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Número 0 de la revista libertaria Utopía
Número 0 de la revista libertaria Utopía
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Índice<br />
3.- Editorial<br />
5.- Sobre la criminalización de la capucha<br />
7.- La dignidad del sin rostro<br />
8.- Culpables<br />
11.- Violencia, capuchas, anarquismo<br />
13.- El precio de la violencia<br />
15.- Analizar y replantear las maneras en las que se expresa<br />
el discurso anarquista<br />
18.- La propuesta sociopolítica de la pedagogía (fragmento)<br />
29.- Esperando la hora<br />
27.- Eres libertad<br />
23.- Literatura<br />
24.- No tengo patria, señores<br />
25.- Presentes para los presentes
Editorial<br />
La utopía es aquello leja<strong>no</strong>, inposible, tan lle<strong>no</strong> de perfección que <strong>no</strong> existe. Es ésta la definición que se<br />
le da al concepto que le da <strong>no</strong>mbre a esta pequeña revista. Sin embargo, queremos demostrar que la<br />
utopía es algo tangible, algo que puede materializarse de a poco, con proyectos y representaciones que<br />
van de la mínima expresión, a la máxima demostración. El utopista, según Ricardo Flores Magón, es<br />
quien ha sido el motor de los cambios en la humanidad, tanto en el desarrollo de su pensamiento, como el de<br />
la liberación de los pueblos. Sócrates y Jesucristo figuran en la lista de utopistas, vistos de manera objetiva, de<br />
Magón.<br />
La utopía anarquista está configurada mediante la pasión, el amor y la razón. La fundamentación de cada u<strong>no</strong><br />
de estos tres elementos de la estructura del pensamiento libertario, se desarrollará en esta publicación mediante<br />
aquellos conceptos co<strong>no</strong>cidos como acción directa, apoyo mutuo, solidaridad, edudación libre, etcétera.<br />
En este número, recopilamos cinco artículos publicados en La Jornada Veracruz durante los meses octubre<strong>no</strong>viembre.<br />
Las publicaciones ahí encontradas, versan sobre las formas de acción directa dentro de la lucha<br />
callejera: la capucha y sus significados, los símbolos de la represión y de la acción contestataria. Son cuatro<br />
artículos y un relato escritos “bajo la capucha”, que recuperan los <strong>no</strong>mbres de compañeros caídos en la lucha,<br />
desde Carlo Giuliani hasta Brad Will, y la anarcofeminista de Mujeres Libres y la CNT Concha Liaño.<br />
El periodismo combativo de Javier Hernández Alízar <strong>no</strong>s ha demostrado que desde la pluma reporteril podemos<br />
encontrar un cami<strong>no</strong> que suavice los golpes dados por las diferentes alas partidistas tanto derecha como<br />
la pesudoizquierda. El cuestionamiento hacia la supuesta tolerancia de los gobier<strong>no</strong>s de izquierda y la policía<br />
de Mancera y el análisis pertinente de las acciones de los, en su mayoría, anarquistas y jóvenes en las calles, es<br />
el tema primordial en “Violencia, capuchas y anarquismo”.<br />
Asimismo, Aníbal Khan <strong>no</strong>s explica la pertinencia de manejar un lenguaje común, de abrir el pensamiento<br />
libertario para que otras personas se acerquen a comprenderla y defenderla como muchos lo hacne ya.<br />
Es así como comenzamos este proyecto de materializar la utopía, leyendo las formas de acción anarquista de<br />
extremo a extremo: desde la acción directa en los disturbios, hasta las aulas con la pedagogía libertaria, ésa otra<br />
forma de compartir co<strong>no</strong>cimiento, de tener educación.<br />
Xalapa, Veracruz.<br />
Noviembre 2013<br />
3
Sobre la criminalización de la capucha<br />
Carlo Yuliani<br />
Con el fin de la Unión Soviética, colapsó un mundo<br />
dividido entre bue<strong>no</strong>s y malos; por ello <strong>no</strong> podemos<br />
seguir observando e interpretando los sucesos<br />
utilizando las herramientas que aprendimos antaño,<br />
pensando de manera bipolar o maniquea, derecha<br />
e izquierda, democracia o dictadura, socialismo o<br />
barbarie. Aunque hayamos crecido con ellas y <strong>no</strong>s<br />
duela creerlo, esas estructuras se encuentran caducas.<br />
Hoy vemos como la gente de países distintos entre sí<br />
como Bahréin e Italia o Alemania y Brasil, toman las<br />
calles de manera masiva en la búsqueda de “algo” mejor.<br />
En esas movilizaciones, las capuchas han hecho su<br />
aparición formando “Bloques Negros” de combatientes,<br />
quienes igual destruyen bancos que protegen a los<br />
manifestantes de la brutalidad policial. Es así, como<br />
de la Patagonia hasta el Mar del Norte, los gritos y<br />
acusaciones de “infiltrados” o “provocadores” han resonado<br />
y hecho eco.<br />
El 2 de Octubre salimos a las calles, vinagre contra el<br />
gas en la bolsa; capucha en la mochila. Sabíamos que<br />
la represión igualmente llegaría y preparados para<br />
hacerle frente, mandamos mensajes a los pueblos<br />
mexica<strong>no</strong>s y a los gobier<strong>no</strong>s: No vamos a dar la otra<br />
mejilla, <strong>no</strong> permitiremos que golpeen a los pueblos<br />
impunemente, y la autoridad puede ser confrontada<br />
frontalmente. Nosotros estamos allí por convicción<br />
propia, cansados ya de que el poder se ejerza sobre<br />
los pueblos, pero jamás deseando tomarlo, hemos<br />
asustado y preocupado a los gobier<strong>no</strong>s en todos los<br />
continentes del mundo.<br />
Se <strong>no</strong>s acusa de llamar a la represión, pero el gobier<strong>no</strong><br />
sólo persigue y reprime a quienes ponen en<br />
riesgo el mo<strong>no</strong>polio de autoridad del mismo; sabemos<br />
que <strong>no</strong> dudarían en declarar ilegal y golpear a la<br />
protesta más pacífica si estuviese colocando en jaque<br />
a los gobernantes. Los ejemplos <strong>no</strong>s sobran, allí está<br />
Tiananmen, El Parque Gezi, La Primavera de Praga<br />
¿ya se <strong>no</strong>s olvidaron Aguas Blancas o Acteal? ¿Se<br />
<strong>no</strong>s olvidó que el pasado 29 de Junio la policía hirió<br />
a 200 maestros que sólo realizaban una asamblea en<br />
5<br />
Tuxtla? ¿Qué acaso la consigna que <strong>no</strong>s llevó a la calle<br />
encapuchados la última vez <strong>no</strong> era “2 de Octubre <strong>no</strong><br />
se olvida”? En suma, si votar sirviera de algo, estaría<br />
prohibido.<br />
La imagen de un encapuchado luchando posee<br />
muchos significados, por lo tanto nuestras acciones<br />
buscan impactar en varios niveles. No somos tan<br />
i<strong>no</strong>centes para pensar que con piedras y cohetones<br />
vamos o íbamos a derribar al Estado y su opresión<br />
el 2 de Octubre, pero dentro de lo simbólico demostramos<br />
que la autoridad <strong>no</strong> es omnipotente, hicimos<br />
que los granaderos se replegasen, rompimos<br />
sus formaciones devolviéndoles su gas y respondiéndoles<br />
con fuego. Sobre todo, demostramos que<br />
un pequeño número de personas hartas y e<strong>no</strong>jadas<br />
tiene la posibilidad de organizarse y hacer frente a<br />
la violencia que la gente ha sufrido por años, con<br />
sus impuestos, leyes, abusos y represiones.<br />
Precisamente ese es el mensaje que el Estado quiere<br />
evitar se propague ¿qué podría pasar si las personas se<br />
percatasen que la organización para hacer frente a la<br />
policía es posible? ¿Qué la victoria en las calles <strong>no</strong> es<br />
un sueño irrealizable? Pasaría lo que vemos en Grecia,<br />
o Brasil, donde Bloques Negros de cientos (y miles)<br />
de encapuchados derrotan a las fuerzas policiales evidenciando<br />
la cada vez mayor fragilidad y miedo de los<br />
gobier<strong>no</strong>s. El Estado, por consiguiente teme que los<br />
pueblos se den cuenta de la fuerza que son capaces de<br />
desplegar si se cohesionan, y por ello el gobier<strong>no</strong> busca<br />
perpetuar el mito de su invulnerabilidad.<br />
El sociólogo Max Webber <strong>no</strong>s señaló que el Estado<br />
lo constituyen quienes poseen el mo<strong>no</strong>polio<br />
de la fuerza; ello refiere tanto a la capacidad para<br />
desplegarla, como a la legitimidad a la hora de utilizarla.<br />
Si las personas se dan cuenta que tienen la<br />
posibilidad de organizarse, dejar de ofrecer la otra<br />
mejilla y devolver los agravios acaecidos hasta hoy,<br />
entonces el discurso que sostiene al Estado y sus<br />
gobier<strong>no</strong>s se derrumbaría. El valiente dura hasta<br />
que el cobarde quiere, pero para que éste se atreva
a actuar, el débil debe creerse capaz de golpear al<br />
fuerte.<br />
Por eso el gobier<strong>no</strong> circula los rumores de la presencia<br />
de infiltrados, pues entonces el golpe <strong>no</strong> viene<br />
del pueblo organizado, si<strong>no</strong> del mismo Estado (por lo<br />
tanto el golpe <strong>no</strong> existe). Es un intento de deslegitimar<br />
los ataques en su contra, para que en nuestra mente<br />
<strong>no</strong> quepa dicha posibilidad, y así la figura del gobier<strong>no</strong><br />
todo poderoso aumenta.<br />
Los rumores y descalificaciones vuelan precisamente<br />
porque <strong>no</strong>s temen, si <strong>no</strong> fuésemos un riesgo para el<br />
Estado su prensa <strong>no</strong> <strong>no</strong>s estaría acosando y su policía<br />
cazándo<strong>no</strong>s ¿acaso se le reprimió a Javier Sicilia?<br />
¿Cuántos presos hubo del #Yo soy 132? Tomemos a<br />
Obrador, quien a pesar de juntar a miles, la prensa<br />
ni se molesta en descalificar sus presentes acciones, y<br />
nunca he visto que encapsulen o agredan sus marchas,<br />
mientras que a <strong>no</strong>sotros <strong>no</strong> sólo <strong>no</strong>s cazan, si<strong>no</strong> que<br />
vierten ríos de tinta con adjetivos descalificatorios.<br />
Ladran Sancho, señal que avanzamos<br />
6
La dignidad del sin rostro<br />
Carlo Giuliani<br />
Vivimos en una época de transición. Los gobier<strong>no</strong>s<br />
de muchos países del mundo están imponiendo<br />
reformas neoliberales muy similares a las que México<br />
padece desde hace poco. Al mismo tiempo, la resistencia<br />
civil en contra de las esas leyes injustas (y del<br />
sistema capitalista en general) ha despertado por todo<br />
el orbe. Las luchas callejeras entre encapuchados y policías<br />
se dan a diario en muchos rincones del planeta y<br />
su desenlace parece incierto.<br />
En estos tiempos de cambios, de movilizaciones<br />
sociales, de conciencia colectiva y de asesinatos colectivos,<br />
<strong>no</strong> está de más recordar que el presente fue<br />
escrito por todos los hechos que lo definieron en el<br />
pasado. No sobra analizar las épocas que tienen muchas<br />
similitudes con nuestro presente; siempre hay<br />
que voltear atrás para recordar que lo que hoy vemos<br />
en nuestras calles ha sido visto por otras calles y por<br />
otros rostros.<br />
En septiembre de 1935, cuando el partido nazi recién<br />
había alcanzado la cúspide del poder en Alemania, se<br />
promulgaron las leyes de Núremberg, cuyo propósito<br />
fundamental fue deshumanizar a los judíos y a otras<br />
mi<strong>no</strong>rías del país teutón. Desde esa fecha, el régimen<br />
comenzó abiertamente a perseguirlos y eliminarlos:<br />
eran ahora seres sin derechos ni libertades. Serían co<strong>no</strong>cidos<br />
como Untermensch (infrahuma<strong>no</strong>s).<br />
Igual que los nazis en su tiempo, muchos estados han<br />
utilizado la estrategia de deshumanizar a las clases bajas<br />
para legitimar y mantener su poder. Los reyes y<br />
emperadores de las antiguas civilizaciones lo hacían<br />
hace milenios y los presidentes y primeros ministros<br />
lo siguen haciendo.<br />
Aunque el caso de la Alemania nazi es u<strong>no</strong> de los<br />
más inhuma<strong>no</strong>s que la historia recuerde, la estrategia<br />
es básicamente la misma que los gobier<strong>no</strong>s actuales<br />
utilizan, únicamente es más sutil. Es una idea tan<br />
sencilla de entender que incluso el ejecutivo federal<br />
/<br />
parece comprenderla, pero está tan oculta en el subconsciente<br />
colectivo que la damos por sentada sin<br />
pensar en ella. Las clases bajas, para ser dominadas<br />
y mantenerse alejadas del ejercicio del poder han de<br />
ser deshumanizadas y se les debe hacer creer que el<br />
orden de las cosas tiene lógica y una razón de ser. Por<br />
lo tanto, los esclavos deben creer que nacieron para<br />
ser dominados por sus amos, las mujeres deben creer<br />
que nacieron para ser dominadas por el hombre, los<br />
pobres deben creer que nacieron para ser dominados<br />
por los ricos.<br />
De esta manera, <strong>no</strong>sotros, los de abajo, los que<br />
<strong>no</strong> controlamos el desti<strong>no</strong> de nuestros pueblos,<br />
siempre hemos tolerado que <strong>no</strong>s despojen de los<br />
medios materiales necesarios para vivir. Y lo hemos<br />
tolerado porque antes de perder lo material<br />
ya habíamos perdido, en nuestras mentes, algo<br />
mucho más valioso: la idea de que un hombre <strong>no</strong><br />
vale más que otro hombre. Y los poderosos, ya<br />
con la inercia del empoderamiento, <strong>no</strong> sólo se hicieron<br />
creer que ellos valían más que <strong>no</strong>sotros,<br />
incluso lograron convencerse de que valían más<br />
que el planeta que los rodea. Porque bajo la lógica<br />
capitalista, el hombre que gobierna al hombre,<br />
gobierna también a la naturaleza y si una persona,<br />
una montaña o un bosque se cruza en su cami<strong>no</strong>,<br />
se le puede eliminar sin importar las consecuencias.<br />
Si lo primero que hemos perdido <strong>no</strong> fue<br />
material, entonces lo primero que debemos<br />
recuperar lo encontraremos en nuestras<br />
mentes. Aquello que hemos perdido desde<br />
hace incontables generaciones tiene un<br />
<strong>no</strong>mbre: es nuestra dignidad. Como seres<br />
huma<strong>no</strong>s debemos luchar con el objetivo<br />
común de destruir al poder y para ello usaremos<br />
todos los medios que estén a nuestro<br />
alcance. No se necesitan líderes, caudillos
o héroes que se lleven la victoria, si la victoria<br />
es popular los luchadores deben ser<br />
anónimos. Se necesitan rostros cubiertos.<br />
Quien cubre su rostro <strong>no</strong> tiene miedo. Arriesga en<br />
las calles su integridad física, su libertad e incluso si<br />
vida porque su miedo ha sido sustituido por su dignidad.<br />
La lucha es real, pero también es simbólica y con<br />
símbolos podemos demostrar que todos somos u<strong>no</strong>.<br />
Debajo de una capucha oscura, es un rostro lo que<br />
está ocultando, pero es la dignificación de toda una<br />
clase social la que se muestra. La capucha es el rostro<br />
de la igualdad, de la capacidad de perderse como individuo<br />
para unirse a algo que es mucho más grande<br />
que u<strong>no</strong> mismo. La justicia debe ser para todos, aunque<br />
<strong>no</strong> todos luchen por ella. Pero quienes lo hacemos<br />
ocultamos el rostro para mostrar que hemos decidido<br />
que mientras existan desigualdades, serán una afrenta<br />
a nuestras personas. Que mientras exista el hambre<br />
existirá la lucha. Mientras haya gobier<strong>no</strong>s habrá organización<br />
popular en su contra.<br />
En Núremberg se cerró la etapa del nazismo alemán<br />
cuando en esa ciudad fueron juzgados los criminales<br />
de guerra nazis, muchos de los cuales fueron ejecutados<br />
por sus crímenes contra la humanidad. Si los<br />
encapuchados logramos generar conciencia y los ojos<br />
del mundo redescubren la dignidad perdida, los seres<br />
vivos de este mundo dejarán de sufrir el control de<br />
u<strong>no</strong>s cuantos huma<strong>no</strong>s poderosos. El ser huma<strong>no</strong> logrará<br />
su emancipación.<br />
“Igual que los nazis en su tiempo, muchos estados han utilizado<br />
la estrategia de deshumanizar a las clases bajas<br />
para legitimar y mantener su poder.<br />
Los reyes y emperadores de las antiguas civilizaciones<br />
lo hacían hace milenios y los presidentes y primeros ministros<br />
lo siguen haciendo”.<br />
8
Culpables<br />
Concha Liaño Gil<br />
Salimos a las manifestaciones con capuchas, creamos<br />
los disturbios, protegemos a los nuestros,<br />
pintamos las calles, reventamos cajeros. Nos dicen<br />
violentos, <strong>no</strong>s llaman vándalos: <strong>no</strong>s emparentan con<br />
los halcones. Pero omiten decir que la violencia que<br />
generamos <strong>no</strong> es la misma que la que ellos como gobier<strong>no</strong><br />
ejercen diariamente contra <strong>no</strong>sotros, contra<br />
todo el pueblo.<br />
La diferencia entre las dos manifestaciones de violencia,<br />
la del pueblo y la del gobier<strong>no</strong> y sus representaciones,<br />
es que la de ellos es una fuerza que busca<br />
legitimar su poder mediante la ley del tolete, en tanto<br />
que la de <strong>no</strong>sotros, es el resultado del hartazgo, del <strong>no</strong><br />
poder más. Nuestra violencia es una respuesta lógica y<br />
legítima ante la brutalidad con la que intentan someter<strong>no</strong>s<br />
y destruir todo rastro de humanidad y libertad.<br />
La presencia de los policías, por ejemplo,<br />
es ya en sí misma una forma de represión<br />
y violencia. No cuida la integridad<br />
de un pueblo, si<strong>no</strong> los intereses materiales<br />
de quienes detentan el poder<br />
económico. El policía en las calles es<br />
un recordatorio constante de la diferencia<br />
entre clases sociales, de que alguien<br />
tiene más que otro, y que ese orden<br />
económico debe respetarse porque sí,<br />
porque así son las cosas y te chingas. Los cuerpos<br />
de seguridad son la representación directa de la represión<br />
física del gobier<strong>no</strong> hacia el pueblo. Su violencia<br />
es desmedida e irracional; la nuestra es pensada y llena<br />
de convicción, llena de <strong>no</strong>sotros, de apoyo mutuo,<br />
de solidaridad; debajo de esta capucha, todos somos<br />
u<strong>no</strong>. La capucha <strong>no</strong>s unifica.<br />
La destrucción de cajeros <strong>no</strong> es gratuita, tiene que<br />
ver con que los bancos son u<strong>no</strong> de los peores males<br />
económicos de todo el mundo. El ideario de consumo<br />
genera una psicosis en los bolsillos de las personas,<br />
así es como se configura su proceso usurero, sus<br />
“cajas de ahorro”. Esto sólo beneficia al nuevo orden<br />
mundial protagonizado por las grandes potencias en<br />
el mundo y a sus organizaciones de miseria como el<br />
FMI, OCDE, BM o grupos de dirigentes como G20.<br />
Si <strong>no</strong> fuera así, en la caída de los bancos en Grecia, <strong>no</strong><br />
habría terminado de germinar la crisis provocada en<br />
Wall Street en 2008. Asimismo, los gobier<strong>no</strong>s de los<br />
grandes países “desarrollados”, <strong>no</strong> hubieran preferido<br />
salvar a la banca en lugar del empleo, la educación,<br />
salud y vivienda. El resultado es visible: millones de<br />
españoles en las calles sin empleo y los bancos les han<br />
arrebatado sus hogares. ¿Esa violencia es mínima a<br />
comparación de hacer explotar de un cajero?<br />
Las grandes multinacionales erigen sus palacios<br />
a partir de la destrucción de la vida. Tenemos<br />
ejemplos claros en Veracruz: Wallmart, Coca-cola,<br />
la devastación sistemática y legitimada por el<br />
Estado, por ejemplo, de la Joyita o la construcción<br />
de la mina Caballo Blanco. No<br />
les es suficiente la eliminación de la<br />
naturaleza, si<strong>no</strong> que avanzan rápido<br />
hacia la brutalidad y modificación<br />
genética de los animales, que en muchos<br />
casos son sus productos. Por si<br />
fuera poco, la explotación hacia sus<br />
trabajadores también figura en la planilla<br />
de razones para justificar que reventemos<br />
sus vidrios, les saboteemos y busquemos<br />
hundir su mercado.<br />
9
Al respecto de los ataques hacia monumentos públicos,<br />
la mecánica turística podría ayudar<strong>no</strong>s a explicar<br />
mejor este punto. El turista pretende escapar de su<br />
rutina dentro de la rutina de otra ciudad, formando<br />
parte de la de otras personas. Sin embargo, prefiere <strong>no</strong><br />
ver la miseria y desigualdad que en su espacio familiar<br />
puede encontrar y que, de hecho, lo ha encontrado.<br />
Por eso, los centros históricos son señalados como lo<br />
estéticamente correcto y atractivo para la circulación<br />
de dinero. El turista <strong>no</strong> quiere ver lo que en su ciudad<br />
hay y ve diariamente de traslado a su trabajo: periferias<br />
pobres, grafitis, delincuencia. Todo tiene que<br />
estar teatralmente dirigido. Por lo tanto, se construye<br />
esa burbuja del Estado donde en los centros históricos<br />
<strong>no</strong> pasa nada, todo se ve bien para mostrarse a quien<br />
llega, para la postal. Sin embargo, <strong>no</strong>sotros creemos<br />
que es imposible tener dos ciudades económicamente<br />
desiguales: la de la miseria y la del turismo. Queremos<br />
mostrar que una es ficticia, que es falsa. Esta ciudad<br />
falsa <strong>no</strong>s empuja a quienes <strong>no</strong> pertenecemos a su rei<strong>no</strong><br />
turístico y democratizado a las orillas, a la marginalidad.<br />
Por eso nuestra violencia, la violencia popular es una<br />
herramienta digna que usamos contra la violencia de<br />
los poderosos que todo lo tienen a costa de los que se<br />
parten el lomo trabajando. Es una muestra de hartazgos<br />
de aquellos a los que se les ha negado todo derecho<br />
de libertad, igualdad y justicia.<br />
Nuestra violencia<br />
es una respuesta lógica y legítima<br />
ante la brutalidad<br />
con la que intentan someter<strong>no</strong>s<br />
y destruir todo rastro<br />
de humanidad y libertad.<br />
10
Violencia, capuchas, anarquismo<br />
Javier Hernández Alpízar<br />
Es, más que inexacto, falsear los hechos, reducir<br />
la violencia en las manifestaciones recientes<br />
(del 1 de diciembre del 2012 al 2 de octubre de 2013,<br />
para poner dos fechas) a u<strong>no</strong>s cuantos infiltrados,<br />
manipulados o “acelerados” que terminan (contra<br />
su voluntad) siendo usados por el poder. Como dijera<br />
una de las editoras de Kaos en la Red (medio alternativo<br />
atacado cibernéticamente en las semanas<br />
recientes: ¿ven como las agresiones <strong>no</strong> son algo incidental<br />
ni local?): si reducimos la violencia a u<strong>no</strong>s<br />
infiltrados, estamos ocultando gran parte del fenóme<strong>no</strong>,<br />
es decir, que hay rabia en México, hartazgo<br />
en las filas populares, especialmente en u<strong>no</strong> de los<br />
sectores más agredidos: el juvenil.<br />
Reducir la violencia a u<strong>no</strong>s cuantos encapuchados<br />
es un monumento a la hipocresía. La hipocresía de<br />
denunciar la violencia de los encapuchados, pero<br />
callar la violencia estructural de un país que está sacrificando<br />
a su futuro: sus jóvenes, su infancia, sus<br />
mujeres. La hipocresía de denunciar las capuchas,<br />
pero apapachar a las sociedades anónimas que han<br />
vandalizado y destruido el país: su campo, su gente,<br />
su eco<strong>no</strong>mía, su historia. La hipocresía de criminalizar<br />
el anarquismo, pero aplaudir al franquismo en<br />
el poder: a los empresarios mexica<strong>no</strong>s socios comerciales<br />
de los empresarios franquistas, émulos locales<br />
de las políticas pi<strong>no</strong>chetistas, sumisos ante el fascismo<br />
made in USA.<br />
11<br />
¿Quién tiene la autoridad moral para criticar a los jóvenes<br />
encapuchados?: ¿La pseudoizquierda que los ha<br />
venido reprimiendo desde los años <strong>no</strong>venta, incluso<br />
en fechas altamente simbólicas como los 2 de octubre<br />
y el 10 de junio? ¿El panismo que bañó en sangre al<br />
país como ni siquiera el priismo lo había logrado hacer?<br />
¿El priismo que solamente tiene para los jóvenes:<br />
muerte violenta, represión, un empleo en el crimen,<br />
corrupción y una sociedad sin futuro? ¿Los medios de<br />
masas venales, quienes han mentido siempre a su auditorio<br />
e incluso jamás retratan el fe<strong>no</strong>tipo de la gente<br />
de este país? ¿Los bienpensantes que protestan con<br />
el permiso y la bendición del GDF represor, y luego<br />
de ver frustradas sus esperanzas, una vez tras otra se<br />
repliegan obedientemente a decir su jaculatoria: “estaríamos<br />
mejor con López Obrador”? ¿La izquierda<br />
domesticada, permitida o permisionada?<br />
Es verosímil que hay infiltrados de los gobier<strong>no</strong>s de<br />
EPN y del GDF-PRD en las marchas, enviados expresamente<br />
para generar imágenes de violencia y darle<br />
una coartada a la represión de Estado (federal y del<br />
DGF- PRD), pero también es i<strong>no</strong>cultable que algu<strong>no</strong>s<br />
jóvenes, hartos de ver cerrados todos los cami<strong>no</strong>s a un<br />
cambio verdadero y ver traicionado el deber de la sociedad<br />
de darles un espacio, un mañana, están usando<br />
la violencia para expresar su rabia.<br />
No son las violencias equivalentes ni simétricas:<br />
la una es la violencia del poder, amparada cobardemente<br />
en la impunidad institucional y sistémica,<br />
violencia coordinada entre el gobier<strong>no</strong> federal<br />
priista y el DGF perredista, con el aplauso del PAN<br />
y los medios de comunicación caceroleros; la otra,<br />
la juvenil, es la violencia de quienes responden a la<br />
cerrazón, en un país donde el poder ha taponado<br />
todas las salidas políticas, toda esperanza. No se trata<br />
de justificarla o <strong>no</strong>, de legitimarla o <strong>no</strong>, si<strong>no</strong> de<br />
entender por qué ocurre, para <strong>no</strong> legitimar la represión<br />
dividiendo las manifestaciones en “pacíficas” o<br />
“delictivas” y por ende “reprimibles”. Si <strong>no</strong> se entiende<br />
un problema, en lugar de respuestas y posibles<br />
soluciones, se apuntalará la violencia supuestamente<br />
“legítima” del opresor.<br />
Los jóvenes son recibidos a la vida adulta, escolar<br />
y laboral o, mejor dicho, a la negación de ellas, con<br />
una inscripción dantesca: “quien entre aquí abandone<br />
toda esperanza”. Pero cuando usan la fuerza<br />
y la violencia, ante un sistema cuyo recurso político<br />
hacia ellos ha sido precisamente el bi<strong>no</strong>mio:<br />
fuerza y la violencia, los acusan de “provocadores”,
“infiltrados” y “manipulados”. Suena más bien a fallida<br />
autoexculpación de una izquierda que debiera<br />
estarse cuestionando por haber llevado al poder a<br />
semejantes represores y haberlos equipado con programas<br />
como el Cero Tolerancia que trajo de Nueva<br />
York a México DF López Obrador, usando dinero<br />
público, vía Rudolph Guiliani.<br />
Elena Poniatowska pretendió contrastar a los jóvenes<br />
anarcos con los herma<strong>no</strong>s Flores Magón<br />
(pregoneros y partícipes de más de un alzamiento<br />
armado) y con Durruti (quien <strong>no</strong> solamente usaba<br />
armas, si<strong>no</strong> perpetraba asaltos como recurso político),<br />
con ello la plagiaria de libros de González<br />
de Alba solamente exhibió su ig<strong>no</strong>rancia e incongruencia.<br />
Es sintomático que el público que la sigue<br />
venerando tenga que hacer caso omiso de cada vez<br />
más plagios, pifias y dehonestidades literarias y políticas<br />
de la ahora crítica de jóvenes anarquistas.<br />
Afortunadamente, la gracia de los jóvenes anarquistas<br />
es que <strong>no</strong> pedirán permiso a las “personalidades”<br />
que se sienten herederas del 68, pero son<br />
ya mascotas del poder y de la derecha: los jóvenes<br />
defenderán su dignidad como ellos decidan, en<br />
un país con las puertas cerradas a la decencia y al<br />
cambio; abiertas solamente para los priismos que<br />
campean <strong>no</strong> solamente en el PRI, también en las izquierdas<br />
satélites del PRI y en el PAN, que mientras<br />
más se opone al PRI más se parece a él. Si Gómez<br />
Morín viviera, tendría que fundar un partido para<br />
oponerse al neofascismo panista.<br />
Ante el arrojo de los jóvenes anarquistas, lo que<br />
deberían sentir los viejos pseudoizquierdistas que<br />
pretenden regañarlos es vergüenza: pues fueron<br />
precisamente sus errores y complacencias parte de<br />
las causas que arruinaron este país, y es debido en<br />
buena medida a esa autocomplacencia, triunfalismo<br />
estéril y conformismo con cuanto ex priista les<br />
pusieron de candidato, que dejaron por herencia a<br />
los jóvenes un presupuesto para gases lacrimóge<strong>no</strong>s<br />
y balas: es el legado que izquierdas y derechas<br />
le brindan a los jóvenes; y aun tienen el cinismo de<br />
pretender juzgarlos.<br />
ha elegido el poder para controlar el conflicto social<br />
en el país. Parece haber una estrategia clara para<br />
sabotear todos los cami<strong>no</strong>s <strong>no</strong> violentos y llevar a<br />
los movimientos sociales al callejón de los golpes<br />
y corretizas: lo cuestionable es pensar que lo más<br />
inteligente sea ir a pretender confrontar al poder<br />
precisamente ahí a donde éste quiere enfrentar al<br />
movimiento social.<br />
Han surgido voces que <strong>no</strong> solamente reivindican la<br />
violencia como herramienta política radical si<strong>no</strong> que<br />
se burlan de los movimientos políticos <strong>no</strong> violentos:<br />
olvidan que, en el México moder<strong>no</strong>, esos movimientos<br />
<strong>no</strong> violentos son los que han incomodado al poder,<br />
que la violencia del poder es para aplastar <strong>no</strong> a u<strong>no</strong>s<br />
pocos anarquistas con molotovs (que en este momento<br />
<strong>no</strong> representan para el poder ningún desafío), si<strong>no</strong><br />
a una movilización social que una violencia inaudita<br />
<strong>no</strong> ha logrado frenar. La violencia del poder es una<br />
confesión de impotencia política, y por más radicales<br />
que pretendamos ser, <strong>no</strong> podemos negar que quienes<br />
han logrado representar una piedra en el zapato de<br />
ese poder son movimientos sociales esencialmente <strong>no</strong><br />
violentos.<br />
Usar la violencia <strong>no</strong> es sinónimo de ser más radical,<br />
ni más revolucionario, ni más fuerte, como usar la<br />
movilización <strong>no</strong> violenta <strong>no</strong> es sinónimo de tibieza o<br />
confusión política: pretender una ecuación: violencia=<br />
autenticidad política, es tan ingenuo y falto de<br />
visión como querer ocultar el hartazgo con el sambenito<br />
de “los infiltrados de EPN para desprestigiar al<br />
democrático GDF”. De ambos simplismos debemos<br />
precaver<strong>no</strong>s para <strong>no</strong> ocultar el fenóme<strong>no</strong> social: el<br />
hartazgo y la persistencia en buscar un cambio social<br />
en México. Después de todo, la violencia <strong>no</strong> es un<br />
medio o una herramienta neutra: siempre que se usa,<br />
genera asimetrías y poderes opresores, resultados<br />
nada antiautoritarios ni ácratas, c como puede verse.<br />
Por ello también la ecuación anarquismo= violencia<br />
es sumamente dudosa.<br />
Por otra parte, la violencia es un tema difícil de<br />
pensar: tabuada en parte, asimilada hipócritamente<br />
cuando proviene del poder, condenada solamente<br />
cuando es la respuesta airada de los oprimidos, vista<br />
con fascinación acrítica por algu<strong>no</strong>s. (¿Recuerdan<br />
el sarampión de simpatía por la película “Con<br />
v de vendetta” entre votantes fustrados de AMLO<br />
en 2006?) Sin embargo, parece ser el cami<strong>no</strong> que<br />
12
El precio de la violencia<br />
Brad Will<br />
Hace ya algún tiempo que resuenan los disturbios<br />
a lo largo del mundo, desde Grecia hasta México,<br />
desde Chile hasta Turquía… Disturbios que ha empezado<br />
a marcar un poco estos tiempos.<br />
En nuestro país se están originando movilizaciones<br />
masivas que tienen muchas exigencias pero tácitamente<br />
todas las luchas están exigiendo la posibilidad<br />
de vivir en paz; ya sean los maestros defendiendo sus<br />
derechos o las policías comunitarias defendiéndose<br />
del narco y del gobier<strong>no</strong>. Esto <strong>no</strong>s sitúa en el tema: La<br />
violencia.<br />
No es tan común ver encapuchados enfrentando a<br />
la policía, pero cuando es visible se condena con un<br />
rechazo increíble, pero parece que <strong>no</strong> se ve la violencia<br />
que ha sufrido el niño pequeño y flaco que en<br />
la calle <strong>no</strong>s está pidiendo una moneda para comer<br />
algo o el adulto mayor durmiendo entre periódicos<br />
en una esquina, parece que <strong>no</strong> es visible esa violencia<br />
que Foucault llamaba la violencia hacia “los excluidos”,<br />
hacia esos que se vuelven invisibles.<br />
¿Es acaso que esas imágenes <strong>no</strong> tienen firma visible y<br />
por eso las ig<strong>no</strong>ramos?<br />
Ahora es justo preguntar ¿Qué violencia <strong>no</strong>s preocupa?<br />
Nos enteramos que los “encapuchados”,<br />
esos que ahora el Gobier<strong>no</strong> acusa de ser<br />
infiltrados, halcones, provocadores y<br />
demás adjetivos para deslegitimar,<br />
han hecho despliegues de fuerza<br />
desde el 1ro de Diciembre hasta el 2<br />
de Octubre que acaba de pasar. Los<br />
que <strong>no</strong> los acusan de aje<strong>no</strong>s al movimiento<br />
los llaman radicales y violentos;<br />
por eso es que considero que hay<br />
varias preguntas sumadas a la anterior<br />
que son pertinentes:<br />
¿Es más violento romper un vidrio de un McDonals<br />
o la deforestación que esta empresa causa?<br />
Es simple acusar a alguien de que es violento cuando<br />
lo vemos (ya sea por las cámaras o en persona) pero<br />
cuando <strong>no</strong> somos testigos directos <strong>no</strong>s es simple <strong>no</strong>rmalizar<br />
lo que pasa todos los días y se va haciendo tan<br />
común y tan cotidia<strong>no</strong> que cuando alguien <strong>no</strong>mbra<br />
esa otra violencia que origina el malestar <strong>no</strong> es fácil<br />
entender de dónde viene.<br />
¿Es difícil ver la violencia que existe en la desigualdad<br />
social?<br />
13<br />
Cuando el Gobier<strong>no</strong> pasa otra reforma es algo tan<br />
violento que crea reacciones en la gente que indignada<br />
sale a la calle tratando de defenderse, cuando<br />
hay otro gasolinazo o el huevo sube es más<br />
violento que una bomba molotov, el fuego<br />
a fin de cuentas se extingue pero la<br />
pobreza crece.<br />
Hay un precio que pagan los manifestantes<br />
en las confrontaciones<br />
“violentas”: golpizas, acoso, fianzas,<br />
criminalización por parte de los<br />
medios y la opinión pública. ¿Pero y<br />
los que reprimieron en Atenco, en Acteal,<br />
a los maestros en Xalapa el 14 de<br />
septiembre de este año?<br />
¿Ellos estaban siendo “violentos” al defender sus<br />
derechos? ¿eran radicales que enfrentan a la policía<br />
provocándolos y por eso fueron reprimidos?<br />
La violencia del gobier<strong>no</strong> va más allá de los balazos,<br />
de los desaparecidos, de las mujeres violadas y<br />
con las que trafican, es más amplio que el ejercito<br />
atacando a las policías comunitarias, la violencia<br />
del gobier<strong>no</strong> la vemos en los comandos armados<br />
disfrazados de policías que cuales militares en<br />
zona de guerra circulan por la ciudad sin nadie<br />
que los frene cuando deciden ser prepotentes o
simplemente pasar sobre quien quieran ¿y cuál es<br />
precio que ellos pagan?<br />
¿Qué precio pagaron por el asesinato de Regina<br />
Martínez y otros periodistas asesinados?<br />
¿Qué precio pagan por su negligencia que ha<br />
ahogado a los pobres y devastado el país contaminando<br />
ríos y mares? ¿Qué precio pagan por<br />
esa violencia silenciosa?<br />
La violencia del gobier<strong>no</strong> se hace presente cuando<br />
ya <strong>no</strong> alcanza el dinero para comprar más comida y<br />
alguien en la casa sacrifica su bocado para que los<br />
niños coman, se ve cuando después de años de trabajar<br />
la pensión es una miseria y hay más deudas que<br />
algo que dejar los hijos; esa violencia se ve cuando<br />
los diputados, los senadores, gobernadores y el resto<br />
de la clase política puede vivir lujos interminables e<br />
innecesarios a expensas de esos que viven en casa de<br />
lamina de cartón, que pasan frío, hambre y desesperación<br />
en un país dónde es más importante el futbol<br />
que la educación básica.<br />
La violencia la viven los maestros rurales que todos<br />
los días caminan kilómetros para llegar a una escuela<br />
en condiciones infrahumanas para dar una clase en<br />
otro idioma a niños que <strong>no</strong> sueñan con un Mercedes<br />
Benz, que sueñan con comer bien y tener una casa con<br />
piso que <strong>no</strong> sea de tierra.<br />
Pero eso sí, romper vidrios y pintar una pared con<br />
un grito de desesperación es violencia sin sentido.<br />
No es que los encapuchados y los violentos sean<br />
consecuencia y síntoma de un mal gobier<strong>no</strong>.<br />
¿No será que la desigualdad social sea más violenta<br />
que cualquier protesta?<br />
Deleuze decía: “No hay lugar para el temor<br />
ni para la esperanza, sólo cabe buscar nuevas<br />
armas”, armas convertidas en rutas de lucha,<br />
en nuevas formas de organizarse y pelear desde<br />
más trincheras, sabiendo que las armas del<br />
pueblo <strong>no</strong> son rifles, si<strong>no</strong> indignación ante<br />
los atropellos y el e<strong>no</strong>jo que deja tener poco<br />
o casi nada en el estómago.<br />
14
Analizar y replantear las maneras en las que se expresa el discurso anarquista<br />
Aníbal Khan<br />
“Mientras exista una clase inferior, perteneceré a ella.<br />
Mientras haya un elemento criminal, estaré hecho de él.<br />
Mientras permanezca un alma en prisión, <strong>no</strong> seré libre.”<br />
Mijail Bakunin<br />
La palabra “Anarquismo” evoca significados y<br />
sentimientos distintos para todo quien la escuche,<br />
quienes <strong>no</strong> simpatizan con ella la escuchan con<br />
repugnancia, miedo o desdén; mientras quienes se<br />
identifican o reivindican como anarquistas la utilizan<br />
como eje sobre el cual partir a la traza de sus<br />
cami<strong>no</strong>s. Mas este de ninguna forma es un grupo<br />
medianamente homogéneo, <strong>no</strong> es un meta-relato<br />
como el nacionalismo o el marxismo-leninismo; por<br />
el contrario, busca acabar con la idea moderna de<br />
“la vía única”, y encuentra una de sus fortalezas en<br />
la imposibilidad de delimitar y ordenar a sus adherentes.<br />
El rechazo a la verticalidad impuesta por las instituciones<br />
cívicas, políticas y religiosas, es la línea<br />
que separa a los anarquistas de otras corrientes de<br />
pensamiento y actuar, mas deja un margen inmensamente<br />
amplio y abstracto de cómo son o pueden<br />
ser sus adherentes; por lo mismo un gran abanico<br />
de posibilidades de lucha surge en su se<strong>no</strong>. En ocasiones<br />
ellas pueden <strong>no</strong> ser afines e incluso chocar, y<br />
aunque poseo una opinión clara al respecto, el propósito<br />
de este texto <strong>no</strong> es dirigirme a una de ellas<br />
o incluso conciliarlas (conciliación que considero<br />
necesaria), si<strong>no</strong> hablarles sobre una cuestión que<br />
<strong>no</strong>s atañe a todos: la de la difusión y crecimiento de<br />
nuestras ideas.<br />
El meollo del asunto <strong>no</strong> lo veo en la disyuntiva de<br />
elección entre estrategias y tácticas de difusión, ya<br />
que independientemente del método utilizado, es el<br />
lenguaje y discurso con el cual se rellena lo que me<br />
preocupa; pues veo como afecta directamente a la<br />
recepción de nuestros mensajes. Toda corriente de<br />
pensamiento o vertiente de ideas afronta la realidad<br />
de la temporalidad, la permanencia de las ideas<br />
dentro del imaginario social depende de diversas<br />
circunstancias, y se ve afectada de manera fulminante<br />
por su capacidad para replicarse y esparcirse<br />
entre grupos huma<strong>no</strong>s.<br />
Miro con extrañeza y desconfianza a quienes aseguran<br />
que los números son irrelevantes, dicen que<br />
igual da si somos cien o somos mil, siempre y cuando<br />
seamos congruentes con nuestras ideas y las<br />
llevemos a la práctica, mientras tengamos calidad,<br />
<strong>no</strong> importa la cantidad. Francamente la visión que<br />
enuncié me preocupa, por supuesto que la cantidad<br />
es importante, ella <strong>no</strong>s brinda mayores posibilidades<br />
en cuanto los proyectos que podemos realizar,<br />
<strong>no</strong> podemos construir algo nuevo con un puñado de<br />
soñadores si nadamos en un mar tan inmenso como<br />
es la vida en sociedad, y luchamos contra el leviatán<br />
todos los días.<br />
Debe de estar claro, nuestra lucha <strong>no</strong> es en pro de<br />
los anarquistas, debe ser a favor de quienes <strong>no</strong> lo<br />
son. Quienes se identifican como anarquistas ya<br />
co<strong>no</strong>cen a sus enemigos, saben desde dónde vienen<br />
sus ofensivas, y están urdiendo en su trinchera<br />
un plan de defensa o ataque (sean por cuales vías<br />
fueren), pero quienes <strong>no</strong> son anarquistas, quienes<br />
ig<strong>no</strong>ran por completo la existencia del mismo son<br />
los que se encuentran desprotegidos ante las arremetidas<br />
estatales, y son ellos por quienes debemos<br />
actuar, ayudándoles a prepararse, señalándoles incluso<br />
que existe la posibilidad de actuar.<br />
No debemos ser jueces tan severos con las personas,<br />
si la mayoría <strong>no</strong> acogen el anarquismo es en gran parte<br />
porque <strong>no</strong> lo co<strong>no</strong>cen, porque ningún anarquista<br />
les ha hablado de mismo, simplemente veamos la gran<br />
censura institucional y mediática que existe en tor<strong>no</strong> a<br />
esta ideología y si reflexionamos puede que hasta <strong>no</strong>s<br />
sorprendamos que ante tanta omisión <strong>no</strong>sotros mismos<br />
hubiésemos llegado a donde hemos arribado.<br />
15
Para poder establecer canales de comunicación es<br />
necesario reflexionar sobre los lenguajes que las partes<br />
poseen, es de suma importancia percatar<strong>no</strong>s de<br />
que a pesar de poseer los mismos idiomas, <strong>no</strong>sotros<br />
<strong>no</strong>s encontramos inmersos en un discurso y en un<br />
contexto los cuales diferencian por completo nuestra<br />
percepción de la realidad de quienes se encuentran<br />
aje<strong>no</strong>s a dicho discurso. Esto <strong>no</strong> sólo implica que<br />
expliquemos a nuestro entor<strong>no</strong> de distinta manera,<br />
si<strong>no</strong> que otorgamos significados distintos a las palabras<br />
e ideas, además de utilizar conceptos que son<br />
aje<strong>no</strong>s al grueso de la población.<br />
Una “pinta” que diga “Fuego al Capital” ¿qué objetivo<br />
logra? Un anarquista que la vea sonreirá sabiendo que<br />
compañeros de lucha están activos, pero un individuo<br />
común probablemente ni se fije en ella, tomándola<br />
como una rayón sin sentido; y en efecto lo es para él,<br />
puesto que carece del marco teórico para interpretarla,<br />
si lo intenta seguramente estará confundido pues<br />
<strong>no</strong> sabrá a qué capital refiere, si a la ciudad de México,<br />
a Xalapa, Morelia etc. De la misma manera, “muerte<br />
al estado”, “fuego a las cárceles”, “viva la anarquía” son<br />
ideas cargadas de significado para los inmersos en el<br />
discurso, pero frases abstractas y crípticas para quienes<br />
se encuentran fuera.<br />
Estamos tan acostumbrados a ellos y a lo que significan<br />
para <strong>no</strong>sotros que utilizamos indiscriminada y<br />
reiteradamente conceptos como: capitalismo, estado,<br />
anarquismo, proletariado, “el sistema”, “anti-carcelario”,<br />
y los empleamos en nuestras conversaciones,<br />
escritos, discursos, panfletos, pero olvidamos que<br />
son conceptos que poseen una carga de significado<br />
profunda, la cual <strong>no</strong>sotros co<strong>no</strong>cemos (o al me<strong>no</strong>s<br />
interpretamos) pero que le es ajena a un gran número<br />
de personas, por lo cual nuestros “diálogos” con<br />
ellas se convierten en u<strong>no</strong> de sordos. Cuando una<br />
persona eche una ojeado a un volante cargado de estos<br />
conceptos, su mente simplemente <strong>no</strong> procesará<br />
la información allí contenida; ¿qué logró el volante?<br />
Desperdiciar papel.<br />
Si <strong>no</strong> hemos reflexionado acerca de lo anterior, entonces<br />
<strong>no</strong>s hace falta analizar más nuestras acciones,<br />
pero <strong>no</strong> desde nuestra perspectiva, si<strong>no</strong> la del individuo<br />
común. Es a través de situar<strong>no</strong>s dentro del<br />
contexto aje<strong>no</strong> e intentar comprender los factores<br />
que conforman a dicho contexto, así como el marco<br />
interpretativo que posee, como podemos vislumbrar<br />
la efectividad y consecuencias de nuestros mensajes.<br />
Una vez identificadas las barreras para el diálogo<br />
debemos proceder a replantear el discurso que emitamos,<br />
para poder darle la vuelta a esos obstáculos;<br />
logrando así la transmisión de nuestras ideas además<br />
de generar reflexión y duda en las personas.<br />
Esto es necesario porque el fin de nuestras acciones<br />
<strong>no</strong> debe ser la masturbación, ni que estas se remitan a<br />
dar<strong>no</strong>s palmaditas en los hombros, si<strong>no</strong> a repudiar al<br />
opresor, y para ello necesitamos ser más. No se trata<br />
de crear organizaciones de masa y me<strong>no</strong>s de adoctrinar<br />
a las personas, simplemente a ayudarles a concebir<br />
un pa<strong>no</strong>rama más claro de su situación, y facilitarles<br />
ciertos ejes de reflexión, para que ellas decidan si organizarse,<br />
cómo hacerlo y para qué.<br />
No sólo es por falta de contextualización de conceptos<br />
que nuestro mensaje se pierde o tergiversa, pensemos<br />
por un momento en los diversos discursos que<br />
existen dentro del macro-discurso anarquista, ideas<br />
de que el caos es lo mejor, o que la violencia es bella, o<br />
que somos salvajes etc son comunes; de nuevo quiero<br />
señalar, lo importante aquí <strong>no</strong> es quién lo es o <strong>no</strong>, o si<br />
la violencia es una obra de arte o un crimen, el punto<br />
es que las personas comunes se asustan ante tales expresiones,<br />
se desconciertan y <strong>no</strong> reflexionan acerca de<br />
ello, en parte porque tales expresiones la mayoría de<br />
las veces son enunciadas sin una explicación, y para<br />
aquel que ha crecido dentro del sistema de valores del<br />
estado occidental mucho de lo que reivindicamos es<br />
negativo, por ende existe un rechazo casi inmediato<br />
a ello.<br />
No estoy sugiriendo que cambiemos nuestra manera<br />
de pensar o concebir<strong>no</strong>s, meramente me limito<br />
a señalar lo evidente. Nosotros podemos tener la<br />
visión que queramos, pero debemos ser cuidadosos<br />
al llevarla a las personas, queremos mostrarles una<br />
alternativa funcional de organización horizontal<br />
sin jerarquías, <strong>no</strong> ahuyentarlas y provocar que se<br />
vuelvan contra <strong>no</strong>sotros. Hay compañeros que pueden<br />
señalar que el anarquista <strong>no</strong> está para agradar<br />
y caerle bien a las personas, por lo que u<strong>no</strong> debe<br />
ser como es y <strong>no</strong> cambiar por los demás. Considero<br />
que debemos dejar atrás posturas adolecentes y<br />
fijarse en el efecto que nuestras palabras y acciones<br />
causan.<br />
Una vez que se le haya enseñado a alguien porqué<br />
supuestamente hay que ser “hermosamente violentos”,<br />
entonces se le puede decir con libertad, pero si<br />
se hace antes, lo único que se obtendrá será el rechazo<br />
mayoritario y que se cierren antes de escuchar<br />
nuestros argumentos. Una lástima, pues considero al<br />
argumento anarquista tan sólido, que la mayoría lo<br />
abrazarían si lo co<strong>no</strong>ciesen o se les explicase a fondo.<br />
16
Es por lo anterior que recalco la importancia de repensar<br />
nuestros diálogos y escritos, puede que para<br />
<strong>no</strong>sotros sea tedioso porque al poseer ya los co<strong>no</strong>cimientos<br />
básicos buscamos debates específicos, más<br />
una cosa <strong>no</strong> quita a la otra; debemos recordar que<br />
nuestras acciones deben ser por los <strong>no</strong>-anarquistas,<br />
por los que <strong>no</strong> han recibido o <strong>no</strong> han sabido desentrañar<br />
nuestro mensaje. De tal forma que aunque<br />
tarde más o se ocupe un poco más de tinta, debemos<br />
explicar paso a paso, mostrar las <strong>no</strong>ciones básicas,<br />
señalar cami<strong>no</strong>s de reflexión, sembrar la semilla de<br />
la duda;.Nos molestamos por la falta de frutos pero<br />
hemos olvidado el cuidado de las semillas e incluso<br />
el colocar las propias semillas.<br />
Es con la gente que seremos fuertes, podemos apartar<strong>no</strong>s<br />
del estado y construir nuestra sociedad, pero<br />
eso <strong>no</strong> va a desaparecer al estado ni a la opresión,<br />
debemos mostrarle a las grandes sociedades que las<br />
jerarquías <strong>no</strong> son necesarias, y que ciertamente <strong>no</strong> tenemos<br />
las respuestas dadas ni el cami<strong>no</strong> trazado; pero<br />
que ambas se van construyendo de manera conjunta<br />
mientras avanzamos en su búsqueda.<br />
Es por ello que los invito a que la próxima vez que<br />
vayamos a rayar una pared <strong>no</strong> escribamos “quema la<br />
cárcel” tenemos la creatividad para colocar algo me<strong>no</strong>s<br />
abstracto y más reflexivo; que la siguiente vez que<br />
hagamos un escrito <strong>no</strong> digamos que somos los ácratas<br />
obscuros, salvajes y violentos, porque eso sólo lo van a<br />
entender nuestros amigos que ya son ácratas obscuros<br />
y salvajes, escribamos mejor algo que haga a la gente<br />
dudar, cuestionarse y rebelarse o que les ayude a comprender<br />
mejor el mar en el que se están ahogando,<br />
y debemos evitar ese elitismo intelectual de algu<strong>no</strong>s<br />
anarquistas que se olvidan que en algún momento de<br />
sus vidas <strong>no</strong> lo fueron; pero que todos podemos llegar<br />
a ello, algu<strong>no</strong>s solamente requieren un empujón más<br />
grande que otros; ya que el anarquismo es orden, el<br />
orden natural de la vida.<br />
Debe de estar claro, nuestra lucha <strong>no</strong><br />
es en pro de los anarquistas,<br />
debe ser a favor de quienes<br />
<strong>no</strong> lo son.<br />
Quienes se identifican como<br />
anarquistas ya co<strong>no</strong>cen a sus<br />
enemigos,<br />
saben desde dónde vienen<br />
sus ofensivas,<br />
y están urdiendo en su<br />
trinchera un plan de defensa<br />
o ataque (sean por cuales vías<br />
fueren).<br />
17
Francisco José Cuevas Noa<br />
La propuesta sociopolítica de la pedagogía (fragmento)<br />
En el otro polo del paradigma anarquista de la<br />
educación <strong>no</strong>s encontramos con las teorías que<br />
defienden que la educación debe tener una fuerte<br />
orientación social. Estos planteamientos <strong>no</strong><br />
entienden la libertad individual al margen o en<br />
contraposición a la libertad social, la libertad <strong>no</strong><br />
es una característica natural, si<strong>no</strong> social (Bakunin),<br />
y por tanto, la libertad se convierte en un<br />
fin, <strong>no</strong> en el medio. “Si la libertad es conquistada<br />
y construida socialmente, la educación <strong>no</strong> puedeentonces<br />
partir de ella, si<strong>no</strong> que puede llegar<br />
a ella. Metodológicamente, la libertad deja de ser<br />
un principio, lo que aparta a esta línea de las pedagogías<br />
<strong>no</strong> directivas”.<br />
En este polo, el carácter político de la educación<br />
se acentúa, pues se entiende que <strong>no</strong> existe ninguna<br />
educación neutral, ya que todas se basan en una idea<br />
del ser huma<strong>no</strong> y en una concepción de la sociedad,<br />
y por tanto, el/la educador/a debe definirse por un<br />
modelo de ser huma<strong>no</strong> y de sociedad. La educación<br />
anarquista, para estas tendencias, debe educar para el<br />
compromiso moral y político de transformación de<br />
la sociedad, <strong>no</strong> debe ni puede renunciar a transmitir<br />
ideología (<strong>no</strong> a dogmatizar), porque de lo contrario la<br />
sociedad capitalista inculcará la suya propia sobre los<br />
educandos. En este sentido, dentro de este polo encontramos<br />
diversos planteamientos, desde los que van<br />
a limitarse a proponer un corpus fundamental de enseñanzas<br />
científicas y racionales que faculten para una<br />
toma de posición en la sociedad (la enseñanza racionalista)<br />
hasta aquellos que proponen una pedagogía<br />
de la confrontación que eduque a luchadores sociales<br />
contra el Estado y el Capital.<br />
En esta tendencia encontramos diversas teorías.<br />
La teoría de la educación de Bakunin<br />
El pensador ruso, figura clave en la elaboración<br />
de los planteamientos más influyentes en el se<strong>no</strong> del<br />
anarquismo, desarrolló también su propia teoría de la<br />
educación. Para entender esta teoría, es preciso co<strong>no</strong>cer<br />
el punto de partida materialista de Bakunin, que<br />
ataca ferozmente los conceptos teológicos del libre albedrío<br />
y la providencia divina, entendiéndolos como<br />
responsables de la alienación de la libertad humana.<br />
El individuo <strong>no</strong> es libre por naturaleza, si<strong>no</strong> que alcanza<br />
la libertad combatiendo, mediante su voluntad,<br />
y en compañía de otros individuos.<br />
La libertad, por tanto, lejos de ser un don divi<strong>no</strong> o<br />
una facultad innata (Rousseau) es un acto volitivo,<br />
una conquista social. Bakunin entiende que el papel<br />
de la educación para conseguir la revolución es<br />
muy importante, porque las grandes transformaciones<br />
sociopolíticas sólo se logran y mantienen si están<br />
precedidas y sostenidas por un movimiento de ideas<br />
compartidas15. La instrucción del pueblo, pues, está<br />
estrechamente vinculada con su emancipación social<br />
y política. Pero la instrucción, para Bakunin, <strong>no</strong> debe<br />
confundirse con el amaestramiento del pueblo: “Nosotros<br />
<strong>no</strong> somos los preceptores, si<strong>no</strong> los precursores<br />
del pueblo. La educación debe consistir en ayuda directa<br />
para despertar toda la energía revolucionaria de<br />
la que cada u<strong>no</strong> es capaz”.<br />
Como método pedagógico Bakunin propone un<br />
continuum que va desde la autoridad a la completa<br />
libertad. Entiende que los niños deben educarse partiendo<br />
del principio de autoridad, puesto que estos <strong>no</strong><br />
tienen aún desarrollada su inteligencia. La autoridad<br />
se entiende aquí como una tutela verdaderamente<br />
humana y basada en la razón, <strong>no</strong> en principios metafísicos,<br />
teológicos y jurídicos. Pero la autoridad debe<br />
disminuir gradualmente a medida que avanza la educación<br />
y se va consiguiendo una creciente libertad.<br />
Bakunin afirma que “toda educación racional <strong>no</strong> es<br />
en el fondo más que la inmolación progresiva de la<br />
autoridad en beneficio de la libertad”. La única función<br />
de esa autoridad es preparar a los niños para la<br />
máxima libertad. La visión dialéctica del pensador<br />
ruso entiende el desarrollo de la educación como una<br />
negación gradual del punto de partida, para superarlo<br />
18
en una nueva síntesis final: la libertad absoluta aboliendo<br />
el principio de autoridad. Por eso propone educar<br />
una voluntad firme en el niño, que eduque en el<br />
autocontrol, en contra de otros métodos pedagógicos<br />
tolerantes que se basan en satisfacer continuamente<br />
los deseos y caprichos de la infancia.<br />
En cuanto a la educación para personas adultas,<br />
Bakunin ve contraproducente utilizar el principio de<br />
autoridad, pues es la fuente de la esclavitud. Propone,<br />
pues, establecer escuelas para el pueblo, al estilo de<br />
academias populares, en las que <strong>no</strong> se sabrá quiénes<br />
son los alum<strong>no</strong>s o los profesores, puesto que todos<br />
podrán aportar su experiencia y sus co<strong>no</strong>cimientos en<br />
“una especie de fraternidad intelectual entre la juventud<br />
instruida y el pueblo”.<br />
- Los planteamientos educativos de Ferrer i Guardia<br />
Aunque Ferrer i Guardia es co<strong>no</strong>cido sobre todo<br />
por la experiencia de la Escuela Moderna, <strong>no</strong>s centraremos<br />
aquí en su particular<br />
teoría de la educación.<br />
Las ideas pedagógicas de Ferrer<br />
tienen una vital importancia<br />
<strong>no</strong> sólo porque fueron<br />
las que fundamentalmente<br />
orientaron la labor educativa<br />
de la Escuela Moderna, si<strong>no</strong><br />
sobre todo porque pusieron<br />
la columna vertebral de esa<br />
corriente educativa llamada<br />
enseñanza racionalista que<br />
se expandió, a partir de su<br />
muerte, por todo el mundo. Y<br />
en cuanto a la relevancia de la<br />
figura de Ferrer en el marco<br />
español, el profesor Pere Solá<br />
afirma que “Ferrer aparece como una de las pocas,<br />
quizá la única, alternativas teóricas globales dadas<br />
en materia de política educativa por la izquierda revolucionaria<br />
en este país”.<br />
Las influencias ideológicas que Ferrer recibe son<br />
las del anarquismo, el positivismo y el librepensamiento<br />
laicista de la nueva modernidad de fines del<br />
siglo XIX y principios del XX, en el que pesa decididamente<br />
su pertenencia a la masonería. En el pla<strong>no</strong><br />
pedagógico influyen ampliamente las ideas de educación<br />
integral que Paul Robin ensayó en Cempuis,<br />
y los planteamientos educativos de autores como<br />
Rousseau, Tolstoi y Sebastián Faure.<br />
19<br />
La primera reflexión que hace Ferrer i Guardia<br />
acerca de la educación es que ésta es un problema<br />
político. Los modelos pedagógicos del momento<br />
(enseñanza laica estatal al estilo francés y enseñanza<br />
religiosa) <strong>no</strong> le satisfacen porque obedecen a los<br />
intereses del Estado y del clero. La preocupación reciente<br />
de los gobier<strong>no</strong>s por extender la enseñanza a<br />
las capas populares se debe realmente a la necesidad<br />
de ma<strong>no</strong> de obra cualificada para que las empresas<br />
puedan mejorar la producción. Así, la escuela estatal<br />
es realmente un medio de dominación burguesa<br />
para controlar la mentalidad de la clase obrera, y la<br />
escuela confesional un modo de seguir inculcando<br />
las supersticiones religiosas para evitar la liberación<br />
del pueblo.<br />
De este modo, para evitar esta manipulación<br />
política es necesario basar la educación sobre la<br />
ciencia positiva, que es lo que él llama enseñanza<br />
científica y racional. La ciencia debe estar al servicio<br />
de la razón natural (o “necesidades naturales<br />
de la vida”) y <strong>no</strong> de la razón<br />
artificial de la burguesía. Por<br />
eso el principal cometido de<br />
la escuela debe ser el de que<br />
el niño co<strong>no</strong>zca el origen de<br />
la desigualdad económica, la<br />
falsedad de las religiones a la<br />
luz de la ciencia, el error del<br />
patriotismo y el militarismo<br />
y la esclavitud que supone la<br />
sumisión a la autoridad. El<br />
ideario pedagógico de Ferrer<br />
se decanta claramente por<br />
el papel de creación de conciencia<br />
sociopolítica de la escuela,<br />
aunque como sostiene<br />
acertadamente B. Delgado en<br />
su obra sobre la Escuela Moderna, Ferrer i Guardia<br />
hacía “pública confesión de que había que respetar<br />
la inteligencia y la libertad del niño declarando que<br />
el buen maestro era capaz de prescindir de sus propias<br />
ideas de adulto”.<br />
Ferrer se decanta en sus escritos por el naturalismo<br />
pedagógico o educación natural, pero la<br />
aparente contradicción que señala Delgado con su<br />
acusada orientación política (que queda patente en<br />
textos escolares y consejos dados a los profesores de<br />
la Escuela Moderna) se resuelve teniendo en cuenta<br />
la diferencia del naturalismo pedagógico de nuestro<br />
autor con el resto por su marcada dimensión social.<br />
Se trata, pues, de dejar que la naturaleza opere en el<br />
niño, que se desarrolle libremente sin represiones,
pero con el objetivo último de que este respeto por<br />
la evolución del niño lleve a formar personas que se<br />
comprometan con la revolución social.<br />
En el programa de la enseñanza racionalista también<br />
juega un papel importante la coeducación de sexos<br />
y de clases. Consciente de la<br />
tremenda opresión de la mujer<br />
en su época y cerca<strong>no</strong> a las demandas<br />
del incipiente feminismo<br />
en Europa, Ferrer entiende<br />
que la educación mixta de chicos<br />
y chicas en la escuela alternativa<br />
promoverá la igualdad futura.<br />
Por otro lado, la coeducación de<br />
clases hace referencia al intento<br />
de anticipación de la sociedad<br />
futura en la que todos los seres<br />
huma<strong>no</strong>s serán iguales, puesto<br />
que las escuelas privadas que<br />
educan a los niños ricos enseñan<br />
la conservación del privilegio, y<br />
las escuelas para niños pobres<br />
enseñan en el odio y la lucha de<br />
clases. Así, que nuestro pedagogo recomienda la coeducación<br />
de ricos y pobres porque los niños, en la<br />
infancia, deben aprender simplemente a ser hombres,<br />
para después cuando lo sean se declaren en rebeldía.<br />
Se trata de <strong>no</strong> anticipar amores ni odios, adhesiones<br />
ni rebeldías, que son deberes y sentimientos propios<br />
de los adultos.<br />
Otro rasgo de esta teoría de la educación es el valor<br />
que tiene el individuo, el niño concreto, en la educación.<br />
Es decir, para la enseñanza racionalista, al igual<br />
que para todo el movimiento de Escuela Nueva de<br />
esta época, el paidocentrismo está en boga. La educación<br />
de los niños debe servir a la satisfacción de<br />
sus necesidades físicas, intelectuales y morales, y <strong>no</strong><br />
imponerle ideas que sirvan para el mantenimiento<br />
del orden social. Por ello, los premios y los castigos<br />
pierden sentido en la escuela racionalista, y el juego<br />
cobra relevancia en el proceso educativo (y el trabajo<br />
manual), juego que por prolongación natural se convertirá<br />
más tarde en trabajo <strong>no</strong> alienado.<br />
Algu<strong>no</strong>s autores han criticado a Ferrer i Guardia<br />
que su ideario pedagógico fue incoherente con la<br />
práctica real de la Escuela Moderna, fundamentalmente<br />
en lo referido al adoctrinamiento ideológico<br />
revolucionario que, efectivamente, parecía darse.<br />
Pero es importante saber situar esta teoría en un<br />
contexto en el que la enseñanza racionalista se convertía<br />
en bandera de revolucionarios y anarquistas, y<br />
que por tanto, el respeto absoluto a la independencia<br />
del niño era un objetivo que <strong>no</strong> se veía incompatible<br />
con la formación de futuros rebeldes.<br />
institución escolar.<br />
- La teoría de la desescolarización<br />
A partir de la década de 1960<br />
surgen con fuerza en el se<strong>no</strong> de<br />
las ciencias de la educación corrientes<br />
críticas con la escuela<br />
que van a señalar su complicidad<br />
con los intereses y valores<br />
de la sociedad capitalista, y<br />
su función de adiestramiento<br />
y reproducción cultural de las<br />
relaciones desiguales en la sociedad.<br />
Desde planteamientos<br />
marxistas, surge la teoría de la<br />
reproducción, dentro de la cual<br />
algu<strong>no</strong>s autores se posicionan<br />
pidiendo la eliminación de la<br />
Desde algunas posturas anarquistas también se ha<br />
pedido la muerte de la escuela o desescolarización. En<br />
esta línea encontramos autores como Paul Goodman,<br />
Everett Reimer, Iván Illich, los daneses Andersen,<br />
Hansen y Jansen (autores del Libro rojo de la escuela),<br />
Fachinelli, Murat, etc.<br />
Los planteamientos fundamentales de esta teoría<br />
los describe el pedagogo Iván Illich en su obra La<br />
sociedad desescolarizada. El escritor parte de la crítica<br />
de las instituciones por que, bajo la apariencia<br />
de cubrir necesidades básicas, están dando el paso<br />
real de la asistencia a la dependencia, y por tanto, a<br />
la custodia y el control. La escuela acaba separando<br />
a las personas de su propia capacidad de aprendizaje<br />
para que finalmente dependan de la autoridad de<br />
las instituciones y de los expertos, de la tec<strong>no</strong>cracia.<br />
Las instituciones, que fueron creadas para estar<br />
al servicio de la humanidad, acaban siendo medios<br />
que escapan a su control, poniendo al ser huma<strong>no</strong> a<br />
su servicio. Esto es lo que llama Illich la contraproductividad<br />
específica de las instituciones, a la que<br />
se ha llegado por efecto del modelo industrial de la<br />
sociedad actual. Los presupuestos nacionales de enseñanza<br />
van creciendo cada vez más, sin embargo<br />
cada vez son me<strong>no</strong>s las capas sociales que se benefician<br />
de esta inversión; es decir, los privilegiados van<br />
a la escuela durante más tiempo y consumen más<br />
20
dinero, puesto que los últimos escalones educativos<br />
(universidad) son los más costosos. Al final se acaban<br />
perpetuando las situaciones de injusticia social<br />
y económica gracias a las escuelas.<br />
por el derroche económico y su ineficiencia que<br />
por el daño producido a la infancia y la reproducción<br />
del individualismo capitalista.<br />
Por tanto, los teóricos de la desescolarización proponen<br />
invertir las instituciones, poniendo al servicio<br />
de la gente la tec<strong>no</strong>logía y los recursos. Así, la escuela<br />
debe ser reemplazada por unidades descentralizadas<br />
que estimulen la convivialidad (la convivencia y la<br />
jovialidad), que <strong>no</strong> tengan un carácter obligatorio y<br />
que posean sobre todo una utilidad pública, que en<br />
este caso se caracterice por garantizar la información<br />
y los aprendizajes útiles para la vida. Se trataría de<br />
lonjas de habilidades o “servicios de intercambio de<br />
co<strong>no</strong>cimientos, de depósitos descentralizados de recursos,<br />
de un servicio de educadores profesionales y<br />
de búsqueda de compañero que facilite el encuentro<br />
entre iguales”.<br />
Por ejemplo, podría darse un centro de información,<br />
una especie de biblioteca, en el que se pudiese acceder<br />
a libros, equipos informáticos, etc. y recabar información<br />
sobre visitas a centros industriales, acceso<br />
a actividades comunitarias, ofertas de aprendizajes de<br />
oficios, etc. Así, se produciría una desescolarización<br />
del aprendizaje formal y se revalorizaría la educación<br />
informal y la capacidad autodidáctica de los educandos.<br />
La manera de igualar las oportunidades educativas<br />
sería mediante cuentas educativas personales<br />
repartidas equitativamente, de manera que cada u<strong>no</strong><br />
pueda emplearla en el servicio educativo que más le<br />
interese.<br />
Para Illich y Reimer esta propuesta de desescolarización<br />
<strong>no</strong> cambiará por sí sola las estructuras<br />
sociales, debe ir acompañada de una situación de<br />
cambios sociales profundos. Pero sí recomiendan<br />
<strong>no</strong> minusvalorar la educación, teniendo en cuenta<br />
que ésta <strong>no</strong> debe confundirse con la escolarización,<br />
y que una alternativa como la que ellos proponen<br />
atacaría al eslabón más sensible del sistema.<br />
Otro autor de la teoría de la desescolarización,<br />
Paul Goodman, aún hablando de la muerte de la<br />
escuela, la complementa más marcadamente con<br />
el aspecto comunitario y <strong>no</strong> se muestra tan radical<br />
como Illich en cuanto a la desescolarización,<br />
proponiendo conservar la escuela para algu<strong>no</strong>s<br />
niveles de edad y circunstancias. Algu<strong>no</strong>s autores<br />
califican la teoría de la educación de Goodman<br />
de “historicista”, diferenciándola de las teorías<br />
tecnicistas o eficientistas de Illich, Reimer y Mac<br />
Luhan, más interesadas en denunciar la escuela<br />
21
Literatura<br />
23
No tengo patria, señores<br />
Nicole Nilechuga Nirába<strong>no</strong><br />
No tengo patria, señores. No tengo nacionalidad ni lugar de origen. Vago por el mundo<br />
sintiéndome una extranjera, incluso con aquellos que hablan como yo. Todos se me<br />
hacen aje<strong>no</strong>s, diferentes. No puedo situarme en un espacio-tiempo compartido con<br />
el resto. Ser un souvenir, ser un concepto-objeto que marca una diferencia en esa serie de<br />
individuos que habitan un espacio-tiempo igual al mío.<br />
El problema, señores, es que todos <strong>no</strong>s creemos diferentes, sin códigos de barras, porque<br />
confiamos que un número <strong>no</strong> <strong>no</strong>s marca o que hacemos algo diferente y extraordinario.<br />
Viajar, ser artista, creerse intelectual, creerse letrado o creerse con opinión <strong>no</strong> <strong>no</strong>s hace diferentes,<br />
si<strong>no</strong> iguales. Son los-que-se-creen-algo. Los que yo-<strong>no</strong>-soy-igual-al-resto. A veces<br />
me siento más ajena a ellos, más lejana, y me asquea mirarlos, sentirlos cerca, incluso hablar<br />
con ellos.<br />
No tengo patria ni nacionalidad, señores. No tengo conexión con ellos más que una lengua.<br />
Y esa lengua <strong>no</strong> basta para sentirme junto a ellos. Porque con aquellos que sí me u<strong>no</strong>, me u<strong>no</strong><br />
desde el corazón, porque desde allí escribimos nuestro cami<strong>no</strong> compartido, nuestro dolor y<br />
nuestra lucha. Nuestro amor por un pueblo olvidado que puede ser el de aquí, del Desierto<br />
de Atacama, Oruro, Leticia, Cochabamba, o el de la Patagonia. Los que bailen una saya, un<br />
corrido, o una cumbia, pero que la gozan y la luchan. Los que <strong>no</strong> se mienten, los que <strong>no</strong> se<br />
traicionan a sí mismos. Mis compañeros <strong>no</strong> son los chile<strong>no</strong>s, argenti<strong>no</strong>s ni africa<strong>no</strong>s. Son los<br />
que luchan con el corazón.<br />
24
Presentes para los presentes<br />
Majloc Demon<br />
Tú lo sabes lo vives lo ves en las calles<br />
Tú lo sabes lo sientes, lo oyes, lo dicen entre líneas<br />
Tú lo sabes que algo está mal y que apesta algo<br />
Tú lo sabes y aumenta la corrupción, y ordenan violentamente las voces a silenciar<br />
Tú lo sabes desde la cera lustrando el calzado de un empleado gubernamental<br />
Tú lo sabes que consumes gasolina y ha subido y tienes poco para comprar<br />
Tú lo sabes que has huido del campo para la ciudad por culpa del cacique y del tan cerrado mercado<br />
Tú lo sabes y lo sabe tu mamá, tu padre, el veci<strong>no</strong> la gente del mercado: algo está mal<br />
Tú lo sabes, porque en tiempos atrás nadie había atentado tan descaradamente contra la vida, contra la estabilidad.<br />
Tú lo sabes porque hay más Wall mart, que explotan, porque hay más Chedrahuis que roban, porque hay<br />
más y más negocios que <strong>no</strong> se pueden pronunciar, es la fatal sombra de lo extranjero, de lo transnacional<br />
Tú lo sabes porque las calles hablan, piden de comer, porque hay pueblos en la sierra que luchan, porque hay<br />
estrategias de gobier<strong>no</strong> que <strong>no</strong>s quieren joder<br />
Tú lo sabes porque hay impuestos de vida, de renta, impuestos porque si,<br />
impuestos a tantos pobres y tantos trabajadores<br />
y tanto dinero malgastado por u<strong>no</strong>s mismos cuantos,<br />
esos que dicen que representan al país.<br />
Tú lo sabes, lo sabe la montaña con sus escuelas de lámina,<br />
lo saben las sierras con sus organizaciones asamblearias,<br />
lo saben los pueblos con sus guardias comunitarias.<br />
Lo sabe la maestra, el maestro, el alum<strong>no</strong>, el trabajador, el burócrata.<br />
Lo siente el campesi<strong>no</strong>, el campo, la tortilla con el precio cada vez más caro,<br />
lo sabe la migración del mexica<strong>no</strong> para ir a hacerse esclavo<br />
en un sueño america<strong>no</strong> tan cerca<strong>no</strong> a la muerte,<br />
como las mafias <strong>no</strong>rteñas que mercantilizan a la gente.<br />
25
Se siente con policía intimidando a los transeúntes, a los marchantes, a la palabra consciente.<br />
Se siente la vaciedad de los dirigentes, de los representantes, de los munícipes y de los gobernantes, del estúpido<br />
presidente.<br />
Se siente la fuerza del <strong>no</strong> tener razón se siente la necedad del <strong>no</strong> pensar por el pueblo, se siente la ingobernabilidad<br />
cruzando por los empleos y empleados, por los servidores, por las escuelas y los campos, se siente la<br />
desesperación hecha marcha, hecha canto,<br />
se siente la corrupción temblando y flagelando<br />
con cara de granaderos, policías y delitos fabricados.<br />
Se siente un temblor, la desconfianza, se cae el velo del gobier<strong>no</strong> tira<strong>no</strong>.<br />
Se siente en los aires un sonido que va jugando,<br />
que va creciendo que está inundando.<br />
Se siente el descontento ciudada<strong>no</strong>,<br />
y el taxi habla,<br />
y los medios hablan y los miedos callan.<br />
Se siente en el silencio decepcionado por pagar más pesos<br />
por recibir me<strong>no</strong>s sueldo, por <strong>no</strong> tener que decir, que comer, que comprar.<br />
Se siente en el grito sin articular de los afectados, de los niños que sienten el descontento de los papás, de las<br />
madres que buscan como la despensa llenar, de los comerciantes extorsionados, de los transportistas asaltados,<br />
el descontento del pueblo en general.<br />
Se siente la gente consciente,<br />
se siente la gente que quiere para los niños, para el futuro un lugar para vivir tranquilamente.<br />
Se siente bajo los medios televisivos comprados del presidente,<br />
bajo de esos medios los honestos los electrónicos, los reporteros justos, la prensa se siente.<br />
Se siente una esperanza, se siente un despertar, una ciudad, un estado un país, muchos pueblos: la gente.<br />
Se siente un tira<strong>no</strong> temblar y una comunidad emergente.<br />
Que habla, que exige, que <strong>no</strong> quiere presidente<br />
Que se organiza, que sabe el poder es del pueblo hoy, ayer y siempre.<br />
No es sólo cuestión de escuchar hay que actuar, se oye, se siente, algo está por pasar, y estarás<br />
PRESENTE<br />
26
Eres libertad<br />
Mirna Valdés<br />
UN PUÑO ALZADO<br />
señalando al cielo<br />
es el puño contenido<br />
de los hombres de maíz<br />
de un Batsil winik, Tojolwinik,<br />
Náhuatl, Binizaa, Tlapasnek.<br />
El grito rebelde<br />
en plazas públicas,<br />
en mercados, en camiones,<br />
en escuelas y en las calles.<br />
El reclamo<br />
la movilización<br />
de los ciudada<strong>no</strong>s de a pie<br />
de este país llamado México.<br />
El trepidar<br />
de plumas tornasoladas<br />
golpeando mi corazón.<br />
La deslumbrante luz de tu segada flor<br />
y la lluvia pertinaz cayendo<br />
cayendo<br />
cayendo.<br />
Eres libertad<br />
una sonrisa desplegada<br />
como bandera<br />
por todo lo ancho de lati<strong>no</strong>américa<br />
regodeándose por las grandes avenidas<br />
de los pueblos y ciudades.<br />
Un saber <strong>no</strong> sé qué<br />
de cómo<br />
cuándo<br />
dónde<br />
repiqueteando como cascabel<br />
en nuestro corazón envejecido<br />
de sueños floridos<br />
en nuestros corazones aguerridos<br />
parchados<br />
zurcidos<br />
compartidos.<br />
Un águila<br />
una serpiente<br />
enredadas en el corazón de la selva<br />
librando una batalla de las mil batallas<br />
esperando<br />
esperando<br />
esperando.<br />
Eres libertad<br />
un llamado<br />
a la cordura<br />
a la razón<br />
una bofetada a la conciencia<br />
para que despierte<br />
y se levante digna<br />
justa y transparente.<br />
27<br />
Una mueca de encabronamiento<br />
una mentada de madre<br />
un querer aventar el alma por una rendija
del mapa del mundo<br />
que se abre como única posibilidad.<br />
Un abrazo de sol<br />
y dar y dar<strong>no</strong>s con los de abajo<br />
con los más pobres<br />
con los pobres de los pobres<br />
con los pobres de los pobres de los pobres más pobres<br />
de estas tierras<br />
que <strong>no</strong> tienen ya nada que perder<br />
porque les han robado todo<br />
todo<br />
todo.<br />
Eres Libertad<br />
un beso<br />
amorosamente roto<br />
como un eslabón abierto<br />
por el impacto de tu amor al prójimo<br />
los seres más queridos<br />
que entregaron su vida<br />
luchando por cambiar el mundo<br />
donde un día quepamos todos<br />
donde florecerá<br />
el aliento de la vida<br />
para ellos todo<br />
para los que <strong>no</strong> te co<strong>no</strong>cen<br />
pero te defienden con pasión<br />
con el corazón bien puesto<br />
en su lado izquierdo<br />
donde tiene su raíz<br />
que se hunde en la tierra<br />
que <strong>no</strong>s sostiene<br />
<strong>no</strong>s abriga<br />
con cantos de esperanza<br />
regada por los cami<strong>no</strong>s<br />
buscando<br />
buscando<br />
buscando.<br />
Eres Libertad<br />
el canto del cenzontle<br />
cuando a la tarde ya <strong>no</strong> le queda luz<br />
si<strong>no</strong> sonrisas para cobijar tus penas<br />
28<br />
que se han podrido de pesar<br />
en mi espalda que se agota<br />
de este andar sin paz<br />
sin luz<br />
sin brillo.<br />
Ese cami<strong>no</strong> sembrado<br />
regado y cosechado con la sangre de los caídos<br />
en la fiera lucha contra el poder<br />
ese cami<strong>no</strong> que se viene construyendo<br />
y se abre ancho ante <strong>no</strong>sotros<br />
ante nuestros ojos<br />
nuestros oídos<br />
que <strong>no</strong> dejan de escuchar<br />
la melodía de la primavera<br />
que vendrá.<br />
Eres libertad<br />
Un puño alzado<br />
señalando el cielo<br />
una sonrisa desplegada como bandera<br />
una ave con las alas extendidas<br />
Un saber <strong>no</strong> sé qué<br />
de cómo<br />
cuándo<br />
dónde<br />
un llamado a la conciencia<br />
un beso roto sin grilletes<br />
un nudo desatado a golpes de verso<br />
el nudo que ató mi corazón<br />
y que sólo tu aliento desata.<br />
Eres Libertad<br />
el cenzontle obstinado<br />
cantando<br />
cantando<br />
cantando.<br />
Y<br />
la lluvia pertinaz cayendo<br />
cayendo<br />
cayendo.
Esperando la hora<br />
Brad Will<br />
Mario una persona común, (es decir, sin ningún cargo político, con desequilibrio económico, deseo por<br />
superarse, con varias deudas pendientes, anhelando las próximas vacaciones y conducir el automóvil<br />
último modelo) por las mañanas se levanta, toma su café acompañado de u<strong>no</strong>s huevos y unas galletas Gamesa<br />
y el Nescafé que gentilmente le ha preparado su esposa.<br />
Como de costumbre se sube al carro, el cual tiene pendiente llevar al taller, -“<strong>no</strong>más que haya tiempo”- acompañado<br />
de los hijos, después de dejarlos en la escuela, se dirige a su trabajo en donde durante todo el día recibe<br />
órdenes de su jefe y varios regaños.<br />
Su trabajo es ordinario: acomodar, archivar, organizar, hacer mandados… al final de la jornada termina estresado<br />
y con dolores de espalada, pero esos <strong>no</strong> se comparan con la crisis existencial que sufre Mario. Se siente<br />
desvinculado, se siente vacío. Perplejo ante crímenes que acontecen a su alrededor prefiere mejor <strong>no</strong> oír, mejor<br />
<strong>no</strong> enterarse, mejor <strong>no</strong> participar.<br />
- “¡Trabajo para vivir, y vivo para trabajar!”- piensa Mario.<br />
Con esos pensamientos tal vez espera sentirse tranquilo, en paz y poder disfrutar –un poco- del descanso que,<br />
siente “¡bien merecido lo tiene!”.<br />
Al llegar a su casa, cansado, se sienta en el mueble -cualquier “impertinencia” de su esposa puede detonar su<br />
malhumor- y el en cualquier momento puede adquirir el rol del jefe y reproducir el autoritarismo que vive en<br />
su oficina. Enciende la televisión para desestresarse. Ante una serie de <strong>no</strong>ticias y de argumentos poco convincentes<br />
del conductor del canal más visto en México, Mario se siente hostigado y harto.<br />
-“¡Siempre es lo mismo! ¡Huelgas, accidentes, marchas… situaciones que al parecer nunca van a acabar! ¿Qué<br />
más puedo hacer yo? ¿Lo que yo haga realmente podrá generar un cambio? Siempre ha sido así, ademas siempre<br />
pierden los pendejos, <strong>no</strong>mas alborotan, ya vez, mucho 132 y <strong>no</strong> llegaron a nada, muchas marchas, mucho<br />
relajo y siempre gana el PRI “<br />
Mario “olvida” que para que haya organización, se necesita de él.<br />
¿Quién es Mario y por qué piensa así? Mario es una persona que olvida todo el control mediático que ejercen<br />
los diferentes medios de comunicación en donde dentro de un mar de información entre horóscopos, publicidad<br />
de banalidades, <strong>no</strong>ticias, lo distraen y le ofrecen planes que lo aíslan todavía más de la sociedad, metas<br />
inalcanzables que le hacen postergar y <strong>no</strong> creer en la organización social para llevar a cabo metas colectivas.<br />
O incluso Mario es una persona que se encierra en sí mismo y se plantea metas inventadas para distraerse,<br />
terminar de ver tal o cual serie, estar pendiente de lo que pasó en la <strong>no</strong>vela de ayer, cuando será el concierto<br />
su artista, lo que publicó fula<strong>no</strong> o perenga<strong>no</strong> en el Facebook. Sin embargo, <strong>no</strong> deja de estar siempre alerta de<br />
las <strong>no</strong>ticias, las cuales le ofrecen un vínculo mediático con los demás y al mismo tiempo le provocan una gran<br />
contradicción… por una parte su necesidad “de hacer algo para cambiar el mundo” y por la otra su frustración<br />
e impotencia de “<strong>no</strong> poder hacer nada”.<br />
29
¿Qué puede hacer ante los crímenes de Estado sucedidos en contra de activistas en defensa de la cuenca del<br />
Río Atoyac y la presa del Naranjal? por mencionar algu<strong>no</strong>s de tantos, ¿ante la construcción de más de 100<br />
proyectos hidroeléctricos neoliberales que se propagan en Veracruz? ¿Qué se hará ante el asesinato del campesi<strong>no</strong><br />
César García? ¿Ante el violento desalojo de maestros, alum<strong>no</strong>s y periodistas del 14 de septiembre de este<br />
año en plaza Lerdo? ¿Ante toda esta ola de extorciones y secuestros, de trata de blancas? ¿Ante la aparición de<br />
maestros decapitados en Coatzacoalcos hace u<strong>no</strong>s días? ¿Qué hacer con el Estado Veracruza<strong>no</strong> que se preocupa<br />
más por su carnaval que por la seguridad y la dignidad humana?<br />
¿Qué hacer ante todo esto? En donde quienes están fuertemente coludidos es precisamente la policía a quienes<br />
paradójicamente el gobier<strong>no</strong> les celebra y estampa su imagen como los “héroes” nazional, sí con “z”. . .<br />
Mario bien sabe que <strong>no</strong> hay delincuencia sin policía; que el mismo sistema crea a sus criminales; que se han<br />
construido nuevos delincuentes, aquéllos que se cuestionan y salen a luchar, que son los más peligrosos para el<br />
Estado. Porque el Estado <strong>no</strong> quiere que se salga a luchar por los derechos políticos, ambientales, económicos,<br />
educativos. Para que se siga reproduciendo con toda facilidad las reformas neoliberales, las vejaciones de los<br />
derechos, las extorsiones, secuestros, el narcotráfico...<br />
Mario frustrado recuerda las clases de su buen maestro de historia, piensa que mucha de la democracia que<br />
hoy tenemos se ha dado a partir de procesos anti-democráticos. No se espanta. Y se vuelve a contradecir. Una<br />
y otra vez. ¿Será que quién ejerce el poder lo haga sólo a través de reglas y sanciones? o bien, ¿<strong>no</strong>sotros permitimos<br />
ser explotados a través la serie de deseos y costumbres que <strong>no</strong>sotros mismos <strong>no</strong>s ponemos? Se pregunta.<br />
Mario se da cuenta de que la estructura social ha determinado sus pensamientos, sus deseos y sus rechazos,<br />
pero le falta poco para darse cuenta de que tiene mucho potencial de cambio como sujeto inmerso en esta red.<br />
¿Cuántos Marios y Marías hay en México? ¿Hasta cuándo Mario vas a salir a luchar?<br />
30
La revista libertaria <strong>Utopía</strong> convoca<br />
a todxs lxs interesadxs en colaborar con ensayo, cuento, poesía, teatro, para el siguiente número,<br />
bajo los requisitos:<br />
Ensayo: 3 a 4 cuartillas, arial 12. Interlineado sencillo. Nombre (pseudónimo) del<br />
autor y contacto (en caso de requerirlo el autor mismo).<br />
Poesía: <strong>no</strong> mayor a 3 cuartillas, arial 12. Interlineado sencillo. Nombre (pseudónimo)<br />
del autor.<br />
Cuento: <strong>no</strong> mayor 6 cuartillas, arial 12. Interlineado sencillo. Nombre (pseudónimo)<br />
del autor.<br />
Teatro: fragmentos o sketch <strong>no</strong> mayor a 6 cuartillas, arial 12. Interlineado sencillo.<br />
Nombre (pseudónimo) del autor.<br />
Enviar sus colaboraciones al correo: cualquier<strong>no</strong>chepuedesalir@hotmail.com<br />
antes del 30 de <strong>no</strong>viembre de 2013. Se enviará un acuse de recibo. Cualquier<br />
texto recibido después de esta fecha, será tomado en cuenta para el número<br />
posterior.
¡Viva la anarquía!<br />
¡Viva el pueblo productor!<br />
¡Libertad, igualdad y armonía!<br />
¡Arte, paz, justicia y amor!