los seles de busturialdea-urdaibai. paisaje, cultura y etnografía

Los Seles de Busturialdea-Urdaibai. Paisaje, cultura y etnografía.
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cuestión, y en la que se trata de asomarnos a las dimensiones reales que
este fenómeno tuvo en el pasado en la comarca de Busturialdea. Esta introducción
en la que se esbozan los objetivos y la metodología utilizada en la
investigación, da paso a unos apuntes sobre las características del marco
geográfico de Busturialdea-Urdaibai. Posteriormente se propone un repaso
de los estudios precedentes sobre la materia, a partir de cuales hemos
trabajado, y se completa esta primera parte en la que se contextualiza la
investigación, con una breve reflexión desde un punto de vista antropológico,
sobre la circularidad como modelo o lógica cultural basada en los
aportes que la antropología cultural clásica propone sobre la ordenación
circular del espacio, y las peculiaridades que entrañaba esta forma de organización
del territorio y el paisaje cultural.
En una segunda parte, se aborda la condición polisémica del concepto de
sel a través de las distintas definiciones que encontramos en los textos
históricos, para posteriormente adentrarnos en sus posibles orígenes y en
su historia, y analizar sus características básicas y su tipología. Recogemos
también los diferentes métodos de medición y medidas que se utilizaban
en la comarca, así como las formas de amojonamiento y las características
de los mojones que componen el sel. En esta segunda parte se examinan
cuestiones como los diferentes usos y funciones de los seles en función
del momento histórico o las estaciones del año. También para poner en
contexto los distintos regímenes de propiedad y derechos de explotación
en torno a los seles, se esbozan las características y peculiaridades del
aprovechamiento del monte durante la Edad Media, que presenta cierta
complejidad en lo que respecta a las tipología de los montes, los distintos
regímenes de propiedad y de explotación, y el proceso de privatización de
las tierras comunales en el siglo XIX. Y por último, un apartado en el que se
analiza la distribución geográfica de los seles en general.
Con este último punto damos paso a una tercera parte en la que se abordan
la distribución de los seles en Busturialdea-Urdaibai, y consecuentemente
se exponen los resultados obtenidos de esta investigación. Y se
propone una reflexión de la situación actual de los seles y de su potencial
como elemento patrimonial etnográfico. Esta tercera parte se completa
con un anexo conformado por las fichas de los seles inventariados, en las
que se recogen todas las particularidades de cada uno de ellos.
El texto culmina con un anexo que contiene 1) una relación de los archivos
y fondos consultados y utilizados; 2) reproducciónes de mapas y croquis
históricos con la transcripción de las leyendas que contienen; 3) un apartado
sobre la terminología asociada a los seles en el que se ofrecen distintas
definiciones; 4) un listado de yacimientos arqueológicos de la zona; 5) la
bibliografía y las fuentes on-line utilizadas, y un índice de las tablas, fotos
y reproducciones.
4. UNOS APUNTES SOBRE EL
MARCO GEOGRÁFICO
DE BUSTURIALDEA_
La comarca de Busturialdea se encuentra situada al norte de Bizkaia, en
torno a la cuenca del rio Oka, que la recorre de sur a norte. Abarca 220 km 2
suponiendo aproximadamente el 10% de la superficie del Territorio Histórico.
Administrativamente, está conformada por los veinte términos municipales
antes citados, dentro de los cuáles los núcleos más relevantes son
Gernika-Lumo (15.500 habitantes) y Bermeo (17.000 habitantes). En total
alberga a una población estable de aproximadamente 50.000 habitantes.
Si exceptuamos estos dos núcleos urbanos, el territorio responde básicamente
al típico paisaje de caseríos dispersos propio de la vertiente atlántica
del País Vasco, en el que se diseminan aquí y allá pequeños cascos urbanos,
y pequeños grupos vecinales de caseríos. En definitiva, un territorio
con una estructuración y una lógica rural, en el que prevalece por tanto un
aprovechamiento agrario que ha configurado el paisaje como un mosaico
de praderas en explotación ganadera intensiva, huertas circundantes a los
caseríos, sotos junto a los cursos de agua, bosquetes de vegetación atlántica
y plantaciones de coníferas (Meaza G. 1989).
La disposición geográfica de la comarca obedece a la configuración hidrográfica
que forman los dos ríos principales, Oka y Artigas, y el mar, y está
integrada por varios valles escuetos, que se vuelcan al mar a través de un
estuario (Martín, 1993). En ella concurre diversidad paisajística y ecológica,
desde los acantilados y playas de la costa a los bosques y ríos del interior,
pasando por las marismas y vegas fluviales, en un espacio caracterizado
por haber contado con el hombre como especie integrante de sus ecosistemas.
Esta presencia del ser humano se ha basado en la economía de subsistencia
y autoabastecimiento del caserío disperso, y ha modificado desde
tiempos remotos el paisaje, creando un mosaico de hábitats.
En términos de ecología del paisaje, podemos diferenciar tres núcleos paisajísticos
principales (Martín: 1993: 12-25; Fernández de Larrinoa, 2008:15-
22):
1.- Paisajes de llanos y relieves suaves, con vegas, marismas, humedales
y tierras de cultivo ganadas al mar. Tierras bajas, fértiles por su riqueza
en nutrientes orgánicos, y por tanto, encomendadas a suelo agrícola, en
las que resalta un paisaje cultural denominado campiña atlántica, definido
como un mosaico integrado por caseríos dispersos, a lo sumo agrupados
en pequeños barrios, tierras de labor, prados, setos y rodales, vestigio de
los antiguos bosques que cubrían la comarca. La campiña es el paisaje cailun_ok.indd
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