¿Cómo surgió su vocación al - Seminario Conciliar de Madrid

VIDA A PÚBLICA
Entrevista a… ESPERANZA PUENTE
¿Qué lleva a una mujer a plantearse
abortar?
- El miedo, la soledad y el abandono
de la pareja y de la sociedad. Las instituciones
públicas, que por ley deberían
ayudar a la mujer y ofrecerle alternativas,
le ofrecen sólo la posibilidad
del aborto, como algo fácil que
va a acabar con el problema. De este
modo ya no hay decisión que tomar…
Uno toma decisiones cuando
tiene alternativas.
¿Qué es el síndrome post-aborto?
- Toda mujer que ha abortado, aunque
lo niegue, se tiene que enfrentar
tarde o temprano al sentimiento de
culpa, por participar en la pérdida de
un hijo.
Tiene síntomas como ansiedad, angustia,
miedo, depresión y patologías
como pesadillas, auto-lesión, sentimiento
de culpa, ira y promiscuidad
(o bien su contrario: el rechazo absoluto
del sexo).
"Fue liberador experimentar el perdón de Jesucristo"
Hace muchos años, Esperanza se sometió a un aborto. En la actualidad, trabaja en la Fundación "Red Madre", que se dedica
tanto a ofrecer alternativas a mujeres que se están planteando abortar, como a atender a mujeres que ya lo han hecho.
Desde su experiencia personal, iluminada a luz de su condición de católica, nos ofrece un testimonio muy ilustrativo de la
verdadera cara del aborto y sus consecuencias.
La ira se acaba convirtiendo en violencia;
el porcentaje de mujeres que
acaban maltratando a los hijos es
muy alto. En mi caso, de hecho fue
así, y ése fue el detonante para pedir
ayuda. Me di cuenta de que me pasaba
algo: había perdido la alegría, me
despertaba sin poder respirar, mi hijo
me había perdido como madre (afectivamente
hablando),… hasta que
comencé a pegarle.
¿Cómo ves lo que te pasó a la luz de
tu experiencia de Dios?
- El aborto provocado genera una herida,
tanto humana como espiritual.
Mientras que la herida humana la tiene
que curar un psiquiatra, la espiritual
sólo la puede curar Dios.
Para mi fue liberador experimentar el
perdón de Jesucristo. Esa liberación
fue fundamental para recuperar el
don de la alegría. Experimenté la acogida
no sólo de Dios sino de la Iglesia,
incluso con mucho más amor que
antes… Aquel día sentí que en el Cielo
había una fiesta.
¿Crees que los católicos nos estamos
tomando en serio la grave realidad
del aborto?
- La Madre Teresa de Calcuta decía
que una sociedad que acepta un acto
físicamente violento en el inicio de la
vida como algo normal, es una sociedad
abocada a cualquier tipo de violencia.
En los últimos 10 años se ha
triplicado no sólo el aborto, sino también
la violencia en las calles y en los
hogares.
Es responsabilidad de todos, no sólo
del gobierno, el acabar con esta situación.
Parece que la actitud de muchos
católicos es la de no hacer nada
mientras a ellos no les afecte, y no tenemos
derecho a aceptar como normal
algo que es intrínsicamente malo,
algo que está privando de la vida a
seres humanos. Hay que despertar y
no callar; hablar claro, sin miedo.
¿Cuál debe ser la postura del sacerdote
que se enfrentan a casos de
aborto?
- Ni excesivamente
emocional,
ni excesivamente
fría.
Hay sacerdotes
que
dan la absolución
alegremente,
y
no sirve
para nada,
porque la mujer se sigue culpabilizando.
La labor del sacerdote es la de
llevar el consuelo y el perdón de Jesucristo,
no la de decir que no pasa nada.
También se da el caso contrario de
sacerdotes que quieren ayudar más
de la cuenta. Deben ayudar pero sin
involucrarse; para eso ya existen instituciones,
incluso en la misma Iglesia.
Borja Castañeda Pérez
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