con su letrica finlsima, y. un<br />
rayo de sol que se colaba por la ventana le hacia briller como plata las<br />
canas blanquisimas.<br />
-,Escribia usted, querido maestro? .. -preguntéle.<br />
-Si, anotaba la traducciôn hecha por mi cofrade Mâspero, deI himno<br />
descublerto por Grebaut cerca de las necrépolis dei Zaouvet-et-Anyan.<br />
Oiga usted qué sublimidad:<br />
Tu te levantes, benéfico Ammon Ra Harmakouti -Tu te despiertas,<br />
veridico Sefior de los dos hcrizontes, ardes, resplandeces, subes y culminas<br />
Los hombres y 105 dioscs sc arrodillan ante esa que es tu forma ._-iOh Seiior<br />
de las formas!<br />
Una hora entera en que 10 hice hablar y no hablé para que no descubriera<br />
mi supercherla, y al cabo de la cual 10 traje por enredados<br />
caminos al asunto en que tengo puesta toda mi alma.<br />
-jAh, si! Scilly Dancourt -me dijo-, pero SCilly Dancourt no<br />
es un especialista, es un hombre que quiere saber todo 10 referente a<br />
todas las religiones. Los ritos egipcios dt'! Antiguo Imperio los conocc<br />
bastante. Hace seis anos recibi su ùltima carta, datada en Abvdos, donde<br />
estaba estudiando los bajorelieves dei templo. Tenia buenos' datos para<br />
ser dados por un aficionado, pero su fuerte son Jas religiones de la India.<br />
Es uno de los pocos europeos que ha logrado entrar al fonde de los<br />
203
santuarios de Benarés y cultivar relaciones intimas con los sacerdotes budistas<br />
de las pagodas dei Sur; pero no vaya usted a creerlo un hombre<br />
de ciencia, y sobre todo, un hombre desinteresado en sus estudios, Lo<br />
que él persigue es la esencia misma de las religiones, 10 sobrenatural,<br />
con que nada tenemos que ver los que procedemos de buena Fe. No<br />
hay religion. que no haya estudiado, haciendo para ello enormes viajes<br />
e inauditos gastes, visitando los santuarios y recorriendo los lugares en<br />
que nacié, A estos ûltimos charlatanismes de la fuerza psîquica y de Jas<br />
telepatias, de las sugestiones a largas distancias y de las apariciones 111minosas,<br />
los conoce como Crookes, y creo que se rie de cllos. Estuvo en el<br />
Congreso de Religiones de Chicago, en 1893, sin tornar parte en él y estov<br />
seguro de que les habrîa podido ensefiar algo de la suya a cada uno<br />
de los asistentes. Nosotros nos escribiamos hasta hace seis afios, v de<br />
repente dejô de contestarme. Supe después por mi colega Chenne,~eres<br />
que 10 encontré en Roma, que estaba alli con un hijo suyo. Parece<br />
que ese [oven ha hecho los mismos estudios que el padre, y que fue<br />
quien 10 indujo a abandonarlos, para entregarse al culto catélico con<br />
taro fervor. Me ha referido Chennevieres que vivian ccrea al Vaticane,<br />
que el Papa los recibia frecuenternente v que comulgaban todos los dias<br />
en la misa dicha por Su Santidad. Yo he seguido escribïéndole a Scilly<br />
de acuerdo con la promesa que le hice de comunicarle los resultados<br />
obtenidos en mis estudios de las antiguas religiones de Egipto, pero no<br />
me ha vuelto a contestar.<br />
-lY le escribe usted a Roma sabtendo que él viaja continuamente?<br />
.. -le pregunté.<br />
-No. son sus banqueros quiencs corren con didgirle las carras: yo<br />
J::IS envie a la oflclna de Lazard, Casseres y Compaûia. Poco mas deben<br />
de interesarle mis pacientes investigaciones a nuestro amigo. que 10 que<br />
buscaba en sus viajes no era la ciencia de los origenes y del desarrollo<br />
de las religion es, sino un culto qué practicar, y por fin vino a clar al<br />
catolicismo, para 10 cuaI sobraban todas las vueltas que dio. [Cuando yo<br />
le digo a usted que Scilly Dancourt no ha sido nunca un sabio y que<br />
sus învestigactones no eran desintcresadas!<br />
AI fin di con el hilo de luz que busco, con la pista que sigo para<br />
encontrarle, joh! camino que me Ilevarâ hacia eIla! pensé sorprendido<br />
de la feliz casualidad que me hizo poner en manos de Lazard, Casseres<br />
y Compafiia, Jas sumas que habia mantenido en casa de Miranda hasta<br />
cl afio antepasado. [Bendita sea tû, Actriz de los Bufos, idolo de mi<br />
amigo el instintivo reporter don Vicente, que con tu apetito de diamantes<br />
y el dominio que ejerces sobre él y el ternor que senti de que fuera<br />
a caer mi oro en tus rosadas manecitas, junto con los patacones de don<br />
Mariano, hiciste surgir en mi cerebro la idea de trasladar mis fondes<br />
a casa de los judlosl-> pensaba subiendo la escalera monumental del<br />
escritorio de éstos. Un banquera judie sirve para todo. .. hast a para<br />
204
decirle a uno dénde esta la vision con que sueüa. jOb, Israel! =-murmuré<br />
dentro de mi rnismo al empujar la puerta dei escritorio.<br />
Nathaniel Casseres, doblado en dos, las narices de àguila, los ojos<br />
verdosos, el collar de barba rubia, todo él encantado de verme, me estreché<br />
la mano con afectuoso ademân y me jur6 que su familla habia<br />
estado consternada con mi enfermedad. Vivi6 el tipo cuatro aêos en<br />
Buenos Aires y habla espaâol, un espaüol aprendido en Franckfort,<br />
que destroza los oidos,<br />
-cA qué depemos el [onor de per al seüor Fernândez en esta su<br />
casa? .. ,Tiene compras que hacer u ottener que tar?<br />
y al explicarle que deseaba saber el Iugar donde estaba su cliente y<br />
que le suphcaba me informara de él:<br />
- j Ah, si1Puen cliente, pu en hombre, pena persona el seüor Chilly ...<br />
Puen cliente puen hombre, .puena persona, pero no puedo informarlo a<br />
usted te 10 que tesea ... -y mas 0 menos me explicé esto: Los ùmcos<br />
negocios que la casa de Lazard, Casseres y Compaüia nene con el Conde,<br />
consisten en reclbir de una compaüia de seguros sobre la vida gruesa<br />
suma que le paga ésta, a la cual entregé su capital para recibir renta<br />
viajera. 01 oirlo me corri6 un estremecimientc de frio por las espaldas.<br />
y si liegara a morlr, (qué seria de la suerte de Helena, abandonada, sola,<br />
sin fortuna, sin amigos? ..<br />
-Otra operaci6n hacemos par su cuenta -continuo el obsequioso<br />
Nathaniel- es pagar instalamentos de un segura de vida de una hija<br />
suya, para que ésta la reciba al cumplir veinte afios; un segura fuerte,<br />
que le devolverâ a la seûortta Scilly Dancourt el capital que su padre<br />
entregé a la cornpaâia, babil operaci6n, pero que sobre todo satisface<br />
los gustos de nuestro cliente, que no quiere ocuparse de negocios, ni<br />
de dinero, y que gira a nuestro cargo por cualquier suma que se le<br />
ofrezca, desde cualquier punta de Europa, Asia, América, Afrka u Oceania,<br />
donde tornan sus cheques nuestros banqueros, porque la casa tiene<br />
agences en todo el mundo -agreg6, complacido->, Para él no l1ega aqui<br />
mas correspondencia que la de un sabio, su amigo, Hace tres aüos recibimos<br />
del seüor Scûly un telegrama de Roma, dando orden de no enviarle<br />
esas carras, y la casa, cumpliendo Jas suyas, las guarda aqui. El no escribe<br />
nunca,<br />
-c_Y dônde esta fechado el ultimo chèque deI sefior de Scilly? -pregunté,<br />
- He dado a usted todos esos dates en estricta reserva, y asi le daté<br />
el otto. Perrnitame usted hablo con el tenedor de libros para informalo.<br />
De Alejandria y cs por una suma fuerte. Probablemente seguiria<br />
para Oriente. .. El aüo pasado, por esta época, recibimos un cheque<br />
de Benarés. .. Puen cliente, puen amigo, puena persona el seüor de<br />
Chilly Tancourt (<br />
205
y haciendo reverencias y ofreciéndome que la casa estaria a mis ôrdenes<br />
siempre, me acompaüô hasta la puerta, por donde sali desesperado.<br />
iDios mio, un mes perdido asi, cultivando imbéciles, oyendo referir<br />
la batalla de Sedan y Ieer los himnos a Ammon Ra Harmakouti, y<br />
sabiendo por los judios côrno esta colocada la fortuna del padre, todo<br />
esto sin encontrar el camino que me lleve hacia Ella! Hoy me sé la<br />
historia de los Scilly como tal vez no la sabra cl Conde, que no tiene<br />
cara de clade importancia a esas vanidades. Cuanto libre he encontrado<br />
que pueda darme luz sobre los antepasados de Helena, 10 he leido con<br />
una pacicncia de bcnedictino. Tengo la cabeza llena de nombres y de<br />
hechos que van desde el aüo del cuarenta y ocho, en que un Scilly,<br />
amigo intime de Lamartine, figuré en la politica, hasta el mil trescientos<br />
veintisiete, en que otro partiô para la primera Cruzada. Sé sus armas<br />
y sus blasones, su escudo de combate y su grito de guerra [Dies mio!<br />
è.y qué me importa todo eso si pierdo la esperanza de encontrarla y si<br />
me desespera perder esa esperanza? [Helena, amor mio, Helena, amor<br />
mio, de mi alma. ven, surge, aparécete ante mis ojos cansados de buscarte<br />
y hunde en ellos las penetrantes miradas de tus pupilas azules,<br />
para que veas hasta mi alma y que en ella s610 te reflejas tu, como en<br />
las aguas de un Iago dormido. el cielo constelado de astros!<br />
S610 una ventaja retiré de las cntrevistas con el General des Zardes,<br />
con Martha y con el obsequioso judio: que mi amor por Helena. de<br />
quien conozco ya la Familia, la historia del padre y la inversion de la<br />
fortuna de éste, se haya dulcificado, sin disminuirse, pero humanirândose,<br />
por decirlo asi. Sélo el amor comprende, Idolatrada, de quien por intuitlva<br />
adivinaciôn sé hasta los mas recônditos secretos de bondad y de nobleza;<br />
solo el amor jcomprende! [Para el General des Zardes no existes, s610<br />
vivc cn su imaginaciôn la imagen de tu padre, taI coma 10 via en los<br />
dias de la funesta campana; para el profesor Mortha eres un mozo<br />
ocupado en estudios de historia religiosa; el judie s610 sabe de ti el oro<br />
que recibiran al cumplir los veinte anos! Solo el amor comprendel Char<br />
"et, a quien la prâcnca de su profesién no le ha endurecido el alma,<br />
como a tantes de sus queridos colegas, sabe la agonia del ser que te<br />
clio la vida, recuerda el horrible dolor de tu padre cuando el tragico<br />
suceso, y entreviô en tus ojos de nina cl fulgor que tienen hoy, el fulgor<br />
terrible de santidad y de dulzura que alumbré mi alma en la noche<br />
de Ginebra. Solo yo, que quiero buscar en ti la luz que me alumbre y<br />
el âncora que me salve, sé de ti todo cuanto saben ellos juntos y te<br />
adivino tal coma eres... j Solo el amor comprende!<br />
1Ioy hay dos lugares en la tierra donde no se posan pies hurnanos.<br />
Envuelve sagrado silencio la atrnôsfera que en ellos sc respira; son la<br />
206<br />
12 de abril.
estancia donde muri6 la santa de los cabellos de plata cuyo perfil sourie<br />
a seis pasos de este sitio, en el cuadro de Whistler, y el cuarto, tomado<br />
en alquiler por diez anos al hotelero suize y cuya llave esta en la caja<br />
de hlerro cerca del camafeo; el cuarto por cuyo balcon me arroj6 ella<br />
el ramo de rosas en la noche ïnolvïdable.<br />
Decia ayer que mi amor se dulciflcaba, humanizândose ... jAh, si! ...<br />
!S610 mi espiritu la reclamaba hace unos dias, y ahora todo mi ser la<br />
reclama! ... Antes de encontrarla no sabla la que era el amor y habla<br />
besado 5610 con la imaginaci6n mis ideales de poeta, COn mis labios<br />
de carne Jas bocas lascivas y entreabiertas de mis fâciles idolatradas.<br />
Ahora mi espiritu y mis labios sueiian con ella, y si en ella pienso,<br />
vibra todo mi ser, coma las cuerdas de un instrumento sonoro bajo el<br />
arco inspirado dei artista que les comuniea su alma.<br />
Puesto que revestida de misterlo y de mas alla, entraste en mi vida,<br />
virgen inmaculada y dulclsima, nuestro amor sera un éxtasls, Ennoblecidos<br />
par ti, los detaIlcs de la existeucia diana se transfiguraràn, y cada<br />
paso andado par los caminos de la tierra sera un paso hacia la alto. Par<br />
li abandonaré los planes destinados a hacer pasar mi nombre a los<br />
tiempos venideros. 1Qué mas gloria que vivir arrodillado a tus pies sintiendo<br />
la caricia de tus manos y beblendo en tus labios la esencia misma<br />
de la vidal<br />
Oye: en la tierra que me vio nacer hay un rio caudaloso que se<br />
precipita en raudo salto desde Jas alturas de la alnplanicie fria hasta<br />
cl fonda de] câlido valle donde el sol calienta los follajes y dora los<br />
frutos de una flora para ti desconocida, Las cataratas del Niagara,<br />
profanadas por los ferrocarriles y por la canalleria humana que va a<br />
divertirse en Jos hoteles que las rodean, son un lugar grotesco cerca de<br />
la majestad de templo del agreste sitio, donde cae en sâbana de espumas,<br />
atronando los ecos de las montaiias seculares, el raudal poderoso. Cortada<br />
a pico sobre el abisrno, donde la niebla se irisa y resplandecen las aguas<br />
a la salida dei sol, âlzase ingeote v rigida roca de basalte. Aquella roca<br />
es el lindero de una de mis posesiones.<br />
Sobre ella construiré para ti lin palacio que revista par fuera el aspccto<br />
de renegrido castillo feudal, con sus fosos, sus puentes levadizos<br />
y sus elevados torreones envueltos en verdeoscura yedra y grisosas musgos,<br />
y que en cl interior guarde los tesoros de arte que posco y que anirnarâs<br />
tu con tu presencia. Viviremos, coando la vida de Europa te canse<br />
y quieras pedir impresiones nuevas a )05 grandioses horizon tes de las<br />
llanuras y a las cordillcras de mi patria, en aquel nido de âguilas que<br />
por dentro sera un nido de palomas blancas, lIeno de susurros y de ca-<br />
207<br />
13 de abril.
icias, Habré maüanas de sol en que nos veran pasar cabalgando en una<br />
pareja de caballos arabes, por los caminos que se extienden en la sabana,<br />
y los rudos campesinos se arrodillarân al verte, creyendo que eres un<br />
angel, cuando claves en sus cuerpos deformados por las rùsticas faenas,<br />
la resplandeciente mirada de tus pupilas azules; habra noches en que<br />
en el aire perfumado del cuarto, donde humea el té rubio en las tazas<br />
de China y alumbra el suntuoso mobilario la luz de las lâmparas,<br />
atenuada por pantallas de encaje, vibren las frases sublimes de una<br />
sonata de Beethoven, arrancada por tus pàlidas manos al teclado sonore<br />
y en que, desfalleciente de emociôn contemda, te levantes dei piano<br />
para contemplar desde el balcon de piedra la catarata iluminada por la<br />
Juna. !Apoyan~s entonces la cabeza en mi hombre, me envolverén los<br />
rizos castaüos de la destrenzada cabellera, volveràs hacia los mios<br />
tus radiosos ojos azules, y la palidez sobrcnatural de tu sernblante, la<br />
mortal palidez exangüe de tus mejillas y de tu frente se sonrosara bajo<br />
los besos de mis labios!<br />
[Helena] [Helenal [Me corre fuego por las venas y mi alma se olvida<br />
de la tierra cuando pienso en esas horas que Ilegaràn si Iogro encontrarte<br />
y unir tu vida con la maa! ...<br />
Ayer salté otro edificio destrozado por una bomba explosive, y la concurrencia<br />
mundana aplaudi6 cn un teatro dei boulevard hasta lastimarse<br />
las manos, La Casa de }\fuiiecas, de Ibsen, una comedia al modo nuevo,<br />
en que la heroina, Nora, una mujercilla comûn y corriente, con uns<br />
alma de eso que se usa, abandona marido, hijos y relaciones para ir<br />
a cumpllr los deberes que ticne consigo rnisma, con un yo que no conoce<br />
y que se sicnte nacer en una noche como hongo que brota y creee en<br />
brève espacio de tiempo. Asi a estallidos de melinita en las bases de<br />
los palacios y a golpes de zapa en 10 mas profundo de sus cimientos<br />
morales, que eran las antiguas creencias, marcha la humanidad hacia el<br />
reino ideal de la justicia, que creyé Renan entrever en el fin de los<br />
tiempos. Ibsen y Ravachol le ayudan, cada cual a su modo; cae el<br />
primer magistrado de Francia herido por el puüal de Cesàreo Santo,<br />
y escribc Suderman La dama vestida de gris, donde la abnegacion y<br />
cl amor a la familia toman tintes de sentimicntos grotescos, sin gue el<br />
final de cuento de hadas, agregado por el novelisra a su obra, como un<br />
Farmaccuta hâbil echaria jarabe para dulcificar una pécima que contuviera<br />
cstrtcnina, alcance a disimular cl acre sabor de la letâlica droga.<br />
Térnase el artc en medio de propaganda antisocial, sintorna curioso<br />
que coïncide con la tcndencia ncgadora de la cicncia falsa, la ûnica al<br />
alcancc de las multitudes. j Mientras mas pura es la forma dei ânfora<br />
208<br />
14 de abril.
mas venenoso puede juzgarse el contcnido: mientras mas dulce el verso<br />
y la mûsica, mas aterradora la idea que entrafianl<br />
Moriste a tiempo, Hugo, padre de la lirica moderna: si hubieras vivido<br />
quince anos mas, habrias oido las carcajadas con que se acompana la<br />
lectura de tus poemas anirnados de un enorme soplo de fratcrnidad<br />
optimista; mariste a tiempo: hoy la poesia cs un entretenimiento de<br />
mandarines enervados, una adivinanza cuya solucién cs la palabra nirl'ana.<br />
El frio viento del Norte, que trajo a tu tierra la piedad por el<br />
sufrimiento humano que desborda en las novelas de Dostoiewsky y de<br />
Tolstoï, acarrea hoy la V07. terrible de Nietzche.<br />
Oye, obrero que pasas tu vida doblado en dos, euyos mùsculos se<br />
empobrecen con el rudo trabajo y la alimentacién deficiente, pero cuyas<br />
encallecidas manos hacen todavia la seüal de la cruz, obrero que doblas<br />
la rodilla para pedirle al cielo por los duefios de la fabrica donde te<br />
cnvenenas con los vapores de las mezclas explosivas, oye" obrcro, (nada<br />
evocan en tu rudimeritario cerebro las rudas silabas de ese nombre<br />
germano, Nietzche, cuando vibran en tus oidos? ' .. Los ecos dei Norte<br />
las repercuten, suenan ya en todo Europa y sus discipulos predican el<br />
evangelio de maûana. No 10 creas parecido al evangelio que cucnra la<br />
historia del pélido Nazareno diciendo Jas consoladoras bicnaventuranzas<br />
junto a las ondas azules deI dormido lago de Tiberiades y expirando en<br />
10 alto de la cruz, con cl cuerpo amoratado par los golpes y la pàlida<br />
frente destrozada por la corona de espinas; es un evangelio que cucnta<br />
la historia de Zaratustra, en una cueva, meditando, entre el âgutla y<br />
la serpiente, en el reavalûo de todos los valores. (Nada le sugiere tampoco<br />
esa frase a tu obtuso entendimiento? .. Es que la humanidad<br />
habia estado recibiendo corne verdaderas, nociones falsas sobre su origen<br />
y su destine, y el profundo fil6sofo encontr6 una piedra de toque en<br />
qué ensayar Jas ideas como se ensayan las monedas para saber cl oro<br />
que contienen. Eso es 10 que se llama reavaluar todos los valores. Lo<br />
que tu lIamas conciencia, eso que te atormenta cuando crees haber cometido<br />
una falta, no es mas que el Instinto de la crueldad que puedes<br />
ejercer contra los otros, y que al no eiercerlo, porque la sociedad te<br />
10 impide encerândote en la nocién dei debcr, como a un leon en una<br />
jaula de fierro, te atorrnenta como atormentarian sus inutiles garras al<br />
flavo animal si las hundiera en su propia carne al no poder destrozar<br />
los barrotcs rigides ni la presa deliciosa. Esos mismos dcbercs en que<br />
crees, no son mas que la invencién con que una raza potente y noble<br />
de hombres alegres que reian entre los incendias, los cstupros, los asesinatos<br />
y los robos, sujeté a las razas de débiles vencidos, de que hizo<br />
sus esclaves. Los buenos entre los vencedores eran los mas crueles, los<br />
mas brutales, los mas dures, y los esclaves inventaron como virtudes<br />
las cualidades opuestas a las que velan en sus amos: la continencia,<br />
el sacrificio de si mismo, la piedad por el sufrimiento ajcno, En la<br />
209
evuelta de los esclaves, que tuvo lugar haee sigles, fue neeesaria una<br />
victirna para que tuvleran una bandera que levantar, un hombre que<br />
juntara en si todas aquellas faisas virtudes y muriera par afirmarlas, c<br />
Israel crucifiee al Cristo, a ese que tu creias Dios, y triunf6 la moral<br />
de los débiles, la que te enseüé tu padre, esa sobre la cual esta fundada<br />
la socicdad de hoy.<br />
,Tu no sablas nada de eso, obrero que con las manas encallecidas<br />
por el trabajo haces todavia la scüal de la cruz y te arrodillas para pcdir<br />
por los dueiios de la fabrica donde te envenenan los vapores de las<br />
rnezclas explosivas? Pues, sâbelo, y rcgencrado por la ensefianza de Zaratustra,<br />
profesa la moral de los amos; vive mas alla del bien y dcl<br />
mal. Si la conciencia son Jas garras con que te lastimas y con que<br />
puedes destrozar 10 que se te presente y coger tu parte de botin en<br />
la victoria, no te las hundas en la carne, vuélvelas hacia afuera, sé cl<br />
sobrenombre, el Uebermensch libre de todo prejuicio, y con las encallecidas<br />
manas con que haces todavia, estùpido, la seûal de la cruz,<br />
recoge un poco de las mezclas explosivas que te envenenan al rcspirar<br />
sus vapores, y haz que salto en pedazos, al estallido del fulminante<br />
picrate, la fastuosa vivienda dei rico que te explora. Muertos los amos<br />
seran los esclavos 105 dueüos y profesarân la moral verdadcra en que<br />
son virtudes la lujuria, el asesinato y la violencia. (.Entiendes, obrero? ...<br />
Asi, a estaIlidos de melinita en las bases de las ciudadcs y a golpes<br />
de zapa en la mas profundo de sus cimientos morales, que cran las<br />
antiguas creencias, marcha la humanidad hacia el reine ideal de la<br />
justicia que entrevist6 Renan en el fin de los tiempos. Nletzche, Ibsen<br />
y Ravachol le ayudan, cada cual a su modo.<br />
Alla en las mas excelsas alturas de 10 intelectual. noble grupo de<br />
desinteresados fil6sofos, indaga, investiga, sondea el inefable misterio<br />
de la vida y de las leyes que la rigen, y transforma sus pacicntcs estudios<br />
en Iibros que carecen de categéncas afirrnaciones, que apenas anotan<br />
10 bien sabido, 10 que cae bajo el dominic de la observaciôn, en libres<br />
que muestran en cl limite de la huma na ciencia "las olas negras del<br />
océano deI mlsterio para embarcarnos en el cual no tenemos ni barca<br />
ni brûjula", al decir de la grandiosa frase de Littré. Coincide la impreslôn<br />
religiosa que esos grandes esplritus experimentan al considcrar<br />
el problema eterno y expresan en sus obras, con el renacimiento idealista<br />
dei arte, .causado por la inevitable reaccién contra el naturalismo estrecho<br />
y brutal que privé hace unes aüos. En vez de las prostitutas y de las<br />
cocincras, de los ganapanes y de los empleadillos que ganan cien pesetas<br />
al mes, deléitanse los novelistas en pintarnos grandes damas que se<br />
mueven en suavisimos ambicntes, magas que reallzan los prodigios de<br />
los antiguos teurgos y sabios que poseen los secretas supremos. T6rnase<br />
la rnùsica de sensu al modulaciôn que acariciaba los oîdos y sugeria<br />
voluptuosas tentaciones, en misteriosa voz que habla al ccrebro, pasan<br />
210
misticas sombras por entre el crepûsculo que envuelve las estrofas de<br />
los poetas y toman forma en los Iienzos las visiones dei mas alla. Los<br />
exploradores que vuelven de la Canaan ideal deI arte, trayendo en las<br />
manos frutas que tienen sabores desconocidos y deslumbrados por los<br />
horizontcs que entrevieron, se 11aman Wagner, Verlaine, Puvis de Chavannes,<br />
Gustave Moreau.<br />
En manos de los maestros, la novela y la critica son medios de presentar<br />
ni pûblico los aterradores problemas de la responsabilidad humana<br />
y de discriminar psicolôgicas complicaciones; ya que el lector no pide<br />
al libro que 10 divicrta sino que 10 haga pensar y ver el misterio oculto<br />
en cada particula dei Gran Todo.<br />
c.Dudas todavia dei renacimiento idealista y deI neo-rnisticismo, esplritu<br />
que inquieres el futuro yves desplomarse las viejas religiones? ... Mira:<br />
dei oscuro fondo dei Oriente, patria de los dioses, vuelven el budismo<br />
y la magia a reconquistar el mundo occidental. Paris, la metr6poli, les<br />
abre sus puertas como las abri6 Roma a los cuItos de Mitra y de Isis;<br />
hay cincuenta centros teosôficos, centenares de sociedades que investigan<br />
los misteriosos fen6menos psiquicos; abandona Toistoi el arte para hacer<br />
propagande prâctica de caridad y de altruisme, [Ia humanidad esta<br />
salvada, la nueva fe enciende sus antorchas para alumbrarle el camino<br />
tenebroso!<br />
iAh, sl!
y el charco de sangre del Terrer mostré el poder de sus garras y los<br />
destrozos de su ira sangrienta,<br />
En los ûltimos aïios, al alzar Jas miradas hacia la alto, la que el<br />
leôn ha vista es la eara imbécil de papa Grévy, y tras de ella el perfil<br />
judie de Daniel Wilson, que, coma un ratera, se guardaba el oro,<br />
producto de la venta de gloriosas condecoraciones: la que ha vista es<br />
01 brave général, caracolcando en el negro cabaIlo; 10 que ha visto es<br />
cl asunto de Panama, aquella lluvia de Ioda que salpicô las canas de<br />
Lesseps y las frentes de tantos de sus senadorcs ilustres.<br />
Ahi estaban en la ticndcclta Basset, situada en la calle de la Paz,<br />
deleitando los ojos con el brillo de las pied ras aglomeradas ante mi<br />
sobre el vidrio dei mostrador por las manas del aristocrâtico joyero.<br />
Del gran Balzac cuentan que, enamorado de los visos rosados de dos<br />
perlas gemelas, trabaj6 un aüo para adquirirlas; de Richelieu rnoribundo,<br />
que hundla las flaeas manos en el cafre rebosantc de pedreria y que<br />
al hacerlas bnllar se le iluminaban los apagados ojos. Sirvame conmigo<br />
mismo de excusa tan ilustres ejemplos para disculpar mi pasiôn, superior<br />
a las de ellos por vosotros, misterlosos minerales, mas s6lidos que el<br />
mârmol, mas duras que el metal, mas durables que las humanas Construccioncs,<br />
mas radiosos que la luz que reflejâis, centuplicândola y<br />
coloràndola Con los matices de vuestra esencia, [Oh, piedras rutilantes,<br />
espléndidas c invulnerables, vividas gemas que dormistéis par sigles<br />
enteras en las entraüas del planera. delicia del ojo, simbolo y resumen<br />
de Jas riquezas humanas! Los diamantes se irisan y brillan camo gotas<br />
de luz; semejan pedazos deI cielo deI tr6pico en las noches consteladas<br />
los oscuros zafiros; tu, ruhl, Ardes coma una crlstalizaciôn de sangre;<br />
las esmeraldas ostcntan en sus cristales luminosos los verdes diâfanos<br />
de los basques de mi tierra; tenéis vosotros, topacios y amatistas que<br />
ornarncntàts )05 gruesos anillos episcopales, coloraciones suaves deI cielo<br />
en las madrugadas de prirnavera, son azulinas, sonrosadas y verde pâlidas<br />
las llamas que arden entre tu leche luminosa, 6palo cambiante: crisebernos:<br />
vosotros brillais con âureo brillo, como 10$ ojos fosforescentes de<br />
los gatos, y quién dira la delicia que procurais a quien os mira, [oh,<br />
perlas, mas discretas en vuestro brillo que las gemas radiantes, perlas<br />
que os formais en el fondo glauco de los mares, perlas blancas de suavisimo<br />
oriente, perlas rosadas de Visapour y de Golconda, fantâsticas<br />
perlas negras de Veraguas y de Chiriqui, perlas que adornâis las coronas<br />
de los reyes, que temblâis en los lôbulos de las orcjas sonrosadas y<br />
pcqueriuelas de las mujeres, y os posais camo un beso sobre la frescura<br />
palpitante de los senas desnudos! iMas artista y mas crédula, la humanidad<br />
de otros tiempos os revistiô con cl sagrado carâcter de arnuletos y<br />
mezclé a la sensual dclicia Que esparccn vucstras lucesla vcneraciôn par<br />
vuestros mâgicos poderes, diamante conjnrador de las maldlciones y<br />
los venenos, zafiro que preservas de los naufragios, esmeralda que ayudas<br />
los partes dificiles, rubi que das la castidad, arnatista que evitas la<br />
cmbriguez, épalo que te empalideces si la Idolatrada n05 olvida! [Oh,<br />
piedras rutilantes, invulnerables y espléndidas, vividas gernas que dormisteis<br />
por largos sigles en las entrafias del planera. delicia deI ojo,<br />
simbolo y resumen de las riquezas humanas!<br />
Ahi estaba en la tienda de Basset, cuando, frentc, en la puerta, se<br />
detuvo cl coche de elegante y sencillo aspecta, Con movimicntcs agiles<br />
213<br />
19 de abril.
y mlradas de inquietud, como de venada sorprendida, bajô de él, caminé<br />
diez pasos, en que al través deI vestldo de opaca seda negra, ornamentada<br />
de azabaches, adiviné las curvas deliciosas del seno, de los torneados<br />
brazos y de las plernas largas y finas, como las de la Diana Cazadora<br />
de Juan Goujon, y vino a detenerse junto al mostrador donde estaban<br />
las joyas, Mi olfato aguzado percibié, fundidos en uno, un olor delicioso<br />
de pan fresco que emanaba de toda ella, de salud y de vida y el dei<br />
ramo de clavcles rosados que llevaba en el corpiûo. Husmeé el olor corno<br />
un perro de caceria lanzado sobre la pista, y antes de que pronunciara<br />
la primera palabra, ya la habian desnudado mis miradas y le habla besado<br />
con los ojos la nuca llcna de vello de oro, los espesos y crespos cabellos<br />
oscuros de vlsos rojizos, recogidos bajo el gran sombrero de fleltro ornarnentado<br />
de plumas negras, los grandes ojos grises, las naricitas finas y la<br />
boca, roja como un pimicnto, donde se le asomaba la sangre. As], sonrosada<br />
y Fresca, con su olor a levadura y a claveles, parecia una soberbia<br />
flor de carne acabada de abrir.<br />
-èTiene usted collares de diamantes blancos?.. -pregunt6 al<br />
joyero, con el mas puro acento yanqui y con una sonrisa infantil que le<br />
hizo brillar entre 10 rosado de los labies el nâcar de la dentadura.<br />
=-Todo esta es demasiado valioso para mi- murmur6 entre clientes<br />
al oir los precios, al tiempo que en su semblante sûblta expresi6n de<br />
mal humer y de tristeza reernplazaba la excltaciôn que le abri6 los ojos<br />
y se le asomé a la boca al ver Jas costosas pedrerias.<br />
-No hay nada demasiado caro para usted. Esta joya estaré en sus<br />
manos esta noche, si usted me pcrrnite presentârsela-e- le dije paso,<br />
en inglés, al oido casi, con voz ronca en que vibraba la tentaci6n.<br />
-Es espléndido- dijo en el mismo idlorna, que sonaba en su boca<br />
coma una mûsica, miràndorne de pies a cabeza y viendo mi mana<br />
crispada sobre el estuche de seda negra-. èVerdad? .. aiiadi6 elavando<br />
en los mios los ojos claros, y con toda la cara Iluminada por<br />
una expresiôn de felicidad tndiscrlptlble. coma jarnâs la he visto en<br />
ninguna Fisonomia.<br />
Venga usted a las nueve de la noche y hablaremos. No pregunte mi<br />
nombre al portero: 10 esperaré yo rnisma en la puerta, como si volviera<br />
de la cane; entrarcmos juntos- dijo, tendiéndome una hoja de papel,<br />
que arrancé de la diminuta cartera forrada en cuero de Rusia, y en la<br />
cual escribié febrilmente las senas, las de una calle tranquila de los<br />
Campos Elîseos-. A las nueve en punto entraré con usted, como si<br />
volviera de la calle- agreg6con voz grave y mîrândome en los ojos.<br />
Los dependicntes de Basset nos miraban, cuchicheando, sorprendidos<br />
del diâlogo a media voz y en idioma extranjero que sc habla entablado<br />
entre nosotros, personas desconocidas, puesto que no la habia saludado<br />
al entrar.<br />
214
-F.sas joyas son magnificas, pero demasiado valiosas para mi; perdone<br />
usted, sefior- dijo al empleado, que se la comia con los ojos.<br />
-La espero a usted a las nueve- volviéndose a mi, con la exprcsiôn<br />
seria de una persona que sabe la que hace y acostumbrada a negocies<br />
importantes.<br />
y con sus movirnientos agiles y sus rniradas de venada, cruzé el<br />
espacio que la separaba dei coche, que partié al subir ella, sin volver<br />
los ojos a la [oyeria,<br />
-jSoberbia criatura! Esas americanas del Norte ... jeh! me insinua<br />
el dependiente, un cincuentén entrecano, con los ojos lIenos de malicia<br />
y la chivera y los bigotes puntiagudos, retorcidos a 10 Napole6n 111-.<br />
[Soberbia criatura! Tiene loco par un cailar de diamantes que no le<br />
quière comprar, al marido, que es un jayanote yanqui con la cara afeitada<br />
y tipo de Cuâkero. La semana pasada estuvieron visitando todas las<br />
tiendas de [oyas, él de mal modo y regaüândola, ella haciéndole mil<br />
zalamerias para decidirlo. Ahora anda sola, pero suguramente no tiene<br />
el dînera completa. Estas americanas dei Norte... Esté usted segura<br />
de que no descansa hasta que tenga el collar- jAh! con que se queda<br />
usted con él? ... - dijo abriendo tamafios ojos... -. Es el mejar que<br />
hemos tenido en los ûltimos aüos ... - aiiadi6 con displicencia-; una<br />
joya de esas que no provoca vender.<br />
jEn esas piedras os vais a convertir, desteüidos billetes azules de a<br />
mil francos, que habéis venido a ml sin buscaros, en las tres noches en<br />
que, engaüando mi hambre de besos con la vertiginosa jugarreta en que<br />
volabais, sobre la carpeta verde, os recogia con helada lndiferencia,<br />
mientras que los otros jugadores se levantaban de la mesa con los bolsillos<br />
vacios, los ojos irritados y las manos trémulas!<br />
y ahora escribo mi aventura. (Qué ha entcndido ella al decirme que<br />
vaya a buscarla, después de mi frase brutal? ... No sé. S610 sé que los<br />
diamantes, dignes de una prlncesa, brillan en el fondo de los calices de<br />
las flores de un ramo, donde los hice colocar para llevârselos, y que<br />
sera mia. Veo su carne desnuda, sus graciles formas ofrecidas a mis<br />
besos, y ardo. Son las ocho de la noche; dentro de dos haras estarâ en<br />
mis brazos, la estoy sintiendo, y [se realizarân los contenldos deseos<br />
que acumulan en mi ocho meses de loca continencia y de estûpidos<br />
sentimentalismes, sugeridos por haber vista una muchachita anémica,<br />
estando bajo la influencia del opio! [Hurrah a la carne 1 IHurrah a los<br />
besos que se posan como mari posas sobre el terciopelo de la piel sonrosada,<br />
a los senos que entran como âspides por entre el raso aromoso de<br />
los labies, a los besos que penetran camo insectes borrachos de miel<br />
hasta cl fonda de las flores; a las manas trémulas que buscan; al olor<br />
y al sabor deI cuerpo femenino que sc abandona. [Hurrah a la carne!<br />
jAfuera voz de mis tres Andrades, sedientos de sangre, borrachos de<br />
alcohol y de sexo, que tendidos sobre Jas potros salvajes, con el lanz6n<br />
215
en la mano, atravesabais las poblaciones incendiadas atronândolas con<br />
nuestro grito: "[Dios es pa reirse dél, el aguardiente pa bebérselo, las<br />
hembras pa preïiarlas, y los espafiolcs pa descuartizarlos!" Grita, VOT.<br />
de mis l1aneros salvajes: "[Hurrah a la carne!"<br />
[Oh, la extrafia y deliciosa crtatural Entramos juntes, abrié con su llave<br />
la pucrta dei vestibule, que atravesô râpidamente, y cuando llcgué al<br />
saloncito amable. después de quitarrne el abrigo, en uno de cuves amplios<br />
bolsillos estaba el collar de diamantes disimulado entre las flores,<br />
ya habla encendido las lârnparas. La desnudez de la pieza estrecha,<br />
amueblada solo con dos sillas, un divan, un velador y una lârnpara,<br />
y la expresién de su carita seria, disiparon mis ûltimas dudas, ]'\0,<br />
aquella no era una mujer comprable; quién sabc qué capricho loco por<br />
)a valiosa joya la habla hecho recibirrne, y qué habla entendido al<br />
oir mi frase brutal.<br />
-Siéntese usted- mc dijo, ya sentada en un sill6n de brocatel<br />
grisoso, al pie de una alta lâmpara, de la cual cala, en cuadro, la Iu7.<br />
sobre la alfombra, suavizada por un panta1l6n dc gasa de un verde<br />
desteûido.<br />
Fue ella quien rompié primero el silencio. Yo me contenté, mientras<br />
dur6 éste, con extasiarme los ojos recorriéndola toda. desde la rnasa<br />
espesa de los cabellos oscuros, que le coronaban la cabeza, de enérgicas<br />
y Iinas facciones. hasta los piesecltos angostos y largos, que calzados<br />
con un zapato bajo de resplandeciente charol, dejaban adivinar su blancura<br />
por entre los calades de la media de seda negra, fina como un encaje.<br />
-,Usted ha vivîdo en los Estados Unidos? .. - fuc la primera<br />
frase que, después de otro silencio, me dirigi6 la boca cncarnada y<br />
fresca, en un francés gutural y bronco. que me hizo sonreir involuntariamente<br />
al oirlo ... -. ,No? ... Eso equivale, mâs 0 menos. a que usted<br />
no me entienda y tal vez a que me juzgue mal. y 10 probable es que<br />
no podarnos hacer nada ... -continuo asomândosele a los ojos h misma<br />
tristeza de nifio consentido a quicn se le niega lin juguete. que Je habla<br />
visto en la [oyeria al oir los precios de los diamantes. iAh, pero usted<br />
habla inglés mejar que yo! TaI vez podamos entendernos: perdone<br />
usted que )0 deje solo linos segundos- aüadiô, levanténdose.<br />
Estas americanas del Nortel, pensaba para mi coleto, hacienda mia<br />
la frase del empleado de Basset, que habia oido por la mafiana.<br />
-Agui cstan- diio, ponicndc sobre una mesita que acercô, unas<br />
cajas de terciopelo y de rasa y enccndicndo dos bujias para facilitarrne<br />
cl examen ... Véalas usted avalûelas y después le haré mi propuesta,<br />
- Valen la mitad de 10 que vale cl mejor de los collares que usted<br />
vio en la calle de la Pa7.- le contesté con calma imperturbable y sin<br />
216<br />
28 de abril.
una sonrisa, después de examinar el contenido de los estuches, marcados<br />
los unos con el nombre de Tiffany, los otros con los de varios joycros<br />
parisienses de segundo orden, y donde no habla una sola piedra sin<br />
defecto-. Esto ha sido escogido mas en vista dei tamaüo que de la<br />
calidad: usted convendrâ conrnigo en que los diamantes, 0 son pajizos<br />
o tienen defectos, rayas y quebraduras que los hacen desmerecer; en<br />
que los rubies no son deI mismo matiz y en que una de las esmeraldas<br />
del broche es mas pàlida que las otras y tiene jardin- le dije asumiendo<br />
de lleno mi papel de negociante en joyas.<br />
-jCosas de John, que no distingue! Yo prefiero un diamantito asi<br />
de grande- dijo mostràndome la punta de la uiia rosada, blanca y<br />
brillante de uno de los dedos- pero que no tenga macula, a una tapa<br />
de botc1I6n con viso pajizo-. y, sonriéndome por primera vez:<br />
[usted es un maestro, y qué reflnadol how reiined=: aiiadi6 sin quitar<br />
los ojos de la perla negra que me abotonaba la pechera ... -. Pero,<br />
en fin: usted conviene conmigo en que estas joyas valen )a mitad de<br />
10 que yale el collar; pues oiga usted mi propuesta: le daré a usted<br />
mi nombre, que ya va siendo una garantia, y esto- dijo, mostrando<br />
los estuches- y un pagaré por la diferencia con el precio deI collar.<br />
Dentro de tres meses le enviaré de Chicago el valor total de éste, y<br />
usted me devolverâ 10 mio, junte con el pagaré cancelado, entregândolo<br />
todo en el Consulado de los Estados Unidos, donde formalizaremos la<br />
operacién, rnaûana, a primera hora. ,Acepta usted?- pregunt6 sonriéndome<br />
con alegria.<br />
-No acepto, seiiora- respondi con cstudiada frialdad. delciténdornc<br />
en ver c6mo bajaba los ojos, que se le humedecieron, y cémo le cala<br />
sobre las mejillas la sombra de las largas pestaüas crespas-e-. (Qué<br />
ganaria yo con ese negocie?<br />
-Como usted me dijo esta maïiana que podria procurarme cl collarcontesté<br />
con un mohin de despecho.<br />
- Pero usted entendiô mal- comencé, con una "OZ que trataba<br />
de hacer firme, sin lograrlo. Hay una combinaclén por )a cual ustcd<br />
tendra la joya esta noche, sin pagar ni un centavo por cHa- insinué.<br />
mirandole al fondo de los ojos, que habla levantado del suelo, ya sercnos,<br />
y que me miraban fijamente.<br />
-Se ha equivocado usted, senor- me contesta. encendiéndosele las<br />
mejillas y poniéndose en pie con un movimicnto brusco de todo el<br />
cuerpo y mirândnme con una expresiôn profunda de desprecio y de<br />
ira-. j Se ha equivocado usted, sefior! Conque sc ha atrevido ustcd a<br />
creer que mi pasién por las piedras va hasta hacerrne olvldar quién soy,<br />
y que esos diamantes pueden comprarmc? ... (Pero no vc usted, infeliz<br />
que esas cajas lien as de joyas que le ofrezco son mias, muy mias? ..<br />
[Ah, es que usted no sabe mi nombre y cree que le voy a robar la<br />
diferencia- dijo gritando, sov Nelly! ... - y ahi un apellido alemàn<br />
217
con faIsa terminaciôn inglesa, el de un millonario de Chicago, conocido<br />
en el mundo entero coma uno de los mâs fuertes empresarios de ferrocarriles<br />
de los Estados Unidos->. iQué bien se ve que no ha vivido<br />
usted en mi tierra cuando entiende tal mal mi proceder y me juzga<br />
asil- continué sin sentarse y con la expresién de angustia de quien<br />
se siente manchado por infame e inmerecîda sospecha.<br />
Recogi el fino paüuelo de batista y encajes, perfumado de clavel,<br />
que se le cay6 al suelo al levantarse, y le dije, respirando el olor<br />
y con voz dulce:<br />
-Sefiora: h6nreme usted con permitirme permanecer aqui unos instantes<br />
mâs, y crea usted que habla con un caballero.- Puse el paûuelillo<br />
sobre el velador y busqué nervioso la cartera, y abriéndola le tendi<br />
una de mis tarjetas de visita. Si usted se siente ofendida al terminar<br />
nuestra conversacién, que me envie su marido maüana dos testigos que<br />
arreglen con los mios las condiciones de un encuentro. . . Usted le dira<br />
que esta noche me he entrado tras de usted, que volvia a su casa,<br />
y que he pretendido besarla y poseerla, Haga usted eso, pero déjeme<br />
hablarle- le grité casi, poseido de la furia de coronar el plan que se<br />
habla formado dentro de mi en esos minutes.<br />
-IC6mo! (.Usted es el seüor Femândez, don José Femândez, el<br />
autor de los "Poemas Paganos" que tradujo Murray?- di]o, sentada ya<br />
y alzando los ojos de la diminuta hoja de papel bristol. .. - y yo que<br />
no 10 habla recanocido... También es que el retrato es muy viejo,<br />
(cierto? No tenta usted barba entonees ... Ignoraba eompletamente que<br />
viviera en Paris. Siéntese usted, sefior Fernéndez: va usted a tomar el<br />
té conmigo y vamos a hablàr de sus versos. Asi olvidaremos la estûpida<br />
historia dei collar ...<br />
IAh! (Conque Ieiste el articulillo aquel pubIieado en un magazine de<br />
Bostén y escrito por el yanqui que visit6 mi tierra y que me pagé<br />
les quinientos délares que le presté llamândome en él gran poeta, traduciendo<br />
una parte de mis estrofas y haciendo imprimir con su traduccién<br />
el retrato que acompaüa la segunda edici6n de "Los Primeros<br />
Versos"? (Conque 10 has Ieido, mi yanqui adorable y frenéticamente<br />
altiva, y quieres que hablemos de mis "Poemas Paganos"?<br />
-Hablemos de sus versos, de ]05 "Poemas Paganos". Los conozco<br />
en la traduccién de Murray, publtcada en el "North American Magazine".<br />
iQué hermosos, fascinadoresl How lovely, fascinating- dijo sonriéndome-,<br />
hablemos de sus versos, senor Fernàndez.<br />
-No, seüora; hablemos de usted y deI collar que usted desea y<br />
que su marido no quiere comprarle, que le esta haciendo cometer<br />
locuras y que me ha hecho a ml presentarme en su casa y tener el<br />
honor de hablar con usted.<br />
- Vuelve usted al cailar ... sea... c:_Quées 10 que pretende usted<br />
dccirme?- .me dijo con mal disimulada impaciencia y un gesto de<br />
218
orgullo-. Tengo la esperanza de que usted me crea una seüora y de<br />
que no va a hacerme perder la ilusiôn de creerlo a usted un caballero.<br />
- Lo que pretendo decirle- comencé, temblàndome la voz de ernoci6n-<br />
es que le suplico a usted, dei modo mas respetuoso, que acepte<br />
esa joya que pongo a sus pies sin pedirle mas sino que, cuando la Iuzca<br />
usted sobre su cuerpo de diosa, recuerde ustcd al hombre a quien ruzo<br />
feliz perrnitiéndole satisfacer un antojo suyo. Si usted acepta mi propuesta,<br />
el collar estarà en sus manos dentro de un minuto y yo me<br />
iré sin haberlas besado, para no volver a verla, si usted 10 exige.<br />
-tHabla usted en serio?- me pregunt6 con honda agitaci6n inexplicable,<br />
al oir mi respuesta,<br />
-Seiiora: s610 espero que usted me permita, e irme, porque terne<br />
ser importuno.<br />
-jDios mio, Dios mio! Busca el modo de hacerme feliz y me<br />
conoci6 esta maûana; iY el otro me insulta cuando le ruego y me deja<br />
sola para irse a buscar mujeres perdidas en Nueva York! iQué vida! ... -<br />
articulé entre los sollozos Que la ahogaban, acostando la cabeza contra<br />
el espaldar del sillon y cubriéndose los ojos Ilenos de Iâgrimas con el<br />
paüuelito de batista oloroso a claveles.<br />
Los sol1ozos la sacudian toda; los nervios triunfaban de aquella naturaleza<br />
rica y enérgica.<br />
Sali a la antecâmara, busqué el ramo y entrando en puntas de pies<br />
fui a arrodtllarme junto al sillon donde lloraba, como la serpiente se<br />
arrastrô al pie de Eva inocente al ofrecerle la poma. Los sollozos y<br />
las lâgrimas seguian, y yo guardaba stlenclo.<br />
iNelly! - Je dije cuando comenz6 a calmarse, circuyéndole el talle<br />
fino con un brazo, acaricléndole la frente con las flores del ramo, y<br />
cantândole una canci6n mon6tona con que Jas nodrizas en Floride<br />
arrullan a los chiqulllos para que se duerman-. No llore, Nelly: las<br />
flores la estân besando para contenerla: los diamantes la quieren ver;<br />
Nelly, linda y fresca como las flores;. Nelly, radiosa y fria como los<br />
diamantes que valen menas que esas légrimas.<br />
Vencida por aquellos mimos y sorprcndida al oirlos, apart6 el paüuelo<br />
y hundi6 los ojos en los purpûreos calices de las gloxinias y en las<br />
blancas hojas de las gardenias, donde temblaban los diamantes como<br />
gotas de luz. .<br />
-No, no- dijo sonriéndose, con una sonrisa que le alumbraba los<br />
ojos hûmedos como un rayo de sol un paisaje de prima vera recién<br />
mojado por la lluvia-. No, no, si usted no acepta mi propuesta, no<br />
me hable mas; eso vale una suma loca. Mi padre, que es millonario<br />
y que me adora, nunea me los habria regalade. No, lléveselos usted y<br />
regàleme las flores. [Estân lindas- dijo, aspirando el ramo-. Guarde<br />
usted eso- recogiendo el hilo de platino, animado de luminosa vida<br />
por la palpitaci6n blanca, roja, azul de las pedrerias radiosas que se<br />
219
irisaban a la luz de las bujias y de la Iâmpara-s-. Fernândez : ~por<br />
qué me quière usted regalar eso? . . . •<br />
Hablâbamos, ella con la cabeza adorable, cuyos oscuros rizos me acariicaban<br />
la frente, doblada sobre la mia, que casi se apoyaba en sus<br />
rodillas, hincado como estaba a sus pies, respirando su aroma de flor<br />
y circuyéndola con los brazos,<br />
- Porque los poetas andan por el mundo s610 para realizar los antojos<br />
de las diosas como usted- le respondi cubriendo de besos una de las<br />
manos suaves y frias, con que hacia esfuerzos para alejar me de clIa.<br />
Nelly: esos diamantes van a hacer que usted se acuerde de mi al<br />
verlos mas tarde; no me niegue usted la delicia de pensar que voy a<br />
vivir en su memoria en sus noches de triunfo ...<br />
y mis labios, recorriendo los ramales azulosos de las venas, que se<br />
transparentaban bajo el fino cutis de la mufieca delgada, subian por el<br />
brazo torneado y blanco, desnudo hasta el codo de la negra manga de<br />
opaca seda ornamentada de azabaches.<br />
-c:Y por qué quiere que yo me acuerde de usted por los diamantes?<br />
Me acordaré de usted porque sé sus versos deliciosos y porque 10 he<br />
vista asi arrodillado a mis pies, queriendo realizar un antojo mio a<br />
costa de una suma enorme y diciéndome cosas que nadie me habla<br />
dicho nunca ... IQué cosas las que usted me dice! C6mo se ve que<br />
usted es poeta, un gran poeta- aiiadi6 con tono convencido-. ,Quiere<br />
usted oir sus versos, dichos por mi en mi lengua? Es menos hermosa<br />
que la suya. Los sé de memoria. Oiga usted ... - y recitô con voz<br />
de oro las estrofas del canto a Venus, que dicen las glorias de la Afrodita<br />
al nacer de las olas marinas.<br />
-Ahora va usted a decirmelos en su idiorna; no 10 entiendo, pero<br />
suena como una mùsica, How noble, how musical-s- decia ponicndo,<br />
la orejilla sonrosada carca de mi boca, que le redtaba paso, muy paso.<br />
mis mejores cndecasilabos.<br />
Hablàbamos asi, perdidos en la delicia de soborear la esencla de los<br />
versos y de sentirnos cerca, sin que ella, la orgullosa de unos minutos<br />
antes, ni yo, el respetuoso admirador que le habla jurado que se iria<br />
sin besarle las puntas de los dedos, nos diéramos cuenta del vértigo<br />
que se estaba apoderando de ambos. Sin saber côrno, estaba sentado en<br />
el sillon y la tenta sentada en las rodillas. Uno de los piesecitos colgaba<br />
sobre la alfombra. En encaje de seda negra de la media transparcntaba<br />
la blancura deI pie angosto y largo y de la pantorrilla de tùrgida curva,<br />
descubierta por la falda negra donde lucia el brille mate de los azabaches.<br />
Le estaba besando la nuca, llena de vello dorado, y senti a estremecerse<br />
bajo mis labies todos sus nervios. La manecita fina que agarraba la<br />
mia hundla crispada en mi carne las uüas sonrosadas y puntiagudas. En<br />
cl silencio 5610 oiamos las palpitaciones de nuestras arterias.<br />
220
-Mâs versos, mas paso, ,,- me dijo con expresron acariciadora,<br />
acercando a mi mejilla ardiente la suya fria y aterciopelada y embriagândome<br />
con su olor a pan fresco y a claveles hûmedos.<br />
• Le dije las estrofas que pintan los grupos de palomas blancas sobre<br />
el altar de Cypris, envueltas por el humo aromâtico dei sacrificio y aleteando<br />
entre Jas rosas, y se las dije en su Iengua, mientras que le<br />
envolvia la muüeca en el collar que le circuyô el brazo pâlido, como una<br />
serpiente de luz, y comenzé a Irradiar con el brillo de sus centenares<br />
de facetas.<br />
-,Cuantos aûos tienes? ... - me pregunté de repente, paseândome<br />
suavemente la mano blanca por los cabellos y por la barba ... - (Veintiséis?<br />
Yo, diez y ocho; él tiene cuarenta y dos... ,Con quién vives? ...<br />
,Solo? ... ,Ni padre, ni madre, ni mujer, ni hijos? ,Nada? ,Solo en<br />
cse hotel? .. El otro dia me detuve a ver la fachada ,Es antigua,<br />
derto? ... y majestuoso, maiestic, ~Y vives solo ahi? ... Vives como<br />
un principe. ,Y no te da tristeza estar solo?.. (y qué haces? ..<br />
,C6mo gozarâs de la vida, no? ..<br />
- No. Adoro la belleza y la fuerza, y escribo versos de esos que<br />
sabes- le dije con tono triste y minténdole para acabar de fascinarla.<br />
-,Y recibesmujeres? ... - me pregunté, riéndose con una picardie<br />
deliciosa.<br />
-No, porque no las encuentro tan bellas como Nelly- le respondi<br />
envolviéndola en una mirada de deseo loco. Hacla ocho meses que no<br />
daba un beso ni recibia una caricia.<br />
- iEs imposible! [E irreal] It is itreal ... Jûrame que eso es dertodijo<br />
con voz ahogada y hablândome aI oido,<br />
+Te 10 juro. Yo quiero 10 perfecto y no Jo cncuentro. Lo demâs me<br />
causa asco. Y cuando halle una mujer de quien me enarnoro en una<br />
hora con todas mis fuerzas y a quien le suplico que conserve unas<br />
pobres piedras para que se acuerde de mt, una a cuyos pies pasaria<br />
la vida arrodillado y por cuyos besos daria mi alma, ella rehusa mi amor<br />
y me tira a la cara el regalo con que sueüo hacerla feliz un minute.<br />
-No- dijo-; Suéltamc y espera ... - y se levantô para dejar la<br />
salita.<br />
-(Te vas Nelly? ...<br />
-Pero vuelvo en este memento, respondié levantando el portier, que<br />
cayo tras de ella.<br />
jSera tuya, sera tuyal, me grttaba por dentro la voz de los llaneros.<br />
jScra tuyal"<br />
-(Te gusto asi?- me preguntô volviendo a sentarse en mis rodillas<br />
en el ângulo dei cuarto donde habla mas sombra y extendia sus blandos<br />
cojines un divan turco, amplio como un lecho nupcial-. No me 10 he<br />
estrenado todavia. Miralo.<br />
221
El corpmo de terciopelo negro de un traje de baüe, sujeto en los<br />
hombros por dos lazos, sobre une de los cuales lucia el rama de gloxinias<br />
y de gardenias, dejaba ver las blancuras tûrgidas del seno, que ondulaba<br />
con ritimlco movimiento bajo el hilo de platino animado de luminosa<br />
vida, por la palpitaci6n blanca, roja y azul de las pedrcrias que se<br />
irisaban en la media luz de crepûsculo. "(Te gusto as)?"- pregunté,<br />
inclinandose para ver los diamantes y dejândome hundlr la mira da<br />
en los tesoros que ocultaba mal el terciopelo del corpifio.<br />
'-jSi nos hubiéramos encontrado antes! Me voy maüana para Nueva<br />
York, Fernândez, mi poeta- comenzô, recllnando la cabeza en mi<br />
hombro y envolviéndome el cueUo con los brazos desnudos y fragantes.<br />
!Si nos hubiéramos encontrado hace un mesl Tal vez me habrias<br />
amado ... Qué felices seriamos, ,derto?<br />
-No seriamos mas felices que ahora, Nelly, porque te amo con toda<br />
mi alma. Pero no te iras mafiana; te quedaràs aqui y yo viviré de<br />
rodillas, adivinândote los pensamientos.<br />
-Me voy maüana por la mariana; tengo todo lista, cerrados los<br />
baûles, tomado el pasaje ... Esta tarde puse un cablegrama avisândolo.<br />
Mi padre me espera por minutos. Pediré el divorcio al llegar y viviré<br />
tranquila.<br />
-Es un canalla, ,no es cierto, arnor mio? - le dtje al oido-;<br />
no te quière y no te da las joyas que quieres .<br />
-Es un canaUa, un brutal, y no me quiere. ~Qué importan las joyas?<br />
Tu me las das... Ya ves, y si no me las das, me dices cosas dulces y<br />
deliciosas, ,no es cierto?- contesté ciüendose a mi. .. - Me llevo el<br />
collar. ,Qué me pides en cambio?- dijo soltando los brazos y sujerândome<br />
las manos con las suyas-. ,Qué me pides en cambio? ...<br />
- Yo nada; 10 que quiero es que seas feliz un minuto y que te<br />
acuerdes de mi. Dime que 10 guardarâs siempre y me iré dichoso sin<br />
darte un solo beso,<br />
-,Conque quières hacerme feliz e irte? .. El cailar es mio ...<br />
(Aceptas un regalo que voy a hacerte? .. - me dijo al oldo con<br />
una expresién de triunfo ... - Yo también te voy a hacer un regalo,<br />
pero inverosimil, digno de ti que eres poeta; un regalo que tu mismo<br />
vas a creer que es un sueüo, Yo también quiero hacerte feliz siendo feliz.<br />
Quiero ser feliz una noche. No 10 he sido nunca. Odio el tiempo. El<br />
tiempo es una cosa estûpida, a stupid thingt ... que 5610 existe para<br />
el cuerpo- aüadiô miràndome con la cara inspirada, coma la de une<br />
pitonisa-. En mi tierra queremos suprimirlo con la electncidad, con<br />
el vapor, con la inteligencia. Alla creamos en una década ciudades mas<br />
grandes que las de Europa, que tienen seis sigles, y hemos hecho una<br />
civüizaci6n de doscientos anos. El tiempo es uns casa estûpida que<br />
se arrastra. Yo quiero suprimirlo en mi vida ... (Entiendes? ... Te arno,<br />
222
Fernândez. .. Me voy mafiana, Otra sc iria Ilevândose su amor; yo,<br />
quiero dârtelo: te arno- me suspir6 al oido, besândome.<br />
- y Yo te adoro, NeIly- respondi buscando con locura sus labies<br />
primero, y hundiendo luego la frente en el seno blando, perfumado y<br />
fresco...<br />
-No; déjame, déjame: aqui, no; lIévame; ,no vives solo? .. -<br />
articulé cefiida a mi y crispada por el deseo, iremos a pie, donde<br />
quieras ...<br />
-Mi coche espera en la puerta ... Ven- dije coma en un sueûo,<br />
un instante después, en el vestibule, abrigândole los hombros desnudos<br />
y apagando las luces.<br />
De la noche s610 me quedan el recuerdo de su belleza sonriente bajo<br />
las amplias cortinas de terclopelo de 'mi lecho. en la alcoba alumbrada<br />
apenas por la lâmpara bizantina de oscuro cristal rojo; la impresi6n de<br />
tenaz frescura y el perfume de su cuerpo adolescente y el arruUo de<br />
su VOl al instarme para que fuera a los Estados Unidos. "Ven en el<br />
verano- me decia-, John no estarâ alla. Nos encontrarâs en New Port<br />
y te presenta ré a mi padre y a todos nuestros amigos. . . Buscaremos un<br />
lugar en donde vernos, un cottage rodeado de ârbcles y de flores, y seré<br />
feliz. .. Si me ofreces venir, no pido el divorcio; tolero 10 de hoy a<br />
cambio de que estés tranquilo y me ames. [ürame que iras ... Bésame!"<br />
Su delirio de goce frlsaba a la altura deI mio, y la hoche fue un<br />
solo beso, entrecortado por sollozos de voluptousidad.<br />
- Todo ha sido irreal y adorable ... lrreal and lovely ... Tu eres<br />
irreal y adorable ... Te espere en junie en New Port- fue la ûltima<br />
frase, gritada desde la barandilla dei enorme vapor que soltaba las<br />
amarras y la negra columna de humo, ennegreciendo el cielo deI Havre,<br />
hasta donde fui a acompaüarla.<br />
Todavia tengo en los ojos su fina silueta envuelta en el largo sobretodo<br />
gris de viaje, y la palpitaci6n dei paûuelito blanco que agitaba al îrse<br />
alejando el barco sobre las olas gris verdosas del Atléntico. bajo un cielo<br />
nublado, plomizo y sombrio, como una alma lien a de remordlmientos.<br />
Cinco meses sin haber escrito aqui una linea. Fue un estimulo apenas la<br />
noche de' delicias pasada con Nelly, una gota de licor para el que<br />
agoniza de sed, seâ non satiatal Me excit6, bebimos, me emborraché,<br />
y ahora tengo en el a1ma el dejo que queda en el cuerpo después de<br />
una borrachera. El baile tuvo por objeto deslumbrarlas, y de tai modo<br />
las deslumbré, que cuando amanecié y las ûltlmas notas de ,la orquesta<br />
vibraron en la atrn6sfera de los salones impregnados de emanaciones<br />
humanas y deI melanc6lico perfume de las flores moribundas, ya habla<br />
223<br />
l'' de septiembte.
esado las tres boeas codiciadas y obtenido de eIlas la promesa de las<br />
tres citas.<br />
Suntuosa fiesta, al decir de los diarios bulevarderos, que me fastidiaron<br />
con los dctalles dei lujo en ella desplegado por le richissime americain<br />
don Joseph Fernande z et Andrade. (Suntuosa fiesta? No sé, pero, en<br />
todo caso, un poco mas elegante y mas artistica que las que he alcanzado<br />
a ver hasta hoy. Digo mas artistica, porque en los salones que<br />
arnueblaban y ornamentaban objetos dignes de figurar en cualquier museo,<br />
y en el hall, decorado con éxoticas plantas y raras flores, se oyeron los<br />
penetrantes sones dei violin mâgico de Sarasate, las quejas de la guitarra<br />
incomporable de Jiménez Manjôn y vibraron las câlidas notas, que al<br />
declr de Monteverde, cuestan a libra estcrlina cada una, de la voz<br />
dei tenor a la moda. Digo mas elegante porque una parte dei Paris<br />
Frivolo y mundano, que por la tarde se exhibe en la Avenida de las<br />
Acacias y se da cita, en las noches de estreno en los grandes teatros,<br />
codeé en clIa por unas horas al Paris artista y pensador, que vive encerrado<br />
en los talleres, en los gabinctcs de experirnentaciôn 0 doblado<br />
sobre las paginas que pasado maüana seran el libro a la moda. Scgûn<br />
decires, la concurrcncia salié sorprendida de las exquisiteces de la mesa<br />
y la calidad de los aüejos licores. Un rnurmullo de aprobaci6n corriô<br />
por las salas, cuando al rnariposear el cotill6n agitando en rond a ritmica<br />
sus alas de cintas y gasas, se repartieron los regalillos a los danzantes.<br />
La impresi6n verdaderamente grata que tuve fue ver mezclado 10 mas<br />
distinguido y simpàtico de la eolonia hispanoamericana con 10 mas Iinajudo<br />
y empigorotado dei aristocrùtico barrio. Logré que los compatriotas<br />
que honran la tierra con su ciencia, Serrano, el filélogo, y Mendoza,<br />
cl esradista, dejaran su encicrro claustra] para asomarse aqui por unos<br />
instantes. Duqucsas vejanconas de tantisimas campanillas y retumbante<br />
nombre, cuyo origen remonta a la Roma de los Antoninos, paseàronse<br />
al brazo de generales, ex-presidentes de nuestras repûblicas que ostentaban<br />
uniformes mas de oro que de paüo; hubo miembros del Jockey<br />
Club que le hiciera la corte a una chicuela recién llegada, que tenia<br />
todavia, en los ojos el recucrdo del èiclo dei tr6pico y en los oidos el<br />
rumor de la brisa entre los cafetales, y hasta se divirtié el grupo donde<br />
lucian la calva de Manouvrier, cl ftlésofo espiritualista, las arrugas de<br />
Moriha, mi ex-profesor de arqucolcgia egipcia, y el monéculo del novelista<br />
psicélogo, autor de "Los Perfiles Pemeninos", que, despreciando<br />
esa nochc a las mujercs que preguntaban por él para hacerle la corte,<br />
fue a esconderse entre aquellas anticuallas y a conversar con el doctor<br />
Charvet, que me dijo, al pasar por ccrca de él, golpeândome el hombre:<br />
-Asi se hace. Gace usted suavemcnte de la vida, amigo mio; goce<br />
usted suavemente de la vida.<br />
e:Qué me importa el éxito de la fiesta. . . si mi lucidez de analista<br />
me hizo ver que para mis elegantes amigos europeos no dejaré de<br />
224
ser nunca el rastaqouere, que trata de codearse con ellos emplnândose<br />
sobre sus talegas de oro; y para mis compatriotas no dejaré de sel un<br />
farol6n que querfa mostrarles hasta d6nde ha logrado insinuarse en el<br />
gran mundo parisiense y en la high life cosmopolita?<br />
Eso no impidi6 que las tres mujeres concurrleran y que mi plan<br />
sc reahzara,<br />
ë.Yeso qué me importa, si ninguna de las tres ha podido darme 10<br />
que le pido al arnor, y s610 me queda hoy el orgullo de haber seducido<br />
en unas haras a las tres bellezas de quien nadie se atreveria a sospcchar<br />
y que la concurrencia entera designe coma las tres rcinas de la fiesta?<br />
(.Y eso qué me importa, si yo no vivo para los demâs, sino para mi<br />
mismo, y si ese tri un fa no me satisface, porque sé que tal vez elias<br />
mismas ignoran las razoncs que tuvo cada una para entregârserne y<br />
para colmarme de caricias locas? ...<br />
lY qué me importan esas ideas sobre el arnor, ni qué me importa nada,<br />
si Jo que sientro dcntro de ml es el cansancio y el desprecio par todo,<br />
el mort al dejo, el spleen horrible, el tedium vitae que, camo un monstruo<br />
interior cuya hambre no alcanzara a saciarse con el universo, comienza<br />
a devorarrne el alma? ..<br />
[Vosotros conocisteis esc mal sin nombre y sin remedie, patrlcios romanos<br />
que, hartos de los goces de la carne, ahitos de las declamaciones<br />
de los fîl6sofos y de los versos de los poetas y de las creaciones del arte<br />
hcleno y latino, abandcnâbais los triclinlos de marfil recubicrtos de purpura,<br />
sobre los cuales calan en lluvia las aromosas esencias y las rosas<br />
de Poestum, tlrâbais al suelo la âurea copa cincelada, lIena de vina de<br />
Chypre, y la corona de rosas que os ceüia la frente y, despreciando la<br />
sensu al dclicia que os brindaba la cortesana desnuda a vuestro lado,<br />
corriais li buscar en la desprcciada cnseüanzo de los rudes discipulos dei<br />
Nazarcno, en la prâctica de la pobreza y de la humildad, una fe nueva<br />
y una esperanza sublime que os hiciera cambiar de vida, abrazaros 11 la<br />
cruz, desafiar las iras dei Empcrador y, transfigurados par el éxtasis, ir<br />
a csperar la hora de la muerte bajo las garras de los leones, sobre la arena<br />
cnsangrentada del circo!<br />
jAh! si.. eso fue entonccs, En nuestra época mediocre y ruin no queda<br />
camino abicrto para las alrnas del temple de las vuestras, que sienten<br />
10 que scntistcis. Lo sublime ha huido de la tierra. La fe ciega que en<br />
su rcgazo de sombra les ofrccia una almohada donde dcscansar las cabezas<br />
a los cansados de la vida, ha desaparecido dei universo. El ojo humano,<br />
al aplicarlo al lente dei microscopie que investiga 10 infinitesimal y al<br />
lente de! enorme telescopio que, vuclto hacia la altura, le reve1a el cielo,<br />
ha encontrado, arriba y abajo, en el atome y en la inconmensurable nebulosa,<br />
Ulla sola materia, sujcta a las mismas leyes que nada tienen que ver<br />
con la suerte de los hurnanos. Sutiles exégetas y concienzudos cementadores<br />
esrudiaron los viejos textes sagrados y los analizaron descubriendo<br />
225
en elles no las palabras, que son cl camino, la verdad y la vida, SiDO las<br />
sabins prescripciones de los civiliz.adores de las naeiones primitlvas y la<br />
leycnda forjada por un pueblo de poetas. El enclaver del Redcntor de<br />
los hombres yace en cl sepulcro de la incredulidad, sobre cuya piedra<br />
cl alma humana llora, coma lIor6 la Magdalena sobre el otro sepulcre.<br />
"Padre nuestro que estas en los ciclos, santiflcado sca tu nombre ... ".<br />
La oracién que la santa de las guedejas de plata me ensefi6 de rodillas<br />
apenas podia balbucearla, viene a mis labios de hombre y no la pucdo<br />
rezar. ITu estâs vacio, oh, cielo, hacia donde suben las oraciones y los<br />
sacrificiosl<br />
Neomisticismo de Tolstoi, teosofismo occidental de las duquesas chifladas,<br />
magia blanc a del magnifico poeta cabelludo, de quicn Paris sc<br />
de; budismo de los elegantes que usan mon6culo y tiran florctc; culto<br />
a 10 divino, de los fil6sofos que destruycron la ciencia, cuita dei ra, invcntado<br />
por los literatos aburridos de la literatura; espiritismo que crees en<br />
las mesas que bailan y en los espintus que dan golpccitos: grotcscas rcligiones<br />
dei fin dei siglo diez y nuevc, asquerosas parodias, plagias de los<br />
antiguos cultos, [dejad que un hijo deI sigle, al agonizar de éstc, os envuelva<br />
en una sola carcajada de dcsprecio y os escupa a la cara!<br />
Es esa hambre de certidumbres, esa sed de 10 absoluto y de 10 supremo,<br />
csa tendencia de mi espiritu hacia la alto, 10 que he venido engaüando<br />
con mis aventuras amorosas, como engaüaba mi sed de éstas con las jugarretas<br />
de las ûltimas noches de castidad. Pero el harnbre de creer no<br />
hay con qué saciarla que no ses con la creencia misrna . .. (.y en qué<br />
creeras, alma mia, alma melanc6lica y ardiente, si los hombres son ese<br />
miserable tropel que se agita, cometiendo infamias, buscando el oro,<br />
engaüando a las mujeres, burlândose de 10 grande, y si ya murieron los<br />
dioses?<br />
Quizas el Arnor tu va sabores acres y extâticos que pudicran reemplazar<br />
a la Fe. El de la mistico vina en las rudas épocas mcdioevales, y en la<br />
expansion grandiosa de pasiones que fue dei Bcnacimiento, Amar temblando,<br />
porque al través de la puerta de la alcoba, tibia y perfumada<br />
por los besos, se oîa el ruido de los pasos y de las armas de los matones<br />
enviados por el marido, que subian a vengar la afrenta; amar orando,<br />
porque la Dama revestia aspecto de Madona, arnar sin satisfacer el amor<br />
e Inmortalizando el nombre de Ella en canciones 0 en estatuas; ser Benvenuto<br />
Cellini 0 Godofredo, Alighieri, Petrarca 0 Miguel Angel, cuando<br />
Ellas se llamaban Beatriz Portinari, Laura 0 Vittoria Colonna, fue ernpresa<br />
de hombres, pero hoy, en estas sociedadcs décrépitas -en que<br />
el adulteno es félcil y practicable sin pcligro, camo un sport, en que la<br />
vida de la mujer es toda entera una lenta y graduaI preparaciôn para<br />
la caida y en que los mandes vienen a visitar al afortunado para pedlrle<br />
favores- es mlseria indigna de un hombre.<br />
226
Tai vez mi misantropia me lleva a juzgar a esos infe!ices engaiiados<br />
peor de 10 que merecen. Habrân creido que 10 que vieron la noche dei<br />
baile fue un flirt sin consecuencia y explotable para ellos gracias a mi<br />
juventud y a mi dinero; pero 10 cierto es que las circunstancias se han<br />
cnlazado de tan extraüo modo, que sc necesitaria benevolencia de santo<br />
para no juzgarlos coma los juzgo, por 10 menos como unos imbéciles.<br />
-Oye, Pepillo -me dijo el amtgo Rivas, usando el antipâtico nombre<br />
con que me llama-; vengo a pedirte un favor que s610 tû puedes<br />
hacerme,<br />
-Estoy a tus érdenes -le respondi, creyendo que se trataba de un<br />
duelo en que debia acompaiiarlo coma testigo, y sorprendido de olrlo<br />
hablar asi ... -,Tomas café? .. - aâadi, ofreciéndole, porque tomaba<br />
el mio, acabando de corner en el cuarto de fumar, cuando entr6 como<br />
un huracân, y con aire agitado y la respiraci6n anhelante.<br />
- No, no tomo; me pane vervioso, Oye, Pepe; vas a hacer un serviciazo,<br />
de eso que s610 a un amtgo intime se le pueden pedir. No me<br />
10 nicgas, ,eh? -anadi6, entrecortado-; jûrame que no me 10 nicgas.<br />
-Si te digo que estoy a tus érdenes.<br />
-,Con que dejas de ir a Fausto para ayudarme? ,No tienes plan para<br />
esta noche? .. Bien, [cômo te la agradezcol Pues, mira: tenemos cuatro<br />
-Amortegui, Rodriguez, Saavedra y yo- una cena con cuatro mujeres,<br />
pero de 10 fino, ,oyes? .. cuatro horizontales que te quedarias bobo si<br />
te dijera los nombres. " cuarro de la bueno, [supénte la que se me<br />
atraviesa! Consuelo esta indispuesta y no tengo quién me la acompaïie y<br />
me da penn dejarla soja. Ya ves ... Yeso de quedarse uno canversando<br />
con su mujer, porque ella se slente débil y de acostarse a las once, después<br />
de tomar el té, cuando tiene entre manos una cena con cuatro Upas<br />
como Rodriguez y con cuatro mujeres asi, de 10 fino. .. No, si estaba<br />
desesperado. A Iuerza de cavilar mientras comiamos, se me ocurriô la<br />
casa, ,no ves? .. Yo me vuelvo a casa, porque le dije que salia par un<br />
memento; entra tu de visita y te haces el afanado; me dices que Amortegui<br />
me estaba buscando con urgencia en el boulevard, porque tiene<br />
que hablar conmigo esta noche de un negocie. [Te juro que es ella la<br />
que me hace salir! Me voy y tu me la acornpaüas hasta 10 mas tarde<br />
posible, ,no? para que no calga en la cuenta de la hora a que vuelvo,<br />
si se desvela, como le sucede casi tadas las noches. ,Qué tal el plan, eh?<br />
,C6mo te parcce mi combinaci6n? ,Admirable, cierto?.. ,Me ayudas<br />
... ?<br />
-Admirable ... -le dije-. De mil amores, me tienes alla dentro<br />
de media hora a 10 sumo -y sali6 hecho unas pascuas, retorciéndose<br />
los bigotes y stntiéndose un Maquiavelo.<br />
-~Qué primor me trae usted ahi?.. -me pregunté la dejativa<br />
y lânguida criatura, cuando después de salir el otro, nos quedamos solos<br />
en el cuartico donde recibe a sus intimos-. ,Alguna de esas cosas que<br />
227
solo usted encuentra?.. -dijo para disimular la turbaciôn en que<br />
estaba al sentirse sola conmigo después del beso delicioso cambiado en<br />
el fonda dei invernàculo desterto donde me la l1evé par unos segundos<br />
la noche dei baile, y de los juramentos de amor que 10 acomaüé.<br />
-,Qué primer me trae, José? .. ,Flores? [Dios mio, flores de las<br />
rosadas de las de Guaimisl ... Las misrnas -dijo toda trémula, como<br />
acariciando con los ojos el ramo de orquideas que se habla puesto en<br />
las rodillas, y que acababa yo de formar en el invernadero al salir de<br />
casa ... - [Dios mio!l , .. èj' dénde consigue usted flores de nuestra<br />
tierra en Paris, José?<br />
-En casa, Consuelo -le dije, sentândome a su lado, sobre la misma<br />
turquesa de donde se habla levantado al verme entrar unos mementos<br />
antes-. En casa, Consuelo ... Desde una tarde, hace nueve aüos, tengo<br />
siempre, esté donde estuviere, unas plantas que cuido mucho para que<br />
den flores de esas. .. desde hace nueve anos y desde una tarde -dije.<br />
mirândola, para ver el efecto de la sugestiva frase que habla estudiado<br />
desde el memento en que el astuto Rivas me conté su plan en el cuarto<br />
de fumar.<br />
Se puso pâlida, mas pâlida que 10 esta siempre; le temblaron las manos<br />
y los lablos, y baj6 los ojos al suelo.<br />
Nueve anos antes, casi niüos ella y yo, una tarde deliciosa, una tarde<br />
dei tréptco, de esas que convidan a sonar y a amar con el aroma de<br />
las brisas tibias y la frescura que cac del cielo, sonrosado por cl crepûsculo,<br />
volviamos por un camino estrccho, sombrcado de corpulentes<br />
ârboles y encerrado por la maleza, al puebleclllo donde salia a veranear<br />
su familia. Nos habiamos adelantado al grupo de paseantes. Yo, diciéndolc<br />
que la adoraba, recitândole estrofas del Idilio, de N{1I1ez de Arce, y<br />
sintiéndome el Pablo de aquella Virginia vestida de musclina blanca,<br />
que apoyaba su bracito en el mio.<br />
-Quiero flores de esas -me dijo,' mostrândome un ramo de parasitas<br />
rosadas que colgaban de la raina de un arbusto, y al entrcgarsclas,<br />
en la semioscuridad dei camino, donde el aire era tibio y volaban las<br />
luciérnagas y aromaban los naranjos en flor, la cogi en mis brazos y la<br />
besé con todo el ardor de mis diez y ocho anos, y ella me devolviô los<br />
idllicos besos con su boca virgen y fresca.<br />
-Son flores de Guaimis, Consuclo -le dije ... -. Dcsdc csa tarde<br />
tengo siempre plantas de esas en casa para respirar en su olor cl bcso<br />
de entonees, que ha sida el minuto mas feliz de mi vida. Desde entonccs<br />
hasta la noche en que, viviendo ya aqui, supe que usted se habla casado<br />
Con Rivas, no ha habido un solo dia en que no picnse en ustcd con la<br />
misma ternura. Si su padre no se hubiera reido enrouees de mi amor,<br />
porque era yo un nifio, y no me hubiera prohibldo volver a su casa,<br />
coma 10 hizo [qué feliz hubiera sido y qué distinta mi suerte! Entonccs<br />
me amé usted, no me la niegue; déjeme creer que fue asl; después me<br />
228
olvidô. Ojalé hubiera hecho yo 10 mismo, Antes de anoche, al verIa a<br />
ustcd en casa, entre las verduras dei invernâculo, con ese vestido de<br />
muselina blanca que la hacia parecida a la que me hizo feliz con su<br />
cariüo de nifia, y al sentirrne cerca de usted, me olvidé de todo, me senti<br />
el de entonces, senti por usted el mismo amor de ese instante, aumentado<br />
por nueve afios de pensar en usted, y tuve la audacia de robarle un beso,<br />
que fue un éxtasis , . . Ahora vengo a pedirle a usted perdon, Consuelo,<br />
por esa audacia sin nombre, y se 10 pido en nombre de nuestro amor<br />
de nifios, y de rodillas ... Consuelo: ~me perdons? -continué, ya arrodillado,<br />
al pie de ella y besândole las manos, que me abandonaba, inertes-.<br />
~Usted, con toda su dulzura, no le podrâ perdonar a un .hombre<br />
que la ha adorado toda su vida y que no hace mas que sonar con<br />
usted, que le hable asi, porque no puede caIlar por mas tiempo? Dîme<br />
-aÏladi, volviendo al tuteo delicioso que usàbamos cuando niüos->,<br />
dîme, Consuelo: ,no ves que te adoro con toda mi alma? ,no comprendiste<br />
que la fiesta de la otra noche no tuvo mas objeto que verte en casa,<br />
que sentirte cerca unos minutes, que sentir tus manos en las mias?
ces, que me bas ta verte, oirte para seT felrz y que no te daré un beso<br />
si no quières? . . •<br />
y vina y fue mia: y después ha venido dos veces, sin pedirselo casi,<br />
porque ha querido, porque necesita carlcias como necesita respirar, y<br />
porque el otro, el hombre astuto de las maqulavélicas combinaclones,<br />
and a cenando con sus horizontales, que le estân comiendo medio lado,<br />
y tiene abandonada esa flor de sensualîdad y de inocencla, que se pasa<br />
muchos dias y muchas noches sola, porque no tiene casi relaciones en<br />
Paris.<br />
Con otras armas cay6 la otra, la rubia baronesa alernana, que tiene<br />
la carnadura dorada de las Venus dei Ticiano y esta exenta de todo<br />
prejuicio, segûn dice ella, la lectora de Hauptman y de German Bahr.<br />
Con esa afecté frialdad absoluta la noche dei baile y me limité a hablarle<br />
en alernân y referirIe con sencillez el duelo con su patiente el Secreta rio<br />
de Embajada, y a hacerJa confidente de mi desprecio par los hombres.<br />
Creyéndome de mârmol, mientras paseàbamos juntos por las salas, ernprendi6<br />
una conversaci6n destinada probablcmente a cerciorarse de mis<br />
escasas facultades arnarorias y a escandalizarrne con el desprecio profundo<br />
que manifestaba por todas las conveniencias sociales y todas las idees<br />
corrientes sobre mora1. La dejé hablar largarnente. La oîa como si no la<br />
entendiera, sin contesta rle mas que, 10 necesario, para que siguiera hablando,<br />
y clavândole los Oj05 en ('1 seno de [uno, medio desnudo de un<br />
corpifio de terciopelo verde oscuro, sobre el cual esplendlan magnifiees<br />
diamantes, y en los labios roios corno una fresa madura. Clavaba eJla<br />
los 010S en ml, coma buscando el efecto de sus frascs audaces v de su<br />
belle?..a majestuosa, y se sonreia con una sonrisa de desaffo al verme<br />
palidccer par instantes, ni crecer dentro de ml la tentacién que me estaba<br />
crispando los nervios.<br />
- Todas esas son teorias, seüora: teorlas v nada mas. Usted en la<br />
prâctica es una purltana rigida y respeta hasta los mas estûpldos lazos<br />
con que nos sujeta la sociedad. Si usted viviers de veras, mas alla del<br />
bien y dei mal, como dice Nietzsche, seria otra cosa; pero no es asi.<br />
Si yo le diera a usted un beso ahora -dije, haciéndola sentarse en un<br />
saloncito don de no habfa nadic- usted haria Que su rnarido me mandata<br />
un par de testigos: y si la invitara a corner sola conmigo mariana. a las<br />
siete de la noche, no volveria a contestarme el saludo.<br />
-Haga usted el ensayo -me respondié, llevando su audacia y mi<br />
excitaciôn al paroxisrno y valiéndose de una frase que 10 envolvia todo.<br />
La besé frenéticarnente, y acudi6 a la cita al dia siguiente pOT la tarde.<br />
-Lo que me ha fascinado en usted, decia al salir de casa, es su<br />
desprecio por la moral corriente. Los dos nacimos para entendernos. Usted<br />
es el sobrenombre, el Uebermensck con que yo sofiaba.<br />
Con la Musellaro fue otra historia. So pretexto de amor al arte pagano<br />
y de mi entusiasmo par los poetas modernes de Italia, habiamos tenido<br />
230
en los ûltimos tiempos conversaciones indeciblemente libertinas. La iba a<br />
ver desde tres meses antes, los martes por Ia noche, en que recibe en su<br />
casa la flor y nata de los condes y marqueses arruinados y de los pintores<br />
y mùsicos de la eolonia. Me habla recitado los mas ardientes poemas en<br />
que D'Annunzio canta las glorias de la carne, con voz ligeramente ronca<br />
y velada, medio cerrados los oscuros Oj05 que, con la mate blancura de<br />
la piel, Jo puro dei perfil y 10 cspeso de la cabellera negra, hacen sofiar<br />
con una romana de los tiempos del Imperio; me habla aida decirle casas<br />
sin nombre, sin ruborizarse. Sus formas esculturales y sus ademanes de<br />
reina atralan las miradas masculinas la noche deI balle. Por haber venido<br />
varias veces a casa. con et marido, a ver mis coleeciones de medallas,<br />
de camafeo y de pied ras grabadas, se senti a como en la suya y hacia los<br />
honores. Esa noche emanaba de ella un tibia olor de Chrypre, que, confundido<br />
con el de su cuerpo, la envolvia, al bailar, coma en una atmésfera<br />
espesa de voluptuosidad. En los brazos redondos y de ideal blancura,<br />
sobre el descote cortado en cuadro y sobre los negros cabellos ondeados<br />
y brillantes, ardian los rubies sangrientos, que tenian el mismo matiz de<br />
la opaca seda del traje, bordado de argentadas pasarnanerias, que llevaba<br />
puesto,<br />
- Julia -le dije llevândola hacla el rincén donde una copia de la<br />
Venus de Milo destaca sus blancuras de mârmol sobre la pesada cortina<br />
dei fondo- esta noche la belleza de usted ernbriaga, camo embriagaria<br />
un vlno de Salerno. bebido en copa de oro. Si usted pudiera verse con<br />
unos ojos de hombre, se enamoraria de usted misma. Suefia uno al verla<br />
a usted con no vivir en este sigle dejativo y triste, en que hasta el<br />
placer se mlde y se tasa, sino en la época de Ios Borgias; provoca verla<br />
presidiendo una orgia de prînclpes, en que el sabot de los besos se mezclara<br />
con el del veneno.<br />
-Usted suefia en eso porque tiene mûsculos de jaysn y nervios de<br />
arrlsta del Renacimiento; a todos estos parisienses les parezco vulgar, de<br />
Hjo: para elles la distinci6n consiste en ser flaca y palida. Los dos deberiamos<br />
ser mas intimes, porque nos parecernos mucho; ambos somos paganos<br />
-me dijo, quernândome con sus miradas de fuego y mareândome<br />
con su olor perverso y sugestivo.<br />
-Esa intimidad depende de usted. Si usted viniera a verme el [ueves<br />
par la maûana, nos sentiriamos paganos hasta las medulas de los huesos;<br />
le leeria unos versos y le mostraria unas aguafuertes de Felicien Rops,<br />
que usted no conoce, porque son dignas deI Museo Secreto de Nàpoles ...<br />
-Si estoy loca par vedas" -me dijo, con la cara iluminada par la<br />
alegria y estrechândorne el brazo contra el seno de diosa-. Vendré a<br />
las ocho. Musellaro no se levanta nunca antes de las doce.<br />
y un beso sellé el tâcito pacte que contenian aquellas frases; un beso<br />
dado detrâs de la cortina a que le volvian las espaldas los concurrentes,<br />
231
empeiiados en ver a Sarasate, que se levantaba para comenzar a tocar el<br />
violin, al que le arrancaba misteriosos quejidos,<br />
,Donjuanismo? ,Seduccion? .. Respecte de Consuelo, tal vez, en<br />
quien toqué las mas ocultas fibras dei sentimiento al recordarlc nuestros<br />
infantiles y dulcisimos amores; no con las otras dos, viciosas, coleccionadoras<br />
de sensaciones, alecclonadas por quién sabre qué predecesores mios,<br />
corrompidas por el arte y la literatura y empefiadas cada una de ellas<br />
en ver en ml el personaje que les han mostrado coma ideal los librejos<br />
ponzofiosos que han lcîdo sin entenderlos, ($educci6n? No, si nadie seducc<br />
a nadie ... Si es la idea deI placer la que nos seducc ... Tan ardiente<br />
era el deseo en ellas coma en mi; dentro de unos afios no recordarân<br />
la aventura, y si la recuerdan, les parecerâ a ambas tan inocente coma<br />
me parcce a mi ahora.<br />
,Y esta Ilaman crimen los moralistas severes, que predican su moral<br />
en dramas de tres aetos? ,Crimen? [Halagar a una mujer, idealizarle el<br />
vicia. ponerle al frente un espcjo doride se mire mas bella de 10 gue es,<br />
hacerla gozar de la vida por unas horas y quedarse sintiendo dcsprecio<br />
por ella, asco de SI mismo, odio par la grotesca parodia deI amer v ganas<br />
de algo blanco, como una cima de ventisquero, para quitarse deI alma<br />
el olor y el sabor de la carne!<br />
Musellaro me lIam6 la otra noche en el Circule, donde le habian<br />
limpiado los bolsiIJos la vispcra, y con mil zalarnerias serviles y poniendo<br />
por las cumbres mis conocimientos de arte, me hablé de un cofrecito<br />
de plata, cincelado por Pollaiuolo, que vcndia un amigo suyo en florencia.<br />
-Vale sicte mil francos -me dijo-. AI momento en que supc que<br />
10 vendian, pensé en avisârselo a usted, scguro de que se quedarâ con<br />
él. Mi amigo no quiere que se sepa su nombre. Es un objeto 'lue ha<br />
pertenecido a su familia desde hace trescientos anos, y del cual se desprende,<br />
obligado por las circnnstancias. Ustcd sabe cémo van las cosas<br />
en Italia.<br />
-De sobra. Telegrafiele usted a primera bora diciéndole que 10 ha<br />
colocado y que me 10 envie -le respondi-«. Le enviaré a usted el<br />
chèque rnafiana misrno.<br />
jMe rio del cofre cincelado por Pollaiulo! Recibtré algûn chirimbolo<br />
recién salido del molde. ILo que va a reirse de mi el afortunado marido<br />
de la adrniradora de Petronio!<br />
El de Olga, el baron alemàn delgaducho y triste, que tiene la mania<br />
de Jas estampillas de correo y Jas coIecciona con entusiasrno de colegial,<br />
acaba de salir de aqui para pedirme un favor especial. Quiere el Busto<br />
dei Libertador, una condecoraciôn que da el Gobierno de Venezuela, y<br />
al efecto desea que hable con el simpâttco mozo autor de Espirales de<br />
humo, que representa a aquella nacién en Paris y con quien sabe que<br />
me ligan relaciones de amistad. Dentro de unas semanas tendra su<br />
232
medalla y se la colgarâ al uniforme para que luzca al lado de las siete<br />
con que 10 engalana al llevarlo, y recibirâ una estampilla de mi coleccién.<br />
-,Siempre ha sido asi, no es cierto? preguntô volviendo a mirarla,<br />
como fastidiado por mi solicitud.<br />
-Siempre le contesté, tendida en la otomana y envuelta en los pliegues<br />
de la rosada bata de seda floja que huele a heliotropo blanco. . .<br />
-Siempre- le contestô, sonriendo, con su dulzura de moribunda.<br />
- También es que no quiere salir; mira, Pepillo: tu que estas desocupado,<br />
paséala: a mi los negocios no me dejan un minuto libre; si 10<br />
tuviera, 10 haria. Tu que sabes tanto de cuadros y de estatuas, llévarnela a<br />
los musees: yo no tengo tiempo. ,Por qué no vas ai Louvre mafiana con<br />
Fernândeû -le pregunt6 ... - ,No decias que tenias ganar de ir'<br />
-,Irernos, no, José? Es que cuando una no esta acostumbrada a la<br />
vida de Europa, no se le ocurre salir con un amigo, cierto? .. -y los<br />
ojos arabes me miraban con delicla, y la cabeza, recostada sobre los<br />
cojines blandos de la otomana, me ofrecia millones de besos para el dia<br />
siguiente.<br />
-Es que las mujercs no malician 10 que 10 absorben a uno los riegodos<br />
-continu6 el otro-. Tu que sabes la complicaciôn de los mios,<br />
sup6nte si tendré tiempo para pasearla y distraerla como qucrria ...<br />
,Y si Jo nenes para [ugar billar y bacarat en el club y para pasarte<br />
las semanas enteras con tus famosos horizontales e ir a cenar con ellas,<br />
grandisimo tarambana? -pensaba yo entre ml al oirlo.<br />
-,De modo, Paco, que me autorizas formalmente para pasearla y<br />
distraerIa? -le pregunté con una frialdad de vicjo de setenta anos.<br />
-Le vengo suplicando desde que llegé, que salga a conocer a Paris,<br />
iY maldito el caso que me hace!<br />
-Oiga usted, Consuelo : su marido me la entrega para l'lue la haga<br />
pasear y la distraiga: después usted no alegue que no le ha dado pcrmiso<br />
para ir a tal 0 cual parte.<br />
-No, Ilévala a donde quieras; ve con Fernàndez a dondc te Ilcve,<br />
(oyes? ... jAh! las dicz- dijo, sacando el reloj-; tengo que salir; tu<br />
me excusas, ,cierto? Tengo una cita con Amortegui para un negocie<br />
importante.<br />
Dizquc al dia siguiente le pregunté ella que si no hablarian los que<br />
nos conocen al vernos juntes en mi coche, y le di]o él soltando la carcajada:<br />
-No; si a Fernândcz 10 conocen todos... (Tu sabes coma lo llaman?<br />
El Casto José. No te afanes por 10 que digan, que no diran nada ...<br />
jY me 10 contaba ella, riéndosc con la boca carnuda y deliciosa.<br />
recostada en uno de los divanes de mi btbliotecal "Mc voy a pasar<br />
contigo los dias enteros, si quieres- me deda-, para que me consientas<br />
233
y me quleras; si no, me muero ... Estoy muy enfenna ,sabes? Tengo<br />
fiebrecita todas las noches, desde hace un afio, desde que vine. No<br />
estudies tanto- agregaba viendo los atlas, las cartas geogrâficas, los<br />
gruesos volùmenes abiertos sobre las mesas y los estantes enormes de Ia<br />
biblioteca-; te matas si sigues estudiando asi. Mira: vas a descansar<br />
paseàndome: desde maûana le echo Have a este cuarto de viejo y comenzamos<br />
nuestras excursiones"<br />
Dicho y echo. Como no queria que la vieran conmigo, los sitios<br />
predilectos fueron los alrededores de Paris, los pueblecitos rientes y<br />
lien os de verdura, las salas de ]05 museos, las iglesias mas distantes del<br />
centro.<br />
-Cluny no me gusta; hay alli tanto vejestorio, y aquello huele a<br />
sacristla: 10 que me encanta es el Luxemburgo, que tiene cuadros nuevos,<br />
y esos jardines tan lindos, cerca. ,Y esto es 10 que ponderan?- me<br />
preguntaba, viendo los arcos de piedra renegrida y las misteriosas esculturas<br />
de las torres de Nuestra Sefiora-. [Cuânto mas linda San<br />
Francisco, que es nueva y tiene tantos dorados! Yo comencé una vez<br />
a Ieer una novela que se Barna como esta iglesia, y no segui porque no<br />
entendia nada. (Tu has oido hablar de ella? ... Creo que es de Dumas.<br />
Resucit6 con mi amor. Dio en no querer que saliéramos y se pasaba<br />
los dias envuelta en la rosada bata de seda floja, viendo dibujos a la<br />
sanguinea, aguafuertes, grabados en acero y acuarelas de los que guardan<br />
mis cartones; examlnando los camafeos une por uno. "Mira esta<br />
pintura", me deda, mostrândomela y paseando por las salas dcsicrtas<br />
sus miradas curiosas y la languidez dejativa y ritmlca de su cuerpo<br />
delicioso, que ondula como las palmas de nuestra tierra, al soplo dei<br />
viento del mar. ,Hacerla corner algo que la alimentara? ... No; golosinas<br />
y frutas, pastelillos rellenos de confituras, confites, caramelos y<br />
almendras de la casa Boissier y albérchtgos y uvas moscatel es, que destrozaba<br />
con sus dientes de azulosa blancura.<br />
-Te vas a morir de anemia, Consuelo- le dije una maüana, en<br />
que, sentados ambos en el comedor, no queria probar una ala de pollo<br />
que le ofrecia, suplicândole.<br />
- Pero si tû sabes que nunca como carne. Dame café negro; eso<br />
si, y una copita de marrasquino- continuo tendiéndome la taza de<br />
Sevres y la frégil copa en forma de lirio-. Dime:
- De pensar que a las mujeres que nacen alla no las consiguen ni<br />
los principes- le dije, aludiendo a la carcajada que le solt6 al de<br />
Pontavento la noche dei baile en que quiso besarle una mano.<br />
- No, esas son para los que las conocen desde que nacieron y las<br />
conslenten como tu a mi. Estas de aqui seran mas lindas y mas elegantes-<br />
dijo, pero no saben querer. Aquf nadie quiere a nadie. ,Sabes<br />
tu 10 que a mi me parecen las parisienses? .. Muiiecas vivas ... -<br />
aâadiô, soltando una carcajada-. ,Tu crees que alguna de esas es<br />
capaz de querer como queremos nosotras]<br />
Asi se han ido tres meses casi, en diâlogos de esos, en siestas dormidas<br />
en las dos hamacas, que hiee colocar entre las palmas deI invernâculo,<br />
en paseos de que volviamos con los ojos llenos dei color y<br />
el olor del campo, donde pasàbamos las mafianas en rasguear una bandola<br />
que tenia yo en mi escritorio como adorno, y hacer sonar en el<br />
aire de Paris las dejativas canciones de la tierra donde nacimos. . . Le<br />
he ofrecido ir a San Sebastian y a Biarritz, para donde se la Ilevé<br />
Paco a ver toros.<br />
-Oye; alla oiremos siquiera hablar espaüol y no me llarnarân Madame.<br />
Vamos a estar felices; vendras, ècierto?<br />
-jMe Ja has curado, Pepillol Mirala cémo esta de rosada y de<br />
gorda. .. Han sido los paseos contigo. No se c6mo agradecértelo. Si<br />
vieras el buen humor que tiene ahora. Antes vivia suspirando. Ven<br />
a San Sebastian y alla completarâs la obra. ~Te csperamos precisamente?<br />
Instale tû, Consuelo- le decia el marido esta maüana, al dejarlos en<br />
la estacién, donde cruzamos la ûltima mirada, y le estreché la mano<br />
que no volveré a sentir en las mias pOt mucho tiempo, porque, cansado<br />
de besos, de mimes, de enervamientos y de lascivias, me iré dentro de<br />
tres semanas a Nueva York a ver si los negocies a la americana y el<br />
hard work me curan deI mal de vivir y dei asco de la vida que estoy<br />
sintiendo ...<br />
jY no me he ido! Si vuelve, le ccrraré brutalmente la pucrta y haré<br />
que alguien le sugiera al marido que no la deje salir sola, porque corre<br />
peligro de que se dan de él, si siguen viéndola con migo. Desde su ida<br />
me he consagrado a revisar mi plan concebido en Suiza en el verano<br />
pasado, en los dias en que vivi en el picacho abrupto donde no Ilegaba<br />
ni el ruido de la canallerta humana. Tranquilos los sentidos por los<br />
excesos de los meses pasados, he vuelto a vivir la vida verdadera y a<br />
sentir que me renacen las a1as que me habian cortado las tres Dalilas,<br />
la lectora de Nietzche, la sensual romana y mi sentimental y perezosa<br />
amiga, que no ha leido, a Dios gracias, ningûn libro que le haya<br />
quitado del alma el perfume de sencillez que la hace adorable.<br />
235<br />
18 de septiembre.
iEs una almita eerrada, inconsciente y fresca, que guarda todo su<br />
olor a montana y a nido y a rosas coma las parasitas del Guaimis,<br />
camo las orquideas rosadas que le di la tarde en que la besé por primera<br />
vez!<br />
Camilo Monteverde, mi primo hermano, que esta en Paris ahora, y yo,<br />
no hablamos nunea de arte, En literatura se qued6 en el naturalismo<br />
de Zola, que es para él la formula suprema. Sabe que la considere de<br />
cuarto orden coma escultor, a pesar de la fama de que disfruta en mi<br />
tierra, y no entiende mis versos, segùn confesi6n propia. "Eso es rnùsica<br />
del porvenir, puro Wagner ... - me dice cuando lee algo mio-. Para<br />
mi el primer poeta contemporéneo de Espafia es Campoamor ... ese<br />
es c1aro y ]0 entiendo ... "<br />
No hablamos de arte nunca. Hablamos de nosotros misrnos 0, mejor<br />
clicha. me habla él de él y de ml. dada la especie de pudor que me<br />
me impide dejarle ver ciertos modes de sentir mîos, de que se reiria.<br />
En cambio, exagera él un poco su cinismo: cuando me hace confideneias,<br />
toma la pose canaille, que dina un pinter, y me exhibe un personaje<br />
muy diferente del que conoce el pûblico y muy parecido al que describe<br />
Luis Montes, que )0 desprecia y 10 odia con todas sus fuerzas y no le<br />
reconoce ni aûn sus mas positivos méritos.<br />
-(Tu siernpre cazando el pâjaro azul?- me decia anticr en el<br />
cuarto de fumar-. Voy mil délares de apuesta a que estas enamorado<br />
platônlcamentc y a que todo 10 que he vista en tu casa 10 has comprado<br />
y 10 has pagado.<br />
-No conozco otro modo de hacerse uno a 10 que desea- le dije-.<br />
(Tù has cncontrado otro?<br />
- Ya la cree: se 10 haec uno regalar 0 se 10 lleva. Aqu] en Paris<br />
debe ser dificil el procedimiento mio; pero en mi ticrra me ha surtido<br />
resultado ·completo. Todos los tapices, los rnuebles antiguos. las armas<br />
y los cuadros que tengo han salido de los conventos y de las iglesias.<br />
~C6mo?- me diras tû+. Pues haciendo tales bajezas para tenerlos;<br />
diciendo tales cosas respecta de ellos, que el duefio 0 la ducûa, viejo<br />
que le conocié a uno de muchacho, 0 muchacho que )0 admira y quière<br />
tenerlo contente, a las pocas vueltas manda la pintera, el broncecito,<br />
cl objero histôrico, diciéndose : "Esto aqui no luce mayor cosa y en<br />
cambio Monteverde contarâ que es regalo mio ... ".
posible, sin moverse casi y a punta de imbecilidad de los otros y de<br />
las otras, de adulaciones de uno a los que no Jas csperan y de insolencia<br />
con los que las esperan. Asi, comienza a lloverle a une todo deI cielo,<br />
amigos, fama, dinero y mujeres. [Mujeresl siguié en su monélogo, apurando<br />
a tragos largos una capa grande de whisky que se habla servido-;<br />
[mujeresl todas incoherentes: Jorge Sand y Cora Pearl, Sarah Bernharth<br />
y [uana de Arco; [todas deliciosas, todas asquerosas, y todas<br />
mujeres! ,Tu conoces la taberna de Rousselet en Montmartre? iQué<br />
vas tu a ir allai ... [Tû, el soûador de aristocrâticos idealismos! .<br />
-, y por qué me preguntas si la conozco?- le pregunté sonriéndome ...<br />
- Porque antes de anoche me encontré ahi una maravilla, una de<br />
las muchachas que venden la cerveza. Es deliciosamente estûpida y estûpidamente<br />
deliciosa. Tu no entiendes de eso. Tu vas soüando siempre<br />
en alguna Dulcinea, como el caballero de la triste figura; yo soy mas<br />
pràctico. .. Los dos somos del mismo ârbol, los Andrade aquellos,<br />
(oyes? ... con dos injertos diferentes, tu de Don Quijote ... yo de<br />
Sancho; tu andas peleando con los molinos, soltando a los prisioncros,<br />
vistiéndote con el yelrno de Mambrino y buscando a Merlin, cl encantador<br />
... Dime que no vives Ieyendo Iibros de caballerias ...<br />
Asi Hama a todos los que sean de ciencia un poco abstrusa, de novela<br />
pslcolégica, de poesia de alto aliento, de crltica sutil y persona].<br />
- Yo me voy ahora para Normandia a comprar una vacas; después<br />
lré a Inglaterra a buscar unos toros Durham. {Tû crees en mi pasién<br />
por el arte? ... La escultura me importa un comino. Vente conmigo a<br />
Inglaterra.<br />
-No puedo- le dije-; tengo mucho que hacer,<br />
-,Tu tienes mucho que hacer, viviendo en Paris, y a los veintisicte<br />
aüos, y con tus millones? ... Pero entonces ya no tienes remedio ...<br />
Monteverde es un hombre prâctico. indudablemente.<br />
En el aislamiento en que he vîvido estas semanas, todos los rccucrdos<br />
de 10 reciente se han borrado a mi alrededor, y la imagen de Helena<br />
ha ido resucitando hasta hacerse mas vivida que nunca. Ayer, al abrir<br />
la puerta dei cuarto donde estân los retratos, la puerta cuya Have sélo<br />
tengo yo y que no habla vuelto a usar desde el encuentro con Nelly.<br />
un olor extraüo y nauseabundo me impidié entrar. Estaba oscura la<br />
tarde, y el tono sombrlé dei cuero de C6rdoba que cubre las paredes,<br />
acreecentaba la oscuridad de la estancia. S610 distinguî en ella la blancura<br />
de la tûnica y dei mante, destacàndose sobre el fondo sombrio.<br />
Volvi a pasos lentos y precedido de Francisco, que entré con las<br />
bujias de un candelabre encendidas para alumbrarme el camino. El<br />
237<br />
15 de octubre.
nauseabundo olor era el de las ûltimas flores pedidas a Cannes, que al<br />
descomponerse, habian podrido el agua de los vasos. OHa aquello a<br />
sepulcro, y los montones de hojas y de pétales secos, de ramillos negros,<br />
de calices duros los unos y acartonados camo mornias, podridos los<br />
otros por la humedad yacian en los floreros de Murano y en las jardineras<br />
sobre el màrmol cubierto de pelvo de la mesa; Jas rosas desprendidas<br />
dei talla y negras casi, sugerian la idea de un cementerio de<br />
flores.<br />
El crlado abri6 el balc6n para renovar el aire pesado. Por él entraron<br />
la difusa Iuz del crepûsculo violâceo y cobrizo y la llovizna fria, que<br />
sacudi6 las cortinas, melancélicamente. Un raya de sol brilla en el<br />
marc a dei retrato de la santa de las guedejas blancas y tirité al sentir<br />
el soplo helado del aire dei otoûo.<br />
Sobre los veladores de malaquita el polva opocaba el verde de la<br />
piedra y unas mascas muertas extendian las inertes alitas y las rigidas<br />
paras, El polvo y las moscas habian manchado el marroqui blanco y los<br />
dorades de los libros que compré en Londres en el invierno pasado;<br />
y a la doble luz de las bujias dei candelabre y de} crepûsculo, que filtraba<br />
por el balc6n su tristeza fria, me parecieron desteûldos y ajados<br />
los colores de las alfombras de oriente que cubren el piso.<br />
Mi alma en ese momento estaba mas sombria que el cuarto abandonado<br />
y mas marchita que las flores. Los pobres libros manchados han ido<br />
a dar a mi bibltoteca, y el pesado cofre de hicrro de Jas joyas a mi<br />
escritorio. la copia dei cuadro de Rivington y el retrato pintade por<br />
Whistler estân en mi alcoba, Duermo bajo las mlradas de la santa de<br />
las guedejas de plata y de la figura que lleva en las manos el rnanojo<br />
de lirios bJancos, y pienso a veces que si sobre la oscura tapiceria que<br />
cubre las paredes hubieran estado siempre los dos Iienzos, ni Nelly,<br />
ni la de Rivas, ni la Musellaro, ni Olga, habrian entrado ni a mi vida,<br />
ni a mi alcoba.<br />
Han sido diez dias de actividad loca, sin resuitado alguno. Desde hace<br />
cinco hay un empleado mio en cada una de Jas capitales de Europa,<br />
sin mas oficio que recorrer los hoteles y telegrafiarrne. Par conducto de<br />
Mannoni y ,50 pretexte de un negocio de grande Importancia he logrado<br />
que la agencia Charnoz les trasmita a sus corresponsales del mundo<br />
entero el nombre de Scilly, para que averigüen por él, y yo me paso<br />
las haras en mi escritorio esperando, minute par minuto, la Ilegada de<br />
los partes telegràflcos 0 de los telegramas. Empresa inûtil; [empresa<br />
inutil y sin embargo, tengo la seguridad de encontrarla y de que algûn<br />
dia, al contarle mi impaciencia de estas haras, sus pupilas azules tengan<br />
un brillo mas dulce al mirarme y se sonrian sus labios apenas rosados,<br />
238<br />
2S de octubre.
animando con esa sonrisa la sobrenatural palidez exangüe de las mejillas<br />
cnmarcadas por la rizosa e ind6mita cabellera castaâa, que tiene visos<br />
de oro donde la luz la tocal<br />
iHelenal [Helena! Hoy no es el grotesco temor al desequilibrio, coma<br />
10 era al escribir los ridiculos anâllsis de Londres, 10 que me hace invocarte<br />
para pedirte que me salves. Es un amor sobrenatural que sube<br />
haeia ti como una Ilama donde se han fundido todas las impurezas de<br />
mi vida. Todas las fuerzas de mi espiritu, todas las potencias de mi<br />
alma se vuelven hacia ti como la aguja magnética hacia el invisible iman<br />
que la rige ... ,En d6nde estas? .. , Surge, aparécete. Eres la ûltima<br />
creencia y la ûltima esperanza. Si te encuentro sera mi vida algo como<br />
una ascension gloriosa hacla la luz infinita; si mi afân es inûtil y<br />
vanos mis esfuerzos, cuando suene la hora suprema en que se cierran<br />
los ojos para siernpre, mi ser, misterioso compuesto de fuego y de<br />
lodo, de éxtasis y de rugidos, ira a deshacerse en las oscuridades insondables<br />
de la tumba.<br />
Estuve diez dias sin saber de mi. Lo primera que vi al abrir los ojos,<br />
a la sombra de las cortinas de terciopelo de la cama y en la media<br />
luz artificial de la alcoba, fue la gran cabeza de Charvet inclinada<br />
sobre la mia. Me hundia en los entreabiertos ojos la mirada aguda y<br />
penetrante de los suyos, y los tenia tan cerca a los mios que le vela<br />
una a una las pesta fias grisosas.<br />
-,Me conoce usted, Femândez?<br />
-SI, maestro- articulé con dificultad y con voz apagada,<br />
-1 Esta salvadol- oi que decia, y al volver a cerrar los ojos para<br />
hundirme en el pcsado letargo, alcancé a ver dos csbezas de mujer<br />
que cuchicheaban en la sombra.<br />
Después, nada, ni pensamiento alguno, ni imagen alguna que cruzara<br />
la inconsciencia en que estaba sumido. De cuando en cuando unas<br />
manos que me levantaban la cabeza. la luz dt' una bujîa, el brillo de<br />
una cuchara de plata y el sabor de una droga que me quemaba la<br />
garganta: a veces un dolor que me cruzaba la cabeza de sien a sien, y<br />
y por instantes la sensaci6n de caer, como una piedra, entre 10 negro<br />
de una noche sin astros.<br />
Cuando comenzô a dolerme todo el cuerpo, como magullado y herido,<br />
y las sensaciones externas fueron acentuândose, me quejaba como un<br />
nlfio y me debatia como un energûmeno para no tornar las cucharadas.<br />
-Eso es ya la mejoria: va volviendo- decia la voz acariciadora de<br />
Charvct-; ya hay voluntad. jSi es una naturaleza de hierrol<br />
-Amigo nUo- me dijo el primer dia en que después de larguisimo<br />
sueûo y de sentinne vivo al despertar, hiee un esfuerzo para movenne-,<br />
239<br />
16 de Enero.
tiene usted enfermedades rapaces de desconcertar al que mas seguro esté<br />
de su cicncia. Ha estado usted entre la vida y la muerte, hubo un instante<br />
en que el corazôn cstuvo tan débil, que con el aida puesto sobre<br />
él espéré las. ùltimas palpltaciones, y en que la temperatura bajé grado<br />
y media de la normal. Ahora su corazôn funciona bien y la temperatura<br />
acusa ligera Fiebrc. Ha sido el mismo accidente de hace un aüo, pero<br />
mucha mas grave. Esta usted hoy, coma entonees, camo si hubiera<br />
tenido una hemorragia copiosa. [Tenemos que hacer sangrc, amigo<br />
, 1<br />
mlO ..••<br />
y he hecho sangre, como dice él, en la convalecencia, que Je ha<br />
parccido râpida y que me ha parecido intermidable, porque no vela la<br />
hora dc ponerme en movirniento; mi juventud y el vigor de mi organizacién,<br />
ayudados por sus sabias indicaciones, triunfaron de la horrible<br />
debllidad cn que me dejé el vértigo.<br />
Ahora acabo de pasearme por el hotel, que esta vacio, cornpletamente<br />
vacio, con Jas paredes y los pises desnudos. Mis pasos repcrcuten en los<br />
saloncs desiertos y coma agrandados par la falta de muebles. Trene todo<br />
él, alumbrado por el frio sol de invierno, la tristeza de los sitios donde<br />
vivimos, dejando algo de nosotros misrnos, y que no volvercmos a ver<br />
nunca, Mariana vendra a habitat entre sus cuatro paredes otro, quizà<br />
menas desgraciado que el que la abandona.<br />
Muebles y objetos de arte, caballos y coches, todo el Fastuoso tren<br />
que fue como la decoracién en que me rnovi en estas aûos de vida en<br />
cl viejo continente> me esperan ya en el vapor que al ramper cl dia<br />
comenzarâ a cruzar las olas verdosas dei enorme Atlântico para ir a<br />
fondear en la rada donde se alza, con el eléctrico fanal en la mano,<br />
la cstatua de la Libertad, modelada por Bartholdi.<br />
Voy Il pedirle a vulgares ocupaciones mercantiles y al ernpleo incesante<br />
de mi actividad rnatcrinl 10 que no me darlan ni cl arnor ni el<br />
cnte, cl sccreto para soportar 10 vida, que me seria imposible en el<br />
lugar donde, bajo la ricrra, ha quedado una parte de mi alma. El<br />
coche que me llevarâ a la estacién para tomar cl tren que me aleje de<br />
Paris para siempre, ira primero al lugar donde he pasado las maûanas<br />
de los ùltimos dias.<br />
Al llegar a él el 28 de octubre, con una tarde destemplada y hûmeda,<br />
Mannoni se alejé, suplicéndome que 10 esperara por unos momentos.<br />
Scguramcntc queria cstar solo para conmemorar el aniversario. Carniné<br />
unos pasos, y al sentir 10 mojado dei piso, fui a deternerme bajo las<br />
ramas de un àrbol y cerca de una columna que tenia la inscrlpiciôn<br />
media borrada por los alios y ln lluvia. Record Con las miradas el horizonte<br />
cobrizo, sobre el cual cortaban sus negruras finas, como los<br />
calades de un encajc, las cimas de los àrboles de la entrada, sacudidos<br />
por cl viento. Alla, lejos, entre las sombras que empczaban a envolver<br />
cl paisaje, dorada por lin rayo deI sol, bnllaba la cûpula de los Invalidas.<br />
240
Por sobre la ciudad, confusamentc delineada, sobresalian las masas negras<br />
de las torres de Nuestra Seüora, y cl cielo rojizo se reflejaba en la<br />
corriente deI rio.<br />
Al bajar los ojos hacia el suelo alfombrado por las hojas marchitas,<br />
cuyo olor melancôlico estaba respirando en la tristeza del paisajc, tropezaron<br />
mis miradas con una rama que pcndia, rota, del rosal vecino<br />
y cuvas tres hojas sc agrupaban en la misma disposiciôn que tienen<br />
las dei camafeo de Helena. Una mariposilla blanca se detuvo sobre<br />
cllas un instante, y levantando cl vuelo vina a tocarme la frente.<br />
Sobrecogiérne al vcrIa el supcrticioso terrer que me invadlé al ver<br />
la otra alzarse de entre el ramo de rosas blancas, en la alcoba de Constanza<br />
Landseer, me crispé cl rccuerdo de la pesadilla de Londres, en<br />
que rodando hacia el fondo de un abismo negro, vela arriba, arriba,<br />
las tres hojas de una rama y el revoleteo de la mariposa blanca sobre<br />
la claridad azul dei cielo; y al recorder el horrible sucrio, una ansicdad<br />
sin nombre, una impresiôn de micdo irrazonado e Irresistible, me afloj6<br />
las piernas y me quité las fucrzas, Comprendi que iba a caerme en ese<br />
instante, ahi, sobre cl barro, y a morirrnc del mismo mal que me hizo<br />
caer en cl boulevard la ùltima noche del aüo antepasado, al detcnerse<br />
cl volante y cruzarsc los punteros de oro sobre la muestra de alabastro.<br />
Las doce campanadas cnsordcccdoras que oi aquella noche comenzaron<br />
a sonarme en los oidos. Dando media vuelta para buscar un punto<br />
de apoyo en el monumento que tenia a la espalda, y ccrrando los ojos,<br />
alcancé a cogcrrnc de la verja baja de hierro y de la pilastra que formaba<br />
la esquina, Cai de rodillas apoyândome con al mana derecha en<br />
el suelo y agarrândomc con la izquierda de la baranda de metal frio.<br />
El dcsvanecimiento ibn pasando y la impresién de tenor disminuîa.<br />
Abri al fin los ojos. Vi blanco: hlce un esfuerzo horrible para levantarrne,<br />
y de pie ya, agarrado de la haranda, los volvi a cerrar instantâneamente,<br />
porque senti que mc volvia cl vértigo, Oc repente di un grito<br />
dc terrer. Habla scntido unas manos que se apoyaban en mis hombres.<br />
Volvl la cabeza. Era Marinoni que habla vuclto y me habla cogido<br />
por detràs.<br />
-(. Qllé tiencs? - pregunté asustado,<br />
-El vértigo... - alcancé a contestarle.<br />
-Quédatc quieto: deja que te pase; yo te tengo para que no te<br />
cnigas- dijo y me sostuvo con todo su cucrpo ... - Suelta la verja;<br />
cso cs, apéyate en mi. . . Quédate quieto ...<br />
- Ya pasé=- le dije al sentir que disminuia gradualmentc la angustia,<br />
y lcvanté la cabeza. AI haccrlo, Ici la inscripcién negra sobre el<br />
mârmol blanco, que encierra la verja, di otro grito, que sono en todo<br />
el cementerio, y cal desplomado.<br />
241
De ahi hasta el despertar en la alcoba, con la cabeza apoyada en los<br />
almohadones y los ojos de Charvet fijos en los mios, no tengo recuerdo<br />
ninguno,<br />
Hace doce dias hice mi primera sali da para ir al ccmenterio, a<br />
donde he vuelto después, todas las maûanas, a cubrir de flores la Iosa<br />
que reza su nombre y dice la fecha y la hora de su rnuerte. Es la<br />
ùltima hora del aûo, en que agonicé de angustia frente al reloj de<br />
mârrnol negro viendo juntarse los punteros de oro para marcar el minuto<br />
supremo sobre la muestra de alabastro, tras de la cual crei sentir que<br />
iba a aparecérseme 10 Desconocido. La hora dei tren se acerca. Oigo<br />
cl ruido dei coche que se detiene frente a la puerta dei hotel.<br />
Viene a buscarrne para ir a llevarle las Ultimas flores que pondré<br />
sobre su tumba.<br />
,Su tumba? ,Muerta tu? ... ,Convertida tu en carne que se pudrc<br />
y que devorarân los gusanos? .. ,Convertida tu en un esquelctito<br />
negro que se deshace? No, tu no has muerto; tu estas viva y viviràs<br />
siempre, Helena, para realizar cl mlsuco dehrio de las abuelas agonizantes,<br />
arrojando en el alma de los poetas ateos, entenebrecida por las<br />
orgies de la carne, el palide rama de rosas y para hacer la seâal<br />
qUI:!salva, con los dedos largos de tus manos alabastrinas.<br />
,Mucrta tu? . .. Ilamasl Tu vas par el mundo con la suave gracia<br />
de tus contornos de virgen, de tu pâlida faz, cuya mortal palidez exangüe<br />
alumbran las pupilas azules y enrnarca la ind6mita cabellera que te<br />
cae en oscuros rizos sobre los hombros.<br />
{Muerta tu, Helena? .. No, tu 110 puedes morir, Tai vez no hayas<br />
existido nunca y seas s610 un sueüo luminoso de mi espiritu; pero eres<br />
un sueüo mas real que eso que los hombres llarnan la Realidad. Lo<br />
que ellos Ilaman asi, es solo una mascara oscura tras de la eual se<br />
asornan y miran los ojos de sombra dei misterio, y tu. eres el Misterio<br />
mismo,<br />
José Femândez, al suspender la lectura, cerr6 el libre, empastado en<br />
rnarroqui negro, y ajustândole la cerradura de oro con la mana nerviosa,<br />
la colocé sobre la mesa.<br />
Los cuatro amigos guardaron silencio, un silencio absoluto en que<br />
se oia el if y venir de la péndola dei antlguo reloj dei vestibule, el<br />
murmullo de la lluvia que sacudia las ramazones de los ârboles dei<br />
parque, el quejido triste del viento y el revoleteo de las hojas secas<br />
contra los cristales deI balcon.<br />
Adormecîase en él la semioseuridad carmes' dei aposento. El humo<br />
tenue de los ciganillos de Oriente ondeaba en sutiles espirales en el<br />
242
circule de luz de la lâmpara atenuada por la pantalla de encajes antiguos.<br />
Blanqueaban las fragiles tazas de china sobre el terciopeJo color<br />
de sangre de la carpeta, y en el fondo del frasco de cristal tallado, entre<br />
la transparencia dei aguardiente de Dantzing, los atomes de oro se<br />
agitaban luminosos, bailando una ronda, Fantâstica como un cuento<br />
de hadas.<br />
243
PROSAS BREVES<br />
LA PROTESTA DE LA MUSA<br />
EN EL CUARTO sencillo y triste, cerca de la mesa cubierta de hojas<br />
escritas, la sien apoyada en la mano, la mirada fija en las paginas frescas,<br />
el poeta satirico leia su libro, el libro en que habla trabajado por meses<br />
enteros.<br />
La oscuridad del aposento se lluminé de una luz diâfana de madrugada<br />
de Maya; flotaron en el aire alores de primavera, y la Musa,<br />
sonriente, blanca y grâcil, surgié y se apoyé en la mesa tosca, y pasco<br />
los ojos claros, en que se reflejaba la inmensidad de los cielos, por<br />
sobre las hojas recién impresas del libro abierto,<br />
-(Qué has escrito? ... - le dijo.<br />
El poeta callé silencioso, traté de cvitar aquella mirada, que ya 110<br />
se fijaba en las hojas del Iibro, sino en Sus ojos fatigados y turbios ...<br />
- Yo he hecho -contest6, v la voz le temblaba coma Ia de un niûo<br />
asustado y sorprendido-, he \eeho un Iibro de sâtiras. un libro de<br />
burlas , .. en que he mostrado las vilezas y los errores, las misertas y<br />
Jas debilidades, las faltas V los vicias de los hombres, Tu no estabas<br />
aqui . .' No he sentido tu voz al escribirlos. y me han inspirado et<br />
gente dei odio y el genie dei ndiculo. y arnbos me han dado flechas,<br />
que me he divertido en clavar en las aimas y en los cuerpos, y es clivertido<br />
, . , Musa, tu eres seria y no comprendes estas dtversiones: tu nunca<br />
te ries; mira, las flechas al clavarse herian. v los heridos hacian muecas<br />
risibles y contracciones dolorosasthe desnudâdo las almas y las he exhibido<br />
en su fealdad, he mostrado los ridicules ccultos, he ablerto las<br />
heridas cerradas: esas monedas que "es sobre la mesa, esos escudos brillantes<br />
son el fruto de mi trabajo, y me he reido al hacer reir a los<br />
hombres. al ver que los hombres se rien los unos de los otros. Musa,<br />
rie conmigo. '. La vida es alegre. . ,<br />
245
y el poeta satlrico se reia al decir esas hases, a tiempo que una<br />
tristeza grave contraia los labios rosados y velaba los ojos profundos de<br />
la Musa ...<br />
-iOh profanaci6nl -munnurô ésta, paseando una miradada de<br />
làstima por ellibro impreso y viendo el oro-; [oh profonaciénl, ,y para<br />
clavar esas flechas has ernpleado las formas sagradas, los versos que cantan<br />
y que rien, los aleteos agiles de la rimas, las mûsicas fascinadoras<br />
deI ritmo? .. La vida es grave, el verso es noble. el arte es sagrado.<br />
Yo conozco tu obra. En vez de las pedrerias brillantes, de los zafiros<br />
y de los 6palos, de los esmaltes policromos y de los camafeos delicados,<br />
de las filigranas aureas, en vez de los encajes que parecen tejidos par las<br />
hadas, y de los collares de perlas pâlidas que Bevan los cafres de los<br />
poetas, has removido cieno y fango donde hay reptiles, reptiles de los<br />
que yo odio. Yo soy arniga de los pâjaros, de los seres alados que cruzan<br />
el cielo entre la lux, y los inspiro cuando en las noches claras de julio<br />
dan serenatas a las estrellas desde las enramadas sombrias; pero odio<br />
a las serpientes y a los reptiles que nacen en los pantanos. Yo inspira<br />
los idilios verdes, como los campo florecidos, y las elegias negras, coma<br />
los parias fûnebres, donde caen las Iâgnmas de los cirios ... , pero no<br />
te he inspirado. ,Por qué te ries? ~Por qué has convertido tus Insultes<br />
en obra de arte? Tu podrias haber cantado la vida, el misterio profundo<br />
de la vida; la inquietud de los hombres cuando piensan en la muerte;<br />
Jas conqulstas de hoy; la lucha de los buenos; los elementos domesticados<br />
por el hombre; el hierro, blando bajo su mana; el raya. convertido en su<br />
esclave: Jas Iocomotoras, vivas y audaces, que rtegan en el aire penachos<br />
de huma; el telégrafo, que suprirne las distancias; el hilo par donde<br />
pasan Jas vibraciones misteriosas de la idea.
de Pasquino. Quede ahi tu obra de insultas y desprecios, que no fue<br />
dictada par mi. Sigue profanando los versos sagrados y conviértelos en<br />
flechas que hieran, en reptiles que envenenen, en Inris que escarnezcan,<br />
remueve el Fango de la envidia, recoge cieno y arr6jalo a 10 alto, a riesgo<br />
de rnancharte, tu que podrias llevar una aureola si cantaras 10 sublime,<br />
activa las invidias dormidas. Yo voy a buscar a los poetas, a los enamorados<br />
dei arte y de la vida, de las Venus de mârmol que sonrien en el<br />
fondo de los bosques oscuros, y de las Venus de carne que sonrien en<br />
las alcobas perfumadas; de los cantos y de las mûsicas de la naturaleza,<br />
de los besos suaves y de las luchas âsperas; de las sederias multicolores<br />
y de Jas espadas severas: [amâs me sentiras cerca para dictarte una<br />
estrofa. Quédate ahi con tu Genio dei odio y con tu Genio del ridicule.<br />
y la Musa grâcil y blanca, la Musa de labios rosados, en cuyos ojos<br />
se reflejaha la inmensidad de los cielos, desapareci6 dei aposento, Ilevândose<br />
con ella la luz diâfana de alborada de Mayo y los olores de<br />
primavera, y el poeta qued6 solo, cerca de la mesa cubierta de hojas<br />
escritas, paseé una rnirada de desencanto par el monton de oro y par las<br />
paginas de su Iibro satinee, y con la frente apoyada en las manos sollozé<br />
desesperadamente.<br />
TRANSPOSICIONES<br />
Carta abierta<br />
SENORA:<br />
Hace dos afios, en una larga temporada que pas6 usted en el campo,<br />
Ilevando una vida apacible y tranquila, consagrada a la pintura, me<br />
hîzo usted el honor de invitarme a almozar una vez en su casa. Las<br />
horas que pasé alli me parecieron breves, como nos parece brève todo 10<br />
que es muy grato. Antes de que nos sentâramos a la mesa nos mostré<br />
usted su ultimo estudio de pîntura en pleno aire, acabado en la semana<br />
anterior; era aquella figura la de una muchacha campesina, perdida en<br />
un trigal y que lleva en las manos unos manojos de yerba y unas flores;<br />
un cuadro lleno de luz y de aire de campo. Después del almuerzo, a<br />
nempo deI champafia que hervia en las copas, y del café negro aromàtico<br />
como una esencia, nos propuso ustcd que diéramos una vuelta por las<br />
cercanias y todos aceptamos alborozados su idea.<br />
Adelante ibamos usted y yo, y nuestra convcrsaci6n fue una Iarga<br />
confidencia mutua de nuestra adoracién a la Belleza. Me hablaba usted<br />
de los incomparables goces que el arte le ha proporcionado en su vida;<br />
de la serenidad que esparci6 en su alma la contemplaciôn de los marmoles<br />
antiguos; de la Fascinactén que ejercen sobre usted la ingenuidad<br />
inefable de las Virgenes de los Prirnitivos, la sonrisa misteriosa de Jas<br />
247
figura de Vinci, la claridad que dora las tinieblas rojizas de Rembrandt,<br />
la diàfana luz extraterrestre en que bafia Murillo sus aspiraciones; me<br />
contaba usted que la mûsica de algunos maestros, la hace a usted olvidarsc<br />
de si misma y sentir la tristeza, la alegria, los matices de sentimiento<br />
que interpretan las sinfonias inmortales, Con frases ardientes, y sin dorninar<br />
mi entusiasrno de fânatico, le decia a usted que en las obras<br />
de los grandes sacerdotes de la palabra, ésta acumula todos los medios<br />
de que disponen las otras partes para recrear la vida, agregândole el<br />
alma de artista; le contaba cômo me desvancce cl olor de los cadàveres,<br />
de aquella ciudad que agoniza en el ûltimo canto dei poema de Lucrecio;<br />
le contaba que de entre la muchcdumbre que gesticula y ama y odia y<br />
mata y muere en los dramas de Shakespeare, salen a veces a hablar conmigo,<br />
el pâlido principe que conversa con los scpultureros y el [udio<br />
âvido que reclama su libra de carne; le decia a usted que los poetas son<br />
compasivos con los que los aman, que Musset les da a beber a sus<br />
Intimes el charnpafia ardiente de su sensualisme gozador; que Vigny,<br />
un brebaje negro que procura la resignacién: Shelley, un haschich sutil<br />
que 10 hace sentlrse a uno herrnano de las plantas que florecen en el<br />
jardin encantado: Longfellow, el agua de las fuentes campesinas en que<br />
se mojan los helechos y se refleja el cielo, y Baudelaire y Poe, un opio<br />
enervante que puebla el cerebro de sombras alucinadoras, entre cuya oscuridad<br />
brillan los ojos de T.ady Ligeia y vibran unas carnpanas Fantâsticas,<br />
y aletea el cuervo y sucnan quejidos de inexplicable angustia.<br />
En los silcncios de nuestros diâlogos oiamos atrâs las voccs de nuestros<br />
cornpafieros que discutian el alza de las acetones de lm ferrocarrll<br />
en construccién; que ponderaban la honradez y la habtlidad de un ministro<br />
rccién posesionado. de quien sc prometlan maravi1las; que pronosticsban<br />
la cosccha venidcra corne muv abundante v calculaban en coro cl<br />
alza segura del papel moncda. Nosotros, perdldos en nuestra conversaciôn.<br />
elles, discutiendo sus graves cuestiones econôrnicas, y sin que<br />
ninguno sinticra la distancia al carninar paso entre paso por la vereda<br />
sombreada de salvios oscuros y de langui dos sauces, fuimos a dar al<br />
pueblceito vecino.<br />
Para mi se fundieron en una sola, penetrante, fina y surilrnente<br />
voluptuosa, las impresiones dei pasco, la temperatura tibia dei aire v<br />
la claridad de la hora, la expresiôn aristocrâtica de la flsonornia de usted<br />
v los dctalles cxquisitos dé su vestido; la quietud adorrneclda del paisajc<br />
y cl olor de White Rose gue cmanaba del paüuelo de batista que tenia<br />
ustcd en la mano enguantada de piel de Suecia: la luz sonrnsada en que<br />
la cnvolvia a usted, al tamizar los ravos verticales del sol. su sombrilla<br />
cie crcsprin roio: la snnrisa dcscncantâda que asomaba a sus labies y la<br />
mùsica de S\1 \'07. a1 contarmc las dlficultades con que habla luchado al<br />
pintar su ïiltimo cuadro,<br />
248
Hoy, en unas horas perdidas, mientras que la llovizna mon6tona extiende<br />
sus cortinas grises par el horizonte y enloda las calles y 10 entenebrece<br />
todo, camo un pianista desconfiado que antes de preludiar una<br />
sinfonia toca interminables escales para aduefiarse de los secretas de la<br />
prâctica y dominar el teclado sonoro, me he entretenido en hacer ejercicios<br />
de estilo, para lograr que las palabras digan der tas imprcsiones<br />
visuales. Es asi como he escrito estas Transposiciones. Mientras las escribia<br />
recordaba las horas que pasé aquel dia en casa de usted y sc me<br />
impuso la idea de suplicarle que aceptara estas paginas en recuerdo de<br />
eIlas y de nuestra plâtica de Arte.<br />
Nuestros compafieros que eonversaban esa mariana deI ferrocarril en<br />
construcciôn, de la habilidad dei ministre, de la cosecha mtrifica y de la<br />
baja del cambio, han tenido después decepcioncs crucles y han rencgado<br />
de sus entusiasmos de entonces: el ferrocarril esta inconcluso y las acciones<br />
no tien en cotizacién; el ministre resulto un imbécil, las sementeras<br />
se perdieron y el papel moneda bajé veinte por ciento,<br />
Usted y yo no hernos tenido desengaüos acerca de los entusiasmos<br />
que rnotivaron nuestro diàlogo de ese dia; sigue usted con mas amor<br />
que nunca, fijando en sus cuadros la poesia ctcrna del color, de la luz<br />
y de la sombra; sigo yo leyendo mis poetas y tratando de dominer las<br />
frases indociles para hacer que sugieran los aspectes precises de la Rea<br />
Iidad y las formas vagas dei Sueûo; cuando se sienta usted a su piano<br />
Weber y pasa los dedos agiles y finos sobre el tec1ado de marfil, las sonatas<br />
de Beethoven la hacen entristeccrse mas suavementc que entonces:<br />
cuando abro yo mi cjcmplar de los poemas de Bourget, tirado en papel<br />
de la China y cmpastado por Thibaron en pasta llana de marroqui rojo<br />
de Levante, con filetes de oro, siento una emocién rués profunda al<br />
releer la Meditaci6n sobre una calavera, 0 las estrofas penetrantes y musicales<br />
de la Noche de estlo; cuando los ojos de usred, fatigadns por<br />
la policromia de la paleta, se deticnen en la Ninfa de Clodion. aprecinn<br />
mejor el rnoldeado blando del sono v Jas curvas arrnonlosas de las picrnas<br />
graciles; cuando vuelve ustcd a rnirar la copia del Angelus hocha por<br />
sus manos. siente mas a fondo la poesia sencilla y grandiose del licnzo<br />
magistral, y se deja invadir lentamente por la mclancolia que flota en<br />
la clnridad moribunda de aquel cielo de crepûsculo y que cac con la<br />
sombra sobre la tierra ennegrecida y sobre las figuras de los [abriegos.<br />
Es que usted y yo, mas felices que los otros gue pusieron sus esperanzas<br />
en el ferrocarril inconcluso, en el ministro incapaz, en la sementera<br />
malograda 0 en el papel moncda que picrde de su valor, en todo esn que<br />
interesa a los espiritus pràcticos, tencmos la llavc de oro con que se abre<br />
la puerta de un mundo que muches no sospechan y que dcsprecian otros:<br />
de un mundo donde no hay desilusioncs ni existe el ticmpo; cs que ustcd<br />
y yo preferimos al atravesar cl desierto. los mirajes dei cielo a las movedizas<br />
arenas, donde no sc puede construir nada perdurable; en una pala-<br />
249
a, es que usted y yo tenemos la chifladura deI arte, como dicen los<br />
profanes, y con esa chifladura morirernos.<br />
Seûora, déjelos usted que nos llamen chiflados, que se burlen de<br />
nuestra inocente mania. Ya ve usted cômo al cabo de dos afios nosotros<br />
adoramos con mas fervor la que queriamos entonces, y ellos han perdido<br />
sus ilusiones. Riase usted de ellos, seûora, si su bondad inefabIc se 10<br />
permite, y si no, compadêzcalos. Los dos hernos escogido en la vida la<br />
mejor parte, la parte dei ideal, la parte de Maria, y mientras que Marta<br />
prepara el banquete y lava las ânforas, nosotros, sentados a los pies<br />
dei Maestro, nos embelesamos oyendo las parâbolas.<br />
Es fâcll que algunos instantes de desabrimiento y de acedla le impidan<br />
gozar del éxtasis de las fruicioncs estéticas; que las tentaciones dei mundo<br />
vengan a turbar la paz del espiritu de usted, y que la muselina de Siriganor<br />
de un vestido de baile salido de las manos de Worth, 0 el oriente<br />
rosado de las perlas de un collar que tengan en el estuche de raso negro<br />
la marca de Braugrand Rivir le parezcan a usted mas deseables que el<br />
clara oscuro exacto de un esbozo difîcil 0 que la interpretaciôn sincera<br />
de una mediatlnta fugitiva; yo he tenido dias de esos en que desesperado<br />
de lograr la armenia de un perlodo a la rnûsica de una estrofa, y olvidado<br />
de mis poetas, he pecado gravemente, y he perdido mi fervor, sin fuerzas<br />
para resistir las tentaciones vertiginosas dei oro. Aconsejado en esas horas<br />
de arldez espiritual por mi confesor laico, un viejo pstcélogo que tiene<br />
en su celda, por todo adorno, una copia de la Melancolfa, de Alberto<br />
Durero, y que posee a fondo los secretos sutiles de la direcci6n de las<br />
almas, he aJcanzado grandes consuelos y he restablecido la paz interior<br />
leyendo y meditando mucho aqueIlos versicules suavisimos de la imitacl6n:<br />
Excedunt enim spirituales consolationes, omnes mundi dehcias et<br />
carnis voluptatis.<br />
Nam omnes mundanae aut vanae sunt turpes.<br />
Que al leer ud. estas paginas sienta algo del encanto que tuve al escribirlas,<br />
y al recordar la mariana clara y tibia en que caminamos juntes<br />
por la vereda que lleva a la casa de campo donde pas6 ud. horas tan<br />
apacibles retirada del mundo y distraida de las preocupaciones rnezquinas<br />
dei diario, por el sortilegio misterioso dei Arte.<br />
2S0<br />
(De Imitat, us. II, cap. X).
]<br />
Al Carb6n<br />
La luz fria que entra por la hoja entreabierta de la ventana deI fonde,<br />
al través de euyos barrotes de hierro se ven a contra luz las rarnazones<br />
de un os àrboles que se cortan sobre el cielo claro y descolorido, rayado<br />
por la llovizna, aclara el cuarto desmantelado, blanqueado, con cal y el<br />
piso de ladrillos, desteûidos por el polvo. Al pie de la venta na hay una<br />
cama vieja con unos colchones tirados en desorden; a la izquierda<br />
un arrnario abierto y vacio; a la derecha una tina de zinc, sin pintar,<br />
. un caj6n de madera lleno de coke y sobre el piso, con un mont6n de<br />
botellas de champaria vacias también, una aglomeraci6n de trastos desvencijados<br />
e inutiles; un sill6n de cuero, sin brazos, una sartén, dos<br />
cacerolas y una regadera de lata. El hollin de la cocina cercana y el polvo<br />
de carbon minerai han suavizado la blancura de las paredes, se han acumulado<br />
en las desigualdades del paüete y en los rincones tenebrosos. En<br />
el primer piano un burro viejo lcvanta la cabeza pensativa de entre el<br />
canasto de hollejos y de desperdicios que tiene al frente: la luz que Uega<br />
por detrâs le platea el contorno dei cuerpo, de las piernas delgadas y el<br />
pelo largo de las orejas enormes, el animal se perfila oscuro sobre la<br />
claridad débil de la pared dei frente, y parece el cuarto de trasros viejos,<br />
alumbrado asi por la luz sin color de la maüana lloviznosa de noviembre,<br />
un estudio al carbén, hecho con imperceptibles transiciones de la blanco<br />
a 10 gris, de 10 gris daro a 10 gris oscuro, de 10 gris oscuro a 10 negro<br />
suave, de 10 negro suave a la sombra intensa; un estudio al carbon en<br />
que la penumbra domina en el conjunto; en que la luz brilla en el zinc<br />
de la tina, en la lata de la regadera, en el borde de las cacerolas, en el<br />
tiquete blanco de una botella de champaüa, y en que la sombra se acumula<br />
en el espaldar del sill6n, en el mango de la sartén, en el pliegue<br />
de los colchones, en el intcrior dei armario vaclo, debajo de las botel!as<br />
y en tres puntos de la cabeza del burro, en la nariz entreabierta, en el<br />
fondo de la oreja peluda y en el ojo grande y redonde, sobre el cual<br />
brillan las pestaiias plateadas y flnislmas coma rayas blanc as que un<br />
dibujante, enamorado deI detalle, hubiera trazado con la punta afilada<br />
y dura de un Iâpiz de tiza sobre la negrura mate y grasa de una sombra<br />
reteûida con carbén Conté.<br />
Il<br />
Pastel<br />
Han estado jugando un juego de prendas nuevo, en que nadie acierta<br />
y en que la dueiia de la casa para castigar a las perdldosas, inventa<br />
'251
penitencias absurdas. Las ha hecho corner huevos crudos, marcarse en<br />
la frente con ceniza, arrodillarse para decir versos. grotescos y predicar<br />
sermones por mano ajena. Una de las jugadoras, una muchacha de<br />
quince anos, muy vulgar, vestida de muselina blanca con ramos de flores<br />
azules, dos lazos de cintas rosadas en los hombres y una rosa roja en<br />
el seno, no acerté una adivinanza, y en penitencia le pintaron con la<br />
punta de un corcho quemado, una cruz en la frente, otra en la mejilla<br />
derecha y otra en el hoyuelo de la barba. Después para quitar el carbon.<br />
se froté la cara con una toalla de lino; le quedaron las tres manchitas<br />
negras, y en cambio la fricciôn le enrojeci6 las mejillas con el bermell6n<br />
de la sangre, atraida a flor de piel, Ahora, para colmo de males, le tocé<br />
otra penitencia mas difkil que la anterior . sacar con los dlentes de entre<br />
la harina de trigo puesta en un plato hondo, una sortija de oro. AI<br />
tratar de hacerlo, una mano atrevida le empujé la cabeza contra el plato<br />
y la hizo enharinarse toda. Tiene cublertos de hanna los cabellos de<br />
visos rojos, blanqueada la cara; no puede levantarse porque esta agitada<br />
por el juego, y para refrescarse un poco antes de salir, se pasa el pafiuelo<br />
por las mejillas, y va a sentarse, alla lejos, en un rincon donde hay<br />
poca luz, dàndose aire con un abanico de rasa amarillo. Al envolverlos<br />
la penumbra, aquellos colores violentos que chillaban a la claridad brutal<br />
de la lampara de petréleo: el blanco y 10 rojo del pelo cnharinado, cl<br />
blanco de la harina sobre la cara, el bermcllôn de las mejillas, el negro<br />
de las tres manchas de carbon, cl azul de las ramazonas dei vestido, cl<br />
rojo de la rosa, el rosado de las cintas, el amarillo dei abanico, se desnüen,<br />
se suavizan, sc csfuminan, se aterciopelan, se funden uno en otro,<br />
como sumergidos en un baôo de leche, coma velados por una nicbla,<br />
y es la jugadora retozona de juegos de prendas, vista aSI dt! lejos, en<br />
un rinc6n oscuro, un pastel adorable de la marquesa dei sigle xvnr.<br />
uno de aqnellos pasteles de] gran maestro de los lâpices de color. de la<br />
pintura dclicada como el csmalte de las alas de las mari posas, de] inimitable<br />
La Tour; uno de aquellos pasteles que, a la caida del crcpùsculo.<br />
sonrien suavisimamente en la galeria de Saint-Quentin.<br />
SUSPIROS<br />
SI FU ERA poeta y pudiese fijar el revolctco de las ideas en rimas brillantes<br />
'! agiles como una bandada de maripcsas blancas de prunavcra ('011 "Ifi<br />
Ieres sutiles de oro; si pudicra cristalizar los sueûos en raras cstrofas.<br />
haria lin maravilloso poerna en que hablara de los suspiros, de esc aire<br />
que vuelvc al aire, llevàndosc consigo algo de las csperanzas. de los<br />
cansancios y de las melancolias de los hombres.<br />
252
y para huir de los suspiros de convenciôn, de las rornanzas sentimentales,<br />
lIenas de luna de pacotilla y de ruiseiiores triviales, habla ria de<br />
los suspiros angustiosos que flotan en el aire espeso e impregnado de olor<br />
de âcldo fénico, en la luz dorada de los cirios, entre cl arorna vago<br />
de las flores mortuorias, cerca de aquellos cuyos ojos, cerrados para<br />
siempre, guardan las hueJlas violâceas de los ùltimos insomnios, y cuyos<br />
labios se ajaron con el frlo de la rnuerte ...<br />
jAh, no! Esc suspiro seria demasiado triste para hablar de él: su recucrdo<br />
haria nublarse los ojos nucvos de las lectoras, los ojos oscuros unas<br />
veces como noches de invierno, azules y claros otras, camo cl agua de<br />
los lagos quietos.<br />
• • •<br />
Para que no se nublaran, hablaria dei suspiro de voluptuosklad y de<br />
cansancio que flota en cl aire tibio de una sala de balle, iluminada COIllO<br />
el dia, reflejada por espejos venecianos: dcl suspiro de una mujcr hermosa<br />
y joven agitada por el valse, euya piel de durazno se sonrosu, y<br />
cuyos dedos de hada estrechan febrilmente el abanico de plumas flexibles<br />
que le bcsan la falda; del suspiro sensual y vago que se pierde entre las<br />
blancuras rosadas en el aire donde palpita el iris de los diamantes,<br />
donde la luz se quiebra en cI aire de los rubies, en cl azul misterioso<br />
de los zafiros, en cl aire que arrastra tentaciones de ternuras y de besos...<br />
• " 1#<br />
jAh, no! Ese suspiro demasiado dulce para hablar de él; su recuerdo<br />
harts arrugarse la frente cansada, y blanquearla Jas canas de los<br />
fil6sofos, por cuyas venas no corre, en oleada ardiente, la sangre de<br />
la juventud. Para que pudieran leerme, hablaria mas bien dei suspiro<br />
de cansancio de un viejo, de un suspiro oido una tarde de otofio, en cl<br />
camino que va del pueblo al cementerio, un camino donde rodaba la<br />
hojarasea empujada por el vicnto; donde un hilo de agua dejaba air su<br />
queja monétona; donde los ârboles, envueltos en niebla, tomaban extrafios<br />
aspectos, y en euyo horizonte entre las nubes frias y hûmedas, se ponia<br />
el sol. [Ohl Aqucl suspiro parecia salir, mas que de un pecho humano,<br />
cansado de la vida, dei paisaje mismo, dei cementerio donde duermen<br />
los huesos bajo la yerba, de la vegetaciôn quemada por cl frio, de las<br />
oseuridadcs vagas dei horizonte; parecia ser una queja de la naturaleza<br />
deseosa de dormir en definttlvo descanso, fatigada de su tarea eterna, de<br />
la sucesiôn infinita de los veranos y de los invicrnos, de la luz y de la<br />
sombra ...<br />
1< 1< 1<<br />
253
jSi fuera poeta y pudiese fijar el revolcteo de las ideas en rimas brillantes<br />
y agUes como una bandada de mariposas blancas de primavera<br />
con clavos sutiles de oro; si pudiera crîstalizar los suefios; si pudiera<br />
encerrar las Ideas, como perfumes, en estrofas cinceladas, haria un maravilloso<br />
poema en que hablara de los suspiros, de esc aire que vuelve al<br />
aire, llevàndose algo de los cansancios, de las esperanzas y de las melancolias<br />
de 105 hombres 1<br />
Aun siendo poeta y haciendo el poerna maravilloso, no podria hablar<br />
de otro suspiro. .. dei suspiro que vicne a todos los pechos humanos<br />
cuando comparan la felicidad obtenida, el sabor conocido, el paisaje visto,<br />
el amor feliz, con las felicidades que soûaron, que no se realizan jarnâs,<br />
que no ofrece nunca la realidad, y que todos nos forjamos en inutiles<br />
ensueüos.<br />
EL PARAGUAS DEL PADRE LEON -<br />
• Este articule fue escrito para servir de prélogo a un àlbum que, con el rnismo<br />
titulo y consagrado al R. P. Fray Leon Caicedo, formaron algunos de los principales<br />
iDtelectuales de Bogotâ, por iniciativa de) malogrado Climaco Soto Borda.<br />
254<br />
(A Climaco Soto Bor"")<br />
MUCHAS veces 10 he visto de cerca y muchas de lejos, y en cada una<br />
de ellas yo he mirado y remirado con el empefio con que un semi-cscritor<br />
enamorado de la teoria dei documente humano, observa a los tipos que<br />
se apartan de la humanidad corriente, de la hurnanldad de pacotilla ...<br />
Me he complacido en estudiar los pormenores de su extrafia figura,<br />
mezcolanza de lineas purisimas y de detalles grotescos, aquel perfil<br />
regular y noble de la cabeza amplia, aquellos largos cabellos blancos,<br />
aquellos ojos verdosos de expresién alocada, aquella nariz aguileüa, aque<br />
Ilos paraguas inverosimiles que 10 abrigan en los dias lluviosos, aquel<br />
lente forjado como para el ojo de un ciclope, que carga en el bolsillo,<br />
aquel cuerpecito de gnomo, aquella voz chillona unas vcces, cavcrnosa<br />
otras, con que alarga hasta Jo inflnito las sonoras silabas latinas de las<br />
liturgias diarias ...<br />
Lo he visto oficiar, vestido con una casulla HIa, tramada de oro,<br />
cayéndole sobre las canas ensortijadas un rayo de sol matinal, envuelto<br />
en la nube aromâtica dei incienso que sube hacia el tabernaculo, y en<br />
esos momentos la figura toda, el perfil deI fil6sofo romano, los ojos<br />
verdosos, el cuerpo deforme, tomaban una expresiôn de rara nobleza<br />
aumentada por el prestigio de los movimientos lentos y hieréticos. . . Lo<br />
he visto en el tendido de la plaza de toros, vestido con una sotana raida
y polvorienta, la flsonomia vulgarizada por el cntusiasmo de la corrida,<br />
la cara congestionada por el calor deI mcdiodia, sacudiéndose como un<br />
energûmeno, Iirnpiândose las gotas dei sudor que le perlaban en la frente<br />
con un paûuelo enorme de seda amarilla, que estrujaba con las manos,<br />
ridiculamente pequefias ...<br />
Sin embargo cuando pasen muches aûos y haya muerto él y 10 oiga<br />
nombrar y al oir su nombre vuelva yo los ojos hacia los dias de hoy,<br />
perdidos para siempre en el fondo del tiempo, no 10 recorda ré ni herrnoseado<br />
ni ennoblecido por las lujosas vestiduras sacerdotales ni vulgarizado<br />
por el ambiente calignoso del circo. . .<br />
El Padre Le6n... El paraguas dei Padre Le6n... Las misas del Padre<br />
Leon. . . Las imàgenes que entonees, al vibrar en mis oidos, suscitarân<br />
esas silabas, no seran las evocadas antes, sino otra, tan precisa, tan neta<br />
y al mismo tiempo tan sugestiva que no resisto al dcseo de convertirla<br />
en unas lineas para esta primera pagina dei album que has tenido la<br />
peregrina Idea de dedicarle ...<br />
La esquina de una calle central; el cielo y los lejos negros como boca<br />
de lobo, rayados por los hilos de plata de una llovizna fina; el piso<br />
hùmedo y brillante por la lluvia; alla arriba, entre 10 oscuro de la noche,<br />
la irradiaci6n fantasmagôrica, la claridad deslumbrante e Incolore de un<br />
foco de luz eléctdca, que hace mas intensa la sombra alrededor; abajo,<br />
en la calle, diez pasos adelante de la lampa ra incandescente, esta silueta<br />
inveroslmil: abajo un paraguas enorme, un paraguas rojo de colosales<br />
dimenslones, un duende negro, de un Metro de alto, con vestido talar<br />
y sombrero piano de anchislmas alas, que lleva en la mano una linterna<br />
de vldrios verdes ... Sobre el empedrado brillante por la lluvia, la sombra<br />
dei duende, la cabeza enorme, el cuerpo pequeâisimo, los refJejos rojizos<br />
dei paraguas, los reflejos verdes esmeralda de la lmtcrna, se proyectaban<br />
fantasttcos.<br />
El primer instante de verlo as' fue delicioso para los ojos que deseaban<br />
color, mucho coIor, fatigados por 10 gris deilluvioso crepûsculo ... Aquello<br />
daba la impresiôn de una cosa no cierta, irreal ...<br />
{De dônde venia, a d6nde iba el Padre Le6n protegido por el enorme<br />
paraguas rojo, alumbrado por la dirninuta linterna verde? ... De fijo habla<br />
tomado el chocolate en casa de unas buenas amigas suyas, dos viejecitas<br />
que viven en la calle de los Béjares, en una sala que olia a papayas, sentado<br />
en un viejo sillon de cuero labrado, de vaqueta cordobesa, teniendo<br />
al frente un cuadrito desteûido de Gregorio Vâsquez. . . y conversando<br />
de las profecias dei doctor Margallo y dei pr6ximo fin dei mundo. Después<br />
dei chocolate le habian dado dulce de uchuvas 0 de cabellos de<br />
ângel, después un tabaco que olia a vainilla. . . Aquello era el Santafé<br />
dormU6n, Inocente y plécido de 1700, un pedazo de la vieja ciudad de<br />
la mula herrada, del espanto de la calle dei Arco y de la luz de San<br />
Victorino ...<br />
255
En ese instante un coupé negro y brillante, tirado por un soberbio<br />
tronco de alazanes, un coupé que parecia una joya de énix, manejado<br />
por un cochero inglés, correcte y rigide bajo su casac6n de pafio blanco,<br />
cruzé bajo cl foco de luz eléctrica ... Era el coche salido de los talleres<br />
de Million Cuet, dei mlnistro X, que vcndiô por seis mi) libras csterlinas<br />
sus influenclas para lograr tal contrato escandaloso. .. Alcancé a ver<br />
por la portezuela abierta el perfil borb6nico del magnate y la cabccita<br />
rubia, constelada de diamantes, de su mujer, aquella fin de siècle neurasténica<br />
que lee a Bourget y a Marcel Prevost, y que se ha hecho famosa<br />
por haber comprado todas las joyas que, en su postrer viaje a Europa<br />
trajo el ultimo de los Montcvcrdes. .. (A dônde iba la elegante pareja?<br />
... A oir el segundo acta de Aida cn el teatrO nuevo, el lujo de<br />
la Bogotà de hoy, de la ciudad de las emisiones clandcstinas, dei Petit<br />
Panama y de los veintiséls millones de papel moneda ...<br />
El sigle diez y ocho encarnado en el Padre Leon; el siglo veinte<br />
encarnado en el omnipotente X, vistos ambos, en menos tiempo deI que<br />
habla gastado en convertirse en humo arornético el tabaco dorado dei<br />
cigarrillo turco que tenia en los labios, vistos ambos a la luz de la<br />
làrnpara Thomson-Houston, que irradiaba alla arriba entre 10 negro pro<br />
Fundo su luz descolorida y fantasmagérica.<br />
(No vienen siendo las dos figuras coma una viva imagen de la época<br />
de transiciôn que atravesamos, como los dos polos de la ciudad que<br />
guarda en los antiguos rincones restos de la placidez deliciosa de Santafé<br />
y euyos nuevos salones aristocrâticos y cosmopolitas, y cuya corrupciôn<br />
honda hacen penser en un diminuto Paris? ...<br />
CRITICA LlGERA<br />
SEt\'OR DON Jer6nimo Argàez, Redactor de "El Telegrarna".<br />
Muy rcspetado amigo mio:<br />
Perrnitame usted que aproveche de las benévolas ofcrtas que me ha<br />
hccho de las eolumnas de su periédico, para devolver unas felicitacioncs<br />
que me han llegado, por equivocaciôn, con motivo de algunas criticas<br />
publicadas en La MisceMnea de Medellin, y firmadas por don José Luis<br />
Rios. Yo no escribo ni he escrito nunca criticas, ni las publicaria en<br />
Antioquia, pudiendo hacerlo en Bogotâ, Los que duden, pueden averiguarlo<br />
con el Redactor del periôdico a que aludo. Si las hubiera escrito<br />
las habria firmado con todas las Ietras del mismo nombre que usted<br />
encontrarà al pie de estos renglones, por tener la idea, arraigada de<br />
tiempo atrâs, de que s610 ticnc uno derecho al seud6nimo cuando, al<br />
darle al pûblico algo muy delicado, que no hiere a nadie, quière, por<br />
simple coqueteria literaria, ponerse una mascara, y llamândose Julian<br />
Viaud firmar Pedro Loti, para contarle su matrimonio con Rarahu, idilio<br />
256
delicioso que tiene olor de ylang ylang, 0 los amores con Crisantema,<br />
en la casita de maclera de Diou-djen-dji, desde donde se oye el rumor<br />
de las cigarras, en los meses de verano, y se respira ese olor de jengibre<br />
y de té que flota sobre la ciudad japonesa.<br />
Los admiradores de don José Luis Rios, de don Julio Torres, a de<br />
un seüor Cerig, que también critiea en La M iscelânea, pueden escribirles<br />
sus felicitacioncs, mctcrlas entre una cubierta, rotular ésta as}:<br />
Serier... TaI.<br />
Redacciôn de La Miscelallea . Medellin. Antioquia, ponerla en el correo<br />
y tener la seguridad de que asi van rnucho mas derechas que dàndoselas<br />
a gentes que viven en Bogotà, muy puco ocupadas de las obras literarias<br />
de Sus paisanos, aun cuando las esurnen en todo 10 que valen.<br />
Le decia a usted antes que na he escrito nunca critlcas, y voy ahora<br />
a conterie por qué. La Critica seria, que busca los origenes lejan os de<br />
una obra, que la aprecia coma cxpresién dei pensamicnto dominante en<br />
der ta época, y que învcstiga su influencia en cl desarrollo de la que<br />
le sigue, me parece tarea ardua de Iiiôsofos, digna de Macualay, de<br />
Taine 0 de Revilla. La otra, la critica ligera, al por mener, que coge<br />
los détalles y busca con microscopie los detectes, no me pareee tarea sino<br />
un simple retozo en que, a nempo que le hace uno cosquillas al lector<br />
para que se ria, rasguüa la obra de arte para ayudar a ese fin. Apliquesela<br />
usted a la pintura y vera qué bonitos resultados da. Es cterto que Rembrandt<br />
dejé en sus obras la Impresién mas profunda de vida que pucde<br />
llevarse a una tela con los colores y el pincel, las figuras que entre cl<br />
fondo OSCurOy caliente de sus cuadros apareccn baôadas en una clarldad<br />
tibia de crepùsculo de verano, brillan coma pintadas con luz; a veces,<br />
cuando procede par brochazos vigorosos, tienen un relieve que fascina;<br />
Su obra, fantâstica en fucrza de ser real, parece salida de un sueûo,<br />
los personajes sc sonrien, viven, y el artista que sc enamora de ellos,<br />
cuando ve la H01~danocturne, se prcgunta si css figurita de mujer, que<br />
da, con los tonos claros dei vesudo, la clave de las tonalidadcs luminosas<br />
del cuadro, no es la Perdita de Shakespeare que cruza aquella fantasmagoria<br />
insuperable de un genie.<br />
Y, vea usted, un critico al pormenor no ve nada de eso, se pone a<br />
buscar concicnzudamcntc el lado gracioso del asunto, y 10 encuentra.<br />
El Maestro Rembrandt pinto judias dei tiempo de Cristo, con los mtsmlsimos<br />
vestidos que se usaban en su siglo, en la Haya. c:Ha visto usted<br />
qué anacronismo mas disparatado? Vaya una casa graciosa, ,no? y luego<br />
carecc de ideal. Sus figuras son simples retratos mas 0 rnenos habiles.<br />
y a la postre es vulgar. Usted sabe que, cuando pinté su Ganlmedes,<br />
que forcejea, levantado par el aguila, le agregô un détalle naturaliste,<br />
gue es de efecto cnteramcntc cômico, ,Quiere usted que nos riamos un<br />
poco de Rembrandt pensando en todo eso?<br />
257
Pero estamos fuera dei campo en que podemos lucirnos. Vamos a<br />
ver pasar algu nos poetas franceses modernes, y apliquémosles el sistema<br />
anterior. ,No cree usted que ellirismo grandiose de los poemas de Hugo,<br />
sus imagencs extraüas, sus antitesis, su vision genial son una simple<br />
charlataneria de declamador? ,Y aquellas extravagancias como "Desplûmeme<br />
esa alma" dei Asno? ,Desplumar un alma? No es creible ... [Cosas<br />
de Hugo! P6ngase usted a veria bien; desârrnelo pieza por pieza, disléquelo<br />
Iinea por Iinea, y vera en qué queda.<br />
El amor que desborda en los versos enfermizos de Musset, unas<br />
veces dulces camo besos, otros angustiosos coma gritos de doler, Hassan<br />
desnudo, la cita de Porcia en el balcon, la ùltima noche de Rolla en<br />
la alcoba: vaya una casa Indecente, ,no es cierto?<br />
é Usted admira la suavidad noble, la delicadeza ideal dei Conde de<br />
Vigny? La critica al pormenor la encuentra ridicula. Vea usted, Eloa<br />
es un angel, que, nacido de una lâgrlma de sangre dei Salvador, en la<br />
noche dei H uerto, aeaba por enamorarse dei diable y huirse con él.<br />
Tonrerias, (.verdad?<br />
Leconte de Lisle ha hecho cosas soberbias, Hugo 10 recomend6 a la<br />
Academia francesa en varias ocasiones coma candidato para un sill6n<br />
vacante. Usted conoce sus sonetos, se ha deleitado con sus composiciones<br />
fabulosamente ricas, bordadas de rubles y de perlas, coma un manto de<br />
favorita; severas y melanc6licas otras veces coma una ruina de temple.<br />
Pues bien, Leconte, traduc1endo una vez a Esquilo, le hizo decir a un<br />
personaje: "Siento un buey en la lengua". Creo que sobra todo comentario.<br />
En Francia se rieron de él. ,Par qué no hemos de imitar a los<br />
franceses?<br />
La nobleza y la gracia de la poesia de Lamartine; su fervor al cantar<br />
todo 10 grande y 10 bello; aquellos versos armoniosos que tcdos, mâs 0<br />
menas, sabemos de memorla, los tacharernos de que hablan demasiada<br />
dei poeta, y el cantor de Elvira caerâ por tierra, si le aplicamos a su<br />
obra el chistecito de la sinfonia en ml mayor,<br />
,Seguimos? Teéfllo Gautier usé, para darle a sus poemas color y relieve,<br />
de cuanto sabla de pintura y escultura. Hay en los Ësmaltes piezas que<br />
son joyas: 6nices de Arabia montados en filigrana, medallas de plata<br />
con perfiles netos coma un camafeo griego, ,El defecto? Que no llora,<br />
que es impasible, que en su obra no hay sensiblerias de anemia,<br />
La musa de Carlos Baudelaire no pudo defenderlo de la idea fija de<br />
la muerte. La preocupaci6n de la tumba, de las carnes lividas que se<br />
amoratan, dei gusano que nace en el cadàver, de la soledad en que<br />
quedan los difuntos, trasmina en sus estrofas, aun cuando sean éstas<br />
copas de oro, llenas de haschich verdoso que hace sonar, aun cuando<br />
a ellas traslade sensaciones mérbidas en fuerza de ser finas, impresiones<br />
de una delicadeza fugitiva, que creeria une imposible reducir a palabras.<br />
Llamémoslo extravagante y pasemos derecho.<br />
258
,Le haremos casa al Parnaso? ... Teodoro de Banville maneja el verso<br />
con destreza de prestidigitador. Lo dejaremos a un lado por ese motivo,<br />
Coppée ha dicho con voz alterada por la emocién, los sufrimientos de<br />
los desheredados, de los débiles, de los pobres: ha inventado una Iengua<br />
clâsica, ampliada con el caudal de la lengua vulgar y ha llegado a<br />
hacerle versos a unos botines viejos y al corsé usado de una muchachita<br />
enferma. .. Eso no es poesia me dira usted .. _ Estamos de acuerdo.<br />
c'.Yla elegancia aristocratica de Sully Prudhomme (el Cellini del soneto),<br />
la hechura maravillosa de sus estrofas, su ternura infinita, aquellos versos<br />
que hacen sonar con las estatuas griegas por la nitidez y la firmeza?<br />
... Sully es frio, y luego en sus versos se nota la preocupaciôn de<br />
la ciencia, incompatible con la verdadera inspiraciôn ... Eso es; Sully<br />
es frio, Musset, tenia el defecto contrario. Pasemos. Dejemos a los Parnasianos.<br />
AlIâ se queden Mendés, José Maria Heredia, Dierx, Arène,<br />
Joséphin Soulary y Glatigny, etc., etc. Esos son poetas menores. Le recomiendo<br />
la frasecita que es muy cômoda para juzgar 10 que no hemos<br />
leido,<br />
Mauricio Bouchor comienza cantando las comilonas, el vino, las mujeres<br />
faciles, las palpitaciones de la carne. Poco a poco ese espiritu joven<br />
se serena; en el transcurso de los aüos la musa alegre de las primeras<br />
inspiraciones se va convirtiendo en una figura ascética. Una expresiôn<br />
de gravedad le cierra los labios, la carne se empalidece y toma blancura<br />
de mârmol, la cabeza se destaca sobre un nimbo de estrellas y es su<br />
Beatriz que cruza desconocidos paraisos, apoyada en nubes diâfanas, como<br />
una visi6n ... (Como cosa de Lamartine, entonces, me dira usted? ..<br />
Eso es, si sefior, y no valla la pena de dar esa vuelta para salir al<br />
misrno llanito.<br />
Después, con el pretexte de que son oscuros dejaremos a los simbolistas<br />
a un lado, aun cuando los versos de Verlaine aleteen como mariposas,<br />
suenen como mûsica de violines, tengan la gracia de una miniatura<br />
en marfil y su elegancia amanerada. A Mallarmé, a Stuart Merrill. y<br />
a los otros les diremos que no saben francés, y cuando aparezca Juan<br />
Richepin, diciéndolo todo, con griteria de gigante, en estrofas potentes<br />
y soberbias, donde canta las canciones de las razas desaparecidas, las<br />
tempestades dei océane, los adioses a las religiones muertas, digârnosle<br />
que es sucio porque escrfbiô la "Cancién de los pillos" y riâmonos a<br />
carcajada tendida, por que don Juan Montalvo 10 llamô poeta gallinaceo<br />
en un numero de El Especuulor, un periôdlco que redacta él solo en<br />
Park<br />
Ya ve usted que teniendo voluntad, hay algo que rasguüarles siempre<br />
aun a los maestros de quienes no puede uno traducir diez versos.<br />
259
Creo que ustcd prefierc admira rios. Estamos de acuerdo en sentir<br />
asi, y creo que debemos felicitarnos par elio. Yo cambiaria dos tomos<br />
de critica mal hecha por una sola cuarteta inédita de Gustavo Bécquer.<br />
Soy siempre su amigo afectisimo.<br />
DOCTOR RAFAEL NUt\'EZ<br />
POETA DE altlsirno vuclo, singular profundidad de conccpcién y extraüas<br />
formas esencialmenre personales; estadista y filésofo: sociolégo capaz de<br />
realizar, dàndolcs forma concrcta, las nUIS atrevidas concepcicnes de<br />
su poderosa inteligencia: polit1co ilustre, Hamada desde hacc anos a<br />
regir los destines de su patria, el Dr. Rafael Nùüez, ha sida, a no<br />
dudarlo, una de las mas levantadas figuras de la America Espaüola,<br />
Lejos de nuestro ûnimo ofrecer a los lectores de El Cojo llustrado,<br />
un cstudio sobre la obra politica ideada y realizada por él en la Repùblica<br />
hermans: juicio di ficil de formar ho)', cuando los documentes que sc<br />
podrian consultar son debidos a los mismos intcresados en la lucha,<br />
cuando 10 recicntc de la modificaciôn de las institucioncs, la polvareda<br />
levantada por la {rltima guerra de 1885, impiden darse uno cuenta deI<br />
resultado obtenido, y que esta ria en abierta pugna con la indole de<br />
esta publicaci6n.<br />
Para juzgar ciertas épocas, con el desinterés, la elevacién de miras<br />
y la cquidad perfecta que requicren los estudios histéricos, es neccsario<br />
que pasen los allos. que las pasiones sc serenen, que las nubes aglomeradas<br />
en el horizonte se disipen para que el alejamiento de los sucesos<br />
en el tiempo le permita al historiador ver en lontananza, de un solo<br />
golpe de vista y formando un conjunto en que se fundan los detalles,<br />
la época que estudia. Asi el viajero que transita los carninos de Los<br />
Andes inmensos, no puede, al recorrerlos, adquirir idea exacts de las<br />
cimas que escala, de las vertiginosas alturas que recorre y necesita,<br />
para obtener una impresién sintética y sentir la grandeza dei palsaje,<br />
ver, la distancia que el 0;0 humano puede enseüorearla, la Cordillera<br />
grandiose en cuyos picos altisimos blanques la nieve eterna y anidan los<br />
céndores.<br />
Los articules politicos, cicntificos y litera rios dei Dr. Nûûez, 1 magistrales<br />
todos por la abundancia de id cas generales, de datas precisas y<br />
por la consiciôn y elegancia del estilo contienen las ideas que el Presidente<br />
1Critica social, 1 volumen, publicado en Paris. La reforma polftica en Colombia,<br />
colecci6n de articules publlcados en La Luz, de Bogoté y El Porvenir de Cartagena,<br />
de 1881 a 1884. 1 vol. en 806 paginas con pr61ogo de don Rafael M. Merchân,<br />
Bogoté, Imprenta de La Lut, 188S.<br />
260<br />
JOSÉ A. SILVA
Titular de Colombia, ha contribuido a desarrollar, en el curso de su larga<br />
carrera politica y son, la mayor parte, verdaderas obras maestras de<br />
profundidad, de clarividencla y de reflexiôn. Esos articules y sus poesias 2<br />
le han valide favorables [uicios de grandes criticos espaüoles y americanos,<br />
don Juan Valera, don Marcelino Mcnéndez y Pelayo, don Miguel Antonio<br />
Caro, don Rafael M. Mcrchàn, don Martin Garcia Mérou, don José<br />
Angel Porras, don Rubén Dario, y los nombramientos de miembro de<br />
la Academia Colombiana e individuo correspondiente de la Real Academia<br />
Espaâola.<br />
Su obra poética, inmensamcnte popular en Colombin, donde las estrofas<br />
de "Todavla" y "Belleza'', "Llanto" y "Virtud" estàn en todas las<br />
bocas, requeriria capitula sparte en una historia de la litcratura hispanoamericana.<br />
La estrofa enjuta y nerviosa, Ilena de audaces elipsis y desbordante<br />
de graves ideas, incorrecta, voluntariamente incorrecta a veces,<br />
no trene la mûsica de orquesta de la de Zorrilla y sus rornànticos cornpaüeros,<br />
aquclla dulcîsima rnusica arrulladora, modele sobre el cual<br />
forjaron sus cantes, con ilustres cxcepciones, los poetas de la pasada<br />
generacién, desde México hasta Chile, ni ostenta tampoco la correcciôn<br />
suprerna, los perfilcs precisas y marmorcos de los poernas dei impccable<br />
maestro Nùûez de Arce.<br />
Mas pensador que artista, mas poeta que rctérico, 0 coma la ha<br />
dicho él mismo:<br />
Mas hombre que vate, mlis ser qua pintor,<br />
cl Dr. Nùûcz no ha prestado jarnâs a la forma el nlmio cuidado que,<br />
crigldo en canon de la Lscuela, sirvit'l de norrna a los 1Jarnasianos francescs<br />
para escribir sus poemas, '! que, convertido ya en preocupaci6n<br />
enfermiza, anima las produccioncs de los decadentes y simbolistas de la<br />
ùltima horn.<br />
Espiritualista convencido y lector asiduo de los grandes maestros, los<br />
primores de la forma no la tentaron, desprcciô las fiorituras habilidosas<br />
y as! 10 dijo en una de sus mas herrnosas composlciones :<br />
No es la norma deI acte el cauce cstrecho<br />
Que opio en la copa cincclada vierte,<br />
Que arma de nuevo de Procuste cl lecho<br />
y en el ritmo sensuel halla la mucrte,<br />
En sus singularcs poemas, sin lujo de rimas ni deslumbramicnto de<br />
palabras que brillen como pedrerias, la idea aparecc, confusa a veces y<br />
"P()csias cie Rafael Nûfiez, 1 vol. Mcrchan, Editer. Bogotd, 1885, tirado n 12<br />
cjernplares. Poesias de Rafael Nüëez, I \'01. en 230 paginas, publicado por Daniel<br />
J. Reyes, con pr61ogo dei mismo, Hachette y Co., Editores, Paris.<br />
261<br />
Libertad
como encubierta por un velo; mas sugestiva asi porque hace pensar que<br />
hubiera podido ataviarla con suntuosas vestiduras, y que, para no ocultarle<br />
las alas, el poeta os6 apenas cubrirla con un tu! oscuro, Aquella<br />
poesia honda y grave, mûsica de 6rgano mas bien que serenata de<br />
mandolinas, himno lIano que resuena en una catedral g6tiea poblada<br />
de sombras, mas bien que endecha de trovador al pie de un castillo,<br />
canta la pasi6n humana sublimada par el dolor, las incertidumbres de<br />
la criatura frente al' eterno misterio, los mitas muertos, las fabulosas<br />
creaciones de los pueblos niûos, las civilizaciones desaparecidas, las<br />
grandes figuras de la leyenda y de la historia, la palingenesie eterna<br />
de los seres y de las ideas.<br />
Los problemas morales han obsediado al poeta, con sus secretos. Al<br />
cornenzar el camino se ha tropezado con la Esfinge; el origen deI bien,<br />
el origen del mal, el misterio del mas allâ; la angustia de la nada final,<br />
el deseo de otra vida, todo la que la ciencla ignora, 10 que las Religiones<br />
afirman, batalla en su espiritu sin que se haga la paz. Sus primeras poesias<br />
son un eco de ese malestar sin nombre, un grlto arrancado por<br />
la duda. Hay un momento de desesperaci6n en que pierde la esperanza<br />
de encontrar la luz, en que el escepticismo la domina y dlce:<br />
Ignora si mejor cs el veranD<br />
De la ~istencla que el inviemo cano,<br />
Ser dt~n 0 pigmeo, hombre 0 mulet;<br />
Si es mejor ser humUde que irascible.<br />
S! es mejor ser sen5ible que insensible,<br />
Creer que no creer<br />
No si si 10 que Daman heroismo<br />
Es virtud, embriaauez 0 fapaÛqno.<br />
Odio, ambici6!l, delirio, sadedad .••<br />
En 1. Boche que forman mis pasiones<br />
No alclJUO de mis propias emocione$<br />
A uber la Verdad.<br />
IOh confusi6DJ Oh caosl IQuién pudiera<br />
Del sol de la verdad la lumbre austera<br />
y pura CD este limbo haœr brillarl<br />
De 10 eierto y 10 incierto Jquién un dia,<br />
y deI bien y dei mal. COD5eguiria<br />
Los llm.ites fijarl •..<br />
262<br />
Qw sa~-Je? (1861)
Para cualquier observador apenas iniciado en los secretes de la vida<br />
moral, el estado de espiritu que expresan esas estrofas es ya signa de<br />
una evolucién mistica que inevitablamcntc hab ria de efectuarse en el<br />
alma deI que las escribi6. La duda, la blasfernia rnisrna, ha dicho<br />
Renan, son un homenaje a la divine, puesto que son la expresiôn de<br />
una necesidad intensa de [usticia y de orden. Dudar implica la necesidad<br />
inevitable de inquirir, de encontrar 0 de forjar siquiera una creencia<br />
final. Pocos son los que ballan en la duda, aqucl Mol oreiller, fayt pour<br />
y reposer une teste bien [ayte de que habla Montaigne y bien prueban<br />
la vcrdad de 10 contrario los acentos desgarradores COn que aigunos<br />
de los mas grandes poetas del siglo, Musset y Nûüez de Arce, por ejernplo,<br />
han cantado sus sufrlimentos en estrofas inmortales.<br />
El volumen de versos dei doctor Nûâez, si se exceptûan algunas<br />
hermosas composiciones erôticas, es la historia del largo camino recorrido<br />
en busca de la fe. Hasta el fonda deI abismo negro donde se agitaba<br />
el poeta al escribir su Que sais-je? ", rasgando las oscuridades trâglcas<br />
del cielo Jlega un rayo de luz pâlido y débil:<br />
Tai vez cuando nos alce hasta su sena<br />
Dios, que todos sentimos,<br />
Sabremos la que somas aqui abajo,<br />
Si hay oeulta sslud en el veneno,<br />
Reparador reposa en el trabajo<br />
Aquella claridad le sugiere la idea de que es necesaria una transcripcién<br />
mistica de los actos humanos, de que exista una vida, diferente de<br />
la de Tierra:<br />
Si el hombre a 10 perfecto aspira y tiende<br />
Si en santa caridad su alma se enciende,<br />
Si a su patrla se ofrece en oblaci6n<br />
Si Dios es Dias, en fin lsera posible<br />
Que Il una Dada camun lance imposible<br />
Vicio y Virtud, a Borgia y a Cant6n? .•<br />
La vision que se forma el Poeta del Universo comienza a serenarse,<br />
creee la fe en el Ideal; la humanidad no le aparece camo el borracho que<br />
montade en un asno, va cayéndose para uno y otro lado, segûn la enérgica<br />
frase del reformador alemân; el recuerdo de los grandes hombres de<br />
la historia, el encadenamiento de los heches que encamina a las muchedumbres<br />
hacia un parvenir mejor, hacia aquella ciudad ideal, colocada<br />
por el mas noble de los Emperadores romanos en los limites dei tiempo,<br />
10 hace decir:<br />
263<br />
La Inescrut.Dbk<br />
La Invülble
Organo inmenso de infinitas Dotas<br />
La humanidad camina a un solo fin.<br />
,Quién la empuja? el que meœ las espigas,<br />
El que arte da al castor y a las hormigas,<br />
Vuelo a las aves, hâlito al jazmin<br />
El dcsencanto de 10 humano, la nccesidad de saber y la tristcza de<br />
saber, la pérdida de las primeras ilusiones, ficticia fuente de histéricos<br />
sentimentalismos en los poetas adocenados, grandioso manantial de aguas<br />
amargas pero vigonzadoras, en los grandes espirltus, le da a las composiciones<br />
que siguen un acento doloroso casi, doloroso, por 10 sincero;<br />
El alma dei cantor<br />
Mi alma, ese mal de pcnsamlento y vida<br />
Que calia 0 muje, duerme 0 se estremece ...<br />
es aquel mat" oscuro sobre cuyas aguas parten, para no volver nunca,<br />
como en el cuadro adorable de Gleyre, a Jas Virgcnes Blancas y los<br />
efebos rubios que entonaron sus cores en las primeras fiestas de la vida.<br />
Desde la arcnosa orilla el Poeta cuyos ojos cansados reflejan la luz del<br />
Poniente las ve alejarse y carita su hui da.<br />
No, DO investigues tanto los secretes<br />
De la oscura creacién,<br />
Porque al !legar al fin de la jornada<br />
Perderàs la llusién.<br />
En la seda recuérdase al gusano,<br />
El aspid en la miel,<br />
En el suefio la calma dei sepulcre,<br />
A Cain en Abel.<br />
El areebol celeste de la tarde<br />
Recéiese en crespén;<br />
En coâgulc de sangre el escalpelo<br />
Convierte el coraz6n.<br />
S Les illusions perdues, Museo de Luxernburgo,<br />
264<br />
Moisés<br />
Eros
La fe conforta y la razén quebranta<br />
Con su diente voraz<br />
y en el pensamîento espinas trse s610<br />
En su carrera audaz<br />
Esa desilusion de la hurnano lcvanta al bardo a regiones mas altas,<br />
hace su inspiraciôn mas uniforme y le quita cl acento de queja; aûadc<br />
una cuerda mas sonora a la lira, aclara los horizontes, le hace cntrever<br />
las leyes que él contiene y convicrte en claridad de aurora el raye<br />
débil que alumbraba las timeblas de la primera parte del libro :<br />
De la Ilor el perfume<br />
Todo 10 invade, aunque jamas se palpe;<br />
La atracclén de} iman pasma a la ciencia:<br />
El opio aduerme: pero nadie sabe<br />
D6ndc esté dei enlgma la fiel clave.<br />
Corne cncanto inccmpleto<br />
Col6n el mundo fisico, pesândolo<br />
En la fina balanza de su mente<br />
Hallamos el moral en deficiencia<br />
Cuanda activa la edad nuestra conciencia.<br />
Lo grande tiene un habla<br />
Un no sé qué espasmédico y profundo,<br />
Algo que hacc cntrever COSAS remoras<br />
o rccordar algunas que pasaron<br />
y que hucllas visibles no dejar on.<br />
También cuando miramos<br />
Desde audaz emlnencia los abismas,<br />
o en estrellada nochc cl firmamentc,<br />
o escuchamos el trucno deI torrente<br />
El mismo intimo espasmo el alma sientc.<br />
y el horizon te se aclara y la vOZ deI poeta se alza:<br />
La realidad -la que se palpa a mira<br />
Apenas es perfil de la que existe;<br />
265<br />
Du1ce 19t1Orancia<br />
Sursuftt
fin de la vida que entreabre el delo<br />
y resucita la edad primera;<br />
También a tiempo que acaba el hielo<br />
Floreeen Iirios en prîmavera.<br />
De los misterios algo se esconde<br />
En cada pliegue de nuestro estambre<br />
Que al IIamamiento siempre responde<br />
Del invisible divino alambre.<br />
Ese algo vence letal cicuta,<br />
Ese algo estatuas hace dei lodo,<br />
Ese algo al crimen triunfante inmuta,<br />
Ese algo en Cristo resume el todo.<br />
La vida de la Tierra<br />
Es sôlo larva nebulosa, informe,<br />
De 10 que el Bien mmarcesible encierra,<br />
Como es germen de nuevo continente<br />
Polvo que el mar arrastra en su corriente,<br />
Ahora es la creencia la que habla, la afirmaci6n definitiva surge<br />
de Jas vacilaciones, la luz se hace en la oscuridad:<br />
No hay regla de criteria<br />
Que no resulte en un momento falla ...<br />
Percibe el alma as! luz de mlsterio<br />
y al cabo, como sol de pira amante<br />
Se eleva a 10 inefable, palpitante<br />
y el Poeta, angustiado al comenzar por los insolubles problernas, desencantado<br />
luego de los triunfos humanos, convencido ahora de las realidades<br />
eternas, invoca la hora de llegar al puerto y perderse en la Luz<br />
Increada:<br />
IOh! ILibertad divina,<br />
La crisâlida rota de este suelo,<br />
Deja al alma emprender glorioso vuelo!<br />
y, poniendo el infinito deI amor rnistico en 10 infinito deI arnor humano,<br />
le dice a la rnujer amada:<br />
jOh ven, mientras lIega la muerte y nos hace gigantes.<br />
266<br />
Ideales<br />
Libertad<br />
Ultra<br />
Sideral
y el libro se cierra con una grandiose profesién de fe, que compensa<br />
y hace olvidar los anteriores sufrimientos :<br />
Cada hombre es una parte<br />
De la etema unidad que en Dios reside<br />
y no hay ciencia, ni ley, fuerza ni arte,<br />
Que impunemente esa verdad olvlde.<br />
Interesante en si como documento humano, la historia de la evolucién<br />
interior contenida en la serie de poesias que acabamos de recorrer, adquiere<br />
doble valor si se considera como sintoma de las tendencias idealistas<br />
y religiosas que se notan en todos los ramos de la ciencia y dei<br />
arte en los ûltlmos anos; de ese gran movimiento que les ha dado<br />
millares de lectores a las obras de Dostoiewski y Tolstoï, a la mùsica<br />
de Wagner sus fervorosos adeptos; que ha convertido la novela francesa,<br />
simple medio de anotacién de sensaeiones en manos de Zola, en delicado<br />
instrumento de anàlisis psicolégico en las de Bourget, Rod y Rosny;<br />
que en la pintura ha venido a reemplazar los procedlmtentos de Raffaelli<br />
y Manet con los de Gustavo Moreau y Puvis de Chavannes; en la critica<br />
los métodos de Saint Beuve y Taine con los de Vogüé y Teodoro de<br />
Wysewa, y que en el campo fllosôfico ha producido los trabajos de<br />
Guyau, Fouillée, Renouvier, Pillon y Daurlac.<br />
Mientras que esos espiritus, nutridos de ciencia y ansiosos de creencias<br />
al rnismo tiempo, prosiguen !iUS estudios en que c1area una aurora<br />
nueva, los hombres de acci6n que han senti do la necesidad de nuevas<br />
formas religiosas, se apartan de la avanzada intelectual que encabezan<br />
y buscan la soluci6n prâctica del problema en una ética personal y<br />
en una creencia definida. Diôsela Toistoi con su brusco alejamiento de<br />
la corte y su retiro a las propiedades de Yasnaia-Poliana, donde lleva<br />
vida de asceta; la han encontrado otros en la vuelta a las creencias de<br />
la infancia.<br />
Mas afortunado que sus hermanos de dudas y de deseonciertos, que<br />
después de aprender la ciencia humana y de hacer su experiencia del<br />
Universo, pueden decir, poniendo en él todo su cansancio, el verso<br />
adorable de Mallarmé:<br />
La vie est triste, helas! et j'ai lu tous les livres, el espiritu deI Doctor<br />
Nùûez vine a encontrar la paz anhelada en las creencias de sus mayores,<br />
en la Religi6n que aprendié de su madre, la dulcisima anciana cuyo<br />
retrato guarda como una reliquia el salon blanco de la quinta deI Cabrero,<br />
y que, separada de él por el doble infinite del ticmpo y de la<br />
muerte, le sonreia en imagen, y acompaâaba sus horas de labor ardua<br />
y de profundas meditaciones.<br />
La quinta dei Doctor Nûûez, cuya vista ofrecc hoy El Cojo Ilustrado,<br />
esta situada al noroeste de Cartagena, la vieja ciudad heroica, tres veces<br />
sitiada, cantada por de Heredia en sus maravillosos sonetos, y que Tenace<br />
267
hoy gracias al amor de sus hijos )' al Ferrocarril que la une con el RIo<br />
Magdalena.<br />
j Lugar forjado a propésito para que en él sc deslizara la vida de<br />
un pcnsador desencantado de 10 humano, parece la mansion construida<br />
en la pcqueüa penlnsula, que recibe en su doble playa cl beso de las<br />
ondas de} mal' Caribc, que enfrentado por las costas de la bahia llega<br />
ail! como acariciadnr y medio dormido a lamer la arena de la orilla!<br />
Dcsde los balconcs de la Quinta, pintada de blanco. y medio oculta en<br />
lus jardines que cantan una cslrofa de vida con sus verdures violentas<br />
y cl color cncendido de las flores; por sobre el bosque de cocoteros que<br />
la rodca, sc vc en las cercanias la Capilta que Icvant6 a la Virgen<br />
la piedad de la scüora Ronnin de Nuücz, y alla, en lontananza, las<br />
viejas murallas de la ciudad heroica. negras por los Iiquenes que las<br />
cubren. cnguirlandadas por las enredaderas que por ellas trepan y 05tcntando<br />
todavia las buellas de los caüoncs de Pointis. Las paredes<br />
blanqucadas, las palmas que ondulan como abanicos movldos por cl<br />
viento, el azul profundo dei cielo, sobre cl cual se corta alla en el<br />
horizonte la Iinca pâlida dei mar y, quizâs la blancura de una vela que<br />
hacc rurnbo hacia lejanos l'aises. los viejos castillos espafioles, levant ados<br />
como ccntinclas en las alturas, le dan al paisaje un aspecte de<br />
Oriente. Alli, en ese retire de fil6sofo y de poeta, encontrâbase al hombre<br />
que ha ejercido en los ûltlmos aûos decisiva influencia sobre los<br />
destines de su patria,<br />
Scncillamente vestido de dril blanco. scntado en una silla de bambû<br />
~. esparto. cl antcbrnzo apoyado en los hrazos del asiento, la cabeza<br />
inclinada sobre cl peche: U11 mechén de cabcllos entrecanos cayéndole<br />
sobre la frcntc clcvadisima, los ojos claros y azulosos, medio cerrados,<br />
con ulla extra na' expreslén de cansancio Hsico y de profunda vida intenor,<br />
al comenzar la conversaclon parccia abstraido en meditacién<br />
profunda. Micntras los ternas no sc alcjaban de las prcocupaciones vulgares,<br />
de los détalles diarios, veiasclc asi, los ojos nublados como por la<br />
niebla dl' una klea: oiasc la voz lcnta y perezosa que articulaba frases<br />
de f6rmula. AI hablàrsele de sus contraries: de los que Jas odiosas<br />
luchas politicas habian colocado Frente de él en actitud de batalla; de<br />
los (Ille olvidaron los favorcs recibidos, SlI fisonomia tornâbasc impasible:<br />
no sc oia una frasc arnarga de sus labies, aquello no le interesaba, su<br />
inteligencia parecia volar fi inconccbiblc altura sobre el tema de la conversacién.<br />
En cambio. hubiérais nornbrado dclante de él a tilla de las glorias<br />
arncricanas, de los lidiadorcs
de los que formaban su socicdad intelectual, habrlais visto la transformaciôn<br />
que sc efcctuaba: la mano cansada hubiera pasado por sobre los<br />
cabellos, y con adcmàn de fucrza se pascana por la barba cntrecana,<br />
los ojos apagados se h ubieran enccndido con el fuego de la j uventud,<br />
cl cucrpo entcro, como galvanizado, se erguiria, alzarin la voz S\1<br />
monétono diapason, y el hombre que tentais delantc os pareceria como<br />
transfigurado por cl entusiasrno, los sesenta y nucvc aüos que hublera<br />
cumplido en estas d'as cstaban borrados, tenia treinta, la cdad de las<br />
luchas y ciel csfuerzo poderoso: tenia veinte, la cdad de los entusiasrnos<br />
sublimes y de las nohlczas idcalistas... no tenia edad camo no la<br />
tiene el genie.<br />
Cuatro palabras sobre la carrera pùblica del Or. N ùücz, completaràn<br />
para nucstrcs lectures cl csbozo, que, a grandes rasgos les ofrcccmos,<br />
para acornpaûar el rctrato con que sc: cngalana este numero de m Coio<br />
ilustrado. Nacido en Cartagena, d l8 dt.' scucmbre de 1825, de ilustre<br />
familie, varies de l'U)'OS micmbros sc distinguieron en la época de la<br />
independcncia, ocupé los siguicntes pucstos oficialcs en los Estados Unidos<br />
de Colombin; Consul de los Esrados Unidos de Colombia cn liverpool,<br />
Representante por varias Estados a las Câmaras Nacionales, Scnador.<br />
Presidente del Scnado, Presidente del Estado de Panama, Presidente<br />
del Lsrudo de Bolivar, l'residcutc oc los Fstados Unidos dt! Colombie,<br />
Presidente Tuular de ):1 Repùblica de Colombie dcsde 1886. Este ultimo<br />
pucsto 10 ocupé dcsdc cntonccs, sin aceptur cl sucklo que remunera SlI<br />
dcscmpcüo: dcialle insignlficantc r vulgar si sc quière, sobre todo al<br />
compurarlo COll cl desprcndimiento de los bicnes de fortune, que fue la<br />
norma tic su vida, pero que da idca dt.' la nobleza Oc su carùctcr.<br />
Ni cl dcsprccio de 1
altura dei monte desde donde alcanzé a ver y a seüalar a su pueblo<br />
los horizon tes de la Tierra prometida ...<br />
Después murié. Del triunfo las angustias<br />
Su corazén no tuvo que sufrir :<br />
La ingratitud mas dura que el suplicio,<br />
El laurel mas punzante que el cîlicio<br />
No pudieron su suefio interrumpir.<br />
Caracas: septiembre 28 de 1894.<br />
ANATOLE FRANCE<br />
Noticia bibllogrâfica y literaria<br />
ANATOLE FRANCEt naciô en Paris en 1844, y alli vive consagrado a<br />
las letras. Hizose conocer coma poeta publicando hace veinte anos un<br />
toma de versos, Los poemas doraâos, y un poema, Las nupcias corintias,<br />
en 1878. Ambes libros, concebidos y escritos de acuerdo con la estérica<br />
dei Parnaso, son obras perfectas de arte, trabajo exquisitos de cincelador<br />
y de orfebre , de tan hermosa forma, que no falta quien los<br />
considere coma la mejor de todas sus producclones Iiterarias. Una serie<br />
de novelas, Los deseos de Juan Setvien, El gato flaco, Yocasta, El libro<br />
de mi arnigo, El crimen de Silvestre Bonnard y Thois, dos tomes de<br />
cuentos, Baltasar y El coire de nâcar, le han valido reputacién de novelista,<br />
y le han dado fama de critico sutil y de erudite insigne los<br />
cstudios publicados en Le Temps de Paris, y reunidos en cuatro volûmenes<br />
con el nombre de La vida literaria.<br />
Diferentes en todo de las novelas novelescas, que entretienen al vulgo<br />
de los lectores con la narraciôn de imposibles aventuras y con la pintura<br />
de sentimientos falsos, las de France tienen trama muy sencilla e<br />
idcas muy complicadas y recuerdan a cada pagina a quien las lee,<br />
que son la obra de un poeta que es un sabio a un mismo tiempo. Del<br />
pocta tienen la invcncién graciosa y delicada, la fantasia brillante. la<br />
belleza lujosa de los détalles, cl soplo de vida que anima a los personajes,<br />
la nobleza del estilo, la Iimpida transparencia de la frase; el<br />
sabio ha puesto en eIlas el ambiente en que se mueven las figuras, las<br />
decoraciones prestigiosas, la observaciôn profunda y sagaz de las flaquezas<br />
y de los errores humanos, la ironia amortiguada, el escepticismo<br />
benévolo de los que creen muy poco por haber cavilado mucho ...<br />
1 El nombre verdadero dei autor es Anatole François.<br />
270<br />
JOSÉ A. SILVA
De tales libres puede decirse que corresponden perfectamente a la<br />
definiciôn que su acter da deI libro, en reemplazo de la que trae un<br />
diccionario célebre,<br />
"Libre -dice France- cs, segùn Littré, la reunion de varios cuadernos<br />
de paginas manuscritas 0 impresas. Esa definiciôn no me satisface;<br />
yo definiria asi: Libro: obra de hechiceria de donde salen toda<br />
clase de imâgenes que turban los espiritus y cambian los corazones. 0<br />
asi : Ubm: aparatico mâgico que 10 transporta a une en medio de las<br />
Imâgenes del pasado, 0 entre sombras sobrenaturales".<br />
<strong>Obra</strong> de hechiceria, eso es Thais, la mas bella de sus novelas, y<br />
quizâs una de las mas bellas novelas gue se han escrito hasta hoy. Al<br />
recorrer esas paginas, cl lector cree respirar el ambiente de Alejandria,<br />
ver el horizonte escueto del desierto. donde asaltan las tentaciones diabôlicas<br />
a los errnitafios insomnes, oh 10 que dicen la hermosa cortesana<br />
conversa, el atormentado Paphnucio, Nicias el sonriente epicûreo, todos<br />
aquellos personajes que adquieren, por el sortilegio del arte, el misrno<br />
relieve que tendrian si fueran imâgcncs directas de la realidad.<br />
Las frases severas que usa France para habler de Zola, de su naturalismo<br />
grosero y de su vision estrecha de las cosas humanas, no autorizan<br />
para decir que sea France un crltico idealista. Como critico es, sobre<br />
todo, un enamorado ferviente de la belleza, dispuesto a rendirle homenaje<br />
donde quiera que la encuentre, y a quicn la exquisita sensibilidad<br />
artistlca y el desprecio trascendental por las formulas estrlctas, permiten<br />
gozar con la contemplacién de todas las formas armoniosas.<br />
Voces de lira y de flauta que vibran en el fondo deI bosque de<br />
laureles, cerca dei templo griego; armonias graves dei érgano, que acompaûan<br />
Jas salmodias de los frailes en las iglesias medioevales; serenatas<br />
de mandolinas al pie de los palacios de mârmol; ingenuas canclones de<br />
labriegos en los balles campesinos, todas las müslcas son buenas para<br />
él con tal de que los mûsicos sean buenos. Coma se extasia con los<br />
cant os serenos de Virgilio, se deja adormecer por la voz dulclsima, consejera<br />
de paz, del mon je de la Imitaciôn, y aquellas admiraciones no<br />
Je impiden sentir el calofrio febril que le comunican al lector artista<br />
Jos extraüos poemas en gue los neurasténicos modernes, los Baudelaire<br />
y los Verlaine, dicen las visiones mérbidas de la vida.<br />
No le perdonan a France los criticos dogmaticos y los jefes de grupos<br />
extrernos esa imparcialidad que juzgan dilettanusmo de mala ley, ni el<br />
que considere las obras de arte desdc diferentcs puntos de vista, ni que<br />
el tono habitual de sus criticas sea el de una indulgencia plâcida, que<br />
ticne visos de amable ironie. Desespérase Brunetière, por ejemplo, al<br />
ver que France huye de hacer clasificaciones y que, olvidândose por<br />
momentos de las suavidades felinas }' de las certidumbres opuestas<br />
que acostumbra, se atreve de vez en cuando a aftrmaciones categ6ricas;<br />
renegaron de él los decadentes y los simbolistas cuando dijo que, a<br />
pesar de su buena voluntad de sus esfuerzos, no se enteraha de las<br />
271
ideas que cntraüan los pocrnas nusncos de Mallarmé y las sinfonias<br />
evoluciomstas de René Ghil, y los neorrealistas dei grupo en que forma<br />
Rosny no alcanzan a comprender por qué les reprocha el autor de<br />
'l'hais la oseuridad dclibcrada del cstilo crizado de términos técnicos,<br />
ni por gué se cntretiene oyendo las cantilenas arcaicas de Juan Moréas.<br />
France al contcstarles su excusa sonriendo con maliciosa modcstia, reconoce<br />
la ciencia de los que 10 atacan, pondera los admirables métodos<br />
de sus adversarios, y los felicita por el triunfo que han obtenido sobre<br />
él: les repue que él es muy ingenue, muy scncillo; que siente admiraciôn<br />
por la gente convcncida y batalladora, que las criticas que escribe son<br />
impresioncs de paseo por entre las ohms maestras, y que la parte que<br />
escogié al entrar al bosque sagrado, dejando a otros la exacta mensura<br />
dei terreno y el deslindc de los predios, Fuc la del humilde silvano que,<br />
para comodidad de los paseantes, coloca bancos rùsticos en los sitios<br />
donde ln sombra de los àrbolcs es mas espesa, y mas puro cl ambientc,<br />
y cl céspcd mas blando, y mas claro cl horizonte que se divisa en<br />
lontananza.<br />
Esa humildad casi burlona, esa galanteria de gran seüor, exasperan a<br />
los advcrsarios. Verdad es que la critica, tal como la entiende France"<br />
('S 10 mas a propésito que se puede concebir para lograr la antipatia<br />
seria de todos los que se aferran 'il un ideal dcterminado en materia<br />
de arre. Su idiosinerasia en el reine de las bellas letras, se nos antoja<br />
a ln obra de Renan en cl campo de la historia y de la filosofia, y su<br />
('OSO, como diria un médico, es uno de los que muestran de modo mas<br />
visible las ventajas y los inconvcnlentes de la gran cultura moderna, y<br />
cl csrado de espirltu, que sc resiste al anâlisis, de muches de los que<br />
forman hoy la vanguardia intelectual de la humanidad.<br />
Incrédule enamorado de las creencias muertas, demôcrata adorador<br />
de todas las elegencias acistocraticas, rnoderno que siente la nostalgie<br />
dei pasado, erudite que hace hurla de la erudiciôn y reniega de los<br />
libres, hombre de ciencia que suspira por las sorpresas y los goces de<br />
la ignorancta perdida, espîritu complejo, penetrante y sutil, lIeno de<br />
innùmcras curiosidades que juzga vanas de anremano, no sicnte, por<br />
fortuna para él, la indefinible angustia de los que juntan a' esas complicaciones<br />
la preocupaciôn intensa de los problemas morales; esa angustia<br />
que emana de las obras sugestivas y graves de Pablo Bourget.<br />
(Dcbe atribuirse el esccpucismo sonricntc, el optimisme sereno de<br />
France, al maravilloso equilibrio de sus facultades 0 a circunstancias<br />
cspeciales de su tcmpcramento y de su vida? Ardua tarea es esa de<br />
analizar las causas que infJuyen para determinar el resultado misterioso<br />
de que unas mlsmas ideas se transformen en torturas angustiosas 0 en<br />
inefables fruiciones, de acuerdo con la sensibilidad intima de los que<br />
las adquieren. Contcntérnonos con anotar que para los que conocen a<br />
fonde los libros del insigne artista dei que hablamos, la sonrisa satisfeeha,<br />
ironies y dulce de France ticne visos de una sonnsa de tristeza resignada,<br />
272
y que cruza por eIla, como un fantasma par un. jardin floride, aquella<br />
mujer que, segûn
Rusia, en las jerarquias de los personajcs toda la escala que va desde<br />
Bonaparte y el Zar hosta los mendigos hambricntos, en la dcscripcién<br />
de la humanidad y de la naturalcza todos los aspectes, desdc las cunas<br />
donde los chicuelos agttan las manecitas sonrosadas y blandas hasta los<br />
leches suntuosos donde agonizan los viejos cansados de la vida; desde<br />
los campos perfumados por la primavera y dorades por cl sol naciente<br />
donde aroman las primeras violeras, hasta las estepas dcsoladas por la<br />
sombra nocturna y por cl frio donde se pudrcn los cadéveres abandonados<br />
tras la batalla cruenta; desde las noches de luna en que Jas muchachas<br />
vcstidas de blanco hablan de amor, asornadas a las vcntanas, hasta las<br />
tardes trâgicas en que las capitales abandonadas arden en el horizon te,<br />
es un inmenso panorama de la RUSla dei pasado. Ana Karenine copia<br />
en cuadro menos amplio, en nad a inferior al otro, por la intcnsidad de<br />
la vision y por cl podcr de la transcripcién Iiteraria, mas artistico si se<br />
quière, en el sentido cstrecho de la palabra, la socicdad rusa de hace<br />
veinte allos. En uno y otro libro se ven ya las preocupacioncs que determinaron<br />
en el espiritu dei autor la produccién de las obras posteriores,<br />
y que han sido después la guia de su vida. Pedro Bcsoukoff, Nicolai<br />
Levine, cl principe Andrés, son el autor, con todas sus dudas, sus angustiosas<br />
inccrtidumbres, su malestar doloroso, al considerar los problemas<br />
eternos y sus utopias para encontrar la f6rmula suprcma.<br />
Como un màgico aprisionado por cIlos en el rombo que trazé a su<br />
rededor para que no 10 franquearan los fantasmas evocados, esos personajes<br />
10 cercaron y se encarnaron en él; un misterioso moujik le dijo<br />
un dia que el secrete de la vida consistia en el desprendimicnto de<br />
todo, en el olvido de las grandezas humanas, en el desprecio de la<br />
intcligencia, dei amor, deI arte, deI lujo, de todo Jo que pucde ennoblecerla.<br />
De ah! una religion nueva, singular mezcla de moral evangélica<br />
extrernada hasta un altruisme absurdo. basra un comunismo disolvente<br />
y de dcsprccio por el progrcso humano, Ilevado hasta cl furor de los<br />
los iconoclastas. De entonces para acâ dejé de contar la humanidad con<br />
lino de los mas grandes artistas que han existido y lin nuevo fanatismo<br />
tuvo un nuevo apéstol: la mano que describié a Natacha y a Wronsky,<br />
se cmplco una veces en cnncgreccr paginas que haccn propagande<br />
contra el tabaco y contra el vino y que relegan el amor al dominic de<br />
10 inmundo, y otras en manejar la hoz en los campos donde amarillean<br />
los trigales, y en clavetear zapatos para los chicuelos de la escuela de<br />
Yasnaia-Poliana.<br />
jSingular figura la del artstocrâtico escritor en quicn cl horror dei<br />
mal hizo que cediera la inteligencia al sentimiento, y suprlrniô el poder<br />
de crear! [Tal como 10 pintan los que de cerca 10 han visto, vcstido con<br />
una blusa ordinaria, ceüida la cintura con una Faja de cuero, membrudo<br />
y de elevada estatura, los largos cabellos blancos cayéndolc sobre los<br />
hombres, la luenga barba sobre el peche, los ojos hundidos y brillantes<br />
de mistico ardor bajo las ccjas espcsas, la boca grave y todo él des-<br />
274
greüado y venerable predicando su religion nueva a los carnpesinos incultes,<br />
evoca las figuras sombrias de los ermitafios de los primeros<br />
sigles, que retirados al desicrto, anunciaban la verdad salvadora y predeclan<br />
la caida de los Imperios decadentes!<br />
1893.<br />
PROLOGO<br />
AL POEMA INTITULADO "BIE~AVENTURADOS<br />
LOS QUE LLORAN", DE FEDERICO RIVAS FRADE<br />
AL POEMA que Rivas Prade le da hoy al pûblico le sobraria cualquier<br />
pr6logo. El pûblico conoce de tiempo atràs al autor y ha vista con viva<br />
simpatia todas sus producciones literanas. Muchos hombres, en cuyos<br />
labios precozmcnte marchitos, una sonrisa fija disimula la expresiôn<br />
de complete cansancio: muchas mujeres que, coma la Idolatrada de<br />
Heine, tienen el color de la primavera en las mejillas y cl Frio dei invierno<br />
en el alma, cuando oyen nombrar a Rivas, dicen paso, camo una confesi6n<br />
intima, algûn verso nostâlgico de las Rimas, de csos en que el<br />
poera, al delinear la silueta vega de algûn recuerdo, al trasladar a las<br />
silabas sonoras el tinte de melancolia de su alma; al fijar alguna irnpresion<br />
Fugitiva, por media de las frases rebeldes, habla para todos los<br />
cerebros y para todos los corazones que guardan confuses esas imagenes,<br />
sin poderlas reducir a palabras.<br />
j y cuântas veces, después de decir ese verso en que su pensamiento<br />
toma forma, y se ennoblcce con la mùsica del ritrno, y ve levantarse el<br />
pasado, Coma un fantasma evocado de su sepulcro par la magia de la<br />
estrofa, viene a los labies que 10 dijeron, ajados camo raso marchito a<br />
frescos camo un botén de flor, una sonrisa de agredecimiento para el<br />
que ast supo traducir 10 mas intlmo de sus sueüos, 10 peor de sus<br />
desengaüos a 10 mas dulce de sus memoriasl<br />
Rivas Frade pcrtcncce al grupo litera rio que Catulle Méndes ha<br />
bautlzado con el nombre de sensiüvos y deI cual forma parte Gustavo<br />
A. Bécquer. Hasta hoy han ido aglomerândose, y para consuelo de los<br />
redactores de periédicos escasos de material y de los curiosos lectores,<br />
scguirân aglomeràndose par muchas aûos, los estudios en que la paclencia<br />
de los criticos busca analogias entre la obra dei poeta sevillano<br />
y la de Heine y entre las composiciones cortas y tristes, escritas hoy,<br />
con las del maestro sevillane, Heine, triste, escribia versos cortos, y se<br />
quejaba de la vida, Bécquer imitador de Heine y Rivas Prade y José<br />
Angel Porras, y otros, imitadores de Bécquer, todos melancélicos, Imprestonados<br />
por la muerte, autores de pocsias que, camo dice de las<br />
rimas dolorosas de Emilio Antonio Escobar el ilustre critico don Juan<br />
Valera, tiene olor de cernenterio y cancamurria de gorigori.<br />
275
Perfectamente, pero ,no seria mâs fâcil ver en esa semejanza de la<br />
producclôn una analogie de organîzaciones y de temperamentos que,<br />
puestos en contacto con la vida. experimentan sensaciones parecidas, que<br />
se transforman en estados de espiritu en los cu ales la ernociôn sentimental<br />
busca salida y se convierte en uno de esos poernitas que hacen<br />
reir a la flor de los cri ticos espaûoles y pensar al vulgo de los lectores<br />
colombianos?<br />
,Par qué han hecho esos hombres versos parecidos en la forma y<br />
en el fonda? (Por qué destilan en todos esos vasos preciosos el misrno<br />
licor amargo de sabor raro?<br />
Esta es la expllcacién que se les ha ocurrldo a algunos al pensar en<br />
eso: todos esos poetas son espirltus delicadîsimos y complicados a quienes<br />
su misma delicadeza enfermiza ahuyenta de las realidades brutales<br />
de la vida e imposibilita para encontrar en los arnores faciles y en las<br />
felicidades sencillas la satisfacci6n de sus deseos; a quicnes lastiman a<br />
cada paso las piedras del camlno y las durezas de los hombres. y que<br />
se refugian en sus sueâos. Débiles para la lucha de los sexos, que es<br />
el amor, son vencidos en ella; soüadores de felicidades eternas exigen<br />
de este sentimiento voluble una duracién lnfinita, rinden un culto<br />
cast mistico al Femenino Eterno, y cuando vuelven de sus éxtasis, encuentran<br />
a la mujer que los fasciné con la elegancia del porte, con la<br />
belleza de las formas, con cl perfume sutll que de ella emanaba, con<br />
la dulzura de los largos besos, y a quien idolatraron de rodillas, inferior<br />
a sus sueüos mismos, que se han desvanecldo al ponerse en contacte<br />
con la realidad. Cuando el éxtasis pasa, dice tristemente: "todo 10 que<br />
se acaba es corto". Entonces esas almas se enamoran de la Naturaleza,<br />
se pierden en ella, como par un panteismo extraiio; sienten la agonia<br />
de los bosques, ennegrecidos par el otoûo; vuelan con la hojarasca en los<br />
crepûsculos rojlzos, flotan en la niebla de las hondonadas, se detienen<br />
a meditar junto a las tumbas viejas; donde no hay una piedra que diga<br />
el nombre del muerto; junto Il las ruinas llenas de yedra y de recucrdos,<br />
que los tranquilizan hablândoles de la fugacidad de la humano; se dejan<br />
fascinar por el brillo fantâstico de las constelaclones en las noches<br />
transparentes; sienten una angustia inexplicable frente a la Infinite dei<br />
mar, prestan oidos a todas las voces de la tierra, como deseosos de sorprender<br />
los secretas eternos: y camo aquello no les dice la ùltirna palabra,<br />
camo la tierra no les habla coma madre, sino que se calla como la<br />
esfinge antigua, se refugian en el arte, y encierran en poesias cortas,<br />
llenas de sugestiones profundas, un infinite de pensamientos dolorosos.<br />
Esos espiritus no tien en ni la paciencia ni la fuerza, ccnvencidos<br />
coma estân de la tnutilidad final deI esfuerzo humano, de levantar las<br />
armazones gigantescas en que se sostienen los poemas de largo aliento ...<br />
y par eso, para decir la que sintiercn y pensaron, les basta una estrofa,<br />
como las dei Intermezzo a Heine, un cantar camo los de la Soledad a<br />
Ferran, una rima como las de sus Rimas a Bécquer ...<br />
276
y si en Heine la suprema lronia }' la risa de burla desfiguran la verdadera<br />
fisonomia Iiteraria, no es dificil, viéndolo de cerca, caer en la<br />
cuenta de que esa ironia es una careta roja de Mefistôfeles, un disfraz<br />
carnavalesco, puesto sobre la cara, enflaquecida y pâlida por el sufrimiento,<br />
y que solo sirve para ocultar al vulgo de los lectores las<br />
lâgrimas de dolor real que. una por una, amargas como las olas dei mar<br />
deI norte, cantadas por él, se le calan de los ojos al poeta paralitico.<br />
Nuestro pûblico ama a esos aurores, aprecia en 10 que valen las delicadezas<br />
de pensamiento y de frase. El poema que Rivas Frade le<br />
entrega hoy, encontrarà en él, como la han encontrado las Rimas, la<br />
acogida que merece, por la belleza dei asunro, la maestria de la forma y<br />
la elecciôn de los detalles .<br />
. . .y si acaso, dentro de algunas semanas los criticos al por menor<br />
se ponen a anotarle lunares y a averiguar a quién imita, yo le contaré a<br />
Rivas Frade, para que se ria de ellos. que a muchas bocas marchitas<br />
las una como raso ajado, frescas las otras como botones de flores, les<br />
he oido repetir, en voz baja, como un secreto dicho en el confeslonario<br />
de la conciencia, estos versos adorables de una de sus Rimas:<br />
Cuando paso rozando tu vestido<br />
e indiferentes al cruzar nos vernas,<br />
sin que asomen las aImas a los oios<br />
para cambiarse par saludo un beso.<br />
Mirando nuestra mutua indlferencia<br />
me parece que piensas, cual yo plenso<br />
que este mundo es un baile de antifaces,<br />
o que en los dos el corazén ba muerte.<br />
PIERRE LOTI<br />
EL ENCANTO de las novelas de Loti y de ésta en particular reside simplemente<br />
en el exotisme, y esa fuente de éxito explotada por Loti se<br />
agotarâ râpidamente. Sus libros no estàn llamados a vida duradera. A:z;;yadé,<br />
Constantinopla, Karoni, Tahiti, Crysanthème, Yokohama, Fleurs<br />
d'Ennui, Propos d'Exil, Japoneries d'Automne, simples estudios de medios<br />
arnbientes: artisticos, no psicolôgicos; coloreados, no profundos;<br />
preferibles, para el que busca el temperamento del autor, a la novela.<br />
En los otros libres, la primera de las impresiones se amortigua;<br />
en la novela de Spahi los amuletos y la luz y el calor de los personajes<br />
insipides estân de sobra. El mismo 10 ha dicho en su pr6logo de Crysanthème.<br />
"Los personajes de esta novela somos: el japonés, yo y el<br />
277
efecto que el pais me produjo". As} de todas, y para disminuir el<br />
esfuerzo, los personajes de sus novelas son todos rudirnentarios, organizaciones<br />
débiles donde no se mueve la pasi6n y que se destacan deI<br />
fonda dei cuadro coma un signa, Corna una impresiôn ûltima dei media<br />
descrito. Cuanda Loti ensaya trasplantar a nuestras regiones sus procedimientos,<br />
éstos no dan resultados completes.<br />
De ahi la inferioridad dei frère Ives. Uno de los secretas que hacen<br />
la rnagia de su estilo, que le dan el sella caracteristico, consiste en la<br />
lejania de los lugares descritos, en la vaguedad de la frase, en algo<br />
delicadamente incierto de los adjetivos que podrla resumirse en este:<br />
grandiosos cuando caracterizan un aspecto general de las cosas; en<br />
Crysantl1ème, las comidas extravagantes, la pipita de oro sacudida, las<br />
Iinternas, etc. 'Para el primera de los
NOTAS Y VARIANTES<br />
LA PROTESTA DE LA MUSA. Publicada por primera vez en RL, afio 1, NQ 7,<br />
diciembre 15 de 1890, pâgs. 133-135. Seguimos el texte de 1965, con ortografia<br />
y puntuaciôn modermzadas, compulsândolo con 1890.<br />
Pârrafo 4, linea 20. 1890, J 965 alegre. .. y el poeta satirico<br />
TRASPOSICIONES. Tomamos el texto de la edid6n de las Prosas de Silva<br />
hccha por Daniel Arias Argâez, el cual dice de la "Carta abierta": "Varies dias<br />
después de un almuerzo lujoso, servido en un elegante chalet, vecino de la poblaci6n<br />
de Funza, remiti6 Silva a la inspirada artista y gran sciiora dofia Rosa<br />
Ponce de Portccarrero esa deliciosa carra abierta, en la cual le inc1uy6 las dos<br />
Transposiciones portentosas, denominadas al Carbon y Pastel, que son dos trabajos<br />
de orfebreria realizados por un artifice soberbio". Estos textos son aproxtmadamente<br />
de 1890.<br />
La carra es un precioso documento para ilustrar 10 dicho en cl "Estudio Pre<br />
Iiminar" a este volumen, especiahnente los pérrafos terceros, sexto, octave y noveno.<br />
Ademas, posee una exquisita calldad casi proustiana en ciertos pasajes,<br />
SUSPIROS. Primera publicacién documentada por nosotros, en Prosas, pâgs.<br />
53-56.<br />
EL PARAGUA DEL PADRF. LEON. Primera pubhcacién documentada por<br />
nosotros en Prosas, pégs. 87-91, version que reproducimos, corrigiendo algunas<br />
erratas,<br />
Pârrafo 7, Iinea 9. 1926 conversando Pàrrafo 8, Iinea 6. 1926 Million Ouet,<br />
Parrafo 8, linea 11. 1926 Falta la Iinea que se ha hecho [amosa por haber comprado<br />
todas las joyas<br />
CRITICA LIGERA. Publlcado por primera vez en ETdD, serie 2$ NQ 39<br />
agosto 12 de J 888, pâgs. 305-307. Compulsamos aqui )a edicién de D~nald Mc:<br />
Grady en Thesaurus, Bogoté, tomo XXIV, 1969, pâgs. 3-16. Esta carta de Silva<br />
fue escrita en respuesta a una "Entrevista con Mr. Collins", publicada en La<br />
Miscclanea de Medellîn y firmada por José Luis Rios (en realidad Baldomero<br />
Sanin Cano). El texta de Sanin criticaba a algunos poctas y no mencionaba a<br />
Silva. Algunos creyeron que era él cl autor de la entrevista. En el texto, no<br />
creemos necesario indicer la correcciôn de usas talcs como las prcposiciones a<br />
acentuadas 0 de pequeiias erratas 0 indicar la adicién de los signos .: iode<br />
alguna coma evidente.<br />
279
EL DOCTOR RAFAEL NUIQEZ. Escrito para ECI, el 28 de septiembre de<br />
1894 y publicado el 1 de diciembre dei mismo ano (ana 111, NQ 67, pâgs, 379·<br />
380), con motiva de la muerte de Rafael Nûüez, ocurrida el 18 de septiembre.<br />
Seguimos esta version de la publicaei6n venezolana, ya que la de Prosas y la de<br />
DR (1965) mutilan varias pârrafos y Irases. El verso de Mallarmé citado en el<br />
pârrafo 19 tiene un errer. Debe leerse: La chair est triste, hélasl et l'al lu tous les<br />
livres. Modernizamos la ortografia y corregimos alguna errata,<br />
ANATOLE FRANCE. En la Biblioteca Popular, Bogotâ, Jorge Roa Editer, 1893,<br />
se publicaron traducciones de cuentos de aurores extranjeros. Silva tradujo El coire<br />
de nacar de Anatole France y escribi6 esta "Noticia biograflca y literaria" como<br />
pr6logo. Scguimos el texta de 1965 que es igual, en general, al de 1893.<br />
EL CONDE LEON TOLSTOI. Coma el lexie anterior, éste sirvia coma pr61ogo<br />
para una publicaciôn de 10$ Cuentos para el pueblo de Tolstoi. Esta fecbado en<br />
julio 2S de 1893. Publicado en la misma Biblioteca Popular.<br />
PROLO GO A "BlENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN" DE RIVAS FRA<br />
DE. Primera publicaciôn documentade por nosotros en Proses, 1926.<br />
Pârrafo 4, linea ). 1965 mas fdeil en esa<br />
PIERRE LOTI. Primera publicaci6n en Prose, pâgs. 103-105, donde Daniel<br />
Arias Argaez anota: "Este lî.gero juicio critlco, escrito con hiplz por la propia<br />
mano de Silva, fue encontrado en la pasta de un vleJo y desteiiido ejemplar de<br />
Rarahu ( ... )". Hacemos leves correcclones a este tcxto y ft 1965, sobre todo<br />
en los acentos franceses.<br />
280
CRONOLOGIA •<br />
~ La Cronologla de este volumen ha sido revisada y completada por el Departamento<br />
Técnico de la Biblioteca Ayacucho.
1865<br />
1866<br />
Vida 'Y obra de José AsrmciOn Silva<br />
Nace José Asunci6n Silva en BagoU (26/XI); hijo de<br />
Ricardo Silva Frade y de Vicenta Comez Dlago, Su padre,<br />
"babilisimo para los negocies", "hombre de talante aristocrâtico<br />
y distinguido", precedente de familia acomodada,<br />
también es un conocido autor de articules de costumbres.<br />
"Silva era una gran conocedor dei idioma castellane, pues<br />
en la btblioteca paterna se habla nutrido con el estudio<br />
de los clésicos". (Arias Argâez). A diferencia dei padre,<br />
la madre mostrara hostilidad por las actividades poéticas del<br />
hijo.<br />
(6/1) Es bautizado con los nombres de José Asunci6n<br />
Salustiano Facundo. Su abuela, Mercedes Diago de G6mez<br />
fue su madrina; mâs tarde estaria entre los ejecutores comerciales<br />
dei poeta, Su casa "diriase el ûnico reducto 'snob'<br />
en aquella Bogota de mediados del siglo XiX que aûn<br />
conservaba muche de la colonial Santa Fe". (Miram6n).<br />
282
Colombia y Amérlca Latina<br />
C: Presidcncia de Manuel Murillo Toro<br />
(1864-66), primer presidente elegido<br />
segûn la Constirucjôn de Rionegro<br />
( 63) que dio al pais un gobierno federal<br />
y el nombre de Estados Unidos de Colombia.<br />
Inicia operaciones el Banco de<br />
Londres, México y Sudamérica. Primer<br />
mensaje telegrâfico despachado de Bogotâ<br />
Cl/Xl).<br />
Nacen I. E. Arciniegas y J. J. Casas.<br />
Muere E. Diaz Castro,<br />
AL: Muere el dictador Carrera (14/<br />
IV) y comienza la explotaci6n dei café<br />
en Guatemala. La "triple alianza" de<br />
Brasil, Uruguay y Argentina contra Paraguay<br />
(-70). Independencia de Santo<br />
Domingo. Barries sometido a conse]o de<br />
guerra y condenado a muerte en Salvador.<br />
(29/VIII). Tratado Vivanco-Pareja<br />
(27/1).<br />
R. Palma: Armonias y La lira limer;·<br />
cana. Muere A. BeUo.<br />
C: Ultima presidencia de Tomas Cipriano<br />
de Mosquera, iniciada bajo el<br />
lema de "Paz, Libertad y Progreso"; en<br />
defensa de los trlunfos liberales sobre<br />
la Iglesia, destierra por sels anos al arzobispo<br />
de Bogotâ y clausura el Congreso.<br />
Tratado diplomâtico de Comercio, Navegaci6n<br />
y Amistad con el Heino Unido<br />
(II).<br />
G. Gutiérrez Gondiez: Memoria sobre<br />
el cultivo dèl maiz en AtltioquÛJ.<br />
AL: Alzamiemo federal contra Uzquiza<br />
en Argentina (-67). Tratado de limites<br />
Chile-Bolivia establece que las riquezas<br />
descubiertas entre los grades 23 y<br />
25 de latitud sedan propiedad de los dos<br />
paises (JO/VW).<br />
Termina la guerra de secesi6n en<br />
EE.UU. (1861-). Asesinato de Lincoln.<br />
.Entrevista de Bismarck y Napole6n III<br />
en Biarritz. Ministerio Russell en lnglaterra.<br />
Sully-Prudhomme: Estancias y poemas.<br />
Taine comienza la Filosofia dei arte,<br />
Carroll: Alicia en el pais de las "'aravi·<br />
lias. Tolstoï GueTTa y Paz; (-69). Hnos.<br />
Goncourt: Geminie Lacesrteux. Manet:<br />
Olympia.<br />
283<br />
Mundo exterior<br />
Guerra austro-prusfana. Guerra austro<br />
Italîana. Primer cable transatlântico.<br />
Congreso norteamericano asegura igu91dad<br />
civil a los negros. Fundaci6n deI<br />
Ku-Klux-Klan. Polémica en la Internadonal<br />
entre prudhonianos y marxistas.<br />
Leyes de la herencia de Mendel. Nobel<br />
inventa la dinamita. Le Parnasse contemporain)<br />
que recoge la obra de los<br />
poetas "nuevos" de Francia. Sully-Prudhomme:<br />
Las pruebas. Verlaine: Poemas<br />
saturnianos. Swinburne: Poemas y bala·<br />
das. Dostoievsky ; Crime" 'Y castigo.<br />
Offenbach: La vida paris;ense.
1867<br />
1868<br />
Vida y obra de José ASllltciôn Silva<br />
Se reûnen en casa de Silva los conspiradores contra el<br />
gobierno (23/V). "-'De esa noche data mi recuerdo mas<br />
viejo' -reficre don Tomas Ruedas Vargas haber oido a<br />
Silva veintinueve anos después, precisamente la vispera de<br />
suicidarse- 'Jamâs he podido olvidar la cara de mi tîo<br />
politico Salustlano dei Villar asomado a una ventana en<br />
actitud inquieta de acecho, y cubierta la cabeza por el kepis<br />
francés de moda cntonces". Comenta Miramén: "Por grande<br />
que fuera la precocidad dei nmo y admirable el dessrrollo<br />
de sus facultades, no puede admitirse que tuviera ese recuerdo<br />
de los diez y ocho meses de vida",<br />
Un dibujo suyo aparece fechado de su mana el (6/1),<br />
Su educacién se resllza en los colegios de la aristocracia<br />
bogotana, después de. ser retirado de alguno por "la mezcla<br />
democrâtica de lu c1ases. sociales", Buen estudiante, orgulloso,<br />
despeettvo; sus compafieros Jo apodan "el nmo<br />
benito". Luego 10 apodarân "José Presunciôn", "cl casto<br />
José", "la casta Susana" (!). Todo ello sugiere las distancias<br />
que 10 separaban de su medio. "Creci6 en un medio<br />
donde las preocupaciones literarias cran anteriores y superiores<br />
a todos 10$ aspectes dei conflicto vital", "Nunca fue<br />
omo C ... ), no conoci6 por propia experiencia los goces, las<br />
amarguras y las vivas emociones de esa edad dorada" (Sanin<br />
Cano).<br />
284
Colombia y América Latina<br />
Del Campo: Fallsto. Montalvo: El Cosmopolita<br />
(-69) Pompilio Llona: Cantos<br />
amertcanos.<br />
C: Mosqucra hccho pnsionero en el<br />
Observatorio (2 3/V) y somctido a julcio<br />
ante el senado. Asume la presidencta el<br />
General Santos Acosta (·68). Sc contrata<br />
la construccién dei fcrrocarril Sabanilla-Bnrranquilla,<br />
Ley de creacién de<br />
la Universidad Nacional CI 6/IX).<br />
J. Isaacs: Maria. R. J. Cuervo: AplmtacÎones<br />
criucos sobre el langllale bor,otOM.<br />
Nacen J. Florez y C. A. Torres.<br />
AL: Maximiliano de Austria fusilodo<br />
en México; Iuàrez asume par scgunda<br />
vez (-72). Termina la dictadura liberal<br />
en Costa Rica. Tratado de limites Brasil-Bolivla,<br />
en el eual Brasil obtuvo<br />
"cuanto propuso y pidi6" (27/V). Renuncla<br />
Carri6n en Ecuador; J. Espinosa<br />
elegldo para completar periode.<br />
Nace Dario.<br />
C: Goblerno de Santos Gutiérrez (IV-<br />
70). Censo de la poblacl6n civil de]<br />
pals arroja la cifra de 2.951.000 habitantes.<br />
Gobernador conservador de Cundinamarca<br />
acusado de consplrar contra<br />
el gobierno general, Tratado con Estados<br />
Unidos sobre construccién deI canal de<br />
Panamâ, pero no se perfecciona.<br />
Nace Max Grillo.<br />
AL: Sarmiento asurne la pecsidencia<br />
de la Argentina (-74). "Grito de Yara"<br />
inicia la primera guerra de mdependencia<br />
(-78) de Cuba. Grito de Independencla<br />
de Lares, Puerto Rico. Balla, presidente<br />
dei Perù, elimina las multiples<br />
eoncesi6n a la casa Dreyfus.<br />
Naœ Ricardo [aimes Freyre.<br />
285<br />
Marcha de Garibaldi sobre Roma. Francisco<br />
José, emperador de Austrla; se<br />
constituye el Jmpeno austro-hûngaro.<br />
Constituci6n federal de Canadâ. EE.UU.<br />
compta Alaska a Rusia.<br />
Las primeras rnâquinas rotativas: proli<br />
Ieracién de peri6dicos. Tratamiento antiséptico<br />
de las heridas. Monier: hormi<br />
&6n arrnado,<br />
Ibsen: Peer Gynt y Bra"d. Pmner tomo<br />
de El Capital de Marx. Muere Baudelaire.<br />
Disoluci6n de la secclén francesa de la<br />
Internacional. Comienza "occidentalisaci6n"<br />
en [apôn. Trlunfo de la revolucién<br />
"Gloriosa" en Espaâa y nueva Constituciôn<br />
liberal. Primer congreso de los Trade<br />
Unions. Primer Ministerio Gladstone<br />
en Inglaterra.<br />
Lautréamont: Los camos de Maldoror.<br />
Browning: El anillo y el libro. Wagner:<br />
Los maestros emltore5. Fundaci6n de la<br />
Escuela Pracnca de Allos Estudios, en<br />
Paris.
1869<br />
1870<br />
1871<br />
Vida y obra de José Asuncwn Silva<br />
Naoe su hennana Elvira. Sobre sus relaciones con el poeta<br />
se ha esc.rito mucho. Para muchas, "se quisieron con un<br />
afecto que exoedia los limites del cariâo Iraternal": para<br />
ciras, todo ello no es mas que una malsana leyenda inspirada<br />
en una ilustracl6n de la edicién de las Poesfa$ de 1908,<br />
y par la morbosa imaginaci6n popular. Los sentimientos<br />
del poeta, a través de su poesia y su correspondencla, puedcn<br />
sugerir con insistencta el matiz inœstuoso sublimado.<br />
286
Colombia y América Latina<br />
C: Segundo tratado con EE.UU. sobre<br />
canal de Panama, que rampoco se perfccclona.<br />
AL: Golpe de cstado en Ecusdor, Garcia<br />
Moreno asume el poder (17/1), eonvoca<br />
la VIII Asamblea Constituyente,<br />
que condiciona la ciudadania ecuatoriana<br />
a la edad de 21 anos, al estado civil<br />
de casado, a saber leer y escriblr, y a<br />
ser catéltco. GraI. Cerna convoca Asamblea<br />
Nacional para elcgir sucesor en<br />
Guatemala (17 /V).<br />
J. M. Gutiérrez: Poeslas. Naœ L. G.<br />
UrhiDIL.<br />
C: Gobiemo liberal de Eustorgio Solgar<br />
(-72) durante cl cual sc contratan<br />
los servicios de pedagogos alemancs para<br />
10 ensefianza en las Normales. Pundacién<br />
del Banco de Bogotâ, primer banco<br />
privado (24/XI).<br />
Nace C. SOlO Borda, a quien Silva<br />
dedlcarâ una de sus prosas breves,<br />
AL: Campana militar de Guzman<br />
Blanco desde Curazao ID Ileva triunfante<br />
a Caracas (27/IV), don de cs nombrado<br />
presidente provision si (13/VII). For·<br />
macién del Partido Republicano en<br />
Brasi!.<br />
Mansllla: Una excuf5idn a los indlos<br />
ranqueles, Nace A. Nervo,<br />
C: Se inaugura el ferrocarril Barranquilla-Salgar<br />
(111). Se adopta como<br />
unidad monetaria de la repûblica el<br />
peso oro en sustitucién de la moneda<br />
de plata (9/VI). Aparece el penédlco<br />
El Tradicionalista, dirigido por M. A.<br />
Caro (7/XI).<br />
AL: Juarez reelegido en México. P.<br />
Diaz inicia la revuelta contra el gobierno;<br />
su Plan de Noria exlgla "sufragjo<br />
efectivo y no reelecci6n". (18/XI).<br />
287<br />
Mundo exterior<br />
Se abre el Canal de Suez. El iroperio<br />
liberal triunfa en el plebiscite francés.<br />
Primer Concilie Vaticano: dogma de<br />
la infalibilidad papal. Grant, pres. de<br />
EE.UU. Congreso de Eisenach y constitucién<br />
dei Partido Soclal-demécrata.<br />
Sistema pcri6dico de los elementos de<br />
Mendeleïev. Verlaine: Fiestas galantes.<br />
Sully- Prudhomme: Las $oledades. Ma<br />
Ilarmé: Hérodiade. G. Flaubert: La<br />
educllci6" sentimental. Dikinson i Poe-<br />
1II41S. C. Franck: Las beatitlldes. Naœ<br />
Valle- Inclân.<br />
Amadeo 1 Inicia su reinado en Espafia<br />
(·1873). Comienza la gran ola de emigraciôn<br />
europea a Amérlca Latina. El<br />
Papa pierde el dominio de los estados<br />
pontlflcios. Gucrra franco-prusfana. Se<br />
proclama la III Repûblica francesa<br />
(-1914). Rockefeller funda la Standard<br />
Oll. Schliemann: prlmeros descubrimientos<br />
en Troya.<br />
Verlaine: La buet14 cancMn. Pérez Galdés:<br />
La iontana de oro. Cézanne: Naturalcza<br />
mllerta con péndulo. Delibes:<br />
Coppelia. Mueren Lautréamont y G. A.<br />
Bécquer. Nace Lenin,<br />
Paz de Francfort. Roma capital de Italia.<br />
Proclamaci6n dei II Reich. Luis II<br />
de Baviera proclama a Guillermo l Kaysel.<br />
La commune de Paris: la Semana<br />
Sangrienta (21-28/V). Los Trade<br />
Unions consiguen estatuto legal,<br />
Darwin: El origen dei hombre. Renan:<br />
La reforma intelectual. )' moral. G. A.<br />
Bécquer: Rimas. Verlaine y Rimbaud<br />
huyen a Inglaterra. Inauguraci6n de la<br />
Opera de Paris.
1872<br />
1873<br />
Vida y obra de José Asunci6n Silva<br />
288
Colombie y América Latina<br />
Conflicto de Cuzmân Blanco con la<br />
iglesia venezolana al exilar al arzobispo<br />
Guevara (6/1). Errâzunz, primer presidente<br />
chfleno de extraccién liberal, Libertad<br />
para hijos de esclaves dedarada<br />
en Brasil. Melgarejo, asesmado en Lima.<br />
J. D. Cortés: El Parrnaso peruano.<br />
Guido Spano: Rojas al viento. Nacen<br />
J. E. Rod6, r, J. Tablada y E. Gonzâlcz<br />
Martinez. Muere J. Mârmol.<br />
C: Segundo gobierno de Murillo Toro<br />
(-74), durante el cual adquiere amplio<br />
poder la fraccién liberal dcnominada<br />
Ohmpo Radical. Se aprueba el contrato<br />
con The Cauca Valley Mining and<br />
Construction Co. para la construcciôn<br />
dei ferroearril dei Pacifiee desde Buenaventura<br />
hasta el rio Cauca.<br />
Mueren G. Gutiérrez. Oonzâlez y J. M.<br />
Vergara y Vergara, primer historlador<br />
de la Hteratura colombiana y "padrino<br />
de Elvira Silva". Ultima entrega de El<br />
/lfosalco (17/11).<br />
AL: Muere Iuérez (l8/V)]). Lerdo<br />
cie Tejada presidente elccto de México<br />
(26/IV). Union Centroamericana (Honduras.<br />
Salvador, Costa Rica. Guatemala)<br />
(17/11). Rebehén conservadora en Honduras.<br />
M. Pardo, presidente dei Perû,<br />
Hernéndez: Martin Fierro, Ascasubi:<br />
Santos Vega. Palma: Tradiciones Peruanas<br />
(-91). Nace P. E. Coll.<br />
C: Se inaugura en Bogotâ el alumbrado<br />
agas. Fundacién de los Bancos<br />
de Antioquia en MedelHn y Santander<br />
en Bucaramanga.<br />
Nacen F. G6mez y G. Valencia. J. Isaacs<br />
enfrcnta su segunda bancarrota.<br />
AL: Muere J. A. Pliez en Nueva York<br />
(7/V). Enmiendas liberales a la Cons-<br />
289<br />
,'Hundo exterior<br />
Don Carlos sc proclama rey de Espaüa.<br />
La "Kulturkampf" en Alcmania. En EE.<br />
UU. ammistîa a los sudistas.<br />
H. Spencer: Estudios de sociologia. Daudet:<br />
'Tartarin de Tarascôn. Campoamor:<br />
Pequc:ios poemas. Nietzsche: El origcn<br />
de la tragedia. Daumier: La j\·fonarqullI.<br />
Crisis econormca mundial. Proclamaciôn<br />
de la 1 Repùblica espafiola, Tercera<br />
guerra carlista. Alianza de los tres<br />
emperadores europeos (Alcmama, Austria,<br />
Rusia).<br />
Primera mâqulna de escribir. Pérez Gald6s<br />
comlenza los Episodios nacionales,<br />
Marx: edici6n defmitiva de El Capital.<br />
Rimbaud: Una temporada en el iniierno,
1874<br />
1875<br />
Vid4 y ObTa th José Asuncion Silva<br />
Escribe su primera poesia, "Primera comunién" (seglin Miram6n).<br />
Por el estilo de} poema (vccabularto, imagenes,<br />
versificacién, etc.), pareoe muy discutible que a los 10 aüos<br />
pudiera escribir ese ûnico poema, Los mas antiguœ, de<br />
fecha comprobada, son de 1882.<br />
290
Colombta y Amérlca Latina<br />
tituclôn mexîcana (29/V). Ferrocarril<br />
Veracruz-México (111). El mestizo J.<br />
R. Barries Ilega al poder en Guatemala.<br />
confisca iglesias y expulsa congregacicnes.<br />
Perù y Bolivie se alian contra<br />
Chile (6/11). Se instaura el matrimonio<br />
civil en Venezuela. (1/1). Monopolio<br />
inglés sobre teléfonos brasilefios (26/<br />
IV). Espaiia eiecuta a los revolucionarios<br />
apresados en el "Virginius". La crisis<br />
econômica generai de este aâo interrumpe<br />
las inversiones extranjeras en<br />
varlos paises.<br />
GonzaJez Prada: Baladas peruanQ$. J.<br />
E. Caro: Obros escogiâas en prosa )'<br />
verso,<br />
C: Murillo termina su periode dejando<br />
un superâvit de cercn de un millôn y<br />
medio de pesos. Asumc Santiago Pérez<br />
(l/IV), dei Olimpo Radical. Se contrata<br />
la construcci6n dei ferrocarril de Antioquia<br />
(4/V).<br />
AL: Nueva Constitucién de Venezuela;<br />
ruptura con la Santa Sede. Reformas<br />
hberales y anticlericales en Guatemala<br />
(9/IJ). Presidencia de N. de Avellaneda<br />
en Argentine. La primera lccomotora<br />
llega a Titicaca, atravesando Los<br />
Andes. ( 111). Litigios entre la casa<br />
Dreyfus y el gobierno peruano.<br />
,. P. Varela: La educaciôn del rmeblo.<br />
Naœn L. Lugones y Blanco Fombona,<br />
promotor de la leyenda de las relaciones<br />
incestuosas de Silva.<br />
C; Se funda cl Banco de Colombia<br />
(1/IV). Terremoto destruye a Cûcuta<br />
(] BIV) y es seguido por una ola de<br />
saqueos, En visperas de elecctones,. gran<br />
agitaciôn politica tanto en la capital<br />
como en los Estados. Derrocados los gobernadores<br />
de Magdalena 'Y Panama.<br />
291<br />
Mundo exterior<br />
Barbey d'Aurevilly: Las diab6licas. Verne:<br />
La vuelta al mundo en ochenta dias.<br />
Brahms: Réquiem alemân, Verlaine dispara<br />
sobre Rimbaud.<br />
Caida de Gladstone en Inglaterra y<br />
::\1inistcrio Disraeli. Alfonzo XII rcy de<br />
Espana, Ley contra la prensa sociaUsta<br />
en Alcmania. Dem6cratas reconquistan<br />
m:'l}'oriacn cl Congreso norteamertcano.<br />
J. M. Baruma: Algo. Juan Valera: Pept»<br />
ta Jiménez. Mallarmé: Ultima moda,<br />
gaceta del munda )' la [amilia (-7S).<br />
Comienza el movimiento imprcsionista.<br />
(Sala dei fotégrafo Nadar), Rimbaud<br />
abandons la actividad literaria.<br />
Las congregaciones expulsadas de Alemania.<br />
Parnell en la Câmara de los<br />
Comunes de Inglaterra. Conflicto de<br />
Bismarck con Francia. Congreso de<br />
Gotha que reùne a los partidos obreros<br />
alemanes.
1876<br />
1877<br />
Vida y obra de José Aszlncion Silva<br />
292
Colombia y América Latina<br />
AL: Agitaci6n anticlerical en Argentina<br />
(28/11). Nueva rebelién de P. Diaz<br />
contra el gobierno; ocupa México y<br />
asume la prcsidcncia (28/XI-1911).<br />
Revoluciôn Liberal de Veintimilla en<br />
Ecuador (S/IX) da fin a la dictadura<br />
de Garcia Moreno, asesinado en Quito<br />
(6/VIlI). Primer arzobispo venezolano<br />
elegido por el Congreso (V). La iglesia<br />
brnsilefia obliga al gobierno imperial<br />
a llbcrar obispos apresados.<br />
Alencar; El Sertanero, Mucren L. G. Indan<br />
y H. Ascasubi. Nace J. Herrera y<br />
Rcissig.<br />
C: Asume la presidencia Aquileo Parra<br />
(-78). apoyado por los Rcdicales. Se<br />
inicia la revoluci6n conscrvadora en cl<br />
Cauca contra el gobierno liberal (lI/<br />
VII), quc termina once meses mas tarde<br />
con el triunfo del gobierno central.<br />
Clausurado El Tradictonalista (VIII).<br />
Se inicia la industrie. del Seguro con<br />
la constftucién de la Ciao Colombiana<br />
de Seguros para operar en el rnmo del<br />
transporte CS/X).<br />
AL: México contrata ferroearciles con<br />
J. Sullivan (7/XII). Timida revoluei6n<br />
liberal en Honduras. Linares Alcântara,<br />
Presidente de Venezuela y G. Blanco en<br />
Europa. Intervencîôn nortcamericana en<br />
México. Primer ingenio azucarero con<br />
mâquinas de vapor en Santo Domlngo.<br />
Latorre : dl militarismo en Uruguay.<br />
Montalvo: El regenerador (·78).<br />
C: Se funda el Banco Popular. Por<br />
Ley dei Congreso se decreta la expulsi6n<br />
de los obispos de Antioquia, Mcdellin y<br />
Pamplona. Anterlormcnte habian sldo<br />
desterrsdos los de Pasto y Popayàn.<br />
Se funda TA Mujer (directora S. Acosta<br />
de Samper ).<br />
293<br />
Mundo cxtcrior<br />
Bell perfecciona cl Invente del teléfono<br />
de Maucci, Otto construye el primer<br />
motor de explosion. Tolstoï: Ana Kllrenina<br />
(-77). Manet: Los remcros de ATgenteuil.<br />
Saint-Saëns : Danza macabra.<br />
Disolucién de la 1 Internacional. Guerra<br />
de Turquia en los Balcanes. Movimiento<br />
"Tic rra y Libertad" en Rusia,<br />
Creaci6n de la Asociacién Internacional<br />
Africana. Expansién deI Imperio colonial<br />
inglés.<br />
Rock: bacilo éntrnx, Mallarmé: La tarde<br />
de un [auno. Pérez Galù6s: Dona Per<br />
[ecta, Zola; La taberna, Renoir: El molillo<br />
de la Galette. Inauguraciôn deI Festival<br />
wagneriano de Bayreuth: El anillo<br />
de los nibelungos. Twain: Las aventu<br />
Tas de Tom' Sawyer. Mallarmé retratado<br />
por Manet.<br />
Hayes, presidente de EE.UU. La reina<br />
Victoria, Emperatriz de la India. Guerra<br />
ruso-turca.<br />
Edison inventa el micr6fono y el fanografo.<br />
Traducciôn al francés de la Filasofia<br />
del illconsciellte de Hartmann. Renan;<br />
Los Evangelios. Carducci: Odas<br />
Barbaras. Hugo; La leyenda de los siglos.
1878<br />
1879<br />
Vida y obra de José Asuncton SilvQ<br />
Z/IV, segûn Mlramôn, escrfbe "Suspiro", Su publicaci6n<br />
cs tardia. Copin "El Duelo" dei pintor prerrafaelista Waller.<br />
Abandona el colegio (el "Liceo de la Infancia", de don<br />
Tomas Escobar) y comïenza a ayudar a su padre en el<br />
almacén.<br />
294
Colomb iD 'Y América Latina<br />
AL: Se inicia en Argentlna un proceso<br />
de desnacionalizacl6n de empresas estatales<br />
con la venta de la Ciao de Consumidores<br />
de Gas de Buenos Aires a la<br />
Sociedad Inglesa The Buenos Aires Gas<br />
Company Limited. Muere Rosas.<br />
Zorrilla de San Martin: Notas de un<br />
himno. Fundaci6n del Ateneo de MODtevideo.<br />
C: Gobicrno hberal independiente de<br />
Julian Trujillo, qulen sigue pcllticas inspiradas<br />
por R. Nûfiez. Se inieian las<br />
obras de construcciôn dei ferrocarril<br />
dei Paclfico. El Congreso otorga a una<br />
compafiia francesa la excavacién dei<br />
Canal de Panama. Muere T. C. Mosquera<br />
(7/X).<br />
J. Isaacs sufrc remate [udicial por cleudas.<br />
Aparece El Repertorio Colombiano.<br />
AL: Tratado de Zanjén en Cuba<br />
(lO/JI). Espaüa concede a los cubanos<br />
representacién en Cortes (l/III). Se<br />
prohibe reelecci6n presidencial en México<br />
CS/V). Pardo asesinado en Feru.<br />
Nueva Constituci6n en Ecuador.<br />
Galvén : Enriquillo (-82) Lastarrta:<br />
Recuerdos literarios, Muere J. M. Gutiérrez.<br />
C: Periode de permanente agitaciôn<br />
politica caracterizado por las constantes<br />
rebelïones locales. Movimiento subversivo<br />
en Antioquia (25/1). Levantamiento<br />
deI ejército en Bogotâ (IV).<br />
AL: Guern dei Padfico en que se<br />
enfrenta Chile a Bolivia y Perû pOT los<br />
depésitos salitreros. Guzmân Blanco,<br />
presidente de Venezuela. Nueva Constituci6n<br />
en Guatemala CIl/XII).<br />
J. 1. Mera: Cumanda. Zorrilla de San<br />
Martin: La leyenda l'atrla. E. Gutiérrez:<br />
295<br />
Munda exterior<br />
Rodin: La edad de bronce.<br />
Guerra ruso-turca: los turcos entregan<br />
Chipre a Inglaterra, Le6n XIII, Papa.<br />
Disolucién dei Reichstag y leves antisociales<br />
en Alemania. Legislaci6n feminista<br />
e infantll en Inglaterra.<br />
Invencién de la lâmpara eléctrlca. Muere<br />
Claude Bernard, después de publicar La<br />
Ciencia Experiment.al. Sully-Prudhomme:<br />
La [usticia. Manuel Reyna: Cro<br />
Ines 'Y acuarelas. Nietzsche: Humano,<br />
âemasiado humano.<br />
La Doble Alianz8 (Alemania-Austrla).<br />
Fin de la "Kulturkampf". Atentados contra<br />
Alejandro Il. Fundaclén dei Partido<br />
Socialista Obrero Espaficl.<br />
Pasteur descubre el prlncip!o de las vacunas.<br />
Primera Jocomotora eléctrica (Siemens).<br />
Ibsen: Casa de muiiecas, Dostoicvski:<br />
Los hermanos Karama'lOv (-80).<br />
H. James: Daisy Miller. Meredith; El<br />
egoista.
1880<br />
Vida y obra de José Astmcion Silva<br />
296
Colombla y América Latina<br />
Felletin de Juan Moreira en "La Patria<br />
Argentina". Hernéndez . La vuclta de<br />
Martin Eierro. Exposiciôn general de<br />
Bcllas Artes en Rio de Janeiro. Nacc A.<br />
Arguedas.<br />
C: Gobicrno de Rafael Nûfiez (-82).<br />
Durnnte esta adrninistracién se crea la<br />
Sccretaria de Instruccién Pûblica, y cl<br />
Congrcso levanta el dcstierro a los obispos<br />
cxilados y deroga la Ley de Inspccciôn<br />
ùe Cuitas. Mlle. Lesseps inaugura<br />
los trubajos dei canal de Panama (1 Il).<br />
Jlcvoluciôn en Antinquia (31/1) cncabezada<br />
par cl poeta J. Isaacs quien se<br />
ve obligado a disol ver sus trepas (1 3/<br />
III). Construcciôn dei Ferrocarrll que<br />
une a MedelJin con cl rio Magdalena.<br />
Empicza la época del café: Proyccto proteccionista<br />
de Nùücz se abre paso en<br />
cl Congreso (l9/JV).<br />
Se abre la Acadcmia Nacional de Musien.<br />
Isaacs: La Rcvol11ct6n Radical e,.<br />
Antloquia. Noce Cornelio Hispano (1.<br />
Lôpez.).<br />
AL: Renuncia Latorre, presidente de<br />
Uruguay, a los dtez di as de gobierno<br />
(13/IlI). Comienza abolicién de la esclavitud<br />
y se lnician cambios en la<br />
estructura agraria de Cuba con Ia formncién<br />
de las primeras centrales. Primer<br />
cargarnento de bananos de Costa<br />
Rica a Nueva York. (17/11). El café<br />
conforma ya cl 92% de las exportaciones<br />
guaternaltccas y cs el primer producto<br />
de exportacién dei Salvador. El General<br />
Roca asume la presjdencta cn Argentina<br />
en nombre de un programa de "adrninistraci6n<br />
y paz",<br />
Altamirano: Rimas. J. Montalvo: Catilinarias<br />
(-81). Hostos funda la Escucla<br />
Normal en Puerto Rico. Varona inicia<br />
conferencias filoséficas en La Habana.<br />
Muere E. dei Campo.<br />
297<br />
Munda exterlor<br />
Guerra de los boers. Fundaciôn de la<br />
Compaûia dei Canal de Panama (lesseps).<br />
Gladstone en Inglaterra (gobierno<br />
libcral ). J. Ferry, presidente dcl Consejo<br />
en Francia.<br />
Tennyson: Baladas. Mcnéndez Pelayo:<br />
ll istortu de los heterodoxes esnaûoles,<br />
Taine : Fllosoj!« del arte. Rodin: El pen<br />
Sadllr. l'. Loti: Harahl(. Muere G. Flaubert.
1881<br />
1882<br />
1883<br />
Vida}' obr« de [osé ASlltlcion Silva<br />
Publiee su versién dei poema "Las Golondrlnas" de Béranger.<br />
298
Colombin y Amùica Lati/ln<br />
C: Abre opcracioncs cl Banco Nacionul<br />
(1/1), creaclo como banco rnixto POI<br />
ley, pcro Io rcnuncia dcl capital privado<br />
Il:!!a suscrlbir las accioncs que sc le<br />
ofrecinn 10 COII\'Ïl'rte en 1>"11('0 cstatul.<br />
Resta blecidas las rclacloucs con Espaûa.<br />
Convcnio de arhltraje con Venezuela<br />
som ete a ln decisiôn de Esp:ll'in litiqio<br />
sobre limites. Telégrafo Bogotâ-Cn racas.<br />
Fcrrocarril de la Dornda.<br />
Aparcce cl I'apcl Pcriorlico llustradn<br />
(6/vm). J. Isuacs : 8aulo.<br />
AL: Ocupnciôn de Lima por el cjército<br />
clnlcno (17/ J) con destruccién de<br />
I~ Bibliotecn Nacional: cl presidente<br />
Caldcrén, hccho prlstoncro (29 /IX) y<br />
enviado Il Chile. Trntado de limites<br />
argcntino-chilcno Constltuciôn vcnezolalin,<br />
tnspirada en la Suiza.<br />
Muchado de Assis: Melllorias 1>6Hwllas<br />
de Briis CI/bas. A. Bello: Filo$offa dei<br />
entendimlenta. A. Azcvcdo : El ?IIlI/ala.<br />
Cnmbaccres: Pot-pourri,<br />
C; l.Iienio Znldüa-Otâlorn (.84). F. de<br />
Ll'SSl'P~ Inlcin los trubnjos para abrir<br />
cl canal de Punarrui. Cable submarino<br />
concctado a Colombin (X).<br />
AI.: El Ccncrnl Hcurcnux, presidente<br />
de Santo Domingo (20/VII). Veintimllla<br />
sc proclama dictador de Ecuador.<br />
Marli cs nombrado corresponsal de f.a<br />
Nacl6n en Nueva York, y publiee Ismaelillo,<br />
seünlado como el origen dei<br />
modernisme. Pérez Resales: Recuerdos<br />
del Pll.wdo. Montalvo : Stete tmtados. Villavcrde<br />
: Cecilia Valdés.<br />
C; Se Funda cl Bunco Central Hipotccnrto.<br />
n. Silva: Articulas de Costumbres. Naccn<br />
P. Bnrba-Iacob y L C. Lépcz.<br />
299<br />
Mundo exlcrior<br />
,\kjantlro Il nseslnudo. Carftcld, presidente<br />
de f.E.UU. (4/111), mucrc en<br />
19!IX. Ilcnovncién de la Alianz« de los<br />
1l'CS cmpcrndores.<br />
Vcrlninc: Corelllrr'. A. France: El crimen<br />
ile SyhesLrc Bonard. Renan: Historia de<br />
los orlgcnas dei cristiallÎslllo. F. de Saussure<br />
cnsefia Iingülstica en ln Escuela<br />
Pr.ict ica de Altos Fstudios de Paris (.91).<br />
Mucrc Dostoicvski. Naccn Pablo Picasso<br />
(-1973) y Iuan Rarnén Jiménez<br />
(-1958).<br />
Triple Alinnz»: Austria, Alemnnin, Iralin.<br />
Loyes sobre la ensefianza prrmaria<br />
en Francia. Fxpulsién de judios, en<br />
Ilusin. Intcrvenciôn inglcsa en Egipto e<br />
It.illana en Eritrca. Primeras leyes restrigicndo<br />
la crnigrncién a EE.UU. Chinos<br />
r japoncscs ocupan Scül,<br />
Kock: bacilo de 1a tuherculosis, Charcot:<br />
cxpericncias et! la Salpatiere. Carducci:<br />
Confcsiones y batallas, Bécquer: Los<br />
cuervos. Wagncr : Parsiial.<br />
Gucrra Frnncochina. Plejanov Iunda el<br />
Partido marxista en Rusia, Fundaciôn<br />
de la Fab/an Society en Londres.
1884<br />
1885<br />
Vida y ohra de José A.slIncion Silva<br />
Su padre 10 asocia al negocie, para 10 cual dcbc obtcner<br />
la habilttaclén de su edad, pues s610 tienc 19 afios.<br />
Viaja Il Paris, "enviado POl su padre con el probable PIOpOsito<br />
de que entrara en contacto con los fabricantes y camisionistas<br />
que surtlan de mercancias el almacén" (Brigard).<br />
Alla intima con el médtco J. E. Manrlque y lee libros de<br />
medicine, que lucgo influir~n tanto en su obra. Este mismo<br />
médlco le indicarâ cl sitio del corazén antes dei suicidlo. En<br />
Paris, Silva lee y viaja a Londres y a Sulza. Al parecer, frecucnta<br />
"salones mundanos" y adquiere costumbres de "dandy"<br />
y aristôcrata ref'inado en el vestir, espccialmente. Traba<br />
amistad con el fil61ogo R. J. CUCIVO. Su permanencia en<br />
Europa, seglin su amigo. E. Cuervo Mârqucz, "rue deeisiva<br />
para marenr el rumbo precisa a su inspiracién. Mas lejos<br />
300
Colombia y América Latina<br />
AI.: Conccsiôn venezolana a la Compnûia<br />
Hamilton para explotar "bosques<br />
y asfnltos' (l5/IX). Victoria chilena<br />
termina la guerra deI Paciflco: tratado<br />
de Ancén (20/X). Triunfo dei movimiento<br />
"Rcstaurador" en Ecuador.<br />
Gutiérrez Nâiera: Cuentos Frâgiles. Castro<br />
Alvcs: Los esclavos. Calcafio: Cuentos<br />
fantâsticos.<br />
C: Scgundo gobierno de Rafael Nûfiez<br />
(-86). Se constituye cl partido<br />
Nacional conformado por conservadores<br />
y liberales independlentes. con Nûfiez<br />
a la cabeza. Ante situacién Fiscal<br />
de pcnuria, el Congreso autoriza empréstito<br />
por un millén de pesos. Declaran<br />
turbado cl orden pûbllco en varies Estados<br />
(IX).<br />
Nace L. Lépez de Mesa.<br />
AL: Pacto de Trucc. Chile retiene<br />
Costa Boliviana de Atacama. P. Diaz<br />
asurne la presidcncia de México (.)911).<br />
Fcrrocarril transandino argentioo-chileno.<br />
J. Crespo, presidente electo de Ve·<br />
nczuela (27 /IV).<br />
Matte de Turner: Tradiciones CllZquefias.<br />
Gavidi
1886<br />
1887<br />
Vida y obra de José .lJ,suncion Silva<br />
aûn : clla desperté en el joven poe la bogotano una sed de<br />
aspiraciones difkiles de realizar con mediana fortuna, que<br />
no habria de apagarse ya". La gue rra perjudica grandemente<br />
los negocies del padre.<br />
Regresa Il Bogota y parte su padre a Europa, dcjândole al<br />
frente dei negocto. Conoce il B, Sanin Cano, a qulen dcslumbra<br />
con su recién adquirida culturn europea. Su dandysme<br />
y afcctacién escandnllzan )' desagradan: burl6n, satirico, ostentoso,<br />
despreciativo y petulante, su propla clase social comienza<br />
a desconf'inr de él y a manlfestarle antlputia. "El cscenarlo<br />
cra muy cstrccbo para tan eminente actor ( ... ) Los<br />
lcctores ndocenados y los cscntorzuclos de pacotilla que sc<br />
esteban dcrrumbando, prctendlan que se les qucrla dcslumbrar<br />
con nombres de poetas y de libres cxéticos, desconocidos<br />
y ~in ninguna importancla" (Arias Argilez). En esc mismo<br />
11110 $1l1c la :lntologiil La Lira N14eva en la que sc publican<br />
oc ho pocmas suyos.<br />
1IV!: Muerc don Ricardo Silva, dejando al pneta como<br />
cabeza de farnilia. "Dcspués del abatimicnto de los primeros<br />
dias, )'0 he tenido una reaccién, toda de actlvidad. Mc quedaban<br />
dcbercs graves que lIen ..r y me he pucsto a la obra<br />
con rodas mis fucrzas", pero "al cstudiar la situaciôn de la<br />
casa vi (lue no podia llcnar los compromises pcndicntes, que<br />
la casa estaba en quiebra".<br />
302
Colombia y América lAtina<br />
Seraville CR. Sarmiento). autor deI<br />
poema "Que por qué no publico versos?",<br />
erréneamente atribuido a Silva.<br />
AL: Alianza de Costa Rica, Nicaragua<br />
y Salvador contra Guatemala C22/III)<br />
Matines ocupan Colon, Panama (24/<br />
Ill). Ley de colonizacién en México.<br />
Dario: Epistolas y poemas, Obligado:<br />
Poesies, Marti: Amistad [unesta, Cambaceres:<br />
Si~1 rumba. Arona: SOtictos y<br />
chispazos.<br />
C: Se decreta como patron monetario<br />
el blllete dei Banco Naeional (l IV).<br />
Sancionada la nueva Constitucién centralista<br />
que da al pais cl nombre de<br />
Repûblica de Colombia. (S/VIII). Con<br />
13 ultimo presidencia de Bafael Nûiiez<br />
se inicia el sexenio Nûâez-Payân-Cempo<br />
Scrrano-Holguin.<br />
R. J. Cucrvo : Diccionarlo de Consttucctôn<br />
)' RégimePl de la lengwa castel/ana<br />
CI). Muere R. Carrasquilla. Apertura de<br />
la Escuc! a Nacional de Bellas Artes (20/<br />
VIlI).<br />
AL: Guzmân Blanco, presidente de<br />
Venezuela; Balmaccda, de Chile, Gradual<br />
emancipaci6n de esclaves en Brasil<br />
C 12/VI). M. Iuârez Celmnn, presidente<br />
de la Argentina.<br />
Diaz Miron: Poeslas cscogtdas. Dario<br />
crnpicza Azul. Nacc R. Guiraldes. Muerc<br />
J. Hernéndez.<br />
C: Prlmer concordato entre Colombin<br />
r la Scde Apostélica (31/XIJ). Ley rclativa<br />
a sociedades anénimas y extranjeras.<br />
Se declaran abolidas todas Jas leves cspaüolas.<br />
Se inicia la construcciôn de<br />
Jas tcatros Municipal y Colon.<br />
Mucre L. S. Silvestre. Sc funda la Escuela<br />
de Minas de Medellin. Ley sobre<br />
propiedad artistica JI cultural.<br />
303<br />
• Munda exterior<br />
Finalizacién deI ferrocarril Canadian<br />
Pacifie. Se funda la Federacién de Obreros<br />
Americanos. Tratado de Bucarest<br />
sobre cuestlén servio-bûlgera.<br />
Moréas: Ma11ifiesto sl,,,boli.lta. Nietzsche:<br />
;\,1&5 alld deI bien y tkl mal. Primera<br />
version espafiola deI Manillesta<br />
comunÎSta. Pierre Loti: Pescador de Islandia.<br />
D'Amicis: Coraz.6,1. Campoamor:<br />
Humoradas C -1888). Rimbaud: Las<br />
ilmninaciones. Stevenson: El extraiio<br />
CMO deI doctor Tchlll y mister Hyde.<br />
Elecclén de Sadi Carnot en Francia. Disolucién<br />
dei Reichstag. Condominio franco-mglés<br />
sobre Las Nuevas Hébridas.<br />
Invenclén de la llnotipo y deI neumétlco,<br />
Mallarmé. Poesias C 1862- ), Renan;<br />
Historia dei pueblo de Israel. D'Annunzio;<br />
Las eleg/os romallos. Maria Bash-
1888<br />
1889<br />
Vida y obra de José AsuncÎôn Silva<br />
En medio de los Infortunios comerciales, cscrihe "Bonda"<br />
C24/XII). mas conocido en otra versién dei propio poeta<br />
y con el titulo de "Nocturne" JI C"Poeta, di paso"). "Durante<br />
aquel pcriodo de su vida un grupo de amigos y sinceros<br />
admiradores dei poeta nos reuniarnos co casa de éstc para<br />
escuchar Jas primicias de algunos de sus versos y dt: sus escritos<br />
en prOSD: li csas tcrtulias ( ... ) asistîan generalmente<br />
Sanin Cano, Emilio Cuervo Marquez, Roberto Suarez, E. Rivos<br />
Groot, Clîmaco Soto Borda, Isaac Arias Argàez. mi bermano,<br />
y yo' (D. Arias Argâez.).<br />
304
Colomùia y América Latina<br />
AL: Instalaciôn del Banco Nacional<br />
en Uruguay (25/VI1I); restauraciôn del<br />
princtpismo. Telégrafo México-Guatemala.<br />
Oposiciôn liberal a Câceres en Perù.<br />
Darlo: AÙTojos. Palma: Bohemia de ml<br />
tiempo. E. Rabasa: La Bola. Rizal: Noli<br />
me tangere.<br />
C: Se suspenden los trabajos del Canal<br />
de Panama. Gobierno del designado Carlos<br />
Holguin, cn ausencia de Nûüez<br />
(-92). Se da al servicio el ferrocarril de<br />
Cùcuta. Ley relative a socicdades 3n6nimas<br />
colombianas domiclliadas en el<br />
exterior.<br />
Nace J. E. Rivera. Mucre J. M. Samper.<br />
AL: "Ley âurea" de abolicién dc la<br />
esclavitud en Brasil C 13/V). Cae Guzman<br />
Blanco; Rojas Paûl, presidente de<br />
Venezuela (29/VI).<br />
Dario emplea por primera vez la palabra<br />
"modernismo": publica Azul. Zorrllla de<br />
San Martin: Tobaré, Romero: Historia<br />
de la literatura brasiieëa. Altamirano:<br />
El Zarco. Muere Sarmiento (Il/IX).<br />
Nace Lépez Velarde.<br />
C: Hclguin lanza campana de represion<br />
contra la prcnsa al sancionar a "El<br />
Relater" (27! III). Durante su gobierno<br />
son suspendidos 7 periédicos y se multan<br />
a otro doce ytres imprentas. Se<br />
da al servieio cl ferrccarril de la Sabana.<br />
AL: Pacte provisorio de union Firmado<br />
por Salvador, Honduras y Guatemala<br />
(15/X). Rcvolucién en Rio de Janeiro;<br />
cae el emoerador Pedro 1 y se proclama<br />
la repûblica (l5/XI). Primera conferencia<br />
de los Estados americanos en<br />
Washington.<br />
klrtseff: Diario. Vicente W. Querol: Ri·<br />
mas. Van Gogh: El padre tanguy.<br />
Mucrc Jules Laforgue (n. 1860).<br />
Se fonda la UGT en Espaüa. Ascension<br />
de Guillermo II en Alemania.<br />
Forest: Primer motor de Gasolina. Ma<br />
Ilarrné : Un golpe de dados. Catulle<br />
Mendes: Los 11lijaros azules. Nietzsche:<br />
El AnticrÎsto. Maupassant: Pedro y Juan.<br />
Strinsdberg : La senorit« [ulia. Gauguin:<br />
1:::1cristo 'ami/rillo. Debussy: Dos arabes·<br />
cos.<br />
Fundactôn de la II Internacional (lIV),<br />
en Paris. Leves de proteceién social en<br />
Alemania. Harrison, presidente de EE.<br />
UU.<br />
305<br />
Mtmdo exterior<br />
Exposicion Universal de Paris: la torre<br />
Eiffel. Juan Valera: Carias americanas.<br />
Mallarmé traducc Il Poe. Bergson: Ensa·<br />
yo sobre los datos inmediatos de la conciellcia.<br />
Paul Bourget: El disdpulo. A.<br />
France: Thaïs. Van Gogh: Paisaje con<br />
ciprés. Nace Charles Chaplin.
1890<br />
1891<br />
Vid(l y obra tIe José ASlInciôn Silva<br />
Escribc el texte en pros a "La Protesta de la Musa", en el que<br />
atnca la poesie satirica, En opinion de Arias Argécz, este<br />
texte "deberia figurar en todas las antologîas colombianas, es<br />
una obra maestra de composicién y de cstilo, una joya de<br />
artc",<br />
"El dia 6 de enero cay6 mi hermans enferma gravemente,<br />
no volvl a salir de ml casa hasta el dia Il en que la llevé<br />
al ccmenterio. En scguida, moribundo de dolor y de sufrimiento,<br />
cal a cama, no pude moverme en va rios dias, ven cido<br />
de dolor, no podia pensar ( ... ) Los mûsculos no me<br />
sosrenian, tenie el alma destrozada ( ... ) Por un suprcmo<br />
csfuerzo de voluntad volvi a mis negocios. AI abrlr cl almacén .<br />
fueron a cobrarmc el entierro de mi hermana, no tenia en<br />
caja $ 600 que me pasaban de cuenta C ... )". UA pesar<br />
de mis estrechas relaciones con José Asunciôn, jamâs me<br />
hizo la mas leve confidencia al respecte, ni me dejô comprender<br />
el pésimo esta do de su situaciôn econémica, que por<br />
conductos extrafios vine a conocer mas tarde" (Arias Argâez ),<br />
306
C: El gobicrno dicta una serie de leves<br />
tendicntes a regular la actividad cornercial:<br />
Ley relativa a libros de ccmercio<br />
y Ley relative a las càmaras de cornercio.<br />
Sc autoriza al gobierno para contratar<br />
profesores univcrsitarios extranjeros para<br />
aqucllas asignaturas en las que 110<br />
se contaba con especialistas colombianos.<br />
T. Carrasquila : Simon el Mugo.<br />
Al.: Carlos Pelligrtni, presidente de<br />
Argentina (-92). Panico hursétil en<br />
Buenos Aires (7/VIII). Crisis econémica<br />
en Chilc. P. Diaz prepara su reelecci6n<br />
médiante enmienda constitucional<br />
C20/XII). Reclnmaciones de Estados<br />
Unidos contra Venezuela.<br />
Darlo define por primera vez el modernismo,<br />
J. del Casa}: Hoias al viento.<br />
A. Azcvcdo. 0 cortico. Romero Garcia:<br />
Peml{a.<br />
.<br />
Colombia y América Latina<br />
Martl: La edad de oro. C. Matto de<br />
Turner: Aves sin nido. Nacen G. Mistra)<br />
y A. Reyes. Muere J. Montalvo,<br />
C: Espafia dicta la sentcncia arbitral<br />
sobre limites entre Colombia y Vcnczuela,<br />
Se agudiza el proceso de divisiôn<br />
dei partido ccnservador en Hlstôricos y<br />
~~ciona)istas.<br />
Se abre el Colegio Dental. Aparccen en<br />
Bogotâ el periédico l.a Prensa,<br />
AL: Constiluci6n de los Estados Unidos<br />
dei Brasil (24/11). Balmaceda sc<br />
ve obligado il prornulgar por decrete un<br />
presupucsto que el Congrcso se niega a<br />
aprobar, renuncia, asile y sucidio de<br />
Balcemeda, saqueo de Santiago y Valparaiso.<br />
Creaciôn del Banco de la Nacion<br />
Argentina (l9/IX).<br />
Marti: Versos sencillos. Machado de<br />
Assis: Q14incas Borba. Naee T. de la<br />
307<br />
Mundo exterior<br />
Con fercncia de Berlin sobre la proteeci6n<br />
al trabajo. Acuerdo Irsnco-ruso<br />
contra el nihllismo. Convenciones coloniales<br />
de Inglatcrra con Alemania y<br />
Frcncia. Ley Sherman en EE.UU. Quiebra<br />
Banco Baring (Londres).<br />
Wundt: SIste7lla de Pïîosoi!«, Frazer:<br />
La rama dora da. Oscar Wilde: El retroto<br />
de Dorian Gray. Zola: La bestia humant/.<br />
Salvador Rueda: Ilimno li la<br />
came. Hamsun: Hambra. J. de Deus:<br />
Campo de Flores. Borodin: El principe<br />
Igor. Suicidio de Van Gogh.<br />
Acuerdos coloniales entre Inglaterra,<br />
Italia y Portugal. Construccién del Transiberlano.<br />
Fundacién dei Bureau Internaeional<br />
de la Paz en Berna.<br />
Endc!ica Rerum Novarum, Maurice Ba<br />
'rrés: El cltlto deI ro (I888). Maria<br />
Bashkirtseff: Cartas. T. Hardy: Teresa<br />
de Uberville. Conan Doyle: Las aventuras<br />
de Sherloci« Ilolmes. Cézanne: Los<br />
[ugadores de cartas. Monet: Ninias.<br />
Mucre Rimbaud.
1892<br />
1893<br />
1894<br />
Vida y ohra de 10sé A51lncîolt Si/l'a<br />
Comlcnzan las Famosas clncucnta y dos ejecuciones judiciales.<br />
'Tuera de algunos volûmenes de mi biblioteca, sin<br />
valor rnatcrial (pues los que vallan los entrcgué ya a mis<br />
acreedores ), de seis vestidos negros muy usados, de vcinte<br />
pares de botines ingleses, de mi reloi, de un anille de oro,<br />
de un prcndedor de corbata y de una cartera con $ 50, no<br />
tengo nada, absolutamente nada sino la cabeza y las manas<br />
para trabajar".<br />
Escribe ensayos criticos coma "El conde Leon Tolstol'', 0 una<br />
noticia bibliogrâfica y literaria de Anatole France ("El cafre<br />
de nàcar"), a un breve juicio sobre Pierre Loti, ademâs de<br />
algunos poemas sueltos, "Silva no profesaba admiraci6n par<br />
cas! ninguno de los poetas colombianos de su ticmpo, y s610<br />
sc saivaban dei desdén con que los miraba, Caro, Isaacs,<br />
Pombo y Fallon, entre los viejas; y Gémcz Restrcpo, Casas y<br />
Rivas Frade, en el circula de los jôvenes, Del mismo modo<br />
a él no Je interesaba en la mas minima el concepto que<br />
sobre sus producciones hubiera formado el grueso püblico'<br />
(Arins Argâez ).<br />
Es nombrado par cl presidente encargado, M. A. Caro, sccretario<br />
de la Legacién en Caracas. Pasa algunos dias en Cartagena,<br />
donde se sorprende al enterarse de que sus pocrnas son<br />
conocidos y admirados ; "Yo me rio de ia fama literaria, pero,<br />
308
Colombin y América Latina<br />
C: Reformas al Concordato con la Sede<br />
apostélica, se autorlza al establecimiento<br />
de misiones en terrltorios indigenas.<br />
Administraci6n de Miguel Antonio<br />
Caro, presidente titular, Nunez<br />
(-98).<br />
Se inaugura el Teatro de Colén (I2/X).<br />
AL: Gobicrno de Sàenz Peïia en Argcntina,<br />
J. Crcspo se proclama dictador<br />
cn Caracas (7IX). Revoluciôn liberal<br />
en Honduras proclama presidente a Bonilla<br />
(III). Marti funda el partido revolucionario<br />
de Cuba y su periédico<br />
Patria,<br />
Del Casai: N leve. Aparece BI COjo Hustrado<br />
en Caracas. Dario en Espaüa. Nace<br />
César Vallejo.<br />
C: A mediados de enero, cl gobierno<br />
dada ra en estado de sitio la capital de<br />
la repûblica a causa de varias motines<br />
prornovidos por cl gremio de los artesanos.<br />
Mio de prafunda agitaci6n politica.<br />
R. J. Cuervo: Dlcoionarlo de CO'lstruC'<br />
cion y Réglmen de la lengTfa castellana<br />
(11). J. Fl6rez: Horas.<br />
AL: Sublevaciones de estados brasilenos<br />
contra el po der central. Luchas po<br />
Ilticas en Argentina. Insurecci6n liberal<br />
en Managua lleva al General Zuloaga<br />
a la presidencla (15/IX).<br />
Cruz e Sousa: Broqueis. Mueren M. Altamirano<br />
y J. dei Casai, que ha publicado<br />
Bustos 'Y Rlm·as. Nacc Huidobro. Daria<br />
y Marti se encuentran en Nueva<br />
York. Dario en Buenos Aires.<br />
C: AI descubrirse una emisi6n clandestina<br />
de dos millones de pesos par<br />
parte dei Banco Nacional, el gobierno<br />
se ve obllgados a ordcnar su hquidacrén,<br />
309<br />
Munda exterior<br />
Escàndalo deI Canal de Panama en<br />
Francia; bancarrota de Lesseps (-1893)<br />
y suspensiôn de la construcién, Tarifas<br />
proteccionistas en Francia.<br />
Barrés: De la sangre, deI placer ')1 de la<br />
muette. Salvador Rueda: En tropel (con<br />
pr6Jogo de Darlo). Hauptman: Los teiedores.<br />
Apogee de los "mardis" en casa<br />
de Mallarmé. Toulouse-Lautrec: }Q1It:<br />
Avril ante el Moulin Rouge. Muere<br />
Renan.<br />
Insurrecci6n de los j6venes checos en Praga.<br />
Masacre en Armenia. Congreso del<br />
Independant Labour Party. Ola de atentados<br />
terroristas en Barcelona. Segunda<br />
presidencia de Cleveland en EE.UU.<br />
Crisis de la bolsa. Protectorado norteamcricano<br />
en Hawaï y francés en Dahomuy.<br />
Morey: primer proyector cinematogrâfico.<br />
Nace Mao Tse-rung,<br />
Heredia: Los trojeos, Mallarmé: VersD<br />
y prusa. Beardsley: Salomé, Munh: El<br />
grUo. M. Nordau: Dege'lcTaci6,1. Chaicovski:<br />
Sinjonia patética. Muere Taine<br />
y se publican los Orlgenes de la Francia<br />
contemporatlea (1876). P. Loti: Aziyade.<br />
Menéndez Pelayo: Antologfa de poetas<br />
hispanoamericanos (-95). Suicidio<br />
de Maupassant. Muere Zorrilla.<br />
Doble Alianza franco-rusa. Proceso Dreyfus<br />
en Francia. Nicolas II, Zar de Rusia.<br />
Los italianos invaden Abisinia. Asesinato<br />
de Sadi Carnot. Los japoneses ocupan<br />
Port Arthur.
1895<br />
Vida y obra de José Asuncion Silva<br />
francamente, no deja de ser cémodo que 10 conozcan a uno<br />
de nombre y que le traten con Jas consideraciones con que<br />
me tratan". En Cartagena visita a R. Nuüez: "Rianse, mis<br />
viejas querldas -cscribe a su familia-, en las tres ocasiones<br />
en que he estado a verlo, yo, que jamâs me ocupo de eso en<br />
Bogota, he conversado de politica continuamente con élu. Alli<br />
mismo se publica cl Nocturne ("Una noche ... "), en la<br />
Lectura para todos (VIII): "EI Nocturno de Sllva, su Noeturno<br />
divine, azorado )' aüorante, deleitaba a los jôvenes<br />
caraquefios cie 1884, no por la gota de acibar )' la gota de<br />
infinito que resbalan por él, sino mcrccd a las audacias<br />
rnétricas que recordaban los hcxàrnctros de Poe, conocido<br />
entre nosotros por las rnagnificas versiones de Pérez Bonalde<br />
y el versolibrismo de los simbolistas franceses, que îniciarcn<br />
Rimbaud y Laforgue en 1886, y que apenas conociamos.<br />
Aplaudian esc Nocturne dei gran l'oeta los jovenes caraquefios<br />
de 1894, y Jo aplaudinn hasta rornpersc lAS manos,<br />
mas por ser un dechado de versolibrismo que por ser una<br />
elegia suprema, mas por la hcrmosura y oriente de la perla<br />
que por ser la perla una lagrima" (Blanco Fombona).<br />
La temporada de Caracas fue de esrudio, abundantes leeturas,<br />
artlculos, poemas, cuentos, novelas: "Tengo la esperanza<br />
de aprovechar los ratos desocupados que me deja la<br />
Legaciôn para continuar mis pebees trabajos literarios, interrumpidos<br />
por cl strugle for liie de los anos anteriores": picnsa<br />
"concluir varios poemitas empezados que fonnan parte de<br />
un libro que vcngo soüando desde hace cinco anos y deI cual<br />
hay une parte considerable hecha y casi lista". Muere<br />
R, Nùüez y Silva decide rcgresar a Bogotâ a fines de aüo.<br />
Publics en El Cojo lustrado de Caracas su articule sobre<br />
Nùüez.<br />
1: Embarca en La Guaira en el vapor "Arnerique", que<br />
naufraga a los POCOS dias. Los pasajeros son salvados, pero<br />
S~· pierde el cquipajc. Silva pierde "10 mejor de mi obra".<br />
"Conoci gran parte de esa obra desaparccida, Los doce Cuentos<br />
ncgros, 10$ Cu,·nlos de ruzas, mcdltactoncs Iilosoficas, articulos<br />
de critica, y las poesies, que el autor habia dividido en<br />
cuatro sccciones: Sitios, Versos para ella, Para los ninos, Psicopatologla.<br />
La carta a Bourget con motive deI prélogo de<br />
Tierra prometida, era un tratado de la Voluntad y la Energia<br />
( ... ) En los versos querra Introducir rima nueva, el<br />
ritmo dislocado que revela y se adapta a la expresiôn de los<br />
cstados de alma ocultos y sunles. Pero como poseia una<br />
soli da educacién clàsica, sabla hacer versos sonoros muy suietos<br />
a la retôrica afieja. Para Ia prosa, hacia uso de rodes<br />
310
Colombia y América Latina<br />
aunque ésta solo se realizarà ailos mas<br />
tarde. Muere R. Nüüez (lB/IX). PrO.<br />
ducci6n cafetalera por primera vez alcanza<br />
los veinte mil kilos.<br />
AL: Chile consolida su victoria sobre<br />
cl Perü (28/III). J. Crespo, presidente<br />
de Venezuela (14/III).<br />
GonzaJel Prada: Pdgitlas Libres. H.<br />
Frias: Tem6chic. Aparece la Revista<br />
Azul en México. Se funda Cosm6polis<br />
en Caracas. Revlsta de AmériCll (Dario<br />
y [aimes Freyte) en Buenos Aires.<br />
C: Revolucién libers) dirigida por el<br />
General Santos Acosta (2911), quien<br />
cs derrotado por las fuerzas del gabierno<br />
al msndo de Rafael Reyes. Publicaci6n<br />
de los mapas de los departamentos<br />
de Bolivar y Santander.<br />
Naeen 1. de Greiff y D. Samper Ortega.<br />
Muere J. Isaacs.<br />
AL: Segunda guerra de independencia<br />
de Cuba (24/II); Marti muere en Dos<br />
Rios (19/V). Derrotados los rebcldes<br />
brasilefios. Acuerdo sobre politlca exterior<br />
cornûn de Honduras, Nicaragua y<br />
311<br />
MU1tdo exterior<br />
Durkheim: Reglas dei métodn sociolôgico.<br />
D'Annunzio: El trlunjo de la muerte.<br />
Kipling: m libro de III selva. Muere<br />
Leconte de Lisle,<br />
Convcncién chino-japonesa en Pekin.<br />
E} Canal de Kiel. Fundaciôn de la CGT<br />
en Francia.<br />
Lumière: Primer aparato cinemategrâ<br />
Pico. Roentgen: los rayes X. Bourget:<br />
Ultramar, Yeats: Poemas. Valéry: La tarde<br />
con el Sr. Teste. H. Wells: La maqulna<br />
de explorar el tiempo. Gauguin en<br />
Tahiti. Muere Engels.
1896<br />
Vida y obra de José Asunci6n Silva<br />
los procedimientos, a fin de hacer el idioma dûctil, sugestivo,<br />
que tuviera, ora los 'verdores de la descornposiciôn',<br />
ora la fragancia de .la juventud. Un ensayo de periumeria<br />
10 hubiera firmado Huysmans" (P. E. Coll). Una vez en<br />
Bogotà, comienza a ocuparse de negocies y nuevas mdustrias.<br />
5/VI: recita "Al pie de Ia estatua" en la Legaciôn de Venezuela.<br />
[scribe otros poemas, como "Paisaje tropical". Es nombrado<br />
Consul Je Guatemala, pero no acepta. Los negocies<br />
comienzan a ir mal. "Para hacer obra hterana perfecta cs<br />
necesario que el organismo tenga la scnsacién normal y fisio<br />
Iégica de la vida; las neurosis no engendrarân sino hijos<br />
enclenqucs, y sin un estudio profundo, cstudio de las lcyes<br />
mismas de la vida, estudio de los secretes deI artc, gimnasia<br />
incesante de la mtellgencia, esfuerzo por cornprender mas,<br />
por deshacer preconcebldos, por analizar 10 mas hondo, la<br />
obra literaria no tendra los cimientos necesarios para resistir<br />
cl tiempo ( ... )". Rcconstruye una de las novelas perdidas,<br />
De sobremesa, que para Arias Argâez, mas 'que novcla es "el<br />
dcsarrollo de un Diario Inümo de Silva, en el cual pueden<br />
apreciarse sus irnpreslones, reflejo lcgitimo
Colombia y América Latina<br />
Salvador. General Gutiérrez, presidente<br />
dei Salvador (III). P. Bonills, presidente<br />
de Honduras (-99). Violentos cambios<br />
de gobierno en Ecuador, Perû y Argentina.<br />
Nucva constituciôn en Ecuador.<br />
S. Chocano: En la aldea, Zeno Candia:<br />
La charea. J. Borrcro: Rimas. L. Diaz:<br />
Balorrelieves,<br />
Nscen E. Martincz Estrada, J. Mancisidor<br />
y J. de Ibarbourou. Muere N.<br />
Gutiérrez Najera. .<br />
C: Convcnio Roldân-Passmcre sobre deuda<br />
extcrna. Los Hlstéricos publican sus<br />
puntos de vista pclitico-eccnômicos, oficia<br />
Itzândose la divlsl6n del partido conservador.<br />
Caro lIama al designado a encargarse<br />
dei gobierno, pero éste solo dura en el<br />
mando cinco dias (12-17 lm), debido a<br />
pugnas internas dei partido conscrvador.<br />
T. Carrasquilla : Frutos de mi tierra.<br />
J. M. Marroquîn: Bias Gil.<br />
AL: Intente de aseslnato contra el presidente<br />
Crespo de Venezuela (2/11). 'Insurecciôn<br />
de los yaquis en México.<br />
Daria: Prosas Profanas y Los raros,<br />
Justa Sierra: Cuerltos romanticos. Diaz<br />
Miron: Paeslas. Palma: Neologismes y<br />
amcricanismos,<br />
313<br />
,.,,1 undo exterior<br />
los ingleses en Sudân, los Franceses en<br />
Madagascar. Acucrdo austro-ruso sobre<br />
los Balcanes,<br />
Marconi inventa la telegrafia sin hilos.<br />
Bergson: iHateria y memoria. M. Schwob:<br />
Vidas imaginarias. Kropotkin: La<br />
anQTquia. Chejov: Téo Vania. Jarry:<br />
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325
INDICE
PR6LOGO por Eduard" Camacho Cuizado [IX]<br />
CRITERJO DE ESTA EDICION [LIll]<br />
POESIA<br />
Et LlBRO DE VERSOS<br />
Al oido dei lector [3]<br />
Infancia [3]<br />
Crisâlidas [5]<br />
Los maderos de San Juan [6}<br />
Crepûsculo [71<br />
AI pie de la estatua [9J<br />
Pagi,zas suyas<br />
Juntos los dos [18]<br />
A veces cuando en alta noche [18]<br />
Poeta, di paso [19 J<br />
Nocturno [20]<br />
Sitios<br />
La voz de las cosas [22]<br />
<strong>Obra</strong> humana [22]<br />
Ars [23]<br />
Vejeces [23]<br />
Resurrecciones [24]
Mariposas [25]<br />
Nupcial [25]<br />
... ? .. (Estrellas que entre 10 sombrio) [26]<br />
Serenata [27)<br />
Taller moderne [271<br />
Un poema [28]<br />
Midnight dreams [29]<br />
Paisaje tropical [30]<br />
CeniZAS<br />
Lâzaro (3)]<br />
Luz de luna [3 i]<br />
Muertos [33]<br />
Triste [34]<br />
Psicopatla [35 J<br />
Don Juan de Covadonga [37]<br />
Dia de difuntos [39J<br />
Las voces silenciosas r43]<br />
COTAS AMARGAS<br />
Avant-propos [45]<br />
El mal dei siglo [46]<br />
La respuesta de la Tierra [46]<br />
Lentes ajenos r4 7J<br />
Capsulas [48J<br />
Madrigal [49]<br />
Enfermedades de la ninez [49]<br />
Psicoterapéutica [49]<br />
Futura [50]<br />
Zoospermos [5 1]<br />
Filosoflas [53]<br />
Idilio [55]<br />
Égalité [5 5 J<br />
Resurrexit [56 J<br />
VERSOS VARLOS<br />
Primera Comunién [57]<br />
Idilio [57]<br />
Suspiro [58]<br />
Las arpas [59]<br />
Perdida [59]
La ventana [61]<br />
Crepûsculo [63]<br />
Notas perdidas [63]<br />
IV [64]<br />
IX [65]<br />
X [65]<br />
XIV [66]<br />
En la muerte de mi amigo Luis A. Vergara R. [67J<br />
Las golondrinas [69]<br />
Imitacién [70J<br />
Encontrarâs poesia [71]<br />
Realidad [72]<br />
A un pesimista [72]<br />
Voz de marcha [73]<br />
Estrellas fijas [75]<br />
El recluta [75]<br />
La calavera [77]<br />
A Diego Fallon [78]<br />
F,I alma de la rosa [78]<br />
A ti [79]<br />
Sinfonia color de fresas en leche [80]<br />
La ûltima despedida f81 J<br />
Sus dos mesas [82]<br />
Paseo [82]<br />
[Seûor! [Mirad las almas ... ! rS3]<br />
Convenio [R41<br />
Cuando hagas una estrofa . .. (84)<br />
De los rosados Iabios. .. [84]<br />
Sonetos negros [8S]<br />
... ? .. (POT qué de los câlidos besos) r86]<br />
Nocturno [86]<br />
Poesia viva r8 71<br />
Ronda (SR)<br />
Necedad yanqui [89]<br />
POEMAS ATRlRUIDOS A SltVA<br />
Rien du tout [9 J]<br />
Viejo rosaI [9 Il<br />
,Para qué quières versos. . .? r92]<br />
Armonias [92]<br />
Ntdos [92]
NOT AS Y VARIANTES [95]<br />
PROSA<br />
DE SOBREMESA [109]<br />
PROSAS BREVES<br />
La protesta de la Musa [245]<br />
Transposiciones [247]<br />
Suspiros [252]<br />
El paraguas dei Padrc Le6n [254]<br />
Crîtica ligera [256]<br />
Doctor Rafael Nûûez [260]<br />
Anatole France [270]<br />
El Conde Leén Tolstoi r27 3]<br />
Prôlogo al poema intitulado "Bienaventurados los que Iloran"<br />
de Federico Rivas Prade [275]<br />
Pierre Loti [277]<br />
NOTAS Y VARIANTES [279]<br />
CRONOLOGIA [281]<br />
BIBLIOGRAFiA [315)