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128 - Alergología e Inmunología Clínica

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<strong>128</strong><br />

Seminarios<br />

INTRODUCCIÓN: LA CALIDAD<br />

DE VIDA Y EL ASMA<br />

Calidad de vida es un concepto controvertido<br />

que implica factores diversos del «ser» y el<br />

«estar» de los individuos, y precisamente por ello<br />

muy difícil de medir. Dependiendo del uso que se<br />

le de, de la disciplina que lo utilice,..., se hace<br />

mayor hincapié en unos u otros factores que componen<br />

el constructo en cuestión.<br />

Calidad de vida es además una cualidad con un<br />

alto grado de subjetividad —no por ello falto de<br />

veracidad— y con un alto grado también de contextualidad,<br />

es decir implica forzosamente que<br />

está «percibido por el propio sujeto en su medio».<br />

No se puede diagnosticar desde fuera la calidad de<br />

vida de una persona.<br />

En concreto el asunto que nos trae: la calidad<br />

de vida de los asmáticos, se viene midiendo desde<br />

hace unos años —década de los 80— a partir de<br />

algunos instrumentos de los que a lo largo de<br />

estos días se está teniendo buena cuenta. En todo<br />

caso aquí se quiere incidir en la importancia de<br />

algunos aspectos, precisamente los más difíciles<br />

de medir en el contexto sanitario.<br />

Es evidente que parámetros como «número<br />

de crisis», «severidad de las mismas», «número<br />

de ingresos en el hospital», «número de visitas<br />

al médico», «grado de absentismo escolar/laboral»,<br />

nos informarán de algunos aspectos interesantes<br />

de la calidad de vida de un sujeto asmático.<br />

Pero incluso cada una de estas variables se<br />

compone a su vez, como mínimo, de su medición<br />

objetiva (que por supuesto ha de ser fiable<br />

y válida) y de su aspecto subjetivo. Pero es que<br />

además hay que considerar, si queremos de ver-<br />

Calidad de vida en pacientes alérgicos<br />

A. Mancebo Izco<br />

Socióloga. Técnico del Servicio de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud. Dirección General de Salud Pública.<br />

Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. Madrid.<br />

dad conocer la calidad de vida de una persona<br />

asmática, algunas cuestiones de difícil medición<br />

como por ejemplo su «confianza en la<br />

capacidad de autocuidarse», «su grado de<br />

depresión/tristeza/angustia» provocado por su<br />

asma, el grado de «disfunción familiar» que<br />

produce su patología, y también el sentimiento<br />

que le produce tener que medicarse en público<br />

o la incomodidad de llevar consigo la medicación.<br />

Resumiendo podríamos decir que por un lado la<br />

«calidad de vida» de una persona asmática se relaciona<br />

estrechamente con la severidad y frecuencia<br />

de sus síntomas y por otro, con cómo percibe ella<br />

esa realidad y en qué medida esa percepción le<br />

impide comportarse en su medio como querría y<br />

como se espera de ella.<br />

Todo ello significa que la valoración de la<br />

«calidad de vida», en general de personas con<br />

patologías crónicas y en concreto de personas<br />

asmáticas, es un asunto complejo, que hay que<br />

abordar haciendo uso de los instrumentos disponibles,<br />

siendo conscientes de la necesidad de adaptación<br />

que en ocasiones estos instrumentos requieren,<br />

especialmente cuando han sido construidos<br />

para aplicar en un entorno social y cultural distinto<br />

al nuestro.<br />

EL PROGRAMA REGIONAL DE<br />

PREVENCIÓN Y CONTROL DEL ASMA 11<br />

En 1991, en la Dirección General de Prevención<br />

y Promoción de la Salud (en la actualidad<br />

Dirección General de Salud Pública), se plantea la<br />

Rev. Esp. Alergol Inmunol Clín, Diciembre 1998 Vol. 13, Extraordinario Núm. 2, pp. <strong>128</strong>-158


Extraordinario Núm. 2 Calidad de vida en pacientes alérgicos 129<br />

necesidad de conocer la situación del asma en la<br />

Comunidad de Madrid, con el objetivo fundamental<br />

de intentar mejorar la situación de diagnóstico<br />

y tratamiento de los asmáticos y por tanto su calidad<br />

de vida.<br />

Desde el primer momento se vio la necesidad<br />

de abordar la discusión incluyendo en ella las<br />

voces de todos los participantes, de todos los<br />

interlocutores del asma: por ello se creó una<br />

Comisión regional en la que tomaban parte sociedades<br />

científicas e instituciones, en concreto: alergólogos,<br />

neumólogos, pediatras, médicos generalistas,<br />

enfermería. Todas estas aportaciones se<br />

engarzaron en cuatro subprogramas: subprogramas<br />

de vigilancia epidemiológica, subprograma<br />

de vigilancia ambiental, subprograma de autocuidados<br />

y subprograma de formación de profesionales.<br />

Cada uno de estos subprogramas ha trabajado<br />

durante estos años, consiguiendo algunos avances<br />

interesantes y planteando líneas de abordaje.<br />

— El subprograma de Vigilancia Epidemiológica<br />

puso en marcha un Sistema de Información<br />

que incluye tres líneas básicas: Encuesta de Prevalencia,<br />

ya publicada 1 ; vigilancia en AP, a través<br />

de red de médicos centinelas; y vigilancia de las<br />

Urgencias a través de los registros de urgencias<br />

del HGUGM.<br />

— El subprograma de Vigilancia Medioambiental<br />

puso en marcha la Red Palinocam (Red<br />

palinológica de la Comunidad de Madrid), que<br />

proporciona información sobre sustancias bióticas<br />

y abióticas por dos medios: un boletín informativo<br />

semanal y un contestador automático que funciona<br />

desde finales de febrero hasta julio.<br />

— El subprograma de Autocuidados, que puso<br />

en marcha dos líneas de trabajo: una investigación<br />

evaluativa sobre la bondad de los autocuidados,<br />

con diseño experimental; y la implantación<br />

en la Red Sanitaria (Primaria y Especializada) de<br />

los Autocuidados en asma, con un importante<br />

soporte que incluye formación, documentación<br />

de apoyo educativo y un dispositivo de asesoramiento<br />

permanente para el montaje de «grupos de<br />

formación en autocuidados para pacientes asmáticos».<br />

— El subprograma de Formación de Profesionales<br />

que puso en marcha un proceso de reciclaje<br />

para médicos (pediatras y generalistas) y<br />

enfermería. Los contenidos básicos abordados<br />

han sido: diagnóstico, tratamiento y autocuidado.<br />

Hasta ahora se han formado un 15 % de los<br />

profesionales de Atención Primaria de la Comunidad.<br />

EL SUBPROGRAMA<br />

DE AUTOCUIDADOS Y LA CALIDAD<br />

DE VIDA 11<br />

Nos interesa hacer especial hincapié en los trabajos<br />

realizados a partir del subprograma de<br />

Autocuidados. Sus dos líneas de actuación resultan<br />

interesantes para lo que estamos tratando:<br />

1) Entre 1994 y 1995 se realizó una investigación<br />

con diseño experimental sobre la bondad<br />

de la formación en autocuidados para pacientes<br />

asmáticos (para lo cual se utilizó un «Cuestionario<br />

de Calidad de Vida para asmáticos» construido<br />

y validado expresamente para dicha<br />

investigación). Los resultados indican —aunque<br />

aún no están publicados— que después del proceso<br />

de formación efectuado: a) todos los asmáticos<br />

mejoran su conocimiento sobre el asma; b)<br />

los asmáticos severos disminuyen el número de<br />

crisis, disminuye el número de días de absentismo,<br />

mejoran el uso de servicios sanitarios, el<br />

estado anímico y la percepción de autoeficacia,<br />

además de sus relaciones familiares y sociales.<br />

En general mejora su calidad de vida, y c) los<br />

asmáticos leves aunque disminuye el absentismo,<br />

empeora su estado anímico, en una primera<br />

etapa.<br />

Se está realizando además un Proyecto FIS<br />

en colaboración con el Insalud sobre «Factilidad<br />

y coste de un programa integrado de intervención<br />

comunitaria sobre manejo, control y<br />

autocuidados en asma en el área de salud 2 de<br />

la CM». El programa finaliza a finales de este<br />

año.<br />

2) Por otro lado se ha extendido por la Comunidad<br />

de Madrid la formación a asmáticos: 35<br />

Centros de Salud, 3 Ambulatorios, 10 Hospitales.<br />

Hasta ahora se han formado aproximadamente<br />

1.000 asmáticos con metodología grupal y 600<br />

con metodología individual (además de la formación<br />

que se realice por los profesionales sin contar<br />

con nuestra documentación, materiales y metodología<br />

de apoyo).


130 A. Mancebo Izco Volumen 13<br />

LAS ASOCIACIONES Y GRUPOS<br />

DE AYUDA MUTUA:<br />

EL PAPEL QUE JUEGAN EN<br />

LA MEJORA DE LA CALIDAD<br />

DE VIDA DE LOS PACIENTES<br />

ASMÁTICOS 6-10<br />

Desde hace una década, ya con claridad, el<br />

mandato de los organismos supranacionales<br />

que trabajan en el ámbito de la salud, camina<br />

en la dirección de aconsejar que se potencie,<br />

utilice y se colabore desde las administraciones<br />

públicas con las asociaciones de ciudadanos<br />

específicas, porque éstas representan un recurso<br />

complementario al propio sistema sanitario,<br />

tanto público como privado. Y esto se aconseja<br />

especialmente en los casos siguientes: enfermedades<br />

con impacto social, enfermedades<br />

crónicas, enfermedades raras o poco comunes.<br />

En el caso que nos trae, la colaboración con<br />

Asociaciones y Grupos de Ayuda Mutua es<br />

imprescindible.<br />

En la Comunidad de Madrid existen en la<br />

actualidad, recogidas en nuestro registro, dos asociaciones<br />

netamente de pacientes y familiares, una<br />

de asmáticos, la Asociación de Asmáticos Madrileños<br />

(ASMA) y otras de pacientes alérgicos, la<br />

Asociación española de padres y niños con alergia<br />

a alimentos (AEPNAA).<br />

Ambas aportan apoyo y asesoramiento a las<br />

personas afectadas, además de hacer una importante<br />

labor de educación sanitaria: formación<br />

específica sobre el conocimiento de la enfermedad<br />

en los ámbitos en que esto es más necesario, como<br />

es el caso de la escuela. Y de formación en autocuidados<br />

para los propios afectados y sus familiares.<br />

Para ello recaban la colaboración de Instituciones<br />

y Profesionales lo que, con las limitaciones<br />

propias de los presupuestos, va poco a poco consiguiéndose.<br />

No obstante, según los resultados de un estudio<br />

realizado en 1995 sobre «La actitud de los Profesionales<br />

Sanitarios y de la Población de la Comunidad<br />

de Madrid frente a los Grupos de ayuda<br />

mutua», la percepción que tienen los profesionales<br />

de las Asociaciones está cargada de reticencias,<br />

derivadas sobre todo a un importante desconocimiento<br />

de su existencia en primer lugar, y de<br />

sus objetivos, interés y maneras de actuar en<br />

segundo. Es importante realizar una labor de<br />

información y difusión de las asociaciones y grupos<br />

que trabajan para conseguir mejorar en la<br />

asistencia, para potenciar la investigación y que<br />

realizan una labor de ayuda recíproca que mejora,<br />

sin duda, la calidad de vida de los sujetos afectados.<br />

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1994.<br />

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Madrid 1994.<br />

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y Promoción de la Salud. Madrid 1995.<br />

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Promoción de la Salud. Madrid 1997.<br />

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n.º 7. Dirección General de Salud Pública.<br />

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de la Salud. Madrid 1997.<br />

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S.A. Madrid 1996.<br />

10. Actitud de los profesionales sanitarios y de la<br />

población de la Comunidad de Madrid frente a<br />

los Grupos de Ayuda Mutua. Realizado por SIG-<br />

MA DOS. Madrid, noviembre de 1995. (En<br />

archivo de la Dirección General de Salud Pública<br />

de la CM).<br />

11. Prevención y control del asma. Memoria de actividades.<br />

Comunidad de Madrid. Junio 1997.


Extraordinario Núm. 2 Calidad de vida 131<br />

Calidad de vida<br />

M. Rodríguez Rodríguez<br />

Unidad de Alergia. Hospital Príncipe de Asturias. Universidad de Alcalá. Madrid<br />

En las últimas décadas los grandes avances<br />

conseguidos en el diagnóstico y el tratamiento de<br />

las enfermedades se han traducido en una mayor<br />

esperanza de vida, pero ésta, en ocasiones va ligada<br />

a patología crónica de larga evolución, que<br />

puede ser muy severa y para cuyo tratamiento se<br />

emplean fármacos capaces de ocasionar efectos<br />

indeseables a medio y largo plazo.<br />

Esto nos lleva a un nuevo concepto de la<br />

salud, entendida no sólo como ausencia de<br />

enfermedad, sino como el correcto funcionamiento<br />

físico, mental y social y la percepción<br />

global del bienestar. Surge así el término de<br />

«calidad de vida», más precisamente denominado<br />

calidad de vida relacionada con la salud<br />

(CVS), que expresa la valoración que el paciente<br />

realiza acerca de las consecuencias que la<br />

enfermedad y su tratamiento tienen en su vida<br />

habitual. Es una variable descriptiva del impacto<br />

que una determinada enfermedad ocasiona en<br />

un paciente y facilita la orientación de la atención<br />

sanitaria y la evaluación de los distintos<br />

tratamientos.<br />

En la CV se engloban aspectos objetivos en<br />

relación con la capacidad funcional de la persona<br />

y aspectos subjetivos, dependientes de la<br />

satisfacción de la persona con la aceptación de la<br />

enfermedad, con el tipo de vida que realiza y con<br />

la participación social. En el momento actual la<br />

CV debe ser un fin prioritario para los cuidados<br />

de salud, sistemas de salud y programas sociales,<br />

y por tanto debe ser medida en diferentes contextos<br />

que engloban no sólo la práctica clínica<br />

diaria o los ensayos controlados con nuevos fármacos,<br />

sino la salud en diferentes grupos de<br />

población, que determinen la fijación de criterios<br />

para la asignación de recursos sanitarios. Hoy en<br />

día no se podría entender una política sanitaria<br />

que marginase la «calidad de vida» de los<br />

pacientes.<br />

MEDICIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA<br />

La medición debe ser lo más adecuada posible,<br />

habiéndose acordado de forma unánime la necesidad<br />

de englobar tres factores fundamentales<br />

(dimensiones), los que conciernen a las funciones<br />

de tipo físico, tales como discapacidad o autocuidado,<br />

los de tipo social, como relaciones familiares<br />

o laborales y los de tipo emocional, en que se<br />

valoran situaciones originadas por la enfermedad,<br />

tales como depresión o ansiedad.<br />

Los cuestionarios de calidad de vida son los<br />

instrumentos con los que se lleva a cabo la medición<br />

de la CV. Deben estar dirigidos al paciente,<br />

pueden ser cumplimentados por el propio paciente<br />

(autoaplicados) o a través de otra persona<br />

(médico o entrevistador). Las preguntas deben ser<br />

cerradas y las respuestas categóricas y fijas. Además<br />

deben cumplir los requisitos psicométricos<br />

de: validez (capacidad del cuestionario para medir<br />

lo que se pretende medir), sensibilidad (capacidad<br />

de detectar cambios entre diferentes personas o en<br />

la respuesta de una misma persona a lo largo del<br />

tiempo) y fiabilidad (los resultados deben ser<br />

reproducibles).<br />

Existen dos grupos de cuestionarios de calidad<br />

de vida, los llamados genéricos, en los que se<br />

miden diferentes aspectos de la CV en relación<br />

con la salud y los específicos dirigidos a aspectos<br />

concretos, tales como una enfermedad o una<br />

población determinada.<br />

Los cuestionarios genéricos presentan dos grandes<br />

tipos de ventajas, de una parte sirven para<br />

comparar el impacto relativo de diferentes enfermedades<br />

sobre el estado de salud y también sirven<br />

para obtener valores poblacionales de referencia.<br />

Los indicadores genéricos deben medir al<br />

menos las tres dimensiones básicas (física, mental<br />

y social) y tener la posibilidad de ser aplicados a<br />

gran variedad de situaciones y patologías. Entre


132 M. Rodríguez Rodríguez Volumen 13<br />

los que basan la CV en perfiles de salud, hay que<br />

mencionar en orden de antigüedad el Sickness<br />

Impact Profile (SIP) (Bergner 1976) que valora el<br />

perfil de las consecuencias de la enfermedad, el<br />

Nottingham Health Profile (NHP) (Hunt 1986)<br />

que valora el perfil de salud y el más reciente, el<br />

SF-36, que es una versión abreviada del Medical<br />

Outcomes Study (MOS) (Ware y Sherbourne<br />

1992) y el más ampliamente utilizado en los últimos<br />

trabajos de investigación clínica, porque junto<br />

a su relativa simplicidad presenta valoración de<br />

perfil no sólo de salud física, sino también mental<br />

y los datos psicométricos son sólidos.<br />

En otros indicadores genéricos la CV se basa en<br />

las preferencias que las personas asignan a los<br />

diferentes estados de salud, tales como la matriz<br />

de Rosser y Kind (1978), la escala de la calidad<br />

del bienestar (Anderson 1986) y la escala Euro<br />

Qol (1990).<br />

La mayor parte de estos cuestionarios se han<br />

traducido a nuestro idioma (traducción doble) y se<br />

han validado al observar la equivalencia de las<br />

variables: consistencia interna, validez de contenido<br />

y validez de constructo obtenida en la población<br />

española y la original.<br />

Aunque estos son los cuestionarios más utilizados,<br />

en la actualidad no existe una estandarización<br />

en los métodos de medida, por ser muchas las<br />

variables a tener en cuenta, la diferente escala de<br />

valores para cada individuo e incluso, la variación<br />

de éstos para la misma persona a través del tiempo.<br />

Por todo ello en los últimos años han alcanzado<br />

gran desarrollo los indicadores específicos, para<br />

valorar enfermedades, funciones o poblaciones<br />

concretas, que ofrecen como gran ventaja respecto<br />

a los indicadores genéricos, mayor sensibilidad<br />

hacia los cambios específicos que se presentan en<br />

ese aspecto concreto.<br />

ALERGIA Y CALIDAD DE VIDA<br />

La patología alérgica muestra en la sociedad<br />

occidental una alta incidencia y prevalencia,<br />

teniendo muchas de las enfermedades alérgicas<br />

por su carácter crónico (rinitis, urticaria, asma) o<br />

agudo, pero potencialmente fatal (anafilaxia por<br />

alimentos, medicamentos o insectos) gran influencia<br />

en la calidad de vida del paciente.<br />

Aunque la enfermedad más común dentro de<br />

las de etiología alérgica es la rinitis, que afecta<br />

entre el 15 y 20% de la población adulta y en<br />

algunos casos puede dar una sintomatología discapacitante,<br />

ha sido sin embargo en el asma donde<br />

se han llevado a cabo la mayor parte de las<br />

valoraciones sobre la calidad de vida.<br />

El asma bronquial es una enfermedad crónica,<br />

con fases estables y reagudizaciones, cuya prevalencia<br />

y severidad están aumentando a medio y<br />

largo plazo. La percepción de la gravedad por parte<br />

del médico viene dada por una amplia gama de<br />

parámetros, algunos de ellos puramente fisiopatológicos<br />

como el grado de obstrucción, otros clínicos<br />

como la medicación requerida o la frecuentación<br />

de servicios hospitalarios y otros indirectos<br />

como el abstentismo laboral o escolar. Sin embargo,<br />

ninguno de estos parámetros permite conocer<br />

la percepción que el paciente tiene de su enfermedad<br />

y en qué grado quedan afectados el estado<br />

emocional, la capacidad cognitiva o intelectual,<br />

las relaciones personales o la vida social del<br />

enfermo asmático, es decir la calidad de vida.<br />

CALIDAD DE VIDA EN ASMA:<br />

ESTUDIO REALIZADO(*)<br />

Con el objetivo de conocer la calidad de vida en<br />

la población asmática de nuestra comunidad<br />

hemos utilizado la aplicación de dos cuestionarios<br />

de calidad de vida, uno de ellos genérico, el SF-<br />

36 (validado por Alonso y cols. 1995) y otro específico<br />

para el asma, el AQLQ (Asthma Quality of<br />

Life Questionaire) en la versión de Marks (validada<br />

por Perpiñá y cols. 1995).<br />

Partiendo de una población inicial de 1.077<br />

pacientes asmáticos pertenecientes a diez Centros<br />

de Salud de una misma Área Sanitaria, se planeó<br />

en cinco Centros (655 pacientes), una intervención<br />

activa, utilizando los otros cinco Centros<br />

(422 pacientes) como caso control. La muestra<br />

final a la que aplicamos los cuestionarios estaba<br />

constituida por 298 pacientes asmáticos adultos.<br />

Se recogieron como variables: edad de comienzo,<br />

sexo, fecha de nacimiento, situación laboral,<br />

lugar de residencia, estudio alérgico, tipo de asma,<br />

grado de severidad, duración de asma, hábito<br />

tabáquico, factores asociados, factores desencadenantes,<br />

ingresos, visitas a urgencias y crisis en los<br />

últimos seis meses.


Extraordinario Núm. 2 Calidad de vida 133<br />

Como cuestionario genérico se aplicó el SF-<br />

36, que proporciona un perfil de salud física y<br />

mental. Consta de 36 ítems agrupados en ocho<br />

dimensiones: función física, actividad física,<br />

actividad emocional, función social, dolor, salud<br />

mental, percepción de la salud general y vitalidad.<br />

La puntuación se realiza para cada dimensión<br />

por separado en una escala de 0 a 100 (valor<br />

óptimo), no habiendo sido diseñado para un índice<br />

global. Como cuestionario específico se utilizó<br />

el AQLQ que además de reunir las condiciones<br />

adecuadas desde el punto de vista técnico,<br />

posee brevedad y sencillez que permiten que sea<br />

pasado y valorado en un período no superior a 15<br />

minutos como media. Este cuestionario está<br />

compuesto por 20 ítems, que el sujeto califica<br />

según una escala tipo Likert en cinco pasos. Los<br />

ítems se agrupan en cuatro subescalas que recogen<br />

diversos aspectos de la CV: sensación de<br />

ahogo, estado de ánimo, restricción social y preocupación.<br />

Se obtiene una puntuación para cada<br />

subescala y una puntuación total (PT) oscilando<br />

el rango entre 0 y 10. Las puntuaciones bajas<br />

indican una buena CV.<br />

RESULTADOS<br />

El estudio de fiabilidad mediante el análisis de<br />

consistencia interna y la validez de constructo por<br />

análisis de semejanzas y diferencias variables,<br />

mostraron índices satisfactorios en todos los<br />

casos.<br />

El análisis de las variables mostraba que en la<br />

escala genérica, la dimensión función física era la<br />

que guardaba mayor número de correlación con<br />

variables, especialmente años de evolución, edad<br />

y grado de severidad siendo además la correlación<br />

del FEVI estadísticamente significativa con la<br />

vitalidad, función física y salud mental.<br />

En la escala específica encontramos que la<br />

dimensión preocupación es la que interacciona<br />

con el mayor número de variables relevantes para<br />

el asma, tales como edad del paciente, días de<br />

absentismo laboral y número de ataque en los últimos<br />

meses que requirieron atención médica.<br />

La edad del paciente y el número de ataques de<br />

asma en los últimos meses fueron las variables<br />

que más se relacionaron con el ahogo, estado de<br />

ánimo, restricción social y preocupación.<br />

CONCLUSIONES<br />

— En el momento actual para llevar a cabo una<br />

planificación sanitaria adecuada, es imprescindible<br />

conocer la calidad de vida de los pacientes a<br />

los que va destinado un proyecto de salud determinado.<br />

— No se dispone aún del instrumento óptimo<br />

(cuestionario) para valorar la calidad de vida de<br />

manera estandarizada, por lo que es aconsejable<br />

poder aplicar para cada estudio una doble perspectiva,<br />

deduciéndose la conveniencia de utilizar<br />

para cada problema dos cuestionarios, uno genérico<br />

y otro específico. Es imprescindible que estén<br />

validados para nuestro idioma.<br />

— En los pacientes asmáticos de nuestro entorno<br />

estudiado, es útil conocer el FEV1 para valorar<br />

no sólo la función física, sino la percepción de la<br />

salud en general y la salud mental.<br />

— La edad y el número de crisis en los últimos<br />

meses son las variables que generan mayor preocupación,<br />

restricción social y alteración del estado de<br />

ánimo, lo que aconseja un soporte psicológico especialmente<br />

destinado a estos grupos de pacientes.<br />

* Trabajo financiado por el FIS n.º 95/0059.<br />

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13. Sanjuán C, Alonso J, Sanchís J, Casan P, Broquetas<br />

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Arch Bronconeumol 1995; 31: 219-226.<br />

14. Testa MA, Simonson DC. Assessment of quality-oflife<br />

outcomes. N Engl J Med 1993; 118: 622-629.<br />

Calidad de vida en niños/niñas alérgicos<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La definición de salud dada por la OMS en 1958<br />

es la siguiente: «Se trata de un estado de completo<br />

bienestar físico, mental y social, y no solamente de<br />

la ausencia de enfermedad y dolencia.<br />

La calidad de vida (CV) es un componente relacionado<br />

con el concepto de salud positiva, no<br />

existe un consenso sobre su definición, aunque la<br />

mayoría está de acuerdo en que son muchos factores<br />

que inciden en la calidad de vida, estando<br />

todos ellos interrelacionados.<br />

El concepto de calidad de vida relacionado con<br />

la salud (CVRS) o HRQL de la nomenclatura<br />

anglosajona se define como el conjunto de la calidad<br />

de vida que se determina primariamente por<br />

la salud de la persona y puede mejorar por medio<br />

de intervenciones clínicas.<br />

La OMS ha clasificado las enfermedades alérgicas<br />

comunes (asma inducida por aeroalergenos,<br />

rinoconjuntivitis alérgica y dermatitis atópica)<br />

L. Zapatero Remón<br />

Sección de Alergia Infantil. H.G.U. Gregorio Marañón. Madrid<br />

entre las seis patologías que afectan con mayor<br />

frecuencia a la población mundial, por lo que esta<br />

patología se ha convertido en uno de los mayores<br />

problemas de salud en los países desarrollados, lo<br />

que conlleva una importante utilización de servicios<br />

sanitarios y afecta de una manera especial a<br />

niños y adolescentes.<br />

La CVRS en estos pacientes es un concepto<br />

fundamental de los resultados de los tratamientos.<br />

En los últimos años se ha visto que es imprescindible<br />

incluir este concepto en los ensayos clínicos;<br />

los cuestionarios de calidad de vida son herramientas<br />

sistematizadas y estandarizadas de lo que<br />

el clínico ha preguntado siempre: ¿cómo se<br />

encuentra?, ¿puede realizar una actividad normal?,<br />

¿le molesta su enfermedad?, ¿le ayudaría<br />

una medicación diferente?<br />

Los cuestionarios de CV permiten cuantificar<br />

las respuestas, y de esa manera identificar los problemas<br />

que son más importantes para el paciente,<br />

objetivándose, además, cualquier deterioro fun-


Extraordinario Núm. 2 Calidad de vida en niños 135<br />

cional específico y los cambios de la enfermedad<br />

que se producen en el tiempo.<br />

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL ÍNDICE<br />

DE CVRS EN EL ASMA Y LA RINITIS<br />

ALÉRGICA?<br />

Se ha propuesto que en cualquier enfermedad<br />

hay tres razones para tratar a los pacientes: prevenir<br />

la muerte, reducir la probabilidad de morbilidad<br />

y mejorar el bienestar del paciente. En el caso<br />

del asma y la rinitis alérgica los objetivos del tratamiento<br />

son: mantener unos niveles normales de<br />

actividad, mantener los parámetros de la función<br />

pulmonar lo más normal posible y prevenir la aparición<br />

de síntomas.<br />

La mayoría de las medidas clínicas convencionales<br />

para ver la severidad del asma y la rinitis<br />

valoran el estado de las vías respiratorias, en el<br />

pasado se asumía que estas medidas también proporcionaban<br />

datos sobre el bienestar del paciente,<br />

es cierto que a mayor alteración de las vías aéreas<br />

suele corresponder peor CVRS, pero existe la evidencia<br />

de que la correlación entre medidas clínicas<br />

y el estado general de los pacientes y su<br />

desenvolvimiento en su vida cotidiana es sólo<br />

débil o moderada, por ello se debe obtener un cuadro<br />

completo del estado de salud del paciente,<br />

siendo importante cuál es su actividad social diaria<br />

y la forma en que la enfermedad puede afectarle<br />

tanto física como socialmente.<br />

Alteraciones de la calidad de vida en niños/as<br />

con asma<br />

La investigación del CVRS en el asma nos proporciona<br />

un conocimiento sobre las alteraciones<br />

funcionales y los síntomas que son más problemáticos<br />

para el paciente como la disnea, la sibilancia<br />

y la tos, que en ocasiones les interrumpe el<br />

sueño. En muchos casos, tienen problemas con la<br />

actividad física y no pueden integrarse plenamente<br />

con sus compañeros ni en los deportes ni en los<br />

juegos, por lo que se sienten aislados y a veces<br />

tristes y enfadados.<br />

Los padres de niños con asma tienen con frecuencia<br />

una pobre percepción de los problemas y<br />

emociones que preocupan a los niños, por lo que<br />

es esencial obtener la información directamente<br />

de éstos, dado que los niños tienen poca dificultad<br />

para rellenar los cuestionarios y proporcionan respuestas<br />

válidas y reales.<br />

Alteraciones de la calidad de vida en niños/as<br />

con rinitis<br />

La rinitis alérgica se reconoce en la actualidad<br />

como una de las mayores causas de morbilidad<br />

que altera de forma significativa la calidad de vida<br />

de los pacientes, que se sienten molestos con sus<br />

síntomas, fundamentalmente el bloqueo nasal y la<br />

hidrorrea. En ocasiones tienen dificultad para dormir<br />

bien, y por ello pueden sentirse cansados al<br />

día siguiente, tener cefaleas y falta de concentración;<br />

además les resulta especialmente molesto ir<br />

cargados de pañuelos y sonarse continuamente.<br />

En los adolescentes se puede ver afectado su<br />

rendimiento escolar. Los niños más pequeños,<br />

aunque tienen los mismos síntomas y molestias,<br />

experimentan menos interferencias en su actividad<br />

diaria pero suelen presentar problemas con el sueño.<br />

Se ha observado que los padres de niños con<br />

rinitis con frecuencia están más molestos por los<br />

síntomas de sus hijos que los propios niños.<br />

INSTRUMENTOS PARA MEDIR LA<br />

CALIDAD DE VIDA<br />

En el momento actual existen una serie de instrumentos<br />

validados para medir la CVRS en niños<br />

con asma y rinitis (Tablas I y II).<br />

Tabla I. Encuesta realizada a niños/as entre 11-13 años<br />

— ¿Has participado en reuniones sobre el asma y su tratamiento?<br />

— ¿Sabes si han participado tus padres?<br />

— ¿Piensas que eres diferente de tus compañeros por tener<br />

asma?<br />

— ¿Comentas tu enfermedad con tus compañeros/amigos?<br />

— ¿Puedes practicar juegos y/o deportes de la misma manera<br />

que tus compañeros?<br />

— ¿Sientes angustia, cuando tienes una crisis y te desanimas<br />

después?<br />

— ¿Piensas que el asma puede ser un problema para tí en el<br />

futuro?<br />

— ¿Sabes cómo debes utilizar tus medicinas?<br />

— ¿Supone un problema para tí tomar medicación?<br />

— ¿Quién controla las medicinas que debes tomar?<br />

— ¿Quién crees que debería controlarlo?


136 L. Zapatero Remón Volumen 13<br />

Tabla II. Encuesta realizada a niños/as entre 8 y 10 años<br />

— ¿Has participado en reuniones sobre el asma y su tratamiento?<br />

— ¿Sabes si han participado tus padres?<br />

— ¿Piensas que eres igual que otro niño que no tiene asma?<br />

— ¿Les comentas a tus compañeros que tienes asma?<br />

— ¿Puedes jugar y hacer ejercicio igual que tus compañeros y<br />

amigos que no tienen asma?<br />

— ¿Sabes qué hacer cuando te da fatiga?<br />

— ¿Sabes por qué tomas las medicinas?<br />

— ¿Tus padres tienen que estar pendientes de tu medicación?<br />

— ¿Cuándo tienes una crisis te pones triste y te desanimas?<br />

Hay dos tipos de cuestionarios para evaluar la<br />

CRVS: genéricos y específicos. Los instrumentos<br />

genéricos son diseñados para aplicarse a pacientes<br />

en todos los estados de salud, al intentar valorar<br />

todas las situaciones médicas fallan en un análisis<br />

más profundo, de manera que a veces no están<br />

incluidas alteraciones que el paciente considera<br />

importantes; por ello, su utilización en ensayos clínicos<br />

para examinar el efecto de un tratamiento en<br />

pacientes individualizados o en grupos es limitado.<br />

Hasta el momento ningún cuestionario genérico<br />

ha sido validado para rinitis y asma pediátrico.<br />

Los instrumentos específicos pueden ser de<br />

grupo, de una función particular o de una enfermedad<br />

determinada, estos últimos enfocan problemas<br />

para los cuales los pacientes buscan ayuda,<br />

por lo que estos instrumentos responden mejor<br />

que los genéricos a cambios clínicos importantes<br />

en la CVRS.<br />

Cuando uno selecciona un instrumento es<br />

importante asegurarse que tanto la forma como el<br />

contenido tienen validez, es decir, que los ítems<br />

del cuestionario han sido seleccionados para reconocer<br />

procedimientos psicométricos que capten<br />

todas las áreas de función que son consideradas<br />

importantes por los pacientes. Estos cuestionarios<br />

deben ser elaborados por personal especializado.<br />

Los instrumentos que se utilizan en estudios<br />

transversales deben tener propiedades discriminativas<br />

y ser exactos. Los instrumentos utilizados en<br />

estudios longitudinales deben tener propiedades<br />

evaluativas y tener buena sensibilidad, siendo<br />

estos últimos los que se utilizan en los ensayos<br />

clínicos.<br />

Teniendo en cuenta que los cuestionarios son<br />

traducidos a múltiples idiomas, se debe realizar<br />

una adaptación a la cultura y circunstancias especiales<br />

de la población a la cual va dirigido y deben<br />

ser siempre supervisados por los realizadores y<br />

validados antes de ser utilizados.<br />

En España no existe ningún instrumento validado<br />

que pueda usarse en la investigación ni en la<br />

práctica clínica para evaluar el tratamiento de los<br />

niños con asma. Actualmente existen dos versiones<br />

españolas del AQLA y del PAQLQ, la primera realizada<br />

por la doctora Tauler y el doctor Alonso, y la<br />

segunda por el doctor Badía; ambas han seguido las<br />

técnicas de traducción recomendadas internacionalmente<br />

y han sido supervisadas por la doctora Juniper,<br />

autora de las versiones originales.<br />

CONTRIBUCIÓN DE LOS<br />

CAMPAMENTOS DE VERANO A LA<br />

MEJORA DE LA CV DE LOS NIÑOS<br />

ASMÁTICOS<br />

Para mejorar la calidad de vida de los niños/as<br />

asmáticos se han organizado durante los últimos<br />

siete años campamentos de verano en las Comunidades<br />

de Madrid y Castilla-La Mancha.<br />

Sobre la base de un tratamiento integral del<br />

asma, durante esos días se imparte un curso de<br />

autocuidado con el objetivo de que los niños<br />

conozcan su enfermedad y mejoren su actitud<br />

frente a ella, aprendan la utilización de los diferentes<br />

tratamientos y cómo y cuándo deben utilizarlos,<br />

tanto para prevenir como para yugular las<br />

crisis de asma que puedan desencadenarse.<br />

Durante los días de campamento se practican distintas<br />

modalidades deportivas y se enseña a los<br />

niños ejercicios respiratorios y de relajación con el<br />

fin de mejorar sus condiciones físicas y hacerles ver<br />

que pueden practicar deportes y ejercicio, aunque,<br />

en algunos casos, necesiten medicación previa.<br />

El objetivo último de los campamentos es consguir<br />

que estos niños puedan llevar una vida lo más<br />

normal posible, acudan más adelante a los campamentos<br />

de verano con sus compañeros de barrio o<br />

de colegio sabiendo controlar su enfermedad y consiguiendo<br />

un mayor grado de autonomía con respecto<br />

a sus padres, que suelen, en muchos casos,<br />

ejercer un exceso de protección sobre sus hijos.<br />

Para evaluar el conocimiento de nuestros<br />

pacientes sobre el asma y la manera en que esta<br />

enfermedad influye en su vida diaria, realizamos<br />

una encuesta que contestaron 108 niños entre 11 y<br />

13 años y 109 entre 8 y 10 años (Tablas III y IV).


Extraordinario Núm. 2 Calidad de vida en niños 137<br />

Tabla III. Cuestionarios de CVRS para rinitis<br />

— Adolescent rinoconjunctivitis quality of life questionnaire1 .<br />

— Paediatric rinoconjunctivitis quality of life questionnaire1 .<br />

Tabla IV. Cuestionarios de CVRS para asma pediátrico.<br />

— Paediatric asthma quality of life questionnaire2 .<br />

— Childhood asthma questionnaire3 .<br />

— Life activities questionnaire for childhood asthma4 .<br />

— Health utilities index5, 7 .<br />

— Feeling Thermometer5, 6 .<br />

— Standard gamble5, 6 .<br />

— Paediatric asthma caregivers’ Quality of life questionnaire8 .<br />

Tabla de siglas<br />

— CVRS: calidad de vida relacionada con la salud.<br />

— HRQL: Health related quality of life.<br />

— PAQLQ: Paediatric asthma quality life questionnaire.<br />

— PRQLQ: Paediatric rinoconjunctivitis quality life questionnaire.<br />

MEDIDAS PARA UNA MAYOR<br />

CALIDAD DE VIDA EN LOS NIÑOS<br />

ALÉRGICOS<br />

Hasta ahora hemos hablado de las diferentes<br />

herramientas para medir la calidad de vida de los<br />

niños alérgicos y como clínicos no debemos olvidar<br />

que es fundamental utilizar todos los medios a<br />

nuestro alcance para intentar mejorar realmente la<br />

calidad de vida de nuestros pacientes, pasando a<br />

enumerarlos brevemente:<br />

— Medidas de control ambiental y de desalergenización,<br />

que se deben explicar a los<br />

pacientes de forma personalizada, siendo<br />

importante que conozcan también otros factores<br />

desencadenantes de sus síntomas como el humo<br />

del tabaco, concentraciones elevadas de contaminación,<br />

irritantes, frío intenso, infecciones<br />

virales...<br />

— Educación sanitaria, tanto personalizada<br />

como en grupos de autocuidados, ya que es fundamental<br />

que el paciente conozca su enfermedad,<br />

cuáles son las causas y la forma de tratarla.<br />

— Enseñar la utilización y las ventajas de la<br />

medida del pico-flujo en los pacientes con asma<br />

moderado/severo.<br />

— Prescribir siempre medicaciones que el<br />

paciente pueda realizar con la dosificación más<br />

cómoda posible, enseñando siempre la técnica de<br />

utilización en caso de cámara u otros dispositivos<br />

y asegurándonos de que el paciente ha aprendido<br />

a utilizarla.<br />

— Abordar con los niños asmáticos y su familia<br />

el problema de la escuela y las clases de educación<br />

física, dando información escrita para los<br />

profesores.<br />

— Dar al paciente toda la información escrita<br />

para que pueda utilizarla en los momentos necesarios.<br />

— Mejorar la relación médico-paciente, permitiendo<br />

en la medida de lo posible un acceso fácil<br />

del paciente al médico.<br />

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Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. *Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela.<br />

Se conoce como Unidades de Inmunoterapia<br />

(UI), a aquellas Unidades funcionales y/o físicas<br />

destinadas a la administración de vacunas específicas<br />

de tratamiento de las enfermedades alérgicas.<br />

No existe un modelo definido de cómo debe<br />

ser y funcionar una UI por lo que se puede considerar<br />

que existen tantas posibilidades de diseño y<br />

forma de actuación como Unidades, Secciones o<br />

Servicios de Alergia hay. Nace así un primer concepto,<br />

el de UI como medio que emplea el alergólogo<br />

para la aplicación de un tratamiento que le es<br />

específico.<br />

El seminario sobre las UI se plantea como una<br />

forma de difundir las posibilidades de la UI y<br />

como un intercambio activo de opiniones destinadas,<br />

en última instancia, a mejorar el manejo de<br />

este tratamiento que reivindicamos como propio.<br />

Los principales aspectos e interrogantes a tratar<br />

se enumeran a continuación:<br />

1. ¿Por qué se plantea la necesidad de las UI?:<br />

1.1. Papel de la inmunoterapia con veneno de<br />

himenópteros.<br />

1.2. Defensa frente a los detractores de la<br />

inmunoterapia.<br />

1.3. Necesidad de ensayar nuevas pautas de<br />

administración.<br />

2. ¿Cómo debe ser una UI? Hospital de día:<br />

2.1. Medios físicos y humanos.<br />

2.2. Adaptación al funcionamiento habitual de<br />

una consulta de alergia.<br />

3. Papel de la informática en el control de la<br />

inmunoterapia.<br />

4. Monitorización de eficacia y seguridad de la<br />

inmunoterapia en las UI.<br />

5. La UI como vehículo de prestigio del tratamiento:<br />

5.1. Ensayos clínicos.<br />

5.2. Reconocimiento en el hospital.<br />

5.3. Reconocimiento ante los pacientes.<br />

El debate servirá para aclarar conceptos en<br />

cuanto a organización y manejo práctico de la<br />

inmunoterapia. Durante el seminario, se entregará<br />

un resumen de los distintos aspectos tratados.


Extraordinario Núm. 2 Reactividad cruzada en alergia a alimentos 139<br />

Reactividad cruzada en alergia a alimentos<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La alergia a frutas de la familia Rosaceae es la<br />

alergia a alimentos más frecuente en adultos, y el<br />

modelo de reactividad cruzada en alergia a alimentos<br />

mejor estudiado. Desde los primeros estudios<br />

de alergia a rosáceas se encontró una asociación<br />

con alergia a otros alimentos de origen<br />

vegetal y a pólenes de plantas taxonómicamente<br />

no relacionadas. En los años 70 y 80 se demostró<br />

que estas asociaciones eran debidas a la existencia<br />

de anticuerpos IgE con reactividad cruzada<br />

entre pólenes y alimentos 1 . En los años 90, gracias<br />

a la aplicación de técnicas de biología molecular,<br />

se han identificado una serie de alergenos<br />

presentes en esta familia de frutas y responsables<br />

de la reactividad cruzada. Estos alergenos son<br />

proteínas implicadas en funciones biológicas<br />

importantes, por lo que sus secuencias y estructuras<br />

están altamente conservadas, lo cual las convierte<br />

en «panalergenos». Los mejor conocidos<br />

son los alergenos homólogos de Bet v 1 y la profilina.<br />

También se encuentra en los pacientes alérgicos<br />

a frutas IgE dirigida frente a determinantes<br />

hidrocarbonados de glicoproteínas vegetales<br />

(CCD, crossreactive carbohydrate determinants),<br />

aunque parecen carecer de relevancia clínica 2 . En<br />

el último año se ha identificado un grupo nuevo<br />

de alergenos implicados en la reactividad cruzada<br />

de las rosáceas: las proteínas transportadoras de<br />

lípidos (PTL).<br />

Nos centraremos en los alergenos homólogos<br />

de Bet v 1, las profilinas y las PTL implicados en<br />

la alergia a frutas de la familia Rosaceae.<br />

ALERGENOS HOMÓLOGOS DE Bet v 1<br />

En los países de Centro y Norte de Europa la<br />

alergia al polen de abedul se asocia frecuentemente<br />

(hasta en un 70%) con alergia a rosáceas —<br />

M. Fernández Rivas<br />

Unidad de Alergia. Hospital Ntra. Sra. de Sonsoles. Ávila<br />

principalmente manzana— y otros alimentos de<br />

origen vegetal 3 . La base inmunológica reside en la<br />

existencia de alergenos homólogos al alergeno<br />

mayor de abedul, Bet v 1, que pertenecen a una<br />

familia de proteínas relacionadas con la patogénesis<br />

(proteínas PR-10). No se conoce la función<br />

exacta de estas proteínas, pero se sabe que son<br />

producidas en respuesta a agentes patógenos y<br />

condiciones de estrés 4 .<br />

El Bet v 1 ha sido clonado y secuenciado, y ya<br />

se dispone comercialmente de un alergeno recombinante<br />

de Bet v 1 (rBet v 1) para determinación<br />

de IgE específica in vitro (CAP-FEIA, Pharmacia).<br />

El Bet v 1 es un péptido de 159 aminoácidos<br />

y peso molecular (PM) de 17,4 kDa 4 . Presenta una<br />

alta homología (80-90%) con los alergenos mayores<br />

de avellano, aliso, castaño y carpe (árboles del<br />

orden Fagales) 5, 6 . El alergeno mayor de la manzana,<br />

Mal d 1, ha sido clonado y secuenciado: 159<br />

aminoácidos y PM de 17,7 kDa. Presenta una alta<br />

homología con Bet v 1: 65% de identidad en la<br />

secuencia de aminoácidos y 56% de identidad a<br />

nivel de ácidos nucleicos. Por estudios de inhibición<br />

cruzada se ha demostrado que Bet v 1 y Mal<br />

d 1 comparten epítopos IgE 7, 8 . En avellana (Cor a<br />

1), pera (Pir c 1), melocotón, albaricoque, cereza<br />

(Pru a 1), ciruela, apio (Api g 1), zanahoria (Dau<br />

c 1), perejil y patata se han identificado alergenos<br />

homólogos a Bet v 1 9-12 .<br />

Este grupo de alergenos homólogos de Bet v 1<br />

están implicados en más del 90% de los pacientes<br />

que presentan alergia a alimentos vegetales<br />

asociada con polinosis de abedul. En estos<br />

pacientes la sensibilización primaria parece producirse<br />

por vía inhalatoria al exponerse al polen<br />

del abedul 13, 14 . Sin embargo, en zonas desprovistas<br />

de abedules, como es el centro de España, la<br />

alergia a rosáceas no está relacionada con sensibilización<br />

a alergenos homólogos de Bet v 1. En<br />

nuestra experiencia, solamente el 6% de pacientes<br />

polínicos (gramíneas) y alérgicos a rosáceas


140 M. Fernández Rivas Volumen 13<br />

procedentes de la zona centro de España (Madrid,<br />

Toledo) está sensibilizado a alergenos homólogos<br />

de Bet v 1 15 .<br />

PROFILINA<br />

La profilina es una proteína altamente conservada<br />

en los organismos eucarióticos, que forma<br />

complejos con la actina (profilactina) regulando<br />

su polimerización, participando de esta manera en<br />

la forma y movimiento celulares. Se supone que<br />

la profilina presente en los pólenes participaría en<br />

la germinación 16 .<br />

La profilina de abedul —Bet v 2— fue la primera<br />

identificada, clonada y secuenciada, y presenta<br />

un PM de 14 kDa 17 . En la actualidad ya se<br />

dispone comercialmente de profilina de abedul<br />

recombinante (rBet v 2) para determinación de<br />

IgE específica in vitro (CAP-FEIA, Pharmacia).<br />

También se han identificado profilinas de pólenes<br />

de gramíneas y de artemisa, y se ha demostrado su<br />

presencia en una gran variedad de alimentos de<br />

origen vegetal 16, 18 . Las profilinas de abedul, gramíneas<br />

y artemisa presentan una alta homología<br />

en sus secuencias (en torno a un 80%), y tienen<br />

una antigenicidad y alergenicidad similares. Las<br />

profilinas son moléculas con PM en el rango de<br />

13-14 kDa 16 .<br />

Se ha demostrado la implicación de la profilina<br />

en la alergia a apio (Api g 2) en pacientes alérgicos<br />

a pólenes de abedul y artemisa 19 ; en la alergia<br />

a avellana, manzana (Mal d 2) y otras rosáceas,<br />

apio y zanahoria en pacientes alérgicos al polen<br />

de abedul 9, 12 ; y en la alergia a rosáceas y otras frutas<br />

en pacientes españoles alérgicos a pólenes de<br />

gramíneas ± olivo 15, 20 .<br />

En la alergia a rosáceas en pacientes alérgicos<br />

al polen de abedul la profilina se comporta como<br />

un alergeno menor, encontrándose menos de un<br />

20% de individuos sensibilizados 9 . Sin embargo,<br />

en nuestra experiencia, la profilina es un alergeno<br />

importante en pacientes polínicos (gramíneas) y<br />

alérgicos a rosáceas de la zona centro de España 15 .<br />

En estos sujetos hemos encontrado positividades a<br />

profilina en el 44% de pruebas cutáneas (PC),<br />

75% de RAST, y 80 % de liberación de histamina<br />

(LH); solamente el 12% presentaban PC, RAST y<br />

LH negativas para profilina. En el SDS-PAGEimmunoblotting<br />

el 57 % de los sueros reconocía<br />

en manzana, pera y melocotón dos bandas de PM<br />

en torno a 15 kDa identificadas como profilina<br />

mediante un antisuero específico 21 .<br />

PROTEÍNAS TRANSPORTADORAS<br />

DE LÍPIDOS (PTL)<br />

Aunque la mayoría de los pacientes alérgicos a<br />

rosáceas presentan una polinosis asociada, también<br />

existen pacientes en los que esta alergia alimentaria<br />

aparece de manera aislada. Según diferentes<br />

autores, 15-21% de los pacientes alérgicos<br />

a frutas y hortalizas no presentan una polinosis<br />

asociada 14, 22, 23 . Recientemente hemos estudiado un<br />

grupo de 11 pacientes alérgicos a rosáceas sin<br />

alergia a pólenes, y los hemos comparado con un<br />

grupo de 22 pacientes alérgicos a esas mismas<br />

frutas que presentaban una polinosis (gramíneas)<br />

asociada, y que procedían de la misma área geográfica<br />

(Madrid, Toledo) 24 . Hemos encontrado que<br />

la alergia a rosáceas no asociada a polinosis es<br />

una entidad clínica severa: el 82% de los pacientes<br />

presentaban sintomatología sistémica, fundamentalmente<br />

anafilaxia (73%), en detrimento del<br />

SAO (64%); un 36% de los pacientes presentaron<br />

shock anafiláctico. En contraste, en los pacientes<br />

alérgicos a rosáceas y pólenes de gramíneas el<br />

91% presentaban SAO, un 45% referían afectación<br />

sistémica, 18% anafilaxia y 9% shock anafiláctico.<br />

Los alergenos de frutas implicados en<br />

estos pacientes presentaban una alta reactividad<br />

cruzada entre las especies de rosáceas estudiadas<br />

(manza, pera, melocotón), no estaban relacionados<br />

con profilina ni Bet v1, y presentaban un PM<br />

en el SDS-PAGE immunoblotting cercano a 10<br />

kDa.<br />

Lleonart et al. 25 identificaron en pacientes alérgicos<br />

al melocotón pero no a pólenes un doblete de<br />

8 a 10 kDa y varios alergenos comprendidos entre<br />

40 y 70 kDa. Recientemente, Pastorello et al. 26 han<br />

identificado un alergeno en melocotón de 9 kDa.<br />

Este alergeno ha sido secuenciado, denominado<br />

Pru p 1, e identificado como una proteína transportadora<br />

de lípidos (PTL). Las PTL son proteínas<br />

implicadas en la formación de la cutícula y en la<br />

defensa frente a patógenos, y están presentes en<br />

muchos tejidos vegetales, lo cual las convierte en<br />

un nuevo tipo de panalergeno. También se han<br />

identificado PTL de 9 kDa en otras rosáceas: man-


Extraordinario Núm. 2 Reactividad cruzada en alergia a alimentos 141<br />

zana (Mal d 3), pera (Pir c 2), albaricoque, ciruela.<br />

Investigadores españoles han aislado y caracterizado<br />

recientemente sendos alergenos de 9 kDa en<br />

manzana y melocotón, identificados como PTL 27 .<br />

CONSIDERACIONES FINALES<br />

El conocimiento de los alergenos implicados en<br />

la reactividad cruzada en alergia alimentaria y su<br />

clasificación en grupos como proteínas relacionadas<br />

con la patogénesis, profilinas, proteínas transportadoras<br />

de lípidos, conducirá a una mejor comprensión<br />

de estos cuadros, facilitará su<br />

diagnóstico, y puede conducir al desarrollo de tratamientos<br />

específicos para este tipo de alergia.<br />

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Reactividad cruzada en alergia a alimentos:<br />

El síndrome látex-frutas<br />

C. Blanco<br />

Sección de Alergia. Hospital Universitario Nuestra Señora del Pino. Las Palmas de Gran Canarias<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La sensibilización cruzada a aeroalergenos y<br />

alergenos alimentarios ha sido el centro de numerosos<br />

estudios en los últimos años. Recientemente,<br />

se ha logrado identificar a varios antígenos<br />

responsables de esta actividad cruzada. La caracterización<br />

de Bet v 1, el alergeno mayor del polen<br />

de abedul que pertenece a una familia ubicua de<br />

proteínas de defensa, ha jugado un papel fundamental<br />

en la comprensión del síndrome de alergia<br />

a pólenes y alimentos 1 . Por su parte, las profilinas<br />

son otro grupo de proteínas altamente conservadas<br />

en el reino vegetal, que se comportan como panalergenos<br />

2 . De hecho, la sensibilidad asociada entre<br />

polen de abedul, manzana, apio y polen de Artemisia,<br />

parece basarse en la presencia de proteínas<br />

homólogas a Bet v 1 y profilinas 3 .<br />

Por otra parte, la alergia tipo I al látex se ha<br />

convertido en un problema médico muy importante<br />

en los últimos diez años 4, 6 . Ello es debido al<br />

aumento observado en su prevalencia y a la potencial<br />

gravedad de las reacciones que induce. Clásicamente,<br />

se identifican dos grupos de riesgo para<br />

presentar alergia al látex. El primero lo constituyen<br />

los trabajadores con guantes, presentándose<br />

como enfermedad profesional en trabajadores<br />

sanitarios 7, 8 , de invernaderos 9 y de fábricas de productos<br />

de látex 10 . El segundo grupo de riesgo son<br />

los pacientes multioperados, en especial los niños<br />

con espina bífida 11 . Además, los pacientes atópicos<br />

muestran un riesgo entre tres y cuatro veces<br />

superior para sensibilizarse a látex que los no atópicos<br />

8, 9 . Sin embargo, la alergia al látex también<br />

afecta a individuos sin ningún factor de riesgo<br />

aparente.<br />

Recientemente ha quedado claro que muchos<br />

pacientes con alergia a látex presentan hipersensibilidad<br />

asociada a determinados alimentos, principalmente<br />

frutas 12 . De hecho, la sensibilización a<br />

determinadas frutas es un factor de riesgo mucho<br />

más importante que la atopia para sensibilizarse al<br />

látex 9 . Las frutas más frecuentemente implicadas<br />

son el plátano, la castaña, el aguacate y el kiwi; a<br />

pesar de que no existe relación filogenética entre<br />

ellas y la Hevea 13 . Además, se ha demostrado la<br />

existencia de reactividad cruzada entre varias de<br />

estas frutas y el látex, por métodos de inhibición<br />

de enzimoinmunoensayo, por lo que es segura la<br />

existencia de alergenos que reaccionan de forma<br />

cruzada entre ellos 12, 13 . Tras intensos estudios por<br />

parte de varios grupos de investigadores, resulta-


Extraordinario Núm. 2 El síndrome látex-frutas 143<br />

dos recientes sugieren la implicación de determinadas<br />

proteasas, en concreto quitinasas, que parecen<br />

comportarse como panalergenos en el reino<br />

vegetal 14 .<br />

ALERGIAS A ALIMENTOS QUE HAN SIDO<br />

ASOCIADAS CON ALERGIA AL LÁTEX<br />

En 1991 M’Raihi y cols. describieron un<br />

paciente con alergia asociada a látex y plátano,<br />

demostrando por inhibición de RAST la existencia<br />

de reactividad cruzada entre ambos 15 . Al año<br />

siguiente, se publicaron dos cartas al Editor de la<br />

revista Lancet, que hacían referencia a pacientes<br />

con alergia a látex y determinadas frutas 16, 17 . Ya en<br />

1993, tres grupos distintos de investigadores españoles<br />

comunicaron varios pacientes con alergia<br />

asociada a látex y frutas, añadiendo la castaña a<br />

los alimentos que reaccionan de forma cruzada<br />

con el látex 18, 20 .<br />

En 1994, se describe una serie de pacientes con<br />

hipersensibilidad a aguacate, la mitad de los cuales<br />

mostraron alergia asociada a látex, demostrándose<br />

por inhibición de RAST la existencia de<br />

reactividad cruzada entre ambos 21 . Ese mismo<br />

año, se propuso la existencia de un síndrome de<br />

alergia látex-frutas, debido a la observación clínica<br />

de una tasa inesperadamente alta de hipersensibilidad<br />

a determinadas frutas en un grupo de 25<br />

pacientes alérgicos al látex, incluidos en un protocolo<br />

prospectivo 13 .<br />

En este estudio, las frutas implicadas con más<br />

frecuencia fueron la castaña, el aguacate, el plátano<br />

y el kiwi, siendo frecuentes las polisensibilizaciones.<br />

Casi el 50% de los pacientes alérgicos a<br />

látex mostraron hipersensibilidad a una o más de<br />

estas frutas, y aproximadamente la mitad de las<br />

reacciones eran de anafilaxia sistémica, subrayando<br />

de este modo la trascendencia clínica de este<br />

síndrome 13 . La posterior ampliación de esta serie a<br />

50 pacientes, permitió demostrar la significación<br />

estadística de la asociación de alergia a látex con<br />

alergia a plátano, castaña, aguacate y kiwi; así<br />

como confirmar la importancia de las manifestaciones<br />

clínicas 22 (Fig. 1).<br />

A pesar de que no hay relación taxonómica<br />

entre las especies vegetales implicadas en el síndrome<br />

látex-frutas, su existencia ha sido plenamente<br />

confirmada por otros autores. De este<br />

30%<br />

25%<br />

20%<br />

15%<br />

10%<br />

5%<br />

0%<br />

Aguacate Plátano Castaña Kiwi Otros*<br />

U/AE/SO Anafilaxia<br />

Fig. 1. Frecuencia relativa y manifestaciones clínicas de las<br />

alergias asociadas a alimentos en un grupo de 50 pacientes<br />

alérgicos a látex. * Incluye alimentos como la papaya, higo,<br />

fruta de la pasión, rosáceas (melocotón, níspero, ciruela),<br />

solanáceas (patata, tomate), frutos secos (nuez, almendra) y<br />

cereales. U, urticaria; AE, angioedema; SO, síndrome oral.<br />

modo, Delbourg y cols. encontraron una tasa de<br />

sensibilización a plátano del 50% en un grupo de<br />

16 pacientes alérgicos a látex, identificando dos<br />

alergenos mayores de plátano con pesos moleculares<br />

de unos 33 y 37 kDa, que mostraban reactividad<br />

cruzada con el látex 23 . Estos autores concluyeron<br />

su trabajo «confirmando la existencia del<br />

síndrome látex-frutas propuesto por Blanco y<br />

cols.» 23 . En segundo lugar, Beezhold y cols. estudiaron<br />

las hipersensibilidades a alimentos en un<br />

grupo de 47 pacientes alérgicos a látex, detectando<br />

la existencia de sensibilizaciones cutáneas frecuentes<br />

a aguacate, plátano, castaña y kiwi; y añadiendo<br />

a la lista de alimentos que se asocian al<br />

látex a la patata y al tomate 24 . Estos autores lograron<br />

demostrar mediante inhibición de inmunodetección<br />

la existencia de varias proteínas comunes<br />

entre el látex y la patata 24 . En tercer lugar, Brehler<br />

y cols. encontraron un 56% de hipersensibilidades<br />

alimentarias entre 136 pacientes alérgicos a látex,<br />

mostrando por inhibición de CAP la existencia de<br />

reactividad cruzada parcial con plátano, aguacate,<br />

castaña, cacahuete, papaya, granadilla, higo, melón,<br />

piña, kiwi y tomate 25 .<br />

Los trabajos mencionados de Beezhold y Brehler<br />

también confirmaron una hipótesis formulada<br />

con anterioridad 13 . Esto es, que el tipo y frecuencia<br />

relativa de las alergias a alimentos que se asocian<br />

con el látex depende de la zona en la que se<br />

efectúe el estudio. Dicho de otro modo, dado que<br />

el látex comparte alergenos con numerosos ali-


144 C. Blanco Volumen 13<br />

mentos, el espectro de alergias alimentarias que<br />

presentan los pacientes sensibilizados a látex,<br />

depende del consumo relativo de alimentos en una<br />

zona determinada. Por ejemplo, en Alemania es<br />

raro que los pacientes alérgicos a látex muestren<br />

hipersensibilidad a castaña o aguacate, dado el<br />

escaso consumo de estos alimentos en ese país 25 .<br />

En cualquier caso, la lista de alimentos que han<br />

sido asociados con alergia al látex es creciente, e<br />

incluye, además de los ya mencionados, a la<br />

almendra, la nuez, el piñón, la manzana, el melocotón,<br />

la pera, la fresa, el pimiento, la fruta de la<br />

pasión, la chirimoya y el mango, entre otros 12 .<br />

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL<br />

SÍNDROME LÁTEX-FRUTAS<br />

Es bien sabido que el diagnóstico de la alergia<br />

al látex se basa en una historia clínica de reacciones<br />

sugestivas de ser mediadas por IgE en relación<br />

inmediata con la exposición a productos de látex,<br />

que se complementa con la prueba cutánea en<br />

prick con un extracto de látex natural 4-6, 26 . Existen<br />

varios extractos de látex natural para prueba cutánea<br />

comercializados en España, que ofrecen una<br />

eficacia diagnóstica excelente 26 . Por el contrario,<br />

la determinación de IgE comercial a látex muestra<br />

una sensibilidad y especificidad inferiores, con<br />

frecuentes falsos positivos en pacientes polínicos<br />

26 .<br />

Del mismo modo, el diagnóstico de las alergias<br />

asociadas a alimentos se basa en la historia clínica<br />

de reacciones sugestivas de ser mediadas por IgE<br />

en relación inmediata con la ingestión del alimento,<br />

que se complementa con la prueba cutánea en<br />

prick 13, 27 . Sin embargo, los extractos comerciales de<br />

alimentos para prueba cutánea muestran una eficacia<br />

diagnóstica baja, en especial cuando se trata de<br />

frutas y verduras, debido a la especial labilidad de<br />

algunos antígenos alimentarios y a la falta de estandarización<br />

de estos extractos 27 . Por ello, el método<br />

de elección en estos casos es la prueba cutánea por<br />

el método de prick by prick o «prick en fresco»,<br />

consistente en puncionar con la lanceta primero el<br />

alimento y a continuación la piel del paciente 28 . Es<br />

decir, para un adecuado diagnóstico de las hipersensibilidades<br />

a alimentos asociadas a la alergia al<br />

látex, es muy importante que se realice un prick en<br />

fresco con cada una de las frutas o verduras impli-<br />

cadas por la historia clínica. Por su parte, en el caso<br />

de los alimentos más frecuentemente implicados en<br />

el síndrome látex-frutas, la determinación de IgE<br />

específica muestra numerosos falsos positivos y<br />

negativos, por lo que su utilidad es limitada 13, 25 .<br />

Hay un aspecto práctico importante que hay<br />

que tener en cuenta en el síndrome látex-frutas, y<br />

es que su diagnóstico requiere un índice elevado<br />

de sospecha clínica. Dicho de otra forma, es frecuente<br />

observar que estos pacientes sufren reacciones<br />

anafilácticas con látex y frutas, acudiendo<br />

en repetidas ocasiones a servicios de urgencias y<br />

consultas de distintos médicos generales y especialistas,<br />

sin que se llegue a un diagnóstico<br />

correcto. Este diagnóstico suele establecerlo un<br />

alergólogo, un tiempo medio de unos cuatro años<br />

tras comenzar los síntomas con látex y/o frutas 22 .<br />

Otro aspecto práctico a destacar es que ante<br />

todo paciente en el que se diagnostique una alergia<br />

a látex, debe descartarse obligadamente una<br />

posible sensibilización asociada a alimentos, que<br />

afectará aproximadamente al 50% de ellos. Para<br />

ello, debe hacerse un interrogatorio dirigido a<br />

identificar posibles síntomas en relación con la<br />

ingestión de los alimentos más frecuentemente<br />

implicados en el síndrome látex-frutas. Esto es<br />

muy importante, ya que estos pacientes no suelen<br />

referir espontáneamente las molestias, a no ser<br />

que sean reacciones graves, ya que no las relacionan<br />

con su alergia al látex. De forma recíproca, en<br />

todo paciente que consulte por una posible alergia<br />

a plátano, castaña, aguacate o kiwi, debe sospecharse<br />

y descartarse una posible alergia a látex y<br />

resto de alimentos implicados en el síndrome. De<br />

hecho, es frecuente que los alérgicos a látex no<br />

sean remitidos al alergólogo hasta que presentan<br />

una reacción anafiláctica con una fruta, que es el<br />

motivo de consulta, sin que estos pacientes mencionen<br />

sus molestias con látex, a no ser que sean<br />

específicamente interrogados al respecto.<br />

Por último, desde el punto de vista del manejo<br />

práctico de los pacientes alérgicos al látex, aparte<br />

de las conocidas y obligadas medidas de evitación<br />

del látex, surge la duda sobre qué actitud tomar<br />

con respecto a los alimentos. Si no se consigue<br />

demostrar ninguna alergia alimentaria, no parece<br />

razonable variar los hábitos alimenticios de estos<br />

pacientes, pero sí advertirle de la posibilidad de<br />

que en el futuro presenten reacciones adversas<br />

con determinadas frutas, en cuyo caso deben


Extraordinario Núm. 2 El síndrome látex-frutas 145<br />

excluirlas de la dieta y notificar la reacción de<br />

inmediato para su adecuado estudio. En cuanto a<br />

los pacientes con alergia a látex-frutas, aunque no<br />

se dispone de datos sobre la historia natural de<br />

estas sensibilizaciones, la actitud es hacer dieta<br />

exenta de aquellas frutas a las cuales sean alérgicos.<br />

En estos pacientes, también parece razonable<br />

suprimir de la dieta aquellas frutas implicadas en<br />

el síndrome que no se consuman de forma regular.<br />

Sin embargo, se tiene la experiencia de que una<br />

parte de los pacientes con alergia a látex-frutas<br />

van ampliando el espectro de sensibilizaciones<br />

alimentarias con el tiempo, por lo que estos consejos<br />

podrán variar cuando se conozca mejor la<br />

etiopatogenia e historia natural de esta enfermedad.<br />

Del mismo modo, a un paciente alérgico a<br />

alguna de las frutas implicadas en el síndrome, sin<br />

historia de alergia a látex y prueba cutánea a látex<br />

negativa, no hay por qué recomendarle que tome<br />

medidas de evitación del látex.<br />

IDENTIFICACIÓN DE ALERGENOS QUE<br />

REACCIONAN DE FORMA CRUZADA<br />

ENTRE EL LÁTEX Y LAS FRUTAS<br />

Es bien sabido que muchas proteínas de estructura<br />

y función similar se distribuyen ampliamente<br />

por el reino vegetal. Esto explica porqué pueden<br />

reaccionar de forma cruzada alergenos de látex y<br />

de alimentos vegetales sin ninguna relación taxonómica<br />

entre sí. El látex natural se deriva de la<br />

savia de la Hevea brasiliensis, una Euphorbiacea<br />

originaria del Brasil, y contiene una mezcla compleja<br />

de proteínas, muchas de las cuales han sido<br />

identificadas como alergénicas 29 . La Tabla I muestra<br />

una lista de las proteínas del látex natural que<br />

se sabe comparten epitopos con proteínas de otros<br />

vegetales. Destaca entre ellas la proheveína, una<br />

proteína fijador de quitina con un peso molecular<br />

de unos 20 kDa, que se comporta como alergeno<br />

mayor en el látex 30 . La capacidad de fijación de<br />

IgE de la proheveína parece radicar fundamentalmente<br />

en su dominio N-terminal, conocido como<br />

heveína, que posee un peso molecular de 4,7<br />

kDa 31, 32 . Se ha demostrado la existencia de homologías<br />

estructurales entre la proheveína y proteínas<br />

vegetales de solanáceas fijadoras de quitina,<br />

así como con lecitinas de cereales 33 , si bien estas<br />

similitudes no explican el síndrome látex-frutas.<br />

La base inmunoquímica de la reactividad cruzada<br />

entre el látex, el plátano y el aguacate parece ser<br />

una proteína de unos 30 kDa, identificada por técnicas<br />

de inmunodetección 34 . La hevamina es una<br />

proteína de defensa del látex con actividad quitinasa,<br />

que tiene un peso molecular de unos 30 kDa y<br />

que muestra cierta capacidad antigénica 35 . Sin<br />

embargo, la hevamina se comporta como un alergeno<br />

menor en el látex, por lo que es poco probable<br />

que pueda ser responsable del síndrome látex-frutas.<br />

Otras proteínas antigénicas del látex, como son<br />

el factor de elongación del látex (REF) y determinadas<br />

enzimas, parecen comportarse también como<br />

alergenos menores. Vallier y cols. han demostrado<br />

la existencia de una profilina en el látex, pero también<br />

ha resultado ser un alergeno menor 36 . La reactividad<br />

cruzada descrita entre el látex y la patata se<br />

ha atribuido a un alergeno del látex de unos 46 kDa,<br />

que se comporta como alergeno relevante entre<br />

pacientes adultos y que muestran homología parcial<br />

con una proteína de patata denominada patatina 24 .<br />

Sin embargo, no se han identificado homólogos de<br />

este alergeno de 46 kDa en los alimentos implicados<br />

en el síndrome látex-frutas.<br />

LAS QUITINASAS TIPO I COMO<br />

PANALERGENOS VEGETALES<br />

Las quitinasas son unas proteínas de defensa de<br />

las plantas, de las cuales hay cinco tipos distintos 37 .<br />

Las quitinasas tipo I se caracterizan por poseer un<br />

peso molecular de alrededor de 30 kDa y tener en<br />

su secuencia un dominio heveína N-terminal. Las<br />

quitinasas tipo II son muy parecidas a las de tipo I,<br />

pero muestran un peso molecular inferior, de alrededor<br />

de 25 kDa, y no poseen el dominio heveína.<br />

Tabla I. Proteínas del látex natural que comparten epitopos y<br />

reaccionan de forma cruzada con alergenos de otras plantas.<br />

Nombre Tamaño (kDa) Reactividad cruzada<br />

REF (Hev b 1) 14 Papaína<br />

Profilina 15 Panalergeno<br />

Proheveína (Hev b 6) 20 Cereales<br />

Win 1, Win 2<br />

(solanáceas)<br />

Hevamina 30 Lisozimas<br />

Glucosida (Hev b 2) 36 Tomate<br />

? 46 Patatina<br />

? 110 Patatina


146 C. Blanco Volumen 13<br />

Recientemente se ha logrado purificar una quitinasa<br />

tipo I y otra tipo II tanto del aguacate como de<br />

la castaña 14 . Se ha demostrado por técnicas de<br />

inmunodetección, que las quitinasas tipo I son alergenos<br />

relevantes en el aguacate y la castaña, mientras<br />

que las quitinasas tipo II no son alergénicas.<br />

Además, por inhibición de inmunodetección utilizando<br />

un pool de sueros de pacientes alérgicos a<br />

látex-frutas, se ha comprobado que las quitinasas<br />

tipo I inhiben completamente la captación de IgE<br />

por parte de los extractos de aguacate y castaña,<br />

mientras que las quitinasas tipo II no lo hacen 14 .<br />

Los correspondientes estudios in vivo confirman<br />

que las quitinasas tipo I de aguacate y castaña<br />

se comportan como alergenos mayores en<br />

pacientes alérgicos a látex-frutas, mientras que<br />

las quitinasas tipo II no son alergénicas (C. Blanco<br />

y cols., resultados no publicados). Más aún,<br />

se ha logrado aislar dos quitinasas tipo I de plátano,<br />

habiéndose demostrado que también son<br />

alergenos mayores en pacientes alérgicos a látexfrutas<br />

(R. Sánchez-Monge y cols., resultados no<br />

publicados). Asimismo, se ha podido comprobar<br />

la presencia de quitinasas alergénicas en otras<br />

frutas implicadas con menor frecuencia en el síndrome<br />

látex-frutas, como por ejemplo el kiwi, la<br />

papaya, la fruta de la pasión, el mango y la chirimoya<br />

(Díaz-Perales y cols.; resultados no<br />

publicados).<br />

Todos estos datos sugieren fuertemente que<br />

las quitinasas tipo I, con un dominio heveína Nterminal,<br />

son los panalergenos mayores responsables<br />

de síndrome látex-frutas. En consecuencia,<br />

hay que considerar nuevas perspectivas<br />

diagnósticas y terapéuticas en la alergia a alimentos.<br />

En primer lugar, teniendo en cuenta la<br />

ineficacia de los extractos alergénicos de<br />

muchos alimentos para fines diagnósticos y terapéuticos,<br />

las quitinasas tipo I y otros alergenos<br />

que reaccionan de forma cruzada en el reino<br />

vegetal, pueden ser de gran utilidad para diagnosticar<br />

y tratar pacientes con alergia asociada a<br />

aeroalergenos y alimentos. En segundo lugar, se<br />

sabe que la estimulación con productos químicos<br />

y explotación excesiva de los cultivos de Hevea<br />

y frutales aumenta la cantidad de proteínas de<br />

defensa, incluida la heveína 38 . Este hecho podría<br />

explicar en parte el aumento en la prevalencia<br />

del síndrome látex-frutas. Por lo tanto, quizás<br />

sería conveniente tratar de obtener látex y frutas<br />

con niveles inferiores de heveína y quitinasas<br />

tipo I respectivamente.<br />

CONCLUSIÓN<br />

El síndrome látex-frutas es un ejemplo de reactividad<br />

cruzada entre un aeroalergeno y alimentos,<br />

con una gran trascendencia clínica. Es importante<br />

conocer sus características clínicas, así como su<br />

diagnóstico y manejo práctico por parte del alergólogo.<br />

Las quitinasas tipo I, con un dominio<br />

heveína N-terminal, parecen ser los panalergenos<br />

responsables del síndrome látex-frutas.<br />

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148 M. C. López Serrano, et al. Volumen 13<br />

Indicaciones de la provocación con medicamentos<br />

M. C. López Serrano, M. Blanca, G. Canto, J. C. García Robaina, S. Juste, E. Martí<br />

Guadaño, M. I. Martínez Molero, R. Vives<br />

La provocación o confirmación de tolerancia es<br />

el único medio de dar un diagnóstico de certeza<br />

en una RAM, pero tiene un riesgo potencial que<br />

determina la decisión de no realizarla en casos de<br />

reacción grave. Es imprescindible para su realización<br />

la autorización previa del paciente, que no<br />

siempre la otorga.<br />

El número de sujetos falsamente etiquetados de<br />

alérgico a medicamentos es muy alto. Un porcentaje<br />

muy elevado tiene pruebas cutáneas negativas.<br />

Las pruebas de confirmación de tolerancia no<br />

deben practicarse de forma rutinaria, dado el riesgo<br />

que conllevan.<br />

No deben realizarse en pacientes que hayan<br />

presentado como RAM shock anafilático comprobado,<br />

síndrome de Stevens-Jonhson, síndrome de<br />

Lyell, nefropatía, discrasia sanguínea o hepatopatía.<br />

La vía de administración del fármaco empleada<br />

en la provocación debe ser la misma referida en la<br />

anamnesis. Debe realizarse un simple ciego<br />

comenzando por placebo o intercalándolo ante<br />

respuestas poco objetivas.<br />

Para su realización se deben tener en cuenta los<br />

siguientes criterios:<br />

1. Deben realizarse en pacientes con historia<br />

no sugestiva de RAM y pruebas cutáneas negativas.<br />

2. Cuando el paciente precise de un medicamento<br />

al que presumiblemente sea alérgico y no<br />

pueda diagnosticarse por otros métodos (pruebas<br />

cutáneas, epicutáneas, determinación de IgE específica<br />

u otras técnicas in vitro).<br />

3. Cuando la provocación nos asegure que la<br />

medicación sustitutiva va a ser bien tolerada, v. g.<br />

en el caso de analgésicos.<br />

4. Cuando sea la única manera de convencer a<br />

Servicio de Alergia. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid<br />

un paciente de que tolera un determinado fármaco.<br />

5. Cuando el fármaco sea de uso tan habitual,<br />

que el sujeto pudiera recibirlo de forma inadvertida.<br />

6. En el caso de los Betalactámicos, fármacos<br />

de primera línea para el tratamiento de una amplia<br />

serie de infecciones, y cuya prohibición haría que<br />

no se le administraran al paciente en toda su vida.<br />

7. En los últimos años, y dada la relevancia que<br />

están adquiriendo los Macrólidos, habría que<br />

adoptar una actitud similar a la mantenida con los<br />

Betalactámicos.<br />

8. En niños sólo debe excluirse cuando la reacción<br />

presentada sea de anafilaxia o las pruebas<br />

cutáneas sean positivas.<br />

En caso de provocación negativa, debe realizarse<br />

15 días después una provocación a dosis terapéuticas<br />

precedida de pruebas cutáneas.<br />

En el Hospital La Paz realizamos un estudio<br />

prospectivo de RAM en el que incluimos 405<br />

pacientes. Se hizo provocación a 218 (53,8%). Se<br />

administraron cantidades progresivas crecientes<br />

del medicamento hasta alcanzar la dosis terapéutica,<br />

tratando de reproducir la sintomatología. En<br />

un 42,6% de los pacientes en los que se confirmó<br />

RAM se llegó al diagnóstico mediante provocación.<br />

En una comunicación presentada por el hospital<br />

Doce de Octubre al simposium celebrado hace un<br />

año en El Puerto de Santa María llegaban a la<br />

confirmación de RAM por provocación en el 50%<br />

de los pacientes.<br />

Como puede concluirse de ambos trabajos, si<br />

no se realizara una confirmación de tolerancia,<br />

casi un 50 % de los pacientes se quedarían sin un<br />

diagnóstico de certeza, siendo esa cifra mucho<br />

más alta en niños (casi el 90%).


Extraordinario Núm. 2 Reacciones adversas a AINEs 149<br />

Reacciones adversas a AINEs: aspectos clínicos y diagnósticos<br />

Las Reacciones Adversas (RA) a los AINEs,<br />

son referidas en el 35% de las RA a fármacos en<br />

nuestro país. La Intolerancia a AINEs (IA) se presenta<br />

entre 10-30% en el asma del adulto. En<br />

asmas con poliposis nasal o rinosinusitis aumenta<br />

al 30-40%. En urticarias crónicas es del 20-30%.<br />

Los mecanismos patogénicos implicados están<br />

en discusión. Puede existir un mecanismo de<br />

hipersensibilidad inmediada mediada por IgE. En<br />

la IA es desconocido aunque se acepta que la inhibición<br />

de la ciclo-oxigenasa es el mecanismo central,<br />

provocando un aumento de los leucotrienos.<br />

Los cuadros clínicos más importantes son: anafilaxia<br />

sistémica (AS), respiratorios y cutáneos.<br />

La IA aparece como reacción respiratoria (rinoconjuntivitis<br />

y asma) que puede ser severa o por<br />

reacción cutánea (urticaria, angioedema y exantema).<br />

En ocasiones pueden coincidir en un mismo<br />

paciente. Las respiratorias suelen ir asociadas a<br />

rino-sinusitis y/o poliposis nasal y asma (ASAtriada).<br />

El diagnóstico está basado en la historia clínica,<br />

pruebas cutáneas y test de provocación. En las RA<br />

con sospecha de mecanismo inmediato las pruebas<br />

cutáneas de riesgo si el paciente ha presentado<br />

una AS, pueden ser positivas y confirmar el<br />

diagnóstico. En la IA no hay protocolo universalmente<br />

aceptado. Se establece definitivamente<br />

cuando aparece una reacción tras la ingesta de una<br />

AINE. El único modo de demostrarla o detectarla<br />

es con el Test de Provocación Oral (TPO). Se está<br />

utilizando el Test de Provocación Bronquial<br />

(TPB) y Nasal (TPN) con la inhalación de Acetil-<br />

Salicilato de Lisina (ASL). Son métodos más cortos<br />

y de menor riesgo, aunque su uso se encuentra<br />

en fase de estudio. Las metodologías son:<br />

1. TPO. Se realizan con diferentes AINEs inhibidores<br />

de la síntesis de prostaglandinas. Las<br />

dosis se administran en concentraciones crecientes<br />

y a intervalos regulares de 90 minutos, en simple<br />

ciego contra placebo. En ocasiones es necesa-<br />

R. Vives, C. López Serrano<br />

Servicio de Alergia. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid<br />

rio usar el método doble ciego contra placebo. El<br />

estudio seriado de la función pulmonar se lleva a<br />

cabo si referían clínica respiratoria.<br />

2. TPB. El paciente inhala concentraciones<br />

crecientes de ASL. Se hace un seguimiento de la<br />

función pulmonar, con el fin de detectar la aparición<br />

de broncoespasmo. Parece ser un método<br />

diagnóstico con una alta sensibilidad.<br />

3. TPN. Al igual que el anterior el paciente<br />

inhala concentraciones crecientes de ASL con el<br />

fin de detectar la aparición de síntomas nasales.<br />

Se miden variaciones en la resistencia de las vías<br />

aéreas nasales.<br />

Nuestros criterios diagnósticos son: 1) La AS<br />

es diagnosticada por anamnesis. 2) El estudio se<br />

considera positivo cuando se observa una prueba<br />

cutánea o provocación oral positiva. 3) La IA se<br />

diagnostica cuando dos AINEs de distinto grupo<br />

químico producen la misma RA. 4) La IA se descartaba<br />

cuando el paciente toleraba 1 gr de ácido<br />

acetil salicílico (AAS) por vía oral.<br />

En nuestro Servicio en un período de dos años<br />

hemos diagnosticado de RA a AINEs a 173<br />

pacientes. Fueron divididos en dos grupos:<br />

1) 105 pacientes (61%) presentaron RA a un<br />

solo AINE. El 72% se diagnosticó por historia clínica<br />

y el resto por Protocolo de Estudio (PE). Los<br />

fármacos responsables fueron: pirazolonas 85<br />

(81%), arilacéticos 14 (13 %), arilpropiónico 2<br />

(2%), fenamatos 2 (2%), fenamatos 2 (2%), oxicamas<br />

1 (1%), acetaminofen 1 (1%). Todos toleraron<br />

1 gr de AAS.<br />

2) 68 pacientes (39%) fueron diagnósticas de<br />

IA. El 79 % por PE y el resto por historia clínica.<br />

22 (32%) presentaron RA respiratoria, 41 (60%)<br />

cutáneas y 5 (8%) RA respiratorias-cutáneas.<br />

Hemos observado que hay dos grupos de RA a<br />

AINEs distintos. El primero presenta RA a un<br />

sólo grupo tolerando el AAS, mientras que el<br />

segundo presenta RA a más de un AINE de grupos<br />

estructuralmente diferentes.


150 F. Muñoz López Volumen 13<br />

Concepto y características del asma del lactante. Bronquitis disneizante<br />

F. Muñoz López<br />

Director de la Revista Allergologia et Immunophatologia. Barcelona.<br />

Aproximadamente la mitad de los niños, en el<br />

primer año de su vida, padecen algún episodio de<br />

dificultad respiratoria, manifestada sobre todo por<br />

respiración silbante (wheezing, según la conocida<br />

terminología inglesa), y no es raro que esos episodios<br />

se repitan, incluso durante uno o dos años<br />

más. Un problema ampliamente debatido se centra<br />

en la catalogación de estos síntomas de obstrucción<br />

bronquial, que lo más probable (60-65%<br />

de los casos) es que no se prolonguen más allá del<br />

tercer año.<br />

Diversas circunstancias favorecen la aparición<br />

de estos episodios, que pueden estar desencadenados<br />

por infecciones víricas (virus respiratorio sincitial<br />

o parainfluenza tipo 3, y más rara vez tipo 1<br />

ó 2, influenza A o B, adenovirus o rinovirus), dando<br />

lugar al conocido cuadro de bronquiolitis, o<br />

por otros motivos, sobre todo la influencia de irritantes<br />

ambientales, como el humo del tabaco,<br />

enfriamientos, cambios bruscos de temperatura,<br />

entre otros. La inmadurez del sistema inmunitario<br />

es un hecho que favorece la infección. Es conocida<br />

la producción de IgE específica frente al VRS,<br />

que podría explicar el inicio de la crisis de asma y<br />

aunque la lesión del epitelio bronquial es transitoria,<br />

restaurándose en menos de siete semanas,<br />

parece que el efecto nocivo puede prolongarse 7-<br />

8 años, sobre todo en los niños que viven en un<br />

ambiente de fumadores (Welliver y Duffy). De<br />

otra parte, fisiológicamente el lactante es vagotónico,<br />

lo que se traduce por una mayor broncolabilidad,<br />

que va decreciendo a lo largo de los primeros<br />

años de vida, y que es más manifiesta durante<br />

el sueño, de ahí que los síntomas obstructivos predominen<br />

en esas horas. Por último, el menor calibre<br />

de los bronquios hace que la obstrucción tenga<br />

lugar con facilidad, por la constricción del<br />

bronquio o por la secreción mucosa.<br />

La transitoriedad de estos episodios de obstrucción<br />

bronquial, determina que no puedan etiquetarse<br />

de asma, ya que ésta es una enfermedad progresiva,<br />

que sobrepasa la primera infancia y que<br />

se manifiesta por crisis de disnea. Estos procesos<br />

han recibido muy diversas denominaciones, como<br />

bronquitis obstructiva, bronquitis del lactante,<br />

asma intrínseca (término que confunde con un<br />

tipo peculiar de asma, de edades posteriores) o, la<br />

más inapropiada, bronquitis asmatiforme. La más<br />

adecuada parece ser «bronquitis disneizante», que<br />

no predispone al diagnóstico de asma, ni limita la<br />

edad al lactante.<br />

En un interesante y muy citado trabajo, Martínez<br />

et al., encuentra en estos niños cuyos síntomas<br />

no se prolongan más de tres años, una reducción<br />

de la función pulmonar, estudiada mediante una<br />

técnica que permite valorar el flujo espiratorio<br />

máximo de la capacidad funcional residual<br />

(V max FRC), que persiste a la edad de seis años,<br />

aunque con valores próximos a los normales. La<br />

única posible explicación que encuentran los autores<br />

a este hecho, está en relación con el hábito<br />

tabáquico de la madre durante el embarazo, al<br />

comparar este punto con otros niños incluidos en<br />

el estudio. Sin embargo, no se demostró que estos<br />

niños fueran hiperreactivos bronquiales. Otros<br />

hechos distinguen a este grupo de niños, como es<br />

la ausencia de antecedentes alérgicos familiares o<br />

no padecer eczema u otros procesos alérgicos.<br />

Estos datos, por el contrario, están presentes en<br />

casi todos los niños en los que persisten los síntomas<br />

respiratorios, que en su mayoría se han diagnosticado<br />

de asma o bronquitis a los seis años de<br />

edad y en los que la IgE se encuentra elevada ya<br />

a los 9 meses. En estos, sin embargo, la función<br />

respiratoria, por el parámetro citado, no se<br />

encuentra alterado en esta edad, salvo en aquellos<br />

cuyas madres fumaron durante la gestación.<br />

Concretando estos datos, se ve claramente que<br />

la forma transitoria de los episodios de dificultad<br />

respiratoria, catalogados de bronquitis disneizante,<br />

no es de etiología alérgica, sino que en su aparición<br />

influyen las demás causas ya apuntadas.<br />

Por el contrario, la persistencia de la clínica pasados<br />

los primeros años de vida, coincide con


Extraordinario Núm. 2 Diagnóstico diferencial con otras broncopatías 151<br />

hechos que determinan la enfermedad alérgica.<br />

Los niños cuyo proceso se inicia en una edad más<br />

tardía, también estudiados en el citado trabajo,<br />

manifiestan asimismo signos de atopia, aunque<br />

con menor expresividad, lo que seguramente<br />

determina el retraso en manifestarse la sintomatología.<br />

Una detenida valoración de una serie de datos,<br />

referentes a las manifestaciones de atopia familiares<br />

y del propio niño, así como a los síntomas y<br />

respuesta a la terapéutica, ayuda sin lugar a dudas,<br />

a encasillar a estos pacientes en un diagnóstico. El<br />

estudio alergológico puede ser decisivo para el<br />

diagnóstico y también para establecer lo antes<br />

posible el tratamiento específico oportuno. La IgE<br />

suele estar elevada en la mayoría de las ocasiones,<br />

pero su normalidad no excluye la enfermedad<br />

alérgica. Las pruebas cutáneas están indicadas en<br />

todo caso sospechoso, ya que pueden ser positivas<br />

muy precozmente. La determinación de la proteína<br />

catiónica de los eosinófilos (PCE) en suero, se<br />

encuentra elevada en los casos de asma, pero no<br />

en la bronquitis disneizante, pasada la fase aguda.<br />

Esto último también está en relación con el hallazgo<br />

por Stenson et al., en el producto del lavado<br />

broncoalveolar (obtenido en el curso de una intervención<br />

quirúrgica no relacionada con el asma),<br />

Diagnóstico diferencial con otras broncopatías<br />

M. Navarro Merino<br />

en el que se encuentran francamente aumentados<br />

los eosinófilos y también los mastocitos, en los<br />

niños con asma, en relación con los que clínicamente<br />

se pueden diagnosticar de bronquitis disneizante<br />

a los que no padecen enfermedad respiratoria.<br />

Además de estas causas, otras enfermedades se<br />

manifiestan por síntomas similares, que serán<br />

objeto de la exposición del doctor Navarro, en<br />

este mismo Seminario.<br />

En el tratamiento de los episodios de dificultad<br />

respiratoria de la bronquitis disneizante está indicada<br />

la administración inicial de ß-miméticos<br />

inhalados, pero cuando la crisis es poco intensa,<br />

puede bastar la vía oral. También hay buena experiencia<br />

con bromuro de ipratropio que si se cree<br />

oportuno, puede asociarse al ß-mimético. Los corticoides<br />

inhalados no están indicados en estos<br />

casos. Debe mantenerse un ambiente húmedo para<br />

fluidificar las secreciones. Ocasionalmente es<br />

necesario recurrir a la oxigenoterapia. Si se sospecha<br />

un desencadenante infeccioso, están indicados<br />

los antibióticos (claritromicina). En la profilaxis<br />

debe prestarse especial atención a las medidas<br />

ambientales, evitando sobre todo el humo del<br />

tabaco, así como se adoptarán medidas para reducir<br />

en lo posible los alergenos en la vivienda.<br />

Profesor Titular de Pediatría. Jefe de Sección de Neumología Infantil. Hospital Universitario “Virgen Macarena”. Sevilla<br />

ASPECTOS DIAGNÓSTICOS DEL ASMA<br />

INFANTIL<br />

Definición y patogenia<br />

Aunque las estadísticas difieren según los autores<br />

y los criterios para elaborarlas se suele considerar<br />

como válido que el asma afecta al 5% de los<br />

adultos y del 10-15% de los niños, siendo así la<br />

enfermedad crónica más común de la infancia,<br />

con una cifra estimada total de niños afectados de<br />

4,8 millones en el globo.<br />

Según los estudios recogidos en los consensos<br />

y guías sobre el tema, como la GINA, el de la<br />

Sociedad Española de Neumología Pediátrica y la<br />

publicación más reciente sobre los consensos de<br />

asma, el EPR-II 1997 (Expert Panel Report II:<br />

Guidelines for the Diagnostic and Management of<br />

Asthma), modificadas en parte, podemos intentar<br />

establecer una serie de criterios diagnósticos y


152 M. Navarro Merino Volumen 13<br />

clasificaciones, con el fin de instaurar de forma<br />

real una conducta terapéutica unificada en cada<br />

caso.<br />

Los puntos básicos inamovibles para todos<br />

ellos son, desde el punto de vista de la patogenia,<br />

los siguientes:<br />

— El asma, cualquiera que sea su gravedad, es<br />

una enfermedad inflamatoria crónica de la vía<br />

aérea. Esto tiene implicaciones diagnósticas, de<br />

tratamiento y de prevención potencial de la enfermedad.<br />

— Las características inmunohistopatológicas<br />

del asma incluyen:<br />

• Denudación del epitelio de la vía aérea.<br />

• Deposición de colágeno por debajo de la<br />

membrana nasal.<br />

• Edema.<br />

• Activación de células inflamatorias.<br />

• Neutrofílica (especialmente en algunos casos<br />

de inicio súbito que conducen a la muerte).<br />

• Eosinofílica.<br />

• Linfocítica (TH2-like cells).<br />

— La inflamación de la vía aérea contribuye a<br />

la hiperactividad bronquial, limitación del flujo<br />

aéreo, síntomas respiratorios y cronicidad de la<br />

enfermedad.<br />

— La inflamación de la vía aérea también contribuye<br />

a algunas formas de la limitación del flujo<br />

aéreo, incluyendo la broncoconstricción aguda, el<br />

edema de la vía aérea, la formación de tapones<br />

mucosos y la remodelación de las paredes de la<br />

vía aérea. Estas características llevan a la obstrucción<br />

bronquial.<br />

— La atopia –predisposición genética para el<br />

desarrollo de respuesta mediada por IgE a aerolergenos<br />

comunes– es el factor predisponente<br />

identificable más fuerte para el desarrollo del<br />

asma.<br />

Partiendo de estas bases es lógico pensar que el<br />

asma se manifieste con una clínica variable y de<br />

tipo episódico.<br />

En las ocasiones en que el asma se presenta<br />

bajo la forma típica –sibilancias recurrentes y<br />

dificultad respiratoria acompañante– conocida<br />

por todos, no suelen existir para el clínico dudas<br />

en el momento de efectuar el diagnóstico. Pero<br />

cada vez con más frecuencia se nos puede presentar<br />

bajo formas no tan típicas, difíciles de<br />

diferenciar de otro tipo de cuadros con obstrucción<br />

crónica.<br />

Claves diagnósticas iniciales<br />

Siguiendo el mismo esquema anterior, los<br />

puntos claves para establecer el diagnóstico de<br />

asma y que el clínico debe determinar pueden ser<br />

estos:<br />

• Para establecer el diagnóstico de asma, el clínico<br />

debe determinar:<br />

— Existencia de síntomas episódicos de obstrucción<br />

del flujo en la vía aérea.<br />

— Que la obstrucción de dicho flujo sea al<br />

menos parcialmente reversible.<br />

— La exclusión de otros diagnósticos alternativos.<br />

• Los medios recomendados para establecer el<br />

diagnóstico son:<br />

— Historia clínica detallada.<br />

— Exploración física centrada en el tracto respiratorio<br />

superior, tórax y manifestaciones cutáneas.<br />

— Espirometría para demostrar la reversibilidad<br />

del cuadro.<br />

• Pueden considerarse estudios adicionales<br />

para:<br />

— Evaluar diagnósticos alternativos.<br />

— Identificar factores desencadenantes.<br />

— Cuantificar la gravedad.<br />

— Investigación de complicaciones potenciales.<br />

• Ante el diagnóstico de sospecha este se debe<br />

confirmar por el especialista y/o remitir el paciente<br />

a su cuidado.<br />

El diagnóstico de asma se basa entonces en dos<br />

pilares: Los datos de la historia clínica y exploración<br />

constituyen el primero, la exploración funcional<br />

respiratoria es el sgundo; ocasionalmente es<br />

necesaria la realización de exámenes complementarios<br />

para una mejor precisión diagnóstica. Los<br />

datos obtenidos de estos estudios nos permitirán<br />

identificar el cuadro, evaluar su gravedad y establecer<br />

unos posibles factores desencadenantes.<br />

Historia <strong>Clínica</strong> y Exploración Física<br />

El asma se presenta en la mayoría de los casos<br />

como una combinación de «síntomas especiales»:<br />

tos, sibilantes, disnea y sensación de dolor y/u<br />

opresión torácica.<br />

La tos, aunque en ocasiones se presenta en los


Extraordinario Núm. 2 Diagnóstico diferencial con otras broncopatías 153<br />

momentos iniciales de una crisis, normalmente<br />

aparece en fases más tardías, cuando el cuadro se<br />

hace más exudativo al comenzar la movilización<br />

del moco bronquial. A veces constituye un síntoma<br />

único de la enfermedad, con predominio de tos<br />

nocturna, seca, irritativa y persistente y con pruebas<br />

de función respiratoria basales no alteradas; en<br />

otros casos la tos se desencadena con el esfuerzo<br />

siendo este casi el único síntoma referido.<br />

Las sibilancias representan el síntoma que identificamos<br />

con mayor frecuencia. Los pacientes lo<br />

refieren habitualmente como fenómeno variable<br />

según se encuentren en fase aguda o en fase de<br />

remisión de la crisis.<br />

La disnea, etimológicamente equiparable a<br />

«dificultad para respirar», se relaciona con la<br />

necesidad de un mayor esfuerzo respiratorio a fin<br />

de conseguir una mejor ventilación.<br />

La sensación de opresión torácica, es un síntoma<br />

raramente referido por los niños, pero ocasionalmente<br />

lo relacionan con una mayor dificultad<br />

para efectuar una inspiración profunda. Por contra,<br />

en adolescentes puede ser un síntoma bastante<br />

significativo.<br />

Existe un amplio grupo de otros síntomas, que<br />

en ocasiones pueden favorecer un diagnóstico de<br />

alergia o atopia (estornudos, rinitis, rinorrea, etc.).<br />

Lo más importante de todos ellos es la constatación<br />

de su carácter episódico y cambiante, variando<br />

según la época del año, hora del día, la situación<br />

o lugar en que se encuentre, o bien según el<br />

paciente de que se trate.<br />

Otro aspecto, muy importante, de la historia clínica<br />

lo constituye la anamnesis familiar con especial<br />

énfasis en los antecedentes familiares de asma<br />

o atopia, antecedentes neonatales y cuadros relacionados.<br />

Entre los datos de la exploración física, aparte<br />

de los ya referidos, lo primero a considerar es la<br />

extraordinaria diferencia que puede existir entre el<br />

enfermo en crisis o en período intercrítico. Un<br />

segundo punto no referido es la expectoración,<br />

mucosa, espesa, presente en muchos casos.<br />

En resumen. Una historia clínica minuciosa,<br />

respondiendo a un cuestionario bien enfocado,<br />

además de diagnosticar el cuadro, puede ser<br />

importante como elemento de diferenciación entre<br />

un sujeto con componente alérgico y/o atópico o<br />

sin él. Podría permitir establecer la existencia de<br />

una posible relación entre la exposición a un<br />

determinado alergeno y la aparición de síntomas.<br />

Tener en cuenta que siempre resulta más fácil<br />

establecer una relación entre un alergeno presente<br />

en un período determinado que entre los que se<br />

encuentran presentes de forma constante.<br />

Exploración Funcional Respiratoria<br />

Basados en estudios efectuados en adultos,<br />

existe una mala relación entre una obstrucción<br />

bronquial constatada funcionalmente y la sintomatología<br />

que refiere el paciente. Si esto ocurre<br />

en los adultos podemos asumir su extrapolación al<br />

niño; es por ello que las pruebas funcionales son<br />

básicas para el diagnóstico, evaluar la gravedad y<br />

valorar la respuesta a tratamiento. En la infancia,<br />

además, nos encontramos con el handicap de la<br />

edad, que no permite realizar de forma fiable este<br />

tipo de estudios, en los que se precisa la colaboración<br />

del paciente, en menores de seis años.<br />

La presencia de un patrón obstructivo –que<br />

pone de manifiesto la dificultad del flujo espiratorio–<br />

alerta sobre la posible existencia de un cuadro<br />

asmático, aunque hay que hacer constar que<br />

una espirometría normal no excluye la presencia<br />

de asma.<br />

La espirometría forzada con el estudio de la<br />

curva volumen/tiempo obtenida tras una espiración<br />

máxima permite el estudio de la capacidad<br />

vital forzada, del volumen espiratorio forzado en<br />

el primer segundo (FEVL) y del flujo espiratorio<br />

máximo entre el 75 y el 25% de la capacidad<br />

vital. Estos parámetros nos permiten valorar el<br />

grado de obstrucción bronquial. La curva<br />

flujo/volumen relaciona el volumen pulmonar con<br />

los flujos instantáneos, permitiendo el estudio de<br />

la curva de espiración forzada precisamente en la<br />

zona que no es esfuerzo-dependiente. Tiene un<br />

punto máximo de flujo espiratorio (PEF) para disminuir<br />

paulatinamente tomando referencias habituales<br />

en FEF 75 , FEF 50 y FEF 25 .<br />

El paso siguiente sería la práctica de un test<br />

broncodilatador con el fin de comprobar la respuesta<br />

a este tipo de medicación. Daremos como<br />

una respuesta positiva el incremento de las cifras<br />

de FEV 1 en un 15%. Es también válido, en caso<br />

de espirometría dentro de límites normales, la realización<br />

de test de broncoprovocación para verificar<br />

posibles caídas de flujos.


154 M. Navarro Merino Volumen 13<br />

En los casos de duda diagnóstica, la práctica de<br />

un test de provocación inespecífico con ejercicio,<br />

aire frío o farmacológico (metacolina, histamina o<br />

carbacolina), con el fin de comprobar el grado de<br />

reacción bronquial a estos estímulos, puede confirmar<br />

la existencia de asma. Según la normativa<br />

SEPAR, se establece como criterios de positividad<br />

del test los siguientes datos: descensos del: FEV 1<br />

> 20 %; FEF 75-25 > 25%; MEF 50 > 30%. Si se realizan<br />

determinaciones pletismográficas se considerará<br />

un test positivo si se dan aumentos superiores<br />

al 25% para CRF y/o TGV o del 35% en la<br />

R aw . Dentro de la provocación inespecífica, los test<br />

de esfuerzo o ejercicio, constituyen una de las<br />

pruebas más utilizadas en el estudio de la hiperreactividad<br />

bronquial. En algunos casos el esfuerzo<br />

puede actuar como único desencadenante de la<br />

crisis asmática. Se efectúa un estudio basal previo<br />

y posteriormente se pone en marcha el propio test<br />

de ejercicio, según la técnica de cada laboratorio:<br />

carrera libre, tapiz rodante o bicicleta ergométrica.<br />

Al finalizar la prueba se miden los parámetros de<br />

función pulmonar (especial valor se da al FEV 1 ) a<br />

los 3 minutos y posteriormente cada 5 minutos,<br />

hasta llegar a los 30 minutos; cuando el test es<br />

positivo los síntomas aparecen en los primeros<br />

minutos con caídas del FEV 1 de un 20%, FEF 25-75<br />

de un 25% y PEF de un 25% a partir de las medidas<br />

basales.<br />

Los test de provocación específica (con alergenos)<br />

han servido de base desde hace ya algunos<br />

años para estudiar los diversos fenómenos<br />

fisiopatológicos de la reacción asmática. Cuando<br />

a un sujeto previamente sensibilizado se le administra<br />

por vía inhalatoria el alergeno implicado<br />

en su reacción asmática, se produce una respuesta<br />

inmediata –reacción asmática inmediata<br />

(RAI), y una respuesta más demorada en el tiempo<br />

–reacción asmática tardía (RAT)–. La RAI se<br />

caracteriza por una rápida broncoconstricción<br />

que alcanza su máxima intensidad a los 10-30<br />

minutos de la inhalación y que va cediendo,<br />

espontáneamente de manera gradual a lo largo de<br />

las dos horas siguientes. A las 6-8 horas de la<br />

inhalación, se produce una segunda respuesta, la<br />

RAT, en forma de una broncoconstricción que se<br />

prolonga a lo largo de horas. Estos test de provocación<br />

específica no son empleados en la práctica<br />

clínica habitual por el riesgo de reacciones<br />

graves.<br />

En ocasiones podemos utilizar un medidor de<br />

PEF como elemento de control de la respuesta<br />

broncodilatadora. La relación entre los valores<br />

máximos y mínimos medidos por esta técnica nos<br />

permite establecer el grado de variabilidad del<br />

PEF. Un índice de variabilidad superior al 20%<br />

puede ser sugestivo de asma.<br />

Estudios más complejos requieren un instrumental<br />

de mayor sofisticación como es el caso de<br />

la pletismografía que permite el estudio del volumen<br />

de gas intratorácico que no es mensurable<br />

mediante un espirómetro convencional. Mediante<br />

este sistema podemos valorar el volumen residual,<br />

aire que queda en los pulmones tras una espiración<br />

máxima y en consecuencia la capacidad pulmonar<br />

total.<br />

Para niños por debajo de los seis años se están<br />

valorando técnicas como la oscilometría y los<br />

estudios resistencias forzadas. Todo ello todavía<br />

sin utilización clínica amplia.<br />

Exámenes complementarios<br />

Este tercer apartado contempla una serie de<br />

pruebas que nos van a ser de ayuda en el momento<br />

de establecer o no, unos determinados desencadenantes<br />

y/o características del cuadro asmático.<br />

Habitualmente pueden ser útiles, en según qué<br />

casos, la realización de un hemograma en que<br />

consideraremos algunos valores puntuales:<br />

• Eosinofilia en sangre periférica: Aunque se<br />

trata de un hallazgo muy frecuente, no constituye<br />

un dato específico de asma o alergia, ya que existen<br />

otras patologías que pueden inducir falsos<br />

positivos, parásitos, hemopatías, etc. Debemos de<br />

valorar siempre valores absolutos superiores a 500<br />

mm 3 .<br />

• Cuantificación de la IgE en suero: Se trata de<br />

una variable poco sensible, cifras elevadas no afirman<br />

el diagnóstico y por el contrario cifras normales<br />

no excluyen la presencia de una atopia.<br />

• Prueba de radioinmunoensayo (RAST): Permite<br />

la evaluación in vitro de la IgE específica. Su<br />

utilidad se puede limitar a los casos en que el<br />

paciente está sometido a una medicación en el<br />

momento del diagnóstico, que pudiera enmascarar<br />

los resultados de los test cutáneos.<br />

En cuanto a los test cutáneos, estas pruebas de<br />

hipersensibilidad inmediata constituyen el método


Extraordinario Núm. 2 Diagnóstico diferencial con otras broncopatías 155<br />

más importante para confirmar la sospecha clínica<br />

de un componente alérgico en un paciente. Permite<br />

además establecer relación con otros parámetros<br />

del estudio.<br />

Marcadores de la inflamación: El marcador<br />

más conocido en la clínica es la ECP (Proteína<br />

Catiónica Eosinofílica), liberada tras la activación<br />

de los eosinófilos. Se ha comprobado que los<br />

niños menores de cinco años con atopia y asma<br />

tienen unos niveles de ECP en sangre más elevados<br />

que los asmáticos menores de cinco años sin<br />

atopia y que estos niveles disminuyen con el tratamiento<br />

con corticoides inhalados. El asma no es<br />

sólo fruto de la inflamación a cargo del eosinófilo,<br />

sino que intervienen otras células, la valoración<br />

de otros mediadores de inflamación puede<br />

ayudar a concretar la importancia de cada una de<br />

ellas.<br />

Otros estudios<br />

Radiografía de tórax: Parece obligada en el<br />

momento de iniciar el estudio y, sobre todo,<br />

cuando se trata de una hospitalización por una<br />

crisis de asma. No debe ser una exploración de<br />

rutina aún cuando exista sintomatología. En las<br />

crisis el patrón es de atrapamiento aéreo bilateral<br />

con frecuentes imágenes de atelectasia laminar o<br />

infiltrados que en ocasiones son catalogados<br />

como de neumonía cuando el episodio se acompaña<br />

de fiebre, correspondiendo en la realidad a<br />

atelectasias segmentarias por taponamiento<br />

mucosos.<br />

La radiografía de senos es ocasionalmente patológica,<br />

ya que es frecuente la asociación asmasinusitis,<br />

especialmente se afectan los senos maxilares.<br />

Radiografía de cavum, aunque la hiperplasia de<br />

adenoides no es una causa directa de asma, la respiración<br />

bucal de alguno de estos pacientes puede<br />

ser un agente desencadenante.<br />

Todavía en grado experimental pero con datos<br />

que apuntan a una importancia capital en el diagnóstico,<br />

tenemos que considerar los estudios broncoscópicos<br />

en el asma. Estos procedimientos que<br />

incluyen LBA, biopsia de mucosa bronquial, cepillados<br />

y biopsias transbronquiales, pueden aportar<br />

información fundamental para la patogénesis y el<br />

diagnóstico de la enfermedad.<br />

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL<br />

Como hemos expuesto con anterioridad, el<br />

asma bronquial en la infancia presenta un gran<br />

polimorfismo y su carácter es episódico y muy<br />

variable. Para su confirmación diagnóstica es fundamental<br />

la demostración de una obstrucción<br />

reversible de la vía aérea, siendo necesario tener<br />

en cuenta la capacidad de los niños de diferentes<br />

edades para realizar test de función pulmonar, lo<br />

cual implica una gran dificultad. Actualmente es<br />

factible hacer test de función pulmonar a cualquier<br />

edad, pero sólo será posible en centros muy<br />

especializados para lactantes y niños pequeños.<br />

Además, cuanto más pequeño es el niño mayor<br />

probabilidad existe de que pueda haber una causa<br />

alternativa de tos y/o sibilancias, que es necesario<br />

excluir antes de hacer el diagnóstico de asma.<br />

El esquema diagnóstico (Fig. 1), comienza con<br />

una historia clínica completa y con la exploración<br />

física. Algunos rasgos apoyan fuertemente el<br />

diagnóstico de asma, tales como la periodicidad<br />

de los síntomas, los ataques nocturnos, las variaciones<br />

estacionales y los síntomas producidos por<br />

exposición a alergenos o tras el ejercicio. La asociación<br />

de atopia bien en el paciente o en la familia<br />

apoyan el diagnóstico. En tales circunstancias<br />

puede comenzarse un ensayo de tratamiento antismático.<br />

En los niños suficientemente mayores para realizar<br />

test de función pulmonar, deberíamos monitorizar<br />

la respuesta al tratamiento con medidas<br />

frecuentes del PEF y cuantificar la variabilidad<br />

del mismo antes y después de la administración de<br />

un broncodilatador.<br />

En la mayoría de los casos de asma donde el<br />

diagnóstico es claro y hay una excelente respuesta<br />

al tratamiento puede que no haya necesidad de<br />

una investigación ulterior.<br />

Sin embargo, en todos los otros casos debería<br />

practicarse una radiografía de tórax para excluir<br />

cualquier patología alternativa inesperada.<br />

Si la respuesta al tratamiento es pobre, el<br />

diagnóstico debería revisarse y comprobar el<br />

cumplimiento adecuado de la medicación prescrita,<br />

con contaje de dosis y supervisión de las<br />

técnicas de manejo de los inhaladores y cámaras<br />

expansoras, antes de progresar a un tratamiento<br />

más potente.<br />

Los pacientes que tienen tos productiva o infec-


156 M. Navarro Merino Volumen 13<br />

Sugestivos de asma<br />

Episódico<br />

Nocturno<br />

Estacional<br />

De esfuerzo<br />

Atopia<br />

Cuando sea posible<br />

frecuentes medidas del PEF<br />

Respuesta a broncodilatadores<br />

Probable asma<br />

Valorar severidad y etiología<br />

Rx tórax si es más que una<br />

enfermedad episódica leve<br />

Ensayo de tratamiento antiasmático<br />

Revisar el diagnóstico y cumplimiento<br />

si hay pobre respuesta al tratamiento<br />

Fig. 1. Algoritmo diagnóstico del asma infantil<br />

(CVS = sistema cardiovascular)<br />

(RGE = reflujo gastroesofágico).<br />

DIAGNÓSTICO<br />

TOS y/o SIBILANCIAS<br />

HISTORIA CLÍNICA-EXAMEN FÍSICO<br />

Rasgos indeterminados o sugestivos<br />

de diagnóstico alternativo<br />

Inicio neonatal<br />

Fallo de medrar<br />

Infección crónica<br />

Vómitos/sofocación<br />

Signos focales pulmonmares o CVS<br />

Considerar:<br />

Rx tórax y senos<br />

Función pulmonar<br />

Test de provocación bronquial<br />

y/o broncodilatador<br />

Negativos<br />

Mantoux<br />

Test del sudor<br />

Estudio inmunológico<br />

Estudios ciliares<br />

Estudios de RGE<br />

Diagnósticos alternativos<br />

y tratamiento<br />

Positivos<br />

Considerar el asma como<br />

un problema asociado


Extraordinario Núm. 2 Diagnóstico diferencial con otras broncopatías 157<br />

ciones pulmonares recurrentes, comienzo neonatal<br />

de los síntomas, fallo asociado de medrar, vómitos<br />

y crisis de sofocación con síntomas respiratorios o<br />

signos pulmonares focales, requieren ulterior<br />

investigación. Esta incluiría una radiografía de<br />

tórax y medidas de función pulmonar antes y después<br />

del tratamiento.<br />

Pueden ser necesarios la realización del test del<br />

sudor y estudio genético para descartar fibrosis<br />

quística; test de inmunidad humoral y celular, estudio<br />

de reflujo gastroesofágico con Rx, de esófago<br />

con contraste y pHmetría, valorar antecedentes de<br />

prematuridad, membrana hialina o recién nacido<br />

que han precisado ventilación mecánica, intradermorreacción<br />

de Mantoux, Rx. de senos paranasales,<br />

estudios de cilios y posiblemente broncoscopia.<br />

Con todas estas pruebas intentaremos descartar<br />

patología subyacente, destacando por su gravedad<br />

y/o frecuencia tales como la fibrosis quística, que<br />

en sus comienzos en el período de lactante puede<br />

manifestarse como bronquitis disneizantes recidivantes;<br />

inmunodeficiencias, reflujo gastroesofágico<br />

(RGE), displasia broncopulmonar, adenopatías/TBC,<br />

síndrome sinu bronquial, síndrome de<br />

inmovilidad ciliar o aspiración de cuerpo extraño.<br />

La bronquiolitis especialmente por virus sincitial<br />

respiratorio (VRS), puede condicionar posteriormente<br />

cuadros de sibilancias recurrentes que<br />

se pueden prolongar durante un tiempo que es<br />

variable de un niño a otro, por lo cual es conveniente<br />

recoger en la anamnesis el antecedente de<br />

Fig. 2. Diagnóstico diferencial del asma en la primera infancia.<br />

bronquiolitis y constatar si con la misma fue necesario<br />

su ingreso en centro hospitalario.<br />

Las cardiopatías congénitas no cianóticas con<br />

defectos septales y shunt izda-dcha pueden motivar,<br />

igual que la persistencia del conducto arterioso,<br />

bronquitis de repetición, a veces con componente<br />

espástico, la auscultación de soplo sistólico<br />

y el aumento de la vascularización pulmonar en la<br />

Rx. de tórax, nos dan la sospecha diagnóstica.<br />

Signos focales persistentes o recidivantes en la<br />

Rx. de tórax, nos harán pensar en posibles malformaciones<br />

broncopulmonares, tales como<br />

secuestro pulmonar, fístula traqueoesofágica, enfisema<br />

lobar congénito, etc... Otras posibilidades<br />

diagnósticas menos frecuentes quedan igualmente<br />

reflejadas en la Fig. 2.<br />

Los estudios alergológicos, tanto los test cutáneos,<br />

como los métodos de investigación in vitro,<br />

son una ayuda indispensable para el diagnóstico y<br />

son necesarios antes de recomendar medidas razonables<br />

de control ambiental e indicación de inmunoterapia.<br />

En niños mayores el uso de test sencillos de la<br />

función pulmonar, tales como las medidas del<br />

PEF para registrar la variabilidad en períodos cortos<br />

de tiempo, o la espirometría basal y las respuestas<br />

bien a las pruebas de provocación inespecíficas<br />

con ejercicio, aire frío o farmacológico<br />

(metacolina, histamina o carbacolina) o los test de<br />

provocación específicas con alergenos son útiles<br />

para el diagnóstico.<br />

• Fibrosis quística — Síndrome sinu-bronquial<br />

• Displasia broncopulmonar — Síndrome inmovilidad ciliar<br />

• Bronquiolitis — Aspiración cuerpo extraño<br />

• Bronquitis disneizante — Adenopatía traqueobronquial/TBC<br />

• Reflujo gastroesofágico — Cardiopatías congénitas<br />

• Inmunodeficiencias — Malformación broncopulmonar<br />

OTRAS CAUSAS<br />

• Raquitismo • N. Eosinofilias<br />

• Colagenosis • D. Alfa-1 Antripsina<br />

• Alveolitis extrínsecas • Proteinosis alveolar<br />

• Hemosiderosis • Tumoraciones<br />

• N. Medicamentos


158 M. Navarro Merino Volumen 13<br />

En aquellos niños con función pulmonar subnormal<br />

la respuesta a un broncodilatador es igualmente<br />

apropiada.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

1. Asthma: a follow up statement from an international<br />

paeditric asthma consensus group. Arch Dis<br />

Child 1992; 67: 240-248.<br />

2. Bousquet J. In vivo methods for study of allergy;<br />

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