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"').. [ente de Esclavo 76 77 El Esclavo Es Un Vago
Las bofetadas, los castigos frsicos aumentan y refuerzan
la mente de esclavo. No es sorprendente que en nuestro
continente sea tan «fácil» pegar a los h~os, castigarlos
con una cachetada si hacen algo fuera de lugar.
Asl se le roba los derechos que tiene por naturaleza
humana y se encierra en una prisión. Se trata de generar una
mentalidad como pueblo, como grupo y no como individuos.
Cuando pasamos del reino de la esclavitud al reino de la
libertad, de la luz y de la victoria, no sólo cambiamos nuestra
manera de pensar, sino que cambiamos de rey. Pero lo
que nos sucede es que al pasar al otro reino, lo hacemos
funcionando muchas veces con la mente de esclavos. El
Señor nos lib~rtó de las cadenas de esclavitud, pero parecena
como si las siguiésemos teniendo.
En psicologla se conoce este fenómeno como «miembro
fantasma». Le sucede a quien ha perdido alguno de sus
miembros corporales, sin embargo siente que aún lo tiene y
percibe las sensaciones del mismo como si lo tuviera.
Muchos amputados de pierna eeven» y «sienten» que su pier.
na sigue estando allf. Muchos hijos del Rey tienen la «mente
fantasma de esclavos.., creen que siguen estando allf las
cadenas que Jesús rompió por nosotros en la cruz del calvario.
Bosquejandolo podrlamos decir:
Opresión externa ... adormecimiento ... acostumbramiento
... aceptación de la realidad como SU realidad ...
resignación y sumisión a su nuevo amo.
La esclavitud primero entra en la realidad externa, luego
en la mente, luego en la conducta, para terminar siendo un
estilo de vida.
Capítulo8
EL ESCLAVO
ES U~VAGO
A. No Molestar, Esclavo
Descansando.
El esclavo es hipertrabajador
por obligación y vago por
elección. Al esclavo de mente
no le gusta trabajar ni transpirar.
Busca 10 fácil, «la transa»,
«el currito», «el negocito». Si
es creyente, buscará mágica·
mente que las promesas de
Dios se cumpla':l en su vida.
Quiere la unción pero no tiene
hambre, quiere las bendicio·
nes pero no las condiciones,
quiere al Esplritu pero sin
morir a la carne.
Durante estos anos hemos
visto por qué muchas iglesias
no crecen: no desean trabajar
para que ello ocurra. Pastores
e iglesias enteras a las que
hemos llevado los talleres de
Sanidad Interior enseñando