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Documento Vamos que vamos - Prisa Ediciones

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Una propuesta para pensar<br />

juntos sobre ética y fútbol<br />

con el libro<br />

<strong>Vamos</strong><br />

<strong>que</strong> <strong>vamos</strong><br />

Un equipo,<br />

un país<br />

de Ana Laura Lissardy


2<br />

Agradecimientos<br />

A Adela Cortina por su<br />

contribución a esta tarea,<br />

con la cesión de derechos<br />

para este trabajo.<br />

Este material es una obra<br />

colectiva, creada y diseñada<br />

en el departamento editorial de<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A., por el<br />

siguiente equipo:<br />

Edición<br />

Alejandra Campos<br />

Ana Laura Lissardy<br />

Colaboración especial<br />

por Fundación Celeste:<br />

Fernando Castellanos<br />

Agustín Reyes Morel<br />

Corrección<br />

María Eugenia Martínez<br />

Diseño y diagramación<br />

Gabriela López Introini<br />

Proyecto generado<br />

por: Fundación celeste: Fernando<br />

Castellanos<br />

por: Santillana: Julián Ubiría y<br />

Fernando Rama<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste


Presentación<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste<br />

Desde <strong>que</strong>, a mediados de 2010, el proyecto del libro <strong>Vamos</strong> <strong>que</strong> <strong>vamos</strong> llegó a la<br />

Fundación Celeste —entonces con un título provisorio—, fue visto como otra oportunidad<br />

para llevar a cabo lo <strong>que</strong> la Fundación se propuso hacer: fomentar los valores<br />

del deporte en la educación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. En este caso,<br />

sería a través de una obra escrita, con testimonios de los integrantes de la Selección<br />

Uruguaya de Fútbol <strong>que</strong> crearon y dieron impulso a la Fundación.<br />

Fundación Celeste colaboró en todo lo <strong>que</strong> estuvo a su alcance para <strong>que</strong> el libro se<br />

hiciera realidad. A su vez, desde Santillana establecieron una donación por cada ejemplar<br />

vendido y se incluyó a la Fundación en la campaña promocional y en la difusión<br />

del libro. Asimismo, el Ministerio de Turismo y Deporte apoyó económicamente el proyecto,<br />

haciendo viable su realización.<br />

La propuesta de Ana Laura Lissardy de escribir un libro sobre los veinticuatro protagonistas<br />

de Uruguay en el Mundial de Sudáfrica —mediante entrevistas y testimonios<br />

personales—, surgió al ver el estado de ánimo, el optimismo, la fe <strong>que</strong> esos<br />

muchachos despertaron en nosotros. Su realización enfrentó no pocas dificultades.<br />

Sin embargo, se concretó y el libro estuvo publicado muy cerca del inicio de la Copa<br />

América 2011.<br />

Salió a la venta el 16 de junio. La recepción <strong>que</strong> tuvo en el público superó todas las<br />

expectativas: <strong>Vamos</strong> <strong>que</strong> <strong>vamos</strong> se transformó en un éxito de ventas y durante varias<br />

semanas lideró las listas de los más leídos en la categoría de no ficción nacional.<br />

Paralelamente surgió un impacto inesperado: el libro comenzó a ser usado por docentes<br />

de enseñanza primaria y secundaria en distintos puntos del país. Empezaron a usarlo<br />

para trabajar los más diversos temas, desde valores hasta geografía. ¡Y los alumnos lo<br />

disfrutaban! Así comenzaron a llegar comentarios, anécdotas, agradecimientos.<br />

Entonces, entre Fundación Celeste y Santillana resolvimos dar un paso más, arriesgado<br />

pero estimulante, a sabiendas de <strong>que</strong> sería un aporte de interés general. Nos<br />

propusimos elaborar materiales <strong>que</strong> sirvieran de apoyo para docentes, familias o<br />

los propios adolescentes y jóvenes —alumnos de centros educativos o integrantes<br />

de clubes deportivos— <strong>que</strong> quisieran usar el contenido del libro para pensar temas<br />

como valores, derechos humanos, sentido de la vida y más.<br />

El resultado está en las páginas siguientes. Es un material de uso libre y gratuito y se<br />

editó solo en formato electrónico para <strong>que</strong> fuera accesible a todos los interesados.<br />

Es una contribución de bien público, sin más pretensiones <strong>que</strong> sacarle el mayor provecho<br />

a la lectura de <strong>Vamos</strong> <strong>que</strong> <strong>vamos</strong>, apoyada en las semblanzas de vida de esos<br />

jóvenes <strong>que</strong> tanto admiramos y <strong>que</strong> hoy son los nuevos ídolos de nuestros chicos.<br />

Fernando Castellanos<br />

Director Ejecutivo de<br />

la Fundación Celeste


Introducción<br />

por Agustín Reyes Morel<br />

Suele decirse <strong>que</strong> en Uruguay hay tres millones de directores técnicos o, al menos,<br />

tres millones de comentaristas. Suele decirse, también, <strong>que</strong> la mayoría de<br />

las discusiones <strong>que</strong> entablamos son sobre fútbol o política. Seguramente todos<br />

hemos participado en intercambios más o menos acalorados sobre cuál es el<br />

equipo más grande del fútbol uruguayo. El debate casi siempre llega a un punto<br />

en <strong>que</strong> uno de los interlocutores muestra la <strong>que</strong> cree su carta ganadora: una<br />

enumeración de logros deportivos de su equipo o de las figuras <strong>que</strong> integraron<br />

sus filas, o el año de su fundación <strong>que</strong> lo convierte en el decano. Casi siempre el<br />

rival de turno dirá, para contraatacar: “Ah, pero yo creía <strong>que</strong> por grande <strong>que</strong>rías<br />

decir otra cosa”. Y presentará credenciales <strong>que</strong>, según su parecer, muestran la<br />

superioridad de su equipo. Es probable <strong>que</strong> esa discusión no sea saldada pero,<br />

si los interlocutores estuvieran realmente interesados en definir el asunto, lo<br />

primero <strong>que</strong> deberían preguntarse es: ¿de qué hablamos cuando hablamos del<br />

equipo más grande? En el fondo de este tipo de preguntas se encuentra uno de<br />

los deseos más básicos de las personas: poder entenderse con los demás y comprenderse<br />

a sí mismas.<br />

¿Nos comprendemos unos a otros?<br />

Necesitamos<br />

comprender y ser<br />

comprendidos.<br />

La filósofa alemana Hannah Arendt decía <strong>que</strong> la comprensión es el modo específicamente<br />

humano de vivir. 1 Necesitamos comprender y ser comprendidos, y uno de<br />

los primero pasos para eso es buscar ponernos de acuerdo sobre el significado de<br />

los términos <strong>que</strong> usamos. Esto no evitará todos los desencuentros y los debates<br />

—por<strong>que</strong> algunas diferencias no son sobre palabras sino sobre hechos—, pero nos<br />

ahorrará esas discusiones <strong>que</strong> terminan con alguien diciendo “es <strong>que</strong> no comprendés<br />

lo <strong>que</strong> digo”.<br />

La comprensión es un ejercicio <strong>que</strong> requiere aclarar los conceptos, acordar <strong>que</strong> en determinado ámbito<br />

cierta palabra tendrá tal sentido. Pero va más allá del uso correcto del lenguaje común. Cuando realmente<br />

comprendemos no solo entendemos qué quiere decir el otro, sino <strong>que</strong> logramos ponernos en<br />

sus zapatos sin abandonar los nuestros. Podemos acceder a su punto de vista y es entonces cuando<br />

generalmente exclamamos: “¡Ahora te entiendo!”.<br />

4<br />

Para poder comprender al otro, en la base tiene <strong>que</strong> haber un acuerdo tácito entre<br />

las personas en diálogo sobre el significado de las palabras <strong>que</strong> utilizan. Por eso,<br />

antes de <strong>que</strong> empecemos a dialogar a partir de esta guía y del libro, es conveniente<br />

aquí precisar la distinción entre algunos términos <strong>que</strong> muchas veces se confunden.<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste


Definamos algunos términos: ética y moral<br />

Por ejemplo, dos campos en los <strong>que</strong> habitualmente se generan confusiones por<br />

usar los mismos términos con significados diferentes son la ética y la moral. Incluso<br />

los conceptos ética y moral muchas veces se utilizan como sinónimos en<br />

el habla cotidiana. “Es una persona de una moral intachable” o “su conducta ética<br />

deja <strong>que</strong> desear” son frases en las <strong>que</strong> los términos parecen ser lo mismo.<br />

Pero a veces no es así. Por ejemplo, en ciertos campos educativos se enseña <strong>que</strong><br />

la moral es vivida, mientras <strong>que</strong> la ética es pensada. Entonces, ¿son lo mismo?<br />

Quizá pueda ser útil aclarar el sentido de estos y de otros términos vinculados a<br />

los comportamientos humanos voluntarios.<br />

En el fútbol no solo<br />

se pone en juego una<br />

pelota, sino también<br />

valores, virtudes y<br />

hábitos.<br />

En este proceso de comprender mejor, el fútbol puede dar buenos ejemplos. Albert<br />

Camus, el escritor argelino-francés, solía decir <strong>que</strong> todo lo <strong>que</strong> había aprendido<br />

en la vida sobre el deber y sobre la ética se lo debía al fútbol. Por<strong>que</strong> en<br />

el fútbol no solo se pone en juego una pelota, sino también valores, virtudes y<br />

hábitos. Se puede considerar como un bonsái del universo moral de los hombres.<br />

En este sentido, las fichas de trabajo <strong>que</strong> siguen nos ayudarán a profundizar esta<br />

relación. Mientras tanto, en la introducción se intentará responder a la pregunta:<br />

¿De qué hablamos cuando hablamos de ética (o moral o valores o virtud)?<br />

La discusión sobre si las palabras ética y moral tienen el mismo significado sigue<br />

abierta. Depende del contexto de aplicación y de quiénes las definan. En este<br />

documento se tomará en cuenta la reflexión de Adela Cortina, filósofa española<br />

<strong>que</strong> trabaja desde hace treinta años en estas cuestiones. 2<br />

Así, es posible distinguir ética de moral y es posible hacerlo asociando cada concepto a un protagonista<br />

central en la historia de la filosofía occidental. Por<strong>que</strong> cuando se habla de ética es necesario mencionar<br />

a Aristóteles (Grecia, siglo iv a.c.). Para este pensador, la ética tenía <strong>que</strong> ver con la posibilidad de<br />

determinar e intentar alcanzar la vida buena del individuo y de la comunidad. No darse a la buena vida,<br />

sino comprender cuál es la forma de vida <strong>que</strong> vale la pena ser vivida.<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste<br />

La ética tenía <strong>que</strong> ver<br />

con la posibilidad de<br />

determinar e intentar<br />

alcanzar la vida<br />

buena del individuo y<br />

de la comunidad.<br />

La felicidad y las virtudes<br />

Según Cortina, este es el ámbito de los máximos deseados, de los ideales a alcanzar.<br />

A veces el concepto de vida buena se traduce por felicidad, y sin ser del todo<br />

correcto, sirve como orientación. Por<strong>que</strong>, más allá de sentimentalismos, cuando<br />

se pregunta a las personas por su modelo de felicidad, generalmente enumeran<br />

los estados o actividades <strong>que</strong> las hacen plenas.<br />

5


Para Aristóteles, la felicidad no era arbitraria ni impulsiva, sino <strong>que</strong> dependía de<br />

un ejercicio racional: el hombre debía poder determinar qué era lo <strong>que</strong> lo definía<br />

y, entonces, la vida buena sería desarrollar plenamente esta esencia.<br />

Casi siempre, determinar qué es lo <strong>que</strong> nos define y actuar en consecuencia implica adoptar ciertos<br />

hábitos o disposiciones respecto a nuestras condiciones naturales. Por<strong>que</strong> alcanzar la vida buena depende<br />

en alguna medida de la fortuna, pero en gran parte del esfuerzo y de la constancia.<br />

¿Cómo llama Aristóteles al hombre <strong>que</strong> ejercita de forma óptima a<strong>que</strong>llo <strong>que</strong> lo<br />

define? Virtuoso. En este marco, la virtud es la práctica excelente de la función<br />

propia de cada persona.<br />

Las prácticas<br />

virtuosas son<br />

a<strong>que</strong>llas <strong>que</strong> mueven<br />

a los demás al elogio.<br />

“La sociedad los<br />

quiere no por ser<br />

excelentes, sino<br />

por<strong>que</strong> ponen la<br />

excelencia al servicio<br />

de la comunidad”.<br />

Algunos ejemplos de comportamientos virtuosos pueden leerse en las fichas <strong>que</strong><br />

siguen, así como en las páginas del libro. Pero no solo dentro de un campo de<br />

fútbol, sino también en la vida cotidiana de los jugadores o en su relación con los<br />

compañeros.<br />

Como dice Aristóteles, las prácticas virtuosas son a<strong>que</strong>llas <strong>que</strong> mueven a los<br />

demás al elogio. Y lo hacen tanto por la belleza de su ejecución como por la posibilidad<br />

de observar a una persona haciéndose dueña de sí misma y ofreciendo<br />

sus capacidades para la consecución de un bien común.<br />

Aplicando palabras de Cortina a los integrantes de la selección uruguaya, “la sociedad<br />

los quiere no por ser excelentes, sino por<strong>que</strong> ponen la excelencia al servicio<br />

de la comunidad”. 3 Así como los árboles se conocen por sus frutos, la identidad<br />

de una sociedad se intuye a través de a<strong>que</strong>llos a quienes admira y coloca<br />

como referentes.<br />

La justicia y los valores<br />

6<br />

Pero la perspectiva de Aristóteles funciona sin necesidad de complementos<br />

cuando las personas viven en una comunidad integrada, en la cual los ideales<br />

de felicidad están articulados entre sí. Pero, ¿qué pasa cuando los hombres comienzan<br />

a organizarse en sociedades más complejas? Entonces es posible <strong>que</strong><br />

el proyecto de una persona interfiera con el de otra, o <strong>que</strong> ciertas formas de felicidad<br />

se desarrollen limitando la libertad de algunos individuos. En ese caso, se<br />

hace imprescindible introducir el concepto de moral.<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste


Cuando se habla de moral es necesario mencionar a Manuel Kant (Alemania, siglo xviii). Para este pensador,<br />

la moral no tenía <strong>que</strong> ver directamente con la felicidad, sino con el comportamiento correcto<br />

hacia los demás. La pregunta <strong>que</strong> se hacía no era “¿cómo puedo determinar mi modelo de vida buena?”<br />

sino “¿cuál es el trato <strong>que</strong> debo tener con los demás para <strong>que</strong> cada uno pueda buscar su modelo de<br />

vida buena?”.<br />

La preocupación de Kant es, en el fondo, por la justicia. Es decir, por el tipo de reglas y principios <strong>que</strong><br />

nos aseguren una convivencia en la <strong>que</strong> nadie esté excluido en la bús<strong>que</strong>da de la felicidad.<br />

Los filósofos <strong>que</strong> han seguido a Kant en esta perspectiva, definen la moral como<br />

una práctica racional y comunicativa en la <strong>que</strong> intentamos alcanzar consensos con<br />

los demás sobre las normas <strong>que</strong> nos afectan a todos.<br />

Por ejemplo, Cortina dice <strong>que</strong> como ciudadanos debemos acordar y respetar un<br />

conjunto de valores mínimos. Por valores se debe entender el conjunto de aptitudes<br />

de las cosas, personas e instituciones para satisfacer las necesidades y deseos<br />

de los hombres.<br />

Cada persona solo<br />

podrá realizarse<br />

plenamente si<br />

reconoce y es<br />

reconocido por los<br />

demás en su igual<br />

dignidad.<br />

¿Qué quiere decir una persona cuando afirma <strong>que</strong> cree en el valor de la igualdad?<br />

Que cree en la capacidad de individuos y grupos para tratar a los demás sin discriminaciones<br />

arbitrarias.<br />

Tal como lo presentan Kant y sus seguidores, en el fondo del concepto de moral<br />

está la intuición de <strong>que</strong> cada persona solo podrá realizarse plenamente si reconoce<br />

y es reconocida por los demás en su igual dignidad, de <strong>que</strong> la confianza, el respeto<br />

y la estima en sí misma es el producto de relaciones de confianza, respeto y estima<br />

mutuas.<br />

¿Por qué leer el libro y estas fichas?<br />

El libro y las fichas presentan múltiples ejemplos de historias personales <strong>que</strong><br />

crecen a partir de la mirada de reconocimiento brindada por alguien significativo;<br />

mirada <strong>que</strong> permite al individuo comenzar a comprender finalmente quién es en<br />

esencia.<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste<br />

Desde Aristóteles hasta nuestros días, cientos de filósofos, escritores y teóricos<br />

han afirmado <strong>que</strong> las narraciones literarias son una de las herramientas más<br />

efectivas para comprender. En particular, son el vehículo ideal para entender situaciones<br />

<strong>que</strong> se alejan de la perspectiva habitual del lector.<br />

7


Los cuentos y las novelas nos ayudan a ubicar en nuestro horizonte historias<br />

y personajes diferentes a nosotros. Los buenos cuentos y las mejores novelas<br />

hacen algo más: nos cambian definitivamente ensanchando nuestro horizonte.<br />

Y lo hacen por<strong>que</strong> estimulan la imaginación, esa maravillosa capacidad <strong>que</strong>, al<br />

decir de Arendt, nos permite poner a cierta distancia lo <strong>que</strong> nos resulta demasiado<br />

próximo y salva los abismos <strong>que</strong> nos separan de a<strong>que</strong>llo <strong>que</strong> nos resulta<br />

demasiado ajeno.<br />

En definitiva, cuando comprendemos a partir de la literatura se desvanecen las<br />

diferencias temporales y culturales, “<strong>que</strong>dando solamente nuestra compartida<br />

condición humana, primitiva e intacta, abierta a todas las posibilidades <strong>que</strong> nos<br />

vuelven seres vulnerables, finitos y necesitados de reconocimiento”, como afirma<br />

la filósofa uruguaya Helena Modzelewski. 4<br />

Ojalá <strong>que</strong> el libro y estas fichas ayuden a los lectores —adultos, jóvenes y niños—<br />

en la tarea permanente de comprenderse y comprender al otro, es decir,<br />

en la tarea común y conjunta de humanizarse.<br />

Agustín Reyes Morel<br />

Es licenciado en Filosofía por la Universidad de la República (Uruguay) y doctorando en la Universidad<br />

de Valencia (España). Es docente e investigador en la Universidad Católica del Uruguay<br />

y en la Universidad de la República. También es socio en la consultora Proa - Iniciativas<br />

en comunidad.<br />

1<br />

Esta idea está presente en casi toda la obra de Arendt, pero se profundiza en<br />

el libro Ensayos de comprensión: 1930-1954, publicado por Caparrós Editores<br />

en Madrid, en el año 2005.<br />

2<br />

La bibliografía de Cortina es muy extensa. Sobre estos temas pueden consultarse<br />

los libros Las fronteras de la persona. El valor de los animales, la<br />

dignidad de los humanos (Taurus, Madrid, 2009), El <strong>que</strong>hacer ético. Guía<br />

para la educación moral (Santillana, Madrid, 1996), Ética sin moral (Tecnos,<br />

Madrid, 1990).<br />

8<br />

3<br />

Cortina realizó esta afirmación en su discurso de apertura del xxi Seminario<br />

de la Fundación Étnor sobre Ética Económica y Empresarial, realizado en<br />

Valencia, el 5 de octubre de 2011.<br />

4<br />

Modzelewski presenta esta idea en su artículo «Enseñanza de la literatura<br />

para una apertura a la alteridad», publicado en la revista uruguaya Actio en<br />

diciembre de 2006. La cita corresponde a la página 75 de ese texto.<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste


<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste<br />

>>ficha 1<br />

El desafío<br />

de ser<br />

persona<br />

Este material se estructura a partir de dos libros. El contenido<br />

corresponde al texto para educación secundaria de<br />

Ética 4 ESO 1 . Los textos <strong>que</strong> aparecen bajo el título “Casos”<br />

son citas del libro <strong>Vamos</strong> <strong>que</strong> <strong>vamos</strong>. Un equipo, un país 2 .<br />

1<br />

Adela Cortina, M.ª Begonia Domené, Domingo García, Emilio Martínez, Juan Manuel<br />

Ros y Norberto Smilg. Madrid, Santillana, 2003.<br />

2<br />

Ana Laura Lissardy, Montevideo, Aguilar, 2011.<br />

9


El camino de ser persona<br />

Nacemos seres humanos, pero ser personas es una vocación <strong>que</strong> nos ocupa<br />

toda la vida. Nuestra salud, nuestra intimidad, la relación con los demás, el oficio<br />

o profesión <strong>que</strong> ejercemos, la libertad <strong>que</strong> tenemos para tomar decisiones y el<br />

sentido <strong>que</strong> seamos capaces de dar a nuestra existencia son aspectos fundamentales<br />

para ser verdaderamente personas.<br />

Preguntas para compartir<br />

• ¿Se nace persona o nos hacemos personas?<br />

• ¿Es posible ser persona sin relacionarse con los demás?<br />

Problemas éticos<br />

Entre los problemas <strong>que</strong> nos afectan a lo largo de la vida, se destacan —por<br />

cantidad e intensidad— los <strong>que</strong> se crean a partir de nuestras relaciones con<br />

los demás. Tanto es así <strong>que</strong> el filósofo Jean-Paul Sartre llegó a decir <strong>que</strong> “el infierno<br />

son los otros”. Esta afirmación resulta exagerada, pues si bien es cierto<br />

<strong>que</strong> las relaciones humanas generan problemas, también lo es <strong>que</strong> son una<br />

gran fuente de satisfacciones.<br />

Nuestras relaciones se desarrollan en diversos ámbitos: la familia, las instituciones<br />

de educación, el barrio, el lugar de trabajo... Y buscamos un tú especial<br />

y único al <strong>que</strong> acompañar y <strong>que</strong> nos acompañe en el camino de la vida. Los<br />

problemas están servidos, por<strong>que</strong> no hay dos personas iguales ni <strong>que</strong> vivan<br />

los acontecimientos de la misma manera o tengan idénticas expectativas de<br />

vida. Pero no es mejor —ni siquiera posible— la soledad. Decía Aristóteles <strong>que</strong><br />

el hombre no puede vivir separado de otros hombres: sin ellos se hace un animal<br />

o un dios, y es mucho más habitual lo primero <strong>que</strong> lo segundo.<br />

Los peligros <strong>que</strong> más frecuentemente acechan nuestras relaciones varían<br />

según el ámbito: la convivencia con nuestros padres, con nuestros amigos,<br />

compañeros de estudio o trabajo, las relaciones de pareja... Sin embargo, no<br />

podemos olvidar <strong>que</strong> aprendemos a ser personas y lo hacemos, para bien y para<br />

mal, de las personas con las <strong>que</strong> convivimos. En gran medida, quiénes lleguemos<br />

a ser dependerá del reconocimiento <strong>que</strong> recibamos (o <strong>que</strong> no recibamos)<br />

de nuestros padres, amigos, compañeros, vecinos y colegas.<br />

10<br />

casos<br />

Sebastián Eguren<br />

La Fundación Celeste, cuya idea inicial fue de Eguren, es apenas una muestra de su solidaridad, <strong>que</strong><br />

empezó a forjarse en su infancia, en el barrio montevideano de Villa Española, donde se ayudaban<br />

unos a otros para subsistir.<br />

“El juego en equipo, <strong>que</strong> para él es tan importante, no es otra cosa <strong>que</strong> un reflejo de su forma de ser en la vida.<br />

‘También soy así como persona. Quizás sea por donde viví y por mi familia y amigos, <strong>que</strong> son muy solidarios.’<br />

Eguren se crió en Villa Española y fue ahí <strong>que</strong> empezó a aprender, viendo esos gestos hacia los demás<br />

y practicándolos. Cuando había, por ejemplo, largos cortes de luz por no haber pagado las facturas, se<br />

ayudaban entre los vecinos para <strong>que</strong>, igualmente, en esa casa no faltara nada.” (p. 113)<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste


Diego Forlán<br />

Nació y se crió con dos profesionales del fútbol: su padre y su abuelo. Es nieto de inmigrantes <strong>que</strong><br />

se esforzaron y lucharon para empezar una vida desde cero en Uruguay. Hoy, Forlán es esforzado y<br />

profesional, como ellos.<br />

“De esa suma (y multiplicación) nació en Montevideo, un día de mayo de 1979, Diego Forlán Corazo,<br />

con las piernas de su padre y el temple de su mamá. Nació con una historia y con una misión. La misma<br />

<strong>que</strong> llegaba de España y de Uruguay, para unirse dentro de él. Una misión de superación personal,<br />

como la de su abuela Maruja. De tesón, como la de su abuelo Juan Carlos. Y de excelencia, como la de<br />

su papá. Diego Forlán Corazo no había abierto aún los ojos y ya era un profesional.” (p. 140)<br />

Álvaro Fernández<br />

Su pueblo, Pueblo Agraciada, su mujer, Verónica, y un compañero de Wanderers, volvieron a ese niño<br />

inquieto y ansioso el hombre tranquilo y paciente <strong>que</strong> es hoy, tan parecido a la gente de su tierra,<br />

además.<br />

“Ese niño tan inquieto y agarrado a sus raíces, ese joven tan de su lugar se convirtió en hombre poco<br />

a poco. Fue dejando detrás la inquietud y la ansiedad. Templando su carácter. Volviéndose cada vez<br />

más igual a su pueblo y a su tierra, tranquilo y seguro. (...). En esa paulatina transformación del niño<br />

inquieto en el paciente y tranquilo colaboró mucho Verónica, su mujer (...). ‘Ponía cabeza cuando estaba<br />

mal. Ella me pone los pies sobre la tierra’ (...) La otra persona <strong>que</strong> fue fundamental para Álvaro en<br />

esa tarea de ‘bajarlo a tierra’ y convertirlo en un hombre cada vez más tranquilo fue Julio Rodríguez,<br />

un compañero suyo de Wanderers, adonde pasó a jugar después de Atenas y donde debutó en Primera<br />

División. Julio, en los momentos en los <strong>que</strong> Álvaro no lograba jugar como <strong>que</strong>ría y sabía, o directamente<br />

cuando no jugaba, le decía:<br />

—Flaco, tenés <strong>que</strong> estar tranquilo, con los pies en la tierra. Por<strong>que</strong> en el fútbol no son todas maduras.<br />

Van a venir las verdes también y tenés <strong>que</strong> seguir preparado.” (pp. 276-278)<br />

Diego Lugano<br />

Su preocupación por alcanzar una mayor justicia social (<strong>que</strong> hoy se ve, entre otras cosas, en su rol<br />

protagónico en la Fundación Celeste) la heredó de su madre, de su abuela y de su entorno.<br />

“De niño, Lugano acompañaba a su madre, Diana, a los hogares del inau (entonces iname) de<br />

Canelones, donde ella enseñaba manualidades. Él vivía con sus padres y sus dos hermanas<br />

(y luego con su madre y sus hermanas, cuando los padres se separaron), y pudo ver <strong>que</strong><br />

existía otra realidad. Otras caras. O, más aún, otras emociones, preocupaciones o sueños<br />

rotos, detrás de un mismo gesto de picardía o de una misma travesura. Detrás de un<br />

rostro aparentemente risueño o de un chiste contado al pasar. ‘Y sí, se veían realidades<br />

crueles. Crueles. Hay gente <strong>que</strong> no la pasa tan bien. Eso, más el hecho de <strong>que</strong> fui al<br />

colegio María Auxiliadora y a un liceo de hermanos, <strong>que</strong> hacíamos retiros espirituales<br />

y actividades a beneficio, y al hecho de <strong>que</strong> mi abuela me llevaba a misa todos los domingos...<br />

Creo <strong>que</strong> todo eso como <strong>que</strong> te genera cierto sentido social.” (pp. 30 y 31)<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste<br />

11


Tres requisitos son fundamentales en toda relación humana satisfactoria y plena:<br />

el afecto, el respeto y la estima.<br />

El afecto es el lazo más básico, el <strong>que</strong> se establece con los padres, la familia y<br />

las personas más cercanas. Es el tipo de relación <strong>que</strong> nos ayuda a reforzar la<br />

confianza en nuestros deseos y creencias. Por el afecto <strong>que</strong> se nos da, en forma<br />

de atenciones y cuidados, desarrollamos nuestras facultades físicas y mentales,<br />

y él constituye el fundamento de nuestra personalidad, de tal modo <strong>que</strong> la carencia<br />

de afecto daña nuestro cuerpo y nuestra mente.<br />

caso<br />

Nicolás Lodeiro<br />

El afecto y la protección de su familia le dieron la seguridad y la confianza necesarias<br />

para lograr sus objetivos.<br />

“Fue el menor y más mimado de la selección. Como lo había sido toda su vida. Era el más chico<br />

de tres hermanos (mucho más chico), el hijo <strong>que</strong> no habían tenido sus dos tías solteras, y el<br />

consentido de su abuela Pichona. (...) Es quizás ese lugar de protegido <strong>que</strong> ocupó desde la<br />

infancia el <strong>que</strong> le dio la confianza y la seguridad necesarias y suficientes para lograr lo <strong>que</strong><br />

se proponía. Y para convertirse en un convencido de <strong>que</strong> los objetivos basta proponérselos<br />

para conseguirlos. ‘Cuando te ponés algo en la cabeza —ilustra Nico— y tenés <strong>que</strong> llegar<br />

a ese examen, <strong>que</strong>rés salvar, pero no tenés los materiales... Bueno, andá a buscarlos, te<br />

juntás con otros a estudiar, te tomás un café de noche, te acostás un poco más tarde. Y,<br />

si realmente <strong>que</strong>rés salvar, lo vas a salvar.’ ” (pp. 199 y 200)<br />

El respeto es tan importante como el afecto por<strong>que</strong> nos permite valorarnos<br />

a nosotros mismos y a los demás como personas, es decir, como seres <strong>que</strong>,<br />

siendo diferentes, son esencialmente iguales.<br />

Finalmente, la estima impregna el tipo de relación <strong>que</strong> nos posibilita tomar conciencia<br />

de <strong>que</strong> nuestra vida y la de los demás son dignas de ser vividas, de <strong>que</strong><br />

somos únicos, irrepetibles y valiosos.<br />

Sin afecto, respeto y estima será muy difícil <strong>que</strong> vi<strong>vamos</strong> una vida auténticamente<br />

humana y, más difícil aún, <strong>que</strong> ayudemos a los otros a hacerlo.<br />

12<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste


casos<br />

Durante el Mundial de Sudáfrica, incluso quienes no jugaban y sufrían por eso, respetaron la decisión<br />

del técnico y respetaron también a sus compañeros, no haciéndoles pesar su dolor por no poder<br />

estar dentro de la cancha.<br />

Walter Gargano<br />

“A pesar de haberlo pasado mal los primeros días del Mundial por no haber jugado como esperaba, se<br />

lo tomó con buen humor. O, al menos, no hacía pesar a los demás si estaba mal. ‘Hay veces <strong>que</strong> me<br />

encerraba en el cuarto y no hablaba, y no era yo. De rabia y calentura’, cuenta ahora. (...) Cuando ya<br />

se había descargado, salía de la habitación e intentaba sonreír. ‘Trataba de reponerme y entrenar al<br />

máximo para <strong>que</strong> me vieran <strong>que</strong> estaba bien, <strong>que</strong> no iba a caer por<strong>que</strong> no me hubieran puesto. Era un<br />

grupo cariñoso y los <strong>que</strong> jugábamos menos le metíamos onda también.’ ” (pp. 73 y 74)<br />

Nacho González<br />

“Al partido siguiente calentó esperando entrar, pero no entró. Y así sucedió en cada uno de los partidos<br />

del Mundial. Y, aun<strong>que</strong> le costó entenderlo, lo aceptó: ‘Me mordí los labios y me aguanté. Aun<strong>que</strong><br />

fue duro por<strong>que</strong> tenía muchas ganas de jugar y me tenía mucha confianza. Los días, para los <strong>que</strong> no<br />

jugábamos, no eran fáciles.’ No lo eran ni durante los partidos ni fuera de ellos. ‘El hincha a veces<br />

es muy duro con los <strong>que</strong> no juegan. A veces son sarcásticos y otras veces ni se acuerdan de uno;<br />

no te piden autógrafos, ni te sacan fotos, ni te llaman a los programas. Y para nosotros eso no es<br />

fácil de llevar. Pero somos profesionales. Y yo, como cristiano, tenía <strong>que</strong> bancármela.” (pp. 253<br />

y 254)<br />

Por tanto, para <strong>que</strong> nuestras relaciones con los demás no sean equivocadas, es<br />

conveniente <strong>que</strong> estén presididas siempre por el respeto y, si es posible, también<br />

por el afecto y la estima, aun<strong>que</strong> estos últimos no se pueden exigir.<br />

Sea cual sea el ámbito en <strong>que</strong> nos relacionemos y por mucha confianza <strong>que</strong> tengamos<br />

con las personas <strong>que</strong> están en él, es bueno <strong>que</strong> ofrezcamos el respeto y <strong>que</strong> lo<br />

exijamos de los demás. Tratar mal a alguien o consentir <strong>que</strong> alguien nos trate mal<br />

es una indicación clara de <strong>que</strong> esa relación no nos va a hacer mejores, ni a nosotros<br />

ni a la otra persona. La estima vendrá después, si es <strong>que</strong> viene, pero solo perdurará<br />

si antes ha habido respeto, y entonces la relación será sólida y consistente.<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste<br />

Son muy importantes los gestos, las palabras y las acciones, por<strong>que</strong> muestran la<br />

disposición de una persona hacia a<strong>que</strong>llas con las <strong>que</strong> se relaciona. El desagrado,<br />

el rechazo, la desconsideración o la censura <strong>que</strong> podamos sentir hacia el otro se<br />

traslucen, a veces sin <strong>que</strong> nos demos cuenta. Pero de la misma manera <strong>que</strong> nosotros<br />

los percibimos, también se perciben en nosotros. Por eso debemos hacernos<br />

cargo de nuestros gestos, de nuestras palabras y de nuestras acciones, para <strong>que</strong><br />

podamos tratar a cada uno de la forma <strong>que</strong> se merece. Y como no nacemos con un<br />

cupo de relaciones asignado de antemano, si vemos <strong>que</strong> en una de ellas falta el<br />

afecto o la estima, y sobre todo, el respeto, quizá lo más prudente sea dejarla y seguir<br />

caminando. Afortunadamente, el mundo está lleno de personas muy diversas.<br />

13


¿Y la salud?<br />

Se define a la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social,<br />

aun<strong>que</strong> comúnmente entendemos por salud la ausencia de enfermedad. A veces,<br />

la enfermedad no es accidental, sino <strong>que</strong> nos la provocamos nosotros mismos,<br />

como un mecanismo de defensa ante una situación <strong>que</strong> no sabemos cómo<br />

resolver, o como consecuencia de sufrimientos.<br />

La enfermedad también viene como consecuencia de malos hábitos (como fumar<br />

o comer mal) o de conductas irresponsables (como consumir drogas o no<br />

prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual).<br />

El aseo, una variada y equilibrada alimentación, el descanso necesario y una actitud<br />

positiva ante la vida son elementos indispensables para una buena salud.<br />

Cuidar la salud es uno de los primeros deberes éticos, por<strong>que</strong> cuando se deteriora<br />

disminuyen de raíz nuestras oportunidades en la vida. Además, hacemos <strong>que</strong><br />

lo <strong>que</strong> nos quieren también limiten sus posibilidades para poder atendernos.<br />

La falta de higiene y de orden, la mala alimentación, el escaso descanso y una<br />

actitud negativa hacia la vida nos acarrearán, seguramente, problemas más o<br />

menos graves de salud.<br />

Hoy son enfermedades sociales la depresión, el vacío existencial o la actitud<br />

consumista, <strong>que</strong> se traduce en una pulsión por tener cosas, estados o eventos<br />

<strong>que</strong> desaparecen —o desaparece su valor— rápidamente.<br />

14<br />

casos<br />

Diego Pérez<br />

De niño, pasaba las tardes con sus abuelos y su tío Washington, <strong>que</strong> no hablaba y casi no se<br />

movía por un derrame cerebral <strong>que</strong> tuvo al nacer. Desde entonces, ya se preocupaba por él.<br />

Ahora se preocupa por la salud de toda su familia y por la de sus compañeros de equipo.<br />

“Todas esas tardes con sus abuelos y su tío (por<strong>que</strong> sus padres trabajaban), de asistencia y sacrificio,<br />

fueron generando algo <strong>que</strong>, con la muerte de ellos dos, terminó de surgir en él: se convirtió<br />

en un preceptor y custodio de la salud de los demás. ‘Antes de los partidos, estoy haciendo<br />

el calentamiento y, durante los masajes, rezo. Pido a la Virgen un buen partido, pero, más <strong>que</strong><br />

nada, pido por la salud de todos los jugadores. Y cuando entro en la cancha pienso en mis hijos,<br />

mi señora, y también pido salud. Creo en Dios a mi manera: me siento y hablo directo con<br />

él. Le agradezco y le pido salud. Nada más. Es lo más importante de la vida.’<br />

Tan importante es para él <strong>que</strong> retó a su padre a <strong>que</strong>, si iba al Mundial, tenía <strong>que</strong> adelgazar<br />

treinta kilos (y los adelgazó), y a su madre también le pidió <strong>que</strong> cuidara su dieta.” (p. 217)<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste


Diego Forlán<br />

Su dieta, su disciplina, su cuidado personal y el respeto por sus horarios de descanso son fundamentales<br />

para <strong>que</strong> hoy Forlán sea quien es. Tanto, <strong>que</strong> los compartía con sus compañeros de la<br />

selección.<br />

“En el mundo-Forlán los gestos de apoyo y cariño pasan por otro lugar. Son los<br />

<strong>que</strong> aprendió. (...) Son tranquilizar a Luis Suárez cuando se preocupa y amarga<br />

por<strong>que</strong> no pudo marcar un gol. (...) Son, también, enseñarles su rutina personal de<br />

entrenamiento matutino y los tips de su dieta a varios jugadores de la selección.<br />

‘Tengo ideas <strong>que</strong> me da un profe amigo mío <strong>que</strong> tiene conocimiento y yo tengo mucha<br />

confianza en él. Y los jóvenes me han preguntado qué tipo de rutina estaba haciendo,<br />

hace cuánto <strong>que</strong> la hacía y por qué.’ Son gestos de cariño. Solo <strong>que</strong> diferentes<br />

a los de los demás.” (pp. 145 y 146)<br />

Sugerencia de actividades generales<br />

Para intercambiar y dialogar<br />

Formen un grupo de cinco voluntarios <strong>que</strong> tendrá como tarea la<br />

elaboración de una encuesta. Las preguntas deben estar hechas de<br />

modo <strong>que</strong> quienes respondan expresen:<br />

• si sus relaciones con los demás son satisfactorias.<br />

• los rasgos <strong>que</strong> más valoran en sus familiares, compañeros y amigos.<br />

• los elementos <strong>que</strong> fallan más frecuentemente en las relaciones con los demás.<br />

• los aspectos <strong>que</strong> cada uno tiene <strong>que</strong> corregir y los <strong>que</strong> deben corregir los demás<br />

para <strong>que</strong> mejoren las relaciones.<br />

Una vez confeccionada y respondida por el resto de los compañeros, pongan en<br />

común los resultados y elaboren un informe entre todos.<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste<br />

Tabárez:<br />

el hacedor<br />

“Observaron a esos 23 hombres haciendo bromas y riendo. Observaron a esos 23 y ni a uno<br />

solo en silencio. A esos 23 tan distintos y tan juntos. A esa suma de historias <strong>que</strong> estaban<br />

ahí por un objetivo común. Observaron y guardaron silencio. Estar mentalizado, decía Tabárez,<br />

es estar feliz en el lugar en el <strong>que</strong> se está”. (pp. 330)<br />

• De acuerdo a este texto, ¿qué características de ser persona tienen <strong>que</strong> existir en el equipo celeste<br />

para <strong>que</strong> “esos 23 tan distintos” estén “tan juntos”?<br />

• ¿Qué significa para ti estar feliz? Compártelo con tus compañeros y luego responde: ¿todos piensan<br />

lo mismo?<br />

15


Luis Suárez:<br />

la actitud<br />

“Sofía tenía 12 años cuando lo conoció, lo intuyó y le dijo ‘vos podés’. Esas dos palabras,<br />

seguras y repetidas, le cambiaron la vida. ‘Fue un cambio muy grande en todo sentido. Yo<br />

era muy vago para estudiar y ella me ayudó a darme cuenta <strong>que</strong> no era por burro <strong>que</strong> no me<br />

iba bien, sino por<strong>que</strong> no <strong>que</strong>ría’. Dejó de salir tanto, empezó a ir a clases habitualmente y a<br />

llevar una vida más ordenada.”<br />

Sofía “(...) en poco tiempo era ya un pilar fundamental de su vida. Lo había cambiado completamente,<br />

transformado. Lo había renacido. Por<strong>que</strong> era la primera persona <strong>que</strong>, manifiestamente,<br />

había creído en él.” (p. 125)<br />

Jorge Fucile:<br />

el optimismo<br />

“Como llegaba de un cuadro chico, cuenta, lo primero <strong>que</strong> se preguntaron todos fue: ‘¿Quién es<br />

este Fucile?’. Y, al enterarse de <strong>que</strong> llegaba de Liverpool, la respuesta fue un ‘es de Liverpool’<br />

despectivo. Así <strong>que</strong> se propuso demostrarles a todos quién era. El primer partido con la selección<br />

fue un amistoso contra Rumania en Estados Unidos. Llamó a su padre y este le aconsejó<br />

<strong>que</strong>, simplemente, hiciera lo <strong>que</strong> él sabía y tranquilo, <strong>que</strong> los estudiara. Así <strong>que</strong> entró al campo<br />

de juego y observó a esos futbolistas <strong>que</strong> jugaban en Europa y <strong>que</strong> creía más rápidos y fuertes<br />

<strong>que</strong> él. ‘Uno no sabe con qué está combatiendo. Pero, poco a poco veía <strong>que</strong> no era la gran cosa,<br />

<strong>que</strong> eran iguales. Y me dije <strong>que</strong> esos monstruos <strong>que</strong> juegan en equipos tan grandes no eran<br />

más <strong>que</strong> yo.’ Uruguay ganó 2 a 0. ‘Y la gente empezó a saber, un poquitito, quién era Fucile.’ ”<br />

(p. 59)<br />

• Luego de leer los fragmentos sobre Luis Suárez y Jorge Fucile, ¿qué crees <strong>que</strong><br />

fue importante para <strong>que</strong> lograran sus objetivos?<br />

• ¿Qué personas a lo largo de tu vida te alientan o te han apoyado para lograr<br />

cosas? ¿En qué forma lo hicieron? ¿Con gestos, palabras, acciones o de otra<br />

forma?<br />

• ¿Cómo alientas o acompañas a otras personas?<br />

16<br />

>>ficha 2<br />

¿Cómo<br />

orientarnos<br />

en la vida?<br />

Casos: Fernando Muslera, Diego Godín, Mauricio Victorino, Edinson Cavani, Álvaro<br />

Pereira, Juan Castillo, Sebastián Abreu, Maximiliano Pereira, Egidio Arévalo Ríos,<br />

Andrés Scotti, Sebastián Fernández, Martín Cáceres, Martín Silva.<br />

>>Próxima edición 2012<br />

<strong>Ediciones</strong> Santillana S.A. Fundación Celeste

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