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Mensaje del Prior Provincial
ABRIL
JUNIO
3
Mensaje a todos los religiosos de la Provincia
QUERIDOS HERMANOS:
A punto de iniciar las vacaciones estivales en
algunos países, quisiera saludarles de nuevo
desde esta plataforma del Boletín Tornaviaje,
deseándoles a todos un feliz descanso
veraniego, al mismo tiempo que les invito a
tener presentes dos acontecimientos eclesiales
significativos en el mundo y en la Iglesia de
hoy. El primero de ellos tendrá lugar este mismo
verano con la Visita apostólica del Santo Padre
a Madrid, con motivo de la celebración de la
Jornada Mundial de la Juventud. Relacionado
con él la Iglesia universal está preparando la
celebración del próximo Sínodo de los Obispos,
centrado en el tema La Nueva Evangelización
para la trasmisión de la fe. Para su preparación
han sido enviados los Lineamenta a todos los
obispos y a todas las Iglesias particulares.
Son dos acontecimientos significativos, ya que
suceden en un mundo y en una Iglesia actuales
que poseen connotaciones semejantes y con
implicaciones mutuas que deben ser asumidas,
si queremos responder al proceso de Nueva
Evangelización, que sea capaz de transmitir el
Evangelio de Jesucristo hoy.
Se ha dicho que el fenómeno más
transcendente de los últimos veinte años en el
mundo actual es el fenómeno de la
globalización. La tecnología de los transportes,
la informática y los medios de comunicación
están haciendo que nuestro mundo se haya
convertido en una “aldea global”, reduciendo el
espacio y el tiempo a límites insospechados en
otros momentos, sintiéndonos los humanos
moradores de una casa común y habitantes de
un mundo plural a todos los niveles.
El fenómeno de las migraciones voluntarias u
obligadas ha hecho que nos reconozcamos unos
en la casa de los otros, abriendo espacios de
interculturalidad enriquecedora, hasta tal punto
que el encuentro, la distinción y la
complementariedad de idiosincrasias colabore a
la construcción de un mundo más humano y
por tanto más fraterno, donde el respeto y la
comprensión mutuas sean signo de pertenencia
a una idéntica humanidad.
También la Iglesia ha ido tomando mayor
conciencia del significado de su universalidad,
reconociendo en su interior espacios de apertura
y superación de las diferencias. El Vaticano II
significó una inflexión en esta toma de
conciencia del reconocimiento de las diferencias,
como pertenecientes al ámbito del
acontecimiento de la Encarnación del Verbo en la
historia humana. La Iglesia se sintió Iglesia global,
participando por primera vez en un Concilio,
donde todas las culturas estaban representadas a
través de sus obispos autóctonos. Todas las
culturas hacen acto de presencia en organismos
eclesiales, siendo mediadoras de la fe del
Evangelio común. Lo que se llamó en otro tiempo
eurocentrismo eclesial, se ha convertido ahora en
policentrismo evangélico, surgiendo otros centros
eclesiales: América Latina, Asia, África, Oceanía.
El encuentro del Papa con los jóvenes del
mundo entero dentro de este escenario de
globalización del mundo y de la Iglesia, muestra
la necesidad de acometer reflexiones en torno a
la necesidad de una Nueva Evangelización para
la transmisión de la fe en contextos diferentes,
necesitando activar una mayor fidelidad
creativa, fruto de la acción del Espíritu Santo en
las personas, renovando al mundo y a la
humanidad, siguiendo la obra evangelizadora de
los primeros tiempos del anuncio del Evangelio.
No perdamos el tren de la historia evangélica.
Quienes por vocación hemos recibido el don de
ser testigos del Muerto y Resucitado, seamos
fieles también a este mundo y a esta Iglesia
con sus signos de universalidad planetaria.
Fraternalmente
Madrid, 24 de junio de 2011