Dossier de prensa La civilización del espectáculo - Alfaguara
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PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010<br />
MARIO VARGAS LLOSA<br />
<strong>La</strong> civilización <strong>de</strong>l espectáculo<br />
Fecha <strong>de</strong> publicación: 11 <strong>de</strong> abril<br />
226 páginas 17,50 euros<br />
El nuevo libro <strong>de</strong><br />
Mario Vargas Llosa tras la<br />
concesión <strong>de</strong>l Premio Nobel
El autor<br />
Mario Vargas Llosa, Premio Nobel <strong>de</strong> Literatura 2010, nació en Arequipa, Perú, en 1936.<br />
Aunque había estrenado un drama en Piura y publicado un libro <strong>de</strong> relatos, Los jefes, que<br />
obtuvo el Premio Leopoldo Alas, su carrera literaria cobró notoriedad con la publicación<br />
<strong>de</strong> <strong>La</strong> ciudad y los perros, Premio Biblioteca Breve (1962) y Premio <strong>de</strong> la Crítica (1963). En<br />
1965 apareció su segunda novela, <strong>La</strong> casa ver<strong>de</strong>, que obtuvo el Premio <strong>de</strong> la Crítica y el<br />
Premio Internacional Rómulo Gallegos. Posteriormente ha publicado piezas teatrales (<strong>La</strong><br />
señorita <strong>de</strong> Tacna, Kathie y el hipopótamo, <strong>La</strong> Chunga, El loco <strong>de</strong> los balcones, Ojos bonitos, cuadros feos<br />
y <strong>La</strong>s mil noches y una noche), estudios y ensayos (como <strong>La</strong> orgía perpetua, <strong>La</strong> verdad <strong>de</strong> las<br />
mentiras, <strong>La</strong> tentación <strong>de</strong> lo imposible y El viaje a la ficción), memorias (El pez en el agua), relatos<br />
(Los cachorros) y, sobre todo, novelas: Conversación en <strong>La</strong> Catedral, Pantaleón y las visitadoras, <strong>La</strong><br />
tía Julia y el escribidor, <strong>La</strong> guerra <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l mundo, Historia <strong>de</strong> Mayta, ¿Quién mató a Palomino<br />
Molero?, El hablador, Elogio <strong>de</strong> la madrastra, Lituma en los An<strong>de</strong>s, Los cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> don Rigoberto, <strong>La</strong><br />
Fiesta <strong>de</strong>l Chivo, El Paraíso en la otra esquina, Travesuras <strong>de</strong> la niña mala y El sueño <strong>de</strong>l celta.<br />
Ha obtenido los más importantes galardones literarios, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los ya mencionados hasta el<br />
Premio Cervantes, el Príncipe <strong>de</strong> Asturias, el PEN/Nabokov y el Grinzane Cavour.
<strong>La</strong> obra<br />
Es posible que la cultura ya no sea posible en nuestra época<br />
*<br />
El consumidor real se ha tornado un consumidor <strong>de</strong> ilusiones<br />
*<br />
«Este pequeño ensayo no aspira a abultar el elevado número <strong>de</strong> interpretaciones<br />
sobre la cultura contemporánea, sólo a <strong>de</strong>jar constancia <strong>de</strong> la metamorfosis que ha<br />
experimentado lo que se entendía aún por cultura cuando mi generación entró a la<br />
escuela o a la universidad y la abigarrada materia que la ha sustituido, una<br />
impostura que parece haberse realizado con facilidad, en la aquiescencia general.»<br />
El nuevo ensayo <strong>de</strong>l Premio Nobel 2010, Mario Vargas Llosa, bien podría ser el reverso y<br />
el contrapunto <strong>de</strong> dos <strong>de</strong> sus últimas incursiones en el género. Mientras que en <strong>La</strong> verdad <strong>de</strong><br />
las mentiras (<strong>Alfaguara</strong>, 2002) el escritor se situaba en ese espacio ficcional entre la vida real y<br />
los <strong>de</strong>seos para dar cuenta <strong>de</strong> los infinitos mundos que se abren durante el proceso <strong>de</strong><br />
lectura, que más que proceso es placer; en El lenguaje <strong>de</strong> la pasión (Aguilar, 2000) reunía<br />
muchas <strong>de</strong> las prosas creadas para «Piedra <strong>de</strong> toque», su columna periodística <strong>de</strong> El País,<br />
don<strong>de</strong> sigue dando rienda suelta a sus i<strong>de</strong>as más comprometidas, aquéllas que tienen que<br />
ver con la política, la cultura, lo social, la actualidad en todos sus matices. Así, es en <strong>La</strong><br />
civilización <strong>de</strong>l espectáculo don<strong>de</strong> reflexiona sobre los mecanismos que han conducido a la<br />
<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> la cultura, al menos en el sentido que tradicionalmente hemos dado a esta<br />
palabra, la <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> conciencia que impedía dar la espalda a la realidad. <strong>La</strong><br />
masificación <strong>de</strong> la cultura y la absorción <strong>de</strong> las artes y saberes por la sociedad <strong>de</strong> consumo<br />
han supuesto la entronización <strong>de</strong> la postcultura o contracultura, que otorga un lugar <strong>de</strong><br />
privilegio a las manifestaciones artísticas <strong>de</strong> usar y tirar, con consecuencias nefastas para la<br />
música, la literatura y, sobre todo, las artes plásticas.<br />
<strong>La</strong> pasión: «[Mi] empeño en enten<strong>de</strong>r el trabajo literario como una responsabilidad que no<br />
se agota en lo artístico y está indispensablemente ligada a una preocupación moral y una<br />
acción cívica. Con esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la literatura nació mi vocación, ella ha animado hasta ahora<br />
todo lo que he escrito, y, por lo mismo, va haciendo <strong>de</strong> mí, como <strong>de</strong>l optimista<br />
Frie<strong>de</strong>nspreis, me temo, en estos tiempos <strong>de</strong> la virtual reality, un dinosaurio con pantalones y<br />
corbata, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> computadoras.»<br />
<strong>La</strong> mentira: «<strong>La</strong> ingenua i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que, a través <strong>de</strong> la educación, se pue<strong>de</strong> transmitir la<br />
cultura a la totalidad <strong>de</strong> la sociedad, está <strong>de</strong>struyendo la “alta cultura”, pues la única manera<br />
<strong>de</strong> conseguir esa <strong>de</strong>mocratización universal <strong>de</strong> la cultura es empobreciéndola, volviéndola<br />
cada día más superficial.»
A partir <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> una serie indispensable <strong>de</strong> ensayos ajenos sobre la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong><br />
cultura, Mario Vargas Llosa se mueve entre la inmediata posguerra (Notes Towards the<br />
Definition of Culture <strong>de</strong> T. S. Eliot, 1948) hasta nuestros días. En el camino glosa con suma<br />
maestría y transparente <strong>de</strong>streza algunos <strong>de</strong> los hitos que sobre el particular han ido<br />
apareciendo a lo largo <strong>de</strong> los años, bien como respuesta al libro <strong>de</strong> Eliot (<strong>La</strong> Société du<br />
Spectacle <strong>de</strong> Guy Debord, 1968; Bluebeard’s Castle. Some Notes Towards the Re<strong>de</strong>finition of Culture<br />
<strong>de</strong> G. Steiner, 1971), bien como análisis <strong>de</strong>l nuevo statu quo que iba <strong>de</strong>finiendo las normas<br />
que regían las socieda<strong>de</strong>s contemporáneas (<strong>La</strong> cultura-mundo. Respuesta a una sociedad<br />
<strong>de</strong>sorientada <strong>de</strong> Gilles Lipovetsky y Jean Serroy o Cultura Mainstream <strong>de</strong> Frédéric Martel,<br />
2010).<br />
Seis son los bloques en los que vertebra el escritor la metamorfosis <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> cultura,<br />
aunque todos ellos muestran la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que se está ante un irrefrenable cambio <strong>de</strong><br />
paradigma cultural. Lo efímero, lo light y lo frívolo se alían para conseguir narcotizar al<br />
ciudadano con la ilusión <strong>de</strong> verdad, <strong>de</strong> necesidad, <strong>de</strong> avance, aunque lo que finalmente se<br />
ofrezca no sea más que dispersión. Cada uno <strong>de</strong> los epígrafes contiene una sección final <strong>de</strong><br />
Antece<strong>de</strong>ntes en la que las dotes docentes <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong> Conversación en <strong>La</strong> Catedral quedan<br />
patentes y su autoridad contrastada. Allí da cuenta <strong>de</strong> las voces y textos que ilustran su<br />
propio parecer: dialoga con los autores, batalla por sus i<strong>de</strong>as, se rin<strong>de</strong> a la evi<strong>de</strong>ncia, busca<br />
la complicidad, se <strong>de</strong>sespera, enfada o estimula. Tras el análisis pormenorizado —y<br />
documentado— sobre los temas que fuerzan sus reflexiones, Vargas Llosa cierra los<br />
bloques con algunas piedras <strong>de</strong> toque publicadas en los últimos años que tan pronto se<br />
convierten en glosas a lo escrito, como se muestran fuentes <strong>de</strong> las que el bloque se ha<br />
nutrido. De ahí que alguno <strong>de</strong> los capítulos se vea a menudo como una amplificatio a ese<br />
antece<strong>de</strong>nte periodístico.<br />
<strong>La</strong> lectura <strong>de</strong>l nuevo ensayo <strong>de</strong> Mario Vargas Llosa no es sólo un asunto que incumba al<br />
placer estético, es una obligación moral. Se sigue así el dictado que ha guiado la labor<br />
literaria <strong>de</strong>l autor, como <strong>de</strong>jó dicho durante la aceptación <strong>de</strong>l Premio <strong>de</strong> la Paz <strong>de</strong> los<br />
Editores y Libreros alemanes en 1996: «Una responsabilidad que no se agota en lo artístico<br />
y está indispensablemente ligada a una preocupación moral y una acción cívica. Con esta<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la literatura nació mi vocación, ella ha animado hasta ahora todo lo que he escrito».
Extractos <strong>de</strong> <strong>La</strong> civilización <strong>de</strong>l espectáculo<br />
I. <strong>La</strong> civilización <strong>de</strong>l espectáculo<br />
«<strong>La</strong> inmensa mayoría <strong>de</strong>l género humano no practica, consume ni produce hoy otra forma<br />
<strong>de</strong> cultura que aquella que, antes, era consi<strong>de</strong>rada por los sectores cultos, <strong>de</strong> manera<br />
<strong>de</strong>spectiva, mero pasatiempo popular, sin parentesco alguno con las activida<strong>de</strong>s<br />
intelectuales, artísticas y literarias que constituían la cultura. Ésta ya murió, aunque<br />
sobreviva en pequeños nichos sociales, sin influencia alguna sobre el mainstream.»<br />
II. Breve discurso sobre la cultura<br />
«Entre la cultura y la especialización hay tanta diferencia como entre el hombre <strong>de</strong> Cro-<br />
Magnon y los sibaritas neurasténicos <strong>de</strong> Marcel Proust.»<br />
«Cuando una cultura relega al <strong>de</strong>sván <strong>de</strong> las cosas pasadas <strong>de</strong> moda el ejercicio <strong>de</strong> pensar y<br />
sustituye las i<strong>de</strong>as por las imágenes, los productos literarios y artísticos son promovidos,<br />
aceptados o rechazados por las técnicas publicitarias y los reflejos condicionados <strong>de</strong> un<br />
público que carece <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensas intelectuales y sensibles para <strong>de</strong>tectar los contrabandos y las<br />
extorsiones <strong>de</strong> que es víctima.»<br />
III. Prohibido prohibir<br />
«<strong>La</strong> teoría, es <strong>de</strong>cir la interpretación, llegó a sustituir a la obra <strong>de</strong> arte, a convertirse en su<br />
razón <strong>de</strong> ser.»<br />
IV. <strong>La</strong> <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l erotismo<br />
«El erotismo ha <strong>de</strong>saparecido, al mismo tiempo que la crítica y la alta cultura. ¿Por qué?<br />
Porque el erotismo, que convierte el acto sexual en obra <strong>de</strong> arte, en un ritual al que la<br />
literatura, las artes plásticas, la música y una refinada sensibilidad impregnan <strong>de</strong> imágenes <strong>de</strong><br />
elevado virtuosismo estético, es la negación misma <strong>de</strong> ese sexo fácil, expeditivo y<br />
promiscuo en el que paradójicamente ha <strong>de</strong>sembocado la libertad conquistada por las<br />
nuevas generaciones.»<br />
«Queríamos acabar con las elites (…). Pero hemos conseguido una victoria pírrica, un<br />
remedio peor que la enfermedad: vivir en la confusión <strong>de</strong> un mundo en el que,<br />
paradójicamente, como ya no hay manera <strong>de</strong> saber qué cosa es cultura, todo lo es y ya nada<br />
lo es.»<br />
V. Cultura, política y po<strong>de</strong>r<br />
«Responsabilidad e inteligibilidad van parejas con una cierta concepción <strong>de</strong> la crítica<br />
literaria, con el convencimiento <strong>de</strong> que el ámbito <strong>de</strong> la literatura abarca toda la experiencia<br />
humana, pues la refleja y contribuye <strong>de</strong>cisivamente a mo<strong>de</strong>larla, y <strong>de</strong> que, por lo mismo, ella<br />
<strong>de</strong>bería ser patrimonio <strong>de</strong> todos, una actividad que se alimenta en el fondo común <strong>de</strong> la<br />
especie y a la que se pue<strong>de</strong> recurrir incesantemente en busca <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n cuando<br />
parecemos sumidos en el caos, <strong>de</strong> aliento en momentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sánimo y <strong>de</strong> dudas e<br />
incertidumbres cuando la realidad que nos ro<strong>de</strong>a parece excesivamente segura y confiable.»<br />
«El <strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong> la política en nuestros días no conoce fronteras y ello obe<strong>de</strong>ce a una<br />
realidad incontestable: con variantes y matices propios <strong>de</strong> cada país, en casi todo el mundo,<br />
el avanzado como el sub<strong>de</strong>sarrollado, el nivel intelectual, profesional y sin duda también
moral <strong>de</strong> la clase política ha <strong>de</strong>caído (…). Probablemente ya no que<strong>de</strong>n socieda<strong>de</strong>s en las<br />
que el quehacer cívico atraiga a los mejores.»<br />
«Nada <strong>de</strong>smoraliza tanto a una sociedad ni <strong>de</strong>sacredita tanto a las instituciones como el<br />
hecho <strong>de</strong> que sus gobernantes, elegidos en comicios más o menos limpios, aprovechen el<br />
po<strong>de</strong>r para enriquecerse burlando la fe pública <strong>de</strong>positada en ellos.»<br />
VI. El opio <strong>de</strong>l pueblo<br />
«<strong>La</strong> preservación <strong>de</strong>l secularismo es requisito indispensable para la supervivencia y<br />
perfeccionamiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia (…). El laicismo no está contra la religión; está en<br />
contra <strong>de</strong> que la religión se convierta en obstáculo para el ejercicio <strong>de</strong> la libertad y en una<br />
amenaza contra el pluralismo y la diversidad que caracterizan a una sociedad abierta. En<br />
ésta la religión pertenece al dominio <strong>de</strong> lo privado y no <strong>de</strong>be usurpar las funciones <strong>de</strong>l<br />
Estado, el que <strong>de</strong>be mantenerse laico precisamente para evitar en el ámbito religioso el<br />
monopolio, siempre fuente <strong>de</strong> abuso y corrupción. <strong>La</strong> única manera <strong>de</strong> ejercitar la<br />
imparcialidad que garantice el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> todos los ciudadanos a profesar la religión que les<br />
plazca o a rechazarlas todas, es ser laico, es <strong>de</strong>cir, no subordinado a institución religiosa<br />
alguna en sus <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> función. Mientras la religión se mantenga en el ámbito <strong>de</strong> lo<br />
privado, no es un peligro para la cultura <strong>de</strong>mocrática sino, más bien, su cimiento y<br />
complemento irreemplazable.»<br />
Una reflexión final:<br />
«Me cuesta trabajo imaginar que las tabletas electrónicas, idénticas, anodinas,<br />
intercambiables, funcionales a más no po<strong>de</strong>r, puedan <strong>de</strong>spertar ese placer táctil preñado <strong>de</strong><br />
sensualidad que <strong>de</strong>spiertan los libros <strong>de</strong> papel en ciertos lectores. Pero no es raro que en<br />
una época que tiene entre sus proezas haber acabado con el erotismo se esfume también<br />
ese hedonismo refinado que enriquecía el placer espiritual <strong>de</strong> la lectura con el físico <strong>de</strong><br />
tocar y acariciar.»
El autor ha dicho<br />
«El arte, la literatura y el cine se han trivializado <strong>de</strong> tal manera que el espectador y el lector<br />
viven la ilusión <strong>de</strong> ser cultos y estar en la vanguardia <strong>de</strong> todo con el mínimo esfuerzo<br />
intelectual.»<br />
«Sólo si el intelectual entra en el juego <strong>de</strong> la civilización <strong>de</strong>l espectáculo y se convierte en un<br />
bufón tiene posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que su mensaje prospere.»<br />
<strong>La</strong> crítica ha dicho<br />
Sobre <strong>La</strong> verdad <strong>de</strong> las mentiras<br />
«De este libro <strong>de</strong> Vargas Llosa interesan muchas cosas; es formidable como ejercicio<br />
crítico, pero también como testimonio intelectual y como homenaje a la ficción.»<br />
JOSÉ MARÍA POZUELO YVANCOS, Blanco y Negro Cultural<br />
«Se trata <strong>de</strong> ensayos escritos con pasión, como si estos novelistas <strong>de</strong>l siglo XX formaran<br />
parte <strong>de</strong> un Congreso en el que el tema fuera cómo escribir excelentes novelas.»<br />
JOAQUÍN MARCO, El Cultural<br />
Sobre Cartas a un joven novelista<br />
«Igual que <strong>de</strong>terminados artículos <strong>de</strong> los sucesivos volúmenes <strong>de</strong> Contra viento y marea (o que<br />
sus libros sobre Victor Hugo o sobre Onetti, o que algún libro en apariencia menor, como<br />
las Cartas a un joven novelista), esos libros contienen la más compleja, apasionada y persuasiva<br />
visión <strong>de</strong> la novela y <strong>de</strong>l oficio <strong>de</strong> novelista <strong>de</strong> la que tengo noticia; también contienen el<br />
mejor estímulo que un novelista pue<strong>de</strong> encontrar para escribir, un estímulo solo inferior al<br />
que contienen las propias novelas <strong>de</strong> Vargas Llosa.»<br />
JAVIER CERCAS, El País<br />
«Ahí está su pensamiento y concepción <strong>de</strong> la novela. Dice cómo el narrador tiene que ir<br />
transmutando el espacio y el tiempo en el que transcurren las novelas, haciendo una ficción<br />
<strong>de</strong> ellas para emanciparse <strong>de</strong> ese modo <strong>de</strong> la realidad aparente y lograr la autonomía que<br />
tiene que tener la obra literaria.»<br />
VÍCTOR GARCÍA DE LA CONCHA, ABC
Sobre El sueño <strong>de</strong>l celta<br />
«El sueño <strong>de</strong>l celta reúne algunas <strong>de</strong> las mejores virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l escritor y se integra, a<strong>de</strong>más, en<br />
la estela <strong>de</strong> motivos temáticos fundamentales reiterados a lo largo <strong>de</strong> su obra.»<br />
RICARDO SENABRE, El Cultural<br />
«Vargas Llosa no tiene rival: en El sueño <strong>de</strong>l celta la tarea <strong>de</strong> lectura y documentación previa<br />
es ingente, <strong>de</strong>scomunal y titánica. Pero jamás abruma al lector. He aquí el primer mérito <strong>de</strong><br />
esta novela: contar una historia como si todo fuera verdad escondiendo la mentira. El<br />
segundo mérito estriba en el dominio absoluto y constante <strong>de</strong>l creador sobre su criatura.<br />
Ha escrito novelas más complejas técnicamente, pero la estructura <strong>de</strong> esta queda<br />
perfectamente encajada en lo que el novelista se ha propuesto… Con un dominio absoluto<br />
<strong>de</strong> la novela, que empieza en 1903 y acaba en una cárcel <strong>de</strong> Londres en 1916, <strong>de</strong>muestra<br />
por qué la Aca<strong>de</strong>mia sueca lo premió con el Nobel.»<br />
RICARDO BAIXERAS, El Periódico<br />
«El sueño <strong>de</strong>l celta dibuja, con los recursos <strong>de</strong> la ficción, los <strong>de</strong>spiadados entresijos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />
y la fuerza <strong>de</strong> la individualidad… <strong>La</strong> novela avanza envolvente, a ritmo impecable, y nos<br />
sumerge en una crónica sobrecogedora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spotismo, con unos personajes tan<br />
enraizados en su doliente y contradictoria humanidad que hacen <strong>de</strong> esta novela un gran<br />
regalo literario.»<br />
C. MÉNDEZ, Expansión<br />
«Una novela que aspira a abarcar todo el inabarcable espacio <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> un hombre…<br />
Con esa manera <strong>de</strong> contar <strong>de</strong> Vargas Llosa que emboba, arrastra, hipnotiza y <strong>de</strong>muestra<br />
una vez más que, en efecto, la muerte lo encontrará escribiendo, pues, pasados los 70 años,<br />
escribir un prodigio como El sueño <strong>de</strong>l celta mueve a envidia, admiración ilimitada y aplauso<br />
cerrado.»<br />
FRANCISCO GARCÍA PÉREZ, Información<br />
«De nuevo en el mundo ficticio <strong>de</strong> Vargas Llosa se revela en toda su cru<strong>de</strong>za la verdad <strong>de</strong><br />
las mentiras. Innecesarios los elogios.»<br />
JUAN A. MASOLIVER RÓDENAS, <strong>La</strong> Vanguardia (Cultura/s)<br />
Sobre Travesuras <strong>de</strong> la niña mala<br />
«Una novela <strong>de</strong> amor <strong>de</strong> hoy, <strong>de</strong> erotismo, con encuentros, separaciones, sufrimientos,<br />
engaños, entrega, y también mucha verdad, y en la que Vargas Llosa, a modo <strong>de</strong><br />
entomólogo, analiza minuciosamente la condición humana, como su gran admirado<br />
Flaubert en <strong>La</strong> educación sentimental, obra que se cita en la novela, entre otras muchas<br />
referencias literarias a las que alu<strong>de</strong> el autor. Y es que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> novela para Vargas Llosa<br />
es “la experiencia totalizadora <strong>de</strong> la condición humana”.»<br />
El País
«<strong>La</strong> niña mala recuerda a los amorosos <strong>de</strong> Sabines: buscan la felicidad sin nunca<br />
encontrarla, pues encontrarla equivaldría a per<strong>de</strong>rla sin remedio. Muy recomendable esta<br />
novela, en apariencia mo<strong>de</strong>sta, pero que en realidad rasca con saña exquisita en nuestros<br />
más íntimos <strong>de</strong>seos y frustraciones domésticas.»<br />
JAVIER MUNGUÍA, Revista <strong>de</strong> Letras<br />
Sobre El Paraíso en la otra esquina<br />
«Dada la maestría <strong>de</strong> Vargas Llosa, el resultado no es que sea valioso, sino que resulta<br />
fascinante; no es una novela gran<strong>de</strong> sino dos gran<strong>de</strong>s novelas, dos narraciones históricas…<br />
Libro magistral, que son dos, como dos son los paraísos aquí evocados.»<br />
RAFAEL CONTE, El País<br />
«<strong>La</strong> tarea <strong>de</strong> documentación e investigación que está <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> su construcción es<br />
realmente impresionante y no menos el modo perfecto como realiza la fusión entre lo real<br />
y lo ficticio… en cuanto a las proporciones épicas que sus relatos pue<strong>de</strong>n alcanzar, tal vez<br />
no haya ahora nadie en nuestra lengua que lo pueda superar.»<br />
JOSÉ MIGUEL OVIEDO, ABC Cultural<br />
«<strong>La</strong> novela <strong>de</strong> Vargas Llosa es una prueba <strong>de</strong> su capacidad para recrear imaginativamente el<br />
pasado y permitirnos extraer, como lectores, varias y aún contradictorias opciones<br />
morales.»<br />
JOAQUÍN MARCO, El Mundo<br />
Sobre <strong>La</strong> fiesta <strong>de</strong>l Chivo<br />
«Mario Vargas Llosa ha vuelto a la novela histórica con el arte acumulado tras su ya<br />
extenso periplo literario. El resultado es un libro espléndido, <strong>de</strong> lo mejor que ha dado su<br />
innegable talento.»<br />
JOAQUÍN MARCO, El Cultural <strong>de</strong> El Mundo<br />
«Esta novela atrapará a todo aquel que caiga en sus fauces. El festín narrativo organizado<br />
por el autor invita a continuar insomne hasta el último lamento <strong>de</strong> esperanza final…<br />
po<strong>de</strong>mos disfrutar, una vez más, <strong>de</strong> un talento torrencial, el que se vierte en las voces y<br />
acontecimientos <strong>de</strong> una obra llena <strong>de</strong> incertidumbres morales.»<br />
ANDRÉS MAGRO, Diario 16<br />
«El doctor Vargas Llosa ha escrito mucho más que la historia <strong>de</strong> una magnicidio… Esta es<br />
la vuelta triunfal a su mejor literatura.»<br />
JAVIER APARICIO, El Periódico <strong>de</strong> Catalunya
«No sólo recupera una tradición, la <strong>de</strong> la novela <strong>de</strong>l dictador, que encuentra sus raíces en<br />
esperpénticas en Tirano Ban<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> Valle-Inclán, sino que regresa asimismo a la que para<br />
muchos es su mejor etapa como escritor, la <strong>de</strong> las novelas <strong>de</strong> compleja construcción y<br />
amplio <strong>de</strong>sarrollo que se inicia con <strong>La</strong> ciudad y los perros y se cierra con <strong>La</strong> guerra <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l<br />
mundo.»<br />
JUAN A. MASOLIVER RÓDENAS, <strong>La</strong> Vanguardia<br />
«Pletórico <strong>de</strong> imaginación, técnica narrativa y altura <strong>de</strong> pensamiento, vuelve el mejor Mario<br />
Vargas Llosa con <strong>La</strong> fiesta <strong>de</strong>l Chivo, una feroz crítica <strong>de</strong> la tiranía impuesta por Trujillo a la<br />
República Dominicana y una excepcional novela sobre la corrupción que envuelve<br />
cualquier forma absolutista <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.»<br />
FRANCISCO GARCÍA PÉREZ, <strong>La</strong> Nueva España