abr.-jun. 1968 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
abr.-jun. 1968 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
abr.-jun. 1968 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
expresivo que lo guiará hacia sus logros mejores.<br />
Visto en con<strong>jun</strong>to, Heraldos Negros en un<br />
canto desesperanzado, duro en sus pasajes más<br />
intensos, cuando representa una existencia asediada<br />
por el carácter mortal, por el estar de la<br />
muerte; es una confesión <strong>del</strong> contínuo frustrarse<br />
de una intima apetencia de felicidad y de<br />
absoluto, ya fuera ante el amor, frente a la divinidad<br />
o a los otros hombres. En el libro existe<br />
una sección, que por distintas causas, ha suscitado<br />
el interés de todos sus críticos: me refiero<br />
a las "Canciones de Hogar", en la que se<br />
expande un modo de sentir y reanimar el ambiente<br />
de la casa paterna, la figura de la madre,<br />
la infancia, y la medida <strong>del</strong> mundo y de<br />
la vida que en ellos se condensa. Este tópico<br />
reaparece en los libros siguientes: p,ro en cada<br />
uno se me ocurre que es el mismo y es distinto,<br />
y que en cada caso la relación entre el tópico<br />
y el todo de la obra se transfigura. Averíguar<br />
cómo Se produce y manifiesta tal cambio<br />
es el motivo nuclear de estas páginas.<br />
Penetremos en el ambiente hogareño que con<br />
tan perfilada <strong>del</strong>icadeza reproducen algunos de<br />
los versos de Heraldos. En el poema "Encaje<br />
de fiebre", el autor refiere un estado de ánimo<br />
que actualiza la presencia de los padres, como<br />
si ellos surgieran materialmente en una atmósfera<br />
de misterio, de inefables vivencias que fluyen<br />
desde un no-ser de honda raíz mística. Esa<br />
fuerza transformante que ilumina la figura de<br />
,los progenitores, rescatándolos de la penumbra,<br />
invade los versos y cuaja en emoción:<br />
En un sillón antiguo sentado está mi padre.<br />
Como una Dolorosa, entra y sale mi madre.<br />
y al verlos siento un algo que no quiere<br />
[partir.<br />
De modo que ese reencuentro con los padres<br />
podría insinuar la convicción de una identidad<br />
fundamental que el poeta preserva, y de la 'li.ie<br />
no desearía apartarse ni ser despojado. Si atendemos<br />
al simbolismo <strong>del</strong> verso final, !-¡emos de<br />
coincidir en que en el área expresiva de 'jartir<br />
están implícitos valores de muy activa participación<br />
en el mundo vallejiano; a saber:<br />
"distancia", "ausencia", "despedida", "añoranza",<br />
tópicos que consiguen tratamiento peculiar<br />
en la "Canciones de Hogar", y que, en el consenso<br />
de la crítica, revelan un rasgo de los más<br />
personales en las piezas de Heraldos.<br />
Una de ellas, "Los pasos Lejanos" (74) desvela<br />
el ambiente de la casa paterna, estancia<br />
que -hemos visto- perdura en el recuerdo con<br />
hondísima impronta espiritual; el autor dirá cómo<br />
la imagina cuando él se halla ausente y<br />
cuando su alejamiento enturbia la apacible<br />
quietud <strong>del</strong> hogar provinciano. VeamDs En qué<br />
modo su pal<strong>abr</strong>a aglutina emociones que destilan<br />
de cuatro elementos: a) la figura ¡;atriarca!<br />
<strong>del</strong> padre, puesta de relieve con los atributos<br />
que le extiende un corazón generoso; b) la<br />
madre, que paladea su tristeza en el horizonte<br />
estrecho de la casa y los huertos, y en cuyo<br />
pesar se sublima, trasfundiéndose en la esencia<br />
<strong>del</strong> amor; c) el hijo, el ausente, y por lo<br />
mismo el lado amargo en la armonía pequeña,<br />
pero inapreciable, <strong>del</strong> circulo familiar; y, finalmente<br />
d) la atmósfera de melancólica ternura,<br />
de ingobernable impulso al reencuentro.<br />
Mi padre duerme. Su semblante augusto<br />
figura un apacible corazón;<br />
está ahora tan dulce...<br />
si hay algo en él de amargo, seré yo.<br />
Hay soledad en el hogar; se reza;<br />
y no hay noticias de los hijos hoy.<br />
Mi padre se despierta, ausculta<br />
la huída a Egipto, el restañante adiós.<br />
Está ahora tan cerca;<br />
si hay algo en él de lejos, seré yo.<br />
y mi madre pasea allá en los huertos,<br />
saboreando un sabor ya sin sabor.<br />
Está ahora tan suave,<br />
tan ala, tan salida, tan amor.<br />
Hay soledad en el hogar sin bulla,<br />
sin noticias, sin verde, sin niñez.<br />
y si hay algo quebrado en esta tarde,<br />
y que baja y que cruje,<br />
son dos viejos caminos blancos, curvos.<br />
Por ellos va mi corazón a pie.<br />
Cuán maduros se dan en el primer libro de<br />
Vallejo los temas <strong>del</strong> hogar y de la ausencia,<br />
los mismos que alcanzarán acento dramático<br />
en la última etapa creativa <strong>del</strong> poetiJ. En Heraldos<br />
Negros, en el poema que insertamos y en<br />
HA mi hermano Miguel" (74) y "Enereida" (75),<br />
son ya visibles la problemática y la técnica que<br />
irán decantando una imagen perspectiva de la<br />
ausencia. "Los pasos lejanos", nótese, usa desde<br />
el titulo un rasero humano que transcribe<br />
en la medida de lo físico la vehemencia emocional,<br />
y la dispone en un con<strong>jun</strong>to de niveles,<br />
cuya ruptura origina el impacto afectivo que<br />
reagrupa a los miembros de la familia. Observemos,<br />
por ejemplo, en la primera estrofa; la<br />
12