EL BARCELONA NO LE GANA AL MADRID DESDE EL ... - Diario As
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en su primer año (1966-67) fue<br />
tal que la NCAA prohibió los mates<br />
para intentar frenarle. Dio lo<br />
mismo. La carrera universitaria<br />
de quien en 1971 se convertiría<br />
en Kareem Abdul-Jabbar se cerró<br />
con tres títulos en tres años y un<br />
balance de 88 victorias y sólo dos<br />
derrotas. Wooden no sufrió resaca<br />
post Alcindor y también ganó los<br />
dos siguientes campeonatos con<br />
grandes jugadores, como Sidney<br />
Wicks, pero una innovación para<br />
la historia: la inclusión del hoy<br />
celebérrimo corte de UCLA como<br />
movimiento base del ataque. Transición<br />
exitosa hasta Walton, otro<br />
coloso: dos títulos más, dos temporadas<br />
seguidas sin perder (la<br />
primera con 30 puntos de ventaja<br />
media por encuentro) y una racha<br />
nunca igualada de 88 triunfos<br />
consecutivos. Una inesperada derrota<br />
en semifinales de 1974 ante<br />
North Carolina puso fin a la carrera<br />
universitaria de Walton y a la<br />
racha de siete títulos seguidos de<br />
UCLA. Una época legendaria que<br />
se cerraría con un último campeonato<br />
al año siguiente, 1975, momento<br />
en el que Wooden decidió<br />
retirarse sin marcha atrás.<br />
“Quién eres como<br />
persona es mucho<br />
más importante<br />
de quién eres<br />
como jugador de<br />
baloncesto”<br />
Wooden, que murió en 2010 a<br />
cuatro meses de cumplir los 100<br />
años, es un símbolo que trasciende<br />
el deporte en Estados Unidos.<br />
Condecorado con la Medalla de la<br />
Libertad, el más alto honor civil<br />
de la nación, se convirtió en escritor<br />
y conferenciante de prestigio,<br />
algo lógico en quien siempre<br />
se consideró tan profesor como<br />
SU ESTATUA. Esta imagen del<br />
técnico preside la entrada al<br />
Pauley Pavilion angelino.<br />
LONGEVIDAD. Wooden vivió<br />
hasta los 99 años y 8 meses y<br />
nunca perdió la lucidez.<br />
entrenador. Profundamente cristiano<br />
y demócrata declarado, jamás<br />
ocultó su postura en temas<br />
sociales y políticos. Ya en 1948<br />
declinó la invitación al torneo nacional<br />
interuniversitario (NAIA), un<br />
logró enorme para Indiana State,<br />
porque no admitía jugadores negros<br />
y no es accidental que sus<br />
dos grandes pupilos se convirtieran<br />
en dos de las estrellas más<br />
concienciadas y preparadas que<br />
ha visto el baloncesto, el solemne<br />
Jabbar, siempre en lucha contra el<br />
racismo, y el hippie Walton, pelirrojo<br />
gigante de la contracultura y<br />
los movimientos pacifistas de los<br />
70. Ambos, tan diferentes, veneran<br />
a Wooden.<br />
“El fracaso no es<br />
fatal, pero el fracaso<br />
a la hora de cambiar<br />
sí puede serlo”<br />
La retirada de Wooden acabó con<br />
el reinado de UCLA. Desde entonces,<br />
tras 27 temporadas con el<br />
mismo entrenador, el banquillo californiano<br />
ha tenido nueve inquilinos<br />
en los siguientes 37 años y<br />
sólo uno, Jim Harrick, logró llevar<br />
a UCLA hasta el títulos, su undécimo<br />
y último. Fue en 1995, uno<br />
de los ganadores menos brillantes<br />
de la historia del torneo con<br />
jugadores de segunda fila como<br />
Ed O’Bannon y Ty Edney como<br />
referentes. Un respiro entre una<br />
sucesión de decepciones más o<br />
menos pronunciadas. Este mismo<br />
marzo, Ben Howland, que llevó<br />
a la universidad a la final en<br />
2006, fue despedido y sustituido<br />
por Steve Alford, que será el siguiente<br />
en enfrentarse a lo que<br />
Steve Lavin, técnico de 1996 a<br />
2003, llamó “la mitología y patología<br />
eterna de UCLA”. O lo que es<br />
lo mismo, la inmensa sombra del<br />
gran John Wooden.<br />
COMO UN<br />
PADRE. Tres<br />
de sus pupilos<br />
más célebres,<br />
Jamal Wilkes,<br />
Abdul-Jabbar<br />
y Bill Walton,<br />
acompañan<br />
a Wooden en<br />
un homenaje<br />
en 2000.<br />
Nunca perdió<br />
el contacto<br />
con ellos.