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y aquilatado las delincuencias del día, azotainas metódicas, con la fusta de montar, sobre las nalgas<br />
desnudas, para los seis niños, chicos lo mismo que chicas, en orden de edad.<br />
–Eso siempre me hace sentir levemente enferma –dijo Susila–. Puro sadismo.<br />
–No, no puro –replicó el doctor MacPhail–. Sadismo aplicado, sadismo con un motivo ulterior,<br />
sadismo al servicio de un ideal, como expresión de una convicción religiosa. Y este es un tema –<br />
agregó volviéndose a Will– que alguien debería convertir en un estudio histórico: las relaciones<br />
entre la teología y los castigos corporales en la infancia. Yo tengo la teoría de que, cada vez que los<br />
niños y niñas son sistemáticamente flagelados, las víctimas crecen y piensan en Dios como en el<br />
"Totalmente Otro". ¿No es ese el argot de moda en la parte del mundo del que usted proviene? Por<br />
el contrario, cada vez que son criados sin ser sometidos a la violencia física, Dios es inmanente. <strong>La</strong><br />
teología de un pueblo refleja el estado de las nalgas de sus niños. Ahí tiene los hebreos: entusiastas<br />
castigadores de niños. Lo mismo que todos los buenos cristianos de la Era de Fe. Y de ahí Jehová,<br />
y de ahí el Pecado Original, y el infinitamente ofendido Padre de la Ortodoxia Romana y<br />
Protestante.. En tanto que entre los budistas e hindúes, la educación ha sido siempre no violenta.<br />
Nada de laceración de trascritos... y por lo tanto Tat tvam asi, tú eres Eso, la mente de la Mente no<br />
está separada. Y ahí tiene los cuáqueros. Fueron lo bastante heréticos como para creer en la Luz<br />
Interior, ¿y qué ocurrió? Dejaron de castigar a los niños y fueron la primera secta cristiana en<br />
protestar contra la institución de la esclavitud.<br />
–Pero el castigo a los niños –objetó Will– ha pasado por completo de moda en la actualidad. Y<br />
sin embargo precisamente en este momento está de moda hablar acerca del Totalmente Otro.<br />
El doctor MacPhail desechó la objeción con un movimiento de la mano.<br />
–Se trata simplemente de un caso de reacción que sigue a la acción. Para la segunda mitad del<br />
siglo XIX el humanitarismo librepensador se había vuelto tan fuerte, que incluso los buenos<br />
cristianos fueron influidos por él y dejaron de castigar a sus hijos. En el trasero de la joven generación<br />
ya no había llagas. Por consiguiente, ésta dejó de pensar en Dios como el Totalmente Otro, y<br />
se dedicó a inventar el Nuevo Pensamiento, la Unidad, la Ciencia Cristiana... todas las herejías<br />
semiorientales en las cuales Dios es el Totalmente Idéntico. El movimiento estaba muy avanzado<br />
en la época de William James, ya ha ido adquiriendo impulso desde entonces, pero la tesis siempre<br />
provoca la antítesis, y a su debido tiempo las herejías engendraron la neoortodoxia. ¡Abajo con el<br />
Totalmente Idéntico y volvamos al Totalmente Otro! Volvamos a los agustinos, volvamos a Martín<br />
Lutero... volvamos, en una palabra a los dos traseros más implacablemente flagelados de toda la<br />
historia del pensamiento cristiano. Lea las Confesiones, lea la Table Talk. San Agustín fue<br />
castigado por su maestro, y sus padres se rieron de él cuando se quejó. Lutero fue sistemáticamente<br />
azotado, no sólo por sus maestros y su padre, sino incluso por su amante madre. El mundo ha venido<br />
pagando desde entonces por las llagas de su trasero. El prusianismo y el Tercer Reich... sin<br />
Lutero y su teología de las flagelaciones, estas monstruosidades jamás habrían podido existir. O<br />
tome la teología de la flagelación de Agustín, tal como fue llevada a sus conclusiones lógicas por<br />
Calvino y digerida, íntegra, por personas piadosas como James MacPhail y Janet Cameron. Premisa<br />
mayor: Dios es Totalmente Otro. Premisa menor: el hombre es totalmente depravado. Conclusión:<br />
Haz a los traseros de tus hijos lo que le hicieron al tuyo, lo que tu Padre Celestial ha venido<br />
haciendo al trasero colectivo de la humanidad desde la Caída: ¡azotes, azotes, azotes!<br />
Hubo un silencio. Will Farnaby volvió a contemplar el grabado de la persona de granito en la<br />
cordelería, y pensó en todas las grotescas y feas fantasías promovidas al rango de hechos<br />
sobrenaturales, todas las obscenas crueldades inspiradas por esas fantasías, todo el dolor infligido y<br />
todas las desdichas soportadas a causa de ellos. Y cuando no era San Agustín con su "benigna<br />
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