16.02.2014 Views

20 - Salvador Allende

20 - Salvador Allende

20 - Salvador Allende

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

290<br />

teriores "orghicas", per0 no seria inteligente estimular<br />

10s factores que conducen a Iegitimar las fracciones. Lc IS<br />

ejemplos abundan para comprobar c6mo el juego c le<br />

fracciones deteriora moralmente la convivencia inte r-<br />

na y degrada la democracia. Seria ocioso aiiadir c6m IO<br />

Aparentemente :la existencia de tendencias organizadas<br />

seria una garantia de pluralism0 y condici6n de<br />

la libre confrontaci6n de opiniones. La experiencia<br />

muestra, en cambiq resultados exactamente contrarios:<br />

en el interior de las corrientes se establece gradualmente<br />

una micro-disciplina de grupo con el objetivo de presentarlo<br />

homogheo en el trato con las otras corrientes,<br />

que impide a las eventuales minorias exteriorizar<br />

su diseiio cuando la discusi6n se traslada al sen0 del pertinente<br />

organism0 reglamentario. Asi la verdadera voluntad<br />

colectiva resulta falseada. En suma, el debate seri<br />

mis rico y mis autkntico cuando menos cristalizadas<br />

estkn las tendencias, cuando menos condicionadas por<br />

esas micro-lealtades estkn las opiniones individuales.<br />

A medida que se acentda y personaliza el liderato<br />

en 10s diferentes grupos, 10s compaiieros que lo ejercer<br />

pasan a sustituir paulatinamente la deliberaci6n en<br />

10s 6rganos regulares por acuerdos entre 10s personeros<br />

de las distintas tendencias. La consecuencia es evidentemente<br />

nociva: 10s 6rganos de direcci6n son de<br />

hecho privados de sus atribuciones y la democracia interna<br />

pasa a ser un mito. La situaci6n no cambia mucho<br />

si con el patrocinio -de 10s jefes de corrientes,<br />

determinadas resoluciones son sometidas a la decisi6n<br />

formal de un brgano colegiado: el peso politico de 10s<br />

promotores da por descontada la aprobaci6n de cualquier<br />

propuesta.<br />

Socidismo y PPD<br />

Las observaciones anteriores son pertinentes aplicadas<br />

a un Partido Socialista que se propone conducir<br />

unido las grandes batallas civicas de futuro,<br />

sin res uesta la funci6n y el destino de 10s f" lamados deja<br />

"parti B os instrumentales ' (PPD y PAIS). Con respecto<br />

a1 PAIS la situaci6n es relativamente simple porque<br />

en definitiva, poco mh, poco menos, es la versibn electoral<br />

de la Izquierda Unida; en cambio se debe reconocer<br />

en el PPD una entidad con vigorosa capacidad de<br />

convocatoria: su llamado fue acogido desde el comienzo<br />

por un extenso sector de la poblaci6n -sobre todo<br />

10s j6venes y mujeres- adversarios de la dictadura pero<br />

hasta entonces inactivos. Seria un error imperdona-<br />

ble desmovilizar ese valioso contingente una v( :z logrado<br />

un estatuto verdaderamente democritico pa :a 10s partidos.<br />

En esas condiciones, resulta lbgico SUI >oner que<br />

el PS ya unificado lograri su inscripci6n le :gal como<br />

partido, originando una situaci6n ambigua I 10s militantes<br />

socialistas afiliados al PPD. rimer camino<br />

cancelaria todas las ventajas que carac :terizan la<br />

presencia del PPD, en la medida que se en1 tablara en<br />

su interior una estkril lucha de ffiicciones pi rosocialistas<br />

y antisocialistas y seguramente ocasionari :a la deserci6n<br />

de gran parte de sus efectivos. El seg pndo, en<br />

cambio, aun cuando requiere una honesta y sistemitica<br />

campaiia de convencimiento de sus afili: dos (para<br />

evitar que se estimen militantes de segunds i clase del<br />

PS) y una cuidadosa determinacibn de las tareas propias<br />

de la agrupacibn, ofrece vasto campo de trabajo,<br />

apenas explorado en la realidad politica de hoy. La dictadura,<br />

por la labor de descomposici6n y retraso real;<br />

zada en todos 10s frentes, imprimiri a la integra obra<br />

de restauraci6n democritica un inevitable caricter politico.<br />

Todo cambio seri precedido de adisis y propuestas<br />

de diverso signo intelectual, desde la politica<br />

internacional al municipio, desde la nueva institucionalidad<br />

estatal a1 sindicato, desde la educaci6n a la salud,<br />

desde el presupuesto fiscal a la ecologia. Los partidos<br />

serin probablemente requeridos por un ndmero de<br />

asuntos superior a su capacidad de estudio y conducci6n,<br />

salvo que puedan apoyarse o delegar funciones<br />

en entidades amplias y pluralistas, ideol6gbmente convergentes.<br />

Uno de estos trabajos, por via de ejemplo,<br />

seri la masiva educacibn para la democracia, entendida<br />

como participaci6n creciente del pueblo en la gesti6n<br />

de 10s asuntos comunitarios.<br />

La proliferaci6n de centros de estudios y de investipacibn<br />

centrados en una vasta gama de temas es una<br />

u- -----<br />

muestra anticipada di el volumen de exi encias culturales<br />

que surgirin con el retorno de la li % ertad. Si a eso<br />

agregamos la reactivaci6n de las organizaciones sociales<br />

(sindicales), poblacionales, federaciones estudiantiles,<br />

colegios profesionales, movimientos ecologistas y<br />

feministas, etcktera) podemos imaginar la rica y la compleja<br />

misi6n de un movimiento destinado a darle organicidad<br />

y orientaci6n a toda una kea popular y<br />

avanzada.<br />

Lo que se persigue es q-la reconstitucibn del PS<br />

y de su influencia politica se realicen rindiendo tributo<br />

a 10s nuevos tiempos per0 resguardando su perfil hist6rico.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!