Pastoreando El Pueble de Dios - USA / Canada Region
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Pedro dice que nuestra vida en Cristo es como una casa en construcción. Pero no es<br />
una casa común y corriente. Las casas don<strong>de</strong> nosotros vivimos fueron construidas con<br />
materiales que no tienen vida, ma<strong>de</strong>ra, ladrillos, bloques <strong>de</strong> cemento. Pero la casa que<br />
<strong>Dios</strong> está construyendo es una casa espiritual que esta viva y activa. Y Jesús es la<br />
piedra angular <strong>de</strong> esa casa.<br />
La piedra angular <strong>de</strong> una casa es más importante que los cimientos. La piedra angular<br />
<strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> es Jesucristo. Él es el principio y el fin <strong>de</strong> la casa espiritual <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />
Entonces, si Jesucristo es la piedra angular <strong>de</strong> esta casa espiritual viva, ¿quiénes son<br />
las otras piedras que forman parte <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong> la casa? ¿Los pastores<br />
profesionales? ¡Pedro dice que somos nosotros! ¡Nosotros somos las piedras <strong>de</strong><br />
la casa <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>!<br />
Cuando venimos a Cristo, llegamos a ser las piedras vivientes <strong>de</strong> la casa espiritual que<br />
<strong>Dios</strong> está construyendo. Y cuando habla <strong>de</strong> “piedras” no significa que se refiere a<br />
cualquier piedra que se encuentre en el campo. Está hablando <strong>de</strong> piedras que están<br />
listas para ser usadas en la construcción. Y todos nosotros, los que somos<br />
cristianos, formamos las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la casa espiritual <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />
Como sabemos, en el Antiguo Testamento, el lugar don<strong>de</strong> habitaba la presencia <strong>de</strong><br />
<strong>Dios</strong> era el Templo. Pero en el Nuevo Testamento, todo cambia, y ahora el lugar<br />
don<strong>de</strong> habita <strong>Dios</strong> es ¡<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada creyente!<br />
<strong>El</strong> apóstol Pablo dijo a la iglesia <strong>de</strong> Corinto: “¿Acaso no sabéis que sois templo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong><br />
y que el Espíritu <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> está en vosotros? Si alguno <strong>de</strong>struye el templo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, <strong>Dios</strong><br />
lo <strong>de</strong>struirá a él, porque el templo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, el cual sois vosotros, santo es” (1 Cor.<br />
3:16-17).<br />
Pablo estaba diciendo que el Nuevo templo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, el Nuevo lugar don<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> habita,<br />
¡somos nosotros! Por eso, cuando <strong>de</strong>cimos lo siguiente: “Señor es bueno estar hoy en<br />
tu casa”, no somos totalmente bíblicos porque eso significa que todavía estamos en el<br />
Antiguo Testamento.<br />
¡Somos templo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>! ¡Somos el pueblo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>! Usted y yo somos el pueblo<br />
elegido <strong>de</strong>l <strong>Dios</strong> todopo<strong>de</strong>roso. ¡Nosotros somos su rebaño!<br />
¡Cuán gran<strong>de</strong> privilegio! Pero es también una responsabilidad! Porque la razón<br />
principal por la que estamos siendo edificados para ser una casa espiritual, es para<br />
que lleguemos a ser un sacerdocio santo separados para el santo propósito <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />
¡Somos un sacerdocio SANTO! Pero también somos un sacerdocio REAL. Lo que<br />
significa que somos un sacerdocio que pertenece a un Rey que nos da autoridad para<br />
ser sus embajadores en el mundo.<br />
Ahora es necesario hacer aquí un alto y platearnos una pregunta: ¿qué significa ser<br />
un sacerdote? Creo que es un pregunta importante. Si <strong>Dios</strong> nos está llamando a<br />
todos para que seamos sacerdotes, entonces, ¿qué significa ser un sacerdote?<br />
En el Antiguo Testamento, los sacerdotes eran los mediadores entre <strong>Dios</strong> y el pueblo.<br />
Eran los canales <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> y a <strong>Dios</strong> para el resto <strong>de</strong> la comunidad.<br />
<strong>El</strong>los tenían el privilegio <strong>de</strong> servir en la misma presencia <strong>de</strong> un <strong>Dios</strong> santo, y <strong>de</strong> “estar<br />
muy cerca” <strong>de</strong> Él cuando uno se atrevía hacerlo. <strong>El</strong>los eran el grupo selecto que podían<br />
entrar en el templo y ofrecer sacrificios a favor <strong>de</strong>l pueblo, y sólo el sumo sacerdote<br />
© 2003, Nazarene Publishing House 48