descargar PDF - Spend In

e l o j e s
Historia del
reloj de pulsera
Recorremos la gran historia
relojera de la casa Hermès. Toda
una lección de cómo los grandes
inventos responden a la evolución
lógica de los tiempos.
La mayoría de los grandes inventos
de la humanidad han surgido de las
situaciones más cotidianas. Jacqueline,
como buena heredera de la firma
Hermès, era muy aficionada a los
caballos, así que dedicaba la mayor
parte de su tiempo de vacaciones a
perfeccionar sus habilidades como
amazona por las dependencias de
la finca familiar. Su tesoro era un portarreloj tipo “oignon”
(cebolla) que extraía de su bolsillo cada vez que quería mirar
la hora, lo que le hacía distraerse de su actividad y resultaba
muy incómodo. Al final de sus vacaciones, Jacqueline posaba
orgullosa en esta foto junto a sus hermanas, exhibiendo el
primer reloj de muñeca de la firma Hermès, que combinaba su
reloj de bolsillo con un ingenioso sistema que lo mantenía fijado
a una correa de cuero procedente de los talleres de Hermès.
Han pasado exactamente cien años desde que tomaron esta
foto, pero el espíritu de la firma no se ha separado un ápice
del que se respiraba en aquel momento. Este modelo de 1912
es un auténtico manifiesto de la firma Hermés porque reúne
toda la esencia de la maison. Desde entonces
hasta ahora, los relojes de la firma están
íntimamente ligados al universo
ecuestre y en sus correas se percibe
no sólo la tradición guarnicionera
de Hermès, sino el mimo y el
cuidado del trabajo artesanal
del cuero porque es un material
que viste, tanto como puedan
hacerlo un grabado o un trabajo
de esmaltado. Desde 2006, La
Montre Hermès, en la localidad
suiza de Bienne, cuenta con un
taller dedicado en exclusiva a la fabricación
de correas de cuero. Enfundado,
cosido guarnicionero… las correas de los
relojes son deudoras de un excepcional savoir faire que
se mantiene desde hace más de ciento setenta y cinco años.
Sus incomparables acabados moldean y dan lustre a la piel.
La tradición ecuestre de la Casa se aprecia en la calidad
Pulsera «porte oignon», hacia 1912.
De izquierda a derecha, Yvonne, Jacqueline, Simone y Aline Hermès.
56• texto POR natalia garcés
www.spend-in.com

e l o j e s
Reloj cinturón, hacia 1930
Reloj de ojal, hacia 1930 Reloj de pulsera «Miami», hacia 1935
de sus productos, pero, además, es también
una fuente de inspiración incesante, como se
puede constatar en la serie de relojes de mesa
elaborados por completo en cuero. Más allá de
los aspectos estéticos, la piel responde también
a motivos técnicos. Por ejemplo, hacia
1935 sirvió de protección para la correa del
modelo Miami, enfundando por entero en
cuero perfectamente ajustado. Ya sea por
su estética o por sus soluciones técnicas,
por su tratamiento del cuero o por su
aspecto práctico, los relojes de Hermès
son, ante todo, ingeniosos e inventivos, y
van siempre en busca de que lo útil sea,
también, hermoso.
La revolución industrial trajo consigo
importantes cambios, pero especialmente
a principios del siglo XX el tren de vapor
dio un vuelco radical a la manera de viajar,
relegando al mundo del caballo a un segundo
plano en el panorama del transporte. Cada vez
más, el universo ecuestre se relacionaba con
los deportes y el ocio. Hermès empezó entonces
a ofrecer resistentes relojes para llevar en el
bolso, o modelos con pulseras intercambiables.
Además, idearon un precioso guardatiempo que
se ponía en la cintura con la finalidad de que las
vibraciones debidas a los movimientos bruscos
de algunos deportes no afectaran al mecanismo;
más adelante empezaron a verse relojes de
Los relojes de Hermès
son, ante todo,
ingeniosos e inventivos,
y van siempre en
busca de que lo útil
sea, también, hermoso
viaje que indicaban todos los husos horarios del
mundo. La estética de las cajas encontraba su
inspiración en el entorno del viaje y de los deportes,
como un reloj de bolsillo de la década de 1930
que reproduce el motivo de una pelota de golf.
El interés por la técnica relojera está presente
en toda la historia de los relojes de Hermès, de
Entre las novedades presentadas por la firma en Basilea 2012, se encuentra el modelo
Dressage Petite Seconde De Oro:
Movimiento mecánico de cuerda automática, Manufacture Vaucher H1837. Cristal y
fondo de zafiro antirreflectante. Esfera plateada opalina con grabado vertical y cifras
en relieve de color oro rosa. Caja oro rosa. Estanqueidad hasta 50 metros. Correa de
aligátor mate color habano. Hebilla desplegable de seguridad en oro rosa.
hecho, los fondos transparentes hicieron su
aparición en la década de 1930, como en este
reloj de ojal que permite ver el calibre, para
poder admirar así tanto la estética como la
técnica. Ya entonces, la protección de la frágil
corona era una de las mayores preocupaciones
de la Casa. Movado, Jaeger-le-Coultre, Lip, Vacheron
Constantin, Audemars Piguet o Ulysse
Nardin, a lo largo del tiempo, las manufacturas
de mayor prestigio han equipado las cajas de
los relojes de Hermès. Sin embargo, desde 2003
y en asociación con Vaucher Manufacture Fleurier,
la Casa diseña y desarrolla sus propios
calibres mecánicos. En 2006, Hermès reforzó su
control directo de la producción de movimientos
con la adquisición de una participación en el
capital de la manufactura, que en la actualidad
es del 25 por ciento.
www.spend-in.com
•57