principios y recomendaciones para un sistema de estadisticas vitales

expeditivamente todas las solicitudes de inscripción, investigaciones y certificados.
Para un registrado superintendente puede significar el poder comprobar y examinar
periódicamente el trabajo de los registradores subordinados. Para todo registrado
significa estar informado de los hechos que han ocurrido, inscribiendo éstos con
exactitud y rapidez en los registros oficiales, y realizando y transmitiendo a su
debido tiempo los informes o partes estadísticos de los que es responsable.
9. El registrador, sus funciones y obligaciones respecto a la inscripción
309. las funciones y obligaciones del registrador (o de quien haga sus veces)
en el plano local, intermedio y nacional, deberán estar bien definidas. El
registrador debe tener la responsabilidad, cuando proceda, de: registrar la
información especificada sobre hechos vitales; garantizar la observancia de la ley
de registro civil; velar porque cada registro sea exacto y completo; adoptar las
medidas necesarias para que el público esté informado de la necesidad de la
inscripción, de los procedimientos y requisitos para efectuarla y de la utilidad
de las estadísticas vitales; custodiar los registros; y anotar y comunicar los
datos con fines estadísticos.
310. Cuando haya dificultades de distancia, terreno o transporte que impidan a los
declarantes acudir a la oficina del registro para inscribir los hechos vitales,
deben adoptarse las medidas pertinentes para que el registrador desempeñe sus
funciones de forma itinerante, con preferencia haciendo visitas regulares a los
hogares incluidos en su unidad de inscripción, para inscribir aquellos hechos que
puedan haber ocurrido desde su última visita.
311. En las zonas donde la inscripción es muy deficiente, se interpretará que las
disposiciones citadas antes incluyen todas las actividades relacionadas con la
promoción, supervisión y valoración hasta el grado necesario para aumentar la
eficacia del sistema; tales como: las actividades destinadas a realzar la
situación profesional de los propios registradores 21 y a garantizar un número
adecuado de oficinas de inscripción, a la capacitación de los funcionarios del
registro y a la preparación de manuales de instrucción para uso de los mismos, y
de programas de publicidad en el idiorra local, a la obtención del apoyo de los
dirigentes locales para que influyan en la opinión pública, a que se estimule la
fiscalización de los cementerios a fin de asegurar que se expedirán permisos de
enterramiento, a la inspección periódica de los libros del registro y de los partes
estadísticos elaborados en las oficinas de inscripción, y al desarrollo de los
métodos de valoración destinados a establecer el grado de cobertura~. El gran
apoyo necesario para llevar a cabo estas actividades puede ser proporcionado, en
la mayoría de los casos, p~ el servicio de estadística y el departamento de sanidad.
31 La falta de categoría de los registradores ha sido señalada como una de
las c;usas principales de dificultades. Véase Cuarta Conferencia Interamericana
de Estadística, ~Jáshington, D.C., noviembre 5 a 16, 1962, Acta Fin~l (documentos
oficíales de la OEA, OAS/Ser.c/VI.6.4), pág. 48.
~ Véase el Capítulo VII: Evaluación de un sistema de estadísticas vitales.
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