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2. El mayor incremento (entre un 18% y un 35%) se presenta en el costo del
componente de generación; lo cual puede representar un impacto sobre la tarifa
final del industrial, del orden del 20%.
3. Para una empresa en la cual el insumo eléctrico represente más del 20% de los
costos de producción, el impacto sobre los costos finales oscila entre un 5% y
un 7%, dado que el insumo eléctrico no tiene sustitutos. Si la empresa puede
conservar su mercado a través de un incremento en precio, esto significará mayor
inflación. Si la empresa no puede incrementar el precio, ya sea por competencia
de industrias internacionales en el mercado interno o porque a nivel internacional
hay industrias más competitivas, el sector industrial colombiano se verá obligado
a cancelar sus proyectos de inversión e incluso a reducir los actuales, con la
consiguiente pérdida de empleos.
4. Para citar sólo un ejemplo, en la industria textil-confecciones la energía eléctrica
representa en algunos eslabones de la cadena, más del 20%-25% del costo de
producción. Esta industria emplea de forma directa más de 250 mil personas
(mano de obra formal no calificada) y de forma indirecta más de 650 mil. El
incremento en el insumo de energía para los primeros eslabones de la cadena
implica necesariamente un aumento exponencial en los costos de producción
para los eslabones subsiguientes, por lo cual el producto final pierde no sólo
competitividad sino participación en el mercado internacional. Una cadena
que ya ha sido reconocida como sector tradicional de talla mundial (más y
mejor de los buenos) debe contar, al igual que el resto de la industria, no
sólo con más y mejores canales de distribución y penetración sino también
con insumo eficientes que le permitan competir y posicionarse en otros
mercados.
5. Sumado a lo anterior, la industria tiene restricciones para instalar proyectos de
autogeneración, por cuanto dichos proyectos no permiten producir energía
por encima del consumo propio, desaprovechando las economías de escala
derivadas de estos procesos. Además no permite preparar a la empresa ante
posibles ampliaciones de mediano plazo (5 años), lapso durante el cual podría
aportarle energía al sistema. Esta situación ya se corrigió para los industriales con
cogeneración, y pensamos que este esquema podría también ser aplicado para la
autogeneración. Sin embargo, lo que la legislación ha permitido, el ente regulador
(Comisión de Regulación de Energía y Gas) lo quiere prohibir, imponiendo barreras
para regulatorias (que actualmente están en propuesta regulatoria), como el pago
de respaldo por valor 30 $/kWh, que es una cifra sin precedentes en el entorno
internacional.*
* Algunos países como Ecuador ya optaron por desmontar este tipo de impuestos de solidaridad. Después de Colombia, este
país era el segundo con la tarifa de contribución más alta de la región (10%).