198 SER SER - Funcas

216 SEVILLA.
I'HOPORCIOX.
Acu­ Núm. Los
de de­ La pobl. con acusados
Audiencias. Población. sados. litos. los delitos. con los
delitos.
'Albacete. . . 986,236 1,916 890 1108M3 á 1 215 á 4
Barcelona. . 1.041,202 374 200 505V38 á 4 •1*82 á 4
Burgos. . . . 966,543 1,403 1,500 G44'10 á 4 Q'94 á 1
¡Cá' eres. . . 547,420 1,020 1,584 345'59 á 4 O'til á 1
¡Canarias. . . 199,950 6 2 33 6059'09 á 1 4*88 á 4
¡Coruña . . . 1471,982 1,182 2,048 7I8'74 á 1 0'58 á 4
Granada. . . 1.211.124 2,556 2.067 586'22 á 4 l'24 á 1
Madrid . . . 1.022,674 2,258 1,288 794'00 á 4 l'75 á 1
Mallorca . . 229,797 40 52 4407'63 á 4 0'77 á 1
Oviedo . . . 434,633 103 61 74 25 16 á 4 1'69 á 1
Pamplona . . 230,925 538 236 978'50 a 4 2'28 á 4
Sevilla . . . 1.140,933 1,746 1,304 874'95 á 4 1'34 á 1
Este cuadro corrobora lo que há poco se dijo acerca de la
mayor ó menor propensión á los delitos contra las cosas,
adoptado como term. de comparación el número de almas,
y demuestra al propio tiempo, que en las aud. de Albacete
v Pamplona concurrieron á la comisión de cada delito dos
individuos, uno y medio en las de Barcelona, Canarias,
Oviedo y Madrid , que en la de Sevilla y Granada no llegó á
la referida proporción, y que en las de Burgos, Cácere-, Coruña
y Mallorca escede un poco de la mitad de la unidad, el
número de perpetradores, concurrentes á cada delito.
Cuando se medita sobre la sit. geográfica del terr. de la
aud. de Sevilla, sobre su clima, y la exaltación que este
produce en las pasiones de sus moradores, no puede menos
ya , que no dejar de censurar los resultados criminales que
su estadística presenta , de apreciar que estos son el prod.
mas bien que del corazón generoso y humano de los andaluces
, de accidentes que no es dado siempre al hombre ni á
los gobiernos dominar.
De las cuatro prov. que componen el terr., la menos propensa
á los delitos de sangre, es la de Cádiz, que ocupa el
32 lugar en la escala comparativa general de las prov.; la de
Huelva ocupa el 29, el 20 la de Córdoba y el 44 la de Sevilla.
Por la sencilla inspección del estado núm. 4.° se ve, como
ya mas arriba se dijo, que abraza dos estremos; los delitos
y las armas é instrumentos empleados en su comisión.- hemos
tratado del primero, y debemos reducirnos ahora al segundo.
En diferentes art. hemos dicho , que á falta de otros antecedentes
mas propios para estimar la gravedad de los delitos
de sangre, teniamos que valemos de la inducción que
surje de la clase de instrumento empleado, y de la pena impuesta
a! delincuente.
Poco favorables son al terr. de la aud. de Sevilla los resultados
que presenta el primer térm. de la comparación. La
suma de los instrumentos ocupados como cuerpo del delito,
y de los quo se ignora la especie, asciende á 1,102, délos
cuales 94 fueron armas de luego de uso licito, 25 de ilícito,
438 armas blancas permitidas, 4 60 prohibidas, 3 venenos,
213 instrumentos contundentes y 169 los otros instrumentos
ó medios ignorados; de modo que el total de armas sube
á 717 , cantidad que entre las aud., de cuya estadística se
ha tratado hasta el día, solo se encuentra en las de Barce •
lona, Granada y Navarra, como lo demuestra el siguiente
cuadro comparativo de las armas empleadas en la comisión
de los delitos con el número de estos:
Madrid 1 á 2'46
Albacete 4 á 4'82
Barcelona 4 á 4'62
Burgos 4 a 4'75
Cáceres 4 á 7'I4
Canarias 4 á 4'74
Poruña 4 á 42'34
Granada 4 á 4'66
Mallorca 4 á 2'89
Oviedo 4 á 2'40
Pamplona 4 á 4'75
Sevilla 4 á 4'80
Se observa igualmente que si en el término de la comparación
no puede decirse escesivo el número de las armas
prohibidas, pues en las de fuego escede poco de la cuarta
parte, y en las blancas baja también poco de una tercera
parte, es notable sin embargo la propensión alas armas
prohibidas, puesto que el número délas ocupadas asciende
á 494. Lo espuesto redunda en perjuicio de los andaluces,
porque innegable es, que la gravedad de los delitos de sangre
está por lo general en razón directa de los instrumentos
de ejecución, y por tanto, preciso es confesar que al mayor
número de atentados contra las personas se une en el terr.
mayor encarnizamiento en la comisión, ma\or propensión
al uso de armas, efecto indudable de la mala educación y
de la consiguiente relajación de las costumbres. Otro dato
viene en corroboración de esta consecuencia, y es el numeró
de venenos empleados, medio pérfido y cobarde do
atentar á la vida de sus semejantes. Tres venenos contiene
el estado número 4.° ocupados como cuerpo del delito: cuando
las aud. de Madrid, Albacete, Barcelona y Granada solo
ofrecen dos, uno la de Coruña y Navarra, y ninguno las de
Burgos, Cáceres, Canarias, Mallorca y Oviedo: pero lo mas
atendible es, que de los 47 acusados por delitos de envenenamiento,
quo en el cuadro general de procesados por
todas las especies de delitos que contiene la estadística publicada
por el Gobierno, 8 lo fueron en la aud. de Sevilla.
No en todas las prov. que componen el terr. se observa
igual proporción al uso de armas. El número de las de fuego
en la de Huelva es 3 de uso lícito y una de ilícito; 59 blancas,
45 permitidas y 44 prohibidas. La prov. deCádizpreseuta
también menor número que las de Córdoba y Sevilla;
pero es sifi embargo notable su diferencia con la anterior.
La de Sevilla escede á las otras 3 en gran cantidad.
El estado número 5, trata de los delitos en general y do
las penas impuestas á los perpetradores; para sacar de" los
datos que contiene el partido conveniente y conocer con la
mayor exactitud posible los atentados cometidos, es indispensable
unir á aquellos á los que arrojan los estados que
acompañan al discurso -de apertura pronunciado por el señor
regente de la aud. el dia 2 de enero de 1844, y los quo
el espresado tribunal dirigió al Supremo de Justicia* con sus
relaciones semestrales, porque presentando el que nos ocupa
clasificados los delitos por géneros, y en complejo las
penas impuestas á los clasificados de un mismo género, no
es fácil arribar al conocimiento de los delitos que en realidad
se consumaron. Cierto es que tampoco conseguiremos
conocer aun con el ausilío de los otros antecedentes, esta
circunstancia con la verdad que seria de desear; pero sin
embargo, las indicaciones adquirirán un grado de probabilidad
bastante, para que las consecuencias que se deduzcan
sean bien fundadas; preferírnosla relación remitida al supremo
Tribunal de Justicia, porque el detenimiento con que
estas son hechas ofrecen mayor seguridad. Si se esceptua
el delito de parricidio, vemos que desgraciadamente en el
terr. de la aud. de Sevilla han tenido lugar todos los crímenes
que afectan á las personas, tanto física como moralmente.
Homicidios, heridas y contusiones, golpes y malos tratamientos,
suicidios, infanticidios, desafios y envenenamientos,
en cuanto á la primera especie, y en cuanto á la
segunda, injurias verbales, incestos, aduíteiios, amancebamientos,
estupros simples, con violencia y raptos. Lo
mismo se observa respecto á los delitos contra las cosas , é
inoportuno seria hacer relación específica de ellos, cuando
vamos á conocer la proporción que. unos y otros atentados
guardan con la pobl., los acusados y los penados.
Las causas incohadas por homicidio fueron 267: contándose
pues 1.140,935 hab., 4,094 acusados y 3,179 penados,
se ve que la proporción con los primeros es 1 á 4273'16, con
los segundos 1 a 15'33, y con los terceros 1 á 11'91. En las
heridas y contusiones la relación es con la pobl. 1 á 1760'70
con los acusados 1 á 6'32 y con los penados 1 á 4'91. Para
continuar en esta demostración y hacerla menos pesada
reunimos en una suma los otros delitos que por su especie