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Vol 4. Nº 1. 2004 - Asociación Española de Neuropsiquiatría

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Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,<br />

<strong>Vol</strong>.4, N.º 1, pp. 5 - 5, <strong>2004</strong><br />

Editorial<br />

Sobrevolando violencias<br />

Tras varios y diseminados paseos peripatéticos, <strong>de</strong>stinados a <strong>de</strong>scorchar una presentación <strong>de</strong>l<br />

presente número, y en vista <strong>de</strong> la incapacidad para apartar <strong>de</strong> mi mente el eco <strong>de</strong> la palabra<br />

po<strong>de</strong>r cuando pienso en violencia, agarro por las solapas el Mª Moliner, buscando no sé si luz<br />

o consuelo, y <strong>de</strong>stilo lo que, sobre el término violencia, <strong>de</strong>clara: “Cualidad <strong>de</strong><br />

violento…Fuerza. Utilización <strong>de</strong> la fuerza en cualquier operación. Hacer violencia a (sobre) alguien:<br />

Violentar. Forzarle <strong>de</strong> cualquier manera a hacer lo que no quiere hacer.” “Me gusta el<br />

término violentar, se me adapta mejor. Continúa más a<strong>de</strong>lante: “Violentar: obligar o forzar a<br />

una persona en cualquier forma a hacer cierta cosa que no hace con gusto”. Definitivamente<br />

violentar lava más blanco.<br />

Como varios artículos se intitulan con variadas referencias a la palabra agresión, vuelvo a bucear<br />

en el corazón <strong>de</strong> Mª (Moliner). “Agredir: Atacar. Lanzarse contra alguien para herirle, golpearle<br />

o causarle cualquier daño.” Como que se me queda corto. Echo <strong>de</strong> menos la vertiente relacional<br />

<strong>de</strong>l término violentar. Si adoptáramos éste vocablo, algo se complicarían los términos al uso en la<br />

actualidad: diríamos violentador y violentado, con sus variantes violentadora y violentada. Pero<br />

continuamos sin <strong>de</strong>cir nada acerca <strong>de</strong> la legitimidad <strong>de</strong> la acción.<br />

Marina (Diccionario <strong>de</strong> los sentimientos), buscando las dimensiones para <strong>de</strong>finir los sentimientos,<br />

incluye la agresión <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los vectores <strong>de</strong>l dinamismo emocional: “Impulso a ir contra algo:<br />

agresión”. Podríamos parafrasearlo sosteniendo que la agresión es el impulso contra alguien para<br />

conseguir algo <strong>de</strong> esa persona, un método para perpetuar una relación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r espuria. Ahora nos<br />

<strong>de</strong>slizamos hacia el olvidado mundo <strong>de</strong> los valores. Cuando sobrevolamos la violencia como<br />

centro <strong>de</strong> atención, siento la necesidad <strong>de</strong> explicitar los valores como persona, como terapeuta. Los<br />

temas que ocupan este monográfico lindan en ocasiones con la acción social, con las propuestas<br />

políticas, pues trascien<strong>de</strong>n el ámbito <strong>de</strong> lo personal o microsocial. Si reflexionamos sobre lo que<br />

observamos en el laboratorio secreto <strong>de</strong> nuestras consultas, cobraremos conciencia <strong>de</strong> la necesidad<br />

<strong>de</strong> promover actitu<strong>de</strong>s nuevas, que la ciudadanía asuma, para organizar la convivencia entre<br />

las personas. Apoyaríamos acciones sociopolíticas que prevengan, imposibiliten, o dificulten la<br />

aparición <strong>de</strong> los contextos don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrolla la violencia. Por ejemplo, respaldaríamos algunas<br />

propuestas (EL PAIS, 25/5/<strong>2004</strong>) que alertan acerca <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> la política actual <strong>de</strong> los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación, cuando cuentan agresiones <strong>de</strong> hombres a mujeres, basada en la alharaca<br />

y el morbo: amedrenta a futuras víctimas, y presta apoyo in<strong>de</strong>seado a los agresores.<br />

Imposible abarcar el poliformismo <strong>de</strong> la violencia en el marco <strong>de</strong> la presente edición: violencia <strong>de</strong><br />

género (o, siguiendo la propuesta <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>Española</strong>, violencia por razón <strong>de</strong> sexo, o<br />

incluso violencia doméstica), <strong>de</strong> padres a hijos, viceversa, a los ancianos, a los pobres esclavos <strong>de</strong><br />

lo que han dado en llamar trabajo, a los inmigrantes, entre iguales, entre países, en la escena terapéutica.<br />

La violencia organiza las relaciones, con o sin legitimidad. Cada uno <strong>de</strong> estos temas merecería<br />

al menos un monográfico. Por el momento nos conformamos con el Cua<strong>de</strong>rno que tiene<br />

entre las manos. La mayoría <strong>de</strong> sus trabajos correspon<strong>de</strong>n a ponencias presentadas en el Seminario<br />

Perspectivas sobre la agresividad y violencia, organizado en marzo <strong>de</strong> 2003 por la Escuela <strong>de</strong><br />

Salud Mental <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> Asturiana <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong> y Salud Mental. Posteriormente se<br />

incorporó el trabajo “La violencia contra las mujeres”. Es <strong>de</strong> buena ley agra<strong>de</strong>cer a los autores, y<br />

al resto <strong>de</strong> colaboradores, sus esfuerzos, pues gracias a ellos esta publicación llega a buen puerto.<br />

Andrés Cabero Alvarez

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