Revista Nº7, Marzo de 2014

The Sinester Opanage
Álex López
CAPITULO 3: LA CHICA DE MIS SUEÑOS
Cuando todos se fueron, me dirigí hacia donde se encontraba
Clarisa.
-Hola-Dije intentando comenzar algún tipo de conversación.
-Hola.-Contesto cerrando el libro y llevándose el pelo
con la mano hasta pasarlo por detrás de la oreja derecha.
-No me he presentado, me llamo Kukurico, encantado.-Dije
mientras me sentaba a su lado y le daba la
mano para que me la estrechara.
-Encantada Kukurico, yo me llamo Clarisa.- Dijo mientras
me devolvía el apretón.
-¿Has oído la conversación que hemos tenido aquí al
lado?-Pregunte, creyendo que no sabía que ahora formaba
parte de su grupo de amigos.
-A si, enhorabuena, no todos se unen a nuestro grupito,
jajaja, debes de caerle bien a nuestro capitán.-Contesto
sonriente, en ese momento su sonrisa me envío
como unas ondas que me hacían perder algo de mis
fuerzas, pero mantuve mi posición, y no mostré síntoma
de perdida de fuerzas, aunque me estaba resultando
costoso, nunca antes me había sentido igual, en ningún
momento de mi vida me había sentido como en este
momento.
-Supongo-Conteste.
-¿Y que hace un chico como tú en un sitio como este?-Pregunto
Clarisa intrigadamente, tendría que volverle
a repetirle la historia que le conté a Roberth, iba
a ser un cansancio así que intente resumirla, pero creía
que no iba a poder, no me prometía nada a mí mismo
de si lo hiciera o no.
-Pues veras, yo vivía en un pueblo de Tokio, como otro
normal, todo era muy tranquilo, hasta que ayer volví
a casa y por la noche no volvieron mis padres, así que
hoy vino a mi casa un policía, y me dijo que habían
muerto, mi padre por un asesino que se suicidó y mi
madre de accidente de tráfico, entonces fue una charla
muy larga en el coche del agente, y me trajo hasta aquí,
me dijo que aquí estaría bien, y que si necesitaba algo
que le avisar, me dio su número de teléfono.-Conteste,
cansándome la voz, de haber estado tanto hoy, a este
paso me iba a quedar ronco.
-Valla sí que es una historia triste, lo debes de haber
pasado fatal.-Dijo mientras abollaba su mano sobre mi
hombro.
-Y que lo digas, pero estoy intentando olvidar el pasado
y centrarme en el presente.-Dije, aunque con algo de
mentira, en realidad no podía dejar de olvidar los abrazos
de mi padre y la dulce y tierna sonrisa de mi madre.
-Tienes mucho valor para estar intentando olvidar a
tus seres queridos, y más los que te han estado criando
y cuidando desde que eras un bebe.-Dijo mientras cerraba
los ojos y al aca-bar la frase los volvía a abrir.
-Y tu historia de por qué estás aquí, ¿es también algo
triste?-Pregunte.
-Bueno si, pero la mía no la puedo olvidar fácilmente,
veras, todo comenzó cuando mi hermana y yo éramos
muy pequeñas, teníamos diez y once años, entonces
nuestra madre murió por asesinato de un hombre que
conocía mi padre, se lo contó a la policía pero no le creye-ron,
nuestro padre se quedó cuidando de nosotras,
un año después, unos hombres de la policía se lo llevaron,
dijeron que le querían hacer unas preguntas, entonces
nos quedamos con nuestra tía, la cual nos maltrataba,
y descubrimos que ella había estado implicada
en el asesinato, cuatro años después, mi padre lo supo,
y nos sacó de la casa y nos llevó en coche, vimos como
detenían a la tía y a un amigo de nuestro padre, pero
nuestro padre, había sido detenido y se había fugado
para va a volver a por nosotras, entonces nos llevó hasta
este orfanato, este mismo año cuando comenzaron
las clases, jurando que volvería a por nosotras, ojala sea
verdad.-Comento Clarisa mientras se le caía la lagrima.
-Qué historia más triste, lo siento.-Dije para animarla.
-No pasa nada, igual que lo que tú dices, olvida el pasado
y piensa en el futuro, yo a la vez intento sonreír,
jajaja.
Pobrecilla ella lo intenta olvidar por todos los medios
pero se le ve que en el fondo no puede dejar de pensar
en sus padres, al igual que yo, pero todo el mundo
mentimos alguna vez, para no preocupar a los demás,
aunque tengas un dolor muy grande en el interior, debes
seguir sonriendo, aunque estés sufriendo, para no
hacer que los demás se preocupen por ti y si te preguntan
sobre lo que te pasa, seguramente que cambiarias
de tema, ella se ríe, pero se hace daño a sí misma, pero
gracias a ese dolor que siente ahora mismo, sé que se
hará muy fuerte.
-Por cierto Clarisa, has dicho antes que tenías una hermana,
¿verdad?-Pregunte sin rodeos al parecerme extraño
al oírla mencionar a otra persona.
-Sí, has estado antes con ella.
-¿Ha si?, pues no lo recuerdo, ¿quién es?-Pregunte a la
vez que intentaba recordar en mi memoria con quien
había estado hablando.
-Pues si no te acuerdas te lo diré, es aquella chica de allí
la que tiene el pelo marrón y algo largo, hago igual que
yo, solo que yo me lo dejo largo, su nombre es Rika.-Di-