REVISTA DE OCIO, SALUD Y CALIDAD DE VIDA Semana del 12 al ...

6 SALUD
En la actualidad se tiende a una tolerancia cero en los errores de
prescripción de fármacos; por ello se intentan establecer
estrategias que mejoren la seguridad del medicamento,
especialmente en los más pequeños.
MÁS QUE UN DESCUIDO
julia
martínez
texto
Unadosisequivocadaenlaingestadeunfármacopuedeser
el origen de muchas complicaciones
graves, especialmente
en niños. Una caligrafía ilegible o la dificultad
para calcular y diluir la cantidad exacta de
medicamento por peso y edad, son algunas de
lascausasqueestándetrásdelamayoríade
los errores en la administración de la medicación
a los enfermos.
Este tipo de fallos son los que más se producen
en el paciente pediátrico y, más específicamenteenreciénnacidos,debidoalascaracterísticas
especiales de este colectivo, que
les hace ser el grupo de mayor riesgo. Según el
doctorAdolfVallsiSoler,catedráticodePediatría
de la Universidad del País Vasco, «los problemasmásfrecuentesseproducenporque
haymuypocosfármacosespecíficamentedesarrollados
para niños, de modo que se calculan
las dosis individualizadas por peso y edad
atravésdeprocesosmatemáticos,loqueen
numerosas ocasiones induce a error».
Otros fallos frecuentes pueden derivar de
múltiples causas: desde una prescripción inadecuada
o usar una vía errónea de administración,
hasta el desconocimiento de las interacciones
farmacológicas entre los diferentes
medicamentos y la ausencia de control de los
efectos adversos de los mismos. Asimismo,
una comunicación escasa o insuficiente entre
el médico y otros profesionales sanitarios puede
dar lugar a estas circunstancias indeseables.
Según el doctor Valls, los niños «son pacientes
tan vulnerables que cualquier error nimio
puede tener en ellos unas consecuencias
mucho más graves que en los adultos». Por
ello, para prevenir los incidentes más frecuentes,
este neonatólogo considera fundamental
«establecer sistemas operativos y procesos
que minimicen las probabilidades de errores y
maximicen las probabilidades de interpretarlos
correctamente cuando ocurran». Todo ello
con el único fin de aumentar la seguridad.
En el ámbito hospitalario es en el
que probablemente más se ha de incidir
en este sentido, para intentar
limitar los riesgos a través de distintas
estrategias de prevención que
impliquen a la totalidad del personal
sanitario. Algunas medidas que resultarían
positivas en este sentido, según los especialistas,
serían la elaboración de programas
que mejoren la prescripción de medicamentos,
ejemplos básicos de dosis, utilización de las
mismas siglas para todos los miembros del
equipo o programas que mejoren la comunicación
entre el médico y el resto del personal del
ámbito sanitario.
Concretamente, en cuanto a la prescripción,
el doctor Valls cree que podrían evitarse
en gran medida los mencionados problemas
«si el galeno no utiliza abreviaturas de los
nombresdelosfármacosydelasunidadesde
dosificación y si especifica la potencia exacta
de la dosis, asegurándose de que las instruccionesrecomendadassonprecisasydequela
caligrafía empleada es legible». En cuanto a la
labordelasinstituciones,talcomosehapues-