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Crónicas Varios de las Comunidades
ABRIL
50
JUNIO
Curso de Espiritualidad Agustiniana en Roma (2ª parte)
DEJAMOS la primera parte de esta crónica, a
la mitad del Curso de Espiritualidad,
finalizando el mes de marzo. La presente abarca la
segunda parte, abril y mayo de 2011.
La primera quincena de abril revisamos la historia
de la espiritualidad mendicante de mano del P.
Luis Marín de San Martín, archivero de la Orden.
Los agustinos que trabajan en el Vaticano nos
facilitaron la asistencia a las Vísperas Solemnes en
la Capilla Sixtina, el viernes 8 de abril. Este fin de
semana peregrinamos a Pavía y Milán. La visita a
la tumba de San Agustín y al baptisterio de la
catedral de Milán fue una experiencia agustiniana
privilegiada, profundizada por la fraternidad, la
oración, la emoción. Durante la segunda semana
de abril el P. Miguel Ángel Martín Juárez,
Secretario General de la Orden, nos ofreció valiosa
información sobre la Orden, documentos, procesos
y problemas actuales, simultaneando con las
clases de espiritualidad mendicante.
La segunda quincena de abril fue densa e
inolvidable: Semana Santa y Ejercicios Espirituales,
en Cascia, y Peregrinación histórico – agustiniana.
En la casa de espiritualidad que las hermanas
agustinas nos cedieron vivimos una semana
privilegiada. En ambiente de silencio y
recogimiento y con la animación del P. Alberto
Bochatey, Prior de Santa Mónica, meditamos sobre
la vocación humana (ser persona), la vocación
bautismal (ser cristianos) y la agustiniana
(identidad consagrada y votos), y vivimos
profundamente la liturgia. La alternancia entre
charlas, oración y reflexión personal fue muy
intensa hasta el Jueves Santo. Gestos como la
misa comunitaria en la antigua Iglesia del
Convento de San Agustín, la visita a la comunidad
de agustinas contemplativas, el lavatorio de los
pies entre nosotros, la renovación de las promesas
sacerdotales… y otros muchos, contribuyeron a
profundizar la vivencia del retiro.
Desde la tarde del Jueves participamos en la
liturgia en el Santuario de Santa Rita, e incluso en
la piedad popular, sin abandonar el retiro.
Solemne y serena la liturgia de la Cena del Señor,
presidida por Mons. Giovanni Scanavino, agustino;
y con la compañía de las hermanas agustinas
contemplativas, presentes entre el pueblo, que
participaron activamente. La hora Santa alternó la
oración, la reflexión y el canto, fue de alegría
gozosa y profundo recogimiento.
El Viernes Santo resultó novedoso: Por un sendero
abierto al precipicio, peregrinamos a Roccaporena,
la patria de Santa Rita. Allí un singular Via Crucis,
serpenteando en zigzag hasta la cumbre de una
empinada roca que domina el pueblo. El texto, el
preparado por dos agustinas contemplativas para
el Via Crucis de Benedicto XVI, en el Coliseo
Romano, fue nuestra guía. Aún participamos en la
Pasión, en Cascia, y en la procesión penitencial
por la ciudad, impresionante por su silencio, sus
penitentes con cadenas y la participación
multitudinaria.
El Sábado Santo, 23, continuamos el retiro en el
Eremitorio de la Santa Croce, meditando los
textos Pascuales en la rústica iglesia y en las
celdas-cueva excavadas en la roca. Por la
noche, celebramos la Vigilia Pascual y la
certeza de que Cristo sigue resucitando en la
fraternidad de los que se reúnen en su
nombre.
La Pascua coincidió con la Conversión de San
Agustín, la celebramos en el grupo y con
visita al Convento de Santa Rita. Por la tarde
comenzamos la peregrinación religiosa, que
se desarrolló hasta el viernes 29: Viso,
Montefalco, Asís, Tolentino, San Gimignano,
eremitorio de San Leonardo, Lecceto, Siena.
El sábado 30 regresamos temprano, urgidos
por el cierre de la entrada a Roma. Llegamos
a Santa Mónica pletóricos de las vivencias de
las dos semanas escasas que estuvimos fuera.
El P. Pío de Luis imparte una de sus clases sobre la Regla de San Agustín