100 años de la UPAEP - Correos del Ecuador

Por Su Bienestar
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Qué mejor queCaminar
Una mejora para nuestros carteros que ayuda al cuerpo y la mente.
Se ha hablado mucho acerca
de las ventajas de una buena
caminata. Este sencillo ejercicio,
que no requiere de preparación
en el caso de personas sanas,
fortalece el sistema cardiovascular y
óseo, los músculos de la respiración,
facilita la entrada y salida rápida de
aire de los pulmones; tonifica todos
los músculos del cuerpo, mejora la circulación
y reduce el trabajo impuesto
al corazón. Además, provoca un
aumento de la cantidad de sangre
que circula por el cuerpo, los glóbulos
rojos y la hemoglobina,
acelera el metabolismo y
reduce la fatiga, aumenta el
buen colesterol y disminuye
el malo, previene la aparición
de las várices, evita el estreñimiento,
reduce el hábito de
fumar y controla el apetito y,
como si fuera poco, libera las
tensiones, reduce el estrés,
ayuda a dormir mejor y evita
tener depresión.
Para todos nuestros
Carteros, es casi un ejercicio
que forma parte de su día a
día, y del cual reportan grandes beneficios.
Una de ellas, Patricia Chicaiza,
trabaja en Correos del Ecuador desde
hace 9 años y nos cuenta que “Ni un
solo día he dejado de caminar. Al
hacerlo, hago amistades, lo cual hace
mucho más agradable el ejercicio”.
Comparándolo con el ejercicio
que implica correr, también posee
sus ventajas: requiere de menor
desgaste, ya que al caminar no se
somete al cuerpo a ejercicios extenuantes
y se evita forzar el sistema
Patricia Chicaiza, cartera de Correos del Ecuador
cardiovascular y las presiones sobre
las articulaciones. También existen
menos posibilidades de lesiones ya
que el cuerpo está acostumbrado a
hacerlo todo el tiempo: caminar es
una actividad muy moderada que no
causa tirones ni desgarres, o fracturas.
Patricia nos cuenta que “Caminar
con tranquilidad permite pensar
mejor en todas las cosas”.
Lamentablemente, los cambios en
la función y estructura del organismo
durante este ejercicio son puramente
transitorios y desaparecen
una vez que abandonamos la
práctica. He ahí la necesidad
de mantener un programa de
práctica regular que permita
disfrutar, progresivamente, de
las virtudes de la caminata. “A
partir de los 30 años, caminar y
hacer ejercicio ayudan mucho.
También ayudan a relajarse, lo
cual permite hacer todo mucho
mejor; además, mi trabajo me
permite hacer ambas cosas y,
a la vez, me hace sentir mucho
más joven”, nos comentó
Patricia con una sonrisa.