20 - Salvador Allende
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teriores "orghicas", per0 no seria inteligente estimular<br />
10s factores que conducen a Iegitimar las fracciones. Lc IS<br />
ejemplos abundan para comprobar c6mo el juego c le<br />
fracciones deteriora moralmente la convivencia inte r-<br />
na y degrada la democracia. Seria ocioso aiiadir c6m IO<br />
Aparentemente :la existencia de tendencias organizadas<br />
seria una garantia de pluralism0 y condici6n de<br />
la libre confrontaci6n de opiniones. La experiencia<br />
muestra, en cambiq resultados exactamente contrarios:<br />
en el interior de las corrientes se establece gradualmente<br />
una micro-disciplina de grupo con el objetivo de presentarlo<br />
homogheo en el trato con las otras corrientes,<br />
que impide a las eventuales minorias exteriorizar<br />
su diseiio cuando la discusi6n se traslada al sen0 del pertinente<br />
organism0 reglamentario. Asi la verdadera voluntad<br />
colectiva resulta falseada. En suma, el debate seri<br />
mis rico y mis autkntico cuando menos cristalizadas<br />
estkn las tendencias, cuando menos condicionadas por<br />
esas micro-lealtades estkn las opiniones individuales.<br />
A medida que se acentda y personaliza el liderato<br />
en 10s diferentes grupos, 10s compaiieros que lo ejercer<br />
pasan a sustituir paulatinamente la deliberaci6n en<br />
10s 6rganos regulares por acuerdos entre 10s personeros<br />
de las distintas tendencias. La consecuencia es evidentemente<br />
nociva: 10s 6rganos de direcci6n son de<br />
hecho privados de sus atribuciones y la democracia interna<br />
pasa a ser un mito. La situaci6n no cambia mucho<br />
si con el patrocinio -de 10s jefes de corrientes,<br />
determinadas resoluciones son sometidas a la decisi6n<br />
formal de un brgano colegiado: el peso politico de 10s<br />
promotores da por descontada la aprobaci6n de cualquier<br />
propuesta.<br />
Socidismo y PPD<br />
Las observaciones anteriores son pertinentes aplicadas<br />
a un Partido Socialista que se propone conducir<br />
unido las grandes batallas civicas de futuro,<br />
sin res uesta la funci6n y el destino de 10s f" lamados deja<br />
"parti B os instrumentales ' (PPD y PAIS). Con respecto<br />
a1 PAIS la situaci6n es relativamente simple porque<br />
en definitiva, poco mh, poco menos, es la versibn electoral<br />
de la Izquierda Unida; en cambio se debe reconocer<br />
en el PPD una entidad con vigorosa capacidad de<br />
convocatoria: su llamado fue acogido desde el comienzo<br />
por un extenso sector de la poblaci6n -sobre todo<br />
10s j6venes y mujeres- adversarios de la dictadura pero<br />
hasta entonces inactivos. Seria un error imperdona-<br />
ble desmovilizar ese valioso contingente una v( :z logrado<br />
un estatuto verdaderamente democritico pa :a 10s partidos.<br />
En esas condiciones, resulta lbgico SUI >oner que<br />
el PS ya unificado lograri su inscripci6n le :gal como<br />
partido, originando una situaci6n ambigua I 10s militantes<br />
socialistas afiliados al PPD. rimer camino<br />
cancelaria todas las ventajas que carac :terizan la<br />
presencia del PPD, en la medida que se en1 tablara en<br />
su interior una estkril lucha de ffiicciones pi rosocialistas<br />
y antisocialistas y seguramente ocasionari :a la deserci6n<br />
de gran parte de sus efectivos. El seg pndo, en<br />
cambio, aun cuando requiere una honesta y sistemitica<br />
campaiia de convencimiento de sus afili: dos (para<br />
evitar que se estimen militantes de segunds i clase del<br />
PS) y una cuidadosa determinacibn de las tareas propias<br />
de la agrupacibn, ofrece vasto campo de trabajo,<br />
apenas explorado en la realidad politica de hoy. La dictadura,<br />
por la labor de descomposici6n y retraso real;<br />
zada en todos 10s frentes, imprimiri a la integra obra<br />
de restauraci6n democritica un inevitable caricter politico.<br />
Todo cambio seri precedido de adisis y propuestas<br />
de diverso signo intelectual, desde la politica<br />
internacional al municipio, desde la nueva institucionalidad<br />
estatal a1 sindicato, desde la educaci6n a la salud,<br />
desde el presupuesto fiscal a la ecologia. Los partidos<br />
serin probablemente requeridos por un ndmero de<br />
asuntos superior a su capacidad de estudio y conducci6n,<br />
salvo que puedan apoyarse o delegar funciones<br />
en entidades amplias y pluralistas, ideol6gbmente convergentes.<br />
Uno de estos trabajos, por via de ejemplo,<br />
seri la masiva educacibn para la democracia, entendida<br />
como participaci6n creciente del pueblo en la gesti6n<br />
de 10s asuntos comunitarios.<br />
La proliferaci6n de centros de estudios y de investipacibn<br />
centrados en una vasta gama de temas es una<br />
u- -----<br />
muestra anticipada di el volumen de exi encias culturales<br />
que surgirin con el retorno de la li % ertad. Si a eso<br />
agregamos la reactivaci6n de las organizaciones sociales<br />
(sindicales), poblacionales, federaciones estudiantiles,<br />
colegios profesionales, movimientos ecologistas y<br />
feministas, etcktera) podemos imaginar la rica y la compleja<br />
misi6n de un movimiento destinado a darle organicidad<br />
y orientaci6n a toda una kea popular y<br />
avanzada.<br />
Lo que se persigue es q-la reconstitucibn del PS<br />
y de su influencia politica se realicen rindiendo tributo<br />
a 10s nuevos tiempos per0 resguardando su perfil hist6rico.