22.10.2014 Views

¿Para qué sirve un ballestrinque? Reflexiones sobre el ... - Dialnet

¿Para qué sirve un ballestrinque? Reflexiones sobre el ... - Dialnet

¿Para qué sirve un ballestrinque? Reflexiones sobre el ... - Dialnet

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¿Para qué <strong>sirve</strong> <strong>un</strong> <strong>ballestrinque</strong>? <strong>Reflexiones</strong> <strong>sobre</strong> <strong>el</strong>… 67<br />

a la primera a <strong>un</strong> mero pap<strong>el</strong> de filtro, capaz sólo de sancionar los fenotipos que<br />

resultan de las alteraciones <strong>sobre</strong> los procesos de desarrollo [véanse, para <strong>un</strong>a<br />

revisión histórica, Am<strong>un</strong>dson (2007) y Laubichler & Maienschein (2007), y<br />

Robert (2004) y Min<strong>el</strong>li (2007), para <strong>un</strong>a presentación accesible de estas<br />

ideas]. A todo <strong>el</strong>lo hay que añadir que estos procesos, contrariamente a lo que<br />

asume la SEM, de ningún modo están regidos por <strong>el</strong> azar; todo lo contrario,<br />

existen evidencias de que responden a <strong>un</strong> conj<strong>un</strong>to importante de restricciones<br />

que d<strong>el</strong>imitan notablemente <strong>el</strong> espacio de fenotipos posibles e imponen,<br />

por tanto, límites insalvables <strong>sobre</strong> la variación morfológica. La biología evolutiva<br />

d<strong>el</strong> desarrollo, o Evo-Devo, asume así que los procesos de desarrollo<br />

siguen, de hecho, pautas muy conservadoras y son capaces de generar formas<br />

innovadoras solamente en la medida en que estos procesos se ven alterados<br />

por perturbaciones que modifican la trayectoria de los mismos hacia otras vías<br />

que conducen a morfologías distintas, pero siempre dentro d<strong>el</strong> espacio de<br />

formas posibles definido por las restricciones internas al sistema. Ello explica,<br />

por ejemplo, que determinadas morfologías, a<strong>un</strong> siendo letales o poco aptas<br />

para determinados entornos, sigan apareciendo de forma recurrente,<br />

contrariamente a lo que sería de esperar desde <strong>un</strong>a perspectiva meramente s<strong>el</strong>eccionista<br />

[Alberch (1989)].<br />

Queda así claro que, desde la perspectiva de la Evo-Devo que asumimos<br />

como propia en este trabajo, la única respuesta razonable a la preg<strong>un</strong>ta<br />

‘¿por qué X existe?’ no puede ser otra que ‘porque <strong>el</strong> sistema de desarrollo de<br />

X ha seguido la trayectoria que llevaba hasta X’. Nada más; ni nada menos.<br />

Lo importante, en todo caso, es que hemos <strong>el</strong>iminado todo factor externo y,<br />

más importante aún, cualquier vestigio de t<strong>el</strong>eología de nuestra explicación.<br />

Nótese, además, que no ha lugar aquí a la introducción de ningún tipo de vocabulario<br />

f<strong>un</strong>cional, ya que, como demuestra, por ejemplo, <strong>el</strong> caso de las teratologías,<br />

éste carece de todo sentido en este contexto: los sistemas de<br />

desarrollo siguen su curso y pueden verse afectados por perturbaciones que<br />

los lleven a seguir otros caminos; <strong>el</strong> producto final, dadas sus propiedades<br />

formales y las características d<strong>el</strong> entorno, resultará útil para esto o para aqu<strong>el</strong>lo,<br />

o para nada. Pero estará ahí.<br />

Esta es la esencia, por ejemplo, de la propuesta de explicación de los<br />

orígenes evolutivos d<strong>el</strong> sistema computacional que subyace al lenguaje<br />

humano que hemos desarrollado en otro lugar [Balari & Lorenzo (2009)], la<br />

cual justifica plenamente lo expuesto en <strong>el</strong> apartado II <strong>sobre</strong> la inutilidad de<br />

plantearse preg<strong>un</strong>tas <strong>sobre</strong> las posibles f<strong>un</strong>ciones d<strong>el</strong> lenguaje y, más aún, de<br />

intentar explicar su emergencia ap<strong>el</strong>ando a este tipo de consideraciones. Según<br />

razonamos en <strong>el</strong> citado artículo, <strong>el</strong> sistema computacional no ‘está ahí’ por<br />

su f<strong>un</strong>ción. Su presencia se explica, en cambio, como resultado de las perturbaciones<br />

operadas <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> sistema de desarrollo cerebral humano, las cuales han<br />

facilitado <strong>el</strong> crecimiento y la reestructuración d<strong>el</strong> córtex y posibilitado la implantación<br />

en <strong>el</strong> cerebro de <strong>un</strong> fenotipo computacional que no <strong>sirve</strong> para nada

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!