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EL PAPEL DE LAS ASOCIACIONES EN LOS CAMBIOS DE LOS
PROFESIONALES DE LA INFORMACIÓN, SU IMAGEN Y
MERCADO DE TRABAJO
Lic. Elia Matos García
Lic. Alfredo Cabrera Miranda
CUBA
Se presenta el desarrollo cuantitativo y cualitativo de las actividades bibliotecaria y de información en
Cuba, a través de los resultados concretos de sus profesionales. Se proponen aspectos que enfatizan la
imagen, el status y la reputación de la labor del profesional cubano. Se observa la elevación progresiva
de la calidad del profesional mediante el desarrollo o el diseño de nuevos productos y servicios con
valor añadido. Se hace referencia al papel y lugar de las asociaciones en la sociedad moderna ante las
demandas del mercado laboral. Se proponen medidas para fortalecer la imagen del profesional
bibliotecario y de información.
Introducción
Antes de 1959, la actividad que desarrollaba el gremio de bibliotecarios y algunos documentalistas se
circunscribía, fundamentalmente, a las bibliotecas públicas, algunas bibliotecas especializadas en
hospitales y de empresas privadas. La unidad de información de mayor desarrollo de aquella etapa era,
sin dudas, la Biblioteca Nacional "José Martí" y la Biblioteca "Amigos del País", las que se han
caracterizado, desde su inicio, por la alta calificación profesional de su personal.
Esa etapa se caracterizó, básicamente, por la prestación de servicios bibliotecarios convencionales. El
personal que trabajaba en las bibliotecas y centros de documentación, en sus inicios, era de formación
básicamente humanística, que no podía satisfacer adecuadamente las nuevas necesidades de productos
y servicios de documentación y de información que demandaba el desarrollo de la economía del país.
Debemos subrayar que el personal bibliotecario se caracterizaba por ser un buen conocedor de sus
colecciones, con goce estético literario sólo para la historia, las ciencias sociales y la cultura,
fundamentalmente, aunque existían bibliotecas especializadas en sectores de la salud, la agricultura, y
la industria.
La creación del Instituto de Documentación e Información Científica y Técnica (IDICT) en 1963,
marcó una pauta en el desarrollo cualitativo de la actividad de información del país.
En esta institución empieza la preparación y entrega de los primeros productos y servicios de
documentación, caracterizados por revistas de resúmenes en diversas esferas del conocimiento,
conocidas en aquel entonces por revistas referativas.
A partir de ese momento, se van creando centros de documentación e información en Cuba,
fundamentalmente unidades de información especializadas, en la medida que se va desarrollando y
diversificando la economía y la industrialización del país. Esto impulsó la necesidad de disponer de un
profesional más preparado en la actividad bibliotecaria y crear las condiciones necesarias en la
preparación de documentalistas e informacionistas, así como crear centros de información
especializados, que respondieran mejor a las necesidades del desarrollo socioeconómico del país.
creándose un mercado laboral con mayores y nuevas exigencias para poder satisfacer las necesidades
que planteaba el desarrollo.
Por consiguiente, con el desarrollo de la ciencia y la técnica en el país, se necesitaba, urgentemente, un
profesional con conocimientos en las distintas ramas del saber, con dominio de métodos y técnicas
bibliotecarios y documentación y, en particular, de información.
Para dar respuesta a esta necesidad, se contó con la cooperación de instituciones extranjeras,
fundamentalmente, de países de Europa Oriental (la antigua Unión Soviética, Bulgaria, Alemania,
Polonia, y otros.).

El IDICT, como órgano encargado de la atención metodológica del Sistema Nacional de Información
Científica y Técnica, estrechó sus relaciones de colaboración y de trabajo con el Instituto Pansoviético
de Información Científica y Técnica, más conocido por sus siglas en ruso: VINITI, actualmente
funciona para la Federación Rusa.
En el VINITI se entrenaron especialistas cubanos en los distintos métodos y técnicas de la actividad de
documentación. A través de otra entidad, especializada en la calificación y recalificación del personal
de nuestra especialidad, el Instituto para la Superación de los Trabajadores de la Información
(conocido por sus siglas en lengua rusa: IPKIR), se logró crear el incipiente potencial científicotécnico
en la actividad de información.
Esto permitió incorporar a profesionales de distintas especialidades, por lo que los centros de
documentación y bibliotecas pudieron ir dando respuesta a las demandas y necesidades,
fundamentalmente, de los sectores relacionados con la industria y la agricultura.
Por otra parte, el IDICT con el apoyo y colaboración del VINITI dio especial atención a la
participación de bibliotecarios y documentalistas cubanos en los cursos de documentación que
organizaba la ONUDI conjuntamente con el VINITI, que se organizaban anualmente, para elevar la
calificación del personal en países del Tercer Mundo. Esto permitió dar un salto cualitativo en la
calificación profesional del personal de distintos sistemas sectoriales de información del país. Se
fueron creando condiciones para la preparación y entrega de nuevos productos y servicios de
información.
En 1962 se fundó la primera Escuela de Técnicos Medios en Bibliotecología, bajo la dirección
metodológica del Ministerio de Cultura, a través de su Dirección de Bibliotecas Públicas, en estrecha
colaboración con la Biblioteca Nacional "José Martí". De esta escuela salieron graduados hasta la
fecha 2 112 técnicos. Se debe subrayar que este personal tiene una calificación muy competente y su
vinculación laboral ha sido en todos los territorios del país, laborando, básicamente, en las bibliotecas
públicas de los municipios y de otras instituciones.
En 1968 se creó la escuela de Técnicos Medios en Bibliotecología Médica del Ministerio de Salud
Pública, graduando un total de 519 técnicos hasta 1990. El mercado laboral de este personal se vinculó
al Sistema Nacional de Salud Pública, básicamente, en bibliotecas de hospitales nacionales,
provinciales y municipales.
En 1971, con asesoría de la UNESCO, dentro del marco de la universalización de la enseñanza, se
creó, en la Universidad de La Habana, una especialidad en la esfera de la Bibliotecología y Ciencia de
la Información. Esto permitió, además de estudiantes del curso regular diurno, el acceso a las aulas
universitarias a una gran masa de trabajadores de unidades del Sistema Nacional de Información
Científica y Técnica. De esta forma, se elevó el nivel de calificación del personal que trabajaba en
bibliotecas especializadas y centros de documentación e información del país. Hasta la fecha, se han
graduado, en cursos diurnos y nocturnos para trabajadores, 1 578 profesionales.
La primera graduación de trabajadores en la especialidad universitaria fue en 1977. Una gran parte de
los primeros graduados de ese año son, hoy en día, jefes de distintas unidades de información,
especialistas principales, investigadores, profesores y consultores destacados en distintas
especialidades bibliotecológicas y de información. Esto ha permitido que en la actividad de
información del país se preparen y entreguen servicios de información de alto valor agregado, como
inteligencia informacional para los negocios, la actividad de investigación inteligencia científica y
desarrollo tecnológico, gerencia de recursos de información.
El IDICT, en la década del 80, creó el Centro de Adiestramiento Técnico, adscripto a la Dirección del
Sistema Nacional de Información Científica y Técnica, orientado a la formación de técnicos medios en
documentación e información en el país.

Como se puede observar, ha sido una preocupación en el desarrollo de la actividad bibliotecaria y de
información en el país la calificación adecuada de los recursos humanos, para poder dar respuestas a
las nuevas exigencias que planteaba y plantea el desarrollo socioeconómico del país. Lo que se ha
logrado por diversas vías y formas, por ejemplo mediante la creación de carreras universitaria y de
nivel medio, el fortalecimiento de la colaboración con instituciones extranjeras e internacionales y, por
último, la creación en Cuba de un Centro de Estudio y Desarrollo del Profesional en Ciencias de la
Información. Debemos subrayar que, antes de la creación de este último, la SOCICT tuvo un papel
relevante en la organización de cursos y talleres, para calificar a los trabajadores de la información a
través de sus grupos de interés temático.
La primera reunión de carácter nacional de las actividades bibliotecaria y de información se celebró en
1976, bajo los auspicios del entonces Comité Estatal de Ciencia y Técnica, bajo la óptica de organizar
un sistema nacional de información científica y tecnológica. En el marco de ese evento se crearon
distintas comisiones de trabajo, con la finalidad de presentar una análisis de la situación actual y las
perspectivas de desarrollo, fundamentalmente, de la actividad de información. Entre los aspectos
tratados, que fueron de mayor atención, estuvo lo relacionado con la calificación y desarrollo de los
recursos humanos. Esto impulsó la elaboración de programas de estudios tendentes a perfeccionar el
currículum de las carreras universitaria y de nivel medio en las especialidades bibliotecológica y de
información.
Se puede destacar que esta reunión contribuyó a reiterar la concientización del papel y lugar de la
información en la sociedad cubana, que ya venía formándose. Muestra elocuente de esto es que en la
Plataforma Programática del PCC se recoge lo relativo al Sistema Nacional de Información Científica
y Técnica.
Con respecto a la formación y actualización de los conocimientos de los trabajadores de la
información, se debe destacar que la primera publicación especializada en la actividad científicoinformativa
en el país fue creada por el IDICT, en 1968, bajo el título Actualidades de la
Documentación. Se debe reconocer que constituyó un vehículo valioso en la calificación teórica del
personal. En la actualidad, se han publicado decenas de trabajos, con la participación de profesionales
cubanos y extranjeros, con un alto contenido en teoría y práctica de Bibliotecología y Ciencia de la
Información. Posteriormente, esa publicación pasó a llamarse Actualidades de la Información
Científica y Técnica. Actualmente, se sigue publicando con el título Ciencias de la Información, bajo
los auspicios del IDICT y la SOCICT. Está considerada una de las mejores de la especialidad en
idioma español y es procesada por los servicios de indización y resumen más importantes del mundo,
como por ejemplo: Library & Information Abstracts (LISA), INSPEC, COMPENDEX PLUS,
PERIODICA, Revista de Resúmenes Informatika del VINITI, CUBACIENCIA.
Además de esta publicación, se han creado otras dos revistas: Bibliotecas, editada por la Biblioteca
Nacional José Martí y ACIMED, editada por el Centro Nacional de Ciencias Médicas, ambas de
calidad.
En la década de 1970, se crea el primer catálogo colectivo publicaciones seriadas, siendo organizado
en la Biblioteca Nacional José Martí. Posteriormente, se han creado catálogos colectivos se sistemas
de información sectoriales; uno de ellos es el actual Catálogo Colectivo de Seriadas en Ciencia y
Tecnología de la BNCT, al que reportan más de 40 unidades de información, fundamentalmente, las de
los centros de investigación y desarrollo, en el que se incluyen mas de 2 000 títulos de publicaciones
seriadas.
Otra acción de gran relevancia, que contribuyó al intercambio de experiencia y a estimular la
formación continua de los recursos humanos, fue la organización y celebración, a partir de 1983, de las
Jornadas Científicas del IDICT. Tanto estas jornadas como la celebración sistemática de los INFOs han
contribuido a desarrollar los trabajos de investigación y desarrollo en las unidades de información del
país, dando la oportunidad a nuestros especialistas de intercambiar no sólo experiencia con otros
colegas cubanos, sino, también, con otros de distintas partes del mundo, tal como estamos haciendo
todos en esta Mesa Redonda, a la que han concurrido especialistas de varias asociaciones.
Todo este cúmulo de labor por nuestros especialistas ha contribuido a elevar la imagen y autoridad en
la arena internacional de nuestros especialistas y técnicos. A partir de INFO'88, prácticamente, cada

ienio se ha celebrado un congreso Internacional en el país, entre los que se destacan FID'90,
IFLA'94.
En los primeros años de la década del 80 se inicia la introducción de nuevas tecnologías en la
especialidad, marcando un hito el acceso a bases de datos remotas conocida por nuestros colegas como
teleacceso. A partir de entonces, comienza el uso, cada vez más intenso, de las técnicas y tecnologías
computacionales. Otro paso importante fue la introducción del correo electrónico y, más
recientemente, el acceso a InterNet, lo que ha elevado la imagen y ha contribuido en gran medida a
una transformación cualitativa del profesional de la información. Esto ha permitido ofrecer servicios y
productos de mayor valor agregado, para satisfacer necesidades de usuarios en las distintas ramas de la
economía . Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, conjuntamente con el proceso de recuperación
de la economía, se reafirman más el papel y lugar del profesional de la información como el individuo
clave en la retaguardia informacional de cada cliente o usuario.
En nuestro país, se crearon dos organizaciones no gubernamentales que agrupan bibliotecarios,
documentalistas, informacionistas, archivistas, cibernéticos, programadores, analistas de sistemas,
ingenieros, economistas, etc. : la Asociación de Bibliotecarios de Cuba (ASCUBI) -que agrupa,
fundamentalmente, profesionales y personal de nivel medio que laboran en las Bibliotecas Públicas
del sector de la Cultura- y, por otra parte, la Sociedad Cubana de Información Científica y Técnica
(SOCICT), que agrupa al resto de profesionales universitarios y técnicos de nivel medio que trabajan,
básicamente, en bibliotecas especializadas de ciencia y técnica, centros de documentación y de
información de instituciones docentes, de instituciones de investigación científica, organismos de la
administración del Estado, etc. En la SOCICT existen más de mil afiliados, de los que 500 se
concentran en la capital del país.
No obstante, es menester subrayar que ambas organizaciones aún no agrupan a todo el personal de
nuestro gremio, por lo que se debe desplegar toda una labor de captación para incrementar las filas,
tanto de la SOCICT como de la ASCUBI.
En la segunda mitad de la década del 80, la SOCICT organizó cursos, para contribuir a elevar el nivel
de calificación de sus afiliados, lo que complementaba la labor que, en aquel entonces, realizaba el
Centro de Adiestramiento Técnico del Sistema Nacional de ICT, adscrito al IDICT. Entre los cursos
más demandados a la SOCICT estuvo el de Bibliometría e Informetría, que hubo que repetirlo en
varias ocasiones por su alta demanda entre los asociados, entrenándose más de 200 profesionales en los
métodos y técnicas bibliométricas e informétricas. Estos cursos fueron organizados por el Grupo de
Interés Especial de Informetría de la Sociedad, impartido por el Dr. Melvyn Morales-Morejón. Estos
cursos son impartidos hoy por el Centro de Estudios y Desarrollo Profesional en Ciencias de la
Información (PROINFO). Otro grupo que contribuyó a elevar el nivel de calificación de nuestros
afiliados fue el de Psicología de la Información, bajo la dirección del Lic. Israel Nuñez, que, incluso,
organizó en 1991 una jornada científica sobre los aspectos psicológicos y de comunicación relativos a
la información. Este Grupo realizó trabajos de investigación relacionados con la ética profesional en
nuestro gremio. De igual forma, cursos impartidos inicialmente en este Grupo se imparten hoy día por
PROINFO.
El Sistema Nacional de Información Científica Técnica (SNICT) cuenta en la actualidad con más 4
000 trabajadores, de los que alrededor del 60% son universitarios y de nivel medio, los mismos laboran
en más de 600 unidades de Información especializadas.
El nivel de profesionalidad del trabajador de la información en Cuba ha contribuido a crear no sólo un
cuerpo teórico de la actividad, sino, también, de documentación jurídica y normalizativa de la
actividad bibliotecaria y de información
En el marco del mercado de trabajo fue necesario perfeccionar el calificador de cargos, o sea, puestos
de trabajo, que existía hasta finales de la década del 70. Para ese entonces, prácticamente existía un
solo cargo. Es en 1979 cuando se crea un sistema de cargos propios para las actividades bibliotecaria y
de información. En ese entonces, no existía el desarrollo y progreso de la actividad bibliotecaria y de
información que hay actualmente en la sociedad cubana. Sin embargo, es encomiástico resaltar que la
Comisión de especialistas que trabajó como consultora del Comité Estatal del Trabajo tuvo una
proyección de varios años de antelación, al crear cargos responsabilizados en la preparación y entrega
de productos y servicios de alto valor agregado. Esto permitió estimular a profesionales de otras

disciplinas a incorporarse a nuestro actividad y, por ende, a los bibliotecarios e informacionistas. Hoy
se puede afirmar que en las actividades bibliotecaria y de información laboran especialistas graduados
de distintas ramas del saber; esto ha permitido organizar no sólo servicios de información para los
negocios, sino, también, en otras áreas de inteligencia.
El nivel de desarrollo profesional alcanzado por los bibliotecarios e informacionistas en la década del
80 permitió crear varios Comités de Información por Sectores de la Economía, con la finalidad de
lograr una cooperación entre las unidades de información de distintos subsistemas del Sistema
Nacional de Información Científica y Tecnológica. En esa misma época se preparó y editó el
Directorio de Unidades de Información en Cuba, más conocido por DIORIC, que está soportado en un
sistema de información automatizado.
La generación de otros productos de información en el país como el Manual Práctico de Catalogación
Descriptiva para Libros y Folletos, herramienta importante para catalogadores noveles y profesionales
de la información. Debe resaltarse la elaboración de tutoriales para contribuir a elevar la calificación
del personal. Entre estos productos informáticos con fines docentes, se deben destacar los de
PROINFO y los de la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología, como por ejemplo cubren
especializades como:
* Gerencia de Recursos de Información
* Gerencia de Información
* Gestión de la Calidad Total
* El ABC de la Indización
* El Manual hipertextual para la aplicación de la Clasificación Decimal Dewey
Todo dentro del marco de una política de formacón y recalificación dirigida de los recursos humanos
del país; debemos destacar que muchos de estos productos docentes son adquiridos por escuelas de
países de América Latina.
Otro ejemplo vivo del nivel de profesionalidad en el sector de la información ha sido la producción de
bases de datos cubanas en la especialidad de información y otros sectores.
Otro aspecto del nivel de desarrollo es la creación de la Base de Datos CUBACIENCIA, la cual recoge
la información científica y técnica generada en Cuba en diferentes ramas del conocimiento.
Simultáneamente, se crean otras bases de datos de carácter ramal, por cada sistema de información
sectorial. Todo esto en su conjunto pone en evidencia la calidad de nuestros profesionales. Muestra de
ello es la celebración periódica de encuentros de Bases de datos cubanas.
Con la creación del Centro Nacional de Intercambio Automatizado de Información (CENIAI) en los
primeros años de la década del 80 se evidencia el grado de madurez de la actividad de información en
el país y, por ende, de los profesionales que laboran en el sector.
En 1982, empieza el diseño de la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología (BNCT), la que fue
inaugurada en 1988. Aquí cabe destacar que fueron aplicadas técnicas bibliométricas e informétricas
para la selección de las publicaciones seriadas que conformarían el fondo hemerotecario de la misma.
Otro paso de avance fue la elaboración del Clasificador Uniforme de los Servicios de la Actividad
Científica-Informativa (CUS-ACI), preparado por un grupo de especialistas del IDICT con la
colaboración de otros de varias unidades de información sectoriales. Este Clasificador permitió
mostrar el potencial informacional que existía y existe en el país, con la finalidad de diversificar los
productos y servicios de información. Permitió mostrar que éstos se pueden agrupar en 10 grandes
categorías con 41 tipos de servicios de información, que permiten crear a partir de los mismos n
modalidades de servicios por cada uno de los 41 tipos de servicios del CUS-ACI.
El CUS-ACI fue el primer paso que se dio en 1990 hacia la aplicación de métodos y técnicas de
ingeniería de procesos, como culminación de un conjunto de trabajos de investigación y desarrollo,
realizados a nivel del departamento Sistema Nacional de Información científica y Técnica, adscrito al
IDICT. Este primer intento fue el preámbulo a la introducción más avanzada de dichos métodos y
técnicas para el diseño de productos y servicios de información. Por consiguiente, se puede afirmar

que el primer enfoque de reingeniería de la actividad bibliotecaria y de información fue la elaboración
del CUS-ACI., lo que permitió a las distintas unidades de información del país perfeccionar sus
procesos informacionales relacionadas con los productos y servicios informativos.
Por consiguiente, se puede afirmar que si esto se ha logrado ha sido por el nivel de desarrollo
profesional alcanzado por nuestros especialistas.
En la formación del nuevo profesional de la información debe estar presente que la actividad de
información está constituido por procesos productivos. Es imprescindible que estos profesionales
asimilen un enfoque tecnológico de la actividad de información entre los nuevos conocimientos que
debe asimilar, para diseñar nuevos productos y servicios de información. Al respecto, en la Biblioteca
Nacional de Ciencia y Tecnología se ha elaborado todo un cuerpo teórico, con un enfoque práctico,
para el diseño de productos y servicios de información, en el que se aplican métodos y técnicas de la
ingeniería de producción.
Por otra parte, se ha introducido en el IDICT el enfoque económico de la actividad bibliotecaria y de
información. Al respecto, se han preparado cursos y seminarios para la asimilación de las herramientas
económicas, en particular las de determinación y análisis de costos.
En esa misma década, se perfecciona el perfil del profesional que se gradúa en la especialidad de
Bibliotecología y Ciencia de la Información, para lo que se ajustó el programa de estudio de la carrera.
Actualmente, a nivel de la Facultad de Comunicación se ha creado una Comisión para el
perfeccionamiento de la misma, con la finalidad de responder a los nuevos desarrollos que se
vislumbran ante el umbral del siglo XXI. En esta Comisión participan profesores de la Universidad de
La Habana, especialistas del IDICT, de la Oficina Cubana de Propiedad Industrial, del Archivo
Nacional y de la Biblioteca Nacional "José Martí", lo que evidencia el nivel alcanzado en la actividad
en distintas instituciones de información del país.
El mercado laboral se fue ampliando en el país; fue necesario incorporar, tal como se dijo
anteriormente, especialistas de diversas profesiones, los servicios de inteligencia corporativa fueron
incorporados a la actividad de las unidades de información del país, como es la creación de la
Consultoría BIOMUNDI del IDICT, la unidad de servicios de información para los negocios y de otros
servicios de alto valor agregado de la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología.
Otro ejemplo de diversificación del mercado laboral fue la creación de agencias de correduría
especializadas en la suscripción y compra de literatura, como por ejemplo la división SELADQUI,
adscrita al IDICT, que comercializa publicaciones científicas y técnicas extranjeras y cubanas; otra
entidad en este mismo giro informacional es la agencia WSP.
Debemos, una vez más, subrayar que PROINFO (Centro de Desarrollo Profesional en Ciencias de la
Información) fue creado hace cinco años; como objetivo supremo se propuso impulsar el desarrollo
profesional y las investigaciones. Dicho centro se ha convertido en motor impulsor de los cambios que
se están fomentando entre los profesionales cubanos de la información desde el punto de vista
gerencial como de la asimilación de las nuevas tecnologías, también en la internacionalización de sus
cursos. Esta división del IDICT cuenta con un potencial de profesores que imparten cursos en distintos
países de América Latina, tales como Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, entre
otros. Sus profesores proceden de distintas instituciones de información del país, básicamente del
IDICT, de los cuales una parte significativa forma parte del cuerpo de profesores de la Carrera de
Bibliotecología e Información Científica de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La
Habana.
Es de destacar que la Lic. Gloria Ponjuán Dante, Directora de PROINFO, fue la profesional más
distinguida de la Federación Internacional de Información y Documentación en 1996, distinción que,
por primera vez, se le otorga a una profesional de América Latina. Este reconocimiento debe
interpretarse, a su vez, como un reconocimiento al profesional cubano.
Papel y lugar de las asociaciones ante las demandas del mercado laboral

* Apoyar activamente la organización e impartición de cursos de educación continua, que respondan a
las necesidades o demandas del mercado laboral.
* Colaborar muy estrechamente con la Facultad de Comunicación, para apoyar el perfeccionamiento
del programa de la carrera, así como con la Escuela de Nivel Medio, con la finalidad de preparar
idóneamente los profesionales y técnicos medios que egresan de dichos respectivos centros docentes.
* Trabajar para contribuir a crear un entorno laboral e informacional en el marco de las unidades de
información, mediante la propuesta de un código de ética, que comprenda tanto la ética profesional
personal como la ética profesional institucional, con la finalidad, también, de que se creen contratos de
trabajo colectivos psicológicamente sanos.
* Organizar encuentros científico-técnicos para el examen, análisis y discusión de problemas
relacionados con la teoría y práctica de la Actividad Bibliotecaria y de Información, tales como
simposios, coloquios, etc., que contribuyan a estimular trabajos que puedan ser presentados
posteriormente de carácter nacional e internacional.
* Crear otros grupos de interés, que respondan a las necesidades del propio desarrollo de la actividad.
Algunas medidas para fortalecer la imagen del profesional bibliotecario:
Sobre esto, la SOCICT, en su conjunto, ha concientizado que los recursos humanos constituyen el
componente vital para la transferencia de la información, porque, por muy perfecta que, desde el punto
de vista organizativo, sea una unidad, red o sistema de información, éstos no pueden avanzar, ni ejercer
cabalmente sus funciones sin disponer del conjunto adecuado de profesionales, debidamente
capacitados, para cada una de las actividades que se deben desarrollar.
La SOCICT debe hacer publico reconocimiento a aquellos trabajadores que se destaquen en su labor
cotidiana con aportes teóricos y prácticos en la esfera de la Bibliotecología y de las Ciencias de la
Información, Archivología y otras ramas afines, mediante el otorgamiento de la condecoración de la
moneda "Antonio Bachiller y Morales", así como estímulos de carácter material, que contribuyan a la
motivación del trabajador.
Organizar entrenamientos a profesionales en la elaboración de técnicas de dinámicas de grupos, con el
objetivo de desarrollar la creatividad de los profesionales de la información.
Contribuir a elevar el nivel de competitividad entre los profesionales y unidades de información,
mediante la premiación de aquellos nuevos servicios bibliotecarios y de información contentivos de
alto valor agregado de carácter novedoso.
Coordinar con las instancias correspondientes de los gobiernos provinciales y locales y con otras
organizaciones la premiación de aquellas unidades caracterizadas por la excelencia en la prestación de
servicios con valor agregado que respondan a las necesidades del mercado.
Aspectos a considerar en la ética del profesional
La concepción moderna de la actividad de la información exige un profesional experimentado; este
profesional debe ser capaz de relacionarse de forma eficaz con otros profesionales del mundo exterior
a su actividad, así como comprender y asimilar los principios científicos y racionales que fundamentan
todo trabajo con la información, de modo tal, que no sea, por sí mismo, un freno al desarrollo y
perfeccionamiento de su propia actividad.
La SOCICT, desde un inicio, a través de las actividades desarrolladas por sus Grupos de Interés
Temático, tales como Informetría, Aspectos Psicológicos de la Información, Sociedad y Archivo,
Nuevas Tecnologías, Grupo sobre la Calidad, ha puesto énfasis, en su trabajo con sus asociados, que
puedan tener el pleno dominio de las habilidades y conocimientos para el ejercicio de la profesión,
pues ello constituye el basamento perfecto para el desarrollo cualitativo de los servicios de
información.

Estos elementos éticos en el personal de la información deben estar respaldados por un conjunto de
conocimientos y habilidades inherentes al ejercicio de la profesión, éstos pueden ser:
* poseer vocación de referencista y de bibliógrafo;
* sentirse y ser un asistente eficiente, con alta cultura informacional en su esfera de acción;
* sentirse miembro activo de los frentes de investigación, de diseño y proyecto, de producción, de
servicios u otros en la actividad económica y social en que se desarrolla;
* conocer el conjunto de recursos de información especializados que controlen los distintos tipos de
fuentes de información que pudiera requerir la comunidad de usuarios que atiende;
* poseer y dominar las habilidades de la técnica de information browsing para la vigilancia
informacional;
* aplicar los principios y técnicas de la correduría de información en la actividad económica y social en
que se desempeña;
* conocer los tipos de organización y transformación integrales de la información;
* tratar a cada usuario de forma diferente (individualizadamente), comprendiendo que cada uno
requiere una atención dirigida y orientada al uso de determinadas fuentes.
Podemos afirmar que toda interpretación-comprensión/diligencia/entrega con exactitud, precisión y
amabilidad, constituyen elementos determinantes en la conducta y actitud morales del personal de la
información y las bibliotecas en el cotidiano ejercicio de la profesión. Por consiguiente, se requiere
elaborar un código de ética del profesional de las actividades bibliotecaria y de información, que
comprenda no sólo la ética profesional personal, sino, también, la ética profesional institucional que
toda organización debe poseer, representada a través de sus directivos. En este sentido, la SOCICT se
encuentra trabajando en estos momentos.
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