programa - Alfredo GarcÃa, barÃtono
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COMENTARIOS<br />
AL PROGRAMA<br />
MAURICIO OHANA<br />
Nació en Casablanca en 1913, en el seno de una familia sefardí<br />
de origen andaluz, y falleció en París en 1992. Realizó sus estudios<br />
musicales y académicos en Francia. Inicialmente se orientó<br />
hacia la arquitectura, pero la abandonó para consagrarse por<br />
entero a la música. Debutó como pianista en el País Vasco, donde<br />
se había establecido su familia. La Segunda Guerra Mundial<br />
interrumpió su carrera concertística, pero le llevó a Roma, donde<br />
fue discípulo de <strong>Alfredo</strong> Casella en la prestigiosa Academia de<br />
Santa Cecilia. Tras la contienda, retornó a París y dio a conocer<br />
sus primeras composiciones. Fundó con otros colegas el grupo<br />
Zodiaque, que se proponía defender la libertad de expresión frente<br />
a las estéticas dictatoriales en boga.<br />
Escribió obras para clavecín, piano, guitarra y diversas formaciones<br />
de cámara. Sus principales composiciones con intervención<br />
orquestal son T’harân-Ngô (1973-1974), Livre des Prodiges<br />
(1978-1979), Suite de Ballet «Sundown dances» (1990), Sarabande<br />
pour clavecin et orchestre (1950), Concertino pour trompette<br />
et orchestre (1952), Trois Graphiques (1950-1957), Synaxis<br />
(1965-1966), Chiffres de Clavecin (1967-1968), Silenciaire<br />
(1969), L’Anneau du Tamarit (1976), Concerto pour piano et<br />
orchestre (1980-1881) y Concerto pour violoncelle «in dark and<br />
blue» (1989-1990).<br />
Su música se enraíza tan profundamente en las tierras andaluzas<br />
que se le considera el verdadero heredero musical de Manuel de<br />
Falla. Quien conozca a Ohana no dudará un momento de su esencialidad<br />
andaluza, aceptada con entusiasmo y con la misma irrenunciable<br />
universalidad de sus dos antecesores ideológicos más<br />
importantes: Falla y García Lorca. Por su formación, por sus<br />
vivencias diarias y por el eco que allí encontró su voz, Francia fue<br />
para Ohana no una segunda patria, como decía Falla de sí mismo,<br />
sino una suerte de co-patria. Pero la prístina y fundamental<br />
es Andalucía, una patria que apunta a lo culto, no a lo populachero,<br />
y en ella están Picasso y Juan Ramón, además de los citados<br />
Falla y Gracía Lorca, entre otros puntales de la cultura española.<br />
También están, recorriendo musicalmente el túnel del<br />
tiempo, los polifonistas de la escuela andaluza del siglo XVI Francisco<br />
Guerrero y Cristóbal Morales, y hasta en el orden filosófico<br />
el mismísimo Séneca, por acudir al tópico más socorrido. Pero