¿Quién te quiere a ti? GuÃa para padres y madres - Save the Children
¿Quién te quiere a ti? GuÃa para padres y madres - Save the Children
¿Quién te quiere a ti? GuÃa para padres y madres - Save the Children
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
¿quién <strong>te</strong> <strong>quiere</strong> a <strong>ti</strong>? - guía <strong>para</strong> <strong>padres</strong> y <strong>madres</strong><br />
familiares o compañeros de trabajo actúan de esta manera<br />
con<strong>ti</strong>go cada vez que <strong>te</strong> equivocas o haces algo de lo que no<br />
puedas sen<strong>ti</strong>r<strong>te</strong> orgulloso.<br />
Nuestros sen<strong>ti</strong>mientos no difieren mucho de los que<br />
experimentan los niños y las niñas, salvo en algo muy<br />
importan<strong>te</strong>: nosotros sabemos dónde está el lími<strong>te</strong> de lo<br />
que es real y lo que no. En la edad adulta disponemos de<br />
herramientas <strong>para</strong> manejar la humillación, la tris<strong>te</strong>za, el dolor<br />
y la rabia a lo largo de nuestra vida, mientras que un niño o<br />
niña no dispone de esta autopro<strong>te</strong>cción. Además, el cerebro<br />
procesa y ges<strong>ti</strong>ona emociones primarias: miedo, alegría,<br />
tris<strong>te</strong>za o ira desde que nacemos. La experiencia de las<br />
emociones vividas genera asociaciones, huellas o memorias<br />
implícitas de gran carga emocional. Estas huellas, incluso<br />
cuando se generan en la edad más <strong>te</strong>mprana, influirán en<br />
la forma en la que cada individuo vive las emociones, su<br />
<strong>te</strong>ndencia a experimentar un <strong>ti</strong>po de emoción o en la forma<br />
de reaccionar an<strong>te</strong> ella.<br />
A mí me pegaron de pequeño y no <strong>te</strong>ngo ningún<br />
trauma<br />
No podemos saber cómo seríamos si nos hubiesen educado<br />
de otra forma. Tal vez, a lo largo de nuestra propia infancia<br />
hemos recibido mucho amor, pero también nos hayamos<br />
llevado algún azo<strong>te</strong>, cache<strong>te</strong>, insulto o desaprobación<br />
humillan<strong>te</strong> por par<strong>te</strong> de nuestros <strong>padres</strong> y esto no nos<br />
parezca algo malo ni traumá<strong>ti</strong>co. Pero no debemos asumir<br />
33