El Gran Sueño
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maltratan, molestan y significan: a su economía política<br />
y cultura, mediadas por las instituciones o formaciones”.<br />
<br />
<strong>El</strong> mismo sistema que enferma, denigra y mata es<br />
también el que da las soluciones y las “curas”. Obviamente<br />
lo realiza en la medida de sus intereses capitalistas,<br />
generando un monstruoso negocio, enfermando por<br />
un lado y paliando los síntomas y dolencias por otro.<br />
Esto es lo que sucede con el obrero que tiene artrosis<br />
(enfermedad en las articulaciones) por estar trabajando<br />
12 horas con el martillo neumático y se transforma en<br />
un consumidor crónico de antiinflamatorios.<br />
Aunque también hay ejemplos más escandalosos,<br />
como el laboratorio Astra-Zeneca, empresa multinacional<br />
británica que fabrica el Tamoxifeno, droga<br />
usada contra el cáncer de mama. Además, interviene<br />
activamente en campañas de detección precoz del cáncer<br />
de mama. Pero... en el Capital no se puede confiar.<br />
Astra-Zeneca forma parte de una corporación que fabrica<br />
fungicidas y herbicidas que incluyen el cancerigeno<br />
acetochlor, vinculado con el aumento del riego<br />
de cáncer de mama. Esto ha sido llamado solamente<br />
un “conflicto de intereses”. Con esto nos cabe la siguiente<br />
pregunta ¿Qué tipo de salud podemos lograr<br />
con este sistema? La respuesta que nos queda es la siguiente:<br />
una salud ficticia, una salud medicalizada que<br />
la mantiene paliada con drogas para que los cuerpos<br />
sigan trabajando y consumiendo.<br />
La mercantilización de la salud<br />
En tiempos de Marx (siglo XIX) no existía la industria<br />
de la salud. <strong>El</strong> sistema capitalista estaba floreciendo<br />
y su expansión territorial generaba grandes<br />
rentabilidades a los burgueses. Pero en el siglo XX<br />
esta sed inmensurable de ganancias de los señores capitalistas<br />
llevó a dos guerras mundiales en el siglo XX<br />
(donde murieron millones de personas y se cometieron<br />
las aberraciones más grandes contra la humanidad)<br />
para disputar quién era el dueño de los mercados del<br />
mundo.<br />
Esta necesidad del Capital de poder vender más y<br />
más, llevó (además de las guerras) a expandir el mercado<br />
a las esferas que aún no estaban mercantilizadas,<br />
como la salud y la educación. Para lograr esto necesitó<br />
la complicidad de los gobiernos de los distintos países,<br />
para desfinanciar este sector y para promulgar leyes y<br />
subsidios que los beneficiaran.<br />
Con este proceso, más agudo en las últimas décadas,<br />
las grandes conquistas de los trabajadores en<br />
materia de salud y educación se vieron aniquiladas,<br />
seguidas de un crecimiento sin medida de las instituciones<br />
privadas y de la medicalización de las masas.<br />
2 http://criticamedicina.blogia.com/temas/medicina-critica.php<br />
3 http://findarticles.com/p/articles/mim1525/is584/ai62896172<br />
http://findarticles.com/p/articles/mi_m1525/is_5_84/ai_62896172<br />
25<br />
<strong>El</strong> gobierno actual de la Argentina, de la presidenta<br />
Cristina Fernández de Kirchner, no es la excepción, ya<br />
que continua vaciando como Menem la educación y la<br />
salud mientras da subsidios millonarios a los empresarios<br />
poseedores de laboratorios y clínicas.<br />
La salud que tiene que ser un derecho inalienable<br />
de los trabajadores y el pueblo, hoy está transformado<br />
en un objeto, que se puede comprar y vender. Pero para<br />
este negocio, los dueños de las panaceas necesitan interlocutores,<br />
mediadores, que con el discurso sobre la<br />
gran eficacia de esta medicina puedan atraer a un gran<br />
mercado. Para esto, los grandes capitalistas necesitan<br />
que estos interlocutores, los profesionales de la salud,<br />
que estén moldeados con esta lógica, que en los médicos<br />
se naturalice que la salud se tiene que comprar<br />
transformando a los pacientes en fetiches medicalizados,<br />
es decir, en objetos que sólo puedan consumir<br />
medicamentos e insumos de la “industria de la salud”.<br />
Por eso no es casualidad que en todas las facultades<br />
de medicina del país, y en todo el mundo, existan cursos<br />
de ingreso y sean una de las carreras más elitistas.<br />
<strong>El</strong> gran capital a sabido arraigar sus intereses de una<br />
forma determinante en las carreras de medicina, y de<br />
manera paralela aumentar de forma descomunal las<br />
instituciones y clínicas privadas.<br />
***<br />
Como futuros trabajadores de la salud podemos<br />
creer que la solución es no recetar más medicamentos<br />
o ir a trabajar a una comunidad lejos de la ciudad. Pero,<br />
como dice la frase, lo que será no brota sino de lo que<br />
ya es, aunque para poder ser tiene que abolirlo: la<br />
lucha organizada dentro de las facultades y dentro de<br />
las instituciones públicas de salud es fundamental para<br />
torcerle el brazo a este gran negociado basado en la<br />
salud de la población. Desde Contra-Gradiente, agrupación<br />
de la escuela de medicina, venimos luchando<br />
hace 3 años contra la limitación al ingreso, convencidos<br />
que es un punto fundamental para atacar a esta<br />
medicina para unos pocos. Aunque también sabemos<br />
que esto es sólo el comienzo de una lucha que se tiene<br />
que dar junto con los trabajadores para decirle basta a<br />
los subsidios del estado a la medicina privada, por la<br />
estatización bajo control obrero de los grandes laboratorios,<br />
y por un sistema estatal único de salud.<br />
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