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Artículo técnico
Ahorro energético en edificios
con la tecnología de control KNX
Edificio Agbar Collblanc
Antonio Moreno
Director técnico
de Jung Electro Ibérica, S.A.
En los últimos años, las instalaciones
automatizadas en edificios han
experimentado un gran avance
tecnológico de la mano de las nuevas
posibilidades que han nacido de la
electrónica, la informática y las
telecomunicaciones. Los sistemas de
control se han ido estandarizando y
completando, y se ha ampliado el
número de aplicaciones y
posibilidades de uso, especialmente
en las funciones de iluminación y
climatización.
Como resultado de estos avances,
podemos afirmar que uno de los
mejores aliados del ahorro energético
en edificaciones es la automatización.
Este artículo pretende dar una visión
de las aportaciones en ahorro y
sostenibilidad medioambiental que
ofrece el sistema KNX.
La necesidad de ahorro de energía en edificios
residenciales y terciarios ha crecido
y evolucionado paralelamente al imparable
avance de las tecnologías de automatización.
Fruto de ello han surgido nuevos
retos para el sector de la construcción,
entre los que cabe destacar conceptos
como eficiencia energética y sostenibilidad
medioambiental. El nuevo Código Técnico
de la Edificación está muy orientado a estos
dos términos, puesto que uno de sus objetivos
es la reducción de la emisión de
gases contaminantes procedentes del consumo
energético de los edificios.
Estas nuevas necesidades medioambientales
hacen necesario redefinir el ahorro y la
sostenibilidad en el marco de las instalaciones
automatizadas. Términos como
“Domótica” o “Edificio inteligente” suelen
utilizarse para referirse a instalaciones que
se salen de lo común, pero el público en
general no sabe muy bien qué beneficios
aportan ni cuándo se deben implantar. Por
ello, es necesario identificar el consumo
de energía que se produce en el día a día
del edificio y los sistemas de control y
aplicaciones que nos van a permitir reducir
la factura eléctrica.
Sin duda, la edificación en general, sea
residencial, industrial o de tipo terciario,
es uno de los grandes consumidores energéticos
de nuestra sociedad, junto con el
transporte o la industria. Este hecho, unido
a que a un inmueble se le supone un largo
período de vida, hace que sea muy interesante
invertir en el ahorro energético del
edificio desde el mismo momento de su
concepción, ya que el período de amortización
siempre será corto.
En primer lugar, identifiquemos cuáles son
los principales consumidores energéticos
en una edificación: la climatización se lleva
aproximadamente un 75 % del consumo,
la iluminación el 20 %, y el 5 % restante se
reparte entre otros. Así pues, si queremos
reducir el consumo, será necesaria la implantación
de un sistema que nos permita
gestionar adecuadamente estas funciones.
Una iluminación eficiente es el mejor
ahorro
El Código Técnico de la Edificación, en su
sección HE 3, se refiere a la eficiencia energética
de las instalaciones de iluminación.
Este concepto se aplicará a los edificios de
nueva construcción, residenciales y terciarios,
y a la rehabilitación de edificios comerciales
y administrativos, si se renueva
la instalación de iluminación.
La normativa exige unos determinados
coeficientes de eficiencia energética, además
de la existencia de sistemas de regulación
y control encaminados al ahorro
energético. Según la normativa, las zonas
de uso esporádico dispondrán de control
de encendido y apagado por detección de
presencia o sistema de temporización.
También exige que, dependiendo de la
orientación, acristalamiento y posición con
respecto a otros edificios, se instalen sistemas
de aprovechamiento de la luz natural.
Estos sistemas regularán el nivel de
iluminación interior, en función del aporte
de luz natural, en la primera línea de luminarias
situadas a una distancia inferior a 3
m. de la ventana, y en las situadas bajo un
lucernario.
En el gráfico 1 podemos ver un cuadro
donde se evalúa el ahorro energético que
se puede obtener con una instalación de
iluminación eficiente: por el uso de reactancias
electrónicas, en lugar de magnéticas,
ya se obtiene un 30%. El ahorro
asciende al 40% si se regula la iluminación
para no superar un nivel de luz por encima
del necesario. Finalmente, la detección
de presencia proporciona un ahorro de
un 12%.
La climatización como gran depredadora
de energía
Si la iluminación supone el 20% del consumo,
la calefacción y el aire acondicionado,
con un 70%, se convierten en los grandes
depredadores de energía en un edificio.
Además, se trata de factores mucho más
difíciles de controlar que la iluminación y,
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