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Ilustración: ANDREA GARCÍA FLORES
C A P I T E L
Revueltas:
rebelión y revolución
Escribió Octavio Paz en 1967 “Revuelta,
rebelión, revolución”, un ensayo a la vez
etimológico y político, sociológico y literario,
sobre los tres conceptos que, ligeramente
manoseados, dan título a esta entrega
de La Gaceta, correspondiente al mes en que celebramos
el centenario de nacimiento de José
Revueltas. Más que un bobo juego de palabras,
la adaptación de la tríada estudiada por Paz
busca ser una fórmula que pondere las aportaciones
del escritor duranguense a la vida pública
y a las letras de nuestro país. Revueltas fue
un rebelde (en más de un terreno) y quiso ser un
revolucionario (aunque el tiempo que le tocó vivir
no fue propicio para esa vocación). Los libros
con que el Fondo participa en los actos con
que se recuerda la obra y las andanzas del nacido
en Santiago Papasquiaro responden a la certeza
de que este escritor procuró transformar el
panorama literario y social de México, y lo hacen
ofreciendo diversas ventanas para mirar su
legado.
Decía Paz que el revoltoso “es un espíritu
insatisfecho e intrigante, que siembra
la confusión; el segundo [el rebelde]
es aquel que se levanta contra la
autoridad, el desobediente o indócil; el revolucionario
es el que procura el cambio violento de
las instituciones”. Sobra decir que Revueltas no
cayó en la categoría asociada con su apellido
pero sin duda encarnó las características del
rebelde y, a veces más, otras menos, procuró
transformar el andamiaje institucional con algún
género de acción poco pacífica: su violencia
fue sobre todo ideológica, como cuando quiso
emprender la autocrítica siendo comunista — tan
severa fue esa intención que fue echado del partido
que buscaba lograr que en México floreciera
la dictadura del proletariado —, o cuando introdujo
en su narrativa una amalgama de géneros,
con la intención de que la ficción reflejara
sus cavilaciones sobre la podredumbre humana
y política, pero a la vez de que sus personajes
imaginarios fueran ejemplo de redención. Ahí
también parecía atender la advertencia paciana
de que “los actos del rebelde, por más osados
que sean, son gestos estériles si no se apoyan en
una doctrina revolucionaria”.
Había sido exigua la presencia de Revueltas
en nuestro catálogo. Al comenzar
este año existían sólo cuatro
registros relacionados con su obra: la
primera edición de Los errores, aparecida en
1964, pocos meses antes de que el autor cumpliera
50 años de edad; un delgado tomo con
menos de diez cuentos, que se publicó en 1975
con el engañoso título de Antología personal; un
volumen de 1991, dentro de la excepcional colección
Archivos, con la edición crítica de Los
días terrenales, coordinada por Evodio Escalante,
y finalmente, de 2010, El apando en uno de
los tomos de 18 para los 18, la fugaz colección
que ofrecía esa cantidad de novelas mexicanas
a los lectores jóvenes. Un cuento suyo se incluyó
en Sol, piedra y sombras, la antología preparada
por Jorge F. Hernández sobre todo para que su
versión en inglés, Sun, Stone, and Shadows, circulara
en Estados Unidos, y se recoge en Los novelistas
como críticos, la compilación realizada
DE NOVIEMBRE
DE 2014
EL ESTUDIO CIENTÍFICO
DE LA FELICIDAD
MARIANO ROJAS
Cuando en 1972 el entonces rey de
Bután hizo de la “felicidad
nacional bruta” el objetivo social
fundamental de su país, muchos lo
miraron con extrañeza; todavía en
la actualidad semejante indicador,
colocado por encima otros como el
ingreso o la riqueza, puede
resultar desconcertante. Bien
mirado, sin embargo, la lógica
implícita en ello no carece de
sensatez. La felicidad es una
vivencia central para las personas
y un objetivo final a cuya
consecución se orienta, después de
todo, la mayor parte de los
empeños de la humanidad; si
queremos un mayor ingreso,
mayor libertad, si nos casamos o
nos esforzamos por tener una
profesión, si cambiamos de casa o
migramos de un país a otro, es en
la creencia de que ello nos hará
más felices. Y entre países declarar
la guerra o invadir un territorio
puede responder a esa misma
expectativa. Medir ese valor
significa pues ponderar la eficacia
de un gran cantidad de medios
simultáneamente.
Aun cuando en todas las
culturas y todos los tiempos se ha
reflexionado en torno a la felicidad
y a la manera de alcanzarla —sea
en la filosofía, la religión o en las
canciones populares — es
sorprendente, dice el autor, que
ninguna disciplina académica se
haya encargado de su estudio de
manera metódica. En las últimas
décadas se ha dado, sin embargo,
un cambio importante en ese
sentido; si tradicionalmente se
había apelado a la capacidad de
discernimiento para proponer los
componentes de una vida feliz, el
nuevo interés por el estudio de la
felicidad, especialmente por parte
de los economistas, utiliza un
enfoque basado en la medición, la
elaboración de teorías, y el
planteamiento y la corroboración
de hipótesis y la reformulación de
teorías: un enfoque científico,
pues. Con la mirada siempre
orientada a la escala social y el
acento puesto en el caso de los
países latinoamericanos —pues
este modo de aproximación, más
allá de la mera comprensión del
comportamiento humano, se
orienta hacia el diseño de políticas
públicas —, el Breviario que ahora
sale a luz recoge las ideas
fundamentales y constituye una
introducción idónea a la llamada
“economía de la felicidad”, de la
que Rojas es uno de los más
reconocidos exponentes.
breviarios
1ª ed., 2014; 400 pp.
978 607 16 2135 1
$100
EL PLANISFERIO
DE MORGIUS CANCRI
Enciclopedia universal
IGNACIO DÍAZ DE LA SERNA
En un “aviso sin importancia”,
ubicado por tanto en plena antesala
de la obra, el autor (o tal vez un
personaje suyo que se hace pasar
por él) ofrece un par de notas sobre
la naturaleza de lo que el
desocupado lector tiene ante la
mirada. Sostiene ahí, por principio,
que nadie en su sano juicio se
atrevería a dudar que, desde que
Magritte escribió debajo de su
imagen de una pipa “esto no es una
pipa”, vivimos instalados en la Era
del Desconcierto. “Por
consiguiente, no resulta
descabellado suponer que este
planisferio, después de todo, quizá
no sea un planisferio. Para colmo,
el asunto se complica si se
considera que, al decir que este
libro es una enciclopedia universal,
en realidad lo que se pretende
afirmar es que no es una
enciclopedia y mucho menos
universal”... Y en su extraño
silogismo —ciertamente
desconcertante — continúa hasta
concluir que, puesto que al parecer
no es eso, y probablemente
tampoco un fresco de Tiepolo ni un
mamut disecado, quizá se trate
antes bien de una Máquina de
Fabular, y en efecto: tal vez sea
exactamente eso lo que es este
libro, pero claro: tal vez no.
Seguidas a ese aviso se
despliegan, en riguroso orden
alfabético y urdidas con la prosa
acendrada y llena de agudezas de
este curioso epígono de Diderot,
las entradas de la autodenominada
enciclopedia. Se entremezclan en
ellas datos reales, fruto de un
conocimiento erudito sobre las
más diversas materias, con las
invenciones y los juegos de
imaginación de una inteligencia
azorada que se ríe de todo y, por
principio, de sí misma. Sea que el
lector las recorra de principio a fin
o navegue al azar entre las páginas,
el viaje en esta cartografía, a través
de las lábiles fronteras entre lo
corroborable y lo imaginario,
promete obsequiarlo con gran
copia de asombros y solaces.
letras mexicanas
1ª ed., 2014; 255 pp.
978 607 16 2225 9
$175
20 NOVIEMBRE DE 2014